Post on 15-Apr-2017
transcript
EL PUEBLO DE CATALUNYA VOLVIÓ A DEMOSTRAR QUE NO SE
SIENTE NI QUIERE SER ESPAÑOL
El independentismo catalán vuelve a mostrar su fuerza
Las entidades soberanistas vuelven a movilizar a dos millones
de personas por cuarto año consecutivo, en un nuevo acto de reivindicación internacional | ANC, Òmnium y partidos que
apoyan el sí tratan de desmarcar la marcha de un acto de campaña de cara al 27S. Resumen Latinoamericano
Imagen aérea de la Via Lliure en la Meridiana David Airob
Para ver los vídeos de los diferentes tramos enlace:
http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/cercador/?items_pagina=15&profile=videos&text=Via%20Catalana
Un año más. Una Diada más. La avenida Meridiana de Barcelona se
ha convertido en el escenario de la cuarta manifestación masiva del independentismo en cuatro años. Una nueva demostración
de fuerza que esta vez cobra un nuevo sentido al coincidir con
la campaña electoral de unos comicios planteados como un plebiscito entre el sí y el no a la independencia de Catalunya. Más allá del
previsible baile de cifras, las imágenes vuelven a mostrar una multitud de personas que se han aglomerado en la vía barcelonesa e
incluso han llenado muchas de las calles adyacentes, especialmente en los tramos más cercanos al Parlament. El riesgo de lluvia ha
amenazado todo el día con empañar la nueva fotografía con la que el soberanismo quiere atraer la atención de la comunidad internacional,
pero las previsiones se han cumplido y la marcha se ha celebrado con el carácter festivo y reivindicativo habitual.
Los parlamentos posteriores a los actos simbólicos se han llenado de claras referencias al 27S. "Tenemos ante nosotros lo que ninguna
generación había soñado", ha subrayado el presidente de Òmnium
Cultural, Quim Torra, quien ha insistido en la oportunidad histórica que se abre ante las aspiraciones independentistas porque, a su
juicio, "lo que es normal es querer tener un Estado propio, y lo que es extraño es vivir en un Estado impropio".
Todo hace prever que la manifestación se moverá en unos números
similares a los de anteriores convocatorias pero el primero en anunciar una cifra ha sido el presidente de la ANC, Jordi Sànchez, que
durante su intervención ha asegurado que, según algunos medios, hasta dos millones de personas, han llenado la Meridiana.
En su discurso, Sànchez se ha mostrado contundente: "Ya no
queremos formar parte del reino de España; hemos decidido que queremos irnos y lo haremos con la legitimidad de las urnas".
Interrumpido con gritos de independencia, Sànchez ha subrayado que
"este nuevo país lo construiremos entre todos" sin preguntar "de dónde se viene". Y ha añadido que el nuevo país debe ser "libre de
corruptos y de corruptores".
También en nombre de la Assemblea, Gabriel Rufián ha subrayado que Catalunya ha vuelto a hacer una demostración de que es posible
una "revuelta con sonrisas". Posteriormente, y dirigiéndose a los ciudadanos españoles, Rufián ha subrayado que "esto no va de
romper nada ni de amenazar a nadie", sino de "sumar nuevas identidades y que cada uno pueda sentirse lo que quiera". Ha
intervenido la también integrante de la ANC, la estadounidense Liz
Castro, quien ha querido lanzar en inglés un mensaje claro al mundo: "Queremos ser un Estado independiente".
Masiva, como las anteriores
Más de 2.000 autocares facilitados por la Assemblea han trasladado
durante todo el día alrededor de unos 100.000 participantes en la manifestación de esta Diada. Los primeros convoyes han llegado a la
capital a partir de mediodía y llenarán, aparcados, la plataforma
marina del Fòrum así como varias calles del Eixample. La operación de transporte colectivo por carretera, según la ANC, deja cifras
similares a las de la Diada del año pasado.
El objetivo se ha cumplido: llenar los cinco kilómetros de la avenida
Meridiana, dividida en 135 tramos -tantos como escaños en el Parlament- que sirven simbólicamente para trasladar a la cámara los
diez ejes de la República catalana: regeneración democrática,
bienestar y justicia social, diversidad, solidaridad, igualdad, sostenibilidad, equilibrio territorial, educación y cultura, innovación y
una Catalunya abierta al mundo.
Como en las tres anteriores manifestaciones, las 17.14 ha vuelto a ser la hora señalada en la que ha arrancado el acto. Siguiendo paso a
paso lo previsto por la organización, una veintena de voluntarios han trasladado corriendo -en una imagen que recordaba vagamente a los
relevos de la antorcha olímpica de los Juegos de 1992- el puntero gigante por el carril central de la Meridiana desde el parque de Can
Dragó hasta llegar al Parlament de Catalunya. Al mismo tiempo, los
asistentes han ido configurando un mosaico que ha pasado del color blanco a todos los colores de los tramos. El destino final del puntero
ha sido el de encajarse con es escenario que se encontraba frente al parque de la Ciutadella, dónde el Orfeó Català ha interpretado Venim
del nord, venim del sud, de Lluís Llach.
De nuevo, los gritos de independencia han sido la banda sonora del evento y, en el mismo tono que las anteriores convocatorias, se han
podido ver una mayoría de estelades pero también senyeres, ikurriñas, banderas independentistas gallegas, banderas de Escocia o
de Europa, entre otras. tras los parlamentos, los actos han concluido
con una actuación musical de rumba y la interpretación del himno catalán Els Segadors.
Los partidos niegan que sea campaña
Pese a que la manifestación se relaciona con las candidaturas que defienden el sí a la independencia de Catalunya y buena parte de los
discursos se han asemejado a los de Junts pel Sí, representantes de los partidos y entidades presentes en la Meridiana han querido
desmarcarse de la campaña electoral que dio comienzo la pasada madrugada. No piensa lo mismo la Junta Electoral, que este
jueves dictaminó que TV3 debe compensar a los partidos que no participan en esta Via Lliure con el mismo espacio informativo en las
mismas condiciones.
La previa a la ya tradicional protesta ha estado marcada por la
decisión del presidente de la Generalitat de no acudir a la manifestación. Había sido el propio Mas el que había abierto la
posibilidad de hacer acto de presencia en la marcha en su condición de candidato de Junts pel Sí, pero finalmente se ha echado atrás
justificándolo como en los últimos cuatro años: preservar la institucionalidad de su cargo.
Entre los asistentes han acudido la mayoría de miembros de la lista
de Junts pel Sí, como su cabeza de lista, Raül Romeva, el líder de ERC, Oriol Junqueras y la expresidenta de Òmnium, Muriel Casals.
También han hecho acto de presencia todos los consellers de la
Generalitat exceptuando el de Interior, Jordi Jané, que ha estado controlando el operativo de seguridad. También se ha podido ver a
Josep Rull y Jordi Turull (CDC), así como el cineasta Ventura Pons, los
cantantes Lluís Llach y Joan Dausà o el escritor Albert Sánchez Piñol,
entre muchas otras figuras destacadas.
Una Diada para impresionar al mundo
La cuarta movilización independentista organizada por la ANC y Òmnium vuelve a ser un éxito de participación. En un despliegue
logístico sin precedentes, la Meridiana se ha llenado con más
'estelades' que nunca y ha señalado con punteros de colores al
Parlament y a la comunidad internacional.
Una gran concentración de personas están reunidas en la avenida Meridiana de Barcelona durante la Via Catalana para
celebrar el día de Catalunya. EFE/Alberto Estévez
ROGER XURIACH
BARCELONA.- 'Qué pone ahí?', pregunto a una de las muchas
voluntarias que pasean por el tramo 132 de la Meridiana, casi al final de la avenida. Difícil no detectarlos, con su peto verde y un cartel con
una 'V' colgado en el pecho. 'Independence', me responde con un inglés más que digno. '¿Y por qué no en catalán?', replico. 'Porque el
mensaje se lo lanzamos al mundo'.
La argumentación es definitoria. En la Diada de 2012, unas semidesconocidas ANC y Òmnium lograron reunir en el centro
barcelonés a un millón de personas en favor del derecho a decidir; en 2013 consiguieron unir Catalunya de punta a punta con una cadena
humana que no solo reivindicaba la soberanía nacional, también
pedía a los partidos políticos que actuaran en consecuencia; el año pasado fueron casi dos millones los que legitimaron un 9-N que acabó
resultando descafeinado; y este año, los centenares de miles de personas que se han congregado en Barcelona -desde ANC y Òmnium
hablan de la marcha más multitudinaria de la historia de Catalunya-
han señalado con sus punteros al Parlament pero también han mirado
a la comunidad internacional para que avale, legitime y respete el resultado de las próximas elecciones.
"El mundo nos mira", insistían los organizadores a primera hora de la mañana. Desde luego, a tenor de las imágenes que se han vivido en
Barcelona a lo largo del día y de cómo se ha resuelto, a nivel logístico, el puzzle cromático durante el recorrido del puntero gigante
por los 5,2 kilómetros de una Meridiana absolutamente abarrotada, el mundo habrá quedado, como mínimo, bastante impresionado.
'Independence'. En total son 12 letras, hechas a base de trozos de cinta gruesa pegados al césped que limita con el carril por donde
pasa el tranvía barcelonés. Nada impresionante hasta que, a vista de pájaro, la palabra se lee en todo su esplendor, que es lo que ha
ocurrido segundos antes de que el puntero gigante se incrustara en el escenario final, situado en el Parc de la Ciutadella y donde habita el
parlamento catalán, y diera paso a los discursos finales, uno de ellos, de nuevo el peso de la internacionalización, en inglés.
Afluencia masiva desde primera hora de la mañana
Son las 12.30 horas de la mañana y los más de 2.500 voluntarios de
la ANC y Òmnium ultiman los preparativos de la cuarta gran movilización organizada por las dos entidades independentistas. La
mayoría ha madrugado -sobre las 9.00 horas ya andaban por la vía- y ahora se dedican a poner vallas, trepar por las farolas para
engalanarlas con banderas independentistas, vender bebidas o comprobar el sonido de los altavoces que durante todo el día
escupirán las instrucciones que los asistentes deberán seguir durante la jornada. ¿Una manifestación con manual de uso? No es nuevo,
pero según los organizadores, el reto de este año ha sido aun mayor.
Xavier viene de Badalona, es socio de la ANC desde 2011 y su tarea como voluntario consiste en custodiar cuatro cajas llenas de punteros
de colores cerca de la Plaça de les Glòries. "Para quienes se lo hayan
olvidado", recuerda. No serán pocos los que le acaben pidiendo uno a última hora. Estos punteros se han vendido en los últimos meses
dentro de un pack con la camiseta blanca oficial de la 'Via Lliure' que este año han comprado más de 200.000 personas. A lo largo del día
la demanda ha persistido, de ahí que se hayan seguido comercializando en puntos concretos. También en los bazares chinos,
que han hecho su agosto vendiendo falsificaciones a mitad de precio. La dueña de uno de estos locales asiáticos reconocía que ayer acabó
con medio centenar de existencias. Por suerte aun le quedan las esteladas, en forma de capa o de bandera. Las vende a 5 euros y
antes de las 14.00 ya ha despachado 40. Menos suerte tienen los
vendedores ambulantes, paquistaníes la mayoría que han incorporado la tela independentista al catálogo de sus productos estrella, junto a
las cervezas y el paraguas. "Las vendemos a 4 euros pero
acabaremos bajando el precio", se resigna uno de ellos entre la muchedumbre que llena el Passeig Lluis Companys, otro de los punto
neurálgico de la fiesta.
Ningún manifestante sin su estelada. Esta ha sido la tónica general de una jornada que ha vuelto a discurrir entre la reivindicación y la
festividad
Ningún manifestante sin su estelada. Esta ha sido la tónica general de
una jornada que ha vuelto a discurrir entre la reivindicación y la festividad. Los autocares han llegado a Barcelona temprano y se han
ido incrustando en las arterias cercanas a la Meridiana. El carril bus como aparcamiento improvisado. Al final han llegado más de 2.000
desde todo el territorio catalán, una cifra nunca antes registrada en un acto de estas características. Familias enteras, niños y mayores,
personas con movilidad reducida y hasta mascotas ataviadas para la ocasión iban tomando las calles y los comercios de la zona. En el
cruce con la calle València, y pasadas las 15.00 horas, un restaurante reconocía a este diario haber triplicado la caja de un día festivo de
verano. En la terraza del mismo local, cuatro quinceañeros ondeaban una bandera catalana de 3x5 metros. Venían de Sant Jaume del
Domenys y era su cuarta Diada reivindicativa en la capital catalana.
"Esperamos que cuando tengamos edad de votar, lo hagamos ya en una República Catalana", comentaba uno de ellos.
Menos comentado aunque significativo ha sido la presencia de
carteles de campaña de Junts Pel Sí por toda la Meridiana. Este diario ha tratado de pedir explicaciones a los voluntarios responsables de
'vestir' la avenida pero nadie ha dado respuesta a porqué desde el tramo 80 al 135, en especial la zona del escenario, la más poblada de
cámaras, solo había publicidad electoral en las farolas de la coalición liderada por Raül Romeva y, en cambio, no hubiera de ningún otro
partido.
"La fiesta continúa el próximo 27-S", admitía un padre de familia de
Berga tras levantar su cartulina de color marrón al paso del puntero y contribuir así a que una ola gigante de brazos llegara al Parlament
A las 16.00 horas, justo el momento de más calor de la jornada, los
participantes ocupaban ya su tramo correspondiente, mientras cuatro helicópteros sobrevolaban la ciudad condal y excitaban a las masas
cuando se ponían a tiro. Los voluntarios, a golpe de altavoz, trataban de poner orden entre la marea humana. Y a las 17.14, trabucazo
mediante, empezaba el desfile del puntero gigante, como si fuera una
cabalgata pero que, en lugar de caramelos, repartiera la partitura de
un único cántico: "I-Inde-Independència!". Las fotografías hablan por sí solas. Sobre todo las tomadas desde los áticos más altos de la
Meridiana, por las que algunos residentes han pedido a fotógrafos de
agencia 100 euros en concepto de alquiler del balcón.
"La fiesta continúa el próximo 27-S", admitía un padre de familia de Berga tras levantar su cartulina de color marrón al paso del puntero y
contribuir así a que una ola gigante de brazos llegara al Parlament, a todas luces la imagen del día. "Hasta que nos dejen ir o nos echen
seguiremos demostrando al mundo de lo que somos capaces", sentenciaba. Más diplomático se presentaba un vecino de Poblenou,
Toni Sanchís, que acudía con su madre de 85 años del brazo y su padre de 88 en silla de ruedas. "En casa, de pequeño, nunca me
hablaron de catalanismo. Hoy han sido ellos los que me han dicho de venir a la manifestación. Votaremos los tres por la independencia".
Puede que más allá del motivo de la reivindicación, la grandeza de las manifestaciones de la Diada sea esta: que absorbe a distintas
generaciones y clases de forma natural e integradora. Esta ha sido su
seña desde que irrumpíó en 2012 y se ha mantenido este año también. Reivindicación, sí, pero pacífica y festiva. El que diga o
interprete lo contrario, miente.