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7º Encuentro de Investigadores de Ciencias Sociales de la región centro-oeste de
Argentina y IV región de Chile.
Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional de San Juan
27, 28 y 29 de mayo de 2015.
MESA 11: Conflictividad social en el capitalismo periférico: resistencias, desigualdades y
movimientos
TÍTULO: Extractivismo, Trabajo y Conflictividad social: el caso de San Juan, Argentina
AUTORAS: Alicia Naveda1, Lelis Jofré, Sonia Vega y Diana López
Resumen
Desde hace poco más de dos décadas, la provincia de San Juan, Argentina atraviesa un
proceso de transformación productiva cambiando el eje anteriormente centrado en la
vitivinicultura hacia la minería extractiva. Esta situación obedece al papel que el gran
capital transnacional desempeña en los países llamados emergentes: la búsqueda incesante
de recursos naturales, mano de obra barata, exenciones impositivas o cualquier elemento
que haga incrementar la tasa de ganancia.
Obviamente las poblaciones locales se ven afectadas por estos cambios de diversas
maneras, ya que este tipo de crecimiento económico contribuye en gran medida a generar
estructuras productivas heterogéneas y mercados laborales segmentados (Lindenboim,
2008).
Nos interesa observar qué tipo de conflictos sociales se generan frente a estos
cambios, qué sectores se ven más movilizados, qué rol desempeña el Estado.
La metodología utilizada corresponde a la Red de Observatorios de conflictividad
social dirigida por la Dra. Patricia Collado (UNCuyo) y de la que este equipo forma parte.
Se trata de un abordaje cuanti-cualitativo que, pretende dar cuenta del modo en que la
1 Instituto de Investigaciones Socioeconómicas- Facultad de Ciencias Sociales- Universidad Nacional de San Juan
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conflictividad social es presentada por los medios masivos de comunicación por un lado y
de la situación de los protagonistas de los conflictos, por otro. Para ello se recupera y
ordena la información de la prensa en una matriz de datos y se realizan entrevistas en
profundidad a informantes clave.
Hasta el momento podemos señalar que durante 2014 la mayor cantidad de
conflictos registrados son de trabajo. Los principales actores son trabajadores/as, quienes
pararon o se movilizaron fundamentalmente por cuestiones salariales. La protesta no tiene
como eje la transformación de las condiciones de producción, sino alcanzar mejoras
sectoriales que en nada afectarían a la estructura.
La búsqueda de consensos tanto como el uso de la coerción ha implicado que en el
período, prácticamente no se observan registros periodísticos sobre conflictos ambientales.
Probablemente, como señala Therborn (1994) desde la ideología dominante se ha limitado
su horizonte de posibilidades volviendo al conflicto, inofensivo y conservador.
Abstract
During the last two decades, San Juan has been changing its structural production and
capital composition, from wine industry and grapes production to extractive mining. This
situation reflects the playing of transnational capitals in the –so called- emerging countries:
the relentless pursuit of natural resources, cheap laboring, tax breaks or anything that
increases the rate of profits.
Meanwhile, local populations are deeply affected by these changes in many
different ways, because this type of economic growth contributes greatly to generate
heterogeneous productive structures and segmented labor markets (Lindenboim, 2008).
We are interested in the social conflicts produced by these changes, and also in
identifying the most mobilized social groups and which is the role played by the State.
To find the different conflictive situations, we followed the method proposed by
Red de Observatorios Sociales, and the methodology and strategies used by Dr. Patricia
Collado (UNCuyo) and her team. It consists in a quantitative and qualitative approach that
seeks and explains, in one hand the way in which social conflicts are presented by the mass
media, and the situation of the protagonists of the different conflicts, in the other one. To
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achieve this, we recovered and stored in a data array the press information. We also made
in-depth interviews with key informants.
So far, we found out that in 2014, the largest register refers to work conflicts. The
main actors are workers, who protest or make strikes primarily to claim for salary issues.
The main protests are not centered in the transformation of producing conditions, but in
achieving small sectorial improvements, that couldn’t affect the main structure.
The aim for a general consensus as well as the use of coercion implied that during
this period, we haven’t practically found journalistic records of environmental conflicts.
Probably, as Therborn (1994) mentions, the dominant ideology has limited the horizon of
possibilities, turning the conflict in something harmless and conservative.
Introducción
América Latina, después de haber sido pionera en la aplicación de recetas neoliberales
durante las últimas tres décadas del siglo XX, a inicios del siglo XXI ha ingresado en una
fase en la que muchos países de la región tienen gobiernos declaradamente anti –
neoliberales. En el caso argentino este nuevo proceso ha recibido varias denominaciones:
posconvertibilidad (Lindenboim, Lavopa, 2008); populismo (Laclau, 2005) o
neodesarrollismo (Seoane, 2011; Féliz y López, 2012). Esta noción “(…) fue utilizada
crecientemente para caracterizar un modelo económico –social emergido en algunos
países de Sudamérica en el contexto del crecimiento económico sostenido que siguió al
ciclo recesivo concluido en 2003” (Seoane, 2011:78). El neodesarrollismo se definiría
como una nueva versión de la propuesta desarrollista de la CEPAL que cobra fuerza en
América Latina luego de la segunda posguerra.
Pero más allá de la retórica sobre más o menos libertad para el mercado o mayor
/menor intervención del Estado en la economía, sería muy interesante poder comprender
esta propuesta en relación a la forma en que afecta a la estructura social y la distribución de
riquezas sociales.
Es necesario observar que las configuraciones nacionales en Latinoamérica han ido
tomando las formas que el capital transnacional requería a medida que avanzaba en su
incesante búsqueda de plusvalías extraordinarias. (Astarita, 2006)
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Las políticas neoliberales recibieron duras críticas de quienes proponen el
neodesarrollismo, aunque como señala Katz, el neodesarrollismo “(…) preserva la
restricción monetaria, el ajuste fiscal, la prioridad exportadora y la matriz de distribución
del ingreso, apuntando especialmente a introducir subsidios y mejoras a la industria para
revertir las consecuencias del libre comercio” (Katz 2006 en Seoane, 2011: 100).
Lo novedoso es que se postula la integración regional orientada al comercio la
infraestructura y la producción (Katz 2006; Godio 2007; en Seoane 2011) y cierta
resistencia a las propuestas originadas en países centrales como el ALCA.
Dos elementos a destacar son los intentos por: a- impulsar la producción frente al
predominio del capital financiero; b- promover la burguesía nacional, bajo la denominación
de: “grupos económicos locales”. Sin embargo, se mantuvieron las condiciones favorables
al capital transnacional y a las Inversiones extranjeras Directas (IED) lo que impacta
fuertemente en la estructura productiva nacional.
Según un estudio realizado por López Toache (2014, op. cit) en base a información
obtenida de la Organización de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo
(UNCTAD) desde la década de 1980 los flujos de IED hacia América Latina han ido
creciendo, siendo la década del ´90 la de mayor importancia, pero entre 2010 y 2012 se
observa un flujo promedio más alto que en todos los períodos anteriores2.
El aumento de la gravitación de las empresas transnacionales (ETN) lleva consigo el
incremento de la concentración y centralización de la riqueza, que impacta negativamente
en los países periféricos. A esto se agrega que la mayor parte de las actividades de estos
grupos concentrados se centran en áreas de recursos naturales y de manufactura de
tecnología baja y media-baja. (CEPAL, 2009 en López Toache, 2015)
La provincia de San Juan es uno de los ámbitos que ofrece al gran capital
transnacional recursos naturales (en este caso oro) que está siendo explotado por una ETN,
además de encontrarse actualmente muchas áreas en exploración por parte de diversas
ETNs. Por ello, en esta ponencia nos interesa focalizar las diversas formas que adquiere la
resistencia al avance de la acumulación capitalista sobre los territorios, el ambiente, el agua.
Dicha resistencia va configurando particularmente la cuestión social, entendida como
2 Cabe resaltar que el estudio citado culmina en 2012, por lo que la tendencia en la década que estamos viviendo es hacia el aumento de las IED.
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aquellas formas reales, concretas de dominación y desigualdad en las que transcurre la vida
de las mayorías, pero que permanecen naturalizadas e invisibilizadas desde la perspectiva
hegemónica (Murillo y Seoane, 2013).
De este modo, referir a la cuestión social implica iluminar las oscuras consecuencias
territoriales, ambientales y humanas de la concentración de la riqueza. En este juego de
ocultar la cuestión social los medios de comunicación desempeñan un rol preponderante.
Por ello nos preguntamos:
¿Cómo se configura la movilización y la protesta social en San Juan entre 2014/15
en el marco de la contradicción entre crecimiento económico local / crisis capitalista
mundial?
¿Cómo se expresa y organiza la resistencia al modelo de producción y sus
consecuencias, respecto de: ámbito, actores, modalidad de lucha, motivos,
convocantes, adversarios?
Metodología
El enfoque epistemológico de la investigación propuesta se basa en la categoría de
Totalidad, entendida como una realidad en un todo estructurada y dialéctica en la cual
puede ser conocido cualquier hecho (Kosik, 1967). Entenderla en su concreción implica
reconocerla como la síntesis de lo diverso, de lo opuesto, como la síntesis de la lucha de
contrarios en un momento histórico.
Desde esta perspectiva teórica y metodológica se aborda el objeto de estudio como
el resultado histórico de procesos sociales, políticos y económicos, es decir, una visión
unificada de la realidad provincial en el contexto del escenario mundial. A los efectos de la
investigación esta postura epistemológica se traduce en el análisis de cambios observables
en la situación estructural provincial por un lado; y las resistencias generadas entre las
clases subalternas manifiestas en protestas y conflictos en el período 2014-2015
Entenderemos la conflictividad como: todas las manifestaciones sociales de
oposición/tensión, colectivas, de cierta permanencia que se orientan a enfrentar injusticias,
desigualdades y exclusiones, pero que no se limitan a la resistencia sino que hacen
propuestas. La lucha social entonces, será considerada como el conjunto de acciones de
más de 10 personas que expresan intencionalmente demandas o que presionan soluciones
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ante el Estado en sus diversos niveles, entidades privadas o individuos. (CINEP - Centro de
Investigación y Educación Popular- en Collado, 2011)
Todo movimiento social es visible o se vuelve visible mediante la protesta, pero ello
no implica que toda protesta genere un movimiento social. La visibilidad puede entenderse
como la voluntad de los actores de hacer pública su protesta. En este punto intervienen los
medios de comunicación y su forma de “construir la protesta”.
Las categorías que se tendrán en cuenta para el relevamiento de datos y estudio son:
• Ámbito de la protesta.
• Actores sociales.
• Modalidad de lucha.
• Motivos.
• Convocantes.
• Aliados o grupos de apoyo.
En esta ponencia caracterizaremos el modo en que el diario más importante y
antiguo de la provincia (Diario de Cuyo) trata los conflictos existentes en San Juan en 2014.
Enfoque teórico
Para iniciar el análisis de los conflictos en San Juan, haremos referencia al concepto de
hegemonía al revés (hegemonia as avessas)3. Esta noción parte de la idea de hegemonía en
Gramsci (1975a, 1975b; 1986) pero se relaciona con la forma que adquiere la construcción
hegemónica en la periferia, en esta etapa de capitalismo financierizado.
La hegemonía explica el modo en que las clases económicamente poderosas
alcanzan el dominio dirigencial, político e ideológico construyendo consensos mediante
procesos de equilibrios y desequilibrios constantes, traduciendo al sentido común las
cosmovisiones de los poderosos. La hegemonía al revés supone la utilización de las
banderas de sectores subalternos por parte de las dirigencias, para garantizar el
sostenimiento de las condiciones materiales de la acumulación, generando sólo cambios
semánticos del discurso dirigente. Implicaría prácticas políticas pragmáticas, gerenciales y
vacías de contenido transformador.
3 Desarrollada por el equipo de Francisco de Oliveira de la Universidad de San Pablo, Brasil (2009).
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La hegemonía al revés invita a pensar en un sujeto histórico concreto, abandonando
la idea abstracta de sujeto histórico de la transformación, que se cumpliría por el inexorable
sino de la historia. En esta etapa de capitalismo financierizado en el seno del modo de
producción se “construyen” sujetos (y formas de sujeción) cuyas praxis nacen de la
alienación.
La hegemonía al revés refiere a una práctica política alienada, implica una paradoja
entre una obturación/ocultamiento de la política de transformación social por un lado y por
otro una consolidación de una política instrumental. Por ello, para pensar el tipo de
conflictividad social presente en sociedades periféricas y las posibilidades ciertas de
cambio que podría generar, sería ineludible comenzar por reconocer la alienación desde la
que nacen los conflictos en estos tiempos.
Leo Maar (2006) sostiene que la idea de hegemonía al revés implica situar como eje
conceptual a la praxis, y no tanto el sujeto de la praxis. Distingue entre praxis y práctica,
entendiendo que la práctica ha pretendido suplantar a la praxis, como una actividad vacía
de contenido social y político transformador, naturalizando la gerencia política.
Comprender la praxis dialécticamente implica reconocerla compuesta de los momentos
objetivo / subjetivo.
Cabría preguntar: ¿Qué prácticas políticas se asocian a determinada forma social de
trabajador? ¿Cómo la lucha de clases se expresa políticamente, no como un ideal a ser
realizado, sino como una efectividad cotidiana, presente?
La hegemonía al revés permite pensar en la lucha de clases en su extensión política
sin depender de una configuración previa fijada de la clase. Sería entonces, en el trabajo
alienado donde debemos buscar la falta de alternativas que aparece en el horizonte de los
trabajadores como clase. La forma que adquiere la resistencia está estrechamente vinculada
a la alienación.
Una determinada inserción en la sociedad, en el proceso concreto de su
reproducción social direcciona las formas sociales de la praxis. Por ello es relevante
comprender la determinación de la lucha de clases no a partir de un sujeto preestablecido,
sino a partir de las manifestaciones de la vida concreta, de la reproducción social que la
condiciona. Maar ejemplifica la importancia de este principio con la forma en que se
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expresa la lucha de clases en São Paulo, para el autor se manifiesta de un modo
conservador y no transformador.
La política burguesa propia de la hegemonía al revés se caracteriza como política
gerencial-tecnológica que tiende hacia una anulación de la política en el sentido sustantivo
y ético- valorativo. Señala Maar (2010) hay una privatización de la política sin un momento
de politización de esa apropiación privada. Entonces el primer momento de una acción
transformadora sería para él, cambiar el rol que en estos procesos históricos tienen las
clases subalternas -pasivo, sujetado, controlado- por un rol activo, participativo.
Entonces, la característica sobresaliente de la hegemonía al revés es que forma al
sujeto en prácticas de administración de lo existente, esas prácticas constituyen los sujetos,
los vuelven políticamente debilitados, los obstruye como sujetos de la transformación.
Objetivamente esa praxis coherente con los tiempos de hegemonía al revés resultaría en la
invalidación como sujetos efectivamente políticos porque deviene de una situación objetiva
de dominación de clase (Maar, 2010).
No se encuentra a un sujeto nítidamente investido del poder del capital, sino a
muchos sujetos trabajadores haciendo aquello que requiere el capital, por lo que no se
trataría de una clase que es incluida pasivamente, sino que es excluida activamente. Esto es
así por la prescindencia del trabajo propia de esta fase de capitalismo financierizado
(Chessnais, 2005; Toussaint, 2011; Gambina, 2013).
La hegemonía al revés es una forma social determinada de este acontecer histórico.
La sociedad capitalista actual es ideológicamente producida por la perspectiva burguesa en
los parámetros vigentes, por lo que la peor consecuencia de esta forma de hegemonía es el
sostenimiento de la reproducción capitalista, junto a la exclusión política activa del trabajo,
que actúa en cierto sentido, como promotor de su propia exclusión social.
Aproximaciones a la conflictividad social en San Juan
El abordaje de la conflictividad en San Juan se está realizando en dos niveles: por un lado a
través de notas periodísticas que brindan información sobre el modo en que los grupos
dominantes describen, visibilizan y dan cuenta de la existencia de conflictividad, y por otro
se están haciendo entrevistas a informantes clave, personas involucradas en actividades
conflictivas.
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En este trabajo presentamos una aproximación del primer nivel de análisis que se
realizó en base a la información relevada en Diario de Cuyo el periódico con más tirada
impresa y mejor posicionado en la web para San Juan. Fundado en el año 1947, con una
tirada impresa promedio de 13mil ejemplares diarios y miles de visitas por hora en su
versión electrónica, lo coloca como un referente de información de relevancia a nivel
provincial.
Bajo este criterio, fue seleccionado como fuente de información para registrar, a
partir de sus noticias periodísticas, conflictos y luchas particulares emprendidas por la
población sanjuanina con el objetivo de aproximar el análisis sobre las contradicciones
entre el capital y el trabajo y capital/ambiente e intentar develar las resistencias que
subyacen y permanecen en el ámbito provincial.
Si bien, la elección de un solo medio masivo de comunicación puede limitar
nuestros objetivos por el sesgo de información empleada en su política editorial particular,
lo que se presenta aquí son los resultados de una primera etapa de prueba, en la que se
ajustan algunos indicadores, se entrena y habitúa el equipo de investigación a la carga de
datos y se discuten categorías centrales, que serán compartidas con la Red Nacional de
Observatorios de la Conflictividad Socio-laboral de Argentina.
Construcción de la Base de datos
A partir de encuentros con investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo, en
particular, con miembros del Observatorio de la Conflictividad Social de Mendoza, dirigido
por la Dra. Patricia Collado, propusimos realizar el registro de conflictos sociales en San
Juan. Para ello se siguió un esquema-base de datos realizada por dicho observatorio. Esta
base de datos fue en algunos aspectos modificada por nuestro equipo, aunque conservamos
su estructura general de indicadores ya que es intención de (en el futuro) realizar
comparaciones con Mendoza y el resto del país.
La base de datos está compuesta por un bloque espacio-temporal donde se señala
fecha, ámbito geográfico, lugar donde ocurren las acciones, duración del conflicto, nivel de
agregación (en sentido de actividad, localidades, provincia). Otro bloque, que hace
referencia a las características específicas del conflicto, donde se indica que tipo de
conflicto es, que lo originó y cuáles son las demandas. A lo anterior se agrega otro conjunto
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de indicadores que permitirá identificar: protagonistas del conflicto, antagonistas,
mediadores, pertenencia estructural, formas de organización. Por último, la base registra un
bloque especial en el que se cuenta si el conflicto fue criminalizado, a que rama de
actividad pertenece y un indicador de seguimiento del conflicto.
A continuación se presenta una lectura referida al relevamiento realizado entre el 10
de abril hasta el 23 de septiembre de 2014. Hasta el momento, se registraron 19
situaciones/actividades conflictivas en 48 notas periodísticas.
La mayoría de las notas sobre conflictos aparecen en la sección Política (52%)
seguida por Economía (31%). El resto se distribuye entre San Juan y Ultimas Noticias.
Respecto del ámbito geográfico 46% de las notas registran conflictos en más de un
departamento; idéntico porcentaje corresponde a los registrados en el departamento Capital.
La mayoría de los conflictos se registraron en el lugar de trabajo (40%); seguidos por el
29% que tuvieron lugar en la vía pública.
Las acciones emprendidas durante las actividades conflictivas toman la forma de
Paro con mayor frecuencia (33%) seguido por marchas y/o movilizaciones 13% y piquete
y/o corte de rutas y calles 10%.
El acuerdo entre partes indicaría la resolución del conflicto, pero a partir de las
notas periodísticas que refieren a los acuerdos, no podemos establecer que las causas del
conflicto hayan sido solucionadas.
Otras acciones que suceden con menor frecuencia: lanzamiento de comunicados y
llamados a asamblea y reuniones (8% cada una).
Cuadro N°1: Causas de conflicto
Causas Valores Absolutos Valores Porcentuales
Reclamo Salarial 31 65%
Cierre empresas 7 15%
Solidaridad con otros trabajadores 2 4%
Otros 8 17%
Suma total 48 100%
Fuente: Elaboración propia en base a datos de Diario de Cuyo
El 65% de las actividades conflictivas tuvieron como origen reclamos salariales,
seguido por cierre de empresas (15%). En este caso, se integran reclamo por reintegro de
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indemnizaciones, suspensiones y despedidos. Se cuentan solo dos casos (4%) que
manifiestan haber tenido como motivo la solidaridad con otros trabajadores (bancarios).
El sentido prioritario de las actividades conflictivas realizadas por trabajadores se
centró en la bandera de aumento salarial, específicamente se reclama por el impuesto a las
ganancias y la inflación. Ambos puntos constituirían un elemento de contacto y cohesión
convocantes hacia el resto de la sociedad.
En la categoría –otros, se ha considerado el único conflicto ambiental que tuvo lugar
en el período analizado y fue un reclamo por tierras de comunidades huarpes; también se
incluyeron reclamos por licencias para circulación de remises.
Del total de casos registrados en este período, los trabajadores privados
protagonizaron el 40% de los conflictos; seguido por los trabajadores estatales (31%). En
algunas oportunidades las actividades fueron emprendidas por varios actores (6%),
ciudadanos/vecinos (10%) y Estudiantes (4%).
La forma de organización predominante de los protagonistas de las actividades
conflictivas es el Sindicato (58%); esto guarda coherencia con el hecho que la mayoría de
acciones registradas por el diario fueron paros. Hubo un 10% de actividades conflictivas
registradas en las que no se señala organización (al menos expresamente en la noticia del
diario) a lo que también hay que agregar un 10% de conflictos en los que el diario, no
especificó este punto y se registró sin dato.
Entre otras formas de organización se cuentan asambleas (6%); federaciones y
uniones (4%).
Respecto de aquellos hacia los que se dirige la actividad conflictiva o reclamo,
podemos señalar que al primero que se le reclama es al Estado (46%) seguido por las
empresas (38%).
Si cruzamos este dato con el hecho que los principales protagonistas son
trabajadores privados, podemos observar que aún los trabajadores privados reclaman al
Estado. Este rol de mediador que asume el Estado vela, oculta al antagonista real de los
intereses de los trabajadores, el empresario capitalista.
Por ello es tan importante la fachada neutra, objetiva, del Estado cuya posición de
garante del bien común, en apariencia libre de intereses sectoriales y que sólo debe tender a
una gerencia eficaz, lo sitúa en un lugar privilegiado para sostener los intereses del capital.
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Y este es el Estado que necesita el capital, el mediador que atiende las nefastas
consecuencias de la concentración de la riqueza.
Respecto de su duración, la mayoría de los conflictos registrados por el Diario
duraron menos de 24 horas (25%) seguido por una duración de 24 horas (17%); otros
varían entre más de un día menos de un mes (13%) y más de un mes menos de un año
(13%). Solo se registraron pocas actividades de tiempo indeterminado (4%).
En el período analizado, la rama de actividad que más conflictos concentra es
enseñanza, con un 27% seguido por Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones
(15%). Estas actividades tienen un alto porcentaje de sindicalización de los trabajadores y
ostentan poder de negociación.
El resto se encuentra distribuido en partes iguales (6%) para comercio,
establecimientos financieros, administración pública, servicios sociales y de salud. Por
último se cuentan actividades primarias e industrias manufactureras en un 4% para ambos
casos. Sucede en algunas ocasiones que los conflictos agrupan a más de una rama, para este
caso, el valor es del 8%
En suma, se registraron 12 conflictos continuados de trabajadores afiliados y
adherentes al gremio ADICUS –docentes universitarios y preuniversitarios- y a
CONADUH (histórica). Sus reclamos comienzan en Abril y siguen hasta el mes de Julio,
llegando hasta la judicialización del conflicto.
El motivo principal de los reclamos (dirigidos hacia el gobierno) es el aumento
salarial. Se registra como principal medida el paro llegando a 34 días de paro (sumados
desde el inicio del año). Se realizaron otras actividades además del paro: marchas,
movilizaciones, entrega de petitorios, elaboración de diversos comunicados. Este conflicto
alcanzó a los colegios pre-universitarios y todas las dependencias de la universidad.
Otro conflicto importante a destacar es el desarrollado por los trabajadores
organizados en el Sindicato de Luz y Fuerza. En 5 oportunidades realizaron reclamos para
reincorporar trabajadores despedidos y aumento salarial. El conflicto se desarrolló
plenamente en el mes de Abril y Mayo y fue en el lugar de trabajo mediante toma de las
instalaciones de trabajo y sin atención al público. Se dictó conciliación obligatoria. La
duración continuada del conflicto tomó 2 semanas seguidas, después hubo intermitencias a
lo largo de Mayo.
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El resto de los conflictos pertenece a trabajadores autopartistas de automotrices,
bancarios, remiseros, trabajadores de la salud, ANSES, AFIP y el más reciente de las
comunidades huarpes.
El conflicto desde sus protagonistas
Durante los dos años de relevamiento de conflictos en San Juan, observamos en general,
que los medios de comunicación soslayan sistemáticamente la publicación de
manifestaciones o actividades que pongan en cuestión las políticas económicas y
ambientales aplicadas. Solamente en pocos medios se encuentra una fluidez relativa de
informaciones inherentes a este tipo de protestas. Uno de los casos es Radio Universidad,
de la que examinamos algunas entrevistas cedidas a la presente investigación y surgidas al
calor de las movilizaciones o conflictos.
En defensa del territorio y los recursos naturales se observaron movilizaciones de
las comunidades huarpes y de los pobladores de Jáchal organizados en asambleas. A modo
de ejemplo en esta ponencia nos referiremos a la experiencia de la Asamblea “Jáchal no se
toca”. Formada por vecinos, algunos de ellos vinculados a movimientos sociales que
defienden la naturaleza y el ambiente de las actividades mineras contaminantes, la
Asamblea está impulsando una actividad comunal que marca alteraciones en la agenda
oficial respecto de su proyecto minero.
Durante los últimos meses del año 2014 y principios de 2015 comienzan las
reuniones de los vecinos en la plaza departamental para informarse acerca de la exploración
de uranio que ya estaba realizando la empresa Latin Uranium en esa localidad. Los vecinos
auto convocados lograron a través de asambleas, movilizaciones y peticiones escritas,
detener el avance de la exploración, al menos por ahora. Según señala un diario local:
“El Ministerio de Minería decidió el lunes suspender la Declaración de Impacto Ambiental oportunamente aprobada a favor de la empresa Latin Uranium para la exploración en el área de La Ciénaga4 del Departamento Jáchal, en razón de existir procedimientos que no
4 La Ciénaga está ubicada a 25 kilómetros de San José de Jáchal, cabecera del departamento Jáchal, que a su vez se encuentra a 150 kilómetros al noroeste de la ciudad de San Juan. Por la ley provincial 7.640, sancionada el 27 de octubre de 2005, se declaró la zona como área protegida, con el fin de "preservar el valor geológico y arqueológico, el equilibrio ecológico y el patrimonio autóctono" del lugar.
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han sido sustanciados y resueltos en relación a la petición presentada por la Comunidad del Área Protegida de La Ciénaga ante la Dirección de Conservación y Áreas Protegidas” (fuente: http://www.miningpress.com.ar/nota/280144/uranio-en-la-cienaga-ecos-de-la-suspension-sanjuanina. Última entrada 7/4/2014). Desde la perspectiva del discurso oficial, la suspensión de los trabajos de capitales
australianos, se derivaron de la falta de cumplimiento de las normativas. Sin embargo, ésta
se llevó a cabo solamente después de la movilización de los lugareños. La reacción del
ministro de minería fue negar que fuese producto de la presión popular, pero sus
declaraciones al diario local Huarpe del 06/04/15, se podrían interpretar de manera
diferente: “Si Jáchal no quiere minería, que busque otra fuente para crecer” (fuente:
http://www.diariohuarpe.com/c39-destacadas/si-en-jachal-quieren-mas-minera-que-
busquen-otra-fuente-para-crecer/)
Sumada a las actividades de la Asamblea “Jáchal no se toca”, un grupo de alrededor
de 200 familias de pequeños productores rurales de Jáchal hicieron una presentación al
Concejo Deliberante de la Municipalidad departamental para decir NO a la minería. Esta
posición se funda en el hecho de que consideran que la minería No produce ningún
desarrollo sustentable, como dice el gobierno. Señala un entrevistado:
“Nosotros (refiriéndose a la Asamblea Jáchal no se toca) decimos No a la explotación del Uranio y ellos (los pequeños productores rurales) van más allá .Ellos expresan un No a la explotación minera en Jáchal y aducen que no es verdad que produce un desarrollo sustentable”.
En función del relevamiento primario, podemos indicar que en San Juan hay una importante
movilización social, invisibilizada por la mayoría de los medios de comunicación locales. Estas
organizaciones alternan períodos, de mayor efervescencia y debilitamiento.
Algunos de los inconvenientes en la organización vecinal derivan de la fuerza que
ejercen los medios de comunicación, en tanto generan desinformación o información
selectiva a favor de las empresas transnacionales. Una de las estrategias exitosas es la
dicotomización del escenario político entre Pro- y Anti, dificultando el diálogo entre los
ciudadanos.
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Reflexiones finales
Al cierre de este escrito, el grado de avance de nuestro estudio sólo nos permite hacer
conclusiones parciales para aproximarnos a los interrogantes que nos guiaron. Hasta el
momento se han relevado datos secundarios y primarios (entrevistas en profundidad a
informantes clave) parte de los cuales se presentan aquí.
En el período analizado y respecto de los parámetros iniciales, podemos señalar:
El tipo de conflicto predominante registrado en la provincia de San Juan, es el del
trabajo. A pesar de la relevancia que la minería ha adquirido en el modelo
productivo provincial, se observan escasos registros periodísticos sobre conflictos
ambientales.
Los principales actores son trabajadores/as. El 71% de las actividades conflictivas
tuvieron como protagonistas a trabajadores/as, quienes pararon o se movilizaron por
cuestiones más bien coyunturales. La protesta en general no tiene como eje la
transformación de las condiciones de producción, sino alcanzar mejoras sectoriales
reivindicativas de derechos (salarios) que poco afectan a la estructura.
Probablemente, como señala Therborn (1994) desde la ideología dominante se ha
limitado su horizonte de posibilidades.
Respecto de la modalidad de lucha, prevaleció el paro seguido por marchas,
movilizaciones y acciones legales y administrativas.
Los principales motivos fueron reclamos salariales, seguido por cierre de empresas;
en este caso, se movilizaron por reintegro de indemnizaciones, suspensiones y
despedidos. Son pocos los casos en que los conflictos se motivaron en la solidaridad
con otros trabajadores.
Respecto de aumento salarial, específicamente se reclama contra el impuesto a las
ganancias y la inflación. Ambos puntos constituirían un elemento de contacto y
cohesión convocantes de otros sectores, aunque no evidencian alianzas en las notas
periodísticas.
La mayoría de los conflictos del trabajo fueron impulsados por los sindicatos, sin
extenderse hacia otras formas de organización. Sin embargo, los conflictos
ambientales inician como asambleas de vecinos autoconvocados y cuestionan la
matriz productiva.
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En la mayoría de los conflictos laborales se reclama al gobierno, quien actúa en
muchos casos como mediador, ya se trate de trabajadores privados o estatales.
El Diario analizado expresa el modo en que las clases dominantes caracterizan,
identifican y tratan los conflictos generados por las clases subalternas. También configuran
el modo en que las mayorías deben pensar, reproduciendo y traduciendo al sentido común,
sus cosmovisiones.
En esta etapa de avance y profundización de las condiciones de explotación
capitalista, las clases dominantes han debido profundizar la trama de hegemonía
apropiándose del discurso de los dominados mientras garantizan las condiciones legales
para la penetración del capital transnacional. La exclusión activa del trabajo iniciada en la
llamada globalización neoliberal, genera un disciplinamiento laboral muy separado de roles
activos, participativos hacia la modificación de las condiciones de explotación. Entonces,
será necesario señalar y difundir las múltiples formas de sujeción que utiliza el capital, para
que los explotados puedan encontrar los caminos de la transformación histórica.
Bibliografía
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1
7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-
OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN
27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015
MESA 11: Conflictividad social en el capitalismo periférico: resistencias, desigualdades y
movimientos
TÍTULO: La burocracia sindical como vanguardia del movimiento obrero.
AUTOR: Francisco Favieri1
RESUMEN
Este trabajo rescata partes del escrito producido en 1948 por Conrelius Castoriadis –
publicado en 1973 en “La societé bureaucratique: I, Les rapports de production en Russie,
París, UGE”. Castoriadis hace un recorrido crítico al respecto del movimiento obrero y de
la formación de la burocracia del partido comunista ruso. Aquí, se retoman aspectos
fundamentales de sus reflexiones sobre clase en sí y clase para sí y el nacimiento de la
burocracia obrera para ser reinterpretados en un sentido inverso, en el que la burocracia se
plantea como una vanguardia obrera en permanente movimiento.
ABSTRACT
This paper takes some parts of Cornelius Castoriadis works about the formation of
“bureaucratic way” in the Soviet Union. His work written in 1948 and published in 1973
“La societé bureaucratique: I, Les rapports de production en Russie, París, UGE” makes a
critic path among labor movement and communist party bureaucracy in Russia. This papper
takes the basics elements of their reflexions between “class in itself” and “class for itself”
and the begining of union bureaucracy, to be reinterpreted in different way, here the
bureaucracy it is a union “avant-garde” in permanent movement.
1 Becario Doctoral de CONICET (IISE-UNSJ). Correo electrónico: franciscofavieri@gmail.com
2
INTRODUCCIÓN: CLASE Y CONCIENCIA DE CLASE
La tradición materialista histórica resuelve en términos generales cuando se refiere al
término de clase social, como aquella formación social e histórica que a nivel objetivo,
puede ser determinada según la posición que ocupan las personas en los medios de
producción, desde las relaciones que allí se generan en términos de propiedad, de cómo
perciben la riqueza social e incluso de su espacio en la organización social del trabajo, esto
es, quienes controlan o no el proceso productivo.
En palabras de Jaime Osorio:
“con independencia de la percepción que los individuos tengan de su ubicación
social, todos los miembros de la sociedad pertenecen a alguna clase social, en tanto
ocupan un lugar en la organización societal y en el proceso productivo en particular,
mantienen relaciones especificas frente a los medios de producción, perciben
riqueza de una manera determinada y en montos específicos y ocupan posiciones
particulares en un sistema de dominación. La pertenencia a una clase, fracción o
sector social, es por tanto, un asunto objetivo” (Osorio, 2011:117)
Aun así, no puede satisfacerse la explicación y análisis sobre la complejidad de la
clase, sólo en términos cuantitativos.
La idea de que las clases sociales solo se constituyen en tanto se desarrolle una
conciencia de pertenencia (con la cual la existencia misma de las clases pasa a convertirse
en un elemento subjetivo) destaca que la pertenencia a un sector social y la conciencia de la
ubicación social son dos procesos analíticamente diferenciables.
Por lo tanto, aunque los grupos humanos no estén organizados ni mantengan
comunicación en general, tenderán a desarrollar conductas sociales y percepciones más o
menos similares sobre los problemas sociales y sus posibles soluciones. Su ubicación en la
sociedad así lo aproxima. Y esto es, porque “pertenecen a una clase, fracción o sector social
determinado y porque por tal razón forman parte de una red de relaciones sociales que
condicionan su conducta social y la de otras clases” (Osorio, 2011:118)
Ahora bien, la defensa de las posiciones de unos y otros sectores sociales será mejor
si se reconocen socialmente y están organizados. Esto, dirá Osorio, es otro problema, ya
3
que pertenecer a una clase social no es sinónimo de lograr una precepción de “pertenencia”
a esa clase.
Entonces ¿existe la clase sin que los individuos que la componen se den cuenta que
constituyen una clase? Sí. ¿Qué aspectos se destacan en el desarrollo de la conciencia de
clase?
Para Theotonio Dos Santos (1967) el concepto de conciencia clase es un concepto
abstracto, teórico que no tiene referencia empírica directa. Puede llegar a definirse como “la
representación consciente posible de sus intereses en un modo de producción dado” (Dos
Santos, 1967: 101). En otra parte ajusta la definición como “la expresión sistemática de los
intereses de las clases sociales” (Dos Santos, 1967: 102).
Sucede entonces que las personas que “personifican” la categoría abstracta
“conciencia de clase” lo hacen en la práctica “de un modo caótico, asistemático y
fragmentario, mezclado con las ideas dominantes en su sociedad en la que fueron
educados” (Dos Santos, 1967: 105). No disponiendo, de elementos teóricos para poder
representarlas de manera sistemática en su conciencia (al menos en un primer momento)
En la medida en que el modo de pensar y sentir de en una coyuntura social e
histórica dada (psicología de clase) no expresa la realidad de las relaciones que viven las
personas, se entenderá que ese grupo humano es una clase en sí. Sin embargo, es “una
clase para sí en una situación social en que tome conciencia de esas relaciones bajo la
forma de una ideología política, que defina claramente las condiciones reales de su
existencia y la contradicción entre ellas y sus intereses como clase social, así como le
proponga los medios para superar esta situación (Dos Santos, 1967: 101)
Ahora bien, ¿Cómo se comporta la formación de clase en sí en clase para sí dentro del
movimiento obrero? ¿Cuáles son los riesgos en la formación de la conciencia
revolucionaria? ¿Qué papel cumple la burocracia sindical en ese proceso? Desde Cornelius
Castoriadis se acercan algunas reflexiones al respecto.
1.- EL “EN SÍ” OBRERO
En cada momento de su existencia y en cada fase de la sociedad de clases, el proletariado
será ese “en sí”, objeto sometido a la explotación como decía Trotsky. ¿Por qué?
4
Castoriadis destaca que el “en sí” económico es y constituye el fundamento de su ser activo
–al menos inicial- del movimiento obrero, reclama sólo por mejoras salariales o mejoras en
las condiciones de trabajo, también podría decirse que es aquél que está envuelto en un
pragmatismo económico tal que sus intereses sólo son y se corresponden para con ellos.
Suponiendo un recorrido “evolutivo” del proletariado (como sugieren desde Trotsky y
Castoriadis) el obrero, su movimiento, será indefectiblemente objeto de explotación –en
todas las fases de la sociedad de clases-, porque aun superando esas “limitaciones” del “en
sí” económico, el siguiente nivel es el “para sí” político: una superación cuya negación
anterior es el sentido profundo de ese nuevo nivel (imposible de no ser así) y siendo la
negación de esa negación, es decir, la negación del “en sí” económico y del “para sí”
político: “la abolición de toda explotación y de todo Estado, y en definitiva la supresión en
el seno de la totalidad comunista de la condición misma de proletariado como ser
específico” (Castoriadis, 2005: párr 1) La superación y la evolución “en este sentido”
parece ser la negación de las primeras impresiones reales, no es suficiente en un sentido
económico y político mientras permanezca la sociedad de clases.
El proletariado deja de ser objeto de la explotación en tanto desaparezcan las clases
por la abolición de la propiedad privada, tal cual desarrolla la máxima revolucionaria.
Ahora, interesa el “en sí” económico, de hecho, es aquello que determina al objeto
de explotación “proletario”, “ser” proletario es “ser ese objeto”.
Castoriadis plantea que ese “en sí” esta vaciado de contenido político o de otra
forma “de conciencia”, su “ser en sí” no es por consiguiente más que un “ser para otro”, un
ser para el capitalista. Entonces, “si el capitalista es mediante el proletariado, el proletario
es para el capitalista durante esa primera fase, y ese “ser para otro”, seguirá siendo un
momento constitutivo del ser proletario mientras éste continúe existiendo como tal”
(Castoriadis, 2005: Párr 2). Pero ¿puede decirse que ese “en sí” proletario ese “ser para
otro” está desprovisto de contenido político? ¿Hasta qué punto opera la ideología
dominante en este proceso?
El proceso de explotación capitalista expresaría entonces, la instrumentalización del
ser proletario en ese “en sí” expresión de alienación.
5
3.- EL “PARA SÍ” DE LA CONCIENCIA DEL PROLETARIADO. FASES, FORMACIONES,
CONTRADICCIONES Y CAMBIOS.
Es interesante plantear algunas cuestiones de sentido “primitivo” o
“protoaccionario”. El “en sí” inmediato no es más que una abstracción, dice Castoriadis, el
proceso de producción en el capitalismo tiende a reducir al proletariado a esa abstracción
(que es de alguna forma, también real, en cuanto objeto de explotación) aunque a pesar de
todo, no consigue de manera plena abstraerlo del todo. Primero, el proletariado ve en su
“ser en sí” un “ser para otro”, “comprende la negación de su ser que constituye ese ser para
otro y se alza a la negación de esa negación mediante rebelión” (Castoriadis, 2005: Párr 3),
entendiendo además que (segundo) en la conciencia proletaria descansa (negada y
conservada) el conjunto de elementos del proceso que condujo al proletario a su “ser en sí”.
En ese proceso, el capitalismo intenta convertir al proletario en una simple materia
bruta de la economía, en una pieza más de la maquinaria industrial, siendo al mismo tiempo
el fundamento de la existencia del valor mediante la plusvalía (Castoriadis, 2005)
Es así que el “ser en sí” para el capitalista es “ser para el capitalista” y la identidad
proviene de la máquina, la negación es el hombre. El capitalista además, tiene la necesidad
de reducir el “ser para sí” del proletario en la abstracción “ser en sí” que le asegura la
dimensión (si se quiere) simbólica de la dominación. Aun así, no está empeñado por
destruir al proletariado, principio de contradicción y sustento. Se ve obligado, dice
Castoriadis, a conservar en cierta medida la “esencia humana” de esa clase, sin la cual
perdería el valor que tiene para él (Castoriadis, 2005)
Por tanto, a partir de que “el capitalismo suscita su propia negación social, el “para
sí elemental”, núcleo de consciencia mantenido -a pesar suyo- en el proletariado, capta
como primer objeto el “en si” que lo sostiene, adquiriendo la certeza inmediata y sensible
de su explotación -eso en condiciones estáticas-2”- (Castoriadis, 2005: Párr 4) Esa certeza
no irá más allá de la cosidad, como el “en sí” captado por esa primera conciencia es el “en
sí físico”.
2 Las negritas son del autor de este trabajo.
6
No deja de ser interesante plantearse la existencia de múltiples consciencias en el
proceso de formación de abstracción revolucionaria, entendiendo que a nivel simbólico, la
abstracción analítica existe y es real porque justamente se realiza al nivel de consciencia.
Por eso, lo simbólico y lo analítico, despedazado por mil partes, es real.
Volviendo a Castoriadis, el “en sí físico” captado por la primera consciencia es la
“enajenación”, el “en sí” aparece en el físico y el “ser para otro” del proletariado es captado
por su conciencia como un “ser para una cosa” y esa cosa es la máquina (entendida hoy
inclusive como “el tiempo de trabajo, un contrato, etc-”).
Por tanto, la primera negación, que es el intento de destrucción de la máquina, al
tiempo que está doblemente mistificada, “en primer lugar por cuanto hace de una cosa su
propio otro” (Castoriadis, 2005:Párr 5) y el otro “de la consciencia solo puede ser otra
conciencia” (Castoriadis, 2005:Párr 8) y así la explicación de cómo se rebaja y reduce (al
nivel de cosa) el proletariado.
Castoriadis destacará que “la rebelión es la primera totalidad a la que llega la
conciencia proletaria” (Castoriadis, 2005: Párr 6), en esta dimensión, la rebelión encuentra
que la enajenación es captada como explotación total, como tentativa de reducir tanto el “en
si” físico como el “para sí” consciente del proletario a un “ser para otro” (Castoriadis,
1948) el otro, el antagonista es sin dudas el capitalista. Aquí emerge cierta idea de
“cohesión de clase”, ya que esa rebelión como inicio de la comprensión de esa “totalidad”
en la que respecta al sujeto “explotado” se reconoce como totalidad desposeída (podría
decirse como “clase trabajadora”) que se opone a la construcción de otra totalidad de clase
(en esa rebelión) cuya expresión más general (y en la que se relaciona generalmente el
“otro” capitalista) es en el Estado. Otra cita textual de Castoriadis (2005) reafirma:
“Su contenido mismo es total puesto que exige la supresión de la particularidad, la
realización de una igual participación en lo universal económico y la atribución a
cada individuo de una fracción real del poder político mediante el pueblo en armas x
la comuna política. En ese sentido, la rebelión constituye la primera exteriorización
completa del “para sí” proletario” (Párr 6)
7
Esto sería en principio, la superación de la individualidad o la supresión de la
particularidad como dice Castoriadis, se comprende, en términos de la acción la realización
en la rebelión de una igual participación en lo económico y la atribución real de poder para
cada individuo rebelado, eso, es entonces, la primera “exteriorización completa del “para
sí” proletario” (Castoriadis, 2005: Párr 6). Evadiendo entonces, la participación en una
fracción real en el poder económico, el proto-movimiento de supresión de las
particularidades individuales, podría ser –en principio- la organización sindical aunque se
instituye al mismo tiempo como la caída en la mediación, en un posible fracaso.
Siguiendo con el “para sí” de la rebelión, se interpreta que a pesar de todo, esto
sigue siendo un “para sí inmediato”, ya que se interpela a la totalidad como una totalidad de
carácter inmediato por cuanto “la realización total de la negación del otro se refiere todavía
al otro exterior, a todo lo que se opone al proletariado fuera del proletariado mismo”
(Castoriadis, 2005: Párr 7)
¿Qué es esto? ¿El otro capitalista? Si se aplica esto a nivel analítico, Castoriadis
afirmará que se coloca a la clase o “interpreta a la clase” como una unidad inmediata,
simple y directa y esto es una abstracción que conducirá a la derrota. Se manifiesta aquí que
“la derrota de la rebelión es la derrota de la abstracción ante lo concreto negativo del
capitalismo como opuesto al proletariado” (Castoriadis, 2005: Párr. 7)
Esa derrota no es otra cosa que la derrota frente a la inmediatez, a la mediación. La
conciencia del proletariado genera un “otro” al interior de sí misma para “captar y superar
su negación no sólo como negación exterior realizada por el capitalismo, sino también
como negación intrínseca que tiene primero que llegar a ser explícita, ser captada después
como tal” (Castoriadis, 2005: Párr 7) ¿Será que el movimiento obrero para superar sus
contradicciones, debe generar una negación al interior que haga superarse a su “negativo
interno” (por ejemplo, la “burocracia sindical”) y a su “negativo externo” (la patronal) para
llegar a la conciencia revolucionaria absoluta?
4.-EL NACIMIENTO DE LA BUROCRACIA OBRERA COMO SENTIDO DE LA MEDIACIÓN
INFINITA.
8
La derrota de la “rebelión” es entonces -en esta “fase”- la mediación, entendida
como la totalidad inmediata del primer “para sí” que se fragmenta en “momentos
particulares. ¿Cómo opera esa reducción? En primer lugar, asegura Castoriadis, se
interpreta que el objetivo final “la rebelión absoluta” parece –en tiempo presente-
“inmediatamente inaccesible” (Castoriadis, 2005: Párr. 8) por lo que se fragmentará en
objetivos particulares y pequeños, con la “intención” de llegar a esa totalidad en algún
momento (esto es al menos en sentido teórico), por ello, dirá Castoriadis “la reivindicación
–se constituye- como momento central del “para sí” proletario durante esta fase”
(Castoriadis, 2005: Párr. 8). En segundo lugar, dado que es inaccesible e inmediatamente
imposible cumplir con la “acción total” hacia la rebelión, entendiendo que, pensar en esa
“imposibilidad” es sinónimo de un proletariado convencido de la derrota, por interpretar
que la acción total es en vano, emergerá en ese momento, una parte que se hará cargo de
sus acciones, y es así como se constituye la “primera” burocracia proletaria “sindical y
política, como base real del “para sí” proletario durante esa fase –fase de mediación infinita
“ser para otro”-” (Castoriadis, 2005: Párr. 8)
Entonces, Castoriadis asocia a la burocracia obrera como una negación del “para sí”
proletario frente al convencimiento inclaudicable de la derrota en pos de la rebelión total en
un conjunto de reivindicaciones y reformas que lleva inexorablemente a la mediación
infinita por parte de una fracción del movimiento obrero. Esto es, un avance de la primera
condición del “para sí” proletario, porque “limita cuantitativamente su enajenación, tanto
por lo que respecta a la magnitud de la plusvalía como por lo que respecta a la jornada de
trabajo” (Castoriadis, 2005; Párr 9) Sin embargo no la elimina mientras siga siendo
reivinidcativa y reformista.
Combinando un sentido analítico y práctico, la mediación y la revinidicación, tienen
la “genialidad” (en esta estrategia de la burocracia) de presentar lo particular como
universal, la reivindicación “como la mediación necesaria entre la enajenación presente y la
libertad futura” (Castoriadis, 2005: Párr 10) Siendo la mediación un engaño, ya que se
presenta como un fin en sí mismo, como un conjunto eterno de reivindicaciones cuyo final
ideal “la rebelión absoluta” se refuerza como imposible –materialmente-. Castoriadis
destaca que en esa mediación, presentada como “fin en sí mismo” se configura como una
9
“enajenación a la libertad”, donde la “totalidad del objetivo sería el resultado de una simple
adición aritmética de los fragmentos particulares de ese objetivo” (Castoriadis, 2005: Párr.
10)
A partir de la “cuantificación” de los objetivos reivindicativos, opera paralelamente
una “mistificación cualitativa” una conciencia que fragmenta el objetivo final, como “una
substitución de trozos sucesivos de enajenación suprimida por trozos sucesivos de libertad
conquistada…” (Castoriadis, 2005: Párr 10)
Puede interpretarse entonces, que la burocracia obrera se presenta como una
negación en el camino de la formación de la conciencia absoluta obrera de “rebelión” y esa
mediación enajenante puede deberse –interpretándose en un continuum histórico- como
devenida de la estructura de decisiones de raigambre estrictamente burguesa, esto es, la
idea de imponer un sistema “democrático” “de carácter formal” en las decisiones del
movimiento. Esta traspolación que funciona a nivel Estado-Sociedad Civil, se integra a
nivel dirigentes sindicales-base obrera, replicándose entonces la contradicción capitalista
entre democracia real y formal.
Respecto de la “eterna espera en la realización del objetivo democrático” o
cualquiera sea, es interesante implicar a Gramsci en esta reflexión, quien menciona, al
respecto del Estado;
“(…) Ese Estado –el Estado en el programa liberal- es una aspiración política más
que una realidad política: sólo existe como modelo utópico, pero precisamente esa
es su naturaleza de espejismo, es lo que le da vigor y hace de él una fuerza
conservadora. La esperanza de que acabe por realizarse en su cumplida perfección
es lo que da a muchos la fuerza necesaria para no renegar de él y no intentar, por
tanto, sustituirlo” (Gramsci, 1986:19)
¿Es entonces un modelo utópico el sindicato? ¿Es en la configuración tradicional
una esperanza que acabe por realizarse?
Sin dudas, la burocracia sindical u obrera puede explicar algo sobre esto. El
reformismo, dirá Castoriadis, implica una mediación personal entre el proletario y el
capitalista (el burócrata obrero) que se presenta como “mediación” necesaria ¿En qué
10
consiste esa mistificación contenida en esa mediación? En que “se pretende suprimir una
enajenación substituyéndola por otra. En la medida en que el burócrata se presenta como un
elemento necesario de la liberación y en la medida en que su existencia implica que la
liberación solo es posible gracias a él” (Castoriadis, 2005: Párr 11) Esto es, que una parte o
“fracción” de la clase trabajadora substituye al conjunto y simultáneamente esa fracción se
presenta al resto como “el conjunto”
En otras palabras, la burocracia sindical se apropiará del “para sí”, de la conciencia
y la dirección de la clase, ya que en palabras de Castoriadis, esta fracción “se pone a sí
misma como un “para sí”, como un fin de sí mismo en la historia” (Castoriadis, 2005: Párr.
11) La derivación será que el proletariado se enajenará nuevamente, sosteniendo la
enajenación central y primera (causa de la rebelión primera) aquella que le somete el
capitalismo.
¿Es la burocracia sindical una vanguardia de clase? En términos básicos, se
constituirían como “vanguardia” pero en el sentido opuesto gramsciano, esto es, el
remplazo de la “revelación a las masas la existencia de una situación revolucionaria y la
determinación revolucionaria del proletariado” (Gramsci, 1986:65) en mostrarle a los
trabajadores la imposibilidad de ir por más que una paritaria, dándole una dirección
consciente no a la rebelión, sino a la reivindicación mediada por el Estado, que niega, al fin,
la conciencia proletaria absoluta, en palabras de Castoriadis,
“(…) el Estado no es más que una abstracción, esa posesión estatal es una
universalidad abstracta que oculta la posesión de la burocracia y al mismo tiempo la
domina (…) aparece también en la política puesto que el Estado o el “pueblo” es
presentado como sujeto del poder siendo en realidad ese poder el de la burocracia”
(Castoriadis, 2005: Párr. 19)
Dicho por Castoriadis es que el “para sí” del burócrata es un falso “para sí”, el
propio burócrata está mistificado, y como la razón de ser del burócrata es el resultado
objetivo de la reivindicación, lo que logra es alejar la reivindicación de lo universal,
mediante lo particular –que puede ser además inmediatamente captado- (Castoriadis, 2005)
Luego, dirá Castoriadis, el ““ser para sí” del burócrata es reemplazado en “ser para el
capitalista” y “los propios mistificadores son mistificados” (Castoriadis, 2005: Párr 11) De
11
esa forma, quizá el burócrata entendido como vanguardia regresiva del movimiento obrero,
al darse cuenta de su papel, subjetivamente se transforma en un agente del capital,
“completándose así la enajenación del propio burócrata, por cuanto se separa de su propia
clase” (Castoriadis, 2005: Párr. 11)
En palabras generales “la conciencia reformista significa la reducción del fin
histórico a una serie de objetivos particulares y la particularización real de la base humana
del movimiento (al sustituirse la burocracia a la clase)” (Castoriadis, 2005: Párr. 16) No le
queda más que la conciencia total y poder universal o enajenación total y mistificación
universal. Castoriadis fortalece la noción de “que la expropiación de la conciencia en
provecho de la burocracia y la expropiación física corren parejas -ya que- el monopolio de
la conciencia solo es posible sobre la base del monopolio de las condiciones de conciencia
y como esas condiciones son esencialmente materiales, vuelve a aparecer la explotación y
con ella la tendencia a reducir al proletariado a su pura materia física” (Castoriadis, 2005:
Párr. 19)
Es así que, con la dominación de la burocracia, “la ganancia del capital se convierte
en ganancia universal abstracta, desaparece la competencia –en su forma económica- y en
la producción, puede desarrollarse libremente el intento de reducir al proletariado a una
simple pieza de máquina, ahí el paso del “en sí” al para sí” (Castoriadis, 2005: Párr. 19)
5.- DIFERENCIAS Y OBJETOS MÍSTICOS.
Castoriadis asegura que la mistificación devenida de la burocracia es un engaño
mayor que aquella mistificación “reformista”. Esta última puede ser descubierta y criticada
con más facilidad ya que es –en sentido directo- una clara expresión del capitalismo. Por
tanto, como definición, “el objeto y el propio ser del reformismo sólo pueden ser parciales,
la mistificación que representa sólo puede ser parcial” (Castoriadis, 2005: Párr. 20) En
cuanto a la burocracia, su objeto es total, universal. El engaño opera mostrando lo
“universal abstracto como lo idéntico a lo universal concreto” (Castoriadis, 2005: Párr. 20)
por ejemplo, esta burocracia presenta la nacionalización de una empresa como “idéntica a
la destrucción del poder de clase” (Castoriadis, 2005: Párr. 20)
REFLEXIONES
12
Como la conciencia es un resultado consciente de la praxis humana y a la vez un
elemento condicionante, permite al hombre dominar su praxis y someterla a sus fines (Dos
Santos, 1967) los intelectuales ocupan un lugar importante para su desarrollo.
La sistematización de las experiencias prácticas y su consecutiva enseñanza,
permitiría que esa “conciencia” se transforme en una “conciencia de los individuos de una
clase” (Dos Santos, 1967:108)
La emergencia de una vanguardia “burocrática” obrera sindical, mediación por
excelencia entre la conciencia de rebelión total del movimiento obrero –el para sí
revolucionario- y el “en sí” de sometimiento bestial y fragmentado hacia el capitalista –el
“ser para otro”, coloca a la “conciencia sindical” -desarrollo genuino de la vanguardia
burocrática- como producto de las necesidades del capital y de escape por parte del
movimiento obrero de su “en sí inmediato”, con el objetivo de unirse y vender lo mejor
posible su fuerza de trabajo.
Ahora bien, los dirigidos por esa vanguardia obrera sindical ¿son idiotas? ¿Tan
idiotas como si fueran dirigidos por una vanguardia revolucionaria? ¿La construcción del
sentido de pertenencia a una clase es sólo responsabilidad de un grupo de intelectuales que
“sistematizan la experiencia” desde el “buen sentido” gramsciano? ¿No es quizá una
mediación más “esperar” la llegada de los intelectuales para “ser conscientes” del mundo
material? ¿La sistematización de la praxis es una cuestión moral?
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7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-
OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN
27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015
Mesa 11: Conflictividad Social en el capitalismo periférico: resistencias, desigualdades y
movimientos.
Título: La producción social del espacio, acciones emergentes en una ciudad planificada
estratégicamente
Autora: Eliana Isabel Abraham1
Palabras Clave: Espacio, Sentido, Conflicto.
Resumen:
Barrio Alberdi de la ciudad de Córdoba Capital, afronta alteraciones físicas en el espacio barrial
producto del impacto del proceso de mercantilización espacial que conlleva al debilitamiento y a la
fragmentación social. En este contexto surgen organizaciones sociales que desafían a dichos efectos
del capitalismo moderno.
El presente trabajo pretende abordar las configuraciones espaciales de la “Multisectorial
Defendamos Alberdi” surgida en este barrio histórico. Como objeto de estudio se analizarán las
construcciones de los sentidos sobre el espacio en conflicto dentro de las prácticas colectivas de
esta organización en defensa del patrimonio histórico-cultural del lugar. Dentro de estas prácticas
colectivas, los actores sociales mencionados manifiestan y construyen el sentido del espacio como
bien conflictual.
Se utilizaran nociones teóricas de la sociología urbana referentes a ciudad, espacio y urbanismo
estratégico. Se puede afirmar que las prácticas colectivas se constituyen como medio para la
visibilización de maneras alternas de producir el espacio, plataforma para la innovación política y
cultural. El espacio barrial se constituye, entonces, como lugar para la construcción de
1Estudiante de Derecho, Facultad de Derecho y Cs Sociales, Universidad Nacional de Córdoba. Elianaabraham9012@gmail.com
subjetividades políticas y el despliegue de recursos expresivos canalizadores de horizontes posibles
y deseables.
Abstract:
Barrio Alberdi (Neighborhood Alberdi) of Cordoba Capital City faces physical alterations in the neighborhood spatial due to the impact of commercialization spatial processes which carry on with the weakening and the social fragmentation. In this context emerges social organizations that challenge to the mention effects of modern capitalism.
This paper sets out to approach the spatial configurations of the "Multisectorial Defendamos Alberdi" (Multi-stakeholder let's defend Alberdi), created in this historical neighborhood. The aim of this study will analyze the construction senses about spatial conflict inside the collective practices from this organization defending historical-cultural heritage of the place. In these collective practices the social actors mentioned, manifest and construct the sense of the area as a conflictual good.
It will be used theory notions about urban sociology regarding to a city, area and strategical urbanism. It can be assumed that collective practices remaining means for visibility of alternative manners of producing the space-platform for the political and cultural innovations. So the neighborhood spatial is constituted as place for the creation of political subjectivity and the spread expressive resources conduits of possible desirable horizons.
1- Algunas aproximaciones...
La noción de espacio se encuentra en tensión y es objeto de disputa dentro de escenarios de socio-
segregación urbana. En el escenario de políticas de planificación urbana estratégica, nos
preguntamos por experiencias locales que permitan tensionar los sentidos que se construyen por
fuera de una lógica instrumental del espacio. Este trabajo de investigación pretende desentramar las
nociones de espacio que se construyen dentro de las prácticas colectivas de la “Multisectorial
Defendamos Alberdi” de la ciudad de Córdoba Capital. Frente al avance del desarrollismo
inmobiliario en barrio Alberdi, los actores sociales se congregan para la construcción de acciones
colectivas que desplieguen sentidos alternativos del espacio que habitan. Dichas prácticas colectivas
poseerán en su conformación la imbricación de elementos políticos y culturales que dotaran de
significación sus acciones en el espacio urbano.
En el marco de este evento, se identificaran las configuraciones espaciales que realizan los actores
en resistencia dentro de un espacio socio- segregado por el avance de las políticas inmobiliarias. La
comunicación toma un papel central en la vehiculizacion de los sentidos y la construcción de las
prácticas relacionadas intrínsecamente con el espacio barrial. La conformación de una “democracia
de la vida cotidiana” (sensu Melucci) dependerá de la construcción de diferentes espacios locales de
resistencia dentro del segregado espacio socio-urbano cordobés.
2- Las lógicas estratégicas del espacio
Las estructuras sociales se vuelven cada vez más difusas e indeterminadas por procesos múltiples y
fragmentarios a nivel material y simbólico. Estas dinámicas complejas impactan e inyectan en los
espacios urbanos ciertas dinámicas de reproducción estatizantes. Existen diferentes estrategias que
entran en juego en la construcción/deconstrucción de estos espacios sociales, delineados por
operativos ideológicos dominantes. Afirma Lefebvre (2013): “no existe el espacio urbano, sino
espacios urbanos, varios espacios diferenciados, calificados, distintos del espacio geométrico o
geográfico. Un espacio es la inscripción en el mundo de un tiempo. Los espacios son realizaciones,
inclusiones en la simultaneidad del mundo externo de una serie de tiempos, de ritmos de ciudad” (p.
211).
Las producciones del espacio asimismo se organizan bajo un sistema ideológico donde subyacen
múltiples redes de signos, “cuyos significantes están hechos de formas espaciales y cuyos
significados son contenidos ideológicos” (Castells, 1979, 126.7). Los moldeamientos de las formas
espaciales se realizan por lo general en relación a códigos dominantes procedentes de sectores
políticos y económicos que planean y reestructuran el espacio de manera estratégica.
Estas circulaciones o “ritmos de ciudad” dominantes que se inscriben en el espacio urbano
obstaculizan las capacidades de percibir las complejidades que revisten en el interior de los
mismos, sus múltiples construcciones de sentido e interrelaciones. De esta manera, el espacio se
cosifica como algo dado o preestablecido incapaz de ser intervenido por dinámicas intersubjetivas.
Los operativos de los sectores dominantes por establecer y permanecer esta inscripción de las
percepciones socio-espaciales son acompañados y reforzados por diversos procesos de
mediatización.
Algunas de las características que acompañan a estas “sociedades complejas” o “sociedades de la
información”, como describe Melucci, es precisamente el creciente control de las pulsiones y
percepciones personales que los sujetos poseen con los espacios que habitan. De esta manera, son
“locus” de sujeción hegemónicos: las motivaciones, las percepciones del tiempo y el espacio así
también las construcciones identitarias de los actores. Como sostiene Barbero (1991): “habitamos
una ciudad en la que la clave ya no es el encuentro sino el flujo de la información y la circulación
vial” (p.4)
Así, el espacio se instrumentaliza en función de proyectos de planificación estratégica de la ciudad
provenientes de distintos sectores hegemónicos. Los proyectos que intervienen modificando los
espacios actúan bajo parámetros que producen socio-segregaciones y diásporas urbanas de los
sujetos que habitan los territorios. Sin embargo, estas lógicas de reestructuración espacial también
“transforman los modos posibles/deseables de desplazarse y circular por el espacio urbano” (Boito
y Espoz, 2014: p. 94). Estas formas instrumentales de concebir el espacio se encuentran
representadas en las políticas del denominado “urbanismo estratégico”. Estos procesos de
reestructuración socio-espacial no solo transforman el espacio a nivel material sino disponen a las
corporeidades de los sujetos a determinados parámetros de circulación y formas alienadas de
experimentación de la ciudad.
Siguiendo a De Mattos (2007), pueden considerarse algunas tendencias del capitalismo moderno
como causas del impacto del urbanismo estratégico. En primer lugar, la financierizacion de la
economía provoco un aumento en la concentración del capital, el cual termino por invertirse en el
negocio inmobiliario. Por otro lado, la disminución de la intervención estatal posibilito que
empresas privadas puedan accionar con mayor libertad y autonomía en las decisiones sobre el
espacio. En este contexto, el Estado ha perdido progresivamente su capacidad de acción y decisión
sobre las políticas públicas en la planificación del espacio. El urbanismo se rige más por la
especulación inmobiliaria que por medidas gubernamentales que apunten a mejorar la calidad de
vida de los habitantes del espacio urbano. En síntesis, las lógicas imperantes condicionan las
maneras de experimentar el espacio y de “vivenciar” por ende, las pautas de interacción de los
actores sociales.
En este sentido, preguntarnos por las políticas de urbanización estratégica en la ciudad de Córdoba
Capital también invita a repensar las posibilidades/imposibilidades de maneras alternativas de
pensar los espacios y sus construcciones. La emergencia de espacios colectivos que aporten
determinados márgenes de maniobra nos ayuda a visualizar la existencia de matrices de resistencia
fundamentadas en la comunicación interpersonal y en dinámicas participativas de construcción. En
este sentido, sería posible constatar la existencia de una “democracia de la vida cotidiana”, en
cuanto los grupos sociales locales puedan establecer negociaciones y tomar decisiones
transformadoras en las producciones de espacio. (Melucci, 2001).
3- El espacio en tensión, sentidos en disputa.
Después de treinta años de regreso a la democracia, nuestra investigación pretende comprender la
configuración de distintos espacios urbanos en conflicto dentro de la ciudad de Córdoba Capital.
Para ello, se establecen cortes temporales donde las políticas de urbanismo estratégico han sido
clave para comprender las formas de estructuración socio-temporal de los espacios analizados. Se
distinguen entre ellas, en un primer momento la “limpieza de terrenos” y la posterior erradicación
de villas miseria. Asimismo, posterior a la crisis de 2001 se empieza a identificar una nueva etapa
que corresponde a la construcción de distintos “barrios-ciudad” a través de programas de vivienda
además del surgimiento de barrios cerrados y countries. La posterior etapa de configuración
estratégica del espacio (2009 en adelante) apunta a la revalorización y mercantilización de espacios
locales en distintos barrios céntricos de la ciudad, como así también el creciente auge del
“desarrollismo inmobiliario” en la construcción de “edificaciones compactas” en detrimento de la
destrucción de viviendas de importante valor patrimonial. Las experiencias en distintos puntos de la
ciudad, permiten observar las lógicas de producción espacial del capital que “borra la memoria, los
conflictos y las marcas locales que se contrapone a un espacio de lugares, portadores de historia,
significados sedimentados y modos de vida particulares. La temporalidad a-temporal de los flujos es
confrontada por las temporalidades múltiples y subordinadas de los lugares, que se constituyen en
espacios de conflicto y de resistencia. (Castells, 1999). En relación a este punto, y en el marco de
este evento, es preciso pensar las producciones y formas de espacios alternos y locales que emergen
y resisten en los distintos escenarios de socio segregación enunciados. Los actores sociales
construyen formas espaciales en sus prácticas estableciendo marcas de sentido en los lugares que
configuran sus identidades y maneras de vivenciar la ciudad.
4- El espacio en conflicto, Caso Barrio Alberdi.
Como en el resto de los barrios próximos al centro de la ciudad de Córdoba, Barrio Alberdi es
espacio de transformación por políticas de urbanismo estratégico. El espacio barrial constituye uno
de los sectores más antiguos e importantes de la ciudad. Barrio Alberdi fue testigo y protagonista de
importantes sucesos históricos como la firma del Manifiesto Liminar, piedra angular de la Reforma
del 18, y el levantamiento popular obrero-estudiantil conocido como Cordobazo. Entre otros de los
sucesos que quedaron impresos en la memoria de los vecinos del barrio, se encuentra la toma de la
Cervecería Córdoba en 1998 por parte de sus trabajadores. La medida se extendió durante 105 días
configurándose como la más prolongada del Movimiento Obrero Argentino. Cabe destacar que la
cervecería fue una fábrica significativa para el impulso industrial de la provincia desde comienzos
del Siglo XX.
Debe mencionarse también la presencia de diversos espacios de encuentro, como el Club Atlético
Belgrano y el Cine Teatro Moderno. Estos lugares significativos se han transformado a lo largo del
tiempo en íconos del barrio. El cine, conocido popularmente como “La Piojera”, no sólo fue sitio de
esparcimiento sino también de debate y de confluencia e intercambio de ideas. De esta manera, la
identidad de barrio Alberdi se configura en la existencia de espacios de gran importancia cultural e
histórica. Estos espacios han sido testigo de las luchas populares y de las cotidianeidades que
configuran el sentido que adquiere el espacio barrial actualmente.
Sin embargo, Alberdi afronta la aplicación de políticas de planificación estratégica en sus espacios
que implican no solo alteraciones físicas en el territorio sino también “formas neoliberales de
destrucción creativa” (Theodore, Peck y Brenner, 2009 : p. 8) .Desde el año 2000, diversas
empresas inmobiliarias (Gni, Gamma, Regam Pilay) transforman el paisaje urbano original
montando proyectos de gran envargadura en la zona, los cuales en muchos de los casos exceden los
límites establecidos por normativas y ordenanzas municipales.
Frente a este escenario de urbanismo estratégico, surgen espacios de resistencia que proponen la
protección del espacio barrial junto a los códigos culturales y políticos que le otorgan significación.
Retomando a Lefevbre (2013) el sentido de apropiación del espacio se convierte en la producción
de relaciones sociales que direccionen prácticas performativas y creadoras de horizontes
posibles/deseables sobre las maneras de “hacer ciudad”.
5- Creando/transformando espacios
“…que el barrio sea el barrio, Alberdi en la calle. Ahora nos han quitado esa calle pero Alberdi es
la calle. Osea, cuando vos salís a la calle y ves al vecino… ese es Alberdi.” (Vecino)
La Multisectorial “Defendamos Alberdi” (MDA) surge en el año 2010 producto de la demolición
de la Chimenea de la Cervecería Córdoba, suceso que serviría de antesala para el avance sistemático
de demoliciones de viviendas patrimoniales en el espacio barrial. Bajo el lema “Paren de demoler”,
el colectivo se proclama por la protección del patrimonio material e inmaterial del barrio.
Los miembros del colectivo procuran apropiarse del espacio en conflicto, a través de diferentes
intervenciones en el barrio que contemplan desde representaciones teatrales a bailes populares
característicos de las comunidades inmigrantes del barrio. Sus prácticas buscan dar visibilidad la
emergencia del conflicto dentro del espacio que implica la construcción de formas alternas de
concebir y definir el espacio social.
La configuración de la identidad colectiva del grupo encuentra su fuerza en la comunión de
distintos elementos culturales e históricos del lugar, que frente a la amenaza de su desaparición
cobran materialidad en las formas de agrupamiento y en las prácticas que los sujetos instituyen en el
espacio. Los constantes elementos simbólicos que refieren a los lugares, relatos y sucesos en el
plano enunciativo señalan las relaciones espacio-temporales que los sujetos mantienen con su
espacio y las formas de significarlo.
Coincidimos con Massey (2005) en considerar la espacialidad como producto de interrelaciones y
como posibilidad para la construcción de multiplicidades y subjetividades políticas. Es decir, los
elementos espacio- sociedad se encuentran en relación dialéctica, aunque muchas veces en
permanente tensión, cada una es definida en relación a la otra. En este sentido, la relación espacio-
grupo social se construye a partir de acciones per formativas que tienden a manifestar una forma
espacial recurrente que condensa distintos elementos políticos y culturales.
La Multisectorial “Defendamos Alberdi” establece alrededor de sus practicas la visibilización y
denuncia de los procesos de urbanismo estratégico que transforma los modos de sentir y habitar el
espacio barrial. Los procesos de “reterritorializacion” alrededor de las prácticas que realiza el
colectivo intentan detener los operativos de borramiento y estandarización de los espacios
desplegados por las lógicas estratégicas del capital. Si como venimos afirmando, es en el espacio
donde se plasman las luchas por los sentidos que lo estructuran y lo definen, es importante
preguntarnos cuales son los elementos que ayudan a construir las formas especiales que despliegan
los actores en sus prácticas. Asimismo, cuales son las relaciones de sentido que se establecen con el
lugar a fin de producir su espacio y maneras de “hacer ciudad”. Bajo este punto, el espacio se
convierte en plataforma para la construcción de prácticas colectivas con capacidad de
agenciamiento simbólico y a los grupos emergentes como portadores de formas alternas de concebir
la espacialidad barrial. Como sostiene Lefevbre (1971), el espacio se convierte en lugar de
representación de los grupos, sin embargo también se constituye como bien en disputa por los
distintos sectores que compiten su configuración.
6- Formas espaciales en disputa
Las representaciones espaciales se despliegan desde un plano bidimensional:
Espacio Barrial
1- Material 2- Simbólico
Cada configuración espacial posiciona un sentido determinado según el lugar que ocupan los
actores sociales en relación a la trama conflictual. De esta manera, el sector inmobiliario es
consecuente a una visión instrumental del espacio funcional a proyectos neoliberales de
privatización de la producción y utilización del espacio urbano. En relación al actor colectivo que
analizamos, la profusión de sentidos se construye desde un plano simbólico del espacio.
Los actores sociales construyen el sentido del espacio en torno a distintas prácticas colectivas que
se complementan para dar cuenta de la diversidad y convergencia de valoraciones que sobre el
espacio entran en juego. De acuerdo a los distintos registros tomados de las actividades
desarrolladas por MDA, en los periodos comprendidos entre noviembre de 2013 al primero de
agosto de 2014, se desprenden algunas valoraciones sobre el espacio barrial como bien conflictual:
1- Espacio como configurador de identidades
2- Espacio de preservación de lazos y valores afectivos
3- Espacio trans-material
4- Espacio de memoria colectiva
5- Espacio de demanda y construcción política
6- Espacio para la transformación
El espacio barrial constituye ese ámbito de convocatoria indexical de los actores de la trama
conflictual. Asimismo es la superficie de despliegue de las distintas herramientas que los sujetos
detentan para la explicitación de los sentidos y la proyección de los deseos y las utopías. La calle no
sólo se convierte en plataforma para la experimentación de estrategias comunicativas sino, como
analiza Reguillo (2007), en “el espacio de organización de la diversidad, de los choques,
negociaciones, alianzas y enfrentamientos entre diversos grupos sociales por los sentidos sociales
de la vida” (p.5).
Los actores conciben el espacio barrial como base para la construcción de una identidad colectiva
que se sustenta en una memoria histórica y en una cultura en movimiento.
“Alberdi, no es solo memoria, es memoria. No queremos ser Nueva Córdoba, queremos ser barrio.”
(Vecino, registro de campo, 19/02/2014)
Se puede observar como una dimensión territorial influye en los comportamientos y los fines de la
acción. Esta dimensión territorial no sólo aporta elementos en la constitución de las identidades,
sino que también describe las relaciones que los actores poseen con el espacio y la forma en que lo
recrean y construyen.
Los actores manifiestan en cada práctica la permanencia de ciertos valores que caracterizan el
espacio barrial tales como la solidaridad, la horizontalidad y la socialización para la constitución de
una ciudadanía territorial. En cada verbalización que refiere al espacio como ámbito de intercambio
y lazo social se encuentren fuertes componentes afectivos y autobiográficos. Estos componentes
refieren a formas interiorizadas de la cultura.
“Recuperar para mantener la idiosincrasia del lugar, los valores, cultura urbanística que sirve
para recrear la memoria histórica” (Vecino, registro de campo, 19/02/2014)
La dimensión territorial a la que se menciona anteriormente también da cuenta de elementos que
determinan la esencia del espacio en disputa. La idiosincrasia del lugar producto de elementos
culturales e históricos se manifiestan en las acciones de los sujetos, sus comportamientos y hábitos
comunes. Alberdi, se convierte en espacio para la constitución de culturas emergentes que fusionan
elementos políticos y culturales. Estas expresividades colectivas defienden el plexo material y
subjetivo de sus orígenes; el patrimonio tangible y los valores propios de las relaciones
interpersonales que caracterizan y dan sentido al espacio barrial.
El espacio asimismo supera la dimensión material para convertirse en un reservorio de monumentos
simbólicos que emiten mensajes y recrean una cultura objetivada en sus intersticios, es decir, el
espacio barrial como un “dispositivo de comunicación que comunica a través de su arquitectura”
(Reguillo, 1999: p.70).
“Esto no es una esquina más, es un tesoro, tiene que ver con la historia del barrio, es patrimonio
de Latinoamérica, tiene que ver con las revueltas estudiantiles, tiene un valor tangible e intangible”
(Vecino, registro de campo, 19/02/2014)
De esta manera, el espacio es el lugar para la re significación del pasado, para la convocatoria de
símbolos barriales que conjugan un devenir histórico impregnado por la lucha y la resistencia que
dan sentido a un presente bajo los mismos caracteres.
“Cordobazo como ícono de la lucha, Alberdi como espacio donde se desarrolla una lucha en el
presente por la preservación de nuestro patrimonio cultural e identitario” (Vecino, registro de
campo, 27/03/2014)
El espacio se configura entonces, como el lugar para el reclamo de bienes colectivos, para su uso y
disposición colectiva, cuando existe una apropiación diferencial de su sentido material por parte de
pequeñas minorías que detentan el poder. Estas valoraciones que sobre el espacio en disputa
entretejen los actores se encuentran imbricadas y conexas, se construyen simultáneamente, de tal
manera que se conjugan en un sentido prevalente. MDA construye sobre el espacio, sus significados
y formas de habitabilidad, su sentido de existencia como sujeto colectivo. Es decir, sus prácticas
colectivas están destinadas a “develar” estos sentidos que subyacen a las materialidades y que
permiten pensar nuevas formas de concebir el espacio. Esta diversidad de sentidos se conjugan en lo
que Harvey denomina “Derecho a la Ciudad” como la libertad de los individuos de apropiarse del
espacio y construir sobre el distintas percepciones de los lazos sociales y de los modos de vida
frente a una concepción univoca y mercantilista de los procesos sociales (Cf. Harvey, 2002).
La Multisectorial Defendamos Alberdi convoca estos sentidos sobre el espacio barrial y la
capacidad de los actores de resignificarlo en la construcción colectiva de un barrio, plataforma para
la demanda y los proyectos, la revalorización de las relaciones sociales y la libertad para la creación
social. Asimismo, todo lo anterior depende en la medida de que el espacio se convierta en un lugar
para el auto y hetero-reconocimiento, para la construcción de la subjetividad, es decir “en una
realidad física que los contiene y en la que desarrollan su existencia. Aportando significado cultural,
lo que hace que el espacio trascienda las connotaciones físicas para asumir un fuerte rol simbólico”
(Scribano, 2005: p.3)
De acuerdo a lo anterior, se puede afirmar que estos espacios colectivos desafían las estructuras
simbólicas dominantes en torno al espacio contraponiendo un sentido que apela a la
transformación/mantenimiento simbólico-espacial. Una transformación espacial que permita y de
lugar a la creación y la innovación político/cultural de los actores, como así también, al
mantenimiento y conservación en el espacio de lazos afectivos y valores que responden y
caracterizan todo espacio barrial.
La contraposición simbólica sobre el bien en disputa es referenciada en las distintas prácticas
colectivas de MDA. Es decir, la configuración que sobre el espacio posee el polo antagónico en la
trama del conflicto. De esta manera, los actores se refieren a las intenciones del sector antagónico
como:
“Lo que van a ver acá es un bloque de cemento que va a romper con la cotidianeidad del barrio,
denunciamos un convenio urbanístico que amplía los metros que se permiten construir, defendamos
un patrimonio histórico” (Vecino, registro de campo, 19/02/2014)
Según la percepción de MDA, el sector inmobiliario configura al sentido del bien en disputa como
un objeto de mercantilización para el consumo capitalista. Se puede advertir, un sentido que refiere
a un desdibujamiento sensorial e histórico de las tramas culturales y afectivas que conforman el
espacio barrial. Es decir, las lógicas privatistas del espacio no sólo lo convierten en mercancía para
el negocio inmobiliario sino que también en “no-lugares” (Cf. Marc Augé, 1992).
Sin duda alguna, aquella “democracia de la vida cotidiana” a la que refiere Melucci (2002) se
construye en la disputa y la negociación de los marcos referenciales para la significación del “aquí y
ahora” y en los procesos de producción social del espacio. La sistematización de distintas
experiencias locales de producción espacial irrumpen y tensionan los escenarios de una ciudad cada
día mas segregada y fragmentada por políticas estratégicas de espacialidad. Sin embargo, la ciudad
también es “el espacio público, de uso colectivo, ordenador y significante, donde la sociedad se
expresa sobre el suelo, donde se representa a sí misma, el territorio de la memoria y del conflicto,
donde se hace la historia y cada generación construye su identidad y la dignidad de su ciudadanía”
(Borja, 2012,p.12).
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y Letra, Rosario
Anexos (registros fotográficos)
1 - Apropiación del espacio en Psje Verna y Colon.
2-Intervenciones teatrales por las calles del barrio
3- Intervención en el espacio Arturo Orgaz y Colon.
7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-OESTE
DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN
27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015
MESA 11: Conflictividad social en el capitalismo periférico: resistencias, desigualdades y
movimientos
TÍTULO: Estado del Arte de los Estudios Acerca del Hábitat, en el Área Metropolitana del Gran
San Juan. Una Aproximación Conceptual y Fáctica del “Habitar Ciudad”-
AUTOR: Quiroga, Horacio; Giudici, Fernando; Potenzoni, Adriana; Mattar, Andres; Vedia,
Marisol; Cueli, Jaquelina; García, María Luz; Ozorio, Lucas; Núñez, Augusto; Wortman, Natalia;
Juarez Gee, Fara; Castro, Emilia1
Palabras Clave: Habitar Humano - Ciudad – Frontera.
Resumen: El presente trabajo constituye una propuesta para realizar aportes a la formación del campo de
conocimiento relativo al hábitat urbano desde sus lógicas relacionales, con el objeto de dar cuenta de
procesos de construcción de ciudad que, a la vez que periferizan a grupos poblacionales no considerados
como parte del proyecto de ciudad moderna y competitiva, permiten visibilizar y privilegiar a otros. Por
esto, se considera necesario construir un concepto de “frontera” para el campo de estudio del hábitat desde
el “Habitar”; lo cual implica incorporar a lo espacial, aspectos que hacen referencia a las prácticas y
conceptos de los habitantes, en tanto dimensiones que dan cuenta del alcance de las relaciones cotidianas
que se construyen al “Habitar”. En este sentido, se desea formular una perspectiva de lectura que
constituya en sí misma un tejido de tránsitos que comenzando en el lugar de lo conceptual, deberá pasar
por el horizonte de diversas disciplinas y terminar, revelándose como un compromiso político que en todo
momento indague por quién tiene derecho a habitar la ciudad.
1 Instituto de Historia del Diseño. Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. Universidad Nacional de San Juan Correo electrónico: surquiroga@yahoo.com.ar
En consecuencia, se trabaja en identificar y problematizar las investigaciones desarrolladas en la
Universidad Nacional de San Juan (entre los años 2003 y 2013), que tematicen el Hábitat en el Área
Metropolitana de San Juan desde el “Habitar Humano”, con el fin de construir nuevos lineamientos -de
orden teórico-metodológico- que habiliten nuevos enfoques para el campo de estudio del hábitat.
Abstract: The present work intends to make contributions to the field of knowledge related to the urban habitat and
their relational logics, in order to realize how city’s construction processes segregates certain population
groups -not considered as part of the project of modern and competitive city- at the same time as they
grant a privilege to others. For this reason, it is necessary to build a concept of "border" for the field of
study of habitat considering the "Inhabiting" process; which means to incorporate to the spatial habitat
item others that refer to the practices and conceptions of the inhabitants because they express the scope of
the daily relationships that are built in that "Inhabiting" process.
In order to achieve this objective this project works to identify and discuss research carried out at the
Universidad Nacional de San Juan (between 2003 and 2013), that consider the “Inhabitig” process in the
Metropolitan Area of San Juan in order to build new theoretical and methodological guidelines that enable
new approaches to the field of study of the habitat.
1. Introducción: Habitar. Una orientación de sentido para la formación proyectual Aceptando que la arquitectura se constituye como un acto de imaginación, de anticipación, de
prefiguración, imaginar se constituye en un componente conceptual y operativo claramente reconocible en
la misma. Sin embargo, no suele ser tan precisa la función decisiva a la que está destinada esa producción
de formas concretadas a través de diversas y variadas técnicas y materiales.
Lo propio y definitorio de la arquitectura es ser habitada, y lo propio y específico del habitar humano es su
carácter histórico, mutable y múltiple. En los modos de ocupar el espacio para habitarlo se ponen en juego
cuestiones políticas y sociales, biológicas y simbólicas, organizativas y rituales. En definitiva, podemos
decir que en los modos de habitar, propuestos y dispuestos por las conformaciones que nos circundan, se
definen rasgos esenciales de nuestra identidad personal, grupal y cultural.
La conceptualización del Habitar compone un eje esencial de referencia que podríamos denominar
Habitar-Proyectar, puesto que si el Proyecto desatiende u olvida sus determinantes consecuencias sobre el
Habitar, muy probablemente tendería a transformarse en estilística o tecnología, ciegas a sus orígenes y
consecuencias. Por otro lado, si la problematización del “Habitar” no se imbrica y se compromete con los
instrumentos y las posibilidades de intervención que contiene el Proyecto, se traicionaría a sí misma
autonomizándose arbitraria y falazmente, cortando los necesarios vínculos entre pensar y hacer.
Desde nuestras preocupaciones disciplinares como docentes e investigadores, creemos que hablar de
habitar en el contexto, tanto del grado como en la investigación, implica una ruptura y un reordenamiento
de las concepciones ya instauradas en el análisis del producto de las disciplinas proyectuales. Lo cual
implica que parados en el espacio de la ruptura, más que "enseñar una cierta teoría del Habitar", podemos
construir la misma a partir de reconocer la mutua determinación existente entre los comportamientos y las
formas diseñadas, accediendo así a los diversos modos del Habitar.
En este sentido, creemos que nuestra práctica pedagógica debería orientarse a la reflexión metódica y
sistemática del “Habitar aquí y ahora", tomando como unidad de abordaje a las prácticas sociales,
alentando la formación de un espacio donde construir teoría; donde la observación directa sea elaborada
hacia la búsqueda de los significados profundos de la práctica en nuestra cultura proyectual.
2. Sobre la Necesidad de Incluir el “Habitar Ciudad” en el conocimiento del Hábitat Revisando literatura, tanto académica como técnica, acerca de hábitat y sus temas conexos surge que al
mismo se lo entiende partiendo de su delimitación como fragmento físico geográfico específico, que se
estudia observando sus dinámicas, tendencias, problemas, potencialidades, procesos, relaciones e
inscripciones dentro de sistemas ambientales, sociales, y políticos mayores, urbanos, regionales,
nacionales o globales, etc. Pero la comprensión de la ciudad de hoy hace necesario que se superen las
limitaciones provenientes de visiones estáticas y físico-geométricas, que han dominado la interpretación
de hábitat, para lo cual es necesario darle mayor fuerza al abordaje de hábitat desde una perspectiva que
parta de las dinámicas de los habitantes en la cual se reconozca la relación de su gestación, continuidad y
sostenibilidad asociada al morar, como acción propia de la construcción de formas particulares de vida y
de sistemas específicos de relaciones sociales, económicas, políticas y culturales, desde los que se forjan y
explican los sentidos propios de los diversos hábitats o de algún hábitat en particular.
Con el fin de avanzar en la comprensión sobre cómo acontece la producción de hábitat urbano
contemporáneo en nuestras ciudades, creemos necesario reconocer la multiplicidad de tramas desde las
que este se constituye. Para abordar este aspecto entendemos necesario reflexionar de manera sistemática
acerca de “Habitar Ciudad”, para desentrañar cómo se tejen en el tiempo y en el espacio distintas redes o
tramas sociales, económicas, culturales, políticas en las que se imbrican e hibridan elementos y procesos
tanto técnicos, funcionales, materiales, formales como sociales, políticos, y económicos e igualmente
imaginarios, vivenciales, estéticos y simbólicos.
Indagando sobre el campo teórico, político y fáctico de acción inherente a la construcción de
conocimiento en hábitat, territorio y territorialidad, advertimos la posibilidad del “Habitar” como
potencial entrada para la superación de ciertas limitaciones en las perspectivas clásicas o positivistas desde
las que se ha indagado hábitat. En esta posibilidad, reconocemos “Habitar” como acontecer y hecho,
referido a aquellas tramas de vida que auto-producen grupos humanos particulares en relación con los
otros, en concordancia con las valoraciones, idearios, imaginarios, deseos, circunstancias, y posibilidades,
que se pueden expresar, o no, en materialidades, acciones y prácticas cotidianas, configurando entornos
habitados signados por lógicas propias: espaciales, culturales, económicas, sociales y políticas.
Resulta un lugar común para algunas conciencias considerar que la pregunta por “Habitar Ciudad” no
tiene sentido ya que, para ellos, no se requiere más conocimientos sobre las dimensiones sociales y
humanas de la ciudad, sino acciones inmediatas de ordenamiento y control del espacio para lograr su
inscripción en la lógica del mundo globalizado. En atención a ello es que vale la pena tomarse un tiempo
para reflexionar sobre el punto.
En ocasiones, en el medio político y aun en el académico, se esgrime la noción del sobre-diagnóstico,
argumentándose que, dado el extenso conocimiento que tenemos sobre nuestras realidades y, por ende,
sobre nuestras ciudades, no requeriríamos de más investigaciones, sino de aplicaciones inmediatas. Lugar
este, desde donde se defiende y propone una entrada a la “pragmática” que se orienta a propósitos como el
progreso, el desarrollo, el crecimiento económico y la modernización, cuyos enfoques e imaginarios de
ciudad en poco o nada remiten a quienes construyen sus mundos desde la cotidianeidad.
En buena medida, la posición que sostenemos aquí, discrepa con tal perspectiva, lo que en sí no quiere
decir que desconozcamos la importancia del orden pragmático, el cual es en sí mismo a todas luces
necesario y, precisamente por ello, requiere de reflexión sobre el sentido que se le otorga a dicho orden y
también investigación, como requisito indispensable para la retroalimentación entre lo teórico-fáctico-
político-práctico. Nos referimos a optar por construir un pensamiento tanto como un conocimiento a fondo
sobre nuestro mundo, desde los cuales desarrollar nuestra propia capacidad para indagar, reflexionar,
comprender, cuestionar e interactuar con los sujetos y la sociedad, sus realidades, pensamientos, sus
acciones y expresiones; que nos permitan abordar práctica y políticamente el proceso reconstrucción de la
diversidad de mundos que entre ellos forman. En tal sentido, lo cuestionable no sería el pragmatismo sino
la visión reductiva, por simple, sobre éste.
Desafortunadamente, tal idea del sobre-diagnóstico ligado a escalas de pertinencia, en las esferas de
actuación institucional, compromete el respaldo que se da a la investigación urbana y su sentido mismo,
debido a que lo reclamado es un conocimiento de aplicación directa e inmediata, que parte de suponer que
ya tenemos un conocimiento adecuado sobre nuestra ciudad.2 Esto incluso afectando a los grupos de
investigación, desplazándolos de sus tareas de investigación hacia las consultorías, quedando
gradualmente sometidos a exigencias y deponiendo el rigor que exige la investigación y el desarrollo del
pensamiento y el conocimiento.
Al pretender aplicaciones pragmáticas sin que medie el conocimiento de nuestras confusas realidades,
suprimiendo la libertad sensible y la crítica, no se garantiza otra cosa que no sea encubrir o negar
realidades y problemas de la ciudad, intencional o implícitamente, y se desconocen los actos creativos que
cotidianamente se producen posibilitando que una gran mayoría de habitantes viva en la ciudad. Esto,
entendemos constituye un mal mayor, tanto para las ciencias y las humanidades, como para la política,
pues inhibe la comprensión de lo que significan nuestros sistemas de vida en términos de su capacidad
sinérgica, de la sostenibilidad social, cultural y económica y de la propuesta estética de nuestras ciudades.
2.1 ¿Por qué preguntarse por el Habitar?
Decimos que incursionar en lo conceptual, político, fáctico y práctico de hábitat remite a indagar en el
“Habitar” como entrada conceptual y metodológica clave, ya que su naturaleza antrópica, dinámica y de
producción individual y social lo configura como elemento constituyente básico del “Hábitat”. Habitar
como acción-expresión puede entenderse como antecedente en la constitución del Hábitat; lo cual a su vez
estaría respaldado en el sentido de las fuerzas individuales o sociales que impregnan la ciudad con sus
energías. Tal, acción, es realizada por individuos en unos casos y por colectivos en otros, ambos como
habitantes, deriva en huellas territoriales que debemos comprender. La indagación por quienes habitan,
desde su condición de sujetos, conduce ineludiblemente a reconocer que los habitantes, en su pensar,
hablar, accionar y discurrir, van configurando cotidianeidades, marcas, signos, pertenencias, normas,
identidades, imaginarios, significaciones, proyecciones y discursos, que finalmente en un movimiento
continuo van “espacializando”, materializando, estructurando, marcando y dotando de sentidos.
2 Muchas veces se ha planteado que la ciencia básica es un “lujo” que no podemos darnos en nuestros países y que sólo requerimos de ciencia aplicada. Ello, sin más, significa limitar nuestro rol en el campo del conocimiento al de meros receptores de la transferencia de ciencia y tecnología desde otros países.
Hábitat, como tal, es objeto de múltiples trabajos escritos fruto de investigaciones o proposiciones teóricas
y de innumerables prácticas y políticas públicas locales, nacionales e internacionales, apareciendo
referido, en esencia, a asentamientos humanos, vivienda y ordenamiento territorial; existiendo, a nuestro
entender, un vacío reflexivo en muchos aspectos. Creemos que asumir tal indagación permitirá explorar y
desarrollar escenarios de trabajo en lo conceptual y teórico tanto como empírico y de actuación. En tal
sentido, consideramos necesario emprender la construcción conceptual de hábitat como “campo de
conocimiento” lo cual implica una elaboración compleja de convocatoria trans-disciplinar; para lo cual el
Habitar se visualiza como condición esencial del hábitat.
Resulta “estimulante” para nuestros propósitos constatar que el “Habitar” ha sido más pensado, por
ejemplo, por quienes trabajan desde la filosofía y la antropología que por quienes se dedican a la política,
lo social o lo físico-espacial. No obstante lo cual, frecuentemente vemos que las disciplinas que,
entendemos, se ocupan “del espacio” (arquitectura, urbanismo, geografía, planeación, ordenamiento
territorial y ecología) en su producción, abordan el “habitar humano” desde una perspectiva práctica o
funcional, donde comúnmente los habitantes suelen ser tratados como dato estadístico, o referenciados
como quienes frecuentan un espacio u ocupan un contenedor o, cuando más, como portantes de rasgos
económicos, sociales y culturales, sin que se profundice sobre su ser, pensar y hacer, significados desde su
“Habitar ciudad”. En tal caso, habitar se equipara a residir y quien habita se ve como residente de un
asentamiento, usuario de un proyecto u ocupante de un espacio, sin que se aborde la compleja relación
entre las memorias, pertenencias y condiciones de los habitantes, las circunstancias, redes y
construcciones de las acciones, expresiones, materializaciones y los sentidos simbólicos, funcionales y
sociales del Hábitat. Al respecto creemos que hay un vacío respecto de la indagación sobre el sentido de la
relación “Hábitat-Habitar”, no sólo en lo conceptual sino también en el plano de las prácticas
profesionales.
El interés por indagar Habitar como constituyente de Hábitat, no sólo atañe a los ámbitos filosófico,
estético o cultural, sino que implica reconocer que esta posibilidad interpretativa tiene dimensiones de alto
contenido político. Creemos que un trabajo detenido en ello, permitiría develar y valorar qué tanto las
propuestas de ciudad en sus proyecciones materiales y funcionales, como culturales, sociales, económicas
y políticas reconocen las prácticas del Habitar de los muy diversos y desiguales habitantes de la ciudad; y
qué tanto propician el creativo ajuste de la política a las distintas realidades, circunstancias y formas de
vida, al desenvolvimiento de las diversas cosmogonías, estéticas y funcionalidades, y a la realización de
las redes económicas, de socialidad, culturales y organizacionales que dan existencia y soporte a la
realización de la multiplicidad de proyectos que hacen posible la vida humana en la urbe.
2.2 ¿Por qué indagar acerca de “Habitar Ciudad” y no “Habitar Hábitat”?
Si bien, en su sentido más amplio, definimos a la ciudad como el medio en el cual se realiza una buena
parte de los procesos del habitar contemporáneo, ésta no es en sí misma la causa para privilegiarla. No
vemos la ciudad como el único universo referido al habitar humano, porque de ser así estaríamos
incurriendo en el error de delimitar restrictivamente el “Habitar” como exclusivo de la ciudad. Desde esta
motivación conceptual también hubiese sido legítimo estudiar el “Habitar” en relación a otros hábitats
(habitar ruralidad, desierto, etc).
Al indagar hábitat desde el Habitar, se deberían reconocer las particularidades de la geografía física,
natural y construida, tanto como las condiciones y circunstancias de sus habitantes. Esto probablemente
podría llevarnos a descubrir las relaciones entre particularidades del “Habitar” y las condiciones asociadas
al medio, no sólo entendido este como medio físico-geográfico sino como un medio simultáneamente
físico-biótico-cultural-social desde donde se habita. Nuestra mirada al “Habitar” implica tener como
centro de observación al hábitat, de allí que al indagar sobre un “Habitar” en particular nos preguntemos
por la correspondiente configuración imaginaria, social, económica, política, cotidiana, material y
funcional de sus hábitats. En este sentido, no habría un solo factor incidente en la constitución del hábitat,
como tampoco uno solo de sus dimensiones constituyentes, en particular, sería siempre el dominante. Más
bien, todo lo anterior, en conjunción, se configuraría en un contexto de alta incidencia en la emergencia,
constitución, producción, constricción o potenciación del hábitat.
Estos factores afectan las expresiones del “Habitar”, a la vez que son afectadas por estas, al estar
atravesadas por distintas formas de ser, pensar, materializar, y actuar de individuos, sujetos y grupos, en el
desenvolvimiento de su vida cotidiana en momentos, espacios, épocas y circunstancias diversas, donde
confluyen fuerzas desde vecinales, pasando por locales y regionales, hasta globales que se territorializan,
configurando sistemas de relacionales: de organización, socialidad, afectivas, económicas, materiales,
funcionales, y operacionales. A lo largo del tiempo, los grupos no sólo adoptan y se adaptan a un medio
antrópico, físico o biótico, sino que adaptan, transforman y generan determinadas espacialidades
estableciendo hitos, trayectos, cruces, centros, lugares, rutinas, rituales, estructuras, mojones, etc.
A la ciudad la vemos como un universo que, dada su complejidad cultural, social y territorial, permite
aportar elementos válidos para instaurar claves analíticas de amplia aplicación al “Habitar humano”, que
contribuyan a comprender la relación de mutua conformación entre habitantes, hábitos, prácticas,
materialidades, pensamientos, imaginarios, signos y significaciones, entre otros.
Si reflexionar sobre “Habitar” implica comprender aquellas condiciones particulares de los sujetos desde
donde ellos habitan y los medios, configuraciones y sistemas relacionales: sociales, económicos, culturales
y físico-espaciales que se gestan en su “habitar” y que les permiten sobrevivir, desenvolverse y realizarse
individual, grupal y socialmente; reflexionar sobre la ciudad, de similar manera, implica indagar por las
tramas de vida correlativas a las muy diferentes formas en que habitan los múltiples y diversos grupos
humanos que coexisten en ella. Estas formas pueden estar marcadas: por sus orígenes (nativo, migrante,
extranjero); por sus circunstancias y condiciones (madre cabeza de familia, pertenecer a un grupo
discriminado); por condicionamientos por ocupar determinados espacios (residir en bordes de quebradas o
en zonas de alto riesgo); por sus oficios o actividades (empleaos domésticos, prostitución, etc.); por sus
relaciones en el espacio público (cartonero, trabajo callejero ilegal, etc.); por pertenencia generacional
(jóvenes, ancianos, etc); por condición de género y prácticas sexuales (mujer, hombre, lesbianas, etc.); por
vocación y afinidad cultural (rock, rap, cumbia, cuarteto, etc.).
Reconocemos así, la necesidad de una labor analítica para relacionar conceptualmente, desde la teoría, el
método y la metodología, lo diverso y lo común, lo cultural y lo histórico, lo individual y lo social, etc.
Por su parte “Habitar ciudad” cuenta, como cualidad, con la capacidad para una aprehensión simultánea de
escalas, en vistas de que ciudad no se supedita a determinada escala, ni excluye muchas de ellas y, en tal
sentido, no se reduce la indagación exclusivamente a la sola espacialidad: ni genérica, referida a la gran
escala de ciudad, ni restringida, referida a escalas “micro o meso” como serían, por ejemplo, las de casa,
calle, barrio o vereda, etc.
3. “Fronteras Borrosas” como perspectiva para “leer” la ciudad
El compromiso de realizar un aporte a la formación del campo de conocimiento relativo al hábitat, a partir
de una lectura de la realidad que dé cuenta de sus lógicas relacionales, implica dar cuenta de procesos de
construcción de ciudad que periferizan a grupos poblacionales no considerados como parte del proyecto
de ciudad moderna y competitiva, al no ofrecerles oportunidades reales de acceso a un conjunto de bienes
y servicios de los cuales espacialmente se encuentran en relación de vecindad, a la vez que visibiliza y
privilegia otros. Es por ello que interesa en este trabajo “construir” un concepto de “frontera” para el
campo de estudio del hábitat, desde el “Habitar”, que incorpore otros aspectos, además de lo relacionado
con lo espacial, que hagan referencia a las prácticas y conceptos de los habitantes como dimensiones que
dan cuenta del alcance de las relaciones cotidianas que se construyen al “Habitar”.
Los habitantes, en sus constantes tránsitos, encuentran numerosas y diferentes fronteras que les ayudan a
identificar territorio desde lógicas diferenciadas y diferenciales de la ciudad, y a definir su habitar desde
las relaciones con dichos territorios. Cada acción de un habitante, es un puente que se tiende en el tiempo
y el espacio, que le ayuda a marcar su presencia en la tierra, en un momento, en un lugar y en una red de
pertenencias que se concretan de manera única.
La presente perspectiva de lectura que deseamos formular es en sí misma un tejido de tránsitos que,
comenzando en el lugar de lo conceptual, deberá pasar por el horizonte de diversas disciplinas y terminar,
quizás, revelándose como un compromiso político que en todo momento indague por quién tiene derecho
a habitar la ciudad, para presentar finalmente la “borrosidad” como una opción de lectura de sociedad y de
ciudad.
Involucrarnos en dar contextura a esta mirada implicará para nosotros no sólo un desafío metodológico,
sino en tanto aprendizaje de los mismos elementos conceptuales trabajados en la perspectiva, tendremos
que advertir que el hecho de adoptar un enfoque complejo, sistémico y de conjunto, no debería derivar en
que se mezclen o difuminen los límites; por el contrario, se trata de reconocer cada uno de los elementos,
componentes y partes para comprender su naturaleza e identificar su rol y potencialidad dentro del todo,
sus posibilidades y dificultades.
Se trata de una perspectiva que nos obliga a transitar, desde lo disciplinar, por mundos conocidos, pero
también por muchos nuevos y desconocidos, configurados en el tiempo, el espacio y la multiplicidad de
formas de lecturas del mundo, ideas estas que hoy pareciera pueden llegar a un punto común expresado
en propuestas que buscan lo relacional. Por ello, deberemos asumir que los resultados que emerjan de
poner en práctica esta perspectiva serán producto del ir y venir entre lo teórico y lo fáctico, entre concepto
y praxis, que incluyendo propuestas de lineamientos de acción, busquen cumplir con el objetivo del
hábitat como campo de conocimiento en construcción, al buscar su propia condición en la relación teoría y
práctica. En esta perspectiva resulta posible pensar en por lo menos tres horizontes de problemátización
para alimentar la contextura de su especificidad, a saber:
a) Un primer momento que debería posibilitarnos abordar una elaboración, en términos de
compromiso conceptual, sobre el concepto de hábitat entendido entre lo teórico y lo fáctico de su
acontecer. Intentando generar los argumentos que permitan entender acerca de la necesidad y
posibilidad de abordar el asunto del hábitat desde la perspectiva de una “frontera borrosa”.
b) En segundo lugar la necesidad de realizar un recorrido por diferentes teorías, disciplinas y
conceptos, en cuyos elementos generales se encuentren aportes para realizar lecturas del hábitat
desde un perspectiva relacional.
c) En consonancia con la tarea anterior importa entonces dar cuenta de los aportes que, proviniendo
de diferentes disciplinas y autores, ayuden a construir un concepto propio de “frontera” para el
campo de conocimiento en construcción hábitat, pensando que al respecto será el campo
conceptual más comprensivo el de la complejidad. Importa destacar que a diferencia del desafió
abordado en segundo lugar, es que en este, además de abordar autores concretos, se abre la
posibilidad de vincular de manera pragmática los aportes de los autores a la propuesta de “frontera
borrosa”.
Finalmente, y como consecuencia del camino a recorrer, resultado del análisis y resignificación de los
elementos conceptuales y las vías metodológicas exploradas y asumidas, será menester formular una
propuesta para abordar los estudios en hábitat construyendo un sistema conceptual y metodológico basado
en la imagen de “frontera” que sea propia de la concepción del hábitat y el habitar: “la frontera borrosa”,
desarrollando desde los elementos más conceptuales hasta los instrumentales y operativos.
4. Implicaciones de indagar “Habitar ciudad” como relación analítica no preexistente
Pensando en la tarea a emprender con el desarrollo de este proyecto tenemos la percepción, hasta donde
estamos informados, que la relación “Habitar Ciudad” no es una noción que aparezca en la generalidad de
los trabajos de investigación que abordan la noción de ciudad y hábitat. Y en particular cuando esto
verifica, se observa que se trata tal relación sin articularla conceptualmente, dando cuenta del “Habitar”
como acción pasiva, que acontece en un espacio “determinado” (como contenedor), en cuyo caso remite a
“Habitar en…” (la ciudad, una urbanización, un espacio arquitectónico).
Asimismo, asumimos que este tipo de limitación no opera en los mismos términos en los estudios
derivados de la antropología, la etno-historia, la filosofía, la estética, la psicología de la percepción, el
urbanismo y parcialmente, la arquitectura; en cuyos casos hábitat esta necesariamente ligado a “Habitar”,
concebido desde el sentido, las marcas, y relaciones que los habitantes construyen como parte de, en y con
su entorno físico y social, descartando todo simplicidad o división entre ser, contenido y contenedor.
Planteadas estas limitaciones probables en la tarea de indagar acerca del “Habitar”, asumimos necesario
definir metodológicamente una forma para ubicar los aportes en un material, que será objeto de análisis
crítico y, que puede no estar orientado específicamente al abordaje que nos interesa. En tal caso creemos
que será necesario diseñar una forma práctica en términos conceptúales y metodológicos para que la
relación que nos importa caracterizar pudiese ser inferida a partir de las cualidades propias del material
existente.
Entendemos que a futuro, potencialmente, importa indagar por el “Habitar” referido a su relación con la
ciudad, partiendo de reconocer que la existencia de “habitares” perfila cualitativamente las relaciones que
explican y le dan existencia a cada ciudad; y que a su vez las lógicas de las ciudades marcan las diversas
formas de habitarlas, de acuerdo con lo que estas permiten, niegan o posibilitan. En ello es que finalmente
se diferencian unas ciudades con otras. Para el efecto, en este caso, ciudad no corresponderá
exclusivamente con su cualidad material y estática, ni estructural y física. Ésta, integrando lo anterior, se
entenderá desde su perspectiva compleja: simultánea, móvil, auto-producida desde las fuerzas,
circunstancias y estados propios; en sus relaciones, yuxtaposiciones, y simultaneidades local, regional e
internacional (micro, meso, macro); y mutua conformación entre lo antrópico, biótico y físico. En tal caso,
reconoceremos la ciudad pensándose, imaginándose, actuándose, practicándose, expresándose,
materializándose, estructurándose, abriéndose, cerrándose; como ente que integra inalienablemente en su
concreción y configuración material y natural aquellas fuentes y fuerzas que la producen.
5. Avances en la Construcción Conceptual – Metodológica
Al respecto, resulta necesario formular un cuerpo de categorías referido a “Habitar Ciudad” como centro
de nuestra investigación. Cuerpo analítico que contiene sub-categorías y referentes empíricos cercanos a
nuestra pregunta por el “Habitar Ciudad” dentro del campo del conocimiento del hábitat.
La lógica que se propone para la construcción de las categorías se funda en torno a: “esferas”,
concernientes a los sujetos y actores: habitantes e instituciones y “ámbitos”, referidos a los órdenes de
configuración del Habitar y el hábitat: pensamientos, acciones y expresiones; y categorías, organizadas
alrededor de las dos anteriores y desplegadas en sub-categorias y referentes empíricos.
5.1 Esferas
La propuesta consiste en que, con el fin de abordar la relación “Habitar Ciudad”, nos aproximemos a los
sujetos y actores, como fuerzas implícitas en dicha relación, identificando dos “Esferas”: de un lado, la
inherente a las “instituciones” (como manifestación de la sociedad), y del otro, la referencia a los
“habitantes” (como manifestación de los grupos o comunidades). Ambas esferas se entienden como
portadoras de fuerza simbólica y política, como potencial social, cuya capacidad expresiva (material o
inmaterial), de acción y de práctica (política o cotidiana), de pensamiento y de proyección merecen ser
indagadas.
5.1.1 Instituciones:
La primera esfera se ocupa de la “organización y estructuras institucionales grupales establecidas o
formalizadas, de la sociedad en su conjunto”. En tal sentido, dentro de lo institucional se comprende tanto
lo concerniente al Estado como a otras formas sociales organizadas y formalizadas, con poder, recursos y
acciones intencionales, que sean representativas de lo social. Esta esfera agrupa la indagación por la forma
cómo emerge o se aborda a propósito de la “institucionalidad” el asunto de “Habitar”, qué se establece en
representación de la sociedad respecto del hábitat y cómo se aproxima dicha institucionalidad al “Habitar
Ciudad” de los habitantes, ciudadanos o citadinos.
5.1.2 Habitantes:
La segunda esfera se refiere a “quienes moran o habitan la ciudad, en el tiempo y el espacio, desde sus
prácticas: tanto al residir y establecerse como al transitar, intercambiar, socializar, sobrevivir y tejer
relaciones, refiriéndose a lo cultural de los habitantes”. En tal sentido, corresponde a la pregunta por
quienes habitan la ciudad y cómo la habitan, siendo los habitantes observados como moradores
(individuos o sujetos) en el despliegue de su cotidianeidad y en su construcción del espacio habitado; tanto
en la escala individual o grupal, en su condición de: residentes, propietarios, inquilinos, habitantes de la
calle, transeúntes, etc. Esta esfera agrupa la indagación por la manera como emerge su “Habitar Ciudad” y
se aborda a partir de lo que establecen los habitantes con respecto a ellos mismos y de los otros habitantes
frente a sus modos de “Habitar” y sus hábitats así como respecto a la institucionalidad.
Con esta diferenciación de carácter metodológico no desconocemos las relaciones entre ambas esferas,
(instituciones y habitantes), ni su mutua constitución. En tal sentido sólo se trata en esencia de una forma
de organización, que estimamos útil, para la lectura del estado del arte, que bajo ningún aspecto debe
llevarnos a considerar las esferas por separado. No podemos obviar sus relaciones y dinámicas, ni a su
fraccionamiento en la interpretación en la cual se podrán observar las diferencias y relaciones entre
individuo, grupo y sociedad que pueden introducirnos a las relaciones entre lo individual, lo cultural, lo
social y lo político.
5.2 Ámbitos
Para aproximarnos a las esferas descriptas, proponemos fundar un esquema de categorías en tres amplios
ámbitos que reconocemos como constitutivos del espacio, tanto concreto como abstracto, los cuales no
son inconexos entre sí. Nos apoyamos para ello en el planteo de Milton Santos3, quien trabaja el concepto
de espacio desde las relaciones entre el sistema de los objetos y el sistema de las acciones, a lo cual
proponemos integrar dentro de dichas relaciones, el sistema de pensamientos. De modo tal que, para
nuestro propósito, a partir del orden cualitativo de estos tres sistemas organizaremos nuestros ámbitos de
indagación en pensamientos, acciones y expresiones.
3 Santos, Milton, La naturaleza del espacio. Técnica y tiempo, razón y emoción. Ed. Ariel, Barcelona, España. Marzo 2000.
Así, las categorías centrales que proponemos para el análisis documental se organizan alrededor de
aquellas dos esferas: institucionalidad y Habitantes y estos tres ámbitos: pensamientos, acciones y
expresiones, organizándonos a partir de los elementos que se enuncian a continuación:
5.2.1 Ámbito de los Pensamientos e Imaginarios en la institucionalidad y en los
habitantes:
El ámbito de los pensamientos e imaginarios se aproxima a valoraciones, ideas, juicios, tradiciones y
memorias y abarca desde aquellos reconocidos normativamente y en los planes, así como los que pudiesen
emerger de la lectura que podamos hacer de los discursos, representaciones e imágenes institucionales;
hasta los pensamientos e imaginarios que circulan cotidianamente desde los habitantes en sus proyectos,
memorias y valoraciones.
En cuanto a los pensamientos e imaginarios referidos a la esfera institucional indagaremos acerca, en
cierto sentido, de un “ethos social” (visto como el conjunto de ideas y creencias que se dan al interior de la
institucionalidad); y en la esfera de los habitantes, en su sentido, de un “ethos grupal” (visto como el
conjunto de ideas y creencias que se forman al interior de un grupo o una comunidad, asociado a los
modos en que ese grupo específico construye su ser social y por tanto los modos y estilos permitidos, o
sancionados como prohibidos, dentro de ese “ethos grupal”).
5.2.2 Ámbito de las Acciones y Prácticas institucionales y de los habitantes:
El ámbito de las acciones y las prácticas abarca la indagación por cómo se abordan las actuaciones e
intervenciones de actores institucionales, quienes lo hacen conscientemente, bien sea políticas, proyectos o
intervenciones del orden de lo macro o micro, físicas, sociales, culturales, y económicas, etc; en respuesta
a determinantes históricos o condiciones estructurales y a circunstancias y hechos accidentales o
coyunturales. Este ámbito también abarca como han sido abordadas las actuaciones de los habitantes en
determinados contextos, circunstancias y condiciones, como intervenciones o prácticas cotidianas
planificadas o no, que van constituyéndose en rituales, rutinas o costumbres.
En cuanto a las acciones y prácticas, se propone indagar cómo han sido abordadas en los textos/trabajos
seleccionados, las actuaciones y las prácticas de la esfera institucional y cómo se reconocen éstas como
contexto de actuación política, económica y social. Del otro lado, en la esfera de los habitantes, se
observará cómo han sido leídas las prácticas y actuaciones de los habitantes y cómo se reconocen éstas
como entorno de actuación cotidiana, referido este a los comportamientos las formas de socialidad y las
prácticas culturales inherentes a la acción de “Habitar”, a lo que se habitúa y al establecimiento de hábitos.
5.2.3 Ámbito de los Objetos y Expresiones institucionales y de habitantes:
El ámbito de los objetos y expresiones abarca los trazos en la ciudad, tanto materiales como inmateriales.
Por una parte comprende los elementos del orden físico tangible que se concretan como objetos
estructurales, grandes materializaciones y formas, y los elementos que complementan, se conectan, se
relacionan o se adhieren a estos, y que finalmente son los que los particularizan, así como aquellas
expresiones físico formales de las pequeñas expresiones materializadas, “bisuterias”, enseres, o elementos
constitutivos en el orden de las expresiones y experiencias estéticas particulares. De otra parte, abarca las
expresiones no tangibles, que son signos, gestos, manifestaciones o emisiones que establecen ritmos y
códigos al espacio, perceptibles por medio de los sentidos, no sólo por la vista o el tacto, por ejemplo:
olores, sabores, sonidos, temperaturas, velocidades, memorias, historias, marcajes de lugares, espacios y
tiempos, en todas sus posibles combinaciones.
En cuanto a los objetos y expresiones, la esfera institucional se indaga por cómo han sido las
aproximaciones al espacio geográfico socialmente construido: espacios, materialidades y expresiones en el
orden sensible, estético, perceptivo; reconocidos, asumidos, construidos e intervenidos institucionalmente.
Por su parte, en la esfera de los habitantes se indaga por las aproximaciones que se hacen al espacio
cotidiano culturalmente construido, habitáculos-habitaciones, recorridos, centros e irradiaciones,
itinerarios, observando cómo se trabajan los espacios y expresiones de los habitantes: espacios,
materialidades y expresiones en el orden de lo sensible, estético, perceptivo, reconocidos, asumidos,
construidos e intervenidos por quienes habitan.
Si bien en lo físico espacial emergen con fuerza los objetos como constituyentes claves, en lo territorial
los elementos no tangibles que forman parte del orden de lo sensible, vivencial, y sensorial irrumpen con
alta capacidad potencial para marcar y constituirse en elementos definitorios del territorio y del “habitar”.
5.3 Acerca de las Categorías, Sub-categorías y Referentes empíricos
En correspondencia con lo ya planteado proponemos, para el estudio documental, elaborar un esquema de
categorías que adopta las mencionadas dos esferas, de los sujetos y actores: instituciones y habitantes; y
los tres ámbitos enunciados: pensamientos, acciones y expresiones. Esquema que a partir de tres niveles
de aproximación descriptiva, se desenvuelve con seis categorías organizadas en torno a los tres ámbitos
citados, donde se despliegan las subcategorías dando cuenta y definiendo actores, sus hábitats, sus
habitares y la ciudad; y finalmente, los referentes empíricos mismos que particularizan y cualifican las
lecturas documentales perfilando el propósito indagatorio particular del proyecto a la luz del habitar
(desde lo estructural, lo material, lo organizacional, lo imaginario, lo ritual, etc).
Para una mejor comprensión de lo expuesto, presentamos a grandes rasgos el “sentido” de las seis
categorías pensadas, a partir de exponer los asuntos que tratan a su interior, en tanto sub-categorias:
5.3.1 Categoría 1. Pensamientos, Imaginarios y Memorias de la Institucionalidad. Pública
y privada (ethos social): Se propone identificar qué énfasis y vacíos se encuentra en los textos/trabajos en
conexión con: pensamientos estructurados e institucionalizados; políticas y planes; pensamiento
institucional sobre los habitantes y sus formas de habitar; memorias institucionales y aproximaciones al
patrimonio; diversos imaginarios institucionales sobre los hábitats (valoraciones, tabúes, sentidos
atribuidos); y relaciones frente a imaginarios institucionales.
5.3.2 Categoría 2. Pensamientos, Imaginarios y Memorias de los habitantes. Grupos e
individuos (ethos grupal): De manera similar a la categoría anterior, se orienta a identificar
predominancias y ausencias en los trabajos frente a acuerdos colectivos reconocidos y establecidos por los
mismos habitantes; planes y proyectos de estos; sentidos atribuidos sobre habitantes y sus formas de
habitar (identidades, reconocimientos, pertenencias, valoraciones, imaginarios, tabúes); memorias, mitos y
patrimonios; imaginarios de los habitantes sobre hábitats en particular (valoraciones, tabúes, sentidos
atribuidos a espacios, lugares, recorridos, usos); y relación entre sus imaginarios.
5.3.3 Categoría 3. Objetos y expresiones institucionales. Como espacio geográfico
institucionalmente construido (espacios, formas y trazos derivados de la actuación institucional): En esta
categoría se pretende indagar por el manejo que se hace de ello dentro de los textos/trabajos y los
aspectos privilegiados u olvidados, referidos a estructuras derivadas de la acción institucional;
componentes y partes igualmente derivadas de su acción, y expresiones y signos institucionales
particulares (estructuras, construcciones, objetos, señales, marcas, etc.).
5.3.4 Categoría 4. Objetos y Expresiones de los habitantes. Como espacio cotidiano
culturalmente construido (espacios, formas y trazos derivados de la materialización y expresión de los
mismos habitantes): Corresponde aquí indagar por el manejo preferencial o escaso que tienen los
textos/trabajos en relación con: estructuras producidas por los mismos habitantes; componentes y partes
derivadas desde estos; y expresiones y signos particulares (estéticas, señales, objetos, bisuterias, cosas y
seres que ocupan y caracterizan los espacios).
5.3.5 Categoría 5. Acciones y Prácticas institucionales frente a los hábitats, habitares y
habitantes (contexto de actuación funcional, político, económico y social): En esta categoría se pretende
reconocer en los trabajos los tratamientos preferentes o escasos referidos a: intervenciones institucionales
sobre hábitats (programas, proyectos, intervenciones en diferentes escalas, espacios y colectividades);
actuaciones institucionales sobre los habitantes (individuos, sujetos, y grupos); prácticas y usos
institucionales asociados a hábitats y habitares de los ciudadanos; y relaciones referidas a la práctica de la
institucionalidad.
5.3.6 Categoría 6. Acciones y Prácticas de los habitantes atinentes a los hábitats, habitares
y habitantes (entorno de actuación operativa, de socialidad e identificación cotidiana): En esta categoría se
indaga sobre el manejo que los textos/trabajos hacen, dando pertinencia o negando el manejo de asuntos
asociados a: usos y actividades de los habitantes; rituales; hábitos, costumbres y prácticas cotidianas;
escalas de apropiación y significación de sus hábitats o lugares; relaciones en la cotidianidad (acuerdos o
conflictos) entre habitantes; relaciones entre las prácticas y acciones de los habitantes, procesos de
poblamiento y acciones de apropiación o tenencia.
6. Conclusiones
Los avances arriba expuestos, son parte de un trabajo aún en ejecución. Con el objeto de concretar aportes
para la construcción de nuevos lineamientos, de orden teórico-metodológico, que habiliten nuevos
enfoques para el campo de estudio del hábitat desde el “Habitar Ciudad”, debemos orientar la tarea
restante a la elaboración de un sistema conceptual y metodológico basado en la imagen de “frontera” que
sea propia de la concepción del hábitat y el habitar; desarrollando desde los elementos más conceptuales
hasta los instrumentales y operativos.
Reconocemos a tal fin, al menos, dos fases posibles de problematización, a saber:
Fase 1: Identificación de las diferentes teorías, disciplinas y conceptos, en cuyos elementos generales se
encuentren aportes para realizar lecturas del hábitat desde una perspectiva relacional. Elaboración, en
términos de compromiso conceptual, acerca del concepto de hábitat entendido entre lo teórico y lo fáctico
del acontecer “Habitar Ciudad”; generando los argumentos que permitan entender acerca de la necesidad
y posibilidad de abordar la problemática del hábitat desde la perspectiva de “frontera”.
Fase 2: Dar cuenta de los aportes que, proviniendo de diferentes disciplinas, autores, metodologías y
grupos de investigación, ayuden a construir un concepto metodológico propio de “frontera” para el campo
de conocimiento en construcción: hábitat. Abordando no sólo autores concretos, sino vinculando de
manera pragmática los aportes de los autores y grupos a la propuesta emergente de esta investigación.
El objetivo final, y motivo por el cual se trabaja con la producción local de nuestra Universidad (UNSJ),
es promover al interior de la misma la reflexión inter-disciplinar sobre lineamientos teóricos y
aplicaciones posibles sobre nuestras realidades.
7. Bibliografía
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7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-
OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN
27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015
Mesa 11: Conflictividad social en el capitalismo periférico: resistencias, desigualdades y
movimientos
Título: Nuevas miradas acerca de los Populismos Latinoamericanos
Autores: Maria Victoria Godoy1, Santiago Riveros Oliva2
Palabras Claves: populismo, identificación, público,
Resumen:
Uno de los logros más sostenidos en el pensamiento hegemónico del liberalismo capitalista
central, es el entendimiento del populismo a partir de sentencias peyorativas que lo ubican
como un fenómeno en el que las masas estigmatizadas por la ignorancia, son manipuladas y
acarreadas tras un discurso de las apariencias. Los paradigmas positivistas y la preeminencia
de la Lógica Racional se han esforzado por alcanzar tal fenómeno, reduciéndolo simplemente
a un exceso peligroso de las pasiones cercano a la identificación con el nazismo, y contrario a
un orden político “normal”.
Este trabajo se propone la búsqueda de una respuesta al fenómeno populista desprovista de
tales lógicas vituperantes, remarcando algunos de los sesgos ideológicos anti-populistas,
cuando no, anti-políticos que operan detrás de tales premisas, y acercándose a una mirada
ampliada sobre el fenómeno en cuestión; aunque siempre aceptando la riqueza infinita, que lo
hace ser indefinible de una vez y por todas. Por el contrario, la actualidad del tema se remite -
en parte- a la imposibilidad de los científicos por alcanzar una teoría que sortee los recovecos
oscuros que el Populismo tiende a cada paso. Tal vez, aquellos paradigmas de los siglos
1 Estudiante de la Lic. en Ciencias Políticas, Facultad de Ciencias Sociales, UNSJ. Correo: mavictoriagodoy@hotmail.com.ar 2 Estudiante de la Lic. en Ciencias Políticas, Facultad de Ciencias Sociales, UNSJ. Correo: riveros_12@hotmail.com
anteriores no ayudaban y el tema quedó relegado al plano de la patología social. Hoy, en
cambio, los giros de la Historia han confluido en la construcción de nuevas posibles
respuestas, que se hacen necesarias en un contexto en que en la periferia latinoamericana se
presentan procesos políticos populares.
One of the achievements more sustained in the hegemonic thinking the central capitalist liberalism, is
the understanding of populism from derogatory statements that place it as a phenomenon in which the
masses stigmatized by ignorance are manipulated and hauled after a speech of appearances. The
positivist paradigms and the preeminence of Logic Sound have struggled to achieve such a
phenomenon, simply reducing it to a dangerous excess of passions close identification with Nazism,
contrary to a "normal" political order.
This work finding a response to populist phenomenon devoid of such vituperative logic is proposed,
highlighting some of the anti-populist ideological bias, if not, anti-politicians who operate behind such
premises, and approaching an enlarged view of the phenomenon in question; but always accepting the
infinite wealth that makes him indefinable once and for all. By contrast, today's topic refers in part to
the inability of scientists to achieve a theory that navigate around the dark recesses the populism tends
to every step. Perhaps, those paradigms of previous centuries did not help and the theme was relegated
to the level of social pathology. Today, however, the twists of history have come together in the
construction of new possible responses, which are necessary in a context in which the Latin American
periphery popular political processes are presented.
1. Introducción
Frente a la lógica imperante del Capitalismo Occidental, la emergencia de fenómenos populistas en
América Latina ha resucitado su concepción peyorativa y tradicional, en cuanto a una mera
manipulación de masas llevadas a cabo intencionalmente por un liderazgo carismático. Hacia tal
conjetura o sentencia no resulta difícil arribar luego de la experiencia del nazismo, sobre todo, si se
tiene en cuenta el bombardeo propagandístico que hicieron los Aliados terminada la Segunda Guerra
Mundial. Esto, sin pasar por alto la generalización de un abordaje confrontativo y distante por parte de
los académicos, quienes se encontraron en la oscuridad de una lógica social al tiempo que
desprovistos de un paradigma que les permitiera aprehenderlo. No obstante, el desamparo de la
academia forma parte de un prejuicio general que supera las fronteras de las producciones
intelectuales.
A partir de tal noción hegemónica, resulta imperioso reivindicar el esfuerzo teórico de Ernesto Laclau
por rescatar al Populismo de las concepciones patológicas que la psicología había asignado, y de las
descripciones inacabadas en las que la Teoría Política ha tropezado. En el primer caso, será Freud, con
su aporte en la Psicología de las Masas, quien erosiona las fronteras de la normalidad; y en el
segundo, la advertencia de una ofuscación entre los cientistas políticos a raíz en una encubierta
negación de lo político. En consecuencia, es transcendental dar cuenta de la fuente primigenia desde la
cual la Política tiene existencia, su ineludible telón de fondo: el conflicto. Hay conflicto cuando hay
desacuerdo, diferencia, intereses yuxtapuestos, valores inverosímiles, clases sociales, etc. En suma,
cuando hay dos o más personas no es necesario invocar al conflicto, éste se invita solo. Algunos
intelectuales han querido mostrar esta dimensión como la verdad única de la Política. Sin embargo,
hay momentos de consenso que también forman parte de ella. Al mundo trágico (de acción, de valores
y de lenguaje) le sigue también los lugares comunes, de encuentro, de participación de lo humano, los
usos y costumbres, las tradiciones, etc. El mundo de las Identidades y la Representación en el que
pensamos se inscribe el fenómeno que elegimos estudiar.
2. Tradición filosófica y Política: el conflicto y el poder articulador.
“hay política cuando la contingencia igualitaria irrumpe la presunta “naturalidad” del orden
social, presunta “naturalidad” que la filosofía política tiene la tarea de forjar”
(Rinesi, 2011:p.15)
La filosofía cuenta con una larga tradición, en la que los pensadores más reconocidos del acervo
cultural humano han dedicado gran parte de su tiempo en el análisis de la Política. Muchos de ellos
dedican obras especialmente a la temática del Estado. Sin embargo, es menester hacer mención desde
qué lugar se situaron muchos de los intelectuales para dar cuenta de lo que es la Política y de qué
lugar debería ocupar el Estado. Para esto, no es posible pasar por alto el ensañado debate que tuvo
como beligerantes a los Filósofos “socráticos” (o de la tradición que comienza en Sócrates) y a los
Sofistas. Ambos, fueron los representantes de dos formas distintas de aprehensión de la realidad: La
Lógica, en el primer caso y la Retórica, en el segundo.
La problemática de las palabras y lo que evocan es fundamental. Para Aristóteles, la Polis, era la causa
final por excelencia, el <vivir bien>. Esto era posible por ser una “comunidad de logos”. Entre tantas
otras cosas, Logos, significa “el decir del hombre”. Para el estagirita “el ser se hace decir”, es un
portador de logos. En nuestro decir cotidiano se escapa la Ideología, nuestra cosmovisión de todo lo
que es. Ni por cerca tenemos que pensar que somos los señores de nuestro lenguaje, más bien, éste nos
señorea a nosotros. El acto fallido es un ejemplo inmediato. Tenemos un Inconsciente Lingüístico –
como refería Lacán- que nos hace decir a costa nuestra.
No se puede minimizar el problema, fue el quid del debate entre Sócrates, Platón y los Sofistas. “Se
encuentra a un Platón escandalizado porque el discurso se independiza del ser, y tiene posibilidad de
dar sustento a las apariencias” (Rossi, 2012: p.99).
Es en este contexto donde nace lo que hoy se dice como “relato”. Son palabras que mienten, que
engañan y manipulan. Pero, como pretendemos demostrar, hace falta más que la unilateralidad de un
discurso para afectar visceralmente a la teleplatea.
No resulta casual esta mirada pretensiosa de la Política en general y del Populismo en particular (éste
último, posiblemente sea el más denostado por la comunidad académica). Es que la mirada estuvo
limitada por una fuerte impronta racionalista en la que siempre se intentó atrapar en ejes cartesianos al
vuelo inconmensurable de los pájaros. Una constante dentro de la teoría política – heredada de la
filosofía clásica– es la de pensar la Política a través de su representación simplificada. En otras
palabras, la tradición insta a ordenar, delimitar, graduar y categorizar sistemáticamente la realidad
social, los fenómenos que en ella se dan, e imaginar un estado ideal en el que el deber ser funciona
como factor excluyente de todas las formas que él no contempla:
“lo que se denomina ‘filosofía política bien podría ser el conjunto de las
operaciones del pensamiento mediante las cuales la filosofía trata de terminar con
la política” (Rancière, p. 11), de sofocar, de conjurar, de suprimir – dice Rancière –
el escándalo de la política. ¿En qué consiste ese escándalo? Pues en la
actualización del litigio fundamental, de la distorsión básica, del desequilibrio
secreto que divide y perturba todo orden (Rinesi, 2011: p.15).
Tal sentencia, aunque osada, lleva a señalar cuál es el verdadero componente de la Política al que a la
que tal tradición escapa, o bien, niega. En este sentido, entiende Rinesi, que se trata de las
contradicciones, de la tensión permanente, y de la irreductibilidad propia de la realidad social. Se
asume, entonces, una sociedad no perfectible en un orden ideal; por el contrario, escindida,
antagónica, pujante donde el conflicto es su elemento constitutivo.
Pero la Política no se reduce sólo al conflicto, no se agota en él, de lo contrario no podría asegurarse su
existencia, y menos, su desenvolvimiento. Es la articulación, una instancia previa que posibilita el
consenso si se quiere, lo que permite que el conflicto sea comprendido y resuelto parcialmente; es el
poder, entonces, el otro elemento constitutivo de la Política que viene a dar respuestas – nunca
acabadas, puesto que se trata de un desorden irresoluble – y a abrir espacios comunes y de diálogo.
Ahora bien, antes de seguir, debemos preguntarnos ¿Cuál es, entonces, el lugar del Populismo en este
asunto? Entendemos al Populismo como una de las formas posibles de dar respuestas a la
conflictividad social siempre presente en la realidad; lejos de la tan anunciada demagogia, y cercano a
una construcción de poder legítima.
3. De las masas al Público.
Vulgus veritatis pessimus interpress
(El pueblo – en cuanto masa – es un pésimo intérprete de la Verdad)
Séneca (Sobre la vida feliz)
Por mucho tiempo se ha mirado al poder como algo que se da desde arriba hacia abajo, y con esta
mirada bastaba. La manipulación de la palabra tendría esta misma dirección unilateral y vertical. Por
eso se piensa en una masa ignorante, en el “Pan y Circo” y en un aparato propagandístico que “lava” el
cerebro de la teleplatea. Es claro, lo que subyace en este tipo de opinión –propio de los filodoxos- es
que el Poder se construye en forma descendente. Pero en cuanto comenzamos a desmembrar las
relaciones asimétricas que se tejen en la trama social, se puede advertir la multiplicidad y variedad –
con caracteres distinguidos- de poderes y actores que juegan, un juego cada vez más ambiguo.
Es a partir de esas discusiones que se sucedieron en los siglos pasados, respecto a la “Psicología de las
Masas”, que se perfiló lo que debía ser considerado normal o sano y lo enfermizo o patológico. Desde
entonces –ya con Le bon y su estudio de la “muchedumbre”- todo fenómeno de masas quedó
estigmatizado en el bando de lo anormal, lo hipnótico y criminal. Las escuelas de Charcot y Nancy,
son ejemplo de ello.
Gustave Le bon habló de la imitación, el contagio y la afirmación, como los recursos que lograban un
efecto directo en el pueblo. Ahora bien, aún si el Líder fuera un “psicopatón” capaz de engañar y
“convencer” millones de personas (démosle la razón un ratito a los Iluministas) podríamos
preguntarnos: ¿qué hay en el pueblo que ha dejado engañarse? La cuestión no es menor, porque
siguiendo el razonamiento de que el pueblo es un todo homogéneo que no piensa, sino que acata todo
lo que se le dice; llegamos a concluir lo que el autor del Aleph dijo alguna vez acerca de la
Democracia: “Un vicio de las estadísticas”.
De lo anterior, nos remontamos hacia adelante en la historia, cuando Foucault le habló a sus alumnos
acerca de los <Anormales>: figura que ha ido presentándose en la historia y que resulta de una
combinación entre el Monstruo, el Incorregible y el Onanista. Será por esto, capaz, que Borges odiaba
al Peronismo, justamente, porque en cuanto “populismo”, representaba un exceso de las pasiones. Será
por esto que en “La Fiesta del Monstruo”, cuento que escribió junto a Bioy Casares y en el que se
presenta una nueva forma de ese consejo romano, que reza “Pan y Circo”. La fiesta de la hablaba
Borges, tenía que ver con una celebración montada, engañosa, manipuladora, en el que el Monstruo
(Perón) era no solo la atracción de los jóvenes peronistas (a los cuales el escritor les atribuye
caracteres nazis) sino también, él mismo, el espectador de su engaño, empalagado de esa fiesta que se
le armaba. Por lo mismo, habrá dicho el escritor que “los peronistas no son ni buenos ni malos, son
incorregibles”. Ni que hablar de todo el odio del que está teñido todo el relato, entre lo que podemos
destacar la utilización del “Lunfardo” para hablar en la persona del militante político (Recordemos que
el Lunfardo, era odiado por Borges).
Pero no solo fue Borges quien bebió el veneno del odio popular, cuando se trató de mirar hacia el
Pueblo, otro gran ejemplo fue el magnífico Sarmiento (ambos autores muy admirado por quien
escribe) en su famosísimo “Facundo”. Aquí, el maestro advierte que lo salvaje, lo instintivo y bárbaro,
se convierte –con Rosas- en sistema y cálculo.
Leyendo ambas obras mencionadas, encontramos las mismas señales: lo popular es lo ignorante, lo
irracional, lo engañado, lo estúpido. Y el Líder que conglomera esa -desde ahora- mal llamada “masa”,
es el Monstruo, una excepción natural, un psicópata, un manipulador, un Loco, etc. Veamos algunos
ejemplos paradigmáticos:
- “Los pueblos en masa no son capaces de comparar distintamente unas épocas con otras; el momento
presente es para ellos el único sobre el cual se extienden sus miradas…” (Sarmiento, 2010: p.80)
- “No me cansaba de pensar que toda esa muchachada moderna y sana pensaba en todo como yo,
porque hasta el más abúlico oye las emisiones en cadena, quieras que no.” (Borges y Bioy Casares, s.f)
Los ejemplos podrían extenderse, sin embargo se hace necesario mencionar la determinante
contribución que hizo el inventor del Psicoanálisis, Sigmund Freud, que abrió paso a un paulatino
cambio de paradigma.
Ernesto Laclau tomará como ejes explicativos para acercarse a una mirada distinta del populismo, dos
adelantos fundamentales del autor que vale la pena transcribir, dice Laclau: “Freud dirá que en la
psicopatología está el secreto de la psicología normal” (Laclau, 2014: p. 60) y que “el lazo social es un
lazo libidinal” (Ibid. p. 10). Atender a estas expresiones posibilita dar el salto cualitativo necesario
para dejar atrás la tradición vituperante y abrir paso a nuevas perspectivas teóricas que permitan un
nuevo abordaje del Populismo.
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7° Encuentro de Investigadores/as de Ciencias Sociales de la región centro- oeste de
Argentina y la IV región de Chile.
Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional de San Juan.
27, 28 y 29 de Mayo de 2015.
Mesa 11: Conflictividad social en el capitalismo periférico: resistencias, desigualdades y
movimientos.
Título: Consideraciones epistémico-metodológicas para pensar el “lugar urbano” como una
categoría en la encrucijada del Habitar, la Ciudad y lo Cultural. Aportes para una didáctica en
el Urbanismo.
Autores: VEDIA, Marisol1; GARCÍA, María Luz; QUIROGA, Horacio; CUELI, Jaquelina;
GIUDICI, Fernando; NUÑEZ, Augusto; OZORIO, Lucas; TORRES, Cecilia; VILLAFAÑE,
Matías.
Palabras claves: Lugar Urbano, proyecto, didáctica.
Resumen
El presente trabajo tiene como fin comunicar los avances logrados en el marco de un proyecto de
investigación, en ejecución, que aborda algunos aspectos referidos a la enseñanza del urbanismo y su
introducción disciplinar en la carrera de grado de Arquitectura y Diseño de la FAUD-UNSJ.
Si bien dicho proyecto se propone, concretamente, constituir un aporte a la cátedra Introducción al
Urbanismo a partir de la caracterización del Lugar Urbano -categoría conceptual propuesta desde
Urbanismo Ambiental Hermenéutico- mediante su aplicación en un ejercicio concreto; la
caracterización del Lugar Urbano comienza en la indagación sobre las implicancias de orden teórico-
metodológicas en un caso concreto, para traducirlas, finalmente, en posibilidades metodológico-
didácticas para la enseñanza-apredizaje en taller de la asignatura Introducción al Urbanismo.
La construcción de reflexiones críticas acerca de la experiencia trabajada con el fin de problematizar
posibles “modelos” con los cuales dar cuenta de la realidad urbana, como un aporte metodológico-
didáctico en la mencionada asignatura, no solo nos parece importante para resolver y otorgar
coherencia en la relación teoría-práctica sino porque nos permite orientar esta problematización en el
horizonte de pensar cómo enseñar desde la compresión de la complejidad y multivalencia del propio
fenómeno urbano, sino con sentido proyectual, es decir intentando pensar desde la misma disciplina;
por lo que ello exige una revisión constante de nuestra práctica docente.
1 Los autores, docentes-investigadores, desarrollan tareas de investigación en ámbito de Instituto de Teoría, Historia y Crítica
del Diseño (IDIS), perteneciente a la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNSJ. marisolvedia@gmail.com;
luzgarciag@yahoo.com.ar; surquiroga@yahoo.com.ar.
Abstract
This paper aims to communicate the progress made in the framework of a research project in
execution, which addresses some aspects related to the teaching of planning and introducing discipline
in the undergraduate course in Architecture and Design FAUD – UNSJ.
While this project aims specifically make a contribution to the chair Introduction to Urban Planning
from the characterization of Urban Place -category conceptual proposal from Urban Environmental
hermeneutic through its application in a particular period; Urban Place characterization begins in the
inquiry into the implications of theoretical and methodological order in a particular case, to translate
finally in - didactic methodology for teaching workshop Apprenticeship in the Introduction to Urban
possibilities.
The construction of critical reflection about the experience worked to problematize possible "models "
with which to account for the urban reality, as a teaching methodological- contribution in said subject,
we not only seems important to resolve and provide consistency on the relationship between theory
and practice, but it allows us to guide this problematization on the horizon of thinking how to teach
from the compression of the complexity and multivalency 's own urban phenomenon, but with
projective sense, ie trying to think from the same discipline; so it requires constant review of our
teaching.
1. De la relación entre enfoque de la asignatura y el sentido del proyecto.
Consideramos que aproximarse al problema del fenómeno urbano en principio, implica revisar qué
relación se concibe entre el sujeto que explora el fenómeno y el objeto de estudio y desde qué mirada
se considera a tal objeto de estudio. Esto se explica a partir de asumir que nuestra comprensión del
espacio habitado, pasa necesariamente por la propia comprensión que tengamos de nuestra relación
con él, tal es el planteo de Muntañola2, quien nos orienta a pensar esta relación sujeto–objeto, al
considerar que todo sujeto que intenta explicar el fenómeno urbano, lo hace desde entender que el
sujeto forma parte de tal fenómeno.
En tal sentido, es necesario explicitar que el abordaje teórico de nuestra asignatura, se concibe desde la
idea de “lugar urbano”, no solo por su condición de síntesis del todo3, sino porque centralmente la idea
de lugar supone una unidad inescindible de la existencia humana entre las prácticas sociales y la
conformación espacial como escenario, que construyen un universo de significaciones, dándole
sentido a esta existencia humana y a la vez dando cuenta de la complejidad del fenómeno de la ciudad.
Desde esta perspectiva, la configuración que tal espacio cobra se corresponden, necesariamente, con
2 Muntañola Thornberg, Josep. Topogénesis Dos. Ensayo sobre la naturaleza social del lugar. Ed. Oikos Tau. S. A.1ra. 1979.
Barcelona. España.
3 Desde la Teoría Sociofísica de los lugares de Joseph Muntañola, se entiende a la ciudad, en tanto sistema de lugares (en un
sentido antropológico).
una idea de “mundo” en el que “somos” en tanto ser–social; razón por la cual la idea de topofilia4 que
sostenemos, está presente en todo juicio de valor sobre un determinado escenario que, como
“receptáculo”, espera de nuestra carga emocional, para dotarse del sentido al que se hizo referencia
con anterioridad. Por lo tanto, entendemos que es la Ciudad -en tanto que porta y otorga sentido- la
que proporciona el contexto socio–espacial desde el cual se dimensiona nuestro compromiso ético y,
por tanto político de responsabilidad frente al otro, frente al espacio común compartido, natural y
construido, frente al Estado, frente a la historia y frente a nosotros mismos, de modo que así resulta ser
el correlato primero y fundamental del sentido mismo del habitar.
Dado que se trata de problematizar el habitar humano y que lo hacemos entendiendo a la ciudad como
la materialidad política que piensa el pensamiento arquitectónico, nos preocupa el cómo enfrentar el
desafío de que esta aproximación teórica construya un correlato con la experiencia práctica en taller,
desde la categoría conceptual de Lugar Urbano. Categoría, que en el marco del Urbanismo Ambiental
Hermenéutico, expresa en su estrategia metodológica esta relación inescindible entre sujeto-suelo, y
que se deslinda en tres dimensiones significativas concebidas como patrones de lectura que permiten
delimitar el “Lugar Urbano”: habitar-hablar, figurar-conceptualizar y medio físico-medio social, en un
intento por garantizar la relación dialógica entre sujeto-objeto.
Puesto que elegir qué enseñar, cómo y cuándo, requiere planificación, metodologías de abordaje y
estrategias de evaluación del aprendizaje y de la enseñanza, que conduzcan a obtener los mejores
resultados posibles, asumimos el valor que en términos de aprendizaje significativo, representa el
hecho de partir de un sujeto- alumno, poseedor de un bagaje de experiencias y conocimientos
anteriores en los cuales anclará el nuevo conocimiento. Aportar a esa enseñanza es el objetivo que se
persigue en este proyecto de investigación dando sentido a nuestra búsqueda.
2. De la relación entre perspectiva teórica y objetivos del proyecto
Entendiendo que el fenómeno urbano es un fenómeno complejo y multidimensional, se asume, desde
la planificación de cátedra, un recorte epistemológico que centra su preocupación en una tríada
conceptual y teórica que orienta la comprensión del mismo. Esta tríada está conformada por la idea de
ciudad, lo cultural y el habitar. La ciudad se entiende como la materialidad producto del pensamiento
arquitectónico, en la tensión constante entre planificación y acontecimiento. El Habitar es parte de la
experiencia humana que da cuenta del territorio cultural como acontecer de esa existencia, de la que se
desprende un universo “mundo” que constituye al sujeto, en tanto interpretación de lo
simbólico/significante. Lo cultural del habitar es una dimensión interna al campo de lo arquitectónico
y por ello -por derecho propio y por responsabilidad específica-, del territorio cultural, respecto del
4 En el sentido de pertenencia y vínculo afectivo a un lugar.
habitar. En este marco se entiende al “Lugar Urbano” como unidad conceptual y operativa en tanto
“espacio/territorio” que abre la intersección del habitar, la ciudad y lo cultural.
2.1. El lugar urbano como síntesis teórica
Pensar el proceso de proyectación del Territorio y construcción de la ciudad, a través de comprender el
aporte teórico metodológico de los “Lugares Urbanos” en un sentido antropológico, implica que el
abordaje teórico asumirá que la realidad particular del Ambiente Urbano es entendida como una
articulación multidimensional de “Trazas”, cuyas representaciones sociales construyen una
determinada cultura. Así, las reflexiones que emerjan serán pensadas en el ámbito de una realidad
construida socialmente, y como tal, relativa en lo conceptual y lo cultural.
En tal sentido, la categoría conceptual de Lugar Urbano –propuesta por Zárate (2001) desde el
paradigma del Urbanismo Ambiental Hermenéutico- se presenta como una posibilidad de lectura de la
realidad, entendiendo al Ambiente como el medio o entorno comprensible amplio a todo campo
recortado de conocimiento. Dentro de éste, se define al Ambiente Cultural como un campo
interdisciplinario de problematización del objeto de estudio complejo y multidimensional Lugar
Urbano. El Ambiente Espacial constituye la representación de una de la dimensión manifiesta de ese
Ambiente Cultural, expresada como “orden explícito” que contiene un “orden implícito”. Así, el Lugar
Urbano se define como construcción social significativa, organizada en múltiples dimensiones de
“ordenes implicados” y ámbito de lo gestionable indirectamente a través de las Prácticas Sociales y su
sistema de significaciones.
El Urbanismo Ambiental Hermenéutico sienta sus bases de problematización epistémico-teóricas en la
Teoría Sociofísica de los lugares de Joseph Muntañola, que entiende a la ciudad como sistema de
lugares -en un sentido antropológico- dada por la alteridad entre sociogénesis y psicogénesis,
producción y representación, arquitectura y sociedad, que producen un lenguaje sociofísico de tipos e
identidades sociales. Aquí, la arquitectura se presenta como la lengua que expresaría lo sistemático de
dicho lenguaje sociofísico que constituye el lugar.
Desde esta perspectiva, el espacio construido se encuentra en el cruce entre lo científico–lógico, lo
estético y lo ético–político, lo que nos permite conceptualizar los “Lugares Urbanos” en tanto
hechos/realidades con cualidades formales configurativas, estéticas, factibles de ser abordadas desde
cualquiera de los enfoques enunciados. Así, el “Lugar Urbano”, concepto amplio, complejo y
multidimensional, asociado al concepto de ambiente Cultural, contiene a la Arquitectura como
Ambiente Espacial, en tanto dimensión parcial del Lugar.
2.2. De la enseñanza del diseño
Desde la actividad docente, es un desafío conocer las rutas del pensamiento y los mecanismos
emocionales que hace que algunos estudiantes lleguen con más facilidad que otros a planteos
altamente creativos. El conocimiento y desarrollo del acto creativo no es por lo tanto un simple
registro de observaciones, sino una estructuración debida a las actividades del sujeto, pero también
condicionada a los estímulos y estrategias didácticas propuesta para tal fin. La creatividad es un
fenómeno humano muy complejo que generalmente se describe por los efectos o por la conducta de la
persona. En tal sentido, el pensamiento constructivista piagetiano, respecto al proceso de aprendizaje,
define al sujeto como actor del conocimiento, que interactúa con la realidad transformándola
significativamente mientras se organiza a sí mismo. Para Edgar Morin, el sujeto es un objeto incierto;
por un lado es todo, productor de interrelaciones generando cultura, lenguajes, etc., y por otro lado no
es nada, donde se convierte en producto de esa sociedad o realidad que le toca vivir. En consecuencia,
la complejidad del pensamiento estará presente en esta disyuntiva; en el momento de abordar las
disciplinas en forma separada, y pretender alcanzar la explicación e integración del todo en el producto
final de diseño, a través de la constitución de sus partes.
Asimismo, se entiende que la práctica docente es una práctica social que establece, de manera
constante, interrelaciones en forma dialéctica al interior de la tríada formada por conocimiento,
docente y alumno, posibilitando introducir niveles de análisis significativos que permiten dar cuenta
de la práctica docente misma. La creatividad en la educación sólo puede ser entendida y evaluada a
través de un proceso que involucre la concepción de un producto nuevo.
3. De los aspectos metodológicos para el desarrollo del proyecto y sus objetivos
Dado lo anteriormente planteado y tomando en cuenta la experiencia que se vuelve reflexión desde la
propia práctica docente, resulta indispensable la exploración en el ámbito de investigación como un
modo más proyectual de pensar el problema de cómo se invita al sujeto de aprendizaje a mirar y
preguntarse por el fenómeno urbano siendo él quién lo experimenta y alimenta su propia materialidad
proyectual5. Es en este sentido que nos encontramos trabajando en el diseño de un ejercicio que nos
permita caracterizar el “Lugar Urbano”, desde la perspectiva del Urbanismo Ambiental Hermenéutico,
a través de la aplicación metodológica en una experiencia concreta de lectura y análisis crítico, en un
sector del Área Central consolidada de la ciudad de San Juan.
El concepto de Lugar Urbano, en la complejidad de su contenido, presenta un importante desafío a
resolver desde el enfoque metodológico. Se mencionó anteriormente que el concepto se desprende de
5 La idea de materialidad proyectual según la plantea Vittorio Gregotti, a partir de un capítulo de su autoría en MORALES
SOLÁ, I, compilador. (1970). Curso de Teoría de la Proyectación Arquitectónica. En “Teoría de la Proyectación
Aquitectónica”. pag. 209;210 y 211. Colección Arquitectura y Crítica. Ed. Gustavo Gili. Barcelona. España.
la consideración de ambiente espacial como expresión manifiesta del ambiente cultural. Es decir,
materialidad cargada de significados.
Subyace en esta afirmación, un concepto de espacio que, como construcción social, lo considera como
una totalidad integrada con la sociedad que lo conforma. Esto es, superando las líneas que definen al
espacio de manera pasiva6 y que presentan en común la consideración de las relaciones espacio-
sociedad unidireccionales, se parte de una conceptualización de manera dialéctica la relación espacio-
sociedad, en la que el espacio se entiende como un concreto social: "Consideramos el espacio como
una instancia de la sociedad, al mismo nivel que la instancia económica y la instancia cultural-
ideológica. Esto significa que, en tanto que instancia, el espacio contiene y está contenido por las
demás instancias, del mismo modo que cada una de ellas lo contiene y es por ellas contenida. La
economía está en el espacio, así como el espacio está en la economía. Lo mismo ocurre con lo
político-institucional y con lo cultural-ideológico. Eso quiere decir que la esencia del espacio es social
(…) Es un producto de la acción humana, de aquí que no sea un objeto dado ni preexistente a la
misma, sino que se produce socialmente y, como tal, también históricamente” (Santos, 1986).
Esta conceptualización del espacio refleja claramente la relación dialéctica que existe entre
configuración espacial y prácticas sociales. Las formas se vuelven espacio cuando le son atribuidos
determinados valores, cuando se convierten en formas utilizadas, cuando adquieren contenido social.
Se vuelven espacio cuando se convierten en forma-contenido (Santos, Op. Cit.).
Las configuraciones espaciales constituyen una problemática compleja por la confluencia en ellas de
múltiples factores interactuantes, por lo que su lectura debe ser hecha a través de instrumentos teórico-
metodológicos que permitan dar cuenta de dicha complejidad. Es esta la condición de nuestro objeto
de estudio, el Lugar Urbano que, entendido conceptualmente como un recorte de esta totalidad
compleja que es el espacio tiene la capacidad de expresar, en tanto unidad de análisis, la complejidad
de la totalidad.
Dado el enfoque que presenta la asignatura a la cual se pretende hacer el aporte metodológico, es
posible leer el lugar urbano desde la articulación compleja e inescindible entre los pares habitar-
6 Se hace referencia aquí tanto a los planteos de espacio que respondieron a las posturas filosóficas modernas (en las cuales se
coincidió en pensarlo como contenedor o receptáculo de fenómenos; el espacio se convierte en soporte, pensado como un
plano homogéneo y neutro) como a los que, enmarcándose en enfoques materialistas dialécticos y estructuralistas marxistas,
concibieron al espacio como un espejo directo de la sociedad que lo ocupa (pensando que todo cambio social se refleja en el
espacio reflejo; el espacio es considerado como la expresión espacial de una formación social). Ambas posturas, que sólo
permiten simplificar la conceptualización de espacio de muy diversas corrientes de pensamiento, plantean en común la
consideración de una relación entre espacio y sociedad en un solo sentido (Hiernaux y Lindón, 1997).
hablar, figurar-conceptualizar y medio físico-medio social. Estos pares se comportan como patrones de
lectura que dan cuenta del lugar urbano (desde el par habitar-hablar se puede dar cuenta de las
prácticas sociales; desde el de figurar-conceptualizar, de las significaciones y desde el de medio físico-
medio social, de las características y transformación del soporte).
Este último par, el que refiere a medio físico-medio social, es el que permite ingresar a la lectura del
lugar urbano desde sus configuraciones espaciales.
Si consideramos a la ciudad como sistema de lugares, se entiende al Lugar Urbano como síntesis
teórica y unidad de análisis de la misma. Desde esta conceptualización, surge la necesidad de
caracterizar e indagar en las implicancias de orden teórico metodológicas del Lugar Urbano, a partir de
la aplicación de una estrategia metodológica en un caso concreto, de modo tal que nos permita indagar
en sus posibilidades metodológico- didácticas para el taller.
Para afrontar este desafío, nos planteamos desarrollar el presente proyecto en tres momentos
metodológicos:
Momento 1: Indagación teórico-metodológica sobre la propuesta del Urbanismo Ambiental
Hermenéutico a partir de su categoría conceptual Lugar Urbano.
Momento 2: Aplicación y desarrollo de la metodología a fin de establecer una caracterización del
Lugar Urbano.
Momento 3: Reflexión crítica sobre la experiencia de aplicación de la estrategia metodológica del
Lugar Urbano.
Es de considerar que el ejercicio reflexivo y práctico aquí propuesto contribuya a comprender las
características de los lugares urbanos a partir del cruce relacional entre Ambiente, Ambiente Cultural y
Ambiente Espacial.
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