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Los Partidos Políticos Brasileños y las
elecciones 2010
Marina Rosales y Santiago Calvo
América Latina AI 037/2010
30 de septiembre
G R U P O D E E S T U D I O S I N T E R N A C I O N A L E S C O N T E M P O R Á N E O S 2
RESUMEN
El sistema partidario brasileño se caracteriza por la existencia de un pluripartidismo
extremo que, en concordancia con un sistema electoral ambiguo, plantean un
escenario político singular. De esta manera, el Ejecutivo nacional se encuentra obligado
a asumir una serie de acuerdos con otros partidos políticos para obtener un apoyo
mayoritario en el Congreso Nacional y evitar el estancamiento gubernamental. En este
contexto, las elecciones de 2010 producirán una renovación importante en la cúpula
presidencial, en las casas legislativas y en los gobiernos estaduales. Es por ello que
resulta importante analizar la evolución de los partidos y las singularidades de estas
elecciones para comprender el futuro político del gigante sudamericano.
Palabras Clave: partidos políticos brasileros, elecciones brasil 2010, sistema de partidos
en brasil, perfiles y estrategias, Jose Serra, Dilma Roussef.
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Los Partidos Políticos Brasileños y las elecciones 2010
Marina Rosales y Santiago Calvo1
A pesar de ser una de las naciones política y económicamente más importantes
de América Latina, Brasil está lejos de poseer un sistema de partidos políticos
consolidado. Este ha mutado constantemente a lo largo de su historia y, hoy en día,
demuestra que el pluripartidismo se ha transformado en una de las principales
características de su sistema político. Ello se ve influenciado por el sistema electoral,
que afecta de manera directa en el sistema partidario.
Las próximas elecciones de 2010 plantean una serie de interrogantes, cómo:
¿cuál fue la evolución del sistema de partidos en Brasil, especialmente a partir de la
vuelta a la democracia?, ¿cuáles son las características actuales del sistema de partidos
y del sistema electoral?, ¿cuales son los principales candidatos? y ¿cuáles son las
particularidades que presentan estas elecciones?
Este trabajo se articulará en tres secciones. La primera de ellas buscará explicar
la evolución y las características del sistema de partidos en Brasil, tomando como
punto de partida a la última dictadura militar y resaltando el crecimiento del partido del
actual presidente. La segunda sección mencionará las características del sistema
electoral y la tercera parte analizará los perfiles y las estrategias de los principales
candidatos presidenciales.
Evolución del sistema de Partidos
A pesar del crecimiento experimentado hasta el momento y del potencial
desarrollo económico que promete a escala mundial, la República Federativa del Brasil,
no presenta un sistema de partidos consolidado, sino más bien, en los términos de
Duverger, se hace visible un multipartidismo hiperfragmentado, evidenciado en la
multiplicidad y movilidad de partidos existentes en la arena política.
Tomamos como punto de partida la definición realizada por Dieter Nohlen sobre
el sistema de partidos: “[...] conjunto de partidos en un determinado Estado y los
elementos que caracterizan su estructura: cantidad de partidos, las relaciones entre sí,
tanto respecto a la magnitud de ellos como a sus fuerzas relacionales [...] las
1 Marina Rosales es Licenciada en Ciencia Política (UCC). Santiago Calvo es Licenciado en Relaciones Internacionales y Ciencia política (UES21).
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ubicaciones mutuas, ideológicas y estratégicas, como elementos para determinar las
formas de interacción; las relaciones con el medio circundante, con la base social y el
sistema político” (Méndez Pérez: 8)
En consecuencia, se infiere de lo anterior, la importancia que revisten los
sistemas de partidos para la mantención de la estabilidad y vitalidad democrática, en
cuanto resultan imprescindibles para hacer viable la representación política y velar por
el cumplimiento de los aspectos formales que hacen a su funcionamiento y
organización, y por otro lado, posibilitan la mediación entre las “voces ciudadanas” que
reclaman ser escuchadas y el nivel gubernamental que debe representar al pueblo y
velar por sus intereses.
Una clasificación de sistemas de partidos, engloba las siguientes categorías:
unipartidismo, bipartidismo y multipartidismo, éste último se divide en multipartidismo
fragmentado y multipartidismo polarizado. El sistema partidario brasileño se caracteriza
por estar polarizado, ya que existen en su seno más de cinco partidos políticos
importantes. Muchos autores desacreditan este aspecto ya que aluden a la falta de
legitimidad y de unidad decisoria en el proceso gubernamental pero por otro lado,
existen evidencias empíricas que afirman lo contrario, es así como por ejemplo,
Margarita Jiménez Badillo (2007:180) afirma: “[…] es preciso reivindicar el pluralismo
político en la arena parlamentaria. Si bien la fragmentación partidaria sigue siendo un
obstáculo para construir coaliciones estables, los hechos muestran que las crisis de
gobernabilidad provienen más de la cultura de corrupción que sigue enconada en la
región latinoamericana, además del culto al personalismo y lealtades clientelares que
se han convertido en la obstrucción de la calidad de la democracia.”
Alteración y reconfiguración del sistema de partidos
El 31 de marzo de 1964 es destituido João Goulart por una junta militar
encabezada por Castelo Branco. La alianza entre las Fuerzas Armadas, la oligarquía y
sectores medios alejó del poder al presidente constitucional por temor a que se
plasmen en sus políticas ciertas tendencias izquierdistas. Estas acciones fueron
apoyadas por el gobierno de los Estados Unidos, quien pretendía la integración
latinoamericana a su política económica.
“Lo que está en juego es el futuro de Brasil, no simplemente el reemplazo de
unos políticos incompetentes y peligrosos, por otros más capaces y confiables. Apunta
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a una reconstrucción económica, financiera, política y moral de Brasil y de su prestigio
internacional.” (Bravo Lira: 57)
Centrándonos en este período dictatorial extenso que vivió el país brasileño,
desde la fecha indicada hasta 1985, como punto de quiebre del período democrático,
podemos destacar dos características relevantes del sistema partidario: por un lado, el
hecho de que Brasil, y también Chile, son los únicos dos países latinoamericanos que
siguieron celebrando elecciones populares para determinados cargos públicos durante
el período dictatorial; y por otra parte, tuvo la particularidad de que tras la vuelta a la
democracia, en el año 1985, todos los partidos que aparecen en la escena política son
totalmente nuevos, si bien, en algunos casos, persisten tintes ideológicos de las
agrupaciones anteriores.
Respecto al primer aspecto señalado como relevante, es importante mencionar
que el gobierno militar abolió los partidos políticos existentes en el momento por medio
del Acto Institucional número dos, y muchos opositores fueron obligados a desaparecer
de la escena política. A su vez, permitió la existencia de competencia electoral, si bien
restringida, entre dos partidos creados ad hoc por el Congreso Nacional a través del
Acto Complementario número cuatro: ARENA (Alianza Renovadora Nacional), como
partido oficialista y el MDB (Movimiento Democrático Brasilero), que nace como la
única oposición al régimen militar y que aprovechará ese mínimo espacio con el que
contaba para convertirse en un grupo de defensa de los principios democráticos.
(Palermo 2003: 61). Se crea una alineación obligatoria en torno a estos dos partidos,
únicos permitidos por el régimen militar, para las elecciones de miembros del Congreso
Federal y legislaturas estaduales y locales. En 1966, 1970, 1974 y 1978 se celebran
comicios para elección de miembros parlamentarios, sale victoriosa ARENA en los dos
primeros y decae el apoyo electoral en las otras dos elecciones, que fueron ganadas
por el MDB.
El apoyo institucional de ARENA a la gestión de Artur da Costa e Silva, quien
sucede a Castelo Branco, y al régimen en su totalidad, estaba en peligro, por lo que
dicta el acta constitucional 5, en 1968, la cual le daba la facultad de decretar el receso
del Congreso, de legislar y de suspender mandatos de funcionarios públicos. Todo esto
a pesar de estar en vigencia la Constitución de 1967.
Con la llegada al poder de João Baptista Figueiredo las reglas del juego
cambian y se prepara el terreno para el retorno a la democracia. La consecuencia
principal de sus decisiones recae en la fragmentación de partidos, que ilustra el
segundo aspecto que se destaca en el sistema partidario de Brasil.
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En 1979 el acto constitucional 5 queda sin efecto y se amplía la participación
política, se va a gestar entonces el nacimiento de nuevas fuerzas, por lo que el
bipartidismo queda en el pasado para dar lugar a un sistema multipartidario. Es así
como surgirán: el Partido Democrático Social (PDS) y el PMDB (Partido del Movimiento
Democrático Brasileño), que reemplazan a los partidos vigentes durante el período
dictatorial. Se creó un nuevo partido denominado PP (Partido Popular), mientras que
el Partido Laboral Brasileño (PTB) fue el único que, existiendo antes de la irrupción
militar, volvió a resurgir después de la dictadura. En la izquierda del espectro político
surgen el Partido Democrático Brasileño (PDB) y el Partido de los Trabajadores (PT).
El camino a la democracia se prepara con las elecciones del año 1982, en las
cuales se prohíbe expresamente la formación de coaliciones y se obliga a los electores
a optar para todos los cargos, por candidatos del mismo partido. En estas elecciones el
PDS gana la mayoría en la Cámara de Senadores y en la Cámara de Diputados.
A pesar de la victoria oficialista militar, en 1985, el candidato del PMDB
Tancredo Neves, gana las elecciones a través de un colegio electoral. Imposibilitado
por una enfermedad y su posterior muerte, asume quien había sido elegido
vicepresidente, José Sarney. Este partido es una agrupación de centro que tuvo sus
raíces en el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), único partido opositor durante
el régimen militar.
A pesar de la crisis económica y política que desunía a los partidos, estos
mantenían un deseo común de reformar la Carta Magna. En consecuencia, en febrero
de 1987 comenzaron los debates y negociaciones y, diecinueve meses después la
Asamblea Nacional Constituyente sancionó la actual Constitución brasileña. Entre las
principales reformas se produjeron cambios significativos en la estructura política del
país afectando directamente al sistema electo-partidario.
En su artículo 17, “garantiza la libertad de creación, fusión, incorporación y
extinción de partidos políticos, siempre y cuando dichas entidades se comprometan a
resguardar la soberanía nacional, el régimen democrático, el pluripartidismo y los
derechos fundamentales de la persona” (Jardim: 17). Asimismo, otorga un monopolio a
los partidos políticos para presentar candidatos a cargos gubernativos, impidiendo así
que agrupaciones sociales o independientes puedan presentarse a elecciones
parlamentarias o presidenciales.
Con un nuevo escenario político en los comicios de 1990, se presenta el Partido
de Reconstrucción Nacional (PRN), que sirvió como sostén al candidato Fernando
Collor de Melo quien se postuló para el cargo de Presidente, obteniendo el 53% de los
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votos. Este hecho pone en evidencia los rasgos que adquirió el nuevo sistema político
brasileño post dictadura, puesto que la alta fragmentación partidaria y la falta de
partidos tradicionales, hicieron posible que un partido creado para esas elecciones
alcance la presidencia.
En 1992 Collor de Mello fue sancionado y destituido por el Congreso, por lo cual
asume el vicepresidente en ejercicio, Itamar Franco. En ese período se presenta un
plan de estabilización económica denominado Plan Real, que le da protagonismo y le
permite ganar las elecciones presidenciales a Fernando Enrique Cardoso, postulado
como candidato del PSDB.
En 1995 se sanciona una nueva legislación sobre Partidos Políticos que regulará
su organización y funcionamiento, sus finanzas y el acceso a la radio y la televisión,
además de disposiciones generales. Entre las singularidades de la Ley 9096/95 se
encuentra el artículo 26, el cual establece que “pierde automáticamente la función o
cargo que ejerza, en la respectiva casa legislativa, en virtud de la proporción partidaria,
el parlamentario que deje el partido sobre cuya leyenda fue elegido.” Esto conlleva a
fortalecer la disciplina partidaria dado que privilegia al partido sobre el candidato.
Asimismo, dicha ley estipula la prohibición de que los partidos acepten recursos
financieros de entidades y gobiernos extranjeros. Ella garantiza el derecho que los
partidos tienen para obtener recursos públicos del llamado "fondo de partidos" y su
acceso gratuito a la radio y la televisión. En Brasil, el 99% de estos recursos se reparte
en forma proporcional a los votos obtenidos en la última elección para la Cámara de
Diputados. El restante 1% se divide entre todos los partidos reconocidos legalmente.
Como se mencionó anteriormente, el Estado nacional les provee de horarios de
televisión y de radio para promover sus propuestas durante el período de electoral. Un
tercio del total del espacio se distribuye en forma igualitaria, mientas que el tiempo
restante responde proporcionalmente a la representación obtenida en diputados. Sin
embargo, a diferencia de otros países de la región, no se presenta una partida especial
para los años electorales. Los partidos, a su vez, pueden obtener financiación por
distintas vías privadas. El parámetro de fijación del monto de aportes en el país carioca
se vincula con los ingresos del aportante. Una persona física puede aportar hasta el
10% de sus ingresos anuales, mientras que una persona jurídica puede participar
hasta el 2% de la facturación bruta del año previo a la elección. En cuanto a la
transparencia de los fondos, al comienzo de la campaña, se debe presentar su
presupuesto a la autoridad de control judicial. Tenemos entonces que en Brasil existe
un financiamiento gubernamental a los partidos consagrados a nivel constitucional. Sin
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embargo, la principal fuente de financiamiento de los partidos y candidatos siguen
siendo, en la práctica, los fondos privados.
Las elecciones de 1998 se vieron determinadas por enmiendas constitucionales,
una de las cuales redujo a cuatro años el periodo del mandato presidencial2. Además,
luego de la aprobación por parte de algunos senadores opositores, la Enmienda Nº
16/1997 permitió la reelección de los jefes del Ejecutivo nacional para un único periodo
subsiguiente.
En este contexto, respaldado por una coalición de partidos, Cardoso se impuso
de nuevo en la primera ronda, con el 53% de los votos. Dicha alianza de partidos
obtuvo en el Congreso una mayoría absoluta en diputados y una mayoría simple en el
Senado, a los que debían sumarse los legisladores del PMDB, el cual, si bien rehusó
apoyar expresa y unánimemente a Cardoso, terminó por renovar la colaboración con el
Ejecutivo. Por consiguiente, el PSDB mejoró su representación a costa del PMDB.
El PT: un partido en crecimiento
Si bien se pueden hallar reminiscencias sobre la articulación del sindicalismo
con los partidos políticos con anterioridad a la última dictadura, el Partido de los
Trabajadores nace en la transición hacia la democracia brasileña: es hijo de la Nueva
República. “Este fue creado en 1980 por líderes sindicales, activistas de las ramas
progresistas de la Iglesia católica y miembros de pequeños grupos de izquierda. […]
Está estrechamente asociado con la principal organización sindical de cúpula: la Central
Única de Trabajadores.” (Palermo 2003: 92-3). Los objetivos del PT fueron resultado
de los múltiples frentes de batalla que se abrieron en la heterogénea sociedad
brasileña: abogando por los derechos sindicales, los derechos de los campesinos sin
tierra, de los indios, de los negros y de las mujeres. Esta relación de privilegio con el
movimiento obrero y otras organizaciones sociales, le otorga un amplio margen de
maniobra al partido, y le permite utilizarlas como una significativa herramienta de
negociación política.
“El PT habría tenido un momento de explosión electoral en las elecciones de
1985, gracias a su postura intransigente a favor de la elección directa para Presidente
(que demostró, a la postre, ser un fuerte sensibilizador de la opinión pública), pero,
posteriormente se desinfló, fruto de las contradicciones y dificultades de articulación de
la estructura partidaria y la base. […]Vale la pena anotar, sin embargo, la lista de
2 Enmienda Constitucional de Revisión Nº 5 de 1994
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dificultades que enfrenta el PT para lograr un crecimiento electoral sostenido: a)
dificultad de producción de cuadros políticos que sean capaces de competir en la arena
parlamentaria y en la gestión de los gobiernos municipales; b) dificultades inherentes
al costo organizativo y financiero de las campañas electorales en un país de
dimensiones continentales como Brasil; c) dificultad de articular un discurso de
izquierda en atención a las bases, y moderado, en atención al electorado, en un
partido que nació clasista y cuyos vínculos con el movimiento sindical y el basismo son
aún muy estrechos.” (Moreira 1998: 23)
Estas dificultades propias del partido fueron superadas a partir de una
transformación gradual e interna, a lo largo de la década de los noventa que culminó
en 2002 con el triunfo presidencial. Durante esos años, las posturas más radicales se
fueron relajando como consecuencia de un conjunto de factores que alteró la
configuración de fuerzas internas dentro del partido.3
En el siguiente gráfico, se puede observar el crecimiento del PT en las sucesivas
elecciones desde el retorno a la democracia.
3 Las experiencias de gobierno estadual y municipal, la pérdida de peso y adaptación a las nuevas realidades del mercado por parte de los sindicatos, la participación de sus cuadros dirigentes y militantes en el juego representativo, el colapso de los socialismos reales, las experiencias de partidos socialistas e incluso revolucionarios, las mutaciones de la economía internacional. (Palerno 2003: 22-3).
Fuente: www.historiaelectoral.com
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Sistema Electoral
Existe una amplia bibliografía en torno a lo que se entiende por sistemas
electorales. Desde un punto de vista teórico, implica el procedimiento de conversión de
los votos en cargos ejecutivos y legislativos (Nohlen 1999: XI). Sin embargo, en
América Latina el concepto es frecuentemente usado para todo lo que se refiera a las
elecciones, sus leyes y reglamentos. En este artículo se utilizará la concepción regional,
no sólo porque se adecua mejor a sus objetivos, sino porque amplía la concepción
teórica y ofrece un mayor espectro de análisis.
El sistema electoral brasileño presenta una historia fluctuante, que respondió a
una lógica partidaria antes que a un orden institucional. Las leyes que lo regulan han
sido modificadas con el paso de los años, permitiendo cambios importantes, que tienen
su consecuencia directa en el sistema de partidos.
Las primeras elecciones pueden rastrearse hasta finales del siglo XIX. Sin
embargo, recién en 1932 se crearon las bases institucionales para el control y la
uniformidad de los procesos electorales mediante la creación del Tribunal Superior de
Justicia Electoral (TSJE) y los Tribunales Regionales Electorales (TRE). Así, la
jurisdicción electoral tomó a su cargo la elaboración y el control de los registros
electorales, la organización de los comicios, el cómputo de votos y la proclamación de
los candidatos electos.
La legislación electoral, tuvo su máximo período de cambios en el periodo
comprendido entre la deposición de João Goulart y la elección de Neves. Estos años
estuvieron marcados por una sucesión de actos institucionales y enmiendas
constitucionales, leyes y decretos-leyes con los cuales el Régimen Militar condujo el
proceso electoral adecuándolo a sus intereses y a la obtención de una mayoría
favorable al gobierno. Con ese objetivo, el régimen alteró la duración de mandatos,
anuló derechos políticos, decretó elecciones indirectas para presidente de la República,
gobernadores de los estados y de los territorios y alcaldes de los municipios, entre
otras acciones. Todas estas modificaciones permitieron que fueran elegidos
indirectamente cinco presidentes militares.
Durante los gobiernos militares la legislación electoral estuvo diseñada para
garantizar de todas las formas posibles la supremacía del partido oficial, el cual recibía
todo tipo de apoyo por parte del aparato gubernamental. El sistema electoral estaba
orientado a distorsionar el voto ciudadano para ofrecer a ARENA mayoría en las
cámaras, pero esto no reflejaba de ningún modo las cantidades de votos obtenidas por
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los partidos en las urnas. Se exigía a los partidos demasiados requisitos para tener
acceso al registro y se garantizó la sobrerrepresentación del partido gubernamental en
las cámaras. Asimismo, se estableció un método de elección indirecto, para las
elecciones presidenciales de 1985, que pretendió infructuosamente establecer una
sobrerrepresentación del candidato oficial en el colegio electoral. Así, la elección
presidencial del primer civil para después del régimen se dio, aún indirectamente.
Con la redacción de la nueva Constitución, los partidos y fuerzas emergentes
decidieron cambiar radicalmente las disposiciones en materia de elecciones. La nueva
Carta Magna tuvo importantes aportes al sistema electoral del país. En ella se
estableció el sufragio directo, secreto y universal a los mayores de 18 años; siendo
obligatorio para todos aquellos alfabetizados, y facultativo para los analfabetos y
ciudadanos entre 16 y 18 o mayores de 70 años.
Por otra parte, se dispuso la Enmienda Constitucional Nº 25, que restableció
elecciones directas para presidente y vicepresidente de la República; éstas se
celebrarían cada cinco años y bajo el sistema de dos vueltas. Es decir, si ningún
candidato lograba obtener el 50% de los votos en la primera ronda, se realizaría una
segunda vuelta con los dos aspirantes más votados. A su vez, determinó elecciones
directas para los demás cargos electivos, tanto a nivel nacional como estadual y
municipal.
En lo que respecta a la Cámara de Diputados, la distribución de las
circunscripciones corresponde con la de los Estados de la federación (cada estado es
una circunscripción). La cantidad de diputados por cada circunscripción se determina
por el número de habitantes en cada una de ellas. Para cada circunscripción pueden
elegirse un mínimo de ocho diputados y un máximo de 70.
Los candidatos son electos de una lista cerrada y no bloqueada, es decir,
cerrada porque los partidos presentan listas de candidatos cuyo orden no puede ser
modificado por el elector para efectos de la repartición proporcional, pero no
bloqueada porque el elector puede optar por emitir un solo voto a favor de un único
candidato de una lista específica. Con este sistema, los escaños atribuidos a cada
partido tienen que ser asignados a los candidatos.
Se estableció un sistema electoral proporcional puro para la composición de
este cuerpo legislativo, que evitaría a toda costa la sobrerrepresentación de cualquier
partido. Se pretendía establecer una nueva cámara plural que reflejara fielmente la
composición partidista del país. Los votos se transforman en escaños a través del
procedimiento de cociente electoral simple. Este cociente resulta de la división de los
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votos válidos4 entre el número de escaños a repartir. Luego, se divide a la cantidad de
votos obtenidos por cada partido político por dicho cociente electoral y se obtienen el
número (sin fracciones) de escaños. Las bancas restantes se adjudican por el método
de la media mayor.
El Senado Federal posee 81 senadores, 3 por cada estado más el Distrito
Federal. Cada uno de ellos representa circunscripciones uninominales y binominales,
respectivamente. El Senado federal se renueva parcialmente cada cuatro años por un
tercio o por dos tercios alternativamente. La forma de la candidatura es uninominal y
el elector dispone, en los comicios, de uno o dos votos, según sea la renovación por un
tercio o por dos tercios de la Cámara de Senadores. En las circunscripciones
uninominales (renovación de un tercio del Senado) decide la mayoría relativa de los
votos. En las binominales (renovación de dos tercios) se distribuyen los mandatos
entre los dos candidatos con mayor número de votos.
En 1997 se sanciona una nueva norma legal sobre las elecciones, que aportará
una serie de novedades al sistema electoral brasilero. La Ley 9504 cuenta con una
reglamentación sobre el uso de medios de comunicación, que procura beneficiar a
todos los partidos políticos por igual. Según la ley, cada partido cuenta, para la primera
vuelta, con un total de 590 minutos gratuitos en los mejores horarios de las cadenas
de televisión, lo que representa un importante subsidio.5 Para la segunda vuelta, los
dos finalistas tienen derecho a 20 minutos diarios (divididos en dos bloques) en
televisión y, además, los noticieros tienen la obligación de dedicar diez minutos de
cobertura a cada una de las dos campañas. Fijado el horario de las 19:30 horas a las
22:00 horas, se limita la exclusividad de la transmisión a tres hipótesis: 1) Difusión de
los programas partidarios. 2) Transmisión de mensajes a los afiliados sobre la
ejecución del programa partidario, la realización de eventos y de las actividades en el
congreso del partido. 3) Divulgación de la posición del partido con relación a temas
político-comunitarios.
Estas disposiciones legales sobre el uso gratuito de los medios de comunicación
por parte de los partidos en temporada electoral son de las más avanzadas en América
Latina. Este espacio televisivo y radial representa una contribución importante a los
intentos por atenuar las ventajas que tienen los partidos más ricos en detrimento de
las organizaciones políticas más pobres.
4 En Brasil, contrariamente a las regulaciones en la mayoría de los países latinoamericanos, incluyen también los votos en blanco. 5 Por ejemplo, la cadena O'Globo vende en 46.000 dólares estadounidenses un anuncio de tres minutos.
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Otra de las singularidades del sistema brasileño radica en la implementación del
voto electrónico. Brasil es el primer país en el mundo que realiza elecciones
informatizadas en todo su territorio. Las principales motivaciones para su implantación
fueron eliminar el fraude electoral; reducir el tiempo de escrutinio y facilitar el ejercicio
de voto por los analfabetos. El sistema utilizado es el de urna electrónica con teclado
numérico. La Ley 9504, establece las normas para las elecciones, fija como
procedimiento habitual el voto electrónico y como excepcional el voto papel. Desde el
año 2000, todos los electores brasileños, salvo excepciones previstas en la ley, votan
por medio de una urna electrónica.
Las autoridades electorales brasileñas han puesto en práctica un proceso
transparente en cuanto a validación y accesibilidad al sistema electrónico. El sistema
ha sido ampliamente aceptado, dado que reduce en gran medida el tiempo necesario
para el cómputo de votos. Por ejemplo, en la elección presidencial de 1989, se
necesitaron 9 días para dar a conocer los resultados. En 2002, se necesitaron menos
de 12 horas.6
Proceso electoral
Brasil imposibilita la admisión de candidaturas con anterioridad a los seis meses
previos a los comicios (art. 87 del Código Electoral). El cierre de las candidaturas tiene,
como fecha límite y en relación con la fecha de las elecciones, el 5 de julio del año
electoral (unos 90 días antes de los comicios). De esta manera, el período para las
campañas políticas se limita a tres meses, teniendo en cuenta que las elecciones se
estipulan para el primer día domingo del mes de octubre.
Los ciudadanos deben inscribirse en el padrón electoral a más tardar 70 días
antes de la realización de los comicios. Cada ciudadano posee un título eleitoral, que
representa una credencial que prueba su inscripción en el padrón. Este documento
debe ser firmado por el presidente de mesa para probar que el elector ha votado.
Elecciones 2010
Según la ley electoral de la década pasada, todas las elecciones fueron
unificadas para realizarse de manera simultánea. Por ello, el 3 de octubre de 2010 se
6 Confederación Parlamentaria de las Américas, Informe de la Misión de Observación Electoral, 2006. Disponible en:
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elige no sólo al presidente, sino también a 27 gobernadores (uno por cada Estado y
uno por el Distrito Federal), 513 diputados, 54 miembros del Senado y más de mil
cargos locales. En estos comicios participarán más de 134 millones de electores, los
que deberán optar entre los 21.764 candidatos que se presentan.
La campaña presidencial se basó a la largo de los diversos debates en temas
como sanidad, educación, acceso a las nuevas tecnologías y seguridad pública. No
obstante estos temas comunes, cada candidato ha impreso su sello personal. Marina
Silva ha puesto énfasis en la preocupación por el avance de los agro-negocios en
detrimento del Amazonas, haciendo uso de su capital personal y político sobre el tema.
Serra y Rousseff se han planteado una dicotomía en cuanto al tipo de capitalismo que
propugnan. Mientras el primero propone un Estado más liberal, reducido y con una
mayor fortaleza empresarial, la postulante oficialista defiende una mayor presencia
estatal en diferentes ámbitos, con un corte más desarrollista y social.
Una de las características de estos comicios en general, se basó en la utilización
de fuertes estrategias mediáticas, con fuerte énfasis en radios y la televisión, ya que
son los medios más efectivos, en un país con una baja penetración de la prensa escrita
e Internet. Una singularidad fueron las acciones emprendidas por varios candidatos al
optar por videos excéntricos a la hora de presentarse al electorado, acciones basadas
en la necesidad de diferenciarse del resto de los aspirantes.
Elecciones Presidenciales
La carrera para reemplazar al saliente presidente se concentró principalmente
entre José Serra (Partido Social Democrático Brasilero), Dilma Rousseff (Partido de los
Trabajadores -oficialista-) y Marina Silva (Partido Verde)7 y ha transcurrido por diversas
fases, incluso antes del comienzo legal de los comicios. Además, según el Tribunal
Superior Electoral, el PSDB presupuestó su campaña presidencial en US$100 millones,
Rousseff declaró que prevé gastar US$90 millones, y Marina Silva, US$50 millones. En
total se gastarán más US$255 millones, el mayor presupuesto en la historia del país.
Perfiles y Estrategias
José Serra (PSDB) es un economista y político brasileño, fue electo diputado
nacional, senador, fue ministro de Planificación y Ordenamiento y luego ministro de
7 Ellos concentran más del 85% de la intención de voto, según consultoras privadas.
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Salud del presidente Fernando Cardoso. En las últimas elecciones estatales del 2006
fue elegido gobernador del estado de San Pablo. Posee un perfil liberal, procura un
Estado más reducido y con mayor libertad para la empresa. Su vasta experiencia
política se ha transformado en uno de los pilares de su campaña, una herramienta con
la cual se intentó distanciar de la principal candidata oficialista. Serra, que ha
disputado docenas de elecciones legislativas y locales, se presentó seguro frente a los
5 debates televisados. A pesar de ello, los socialdemócratas no han sabido rentabilizar
ninguno de estos factores y han visto cómo la figura de Lula, ha eclipsado todo lo que
la rodea.
En su programa electoral, Serra hace hincapié en que son las deficiencias en
infraestructura las que frenan un crecimiento más elevado y propone una mayor
creación de empleo. Además, sostiene la necesidad de desarrollar el sector productivo
del país, con más inversiones públicas y privadas que sustenten el crecimiento
económico de Brasil. Promete también, crear un Ministerio de Seguridad Pública que
coordine todas las acciones contra la alta criminalidad del país.
La estrategia empleada por este candidato ha sido la que presentó mayores
cambios a lo largo del período electoral. En su comienzo, se basó en evitar críticas al
actual presidente, que se retira con el 80% de popularidad. De hecho, en sus
comienzos, se mostraron algunos rasgos similares entre ambos, con el objeto de
absorber parte de la buena imagen presidencial.
No obstante, la creciente popularidad adquirida por su principal rival oficialista
motivó a realizar un cambio en la campaña. La estrategia se orientó a intentar
diferenciar a Rousseff de su padrino político. Esta tarea se vio facilitada por el hecho
de que se trataba de una candidata impuesta a dedo por el ex sindicalista, sin grandes
apoyos en las bases del PT y sin ningún carisma ni experiencia en procesos electorales.
Con el transcurso del tiempo, la intención de votos se fue consolidando en
detrimento del PSDB. El nuevo tablero electoral indujo al equipo de Serra a reorientar
nuevamente su estrategia,8 dejando de lado críticas suaves y mostrándose como un
candidato mucho más agresivo. En este momento es donde puede apreciarse el
comienzo de la campaña negativa9, que hace hincapié en las falencias de los
opositores, antes que en las virtudes o propuestas propias.
A tres semanas de realizarse los comicios, se produce un cuestionamiento
desde el propio partido. Sus correligionarios no comprenden por qué Serra se negó a 8 Incluso ha llegado a divulgar en la televisión una foto abrazado a Lula. 9 El cambio se hace manifiesto con la modificación en el lema de la campaña; éste pasó de ser neutro, como "Brasil puede más" a ser reemplazado por "Es hora del cambio".
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utilizar la figura política del ex presidente Cardoso, del mismo partido. A su vez, y
frente a la constante caída en las encuestas, los dirigentes del PSDB admiten que están
más interesados por lo que ocurra en Minas Gerais y San Pablo (los Estados más
poblados de Brasil) que en la propia elección presidencial (El País 20/10/10).10 Ellos
temen que el PT no sólo arrase con las presidenciales, sino también con las elecciones
estaduales y parlamentarias.
El oficialismo presentó a Dilma Rousseff como la candidata presidencial del PT.
Su comienzo en la política lo realizó en el Estado de Rio Grande do Sul, como
Secretaria de Energía en 1991. En 2003, el presidente Lula da Silva la nombró Ministra
de Energía, cargo de gran importancia que ocupó durante dos años hasta ser
nombrada Ministra de la Casa Civil.11 Su candidatura presidencial fue anunciada desde
2009, lo que llevo al Tribunal Superior Electoral a multar al presidente y a diversos
funcionarios por anticipación de campaña.
Rousseff, posee un pensamiento que se podría situar más a la izquierda de
Lula. Como ex guerrillera, sostiene que Brasil necesita un Estado más fuerte en la
economía, no sólo para atraer inversiones, sino para realizar obras. Ella postula, en la
línea del presidente, un desarrollo económico con inclusión social. Esta visión más
estatista que la de Lula, la impuso como candidata en su propio partido. Su programa
fue elaborado por el PT e incluía puntos muy radicales relativos al control de los
medios, la facilitación a los Sin Tierra para ocupar haciendas, la suavización del veto al
aborto y la creación de impuestos para las grandes fortunas. Sin embargo, estas
visiones tuvieron que ser corregidas por exigencia de los partidos que la apoyan,
muchos de ellos de centro y de derecha.
La estrategia empleada por la candidata petista se basó, principalmente, en
plantear la continuidad del gobierno de Lula. El presidente, se dedicó personalmente a
sostener y acompañar a su elegida a través de acciones concretas. La aparición en
actos oficiales, los discursos cargados de emotividad12, los viajes por el interior del país
son algunos de los ejemplos que manifiestan el deseo de traspasarle su mando.
Rousseff ha conseguido aumentar vertiginosamente su escasa popularidad
inicial (hace menos de un año estaba 20 puntos por debajo de Serra) llegando a
10 La sorprendente caída de José Serra. 11 Cargo equivalente a Jefa de Gabinete. 12 "Te entrego al pueblo de Brasil para que lo cuides como una madres cuida a sus hijos". "En las urnas, voy a cambiar mi nombre. Me voy a llamar Dilma Rousseff”. Negro futuro para la oposición brasileña. Diario El País. 26 de agosto de 2010. Disponible en: http://www.elpais.com/articulo/internacional/Lula/anuncia/supervisara/Rousseff/candidata/oficial/gana/presidenciales/elpepiint/20100819elpepiint_10/Tes
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posicionarse con más del 50% de la intención de votos. Ello no sólo le garantiza una
victoria en primera vuelta, sino que también permite pensar en que el PT, en conjunto
con una docena de partidos aliados, logre obtener la mayoría necesaria en el Congreso
para gobernar sin necesidad de recurrir a coaliciones endebles o indeseadas.
Marina Silva, es la tercera candidata presidencial con alrededor del 10% de la
intención de voto. Proveniente del interior de Brasil, alfabetizada en su adolescencia,
se convirtió en pedagoga y ambientalista. Ingresó en 2003, como Ministra de Medio
Ambiente bajo la presidencia de Lula, pero en 2008 dimitió al encontrar diferencias con
la gestión del PT. Ello la llevó a abandonarlo para ingresar en el Partido Verde.
Su programa de gobierno, está centrado en la educación y en la defensa del
medio ambiente. Además, como cristiana evangélica, está claramente en contra tanto
de la liberalización del aborto como del matrimonio gay. Posee una postura un poco
más laxa en cuanto al aborto, ya que propone un plebiscito popular.
En su estrategia electoral no pretendió distanciarse ni de Lula ni de Dilma. Con
buen dominio de la oratoria expuso sus proyectos con acento en la educación, de la
que dijo que ella era “el resultado”. Hacia finales del segundo mes del proceso
electoral, Silva, dio un nuevo e inusitado giro a la campaña. Frente a la imposibilidad
de encontrar fisuras en el electorado del PT, la líder ecologista comenzó a negociar un
posible pacto con su antiguo partido para formar el futuro Gobierno.
Conclusiones
Brasil se presenta como un caso extremo en cuanto a su sistema partidario. La
última dictadura militar dejó como consecuencia una multiplicidad de fuerzas políticas
en oposición al bipartidismo que buscaba implementar. A lo largo de este trabajo, se
observaron los rasgos que posibilitaron la existencia de un multipartidismo
hiperfrgamentado. Esto se reflejó en la falta de continuidad de los partidos y en la
aparición de otros nuevos, con posibilidades reales de acceder a los máximos cargos.
El sistema electoral brasileño presenta una dificultad para el sistema político. La
renovación completa de las autoridades estatales se presenta como un arma de doble
filo. El recambio total de la Cámara Baja y de dos tercios de la Cámara Alta, en
conjunto con el Ejecutivo nacional, plantea una transformación completa del escenario
político. Si a ello sumamos los rasgos multipartidistas del sistema, que hacen
virtualmente imposible obtener una mayoría oficialista en el Congreso, se obtiene como
resultado un ámbito propicio para la formación de coaliciones. De esta manera, las
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alianzas entre partidos se transforman en una herramienta clave para que el nuevo
presidente pueda superar una posible parálisis gubernamental.
Finalmente, se observó que el PT ha mostrado una evolución positiva con el
correr de los años. Ello fue el resultado de modificaciones endógenas, lo que le granjeó
un crecimiento continuo en su caudal electoral. A pesar de gobernar por medio de
coaliciones partidarias, está adquiriendo un dinamismo propio y se presenta como un
partido más consolidado. De cumplirse los pronósticos sobre los resultados de las
próximas elecciones, la candidata oficialista mantendría esta tendencia, aunque su
margen de acción se vería limitado por el mismo PT. La figura de Lula le permitió
frenar algunas de las posturas mas extremas del partido, cuestión que Rousseff deberá
enfrentar para sostener la coalición partidaria.
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