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1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 4
I. GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO
JOSE LUIS DE ISLA SOLER 1. INTRODUCCIÓN AL TEMA.
La evolución de la familia actual, contribuye a complicar el apoyo para
atender a las necesidades, complejas en ocasiones, que surgen en relación con el
envejecimiento de nuestros adultos.
El envejecimiento, es decir, el deterioro progresivo natural en los aparatos y
sistemas del cuerpo, comienza en los primeros años de vida adulta, aunque sólo se
evidencia varias décadas más tarde y es ahí cuando nosotros mismos nos llamamos
viejos.
Al anciano le podemos llamar geronte, viejo, senescente, tercera edad, años
dorados, etc. El punto de corte para su definición, para los efectos estadísticos es la
edad de 65 años, como límite impreciso de comienzo de la vejez; pero para los
efectos biológicos este punto lo marca la declinación de las actividades somáticas y
mentales.
El proceso natural de envejecer comienza a una
edad muy temprana pero, dependiendo de cada
individuo, no comienza a hacerse evidente hasta media-
dos de los treinta, o después. Desde los 50 años,
aproximadamente, el proceso se acelera y los primeros
signos se hacen claramente visibles.
Todos los seres humanos envejecemos, esto es un proceso perfectamente
normal y se puede manifestar de numerosas maneras, como encaneciendo y
perdiendo el cabello, impedimentos en los sentidos (especialmente la vista y el
oído), un retardo de varios procesos metabólicos, pérdida de memoria y pérdida de
fuerza muscular.
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Todos estos cambios son normales y ocurren, en mayor o menor medida, a
cada individuo. En todo caso, hay otros cambios que no le suceden a todos y, por lo
tanto, son entendidos como desviaciones del proceso “normal”. Estos pueden ser
asociados con enfermedades o con estilos de vida e incluyen condiciones como
presión alta, diabetes, cataratas y cicatrización más lenta de las heridas. En varios
de estos casos, dietas pobres y falta de ejercicio son factores que contribuyen
significativamente.
2. CONCEPTOS DE ENVEJECIMIENTO. Entre las diversas definiciones de envejecimiento, podemos subrayar las
siguientes aportadas por distintos autores:
Para Harman: “el envejecimiento es la acumulación progresiva de cambios
en el tiempo que son responsables del aumento de la probabilidad de enfermar
y de morir del individuo”.
Para Salazar: “El envejecimiento es una sucesión de modificaciones
morfológicas, fisiológicas y psicológicas, de carácter irreversible, que se
presentan antes de que las manifestaciones externas den al individuo aspecto
de anciano”.
Para Rowe, el envejecimiento humano es lineal, como proceso que se
extiende a lo largo de la vida y que cristaliza en un determinado momento; es
inevitable, ya que no puede detenerse salvo con la muerte; variable, por no ser
semejante en los individuos que nacieron en la misma época y situación; y por
último es asincrónico, pues no se produce con el mismo grado de desgaste en
los diferentes órganos.
Por tanto, el proceso de envejecimiento humano es distinto en cada individuo
y varía dependiendo de diversos factores, que influyen de una forma todavía hoy en
día no bien conocida, pero parece indudable que son:
− Factores intrínsecos o endógenos: herencia, sexo, raza, etc.
− Factores extrínsecos o exógenos: relacionados con el entorno, como el clima,
el estilo de vida, hábitos de autocuidado, etc.
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El envejecimiento es un proceso continuo, heterogéneo, universal, e
irreversible que determina una pérdida progresiva de la capacidad de adaptación. En
los individuos mayores sanos, muchas funciones fisiológicas se mantienen normales
en un estado basal, pero al ser sometidos a stress se revela la pérdida de reserva
funcional.
El envejecimiento no constituye una enfermedad, pero puede determinar gran
número de trastornos. Es un proceso natural para todos los seres vivos que trae
consigo un conjunto de cambios. También es un proceso dinámico, por lo que no
toda la población envejece igual, dependiendo de factores como: la enfermedad,
estilos de vida, servicios sociales, herencia-genética, etc.
Para la OMS, el envejecimiento es un proceso
fisiológico que comienza en la concepción y ocasiona
cambios característicos de la especie durante todo el
ciclo de la vida, esos cambios producen una limitación
a la adaptabilidad del organismo en relación con el
medio. El ritmo en esos cambios se produce en los
distintos órganos de un mismo individuo o en distintos
individuos en forma desigual.
Para concluir, podríamos definir el envejecimiento como el conjunto de
procesos biológicos, psicológicos y sociales que sufren los seres vivos a lo largo de
su existencia. Presenta una variabilidad interindividual y no es uniforme en todos los
órganos y sistemas, es decir, el envejecimiento no es sincrónico. El envejecimiento
lleva a dos consecuencias fundamentales: la vulnerabilidad de los individuos y su
falta de viabilidad.
3. CARACTERÍSTICAS DEL ENVEJECIMIENTO.
El proceso de envejecimiento presenta las siguientes características
fundamentales:
• ES UNIVERSAL: Se produce en todos los seres vivos.
• ES IRREVERSIBLE: A diferencia de las enfermedades, no puede detenerse
ni revertirse. No puede volver atrás.
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• ES HETEROGÉNEO E INDIVIDUAL: Cada especie tiene una velocidad
característica de envejecimiento pero, la velocidad de declinación funcional varía
enormemente de sujeto a sujeto, y de órgano a órgano dentro de la misma persona.
• ES DELETÉREO: Lleva a una progresiva pérdida de función. Se diferencia
del proceso de crecimiento y desarrollo en que la finalidad de éste es alcanzar una
madurez en la función. Sucede sin darnos cuenta y finaliza con el fin de la vida
(muerte) Es involutivo.
• ES INTRÍNSECO. No debido a factores ambientales modificables. Se observa
una mayoría de la población que logra vivir hasta edades muy avanzadas con buena
salud, y muere masivamente alrededor de los 80 años.
• Por último, ES CONSTANTE E IRREGULAR.
4. ENVEJECIMIENTO FISIOLÓGICO Y ENVEJECIMIENTO
PATOLÓGICO: DIFERENCIAS. A medida que envejecemos ocurren dos fenómenos paralelos, una
declinación fisiológica normal y un aumento en la prevalencia de ciertas
enfermedades. Aunque estos procesos se influyen entre sí, existe una declinación
fisiológica que es independiente del desarrollo de enfermedad.
La presencia o no de la enfermedad es lo que va a determinar la diferencia
entre:
− ENVEJECIMIENTO FISIOLÓGICO: permite a la persona una buena
adaptación física, psíquica y social al entorno.
− ENVEJECIMIENTO PATOLÓGICO: cuando la incidencia de procesos
degenerativos y principalmente de enfermedad impiden o dificultan a la persona
su adaptación al entorno.
Esta diferencia entre envejecimiento fisiológico y envejecimiento patológico va
a incidir muy significativamente en los estilos de vida de las personas que se
encuentran en esta última etapa del ciclo vital.
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En la práctica es necesario saber diferenciar cuando el cambio físico es
“normal” (debido al envejecimiento) y cuando no lo es (debido a una enfermedad).
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II. ENVEJECIMIENTO POBLACIONAL
JOSE LUIS DE ISLA SOLER 1. INTRODUCCIÓN AL TEMA.
Nuestro mundo está sufriendo cambios demográficos sin precedentes.
Aunque las cifras deberían preocupar a todos, fuera del ámbito de la política social,
los círculos de expertos y los organismos intergubernamentales, el tema del
envejecimiento de la población provoca sólo desinterés.
Esto es sorprendente, puesto que los cambios que figuran en el nuevo
Informe de las Naciones Unidas sobre el envejecimiento de la población mundial:
1950-2050 y en la gráfica que lo acompaña (Envejecimiento de la población en
2002) tendrán muchas repercusiones en la vida de todos.
Las Naciones Unidas elaboraron el informe para “proporcionar fundamentos demográficos sólidos para los debates” de la Segunda Asamblea
Mundial sobre el Envejecimiento. En él se indica que los cambios demográficos
presentes y futuros son extraordinarios e intensos. La totalidad de la sociedad se
verá reestructurada, ya que las exigencias sociales y económicas nos obligarán a
encontrar nuevas formas de vivir, trabajar y atender a otras personas. Nadie saldrá
indemne. Probablemente ya no se repetirán las sociedades con pirámides
demográficas con muchos jóvenes en la base y pocos ancianos en la cúspide.
La presencia de índices de envejecimiento, que superan en algunos países
de Europa el 15%, es un hecho nuevo que plantea cambios culturales, incógnitas
económicas y demandas socioasistenciales ya presentes en nuestra sociedad.
Nos encontramos pues ante la necesidad de acomodarnos a este cambio
producido, entre otros factores, por un aumento de la esperanza de vida en el siglo
XXI gracias al progreso médico, económico y social.
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2. GENERALIDADES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO
POBLACIONAL. El envejecimiento de las poblaciones puede definirse como el aumento
progresivo del número de personas mayores de 65 años en relación con la totalidad
de los habitantes de una comunidad o país.
2.1. Indicadores demográficos.
Actualmente existen numerosos indicadores que permiten conocer el grado
de envejecimiento de las poblaciones. Los más usados son:
1. ÍNDICE DE ENVEJECIMIENTO (IE): porcentaje de personas de más de 65 años
con respecto al total de la población.
2. PIRÁMIDES DE POBLACIÓN: sitúan en un eje de coordenadas el número de
habitantes de una comunidad por edad y sexo. Generalmente, pueden ser de tres
tipos:
− Pirámide triangular o progresiva (forma de pagoda): Presenta base
ancha con disminución rápida hacia la cumbre. Representa a una población
joven con natalidad alta, lo
que hace presagiar un rápido
crecimiento de la población.
Es el modelo típico de los
países subdesarrollados. Son
ejemplos conocidos la
pirámide poblacional de
Angola o Filipinas.
− Pirámide ojival o estancada (hucha): con desplazamiento hacia las
edades medias y sin excesiva proporción de ancianos, correspondiente a un
país con población madura o en transición. Países con mayor nivel de
desarrollo social y sanitario. Son ejemplos paises como Escandinavia y en
general todo el norte de Europa. Disminuye la natalidad. Se ensancha el
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centro de la campana y disminuye al vértice. Son poblaciones regresivas
(aumento del índice de envejecimiento)
− Pirámide ánfora o regresiva (campana): con mayor proporción en los
grupos de edad madura, corresponde a países con población envejecida, es
decir, es la que mejor expresa el envejecimiento de la población.
3. ÍNDICE DE SUMBARG: escoge como referencia el grupo de población activa (15 a 64 años), que valora
con el 100%, y relaciona con él los porcentajes correspondientes a los grupos de
población pasiva, es decir, los muy jóvenes (0 a 15 años) y los mayores (más de
64 años). Según este índice las poblaciones pueden ser:
− Población progresiva: cuando el porcentaje correspondiente al grupo
de muy jóvenes es superior al de los mayores.
Fuente: Fundación Auna, INE y www.ipfe.org
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− Población estacionaria: cuando los grupos de muy jóvenes y mayores
son de igual porcentaje.
− Población regresiva: el porcentaje del grupo de muy mayores supera al
de muy jóvenes.
4. EXPECTATIVA DE VIDA: número medio de años que un individuo suele
vivir a partir de un punto determinado, generalmente relacionado con una edad
concreta. Suele referirse al nacimiento o a edades avanzadas como los 65 o
los 80 años. Generalmente, de utiliza de forma sinónima con esperanza de vida. Con ella, se mide la longevidad o duración de la vida de una persona.
5. EXPECTATIVA MÁXIMA DE VIDA: hace referencia a la edad máxima que
suelen alcanzar los individuos de una determinada especie. En el hombre se
encuentra alrededor de los 122 años.
3. EL ENVEJECIMIENTO EN EL MUNDO. El envejecimiento actual de la población no tiene precedentes en la historia de
la humanidad. El aumento del porcentaje de las personas de edad (60 años y más)
está acompañado por la disminución del porcentaje de niños y adolescentes
(menores de 15 años). Para 2050, por primera vez en la historia de la humanidad, la
cantidad de personas de edad en el mundo superará a la cantidad de jóvenes. Esta
inversión histórica de los porcentajes relativos de jóvenes y ancianos ya se produjo
en 1998 en las regiones más desarrolladas.
El envejecimiento de la población es un fenómeno mundial que ha afectado o va a afectar a todos los hombres, mujeres y niños del planeta. El aumento
constante de los grupos de edad más avanzada en las poblaciones nacionales, tanto
en cifras absolutas como relativas con respecto a la población en edad activa, tendrá
consecuencias directas en las relaciones dentro de la familia, la igualdad entre las
generaciones, los estilos de vida y la solidaridad familiar, que es la base de la
sociedad.
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El envejecimiento de la población tiene y tendrá consecuencias y repercusiones en todos los ámbitos de la vida diaria de hombres y mujeres. En
la economía, el envejecimiento de la población afectará el crecimiento económico, al
ahorro, las inversiones y el consumo, los mercados laborales, las pensiones, los
impuestos y la transferencia de capital y propiedades, así como a la asistencia
prestada por una generación a otra.
El envejecimiento de la población seguirá afectando a la salud y la atención médica, la composición y organización de la familia, la vivienda y las migraciones. En el plano político, el envejecimiento de la población despierta
interés en los países desarrollados puesto que incide en el voto y la representación.
Habitualmente, las personas de edad leen, ven los noticieros, se informan sobre los
temas de actualidad y votan en porcentajes más altos que cualquier otro grupo de
edad.
La proporción de ancianos crece en forma
continua durante el siglo XX, y se prevé que la
tendencia proseguirá en el siglo XXI. En 1950, la
proporción de personas de edad era del 8%; en
2000, del 10%; y en 2050 se proyecta que llegará
al 21%.
Los datos demográficos aportados por las Naciones Unidas (ONU) informan
que en 1950 había alrededor de 200 millones de personas de 60 años o más en todo
el mundo. En 1975 su número había aumentado a 350 millones y en el 2000 a 600
millones. Las proyecciones demográficas para el 2025 son de 1100 millones y para
el 2050 serán 2000 millones las personas que habrán alcanzado los 60 o más años,
constituyendo aproximadamente entre el 18-20% de la población mundial estimada.
POBLACIÓN MUNDIAL DE MAS DE 60 AÑOS:
1950 200 millones
1975 350 millones
2000 600 millones
2025 1.100 millones
2050 2.000 millones
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De todos los continentes, EUROPA es el que presenta un mayor índice de envejecimiento, siendo la expectativa de vida de 75 años. La expectativa de vida
al nacimiento mayor es la de Japón (79 años) y la menor la de África (50 años).
4. CONSECUENCIAS DEL ENVEJECIMIENTO DEL MUNDO. El proceso de envejecimiento de las poblaciones no sólo es un factor que
actúa sobre la estructura de la población, sino que debe considerarse como un
elemento que influye principalmente en las demandas económicas, sociales y de
salud, a las que deben hacer frente los países afectados:
a) EN LAS DEMANDAS ECONÓMICAS: el aumento del número de ancianos
conlleva un incremento del índice de dependencia, que a su vez condiciona un
progresivo aumento del número de pensiones que deberán correr a cargo de los
Presupuestos Generales del Estado. Según los datos del Informe 2000, "Las
EXPECTATIVA DE VIDA AL NACER EN LA POBLACIÓN MUNDIAL
África 50 años Asia 62 años
Mundo 63 años América Latina 65 años
Europa 75 años Estados Unidos 75 años
Japón 79 años
Tres siglos de envejecimiento de la población mundial. Naciones
Unidas.
Fuente: Long-Range World Population Projections: Based on the 1998. División de población,
Departamento de Asuntos Económicos y Sociales. Secretaría de las Naciones Unidas
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personas mayores en España", hay en nuestro país 4 millones y medio de
pensionistas.
b) EN LAS DEMANDAS SOCIALES: el incremento progresivo del número de
personas mayores tiene una incidencia directa en la problemática familiar y social,
por lo que la demanda de recursos sociales de la comunidad irá también en
aumento.
c) EN LAS DEMANDAS DE SALUD: la mayor expectativa de vida de la
población está dando lugar a un incremento de las enfermedades crónicas y
degenerativas, así como a un aumento de los problemas de invalidez o
incapacidad que impiden o limitan a los individuos en la realización de las
actividades de la vida diaria y en sus posibilidades de autocuidado e integración
social.
Las consecuencias profundas y duraderas del envejecimiento de la población
presentan enormes oportunidades y desafíos para todas las sociedades. Las
cuestiones relativas al envejecimiento y a las personas de edad han desempeñado
un papel relevante en las tres conferencias internacionales más importantes sobre la
población mundial organizadas por las acciones Unidas en los últimos 25 años.
Durante la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo,
celebrada en 1994, se concluyó que las consecuencias económicas y sociales del
envejecimiento de la población son tanto una oportunidad como una dificultad para
todas las sociedades.
Más recientemente, en el período extraordinario de sesiones de 1999 sobre la
población y el desarrollo, la Asamblea General adoptó algunas medidas
complementarias fundamentales para seguir ejecutando el Programa de Acción de
1994 e insistió, una vez más, en la necesidad de que todas las sociedades se
preocuparan por las importantes consecuencias que tendrá el envejecimiento de la
población en las próximas décadas.
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5. SITUACIÓN ACTUAL DEL ENVEJECIMIENTO EN
ESPAÑA. En España, la transición demográfica se inicia a principios de los años 1900
y se prevé que concluirá en el 2010. Nuestro país cuenta con la tasa de fecundidad
más baja del mundo (1.16), encontrándose por debajo de la tasa de
reemplazamiento generacional (2.1)
A lo largo del siglo XX la expectativa de vida al nacimiento se ha multiplicado
por 2,2 y 2,3 para hombres y mujeres respectivamente, siendo en 1997 de 75 años
para los varones y 82,3 para las mujeres.
El número de personas mayores de 65 años se ha multiplicado por más de 6
en el siglo 20 y seguirá creciendo, constituyendo el 22 por ciento de la población
española en el año 2025. El número de personas mayores de 80 años se triplicará
entre 1980 y 2025 constituyendo en este año el 6 por ciento de la población (2,3
millones de personas).
Los factores que determinan el envejecimiento de la población española son
similares a los del resto de países desarrollados del mundo (vistos anteriormente)
La ONU estima que España será el país más envejecido del mundo en el
año 2050.
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III. GENERALIDADES SOBRE DEPENDENCIA
JOSE LUIS DE ISLA SOLER
1. INTRODUCCION. CONCEPTO DE DEPENDENCIA. El Consejo de Europa, que ha venido promoviendo diversas iniciativas y
recomendaciones con el objeto de mejorar la situación de las personas
dependientes y la de sus cuidadores, constituyó a mediados de la década de los
noventa un grupo de expertos que trabajó durante dos años en la elaboración de un
texto de consenso que pudiese ser asumido desde la mayoría de los países
miembros de este organismo internacional.
El resultado de ese trabajo fue la aprobación, en septiembre de 1998, por el
Comité de Ministros del Consejo de Europa, de una Recomendación relativa a la
dependencia (Consejo de Europa, 1998).
En dicha Recomendación el Consejo de Europa define la dependencia como
«la necesidad de ayuda o asistencia importante para las actividades de la vida
cotidiana», o, de manera más precisa, como «un estado en el que se encuentran
las personas que por razones ligadas a la falta o la pérdida de autonomía física,
psíquica o intelectual tienen necesidad de asistencia y/o ayudas importantes a fin de
realizar los actos corrientes de la vida diaria y, de modo particular, los referentes al
cuidado personal».
Esta definición, que ha sido ampliamente aceptada,
plantea la concurrencia de tres factores para que podamos
hablar de una situación de dependencia: en primer lugar, la
existencia de una limitación física, psíquica o intelectual que
merma determinadas capacidades de la persona; en segundo
lugar, la incapacidad de la persona para realizar por sí mismo
las actividades de la vida diaria; en tercer lugar, la necesidad de asistencia o
cuidados por parte de un tercero.
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Esa perspectiva es coherente con el planteamiento de la nueva clasificación
de discapacidades de la OMS, denominada Clasificación Internacional del
Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF), adoptada durante la LIV
Asamblea Mundial de la Salud, que tuvo lugar en Ginebra (Suiza) entre el 14 y el 22
de mayo de 2001 (Organización Mundial de la Salud, 2001), que propone el
siguiente esquema conceptual para interpretar las consecuencias de las alteraciones
de la salud:
• DÉFICIT EN EL FUNCIONAMIENTO (sustituye al término «deficiencia», tal y como
se venía utilizando por la anterior Clasificación Internacional de Deficiencias,
Discapacidades y Minusvalías, CIDDM, de 1980): es la pérdida o anormalidad de
una parte del cuerpo o de una función fisiológica o mental. En este contexto el
término «anormalidad» se usa para referirse a una desviación significativa de la
norma estadística (por ejemplo, la mediana de la distribución estandarizada de una
población).
• LIMITACIÓN EN LA ACTIVIDAD (sustituye el término «discapacidad», tal y como
se venía utilizando en la CIDDM): Son las dificultades que un individuo puede tener
en la ejecución de las actividades. Las limitaciones en la actividad pueden calificarse
en distintos grados, según supongan una desviación más o menos importante, en
términos de cantidad o calidad, en la manera, extensión o intensidad en que se
esperaría la ejecución de la actividad en una persona sin alteración de salud.
• RESTRICCIÓN EN LA PARTICIPACIÓN (sustituye el término «minusvalía», tal y
como se venía utilizando en la CIDDM): Son problemas que un individuo puede
experimentar en su implicación en situaciones vitales. La presencia de restricciones
en la participación es determinada por la comparación de la participación de un
determinado individuo con la participación esperada de un individuo sin discapacidad
en una determinada cultura o sociedad.
• BARRERA: Son todos aquellos factores ambientales en el entorno de una persona
que condicionan el funcionamiento y crean discapacidad. Pueden incluir aspectos
como, por ejemplo, un ambiente físico inaccesible, la falta de tecnología asistencial
apropiada, las actitudes negativas de las personas hacia la discapacidad y también
la inexistencia de servicios, sistemas y políticas que favorezcan la participación.
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• DISCAPACIDAD: En la CIF es un término «paraguas» que se
utiliza para referirse a los déficit, las limitaciones en la actividad y
las restricciones en la participación. Denota los aspectos negativos
de la interacción entre el individuo con una alteración de la salud y
su entorno (factores contextuales y ambientales).
2. FUNDAMENTOS DE LA LEY DE DEPENDENCIA. La Ley 39/2006,de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía
Personal y Atención a las personas en situación de dependencia (publicada en
el BOE nº 299, de 15 de diciembre de 2006), regula las condiciones básicas de
promoción de la autonomía personal y de atención a las personas en situación de
dependencia mediante la creación del Sistema para la Autonomía y Atención a la
Dependencia (SAAD), en el que colaboran y participan todas aquellas
Administraciones Públicas con competencias en la materia.
Todavía hay una serie de cuestiones fundamentales de la Ley que, aún
estando en vigor la misma, no se pueden llevar a cabo al estar condicionadas por
decisiones del Consejo Territorial del Sistema para la Autonomía y Atención de la
Dependencia o por normas con rango de Real Decreto que deben ser aprobadas por
el Consejo de Ministros y publicadas en el BOE. A medida que estas cuestiones se
vayan acordando y, en su caso, aprobando se les irá comunicando a los Servicios
Sociales Comunitarios de Andalucía.
2.1. Objeto de la Ley y sus Principios Fundamentales.
Reconocer un nuevo derecho subjetivo de ciudadanía en el ámbito estatal: el
derecho a la promoción de la autonomía personal y atención a las personas en
situación de dependencia, mediante la creación del Sistema para la Autonomía y
Atención a la Dependencia (SAAD) (artículo 1).
La dependencia puede entenderse, por tanto, como el resultado de un proceso que se inicia con la aparición de un déficit en el funcionamiento corporal como consecuencia de una enfermedad o accidente. Este déficit comporta una limitación en la actividad. Cuando esta limitación no puede compensarse mediante la adaptación del entorno, provoca una restricción en la participación que se concreta en la dependencia de la ayuda de otras
personas para realizar las actividades de la vida cotidiana.
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Detallados en el artículo 3 de la Ley, los Principios Fundamentales más
significativos son los siguientes:
− El carácter público de las prestaciones del Sistema.
− La universalidad en el acceso de todas las personas en situación de
dependencia, en condiciones de igualdad y no discriminación.
− La atención a las personas de forma integral e integrada.
− La valoración de las necesidades de las personas atendiendo a
criterios de equidad para garantizar la igualdad real.
− La participación de las personas en situación de dependencia y, en su
caso, de sus familiares o representantes legales.
− La permanencia de las personas en situación de dependencia, siempre
que sea posible, en el entorno en el que desarrollan su vida.
− La cooperación interadministrativa.
2.2. Dependencia según la ley. Otros conceptos.
La ley de Dependencia en el artículo 2.2 define Dependencia como el estado
de carácter permanente en el que se encuentran personas que precisan de la
atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades
básicas de la vida diaria o, en el caso de personas con discapacidad intelectual o
enfermedad mental, otros apoyos para su autonomía personal. Esa dependencia
puede estar producida por la edad, la enfermedad o la discapacidad y ligada a la
pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial.
El artículo 2.1. de la Ley define autonomía como "la capacidad de controlar,
afrontar y tomar, por propia iniciativa, decisiones personales acerca de cómo vivir de
acuerdo con las normas y preferencias propias así como de desarrollar las
actividades básicas de la vida diaria.
3. LAS «ACTIVIDADES DE LA VIDA DIARIA (AVD)». Para definirlas, puede utilizarse un concepto utilizado desde hace tiempo por
disciplinas como la rehabilitación o la Geriatría, el de «actividades de la vida diaria»
(normalmente denotadas con las siglas AVD), que son aquellas actividades que una
persona ha de realizar diariamente para poder vivir de forma autónoma, integrada en
su entorno habitual y cumpliendo su rol social. Aunque son múltiples —y, como ha
señalado Querejeta (2004), a veces bastante confusas— las formas en que los
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diversos autores han definido y clasificado estas actividades, es habitual diferenciar
entre las actividades básicas de la vida diaria (ABVD) y las actividades
instrumentales de la vida diaria (AIVD).
— Actividades básicas de la vida diaria (ABVD): Son las actividades
imprescindibles para poder subsistir de forma independiente. Entre ellas se
incluyen las actividades de autocuidado (asearse, vestirse y desnudarse,
poder ir solo al servicio, poder quedarse solo
durante la noche, comer…) y de funcionamiento
básico físico (desplazarse dentro del hogar) y mental
(reconocer personas y objetos, orientarse, entender
y ejecutar instrucciones y/o tareas sencillas).
— Actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD): Son actividades más
complejas que las ABVD y su
realización requiere de un mayor nivel
de autonomía personal. Se asocian a
tareas que implican la capacidad de
tomar decisiones e implican
interacciones más difíciles con el
medio. En esta categoría se incluyen tareas domésticas, de movilidad, de
administración del hogar y de la propiedad, como poder utilizar el teléfono,
acordarse de tomar la medicación, cortarse las uñas de los pies, subir una
serie de escalones, coger un autobús, un metro o un taxi, preparar la propia
comida, comprar lo que se necesita para vivir, realizar actividades
domésticas básicas (fregar los platos, hacer la cama, etc.), poder pasear, ir al
médico, hacer papeleos y administrar el propio dinero, entre otras.
La Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud de
1999 (EDDES 99) proporciona igualmente información sobre las dificultades de la
población española para realizar diversas actividades de la vida diaria.
La Ley de Dependencia (el artículo 2.3.) señala aquellas que permiten a la
persona desenvolverse con un mínimo de autonomía e independencia, tales como:
el cuidado personal, las actividades domésticas básicas, la movilidad esencial,
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reconocer personas y objetos, orientarse, entender y ejecutar órdenes o tareas
sencillas.
4. LOS GRADOS DE DEPENDENCIA. El artículo 26 contempla tres grados de dependencia:
• Grado I de dependencia moderada: cuando la persona necesita ayuda para
realizar varias ABVD al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo
intermitente o limitado para su autonomía personal.
• Grado II de dependencia severa: cuando la persona necesita ayuda para
realizar varias ABVD dos o tres veces al día pero no quiere el apoyo
permanente de un cuidador o tiene necesidades de apoyo extenso para su
autonomía personal.
• Grado III de gran dependencia: cuando la persona necesita ayuda para
realizar varias ABVD varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía
física, mental, intelectual o sensorial necesita el apoyo indispensable y
continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo generalizado para su
autonomía personal.
Cada uno de estos grados se clasificará a su vez en dos niveles en función de
la autonomía y atención y cuidado que requiere la persona.
5. VALORACIÓN DE LA SITUACIÓN DE DEPENDENCIA. El artículo 27 de la Ley establece la existencia de un único baremo en todo el
Estado español, aprobado por el Gobierno mediante Real decreto 504/2007, de 20
de abril (BOE del 21 de abril); el baremo valora la capacidad de la persona para
llevar a cabo por sí misma las actividades básicas de la vida diaria, así como la
necesidad de apoyo y supervisión para su realización por personas con
discapacidad intelectual o con enfermedad mental.
Las distintas Comunidades Autónomas determinarán los órganos de
valoración de la situación de dependencia, que emitirán un dictamen sobre el grado
y nivel de dependencia, con especificación de los cuidados que la persona pueda
requerir.
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 23
Dichos órganos de valoración tendrán en cuenta además los informes sobre
la salud y entorno en el que viva el solicitante, así como aquellas ayudas técnicas,
órtesis y prótesis que, en su caso, le hayan sido prescritas.
6. REQUISITOS BÁSICOS PARA SER TITULAR DE LOS
DERECHOS. Se encuentran detallados en el artículo 5 y son los siguientes:
• Ser español
• Cualquier edad, pero con peculiaridades para los menores de 3 años.
• Encontrarse en situación de dependencia en alguno de los grados
establecidos por la LAAD.
• Residir en territorio español y haberlo hecho durante cinco años, de los cuales
dos deberán ser inmediatamente anteriores a la fecha de presentación de la
solicitud. Para los menores de cinco años el período de residencia se exigirá
a quien ejerza su guarda y custodia.
• Las personas que reúnan los requisitos señalados en los dos apartados
anteriores, pero carezcan de la nacionalidad española, se regirán por lo
establecido en la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y
libertades de los extranjeros en España y su integración social, en los
Tratados Internacionales y en los Convenios que se puedan haber suscrito
con los diferentes países de origen. Además, se recogen previsiones
especiales para los menores que carezcan de la nacionalidad española, para
quienes se estará a lo dispuesto en las Leyes del Menor vigentes, tanto de
carácter estatal como autonómica, así como en los Tratados Internacionales.
7. PRESTACIONES DE ATENCIÓN A LA DEPENDENCIA
CONTEMPLA LA LEY. RED DE SERVICIOS. Como prestaciones de atención a la dependencia el artículo 14 contempla
tanto prestaciones económicas como servicios, si bien estos últimos tendrán carácter
prioritario y se prestarán a través de la oferta pública de la Red de Servicios Sociales
por las respectivas Comunidades Autónomas mediante centros y servicios públicos
o privados concertados debidamente acreditados.
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 24
El artículo 16 de la Ley establece que la red de centros del SAAD estará
formada por:
• Los centros públicos de las Comunidades Autónomas y las Entidades
Locales.
• Los centros de referencia estatal de Referencia para la promoción de la
autonomía personal y atención de las situaciones de dependencia.
• Los Centros privados concertados debidamente acreditados.
El Catálogo de Servicios del Sistema, recogido en el artículo 15, es el
siguiente:
a. Los servicios de prevención de las situaciones de dependencia y los de
promoción de la autonomía personal.
b. Servicio de Teleasistencia.
c. Servicio de Ayuda a domicilio:
I. Atención de las necesidades del hogar.
II. Cuidados personales.
d. Servicio de Centro de Día y de Noche:
I. Centro de Día para mayores.
II. Centro de Día para menores de 65 años.
II. Centro de Día de atención especializada.
IV. Centro de Noche.
e. Servicio de Atención Residencial:
I. Residencia de personas mayores en situación de dependencia.
II. Centro de atención a personas en situación de dependencia, en razón
de los distintos tipos de discapacidad.
La intensidad de protección de cada uno de los
servicios prestados ha sido objeto de desarrollo
reglamentario a través del Real Decreto 727/2007, de 8 de
junio, sobre criterios para determinar la intensidad de
protección de los servicios y la cuantía de las prestaciones
económicas de la Ley 39/2006.
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 25
8. REQUISITOS Y CONDICIONES DE LA ACTIVIDAD DE
LOS CUIDADORES NO PROFESIONALES. Podrán asumir la condición de cuidadores no profesionales su cónyuge y sus
parientes por consanguinidad, afinidad o adopción, hasta el tercer grado de
parentesco; excepcionalmente la administración competente podrá permitir la
existencia de cuidados no profesionales por parte de una persona de su entorno
que, aun no teniendo parentesco, resida en el municipio de la persona en situación
de dependencia o en uno vecino y lo haya hecho durante el período previo de un
año.
El Real Decreto 615/2007, de 11 de mayo, ha regulado la Seguridad Social de
estos cuidadores no profesionales mediante la suscripción de un Convenio Especial
a efectos de las prestaciones de jubilación, incapacidad permanente y muerte y
supervivencia, derivadas de accidente, cualquiera que sea su carácter, o de
enfermedad, con independencia de su naturaleza.
Finalmente a los cuidadores no profesionales se les facilitará su incorporación
a programas de formación, información y descanso.
9. EVALUACIÓN DEL GRADO DE DEPENDENCIA. Todas las personas que lo deseen serán evaluadas en los servicios sociales
de la Comunidad Autónoma en la que tengan fijada su residencia para determinar su
posible grado y nivel de dependencia y las prestaciones y servicios a los que puedan
tener derecho, previa presentación de su solicitud en el modelo oficial dispuesto por
su respectiva Comunidad Autónoma.
El procedimiento se inicia a instancia de la persona interesada pudiéndose
solicitar en cualquier momento en la Comunidad Autónoma en la que tenga fijada su
residencia. No obstante deberá tenerse en cuenta la gradualidad que la norma
contempla y que condiciona el acceso a los servicios y prestaciones económicas
conforme el grado y nivel de dependencia reconocido.
Cada Comunidad Autónoma o Administración que, en su caso, tenga la
competencia, establece los formularios de solicitud así como los documentos que
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 26
deben acompañarla. En general las personas interesadas tienen que presentar
alguno o algunos de los siguientes documentos, conforme a lo que disponga la
respectiva administración:
• Modelo de solicitud establecido por la Comunidad Autónoma de residencia.
• Fotocopia del DNI/NIE del solicitante
• Acreditación de la representación del solicitante, en su caso, y fotocopia del
DNI/NIE del representante
• Certificado o certificados de empadronamiento que acrediten la residencia del
solicitante en España durante cinco años, dos de los cuales inmediatamente
anteriores a la presentación de la solicitud.
• Informe de Salud.
Se puede revisar el grado de dependencia tal y como establece el artículo 30
en atención a:
• Mejoría o empeoramiento de la situación de dependencia
• Error de diagnóstico o en la aplicación del correspondiente baremo
(Ver solicitud como anexo al capítulo)
10. PRESENTE Y FUTURO DE LA LEY. La Ley entró en vigor en todo el Estado español el día 1 de enero de 2007,
estableciéndose un plazo máximo de tres meses para la constitución del Consejo
Territorial del SAAD (ocurrido el pasado 22 de enero) y de otros tres desde su
constitución para que el Gobierno y las Comunidades Autónomas acuerden el
baremo, los servicios y las cuantías de las prestaciones económicas que recibirán
las personas mayores y las personas con discapacidad que no pueden valerse por sí
mismas.
10.1. Calendario de aplicación de la Ley de Dependencia.
La efectividad del derecho a las prestaciones de dependencia de la se
realizará progresiva y gradualmente a partir del 1 de enero de 2007 de acuerdo al
siguiente calendario:
• 2007, personas valoradas con un Grado III de gran dependencia, niveles 2 y 1. • 2008-2009, personas valoradas con un Grado II de dependencia severa, nivel 2. • 2009-2010, personas valoradas con un Grado II de dependencia severa, nivel 1. • 2011-2012, personas valoradas con un Grado I de dependencia moderada, nivel 2. • 2013-2014, personas valoradas con un Grado I de dependencia moderada, nivel 1
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 27
En 2007 el SAAD atenderá a las personas con gran dependencia (personas
mayores o con discapacidad gravemente afectadas que necesitan ayuda varias
veces al día o supervisión y apoyo generalizado), en torno a 200.000 en todo el
Estado. Hasta 2015, se irán incorporando paulatinamente las personas con
dependencia severa o moderada.
10.2. Previsiones de evolución futura.
La evolución futura de la población dependiente
estará determinada por el proceso de envejecimiento
demográfico. Contra lo que a veces se suele pensar, ese
proceso no es lineal y uniforme en el tiempo, pues su
dinámica está condicionado por la estructura de la
población. Basta observar la pirámide de la población
española (en la que todavía se aprecian los efectos de nuestra historia demográfica,
y, en particular, el descenso de nacimientos que se produjo durante la Guerra Civil y
en los primeros años de la posguerra, la recuperación de la natalidad que se produjo
unos años después y el «baby-boom» de los primeros sesenta), para darse cuenta
de que durante la década actual se producirá un incremento muy importante del
número de personas de edad avanzada (por encima de los 75 años) y un descenso
suave en el número de personas de entre 65 y 75 años, debido a que en estos
momentos están comenzando a llegar a la edad de jubilación un grupo de cohortes
que son, en términos relativos, poco numerosas (las personas que nacieron
alrededor de 1940). El resultado es que, en estos primeros diez años del siglo XXI,
asistiremos a un notabilísimo aumento de la demanda de cuidados de larga
duración.
Fuente: Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento • Madrid, 8 a 12 de abril de 2002
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 28
A partir de 2011 se producirá un cambio de importancia en esta tendencia: la
población seguirá envejeciendo, pero el aumento de las personas de entre 65 y 75
años de edad será muy superior al que experimentará el grupo de mayores de 75
años.
La razón es que de nuevo comenzarán a llegar a la edad de jubilación
generaciones con un número de efectivos muy grande. La presión sobre el sistema
de provisión de cuidados para personas dependientes no descenderá, pero surgirán
con fuerza muchas otras demandas que competirán por los recursos, siempre
escasos en relación con las necesidades, del sistema de protección social. De ahí
que sea tan urgente afrontar el desarrollo de un sistema de atención de las
necesidades de las personas dependientes, creando las infraestructuras, los
equipamientos y los medios financieros, técnicos y personales necesarios para
hacer frente a esas demandas.
Junto al envejecimiento demográfico, que
impulsará al alza las cifras de personas
dependientes, es previsible que se produzca una
cierta reducción de la prevalencia de las
situaciones de dependencia por grupos de edad,
como consecuencia de la mejora de los niveles de
salud, la mayor conciencia de la población sobre la
conveniencia de desarrollar hábitos de vida
saludables y las actuaciones preventivas. Para elaborar las proyecciones que se
incluyen en las páginas siguientes, hemos partido de la hipótesis de que esa
reducción de la prevalencia se producirá de forma paulatina y será más perceptible
en los niveles de menor gravedad.
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 29
Fuente: Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento • Madrid, 8 a 12 de abril de 2002
Fuente: Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento • Madrid, 8 a 12 de abril de 2002
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 30
ANEXO DEL CAPÍTULO III: LA LEY DE DEPENDENCIA Y SU APLICACIÓN.
JOSE LUIS DE ISLA SOLER
EXTRACTO DE LA LEY DE PROMOCIÓN DE LA AUTONOMÍA PERSONAL Y ATENCIÓN A LAS PERSONAS EN SITUACIÓN DE DEPENDENCIA (Ley 39/2006 de 14 de diciembre. Publicada en el
BOE nº 299, de 15 de diciembre de 2006)
I. PREÁMBULO. 1. La atención a las personas en situación de dependencia y la promoción de su autonomía
personal constituye uno de los principales retos de la política social de los países desarrollados. El
reto no es otro que atender las necesidades de aquellas personas que, por encontrarse en situación
de especial vulnerabilidad, requieren apoyos para desarrollar las actividades esenciales de la vida
diaria, alcanzar una mayor autonomía personal y poder ejercer plenamente sus derechos de
ciudadanía.
El reconocimiento de los derechos de las personas en situación de dependencia ha
sido puesto de relieve por numerosos documentos y decisiones de organizaciones
internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, el Consejo de Europa y la Unión
Europea. En 2002, bajo la presidencia española, la Unión Europea decidió tres criterios que debían
regir las políticas de dependencia de los estados miembros: universalidad, alta calidad y
sostenibilidad en el tiempo de los sistemas que se implanten.
En España, los cambios demográficos y sociales están produciendo un incremento
progresivo de la población en situación de dependencia. Por una parte, es necesario considerar el
importante crecimiento de la población de más de 65 años, que se ha duplicado en los últimos 30
años, para pasar de 3,3 millones de personas en 1970 (un 9,7 por ciento de la población total) a más
de 6,6 millones en 2000 (16,6 por ciento). A ello hay que añadir el fenómeno demográfico
denominado “envejecimiento del envejecimiento”, es decir, el aumento del colectivo de población con
edad superior a 80 años, que se ha duplicado en sólo veinte años.
Ambas cuestiones conforman una nueva realidad de la población mayor que conlleva
problemas de dependencia en las últimas etapas de la vida para un colectivo de personas cada vez
más amplio.
Un 9% de la población española, según la Encuesta sobre Discapacidades,
Deficiencias y Estado de Salud de 1999, presenta alguna discapacidad o limitación que le ha
causado, o puede llegar a causar, una dependencia para las actividades de la vida diaria o
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 31
necesidades de apoyo para su autonomía personal en igualdad de oportunidades.
2. La atención a este colectivo de población se convierte, pues, en un reto ineludible para los
poderes públicos, que requiere una respuesta firme, sostenida y adaptada al actual modelo de
nuestra sociedad. No hay que olvidar que, hasta ahora, han sido las familias, y en especial las
mujeres, las que tradicionalmente han asumido el cuidado de las personas dependientes,
constituyendo lo que ha dado en llamarse el “apoyo informal”. Los cambios en el modelo de
familia y la incorporación progresiva de casi tres millones de mujeres, en la última década, al
mercado de trabajo introducen nuevos factores en esta situación que hacen imprescindible
una revisión del sistema tradicional de atención para asegurar una adecuada capacidad de
prestación de cuidados a aquellas personas que los necesitan.
Si en 1978 los elementos fundamentales de ese modelo de Estado del bienestar se
centraban, para todo ciudadano, en la protección sanitaria y de la Seguridad Social, el desarrollo
social de nuestro país desde entonces ha venido a situar a un nivel de importancia fundamental a
los servicios sociales, desarrollados fundamentalmente por las Comunidades Autónomas, con
colaboración especial del tercer sector, como cuarto pilar del sistema de bienestar, para la atención
a las situaciones de dependencia.
La necesidad de garantizar a los ciudadanos, y a las propias Comunidades Autónomas,
un marco estable de recursos y servicios para la atención a la dependencia y su progresiva
importancia lleva ahora al Estado a intervenir en este ámbito con la regulación contenida en la Ley,
que la configura como una nueva modalidad de protección social que amplía y complementa la
acción protectora del Estado y del Sistema de la Seguridad Social.
Se trata ahora de configurar un nuevo desarrollo de los servicios sociales del país que
amplíe y complemente la acción protectora de este sistema, potenciando el avance del modelo
de Estado social que consagra la Constitución Española, potenciando el compromiso de todos los
poderes públicos en promover y dotar los recursos necesarios para hacer efectivo un sistema de
servicios sociales de calidad, garantistas y plenamente universales. En este sentido, el Sistema
de Atención de la Dependencia es uno de los instrumentos fundamentales para mejorar la situación
de los servicios sociales en nuestro país, respondiendo a la necesidad de la atención a las
situaciones de dependencia y a la promoción de la autonomía personal, la calidad de vida y la
igualdad de oportunidades.
3. La Ley regula las condiciones básicas de promoción de la autonomía personal y de
atención a las personas en situación de dependencia mediante la creación de un Sistema para
la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), con la colaboración y participación de todas las
Administraciones Públicas.
El Sistema tiene por finalidad principal la garantía de las condiciones básicas y la previsión
de los niveles de protección a que se refiere la presente Ley. A tal efecto, sirve de cauce para
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 32
la colaboración y participación de las Administraciones Públicas y para optimizar los recursos
públicos y privados disponibles. De este modo, configura un derecho subjetivo que se
fundamenta en los principios de universalidad, equidad y accesibilidad, desarrollando un modelo de
atención integral al ciudadano, al que se reconoce como beneficiario su participación en el Sistema
y que administrativamente se organiza en tres niveles.
La Ley establece un nivel mínimo de protección, definido y garantizado financieramente por
la Administración General del Estado. Asimismo, como un segundo nivel de protección, la Ley
contempla un régimen de cooperación y financiación entre la Administración General del Estado y
las Comunidades Autónomas mediante convenios para el desarrollo y aplicación de las demás
prestaciones y servicios que se contemplan en la Ley. Finalmente, las Comunidades
Autónomas podrán desarrollar, si así lo estiman oportuno, un tercer nivel adicional de protección
a los ciudadanos.
La propia naturaleza del objeto de la Ley requiere un compromiso y una actuación conjunta
de todos los poderes e instituciones públicas, por lo que la coordinación y cooperación con las
Comunidades Autónomas es un elemento fundamental. Deben desarrollarse, a través del
acuerdo entre las administraciones, las funciones de acordar un marco de cooperación
interadministrativa, la intensidad de los servicios del catálogo, las condiciones y cuantía de las
prestaciones económicas, los criterios de participación de los beneficiarios en el coste de los
servicios o el baremo para el reconocimiento de la situación de dependencia, aspectos que deben
permitir el posterior despliegue del Sistema a través de los correspondientes convenios con las
Comunidades Autónomas.
La financiación vendrá determinada por el número de personas en situación de
dependencia y de los servicios y prestaciones previstos en esta Ley, por lo que la misma será
estable, suficiente, sostenida en el tiempo y garantizada mediante la corresponsabilidad de las
Administraciones Públicas. En todo caso, la Administración General del Estado garantizará la
financiación a las Comunidades Autónomas para el desarrollo del nivel mínimo de protección
para las personas en situación de dependencia recogidas en la Ley.
El Sistema atenderá de forma equitativa a todos los ciudadanos en situación de
dependencia. Los beneficiarios contribuirán económicamente a la financiación de los servicios de
forma progresiva en función de su capacidad económica, teniendo en cuenta para ello el tipo de
servicio que se presta y el coste del mismo.
El Sistema garantizará la participación de las entidades que representan a las personas en
situación de dependencia y sus familias en sus órganos consultivos.
Se reconocerá también la participación de los beneficiarios en el sistema y la
complementariedad y compatibilidad entre los diferentes tipos de prestaciones, en los términos
que determinen las normas de desarrollo.
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 33
4. La Ley se estructura en un título preliminar; un título primero con cinco capítulos; un título
segundo con cinco capítulos; un título tercero; quince disposiciones adicionales; dos disposiciones
transitorias y diez disposiciones finales.
II. DISPOSICIONES GENERALES. 2.1. Objeto de la Ley (Art. 1)
La Ley tiene por objeto regular las condiciones básicas que garanticen la igualdad en el
ejercicio del derecho subjetivo de ciudadanía a la promoción de la autonomía personal y
atención a las personas en situación de dependencia, en los términos establecidos en las
leyes, mediante la creación de un Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, con la
colaboración y participación de todas las Administraciones Públicas y la garantía por la
Administración General del Estado de un contenido mínimo común de derechos para todos los
ciudadanos en cualquier parte del territorio del Estado español. 2.2. Definiciones (Art. 2)
1. Autonomía: la capacidad de controlar, afrontar y tomar, por propia iniciativa, decisiones
personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y preferencias propias así como de
desarrollar las actividades básicas de la vida diaria.
2. Dependencia: el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que,
por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la
pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras
personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las
personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía
personal.
3. Actividades básicas de la Vida Diaria (ABVD): las tareas más elementales de la persona,
que le permiten desenvolverse con un mínimo de autonomía e independencia, tales como: el
cuidado personal, las actividades domésticas básicas, la movilidad esencial, reconocer personas y
objetos, orientarse, entender y ejecutar órdenes o tareas sencillas.
4 Necesidades de apoyo para la autonomía personal: las que requieren las personas que
tienen discapacidad intelectual o mental para hacer efectivo un grado satisfactorio de autonomía
personal en el seno de la comunidad.
5. Cuidados no profesionales: la atención prestada a personas en situación de dependencia
en su domicilio, por personas de la familia o de su entorno, no vinculadas a un servicio de atención
profesionalizada.
6. Cuidados profesionales: los prestados por una institución pública o entidad, con y sin
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 34
ánimo de lucro, o profesional autónomo entre cuyas finalidades se encuentre la prestación de
servicios a personas en situación de dependencia, ya sean en su hogar o en un centro.
7. Asistencia personal: servicio prestado por un asistente personal que realiza o colabora
en tareas de la vida cotidiana de una persona en situación de dependencia, de cara a fomentar su
vida independiente, promoviendo y potenciando su autonomía personal.
8. Tercer sector: organizaciones de carácter privado surgidas de la iniciativa ciudadana
o social, bajo diferentes modalidades que responden a criterios de solidaridad, con fines de interés
general y ausencia de ánimo de lucro, que impulsan el reconocimiento y el ejercicio de los derechos
sociales.
2.3. Principios de la Ley (Art. 3)
La Ley se inspira en los siguientes principios:
a) El carácter público de las prestaciones del Sistema para la Autonomía y Atención a la
Dependencia.
b) La universalidad en el acceso de todas las personas en situación de dependencia, en
condiciones de igualdad efectiva y no discriminación, en los términos establecidos en esta Ley.
c) La atención a las personas en situación de dependencia de forma integral e integrada.
d) La transversalidad de las políticas de atención a las personas en situación de
dependencia.
e) La valoración de las necesidades de las personas, atendiendo a criterios de
equidad para garantizar la igualdad real.
f) La personalización de la atención, teniendo en cuenta de manera especial la situación de
quienes requieren de mayor acción positiva como consecuencia de tener mayor grado de
discriminación o menor igualdad de oportunidades.
g) El establecimiento de las medidas adecuadas de prevención, rehabilitación, estímulo
social y mental.
h) La promoción de las condiciones precisas para que las personas en situación de
dependencia puedan llevar una vida con el mayor grado de autonomía posible.
i) La permanencia de las personas en situación de dependencia, siempre que sea posible,
en el entorno en el que desarrollan su vida.
j) La calidad, sostenibilidad y accesibilidad de los servicios de atención a las personas en
situación de dependencia.
k) La participación de las personas en situación de dependencia y, en su caso, de sus
familias y entidades que les representen en los términos previstos en esta Ley.
l) La colaboración de los servicios sociales y sanitarios en la prestación de los servicios a los
usuarios del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia que se establecen en la
presente Ley y en las correspondientes normas de las Comunidades Autónomas y las aplicables a
las Entidades Locales.
m) La participación de la iniciativa privada en los servicios y prestaciones de promoción de
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 35
la autonomía personal y atención a la situación de dependencia.
n) La participación del tercer sector en los servicios y prestaciones de promoción de la
autonomía personal y atención a la situación de dependencia.
ñ) La cooperación interadministrativa.
o) La integración de las prestaciones establecidas en esta Ley en las redes de servicios
sociales de las Comunidades Autónomas, en el ámbito de las competencias que tienen asumidas, y
el reconocimiento y garantía de su oferta mediante centros y servicios públicos o privados
concertados.
p) La inclusión de la perspectiva de género, teniendo en cuenta las distintas
necesidades de mujeres y hombres.
q) Las personas en situación de gran dependencia serán atendidas de manera preferente. 2.4. Derechos y obligaciones de las personas en situación de dependencia. (Art. 4)
1. Las personas en situación de dependencia tendrán derecho, con independencia del
lugar del territorio del Estado español donde residan, a acceder, en condiciones de igualdad, a las
prestaciones y servicios previstos en esta Ley, en los términos establecidos en la misma.
2. Asimismo, las personas en situación de dependencia disfrutarán de todos los derechos
establecidos en la legislación vigente, y con carácter especial de los siguientes:
a) A disfrutar de los derechos humanos y libertades fundamentales, con pleno respeto de su
dignidad e intimidad.
e) A participar en la formulación y aplicación de las políticas que afecten a su bienestar, ya
sea a título individual o mediante asociación.
f) A decidir, cuando tenga capacidad de obrar suficiente, sobre la tutela de su persona y
bienes, para el caso de pérdida de su capacidad de autogobierno.
g) A decidir libremente sobre el ingreso en centro residencial.
j) A iniciar las acciones administrativas y jurisdiccionales en defensa del derecho que
reconoce la presente Ley en el apartado 1 de este artículo. En el caso de los menores o personas
incapacitadas judicialmente, estarán legitimadas para actuar en su nombre quienes ejerzan la patria
potestad o quienes ostenten la representación legal. 2.5. Titulares de derechos. (Art. 5)
1. Son titulares de los derechos establecidos en la Ley los españoles que cumplan los
siguientes requisitos:
a) Encontrarse en situación de dependencia en alguno de los grados establecidos.
c) Residir en territorio español y haberlo hecho durante cinco años, de los cuales dos
deberán ser inmediatamente anteriores a la fecha de presentación de la solicitud. Para los
menores de cinco años el periodo de residencia se exigirá a quien ejerza su guarda y custodia.
2. Las personas que, reuniendo los requisitos anteriores, carezcan de la nacionalidad
española se regirán por lo establecido en la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 36
libertades de los extranjeros en España y su integración social.
III. EL SISTEMA PARA LA AUTONOMÍA Y ATENCIÓN A LA DEPENDENCIA. 1. Configuración del Sistema. 1.1. Finalidad del Sistema. (Art. 6)
1. El Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia garantiza las condiciones
básicas y el contenido común a que se refiere la Ley; sirve de cauce para la colaboración y
participación de las Administraciones Públicas, en el ejercicio de sus respectivas competencias, en
materia de promoción de la autonomía personal y la atención y protección a las personas en
situación de dependencia; optimiza los recursos públicos y privados disponibles, y contribuye a
la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos.
1.2. Niveles de protección del Sistema. (Art. 7) La protección de la situación de dependencia por parte del Sistema se prestará en los
términos establecidos en la Ley y de acuerdo con los siguientes niveles:
1º) El nivel de protección mínimo establecido por la Administración General del Estado
en aplicación del artículo 9.
2º) El nivel de protección que se acuerde entre la Administración General del Estado y la
Administración de cada una de las Comunidades Autónomas a través de los Convenios previstos en
el artículo 10.
3º) El nivel adicional de protección que pueda establecer cada Comunidad Autónoma.
1.3. Consejo Territorial del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia. (Art. 8)
1. Se crea el Consejo Territorial del Sistema para la Autonomía y Atención a la
Dependencia como instrumento de cooperación para la articulación del Sistema. El Consejo
estará constituido por el titular del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, y por un representante
de cada una de la Comunidades Autónomas. Integrarán igualmente el Consejo un número de
representantes de los diferentes Departamentos ministeriales. En la composición tendrán
mayoría los representantes de las Comunidades Autónomas.
2. Sin perjuicio de las competencias de cada una de las Administraciones Públicas
integrantes, corresponde al Consejo, además de las funciones que expresamente le atribuye la Ley,
ejercer las siguientes:
b) Establecer los criterios para determinar la intensidad de protección de los servicios
previstos de acuerdo con los artículos 10.3 y 15.
c) Acordar las condiciones y cuantía de las prestaciones económicas previstas en el
artículo 20 y en la Disposición Adicional primera.
d) Adoptar los criterios de participación del beneficiario en el coste de los servicios.
e) Acordar el baremo a que se refiere el artículo 27, con los criterios básicos del
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 37
procedimiento de valoración y de las características de los órganos de valoración.
h) Servir de cauce de cooperación, comunicación e información entre las Administraciones
Públicas.
El Consejo Territorial del Sistema se constituyó el 22 de enero.
1.4. Participación de la Administración General del Estado. (Art. 9) 1. El Gobierno, oído el Consejo Territorial del Sistema para la Autonomía y Atención a la
Dependencia, determinará el nivel mínimo de protección garantizado para cada uno de los
beneficiarios del Sistema, según el grado y nivel de su dependencia, como condición básica de
garantía del derecho a la promoción de la autonomía personal y atención a la situación de
dependencia.
1.5. Cooperación entre la Administración General del Estado y las Comunidades Autónomas. (Art. 10)
2. A través de Convenios la Administración General del Estado y las Comunidades
Autónomas acordarán los objetivos, medios y recursos para la aplicación de los servicios y
prestaciones recogidos en el Capítulo II del presente Título, incrementando el nivel mínimo de
protección fijado por el Estado de acuerdo con el artículo 9.
3. En aplicación de lo previsto en el apartado anterior, el Consejo Territorial del
Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia establecerá los criterios para determinar la
intensidad de protección de cada uno de los servicios previstos en el Catálogo, y la
compatibilidad e incompatibilidad entre los mismos, para su aprobación por el Gobierno mediante Real Decreto.
1.6. Participación de las Comunidades Autónomas en el Sistema. (Art. 11) 1. En el marco del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia,
corresponden a las Comunidades Autónomas, sin perjuicio de las competencias que les son propias
según la Constitución Española, los Estatutos de Autonomía y la legislación vigente, las siguientes
funciones:
a) Planificar, ordenar, coordinar y dirigir, en el ámbito de su territorio, los servicios de promoción
de la autonomía personal y de atención a las personas en situación de dependencia.
b) Gestionar, en su ámbito territorial, los servicios y recursos necesarios para la valoración y
atención de la dependencia.
c) Establecer los procedimientos de coordinación sociosanitaria, creando, en su caso, los órganos de
coordinación que procedan para garantizar una efectiva atención.
d) Crear y actualizar el Registro de Centros y Servicios, facilitando la debida acreditación que
garantice el cumplimiento de los requisitos y los estándares de calidad.
e) Asegurar la elaboración de los correspondientes Programas Individuales de Atención.
f) Inspeccionar y, en su caso, sancionar los incumplimientos sobre requisitos y estándares de
calidad de los centros y servicios y respecto de los derechos de los beneficiarios.
g) Evaluar periódicamente el funcionamiento del Sistema en su territorio respectivo.
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 38
1.7. Participación de las Entidades Locales. (Art. 12)
1. Las Entidades Locales participarán en la gestión de los servicios de atención a las
personas en situación de dependencia, de acuerdo con la normativa de sus respectivas
Comunidades Autónomas y dentro de las competencias que la legislación vigente les atribuye.
2. Prestaciones y Catálogo de servicios de atención del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia 2.1. Prestaciones del Sistema
Objetivos de las prestaciones de dependencia. (Art. 13) La atención a las personas en situación de dependencia y la promoción de su autonomía
personal, deberá orientarse a la consecución de una mejor calidad de vida y autonomía personal,
en un marco de efectiva igualdad de oportunidades, de acuerdo con los siguientes objetivos:
a) Facilitar una existencia autónoma en su medio habitual, todo el tiempo que desee y sea
posible.
b) Proporcionar un trato digno en todos los ámbitos de su vida personal, familiar y social,
facilitando su incorporación activa en la vida de la comunidad.
Prestaciones de atención a la dependencia. (Art. 14) 1. Las prestaciones de atención a la dependencia podrán tener la naturaleza de
servicios y de prestaciones económicas e irán destinadas, por una parte, a la promoción de la
autonomía personal y, por otra, a atender las necesidades de las personas con dificultades para la
realización de las actividades básicas de la vida diaria.
2. Los servicios del Catálogo del artículo 15 tendrán carácter prioritario y se prestarán a
través de la oferta pública de la Red de Servicios Sociales por las respectivas Comunidades
Autónomas mediante centros y servicios públicos o privados concertados debidamente acreditados.
3. De no ser posible la atención mediante alguno de estos servicios, en los Convenios a que
se refiere el artículo 10 se incorporará la prestación económica vinculada establecida en el
artículo 17. Esta prestación irá destinada a la cobertura de los gastos del servicio previsto en el
Programa Individual de Atención al que se refiere el artículo 29, debiendo ser prestado por una
entidad o centro acreditado para la atención a la dependencia.
4. El beneficiario podrá, excepcionalmente, recibir una prestación económica para ser
atendido por cuidadores no profesionales, siempre que se den condiciones adecuadas de
convivencia y de habitabilidad de la vivienda y así lo establezca su Programa Individual de
Atención.
5. La prioridad en el acceso a los servicios vendrá determinada por el grado y nivel de
dependencia y, a igual grado y nivel, por la capacidad económica del solicitante. Hasta que la red
de servicios esté totalmente implantada, las personas en situación de dependencia que no
puedan acceder a los servicios por aplicación del régimen de prioridad señalado, tendrán derecho a
la prestación económica prevista en el artículo 17 de la Ley.
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 39
6. A los efectos de la Ley, la capacidad económica se determinará, en la forma que
reglamentariamente se establezca, a propuesta del Consejo Territorial del Sistema para la
Autonomía y Atención a la Dependencia, en atención a la renta y el patrimonio del solicitante. En la
consideración del patrimonio se tendrán en cuenta la edad del beneficiario y el tipo de servicio que
se presta.
Catálogo de servicios. (Art. 15) 1. El Catálogo de servicios comprende los servicios sociales de promoción de la
autonomía personal y de atención a la dependencia, en los términos que se especifican en este capítulo:
a) Los servicios de prevención de las situaciones de dependencia y los de promoción de la
autonomía personal.
b) Servicio de Teleasistencia.
c) Servicio de Ayuda a domicilio:
(i) Atención de las necesidades del hogar.
(ii) Cuidados personales.
d) Servicio de Centro de Día y de Noche:
(i) Centro de Día para mayores.
(ii) Centro de Día para menores de 65 años.
(iii) Centro de Día de atención especializada.
(iv) Centro de Noche.
e) Servicio de Atención Residencial:
(i) Residencia de personas mayores en situación de dependencia.
(ii) Centro de atención a personas en situación de dependencia, en razón de los distintos
tipos de discapacidad.
Red de servicios del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia. (Art. 16)
1. Las prestaciones y servicios establecidos en esta Ley se integran en la Red de Servicios
Sociales de las respectivas Comunidades Autónomas en el ámbito de las competencias que las
mismas tienen asumidas. La red de centros estará formada por los centros públicos de las
Comunidades Autónomas, de las Entidades Locales, los centros de referencia estatal para la
promoción de la autonomía personal y para la atención y cuidado de situaciones de dependencia,
así como los privados concertados debidamente acreditados.
2. Los centros y servicios privados no concertados que presten servicios para personas en
situación de dependencia deberán contar con la debida acreditación de la Comunidad Autónoma
correspondiente.
2.2 Prestaciones económicas
Prestación económica vinculada al servicio. (Art. 17)
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 40
1. La prestación económica, que tendrá carácter periódico, se reconocerá, en los términos
que se establezca, únicamente cuando no sea posible el acceso a un servicio público o concertado
de atención y cuidado, en función del grado y nivel de dependencia y de la capacidad
económica del beneficiario, de acuerdo con lo previsto en el convenio celebrado entre la
Administración General del Estado y la correspondiente Comunidad Autónoma.
2. Esta prestación económica de carácter personal estará, en todo caso, vinculada a la
adquisición de un servicio.
3. Las Administraciones Públicas competentes supervisarán, en todo caso, el destino y
utilización de estas prestaciones al cumplimiento de la finalidad para la que fueron concedidas.
Prestación económica para cuidados en el entorno familiar y apoyo a cuidadores no profesionales. (Art. 18)
1. Excepcionalmente, cuando el beneficiario esté siendo atendido por su entorno familiar, y
se reúnan las condiciones establecidas en el artículo 14.4, se reconocerá una prestación económica
para cuidados familiares.
2. Previo acuerdo del Consejo Territorial del Sistema para la Autonomía y Atención a la
Dependencia, se establecerán las condiciones de acceso a esta prestación, en función del grado y
nivel reconocido a la persona en situación de dependencia y de su capacidad económica.
3. El cuidador deberá ajustarse a las normas sobre afiliación, alta y cotización a la
Seguridad Social que se determinen reglamentariamente.
4. El Consejo Territorial del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia
promoverá acciones de apoyo a los cuidadores no profesionales que incorporarán programas de
formación, información y medidas para atender los periodos de descanso.
Cuantía de las prestaciones económicas. (Art. 20)
La cuantía de las prestaciones económicas se acordará por el Consejo Territorial del
Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, para su aprobación posterior por el Gobierno mediante Real Decreto.
2.3. Servicios de promoción de la autonomía personal y de atención y cuidado
Prevención de las situaciones de dependencia. (Art. 21) Tiene por finalidad prevenir la aparición o el agravamiento de enfermedades o
discapacidades y de sus secuelas, mediante el desarrollo coordinado, entre los servicios sociales
y de salud, de actuaciones de promoción de condiciones de vida saludables, programas
específicos de carácter preventivo y de rehabilitación dirigidos a las personas mayores y personas
con discapacidad y a quienes se ven afectados por procesos de hospitalización complejos.
Servicio de Teleasistencia. (Art. 22) 1. El servicio de Teleasistencia facilita asistencia a los beneficiarios mediante el uso de
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CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 41
tecnologías de la comunicación y de la información, con apoyo de los medios personales
necesarios, en respuesta inmediata ante situaciones de emergencia, o de inseguridad, soledad y
aislamiento. Puede ser un servicio independiente o complementario al de ayuda a domicilio.
2. Este servicio se prestará a las personas que no reciban servicios de atención residencial y
así lo establezca su Programa Individual de Atención.
Servicio de Ayuda a Domicilio. (Art. 23) El servicio de ayuda a domicilio lo constituye el conjunto de actuaciones llevadas a cabo en
el domicilio de las personas en situación de dependencia con el fin de atender sus necesidades de
la vida diaria, prestadas por entidades o empresas, acreditadas para esta función:
a) Servicios relacionados con la atención de las necesidades domésticas o del hogar:
limpieza, lavado, cocina u otros.
b) Servicios relacionados con la atención personal, en la realización de las actividades de la
vida diaria.
Servicio de Centro de Día y de Noche. (Art. 24) 1. El servicio de Centro de Día o de Noche ofrece una atención integral durante el periodo
diurno o nocturno a las personas en situación de dependencia, con el objetivo de mejorar o
mantener el mejor nivel posible de autonomía personal y apoyar a las familias o cuidadores. En
particular, cubre, desde un enfoque biopsicosocial, las necesidades de asesoramiento, prevención,
rehabilitación, orientación para la promoción de la autonomía, habilitación o atención asistencial y
personal.
Servicio de Atención residencial. (Art. 25) 1. El servicio de atención residencial ofrece, desde un enfoque biopsicosocial, servicios
continuados de carácter personal y sanitario.
2. Este servicio se prestará en los centros residenciales habilitados al efecto según el tipo
de dependencia, grado de la misma e intensidad de cuidados que precise la persona.
3. La prestación de este servicio puede tener carácter permanente, cuando el centro
residencial se convierta en la residencia habitual de la persona, o temporal, cuando se atiendan
estancias temporales de convalecencia o durante vacaciones, fines de semana y enfermedades o
periodos de descanso de los cuidadores no profesionales.
4. El servicio de atención residencial será prestado por las Administraciones Públicas en
centros propios y concertados.
3. La dependencia y su valoración
3.1. Grados de dependencia. (Art. 26) 1. La situación de dependencia se clasificará en los siguientes grados:
a) Grado I. Dependencia moderada: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias
actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 42
intermitente o limitado para su autonomía personal.
b) Grado II. Dependencia severa: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias
actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no quiere el apoyo permanente de
un cuidador o tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal.
c) Grado III. Gran dependencia: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias
actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física,
mental, intelectual o sensorial necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene
necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal.
2. Cada uno de los grados de dependencia establecidos en el apartado anterior se
clasificarán en dos niveles, en función de la autonomía de las personas y de la intensidad del
cuidado que requiere.
3. Los intervalos para la determinación de los grados y niveles se establecerán en el
baremo al que se refiere el artículo siguiente.
3.2. Valoración de la situación de dependencia. (Art. 27) 1. Las Comunidades Autónomas determinarán los órganos de valoración de la situación de
dependencia, que emitirán un dictamen sobre el grado y nivel de dependencia, con especificación
de los cuidados que la persona pueda requerir. El Consejo Territorial deberá acordar unos criterios
comunes de composición y actuación de los órganos de valoración de las Comunidades
Autónomas que, en todo caso, tendrán carácter público.
2. El grado y niveles de dependencia, a efectos de su valoración, se determinarán
mediante la aplicación del baremo que se acuerde en el Consejo Territorial del Sistema para la
Autonomía y Atención a la Dependencia para su posterior aprobación por el Gobierno
mediante Real Decreto.
3. El baremo establecerá los criterios objetivos de valoración del grado de autonomía de la
persona, de su capacidad para realizar las distintas actividades de la vida diaria, los intervalos
de puntuación para cada uno de los grados y niveles de dependencia, y el protocolo con los
procedimientos y técnicas a seguir para la valoración de las aptitudes observadas, en su caso.
4. El baremo valorará la capacidad de la persona para llevar a cabo por sí misma las
actividades básicas de la vida diaria, así como la necesidad de apoyo y supervisión para su
realización por personas con discapacidad intelectual o con enfermedad mental.
5. La valoración se realizará teniendo en cuenta los correspondientes informes sobre la
salud de la persona y sobre el entorno en el que viva, y considerando, en su caso, las ayudas
técnicas, órtesis y prótesis que le hayan sido prescritas.
4. Reconocimiento del derecho
4.1. Procedimiento para el reconocimiento de la situación de dependencia y del derecho a las prestaciones del Sistema. (Art. 28)
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 43
1. El procedimiento se iniciará a instancia de la persona que pueda estar afectada por algún
grado de dependencia o de quien ostente su representación.
2. El reconocimiento de la situación de dependencia se efectuará mediante resolución
expedida por la Administración Autonómica correspondiente a la residencia del solicitante y tendrá
validez en todo el territorio del Estado.
3. La resolución a la que se refiere el apartado anterior determinará los servicios o
prestaciones que corresponden al solicitante según el grado y nivel de dependencia.
4. En el supuesto de cambio de residencia, la Comunidad Autónoma de destino determinará,
en función de su red de servicios y prestaciones, los que correspondan a la persona en situación de
dependencia.
5. Los criterios básicos de procedimiento para el reconocimiento de la situación de
dependencia y las características comunes del órgano y profesionales que procedan al
reconocimiento serán acordados por el Consejo Territorial del Sistema para la Autonomía y
Atención a la Dependencia.
6. Los servicios de valoración de la situación de dependencia, la prescripción de
servicios y prestaciones y la gestión de las prestaciones económicas previstas en la Ley, se
efectuarán directamente por las Administraciones Públicas no pudiendo ser objeto de
delegación, contratación o concierto con entidades privadas.
4.2. Programa Individual de Atención. (Art. 29) 1. En el marco del procedimiento de reconocimiento de la situación de dependencia y las
prestaciones correspondientes, los servicios sociales correspondientes del sistema público
establecerán, un Programa Individual de Atención en el que se determinarán las modalidades de
intervención más adecuados a sus necesidades de entre los servicios y prestaciones
económicas previstos en la resolución para su grado y nivel, con la participación previa
consulta y en su caso, elección entre las alternativas propuestas del beneficiario y, en su caso, de su
familia o entidades tutelares que le represente.
2. El programa individual de atención será revisado:
a) A instancia del interesado y de sus representantes legales.
b) De oficio, en la forma que determine y con la periodicidad que prevea la normativa de las
Comunidades Autónomas.
c) Con motivo del cambio de residencia a otra Comunidad Autónoma.
4.3. Revisión del grado o nivel de dependencia y de la prestación reconocida. (Art. 30)
1. El grado o nivel de dependencia será revisable, a instancia del interesado, de sus
representantes o de oficio por las Administraciones Públicas competentes, por alguna de las
siguientes causas:
a) Mejoría o empeoramiento de la situación de dependencia.
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 44
b) Error de diagnóstico o en la aplicación del correspondiente baremo.
2. Las prestaciones podrán ser modificadas o extinguidas en función de la situación
personal del beneficiario, cuando se produzca una variación de cualquiera de los requisitos
establecidos para su reconocimiento, o por incumplimiento de las obligaciones reguladas en la Ley.
5. Financiación del Sistema y aportación de los beneficiarios
5.1. Financiación del Sistema por las Administraciones Públicas. (Art. 32) 1. La financiación del Sistema será la suficiente para garantizar el cumplimiento de las
obligaciones que correspondan a las Administraciones Públicas competentes y se determinará
anualmente en los correspondientes Presupuestos.
2. La Administración General del Estado asumirá íntegramente el coste derivado de lo
previsto en el artículo 9.
3. En el marco de cooperación interadministrativa previsto en el artículo 10, los Convenios
que se suscriban entre la Administración General del Estado y cada una de las administraciones de
las Comunidades Autónomas determinarán las obligaciones asumidas por cada una de las partes
para la financiación de los servicios y prestaciones del Sistema.
La aportación de la Comunidad Autónoma será, para cada año, al menos igual a la de la
Administración General del Estado como consecuencia de lo previsto en este apartado y en el
anterior.
5.2. La participación de los beneficiarios en el coste de las prestaciones. (Art. 33)
1. Los beneficiarios de las prestaciones de dependencia participarán en la financiación de
las mismas, según el tipo y coste del servicio y su capacidad económica personal.
2. La capacidad económica del beneficiario se tendrá también en cuenta para la
determinación de la cuantía de las prestaciones económicas.
3. El Consejo Territorial del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia fijará
los criterios para la aplicación de lo previsto en este artículo, que serán desarrollados en los
Convenios a que se refiere el artículo 10.
Para fijar la participación del beneficiario, se tendrá en cuenta la distinción entre
servicios asistenciales y de manutención y hoteleros.
4. Ningún ciudadano quedará fuera de la cobertura del Sistema por no disponer de recursos
económicos.
1ª UNIDAD DIDACTICA: GENERALIDADES SOBRE ENVEJECIMIENTO Y DEPENDENCIA
CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 45
IV. LA CALIDAD Y EFICACIA DEL SISTEMA PARA LA AUTONOMÍA Y ATENCIÓN A LA DEPENDENCIA.
1. Medidas para garantizar la calidad del Sistema: 1.1. Calidad en el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia. (Art. 34)
1. El Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia fomentará la calidad de la atención a la dependencia con el fin de asegurar la eficacia de las prestaciones y servicios.
3. Asimismo, sin perjuicio de las competencias de las Comunidades Autónomas y de la Administración General del Estado, el Consejo Territorial acordará:
a) Criterios de calidad y seguridad para los centros y servicios. b) Indicadores de calidad para la evaluación, la mejora continua y el análisis comparado de
los centros y servicios del Sistema. c) Guías de buenas prácticas. d) Cartas de servicios, adaptadas a las condiciones específicas de las personas
dependientes, bajo los principios de no discriminación y accesibilidad. 1.2. Calidad en la prestación de los servicios. (Art. 35)
1. Se establecerán estándares esenciales de calidad para cada uno de los servicios que
conforman el Catálogo regulado en la presente Ley, previo acuerdo del Consejo Territorial del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia.
2. Formación en materia de dependencia:
2.1. Formación y cualificación de profesionales y cuidadores. (Art. 36)
1. Se atenderá a la formación básica y permanente de los profesionales y cuidadores que atiendan a las personas en situación de dependencia. Para ello, los poderes públicos determinarán las cualificaciones profesionales idóneas para el ejercicio de las funciones que se correspondan con el Catálogo de servicios regulado en el artículo 15.
2. Los poderes públicos promoverán los programas y las acciones formativas que sean
necesarios para la implantación de los servicios que establece la Ley. 3. Con el objetivo de garantizar la calidad del Sistema, se fomentará la colaboración entre
las distintas Administraciones Públicas competentes en materia educativa, sanitaria, laboral y de asuntos sociales, así como de éstas con las universidades, sociedades científicas y organizaciones profesionales y sindicales, patronales y del tercer sector.
3. Órganos consultivos del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia 3.1. Comité Consultivo. (Art. 40)
1. Se crea el Comité Consultivo del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia como órgano asesor, adscrito al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, mediante el cual se
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CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 46
hace efectiva, de manera permanente, la participación social en el Sistema y se ejerce la participación institucional de las organizaciones sindicales y empresariales en el mismo.
3. La composición del Comité tendrá carácter tripartito, en tanto que integrado por las Administraciones públicas, las organizaciones empresariales y las organizaciones sindicales, y paritario entre Administraciones Públicas por una parte y organizaciones sindicales y empresariales por otra. 3.2. Órganos consultivos. (Art. 41)
1. Serán órganos consultivos de participación institucional del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia los siguientes:
- El Comité Consultivo del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia. - El Consejo Estatal de Personas Mayores. - El Consejo Nacional de la Discapacidad - El Consejo Estatal de Organizaciones no Gubernamentales de Acción Social.
V. DISPOSICIONES ADICIONALES. Disposición adicional primera. Financiación de las prestaciones y servicios garantizados por la Administración General del Estado.
La Ley de Presupuestos Generales del Estado de cada ejercicio determinará la cuantía
y la forma de abono a las Comunidades Autónomas de las cantidades necesarias para la financiación de los servicios y prestaciones previstos en el artículo 9 de la Ley. Disposición adicional tercera. Ayudas económicas para facilitar la autonomía personal.
La Administración General del Estado y las administraciones de las Comunidades Autónomas podrán, de conformidad con sus disponibilidades presupuestarias, establecer acuerdos específicos para la concesión de ayudas económicas con el fin de facilitar la autonomía personal. Estas ayudas tendrán la condición de subvención e irán destinadas:
a) A apoyar a la persona con ayudas técnicas o instrumentos necesarios para el normal
desenvolvimiento de su vida ordinaria. b) A facilitar la accesibilidad y adaptaciones en el hogar que contribuyan a mejorar su
capacidad de desplazamiento en la vivienda. Disposición adicional cuarta. Seguridad Social de los cuidadores no profesionales.
Reglamentariamente el Gobierno determinará la incorporación a la Seguridad Social de los cuidadores no profesionales en el Régimen que les corresponda, así como los requisitos y procedimiento de afiliación, alta y cotización. Disposición adicional novena. Efectividad del reconocimiento de las situaciones vigentes de gran invalidez y de necesidad de ayuda de tercera persona.
Quienes tengan reconocida la pensión de gran invalidez o la necesidad de asistencia de tercera persona según el Real Decreto 1971/1999, de 23 de diciembre, de Procedimiento para el reconocimiento, declaración y calificación del grado de minusvalía, tendrán reconocido el requisito de encontrarse en situación de dependencia, en el grado y nivel que se disponga en el desarrollo reglamentario de esta Ley.
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CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 47
Disposición adicional decimotercera. Protección de los menores de 3 años.
1. Sin perjuicio de los servicios establecidos en los ámbitos educativo y sanitario, el
Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia atenderá las necesidades de ayuda a domicilio y, en su caso, prestaciones económicas vinculadas y para cuidados en el entorno familiar a favor de los menores de 3 años acreditados en situación de dependencia. El instrumento de valoración previsto en el artículo 27 de esta Ley incorporará a estos efectos una escala de valoración específica.
VI. DISPOSICIONES TRANSITORIAS. Disposición transitoria primera. Participación en la financiación de las Administraciones
Públicas.
Durante el período comprendido entre el 1 de enero de 2007 y el 31 de diciembre de 2015, y para favorecer la implantación progresiva del Sistema, la Administración General del Estado establecerá anualmente en sus Presupuestos créditos para la celebración de los convenios con las administraciones de las Comunidades Autónomas de acuerdo con el artículo 10 de la Ley.
VII. DISPOSICIONES FINALES Disposición final primera. Aplicación progresiva de la Ley.
1. La efectividad del derecho a las prestaciones de dependencia incluidas en la presente Ley se ejercitará progresivamente, de modo gradual y se realizará de acuerdo con el siguiente calendario a partir del 1 de enero de 2007:
− El primer año a quienes sean valorados en el Grado III de Gran Dependencia, niveles 2 y 1.
− En el segundo y tercer año a quienes sean valorados en el Grado II de Dependencia Severa, nivel 2.
− En el tercero y cuarto año a quienes sean valorados en el Grado II de Dependencia Severa, nivel 1.
− El quinto y sexto año a quienes sean valorados en el Grado I de Dependencia Moderada, nivel 2.
− El séptimo y octavo año a quienes sean valorados en el Grado I de Dependencia Moderada, nivel 1.
2. El reconocimiento del derecho contenido en las resoluciones de las administraciones públicas competentes generará el derecho de acceso a los servicios y prestaciones correspondientes, previstos en los artículos 17 a 25 de esta Ley, a partir del inicio de su año de implantación de acuerdo con el calendario del apartado 1 de esta disposición o desde el momento de su solicitud de reconocimiento por el interesado, si ésta es posterior a esa fecha.
3. Transcurridos los primeros tres años de aplicación progresiva de la Ley, el Consejo
Territorial del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia realizará una evaluación de los resultados de la misma, proponiendo las modificaciones en la implantación del Sistema que, en su caso, estime procedentes.
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CUIDADORES DE PACIENTES EN SITUACION DE DEPENDENCIA 48
Disposición final segunda. Consejo Territorial del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia.
En el plazo máximo de tres meses desde la entrada en vigor de la presente Ley, deberá constituirse el Consejo Territorial del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia regulado en el artículo 8. Se constituyó el día 22 de enero. Disposición final tercera. Comité Consultivo.
En el plazo máximo de tres meses desde la entrada en vigor de la Ley, deberá constituirse el Comité Consultivo del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia regulado en el artículo 40. Disposición final quinta. Desarrollo reglamentario.
En el plazo máximo de tres meses tras la constitución del Consejo y de conformidad con los correspondientes acuerdos del Consejo Territorial del Sistema, se aprobará la intensidad de protección de los servicios previstos de acuerdo con los artículos 10.3 y 15, así como el baremo para la valoración del grado y niveles de dependencia previstos en los artículos 26 y 27.
Disposición final novena. Entrada en vigor.
La Ley entró en vigor el día 1 de enero de 2007.