Post on 06-Apr-2016
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Un año más, Halloween mezcla fiestas
populares, supersticiones, paganismo y
satanismo. Riesgos para niños y jóvenes.
Alerta en Colombia
Una niña de 6 años padecía
una extraña y desconocida enfermedad. Cada
hora del día, le aparecían en la piel unos
sarpullidos verdosos y empezaba a escupir
espuma blanca por la boca. Ante la grave
situación la niña fue ingresada inmediatamente
en el hospital de su ciudad donde, después de
varias pruebas, los médicos consiguieron
encontrar un antídoto que paliaba los síntomas.
La niña estaría todavía unos días ingresada en
observación para ver su evolución y sacar más
conclusiones sobre la enfermedad, por lo tanto su
madre se quedaba con ella cada noche para estar
con su hija, que siempre que le era suministrado el
antídoto pedía estar con su muñeca; su preferida…
Una noche, después de ser visitada por su médico,
se quedó sola en su habitación, mientras su madre
hablaba con él en el pasillo, cuando su madre
escuchó el murmullo de su hija, su madre, abrió la
puerta y vio que la niña estaba sentada en el borde
de su cama, hablando con su muñeca. la madre de
la niña, muy disgustada la mandó irse a dormir, la
quitó la muñeca y la cerró la puerta. esa misma
noche, a su madre le tocaba velar por ella, fue a ver
como estaba su hija, y encontró la muñeca de
nuevo en su cama, arropada, abrazada a la niña; no
se lo explicaba, volvió a coger la muñeca y se fue a
dormir. a la mañana siguiente, su madre despertó
oyendo el murmullo de su hija, y sintiendo
curiosidad de lo que decía, se hizo la dormida y
empezó a escuchar:
Entonces...tengo que hacer eso, ¿para qué me
cures la enfermedad?
La madre no sabía que pensar, abrió los ojos y miró
a su hija rápidamente, y vio de nuevo la muñeca
sentada al lado suyo, no la pudo decir nada, porque
en ese instante entró el médico a decir que la niña
estaba curada y que la iban a dar de alta. Al cabo de
Unos meses,
todo iba normal,
hasta las
costumbres de la
niña. Una de las
costumbres que
tenía, era irse al
puerto de su
ciudad, y
sentarse en el
muelle a
contemplar los
peces que había
en el mar.se hizo
de noche, y se
levantó una
fuerte tormenta.
La niña seguía
allí, y empezó a
preocupar a su
madre, esta
llamó a la policía,
pero al poco
tiempo su madre
se acordó de
donde se
encontraba su
hija, en el
muelle, fue allí
corriendo y la
gritó:
-¡dónde estabas¡
¡me tenías muy
preocupada,
porque me haces
esto, mira que
tormenta,
volvamos a casa¡
Per
Una chica
sale a altas horas de la discoteca, ha discutido con
sus amigas y esa noche volverá a casa sola,
incapaz de conseguir un taxi decide volver a su
casa andando. Para ello debe cruzar un oscuro
parque, decide hacerlo sin pensar mucho en las
consecuencias y acelera el paso para llegar a casa
cuanto antes.
De repente de entre unos arbustos aparece un
grupo de hombres con oscuras intenciones, el
grupo acorrala a la chica y mientras la increpan y
golpean la empiezan a toquetear, la chica asustada
implora por su vida y les pide entre lágrimas que la
dejen marchar, es virgen y no quiere tener una
experiencia tan traumática como primera vez.
Los hombres entonces le ofrecen una alternativa a
la violación, “la sonrisa del payaso”, la chica debe
elegir entre ser violada o que le hagan la sonrisa del
payaso. La chica que no sabe que es, prefiere
cualquier cosa a perder su virginidad violada por un
grupo de violentos y elige la “sonrisa”.
Sin mediar
palabra uno de
ellos saca su
navaja y le corta
desde la
comisura de los
labios hasta las
orejas, dejando
su boca y cara
totalmente
Deformadas y
una horrible
cicatriz para toda
la vida que
asemeja la
horripilante
sonrisa de un
payaso.
Todo comenzó con una fotografía de la
década de los ochenta, rescatada entre los
escombros de un incendio ocurrido en una
biblioteca de la ciudad de Stirling, en
California, Estados Unidos. En dicha
fotografía se podía ver a un grupo de
catorce niños jugando en un parque de la
localidad; pero, al fondo y en actitud de
silencioso observador desapercibido, yacía una
inquietante y negra figura masculina: alta (más de
dos metros), sin rostro, con terno negro, con
tentáculos, borrosa a causa de la sombra de un
árbol.
Lo realmente perturbador de la fotografía era la
presencia de niños que jugaban alrededor del
extraño, como si no pudiesen verlo pues… ¿a qué
niño no le llamaría la atención de un tipo alto, sin
cara y con tentáculos? Mas lo peor vino después,
ya que los niños desaparecieron sin dejar rastro y
también Mary Thomas, la supuesta autora de la
fotografía. Jamás se hallaron sus cadáveres…
Después de lo sucedido con aquella fotografía,
muchas otras personas comenzaron a enviar sus
propios testimonios acerca del extraño y alto
humanoide. Surgieron así fotos en que se lo veía
en medio de siniestros bosques, de solitarios y
nocturnos paisajes urbanos en que la niebla se
fundía con la luz de los postes, en medio de otros
incendios, o incluso adentro de casas o de
construcciones abandonadas. Junto a eso,
posteriormente aparecieron teorías que
mostraban como el extraño y tentaculado
humanoide nos había acompañado desde siglos
atrás, como supuestamente mostraba el mito
alemán de The Grossman (reflejado en un famoso
grabado del siglo XVI) o el alû, un ser sin rostro,
mitad-humano, mitad-demonio, propio de las
antiquísimas creencias acadias, sumerias y
babilonias.
Sara y Cathy eran las típicas vecinas envidiosas
que no se soportaban la una a la otra. Detrás de la
falsa cordialidad y amabilidad que demostraban
cuando estaban juntas, existía un profundo rencor
y envidia que ninguna de las dos dudaba en
mostrar cuando la otra se daba la vuelta.
Rumores, acusaciones e incluso algún que otro
arañazo en la chapa de sus coches o una rueda
pinchada eran habituales. No en vano se conocían
desde el instituto y el amor de un chico ya las
había convertido en enemigas feroces desde
entonces.
A pesar de que habían pasado muchos años y de
que a ambas les había ido muy bien en la vida
―ambas estaban casadas, residían en el barrio
residencial más caro de la ciudad y gozaban de
todo tipo de lujos―, su rencor no hacía más que
crecer y aprovechaban cualquier excusa para
competir en una ridícula carrera por ver cuál era
mejor y si era posible ridiculizar a la otra. Este año
no iba a ser la excepción, ya que en el barrio se
celebraba un concurso por Halloween para ver
quién llevaba el mejor disfraz y qué casa había
sido mejor adornada.
Tanto Sara como Cathy confiaban en que ganarían
ambos concursos. Sara había contratado a una
diseñadora de ropa famosa para que le creara el
disfraz de vampiresa más espectacular y sexy que
jamás se había visto, incluso le habían
confeccionado una prótesis dental a medida para
simular sus colmillos. El resultado era digno de
súper producción de Hollywood. Por su parte,
Cathy llevaba un disfraz de bruja espectacular, no
resaltaba su belleza como el de Sara pero era
mucho más aterrador y llevaba varios trucos de
magia para asustar a los niños, así como un
enorme sapo vivo que guardaba en su bolsillo
para asustar a los más valientes.
En cuanto a la decoración,
ambas habían tirado la
casa por la ventana y
habían gastado varios
miles de euros en
iluminación, telarañas
falsas, máquinas de humo
seco, las más
espectaculares calabazas
talladas a mano y
muñecos a tamaño real
de todo tipo de
monstruos.
Antes de comenzar los
concursos ambas se
dedicaron una mirada
mezclada de odio y burla,
pensando que la otra no
tenía ninguna opción de
ganar, ya que cada una
guardaba un as en la
manga para ganar el
primer premio.
El concurso de disfraces
transcurrió según lo
previsto y poco tiempo
después quedaban dos
finalistas, Sara y Cathy. La
falsa sonrisa de ambas
mientras se mostraban en
público era digna de un
verdadero concurso de
reinas de belleza, ambas
tenían preparado su
discurso de falsa modestia
y fingida sorpresa. Lo que
no esperaba Cathy es que
Sara, mientras estaban en el escenario, abriera un poco
más la raja de su falsa mostrando una de sus espectaculares
piernas y dejando embelesado al jurado masculino que no
dudó en coronarla como mejor disfraz. De poco le sirvió a
Cathy haber llevado en la mano ese repulsivo sapo que
parecía soltar un moco asqueroso, su esfuerzo había sido en
vano y, si perdía el premio a mejor decoración, Sara se lo
estaría restregando por la cara todo el año.
Pasados unos minutos comenzó el concurso y nuevamente
no había sorpresas, las dos casas mejor decoradas eran las
de Sara y Cathy. El jurado se acercó a la casa de Sara y allí
empezó el verdadero festival: fuegos pirotécnicos, juegos de
luces sincronizados con la música que eran coordinados por
unos especialistas coreanos que le habían costado un ojo de
la cara a Sara. Una decoración que parecía salida de una de
las atracciones de un parque de diversiones. Pero el plato
fuerte fue cuando liberaron al menos 100 gatos negros que
tenían enjaulados y dispuestos a hacer aparición cuando
acabara la música.
La gente quedó impresionada y estalló en aplausos, Cathy
también quedó un poco preocupada, su sorpresa también
era espectacular pero no esperaba que la competición fuese
tan reñida. Rápidamente se apresuró a regresar a casa para
coordinar el espectáculo, diez minutos después el jurado
visitaría su hogar y tenía que estar todo dispuesto.
Al llegar ordenó a los miembros de su equipo (había
contratado bailarines y técnicos de sonido) que se colocaran
en sus puestos; pero estaba nerviosa, muy nerviosa y la
gente cuando se encuentra en ese estado tiende a cometer
errores.
El jurado llegó y su función comenzó, la casa en una
completa oscuridad se iba iluminando a trozos y en cada una
de las ventanas una pantalla y un proyector colocado por
detrás mostraban diferentes habitaciones en las que había
asesinos, se escuchaban gritos de tortura y salpicaba la
sangre o aparecían fantasmas. Sin duda Cathy había optado
más por el terror que por el espectáculo audiovisual como
Sara. Pero su plato fuerte estaba a punto de comenzar…
De repente y al ritmo de Thriller de Michael Jackson, una
manos empezaron a salir de debajo de la tierra de su jardín.
Un espectacular grupo de baile disfrazado de zombis
apareció en el cementerio
figurado que había en su
terreno y comenzó a
bailar de forma
sincronizada.
La gente bailaba, reía y
grababa en vídeo todo el
espectáculo, sin duda
todo estaba saliendo a la
perfección. Cathy desde
lo alto de un árbol de su
jardín preparaba el truco
final, un conjunto de
arneses atados a una
rama alta servirían para
que ella hiciera su
aparición volando sobre
su escoba. Era un sistema
complicado que le habían
tenido que explicar más
de diez veces unos
especialistas en escalada
que había contratado. Los
nervios del momento
provocaron que Cathy
tuviera un error fatal. Una
de las cuerdas había
quedado mal fijada y se
soltó cuando Cathy saltó
del árbol para aparecer
volando sobre los
zombis…
La cuerda restante se
enredó en su ropa y el
peso de su cuerpo
comenzó a ahogarla,
estaba colgando como si
acabara de ahorcarse
pero para su desgracia la
muerte no tuvo la bondad
de partirle el cuello; en su lugar, comenzó a asfixiarse
lentamente mientras pataleaba luchando por su vida.
La gente no salía de su asombro, pensando que se
trataba de parte del espectáculo aplaudían y
coreaban el nombre de Cathy. La canción terminó
y la risa malévola de la canción de Michael
Jackson dio el broche final a una función
impresionante. Las piernas de Cathy perdieron su
fuerza y dejaron de moverse. Murió ahorcada sin
que nadie se diera cuenta a pesar de que decenas
de personas observaban el espectáculo.
Nadie dudaba de que Cathy debía ganar, incluso
Sara reconoció en sus adentros que había sido
vencida. El jurado dictaminó que era la justa
ganadora del primer premio a la casa mejor
decorada.
Pero nadie acudió a recoger el premio.
Mientras la gente se preguntaba dónde estaba
Cathy, un grupo de niños se divertía jugando con
el “muñeco” de bruja que colgaba del árbol. Le
tiraban piedras y caramelos, estaba tan bien
hecho que ninguno se atrevió a acercarse
demasiado.
Hasta el día siguiente, nadie se dio cuenta que la
bruja ahorcada que había en el jardín era en
realidad Cathy, quien por su rivalidad con la
vecina había dado la vida para ganar el concurso.
A Martín le tocó este Halloween la tediosa labor
de acompañar a los niños del vecindario en su
búsqueda de caramelos tocando puerta por
puerta. Todos los años uno de los padres era el
encargado de vigilar a los pequeños mientras
corrían alegres acumulando dulces y chocolatinas.
No es que a Martín no le gustaran los niños, los
adoraba, pero tener que controlar a tanto
pequeñajo era un trabajo agotador. A su hijo de
ocho años le podía pegar un par de gritos para
calmarlo pero cuando su misión era vigilar los
hijos de los demás su función era mucho más
difícil.
Aun así tenía que reconocer que lo estaba
disfrutando más de los que esperaba, los niños se
estaban portando muy bien y estaba viendo a su
hijo disfrutar. Además los vecinos del barrio
residencial donde vivía eran realmente amables
con los niños e incluso con él, ya que varios le
ofrecieron golosinas y le daban ánimos con el
arduo trabajo que controlar a más de una decena
de fierecillas. Aunque como en todo vecindario
siempre hay un viejo cascarrabias al que todos los
niños le tienen miedo.
Don Clemente era el prototipo de viejo viudo y
amargado que aparece en las películas… El típico
anciano que no devuelve el balón a los niños
cuando cae en su jardín y vivía en un viejo caserón
de esos que provocan un escalofrío al pasar.
Martín sabía que nunca abría la puerta a los
pequeños en Halloween y mucho menos les daba
caramelos, pero era su obligación acompañar a
los niños a golpear la puerta. Por lo menos sería
una buena excusa para asustar un poco a los
niños y poder controlarlos un poco mejor.
Su sorpresa fue mayúscula cuando a los pocos
segundos de golpear la puerta de Don Clemente
éste apareció totalmente cubierto por una sábana
blanca, un disfraz improvisado de fantasma que
pareció encantar a los niños. Al fin el ogro (como
le llamaban algunos) se había ablandado y
Repartía caramelos,
chocolatinas y manzanas
caramelizadas entre los
pequeños. Nunca articuló
ni una palabra pero sin
duda era todo un avance
en su actitud. Martín
agradeció el gesto y se
despidió de Don Clemente
con un apretón de manos.
Le llamó la atención que
usara guantes dentro de
casa, pero la verdad es
que el viejo era tan
excéntrico que no le dio
mayor importancia. Al
menos no hasta pasados
diez minutos…
El hijo de Martín
súbitamente comenzó a
vomitar, parecía que se
estuviera ahogando y
aunque seguía respirando
lo hacía de forma muy
débil y superficial.
Segundos después
comenzó a convulsionar
en el suelo y sus labios
tomaron un color
azulado. El tiempo que
tardó en llegar la
ambulancia se le hizo
eterno. Al llegar los
sanitarios el niño estaba
en coma, le entubaron
para ayudarle a respirar y
salieron a toda velocidad
hacia el hospital mientras
la sirena de la ambulancia
sacudía con su estruendo
el pacífico y tranquilo barrio.
A pesar de todo el esfuerzo del equipo médico el
hijo de Martín falleció en menos de media hora. El
médico de guardia nunca había visto un caso
como el de esa noche, pero si había leído
mientras cursaba medicina un caso similar. Un
envenenamiento por cianuro.
Rápidamente revisó en la mochila que aún llevaba
el cadáver del niño y encontró la bolsa de
caramelos que había recolectado ese Halloween.
Un inconfundible olor a almendras amargas (olor
que normalmente tiene el cianuro) se desprendía
de una de las chocolatinas. Al abrirla encontró en
un interior un polvo blanco que claramente
alguien había introducido dentro del chocolate.
Siguió abriendo chocolatinas y encontró en
algunas más el polvo y algo aún más inquietante…
Al partir una de las manzanas caramelizadas
encontró en su interior cuchillas de afeitar y
agujas. Sin duda alguien había decidido
envenenar a todos los niños del barrio o al menos
provocarles daños graves con agujas y cuchillas
escondidas dentro de la comida.
El médico salió corriendo al pasillo y sujetando
fuertemente por los hombros a Martín le empezó
a preguntar si había más niños con su hijo
- Debemos avisar al resto de padres que no dejen
comer nada a los niños, no podemos permitir que
ningún niño más muera. – El médico en su afán
por salvar vidas no había recordado avisar al
padre de la muerte de su hijo.
La cara de preocupación de Martín cambió
inmediatamente a una de total desolación
- ¿Ningún niño más? ¿Qué le ha pasado a mi hijo?
¿Dónde está?
Martín apartó
al doctor y
entró a
empujones en
la sala donde
habían
atendido a su
hijo.
Destrozado por
el dolor de la
pérdida se
sentó en el
suelo
Mientras abrazaba el
cuerpecito sin vida de su
hijo.
Las lágrimas pronto se
convirtieron en un rostro
de rabia mientras el
doctor le explicaba que
habían encontrado restos
de cianuro en las
golosinas que alguien le
había regalado a los niños
e incluso dentro de una
manzana habían agujas y
cuchillas de afeitar.
Martín recordó cual fue la
única casa donde habían
regalado manzanas
caramelizadas y entonces
empezó a atar todos los
cabos: la amabilidad sin
precedentes de Don
Clemente, porqué llevaba
guantes dentro de casa y
que su hijo minutos
después de la visita
comenzara a sentirse mal.
Sin mediar palabra salió corriendo del hospital al que justo
en ese momento llegaba otro niño con los mismos síntomas
de su hijo. Martín reconociendo a su vecina le dijo que
avisara por teléfono al resto de madres que no dejaran
comer nada a los niños. No dijo nada más ya que subió a un
taxi y salió rumbo a la casa de Don Clemente.
Martín no era un hombre muy corpulento pero
cualquier persona que se hubiera cruzado con él
hubiese dado un paso atrás al ver su rostro
desencajado por la furia. De un patadón reventó
la puerta de entrada de Don Clemente y entró en
su casa con la intención de matarle con sus
propias manos. Pero al llegar a la habitación del
viejo se dio cuenta de que alguien se le había
adelantado. Don Clemente estaba tirado en el
suelo con la cabeza destrozada y restos de sangre
seca manchaban la alfombra sobre la que estaba
tendido su cadáver.
Pocos minutos después llegó la policía y encontró
a Martín sollozando y sentado en la cocina de Don
Clemente mientras sostenía una carta en la que el
verdadero asesino había escrito:
FELIZ HALLOWEEN
Un forense determinó que el viejo llevaba muerto
varias horas y no pudo ser quien entregó los
dulces envenenados, alguien amparado por un
disfraz improvisado de fantasma había suplantado
al anciano y envenenado a los pequeños. Esa
noche fallecieron cuatro niños y varios más
sufrieron cortes y pinchazos en sus bocas al
comer
chocolatinas y
manzanas.
Una viejita estaba vendiendo una casa, estaba
algo ruinosa pero estaba lo suficientemente
cuidada para poder convivir en ella. Se las ofreció
a dos muchachitas llamadas kelly y Dulce de 19
años. Lo que ellas no sabían es que la casa estaba
embrujada, es por ello que se la compraron muy
bien de precio.
La casa estaba un poco sucia, con muchas
telarañas y con algunos pequeños desperfectos,
nada grave, pero era algo que tendrían que
solucionar más adelante.
Cuando llega la noche, fueron a dormir en su
nueva casita, cada una a su habitación en el piso
de arriba. Mientras dormían la casa crujía
fuertemente, enseguida pensaron que era la
madera, y que era algo muy normal en una casa
tan antigua. De repente, en mitad de la noche
alguien pega en la puerta fuertemente.
Bajaron y preguntaron - ¿Quién eres? - dijeron las
muchachas al unísono. Nadie respondía,
decidieron no abrir por el terrible miedo que
tenían. Durante horas permaneció ese ruido de
alguien pegando la puerta.
Justo cuando estaban ya pensando en llamar a la
policía, dejaron de pegar en la puerta, por
primera vez en toda la noche podrían descansar
tranquilas, aunque no duraría mucho.
Una media hora después de cesar los ruidos en la
puerta, unos pasos se oyen en el salón, como si
Alguien se hubiera colado
dentro. Las dos bajan
rápido a ver qué ocurre
sin pensar en el peligro.
- ¿Qué es eso? - es lo
primero que se pregunta
Dulce al ver lo que había
en aquella sala.
Lo que ambas veían era
una especie de sombra,
con forma humana que
deambulaba por el techo
de la sala.
- ¿Que eres tú, eres el que
pegaba en la puerta,
cómo te llamas? - le
pregunto con voz
temblorosa Kelly a la
misteriosa sombra.
Con una voz muy ronca le
contesto - no soy el que
pego en la puerta y no te
puedo decir mi nombre -,
y enseguida desapareció
ante el asombro de las
muchachas. Asustadas
fueron de nuevo a sus
habitaciones a intentar
descansar, aunque no
lograrían dormir en toda
la noche por el miedo que
la sombra les causo.
A la mañana siguiente apareció en frente de la
casa la viejita que les vendió la casa... ¡estaba
muerta! Pero parecía tener un recado escrito en
un papel para las muchachas, en él decía:
Queridas muchachas
Mas os vale que se vayan de esta casa sino las
siguientes pueden ser ustedes.
Dicho recado estaba escrito con la sangre de la
viejita. Llamaron a la policía y las tranquilizo, les
dijo que la anciana estaba loca y siempre
intentaba asustar a los ocupantes de esta casa.
Finalmente las muchachas no hicieron caso del
recado y decidieron quedarse. A la mañana
siguiente amanecieron muertas.
Se dice desde entonces que todas las noches se
oyen los gritos de las dos muchachas pidiendo
¡AYUDAAA!
ANABELLE: El caso de la muñeca Annabelle
(Annabelle doll en inglés) fue uno de los sucesos
investigados por los parapsicólogos Ed y Lorraine
Warren en 1970 y está considerado uno de los
fenómenos paranormales más conocidos.
La muñeca fue fabricada por una empresa juguetera
infantil que comercializaba los productos de
Raggedy Ann, siendo esta una de las unidades.
La marca Raggedy Ann fue creada en 1915 por
Johnny Gruelle y se dio a conocer tras una saga
literaria infantil a partir de 1918. El éxito fue tal que
Fleischer Studios produjo una serie animada. A lo
largo de los años, el producto fue un éxito de ventas
hasta los años 1970.1
Fenómeno paranormal
En 1970, una mujer le regaló a su hija Donna,
estudiante de medicina y que compartía habitación
con otra joven, Angie, una muñeca de la marca
Raggedy Ann. Contenta con el regalo, lo primero
que Donna hace es dejar a la muñeca sobre su cama
como adorno. Sin embargo, a los pocos días
empiezan a suceder extraños fenómenos: la muñeca
parece moverse sola, ya que cuando las dos
regresan al apartamento, se la encuentran en
diferentes posturas, aparte de hallar mensajes
aparentemente sin sentido como Help us
(Ayúdanos), You miss me? (Me extrañaste) o Save to
Lou (salven a Lou), como casualmente se llamaba el
novio de Donna.2 3
Aunque en un principio achacan lo sucedido a la
broma de algún estudiante que se cuela en su
habitación para asustarlas, deciden ignorar los
sucesos hasta que estos van en aumento, por lo que
acaban pidiendo los servicios de una médium que
les informa que dentro de la muñeca está alojado el
Espíritu de una
niña llamada
Annabelle
Higgins, la cual les
pide que la
acepten como
una más. Este
hecho llama la
atención de Lou,
el cual al ver
como Donna y
Angie la tratan
como si fuera
humana, mira con
desdén la escena
a la que califica de
"surrealista". Al
poco tiempo este
tiene una
pesadilla en la
que alguien
pretende
estrangularle
hasta que
despierta y se
encuentra con la
muñeca a los pies
de la cama,
mientras que Lou
mira extrañado
unas heridas
superficiales.
Sin embargo la
situación no
parece terminar.
Las estudiantes escuchan ruidos desde su
habitación, pero no encuentran a nadie, por lo que
deciden contactar con un cura, el cual deja el caso
en dos parapsicólogos: Ed y Lorraine Warren. Estos,
a diferencia de la médium, les comentan que no
existe tal Annabelle, sino que dentro de la muñeca
mora un espíritu maligno que pretende poseer a
Donna tras haberle dado permiso para que entrara
en su vida. Finalmente optan por deshacerse de la
muñeca y los Warren regresan a su casa (dónde
disponen de un museo) por carreteras secundarias
para evitar posibles accidentes a causa del poder
manifiesto que provoca que el motor de su coche
llegue a calarse.
Desde entonces ha permanecido en una urna de
cristal dentro del museo familiar en Connecticut.
LÍBRANOS DEL MAL: Líbranos del Mal es una
película perteneciente al género de terror-delitos
estadounidense del año 2014 dirigida por Scott
Derrickson, producida por Jerry Bruckheimer, y co-
escrita por Paul Harris Boardman, basada en un
libro de no ficción de 2001, titulado Cuidado con la
Noche de Ralph Sarchie y Lisa Collier Cool.
Protagonizada por Eric Bana, Édgar Ramírez, Sean
Harris, Olivia Munn y Joel McHale, la película fue
estrenada el 2 de julio de 2014.
La película está basada en los hechos de la vida real
de Ralph Sarchie, un policía de Nueva York que
conoce a un sacerdote católico, cuando él
sacerdote le convence de concentrarse en un caso,
que va contra las creencias religiosas del oficial,
este se relaciona diabólicamente con los sucesos.
Juntos, trabajan para resolver el caso y para
lograrlo tendrán que luchar contra fuerzas
paranormales que trabajan en contra de ellos. Los
dos deberán exorcizar a un demonio en un hombre
que ahora es el único sobreviviente de un pequeño
grupo de personas que se ocultaba en una cueva en
Irak. Tras haber sido puestos a prueba tanto
físicamente como espiritualmente y ser llevados al
límite, La película concluye con Ralph y su familia y
sus amigos que se reunieron para celebrar el
bautizo del niño recién nacido de Ralph, que es
oficializado por el mismo sacerdote que ayudó a
Ralph. Se dio a
Conocer que
Ralph se sale del
cuerpo de policía
y comienza a
trabajar con el
sacerdote para
vencer a las
fuerzas del mal.