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7/17/2019 Critica Religion Cecilia Tovar
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Re ist4
de la
Universidad Catlica/No 4/31 de diciembre
de
1978
LA CRITICA DE LA RELIGION, ENSAYO SOBRE
LA CONCIENCIA SOCIAL SEGUN KARL MARX
Cecilia Tovar/
Toki
Kudo
Numerosos estudios actuales sobre Marx han mostrado
una evolucin en su pensamiznto, desde sus posiciones
de
juventud hasta sus concepciones de l madurez 1 ),
El impacto del
descubrimiento de los escritos de
juventud que
hacan aparecer un Marx humanista,
cercano al joven Hegel y a Feuerhach, llev a muchos
a un
entusiasmo por este joven Marx, considerndolo
incluso como el verdadero o
el
ms importante Marx,
Sin embargo, no tardaron en aparecer estudios que,
teniendo en
cuenta
l
existencia de estos escritos de
juventud los situaron
en l
perspectiva global de l 69
evolucin del pensamiento de Marx,
Dejando de lado la discusin sobre el carcter tal vez
demasiado rgido o puntual que Althusser daba a la
ruptura epistemolgica (2), ha quedado establecido
que
no
,se
puede tomar
el
pensamiento de Marx como
un bloque, sino que hay que distinguir en l dfe
rentes etapas, que son los pasos por los que progre
sivamente se fue elaborando
1 : : ~
nueva concepcin de
l historia, diferencindose del pensamiento precedente
al mismo -tiempo
que
asuma su herenc:1 en una
sntess orignal (3)
l EVOLUCION DE L CRITIC DE L RELIGION
EN M RX
Esta perspectiva es vlida igualmente para
el
caso
particular de la crtica de la religin en Marx, Los
estudios ms importantes sobre este tema concuerdan
ms o menos en sealar etapas en la constitucin de
la at ica marxista de la religin (4
). Se
puede decir
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70
La crtica
de
l religin
que el pensamiento de Marx sobre la religin pasa
por tres etapas fundamentales.
1
Crtica filosfica del Estado cristiano
e rusia
En un primer momento, Marx considera la religin
como algo irracional y mistificador.
e
opone en
tonces la filosofa a la religin, razn y libertad mo
dernas a ignorancia y servidumbre medievales. Para el
Marx racionalista y antitesta, los dioses no son ms
que las ilusiones que llenan provisoriamente
Jos
lugares
todava
no
ocupados
por la
razn. Aqu
se
encuentra
de una manera muy marcada la herencia de la Ilus
tracin a travs de la influencia de su padre, Hirschel
Marx, del director del liceo de Trveris, Johann Hugo
Wyttenbach y del padre de Jenny Ludwig von wes
tphalen, etc. Esta etapa se desarrolla entre 1837 y la
primavera de 1843, expresndose en escritos como los
siete Cuadernos
e
trabajos preparatorios a la Di-
sertacin doctoral la Disertacin doctoral los artcu
los de los
Anekdota
y
de
a
Gaceta renana.
La importancia
que
adquiere el tema
de
a religin en
esta
etapa
de su pensamiento
no se
debe a
un
inters
propio
de
Marx por el tema, sino
que
es
un
efecto
del contexto histrico, en el cual los estudios sobre la
religin superabundan y constituyen el lugar funda
mental del vigoroso debate intelectual en Alemania.
En el particular contexto histrico de Alemania de los
aos 1830-1840, determinado por
su
retraso econmi
co y poltico con respecto a Francia e Inglaterra,
por
la aparicin casi simultnea del liberalismo burgus y
del socialismo, y por a represin practicada por
el
gobierno prusiano que intentaba mantener el sistema
monrquico y la religin cristiana contra las fiebres
revolucionarias, la lucha contra el orden
SOcial
vigente
se da bajo la forma
de
una lucha contra la religin.
En la poca de Berln, la crtica de Marx a
la
reli
gin se sita dentro de este contexto, como parte
integrante y substancial de la lucha poltica y social
de los jvenes hegelianos contra el feudalismo irracio
nal, obscurantista y mistificador del Estado cristiano
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Cecilia Tovar, Toki Kud
de Prusia 5
.
L crtica
de
Marx a lo establecido est motivada, en
esta poca, fundamentalmente por
una
cierta insu
rreccin prometeica o humanista
contra
el orden cris
tiano vigente.
En
esta perspectiva
de
rebelin
humanista
contra
lo religioso o lo teolgico, aparece
a
idea
de que
slo el hombre
ateo
o el filsofo
racionalista que cree en s mismo puede y debe preo
cuparse del ordenamiento del mundo, y que, por lo
tanto,
la
destruccin de
la
religin y la crtica del
Estado cristiano de Prusia son el preludio necesario
para
la
construccin de
un
mundo
en el
que
el
hombre sea due
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a
crtica de ta religin
cuestin juda y la mtroduccin a
la
crtica de l
filosoffa del derecho de Hegel . En el primero acaba
definitivamente con Bruno Bauer y sus cornpafteros
y,
en el segundo, con el liberalismo pequefto.burgus de
los jvenes hegelianos en
general_,
exponiendo por
primera vez la teora de
la
Revolucin y del Prole-
tariado, todava bastante espectacular, Finalmente,
en
Pars, Marx enriquece su conocimiento sobre el mun
do obrero tanto por su contacto directo con los
crculos de obreros alemanes emigrados en esta ciu
dad, cGmo por su lectura de los socialistas utpicos y
de los economistas clsicos. Antes de su expulsin de
Francia,
Marx nos deja tres manuscritos econ
mico-ftlosficos (los
Manuscritos
e
1844 .
Es
muy conocida la declaracin de Marx al comienzo
de
la
ulntroduccin a la crtica de
la
filosofa del
derecho de Hegel (1844 ), segn
a
cual la crtica
de la religin es
la
premisa de toda crtica {6). Sin
embargo, contrariamente a Hegel, a Feuerbach y a
72 muchos otros hegelianos, Marx no
ha escrito ningn
libro sobre la crtica de
a
religin, En sus numerosos
escritos, Marx habla de a religin casi siempre al
margen de otros temas. La
mayor parte de estos
textos son cortos y muchas veces
no
contienen nada
ms que simples afirmaciones sueltas, En resumen, si
es verdad que, para Marx, la critica de
la
religin es
el fundamento de toda crftica, se constata que este
fundamento no ha sido edificado pot Marx mismo,
En realidad, esto se comprende a
la
luz de otra
afirmacin no menos conocida de Marx en el mismo
texto: En Alemania,
la
crtica de la religin ha
llegado, en lo esencial, a su. fin' ' (7),
Es
decir, Marx
considera que, despus de Feuerbach y Bauer,
la
cr
tica de a religin est ya acabada en lo fundamental
y que no cabe por tanto dedicarle lo central de sus
esfuerzos, Pero esto significa
al
mismo tiempo que
Marx asume la crtica de la religin elaborada en
Alemania , de manera que se puede decir, paradojal
mente, que la crtica de Marx a la religin en esta
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ecilia T011ar
Toki Kud
etapa no
es de Marx mismo, no pertenece a su
pen.-
samiento propio sino al pensamiento de Alemania ,
es decir, a l ideoioga alemana (8).
Lo
esencial
de
esta
etapa
del pensamiento
de
Marx
sobre la religin parece el hecho de que Marx no
se
limita
a
repetir la l.. ttica
de la
religin
de Bauer y
Feuerbach, Sino que
la
supera al sealar que
la ral
de
1a alienacin religiosa es .la realidad social enaje
nada o enajenante, Efectivamente, partiendo de la
perspectiva le
Feuecbach, Marx
supera mn ed.iaramente
la problemtica idealista de ste
hada
k ,.ealidad
misma. Por e j e m p l ~
en
la.
' 'Introduccin
de i 844 se
realiza ya l superacin magistral
de
la
problemtica
idealista de
Feuerbach:
el
hombre,
como io .emostr
Feuerbach msmc, proyectd. su esencia en Dios. Pero
por
qu
razn?
Porque
esta esencia no est realizada
justamente
en
el nivel de 1a realldad
terrestre.
LCJ
consecuencia de esta critica a Feucrbach es que la
crtica de
la
religin
de
Marx
d ~ j a
siempre en
e1
camin a l relign
y
sus probiemas
propio,,
para
73
dirigirse hacia
otra
cosa, hacia la
Yida
de los hombres
aqu en la tierra,
haca
la realdad social e histrica
El
atesmo negativo o el ant-tefsmo m.Hitantc;: de la
primerd
etapa
se halla superac o
por
un
atesmo
po-
sitivo,
que ya no
es un
atesmo puesto
que deja en
d cami.'lo
~
la religin
y
el
probler>1a
religioso, sirw
un humani >mo "positivo ; en d o i H ~ c se eiimna la
posibtlid.ad
m1sm;;
de ;a "cue >tin rehgio;,a''
y la
re
ligin mismd.. Y esto e:zp ka tanlbJen
el
hecho de que
Marx.
r;,o
hava escnw un libro
s o b r e ~
la
cr
'.ca de h
relgin Efe.ct vamen te Marx empieza a dirigirse
de
cididameme hacia ;a crit1ca de t e r r e ~ > t r e tanto H
critica
del Estdc prusiano
y
de la H l o ; ; o f f ~ h e g e l i a ~ ~
del
Estado
y
dc.i
cierecho con1o l cnt1ca de 12.
economa
poltica.
Cl
problema seno
que se en
cuentra,
entonces, es que, al llegar a formular la
concepcin materialista de l historia, ya no parece
preocuparse mucho
por
retomar
y
criticar la proble-
mcica de la crtica
de
la religin, abandonada
en
1844 en
el camino.
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La crtica
de
l religin
3 Teora de
l
religin como ideologa
A partir de los aos 1845-1846 y en adelante, Marx
abandona francamente la problemtica filosfica y
antropolgica de la religin, influda por los jvenes
hegelianos, para plantear una problemtica cientfica,
que es su perspectiva madura y definitiva, en la cual
el concepto de ideologa es
un
elemento esencial.
Hay que subrayar el hecho de que la evolucin del
pensamiento de Marx sobre la religin
se
realiza en l
cuadro de la evolucin del conjunto de
su
pensamien
to; la crtica de
la
religin de Marx est en depen
dencia estrecha de
su
pensamiento global.
En esta etapa del pensamiento de Marx, el tema de
la religin
ya
no es tocado por l en s mismo ni de
manera sistemtica y este hecho
no
es algo casual, ni
un olvido, sino la consecuencia lgica de su creencia
en la tesis de que la crtica de la religin ha termi
nado en lo esencial (9). Por consiguiente, sus obser
vaciones sobre
Ja
religin, en esta poca, o bien
74
forman parte de desarrollos dedicados a las formas de
conciencia social en general, o bien se encuentran
dispersas en medio de escritos consagrados a otros
temas, como, por ejemplo, en
El Capital
en donde
Marx hace un anlisis y una crtica del fetichismo de
la mercanca, del dinero y del capital, es decir,
un
anlisis y una crtica de la sociedad capitalista en
concreto que produce necesariamente este mecanismo
de mstificacin de las relaciones sociales de produc
cin en forma de fetiche 1 O); dentro de esta cr
tica de la sociedad capitalista concreta, Marx presenta
la religin cristiana como conciencia social del rgimen
capitalista, o sea, como una reproduccin mental del
fetichismo mercantil (
11
). Para la concepcin mate
ria.list:a
de la historia de Marx, la religin es un forma
de conciencia social, o lo que se suele llamar una
ideologa.
La teora de la ideologa en Marx es
un
intento de
ubicar el mundo de la conciencia en
el
concepto
clave
de
modo
de
produccin , es decir, una teora
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ecilia TOJJar oki
Kud
que
nos permite comprender cientficamente fen
menos religiosos, morales, filosficos, artsticos,
cientficos,
etc.,
en sus manifestaciones histricas
concretas.
Considerando la religin
como
una forma de concten
cia social, Marx se interesar en adelante
por
las
funciones sociales de la religin, por su papel en la
historia y en la lucha de clases.
En
esta perspectiva
Marx percibe, en primer lugar, la ligazn
del cnstta
nismo con las clases dominantes a lo largo de la
historia, y critica los principios sociales del cristia
nismo como justificadores del orden social existente,
como legitimadores de las distintas formas de opresin
y desmovilizadores de los explotados. El ms conocido
en este gnero es
un artculo
publicado
en 1847,
en
donde Marx critica al cristianismo el h b ~ r dado su
apoyo a diversos regmenes de explotacin y opres10n,
justificando esas prcticas de las clases dominantes
12).
Otro
aspecto de la crtica de Marx a lo religioso, en
esta poca, tiene incidencia prctica; ya no se
trata
de la crtica a la religin como tal sino a una cierta
tendencia
en el
seno del movimiento obrero, es decir,
el
comunismo cristiano o el socialismo religioso de la
poca. Marx siente la necesidad de una
ruptura neta
e
irrevocable con el socialismo religioso, en la medida,
justamente, en que este ltimo
era muy
activo, con
un peso social considerable basado en
su
trayectoria
histrica y en
su
ideal cristiano de fraternidad en un
mundo
nuevo. El comunismo cristiano de Wilhelm
Weitling 1808-1871 , por ejemplo, es
un
cristianismo
de los oprimidos;
l
religin
se
manifiesta all como
fuerza movilizadora de las clases populares frente a la
ideologa
de
las clases dominantes.
En
este
contexto
de vigencia de la tradicin cristiana de aspiracin a la
justicia y a la fraternidad en
el
seno del movimiento
obrero, Marx toma una posicin tajante contra el
socialismo religioso en su conjunto. El comunismo
no
es la comunin. La referencia evanglica no su-
75
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a
crtica
l
l r ligin
plantara
al trabajo de la
crtica,
ni
la
predicacin a
la lucha de clases. Haba que cortar, la hora
no
era
para matices (13). a circular contra riege (mayo
de 1846) es un
documento testimonial
de la lucha
ideolgica de los aos 1840
a
1846 dentro de
mo-
vimiento
obrero
europeo naciente; a travs de
esta
circular, Marx ataca indirectamente a
dos
personajes
principales del socialismo religioso de la
poca:
Lamennais y Weitlng,
fuentes
de inspiracin de
Hermann K r i e g ~
de
Nueva York (14). Efectivamente,
lo que inquieta a Marx es
que
aqu aparece una re-
ligin ligada a un movimiento pc)pular cumpliendo una
funcin
social
de protesta con todas
sus ambige-
dades. Precisamente, ese mensaje religioso se estructunl
en
torno
a temas como amor, comunin, fraternidad,
que, en
ausenda
de t1n _anlisis cientfico de una
sociedad concreta, Jvidida en clases,
pueden
des\iar al
movimiento popular.
En
Marx
y
Engels,
hay
tambin
otras
pista:;
ms
76
precisas y ricas en m a t i c ~ s para
el
anlisis
de
las
funciones sociales
de
la religin.
arx
y Engels fir
man,
en
efecto,
que en la sociedad de Clases, la ideo-
loga religiosa caracteriza la relacin de cada clase a
sus condiciones histricamente determinadas de lucha
de clases, Por ejemplo, en
el
caso e
una
clase social
totalmente
dominada y sin posibiJjdad de ascensin, r
perspectiva de lucha efectiva, tiende a producirse una
ideologa religiosa
que
le pe:rmte mterorizar su si,
tuacin de explotados, con
un l,;cng..-:
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Cecilia Tovar Toki Kud
salvacin para todos) y de servirle as de
instrumento
para ejercer
y
prolongar su dominacin \16 . Final
mente, una clase ascendente', es decir, una clase
dominada efectivamente comprometida en la lucha de
clases
en
el
momento
actual, nsertndose fuertemente
en el sistema productivo de l epoca, tendera a pro
ducir una ideologa religiosa de ndole univers:t.Hsta
de protesta
correspondiente a la universalidad de la
explotacin de las clases populares (17
,
Esto s1gnifica
que las luchas internas en el seno
de
una religin
seran
l
expresin ideolgica religiosa de las luchas
de
clases y serviran a estas clases de marco para
expresar su situacin
y
justificar, motivndolas, sus
luchas cor.tra esa situacin.
De esto
se deduce
que la relgin cumple una doble
funcin social: en primer lugar, l funcin de l
cohesin social,
tanto
por la legitimacin y la just
ficacin del orden actual para l clase dominante,
como
por
l
interiorizacin de la explotacin por el
mensaje religioso de compensacin despus de la 77
muerte y en el cielo (religin -opio) para los
oprimi-
dos; en
segundo lugar, la funcin social de protesta
bajo su doble manifestacin, sea por reclamo de los
oprimidos en trminos moralizantes de culpabilizacin
o en trminos de reivindicacin puramente utpica,
sea
por
la movilizacin revolucionaria de las clases
populares, alrededor de l clase
ascendente
del
momento, es decir, el ncleo dinmico en el sistema
productivo, contra la situacin actual en su globalidad
en
trminos no
slo de toma de poder sino tam-
bin
de creacin de una nueva conciencia en el
proceso mismo de l revolucin (18). Pero, estas
pistas abiertas a partir de l comprensin de l re-
ligin como una
forma
de la conciencia social o
como ideologa, ponen en juego necesariamente la
problemtica ms global de l ideologa en Marx. Si
se acepta esta interpretacin de l religin como
ideologa, queda todava la cuestin del por
qu ,
es
decir, de su fundamentacin ltima, que implica in
trnsecamente la cuestin de saber qu es la ideolo-
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- - - - - - - - - ~ - ~ ~ _ L _ a _ c r t i c a
e
l
r l i g i ~
ga .
JI
L TEORI DE L IDEOLOGIA EN
M RX
a
teora
de la ideologa es uno de los
puntos
ms
difciles del pensamiento de Marx,
ya
que es objeto de
un
debate constante que, a pesar de ser de importancia vi-
tal para el desarrollo de la praxis y de la
teora
revolucionarias,
no ha
llegado a precsar su-
ficientemente sus trminos (19), de manera
que
sub-
sisten equvocos e interrogantes; es la ideologa
una
representacton mental necesariamente falsa o mstifi-
cadora? por qu, entonces, se habla de ideologa
revolucionaria, o de, ideologa obrera? es la ideologa
algo permanente, o va, por el contrario, a desaparecer
en
un
estadio superior de l evolucin social? puede
establecerse una diferencia neta entre ciencia e ideo-
loga, entre utopia e ideologa, entre fe o proyecto
histrico e ideologa? Estas son las preguntas ms
frecuentes, y la falta de claridad en las respuestas
obstaculiza al desarrollo de l prctica revolucionaria.
78 En el tratamiento de un problema tan delicado es
importante mantenerse lo ms cerca posible del pen-
samiento de Marx mismo.
Y un
primer paso para
evitar confusiones es
el
de segur en lo posible
el
mismo vocabulario de Marx; por eso, se habla prin-
cipalmente de conciencia social en lugar de ideologa,
ya
que l primera nocin es clave de comprensin de
la
segunda.
1) La conciencia social y el concepto e modo e
produccin
El
objeto
de la ciencia de
la
historia es l praxis:
All
donde termina
la
especulacin, en la vida real,
comienza tambin la ciencia real
y
positiva,
la
expo
sidn
de la prctica, del proceso prctico de desarro-
llo de los hombres
20
. Para exponer esta prctica
humana de manera cientfica, Marx elabor
el
con-
cepto clave de la ciencia de l historia, el concepto
de modo de produccin'', y es en esta perspectiva
que aborda el tema de la conciencia social, como
uno
de los aspectos''
(21),
momentos''.
(22)
o instancias
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Cecilia Tovar Toki
ud
fundamentales del
modo
de produccin: El resultado
general a que llegu y que, una vez
obtenido,
sirvi
de hilo conductor a mis estudios, puede resumirse as:
en la produccin social de su vida, los hombres con
traen determinadas relaciones necesarias e indepen
dientes de su voluntad, relaciones de produccin, que
corresponden a una determinada fase de desarrollo de
sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de
estas relaciones de produccin forma la
estructura
econmica de la sociedad, la base real sobre la que
se
levanta
l
superestructura jurdica y poltica y a la
que corresponden determinadas formas de conciencia
social (23).
La expresin conciencia social no tiene
aqu
nin
guna connotacin peyorativa ni apreciativa Lo que
Marx pretende es mostrar la articulacin de las formas
de conciencia social con la base real o material que
es
l
actividad concreta, la prctica de los individuos
histricos que viven
y
producen,
fundamento
de
toda
historia, explicando en base a ella
todos
los produc- 79
tos tericos y
formas de
l
conciencia, la religin, la
filosofa,
l
moral,
etc., as
como estudiando a partir
de esas premisas su proceso de nacimiento, lo que
naturalmente, permitir exponer las cosas
en
su
totalidad y tambin, por ello mismo, la accin re
cproca entre estos diversos aspectos). No
se
trata
de
buscar una categora en cada perodo, como hace la
concepcin idealista de la historia, sino de mantenerse
siempre sobre el terreno histrico real, de no explicar
la prctica partiendo de
l
idea, de explicar las for
maciones ideolgicas sobre la base de la prctica
ma
terial ~ _ i } r El concepto de modo de produccin''
permite exponer la realidad como
una
totalidad
compleja
articulada
por diferentes
momentos
o
aspectos que
actan
los unos sobre los otros; para la
concepcin materialista de la historia, las formas de
conciencia social corresponden a
una
prctica deter
minada, a ciertas relaciones de produccin, e inciden
a su vez sobre esta prctica.
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a
crtica de l religin
e
habla
comnmente
de
superestructura
ideolgica
para referirse a
lo
que Marx llama conciencia social,
esto es ciertamente correcto siempre
que se
evite un
equvoco bastante corriente.
En efecto,
mientras que,
para Marx,
la
expresin conciencia social
no
tiene
ninguna
connotadn
peyorativa, el trmino ideolo
ga , s la tiene en muchos casos ( 25 ), y esto puede
llevar al error de pensar
que
la superestructura ideo
lgica o las formas de conciencia social, constituyen
siempre necesariamente un conjunto de representa
ciones falsas, mistificadoras de la realidad, o inadecua
das, imaginarias, fantasmagricas, etc. Este error tiene
como consecuencia la creencia, tambin errnea,
en la
desaparicin de
la
ideologa en
la
etapa comunista,
o la contrapoSicton igualmente equivocada de
la
ideologa a la ciencia, a
la utopa
o
al proyecto
revolucionario, llevando a
un
caUejn sin salida, pues,
si stos no fuesen formas de la conciencia social,
resultara incomprensible su existencia. Todas las re
presentaciones humanas son formas de la
concienda
80
social, es decir, representaciones de
una
prctica social
determinada. Este punto es capital para la compren
sin de la
teora
de la ideologa de Marx;
en
Marx,
la instancia ideolgica,
el
momento o aspecto de
la conciencia social, es una
bstancia
que recoge todas
las representaciones mentales posibles
de
la praxis
social e histrica .
Sin embargo, al mismo tiempo que se afirma la iden
tidad radical de todas las representaciones humanas,
5urge la cuestin del discernu;.iento entre
la
realidad
y la ilusin, ya
que no se puede
otorgar la misma
validez a
todas
las representacioneb humanas. En un
texto de La Ideologa
le
mana , Marx da la pista de
solucin del problema:
Las
representacions que estos
i n i v i ~ o s
se forman, escribe Marx, son representa
ciones acerca de su relacin con
la
naturaleza o sobre
su relacin entre s, o respecto a su propia ndole.
Salta a la vista que, en
todos
estos casos, tales re
presentaciones son
la
expresin consciente -real o
ilusoria- de su actividad y relaciones reales, de su
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Cecilia Tovar Toki Kud
produccin, de
su
intercambio, de su organizac10n
poltica
y sociaL La hiptesis contraria slo es posible
entonces si
presumimos
l
existencia, fuera del esp
ritu de los individuos reales, condicionados material
mente
de
otro
espritu aparte. Aunque
1a
expresin
consciente de las relaciones reales de estos individuos
sea ilusoria,
~ u n q u e
en sus representaciones ponga de
cabeza su realidad, ello
se
debe, a su vez, a su modo
de
actividad material limitado y a la consiguiente
li-
mitacin de sus relaciones sociales (2
).
Todas
las representaciones son
la
cxpn::sin consciente
de una determinada prctica social,
ya que
no se
puede suponer la existencia de una conciencia no
condicionada socialmente y capaz de formar represen
taciones independientes de la prctica sociaL Ahora
bien,
entre
estas representaciones
de
la conciencia
socia, que en este nivel general no tiene ninguna
connotacin positiva ni peyorativa, p ~ e d e ex1stir re
presentaciones reales y representaciones ilusorias, pero
ambas ligadas a una prctica determinada, Es decir; 81
que
l
conciencia social,
la
superestructur;; ideolgica,
puede ser real o ilusoria, y
lo
que parece preocupar
ms a
Ma1x no
es explicar cmo puede ser
rea1,
sino
ms bien cmo puede ser ilusoria. En efecto, Marx
no es un
agnstico, sino que, por el contrario,
p1ensa
que
la
conciencia es capaz de conocer la realidad,
y
es el error e1 que necesita ser explicado, a partir
de
una
pdctica
social limitada o defectuosa
(27).
Ahora bien, no todas las representaciones -reales
ilusorias- se sitan en el mismo nivel, sino que, como
plantea Marx en los textos sealados, existen dife
rentes
formas de
la
conciencia social. Marx habla
genera m ente de la religin, la filosofa, la moral,
la
metafsica; , pero tambien,
en
otros textos, seala las
ideologas jurdicas y polticas, la teora, la ciencia,
l
arte, y hay que considerar cada una de estas formas
de la conciencia social en su especificidad desde el
punto
de
vista epistemolgico y socio-gentico, sin
pretender medirlas todas con
el
mismo rasero de la
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a crtica
de l r e l i g i ~
ciencia de la naturaleza, Las formas de la conciencia
social son todas las representaciones de la conciencia
humana,
imgenes, memorias, smbolos, palabras, ideas,
razonamientos, categoras, normas, proyectos
y
es
quemas tericos o prcticos,
etc,
en
los diversos
n i ~
veles de la actividad humana, como son los niveles
tico, religioso, esttico,
j u r d i c o ~ p o l t l c o
filosfico,
econmico, etc, Son formas de l conciencia social'
tanto las representac.pnes
dent
fficas como las simb
hcas, fHosoficas, o eticas, tanto los mitos y tradlcioc
nes folklncas .:amo los r
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Cecilia Tovar Toki Kud
todava del carcter ilusorio o invertido de la ideo
logia, smo de su carcter de mera representacin
mentaL
o
que hace
tal
a la ideologa, lo que
la
hace
s i m ~
ple
representacin ,
no es lo que tiene de inexactitud
o de aproximacin, o sea, la correspondencia parcial
al objeto real, lo cual
~ s
inherente a
toda
represen
tacin como tal, ni
tampoco
su carcter provisorio, ni
su falta de elaboracin terica rigu; osa, etc , sino ms
bien
el carcte1
de irrealidad ontolgica que pertenece
por pt
mcip10
a las representaciones y que define on
tolgicamente a la conciencia,
En
las
obras
de Marx
no hay fundamento para la oposic1n radical estable
cida por el Althusser de 965
entre
la ideologa y la
ciencia,
como
lo
reconoce
parcialmente el Althusser
de 1972 29
.
No es la. ciencia, sino la realidad la
que determina como ideologa'' lo que no es ella
misma: el conjunto de las representaciones de la
conciencia social real o ilusoria, inclusive las represen-
taciones cientficas 30), 83
La
tesis del
primado
del ser social sobre la conciencia
social, de
l
realidad sobre
l
representacin, de la
prctica sobre la teora, adems de la afirmacin fun
damental de l distmcin
entre
ambos rdenes implica
la
afirmacin ms
fundamental an
de
l
contmuidad
entre ambos. Es decir, que
la candencia
social es la
expresin del ser social, que la teora viene de
l
prctica y es comprensin de esa practica 31 , La
tesis de
la
continuidad
entre
la realidad
y
la represen
tacin implica a
l
vez
l
posibilidad de explicar las
formaciones ideolgicas sobre
l
base de la prctica
materhl 32)
y
la afirmacin de que las repre
sentaciones son el lenguaje de la vida real, que co
rresponde a la realidad, Esta es la tesis
fundamental
de l objetividad del
conocimiento en
el marxismo,
que liga ambas afrmaciones: la presuposicin de la
posibilidad de conocer la realidad y la afirmacin del
conocimiento del condicionamiento prctico-social
determinado
fundamentalmente por
el
contexto
de la
7/17/2019 Critica Religion Cecilia Tovar
16/28
a crtica
de
l religin
lucha de clases) de este conocimiento. En
efecto,
para
Marx,
el
problema de
si
puede atribuirse
l
pen-
samiento humano
una
verdad objetiva
no
es un pro-
blema terico, sino
un
problema prctico. Es en la
prctica
donde
el
hombre
debe
demostrar
la verdad,
es decir, la realidad y el poder, la terrenaldad e su
pensamiento.
La
disputa en torno a la realidad o
irrealidad del pensamiento, aislado de
l
prctica, es
un
problema
puramente
escolstico (33).
Los hombres reales y
actuantes,
condicionados por su
ser, por su prctica material, son los
productores
de
las representaciones, de las teoras. cientficas y filo-
sficas, de proyectos revolucionarios, de l religin, de
la moral, de las tradiciones y costumbres folklricas.
No
se trata
aqu de
un
determinismo mecnico, que
pretendera una correspondencia. simple entre
l
base
material
y las formas de la conciencia sociaL
La
materia en
el
sentido fsico o en el sentido de las
ciencias naturales
no
produce
l
conciencia soch1; es
84
claro, para Marx, que son los hombres, los jnd
1
vduos
concretos, los que producen sus representacione.o.
a
gnesis e la ideologa o de las representaciones reside
en la vida humana, en l prctica social e histrica de
los individuos vivientes y actuantes.
3
a
conciencia ilusoria y
l
conciencia real
Como toda conciencia social, la conciencia ilusoria,
falsa, o ideologa tiene una base real, expresa re-
laciones sociales reales:
Aunque
la expresin cons-
ciente de las relaciones reales sea ilusoria, aunque en
sus representaciones ponga de cabeza su realidad, ello
se debe, a su vez, a su
modo
de actividad material
limitado y a la consiguiente limitacin de sus rela-
cionis sociales (34).
Y si
en toda
la
ideologa, los
hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en
una cmara oscura, este
fenmeno
responde a su
proceso histrico de vida, como la inversin de los
objetos al proyectarse sobre la
retina
responde a su
proceso
de
vida directamente fsico (35).
La
ideo-
loga en su sentido peyorativo
no
es pues una
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Cecilia Tovar Toki Kud
elucubracin totalmente gratuita, una invencin ima
ginaria sin ninguna base real, sino un producto
histrico cuya connexin con
la
prctica social puede
explicarse cientficamente, Los trminos con que Marx
califica a la idecloga son: inversin, poner de cabeza,
tergiversacin mistificacin, ilusin, interpretacin,
abstraccin
especulacin, fraseologa, imaginacin,
fantasmagora, etc, Estas caractersticas de la deologa
se explican por tres factores fundamentales: el prime
ro
es el carcter mismo de las representaciones, de
que ya
se
ha hablado anteriormente, el segundo es la
divisin social del trabajo
y
el tercero y ms impor
tante
es su carcter de clase.
Marx y Engels repiten que las ideas, las representa
ciones, la conciencia social real o ilusoria, expresan,
traducen y reproducen la prctica social e histrica de
los individuos divididos en clases; es decir, que no
e ~ i s t e otra
prctica social que no sea la prctica de
cla e
1
cuyas representaciones son
de
alguna manera,
l
reproduccin ideal de las relaciones de clase c o t i d i ~ 85
namente vividas
por
los individuos concretos. En este
sentido, la ideologa no es inteligible smo como lug::rr
de lucha histrica enraizada en las relaciones mate-
riales de clases en conflicto. Por eso, puede decirse
que el factor fundamental de la ideologa es su ca-
rcter de clase 36). Por consiguiente, la conciencia
ilusoria o ideologa en s.entido peyorativo es funda-
. mentalmente la ideologa de la clase dominantte de
una prctica social de explotacin, alienada y alie
nante, que esta clase impone a l sociedad como
ideas universales normativas 37), Las ideas dominantes
son pues la expresin y legitimacin de l prctica de
explotacin de las clases dominantes. No se
trata
necesariamente de un engao,
ya
que por
lo
general
l propia clase dominante considera estas ideas como
independientes de la situacin real,
como
expresin de
verdades eternas, de principios supremos aplicables a
todos
. 38).
Es obvio que, histricamente considerada, la ideologa
7/17/2019 Critica Religion Cecilia Tovar
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a crtica de
l
religin
dominante, o sea,
l
conciencia social de la clase
dominante, de cada poca, refleja, traduce y expresa
la situacin, las aspiraciones, las preocupaciones, y los
intereses propios de la clase dominante.
Y
la ideologa
se
orienta en este caso a asegurar la cohesin de los
hombres en la prctica concreta de
l
explotacin de
clase. As confiere la ideologa dominante al orden
social actual
una
cierta coherencia y una unidad re
lativa; al- penetrar en las diversas esferas de la acti
vidad
humana,
cimenta
y unifica el edificio social.
Dotndolo de cierta consistencia, permite a los in
dividuos insertarse de manera natural en sus acti
vidades prcticas
dentro
del sistema vigente y parti
cipar
as
en
l
reproduccin del aparato de domina
cin, sin saber que
se
trata de
l
dominacin de
una
clase y de su propia explotacin. En este sentido, la
ideologa dominante enmascara
l
realidad de las re
laciones sociales de produccin, por lo cual las clases
dominadas desconocen
l
realidad; as, pues, l ideo
loga es
reconocimiento
(aceptacin) de lo existente,
86
desconocimiento de lo real y
engao
de los ex
plotados por los explotadores (39).
En cuanto
se
habla de la ideologa dominante, hay
que insistir en
que dominante
es
un
calificativo
dialctico
que
presupone l existencia de clases
dominadas pero resistentes , que perciben
l
realidad
de esta dominacin histrica
como
tal, que tienen una
conciencia real. Entre
l
ideologa dominante y
l
ideologa revolucionaria o conciencia real existe una
ligazn dialctica inmediata, cuya mediacin concreta
es la prctica de
l
lucha de clases. Por esa razn,
precisamente, el punto de arranque de un anlisis
concreto de la lucha ideolgica en Marx y Engels es
invariablemente la conciencia de ser explotado y la
protesta contra esta prctica de explotacin de una
clase. Son las clases explotadas, oprimidas y domina
das las que ponen en evidencia
l
mistificacin de la
ideologa unificadora de la clase dominante, por su
prctica de clase rebelde o por
su
experiencia prctica
de
una
ideologa distinta e irrepresentable en
l
ideo-
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Cecilia Tovar, Toki Kud
loga dominante. El anlisis ya clsico de Engels sobre
la ideologa protestante demuestra que todo cambio
en la esfera de la ideologa deriva en ltima instancia
de las relaciones de clase (
40
). El anlisis marxista de
la ideologa parte, entonces, de la resistencia de la
clase oprimida y
no
de la realidad de la dominacin
de una clase.
Y
all se descubre el hecho de que,
dentro de la clase popular, explotada y dominada,
existe un
secto "
efectivamente penetrado por la
ideologa dominante (por ejemplo, el arribismo, el
colaboracionismo, el trade-unionismo,
etc.,
que se
caracterizan como posiciones burguesas
en
el seno
.de
la ideologa) obrera freo te al sector que lucha resiste
conscientemente que es portador de una conciencia
real.
CONCLUSION: RELIGION E IDEOLOGIA
1 La religin como forma e conciencia social
Dentro de
la
concepcin materialista de la historia, la
religi6n es tratada como una ideologa, es decir, como
una forma de conciencia social. Esto no significa que
el anlisis marxista (la ciencia de la historia) intenta
comprender las bases materiales o reales de las re
ligiones concretas histricamente existentes, por ejem
plo, del cristianismo primitivo, o del protestantismo
del siglo
XIX
en
Alemania, estudiando las condiciones
materiales objetivas dentro de las cuales aparecen las
religiones concretas y que las hacen posibles. No se
trata, por
tanto,
de juzgar
el
contenido del mensaje
religioso en trminos de verdad o falsedad, ya que
esto no corresponde al rol de la ciencia, sino por el
contrario, de explicar l aparicin, la evolucin, la
institucionalizacin, los conflictos internos o externos,
las funciones sociales, los roles
en
la lucha de clases,
etc., de las religiones histricas determinadas, a partir
del anlisis concreto de las condiciones materiales o
sociales en que los individuos viven
y
producen. No
se
trata,
pues, de una reflexin especulativa sobre
la religin en general, considerada desde un
punto
de vista abstracto y ahistrico, ni
de
la esencia de
87
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88
a crtica e
a
rel{gin
la religin, ya que esto sera una especulacin idea
lista y no una investigacin cientfica en el terreno
histrico en donde el criterio de verificacin es la
praxis social e histrica concreta. La perspectiva de la
ciencia de la historia en cuanto a la validez ltima de
las afirmaciones de la religin concreta no es, pues, la
de un atesmo metafsico, una opcin filosfica an
terior y exterior al ejercicio de
l
ciencia "positiva",
sino
la
de lo que
se
puede llamar
un
atesmo me-
todolgico'', propio de toda ciencia, ya que las ideas
cientficas no son en s mismas ni destas ni ateas, y
que la idea de Dios
no
interviene en
l
c o m p r ~ n s i n
cientfica de la naturaleza ni de
l
sociedad (
4.1
.
De acuerdo con esto, segn l concepcin materialista
de
l
historia, la religin puede ser una forma
de
conciencia ilusoria, o una forma de conciencia social
real, y esto
se
determina
no en
abstracto, sino en el
terreno histrico concreto de
l
prctica de los in
dividuos productores de las representaciones religiosas.
2) a religin como conciencia ilusoria
pesar de que el planteamiento
~ e r i c o
de la con
cepcin materialista de
l
historia es claro, subsiste,
sin embargo, un problema en el tratamiento de la
religin, que
parece indicar que Marx mantiene en
cierta manera su problemtica de
l juventud
en
cuanto a l naturaleza de
l
"representacin religiosa".
En efecto, en muchos
textos se ve que l
religin,
para Marx, es siempre ideologa en el sentido verda
deramente peyorativo, conciencia ilusoria, una mistifi
cacin, una falsedad,
un
fetichismo, debido a que la
religin slo puede corresponder a una prctica social
defectuosa, alie lante y alienada y
nunca
a una prc
tica social real, liberadora o revolucionaria. Por con
siguiente, se afirma
l
desaparicin pura y simple de
l
religin en el momento en que exista una prctica
social liberada de las limitaciones que le impone
l
sociedad dividida en clases:
En
general, dice Marx, el
reflejo religioso del mundo real slo podr des.parecer
cuando las condiciones de trabajo y de la vida prc-
7/17/2019 Critica Religion Cecilia Tovar
21/28
tdliaTo11ar Toki ud
tica
presenten al hombre relaciones transparentes y
racionales con sus semejantes y con
l
naturaleza.
La
vid social, cuya base es l produccin material y las
relaciones que sta implica, se desprender de
la
nube
mtica que
encubre su aspecto el da en
que
se m a
nifreste en ella
l
obra de hombres libremente aso
ciados, qut acten en forma consciente y como due
ilos
de su propio movimiento social
(42),
n este sentido, l perspectiva de Marx parece no
haber
cambiado con respecto a
h.
poca del antro
pocentrimo
feuerbachiano, cuando Marx afirmaba que
la
existencia de
l
religin es la existencia de
un
defecto (43). Y, por tanto, al hablar del Estado
civil, Marx
poda
decir: afirmamos que acaban con
su limitacin religiosa tan
pronto
como dest,uyen sus
barreras temporales (
44).
De all
se
desprende la
consecuencia de que no es necesario perseguir nl
oprimir a los creyentes,
ya
que
la
religin de8apare
cer
en
una sociedad nueva en la que
no
puede exis
tir
mistificacin o fetichismo
en
ia comprensin de las
89
relaciones sociales, ya que no existir la explotacin
(45). Este tipo de afirmaciones, presentes
en
algunos
textos
del Marx de madurez, nos parecen fundarse
ms bien en las ideas de las etapas anteriores y ser
incoherentes con l concepcin materialista de k his-
toria (
46
). En efecto,
en
primer lugar, afirmar que la
religin slo puede ser ideologa en sentido peyorativo
y
que necesariamente desaparecera
en
la sociedad
comunista, seda ir ms all de lo que puede decir la
ciencia
de
la historia, sera hacer un juicio sobre la
esencia
de la religin en general y esto no cabe en
una perspectiva cientfica, ya que no est probado
que l
representacin religiosa debe necesariamente y
siempre identificarse con la representacin ilusoria
engendrada por una prctica social defectuosa, alienada
y
alienante.
Y,
en segundo lugar, este tipo de afir
maciones son incoherentes con
l
propia concepcin
materialista
de
las formas de conciencia social, que
son permanentes y existen mientras existan seres
humanos
(
4 7)
y que pueden ser reales o ilusorias.
7/17/2019 Critica Religion Cecilia Tovar
22/28
La
cntic
de
l
religion
En este sentido, afirmar q ~ e la religion es necesaria
mente ilusoria que va a desaparecer sera hacer de
la re1ig1n una excepcion entre las formas de con
ciencia social, sobre la base de un juicio sobre la
religin
en
general y en abstracto, sin los matices
propios del campo de las luchas de clases histricas.
En la perspectiva de la concepcin materialista de la
historia,
se
puede perfectamente concebir que una
cierta representacin religiosa puede ser una represen
tacin real, c o r r e s p o n d i e n t ~ a una prctica social real
y liberadora dentro de la lucha de clases.
3 Relgi n y prctica de l s masas populares
Sin embargo, no siempre el
JUcio
negativo de Marx
sobre la religin se plantea al nivel abstracto de la
esencia de la religin y en forma de pronstico.; en
vez de argumentacin histrica (48), sino
que
existe
en l atta perspectiva ms concreta, rica y coherente
con la concepci6n materialista de la historia. En efec
to, en
muchos
casos,
MaTX
si
bien afirma la desapa
90 ri.:in l la religin, no lo hace en abstracto, sno
refirindose a la practica de las masas populares.
Como es sabido, sobre
todo
a partir de la Revolucin
francesa de las ide;:::s de la Ilustracin. las iglesias
cristianas pierden su control frente a las masas obreras
de las g r ~ d e s ciudades. de manera que se habla de la
''descnstianizacion
de
stas y de
una
cierta tendencia
hacia el atesmo prctico de las clases populares en
los pases europeos inJustralmente ms desarrollados
En este contexto,
se
puede reinterpretar algunas afr
maciqnes de Marx,
por
ejemplo sta: Como ya
hemos dcho.. la evaporacin real y prctica de estas
frases, la eliminacin de estas ideas de la conciencia
de los hombres, es obra
del cambio de las circuns
tandas,
y
no
de las deducc10nes tericas, Para
la m ~
sa de los hombres; es decir, para el proletariado, estas
ideas tericas no existen no necesitan,
por
tanto,
ser eliminadas, y aunque esta masa haya podido pro-
fesar alguna vez ideas tericas de este tipo,
por
ejem
plo, ideas religiosas, hace ya mucho tiempo que las
circunstancias se
han
encargado de elmmarlas (49
,
7/17/2019 Critica Religion Cecilia Tovar
23/28
Ceclia Tovar, Toki Kudo
Este juicio de Marx
puede
ser parciaL
pueden
citarse
otros hechos d1fnentcs, pero lo que es
importante
e s
que, aqu, Marx alude a
la
prctica social e histrica
de las masas populares; segn su
concepcin
materia
lista de
la
historia, Marx tiene que apoyarse siempre,
para l verificacin de su teora, sobre la prctica de
las masas populares en nn proceso de autoliberacin,
Esta pista es la nica vlida para los marxistas
consecuentes, Es
en
la prctica social e histrica
donde
se verificar finalmente si la religin desaparece
definitivamente a si,
por el contrario, permanece
transformndose radicdmente
mientras
existan seres
humanos ,
NOTAS
1); Vase sobre todo las dos
obras
s i g u i e n t e ~ Auguste
Cornu, C ~ r l o s Mau
y
Federi-
co Engels Del if:.:,,Jismo
l
matedalismo 1listr co, . m
vals. (1955-1970),
Buenos
Aires, Edt. Platina/ Stilcograf,
1965,
703
p. la rercera
parte
no ha sido traducida en cas
tellano)- Mario Rossi, La ge
nesis del materialismo hist
rico
3 vols
(1963), Madrid,
Alberto Corazn,
19;:1.197 4
2) Luis Althusser, La revo-
lucin
terica
de Marx
(1965
), Buenos Aires, Siglo
XXI,
1 9 67:
Esta
ruptura
epistemolgica divide el pen
samiento de Marx en dos
randes perodos
esenciales: el
periodo
todav{a ideolgiro,
anterior a l ruptura de
1845,
y
el perodo
cienttfico poste
rior a l ruptura de 1845
p. 25),
3)
Aparte
de los
estudios
sintticos de Cornu y de
Rossi, ;rrriba mencionados en
la
nota
1,
puede
apoyarse en
los siguientes trabajos: E mil e
Bottigelli, Genese du socialis
me
scientifique, Pars, Editions
sociales,
1967;
Giuseppe Be
deschi, Alienazione e feticismo
nel pensiero di Marx, Bari,
Laterza, 1968; Pier Aldo
Ro
varti, Critica e scientificita in
Afarx
Milano,
Feltrinelli,
1Q73; Mkhel Henry, Marx, en
2 vols , Pars, Gallimard,
1976c
4 ) Charles Wackenheim,
La quiebra de l religion se
un Karl Marx 1963 ), Bar
celona, Ediciones Editores,
1973;
Jean
Guichard,
l
mar
xismo Teorta y p ~ c t i c a de l
revolucin 1968), Bilbao, Ed.
Descle de Brower, 1975;
Werner Post, La crtica de l
religin en Karl Marx (1969).
Barcelona Edit Herder, 1972;
Otto
Maduro, Marxismo y re
91
7/17/2019 Critica Religion Cecilia Tovar
24/28
92
ligin, Caracas, Monte Avila
Edit., 1977, 220 p.
cf pp.
35-49.
( 5
) Franz Mehring, Carlo4
Marx
Historia de su vida
(1918 , Barcelona, Grijalbo,
1953; David Riazanov, Marx
y
Engels (1923 , Buenos Aires,
Edit. Claridad, 19 33; Boris Ni-
colaievsky y Otto Maenschen
Helfen, La vida de Carlos
Marx. El hombre
y el
luclza
dor 1937), Madrid, Ayuso,
197 3; Auguste Cornu,
op.
cit.,
en nota 1; Muimilien
Rubd,
Carlos Marx. Esbozo de una
biografa intelectual
(1957),
Buenos Aires, Edit. Pados,
1970; Mario Rossi, opf_cit. en
nota 1; Emile Bottigelli, op.
cit. en nota 3; David McLe
llan, Marx y los jvenes
he-
gelianos
(
1969), Barcelona,
Edit. Martnez Roca,
1971:
Karl Lewith, De Hegel a
Nietzsche. La quiebra revolu
donaria del
pensamiento
en el
siglo XIX. Marx y Kierkegaard
(1939), Buenos Aires. Edit.
Sudamericana, 1968.
( 6) V:.se Marx/Engels, La
Sagrada Famia y otros es
critos filosficos de la primera
poca (abrev. LSF.), Mxico,
Grijalbo, 1958, 20 edicin en
1967; cf. p. 3.
(7)
Ibid.,
p. 3.
8) Sobre este punto, vase
Michel Henry, Marx, t. 1,
Pars, Gallimard, 1976, pp.
84-104.
En
este trabajo, Mi-
chel Henry plantea cuestiones
interesantes, pero ciertamente
su interpretacin de MMx en
La
crtica
de
la religin
una perspectiva fenomenol
gica deforma el pensamiento
de Marx al convertirlo en
un
obscurantismo de la ftlosofa
de la vida .
9) Marx/Engels, La
ideologa
Alemana (abrev. LIA), Mon
tevideo, Edic. Pueblos unidos,
1968, p. 272.
(10) Marx, El Capital, Buenos
Aires, Cartago, 1973,
t.
1, pp.
86-96;
t.
Ill, pp. 807-811. So
bre este tema preciso, vase
Franz Hinkelammert, Feti
chismo
de
l mercanca, del
dine,ro y del capital (la crtica
marxista
de
la religin) , en
Cuadernos de l Realidad Na
cional (Santiago de Chile), no
9, agosto de 1971, pp. 3-28;
tambin Pablo Richard, El
significado histrico
de
la
fe
cristiana en l praxis revolu
cionaria en Cuadernos de
la
Realidad Nacional, n,o 17,
1973,
pp.
l0-185.
(11)
El
Capital, t. 1, p. 92;
cf. Marx,
Elementos
funda
menta ies para
l
crtica de la
economa poltica borrador)
1857-1858, abrev. Grundrisse),
Madrid, Siglo XXI,
1972,
t.
1,
p. 168.
(12) Marx,
El
comunismo
del
peridico Rheinischer
Beobachter (1847), en Marx
Engels,
Sobre
l
religin,
edi
cin
preparada
por Hugo
Assmann y Reyes Mate,
Sa
lamanca, Edic. Sgueme, 1974
(abrev.
Assmann/Mate), pp.
178-179.
(13) Antoine Lion, Karl
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25/28
Ce.c:ilia
Tovar,
Toki
ud
Marx
et
le communisme chr
tien''
en la
Lettre
(Pans ,
no
222, fvrier 1977, p, L 7,
(14) Sobre el contexto
h i s t ~
rico,
vase Henri Desroche,
Socialismes
et
sociologie reli-
gieuse,
Paris, Cujas, 1965, pp.
2S9-319;
Marx, La circular
contra Kriege,
en Karl Marx,
Sulla Religione, a cura 'di
Ludano
Parinetto, tvtilano,
Sapere Edizione, 1971, p.
323.
( 15) LIA; en la edicin casze
llana, el texto
se interrumpe
en la pigina 46 ya que es la
traduccin de MEW, vol. 3;
el
descubrimiento de algunas p
ginas en 1962 permite a la
edicin francesa
r e ~ s t b l e c e r
el texto
en donde se halla
nuestra citacin. Vase Marx/
Engels, L idologie allemande,
Paris, Editions sociales, 1968,
p.
75,
(16) LIA, pp 50-51.
(17) LV\, pp.
5 2 ~ 5 3
Marx
habla
aqu
de
la
clase
bur
guesa" en tanto que clase
"revolucionaria", como la p r ~
te ms dinmica de las clases
oprimidas de
la
poca: la b u r ~
guesa naciente era una clase
dominada y, por tanto, una
parte de las clases "popula
res".
.(18) LIA, p. 82.
(19)
Sobre este tema
clona aqu algunos
consultados para el
es tud io
Gyorgy
(1923), Karl Korsch
se m n ~
trabajos
presente
Lukcs
(1923),
Franz Jakubowsky 11936);
Katl
Mannheim (1929),
Theodor Geiger (1953), Hans
Barth
l945
), Joseph Gabel
(1962) ,
Louis Althusser
(
1965
),
George
Lichtheim
119 67\, Thom2s Herbert
{1968),. Franz Hinkelhammert,
(19 0), Ludovico Silva (1971),
Dan d Vidal (1971 } Nguyen
Ngoc Vu (1975 , Orto
Ma
duro ( 1977
,
etc.
(20) LIA, p. 27.
(21) LIA,
P
40.
(22) LL\
p.
33.
(23) "Prefacio'' de la on
tribucin a
la
crtica
de a
economia ppoltica (1859) en
Ma.rx/Engels, Obras escogidas,
en un solo volumen, Mosc,
Progreso,
sin
fecha, p. 182.
Este texto, al que, por su
da
ridad, se recurre tanto, no
debe ser tomado como la
maxlma formulaci11 de la
concepcin materialista de la
lstoria, sino como
una
indi
cacin
amplia
y abstracta,
dado el nivel de
extrema
ge-
neralidad en que
se
sita, y
que debe ceder el p:.so al
anli.ris concreto de situaciones
concretas.
(24) LIA,
p.
40.
(25)
Entre
1844
y
1845,
es
cribe Hans Barth, durante su
exilio en Pars, Marx copi
partes de los elementos de
ideologa
(cf. MEGA, III, pp.
560 ss. . Marx conoca muy
bien el cambio en ei s i g n i f i ~
cado de la palabra ideologa,
93
7/17/2019 Critica Religion Cecilia Tovar
26/28
94
segn el cual, despus de ha
ber designado con ella una
disciplina filosfico-cientfica,
se haba convertido en una
expreSlon peyorativa, dirigida
contra
crticas teorizantes
po-
Uticamente molestas. Tambin
en Marx
es
palabra conserv
el sentido peyorativo y des
deoso que
le
haba dado
Napolen (Hans
Barth,
Ver
dad e ltleologtt Mxico,
FCE,
1951, p 78). En efecto, en
1802,
Antoine
Destutt de
Tracy empieza
a publicar
le-
lne l l to de i elogtl en cuatro
volmenes; el trmino iJco-
logfa
es
creado
por
l con l
i n t e n c ~ r t de sealar una nue
va
disciplina filosfica dest..
nada a desempearse como el
fundamento_ de todas las cien
cias. En esta perspectiva,
la
ideologa sera la ciencia de
las ideas, de sus leyes, de su
relacin con los signos que
las
representan
y,
sobre todo, de
su origen
y
evolucin. Ms
tarde, dentro del proyecto de
rgimen autocrtico del empe
rador, Napolen usa el voca
blo
ideologa
en
sentido
peyorativo. En su discurso al
Consejo de Estado el 12 de
junio de 1812, el emperador
habra dicho: Todas las des
gracias de nue.stra bella Fran
cia hay que atribuirlas a la
ideologa, esta tenebrosa meta-.
fsica que buscando sutilmente
las
causas primeras quiere
fun
dar sobre estas bases, la legis
lacin de los pueblos, en lu
gar de hacer surgir las leyes
del conocirnien to del corazn
humano y de las lecciones de
la historia < Con esto, Napo
len pretende manifestar des-
La crtica de
l
religin
precio hacia todos aquellos
que asumen
una
actitud te
rica que no corresponde a la
realidad ni a sus e x i g ~ c i a s
concretas
y,
por
tanto, no le
ofrecen
ninguna
alternativa
factible. Sin embargo, mud10
ms 1e explica l actitud del
emperador puesto
que
estos
idelogos no slo no ofre
can una alternatt-' sodo-poJ
tica CORcreta,
sino
que,
aga y
Verdad (1953), Buenos Aires,
Amorrortu Ett
1972,
PP
1328; Carto
Mon8ardini.
Storia
del
concetto
di
ideol
gia,
Roma,
Mario Bulzoni,
1968; Ludorico
Silva, Teor
y
prctica
de l
i d e o l v g < ~
Mxico, Nuestro Tiempo,
1971.
(26) LIA,
p.
677, nota 6.
(27) En este
sentido, es
cier
to
que Marx rechaza
f
teora
del conocimiento como
,tis
cusin sobre k posibilidad tlel
conocimiento, propia del idea
lismo. Para Marx, la pregunta
no
es si es o no DOsible co
nocer l realidad, c ~ m o
Hegd,
en su Introduccin
de
l
Fenomenologa del
Espritu
Mxico, FCE, pp.
Sl-54.
(28) Vase Marx,
Gmtribu-
cin (1859), en Marx/Engels,
Obras Escogidas en
un
solo
tomo,
p. 182;
LIA, pp.
26-27; LlA, la
edici(m
france
sa, p. 51,
nota
1; Grundrisse,
7/17/2019 Critica Religion Cecilia Tovar
27/28
Cecilia Tovar,
Toki
Kud
t . 1, pp. 21-22.
(29) Louis Althusser,
El
-
mtm ts d 'autocritique, Pars,
Hachette,
1974,
pp.
41-53;
Paul
Ricoeur,
"Science
et
ldologie en R.ctue plriloso-
phique de Louvain, mai 1974,
pp. 328-356.
(30) Vase Michel Henry,
Marx, t. I, pp. 372-373.
{31) LIA, pp. 25-26.
(32) LIA, p. 40 .
(33) Marx,
Tesis sobre Fetter -
balt Tesis 2,
en
UA,
p.
666;
(34) LIA, p.. 677,
nota
6.
{35) LIA,
p.
26.
(36) Vase Alain Badiou y
F r a n ~ i s Balmes, De l'idoloJ -
git>
Pars, Maspcro, 1976. Marx
y Engels decan
ya
en El
Ma-
nifiesto comunista
de
1848:
'"Las concepciones tericas de
los comunistas ( . ) no son
sino
l
expresin general de
as condiciones reales de una
lucha de clases existente, en
un
movimiento histrico que
se
desarrolla
ante
nuestros
ojos
{en
Obras
E s c o ~ i d a s en
un solo tomo, pp. 43-44).
(37) LIA, pp. 50-51.
.38)
LIA, p.
52 y
p. 677,
nota 10.
(39) LIA, p. 45-46.
(40) Vase Engels,
La
guerra
campesina,
escrito en 1850
(Buenos Aires, Edit. Claridad,
1971 ), en donde inspirndose
del libro de Zirnmermann,
Engcls analiza la correlacin
de fuerzas: entre la teologa
dominante, o sea, la religin
catlica con la posicin de
clases
principalmente arist
cratica,
o
religin de Lutero
con
l
alianza entre la burgue
sa
de
l s ciudades y los
prncipes y seores feudales
regioualistai, y l religin de
Milnzer
y
l
clase
plebeya de
ciudad y
campo,
H) Vase sobre este
punto,
Maree Reding,
Der politisclte
Atl1eismus G r a z W i e n K o l n ~
Styria Verlag, 1957; Helmut
Gollwitzer, Critica marxista de
la
religin y fe cristiana
(
1963
),
Madrid/Barcelona,
Marova/fontanella, 1971; Wer
ner
Post,
La crtica. de
la
religin en Karl Marx (1969),
Barcelona, Edit. Herder, 1972.
(42)
El
Capital, t. f,
c a ~ . 1,
pp. 92-93.
(43)
Marx,
La
cuestin
ju
da (1843) en LSF, p. 21.
(44) Jbid.
(45) LIA, pp. 180-181.
(46) Marx dice que en cuan
to
a
su
concepcin materialis
ta de la hi.storia, no se trata
de buscar
una
categora en
cada perodo, como hace la
concepcin idealista de la his
toria, sino
de
mantenerse
siempre sobre el terreno
his
trico re(ll., de no explicar la
prctica partiendo de la idea,
95
7/17/2019 Critica Religion Cecilia Tovar
28/28
96
de explicar las formaciones
ideolgicas
sobre
la base de
la
prctica
material
LIA, p
40).
47)
LIA,
31.
a crtica de
l
religin
4il
Wemer Post, p
pp 3 5 314
49) LlA, p 43.
cit