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DISTRIBUCIÓN
Mundial. Como reproductora por el Paleártico, desde el NO de
África al oeste del Himalaya (Cramp, 1985; Tucker & Heath, 1994).
En Europa, con más del 50% de su área mundial de nidificación,
se estima la población actual (SPEC 2) en 29.000-180.000 pp.
(BirdLife International/EBCC, 2000). La subespecie nominal, pre-
senta su mayor población en España (Hagemeijer & Blair, 1997).
España. Reproductora dispersa por la meseta norte, centro y
sur peninsular, franja mediterránea y zona media de Navarra y
Burgos. Falta en ambos archipiélagos, Ceuta y Melilla. Las áreas
de cría más extensas son las cuencas bajas del Duero, Tajo,
Guadiana y Guadalquivir. Le sigue la franja mediterránea desde
el SE peninsular (Granada, Almería, Murcia) hasta la frontera
francesa, con núcleos aislados en Alicante y Castellón, y una
población interior en el valle del Ebro en Cataluña y Aragón.
Ligada a zonas templadas y mediterráneas, ocupa en Cataluña y
Aragón ambientes agrícolas y ganaderos extensivos, con eriales
y yermos, pero parece evitar zonas en regadío (Folch, 1996). En
Extremadura muestra preferencia por regadíos con predominio
Carraca EuropeaCoracias garrulus
Catalán Gaig blauGallego RolieiroVasco Karraka
Cobertura
838
%
15,0
R. posible
278
%
33,2
R. probable
244
%
29,1
R. segura
316
Información 1985-1997
120
Información 1998-2002
718
%
37,7
R. posible (1998-2002)
R. probable-segura (1998-2002)
R. posible (1985-1997)
R. probable-segura (1985-1997)
346
1-9 pp. 10-99 pp.100-999
pp.1.000-
9.999 pp.>9.999
pp. Sin cuantificar
569 137 1 0 0 131
de arrozal (si la disponibilidad de odonatos es muy alta), y por
olivares y dehesas de encinas. Selecciona barbechos, pastizales
naturales y zonas de matorral disperso en relación a su disponi-
bilidad, pero evita los cultivos de cereal (Avilés et al., 2000b). En
zonas desarboladas, la disponibilidad de agujeros puede ser un
factor limitante cuando el alimento es abundante (Avilés et al.,2000b). Nidifica en árboles (almendros, chopos, encinas,...),
pero también en agujeros en construcciones humanas aisladas,
puentes y taludes arenosos (Folch, 2000). Los nidales artificiales
son bien aceptados donde escasean las oquedades naturales
(Avilés & Sánchez, 2000).
POBLACIÓN Y TENDENCIA EN ESPAÑA
La población española ha sido estimada en 4.000-10.000 pp.
(Tucker & Heath, 1994) y la población mínima según el presen-
te atlas es de 2.039 pp. aunque faltan datos del 16% de cuadrí-
culas. Sin embargo hay que considerar aquella estima con cau-
tela pues no hay información detallada y se desconocen aspec-
tos básicos de su ecología, lo que impide extrapolar la informa-
ción existente para alguna población al total nacional (J. Avilés y
A. Folch, datos propios). En Cataluña, se han estimado 110-150
pp., el 90% en los secanos de Lleida donde, en los últimos diez
años, se ha detectado cierta fragmentación de su área de distri-
bución y, sobre todo, su rarificación o desaparición de zonas
convertidas en regadío (Folch, 1996; A. Folch, datos propios). La
diferencia respecto a las 35 pp. citadas en Muntaner et al.(1983), se debe probablemente a una mejor prospección, por lo
que no se pueden inferir tendencias claras en la zona. En el valle
del Ebro en Aragón se han estimado 30-40 pp., y en las dos últi-
mas décadas se ha expandido hacia el oeste y SO, si bien la infor-
mación recopilada no permite inferir cambios numéricos
(Sampietro et al., 1998; Woutersen & Platteeuw, 1998). La
Comunidad Valenciana alberga alguna pareja aislada en
Castellón y, en el sur de Alicante, una población de menos de 20
pp. con tendencia negativa (G. López Iborra, com. pers.). Por el
litoral mediterráneo hacia el sur, aparte de algún pequeño
núcleo, hay una población de al menos 130 pp. en el sur de
Murcia, aunque se desconoce su tendencia (M. A. Núñez, com.
pers.). En Navarra crían dos o tres parejas. En el valle del
Alberche en Madrid, pasó de 56 pp. a desaparecer como repro-
ductora entre 1969 y 1984 (J. Peña, com. pers.), pero no hay
información sobre tendencias para el resto de la región. En
Extremadura, los llanos de Cáceres y Trujillo y La Serena son las
mejores zonas. En Andalucía parece abundante sólo en la mitad
oriental, y se cifra la población en un máximo de 1.500 pp., en
descenso en algunas provincias (CMA-Junta de Andalucía,
2001); aunque la diferencia de prospección respecto al anterior
atlas refleja una mayor distribución por la campiña cerealista
sevillana (F. Chiclana, com. pers.). En Castilla-La Mancha y
Castilla y León, aunque es reproductora frecuente, no hay infor-
mación precisa. No hay datos de una presencia anterior recien-
te en las demás comunidades. Los escasos datos disponibles
señalan una tendencia general negativa y una fragmentación de
la población (Avilés, 1999), pues está ausente de zonas aparen-
temente apropiadas que ocupaba antaño.
AMENAZAS Y CONSERVACIÓN
Vulnerable (VU). Su principal amenaza en Europa es la pérdida
o fragmentación de hábitat por intensificación agrícola (Tucker
& Heath, 1994): transformación de cultivos tradicionales de
secano y zonas esteparias en regadío (Folch, 1996); aumento del
uso de plaguicidas, que inciden sobre sus presas; concentración
parcelaria con eliminación de márgenes en terrenos de cultivo,
con pérdida de árboles donde nidificar, y de hábitat para sus
especies presa; derrumbe de construcciones humanas aisladas,
etc. La escasez de lugares para nidificar parece un factor limi-
tante en zonas desarboladas y entonces los nidales artificiales
resultan efectivos sólo cuando hay buena disponibilidad de ali-
mento (Tucker & Heath, 1994). El seguimiento en Cataluña en
los últimos diez años ha revelado un descenso de población aso-
ciado al arranque de campos de almendros, tala y quema de
márgenes y abandono y derrumbe de barracas (A. Folch, datos
propios). Las cajas nido son ocupadas con rapidez: en Cataluña
y áreas próximas de Aragón y Francia sobre una muestra de 61
nidos, el 51% se encontraban en árboles, el 36% en construc-
ciones humanas abandonadas, y el resto en taludes arenosos y
otros; tras la instalación de cajas nido en 1998 el primer año
éstas fueron ocupadas en primer lugar (44% de 30 nidos, segui-
das de árboles y barracas) si bien no se detectó un aumento de
la población (Folch, 2000). En cambio, en los Llanos de Cáceres
la instalación de cajas anidaderas en zonas desarboladas incre-
mentó sus efectivos (Sánchez García & Sánchez Guzmán, 1991).
Otras amenazas menores, pero importantes en época de cría,
son los atropellos en carreteras y las electrocuciones (Gragera,
1992). Entre las medidas de conservación que se sugieren, des-
tacan: conservación de su hábitat (evitar la transformación en
regadío, promover la agricultura no intensiva, establecer zonas
ZEPA, LIC, etc.); evitar la deforestación y la eliminación de már-
genes, especialmente arbolados y arbustivos, en zonas agrícolas;
seguimiento y estudio de sus poblaciones y la incidencia de pla-
guicidas en su biología; instalación de nidales artificiales y eva-
luación posterior de su efectividad.
Anna Folch Albareda y Jesús M. Avilés
Carraca Europea Coracias garrulus
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