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© Javier Resines Cañaveras
El ave gigantesca de Barcelona, 25 años después (1990-2015)
Texto: Javier Resines Cañaveras
© Sobre textos propios.
Maquetación: Javier Resines Cañaveras
Printed in Spain - Impreso en España
Javier Resines Cañaveras. criptospain@yahoo.es
Esta obra es gratuita y sin ánimo de lucro por parte del autor.
Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de este libro, por cualquier medio manual,
electrónico o mecánico, incluyendo sistemas de información y recuperación, sin el permiso previo y por
escrito del autor.
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EL AVE GIGANTESCA DE BARCELONA
25 AÑOS DESPUÉS
(1990-2015)
Javier Resines
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Barcelona. Primavera de 1990. Algo inusual está a punto de producirse. Centenares de
personas vivirán la experiencia más misteriosa de sus vidas. Un extraño y gigantesco ser
volador paseará su figura por los cielos de la ciudad durante meses. En los bares, en las
tertulias, en las oficinas, no se comenta otra cosa. Hablamos del ave gigantesca de
Barcelona…
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INDICE
A modo de introducción…………………………….… 06
El caso del Ave gigantesca de Barcelona…………….. 11
¿Qué vieron los testigos? Hipótesis sobre el caso…… 16
¿Un caso aislado? Ni mucho menos………………….. 20
A modo de conclusión……………………………….… 28
Los documentos……………………………………...… 30
Para saber más……………………………………….... 53
Epílogo…………………………………………….…… 56
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A MODO DE INTRODUCCIÓN
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Los acontecimientos que les vamos a narrar a continuación forman parte, por derecho
propio, de la historia del misterio reciente en España. Un caso insólito y original dentro
de la criptozoología española, sin duda. Un hecho que podríamos catalogar como sin
precedentes tanto aquí como más allá de nuestras fronteras.
Sin que nadie lo esperara, por supuesto, un ser volador de proporciones gigantescas se
paseó impunemente por los cielos catalanes en 1990, para sorpresa, horror o regocijo de
los testigos. Increíble, ¿verdad?
Lo extraordinario, además de lo que de por sí tiene esta aparición, fue su manera de
darse a conocer: a través de cartas al director en un conocido diario español. En la era
pre-internet, era la única forma rápida y ágil de que los testigos dieran su opinión en los
medios de comunicación.
Todo ello, supuestamente porque –como iremos descubriendo- luces y sombras se
ciernen sobre este inusual y controvertido caso, único en la casuística de la
criptozoología mundial por diversos motivos que iremos descubriendo.
Recordemos cómo se inició este fenómeno que rebasa lo meramente criptozoológico
para adentrarse en el terreno de la antropología o de la psicología social. Pero antes,
vamos a detenernos rápidamente en recordar algunos casos paradigmáticos sobre seres
voladores que han tenido lugar a nivel mundial.
Veremos que, lo que fuera que volara sobre la Ciudad Condal hace veinticinco años, no
estaba solo en nuestro desconocido planeta.
Hagamos un poco de historia…
Salgamos de España por un momento y hagamos un rápido recorrido histórico por
algunos rincones de la Tierra. En 1923, indígenas de la región pantanosa de Jiundú, un
pequeño afluente del río Zambeze situado al noroeste de Zambia, alertaron al escritor
Frank H. Melland sobre la presencia en la zona de un extraño animal volador.
Lo describieron como una especie de reptil con alas de murciélago, un largo pico
dentado y una envergadura de más de dos metros. Cuando les enseñó algunas láminas
de un libro de biología que llevaba consigo, los nativos no dudaron en identificar al gran
pájaro con un pterodáctilo, reptil volador
desaparecido hace 65 millones de años…
¡ahí es nada!
El nombre con el que le llamaban era
kongamato. Melland publicó este
extraordinario descubrimiento en su obra In
Witchbound Africa: An Account of the
Primitive Kaonde Tribe and their Beliefs.
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Y desde el continente africano realizamos un imagnario viaje y nos plantamos en el
subcontinente sudamericano...
En julio de 1868, la revista científica The Zoologist publicó un artículo que narraba lo
que su propio autor observó a comienzos del mismo año en Copiapó, un lugar situado
en el desierto chileno de Atacama.
«Ayer, hacia las cinco de la tarde, cuando ya habían finalizado los trabajos del día en
esta mina y todos los trabajadores se hallaban reunidos esperando la cena, vimos
aparecer por el cielo un pájaro gigantesco; al principio creímos que se trataba de una
de las nubes que en aquel momento oscurecían la atmósfera, suponiendo que el viento
la había separado del resto.
Su rumbo era en dirección noroeste-sudeste, y su vuelo rápido y rectilíneo. Como pasó
a poca distancia de nuestras cabezas, pudimos apreciar la extraña estructura de su
cuerpo. Sus inmensas alas estaban recubiertas por un plumaje grisáceo; la monstruosa
cabeza parecía la de una langosta, y sus grandes ojos abiertos brillaban como tizones;
parecía estar recubierta por algo parecido al grueso y rígido pelaje de un jabalí,
mientras que en su cuerpo, alargado como
el de una serpiente, sólo pudimos apreciar
escamas brillantes, que originaban un
sonido metálico cuando el extraño animal
giraba el cuerpo durante el vuelo.»
El Museo de Historia Natural de Los
Ángeles, en Estados Unidos, tiene
expuesto un descomunal pájaro disecado
de color oscuro que posee una
envergadura de casi ocho metros.
Para algunos se trata de un pequeño thunderbird, un “ave del trueno” ya referida en las
leyendas de numerosas tribus norteamericanas como los ojibwa o los illinois. Al
parecer, estos monstruos aéreos vienen surcando los cielos del país y de su vecino
Canadá desde tiempo inmemorial, dejándose ver más a menudo de lo que los asustados
testigos desearían. Incluso se dice que varios de estos monstruos fueron abatidos
durante la Guerra de Secesión. Existen fotos que así lo atestiguan, aunque su
credibilidad posiblemente no resistiera un moderno y concienzudo análisis a la luz de la
tecnología actual.
Bien se trate de aves prehistóricas o de desconocidos seres gigantescos, lo cierto es que
las historias de avistamientos se suceden también en el otro lado de nuestro globo
terráqueo. En Papúa Nueva Guinea, los nativos de las islas Siassi conviven con colonias
de ropen, un ser descrito como una especie de enorme zorro volador de larga cola, con
hocico de cocodrilo y poseedor de temibles dientes y garras afiladas. Una descripción
que hace que vengan a nuestra cabeza los originales y extraños animales que poblaban
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los bestiarios medievales y que parecían hechos de retales, casi cual moderno
patchwork, pero que servía para que el lector –a falta de fotografías- se hiciese una idea
bastante aproximada de lo que el autor estaba describiendo.
Pero parece como si sólo pudiéramos contar viejas historias ocurridas hace muchos
años. Como si todo hubiera sucedido hace ya demasiado tiempo y ahora fuera
imposible hallar casos similares. ¿Murieron los últimos ejemplares de tan terribles
bestias? ¿O simplemente ya no nos creemos estos cuentos para niños? Nada más lejos
de la realidad.
Casi cada día nos llega la noticia del avistamiento de un extraño ser alado en cualquier
cielo del mundo. Aves imposibles, humanos con alas, animales prehistóricos que
parecen resucitar de entre las especies extintas. Incluso en España, como veremos
enseguida, tenemos sorprendentes casos de seres voladores que se encuentran más allá
de la frontera de lo conocido.
Lo más grande que sobrevuela España es…
En los cielos españoles no acostumbramos a ver especies voladoras de gran tamaño. Sin
contar algún caza Mirage F1 o los Phantom procedentes de las bases norteamericanas
que sobrevolaban nuestro país en los años 70 (a veces confundidos en pleno vuelo con
ovnis o temibles aves) el animal de mayor tamaño que se pasea por nuestro espacio
aéreo es el buitre negro (Aegypius monachus), imponente por sí mismo pero poco
misterioso.
Esta especie posee una envergadura alar de unos 250 centímetros, habiéndose observado
ejemplares que llegan incluso a alcanzar los 3 metros. Bien, aquí tenemos a un serio
candidato a dar un susto importante a más de un observador despistado, desde luego,
pero parece poco probable que pueda ser confundido con un monstruo prehistórico,
pongamos por caso.
El buitre negro tiene su hábitat en la zona sudoeste de la Península Ibérica y en
Mallorca. Se encuentra preferentemente en bosques de encinas, alcornoques y quejigos,
aunque en las islas Baleares también aparece en los pinares de los acantilados costeros.
Se trata de un ave de vida sedentaria, si bien los ejemplares más jóvenes realizan largos
viajes exploratorios al abandonar el nido.
Como veremos más adelante, la región
valenciana y, sobre todo Cataluña, son
las regiones donde más avistamientos de
seres voladores extraordinarios se han
producido dentro de la casuística
nacional. No demasiado lejos, pero sí
fuera del lugar habitual de acción de
estas grandes rapaces.
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A diferencia de algunos países en los que otros pájaros alcanzan importantes tamaños,
en España no se da esta circunstancia. El albatros, por ejemplo, es el ave de mayor
envergadura que existe, con 3,6 metros. Su área de distribución es el océano Antártico y
el norte del Pacífico. Muy alejado también, por tanto, de nuestras costas.
Otro de los campeones en un hipotético concurso de tamaño es el cóndor andino, el ave
voladora más grande que existe con 1,3 metros de alto, 3,3 de envergadura, y hasta 12
kg de peso. Tiene fijada su residencia habitual en la cordillera de los Andes y las costas
sudamericanas del océano Pacífico. Evidentemente, también le descartamos como
posible causante de algún avistamiento misterioso en España.
Resumamos. A no ser que algún ejemplar de alguna de las especies conocidas de gran
tamaño llegue a nuestro país tras un despiste de varios miles de kilómetros, todo lo que
sobrevuele nuestras cabezas y sea mayor que un buitre es susceptible de convertirse en
un misterio. Tanto desde el punto de vista zoológico como si lo observamos desde una
óptica más paranormal. Si un ave de tamaño descomunal se deja ver por nuestras
ciudades piensen, sin temor a equivocarse, que algo ajeno a este mundo conocido se
acaba de poner en marcha.
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EL CASO DEL AVE GIGANTESCA DE
BARCELONA
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Tras este breve deambular por los cielos de medio
mundo, buscando algunos de los seres más
desconocidos y misteriosos que podrían poblarlo,
vamos a detener la mirada en nuestras fronteras y, más
en concreto, en el insólito caso que hoy recordamos.
La mañana del día 10 de junio de 1990, los lectores del
diario barcelonés La Vanguardia tuvieron la
oportunidad de leer una breve carta al director remitida
por un lector llamado Pere Carbó desde la Ciudad
Condal. En ella, el ciudadano decía: “No puedo más
que mostrar mi extrañeza ante este inusual hecho: la
noche del 28 de mayo, algunos vecinos del barrio de
Les Corts nos despertamos ante los insoportables graznidos de un ave; no un ave
cualquiera; nuestro estupor fue inmenso al salir al balcón y ver una silueta negra de un
ave de grandes dimensiones. Quizá debería medir entre 3 ó 5 metros, y no exagero.
Numerosos fueron los vecinos que lo vieron y numerosos también los comentarios al
día siguiente. Suponemos que en otros barrios, otras personas debieron verlo. ¿Que
era? Y lo que es más extraño: ¿Por qué no ha aparecido ninguna noticia en la prensa?”
Tan sólo cuatro días después (recordemos que no existían aún los emails y que el correo
postal no era demasiado rápido por esas fechas) se producía la respuesta a la carta
inicial. La reproducimos también, debido a su indudable interés:
“En relación con la carta publicada por don Pere Carbó, respecto a un ave negra de
tremendas dimensiones avistada en Les Corts, quiero aportar testimonio de lo ocurrido
hace tres o cuatro días en el barrio del Guinardó. De manera casi idéntica a la
relatada por el señor Carbó oímos unos horribles y fortísimos graznidos, que incluso
hacían vibrar los cristales. Nos asomamos a las ventanas y vimos planear un ave
gigante, de dimensiones mayores, a mi juicio, de las que apreció el señor Carbó. En mi
opinión tendría unos 8 metros, de ala a ala. Su color era negro y la silueta muy
parecida, sorprendentemente, a la de una paloma.
(…)Personalmente no me extrañaría que esta horrible ave fuera una mutación que
estuvieran experimentando las palomas de Barcelona. Otro punto por investigar es la
misteriosa desaparición de algunos gatos que se observó antes de la aparición del ave
gigante, como si hubieran caído de los balcones, pero sin que se hallara el cadáver en
las calles.”
Esta misiva firmada por José García constituyó, junto a la del lector Carbó, el
pistoletazo de salida de una verdadera riada de cartas de testigos que aseguraban haber
divisado el animal en diversos lugares y circunstancias. Hasta en 52 ocasiones el diario
se hizo eco de las opiniones de sus lectores a través de esta infrecuente manera. Sin
duda, un medio muy cañí.
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Así, durante las siguientes semanas, el bicho en cuestión fue observado (tanto de día
como de noche) en distintas partes de la capital catalana y en localidades como Gavá,
Sant Joan Despí, Salou y la comarca gerundense del Empordá, entre otros. Según los
testimonios, el pájaro se desplazó hasta más de 100 kilómetros de distancia desde su
supuesto epicentro situado en la capital catalana.
En El Vendrell (a 60 kilómetros de Barcelona) fue divisado por Gabriel Robledillo el
día 22 de junio. Viajaba en coche hacia Bellver del Penedés cuando escuchó un ruido
extraño. Entonces pudo ver un enorme pájaro de color negro que llevaba algo
blanquecino en sus garras (tal vez alguna presa). El testigo paró el coche para ver mejor
al animal. Lo mismo hicieron otros conductores que, al momento, “presa del pánico, se
dieron a la fuga”, según explicaba en una de las misivas.
Las descripciones recogidas en los diferentes encuentros con el animal fueron de lo más
variopintas. En ocasiones, éste era de color oscuro (negro o gris, principalmente), con
una envergadura de entre 3 y 15 metros, emitía potentes graznidos hasta en tres tonos
distintos y, con sus alas membranosas, recordaba a un pterodáctilo prehistórico.
En otros avistamientos, sin embargo, fue catalogado de “paloma mutante”,como ya
hemos visto, o de cuervo, negro naturalmente. Como vemos, su morfología era de lo
más heterogénea, impidiendo crear un retrato-robot del pájaro que pudiera desentrañar
mínimamente su misterio.
A los pocos días de la aparición en los cielos, el Cuerpo Superior de Policía reconocía –
en noticia publicada por El Periódico de Cataluña - haber recibido centenares de
llamadas alertando sobre el gigantesco ser, al tiempo que el teléfono de atención
ciudadana se colapsaba por el suceso.
El asunto empezaba a tomar tintes casi surrealistas y el temor se iba apoderando de
parte de la población: en ciertos barrios, los gatos iban desapareciendo de los balcones,
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supuestamente apresados por el monstruo. Un lector aseguraba que el pájaro había
inundado de excrementos su coche. En otra ocasión, un conductor chocó contra un árbol
tras divisar al extraño ser y perder la concentración.
Viendo el cariz que tomaban los acontecimientos, y suponemos que ante la posibilidad
de rascar alguna peseta (por aquel entonces, el euro era algo muy lejano aún), dos
abogados se ofrecieron para asesorar jurídicamente a los afectados por los posibles
destrozos ocasionados por la supuesta ave gigantesca.
Así, en una carta publicada por el diario el 5 de julio de 1990, los legalistas señalan que
“nosotros estaríamos orgullosos de poder asesorar jurídicamente a los afectados: El
ave, a pesar de sus grandes dimensiones (se ha llegado a decir que mide más de 10
metros) es una “res nullius”. Esto significa que al no tener dueño puede ser adquirida
por simple ocupación, sin necesidad de agotar los plazos de la usucapión.
Pero esta adquisición por ocupación, con los beneficios que ello supondría, debe ser
practicada antes de que la “res nullius” alcance la altura suficiente para que sea
considerada patrimonio de la humanidad. Es decir, si el ave supera el espacio aéreo
español, ya no será posible individualizar su titularidad, pues se hallará en el espacio
ultraterrestre que, según la resolución 1962 y 222 de las Naciones Unidas, es
patrimonio de la humanidad. Además, una vez conseguida la ocupación, será necesario
obedecer las prescripciones de la ley de protección de los animales y sobre todo, los
deberes de higiene, vacunación, etcétera, previstos en este texto formativo. En cuanto a
la posible responsabilidad penal del animal en cuestión por el asesinato de unos gatos,
es forzoso recordar que los animales son inimputables desde el punto de vista jurídico
penal. Entonces, denunciar al animal resultaría erróneo e infructuoso ya que el juez no
podría condenarlo a pena privativa de libertad alguna.”
La verdad es que, tras leer esta carta, cualquiera se queda sin palabras para expresar
hasta qué punto la humanidad tiene o mucho sentido del humor o un fino e infinito
olfato para cualquier tipo de negocio, por muy en el aire que esté. De locos.
Pero volvamos a la parte más seria de todo este fenómeno, si es que la tiene. A pesar de
todos los esfuerzos por ponerle una etiqueta, el ave-o lo que fuera aquello- se siguió
paseando impunemente por los
cielos catalanes durante tres meses.
Sin embargo, y como veremos más
adelante, varios casos recogidos por
el investigador Jordi Ardanuy nos
hacen pensar que el ser (o seres,
como bien pudiera ser) no estaba de
paso en la ciudad sino que tuvo o
tiene su hábitat en la zona.
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En este sentido, una carta enviada por la pedagoga María Pilar Bertrán señalaba que
creía haber encontrado el nido de este animal en un solar abandonado entre las calles
Eliseu y Tarragona, de Barcelona. Sus pesquisas concluyeron sin éxito, por desgracia.
No se apure, querido lector, si llegado hasta este momento se ha quedado con ganas de
saber más acerca de lo que se publicó sobre el ave gigantesca de Barcelona. El total de
las cartas editadas por el diario La Vanguardia, así como varios artículos de opinión y
encuestas, podrá ser consultado al completo en el capítulo dedicado a los documentos
del caso. Aquí sólo hemos querido recordar algunas de las misivas más curiosas o
características del mismo. Podrá seguir, de un modo cronológico y puntualmente, todo
lo que los lectores decidieron escribir en la sección Cartas al Director.
Como observamos, nos enfrentamos ante un fenómeno- al menos -curioso dentro de la
casuística nacional. Los testigos, muy numerosos al parecer, dieron a conocer el hecho a
través de las páginas de participación de un diario. Esto provocó la reacción de otros
lectores que decidieron
contar su experiencia,
ofrecer una explicación,
dar su opinión o, como
sucedió en algunas de
las cartas, añadir una
nota de humor al
asunto.
A raíz de esta
iniciativa, llamémosla,
popular , otros diarios
como El Periódico de
Cataluña, Avui y la
agencia Europa Press
(así como las revistas especializadas en lo relativo al misterio) se decidieron a dar cierto
crédito a la noticia más comentada en las calles barcelonesas desde hacía mucho tiempo
y recoger los testimonios a los que tenían acceso. Parecía que ya teníamos la recurrente
serpiente de verano para 1990. En esta ocasión, venía acompañada de alas y graznidos,
pero serpiente al fin y al cabo.
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PERO… ¿QUÉ VIERON LOS TESTIGOS?
ALGUNAS HIPÓTESIS SOBRE EL CASO
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Llegados a este punto, la pregunta es, ¿a qué se enfrentaron realmente los barceloneses
de la época? Se barajan varias hipótesis para explicar el caso que nos ocupa. La que
cuenta con mayor número de seguidores es la que habla de un fraude voluntario o
involuntario que comenzaría con una carta malintencionada (o no) a las que siguieron
otras firmadas por personas que creían haber visto u oído algo. Errores de percepción y
deseos de publicidad o de sentirse partícipe de algo extraordinario pudieron provocar
también que una mistificación se convirtiera en algo real para muchos ciudadanos.
También se aventuraron las más
dispares hipótesis sobre la naturaleza de
tan singular ave. Así, Xavier Tutusaus
(un lector que firmaba su carta como
“estudioso botánico y faunista” y al que
jamás pudo localizar ningún
investigador del caso) propuso que se
trataba de un ejemplar de Avis Cervus.
Según su explicación, se trataría de esta
especie mitológica (mitad ciervo, mitad
ave) que fue descrita como real en el
siglo XVI por el rabino Aaron Ben Chaim y que se encontraría de paso por la ciudad en
su habitual peregrinaje hacia Madagascar. Eso sí, aseguraba que el volátil era
completamente inofensivo para la asustada ciudadanía. Por divagar que no quede, desde
luego…
Por su parte, Santiago Mañosa, responsable del servicio de ornitología de la Facultad de
Biología de Barcelona, no pudo dar una explicación científica a la existencia de un
animal con estas características, ofreciendo la posibilidad de ser un albatros, especie
desconocida en el litoral catalán, como ya sabemos.
Otros biólogos consultados especularon con que se trataría de un córvido de origen
tropical, por darle alguna explicación a los graznidos que el animal supuestamente
profería. Por su lado, el departamento de Medio Ambiente de la Generalitat ofreció una
lacónica solución al enigma: el pájaro en cuestión no era sino ¡un vulgar buitre! Y que
me perdone por lo de vulgar.
Explicaciones ingeniosas no faltaron, entre ellas la del conocido humorista Eugenio que,
en una encuesta publicada por el rotativo, opinaba que “se trata de un pterodáctilo que
ha sobrevivido a períodos glaciares. Hace quince días que no veo a un amigo mío de
Les Corts. Estoy seguro que este animal lo ha capturado.”
¿Una moderna leyenda urbana?
Los escritores valencianos Antonio Ortí y Josep Sempere publicaron en 2000 su libro
Leyendas Urbanas, un interesante tratado sobre el asunto de los mitos contemporáneos.
En él, además de recoger las leyendas más populares junto a alguna más novedosa, nos
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ofrecen soluciones para explicar este moderno fenómeno heredero de nuestras creencias
más atávicas.
Ortí, en concreto, dedica un capítulo de la obra al caso del
ave gigantesca de Barcelona, señalando que se trataría
simplemente de una nueva y local leyenda urbana.
Leyenda y urbana. ¿Qué significa esto? ¿Que no hay nada
de cierto en ello y que todo es pura fábula? Veamos.
Jan Harold Brunvand, considerado como el gran
divulgador de estos cuentos modernos, los define en su El
fabuloso libro de las leyendas urbanas como “un relato
ligado al folklore moderno que suele tener elementos
misteriosos o sobrenaturales y que se cuentan como algo
real y verídico. Suceden en el momento de ser narrados o
en época reciente y –en ocasiones – el protagonista es
alguien vagamente conocido de quien nos lo cuenta.”
Si tomamos como referencia esta definición y las demás características que suelen
encontrarse en una leyenda urbana de corte clásico, vemos que el caso catalán sólo
cumple alguno de los requisitos necesarios para engrosar las filas del folklore actual.
Así, observamos que estamos tratando con un elemento misterioso, que su narración es
tomada por real y que se difundió al tiempo que sucedía. Por estos datos, podemos
considerar al ave barcelonesa como encuadrada dentro de la categoría de leyenda.
Sin embargo, existen otros elementos que nos hacen dudar de esta cualidad. En una
leyenda urbana es imposible localizar su fuente original, mientras que en ésta los
lectores se identifican en las cartas con su nombre y apellido. Además, cuentan la
experiencia en primera persona. Nunca hablan de una fuente indefinida como pude ser
el amigo del amigo o el típico se dice que.
Para que un relato sea considerado leyenda debe poseer una estructura compleja con
planteamiento, nudo y desenlace, además de exponer una moraleja final que –al fin y al
cabo – sería el motivo de la transmisión de la historia original. En el caso que nos
ocupa, no hay una historia narrativa detrás, sino medio centenar de testigos que cuentan
su experiencia. Una experiencia que tiene un punto en común (el ser avistado) pero que
no incurre en ninguna otra coincidencia. Así mismo, estas transmisiones de los lectores
carecen de moraleja o enseñanza final. No tienen como fin educar al que lo escucha, con
lo que se alejan definitivamente de lo que entendemos como leyenda urbana pues, si
bien cumple algunos de sus rasgos definitorios, no encaja con la estructura habitual de
las mismas. Estaríamos hablando de algo diferente.
Tal vez todo sea una gran broma. Se ha hablado mucho en círculos de investigación que
la carta al director es un medio idóneo para el anonimato, permitiendo que unos cuantos
personajes faltos de escrúpulos pudieran urdir la trama del pájaro gigante para que la
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imaginación popular acabara por desarrollar la historia. Investigando las normas de
publicación vigentes durante aquella época en La Vanguardia descubrimos que eran
mucho más exigentes que, por ejemplo, las existentes en cualquier foro actual de
internet. En múltiples ocasiones, como todos sabemos, opiniones recogidas en estos
sitios son creídas a pies juntillas, aunque tras la afirmación de turno se esconda alguien
desconocido con un simple nick.
Para publicar una carta en el rotativo barcelonés, la gerencia exigía que a la misiva le
acompañara el nombre completo de su autor, dirección y un teléfono de contacto.
Suponemos que estas pequeñas exigencias desanimarían a más de uno a participar en
una supuesta farsa, aunque sólo sea por ser descubierto y abochornado por su
infantilismo.
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¿UN CASO AISLADO? NI MUCHO MENOS…
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Como mencioné páginas atrás, Jordi Ardanuy (experto en vampirología, entre otras
materias) recoge algunos casos en su artículo El ave gigantesca catalana que inducen a
pensar en la posibilidad de que el pájaro llevara una existencia sedentaria y –por ello –
se dejara ver en diversas localidades más o menos próximas a su epicentro capitalino.
Así, en el verano de 1991 ó 1992, tan sólo uno o dos años después del famoso caso, el
testigo J. A. Pérez circulaba en coche junto a su esposa cuando –cerca del aeropuerto de
El Prat – contempló un ave de un tamaño unas seis veces mayor que su automóvil. El
animal, que le pareció de aspecto prehistórico, no emitía sonido alguno.
A principios de 1996, en Gerona, una familia pudo contemplar un pájaro de unos 5 ó 6
metros, oscuro, silencioso, sin movimiento de alas y con gruesas patas. El 14 de abril de
ese mismo año, el testigo Lluis Villamaría y un grupo de amigos, se encontraban en el
Montseny. Pudieron ver a plena luz del día un inmenso pájaro de color negro que se
desplazaba batiendo sus alas a escasos tres metros del suelo.
Pero nuestro ser volador catalán no se encontraba sólo en los cielos europeos durante
aquella época. Al parecer, y de modo casi simultáneo, hubo avistamientos similares en
diversas ciudades de Italia y Francia tan sólo unos meses antes que se produjeran en
Barcelona.
El biólogo Miguel Seguí se interesó por
estos casos publicando un artículo en la
revista Año Cero, en abril de 1992. En su
análisis, titulado Extrañas criaturas
aladas, señala que -a diferencia del
heterogéneo muestrario de descripciones
que tuvo el ave española- sus vecinas de
vuelo fueron descritas siempre como
similares a pájaros prehistóricos,
concretamente a desaparecidos
pterodáctilos. Nada de palomas mutantes, buitres o una maqueta de aeromodelismo,
como también se supuso que podía ser el monstruo barcelonés.
Seguí llegó a declarar que podría tratarse de un animal desconocido, incluso procedente
de otra dimensión y que mediante un insólito mecanismo hubiera aparecido en la que
ocupamos nosotros.
Como era de imaginar, el interés por el caso del ave gigante se fue diluyendo a medida
que el goteo de cartas al director era cada vez más escaso. La última que fue publicada
data del día 7 de septiembre de 1990. En total, el furor duró casi tres meses. Lo cierto es
que este animal (o lo que fuera) se ha convertido por derecho propio en un rara avis
(permítanme la broma) dentro de la criptozoología a nivel internacional, no sólo
española. Seguro que nunca una sección de cartas al director de un periódico dio tanto
juego para la polémica como en esta ocasión.
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Como acabamos de ver, hubo varios casos muy extraños ocurridos al mismo tiempo en
el sur de Europa y otros tantos que sucedieron muy poco tiempo después que el de
Barcelona. Aunque pueda parecer algo inusual, los avistamientos de desconocidos seres
alados en España no son un hecho aislado, sino que desde hace décadas han venido
dando que hablar a investigadores y aficionados al mundo de los animales no
catalogados.
Ataque aéreo en plena carrera
El conocimiento de uno de estos casos se lo debemos a la labor de investigación de
Richard Muirhead, editor de la publicación inglesa Flying snake, dedicada al folklore, la
criptozoología y los fenómenos forteanos. Gracias a Muirhead hemos podido recuperar
un curioso suceso ocurrido en 1911. Durante la celebración de una carrera aérea entre
Paris y Madrid, varios de los participantes fueron atacados por unos tremendos pájaros
que parecían águilas gigantescas.
El Raid París-Madrid se celebró entre el 21 y el 26 de
mayo de 1911 y recorrió los cerca de 1200
kilómetros que separan ambas capitales, dividiendo
el trayecto en tres etapas. Organizado por el diario
francés Le Petit Parisien, en él participaron los más
famosos pilotos del momento, entre ellos el
reconocido deportista Roland Garros, famoso años
después en el mundo del tenis, y varios aviadores
militares de reconocida experiencia. Bueno, toda la
experiencia que podía tenerse por aquel entonces en
el incipiente mundo de la navegación aérea pues
recordemos que los hermanos Wright habían
patentado su primer aeroplano sólo tres años antes.
Diario anunciador del Raid
Durante la celebración de la segunda parte de la carrera, dos de los participantes fueron
atacados –ambos cerca de la ciudad de Vitoria y con una diferencia de pocas horas entre
sí– por seres similares a gigantescas águilas que pusieron en verdadero peligro su
integridad física. Incluso uno de los pilotos, Eugene Gilbert, llegó a disparar con su
revólver sobre uno de estos fantásticos animales, hiriéndolo y observando cómo caía a
tierra en picado.
La situación fue realmente grave. El monoplano, de 230 kilos de peso y que alcanzaba
una velocidad de poco más de 70 km/h, parecía un débil rival ante el poderoso ataque de
estos seres. El piloto llegó a perder el control del aparato hasta en dos ocasiones y a
punto estuvo de acabar también él contra el suelo.
¿Qué desconocido animal atacó a estos pioneros de la aviación? Nadie supo explicarlo
nunca…
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Y en Andorra… ¡un Ave Fénix!
Si la posibilidad de la existencia del ave de Barcelona es fantástica, no demasiado lejos
de allí nos encontramos con otro suceso en el que otro extraño animal volador es capaz
de dejar sin habla a un grupo de testigos. Se trata de un caso que -como tantos otros -
debe ser analizado con la máxima precaución, pues sólo contamos con una serie de
testimonios como prueba de los hechos. Aun así, seguro que capta su interés.
El avistamiento, que ha sido reproducido en diversos
medios digitales y libros sobre temas paranormales, tuvo
lugar el 13 de abril de 2001, entre las 21.30 y las 23.30
horas, en Escaldes Engordany (Andorra). La historia,
narrada en primera persona, es la siguiente:
"Hola, me llamo Jesús tengo 29 años y soy aficionado a la
astronomía. Ayer día 13 de abril, avisté una luz en forma
de boomerang que se paseaba por Auriga. Tras perderla
en el horizonte apareció minutos más tarde en Orión y
subía en espiral apareciendo y desapareciendo durante al
menos cinco minutos, cambiaba de trayectoria a una .
. Dibujo realizado por el testigo velocidad vertiginosa hasta que volvió a desaparecer.
Esperé un rato y como no la vi más volví para casa y expliqué lo que había visto a mi
novia, que cachondeándose de mí se rió mucho hasta que salí al balcón de casa y la
volví a ver llamando inmediatamente a mi novia que no se lo podía creer. Cogí los
prismáticos y salimos corriendo buscando un lugar oscuro donde tener luminosidad.
El momento había llegado, estaba ahí delante de mí. En el cielo se veía nítidamente
cómo movía las extremidades. Mi cabeza se prepara para ver posiblemente un platillo
volante en forma de boomerang, pero cuál fue mi sorpresa, no me lo podía creer, era
un ave gigante que volaba agitando sus alas que no paraban de expulsar un resplandor
de luz con algunos tonos rojizos; el cuerpo se veía perfectamente; como tenía forma de
águila o especie similar, no me lo podía creer; era inmensa en relación a la distancia
que más o menos nos separaba, y mi novia no paraba de gritar: “míralo está ahí”.
Después, un grupo de chavales jóvenes y un vecino del barrio nos ven mirar hacia el
cielo y les digo que acababa de ver un ave Fénix volando y me miran como si estuviera
loco, pero a los pocos segundos se vuelve a pasear por delante de nosotros y se veía
claramente que era un ave voladora brillante reflejando su propia luz como si fuera un
ángel salvador o un espíritu reflejando una luz celestial, no lo sabría explicar y todavía
estoy intentando poder aceptar lo que vi; por lo menos sé que no estaba solo cuando lo
vimos y que yo personalmente sé lo que vi, y era un ave Fénix.
Leyenda o no, sé que existen de verdad y nunca podré olvidar algo tan maravilloso
como lo que vimos, quien lo quiera creer que lo crea y quien no es libre de pensar lo
24
que quiera. Yo lo he explicado lo mejor que he podido pero si no se ve no se puede
creer. Si alguien me explicara algo parecido antes de mi experiencia me partiría de risa
por eso respeto quien se ría de mi historia verídica, pero es la verdad de todo. Si
alguien supiera de experiencias similares a la mía por favor poneros en contacto
conmigo, un saludo."
Hasta aquí, el relato de lo sucedido según lo
narra el principal testigo, Jesús Serrano. Un
avistamiento que duró, en total, cerca de dos
horas hasta que el animal desapareció de su
vista a gran velocidad. Tiempo suficiente como
para darse cuenta que lo que tenía ante sus ojos
no era normal, era un “Ave Fénix”, como él lo
definió…
Otro dibujo hecho por el testigo del caso
Me llama poderosamente la atención (entre otras cuestiones) que el caso -según se ha
podido comprobar - fuera investigado en primer lugar por el doctor Virgilio Sánchez
Ocejo, cubano residente en Estados Unidos y director del Miami Ufo Center (MUC).
Aunque el conocido divulgador del fenómeno ovni también ha sentido interés en otras
ocasiones por las criaturas desconocidas como el bigfoot o el chupacabras,
fundamentalmente en Estados Unidos, desconocemos el modo en que llegó esta historia
a sus manos y hasta qué punto es fiable el testigo.
Lo cierto es que ningún medio español inició la historia, que fue publicada por primera
vez por el investigador argentino Gustavo Fernández en su revista electrónica Al filo de
la realidad, concretamente en el número 82 correspondiente al 11 de septiembre de
2002.
Precisamente, se trata de un número monográfico dedicado a la supuesta aparición de
objetos volantes no identificados sobre las Torres Gemelas el día que tuvieron lugar los
sangrientos atentados terroristas de 2001. Objetos extraños, formas con aspecto de ave,
seres alados,… Fernández señalaba que el animal protagonista del caso del asombroso
ser volador de Andorra era morfológicamente similar a los captados por diversos
videoaficionados durante el incendio y posterior colapso de los colosos neoyorquinos.
Basa su afirmación en unos bocetos realizados por el propio Jesús Serrano, que le
fueron facilitados a Sánchez Ocejo, y que aquí podemos observar.
La increíble gárgola de Valencia
La historia que contamos a continuación nos llega a través del investigador Francisco J.
Máñez, presidente de la Asociación Valenciana de Investigación en Parapsicología y
OVNIS, y editor de la desaparecida revista digital Bitácora.
25
Máñez publicó en 2004 la fascinante historia que un antiguo compañero de trabajo le
transmitió, el cual prefirió mantener el anonimato. El caso es que el testigo contaba con
cinco o seis años de edad y vivía en la residencia que la familia poseía en el barrio del
Carmen, situado en el centro histórico de la ciudad de Valencia, cuando fue testigo de
algo extraordinario.
Una mañana de noviembre decidió subir a jugar a la azotea del edificio, como hacía
tantas otras veces. Al abrir la puerta que daba acceso al mirador, descubrió la presencia
de un extraño pájaro posado sobre una de las barandillas que parecía estar oteando la
ciudad desde tan privilegiado puesto de observación. El niño se fue acercando al animal,
al que describió como del tamaño de un águila, con alas parecidas a las de los
murciélagos y sin plumas en su cuerpo. Pudo observar su rostro cuando el pájaro se
giró, seguramente tras oír los movimientos del asustado chaval. Lo que vio le dejó
horrorizado: ¡la criatura tenía una cara casi humana!
Gárgola de la Lonja de los Mercaderes de Valencia
Nuestro pequeño testigo pudo observar que el ser tenía un cuerpo similar al de una
persona y sus patas acababan en grandes garras. Sin inmutarse ante la presencia del
pequeño intruso, el pájaro echó a volar con un movimiento lento y armonioso y
desapareció de la vista del atónito niño.
¿Qué pudo ver? Seguramente, si la imaginación no le jugó una mala pasada, nada
conocido. Una mezcla de persona y ave, una gárgola en definitiva, propia de los
bestiarios medievales y no de los cielos de una moderna ciudad europea. Tal vez, una de
las 28 gárgolas del edificio de la cercana e imponente Lonja de los Mercaderes decidió
dejar su pétrea existencia y salir a estirar las garras, aunque sólo fuera por una vez.
Quién sabe…
26
Un ropen en concierto
Continuamos este rápido recorrido por la parte más extraña de la criptofauna voladora
española con un caso ocurrido hace sólo ocho años. En el verano de 2007 un ciudadano
inglés vivió una asombrosa experiencia durante la celebración de un multitudinario
festival de música en Benicassim, en la provincia de Castellón.
El relato de los hechos, fue publicado por el investigador británico Jonathan David
Whitcomb en su obra “Searching for Ropens and Finding God”. En el libro, el testigo
afirma que disfrutaba de una calurosa noche de finales del mes de julio, alejado del
ruido del conocido festival internacional de música FIB, cuando –a poca altura sobre su
cabeza- vio lo que le pareció un pequeño ropen, un animal similar a los descritos por
numerosos testigos en la lejana Nueva Guinea y a los que nos hemos referido al
principio de este libro.
Se trataba de un ser volador de pequeño tamaño, inferior a un metro, sin plumas, con
pico y una cola alargada. La visión sólo duró unos segundos pero el atónito testigo no
daba crédito a lo que estaba viendo: ¡un pequeño pterodáctilo volando por encima de su
cabeza!
No era un murciélago, no era un búho, no era un animal conocido… le recordó,
precisamente a un reptil prehistórico de pequeño tamaño. Tras unos breves momentos,
el animal prosiguió su vuelo como si tal cosa, sin reparar en el testigo y sin que pudiera
precisarse nada anormal en él… ¡excepto su raro aspecto, claro!
Otra vuelta de tuerca: pterodáctilos en Tarragona, 2014.
Y para concluir, he dejado adrede un caso que considero muy interesante por varios
motivos. El primero, por su cercanía en el tiempo. El segundo porque fueron varios los
testigos que vieron lo que vieron. Y el tercero… por lo que vieron. ¿Y que fue? ¡Nada
menos que una pareja de pterodáctilos sobrevolando los cielos de Tarragona!
En abril de 2014, el testigo Daniel Ransanz y su familia tuvieron un encuentro con lo
insólito. Circulaban en coche por
la autopista A7, concretamente a la
altura del barrio de Torreforta,
situado al oeste de Tarragona
capital, justo antes de la salida al
parque de ocio de Les Gavarres,
cuando pudieron observar algo
extraño en el cielo.
Eran las seis de la tarde,
aproximadamente. A plena luz del
día y con el cielo despejado, observaron cómo dos grandes animales, uno de mucho
mayor tamaño que el otro, volaban por encima de unos edificios cercanos a la carretera.
27
Los animales recordaban a gigantescos buitres, con el cuello en forma de ese y cubiertos
de plumaje negro (con una corona grisácea en el cuello) excepto en sus alas,
membranosas e iguales a las de los murciélagos. La pareja planeaba a escasos 500
metros de los sorprendidos testigos, haciendo balancear sus cuerpos mientras
avanzaban. Al sobrevolar uno de los edificios, pudieron calcular que el mayor de los
animales tenía una envergadura superior a los diez metros… algo inusual, sin duda.
El tráfico en la zona era bastante denso y, aunque la familia buscó una salida para
aparcar el vehículo y ver mejor a la pareja de seres voladores, ya no volvieron a
divisarlos.
Se da la circunstancia añadida que Daniel Ransanz no es la primera que se topa con un
animal de estas características. En 2011, y también en la provincia de Tarragona, pudo
observar otro ser muy similar al de Torreforta.
28
A MODO DE CONCLUSIÓN
29
Hasta aquí el breve repaso a algunas de las misteriosas criaturas que sobrevuelan los
cielos españoles. Águilas gigantescas, pterodáctilos, un Ave fénix, gárgolas, ropen,
buitres descomunales… ¿qué misterio se esconde en los cielos españoles? ¿Nuevas y
desconocidas especies? ¿Animales prehistóricos que nunca han desaparecido? ¿O
simplemente interpretaciones erróneas?
Esperamos tener respuestas dentro de poco tiempo, aunque ha transcurrido un cuarto de
siglo desde que el ave gigante (fuera lo que fuera) se paseó por los cielos catalanes y los
interrogantes iniciales continúan planteándose sin haber alcanzado una solución válida.
Personalmente, opino que los lectores vieron algo inusual, sin duda. Algo que llamó
poderosamente su atención y que no se correspondía con nada habitual que estuviera
presente en sus vidas cotidianas. Los esfuerzos hay que concentrarlos en saber qué fue.
Con casi toda probabilidad, podemos asegurar que nunca lo sabremos con certeza. No
es por desanimar, pero los datos que tenemos y los testimonios aportados son endebles
para señalar que lo que sobrevoló los cielos catalanes era una u otra cosa.
Podemos especular y llevar a nuestro terreno este suceso. En este sentido, quiero creer
que un animal (o varios) desconocido fue el causante de este revuelo. Para ello me
apoyo en algunos de los testimonios recogidos, pero deshecho otros que no encajan en
mi hipótesis.
Del mismo modo, también puedo creer que se trata de malas interpretaciones realizadas
por los testigos que –observando un animal perfectamente reconocible y sugestionados
por la noticia- cometen el error de creer que se encuentran ante algo fantástico.
¿Entonces… qué sucedió en realidad? Como decía líneas atrás, nunca llegaremos a
saberlo, probablemente. Aun así, me quedo con la teoría del animal desconocido, un ser
volador de aspecto similar a los desaparecidos pterodáctilos que –a la luz de la ciencia
oficial – es imposible que pueda existir entre nosotros… pero que se mostraron ante
decenas de testigos.
Tal vez para su trigésimo aniversario hayamos dado con la solución. Ánimo, amigo
lector…
30
LOS DOCUMENTOS
31
Como lo prometido es deuda, a
continuación vamos a poder leer y
comentar la totalidad de los documentos
publicados en el diario La Vanguardia
con ocasión del asunto del ave
gigantesca de Barcelona. Se trata de
algo más de medio centenar de cartas,
principalmente, junto a varios artículos
de opinión y encuestas realizadas en
torno a este fenómeno.
Lo presento de modo cronológico, para
que el lector pueda seguir el hilo de la
historia tal como se produjo en su
momento. Empezamos.
Junio de 1990
Como ya pudimos ver, Pere Carbó es el
autor de la primera misiva enviada al
rotativo catalán. Su carta del 10 de junio
fue el detonante de la riada de
comunicaciones posteriores y aportaba
los primeros datos sobre el curioso ser.
Algo extraño pasaba en los cielos de la
Ciudad Condal…
Cuatro días después se produjo la
respuesta a la carta de Carbó. Otro
lector, José García García –también
desde Barcelona- se sumaba al grupo de
testigos, aportando un inquietante dato:
la desaparición de gatos en su barrio…
Al día siguiente, Xavier Tutusaus –
autoproclamado “estudioso botánico y
faunista”- ya aporta la primera hipótesis
para solucionar la identidad del ave
gigantesca. En su opinión, lo que
sobrevuela Barcelona no es sino un Avis
Cervus.
32
El 16 de junio, un escéptico matemático
corrobora la visión del ave, otorgándole
unas dimensiones aún mayores, de entre
10 y 15 metros de envergadura.
El caso ya es bien conocido y es objeto
de debate en las calles. Tanto que, el
rotativo ya aprovecha el tirón para
publicar al día siguiente una carta de un
indignado ciudadano que no logra
descansar, utilizando un juego de
palabras en torno al ave catalana.
33
El 18 de junio, el ornitólogo Alex
Palacín plantea una serie de
consideraciones desde su postura como
científico…
Un día más tarde, Mercedes Vicén narra
su encuentro con lo que le pareció una
enorme paloma de color negro…
20 de junio. Los lectores escépticos
hacen su aparición…
Dos jornadas más tarde, Daniel Gallart
aporta algunos datos más sobre qué ave
podría ser el causante de tal revuelo y,
por primera vez aunque de un modo
escéptico, apunta la posibilidad de que
34
se trate de un extinto pteranodón, un
género de pterosaurio que vivía en el
Cretácico Superior, hace unos cuantos
millones de años.
Y también comienza a aparecer el
sentido del humor en los lectores de La
Vanguardia. El día 23 vemos el primer
ejemplo.
Al día siguiente, continúan publicando
cartas de lectores que achacan lo
sucedido a una especie de alucinación
colectiva pues –lógicamente- no existen
aves que puedan volar con el tamaño y
peso del descrito. Al menos, las
conocidas, no.
Vamos llegando al final de junio y el
revuelo ya es importante en la ciudad.
Incluso el día 25 se publica una misiva
firmada por Jesús Castán que afirma
haber visto un ave similar hace un año
en Salou. La cosa se complica…
35
Desde Gavá también se hacen eco del
avistamiento de un animal similar al de
Barcelona…El fenómeno se extiende…
Desde Sant Joan Despí, Antonio Insa
publica el día 27 su carta. Además de
asegurar haber visto al extraño ave en
su ciudad, en dos ocasiones, recuerda
algo muy interesante. Cuando era un
chaval, su padre le hablaba de la òliba,
un ave grande, que veían volar al
atardecer de modo pausado y
atemorizador en dirección al cementerio
de la localidad.
El 28 de junio, dos ufólogos ven
publicada su carta. En ella, además de
presentarse como testigos auditivos del
misterioso ser, comentan un reciente
caso localizado en un pueblo italiano y
se adhieren a la teoría esgrimida por
Xavier Tutusaus, la del Ave Roc…
36
Y más cartas de lectores escépticos… ¡e
indignados con el asunto, vaya!
El último día del mes de junio, los
lectores del periódico se desayunaron
con la carta enviada por Xavier Font
Segura, estudioso de la fauna
barcelonesa, que también daba su
opinión sobre tan misterioso animal:
una paloma mutante, a su entender.
Julio de 1990
El calor comienza a apretar en
Barcelona y la particular serpiente de
verano de 1990 continúa estando de
actualidad en la sección de Cartas al
Director. El día 2, desde Sant Cugat del
Vallès, un lector ofrece una nueva
explicación al asunto.
37
Las primeras fechas de julio también
dejaron espacio a las consideraciones
escéptico- escatológicas…
A lectores que aportan su granito de
arena intentando poner orden en todo
esto…
Y la famosa y ya comentada
anteriormente carta enviada por dos
asesores jurídicos explicando, con
detalle, todos los vericuetos legales en
los que incurre la existencia de tan
impropio ser. España cañí en su más
pura esencia, sin duda…
38
El 6 de julio, Xavier Raventós arremetía
–muy educadamente- contra los
ornitólogos de salón y, especialmente,
contra la teoría del Ave Cervus, no sin
cierto toque irónico…
Otro experto, en esta ocasión, un
zoólogo, también echa por tierra la
teoría del Ave Cervus del lector
Tutusaus y propone una explicación
mucho más mundana, la de un
despistado albatros gris.
39
Pero, a pesar de la búsqueda de
explicaciones, los encuentros se siguen
sucediendo. En esta ocasión, entre El
Vendrell y Bellvei del Penedès, en la
provincia de Tarragona, un lector narra
el encuentro con el enorme animal y
describe la situación de pánico que se
produjo a continuación.
Algunos lectores se preocupan de la
futura morada del ave, una vez sea
capturada…
Y el sentido del humor, que no falte,
como apreciamos en las siguientes
muestras que fueron publicadas en
plena canícula condal…
40
El día 19, el suscriptor Manuel Palou
asegura que vio al extraño animal pocos
días atrás. La descripción que hace del
ser volador es verdaderamente
inquietante.
Mientras, otro lector, aporta la
posibilidad de que lo que está asustando
a Barcelona, sean simples (aunque
grandes) gaviotas…
Y otro apunta una de las hipótesis
esgrimidas en la fecha: estamos ante un
aparato mecánico, probablemente
41
teledirigido y camuflado como un
avión…
Otro más cree que se trata de prosaicos
grajos…
El 23 de julio, una asombrada lectora
narra su particular visión del ave
gigantesca y negra .En esta ocasión, fue
vista sobre Montornés del Vallés, a
unos 30 kilómetros de la capital
barcelonesa.
Y desde Benicarló (Castellón) más
lectores se apuntan a la fiesta de la
opinión y a ver si su carta es publicada
en el periódico. Parece que algunos sólo
buscan un momento de efímera y postal
gloria.
42
Y los lectores siguen dando vueltas a la
escultura de Antoni Tapies que, a buen
seguro, ocupó tanto espacio o más que
el pobre ave en la sección de Cartas al
Director.
Nos vamos acercando al final de julio.
El día 26, el lector Félix Garsa propone
la teoría del mosquitero común como
responsable de los extraños
avistamientos. ¡Eso sí, un mosquitero
mutado y de metro y medio de alto! Ahí
es ná…
Al día siguiente, una lectora nos
informa de la posible ubicación del nido
de nuestro alado amigo.
43
O amiga... porque nos enteramos por
boca (o, mejor dicho, por letra) de una
pareja de lectores que el animal atiende
al nombre de Montse y que lo están
criando desde hace meses.
¿Cómooooooooo?
Y más lectores ávidos de ver su nombre
escrito en el periódico y con presunto
sentido del humor que demostrar…
El 30 de julio, Antonio Reñé intenta
poner un poco de lógica en todo este
asunto y ofrece tres explicaciones
racionales a los avistamientos del ave
gigantesca: un buitre común, un buitre
negro o, posiblemente, un flamenco
44
procedente de la colonia del zoo de
Barcelona.
Y otro lector propone como candidato a
una grulla…
Agosto de 1990
Comenzamos el mes con más lectores
con ganas de que su supuesto ingenio
sea leído por los demás…
El día 2, el lector Juan Girgas ve
publicada una de las más extrañas cartas
relacionadas con el asunto que nos
traemos entre manos. Heces, accidentes
y aseguradoras…
45
Y ante la inminencia de los Juegos
Olímpicos de Barcelona 92, hasta
proponen que Montse sea la mascota de
tan universal evento.
Pero las cartas enviadas por lectores
escépticos siguen teniendo su espacio…
El 8 de agosto, un lector parece querer
matar dos pájaros de un tiro…Perdón
por la broma, no me he podido
contener… Enrique Ramos escribe
desde Barcelona para relacionar el caso
del ave gigante con las mutaciones y
extrañas muertes de palomas en la
ciudad.
46
Qué duda cabe que el caso del ave
gigantesca de Barcelona empieza a
perder el interés informativo para el
rotativo catalán. Las cartas comienzan a
publicarse con mayor intervalo de
tiempo y no alcanzan la calidad de
algunas de las anteriores, ni en lo
relativo a información ni a originalidad.
Para muestra, un botón o dos…
O tres…
47
Perdón, cuatro, cuatro…
Jorge García publica su carta del 19 de
agosto en un tono un tanto indignado,
solicitando a la Dirección del periódico
más información sobre el asunto, no
tanta opinión en forma de carta. En
realidad, sí se produjeron algunos
intentos por parte del diario de hacer
algo en este sentido. Los pocos
documentos que existen los he dejado
adrede para el final de esta serie de
misivas y demás.
La última carta que La Vanguardia
publica en agosto sobre el ave
gigantesca la firma María Serra y
apunta un dato nuevo: un despegue
abortado en El Prat tres años atrás por
culpa de un pájaro de enormes
dimensiones.
48
Septiembre de 1990
Y llegamos a la última misiva
publicada, al menos de modo
contemporáneo al curioso suceso. Dos
lectoras de Castelldefells ironizan y dan
su particular adiós a tan ya entrañable
compañera…
Como he comentado, ésta fue la última
carta publicada en La Vanguardia sobre
este criptozoológico suceso, mientras
duraron los avistamientos.
Se publicaron otras cartas, recordando
el caso, en abril de 1996. Una de ellas,
del día 14, firmada por el investigador
Jordi Ardanuy, al que me he referido en
anteriores ocasiones, solicitando
contacto con los posibles testigos del
ave.
49
Y la contestación a la carta de Ardanuy
se produjo seis días después por parte
de un lector que mezclaba política e
ingenio, al más puro estilo de sus
compañeros de seis años atrás…
50
Las cartas al director se terminaron, pero he querido dejar para el final tres interesantes
documentos que se publicaron en la época. A continuación, les muestro lo que, a mi
modo de ver, es casi impagable. Posiblemente se trate de una de las encuestas más
bizarras que ha publicado un rotativo español.
Ante el interés inusitado que el asunto del ave iba tomando, La Vanguardia publicó el
día 9 de julio una pequeña encuesta sobre el fenómeno (antes incluso de que aquel
indignado lector al que ya nos hemos referido lo reclamase por escrito).
Periodistas, pilotos, zoólogos e incluso el humorista Eugenio dieron su opinión sobre el
escurridizo animal. Atención a alguna de las respuestas…
En lenguaje popular… ¿cómo se les ha quedado el cuerpo con alguna de las respuestas?
La del rotulista no tiene desperdicio, la verdad… Creo que es mi favorita. Imagino al
señor respondiendo muy serio a la pregunta del redactor y casi no doy crédito,
sinceramente.
51
Y como el seguimiento del asunto del ave ya iba decayendo, los redactores de La
Vanguardia buscaban el más difícil todavía y alargar un poco más su particular
serpiente veraniega con la noticia del hallazgo de un buitre en Madrid…fugado de su
reserva segoviana.
La verdad es que, en ocasiones, los pobres redactores no tienen nada que contar en
época estival y cualquier noticia (por pequeña que sea) les da pie para escribir un
libro… bueno, justo lo que a mí me ha sucedido, la verdad… Debe ser deformación
profesional…
Pues nada, hasta Madrid llegó la serpiente de verano de 1990, como pueden ver…
52
Y, por fin, una pregunta que seguramente se estará haciendo el lector. ¿Qué opinión
tenía el propio periódico sobre este asunto? Hemos visto cómo los lectores dejaban ver
sus teorías sobre el particular pero ¿y La Vanguardia? ¿De qué parte se colocaba la
empresa que sirvió de vehículo transmisor de tan original caso?
Podríamos decir que el periodista y escritor Néstor Luján fue el encargado de ofrecer la
versión, digamos más o menos oficial, en un artículo publicado el 18 de julio de 1990.
Luján se sirve del kraken, del monstruo del Loch Ness y hasta de la leyenda de
Melusina para opinar que estamos ante la típica/tópica serpiente de verano.
Espero, amigo lector, que con tanto empacho de cartas, opiniones, encuestas y demás, la
digestión de los documentos referentes al caso del ave gigantesca de Barcelona no haya
sido demasiado dura…
53
PARA SABER MÁS…
54
Bibliografía básica
Existe una amplia bibliografía referida al fenómeno de los seres voladores
desconocidos. Casi toda se encuentra escrita en inglés o francés, aunque también
disponemos de obras en castellano que hacen referencia a este fenómeno y en el que se
recogen datos sobre el caso del ave barcelonesa. Esta sería la bibliografía básica para
conocer en profundidad esta interesante historia.
ARACIL, MIGUEL G. “Cataluña, crónica del misterio” Ed. Corona Borealis.
Madrid, 2004.
ARDANUY, JORDI. La extraña y gigantesca ave sobre Barcelona. Cròniques
d’Art i Tradició, nº 2 (Barcelona, septiembre 1990) págs. 33-68.
ARDANUY, JORDI. El ave gigantesca catalana. Espacio Compartido nº 26
(IIEE de España). Sin data.
BRUNVAND, JAN HAROLD. El fabuloso libro de las leyendas urbanas.
Random House España. Madrid, 2004.
FERNANDEZ, GUSTAVO. Ovnis sobre las torres gemelas. Al filo de la
realidad nº 82, Septiembre de 2002, págs. 21-23.
ORTI, ANTONIO Y SEMPERE, JOSEP. Leyendas urbanas. Ed. Martínez
Roca. Madrid, 2006.
RANSANZ, DANIEL. Puzzle. Descubriendo el nuevo mundo. Círculo Rojo,
2014.
RESINES, JAVIER. Flying monsters in Spain. Flying snake, nº 8, diciembre
2014, págs. 25-32.
SEGUI, MIGUEL. Los últimos dinosaurios vivos. Tras la pista de un mundo
perdido. Ed. La Espiral del Conocimiento. Barcelona, 2002.
SEGUÍ, MIGUEL. Extrañas criaturas aladas. Año Cero nº 21. Abril 1992. págs.
50-56
WHITCOMB, JONATHAN DAVID. Searching for Ropens and Finding God.
Edición de autor, Estados Unidos, 2014.
VV.AA. La Vanguardia. Hemeroteca digital. (1990-1996)
ZILLMER, HANS-JOACHIM. Darwin se equivocó. Timun Mas. Barcelona,
2000.
55
…y recursos en internet.
Con la idea de ahondar un poco más en algunos aspectos de la información que está
contenida en esta obra, dejo varios enlaces a programas de radio realizados por mí en
los que se tratan estos asuntos que nos ocupan. Todos ellos se encuentran alojados en la
plataforma Ivoox y pueden ser escuchados y descargados siguiendo los siguientes
enlaces. Espero que sean de vuestro interés.
El ave gigantesca de Barcelona. Programa de radio realizado por Javier Resines
en Otros Mundos, emitido el 3 de noviembre de 2010.
(http://www.ivoox.com/ave-gigantesca-barcelona-audios-
mp3_rf_449308_1.html )
Kongamato, en Crónicas Criptozoológicas Programa de radio realizado por
Javier Resines en En La Búsqueda, emitido el 20 de febrero de 2014.
(http://www.ivoox.com/kongamato-cronicas-criptozoologicas-audios-
mp3_rf_2850044_1.html)
La extraña travesía aérea. Programa de radio realizado por Javier Resines en
Otros Mundos, emitido el 7 de marzo de 2014. (http://www.ivoox.com/extrana-
travesia-aerea-audios-mp3_rf_2940891_1.html)
Pterodáctilos en España. Programa de radio realizado por Javier Resines en
Otros Mundos, emitido el 17 de octubre de 2014.
(http://www.ivoox.com/pterodactilos-espana-audios-mp3_rf_3645032_1.html)
56
EPÍLOGO
57
Para finalizar la historia del extraño y gigantesco ave sobre Barcelona, he querido
hacerlo con una pequeña muestra del humor con el que periodistas, dibujantes y lectores
en general se tomaron este curioso asunto.
El dibujo es obra del grafista Ferreres y la columna “Rara avis”, la firma Suso, dos
colaboradores habituales del diario La Vanguardia…
Y así, con un toque de humor, de ironía y con la esperanza de que usted, querido lector,
haya llegado hasta este punto en la lectura de esta historia, les emplazo a mirar –de hito
en hito- hacia los cielos de sus ciudades. Y a hacerlo con la esperanza de ver algo
extraordinario, inusual y fuera de este mundo, algo que nos permita seguir soñando con
un planeta en el que aún falta mucho por descubrir.
Un lugar en el que lo extraordinario está mucho más cerca de ti de lo que pensabas…
Gracias de corazón.
Javier Resines
Madrid, mayo de 2015