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DIALECTOS DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA: COLOMBIA Y VENEZUELA
Rafael Orozco y Manuel Díaz-Campos
1. INTRODUCCIÓN
Colombia y Venezuela se encuentran en el extremo septentrional de Suramérica. Además
de colindar geográficamente, comparten un pasado histórico y cultural que se manifiesta
particularmente en la tradición lingüística de las zonas fronterizas. A pesar de que el
castellano es el idioma dominante, ambos países son multilingües y multiculturales y en
ellos sobreviven numerosos pueblos indígenas con sus lenguas autóctonas. El Atlas
sociolingüístico de los pueblos indígenas en América Latina calcula la existencia de 83
pueblos indígenas en Colombia y 37 en Venezuela (véase Díaz-Campos 2014: 181). Estos
países tienen múltiples similitudes lingüísticas entre las variedades de las regiones
costeras, las cuales comparten principalmente características fonológicas. En contraste, se
observan diferencias en otras áreas particularmente entre las variedades habladas en las
regiones andinas. Nos ocuparemos inicialmente de los principales rasgos lingüísticos
generales encontrados en Colombia y luego de los correspondientes a Venezuela.
2. COLOMBIA
Con una población de 47.695.550 habitantes, la República de Colombia constituye el país
con el mayor número de hablantes de castellano en Suramérica y el tercero en el mundo.
La situación lingüística de Colombia ha sido caracterizada como una de multilingüismo,
dividida en cuatro segmentos: el español—la lengua nacional—aproximadamente setenta
lenguas indígenas, rom, lengua hablada por gitanos esparcidos por el territorio colombiano
R. Orozco & M. Díaz Campos 2
y dos lenguas criollas: palenquero, hablada en San Basilio de Palenque y el criollo
sanandresano hablado en el archipiélago de San Andrés y Providencia (Patiño Rosselli
1991; Rodríguez Cadena 2008; http://www.lenguasdecolombia.gov.co). También se usa en
la comunidad sorda la lengua de señas colombiana reconocida oficialmente en 1996
(http://fenascol.org.co). Tal como se aprecia a lo largo y ancho de Latinoamérica, el
castellano colombiano refleja influencias indígenas y africanas (Zamora & Guitart 1982).
El influjo africano, mucho más intenso en las regiones costeras, es particularmente notable
en San Basilio de Palenque (Schwegler & Morton 2003; Lipski 2012) y en la costa
pacífica, específicamente en el departamento de Chocó (Correa 2012; Montes 1974).
Colombia es una de las naciones latinoamericanas más estudiadas en lo que respecta a su
dialectología (Lipski 1994: 204). El español colombiano ha sido clasificado en dos
macrodialectos: costeño y cachaco o andino. Esta clasificación concurre con las
principales distinciones hechas popularmente en Colombia donde para los costeños todos
los que provienen del interior son indiscriminadamente considerados cachacos, y para los
del interior todos los que provienen de la costa son generalmente considerados costeños sin
distinción alguna. Además, la clasificación macrodialectal colombiana se basa
primordialmente en patrones geográficos (Flórez 1961; Montes 1982), demográficos y
culturales que han sido corroborados en el Atlas lingüístico-etnográfico de Colombia
(ALEC) y encajan dentro de las clasificaciones dialectales del castellano latinoamericano
(Henríquez Ureña 1921, Lipski 1994: 6, Quesada 2000: 154, Zamora & Guitart 1982: 178-
180). En el macrodialecto costeño—subdividido en Caribe y Pacífico (Montes 1982)—se
observan las principales características fonológicas del castellano de las tierras bajas
latinoamericanas y peninsulares (cf. Henríquez Ureña 1921; Lipski 1994: 6; Zamora &
Guitart 1982, entre otros). El macrodialecto andino, correspondiente al interior del país, es
hablado por la gran mayoría (77%) de los Colombianos y está dividido en seis variedades
principales: cundiboyacense—correspondiente a la meseta central andina—, antioqueño—
situado entre el sur de la costa atlántica y el este de la pacífica—, nariñense-caucano—
suroeste de Colombia colindando con Ecuador—, santandereano—sureste de la costa
atlántica y zona limítrofe con Venezuela—, tolimense—suroeste de la zona
cundiboyacense— y las variedades llaneras. La variedad cundiboyacense incluye a Bogotá
Colombia y Venezuela 3
y tiene aproximadamente 11.7 millones de hablantes correspondientes a un cuarto de la
población nacional quienes se congregan en 4% del territorio. Esta variedad,
particularmente el habla bogotana, ha sido tradicionalmente objeto de numerosos estudios
lingüísticos iniciados con la obra de Rufino José Cuervo titulada Apuntaciones críticas del
lenguaje bogotano publicada en 1872. En contraste, las variedades llaneras tienen
aproximadamente 2.7 millones de hablantes (6% de la población nacional) muchos de los
cuales son indígenas multilingües (Mahecha 2011; Rodríguez Cadena 2008). Estos se
encuentran esparcidos por 657.735 km2 (58% del territorio) compuestos por tierras
principalmente selváticas y escasamente pobladas que abarcan diez departamentos e
incluyen la Amazonia y la Orinoquia, dos de las cinco regiones naturales colombianas. Las
variedades llaneras constituyen las menos estudiadas del español colombiano, lo cual se
refleja en el ALEC, que incluye poca información sobre su vasta extensión territorial.
Las variedades colombianas también participan en los procesos de variación y cambio
latente que operan en el español contemporáneo. Por lo tanto, los fenómenos discutidos a
continuación no son exclusivos de Colombia sino que constituyen instancias
representativas de los diversos continuos evolutivos encontrados a lo largo y ancho del
mundo hispánico. Luego de describir las características fonético-fonológicas, se discuten
las morfosintácticas. Seguidamente nos ocupamos del léxico y de los aspectos
sociolingüísticos más sobresalientes.
Las diferencias más notables entre los dos macrodialectos colombianos se basan en sus
rasgos fonéticos y fonológicos que, en su mayor parte, surgen de la realización superficial
variable de [d, s, n, l, ɾ] en posición de coda silábica. Específicamente, la pronunciación
variable de /s/ postvocálica, la cual conlleva diversas implicaciones sociolingüísticas, se
considera la mayor distinción entre ellos (Flórez 1961, Lipski 1994, Montes 1982, Quesada
2000). En las variedades andinas la consistente articulación de /s/ como una sibilante
constituye un marcador de prestigio. Por otra parte, en la fonología del macrodialecto
costeño se aprecian el debilitamiento, la aspiración y elisión total de la /s/ en posición de
coda silábica, fenómeno característico del castellano andaluz y de las tierras bajas
americanas (Becerra 1985; Cury 2000; Granda 1977; Lafford 1986; Montes 1982: 35-36).
En efecto, los hablantes costeños consistentemente producen la secuencia seis pesos con
R. Orozco & M. Díaz Campos 4
aspiración de la /s/ final como ['sei h.'pe.soh] y con su elisión total como ['sei.'pe.so]. En
contraste con lo que ocurre en la región andina, la elisión de la /s/ goza de prestigio
encubierto en las regiones costeras. Otro fenómeno correspondiente a la articulación de /s/
consiste en su reducción en posición prenuclear (inicial de sílaba) e intervocálica (Brown
& Brown 2012; Cuervo 1939; Flórez 1973; Montes 1996), con la consiguiente
pronunciación de señora como [xe.'ɲo.ɾa] y nosotros como [no.'xo.tros]. Aunque esta
reducción de la /s/ al principio de sílaba ocurre a lo largo y ancho del territorio
colombiano, en la zona andina es más frecuente que en otras regiones del país. Este
fenómeno, a pesar de constituir un caso excepcional (Lipski 1994: 209), ha pasado
relativamente desapercibido en los estudios sociolingüísticos (Brown & Brown 2012: 90).
Otra instancia de pronunciación variable ocurre con las líquidas (r, ɾ, l). Mientras que /r/ se
produce uniformemente como una vibrante múltiple al inicio de sílaba, la vibrante simple
/ɾ/ se relaja o elimina de manera consistente al final de palabra, especialmente en las
regiones costeras, tal como ocurre a través del Caribe y en Chile (Lipski 1994). La elisión
de /-ɾ/ es especialmente frecuente en el habla vernácula e informal (Rodríguez Cadena
2011) y tiene paralelos en otras lenguas romances, notablemente con el portugués y el
francés. En español /-ɾ/ > [ø] ocurre ante todo en los infinitivos; por ejemplo, salir se
produce frecuentemente como [sa.'li]. Igual que en Cuba, en la parte sur de la costa Caribe,
incluyendo a la ciudad portuaria de Cartagena, los fonemas líquidos preconsonánticos
sufren varios procesos de transformación fonético-fonológica. Estos incluyen su
velarización y glotalización cuya realización superficial resulta en la geminación de la
consonante siguiente, siendo este último fenómeno el más frecuente. A consecuencia de
esto, por ejemplo, el sintagma Alberto el turco puede pronunciarse con velarización como
[ag.'beg.to.eg.'tug.ko], con glotalización como [aɁ.'beɁ.to.eɁ.'tuɁ.ko], e incluso
[ab.'bet.to,et.'tuk.ko] cuando hay geminación. La debilitación de codas líquidas
preconsonánticas se haya circunscrita principalmente al sur de la región caribeña. Por
consiguiente, no es propia del habla de Barranquilla o del resto de la parte septentrional del
Caribe colombiano, constituyendo tal vez la mayor diferencia entre el habla del norte y del
sur de esa región (Orozco 2009).
Colombia y Venezuela 5
En Colombia también se encuentran los fenómenos articulatorios mencionados a
continuación. El yeísmo se ha generalizado en todas las variedades del español colombiano
(Espejo Olaya 2013) y se han establecido varios alófonos de éste, siendo más frecuente en
la región Caribe su articulación debilitada (Rodríguez Cadena 2013). Al igual que en otras
variedades latinoamericanas, a través de Colombia la /d/ intervocálica es frecuente elidida,
especialmente en el caso de los participios pasados verbales terminados en –ado e -ido.
Además, tal como ocurre con la /-s/ y la /-ɾ/, la /-d/ también sufre elisión en posición de
coda silábica, especialmente al final de palabra; por ejemplo, pared frecuentemente se
realiza como [pa.'ɾe]. La velarización de /w/ puede resultar en la pronunciación de la
palabra marihuana como [ma.ɾi.'Ɣu a.na] y abuela produciéndose como [a.'Ɣu e.la]. Por su
parte, la pronunciación de los fonos vocálicos no presenta marcadas diferencias regionales.
La variable diptongación de hiatos observable en maíz [ma.'is] > ['mais] y petróleo
[pe.'tɾo.le.o] > [pe.'tɾo.ljo] constituye un fenómeno documentado en Colombia (Garrido
2007, 2014). Las características articulatorias más sobresalientes del español colombiano
se resumen en la Tabla 1.
Tabla 1: Características fonético-fonológicas sobresalientes del español colombiano
Rasgo Ejemplo(s) Variedad(es)
Aspiración y elisión de /s/
en posición de coda
silábica
['sei h.'pe.soh]
['sei .'pe.so]
Regiones costeras
Aspiración de /s/ en
posición prenuclear e
intervocálica
[se.'ɲo.ɾa] > [xe.'ɲo.ɾa]
[no.'so.tros] > [no.'xo.tros]
Todas
Elisión de /ɾ/ al final de
palabra
[sa.'liɾ] > [sa.'li] Regiones costeras
Velarización, glotalización
y geminación de líquidas
Alberto el turco >
[ag.'beg.to.eg.'tug.ko]
Sur de la costa Caribe
R. Orozco & M. Díaz Campos 6
(/ɾ/ y /l/) [aɁ.'beɁ.to.eɁ.'tuɁ.ko]
[ab.'bet.to,et.'tuk.ko]
Yeísmo ['ka.o] para cayo y callo Todas
Elisión de /d/ intervocálica amarrado > [a.ma.'ra.o] Todas
Elisión de coda /d/ pared > [pa.'ɾe] Todas
Velarización de /w/ marihuana >
[ma.ɾi.'Ɣua.na]
Todas
Diptongación de hiatos petróleo > [pe.'tɾo.ljo] Todas
Morfosintácticamente, el castellano colombiano se caracteriza por su relativa uniformidad
(Orozco 2004: 39). Por ejemplo, la expresión de futuridad se ajusta a lo que ocurre a lo
largo y ancho del mundo hispánico expresándose por medio de una variable lingüística
tripartita en la cual predomina el futuro perifrástico (voy a cantar). Se usa el presente de
indicativo (canto mañana) como una frecuente alternativa mientras que el futuro
morfológico (cantaré) registra un uso bastante reducido como marcador de futuridad. A
consecuencia de esto, la variante morfológica ha pasado a usarse preferentemente con
valor modal y aspectual (Montes 1962; Orozco 2005, 2007). En la expresión del posesivo
nominal también se emplea una variable lingüística tripartita en la cual alternan los
adjetivos posesivos (voy con mis amigos), los artículos definidos (voy con los amigos) y las
perífrasis posesivas (voy con los amigos míos). La forma perifrástica constituye una
innovación que ocurre con más frecuencia en la variedad costeña (Orozco 2010).
El uso de los pronombres de segunda persona singular con sus intrínsecas repercusiones
pragmáticas relacionadas con las formas de tratamiento—incluyendo el excepcional uso de
cuatro de ellas—constituye la variable morfosintáctica más sobresaliente en Colombia
(Lipski 1994:213). El ustedeo ha imperado tradicionalmente en la región andina, donde
recientemente ha empezado a incursionar el tuteo; en la costa pacífica prevalece el voseo
con un uso reducido del tuteo. Al igual que en el resto del Caribe hispánico, en la región
caribeña domina el tuteo, el cual ha empezado a expandirse a contextos en los que
Colombia y Venezuela 7
tradicionalmente se ha usado el ustedeo (Orozco 2009). Similarmente a lo que ocurre en
Costa Rica y El Salvador, en el departamento de Antioquia, cuya variedad se conoce
popularmente como paisa, existe un sistema tripartito. Además de usar tú, vos, y usted, hay
hablantes que exhiben un uso mixto, empleando más de uno de estos pronombres al
interactuar con un mismo interlocutor. A pesar del dominio del ustedeo, el voseo es común
en contextos de solidaridad e intimidad, especialmente entre los jóvenes (Millán 2014).
Otra forma de tratamiento que ocurre primordialmente en la variedad cundiboyacense es su
merced, la cual—al combinarse frecuentemente con usted—tiene connotaciones formales.
El uso variable de los pronombres personales de sujeto en Colombia concuerda con lo que
ocurre a través del mundo hispanohablante con una mayor frecuencia de sujetos expresos
en la variedad costeña que en la andina (Hurtado 2005; Orozco 2009). Otro fenómeno
morfosintáctico que ocurre en Colombia es la pluralización del verbo haber (Kany
1951:213-215). Sin embargo, este aún no ha sido objeto de investigaciones
sociolingüísticas.
Tabla 2: Características morfosintácticas sobresalientes del español colombiano
Rasgo Ejemplo(s) Variedad(es)
Predominio del futuro
perifrástico
Voy a cantar esta semana. Todas
Alternancia de adjetivos
posesivos con perífrasis
posesivas
mis amigos ~ los amigos míos Todas
Ustedeo (Usted) está contento Andina
Tuteo (Tú) estás contento Predomina en la
variedad costeña y se
usa en menor escala en
la variedad andina.
R. Orozco & M. Díaz Campos 8
Voseo (Vos) estás contento Costeña pacífica,
Antioquia
Su merced como
pronombre de segunda
persona singular
Su merced está contento Cundiboyacense
Ser enfático o focalizador (Nosotros) estamos es
sorprendidos
Todas
Reduplicación redundante
de los pronombres átonos
de objeto indirecto
Juan dijo que él me lo iba a
traérmelo
Habla vernácula
costeña
Terminaciones en –nos
para la primera persona
plural.
(Nosotros) íbanos pa la casa. Habla vernácula
costeña
Pluralización del verbo
haber
Hubieron muchos favorecidos. Todas
La expresión del pasado, al igual que en el resto del castellano americano, se marca
mediante cinco tiempos verbales en el modo indicativo: pretérito (hablé), pretérito perfecto
(he hablado), pretérito imperfecto (hablaba), pretérito pluscuamperfecto (había hablado) y
pretérito anterior (hube hablado) (Seco 1996: 267-269). Entre estos se usa
preferencialmente el pretérito y el imperfecto y en mucha menor escala el pretérito
perfecto. Es notable en el habla vernácula costeña el uso de la forma de la tercera persona
singular ha en el pretérito perfecto para la primera persona singular resultando en casos
como Yo lo ha visto antes. El ser enfático o focalizador (estamos es sorprendidos)
constituye una construcción característica del español colombiano que ocurre en todas sus
variedades (Curnow & Travis 2004; Méndez Vallejo 2012; Montes 1996). La
reduplicación redundante de los pronombres átonos de objeto indirecto es usual entre los
hablantes costeños de clase obrera. Este fenómeno es similar a una construcción que ocurre
Colombia y Venezuela 9
en el castellano chileno y resulta en casos como El amigo mío dijo que él me lo iba a
traérmelo (Silva-Corvalán 1981). Otro fenómeno morfológico observado en el habla
vernácula costeña es la variación entre -mos y nos en las terminaciones verbales de primera
persona plural; por ejemplo la pronunciación de íbamos como íbanos. Este fenómeno
también ha sido documentado en otras partes del Caribe, en Costa Rica y en el habla de la
clase obrera venezolana (Bentivoglio & Sedano 1992; Arthur & Díaz-Campos 2012,
Quesada 2000: 101). En la Tabla 2 se resumen las principales características
morfosintácticas del español colombiano.
El léxico colombiano, como ocurre en las otras variedades del castellano americano,
contiene innumerables palabras de origen indígena las cuales se encuentran en todos los
niveles léxicos. Estas incluyen topónimos (Boyacá, Cundinamarca, Guaviare, Tolima,
Vichada), palabras correspondiente a la fauna (curí ‘conejillo de Indias’, mico ‘mono,
antropoide’, morrocoy ‘variedad de tortuga terrestre’, pisco ‘pavo común’, sinsonte ‘pájaro
canoro’), la flora (achiote ‘planta usada como condimento,’ arracacha ‘variedad de yuca’,
curuba ‘fruta comestible’, pitahaya ‘planta cactácea’, zapote ‘árbol frutal y su fruta’),
alimentos y bebidas (carantanta ‘tipo de sopa de maíz’, changua ‘sopa o caldo’, chicha
‘bebida fermentada de maíz, refresco’, guarapo ‘bebida de caña de azúcar’, mute o mote
‘tipo de sopa de diversos productos farináceos’) y muchas otras clasificaciones léxicas. La
presencia de indigenismos ha contribuido a las abundantes diferencias lexicales regionales,
ampliamente documentadas en el ALEC (1981-1983) y en muchos otros trabajos. Véase,
por ejemplo, León (1955), quien se ocupa del habla del departamento de Cundinamarca;
Sánchez (1958), del departamento de Santander; Vélez (1998), del departamento de
Antioquia y regiones adyacentes y Cury (2000), del habla costeña.
Estas diferencias léxicas, al combinarse con las fonológicas o articulatorias descritas
anteriormente, parecen ser la fuente principal de las diferencias dialectales del castellano
colombiano. Mientras que las influencias indígenas y africanas son más fuertes en el léxico
costeño, como lo afirma Lipski, “el léxico de la región andina colombiana se deriva en
gran parte de palabras provenientes del castellano peninsular” (1994: 216). El léxico
colombiano, también incluye innumerables extranjerismos, los cuales son
R. Orozco & M. Díaz Campos 10
mayoritariamente anglicismos provenientes del inglés estadounidense. Como sucede
internacionalmente, la incorporación de voces extranjeras es más frecuente en el
vocabulario deportivo, científico y tecnológico.
Colombia y Venezuela, como el resto del mundo hispánico, están sujetos a la percepción
popular que le otorga mayor prestigio al habla urbana a expensas del habla de las áreas
rurales. Este hecho tiene que ver con la ubicación de los centros de poder social y político
en las grandes ciudades. Este es el caso tanto de Bogotá como de Caracas.
Internacionalmente el castellano de la región andina colombiana es popularmente evaluado
positivamente por considerarse muy semejante al hablado en el centro y norte de la
Península Ibérica (Arango Cano 1994:40). Dentro del territorio colombiano, el habla de
Bogotá goza de prestigio, esta percepción se relaciona con el hecho de que Bogotá es el
centro de poder político y económico del país y es la ciudad donde reside la mayoría de la
élite colombiana. Los estudios sociolingüísticos variacionistas del español colombiano
empiezan a desarrollarse en el siglo XXI (File-Muriel 2007; Hurtado 2001, 2005; Orozco
2004, 2007, 2009, 2010; Rodríguez Cadena 2011, 2013; Travis 2005a, 2005b) y algunos
de ellos (Hurtado 2001, 2005; Orozco 2004, 2007) se ocupan de hablantes colombianos
residentes en los EEUU. Se espera que con el transcurrir de este siglo siga aumentando
nuestro conocimiento de los fenómenos sociolingüísticos que imperan en Colombia.
3. VENEZUELA
Venezuela, ubicado al norte de Suramérica, limita al oeste con Colombia, al este con
Guyana, al sur con Brasil y al norte con el mar Caribe. La población de Venezuela
comprende aproximadamente 29.100.000 habitantes. Al igual que Colombia, como se
mencionara en la introducción, Venezuela se puede considerar un país multicultural y
lingüísticamente diverso. Para 1998, se documentaba que había 320.000 pobladores
indígenas localizados en los estados Amazonas, Anzoátegui, Apure, Bolívar, Delta
Colombia y Venezuela 11
Amacuro, Monagas y Zulia (Mattei Muller 1998). Los estados Amazonas y Bolívar están
al sur del país. Anzoátegui, Monagas y Delta Amacuro se encuentran al este del país.
Apure está al sur oeste y Zulia al noroeste en la frontera con Colombia. Entre las lenguas
indígenas habladas en Venezuela, Álvarez (1992: 19) señala que las variedades con grupos
más numerosos de hablantes son las siguientes: wayú (52.000), warao (19.500), pemón
(11.000) y yanomami (9.700). Álvarez describe que la situación de estas lenguas con
respecto al español es de diglosia, pues existe una distribución estable de uso del español
en contextos educativos, legales y formales; mientras que las lenguas indígenas se emplean
en contextos familiares y comunitarios. Lamentablemente, no hay trabajos recientes que
provean datos sobre esta materia.
En términos de una división que refleje las diferencias dialectales dentro de Venezuela,
Obediente (1992, 1998) y Sedano (1998: 6) proponen dos áreas: la de las tierras bajas
consistente con el español caribeño que abarca la mayor parte del país y la de las tierras
altas que describiría la zona andina venezolana. En la primera parte de este ensayo se hace
una descripción breve de los rasgos fonético-fonológicos más prominentes del español
venezolano. En la segunda parte se presenta una descripción de los fenómenos
morfosintácticos más sobresalientes y, finalmente, se presenta una breve caracterización
del léxico.
Tabla 3: Rasgos fonético-fonológicos del español de Venezuela (según Obediente 1998)
Rasgo Ejemplo Región
Alzamiento y diptongación
de vocales medias
[gol'pjando] en lugar de
[gol'peando] golpeando
En todo el país
Seseo [distin'sjon] distinción En todo el país
Yeísmo ['aa] para haya y halla En todo el país
Elisión de la /d/
intervocálica y de la /d/
[pes'kao] en lugar de
[pes'kao] pescado; [siu'a]
Tierras bajas
R. Orozco & M. Díaz Campos 12
final de palabra en lugar de [siu'a] ciudad
Posteriorización de /p b t d/
en posición final de sílaba ['akto] en lugar de ['ato]
apto
En todo el país
Lenición de /t/ [mu'ao] en lugar de
[mu'tato]
Zonas urbanas
Producción bilabial de /f/ ['ϕuma] en lugar de ['fuma]
fuma
Zona central, los Andes y
los Llanos
Producción de [s ] ápico-
alveolar
['s ana] sana Zonas rurales de los Andes
Producción de [s ] dental
semejante a []
[s i] sí Oriente del país, Falcón,
Llanos y Puerto Cabello
Aspiración de /s/ en
posición inicial de sílaba
[he’ɲoɾ] en lugar de
[se’ɲoɾ] señor
Zonas rurales del país
Aspiración y elisión de la
/s/ final de sílaba
[ka’ɾakah] o [ka’ɾaka] en
lugar de [ka’ɾakas] Caracas
Tierras bajas y zona andina
Velarización de nasales en
posición final de sílaba
[paŋ] en lugar de [pan] pan Tierras bajas
Asibilación de la /r/
múltiple
['kar o] en lugar de ['karo]
carro
Zona andina
Elisión de // final de
sílaba
[ko'me] en lugar de
[ko'me]
Tierras bajas
Neutralización de // y /l/ ['tolta] en lugar de [tota] Tierras bajas
Colombia y Venezuela 13
Los fenómenos que se describen en la Tabla 1 no son necesariamente únicos al español de
Venezuela. Una buena cantidad de ellos son ampliamente usados en otras áreas de la
América Latina y España (e.g., yeísmo, seseo, la elisión de la /d/ intervocálica, etc.). Como
se ha mencionado la mayor parte del país se caracteriza por pertenecer a la zona caribeña
y, en este sentido, los rasgos mencionados han sido documentados en las Antillas, regiones
costeras de Colombia y Panamá (e.g., Aspiración y elisión de la /s/ final de sílaba,
neutralización de // y /l/, velarización de nasales en posición final de sílaba, lenición de
/t/). El hecho de que Caracas, la capital del país, sea el centro de poder político,
económico y social influye en la percepción de que el dialecto caraqueño constituye la
variedad a la que se atribuye mayor prestigio. Caracas se caracteriza por poseer muchos de
los rasgos lingüísticos típicos del Caribe hispánico. En cuanto a fenómenos particulares y
de ocurrencia más limitada en términos geográficos, cabe destacar la producción de una
[s ] con cualidades de ápico-alveolar documentada en la zona andina. Autores como Lipski
(1994) y Obediente (1998) describen esta sibilante como similar a la variante que se
escucha en el centro-norte de España. De igual forma, la ocurrencia de la producción de
una [s ] dental semejante a [] se documenta en la zona oriental del país. Este fenómeno no
ha sido investigado y no existen datos, pero basado en impresiones a través del contacto
con hablantes de estas áreas se pueden sugerir semejanzas con las producciones que se
observan en las variedades ceceantes. Otros fenómenos específicos de zonas rurales son la
producción bilabial de /f/ y la aspiración de /s/ en posición inicial de sílaba. Sobre estos
patrones de variación no existen datos sistemáticos, pero se mencionan en artículos de
dialectología sobre el español de Venezuela (e.g., Obediente 1998). La Tabla 2 presenta
algunas de los rasgos morfosintácticos más comúnmente documentados con relación al
español de Venezuela.
Tabla 4: Rasgos morfosintácticos del español de Venezuela (Sedano 1998)
Rasgo Ejemplo Región
Uso del pronombre sujeto Yo me gusta cantar en lugar de Documentado en
R. Orozco & M. Díaz Campos 14
en construcciones del tipo
a mí me gusta
A mí me gusta cantar Valencia. Región
occidental.
Sustitución de lo por los Se los dije a ustedes en lugar de
Se lo dije a ustedes
Se atribuye como rasgo
general
Uso del dativo ético No te me vayas, no te me
emborraches
Se atribuye como rasgo
general
Empleo del voseo Vos compráis o vos comprás Estado Zulia y zona
andina
Preferencia en el uso del
futuro perifrástico
Voy a caminar en lugar de
caminaré
Se atribuye como rasgo
general
Alternancia entre el
condicional e imperfecto
de subjuntivo en la
apódosis de las oraciones
condicionales
Yo me compraría/comprara una
casa si tuviera dinero
Se atribuye como rasgo
general
Preferencia por el uso de
las formas en -ra en lugar
del pretérito imperfecto y
pluscuamperfecto de
subjuntivo
Hablara, hubiera hablado a
diferencia de hablase, hubiese
hablado
Se atribuye como rasgo
general
El empleo de ir o venir +
gerundio (verbo de
movimiento) con
referencia al origo
Él venía saliendo del lugar en
contraste con Él estaba saliendo
del lugar
Se atribuye como rasgo
general
El uso de ir + gerundio (ir
en imperfecto de
indicativo) para indicar un
evento que estuvo a punto
El tipo me iba matando 'el tipo
casi me mata'
Se atribuye como rasgo
general
Colombia y Venezuela 15
de realizarse.
El uso de la perífrasis estar
+ infinitivo con
significación futura
Me estoy yendo mañana 'me iré
mañana'
Se atribuye como rasgo
general
Alternancia entre ser y
estar en expresiones de
edad
Cuando yo estaba pequeño en
contraste con cuando yo era
pequeño
Se atribuye como rasgo
general
Pluralización del verbo
haber
Habían casas versus había casas Se atribuye como rasgo
general
El uso de -nos en lugar de
-mos
Estábanos versus estábamos Zonas rurales y niveles
socioeconómicos bajos
(De)queísmo Pienso de que versus pienso que
Me di cuenta que versus me di
cuenta de que
Documentado en
Caracas
Alternancia de más nunca,
más nadie, más nada y
nunca más, nadie más y
nada más.
No he hecho más nada de
importancia versus No he hecho
nada más de importancia
Documentado en
Caracas y Valencia
La lista de dieciséis fenómenos morfosintácticos que se incluyen en la Tabla 2 no es
exhaustiva, pero es representativa de los aspectos particulares que se pueden atribuir a la
variedad de español que se habla en Venezuela. Si se observa con atención la tabla se
podría hacer una sub-clasificación que comprende usos dialectales de los pronombres (e.g.,
Uso del pronombre sujeto en construcciones del tipo a mí me gusta, la sustitución de lo por
los, el uso del dativo ético y el empleo del voseo); el uso variable de las formas verbales de
acuerdo con diferentes matices de modo, tiempo y aspecto (e.g., la preferencia en el uso
del futuro perifrástico, la alternancia entre el condicional e imperfecto de subjuntivo en la
apódosis de las oraciones condicionales, la preferencia por el uso de las formas en -ra en
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lugar del pretérito imperfecto y pluscuamperfecto de subjuntivo, el empleo de ir o venir +
gerundio (verbo de movimiento) con referencia al (punto de referencia deíctico con el
momento del habla), el uso de ir + gerundio (ir en imperfecto de indicativo) para indicar
un evento que estuvo a punto de realizarse, el uso de la perífrasis estar + infinitivo con
significación futura y la alternancia entre ser y estar en expresiones de edad). Finalmente
se han mencionado otros fenómenos variados entre los que se incluyen la pluralización del
verbo haber, el uso de -nos en lugar de -mos, el (de)queísmo y la alternancia de más nunca,
más nadie, más nada y nunca más, nadie más y nada más (documentado en Andalucía y la
zona caribeña). Algunos de estos fenómenos no son únicamente documentados en el
español de Venezuela, pero el conjunto de rasgos y su mayor o menor ocurrencia, así como
los valores sociales que se le asignan sirven para caracterizar el habla venezolana.
El vocabulario es quizá el aspecto más diferenciador de las variedades regionales. De
manera muy breve presentaremos algunos venezolanismos que se han documentado en la
literatura. Pérez (1998) señala algunos términos que se consideran típicos del habla
venezolana: a juro 'a la fuerza', arepa 'pan de maíz', bonche 'fiesta', budare 'plancha
circular de hierro', burda 'muy', cachito 'pastelito de jamón', cambur 'banana', caraota
'leguminosa', casabe 'torta de yuca', catire 'rubio', chamo 'muchacho, joven', chévere
'excelente', chivera 'venta de repuestos usados', chucuto 'insuficiente', cobija 'manta',
cónchale 'expresión de sorpresa', coroto 'objeto', despelote 'lío, desorden', encaletarse
'esconder algo', entrépito 'entrometido', fundamentoso 'persona educada y de buenos
modales', gafo 'tonto', galfaro 'muchacho joven y robusto', gandola 'vehículo de transporte
pesado', guaral 'cuerda', guarapo 'bebida preparada con mucha agua y azúcar', guaya 'cable
elaborado de acero', hallaca 'pastel de maíz relleno de guiso', íngrimo 'solo', jojoto
'mazorca de maíz tierno', jujú 'conducta secreta o sospechosa', leco 'grito', lechoza 'papaya',
manguarear 'perder el tiempo', morocho 'mellizo', musiú 'extranjero', ningunear 'ignorar',
ñapa 'propina', onoto 'semillas de la bixa orellana', pabellón 'plato típico venezolano',
querrequerre 'persona de mal carácter, retrechería 'malcriadez', sampablera 'desorden, lío',
taguara 'establecimiento rústico, zaperoco 'confusión, desorden'. La lista presentada no
pretende ser completa, pero sí nos da una idea de la variedad de terminología que se
Colombia y Venezuela 17
emplea en el habla venezolana. La mayoría de las palabras citadas son de uso general en
todo el país y reflejan el vocabulario que se emplearía en situaciones cotidianas.
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