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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 2/300
“Volumen
doble
*
'z
. f
Los trabajos
de
HERBERT
MARCUSE
sobre
temas
de
historia de las ideas
y
de crítica
de
la cultura
le acreditan
como uno
de
lo s
m ás notables
ensayìstas y pensadores
contemporáneos.
Por
añadidura, la s revueltas
estudiant i les
europeas y americanas
de la década de lo s
sesenta'
sacaron
a
s u
obra
de l
ámb i to
aca dé m ico p ara
convert i r la
en
filón
de
sugerencias
críticas
y
reiv indicator ias
de lo s mov im ien tos
juveni les. EL MARXISMO
SOVIETICO estudia
las
rcelaboraciones
leninista y
staliniana
de las teorías de Marx
y Engels. así como el marco
polí t ico
y social, nacional e
internacional,
que
explica e s a s revisiones. El
libro
resulta
especia lmente
representat ivo
de
las
concepciones
marcusianas, ya
que
el análisis de
la
ideo log ía sov ié tica
impl ica necesariamente el estudio
de las dif icultades
y
posibi l idades
de
t ransformación
revolucionaria
en
lo s
paises
capitalistas
avanzados: la disminuciór i de l potencial
revolucionario de l mov im ien to obrero europeo y la
socialdemocrat ización
de lo s part idos comunistas e s ,
a la
vez.
causa y
efecto
de
la
polít ica
soviética
y de las
teorías
que la justif ican. Por úl t imo, la obra pone
de
rel ieve
la existencia de tendencias conve rgen tes
en
el m u n do
socialista
y en
e l
sistema
de l
capi ta l ismo Organizado.
fenómeno
que
tiene
su
razón
de ser
en
lo s
proced imientos
de industrial ización acelerada y de contro l
cultural y social
que
ambas estructuras
aplican
en
común.
En esta
m i s m a
colección
s e han
publ icado
otros
dos l ibros de
Marcuse
ín t imamente conectados con la prob lemát ica
aqu i
planteada
(«Razón
y revolución»,
L B 292 ;
« La a gre siv id ad en la
sociedad
industr ia l avanzada»,
L B
337), así com o
su
contribución a un
libro
colectivo sobre
_ « E l odio en el
mund o actual»
(L B
443) .
_
KVA
Iìïl t
1 ;
A
I K )
P E W
|
r
)
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Elmanisinowviétieo
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S e o e i å n z ' ¡humanidades
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Introducción 9
festación
de la
Razón, sino
justamente lo contrario;
la
Razón
pertenece exclusivamente al futuro de
una
sociedad
sin
c l a s e s ,
en
cuanto organización
social adecuada al desarrollo l ibre d e las necesida-
d e s y facultades humanas. Lo que para
Hegel e s
historia,
para Marx
e s
todavía prehistoria.
La afirmación d e la
existencia
d e l e y e s históricas
puede
ser
dul indada de cualquier
tipo d e teleolo-
g í a .
Por
tanto,
sólo
significa
que
el
desarrollo
de
un sistema
socia l especifico y los cambios
que
pro-
ducen el p a s o de un sistema
social a otro
están
determinados por la
estructura
que la sociedad
respectiva
s e
ha
dado
a s i
misma,
e s
decir,
por la
d ivis ión y organización
básicas del trabaìo social,
y
que las inst ituciones po líticas y culturales
son
gene-
radas
por
ta l
división
y
organización
básicas
v
s e
corresponden con ellas. Las múltiples dimensiones 3 ;
aspectos
d e la vida
social no
constituyen
una
mera
suma de
hechos
y
fuerzas,
sino una unidad cla ra -
mente identicable, de maneta que los desarrollos
a
largo plazo e n
cualquier
dimension deben ser
entendidos
e n
s u
relación
con
la
t t b a s e n .
Bajo
el
supuesto
d e
semeiante unidad estructura l
cabe
dife-
renciar
l o s sistemas sociales sucesivos,
entendiéndo-
los como formas d e sociedad esencialmente diferen-
t e s cuya direccion
general
d e desarrollo está
logica-
mente «predetemainadm por
s u s orígenes. La
mis -
m a
imposibi l idad
de
f ì iar
el
momento
preciso
(in-
cluso
con
un
siglo
o m ás d e
diferencia).de desapa-
rición de un sistema social y comienzo de
otro (por
e jem plo , feudalism o
y
capitalismo) muestra la
exis-
tencia de una
tendencia
subyacente
mediante
la
cual un sistema s e
t ransforma
en
otro.
La nueva
sociedad
surge
en
e l
marco
d e
la
antigua
a
través
d e
cambios
definibles
en s u
estructura,
que
s e
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l0
l- lerben
Mercure
acumulan
hasta hacer surgir una
estructura e s e n -
da lmente
diferente.
En ult imo
análisis, no
existen
causas
tteirtrañasi
en esta
secuencia,
ya
que
todos
l o s f a c t o r e s y a c o n t e c im i e n t o s a p a r e n t e m e n t e e x t e r -
nos
(descubrimientos,
invasiones, e l im pacto de
fue rzas le janas ) afectarán
1 la estmctura social
solamente s i el terreno
esta
preparado para
ello;
p o r
ejemplo,
s i coinciden con
evcludones corres-
pondientes
acaecidns
dentro
d e
ll
sociedad
respecti-va
o
s i
dan
respuesta a n e c e s i d a d e s
y
carencias
sociales ( como en el c a s o de In inltración de lo s
bárbaros en el s e n o del
debi l imdo
lmper io romano,
o de la inuencia del comercio
in temndona l
y de
lo s deeqibrimientos sobre las sociedades feudales
sometidas a
un
proceso
d e cambia interno
entre
lo s
siglos
XIII
y
XVI ) .
La fo rma búsica de reproduccion
social,
una
vez
inrtitucionalizada, determina la direcdón del
d e s a -
rrollo no
solo
en el s e n o de la sociedad concreta
que
s e
toma
como
objeto de estudio sino
también
m ás
alla
de la
misma. En
e s t e
sentido, el
proceso
histórico
e s
racional
e
irreversible.
Un
ejemplo
de
desarrollo
interno: la etapa
actual
de la sociedad
industrial occidental, con
s u
creciente regulación
privada y
gubernamental de la
economia
( e n otros
palabras,
con su
economia y cultura cada vez m ás
políticas),
aparece com o el resultado
dogioo»,
esto
e s ,
inherente,
de
la
l ibre
empresa
y
la
l ibre
concu-
rrencia stentesn la
etapa
ante rio r. No hay
necesidad
de
acudir
a
las
categorias
marxistas para
explicar
la
oonón
ste-nte
ntre
la concentra-
ción del
poder económico y
lo s
correspondientes
cambios
politicos
y
culturales, p o r un lado,
y la
utilizacion
capitalista
de
la
productiv idad s iunpre
en
aumento
del
trabajo y
del progreso
técnico,
p o r
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Intmdnodân
ll
otro. Un
eiempln
de
desarrollo
externo:
la eparición
del r istqna feudnl a partir de las instituciones
basicas de
la
economia
agraria
existente
en
e l
últi-
m o periodo del Imper io romano y baio la influen-
cia
de In
o rpn i zadón t r ibal y mi l i tar
de
lo s barba-
roa, suministra qttizí el
ejemplo
m ás claro
de
la
inherente racionalidad e irreversibil idad
históricas.
Por la
misma
razón, parece oomt i tu i r unn mtici-
puión
razonable
a rma r
que,
cualquiera
que
s e a
la
próxima etapa de
la
civilización
industrial,
hs
instituciones
básicas de una
industria mecnnimda
en
gran escala
y
el
oomiguiente
aumento de la
productividad del trabaìo
t raer in
consigo unas
ins-
t i t u c i o n e s p o l i t i c a s y c u l t u r a le s i r r e v o c a b l e m e n t e
äferentee de
las del periodo l iberal - tendendn hie-
tórica
que
probablemente
hara
desaparecer
algunas
de
la :
m ás
notables
diferencias
existentes en le
a c t u a l i d a d e n t r e l o s s i s t e m a s o c c i d e n t a l
y s o v i é t i c o .
Este breve
bosqueio
d e la
nodón
de leyes históri-
c a s
objetivas puede servir para mostrar el carácter
l teleológion d e la hipótesis. No impl ica ningún
p m -
pósito
o
«fins
hacia
el
que
s e
mueva
la
historia,
ni
la
existencia
de
una
Razon
metasica o espiritual
sulìyaeente, sino solamente la
determinacion insti-
tucional del proceso histórico. Ademús, s e insta
de
im a
determinación histórica, e s decir, no e s «auto-
ml l icas en
sentido
alguno. Dentro del m a m o n insti-
tudonalqueloshombressehandadoasiinismoa
en
interaeeión
con
las condiciones
naturales
e
his-
tóricas
dominantes,
e l
desarrollo e e
realiza
n través
de
la actividad
humana, p u e s son lo s hombres lo s
agents históricos
y
mya s son las
alternativa:
y
decisiones.
Si
s e
aplica
e s t a hipótesis
a
la
interpretación
del
marxismo
soviético,
e s necesario
comenzar
haciendo
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ll H Q Ó Q H
Mambo
la
función
que desempeña
el
término,
«coexisten-
ciaa. La
noción
de
coexistencia ha sido utilizada en
el
marxismo
soviético en
formas
m uy
diferentes.
que
van d e s d e
una
necesidad táctica
a
cono
plazo
hasta
un
objetivo
politico de
largo alcance. Sin
ernbargo,
la misma distinción
entre
«corto plazo-
y
dar@ alcanoev c a r e e e
de
sig-ricación s i no dispo~
nemos previamente d e
unos
patrones de medida
ir lenticables,
los
cuales,
a su
vez, presuponen
la
de fo rmular
juicios vericables aoerca
de la
dirección histórica
del
desarrollo aoviétioo. En
lenguaic marxista soviético, todo
e s
a
oorto
plazo
s i
s e
toma
como
término de oornparaoión la imp lanta-
ción na l del comunismo mundia l .
Maa
fuera del
ámbi to
d e e s t e lenguaie,
resulta
absurdo a rma r
que
politicas
que
pueden
durar
décadas
y
que
vienen
exigidas
no
por las uctuacicnes po l íticas
s i n o por l a
e s t r u c t u r a
d e l a s i t u a c ió n i n t e r n a c i o n a l ,
constituyen po liticas ra
cono
plazo». Exnminada
en
e s t e contexto , la coexistencia
quiza
constituya el
rasgo m as singular de la era contemporanea; signi-
ca
el
encuentro
de dos
formas
antagónius
de
civilización
industrial,
desalìandose
mutuamente
en
el
m ism o p alenq ue internacional
y
sin
que ninguna
de las
d o s
s e a lo sucienternente fuerte
como para
derrotar
a
la otra. Esta
debi l idad relativa
de
ambos
sistemas e s caracteristica de
s u s
respectivas estruc-
turas
y ,
p o r
consiguiente,
un
factor
de
largo
alcan-
cqlapérdidadeecaciadeunodelossistemas
supondría
s u
propia desaparición
En
la
sociedad
industrial occidental,
la
debi l idad deriva
del perma-
nente pel igm de superproducción e n un mentado
mundia l cada vez m as estrecho y
con
graves dislo-
eaeiones
sociales
y
económicas;
peligro
que
exige
constantes
contramedidas polit icas, que
a
su vez
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lntrndrtãn
U
l imi tan
e l crecimiento económico y cultural
del
sistema. Por
otra
parte,
el sistema
soviético conti-
núa
padeciendo
la
dolencia
de
la
sulsproducción,
perpetuada
p o r las obligaciones mili tares
y
politicas
d e la Unión Soviética
frente
al
mundo
occidental
avanzado.
Las
consecuencias dc esta
dinámica
s e -
ran obieto de estudio en
los
capitulos siguientes.
L a evolución d e s d e el leninismo al s talinis m o
y
etapas
subsiguimtes
será
exarninada
como
cl
resul-
tado,
en
s u s periodos
y rasgos principales, de
la
constelación
«anómal in en la que hubo de edicor-
s e
esta sodedad socialista
(1), que
ha produddo
como consecuencia el
que
la sociedad
soviética
s e a ,
respecto
a la sociedad
capitalista,
coexisteute y
competidora en vez
de
sucesora
y
heredera. Esto no
quiere
decir
que
las
politicas
(tales com o
la
de
i n d u s t r i a l i z a c i ó n
s t a l i n i s t a )
q u e
d e d d i e r o n
l a
t e n -
dencia
fundamental
de la sociedad soviética
consti-
tuyeron una necesidad inexorable. Siempre hubo.
alternativas, pero
s e
trataba d e altemativas históri-
cas; u decir, d e copcioness ofrecidas a las c l a s e s
que
l ibraban
los
grandes
conflictos
socials
del
pe-
ríodo
de entreguerras, m as que
opciones sometidas
al poder d iscrecional de lo s dirigentes soviéticos. El
resultado s e resolvió en el curso
d e
e s a lucha; en
Europa
s e decidió
hacia
el año 1923; y
no
fueron
lo s
dirigentes
soviéticos lo s que
tomaron esta deci-
sión,
s i
bien
contribuyeron
a su
realización
(en
aquella
época menos de lo que nonnalmeute s e
prensa).
Si s e
aceptan e s t a s proposiciones,
la cuesìióu de
s i lo s
dirigentes soviéticos s e
guían o no p o r
los
principios marxistas
carece
de significación
e
im -
portancia;
una
vez
incorporado
a
las
instituciones
yob je tivos fundacionales de la nueva sociedad,
e l _
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1 6 Herbert Marcus:
m a rxism o ' q ueda siiieto
a una
dinamica
histórica
que
prevalece
sobre
los
propósitos d e los
dirigentes
y
ante
la
que
ellos m ism os sucum ben.
Un
examen
inmanente
del marxismo
soviético puede ayudar a
comprender e s a
dinamica histórica
a
la
que
el
propio
gobierno soviético
s e
halla
sometido,
al mar -
g e n
de lo totalitario y autónomo que
en
otro a s p e c -
to pueda ser. Asi, al e xam inar el
marxismo
soviéti-
co
y
la s ituación
(teórica)
de
la
que
p roviene, no
nos
ocuparemos
d e
su
validez dogmaticoabstracta
sino
de s u s tendencias politico-económicas concre-
tas, las
cuales
pueden suministrar
también
la clave
para la p re vis ión
de
procesos
evolutivos ulter iores.
D e buno s decir unas
palabras en
apoyo
de
s e m e -
iante perspectiva. La teoria marxista
pretende
s e r
una
filosofia
esencialmente
nueva,
sustancialmente
diferente de
la
tradición
central
de la
fi losofia
occidental.
El marxismo
reivindica
para si el cum-
pl imiento
y
realización d e
e s a
tradición
mediante
el
p a s o de la ideologia
a
la
realidad
y de la interpre-
tación lcsóca a la
acción
politica. Con e s t e n ,
el
marxismo
vuelve
a
deñnir
no
sólo las
principales
categorias y estilos d el pensam ie nto, sino también
la dimensión
de
s u
verificación;
esto e s , la validez
del p ensam iento
ha
de ser determinada, según
el
marxismo,
p o r la situación
histórica y
p o r la
acción
del
p ro le tariad o. N o
cabe duda de que
d e s d e la
noción
marxista
clásica
del
Proletariado
como
ver-
dad
obietivada
de la sociedad capitalista
hasta
el
concepto marxista
soviético de
par t inp i t
(espiritu
de part ido)
hay
una continuidad teórica.
En tales circunstancias, una critica que s e l imi ta-
ra a aplicar al m arxism o
sovié tico los
criterios
tradicionales
de
la
verdad
lovoca
no
alcanzaría,
en
sentido
estricto,
su
obietivo. Semeiante
critica,
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lntmduodo 17
p o r m uy
sólida
y b ien fundam entada que fuera,
podría
s e r
fdlmente rebatida
con e l
argumento de
que
s u s
fundamentos
conceptuales
han
sido
soeava-
d o s
p o r la trans ición m arxis ta a un diferente
e s p a ~
cio
de verificación histórica y teórica. La
propia
dimensión
marxista
parece,
asl,
permanecer intacta,
ya
que s e
instala fuero del
argumento. Pero s i la
critica
s e introduoe en e s a
misma
dimensión, a
través del
examen
de
la
evolución
y
uso de
lascategorías
marxistas
y
en
términos
d e s u s
propias
pretensiones y contenido,
puede
mostrarse
apta
para ahondar e n e l contenido real q ue
subyace
a
la
forma
ideológica
y politica en que s e pone de
maniesto.
Uno
crítica
« d e s d e
fuera» del marxismo soviético,
o
bien
d e b e
desechar
s u
trabajo
teórico
como
«pro-
pagnnda»,
o bien
d e b e
tomar lo
ta l y como
s e
presenta, a saber,
como
losoa o
sociología en
el
sentido
tradicional de e s t a s
discipl ina;
La pr imera
alternativa parece dar po r sentada la cuestión de lo
que realmente
p o s e e
signieación e n el marxismo
soviético,
asi
como
de
las
b a s e s
sobre
las que
s e m e «
¡ante discriminación s e
realiza
(2).
La segunda al-
ternativa oonducirla a
controversias
losócas y
soèiológieas fuera del contexto en
e l
que
L a s
teorías
m arxistas soviética: s e
presentan,
lo cual e s
esencial
para
s u
signieado. Asi considerados,
esto
e a ,
como
trabajos
dentro
de
la
historia
del
pensamiento
lo-
sóeo o
sociológbo,
lo s artículos del Breve
Diccio-
nario Fílasóco, p o r eiernplo, o la discusión sobre
I6g'ca
d e
1950-Sl, carecen
totalmente d e
significa-
ción
e
importancia: s u s
errores filosóficos s o n
cla-
ramente peroeptibles para cualquier
persona
culta.
Sin
embargo,
la función de la teoría soviética no
consiste
e n
la
formulación
académica
de
categoríat
un-.a
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1 Herbert Mamise
y técnicas de pensam iento generalm ente válidas,
sino
enla definición d e s u relación con la
realidad
politica
(3).
Una
critica
inmanente,
leios
de
exami-
nar
e s t a s
teorias en
s u
valor
super-cial, puede
poner de
manifiesto s u intención
política, la cual
constituye
su
auténtico contenido. El enfoque
aqul
sugerido desplaza el centro
d e
interés d e s d e las
espectaculares controversias públicas,
tales
como la
disputa
Alexóndrov o
la
discusion
sobre lógica y
l ingiilstiea,
a
las
tendencias
básicas
existentes
en
el
marxismo
soviético, utilizando
las
primeras sola-
mente a modo d e i lustradón de las últimas.
La critica inmanente
opera
bajo la doble
suposi-
ción
d e que
la teoria marxista desempeña un papel
decisivo
e n
la fo rm ulación y eiecudón de la politica
soviética,
y
de
que
de
la
utilización
soviética
de
la
teoría
marxista
s e pueden extraer inferencias res-
pecto
al
desarrollo
nacional e intemacional del
Estado soviético. E s un
hecho
que el partido bol-
chevique y la revolución bolchevique s e desarrolla-
ron
en
un
grado
considerable
según
los principios
marxistas,
y
que
la
reconstrucción
stalinista
de
L a
sociedad soviética s e
b a s ó
a s u v e z
e n
el leninismo,
el cual era una
interpretación
especíca de la teo-
ria y práctica
marxistas.
La ideologia
s e
convierte,
a s í ,
en una parte
decisiva
de la
realidad,
incluso
aunque
s e
haya
utilizado
exclusivamente
como
ins-
t rumento
d e dominación y propaganda. Por ello,
tendremos
que hacer
comparaciones
periódicas en-
tre el marxismo soviético
y
la teoria
marxista
pre-
s o v i é t i c a . N o t r a t a r e m o s
e l
p r o b l e m a d e l a s « r e v i -
s iunesr soviéticos del marxismo como un
problema
de dogmica
marxista;
m ás bien
uti l izaremos
la
re lación entre l a s diferentes formas y etapas del
marxismo
como
una
indicación
del modo
según
e l
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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lm rodmáón
I9
cual
lo s dirigentes
soviéticos
in terpreün
y
eninician
la c lmb i ln te situación histórico como mar~oo,paro
s u s
dedeionea
políticas.
E 1
mnrxismo
soviético
ha asum ido el
carácter de
una -cie ncia del compor tamiento» fbehøviora l
sdence). La m ayor p arte
de
sur forlnulaciones tc6-
ricos
tienen un
propósito
pragnåtico e instnunen-
ul; sirven
para explicar,
iustìcar, alentar
y dirìpì
ciertas
acciones y actitudes
que
constituyen «datoss
reales de
tales
formulaciones.
Estas
acciones
y
acti-
tudes (por
ejemplo, ia
colectivización acelerada
de
ll agricultura; e l
stnianovismn;
ln ideología inte-
gr l lmente
antioccidental;
la insistencia en e l
deter-
min ismo obietivo
d e
las
l e y e s
económicos bísicu
baio
e l
social ismo)
s e racionnlizan
y
iustican
en
términos
del
cuerpo
heredado
d e
rmnnt iammleninis-
mon,
que lo s dirigentes soviéticos aplican a las
cambiantes
situaciones
históricas.
Pero e s
precisa-
mente el
carácter pragmåt ioc
y conducüm de l
murxismo
soviético
e l
que_le
conviene
en
instru-
mento
indispensnble para la
comprensión de los
acontecimientos
soviéticos.
Las
formulaciones
teóri-
c a s del murxixmokoviét ico, en
s u
función
p rspnå -
tica, denen
las tendencias soviéticos.
Por
consiguiente,
d e b e establecerse una dist ìndón
entre ln expresión p úb lica y e l significado
real de
lo s fo rm ulaciones m nrxis tns soviéticns. IA
cómoda
expresión
- lenguaìe
esópicc»,
que
oculta,
en
iugnr
de
desvelar, la
dixtinción
real,
no
resulta apropia-
da. Sin duda, e l significado de
las pn labns
«dano-
cracìn», «pu-,
«|iI›ertnd›,
etc.,
e s , para lo s soviéti-
c o s , m uy
diferente
del
que s e
l e s
atribuye
en el
mundo
occidental;
pero lo mismo ocurre
con
los
términos arevolución» y
«dictadura del
proletaria-
do».
El
u s o
soviético dene
también
de
m m e r a
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l n n w i w e t e n
zi
m o
soviético,
la segunda tratara del factor subieti-
vo,
esto e s ,
del
«material
hum a no» que s e
supone
obedece a las
directrices
y
alcanza
los
objetivos
f i jador
por
e l marxismo
soviético. los elementos
constitutivos
d e e s t a parte han
sido exuaidcs
d e la
losoa ética soviética.
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Primera
parte:
Postulados
politicos
1 .
La concepción
marxista d e la trans ición
a l s ocia lis m o
La
concepc ión
original
La es tructura diaIéctico4tist6rica de la teoria
marxista
implica
que s u s conceptos cambian
a m e-
dida
que las
reladones básicas entre
las
c l a s e s .
hacia las que
aquellos apuntan
también
lo
hacen;
pero
ello
s e
'produce
d e
m a nera que
el
nuevo
conte
nido p rocede del desenvolvimiento
de
los elementos
inherentes
al concepto orig'nnrio, con lo que la
coherencia
teorica e
incluso la
identidad
del
con-
cepto
a e
conservan
Esto
atañe también
a
la noción
en la que
culmina
la teoria m arxis ta
de
la
transi-
ción hacia
el socialinno: la
noción
d e la coinciden-
cia
ltistórica
obietivs
entre
el
progreso
de
la
civil i-
2 2
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2 4 Herhen Marcusc'
con
o sin
revo lución derro tada, e l
desarrollo
del
capitalismo maduro
muestre
en
los
p a i s e s industria-
l e s
avanzados
una
tendencia
a
largo
plazo
hacia
la
colaboración entre las c l a s e s , m as que hacia la
lucha de clases; hacia las divisiones
nacionales
e
internacionales, m ás que hacia la solidaridad del
proletariado. En la teoria m arxis ta, cl capital y el
t rabajo (asalar iado)
s e
denen
mutuamente; o,
para
ser
m as p recisos› e l crecimiento del proletaria-
do
revolucionado
define,
a
la
larga,
la
direcdón
irreversible del desarrollo capitalista. En
consecuen-
cia, s i la tendencia
s e invierte
del lado
del
proleta-
riado, el
desarrollo
capitalista alcanza una nueva
etapa a la
que
no
s o n
ya
aplicables las categorias
m arxistas tradicionales. Comienza
entonces
un nue
vo
periodo
histórico,
caracterizado
por
un cambio
e n las relaciones
basicas entre las c l a s e s , y el mar -
xismo
s e
enfrenta con
la tarea de definir de
nuevo
la
concepción
de la
transición
al
socialismo y
de la
estrategia a
seguir en e s e periodo.
¿Cómo entendió la dialéctica marxista la relación
existente
entre
d o s
etapas
cualitativamente diferen-
t e s del proceso histórico -e n e s t e uso , entre
capita-
l ismo y social ismo-?
Según Marx,
toda nueva etapa
del proceso
histórico
constituye la «negación deter-
minadav
de la
etapa
precedente; e s t o
e s ,
la nueva
e t a p a
e s t a r á
d e t e r m i n a d a p o r
l a
e s t n i c t u r a s o c i a l
de
la
etapa
anterior.
Por
ejemplo,
la
transición
del
capitalismo al socialism o e s t á
condicionada
p o r lo s
siguientes
rasgos d e la sociedad capitalista:
1 ) Un elevado
nivel d e productividad
tecnologi-
a e industrial, que no s e
utiliza
para
proporcionar
una vida hum ana
para todos, ya
que semejante
utilización
entraría
en
conicto
con la
búsqueda
de
beneficios
que s e realiza en
provecho
de
los
intere-
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Primero
pone 2 5
s e s
privados; de donde s e desprende una contradic-
ción
ada vez
m ás
aguda entre la
productividad
social
y
la
pauperización
del
proletariado.
2) la imposibi l idad d e sostener, mediante el
mercado
l ibre, una tasa d e beneficio que asegure la
reproducción del sistema capitalista. L o que trae
consigo un
cambio en
las instituciones s o c i a l e s
d e
la economia capitalista
(concentracion
del poder
económico
fusionado
con
e l
poder
polit ico;
deca-
dencia
de la l ibre competencia y
d e
la
función
directiva
del empresario individual) y
la consi-
guiente
tendencia
hacia
e l «capitalismo
de
Estadm.
3) El crecimiento
d e
la organización politica de
la clase
trabaiadora,
la
cual, al actuar como
una
fuerza
dotada
d e
conciencia
d e
clase,
persigue
s u s
«intereses genuinos» e n contra, y
no en
el seno, del
sistema capitalista.
Estos eumbios
cuantitativos
s e
acumulan hasta
que,
a tnivés
de
la revo lucion
proletaria,
hacen
saltar la
estructura existente, sustituyéndola
p o r
otra
cualitativamente
diferente.
Ati,
el
nuevo
nivel
histórico
no s e alcanza d e un
solo salto;
la transi-
ción s e
compone
d e varias f a s e s . El salto
s e
produ-
c e en
la f a s e m ás elevada d e la nueva etapa,
mientras
que la pr imera fase
conserva
todavia las
huellas d e s u origen, esto
e s ,
d e lo etapa preoeden-
te .
La
distinción
entre
las
dm
u f a s e s n
del socialismo
que hace Marx en s u Crítica del P rog ram a d e
Gotha (1875), lejos
de
constituir una oorreoeibn
sin
imponancia, procede del
principio
mismo del méto -
do
dialéctioo.
En
su continuidad
histórica el capita-
l ismo y el socialismo s e hallan
unidos
p or
lazos
mucho
m ás
fuertes
que
los
que
un
simple
periodo
de «ajusten
requeriría.
D u ranw e la p rim e ra fase del
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 6 Herbert Muente
social ismo,
el
especifico
principio socialista ' d e l l ibre
desarrollo y
satisfaodón
d e
las
n e c e s i d a d e s indivi-
duales
queda
subordinado
al ulterior
desarrollo
d e
las
fuerzas
productivas, y especialmente de la pro-
duaividad del
trabajo.
La riqueza
(mater ia l
e ¡nte
Iectual) de
la sociedad d e b e
ser
sudentcmente
abundante antes de pasar a una
distribución
del
producto social de acuerdo con las necesidada in -
dividuales, prescindiendo de la contribución d e
cada
cual
al
trabajo
socialmente
necesario.
En
ter-
minos económico-tecnolóp'cos,
esto
significa «racio-
naliución-;
pero
para
e l trabajador,
impl ica la
persistencia del trabaio fatigoso y e l aplazamito
de la l ibre satisfaccion d e las necesidades individua-
l e s .
La pr imera f a s e del socialismo sigue encade-
nando
al
trabaiador
a
s u
función
especializada
y
continúa manteniendo «la
subordinadón
esclaviza-
dora de
los
individuos al principio d e la división
del trabajo»
(1), y con
ello, el
antagonismrr
entre
racionalidad y l ibertad; el desarrollo racional de la
sociedad
s e halla en mnic to
con el desanol lo
del
individuo.
El
interés
d e
la
totalidad
exige
todavia
el sacrificio
de
la l ibertad, y la justicia para todos
aún im p l ica in justic ia . Este antagonismo
s e
diso lve
rú
en la
creación
de una
auténtica
ru
publica
solamente
en
la medida
en
que la p roducción socia-
l izada
cree
lo s requisitos
previos,
materiales
e inte-
lectuales,
para
Ia -
l ibre
y
universal
satisfacción
de
las n e c e s i d a d e s .
El hecho de que el
progreso
anterior
a
la
revolu-
ción socialista s e
haya
p roducido dentro de la
e a -
tnictura
de la sociedad de c l a s e s , y de que la
productividad
mater ia l
e intelectual haya sido
utili-
zada en
interes
de
la
apropiación
privada,
origina,
en
cualquier
c a s o .
una
separacion
tempora l
entre
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Primera verte
2 9
históricar,
esto e s , la abolición del
sistema
capita-
l ista;
pero'en períodos
d e estabilidad
y prosperidad,
está
condenado
a
caer
bajo
e l
dominio
de las
« i d e a s
capitalistas»,
prevaleciendo
d e
e s t a
forma
s u s inte-
r e s e s inmediatos (económicos) sobre s u s intereses
reales (históricos). Esta relación puede invertirse
solamente
mediante
la lucha de c l a s e s , e s
decir, si
el
proletariado
s e conviene
d e
nuevo en una fue rza
política
y
opera
como
tal
en
calidad
de
catalizador
en e l s e n o
d e
la economia capitalista.
La
distinción
marxista
entre
interes
inmediato
c
interés real e s d e
la m ayo r importancia para la
comprensión
d e
la re lación e ntre la
teoria
y la
práctica, entre
la estrategia
y la táctica marxistas.
La distinción impl ica un conflicto histórico entre la
teoria
y
l a
practica
cuyo
origen
y
solución
residen
e n el
desarrollo
del
capitalismo.
El conflicto
apare-
ce.
asi. como un factor objetivo. Si las relaciones
sociales dete rm inan la conciencia, también determi -
narån la conciencia del
proletar iado;
y s i las rela-
ciones
sociales
son
relaciones
de clase,
también
introducirán
una d iscrepancia
entre
la
forma
en
que la realidad s e muestra a los
hombres
y la
aesenciav d e la realidad. L a discrepancia
entre
esencia y
fenómeno
constituye una
piedra
angular
del m etodo marxista; ahora bien, las
categorias
metasicas s e t ransforman aqui en sociológcas.
En
e l
análisis
del
capital ismo,
Marx
describe
la
discre-
pancia en
términos
de «velo de la
producción mer -
cantil» (re ilìcación), hadéndola derivar de la sepa-
racion entre el
trabajo
fisico y e l intelectual, así
como
d e
la «esclavitud que los instnrmcntos
de
trabajo ejercen
sobre e l hombre que lo s utiliza».
Aplicada
al
proletariado,
y
aunque
e s t e
s e a
«en
realidad»
la
negación
del sistema
capitalista,
la
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Primera pene 3 1
dc como c l a s e revolucionaria,
Marx
y Engels consi-
deraron lu /a rmas politicas especiñczs d e esta
transición
como
variables
que
no
podian
ser
deter-
minadas
d e antemano po r
la
teoria. Una
v e z
que e l
proletariado
s e hubiera constituido
como
c l a s e re -
volucionaria, consciente d e
s u
misión y dispuesta a
l levarla a cabo, los modo : y medios para realizarla
hablan - d e
derivar
de la situación politica y econó-
mica
existente.
La violenda
no en,
en
todo
caso,
inherente
a
la
noción del
proletariado;
In
conciencia
de
c l a s e ni
dependía necesariam ente de una
guerra
civil abierta
ni
s e
manifestaba
a
traves d e
ella;
la
violencia
no
perteneela ni
A
l a a condiciones obieti-
vas n i
a
las condiciones
subjetivas
d e
la revolución
(aunque tanto Marx como Engels estaban
conven-
cido
de
que
las
c l a s e s
dirigentes
no
podrian,
n i
querr lan,
prescindir
de la violencia).
No
fue, pues,
solo
p o r
«pol l t icn
p o r
lo
que Marx
y Engels
l lamaron la
atención
cobre las posibil idades de una
transición al
socialism o legal
y democrática
(8),
espedalmenle
en
una e p o c a en la que la fuerza
numérica
y
politica
de
la
c l a s e
trabaindora
crecía
continuamente y los
partidos obreros profesaban
ideales
vigorosamente
revolucionarios.
'Pero asi conto las formas concretas de transición
eran
variables, s u b ue
clasista
no lo era.
La revo-
ludón
tenia
que ser la
acción directa organizada
del
proletar iado
como
clau,
o
no
seria nada.
Marx
y
Engels
no
reconocieron
ningún ctm
agente de la
revolución, ni
«sustitutm alguno del
m ismo ,
ya que
la sus titución
signicaria
la inmadulez de la clase
como ta l
(9).
La - ierza
productiva
m ás grande e s
la
propia clase revolucionaria»
( l0) . La
«conquista
del poder
político» sólo
puede
s e r el resultado del
movimiento
politico
de
la
c l a s e
obrera, la cual,
en
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 33/300
3 2 Herbert Marcus:
tanto
que c l a s e , s e
opone a las c l a s e s
dir igen-
t e s (ll). La clase s e
organiza en
«partido»; pero
e s t e
partido
evoluciona
naturalmente
(na urwx't'ch-
sig) d e s d e e l
«terreno d e la
propia sociedad moder -
na» (12): e s
la auøoorganízacián del proletariado.
La
concepción marxista mantiene, asi,
la identi-
dad del agente historico antes y d e s p u é s d e la
revolución; lo s instrumentos politicos d e la
lucha
de c l a s e s , especialmente el
partido
proletsr io, cons-
t ituyen
la
expresión
d e
e s t a
ident idad
La
concep-
ción adm ite
cambios
e n
e l
s e r i o
del
proletariado
-en
e l grado
d e
s u
conciencia d e
clase,
en la
dimensión y p e s o de la -aristocracia
obrera. ,
etc.- ,
pero
tales
cam b ios no
destruyen la
identidad
de la
c l a s e como único
portador d e
la revolución. Si esta
c l a s e
no existe,
e s t o
e s ,
s i
no
actúa
como
clase,
la
revolución socialis ta no podrá realizarse.
Modificaciones subsiguientes. Marx
inrió
las
conclusiones anteriormente citadas d e un «modelo
teórico»
del capitalismo que prescinde d e
todas
aquellas
caracteristicas
(tales como
el comerdo ex-
ter ior,
Ia
intervención
gubemamenta l ,
.terceras
personasn) que
no
atañen al proceso
económico
básico del sistema
capitalista.
A m edida que
avanza
el
analisis,
los volúmenes
segundo
y tercero
de
El
Capital dan entrada
a
e s a s caracteristicas
omit idas,
y la
teoria
p a s a d e s d e la
esencia a
la
realidad
histórica
concre ta del
capital ismo;
el
modelo
teórico
e s
refundido
en
s u
relación esencial con la
realidad
histórica.
Ahora bien, según Marx,~el capitalismo
desarrolla en
su
realidad histórica -contratenden-
ciastt que
contrarrestan
a
s u s
contradicciones inter
nas; por
ejemplo, exportación (económica y
pol i t i -
ca) d e
capital,
monopol ios, intervencion
guberna-
mental .
Además,
un
sector
de
la
sociedad
capitalis-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 34/300
'Prim era parte 3 3
ta al que
el
análisis
teórico
de Marx
habia prestado
poca atención -el sector
constituido p or la
numero-
s a
clase
de
los
campesinos-
demostró
poseer
en
la
realidad
una
significación
decisiva. Las contraten-
dencia: y e l - factor desdeñado» s e convinieron
en
lo s
puntos
centrales de la posterior evolución de
la
teoria
posunantista.
L a discusión de las icontratendenciasn ocupó un
lugar
central
en
la
teoria
marxista
a
part i r
de
la
aparición
de las
doctrinas del «capital nandero» y
del «impet-ialismo». Estas
doctrinas,
que admit ian
diferentes
interpretaciones,
d e s d e la «revisionìstan a
la
aortocloxas leninista, intentaron adaptar la teo-
ria marxista a la persistente vitalidad
de
la socie-
dad estab lecida y , especialm ente , al
continuo
incre-
mento
del
nivel
de
vida
de las
c l a s e s
trabaiadoras
en
lo s
p a i s e s industriales avanzados,
hechos que
parecian contradecir
taianternente
las
teorias mar -
xistas de
la
inminente
crisis na l del capital ismo
y
de
la
pauperización
del
proletariado. A pesar de s u s
profundas diferencias interpretativas,
todas
las doc-
trinas
del
imper ia l ismo
estaban
de
acuerdo
en
afir-
m ar
que, hacia
finales
d e
siglo, el capital ismo ha-
bia entrado en una nueva etapa. Los principales
rasgos de esta nueva fase eran la transformación de
la
l ibre concurrencia
en una
concurrencia regla-
mentada,
dominada
p o r
los
carteles,
tnrsts
y mono-
polios nacionales
e
internacionales; la fusión
del
capital
industrial
y
el
capital bancario, del gobier-
no y los
negocios; y una politica
económica
expan-
s ionis ta hacia
las
zonas ano capitalistas» 0 de capi-
tal ismo débil (por ejemplo, explotación intensica-
da
de los p a i s e s coloniales y
dependientes).
Sin
embargo,
en
el
eniuidamiento
de esta
evolución,
las
teorias
del
imperial ismo
s e
dividieron
irreconcilia-
mas
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 35/300
3 4
Hedtert
M a i - c u r e
b l m m i t e en
dos
u m p o s , e l
- refonnista»
y el
«ono-
doxo». La
teo ria re fo rm is ta , cuya aparición
s e
aso-
cia
a
la
publicación
de las
obras
de
Eduard
Berns-
tein
en 1900 y
1 9 0 1
(13) y que culmina
en
la
doctrina de
la democracia económica
fWírtschaƒts-
demnkfatie) (14),
m antenía que,
dentro
de
la e s -
tnictura
del -capital ismo organizado», el proleta-
riado podia
continuar
meiorando tanto s u situación
económica como s u
posición politica
y
establecer
f inalmente
el
socialismo
p o r
medios
legales
y
demo-
eróticos, a través de la influencia
económica
y
politica cada
v e z m ayo r del
movimiento
obrero
organizado. En
clara
contraposición
con
la tenden›
cia
refonniata, la interpretación ortodoxa, represen-
tada
en s u
formulación extrema
por Lenin,
vio
en
el
crecimiento
del
capital ismo
una
estabilización
frúgl y temporal ,
destinada
a estallar en forma
de
conflictos armados entre
las
potencias imperialistas
y
de agudas crisis económicas.
Lenin
explico las
tendencias
reformistas
existentes
en
e l
s e n o del
p ro le tariad o p o r
L a aparición
de una «aristocracia
obrera i
uumérioamente
redudda, «oo rrom p idai
por
lo s
elevados salarios que los beneficios extraordina-
rios
d e caracter m onopo lis tico hacian posible, y con
inte reses creados
en la
conservación
del
sistema
e s t a b l e d d o .
Aqui
solamente nos
ocuparemos
de la interpreta-
ción
leninitta.
La
aparición
del
leninismo
como
una
forma
nueva del
marxismo
esta determinada p o r
d o s
factores fundamentales: I) el intento de hacer
entrar al
campesinado
en la orbita de la teoria y
estrategia marxistas, y
2)
el intento de definir de
nuevo
las
perspectivas
del desarrollo capitalista
y
revolucionario
en la
era imperialista.
Estas dos
oorrientes
fundamentales
del pensam iento
Ieninista
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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rana - pam s s
guardan una estrecha
relación
entre si; la viabili-
dad del capitalismo
avanzado (inesperada
d e s d e el
punto
d e
vista
marxista
tradicional)
y ,
por`consi-
guiente,
la persistente
influencia
del reformismo
entre e l proletariado
d e
los p a i s e s capitalistas desa-
rrollados,
exigían,
casi
con caracter
inevitable, un
desplazamiento del
centro
del
interés
marxista ha-
cia
lo s
p a i s e s atrasados,
predominantemente agrico-
las,
cuyo débil
sector
capitalista
parecia
ofrecer
mayores perspectivas
para
la
revolucion.
Si
bien
e s
verdad que la teoria según la
cual
la cadena capi-
talista
deberia
ser
rota
p o r su
«eslabón
m as débil»
- tesis
destacada
p o r
Stalin d e s p u é s
de
la
revolu-
cion-
s e
d e b e
en
s u
origen
m ás
a
Trotski
que
a
Lenin, toda la tendencia del
pensamiento
leninista
apunta
d e s d e
el
principio
e n
e s a
_
direcdón.
La
revolución de los «obreros y
campesinos» -y
ya
no
solo
de lo s
«obreros› -
s e t ransformó m as tarde en
e l
núcleo
del marxismo
soviético,
no solo
debido a
que la revolución triunfo en
Rus ia, s ino también
a
que
el potencial revolucionario
d e la
c l a s e
trabaja-
dora
industrial
pareció
disminuir
en
el
mundo
capi-
talista avanzado. Fue e s t e hecho el que decidió, a
la larga, la evolucion del marxismo soviético. Por
tanto, elegìremos como
punto
d e part ida el analisis
de Lenin
sobre la s ituación
del
proletariado
en
la
etapa imperialista.
L o
sipi icat ivo
d e
esta
interpretación
e s
la
subestimación d e
las
potencialidades politicas
y
eco-
nómicas
del capital ismo,
asi
como del cambio sufri-
do
p o r el p ro le ta riado . En realidad , la negativa a
extraer las
consecuencias
teóricas d e la nueva si-
tuación caracteriza
todo
e l desarrollo del lerrinismo
y constituye
una d e las
principales razones
d e
la
persistente
b recha entre
la
teoria
y
la practica
del
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 37/300
36
Herber\M.arcuse
marxismo soviético. P u e s s i bien Lenin roorientó,
d e s d e e l comienzo de s u actuadón, la estrategia
revolucionaria
de
s u
partido
d e
acuerdo con
la
nueva situación, s u
concepción teórica
no siguió el
m ism o cam ino.
La
insistencia de
Lenin
e n
mante-
ner
la
imagen
clasica
del
proletariado
revoluciona-
rio, reforzada p o r la
teoría
de la aristocracia obre-
ra
y
d e la vanguardia
revolucionaria,
reveló
s u
insucicncia
d e s d e e l principio. Ya antes d e la
pr imera
guerra
mundia l
s e
vio
claramente
que
el
sector aoolaboracionista» del proletariado
era cuan-
titativa y cualitativamente
diferente d e e s e reducido
estrato
superior
con-ompido por e l capital
monopo-
lista al
que
Lenin
hab ia denom inado -aristocracia
obrera», y que
e l
Partido Socialdernócrata
y
la
burocracia sindical
eran algo
m as
que
«traido|es»;
lo que en
realidad ocurria
era que la política
socialdemócrata
reflejaba
con bastante exactitud
la
condición
económica y social
de
la mayor ia
de los
trabaiadores en
los p a i s e s industriales
avanzados
En
verdad, la
estrategia
lcninista d e la vanguard ia
revolucionaria
apuntaba
a
una concepción del
pro-
letariado
que
iba
mucho
m ás
alla d e una mera
refon-nulacion
del concepto marxista
clásico;
s u
lu-
cha
oontta
e l
«economismow y
contra
la doctrina
de la
acción
espontánea de
las m asas, s u
arrna-
ción d e que la
conciencia
d e c l a s e debe
s e r
infundi-
da
al
proletariado
« d e s d e
fuera-,
anticipan
la
pos-
terior trans fom iacron fåctica del proletariado,
que
d e
suieto
pasó
a convertirse
en
obieto del proceso
revo lucionario . Ciertam ente , el folleto
¿Qué
ha-
c e r ? (15) d e Lenin, donde e s a s ideas hallaron s u
formulación
clásica,
fue escrito en funcion de la
lucha interna d e
los
marxistas rusos p o r apoderarse
de
la
direccion
d e
un
proletariado
atrasado,
pero
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Sl
Herbert Mucuee
ble sólo en e s t a s circunstancias, ib a a transformarse
m is tarde
en
un principio general estratégico
a
e s c a l a
intemacional.
La constitución
del partido
leninista
(o de
la
dirección
del
part ido)
en
representante auténtico
del proletariado
no
podia l lenar el
vacio
existente
entre la
nueva estrategia
y
la
antigua concepción
teórica. La estrategia
leninista
de la vang uard ia
reoonocia
de
ltocbo
lo
que
negaba
en
teoria:
el
cambio
fundamental
que
s e
había
producido
en las
condiciones obietivas y
subietivas
d e la revolución.
En s u Finanzkupi la l (17),
publicado
e n 1910,
Rudo lf H ilfe rd ing interpretó e s t e cambio e n té rmi -
n o s
de
teoria marxista. Señaló que, baio la direc-
ción del
capital nanciero, toda la
economia
nacio-
nal
podr la
ser
movi l izada
para
la
expansión,
y
que
esta
expansión, a travå de la
eonfabulación
de
gigantescas empresas monopol istas
y
semimonopo-
listas, podria
tender hacia una integración interna-
`cional
a
gran
escala,
de carácter
no sólo económ ico
sino tam bién po lítico . En e s t e nuevo mercado inter-
l w m i n e m n ,
i s
p r o d u c c i o n y
l a
a i s i n b u c i o n
e m i - l a n
en
pan
medida
controladas
y
reglamentadas
p o r
un
cártel
co ns tituid o p o r lo s
intereses capitalistas
m ás poderosos.
En e l vasto
dominio de
semciante
«cártel general», existirla la
posibi l idad
de contro-
la r
en
gran medida las contradicciones del sistema
capitalista,
de
asegurar
lo s
beneficios de
los
çupos
dirigentes y de mantener un elevado
nivel
salarial
para lo s trabajadores,
a costa de
la explotación
intìâicada
de
los mercados y pueblos que no
pertenecieran a
e s a
privi legiada
zona.
Hilferding
pensaba que semeiaute planificación
capitalista
in -
ternacional requeriria en todo
caso la abolición
del
l iberal ismo
democrático
tanto
en
e l
terreno
econó-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 40/300
Primera
pene 3 9
mico como en el polit ioo e ideoloco; e l individuo-
l ismo y el humanismo
tendrian que ser
nmiru idos
p o r
un
nacionalismo
y
un auto rita rism o
militaristas
y agresivos.
Kar l
Kautsky posterionnente
expuso
(1914) ideas aemeiantes
con
s u
concepción de l «ul-
t ra imper ia l ismor
(18).
Estas perspectivas fueron presentadas solamente
como
tendencias
cuya realizacion, s e a cual fuere e l
lapso de t iempo que s e considerara,
en puesta en
duda
tanto p o r
Hil ferding
como
p o r
Kautsky.
T a m p o o o e x t r a ie n o n e s t o s a u t o r e s t o d o s
l a s p o s i b l e s
conclusiones
referentes
al
cambio
d e situación de
c l à s e
del
proletariado. Pelo
s l
perlnron, en
cam-
bio,
las
condiciones económicas
y
polit ica: baio
las
cuales el mundo capitalista podria estabilizarse e
integrarse
ierårquicamente;
condiciones que,
en
la
teoria
marxista,
resultaban utópicas a menos que
las fuenas
reales
que pudieran supr imi r las contra-
dicciones y conflictos entre las potencias imperial is-
tas l legaran a desarrollarse.
Una
vez
que
tales
fuerzas s e mnterial izaran, podría crearse una b a s e
económica
para
la in teg ración .
Y
ani
efectivamente
ha sucedido,
m uy gradualmente
y
con muchas
rc-
gresiones
y
rupturas,
baio
el choque de las dos
guerras mundiales, de la
productividad
atómica y
d e l c r e c i m i e n t o
d e l
p o d e r c o m u n i s t a . E s t o s a c o n t e -
c i m i e n t o s h a n a lt e r a d o L a e s t r u c t u r a d e l c a p i t a l i s -
m o,
m l
como
Marx
la habia
denido,
y
han
creado
las b a s e s
de
una nueva organización económica y
politica del m undo occidenta l (19). Tales b a s e s
sólo
han
l legado
a
s e r
aproveehadas de manera
efectiva
d e s p u é s
de
la
segunda
guerra
m und ia l. A
panir
de
entonces, los
intereses
en conicto, a que la compe-
tencia daba lugar, entre las naciones
occidentales
han sido
gradualmente
integrados
y
cancelados
p o r
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Primera parte 4 l
marxista
que
tenia el pleno
control de
la clase
obrera, por aquel entonces- fue
sólo s u manifesta-
ción
m as
no tab le .
La inmunizadón dnostró
pos te -
r iormente
s u
poder
en
lasrevoluciones
centroeuro-
p e a s , d e s d e 1 9 1 8 a l 923 ,
cuando
la mayoría del
movimiento
obrero,
aliada
a la
burguesía
y al
ejército,
deshizo la ofens iva com unis ta .
En
Inglate-
rra el predominio
del
Partido
labor is ta
refonnista
nunca fue
seriamente perturbado;
en
F rancia y
en
I tal ia,
las
ierzas
comunistas
continuaron
siendo
inferiores a las
socialdemócratas,
y en Alemania,
único
pais donde el Partido Comunista_resurgi6
p o t e n t e m e n t e
d e s p u é s d e l a
d e r r o t a ,
t a n t o la
s o c i a l -
democracia com o el
com unism o suctrm b ie ron rápi -
damente ante e l
regimen
fascista.
La permanente
debil idad
del
potencial
revolucionario
en los
p a i s e s
industriales
avanzados
confmó a
la
revolución en
aquellos
sectores cuyo proletariado no habia
sido
afectado
p o r
el proceso
d e
integracion y
cuyo
régi-
m en
habia dado
muestras
d e
desintegración
politica
y
de atraso
económico.
la
teoria
marxista
explicó
el
cons tante aum ento
del
nivel
d e vida, b a s e
económica
del proceso de
inmunización, p o r la
creciente
productividad del
rrabaio,
p o r
la
eficaz
organización
de lo s
trabaia-
dores industriales,
que
neutralizaban la
presión
eiercida
sobre el
nivel
salarial, y
p o r
lo s
beneficios
rnonopolistas de
las
zonas capitalistas m as avanza-
d a s .
D e acuerdo
con
e l
marxismo,
ninguno
de
e s t o s
factores
podia
neutral izar
d e fo rma duradera
las
contradicdcnes
inherentes
a
la
fonna
de produc-
ción capitalista. Asi, los
benecios
obtenidos po r la
c l a s e obrera durante e s a
etapa sin duda
serian
periódicamente supr imido:
por inuio
de
las gue-
rras
y
las
crisis,
habida
cuenta
de
que
no
existia
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 43/300
4 2 Herbert Marcus:
b a s e alguna para una consolidación
capitalista
in -
ternacional
a largo p lazo. Esta interpretacion no
admit ia
la
posibi l idad
(que
pronto
s e
oonvirtìo
en
realidad) de que
semejante
b a s e intemacional i l lega-
ra
a
rnaterializarae Sobre
e s a b a s e ,
la sociedad
industrial
occidental
c r - e o ,
sin em barg o, s u s
nuevas
instituciones
politicas y
economicas.
L a vio lencia
eatastroca, e l
g rado sin
preoedentesì ie
destmccidn
ñsica
y
cultural,
y
e l
igualmente
s in
preoedenfes
crecimiento
de la productividad
técnica
que
cano
terizd e l período posterior a
1918,
correspondieron
al inmenso alcance
d e
e s a tarea.
La
propia estnic-
turn
de
la
civilizacion
establecida
fue
desaada
y
hubo d e
s e r
reannada ante una civilización rival.
El potencial tecnologico y
politico que s e desan-ollo
en
el
curso
d e
e s t a
lucha
puso
pronto
de
relieve
que para hacer
frente
al deeao
no
bastaba
con
l levar a cabo
aiustes
accesorios. La necesidad de
una movilización total d e las
fuerzas
materiales
e
intelectuales disponibles requería la ab olición del
sistema
del
Iairsez-ƒaire
en
la vida económica y
cultural,
el
control
melódico
d e
los m ecanism os
politicos y un reag rupam iento de carácter
interna-
cional
bajo
la
jerarquía
real del poder
eoonomioo,
a
costa de las
queridas
soberanias
tradicionales.
Los
intereses dominantes d e la sociedad occidental
en
su
conjunto han modiñcado, en efecto, l o a intereses
nacionales
y
d e
clase; los
partidos
nacionales
s e
han
alineado con las
fuerzas
politicas y económicas
internacionales. El movimiento obrero no
ha
cons-
tituido
unn excepción; al final, la soeialdemocracia
ha
entrado en
la
órbita occidental, y
el
comunismo,
en
la
órbita
oriental.
Para
e l marxismo, e l mundo
capitalista
nunca
ha
estado m as cerca
del
temido
fantasma de un «cánel general», que
sustituiría
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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P e i m e r a
parte
4 3
anarquía de la p roducción y distribución capitalis-
- t a s p o r la planificación ultraimperialiata. Y
ha sido
e l
propio
progreso del
sistema
soviético
el
que
ha
promovido la rea lización de esta
temida
2 . El marxismo
soviético:
aspectos
fundamentales
de
s u
autointerpretación
El
legado
leninista
Una comparación entre e l anterior analisis
d e
lo s
supuestos históricos del
marx ismosov ié t ico
y las
declaraciones soviéticas
oficiales muestra que
e s t a s
últimas
no
reconocen explícitamente
tales
supues-
tos.
Tanto
la
teoria
leninista
como
la
stalinista han
negado, periódica y fo rm alm e nte , la
de
una integración internacional a
largo p lazo del
mundo oecidentaL Los reaiustee del
periodo' pos t-
staliniata,
s i
bien rechazan
explícitamente
la
«teoria
del
estancamiento
absoluto
del
capitalismo» y
las
t e s i s
d e
Stalin
s o b r e
l a c o n t r a c c i ó n
d e l
s i s t e m a
capitalista, deenden
todavia,
sin
embargo, la no-
ción
d e la
«intensificación
de
las contradicciones
capitalistas- en
la
era presente (1). El marxismo
soviético ha negado
tambien, con
idéntica solemni-
dad, los cambios oonoomitantes que
s e
han produ-
cido
en
la
estructura
de
la
c l a s e
trabaiadora
de
lo s
p a i s e s
occidentales,
dado
que la imagen
marxista
clásica del proletariado revolucionado sigue
siendo
un
soporte
principal d e
la
teoría
soviética. Sin
embargo,
todas las m edidas decis ivas
de
la cons-
tnioción del socialismo en la órbita soviética s e
basan
en
lo s
cambios
estructurales
que
caracterizan
el periodo
contemporáneo,
asi como en la decaden-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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4 4 Herbert Mamise
cia
del
proletariado
revolucionario e n el mundo
occidental
Es ta d ico to m ía
plantea
el
problema de
la
sinceridad
obietiva
de las
fonnulaciones
teóricas
marxistas soviéticos, lo cual
forma
pane a s u vez
del problema m as
ampl io
d e las
relaciones
existen-
t e s entre la teo ria y
la prácúca sovieticas.
Y a nos hemos referido a la utilización sistemática
del «lenguaie esop ims e n e l s e n o del
propio campo
marxista
soviético
y
ante
audiencias
marxistas.
El
marxismo
soviético
continúa
util izando
los
concep-
tos marxistas uortodoxosn para designar situaciones
y
medidas politicas que los
contradicen
manifiesta-
mente.
En e s t a s
circunstancias,
parecería justifica-
do
negar toda validez al
marxismo soviético y
catalogar-lo
como
mera
«propagandam Pero esto
seria
una
solución e rrónea,
ya
que
la
distinción
entre
upropagandan y
¢verdad› exige la
preyia
existencia
de una iverdads demostrable con la que
la propaganda pueda
ser
contrastada; quienes
man-
tienen que la verdad s e expresa solamente en la
practica del marxismo
soviético
y no
en
s u teoría, y
que
la
teoria
sirve
sólo
como
apoyatura
ideológica
para la manipulacion
de
las
masas,
habrán
de
probar
el fundamento
de ta l
a firm ación . En
efecto,
dadas
las dificultades
que
e l
régimen s e
crea
a
s í
mismo con
la publicacion y constante enseñanza de
ideas marxistas que solamente
pueden
armonizarse
con
la
realidad
a
costa
de
un
gran
esfuerzo
llsico
e
intelectual, la
tesis
de que
el marxismo soviético
s e
reduce
a
pura propaganda
no
e s
fácil
d e
aceptar.
Lo cierto e s que la exposición
de
la teoria marxista,
por
m uy bajo
que
s e a s u
nivel,
continúa
siendo uno
de
los mayores
esfuerzos
del
régimen,
y
que la
tension entre la
teoria y
la
práctica
sigue en
pie.
Pero
s i
no
parece
conecto
descartar
toda
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Primera parte 4 5
teoria como
simple
propaganda,
tampoco
lo e s
eon--
servar algunas d e
s u s
partes como verdad y
clasi-
car
a
otras
como
asubterfugior.
Sólo dispondremos
de criterios
seguros para
semejante selección
s i po-
demos descub rir la
existencia de concepciones rnar-
xistas
que
permanecen constantes a
travà de
lo s
diferentes cambios
experimentados p o r la
teo ria y
estrategia
soviéticos.
Solo
entonces
l legaremos
a
aislar
los
«elementos
básicos»
y
a
derivar
de
e s t o s
e lementos las
uev is ions»
y «recliazos›, obteniendo
a s í
un cuerpo de principios teóricos re lacionados
con la p ractica. Este
enfoque e s
precisamente el
que
servirá
de
guía a
nuestros
siguientes
análisis.
L a formación de la
teoria marxista soviética
pro-
c e d e d e la interpretación leninista
de l m arxism o ,
s in
entronque
directo
con
la
teoria
marxista
origi-
naria. Para
esclarecer
e s t e
punto de part ida, hare
m os un
breve
resumen d e
los
lazos esenciales que
unen al
leninisnw
con
e l marxismo
sovié tico que de
el
deriva.
Anteriormente
señalamos que los rasgos caracte-
rísticos
del
leninismo
en
s u
pr imera
etapa
-esto
e s ,
de una parte, el desp lazamiento de l agente revolu-
cionario
d e s d e e l proletariado con conciencia
de
c l a s e al
partido
centralizado como vanguardia del
proletariado, y, de otra, la
acentuación
del papel
del cam p esinado com o aliado
del
pro letar iado-
s e
desarro lla ron bajo
la
inlluencia
del
sostenido
v igor
del capital ismo en la «etapa
imperialista».
La con-
cepción que en un principio
solo daba
cuenta de la
«inmadurezi
del
proletariado ruso
s c t ransformó
m as
tarde
en un principio d e estrategia internacio-
nal
frente
a la
persistente
actitud reformista del
proletariado
srnaduro»
d e
los
p a i s e s
industriales
avanzados. Así, para contrarrestar la integracion
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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4 6 I-l¢rt›=rtMarc\rse
en el s e n o
del
sistema
capitalista
d e un ampl io
sector del movimiento obrero, el
«factor
mbiet ivo»
de
la
estrategia
revoludonaria
e s
monopol izado
p o r
el
Part ido,
que asume el caracter de una organiza-
ción revo lucionaria profesional que dirige al plole
tariado. \
La concepción leninista
puede
s e r
descrita
como
un desarro llo de la
dist iudóo marxista entre el
i n t e r e s
r i n m e d i a t o »
y
e l
i n t e r e s
- r e a l »
( y
c o n s c i e n -
te )
del
proletariado.
He aqui
las etapas
principales:
a) El
s e r social
determina la conciencia: el pro-
letario
individual,
en las
relaciones
d e
producción
capitalistas, d e s e a mejorar , de
forma
inmediata
y
mnt inua, s u
posición
individual
en
e l
s e n o
del
s i s t e m a c a p i t a l i s t a .
b )
La
politica
-economista»
d e
los
sindicatos,
al
conseguir tales
mejoras,
contribuye a
mantener
de
f o rma
permanente la situación del
proletariado
como clase explotada, sosteniendo, con ello,
a
la
sociedad
capitalista; pero
al
mismo t iempo modif ica
la es tructura
social
del sistema en
cuanto
que pro-
porciona
una
b a s e
para
la paz
d e
c l a s e s .
c )
Este cambio
en
la estructura
social
«desvia›
al proletariado d e
s u
posicion
historica objetiva
de
c l a s e revolucionaria
que
sólo
puede l iberarse m e-
d i a n t e l a
a b o l i c i ó n d e l
s i s t e m a
c a p i t a l i s t a .
0
Esa posición histórica obietiva
solo
puede
s e r
rpreservadar
subordinando
los
intereses
subjetivos
inmediatos
a
los intereses reales de clase a traves
de la transformacion
de
la lucha económica
en
lucha po lítica . Esta
tarea
compete al part ido
leni-
uista. Com o quiera
que, según
la teo ria m arxis ta ,
la
lucha económica
p o r s i misma
solo
puede
lograr
mejorías
d e
corta
duración,
e l
proceso
capitalista,
a
través
de las depresiones
y
cris is pe riód icas , resta-
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Primera pene
5 7
blecera el equilibrio y conducirá
a
la radicalización
del proletariado,
reconstituyendo
asl la coincidencia
d e
s u s
intereses
inmediatos
y
s u s
intereses reales.
Pero
¿ q u é
s u c e d e s i la etapa c ) afecta a la m ayo r
parte del proletariado en
los p a i s e s
catátaliatas
avanzados?
¿ N o
pierde
la
teoría
marxista,
en ta l
uso , la b a s e d e masas que
s u
realización e x i g e ?
¿ Y
no s e
p ierd e tam b ié n la
conexión
entre la teoría
y
la
realidad,
a menos que la p rim e ra
vuelva
a s e r
definida
mediante
una
redefinición
de
la
última?
Estas
cuestiones
condujeron a la
teoria
leninista
hacia
un
nuevo enjuiciamiento
del
desarrollo capi-
talista contemporáneo,
el
cual s e convirtió
a s u vez
en el
fundamento teórico d e
la
doctrina
del «socia-
l ismo en un solo pais».
Ta l
doctrina,
anterior
a
la
revolución
bolcltevi-
que, s e reveló d e s d e e l
principio
como denida y
determinada
p o r
la nueva
etapa de
la sociedad
industrial. Aunque la «ley del
desarrollo
desigual
del capital ismo»,
formulada por Lenin, no fue al
principio
m ás
que
la exp resion
d e una situación d e
hecho,
las
conclusiones
que
d e
la
misma
posterior-
mente s e extra ie ron fo rm an
e l
verdadero m eollo del
marxismo soviético.
[min
observo que
e l
«desarro-
llo
económico
y politico
desigual
constituye una
ley
absoluta del capitalismo», añadiendo
a
continua-
ción
que, p o r
consiguiente, «la victoria del socialis-
m o
e s ,
al
principio,
posible
e n
algunos
p a i s e s
capi-
mlinau, o incluso en un solo pais capitalista
(2).
La conclusión
impl icaba
claramente que
el
socialis-
m o
podia
tr iunfar, en pri.mer
lugar,
en algunos
p a i s e s capitalistas nuartsndax, o incluso en uno solo,
mientras
que
los
p a i s e s m as
atrasados
seguirían
yendo a la zaga.
Un
año
después,
Lenin escribió
que
el
socialismo
obtendría
pr imero
la
victoria
en
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4 8
Herbert
Marcns\
uno o varios
paises,
mientras
que e l
resto
seguiría
siendo,
p o r
cie rto tiem p o, burgués
o i t p r e b v u r -
giles»
(3).
Denin siguió e l a la conclusión
marxista
según
la cual la
revolución
socialista
seria el resultado
de
I a n
contradicciones
explosivas existentes
en
el s e n o
de un pain capitalista plenamente m aduro ; y
ni
siquiera
el
propio
triunfo
de
la
revolución bolchevi-
que
le
hizo
abandonar
esta
convicción.
Son
bien
conocidas
s u s
dudas
y vacilaciones antes de
decidir-
s e a
reconocer e l
carácter
socialista
de
la revo lución
bolchevique,
a
pesar d e s u
tesis
de que la «revolu-
dón democrático-burguesa»
debia
ser superada por
una
revolución
obrera
y
campesina
que
sustituyera
a
la rep ública
par lamentar ia por
una
república
soviética. Todavia en marzo de 1919 Lenin ca lificó
a la Revolución de
Octubre
de
«revolución
burgue-
sa,
habida cuenta de que
la
luclia de
c l a s e s no
s e
habla
desarrol lado aún en
e l campo» (4),
añadien-
do
que sólo en el verano de 1918 comenzó
en
e l
campo
la
autén tica revo lución
proletaria.
Y
aun
entonces siguió aferrado
a
la
idea de que la revolu-
ción rusa deberia
s e r salvada
p o r
la revolución
alemana.
Pero fue precisam e nte la creencia d e Ienin
en
que
la
Revolución Rusa tenia e l caracter de un
pr imer
ensayo
la
que
le
conduio
a
formuladones
que preguran
claramente
la politica stalinista.
El
socia lism o presupone el capital ismo o, al
menos,
s u s
realizaciones:
un alto grado d e
mdust'
rtalizaci'̀ ón,
una elevada
productividad
del trabaio
y
una mano
de
o bra altam e nte disciplinada,
instni ida
y
cuali-
cada.
Aunque
quizá
existiera
la
de
«sal-
ta r etapas› a lo largo de e s t e proceso (Lenin abri-
gaba dudas también en relación
con
e s t e problema)
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minera
parte
i 4 9
(5),
en cualquier
c a s o
sin
las
realizaciones
de una
economia plenamente industrializada y racionaliza-
da
no
puede
haber
socialismo,
ni
tampoco
distr ibu-
ción del producto social d e
acuerdo con las
necesi-
d a d e s y aptitudes individualcs. En un
país
atrasa-
do, la
industrialización
tiene prioridad sobre la
sodalización,
esto
e s ,
sobre la p roducción
y
la
distribución en función d e l a s
n e c e s i d a d e s . En la
reunión
del
Comité
Eiecutivo Central
d e
toda
Ru-
sia, en abri l d e 1918, en s u polémica contra los
«comunistas de izquierda», que proriosticaban
e l
«camino hacia
e l
capitalismo d e Estado»,
Lenin
declaraba:
En r e a l i d a d , e l capitllin-no d e
E s t a d o s e r i a
para n o s o t r o s un p e r o
a d e l a n t e . S i
f u e r - n i n o s c a p a c e s
d e
e s t a b l e c e r
e n
R u s i a
e l
capital ino
d e E s i a d o e n un b r e v e l a p s o .
e s t a
s e r i a
iuia
victoria... Mirmo q u e e l
e n p t i i u i n n a e E n a n o m n
noemi
niviaøf. s i t o
nwterinm
e n
Rilia,
la
transición
al m á s c o m p l e t o s o c i a l i s m o
s e r i a indudable y
m u t u a .
hmeteip iunanoaetanmnauni inni i iaeunuuiza-
ción, integración,
control y
s o c i a l i z a c i ó n .
Y eno
e s .
p r e c i s a m e n t e , d e
t o q u e m e c e n a s ( 6 ) .
Un
m e s
m as
tarde
citaba
una
declaración
de
septiembre
de 1917, e n
el sentido
de
que «el capi-
tal ismo
monopol ista de
Estado oonstituye
la
prepa-
ración
mater ia l completa
para e l socialismon,
la
iantesala» del social ismo, la etapa
histórica
que
precede
inmediatamente
al
social ismo, y
añadía:
« ¿ N o
e s t á
claro
que,
en
un sentido
materia l y
económico,
en
términos
de
producción, no
nos
en-
contrarnos todavía en la antesala del socialismo? ¿ Y
que no podemos l legar a.la puerta que comunica
con el socialismo s i
no
e s
a través
de
e s t a “antesa-
|a ?› (7 )
Las
implicaciones
de
e s t a s
declaraciones
queda-
ron veladas por el hecho
de que la
revolución
. ~ i . . . . . . . , t
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S 0
Herbert Marque
alemana
d e 1918 pareció desatar
e s a
presunta
e a -
dena
de revoluciones en
l o a p a í s e s
maduros que
debería
restablecer
la
via
wrtodoxa»
d e
la
revolu-
ción
internacional. Si la revolución
socialista tr iun-
faha en
Alemania, el Estado
soviético no
sólo
s e
verla
np ro teg idm por el Estado proletario de un
pais industrial
altamente
desarrollado, sino que
también paniciparia
d e la riqueza tecnica
y
mate-
rial
d e e s t e ,
de
forma
que
la
transición
al
s o c i a I i s ~
m o
s e
verla
asi
garantizada
y
acelerada.
D e
e s a
orientación casi d e s e s p e r a d a hacia Alemania queda
constancia
en
las
actas de
las reuniones
de
la
O om intem y
d e
s u
comité
eiecutivo, y
en
lo s
dis-
cursos d e
Lenin
de
los
pr imeros años d e
la revolu-
ción.
Pelo a
part i r
del
año 1921, aproximadamen-
te ,
la
politica
soviética
extrajo
las eonsecuendas
de
la
denota
de la revolución alemana. Dado el papel
central
que la
relación
entre cap ita lism o m aduro
y
transición
al socialismo desem peña en
la
teoria
marxista, el fracaso
d e
la revo lución
alemana
-uni-
do
al papel dirigente cada v e z
m ayo r
d e los Esta-
d o s
Unidos
en
la
reconstrucción
del
mundo
occi-
denta l - pareció exigir
una reconsideración
de
la
situación internacional.
Si
el potencial capitalista
iba
a
ser,
durante
un
vasto
período de
t iempo, m is
fuerte
que
el potencial revo lucionario , y s i ni si-
quiera la pr imera guerra
mundia l
y s u efecto sobre
la
economia
habla
podido
quebranuir
la
influencia
del
reformismo sobre
e l «p ro le tariado m aduro»,
entonces el agente historico de la revoludon
habia
cambiado no
sólo
e n sentido geográ fico
sino tam-
bién en sentido social.
Si
s e p roducía una auténtica
.estabilización capitalista», el Estado soviético
no
sólo
tendria
que
«coexistin
durante
un
largo perio-
do
con
un
mundo
capita lis ta m ucho
m ás poderoso,
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n - ¡ m m
p m
s i
sino
que también
deberia
considerar al naciente
m ovim ien to revo lucionario d e los p a i s e s coloniales y
sem ico lonia les com o
algo
m ás
que
una
mera
«reser-
va»
del ejército
revolucionario.
En predso
volver a
definir
tanto la
estratega
internacional
como
la
edificación del socialismo
e n la
sociedad soviética.
El articulo de
Lenin
en Pravda, «Más vale
poco
y
bueno»
(marzo de l 923) , combina la
apreciación
tradicional y e l nuevo enjuiciamiento de la situa-
cion
internacional
en
unas
cuantas proposiciones
que s e interpenetran.
Todas ellas
s e
centran
en
la
afirmación d e que
los p a i s e s
capitalistas d e
la
Eu-
ropa
occidental marchan hacia
el
socialismo
« d e
un
modo
distinto
a
como
e s p e r a b a n - i o s
anter iomien-
t e n (8).
Lenin continuaba:
«No
lo llevan
a término
p o r
un
proceso
gradual
d e
“maduración”
del
socia-
l ismo en ellos, s ino m ediante la explotación de
unos
Estados por otros... unida
a
la explotación d e
todo
el
0riente.»
¿Cómo altera la explotación imperial is-
ta de
lo s p a i s e s
capitalistas
vencidos
(en
e l contexto
de
Lenin, especificamente Alemania) la
«esperadas
realización
del
socialismo?
El
texto
de
Lenin
sugie-
re
varias
respuestas:
a)
Por
el
desplazamiento
del
centro de
gravedad
del
capital ismo d e s d e Europa centra l hacia el
Oes-
te , y
nalmente hasta
lo s
Estados Unidos (9) ;
b )
incorporando rápidamente
«al
Oriente, ln-
dia,
China, etc»
al
sistema
capitalista
mundia l ;
c )
acelemndo,
al mismo
t iempo,
los movimien-
tos
nacionalistas y revolucionarios en Oriente
( ¿ y
en
lo s
p a í s e s capitalistas
vencidos?).
Las
proposiciones
de Lenin
irnplicaban,
p o r un
lado,
crecimiento
capitalista ( a través d e la
-nueva
explotación
d e
los
p a í s e s
derrotados
y
del
Oriente›)
y , por
e l
otro,
crecimiento del potencial revolucio-
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5 2 Herbert Marnue
nario
« e n Oriente»
( i tenemos de nuestra
parte
la
ventaja
de que todo el m i m d o p a s a ahora ya a un
movimiento
que
debe
engendrar
la
revolución
so-
cin lìn a m un dia b ).
L a s
v d i c u l t a d e s q u e e s t a s f o n n u l a c i o n e s p l a n t e a -
ban s e
vieron numentadas
p o r
la
declaradón
de
Leninaegúnlacualcnosencontramoscofnelin-
conveniente de que
los
han log rado
dividir
el
mundo
en
d o c
campos»
(10). Solamente
abia
explicar
el « inconveniente-›
en
términos
de
la
nueva fuerza que proporcionaba al cap italism o la
explotación de los p a i s e s vencidos, .unidai a
la
eaplotadón
de
todo el Oriente, asi como la
colabo-
ración
de
la clase obrera
de
los p a i s e s imperialistas
victoriosoa Lenin
subrayó
el hecho
de que
«diver-
s o s
Estados,
p o r
cierto
los
m ás
antiguos
del
Occi-
dente,
s e
hallan, gracias
a la
victoria,
en
condicio-
n e s d e poder aprovechar
e s a
misma victoria para
hacer
a
s u s c l a s e s
oprimidas
una serie d e concesio-
n e s
que, s i bien son
inaigniñcantes, retardan
el
movimiento
revolucionario en e s t o s
paises,
creando
una
apariencia
d e
¡m z
d e
clase:
(ll).
Estas ideas
s e
hallaban próximas
a
la concepción
de Hilferding,
según
la cual la aparición de un
interés
nacional
podria unicar d e
modo efectivo
trabajo y capital en los p a í s e s imperialistas
avanza-
d o s . Sin
embargo,
y
e n
contra
de
esta concepción,
e l
análisis
de
Lenin
oonducla
a
una
«dircctivan
de
la
politica
soviética
basada en
la expectativa
de
conflicto: entre lo s p a i s e s im p erialis tas, la cual ha
l legado posteriormente
a
convertirse
en
.obl igato-
ria» ¡gra el marxismo soviético. Nuevamente las
ambigi ledades
de
las formulaciones
de
Lenin mul-
tan
sorprendentes. Lenin planteaba
la cuestión de
cómo
- l ibrarnos
d e
la
próxima
colisión
con
e s t o s
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ri-¡mm
p a m
3
Estados
imperial istass, lo que implicaba la tipica
contraposición stalinista
entre
lo s campos soviético
e
imperialista.
Pero
inmediatamente
respondía
a
e s a pregunta expresando
«la
esperanza
d e que
los
antagonismos y
conllictos
intentos
entre l o s
p a i s e s
imperialistas prosperos
de
Ocddente y los
p a i s e s
imperialistas prósperos de
Oriente
nos
proporciona-
rá n una segunda tregua»
(12),
s in
analizar la
evi-
dente posibi l idad de que e l
conflicto
entre lo s pai-
s e s
imperialistas
y
la
Unión
Soviética
pudiera
«neu-
t ral izar-
o
«suspenden e l
conflicto e n
e l s e n o del
campo im p erialis ta. En cualq uie r
caso, manifestó,
el «resultado linalw d e la lucha entre el socialismo
y e l imperial ismo -a
saber:
la victoria del socialis-
m o - estå «absolutamente asegurado» p o r e l hecho
de
que
la
pobladon
de
«Rusia,
India,
China,
etcé-
tera», constituye la
abrumadora
mayoría d e
la po-
blación d e la
Tierra,
y
esta
siendo -arrastrada
rapidamente a la
lucha
p o r
su
propia
emancipa-
ciónv. L o «interesante-› para Lenin no
era
el resul-
tado
nal, sino la politica soviética
de
«impedir
a
los
p a i s e s
contrarrevolucionarics
de
la
Europa
occi-
dental
que
n o s aplastem. Al t iempo, Lenin
señala-
ba que
la política soviética
de
«asegurar
nuestra
existencia»
hasta
que
e s e
conflicto entrara en erup-
ción,
deberia
tratar dc
hacer -más civilizado» al
Oriente.
Y esto,
a s u vez, hacia
necesario
«el desa-
rrollo
d e lo
electrificación,
d e l a s
centrales
térmi -
c a s ,
la cons tniccion
d e
Volkhovstroy,
etc.i›.
«En
esto,
y solo
en esto, radican nuestras esperan-
z a s » (13).
El análisis de Lenin contiene,
sin
conciliarlos, los
elementos
antiguos y nucvos
d e
la situación: «los
antagonismos y conflictos in te rnos
en
el
s e n o
del
campo
imperialista»
s e
yuxtaponen
al
- inminente
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t › i - ¡ m m
pm . s s
consistido
en oorrelacionar las d o s
series
de oontra-
cliceioues como
b a s e d e
la política a
seguir, y en
determinar
e l p e s o
relativo
d e
las
mismas.
No
pode-
m os
analizar aquí lo s diferentes
viraies
y variantes
del analisis marxista soviético sobre la situadón
internacional d e s d e el V Congreso
de
la
Comiutern
en 1924 hasta el XX Congreso de l Panido eu 1956,
pero intentaremos
demostrar que la
concepción a o -
vìetica basica
del deaanollo capita lis ta
no
ha
expe-
r imentado
camláos
fundamentales
a
través
d e
todo
e s t e periodo. Sin duda, los zigzags a derecha
e
izquierda
han
sido siempre un
elemento
d e
la tácti-
ca
comunista, pero d e s d e e l Vl Congreso Mundial,
a
m as tardar, aparecen como un ensayo
tóctico
e fmcro , e n
contraposición
-y
a
menudo
en
conic-
t o -
c o n
l a
c o n c e p c i ó n
y
e s t r a t e g i a
s u b y a c e n t e s
C o n
el fm de esclarecer esta
distinción
entre las
manio-
bras tåcticas y la concepcion básica, comenzaremos
p o r
aislar las
categorias marxistas
soviéticos
que
han permanecido
constantes a
trayés de lo s diferen-
t e s viraies que s e han producido durante e l periodo
stalinista.
El análisis del capitalismo contemporáneo
El
marxismo soviético analiza
todo
e l desarrollo
capitalista
d e s d e la
pr imera guerra
mundia l
como
s i
s e tratara d e
un solo
periodo:
las subdivisiones
serian
asi
tan
sòlo
etapas
de
una tendencia
básica
única. S u s r a s g o s
principales (15),
ta l
y como
lo s
interpreta
e l marxismo
soviético,
s o n los siguientes:
l.
El triun fo del capital ismo rnonopolista sobre
lo s elementos supervivientes
del
capitalismo
alibren.
2 .
La organizadou del capitalismo rnonopolista
a
e s c a l a
internacional,
sobre
la
b a s e
de
una
e o o n o ~
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5 6 H e n › e n M n m a =
m ia de guerra
(potencial
0 real) d e carácter perme-
n e n t e ,
c o n c r e c i e n te - t e n d e n c i a h a c i a
e l
c a p i t a l i s m o
de
Estado».
3 .
La subyugación
económica
y politica de las
potencias capitalistas m ás
débiles
po r
las
m ás fuer-
tes,
y
de ¿ s t a s p o r
la potencia capitalista
m ás
poderosa de
todas (los Estados Unidos); Y la crea-
ción,
con ello,
de
amplias zonas
interoontinentalea
de
«explotaci(›m.
4 .
La
movilización
total
d e
los
recursos
huma-
nos,
materiales y técnicos
disponihla
para la
lucha
contra
el comunismo.
5 .
La restricción o la abierta abolición del pro-
c e s o democratico, d e
las
l ibertades civiles y pol i t i -
cas, y
de las ideolog ías l iberales
y hum anitarias .
6.
La
contención,
por
la
fuerza
y por
la
«co-
rrupción-,
del potencial revolucionario
en
el s e n o
del sistema capitalista.
7 .
La división socio-politica global eu d o s
cam-
pos, el
uimperialistan
y
e l
asocinlistau.
Antes d e
explicar esta
interpretación, deberemos
dar
respuesta
a
tres
west iones;
l)
¿Como
iustica
el marxismo soviético s u tesis
d e
la existencia
d e
una
sola
tendencia básica durante todo
el
período
subsiguiente
a
la pr imera guerra mundial , a pesar
de la evidente dificultad
de
situar al fascismo y a
las democracias ooddentales, a la -gran alianza» y
a
la
«guerra
fría»,
bal0
un
denominador
común?
2) ¿Como puede armonizarse
la
noción _ d e la con-
tención
ecaz d e
las fuerzas revolucionarias en
el
s e n o del sistema capitalista con los periód icos ag i-
ros
a
la izquie rda» y las aventuras agresivas
de
la
estratega
comunista,
y
3) con el
crecimiento
e s p e c -
tacular
d e
los
partidos
comunistas francés
e
i talia-
no
d e s p u e s d e la segunda guerra mundial?
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 58/300
Primera parte $ 7
En relación
con la pr imera cuestión, el
marxismo
soviético
considera
al fascismo
como
una f a s e
e s p e -
cifica
d e
la
lucha
d e
c l a s e s
nacional
e
intcrnacio-_
nal,
a
saber, como la «dictadura›, abierta y terro-
rista,
«de
los elementos
m ás reaccionarios, cliauvi-
nistas
e imperialistas del capital financiero» (16).
Esta dictadura
constituye
e l intento
d e .-resolver»
la
crisis capitalista mediante la explotacion intensi-
ñcada
d e
las c l a s e s
trabajadoras
y
d e
las
colonias,
la
reeclavización
d e
las naciones
debiles›
y
la
pre-
paración
6 efectivo
desencadenamientc
d e la
guerra
contra
la Unión Soviética. Esta descripción del
fascismo contiene todas
las
caracteristicas
principa-
les que subsiguientem ente s e aplicarian al «imper ia-
l i smo anglo-americano o
americano». Semeiante
transferencia
va sob reentend ida
en
el
punto
3
del
análisis
marxista
soviético:
la organización interna-
cional
ierárquica del capitalismo contemporáneo
bajo la suprcm acia del poder económico mà fuerte,
que exige el sacricio de las sobersnias tradiciona-
l e s y
de
las l ibertades democráticas. La
b a s e
econó-
ntica
para
la
supremacía
fascista
alemana
era de-
masiado estrecha. Esta «anomalian
fue corregida
por la segunda
guerra
mundial, que
restableció el
equilibrio
internacional
y realizó
una
nueva
divi-
sión
de las
esferas
de influencia d e acuerdo
con la
fuerza economica
real,
csto e s ,
p o r la apar idòn de
los
Estados
Unidos
conto la
potencia
capitalista
m ás fuerte. El fascismo y
s u
derrota
aparecen,
asi,
como p a s o s ulógicosi
en
la reorganización interna-
cional del capital ismo
monopol ista.
Pero s i
la
lucha contra la
Unión
Soviética consti-
tuye
uno de
los
elementos
esenciales
de
e s t a reorga-
nización (punto
4), ¿ c ó m o explicar
la alianza entre
el
Occidente
capitalista
y
la
URSS
durante la
s e -
1
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 59/300
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 60/300
Primera pane
5 9
(bmité Ejecutivo de la Comintern
anunció
d e nuc-
vo el «f in -de la
estabìlizadón
capitalista» y e l
comienzo
de
un
nuevo
ciclo
d e
guerras
y
revolucio-
n e s . El «tercer periodo», s e
armaba,
estaba carac-
terizado por un «renacimiento revolucionario
en
auge constante»
en
lo s paises
capitalistas
y
p o r
un
-agravamiento d e la crisis economica» -(18). Quiza
fuera e s t e el «viraje
hacia la
izquierdna m as radical
d e la Comintern
d e s p u é s
del
fracaso
de la revolu-
cion
centroeuropea.
En
s u
informe
al
Pleno
sobre
la s ituación internacional, Kuusinen declaraba que
debian hacerse todos los esfuerzos
posibles
para
.preparar
al proletariado y al
resto
de la
población
trabajadora para la lucha
p o r
el poder
en
el curso
del nuevo
período»
(19). Pero las directrices enta-
tégicas
de
la
Comintern
parecian
impl icar,
en
cam-
bio, un enjuiciamiento de la s ituación
capital ina
totalmente diferente La
tesis
elaborada sobre e l
in forme de Kuusinen, adoptada p o r el XII Pleno,
tenía,
a diferencia
del
propio
info rm e , un tono
predominantemente defensivo. Aunque
conserva
la
frase
ce l
renacimiento
revolucionado
en
a u g e
c o n s ~
tnnlew,
la
tesis
l lama
a
la
lucha contra
la
«ofensiva
capitalista» (20)
m as
que a
la
conquista
del poder
y convoca
a
desarrol lar
la lucha d e c l a s e s «median-
te un
frente
unido d e s d e la base- (21)
y a
declarar
una huelga politica de m asas
en
el momento
en
que
.se den las
condiciones
adecuadas
para la
mis -
m a-
(22).
La
tesis
concluye
con
la acostumbrada
exliortación a lo s
partidos
comunistas
para
que
diri jan el movimiento « e n
la
vla
de la
revolución
šocialisla
mundial».
Asl, incluso
e l programa
de la Co rninte rn de
caracter «mas izquierdista- no co ntrad ice nuestra
hipótesis
d e
que
la
estrategia
stalinista
daba
p o r
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 61/300
60 Hert›enMarcuae
supuesta la contención efectiva
del
potencial revo-
lucionario
en
el mundo occidental d e s p u é s del fra-
c a s o
d e l a s
revoludones
centroeuropeas.
La
estrate-
g ia del
«frente unido antifas¢n`sta›, proclamado
en
1935,
constituyó un p a s o m ás
en
e l reconocimiento
de
la
decadencia
del potencial revolucionario
en
Occidente,
al
comprometer
también a los partidos
comunistas
en
la defensa
d e «programa min imos
dentro
del
armazón
del
Estado
«democrát ico-bu
g u é s » .
La situación al f inal d e la segunda
guerra mun-
dial puede servir
también como ejemplo
del g rado
en
el que la politica stalinista, a pesar de s u s
declaraciones en
sentido
contrario,
operaba
bajo la
hipótesis
de
una -estabilización capitalistas. En
aquel
t iempo,
en
Francia
y
e n
ltalia
la
fuerza
popular d e
los partidos
comunistas
era m ayo r
que
nunca
y , p o r
vez pr imera,
su fue rza annada
pare-
cia adecuada
para
intentar
la
conquista del
poder.
Sin embargo, d e s p u é s
d e
algunos
golpes d e mano
esporádicas y
sin
coordinación, los comunistas pro-
siguieron
una
politica
d e
oooperaciómdesmcvi l iza-
ron s u s unidades
mili tares
y
s e
adhìrieron a un
«programa
min imo»
que, incluso
en
el periodo sub-
siguiente de
g randes huelgas polit icas, no apuntó
nunca a
la
revolución como objetivo inmediato.
Esta estra teg ia puede
s e r
explicada p o r la
debil idad
de
s u
« b a s e
de
m a s a s » .
Los
partidos
comunistas
nacionales
s e enfrentaban con una situacion que
d e s a ñ a b a
l o s c o n c e p t o s t r a d i c i o n a l e s d e l a e s t r a t e -
gia revolucionaria m arxis ta ; p ronto s e
hizo
eviden-
t e que luchaban
e n
un terreno
totalmente diferente.
Los
ejércitos
aliados
que,
junto a los contingentes
nacionales,
s e
enfrentaron con
lo s comunistas en
Francia,
Italia
y
Alemania
Occidental,
simbol iza-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Prime:-aparte
6 I
bon
evidentemente
la nueva
situacion,
que continuó
prevalecieudo incluso d e s p u é s de s u retirada: e l
«enemigo
de
clase-
no
podria
ya
ser
derrotado
« e n
las barrlcadas» d e Paris, Lyon o Toulouse, o de
Milán,
Turín o
Bolonia. S u s posiciones claves
s e
encontraban
ahora
en Washington
y Nueva York ,
en los
cuarteles
generales
y comisiones aliadas. L a
guerra civil s e
habia convenido
en un asunto de
politica internacional
e
intercontinental, en un sen-
t ido
mucho
m á s
objetivo
que
e l
d e
una
dictadura
d e
la URSS
sobre
los partidos comunistas extranje-
ros. Y e n la
constelación
intemacional
d e la posgue-
rra todas las ventaias
s e hallaban en manos de
los
aliados occidentales y, especialm e nte,
en
las
de
Estados
Unidos.
Sin
duda, d e s p u e s d e la
rápida
desmovil ización
occidental
que
siguio
a
la
segunda
guerra
mundia l
los
eiercitos soviéticos podian haber
invadido e l continente europeo. Pero s i el mantisrno
ha desempeñado
alguna
vez algún papel
en las
decisiones politicas
soviéticos,
sin
duda
lo ìugo en
e l
sentido de persuadir
a Stalin
d e
la imposibi l idad
de derrotar al mundo capitalista
mediante
una
ofensiva
relårnpagp
e n
Europa,
emprendida
por
una
Rusia exhausta
y en gran
medida
destruida,
y
dirigida
contra las
fuerzas prácticamente incólumes
d e la nación economicamente
m ás
poderosa del
mundo. Stalin, cuya t ø o r ú x todavia s e aferraba a la
tradicional
concepción de la progresiva
agudizacion
d e
las
contradicciones
entre
los
p a i s e s
irnperialistas,
deb io sentirse sorprendido ante la
rapidez
con
que
e l
«frente
unido
capita lis ta» contra
el
comunismo
s e reoonstruyó
d e s p u é s
d e la guerra
(el
discurso d e
Churchill en
Fulton,
Missouri, e n
1946; «la
doctri-
na
Tniman-›
y
el
Plan
Marshal l , en 1947; las
negociaciones
sngloamericanas
sobre
el
Ruhr,
en
1947).
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Primern parte
6 3
1950; s e incrementaron
las
operaciones
mili tares
en
lndocliina,
y
la guerra de Corea
comenzó
en un
momento
en
que
los
partidos
oomunistas
occidenta-
l e s permanecían
ya a la
defensiva. Durante todo
el
periodo stalinists, las
estrategias
soviétieas en el
Occidente y
en
el
Oriente
nunca estuvieron coordi-
nados de
forma
eficaz; a part i r de lxs funestas
consecuencias
d e las
«directivatv sta litiis tas durante
lxs' primeras f a s e s de
la revolución china, el
stali-
nismo
pareció
ir
a
la
zaga,
m á s
que
a
la
cabeza,
d e
las «revoluciones
coloniales». En
Oriente,
el nuevo
agente
histórico
de la revolución pareció madurar
maturalmentev,
y las
m a s a s cam pes inas que Lenin
habia ino orp orad o a la estrategia
revolucionaria
cumplieron s u función. Occidente, el mundo capita-
lista,
continuo
siendo
e l
problema
básico
para
e l
marxismo soviético.
L a interpretación marxista soviética
del
capitalis-
m o
s e
centra
en
la
noción d e
la «crisis gene ral» del
sixterna cap italis ta. La crisis e s
cons iderada como
expresión
de
la
etapa monopol ista
del desarrollo
capitalista;
etapa
en
la
que
e l
oonicto
fundamen-
ta l
entre
el caracter social d e
las fuerzas
producti-
v a s y
su utilizacion
privada
capitalista
ha
alcanza-
do
su punto
máx imo, y
últ imo
estadio antes del
punto
de
inflexión
hacia e l socialismo . L a p olitica
exterior de los p a i s e s occidentales y los
cambios
internos,
politicos
y
económicos,
pioducidos
en
el
s e n o de e s t o s paises, s o n explicados por
referencia o
e s t e
conflicto
(24).
La «crisis general», que abarca todo un periodo
histórico, s e subdivide en d o s
f a s e s
principales (25).
La segunda f a s e , que com enzó con la segunda
gnerrx
mundial ,
representa la
agudización
de
la
crisis.
La
crisis fue
deseneadenada
por
el
nacimien-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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6 4 Herbert M a r e u s e
to del Estado soviético, y s e
intensiñca con
su
crecimiento ulterior. Los r a s g o s especificos d e la
crisis
son
la enorm e
contracción
del
mercado
mun-
dial capitalista y el establecimiento
de
d o s mereal
d o s
mundiales
paralelos pero opuestos: e l mercado
capitalista y
el m ercado ssocia lis ta».
Mientras que
el pr imero disminuye,
e l
segundo aumenta
constan-
temente,
s in
depresiones
ni
dislocaciones. La
m ayo r
parte d e los mercados coloniales y semicoloniales y
la
casi
totalidad
del mercado
europeo
oriental
«han
salido»
d e
la órbita
capitalista.
Además, e l capita-
l ismo no sólo
s e ha
visto privado
de una
g ran p arte
d e s u s anteriores mercados d e
exportación, sino
también
del
a c c e s o a
muchas de s u s
anteriores
fuentes
de m ate rias p rim as y mano de o bra b arata.
Consecuencia: la
producción capita lis ta
opera
sobre
una b a s e
cada
v e z m á s estrecha; las dificultades
para la obtención y realización
de
plusvalía, y ,
po r
tanto, de
beneficios ( e n gran medida
intensiftcadas
p o r
la
«composición organica
m ás elevada» del
capital; e s
decir,
que dentro
del
capital total crece
la
proporción
d e
capital
constante
y
disminuye
la
proporción de salarios)
aumentan
y lanzan a
los
grupos capitalistas m á s poderosos a una
lucha
bru-
ta l para lograr
una
participación
en e s t o s
mercados
sensiblemente
reducidos.
Ello, a s u vez,
agrava lo s
conflictos
competit ivos
entre las potencias capitalis-
t a s .
L a
lucha
por
los
mercados
asum e, en
la
últ ima
etapa
imperial ista,
la
fo rma de sumisión ante las
potencias capitalistas m ás
fuertes d e
las m ás
débi-
l e s ,
proceso que culmina en la
supremacía
del
imperial ismo americano. Según
e l marxismo
soviéti-
co, la
tendencia
señalada por Lenin
en
1915
ha
alcanzado en
la
actualidad s u punto máximo.
La
militarización
d e
la
economia,
rasgo
«clásicos del
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 66/300
Pt- ¡uma parte
6 5
imperial ismo,
s e
conviene
e n situacion -normal».
La
economia
de
guerra, al
t iempo que proporciona
superbenecios
inonopolistas
a
los
principales
capi-
talistas, h a c e descender
e l
nivel d e
consumo
incluso
e n lo s
p a í s e s
capitalistas m ás ricos y canaliza el
grueso
d e
las inversiones capitalistas hacia las in-
dustrias relacionadas
directa o
indirectamente con
la guerra,
aumentando asi
la desproporción existen-
t e
entre
las
d o s
ramas
principales
de
producción
capitalista.
La
cris is afecta
a
la
p ro pia re pro duc-
ción del sistema.
De acuerdo con esta
interpretadón,
el nacimien-
to del Es tado sovié tico puso
e n
movimiento una
reacción en cadena
que,
a
través
de la
intensifica-
ción
d e
las
contradicciones
inherentes
al capitalis-
rno,
ha
agravado
los
conllictos
entre
las
potencias
capitalistas (26). Esta era la conclus ión teórica
tanto
en
la e p o c a del
XV I
Congreso del Partido
(1930)
como
e n
la época del XX Congreso (1956).
Las
contradicciones que, según
la
concepción mar -
xista, son
inherentes a
la estructura d e la produc-
ción
capitalista,
s e
rcarman
a
pesar
de
todas
las
apariencias como las únicas
determinantes.
El
mar -
xism o sovié tico niega,
consecuentemente , que la
integración
intemacional
del capitalismo
e n un
solo
campo, d.irig'do contra
e l
enemigo común,
pueda
meutral izar»
tales
contradicciones.
D e
esta fo rma,
sigue
rechazando
formalmente
- como
hace
cuaren-
ta
años-
las doctrinas del
«ul tra imper ia l ismot
y del
-capital ismo organizado»
(27). Los
esfuerzos de
los
monopol istas
americanos
por establecer un
«trust
mundial»
americano, s e anna, han fracasado.
Los
conflictos
competit ivos
en
e l
s e n o d e la órbita
capi-
talista s e hacen cada
v e z m ás
agudos, a pesar d e la
integración;
las
naciones
~sometidas›
s e
rebelan
y
nun.:
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 67/300
66 He¢i›enMlNuae
s e
esfuerzan
p o r reconquista:
s u
anterior
podción
en e l mercado mundial ; la Alem ania Occidenta l y
el Japón
renacen
como
los
competidores
ruós
pel i -
grosos
(28).
El
funcionamiento d e
las
l e y e s econó-
mias fundamentales, que según la teoría
marxista
determinan
e l curso
de
los
acontecimientos, condu-
c e a s i al incremento y explosión d e las contradic-
ciones imperialistas,
a los
conflictos mili tares
en el
s e n o
del
campo capitalista, a la «ulterior
agudiza-
ción
de
la
crisis
general
del
sistema
capitalista
y
s
la ap roxim ación
d e
s u derrumbamiento
final»
(29).
En
e s t o s textos encontramos, d e s d e luego, las
acostum bradas advertencias
en contra de una
inter-
pretación de la situación e n términos d e un inmi -
nente derrumbamiento del sistema capitalista. Asi,
Trakhtenberg a firm a
que
la
creciente
dicultad
por
encontrar
una «salidan
a
la cris is
económica
no
sipi ica
la
«imposibi l idad
absoluta»
d e
encontrarla
o de prolongar
la
crisis, Tralthtenberg
señala el
auge inacionista d e la economia
bélica
que domi -
na
actualmente
e l
panorama
capitalista, pero
con-
cluye
reiterando
que,
baio
la
apariencia
d e
un
«resurgimientm
capitalista,
continúan
desarrollan-
d o s e
las fuerzas desintegradoras
d e la crisis econó-
m i q i (30).
Resulta dilicil
entender
como la t e s i s
d e
la agu-
dización de la crisis capitalista puede servir de
guia
al
marxismo
soviético.
Repetida
durante
m ás de
treinta a ñ o s
en
patente contradicción con
lo s
he-
chos,
parece
tan paradójica que e s facil
interpretar-
la corno simple
frase
de propaganda. Consti tuye,
s in
embargo, un concepto al servicio d e la adopción
d e decisiones politicas.
En
la te rm ino log ía
marxista,
la «crisis general»
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Primeraparte 6 9
tradíociones
capitalistas
y
romperla la
-ttrçgua»
que
Lenin consideraba
requis ito prev io
para la
supervi-
vencia
del
Estado sovié tico.
Al
igual
que
la
«crisis
general» del capital ismo, la « - t r e g u a » marca todo
un periodo
de
desarrollo
histórico,
que abarca e l
tiem p o req uerido
para elevar la
-civilización
del
Oriente atrasado al nivel
de
los p a i s e s industriales
avanzados.
Cuando
e s t e objetivo
haya sido
alcanza-
do, s e hab ra lo grad o alcanzar otro punto crucial en
e l
desarrollo
de
la
sociedad
soviética
y
de
la
socie-
dad capitalista: el comienzo d e la
:segunda
f a s e »
del socialismo
producirá también
la reactivación del
potencial revolucionario
en
el
mundo occidental.
En
el marco d e e s t e anális is (enorm em ente tosco
y
superficial,
s i s e le compara
con
la obra teórica
d e
Hilferding,
R o s a
Luxemburgo,
Lenin
y
Buiarin),
d e s p u e s
del
X IX Congreso d e PCUS fueron intro-
ducidas a lgunas m odilicadones y
correcciones.
E s a s
alteraciones aparecen,
en pr imer
lugar, com o m eros
cambios
en
el acento,
que introducen variantes de
caracter
insign ieante y
que
no alteran la concep-
ción
subyacente.
Sin
embargo,
tales
cambios
ad-
quieren una
m ayo r
significación en
e l
contexto de
las trausforlnaciones sovieticas durante e l
últ imo
periodo d e
la vida
de
Stalin y
e n
la etapa
que sigue
a
su
muerte,
e n
el
sentido de que
anticipan la
posibil idad de un viraie
a
largo
plazo
e n
la
politica
soviética.
Desde
este punto
de vista, serán obieto de
posterior
análisis en
el
capitulo
sobre
«La
Transi-
ción del
Socialismo
al Comun i smm; aqui n o s l im i -
taremos a dar una explicación prel iminar.
La
pr imera
d e e s t a s
modificaciones s e refiere a
las contradicciones inter- im per ia lis tas y
a las
con-
tradicciones
entre
e l
mundo occidental
y e l soviéti-
co.
La
politica
stalinista
s e
basaba,
en
s u
tendencia
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 71/300
7 0 Herbert Mamne
general,
e n el
supuesto
de un
predominio
efectivo
del
conflicto
Este-Oeste sobre las contradicciones
interimperialistas.
Después, en
la
etapa
del
X IX
Congreso, s e percibió un cam b io ,
que
s e hizo visi-
ble
p o r
vez pr imera
e n
e l fallo resolutoño
de
Stalin
a propósito
de una
discusión
teórica e n
el
que
recom endaba al
partido y a s u s portavoces que
considerasen como determinantes
las
contradiccio-
n e s
interimperialistas (35).
« D e s d e
un
punto
de
vista
teórico»,
el
conflicto
entre
los
campos
capita-
lista y socialista
e s m as
i rnponante
que
los conflic-
tos
interimperial istas; pero « d e
hecho», sin embar-
go, lo s
últ imos
prevalecen sobre
e l
pr imero. El
oontraste evidente entre la teoria
y
la realidad
sirvió
como
advertencia sobre la necesidad de re -
concilia rlas . La
annación
de
Stalin
fue
seguida
e n
la p ractica p o r un nuevo examen de la situación
in te rnaciona l y por
un
cambio
en
la
politica
¡nte
r ior
y exterior,
que s e
ha hecho
m ás visible
d e s d e
s u muerte. La
tesis
staliniana transparcntabe
una
m ayo r conanza
en
el
-no rma l - funcionamiento de
la
economia
politica
intemacional
y
e n
las
dificul-
tades inherentes al sistema
capitalista, m as
bien
que en
e l
asalto d e s u s posiciones d e s d e
fuera (36).
La segunda
modificación
afecta
a
la
apreciación
del capital ismo monopol ista contemporáneo; m ás
exactamente, a la
apreciación d e
la constante am -
pliación de
las
funciones
económicas
y politicas
del
Estado
e n
la
era
presente.
L a
cuestión
de
s i
el
marxismo
s ovié tico p od ia admi t i r o
no e l surgi-
miento
d e un «capitalismo de Estado-
desempeñó
un papel considerable e n la d iscus ión postbélica. El
l ibro
de
V arga, pub licado
en
1946, fue condenado
a causa
d e la importancia que daba al capitalismo
de
Estado,
particularmente
ta l
como
s e
manifestaba
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 73/300
71
Herbert Mnr tuae
tradicionales, la t-decadencia. progresiva del capita-
lismo m onopolis ta y la agravación
d e
s u s
tensiones
económicas
internacionales
e
internas.
La
posibi l i -
dad
de
una « in tegración ultra im per ia lis tu» del
m t m d o
capitalista
e s
puesta
en
ridiculo
oon
el
mismo vigor que
antes, y la unidad capitalista
sigue siendo descrita
como pcnetrads
por
intensos
oonictos competit ivos en
el
marco d e un
mercado
mundia l
reducido.
Sin
embargo,
e s t o s
oonocidos
esterotipos de la doctrina
stalinista
aparecen ahora
dentro de una nueva apreciación programática del
capitalismo. El categórico rechazo de una de las
tesis m as
intensamente
subrayadas
d e entre l a s
contenidas en el últ imo articulo d e Stalin (a saber:
la co ntracción
de
la produccion
e n
los Estados
Unidos,
en
la
Gran
Bretaña
y
en
Francia)
(41),
la
advertencia en oontra d e una «interpretación sim-
plicadora de las t e s i s d e Lenin acerca de la deca-
dencia
del
imperial ismo» (42) y la admision
del
hecho d e que d e s d e «la
época
d e Lenin,
la situa-
ción mundia l
ha
cambiado
fundamentalmente»
(43)
- todo
ello
en
el
contexto
del
analisis
d e
la
situación
internacional-
apuntan
hacia
una
nueva formula-
ción de algunos d e lo s dogmas sacrosantos de la era
stnlinista. La
anterior negativa a admi t i r
una «nor
va etapa» de desarrollo capitalista queda inval ida-
da, al menos im p llcitam ente , po r e l reconodmiento
de que
las
meiores oondidones de
vida
de
los
trabajadores
y
el
-crecimiento
de
la
producción
en
los p a i s e s capitalistass (si bien
no
descansan «sobre
fundamentos
economicos solidoss)
s e deben a
«fac-
tores básicos».
Estos
factores
son fundamentalmen-
te los
siguientes
(44):
1 )
la
--militari/.ación
d e
la
economia», con
s u
influencia
sobre e l
nivel
general
d e
producción;
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 74/300
Pritnen
parte
7 3
2) la expansión
del
mercado capitalista
que
la
denota d e Alemania y e l japón y la aplicacion del
Plan
Marshall
han
hecho
posible;
3 ) la renovación, la rgamente
ap lazad a, de l ca-
pital
io y la modernización del
equipo
industrial;
4) la aexplotación»
intensicada -de
la
c l a s e
obrera», principalmente a traves
de la
racionaliza-
ción y de la consiguiente elevación de la producti-
vidad del trabaio.
D e s d e luego, e s t o s
factores
operan
predominante-
mente e n
los
Estados Unidos; y el hecho d e que
s e a n
ahora
recalcados tan insistentemente
en
las
fonnulaciones
marxista-soviéticos m ás autorizadas
equivale a una nueva
valoración
del vigor del
capi-
tal ismo
americano.
El
proyecto
de
reso lución del
Partido Comunista estadounidense señala
otro
C a e -
to r decisivo
d e ta l fortalecimiento: «La
c l a s e diri-
gente
no
fue presionada lo suficientemente como
para
no
poder
continuar aplicando s u s habituales
métodos d e direccion gubernamental» (45). En la
teoria
marxista
los
factores
económicos
y
politicos
arriba citados son, en verdad, lo suñdentemente
sbásicose como para hacer anocivns»
e
«irrealistasn
las urepetidas
predicciones
d e una crisis económica
inminente» (46).
Sin embargo,
e s
importante destacar
de
nuevo
los aspectos 4 - p o s i t i v o s »
que
e s t a nueva
apreciación
conlleva para
e l
Estado
soviético.
Deiando
de
lado
e l
«frági l
fundamento»
del
sisteinawapitalista esta-
bilizado,
é s t e s e armoniza con
las nociones
d e
En-
g e l s (47) y Lenin (48) acerca d e la «últ ima etapnn
del
capitalismo.
Un
«capitalismo
monopol ista de
Estado»
totalmente
desarrollado
(49 ) se rv iría meior
que
las
meras
«tendenciim
hacia
el
capitalismo
de
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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1 4
t-uften
M m m
Estado para designar
e l
nivel
histórico
en
e l
que el
capital ismo alcanza
s u s
«l imi ten insuperables. .
L a
«cris is genera l»
y
e l
proletariado occidental
El
grado
en que el marxismo
soviético
aplica las
categorias marxistas
tradidonales al analisis d e la
sociedad occidental
resulta
especialmente claro
e n
s u
consideración
del
proletariado
occidental.
D u-
rante el
periodo
stalinista, el marxismo
soviético
negó
la existencia de una b a s e
económica para la
estabilización a largo
plazo
del capital ismo; las
modificaciones poststalinistas casi l legan
a
reeoncr
cer
la
existencia de ta l b a s e
(si
bien la consideran
efrågiln).
En
ambos
c a s o s ,
sin em b argo,
la
¡ e m - l a
sovié tica niega que s e haya producido un cam bio
fundamental en
la s ituación de la
c l a s e
obrera
en
lo s p a i s e s capitalistas. El proletariado occidental
continúa s iendo cons iderado
como
la clase revolu-
cionaria (aunque
no
s e
halle
en una «situación
revolucionarian),
y,
por
consiguiente,
como
la
fuer-
za destructora na l e n la crisis
general.
La misma
Raolucion del XIV
Congreso
del Partido que pro-
clam ó la política d e «coexistencia pacifica- como
eie
de la politica exterior soviética, pedia el fortale-
cimiento,
p o r
todos
los m edios, de la
«unión
entre
e l
proletariado
de
la
URSS,
b a s e d e
la
revolución
mundia l , el
proletariado d e
la Europa occidental y
lo s pueblos soiuzgadoa» (S0). En
s u s
observaciones
nales al X IX Congreso, Stalin
volvió a mencionar
esta union,
al
recordar el papel de l
proletariado
soviético
como
«brigada d e choque› del
«movimien-
to
revolucionario y
obrero
mtmdia lw
( 5 l).
El
XX
Congreso
reitero la
tesis según
la cual las
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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¡mmm
pam
1;
masas
trabajadoras d e lo s
p a i p e s capitalistas consti-
tuian la rerza
m ás
poderosa en la lucha
contra
la
agresión
imperialista.
La
reconciliación
de
ampl ios
sectores del movimiento obrero con el sistema capi-
talista
y el aumento
de su nivel de
vida s o n
expli-
cados en términos de
«pauper-¡zación relativa». La
teoria
de
Lenin
sobre
la aeorrupciónn
de
la «aristo-
cracia
obrera-›
s e
mantiene
con l igeras
modificacio-
n e s :
el
reto
del
socia lism o soviético,
el
crecimiento
del
comunismo
mundia l
y
el
poder del
movimiento
obrero organizado e n lo s p a i s e s capitalistas
obl igan
a los capita lis tas m oncpo lis tas a «hacer una serie
de
ooncesiones
de carácter
social,
cuyo
volumen y
duración dep enden del nivel
de
la lucha
de
la c l a s e
trabajadora
en
los p a i s e s
capitalistas» (52).
Pero
mientras la
teoria
soviética
continúa
preo-
cupandose
p o r la agudización d e la lucha de c l a s e s
en
los
p a i s e s capitalistas, la politica
soviética s e ha
arnoldado
a
la situación d e hecho y
ha
puesto al
proletariado
occidental
« e n
hibemacion-
hasta
que
llegue el
momento
crucial
en
el
que
dicho proleta-
riado
s e a
reactivado
como
fuerza revo lucionaria .
La m ezcolanza del
proletariado
con otros grupos
sociales «amantes
d e
la
paz»
significa el reconoci-
miento
d e la tendencia
histórica
subyacente La
« c l a s e revolucionaria» adopta los rasgos del refor-
mismo
democrático.
El
marxismo soviético hace uso
de
un
concepto
teórico
harto
conocido,
con
el
n
d e
explicar
y iusticar esta tendencia.
Según
el
marxismo
soviético,
el
fracaso
de las
revoluciones
centroeuropeas y e l sometimiento
de
lo s
p a i s e s
capitalistas anteriormente
independientes
a
la
hegemonla americana
han reconducido
al desa-
rrollo
revolucionario
en
Europa
occidental a una
etapa
anterior
a
la
« revo ludon dem ocrá tico -bun
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 77/300
7 6 l› e rbatMam ne
guess».
La
dominación capitalista
monopol ista so-
cava
las
soberanias
nacionales, los derechos demo-
cráticos
y
las
ideologías
l iberales;
los
grandes
logros
progresistas de la
burguesía ascendente
han
sido
tmieioaados por la
burguesía
m onopolisut. En e s t a s
circunstancias, la tarea del
p ro le tariad o y
d e
los
partidos
comunistas en lo s p a i s e s
soiuzgados
d e b e
consistir en levantar
e l
«estandarte d e
las
l ibertades
democrúticas
burguesas»,
de
«la independencia
y
la
soberanla
nacional»
(S3);
en
otras
palabras,
en
asumir,
o m ás exactamente, proseguir, e n una eta-
pa
superior,
e l papel
histórico de
la burguesía
progresista
en
contra
d e
la burguesía reaocionaria.
El
«programa
min imo -
de
los partidos comunistas
occidentales s e
ajusta,
a s í ,
al
eniuiciamiento soviéti-
co de
la
constelación
intemacional,
y
d e b e
ser
cons iderado como
un
rasgo
de larga
duración, m ás
que
como
una medida temporal de carácter
oportu-
nista. El «programa min imo» e s incorporado'
como
ta l a las fórmulas
rituales
del
marxismo
soviético:
«La
defensa
de la
soberanía
nacional
y
la
lucha
oontra
la
amenaza
d e
esclavizacibn
extranjera
han
adquirido una importancia
vital para
la clase obre-
ra
y el
pueblo trabajador de todos lo s
p a i s e s
en la
epoca
presente- (S4). El
apadrinamiento
del pro-
p a m a udernocrático-burgués», y
no
la «solidaridad
proletaria»,
e s el vínculo sutil que une al Estado
sovietioo
con
las
masas
que siguen
a
los
partidos
oomunistas
nacionales
(un
buen
indicador del
cam-
b io
en
e l
-fsuieto» histói-ico);
y e s t e programa e s
utilizado como
palanca
para activar las contradic-
ciones entre los p a i s e s imperialistas.
La :politica
del «frente unidov
(55)
deriva
de la
misma
concepción.
Esta
dictada
p o r
las
oondicìones
obietivas
del
«capita lism o organizado»,
e l
cual
ha
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 78/300
Prlnn-aparte 7 7
convertido en
beneficiarios de la
nueva prosperidad
a ampl ios sectores
de
las c l a s e s trabaiadoras, sumi -
nistrando
con
ello
una
últ ima
justificación
a
las
actitudes
reformistas
y
antirrevolucionarias.
Si
para
hacer la revolución
e s
p reciso, como
ha
pretendido
siem pre el marxismo, ganar el favor
d e
la mayor ia
no sólo del
proletariado
sino
de todo
e l
pueblo, la
estrategia
comunista deberá ajustarse
a
las condi-
dones existentes,
en las
que la
mayor ia
d e la
población
no
e s
revolucionaria.
Y
como
quiera
que
las condiciones
no
revolucionarias atañen
a
toda
una etapa del
desarrollo capita lis ta , la politica del
frente
unido cons tituye un planteamiento estratégi«
o o fundamental,
que
los dirigentes no
pueden
des›
cartar
a
capricho. En
realidad,
el
frente
unido
ha
sido
un
objetivo
de
la
politica
soviética,
al
menos
d e s d e 1934, aun cuando e l acento y alcance del
esfuerzo
hayan
cambiado
en varias
oas iona . L o
que resulta decisivo
para s u enjuiciamiento no e s
saber ti
e l
frente
unido
s e proyecta
sólo para la
b a s e o también para
los
dirigentes d e
los partidos
sodalistas
y
de
lo s
sindicatos,
o
s i
apunta,
además
d e hacia e s t o s sectores,
a
algunos o todos
los «par-
tidos burguesesa,
sino
averiguar s i ta l po litica tiene
probabil idades
d e alterar el carácter d e los
partidos
comunistas. Incluso el problema d e
su
eventual
àito
e s d e
meno r importancia. Oomo
qu ien que
la
respuesta
d e
los
posibles
aliados
esta
determinada
p o r
e l
buen
o
m al
funcionamiento
de
la
sodedad
occidental,
el frente unido estara abocado a perma-
necer en un
estado
de frustración
y
slocalizacións
en tanto
que e s t a sociedad siga
funcionando
no o
malmente. Si
esto
dejara de ocurrir, la politica del
f r e n t e u n i d o s e r í a t o t a l m e n t e iuperua.
S i n
e m b a r -
go,
e l
mero
e s ƒ u e r x o ,
prolongado
durante
tanto
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 79/300
78 HarbeI\Marwae
t iempo, para
conseguir un frente unido puede oon-
vert ir
a
los
partidos comunistas,
en
aspectos
impor -
tantes,
en los
herederos
politicos
de los
partidos
socialdernócratas (56).
Como
e s t o s últ imos
t ienden
a
perder el
caracter d e
partidos
obreros
y
a aproxi-
marse
al d e
partidos
de
c l a s e s medias,
puede surgir
un vacio en el que los comunistas podran
aparecer
como lo s únicos representantes de
los
intereses de
la
c l a s e
obrera;
intereses
que,
a
su
vez,
exigirlan
una representacion no
revolucionaria.
S e
observa
ya una tendencia en e s t e
sentido
e n
Francia e
I tal ia;
y las declaraciones
hechas en
e l XX Congo
s o del PCUS acerca
de
la posibi l idad
de
un camino
parlamentar io
hacia e l
socialismo (57)
no
baoen
sustancialmente m as que
repet ir e l prefacio
de En-
gels
a
la
obra
de
Marx
La
lucha
d e c l a s e s
en
Francia, que fue considerado durante mucho t iem-
po
como la gula de la estrategia socialdemócrata.
Podemos aventurar
la sugerencia
d e que
esta ten-
dencia
serla
mucho m as fuerte s i no existiera una
identicacion
entre los intereses
d e
los
partidos
comunistas
nacionales
y
lo s
d e
la
URSS,
y
si
desaparecieron
las
contramedidas politicas adopta-
das
en
lo s p a i s e s
occidentales contra los partidos
comunistas.
En
vista
de la permanencia efectiva de estos
elementos principales del marxismo
soviético
a
lo
largo
de su
desarrol lo,
debemos
preguntarnos
si
existe
una «rupturas entre el leninismo y e l stali-
nismo. Las diferencias entre los
primeros años
de
la
Revolucion
bolclievique y
el Estado stalinista, to -
ta lmente desarro l lsdo, son
obvias: crecimiento
constante del
total i tarismo y
de la centralización
autoritaria;
c r e c i m i e n t o
d e
l a
d i c t a d u r a , n o d e l
proletariado,
sino
sobre
el
proletariado
y
lo s
cam-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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O0
Herb1MaIIae
de
las
faenas sociales en los p a i s e s
respectivos,
indica que Stalin
no
creia que una situacion revo-
lucionaria
estuviera
madurando
en
Europa,
o
que
e l Estado
soviético pudiera
depender,
para
s u ru-
pervivencia
a
largo plazo, d e
las
revoluciones o o l o ~
niales. La directiva d e Lenin era
todavia
valida, y
señalaba e l obietivo priori tario del Estado soviético
durante la «primera f a s e » del socialismo. Tal direc-
tiva
ha
sido
ritualizada
en
la
fónnulaz «aventa jar
e l nivel
económico
d e
la :
principales p a í s e s capí:a~
lis tas» ($9 ).
La sociedad
soviética
continuó crecien-
do; el
desarrollo
d e la producción soda lis ta
siguió
elevando
e l potencial
mater ial y
técnico, al t iempo
que repr imiendo e l potencial
humano.
Pero
e l
mismo éxito d e la civilizacion stalinista
l e
condujo
a
un
callejon
sin
salida,
claramente
deni-
do
en la teoria
marxistr leninista
del imperial ismo.
Según
esta
teoria,
la economia d e guerra propor -
ciona
una salida
a las contradicciones
inherentes
al
capital ismo, p e s e a que
la consolidadón capitalista
ari creada resulte precaria y emera y e s t e destina-
da
a
saltar
en pedazos
a
consecuencia
de las
gue-
rras entre
los
p a i s e s imperialistas que s e hacen la
competencia. Sin embargo, en el supuesto de que
exista
un
-enemigo
comun» fuera del mundo capi-
talista cuyo
poder
y expansión
crecientes
requieran
el
mantenimiento
d e una economia de guerra .per -
manentes
o
d e
preparacion para
la
misma,
a
través
d e
la cual
puedan unirse
las potencias
tas, y si, al mismo
t iempo,
e l progreso tecnologoo
permite
al cap ita lism o m antener e n
funcionamiento
esta
economia
r in re ducir p or ello notablemente
el
nivel de vida (¡quiz6
incluso e levaodo lo l) , entonces
s e produce una
situación
en
la
que
el propio c r e c i ~
miento
d e
la
orbita
soviética
parece sostener
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Primera parte
8 1
unidad y la
estabilidad d e
la órbita
r imperial istas.
IA Unión
Soviética no puede salir d e
este Calle jón
sin
salida s in
alterar
fundamentalmente
su
polit ica,
lu que,
a s u
vez, esta en
función
de un
avance
correspondiente
d e
la sociedad soviética. Sem ejante
cambio
d e
politica
-que
trataría
d e
poner ño a la
«economía d e guerra»,
sobre
la que d e s c a n s a pre-
suntamente Ia
estabilización capitalista-
presupone
que
e l
Estado soviético alcance un nivel de capaci-
dad
competit iva
que
le
permita
«re la jan
su
estrate
ja
agesiva
e
intransigente.
Solamente
e s a
relaja-
cion sostenida
sisternúticamente
y durante un largo
periodo
d e t iempo
podria quiza poner ño a la
estabilización capitalista
internacional
y
hacer re -
gresar
al sistema capitalista a
e s a
situadón de
enormalidada
en
la
que
s u s
contradicciones
inter-
nas
irían
madurando y te rm inarian p or estallar.
L os camb ios
ideológicos
y
politicos que s e iniciaron
en
la época
del
X IX Congreso y
que adquirieron
m ayo r
im portancia durante
los
a ñ o s 1955
a 1956
señalaron
la inm ine ncia d e un viraje politico.
Su
aparición
no
puede
depender
de
la
voluntad
de
los
dirigentes soviéticos; y tam poco fue la muerte de
Stalin el factor decisivo d e
dicho viraje
El factor
decisivo
s e encuentra
m ás
bien en
la
realización
del
requisito
previo
fundamental para
e l
restableci-
miento d e la dinamica
anormal»
capital ismo-sociir
l isrno, a saber: la consecución por la sociedad
s o -
viética
del
nivel
de
civilización
industrial
avanzada.
Si, como
al innamos,
lo s
cambios
politicos recientes
sugïeren
que,
según la apreciación
marxista soviéti-
ca, este requis ito prev io ha sido ya
alcanzado, tales
cambios condudrian
a una e tapa esencialm ente
nueva del
comunismo
intemacional.
los
capitulos
que
siguen
examinaron
los rasgos
una-,n
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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B 1
l - lor l ݢtMam|ne
principales del
marxismo
soviético
durante e l perio-
do
s ta lin is ta y trataran d e ponerlos en reladón con
la
tendencia que
s u b y a o e
a
la
construcción
d e
la
aociedad soviética.
3 . La nueva racionalidad
Comenzaremos
por
e l
intento
de
definir,
a
título
prel iminar,
la racionalidad
de
la civilización
del
«socialismo en un solo pain;
e s
decir, los principios
que
rigen
s u
estructura y
s u
dinámica
interna.
Para hacerlo,
no
aceptamos
como
guia
ni
e l térmi -
no
csocialismov
ni s u
simple
negación,
y
tampoco
e l
té rmino
t toml i tar ismoi
y
s u s
sinónimos.
No
aceptamos
el
término
usodal ismon porque s u vali-
dez depende de
un acuerdo previo sobre s u deni-
ción, y
aun
asi sólo
puede
s e r entonces resultado
del
análisis; no aceptamos tampoco
el término «to-
ta l i tarismo› porque la
noción e s aplicable
a una
ampl ia
gama
d e
sistemas sociales,
dotados
d e e s -
tructuras distintas e incluso antngónicas. Tratare-
mos, m ás
bien,
de
l legar a
la localización de
los
principios
que buscamos mediante la
reunión
d e
los
r a s g o s y
caracteristicas de la sociedad
soviética
que
han
permanecido constantes
en
lineas
generales a
lo
largo
d e
las
diferentes
etapas,
regresiones
y
modificaciones. Estos r a s g o s pueden
s e r
expuestos,
de
forma
resumida, de la m anera s iguiente :
1 . lndustrializacion
total, sobre la b a s e de una
produodón nacionalizada, con prioridad del « s e c -
to r
In (producción de los medios d e producción).
2.
(blectivización
progresiva
de
la
apicul tura,
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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¡4 Herbertlarcuse
s o dialéctico
de
desarrollo
de
contradicciones inter-
nas y
externas.
2 .
Las 'contradicciones
internas
pueden
ser
re -
sueltas
racionalmente,
sin sexplosión», sobre la
b a s e de la econom ía socialis ta , bajo el
control
y
dirección del Estado sovié tico.
3 . La
contradicción
in tema fundamental,
fuer-
za motr iz d e
l a transición
al
comunismo,
e s la
contradicción
entre
las
fuerzas productivas, en
constante
crecimiento,
y
las
relaciones
d e
produc-
ción, rezagadas respecto
a aq uellas. Su
desarrollo
racional
y controlado perm ite una
trans ición g ra -
dual, y p o r
vía
administrativa, al comunismo.
4. La transición gradual al comunismo s e pro-
duoe baio las condiciones que
e l
cerco capitalista
y
la
coex is tenc ia
co n
e l
capitalismo
estabilizado
im-
ponen.
Las
contradicciones externas que e s t a situa-
ción implica sólo podrán
s e r
definit ivamente resuel-
tas a
nivel
intemacional, a través
d e una
revolu-
ción socialista
e n
algunos
d e
lo s p a i s e s capitalistas
adelantados.
5 .
Esta
solución
constituye
por
s i
misma
un
proceso
a
largo plazo, que abarca todo un periodo
de desarrollo capitalista y sodalista. La debil idad
del potencial revolucionario e n el mundo capitalista
y el atraso todavia
no
superado de la órbita soviéti-
ca
necesitan
una
nueva y
m ás larga
t treguas y el
mantenimiento
de
la
t-coexistencia»
entre
los
d o s
sistemas.
6. La Unión Soviética
d e b e
defender
e s t a
tregua
utilizando
los
conflictos
entre las potencias
impe-
rialistas
(I), evitando
una
guerra con e s a s potencias
y desanimando
lo s
experimentos
revolucionarios
(tconquistn del poder. )
en
lo s p a í s e s
capitalistas
adelantados.
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Prilnefapane 8
7 .
L a solución d e las contradicciones externas
madurarú
n
través
de:
a) las contradicciones in -
ternas
capitalistas
e
intercapilalistaa,
que devolve-
rá n al proletariado
e l papel
de agente
histórico
de
la revolución;
b )
el
poder económ ico , politico y
estratéeo cada vez
m ayo r
de la URSS.
8 .
Las «principales reservas» que
apoyan
a e s a s
fuerzas
básicas revolucionarias
son
l a a m a s a s semi-
pmletar ias y
d e pequeños cam pes inos d e
l o s p a í s e s
desarrol lados,
y
los
movimientos
d e
l iberación
de
las
colonias
y p a i s e s
dependientes.
El proceso
social
que
e s t o s
principios guían e s
algo
m ás que la industrialización de
las
zonas
atrasadas
de
Oriente, sobre la
b a s e d e
la
nacionali-
zación
y
dirección
p o r
una
administración
totalita-
ria de la economia. Lo que s u c e d e en e s t e ¡rea s e
extiende
m ás alla d e
las fronteras
de
la órbita
comunista.
La indus tria lización comunista avanza
mediante esaltosn que le permiten
recorrer
en un
breve lapso largos períodos históricos; de esta for-
m a
entra
en
el
a m p o
de
atracción
de
una
tenden-
cia universal de la sociedad técnica. L a diferencia
fundamental entre las
s o c i e d a d e s
occidental y
sov ië
tica no impide
que,
paralelamente,
exista
también
una
fuerte
corriente asimilatoria. Ambos sistemas
muestran lo s r a s g o s comunes de la moderna
dvili-
zación
industrial:
la centra lización
y
la
reglamenta-
ción reemplazan a la empresa individual
y a la
autonomia del individuo; la
competencia
e s nbieto
de
organización y
-racionalizaciónn; la
dirección
incumbe ooniuntamente
a las
burocracias económ i-
ca y polit ica; la población e s
coordinada a
través
de los
medios
de
comunicación
de m asas, la
indus-
tria
del
espectáculo
y
la
educación.
Si
e s t o s
meto-
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8 6 Het-bertMan:uae
dos s e muestran
eaces, la constitución podrá
conceder derechos y crear
instituciones dem ocrati-
c a s
s in
peligro
de
que
s e a n
utilizados
contra
e l
sistema.
La nacionalización, la abolición de la
pro-
piedad
privada
de lo s
medios
de
producción,
no
constituye, por s i
misma,
una
diferencia esencial
mientras
la
producción este
centralizada
y s e a
con-
trolada
sin participación alguna d e la población.
Sin iniciativa y
control « d e s d e
abajo» d e los «pro-
ductores
inmediatosw,
la naciona lización
no
e s
sino
un instrumento tecnológico-politico para incremen-
ta r la
productividad
del trabajo, para
acelerar
e l
desarrollo d e
las fuerzas productivas y para contro-
larlas
d e s d e
arriba (planificación
central);
sólo sig-
nica, pues, un cambio en la
forma
de la domina-
ción,
una
m odernización, no un
requis ito p revio
para
s u
abolición. Oon la abolición del individuo
conto sujeto
económico y
político autónomo,
s e
el iminan
ciertos frenos «anticuadosv para el desa-
rrollo
de
las fuerzas productivas. Las unidades in -
dividuales de
la producción
(tanto m ate ria l
como
intelectual)
no
constituyen
ya
medios
adecuados
de
integración
social; el progreso
tecnológico y
la
pro-
ducción
en serie han acabado con
las
formas
indi-
vidualistas bajo
las
que
operaba
el prog reso duran-
te la
era
l iberal.
Pero al
mismo
t iempo, el progreso técnico y la
productividad
en
constante
aumento
amenazan
con
neutral izar esta
tendencia; en
efecto, la capacidad
p roductiva y la
riqueza
cada vez mayores
de
la
sodedad
s e
oponen a
lo s
aspectos
represivos de la
organización
y la division del
trabajo.
La
concien-
cia de que e s t a s contratendencias
existen
s e mani -
fiesta en
los cambios
realizados
en
la Unión
Sovié-
tica
tras
la
muerte
de
Stalin
y
en
la
insistencia
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Pr lmepar te 8 7
cada
vez
m a y o r
con
que el
marxismo soviético
s e
ocupa de la necesidad de pasar
a
la «segunda f a s e
del
socialismo»,
tema que
sera
analizado
m ás
adelan-
te
(2).
El
sistema soviético
parece constituir
un
ejemplo
m is
de pais
rezagado
que, asaltandose-
varias
etn-
p a s del desarrollo d e s p u é s de un largo periodo de
atraso, marcha infat igablemente para colocarse a la
cabeza de
las modernas s o c i e d a d e s
industriales. Las
etapas
- sa ludas-
son
e l
despotismo
i lustrado
y
el
l iberalismo, la
l ibre empresa y
el
sistema competit i -
vo, la cultura madura d e c l a s e media
y
s u s ideolo-
g í a s individualista: y humanitarias. El esfuerzo p o r
alcanzar, en un
t iempo
récord y d e s d e una situa-
ción de atraso, el nivel d e los p a i s e s industriales
adelantados
ha
obligado
a
la
Unión
Soviética
a
la
creación y
utilización d e un
enorm e aparato
pro-
ductivo, en
e l marco
d e un
sistema
de
dominación
y reglamentación incompatible con la
racionalidad
y e l l iberalismo
individualistas. Ahi
s e
encuentran
las
raices
d e
la
im p lacab le lucha del
marir ismo
soviético
contra
los
elementos
l iberales
e
idealistas
de
las
«ideologías
burguesasn; ata
lucha e s reilejo
y expresión
de una organizadón social
de
las
fuer-
z a s
productivas que sirve m ás de instrumento d e
control
que de liberación.
La idea de la Razón, tipica de la moderna civili-
zación
occidental,
s e
centraba
e n
la
autonomia
del
Ego
Cogítans,
cuyo
juicio
independiente descubrla
y aplicaba
las l e y e s
de
la organizacion raciona l
de
la
Naturaleza
y d e la sociedad. También e s e
Ego
estaba
sometido a
las
l e y e s
objetivas de la Natura-
leza, pero s e suponía que en una sociedad que
hubiera l legado a dominar la
Naturaleza
y a
trans-
formarla
en
materia l
prácticam ente inago tab le
al
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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S B
Herbert Mllw
aerv ie iode ldesar ro l l ode lnsnooes idadesyap t i tu -
da humanas, la
R a m ó n
s u l w p e t i v a y la ob je tiva
tenían
que
coincidir.
El
logro
de
e s t e
objetivo
exi-
gla
la emancipación
del
individuo,
mientras
que
el
Estado, la autoridad
establecida, s e convenía en
un
impedimento para el prog reso técnico
y
económico.
S e confiaba
en
que el progreso resultaría del fun-
cionamiento ranonablemente
l ibre d e una multi tud
de em presas
individuales (económicas, politicas,
culturales),
y
en
que
la
radonal id ld
del
conjunto
s e at-maria
a
través de la lucha competit iva de
e s t a s
unidades
individuales. Este p roceso exigía un
elevado grado
de autonomia
individual, previsión,
eå lmlo y
perspicacia; cualidades todas ellas
que
debían adquirirse
no
sólo en las tareas
pro fes ion-
l e s
sino
también
en
la
preparación
para
las
mismas:
en la famil ia, en la
escuela,
en el ámbi to privado
del
pensamiento
y
del
sentimiento. El
progreso
aodal dependla,
ati,
en gran
medida, d e la autono-
m ía
del individuo, e s t o e s ,
d e
la distinción y ten-
sión
entre la
Razón
subjetiva
y
la
obietiva,
asi
como
d e una so lucion
a esta tension
que permit iera
que
la
Razón
obietiva
(las
n e e e s i d a d e s
e
intereses
sociales) protegiera
y
desarrollara
a la Razón subie-
tiva (las n e c e s i d a d e s
e
intereses individuales).
El progreso tecnológico y e l desarrollo
d e
la
pan
industria oontenlan d o s tendencias (antagónicas)
que han e je rcido una
influencia
decisiva sobre e s t e
proceso:
l. la
mecanización
y la racionalización del tra-
baio
han podido
l iberar del proceso laboral
mate-
rial una
cantidad s i e mp r e
en aumento
de
e ne rg ia (y
t iempo)
individual,
y permi t i r
asi el
empleo de
e s t a
energia
y t iempo para
e l
libre
desarrollo
de l a s
aptitudes
humanas,
m ás
allá
del
ámbito
d e
la
pro-
ducción
material ;
y
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Primera parte $ 9
2. la mecanización y
racionalización
han gene-
rado, a la
vez,
actitudes de conformisnio
uniforme
y
d e
sumisión
estricta
a
la
maquina,
que
exige
ajuste y adaptación m ás que autonomia y esponta-
neidad
(3).
Si
la nacionalización y la centralización del apa-
rato industrial actúan
en
dirección
contraria a
la
pr imera tendencia -mediante el sometimiento y la
oompulsión
de
la
mano
de
obra,
obligada
a
una
ocupación de
t iempo
completo- ,
el progrwo
de la
industrialización
equivaldra al progreso
de
la dom i -
nación En el capital ismo
desarrollado,
la segunda
d e las
tendencias citadas prevalece
efectivamente
sobre la pr imera
y
perpetua el sometimiento del
hombre al
trabajo
socialmente necesario pero
indi-
vidualmente
opresivo;
de
e s t a
fo rma,
el
progreso
técnico equivale
realmente
al
progreso
de la dom i -
nación.
La
misma
tendencia s e
arma en la
Unión
Soviética: la nacionalización y centralización
del
aparato industrial van
acompañadas
p o r la servi-
dumbre del trabajo;
el prog reso
de la industr ia l in-
ción,
las
exigencias
d e
la
máquina
y
la
organiza-
ción
cientica
de l trabajo
revisten
un caracte r tota-
l itario e impregnan todos lo s aspectos de la existen-
cia. L a perfección tecnológ ica de l aparato producti-
vo dom ina conjuntam ente a lo s dirigentes y a
lo s
dir igidos,
si bien mantiene la
distinción
entre am -
bos.
La
autonomía
y
la
espontaneidad
son
conüna-
dasalprrroniveldelaecaciaydelaejecución
dentro
del
modelo establecido.
El esfuerzo intelec-
tual s e conviene en asunto d e ingenieros, especia-
listas
y
agentes. L a vida
privada
y el
ocio
sirven
como d e s c a n s o del
trabajo
y como preparación para
el
mismo,
d e
conformidad
con
las exigencias
delaparato
productivo.
Disent i r
e s
no
sólo
realizar
un
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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90
Ha-ber tMuc\ne
delito politico sino también cometer una estupidez
técnica, un
sabotaje,
dar un
m al
tratamiento a la
máquina.
L a
Razón no
e s
sino
la racionalidad
del
conjunto:
el funcionamiento y el crecimiento
ininte-
rn impidos
del aparato productivo. La armonia en-
tre interés individual
e
interes
general,
entre nece-
sidad
humana
y necesidad social, queda dentro del
ambi to de las sim p les promesas.
La
auto in terpretación m arxis ta
soviética
de esta
racionalidad puede
ayudar a aclarar
s u función.
Según e s a interpretación,
la Revolución
de
Octubre
ha
establecido
una
-conformidad»
entre
las relacio-
n e a
de
producción y e l
«carácter de
las
fuerzas
productivas»,
que
el imina e l
conflicto
entre indivi-
duo
y
sociedad,
entre
interes particular
e interés
general.
En
consecuencia,
la
Razón
deja
de
escin-
dirse
en manifestadones
subjetivas
y
objetivas; ya
no e s antagónica de la
realidad,
ya
no e s
exterior
a
ella; deja d e
s e r
una m era aideai, y s e realiza en la
propia
sociedad.
Esta
sociedad,
denida
por la teo-
rla
marxista como
socialista, s e convierte en el
único
patrón
d e
la
verdad
y
falsedad; no
puede
darse en ella
trascendencia alguna, ni
en la
acción
ni
en
e l pensamiento, ni tarnpooo
autonomia indivi-
dual,
ya
que el N o m e : del conjunto e s e l
verdadero
Namos. Tratar
de
trascender
la
realidad, oponer
la
razón subjetiva
a la razón estatal,
apelar
a nonnas
y
valores
m ás
elevados,
constituyen
prerrogativas
d e la
sodedad
clasista,
donde
el
Nomos
d e
la
sociedad
no
e s
e l Nomos
d e
los individuos
que
la
componen.
En
cambio,
la sociedad soviética insti tu-
cionaliza lo s intereses auténticos de lo s individuos
y
contiene en su s e n o
todos
lo s patrones d e lo verda-
dero
y
lo
falso,
d e
lo
justo
y
de
lo
injusto.
El
«realismo
soviético»
no
e s una m era cuestión de
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Primera
parte
9 1
loeoa
y estetica;
cons tituye la
pauta general de
la conducta in te lectua l y pråct iai que la estnxctura
d e
la
sociedad
soviética
necesita.
›
Sin duda, y al margen de la validez del marxis-
m o soviético
y
d e
la equiparación entre Estado
soviético
y sociedad racional y
l ibre,
esta
noción de
la «realización d e
la
Razónv
e s ,
en s i
misma,
una
ideologia. Como
quiera
que en la
realidad los
¡nte
r e s e s
individuales
s o n
todavia
amagonìcos
respecto
a
lo s intereses del
coniunto, y
como
quiera
que
nacionalinìción
no
equivale
a
socialización, la
ra-
cionalidad del real ismo soviético
s e
nos
muestra
como
manifiestamente
irracional,
como conformi-
dad terrorista impuesta
p o r
el aparato económico y
politico. Sin
embargo,
abandonar el eniuiciamiento
d e
la
nueva
racionalidad
soviética en
e s t e
punto
signiñcarla
pasar
p o r
alto
su función
fundamental,
ya
que
lo
que resulta
i rracional
según criterios
exteriores al sistema se-convierte
en racional
cuan-
do s e
lo
iuzga según la
Iògim
del
mismo.
Las
proposiciones
claves
del marxismo
soviético
poseen
la
función
de
anunciar
y
ordenar
una
practica
determinada, capaz de crear lo s hechos que las
proposiciones
mismas proclaman. Estas
no
preten-
den poseer valor de verdad por s l
mismas,
sino que
enuncio n una verdad
preestablecida
que
ha
de ser
puesta en práctica
a
través de una actitud y una
conducta
determinadas.
Cons tituy en d irectiv as
pragnåticas para la acción. Por e ìe rnp lo , e l marxis-
rno soviético
s e construye sobre un
reducido
númr
n o de armaciones
que
s e
repiten
periódicamente
y
que poseen una rigidez dogrnåtica: la sociedad
s o -
viética e s una sociedad socialista en la que
la
explotación
no existe,
una
dem o cracia p lena en
la
que
s e garantizan
y s e
ponerren
prctica
los deie
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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9 2 Hefbt
Malmae
chos constitucionales
d e todos los
ciudadanos;
e l
capitalismo contemporáneo vive
en
un estado de
lucha
d e
c l a s e s
cada
v e z
m as
aguda,
de
niveles
de
vida cada
vez m ás bajos,
d e desempleo, etc. Estas
alirmaciones,
a s í
formuladas
y
tomadas en
si mis -
m as y aisladamente,
s o n
maniestamente
falsas,
tanto según criterios marxistas
como no
marxistas.
Pero en e l contexto e n que
aparecen
s u falsedad
no
las
invalida, ya
que para el marxismo
soviético su
verificación
no
puede
l levarse
a
cabo
en los hechos
dados
sino en
las uendertcias», en un proceso
his-
torico en
el
que
la p rá ctica politica dictada hard
surgir lo s hechos d e s e a d o s .
El valo r de e s t a s
declaraciones
e s m ás pragmat i -
co que
logico, com o lo sugiere
claramente su
e s -
tructura
sintactica
(4).
Cons tituyen fo rm ulas
infle-
aibles y
no
m a tizadas que
exigen
una respuesta
también
inexible
y
s in
matices.
Oon una reitera-
ción
inacabable,
el
mismo
sustantivo va siem pre
acompañado
de
los m ism os
adjetivos
y participios;
el
sustantivo «detenninaa
a
é s t o s
inmediata y
d i-
rectamente,
de
manera
que
cuando aquél
aparece
é s t o s
l e
siguen automát icamente» e n
e l
lugar
pre-
ciso que
l e s
corresponde. El mismo verbo -mueve»
siempre la proposición en la
misma
dirección; y s e
supone que
aquellos a
quienes s e dirige ta l proposi-
ción s e
moverán
también
en e l mismo sentido.
Estas
oraciones
no
atribuyen
un
predicado
a
un
sujeto (en
e l
sentido d e
la
loca
fo rmal
o
dialécti-
ca), no desarrollan
e l
sujeto
en
s u s
relaciones
a p e -
cieas;
p u e s
e s t o s
procesos
cognoscitivos
s e
hallan
fuera del contexto
d e
la
proposición,
esto e s , en los
aclásicos»
del marxismo, y e s a s nitinarias
declara-
ciones s e l imi tan
a recordar
lo que ya
s e
halla
preestablecido.
Deben
ser
cdelctreadasv,
e n s e ñ a d a s
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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ram- p m ; e s
mecánica,
monótnna y
l i teralmente;
son
como
un
rirual que acompaña
a
la
acción
en cumo. Sirven
para
recordar
y
sostener
la
practica
requerida.
To -
mada ;
en s i mismas y
aisladamente,
no e ncie rran
m as verdad que la que p uedan contener las órdenes
o
los
anuncios:
su
« v e i - d a d » estriba en s u s efectos.
En e s t e
aspecto,
el marxismo soviético participa en
el proceso d e
decadencia
del lenguaie y de la comu-
nicación característico
de
la era
de las
sociedades
de masas.
Carece
de
sentido
t ratar
las
proposiciones
de la ideologia ocial
soviética
a nivel
cognosdtivo:
pertenecen al
dominio
d e
la
razón
práctica,
no al
de
la
razón teórica.
Si las proposiciones
pierden su
valor cognoscitivo en benelìcio de
su
capacidad
pan
producir un efecto d e s e a d o -es decir, s i han
d e
entenderse
como
directivas p ara una conducta
detenninada-,
e n ta l c a s o los
elementos
mágico:
prevalecen en
el pensamiento y la acción sobre la
comprensión.
En
el
supuesto
d e que
las i lusiones
gulen
una
conducta
que
modele y cambie
a la
realidad,
la
diferencia
entre i lusión
y
realidad s e
h a c e
tan
difusa
como la existente
entre verdad
y
falsedad. En relación con s u efecto real sobre las
sociedades primit ivas, s e ha descrito a la maja
como
un
«cuerpo
de
actos
puramente prácticos,
e iecutados como medio para alcanzar
un
m (S),
que
actúa com o s i
la asociación de determinadas
ideas
produjera
realmente
un
coniunlo
de hechos
vinculados entre s l . Esta descripción
e s
perfecta-
mente aplicable
a proposiciones formalmente
teóri-
c a s . El
propio
lenguaje oñcial
asume,
de esta m a-
neni, un carácter mágico.
Sin
embargo, la reactivación contemporánea de
rasgos
mágicos
e n la carnunicadón en m odo alg uno
signilìea
una
vuelta
a
los
primit ivos.
Los
elementos
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9 4 HerbertMa|wte
¡nacionales
d e la m a g a
s e
introducen dentro del
sistema de una administradón planificada
y
condu-
cida
cienticamente,
convirtiendose
en
parte
inte-
grante
d e
la organización y dirección
cientíñw de
la sociedad.
Además,
l o s
r a s g o s mágicos
d e la teoría
soviética s e
t ransforman
en
instrumento
para
la
conservación
d e la
verdad. En tanto
que
las
fórmu-
las
rituales,
separadas de
s u contexto
cogtoscitivo
or ipnal , sirvan para
proporcionar
directivas in -
cuestionables
para una
conducta
d e
masas
incues-
t ionable, conservan,
en
forma hipostática, s u s u s -
tancia
histórica. La
rigidez
con
que s e
las solemni-
za
tiene e l objetivo
de preservar
la
pureza d e
e s a
sustancia
frente
a
una
realidad aparentemente
con-
tradictoria, y d e
defender s u
veracidad
frente
a
hcchos
aparentemente
contradictorios,
t ransforman-
do asi la verdad
preestableeida
e n paradoia. Cierta-
mente, esto constituye un dcsaflo
a
la razón, un
absurdo. Pero la absurdidad del marxismo
soviético
tiene
una b a s e
objetiva: reeia la absurdidad
de
una situación histórica
e n
la
que
la realización
de
las
promesas
marxistas
sólo
e s
mencionada
para
ser
de nuevo diferida, y e n
la
que
las
nuevas
fuerzas
productivas
son utilizadas una
v e z m as como ins-
trumentos d e represión productiva. El lenguaje
ri-
tualizado
preserva
e l contenido original
de la teoria
marxista como
una verdad que debe
s e r ereida
y
ejecutada
p o r
encima
de
toda
prueba
en
sentido
contrario:
la gente d e b e actuar, sentir y pensar
como
s i s u
Estado
consti tuyen
en la
realidad
e s a
razón, l ibenad y
justicia
que la ideologia proclama,
y e l
ritual
tiene como objetivo asegurar ta l
conduc-
ta .
La práctica a s í dirigida e s cienamente capaz de
movi l izar grandes m a s a s infraprivi legiadas en
todo
el
mundo.
En
e s t e
proceso,
las
promesas
originales
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Prim era parte 9 5
de la teo ria m arxis ta
desempeñan
un papel
decisi-
vo.
La
nueva forma
que
ahora
reviste
la teoria
marxista
s e
corresponde
con
un
nuevo
agente
histó-
rico:
una población
atrasada
que ha de transfor-
marse e n lo que t reatments -
e s :
una fuerza
revolu-
cionaria destinada
a cambiar
e l mundo. La
rituali-
zación
ha mantenido
a
la teoria
a
salvo de ser
impugnada p o r los hechos, y
ha
permi t ido
s u
trans-
misión
en
fonna
ideológica
a
una
población
atrasa-
da
y cpr imida, que d e b e
s e r
impulsada
a
la acdón
politica para impugnar
y
dcsaar
a la civilización
industrial avanzada.
La
teoria marxista
asume, en
su función m ag ica, una
nueva racionalidad.
El carácter
paradójico
d e
la
racionalidad
soviéti-
ca
no s e
l imita
tan sólo
a s u propia
órbita sino que
s e
extiende
también
a
las
proposiciones
relativas
a
la órbita capitalista. Sin duda, las
falsas
armaeio-
n e s e n que
incurre
e l marxismo soviético
pueden
atr ibuime
en
muchas ocasiones
simplemente a
m e-
ras
exigencias propagandlsticas. Pero
también
en
e s t e
terreno la continua
utilización d e annaciones
falsas
que
no
guardan
unas
apariencias
minimas
de
plausibi l idad
h a c e pensar en una voluntad d e desa-
fio y de
lucha concertada
contra unos hechos
que,
juzgados
con
referencia
a
la tverdads históri-
co-mundial, s o n accidentales y
han d e
s e r negados.
Si, por eiernplo, cl corresponsal d e P r a - a d a en Nue-
v a
York
informa
_ 6 *
que
e n
e l
catálogo
de
la
Biblioteca
Pública de Nueva York no enco ntró un
solo l ibro
sobre
«Stalingrado
o
el ejército
soviético
e n general»,
e l hecho
de que
e l catálogo
de la
Biblioteca
Pública d e Nueva York contenga
aproxi-
madamente
« d o s
docenas d e
fichas
que s e refieren
directamente
a
la batalla
de
Stalingrado»
y «unas
500
chas
bajo
e l
titulo
^^Ejército,
Rusìa”»
queda
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9 6 Herbert Mueuse
alegado»
para e l corresponsal
soviético
p o r el
con-
texto esencial d e sistemática
hostilidad
americana
hacia
la
Union
Soviética.
0
bien,
s i
Wil l iam
Z .
Foster, en
s u History
a/ the Cammunisr
Party
of
the
United
States
(Historia del
Partido
Comunista
de
Estados Unidos), publicado
e n 1952
-e n un
momento
en
que
el Partido
carecía prácticamente
de
apoyo
popular, s u s
dirigentes
s e
hallaban
en
prisión y s u número d e afiliados
era
despreciable-,
concluye
e l
l ibro
con
un
capitulo
titulado
«El
par-
t ido
de la
c l a s e obrera
y de la Nación»
y con
una
sección
titulada
«Los progresos
del P artido Co m u-
nista»,
entonces la
irrealidad aplastante d e e s t a s
afirmaciones
constituirá,
en
s l
misma,
parte d e
s u
fundóti :
no someterse a los hechos, defender
y
tratar
de
hacer
realidad
la
verdadera
naturaleza
del Partido
como
el «part ido leninista d e
m a s a s »
contra
su
existencia concreta inadecuada.
Hipostasiada en una estructura ritual, la teoría
marxista
s e
t ransforma
e n ideologia. Pero
s u conte-
nido y
función la
distinguen de l a s formas
«clási-
c a s n
d e
ideologia: no
e s
«una conciencia
fa ltan (7 ),
sino m as bien conciencia
de una falsedad
obietiva,
una falsedad que s e
«coi-rige»
en
e l
contexto de la
«verdad
superior. «presentada
por e l
interés hist6~
rico objetivo. Es la situación actual la que
e s
falsa
(construcción del socialismo e n un pais
atrasado;
estabilización
del
capitalismo),
y
la
corrección
d e
e s t a falsedad e s
precisamente
la m is ión his tórica
que
corresponde
a
la Unión
Soviética.
Es to tiende a
suprimir la
l ibertad
ideologia:
de
conciencia, y
a
asimi lar la
ideologia con
la
b a s e en tanto que p arte
de
una acción
social conscientemente dirigida.
Dado
que
el contraste entre
la ideologia
y
la reali-
dad
s e
agudiza
a
medida
que
aumenta
el
contraste
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Wlinenpar te 9 7
entre el potencial productivo de la sociedad y
su
unpleo iepresivo, los elmtentoo anteriormente Ii-
bres
d e
la
ideolog ia van quedando
sometidos
al
cont ro l
y direccion
administrat ivos. El debil i ta-
miento
d e la
independencia relativa
de
las
ideolo-
gías con
respecto a
las n e c e s i d a d e s sociales
existen-
t e s
y
la ouicacibn de
s u
contenido
s o n
característi-
c a s de la actual etapa d e la civilización.
En
su
forma
osicada, vaciado d e s u signicado
critico
y
antagonico
frente
a
la
sociedad
establecida,
la
ideo-
logia
s e
transforma en un instrumento de domina-
ción.
Si
ideas
tales
como lib ertad y
razon
humanas
o
autonomia individual
de
pensamiento no
o e con-
ciben
ya
en
s u
aspecto de reivindicaciones
todavia
insatisfechaa
sino como
materia l mtinar io para uso
de
periodistas,
políticos,
animadores
y
publicista:
que las
truicionan
a
diario en s u preocupación por
perpetuar el :uuu
quo,
l o s
contenidos
progresistas
de
la
ideologia
ton
despoiados d e
s u
función
tras-
cendente y quedan
transformados en
esterotipos
de
una
conducta d e s e a d a .
La
decadencia
del pensamiento independiente
aumenta en gran
medida e l poder
de lu palabras,
su
poder
mágico,
con cuya destnicción
comenzó
precisamente e l proceso de la
civilización.
Protegi-
d a s contra e l esfuerzo intelectual
que
rehace e l
camino d e s d e las
palabras
hasta las i d e a s
que
aque-
llas
alguna
v e z
expresaron,
L a s
palabras
s e
trans-
forman e n
armas
de
la
Administración,
frente a
la
cual el individuo resulta completamente impotente.
A través
de los medios
d e comunicadón de m asas,
las
palabras
transmiten los
objet ivo:
de
la Adminis-
tración,
y
la
población sometida
responde con
el
comportamiento
esperado.
La
racionalidad
que
ha
acompañado
al
p r o g n e o o
me-'I
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9 He|ber tMucme
d e la
civilización
occidental s e ba desarrol lado ya-
cias a la
tensión
entre
pensamiento
y
obieto:
la
verdad
y
la
falsedad
eran
buscadas en
la
relación
que une
al
sujeto que comprende
con s u mundo;
la
logica
era
e l desarrollo comprensible de esta rela-
dón, expresado en proposiciones. De la m ism a m a-
nera que el obieto del p ensam iento era tomado
como algo en s l y por s i mismo
(sin
tener en
cuenta su
inseparabi l idad del pensamiento), de
igual
manera
s e
mantenía
que
el suieto
constituía
algo «para s i
mismo› , en l ibertad
para descubrir la
verdad
d e su objeto,
especialmente la verdad
toda-
via
oculta y las potencialidades irrealizadas. La
l ibertad cognoscitiva era, d e
esta
forma, parte
e s e n -
cial
de
la
l ibertad
práctica,
d e la capacidad
para
actuar
de
acuerdo
con la
verdad
y
para
realizar
las
potencia lidades subjetivas
y
objetivas.
Cuando esta
relación
entre
el sujeto y el objeto desaparece, la
lógica tradicional pierde s u fund am e nto . L a verdad
y la falsedad ya
no son,
entonces, cualidades
de
las
proposiciones
cognoscitivas, sino
cualidades
d e una
situacion
preestablecida
y
predenida
en
la
que
e l
pensamiento y
la
acción
deben encajar. La logica s e
mide, pues, p o r la adecuación de e s e pensamiento y
e s a
noción al
logro
del obietivo
predeterminado.
4. ¿ Socialism o
en
un
solo
p a i s ?
La nueva
racionalidad,
que
el
capitulo
anterior
ha
tratado de analizar,
caracteriza el
cl ima en que
la
constnicción
d e la sociedad soviética tiene
lugar.
Más
exactamente, esta
racionalidad
pertenece
a la
naturaleza paradóiica d e la sociedad
soviét im,
don-
de
el
m as
metódico
sistema
de
dominación
ha
de
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Primera
para 9 9
preparar e l
terreno para
la libertad y d o n d e la
politica d e represión s e justifica
como
politica d e
l iberación.
Anter iormente
señalamos
que
no acepta-
bnmos la hipótesis
d e que
e l marxismo soviético s e a
simplemente
una ideo log ia superpuesta
que
sirve
d e
apoyatura
al rég imen; ni tampoco la
hipótesis
opuesta en virtud d e la
cual
la sociedad soviética
seria una sociedad socialista, en e l
sentido
marxista
del ténnino. Por tanto,
no
podemos exp licar la
paradoia
exclusivamente
oomo
una
pura o ontrapo-
sición
entre ideologia
y
realidad. La paradoja
para
c e m ás
bien reeiar
la
edieación d e
la
sociedad
soviética bajo las
condiciones «anómalav d e
la
coexistencia.
Hemos insistido en que e n tanto que el
control
solne
los
medios
de
produoción
y
sobre
la
distribu-
cion del producto
no
s e a conferido' a
los «producto
r e s
inmediatosa, esto
e s ,
mientras
no haya
control
e iniciativa « d e s d e abajou, la nacionalización -lo
mis mo que la industr ia l izadón- constituirá un
mero
instrumento para una dominación m ás efecti-
va
y
para
el
incremento
y
manipulación
de
la
productividad
del trabajo
dentro
del
marco de
las
s o c i e d a d e s
de m a s a s . A e s t e
respecto, la sociedad
soviética
no h a c e sino seguir la
tendencia general
de la civilización industrial
avanzada en
s u etapa
m ás reciente. Sin embargo,
debemos
plantearnos la
cuestión
de si,
a
pesar d e
e s t e hecho, la nacionali-
zación soviética no
p o s e e ,
e n
función
d e
s u
progre
s o histórico,
una
dinámica in tema
que pudiera
contrarrestar e n
e l
futuro
las tendencias
represivas
y
trnnsfon-nar la estructura d e la sociedad soviéti-
ca, independientemente d e la politica y objetivos,
reales o pretendidos, d e
s u s
dirigentes. Dentro de
e s t e
estudio,
solamente
analizaremos
ta l
dinámica
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1 0 0 I-leroen
Marcus:
en
tanto que te encuentre xeeiedn en el desarrollo
del marxismo'
soviético,
l imitando nuestro análisis
I
uuaa
cuantas
mnoepciones
que
parecen
especial-
mente eeclarecedoru. Hem o s elegido la concepcion
del
«socialismo
en un
solo
pels», la dialéctica
del
Estado sovié tico
gobernado
por esta concepción po-
litica, ciertos
cambios
e n
la ideologia y , finalm ente ,
le «transición del socialismo al comunismo»
en la
que
esta dinamica culmina.
L a
doctrina
del
«socialismo
en
un
solo
paisa,
que
p rop orcionó al marxismo
soviético su
estructura
general
durante el periodo xtalinim (1), sirve t am-
bién para suminis t rar una ¡unificación históri-
co-mundial
de
las
funciones
represivas del Estado
soviético. La doctrina
refleja
en todo momento
s u
dependencia
de
la
evolución
intei-na_cional:
el
aisla-
miento inicial
d e la
Revolución
bolchevique,
el
confinamiento
del socialismo
a
zonas
atrasadas
del
mundo y la nueva
consolidación
del capitalismo a
e s c a l a intercontinental s o n considerados como
rev
p o m a b l u
de las contradicciones internas y
exteman
que
pesan
sobre
la
sociedad
soviética.
L a d octrina
sutlinista
mantiene
que
las
contradicciones
internas
de la oodedad
soviética
podran
s e r resueltas
por
-y
e n -
la
Union
Soviética,
a
través d d papel
«directivos
del
Estado,
mientras
que
las
contradic-
ciones externas sólo podrán
s e r
definit ivamente di-
minndas a través
del proceso in te rnacional (2 ) ,
e s
decir,
mediante
la
revolucion
e n
el
mundo
capita-
lista.
En
realidad,
sin embargo, lu contradicciones
externas perpetúan
las internas,
y viceversa, po r lo
que le distinción pierde
s u sentido;
por tu
propio
desarrol lo,
«el
socialismo en un solo pala» s e difu-
mina dentro
de una
concepción
m as
ampl ia
que
ratablece
los nexos esenciales
entre
la
construcdón
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Pr inen
psne 1 0 1
de la
sociedad
soviética
y el
desanol lo del capitalis-
m o
contemporaneo.
La
fonna
en
que
el
marxismo
soviético
designa
las contradicciones
internas
varia
de acuerdo
con
las
diferuttm
etapas d e
desarrollo. S e
definen pr in-
c i p a l m e n t e
c o m o
l n c o n t r a d i c c i ó n e n t r e e l
p r o l e t a -
riado
y
e l cam pes inado
(3),
entre el Estado sodalia-
ta
y
«nuestra
p ro pia b urg ue sía: (4),
entre lo s ku-
lalu
y
lo s
campesinos
pobres,
entre
el
traboio
inte-
lectual y el manual, entre «la vieitt
conciencia
y la
mental idad socialista
(5).
La
b a s e
de todas las
c o n t r a d i c c i o n e s i n t e r n a s e s l o c a l i z a d a e n l a contra-
dicción fundamental entre e l crecimiento de
las
fuerzas productivas y el nivel rezagado del
consu-
m o.
Las
contradicciones
externas
s e
interpretan
como
un desplazamiento de la lucha de c l a s e s
al
campo
internacional:
ë š š š
š š å ï š
š š š a
ii-
i å š i t
š ì ì š
Egg,
E f
gi
desarrolla
a
Ahora
bien,
según
Marx
la lucha d e c l a s e s
e s
internacional p o r naturaleza
propia ;
carocerls de
sentido,
pues, hablar de tin idesplantnienton
hacia
el campo
internacional.
Sin
embargo, en
el marxis-
m o
soviético
la
expresion
tiene
una connotación
diferente:
trata
de amoldar la teoria
marxista e le la
lucha
de c l a s e s al
hecho histórico
de su
«neutraliza-
ci6n› lo s p a i s e s
industriales
avanzados L a teo-
ríadeldesplazamientodelaluchadeclasesesta
relacionada
con
la doctrina d e «los d o s compost ; e l
campo
-socialista
y
democrát icos,
dirigido
p or
la
Unión
Soviética,
representa
la lucha
en
favor
de
s
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Primera parte 1 0 3
y e
un lin
en
s i
mismo,
sino el medio para resolver
e s e confl icto, para supr imi r la esclavización del
hombre
por
s u
trabajo y
la dom inación
y
explota-
ción del hombre p o r el hombre. Y como qu ien que
semejante esclavizacion
s e halla instituciona lizada
en
el proceso
d e
producción, solamente podra
ser
abolida
e n
ta l
proceso;
los individuos solamente
podrán
s e r l ibres s i ellos
m i m o s controlan
la
pro-
ducción. En esta vla hacia la
l ibertad puede
haber
varias
etapas,
incluso
etapas
de
represión
(Marx
las
e s b o z ó
en
s u
Crítica del Programa d e Gotha) ;
pero
a
menos que e s t a
via s e a
recorrida p o r la
propia
c l a s e trabajadora, único agente histórico de la l ibe-
ración,
la
revolución
socialista no tendra
m a i s o n
d'être. Si
no
s e invierte d e s d e un principio la
relación entre
e l
t rabajador
y
lo s
medios
de
su
trabajo, e s
decir,
s i
no
s e transñere al trabajador el
control
sobre
dichos
m e dios, la revolucion socialista
no
tendría una mikan d'0zre esencialmente diferen-
te de la de la sociedad capitalista. la abolición de
la propiedad
privada
de los m edios d e produccion
esta asi
sus tancia lm ente ligada
a
la
transferencia
del
control
a los prop ios trabajadores. Mientras
e s a
transferencia
no
s e a l levada a cabo, la revolución
estará condenada a reproducir los m i m o s antago-
nismos que trata de superar. Tales
antagonismos
aparecen
bajo
formas m uy
variadas: empleo repre-
sivo
de los
medios
de
producción
nacionalizados;
contraste entre el
nivel de productividad
y e l
nivel
de constuno; conflicto entre
las necesidades sociales
e
individuales, entre la prop iedad es ta ta l
y
la p io -
piedad privada y
semiprivada;
o
en
el terreno
in-
ternacional,
como
contradicción
entre los
intereses
de
la
URSS
y
lo s de lo s
partidos
comunistas
ex-
tranjeros,
entre
lo s
objetivos
d e
la
seguridad
sovié-
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rniun
p a m
t o s
últ ima instancia, sobrevivir s i no
conseguis salir en
posición ventajosa de
e s e
punto
muet to. ›Para lo -
grarlo
s e
confia
en
la
reactivación
de
I u s
«contru-
dìcciones inherentes al capitalismo» dentro dd
«campo
imperial ista-. Tales contradicciones
s e en-
cuentran corno
en
s u s p e n s o
a causa d e
la m il itar i-
zacion
de la
economia
occidental; p o r
consiguiente,
la disolución de
este
gran conjunto econlìnico y
politico constituye
e l obietivo
primario
e indispen-
s a b l e .
Pero
e l
equipo
dirigente
soviético
solo
puede
lo -
grar e s t e objetivo s i la URSS deìa
de
constituir una
amenaza mi l i tar y
politica
para
Occidente, s i
la
competicion internacional deja de ser una
competi-
ción
mil i tar
que
absorbe
una gran parte de
la
productividad
soviética;
esto
e s ,
s i
la
capacidad
productiva
del
Estado
soviético e s
neorientada
y
puesta al servicio
de
las necesidades
de
los ciudada-
nos.
Esto
implicaría
que
la producción y l a s rela-
ciones d e
producción
fueran
roorganizadas
d e
m n-
nenr
ta l que la
elevación
del nivel d e
cultura
materia l
e
intelectual
no
consti tuyen
un
mero
sub-
producto del esfuerzo
social s ino
su meta. Para el
marxismo
soviético,
semejante transfonnación de la
sodcdad
soviética
aparece como una necesidad
his-
tórica, como
una
exige-¡cia
d e
ln
po litica in ten ta -
cional e n la
era
de la coexistencia. El
marxismo
soviético s e ve
obligado a
reconocer la interdepen-
dencia
de e s a s d o s series
d e
contradicciones
que
hsce que lo s acontecimientos sociales s e
conviertan
en determinantes de lo s
acontecimientos
politicos.
El objetivo vital que
la
salida
del punto muerto
represmta
puede
conseguirse solamente mediante
una
transformación de la sociedad soviética
que
arme
la sup erio rid ad
económica
y
cultural
dei
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Ps imenpene
¡ U 7
toria
completa del sistema socialista
y
la adopción
d e la nueva
const i tuciom)
la fundón
ø ) d e s a -
pareció
y
fue
sustituida por
la
d e
«protección
de
la
prop iedad
socia l is tan;
las
funciones b) y 4)
«subsisten
plenamente». Por otra
parte,
e l Estado
seguirá
existiendo
incluso durante e l periodo del
comunismo, u a menos que el
cerco
capital istm
s e a
l iquidado y
u a
menos que el peligro
de
un ataque
mil i tar
extranjero
haya desaparecidos ;
solamente
entonces e l poder
estatal s e «atroarh (1). Ya
en
1930
Stalin habia condensado
la dialéctica
del
Es-
tado
socialista
e n
la fórmula:
«EI m a y o r desarrollo
posible del
poder
del Estado con el
obietc de
pre
parar las condiciones para
la extinción del Estado:
ta l e s la fórmula
marxista» (2).
Má s tarde,
s e
subniyó la
necesidad
d e
reforzar
el
p oder estatal
antes de,
y
durante, la transición al comunismo (3\.
La supervivencia del Estado durante el
pr imer
periodo del
socialismo
gun en la concepción m a r -
xista originaria;
Marx
suponía
que
la asubordina-
ción csclavizadora de los individuos
a
la división
del
trabaio»
continuaría
existiendo
durante
la
pr i -
mera
fase
del socialismo
(4). Por consiguiente, el
Estado subsistirla;
s u
«extindón
seria
gnd ua l
e
iria precedida p o r un periodo de
transformación»
de
las instituciones po liticas.
Tal
era la evolución
que,
ya
en
1847, bosqueiaba Engels (5), q uie n
d e
nuevo
insinir la
en
ella
en
s u
po lém iw
contra
lo s
anarquistas
en la década de
los
ochenta:
l anamrqt i iu tamsdedannque la ivvo l t ie ih ipmle ta r iadebeco-
menurcu l l l»hn l i t i ánd¢horpn iz Ic i l ›npo | |L i t ¡de lEsudo.Pew
laún`maornÂzacif6nq||ea1coevttndìsponihk(/¢rI i()elp|o¡etnr¡o-
aeauptmttewvimfnaela-uadateaiuatenaftque
en-perimemu
c o n s i d e r a b l e s
u - u n a f o r n t m ^ m e u
:nm
d e
hal lan:
e n
ccndicionesdepoder|eal i¡arstunuevul\ |nciones.Petotudestnse~
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IW
l - lerhmMarcuse
ammmaaavnpncananaauaeasaaenanaopnanme
medíante laqt ree lpso leur iadov icmr iosoptnedeeiercere lpoder
I e á én ao n qu i sw i o p an ao t n e t e raun e n am p sup i m l i s t asyp e n
Ilzvlrlddlntenrevoludoncconbniiadellwdedldtìnlatunlll
vlnmiocooeluiria neeenriainenteen unanuevn der-mu ( 6 ) .
Las
citas
de Marx en torno
a las cuales Lenin
estructuto
s u
refutación de Kautsky en
El Estado
y
la
Rewlucián, no contradicen esta concepción (7 ).
L a
«máquina
estatal» q ue
d e b e
ser
destruida,
la
«máquina burocrática
y
mil i tar» que no puede ser
simplemente
transferida de
unas
manos
a
otras
sino
que d e b e ser
¢rota›, s
la del Estado
clasista
bur-
g u é s .
Sin duda,
según Marx,
todas
las formas
lus-
tóricas
del Estado han
sido hasta
e l presente for-
m as del Estado clasis ta ; pero igual que la pr imera
fase
del
socialismo
s e
v e
todavia
«afectadas
p o r
su
legado capitalista, lo
mismo
ocurre con e l Estado
socialista. Sin
embargo,
si bien e l Estado socialista
continúa
eiercitando
funciones
coeieit ivas, s u sus-
tancia
ha
experimentado
un
cambio fundamental:
el Estado socialista
e s
e l proletariado constituido
como
c l a s e
dirigente
(8).
En
consecuencia,
en
tér-
minos d e
situación e intereses
de clase,
el
sujeto
y
el
obieto d e la
coerción
son idénticos
(9).
En
e s t e
sentido,
el Estado de la pr imera
fase
e s un «no-Es-
tado», el Estado «rotos
y
-destruido»
(10).
Como
quiera que
e l
poder político «propiamente
hablan-
do»
e s
-meramente
e l
poder
organizado
de
una
clase para opr im i r
a
otra c l a s e »
(ll),
la
identidad
claslna entre el sujeto y el objeto del Es tado tende-
ra
a
t ransformar la coerción
en adminis t radon
racional.
Marx
y Engels
restunieron
lo s
cambios
en
las
funcio ne s d el
Estado
d e la manera siguiente:
«Las
funciones
púb licas perderan
s u
carácter
poli t i -
co
y
s e
transfonnaran
en
la simple función
admi -
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ll0
Herben Mucme
separados de lo s de la población (14). El Estado e s
nuevamente un
poder
reicado
e hipostaaiado.
Como
¡al
poder,
el
Estado,
d e
acuerdo
con
e l
marxismo
soviético, s e
t ransforma
en
el pimto
d e
Arquímedes
que permite
al mundo moverse
hacia
e l
social ismo,
en
el «instrumento basico» para el esta-
blecimiento del
socialismo
y
el
comunismo.
El mar -
xismo soviético vincula la perpetuadu
hipóstasis
del
Estado
con
el
progreso
mismo
d e
la
edificación
socia lis ta (15).
El
razonamiento
e s
e l
siguiente:
con
e l derrocamiento del capitalismo y la nacionaliza-
ción d e la economia, la Revolución bolchevique
puso
los
cimientos d e
un Estado
que
representa a
lo s
intereses del proletariado urbano y
rural.
El
Estado
e s su
Estado, y ,
en
consecuencia, el
ulterior
desarrollo
de
la revolución
tiene
lugar
« d e s d e
arri-
ba», y no -desde abaio».
La
liquidación del
tvieio
orden eoonómico burgués
en
las
zonas nrralesw
y la
creación de un «orden socialista koliosiano»
no
e s
sino
una manifestación d e e s a revoludón d e s d e
arriba , « in idada por
el régimen con el apoyo
de las
m a s a s
campesinas»
(16).
La
nne
institucionaliza-
ción del Estado
como
instrumento de la revo lución
d e s d e arriba tomó forma
con
el pr imer Plan
Quin-
quenal, que subvirtió el
orden
económico
del país
no
solamente en contra y por encima de los ninte-
r e s e s inmediatos»
d e los obreros y eumpainos sino
también
sometiéndoles
a
la o rganizacion
burocrát i -
oo~autoriI.aria de la producción.
Según
el stalinis-
m o, el p a s o
a
l a s
sigmentes
etapas del socialismo s e
l levará
igualmente a
cabo mediante el
reforzamien-
to del Estado institucionalizado,
y no
a traves de
su
disolución (17). Pero la
hipóstasie
del
régimen
que
e s t a s
formulaciones
impl ican
puede
volverse
oomra las
alteraciones
d e la estructura politica que
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Primera parte
lll
la
evolucion in temadona l
e
in tema
exige.
El
poder
del Es tado tiene s u s
l imites
objetivos.
En
e l últ imo
periodo
del
stal inismo,
e l
marxismo
soviético
subra-
yó que
también
el Estado esta sometido
a
las l e y e s
generales socioeconómicas,
que s u s
formas :están
cambiando y continuarán cambiando
d e
acuerdo
con el desarrollo de nuestro país y con las
transfor-
maciones en
la situación internacional» (18). Según
el marxismo
soviético
e s a s
transfot-maciones
inter-
nacionales
e
internas,
que
s e
irian
produciendo
gracias a
los logros
del
stal inismo, exigirian un
cambio correspondiente en la teoria y estrategia
soviéticos.
Antes d e
pasar a esbozar la tendencia
de
la
evolución del Estado ta l y como la concibe el
marx i smo
soviético,
debemos
plantearnos
la
s i-
guiente cuestiónz
¿Quién
o que e s
e s e Estado sovié-
tico? N i la
aparición
d e la
ínrelíguentstìz
soviética
como
un nuevo
grupo
dirigente,
ni s u
ootnposieibn
y privileg`os, constituyen ya
hechos
contmvert ibles
ni siquiera
en
la URSS. Continuamente
s e
insiste
en
el
reclutamiento
y
formacion
de
especialistas,
técnicos, directores
de empresa, etc.,
altamente
cali-
cados, y
s e
hacen
públicos
s u s privi legios (19).
Además,
el crecimiento in interrumpido d e e s t e gru-
po
está considerado
como
una d e
las condiciones
previas
para la transición al comunismo (20). Sin
embargo,
en
la
cuestión
del
desarrollo
del
Estado
son factores decisivos
no
sólo los
pr i legios
d e la
burocracia
gubemamenta l , s u fuerza numérica y s u
caracter
d e
casta, sino también el fundamento y el
alcance
d e
c u poder.
La burocracia tiene,
evidente-
mente,
un interés
vital
e n
e l m antenim iento y
reforzamiento
de
s u posición
privi legiada;
y tam -
bién
e s
evidente
la
existencia
de
conflictos
entre
los
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Pi-¡nen pene
1 1 3
burocracia)
s e concibe,
asi, com o
un csubprodncto»
d e la
transición del socialismo
al comunismo.
En
e s a
etapa,
la
burocracia
todavia
eieroerin
fundones
especializadas, pero ya
no
dentro de una división
de funciones insti lucionnlizndn y
ìenrquiudn; la
bnmerncia serin
mbiertui-
y perderlo
s u
contenido
ipol iúoon
en
lo medida en
que, gi-¡cin
a lo
n lmn-
dancia
de las
fuerzas
productiva; mater ia ls e ì . n t e ~
lectunles,
los
funciones
sociales
genenlen
s e
hicie-
ran in te rcam biables
entre Im
individuos.
L a
hipóte-
s i s
marxista
soviética
acerca
de
to l
tendencia ¿ e s
coherente,
aunque
sólo s e n
e n
el
nivel
teórico,
con
ln
esm xctura real del
Estado soviético?
La burocracia p o r
si m i m a ,
por
grandes
que
s e a n
s u s dimensiones,
no
p u e d e generar
un poder
uutoperpetuador
s i
no
p o s e e
una
b a s e
económica
propia
de ln que derive
s u
posicion, o
s e
:lia ooo
otros grupos sociales que
posean
tn l b a s e . Nnturnl-
m e m e , las fuentes trndicíonnles del
poder
económi-
o o
no
estén
a
disposición d e la burocracia
soviética,
dudo que e s t a no p o s e e lo ; medios d e
producción
nncionolizndos.
Sin
embargo, resulta evidente
que
e l
pueblo, propietario
según
la Constitucion
de los
medios
de producción, no
ejerce oo ntro l alg uno
sobre
ellos. El co ntro l,
y
no la propiedad,
oonxtitu-
ye,
p o r
tanto, e l
factor decisivo. Pero
n
manos que
procisemos su definicion, el
«oontroh
constituye un
indice
insudente
para
la
localización
ml
del
po-
der. ¿ E s
ejercido
e l
control
por intereses particula-
r e s
lo sucientemente independientes oomo
para
afirmarse
contra
otros intereses, o
e s t o s
intereses s e
hallan por e l
oontrario
sometidos a l e y e s y ñienes
que los
dirigen?
En lo que ooncìerne al sistema
soviético
y
a
tu
orgnn iudón
d e
la
produceidn,
e s
preciso distinguir entre oonuol tócniowadministra-.
uuu-.1
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IN
Herbert
Mueuse
uvo
y
control
social. Los d o s
niveles de control
coincidirán s i
aquellos
que
r igen los establedmien-
tos-clave
industriales
y
agricolas
establecen
por
y
para s i
mismos,
y
como
un grupo especial, las
politicas empresariales y laborales
a seguir,
ejer-
ciendo con ello una
inuencia
dedsiva sobre las
n e c e s i d a d e s sociales y
su satisfacción.
Sin embargo,
ta l
coinddencia
no
d e b e
darse por supuesta.
Según
la
doctrina
soviética,
quien
ejerce
e l
control
social
e s
e l
Partido,
e l
cual
domina
todo
t ipo
d e
control
técnico-administrativo;
y como quiera
que el Parti-
do s e halla fusionado
con
el Estado,
e l
control
social asume la
forma
de un control politico cen-
tralizado y planificado. Pero la pregunta
relativa
a
la loca lización últ ima del poder d e b e también l ` o r ~
:nularse
con
respecto
al
Partido,
el
cual,
incluso
s u
a lta d irección , comprende grupos
e
intereses
dife-
rentes, incluyendo entre ellos lo s empresariales. Es
evidente que e l
-pueblos no
cuenta: no
existe
un
control social efectivo
:desde
abajo».
Asi, quedan
d o s posibilidades: o b ien
1)
un grupo espedoo
dentro
de
la
burocracia
ejerce
el
control
sobre
e l
resto
de la b uro cracia (en cuyo c a s o
e s t e gnipo
constituiría
el
sujeto autónomo del control
social);
o bien 2) la burocracia como
-clase»
e s verdadera-
mente
soberana,
esto
e s ,
constituye
e l
gnipo diri~
gente (en cuyo c a s o el
control
técnico-adminìstratb
vo
y
el
control
social
coincidirían).
Analicemos
e s t a
alternativa.
El
poder
personal, incluso
en
el supuesto
de que
s e halle efectivamente
institucionalizado,
no
dene
e l control
social.
La dictadura d e Stalin ta l
vez
pudo
someter a
su
dominio
a t@
los intereses
divergentes
en
virtud
d e
su
poder
fåctico.
Sin
em -
bargo,
e s t e
poder personal estaba a s u vez sometido
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Prìmuu
parte
ll
a
las exigencias del sistema social, de cuyo mcio -
narniento dependla; por encima del min imo
vital,
t a l e s
exigencias estaban
determinada;
por
lo t
inte-
r e s e s
que
oontrolaban las
b a s e s
industrial y ag raria,
y por lo s
de
la policía y el ejército. Este razona-
miento
e s también valido, y en mucha m a y o r medi -
da, para el
per iodo poststa lin is ta. La
búsqueda
del
emplazamiento
del control
social nos remite
asl
d e s d e
la
dictadura
personal
a
la
al temat iva
aute-
rio rm en te fonnulada.
Sin
em bargo, no
parece
que
en la Unión Soviétim
exista
un gupo homogéneo
separado e independiente al que pueda atribuirse,
con pleno
sentido,
el
control
sodal. El equipo
diri-
gente superior
no
sólo está sometido
a
cambios
sino
que ademas
está
formado por
rrepresentantes» de
diferentes burocracias
y
ramas
económicas
y
pol i t i -
c a s : gerencia d e empresas, eiército, Partido.
Cada
una
de ellas tiene intereses
particulares
y aspira
al
control
social. No
obstante, e s a
tendencia 1 la
montvpolizadon
del poder
está
neuu-alizada p o r dos
fuerzas:
por un lado,
el
Plan Central, que a
pesar
de
s u s
oscilaciones,
lagunas
y cor-recdones
domina
e
integra lo s intereses partieulares; por otro, toda
la
burocracia,
hasta
la de m ás
alto
nivel, está
sometida
al estímulo del
terror,
o, d e s p u é s de la
mitigación del
terror,
a
la aplicación, en gran
parte
imprevisible,
de
medidas
politicas o punitivas que
acarrear:
la
pérdida
del
poder.
Sin duda,
e l
Plan
Centra les,
a s u vez,
obra d e
la
burocracia d e las
ramas principales del sistema: Gob iemo , Part ido,
Fuerzas
Armadas, Administración; pero et
también
el
resultado
de
negociaciones,
combinaciones y
aiusies d e intereses que terminan por producir una
e s p e c i e d e
interes
general, e l
cual
a
s u vez está en
función
del
crecimiento
interno
d e
la
sociedad
s o -
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 117/300
llú Herbert Marwse
vietiea. Esta
relacion
desempeñó también un papel
importante en
el
desarrollo
del
terror.
El
terror
e s
la
aplicacion metódica
y
centralizada
d e una violencia imprevisible
( imprevisible no sólo
para las
victimas
del
terror
sino
también para los
grupos superio res
e
incluso para lo s verdugos); y
no solo e n una situación excepcional sino
también
en una situadón normal . Mientras e l Estado sovié-
tico oonfle
en
semejante
aplicación
imprevisible,
oonara
en
la
fuerza
del
tenor ,
aunque
ciertamen-
te ¿ s t e
podria
l legar
a
parecerse
a
un sistema
social
de l ibre concurrencia e n el
c a s o
d e que las medidas
punitivu aplicadas
(tales com o
separacion del ser-
vicio, degradadón) no
fueran violentas. En
s u
fun-
ción bistorica, el terror puede ser progresivo o
regresivo
(22) ,
según
promueva
o
no,
a
través
de
la
destnrcción de las instituciones regresivas , e l
d e s a -
nol lo
de las instituciones l iberales _ y la utilizacion
radonal de las fuerza: productivas. En e l Estado
soviético,
el
terror
tiene
una
doble naturaleza:
tec-
nológica y política. Por un lado,
s e
castiga la
ineficacia
y
la
falta
d e
rendimiento
a
nivel
técnico
y
empresarial ;
y,
por
otro,
s e
sanciona
cualquier
clase de incunformixmoz actitudes, opiniones
y
con-
ductas polít icamente
s o s p e c h o s a s
y peligrosas. Am -
bas formas
s e
hallan mutuamente
relacionadas
bas-
ta el
punto
d e que con
alguna
frecuencia s e juzga
la
ecacia
según
criterios
pollt ieos.
Sin
embargo,
con
la supresión
de toda
oposidón organizada y
con el aanzamiento
d e
la administración totalita-
ria, el terror tiende a hacerse
predominantemente
tecnologico;
en la URSS
de
nuestros d ias el terror
estrictamente politico pareoe constituir la
excepción
m ás que la regia.
Las formulas
completamente e s t e ~
rot ipadss
de
las
acusaciones
políticas,
que
o i
s ì -
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 118/300
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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ll
Herbert Muwse
las instituciones
economicas,
politicas
y m ilitare s.
El r i tmo y
fo rma
d e crecimiento, asi como las
p rio ridades entre
las
instituciones
y
ramas
princi-
pales y
en
el
interior de
las m ism as , parecen deter-
minarse
a través
d e
foroe im y compromisos
d e
los
intereses
en
concurrenda. Más tarde
o m ás
tempra-
no, sin
ernbargo, el resultado deberá
aiustaise
a la
tendencia
básica
d e la oonstrucción de la sociedad
soviética y
n
los prindpios que han regido e s t a
tendencia
d e s d e
lo s
t iempos
del
printer
Plan
Quin-
quenal.
Una v e z institucionalizados, los intereses
particulares p o s e e n
una
d inam ica y exigencias
obie-
tivas
propias, de
cuya
observancia
dependen, a s u
vez, e s o s
mismos intereses. Aunque lo s principios
s o n
modif icados y adaptados de acuerdo
con
lo s
cambios
producidos
en
la s ituacion
internacional
e
in tema,
existe
s in
embargo una tendencia
general
de
largo alcance
en cuyo
s e n o
las
modicaciones s e
integran.
La
arrnación
de Stepanian de que
el
desarrollo del
marxismo presupone «la
ininutabil i -
dsd
de
s u s p rincip io s y
fundamentos» (23) e s
algo
m ás
que
simple
propaganda:
en
verdad,
los
princi-
pios
(marxiatas o
no)
que han regido
los
controles
e n todas las esferas básicas del sistema
soviético
han sido siempre lo s
mismos.
Tales
principios
tie-
nen, en
realidad, muchas
probabil idades de
impo-
nerse
en
e l
conflicto
entre los poderes
en concu-
rrencia
y
lo s intereses
creados,
ya
que
informan
la
estructura de
la
sociedad en la que
e s t o s intereses y
poderes prevalecen.
Por ejemplo,
los
esfuerzos
para
reducir
las inversiones en la industria pesada en
favor d e la industria l igera y para increm e ntar la
producción d e bienes d e
consumo
que s e
pusieron
de
manifiesto d e s p u é s
d e
la muerte
de
Stalin, adop-
taron
la
fonna
d e
una
lucha
p o r
cl
poder
entre
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 120/300
Primera parte ll9
dete rm inados g rupos de la
alta
ierarqula soviética.
Sin
embargo,
L a tendencia
a
largo plazo d e
la
industrialización
soviét ia,
asi
como
la estructura
politica p or ella denida,
parecen
haber predeter-
minado
en gran medida
las
decisiones. La edilìca-
ción
slalinista d e
la
sociedad soviética descansaba
sobre
la prioridad otorgada
a
la industria
pesada;
un
v ira ìe fundam enta l
en
el equilibrio significaría
también tm viraje fundamental en la
propia
estruc-
tura,
en
e l
sistema
económico
y
politico.
El
progra-
m a stalirtista en modo a lguno excluia la posibi l idad
d e
temeiante viraie;
p o r
el
contrario,
hemos subra-
yado ya e l
carácter
«experimental i
de
e s t e
progra-
m a y su orientación hacia una «segunda f a s e » . Sin
embargo, la
decision
d e proceder al cambio no
está
dentro
del
ámbi to
discrecional
y
de
poder
de
indi-
viduos
o grupos determinados: depende de la cons-
telación
internacional
y del
nivel
económico y pol l -
tico
alcanzado p o r
las fuerzas productivas
de
la
sociedad sov ié tica. Más
exactamente:
depende de la
consecución
del
nivel d e
producción
d e los p a i s e s
industriales
avanzados
y
del
correspondiente
debil i-
tamiento
relativo del m und o cap italis ta. Q ue s e
haya
alcanzado
o
no
e s t e nivel, y que la situación
internacional
haga factible
o
no
e s t e
cambio, e s
mater ia
de una
decision
polit ica, cuya adopción
dara lugar a conflictos
entre
los grupos
dirigentes
de
las
burocracia;
interesadas;
en todo
mac, la
decisión
sera
anulada
si no
s e
v e
conrmada y
rver icadai p o r
los factores
objetivos de la
situa-
ción internacional c interna; esto e s , en
últ ima
instancia, p o r la eficacia de la politica intemacio-
nal
soviética.
L a
pol i t ica
agraria puede proporc ionar otro
ejemplo
d e
la
persistencia
de
lo s
obietivos
y
princi-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 121/300
IM I-lerhenMnn:use
pin Msicoo que predominan ¡obre la
«lucha
p o r el
poder»
de las bumcrncin:
aa política
apunta,
s
tnvés
de
todo
t ipo
de
viruìes,
regresiones,
altos
y
ourrecciones, y
1
tnvë d e ha sucesivas
cupu
d e
In
oolectivìzndón,
al establecimiento
d e
una
prop ia
dnd pur lmente
socialista
de
la t ierra, a lu
mecani-
'zadóntotzlyalnequiparmcióndelavidny
tnbnio rural
y
urbano. Tambien en la politica
exterior, n través d e per iodo: «duros› y rb lnndoh,
de
guerras
locales
y
de
«o f em i va - de
put,
la
direotriz de Lenin
continúe
conservando
su
posi-
ción hegemónica: mnntener
I n
u u - e g u a n que
haga
posible ln ed icación del socialismo y del comunis-
m o
en
ooenì tenda con el
mundo
capitalista. Tum-
bién
en
e s t e c a s o la
interpretación
d e los pr indpios
rectora,
ni
como
In
decisión
sobre
el
momento
de
aplicación
y alcance
de las m edidas que
aquellos
especifican,
m n, en
últ imn
instancia,
e l monopol io
de un grupo superior de dirigentes. Pero
cuales-
q u ie r aq u e p u e d a n s e rlo s c a m b io s e n s u o um p o s i-
ci6nymimero,oe|gndodeeonsuItaywmpromi-
s o
con
los
estratos
inferiores
d e
la burocracia,
los
principioo rectores parecen
ser
io
sucientemente
rígidos como para definir lo s
limita
dentro de los
cualeshandemovemlospoderaespecinlese
pediru institucionalización
en
e l s e n o de un
sistema pbernndo p o r
e s o s
principios.
L a b u m a u d a soviética no parece, por
tanto,
poseer
una
b ue
que
puede
permit i r ie
la
pefpenn-
ción efectivn
de
sus pmpins intereses frente
a las
exigmcias
generales del sistema wcin l del que
ella
vive
La burocracia cons tituye una clase
¡wanda
que controla a lu pobiación subyacente 1 u-avà
dei
oonu-ol d e
tu
instituciones económicas, politicas y
militares.
Sin
embargo,
y
aunque
e l
eiercicio
de
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 122/300
Pr imas p am 1 1 1
e s t e control
engendra
una serie d e
m e m e s e s p e -
doles que s e arman gradas
a é l,
tales interues
deben
transigir
y ,
en
últ ima
instancia,
rucumlár
ante una politica
general
que
no
tienen
de modia t r .
¿Quiere esto decir
que
la burocracia
representa e l interés
de
la sodedad
soviét ia en su
c o n i u n t o ?
En una sociedad compuesta p o r grupos en con-
currencia que p o s e e n diferentes intereses económi-
c o s ,
profesionales
y adm in is tra tivos ,
el
. interes
co-
mún»
no
constituye
un término
dotado 1 > ¢ f
s e de
signicadn.
Aun suponiendo
que
la elevación gene
ra l de
las condiciones
materiales
y culturales
de
vidsenelmsrcodeunmåximodelibertndy
seguridad
individuales s e o
lo que
defina el
interés
común
de
todas
las
s o c i e d a d e s
civi l izada,
e s
claro
que
en cualquier
sociedad
no
homogénea
su
reali-
zacion
s e desarrollará en
conflicto
con lo s ¡ m e m e s
de a1g uncsd e lcs¶ upo s (p r iv ileg indo s )de laso c ie
dad. El
interés común
no
s e
identicará
con
el
interes
de todos
y de cada uno; continuará siendo
u n
c o n c e p t o
- i d e o l ó g i c o » .
Em
s i t u a c i o n
a n t a g o n i e n
prevalece
no sólo en las relaciones
entre
L a
buro-
cracia y la población gobernada
sino
también
en
las
relaciones entre
los gupos rurales
y
urbanos e
incluso entre las diferentes subcategorlus de cada
grupo (trabciodores
varones y
hembras, cuslica-
d o s y s in
cualiesr). Incluso
en
una sociedad in -
dustr ia l
al tamente
desarrol lada y
con
recursos
abundantes,
la
d e w / a c i ó n
general
del
nivel de vida
y
delibertadsólosereslinatravädeundesai-rollo
m uy desigusl; que
s e
impone c
los intereses
inme-
díct9¢deampliosse|aoresdelapoblaci6n.Dela
misma manera que la necesidad social
no
e s identi-
Q
a
las
n e c e s i d a d e s
individuales,
asi
lo
realización
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Primera pana l23
en
las
condiciones
de
tcoexistencia».
L a posición de
la
burocr-ada depende,
asi, del
credmiento del
apa-
rato product ivo;
y
los
intereses especificos
y
e n
conflicto
dentro de la burocracia
s o n
cnnciliados -a
traves de
ios
mecanismos d e la tecnologia
y
la
coacción, d e la d ip lom acia
y
el pode r - p o r e s e
interés
social
común.
IA burocrada soviética repre-
senta, por consiguiente, al interes social en una
fonna hipostasiada, en la que los
intereses
indivi-
duales
han sido
separados
d e
lo s
individuos
y
usur-
p a d o a
p o r el Estado.
El Estado
soviético
surge como un ente colectivo
institucionalizado en
el que la
distinción
marxista
entre intereses inmediatos
e
intereses reales
(históri-
cos,
ob ie tivos ) s irve de iusticación
para
la
edifica-
ción
de
la
estructura politica.
El
Estado,
aun
sien-
do
I a
manifestación del
interés
real
(social),
no e s
«todaviav idéntico a los intereses
d e
L a población
a
la
que gobierna: s u s intereses inmediatos
no
coinci-
den
t todavíav con e l
interes
social obje tivo . P or
eietnplo, e l
pueblo
quiere menos trabaio, m as l iber-
tad,
m ás bienes
de
consum o ; pero .
segun
la
teoria
oficial, el
atraso
y
e s c a s e z aún
existentes exigen
la
pertnanente subordinación d e e s o s intereses al
inte-
r é s
s ocial de i arrnamento
y L a
industrialización. S e
trata d e la
antigua
discrepancia entre individuo
y
sociedad,
representada esta
por
e l
Estado; sin em -
bargo,
según
la
teoria
soviética,
esta
discrepandasobreviene
en
una etapa nueva del proceso
históri-
c o . A n t e r i o r m e n t e , e l
E s t a d o
r e p r e s e n t a b a l o s i n t e -
r e s e s de la
c l a s e dir igente, no
los d e la
sociedad en
su
coniunto.
Sin
duda, e l
Estado
clasista
represen-
t a b a t a m b i é n , e n u n c i e r t o s e n t i d o ,
e l
i n t e r e s
c o l e c -
tivo
(24), en la medida en que organizaba y hacía
posible
la
'ordenada
reproducción
de
la
sodedad en
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 125/300
l2A
l - ler l ›enMnrwse
s u o oniunto y el desarrollo
de
las fuerzas
producti-
v n s . S i n e m b a r g o , e l
e o n l l i c t o
e x i s t e n t e e n t r e
s u
desarrollo
radona l
en provecho
del
inter@
oomún
y
su uti l izadón
al servido
del benecio privado era,
dentro de la es tructura del Estado
cluistl, inaolu-
ble, invnlidándose de esta f o r m : la
identidad
de lo t
intereses. A medida que e s t e
conflicto
fue |nadunn›
do, el Estado
clnsistn
v e fue
haciendo
necesaria-
mente cada vez
m ix
regresivo, co ns tituy end o un
obstáculo
cada
v e z
m ayo r
para
el
desarrol lo-de
ln
sociedad.
En cambio,
s e supone que
el Estado s o -
viético march:
en sentido contrario, siendo
capaz
de resolver
el oonicto
(25)
y
d e estnblecer
la
annonh
entre lxs n e o e s i d u d e s ind iv id uale s y las
necesidades sociales
sobre la bote d e un
desarrollo
generr l izndo
de
la
productividad.
6 . B a s e y
xuperestnictun-
Realidad
e
ideologia
En
la
teo ria m arxis ta ,
el
Estado
pertenece
a
la
superestructurn
en
la medida
en
que'
no
e s s imp le
mente
la expresión politica
directa
de las relaciones
básicas
de producción, sino que
contiene también
elementos que, p o r asl
decir,
coompensanv el carác-
te r c l o s á s t a d e d i c h a s
r e l a c i o n e s .
E l
E s t a d o ,
q u e e s
sìernpre
e l
Estado
de
ln
clase
dorn innnte , m antiene
la ley
y el
orden
universales, y
wn
ello gprantìza
al menos en derto pud o la
igualdad y
seguridad
para la sociedad
en
su
ooniunto. Solamente
en
virtud
d e d ichoa e lementos puede
el Estndo
clnxista
cumpl i r la función
de
umoderan y mantener
den-
tro de
los
l imites del arden» lo s conflictos d e clase
que
las
relaciones
productivns
originan
(l).
Esta
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 126/300
Pr imen parte 1 2 5
r rnediadóm
e s
la
al
Estado
la
apa-
riencia
d e
un
interés
unive rs al, al margen y por
endma d e
los intereses particulares
en
conflicto. La
función
universal del Estado uta,
asi
pues,
deter-
minada
p or la
base,
pero contiene
factores
que la
trascienden
y
que incluso
s o n
antagónicos respecto
a
ella;
factores que
pueden
l legar
a
constituir
in -
cluso fuerzas
semiindependientes,
las
cuales,
n
s u
vez,
afectan activamente
a la
b a s e de varias
m a-
nerss.
Engels
dist ingula
dos
formas pr incipales de
rreacciónn del Estado sobre el proceso
económico
básico: la actuación en contra o en la «misma
d irección» del
desarrollo
económico.
En
el
últ imo
caso, el Estado «acelerar e l dsar ro l lo economi-
co
(2). Esta segunda
forma
de reacción presupone
la conformidad
entre la
superestructura politica y
el desarrollo de las fuerzas productivas,
conformi-
dad que
la teo ria m a rxis ta sólo considera posible
durante
la
fase
ascendente
d e
la
sociedad
capitalis-
ta (y
de
la sociedad clasista,
e n
general). Según el
marxismo
soviético,
la
Revolucion
bolcheviqne
«ar-
tnonizon
la
tuperertntctura
politica
con
la
b ue
económica, mientras
que la nacionalización de
los
medios
de
producción hizo posible el
control
cen-
tralizado
del
desarrollo
economico.
Las
l e y e s
econo-
micas
continúan actuando
como
fuerzas objetivas
que
determinan
la superestructura;
aunque no
pue-
den
s e r ccreadasn ni
mlteradas» p o r e l Estado,
s e
han hecho susceptibles d e
empleo
y aplicación
conscientes
(3).
Esto
constituye,
según la teoria
marxista
soviética,
la d ife rencia
decisiva
entre
las
supereatnrcturaa soviética
y
capitalista.
Ambas
for-
m a s e s t a t a l e s c o n s t i t u y e n u n a - s u p e r e s t r u a u r a p o -
l itica»,
e s
decir,
estdn determinadas por la rapect i -
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 127/300
116 Herbert Marcus:
va -estructura economica» de la sociedad; pero
mientras
que ta l determinación e s ciega y soberana
en
el
Estado
capitalista,
el
Estado sovié tico
puede
«dir igir lm
y
toontrolarlav.
Asi,
mientras
que en
el
sistema capitalista
-es m as
bien e l Estado e l
que
esta controlado
p o r
la economia capitalistas, el
Estado
sotáétioo, en cambio, « s e
t ransforma
en
la
fuerza directriz
del desarrollo económico del pais. ,
en
la
-fuerza
directriz»
de
la
econom ia (4).
Algunos
analistas
d e
la
evolución
soviética han
visto en esta nueva
den idon
de las reladones
entre b a s e y superestructura (que e s generalizada y
refrendada e n
la obra
de
Stalin El
Maradrmo y
las
cuestiones d e
lingüística)
una
revision
de la
concep-
cion marxista clásica
(5).
En realidad,
constituye
solamente
una
aplicación
de
la
t e s i s
d e
Engels
relativa a la
accion
recíproca (Wechselwirkung)
entre la b a s e
y
la superestructura. El Estado, en el
supuesto d e que «acelera el
desanol lo economico,
« s e t ransforma
en una fuerza m uy activa, ayudan-
do (cooperando)
a
la b a s e a
su
propia
forrnación
y
consolidación;
adopta
todas
las
medidas
para ayu-
dar al nuevo
orden en
la
tarea de
destruir y
l iquidar la vieia
b a s e
y las
vieias c l a s e s »
(6). Esta
arrt-ración, extralda
d e la
obra
d e Stalin
El
Mav-
. e í s m o y
las
cuestiones d e lingüístico, s e reere no
solamente al Estado,
sino
a la
superestructura en
general.
Tales form ulaciones
s e
ineren
lógicamen-
te d e ln suposición, indiscutible para e l marxismo
soviético,
d e que la sociedad soviética e s una socia
dad
socialista. Naturalmente,
un Estado socialista
tendrá una relación con la b a s e esencialmente dife
rente
de la d e
un
Estado capitalista (en leng uaie
marxista-soviético,
una
relación
no-antagónica). Por
consiguiente,
el
desarrollo
desde
e l
socialismo
al
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Prinnn
parte 1 2 7
comunismo puede
también
s e r
lógcamente
conside-
rado
como
un desarrollo
no-antagonico, e n
e l
senti-
do
d e
que
el
proceso
hacia
«la
etapa
superior»
no
impl icará
alteraciones sdestruttivasn en la b a s e
sino m ás bien
e l
desenvolvimiento gradual
d e s u s
potencialidades.
Ciertamente,
la existencia
de
una
« b a s e
socialista
cambiaría toda la
función
tradicio-
nal
d e
la
superestructura
y
estableceria
una
nuevarelación
entre
ideologia
y
realidad.
Si
apl icamos esquemáticamente
ln concepción
marxista t radidonal a la sociedad soviética,
la
b a s e
consiste en las « f u e r - ¿ a s productivas» existentes
dentro
d e
las relaciones
d e
producción en vigor
(7).
Los
«productoresu
s o n
los
obreros,
los
empleados
del
Estado y l o s
miembros
d e los
kolioses. En lo
que
respecta
a
la relación
d e
p ropiedad entre los
productores y los
medios
d e producción
básicos,
no
existen distinciones
d e c l a s e
entre los
grupos que
consti tuyen la sociedad soviética
(íntel igumtsla,
obreros, campuinos),
aun cuando,
d e s d e
luego,
existan
amplias diferencias
en
cuanto, a
poder
y
condiciones
d e
vida. La superestructura e s t á ime -
grada p o r el sistema
d e
instituciones administrat i-
vas,
¡uridicas
y culturales, y por la
ideologia
ocial
prom ulgada por
tales
instituciones
y
t ransmit ida
a
los diferentes
campos
d e
la
vida
pública y privada.
Al igual que
e n
e l esquema marxista clásico, la
b a s e
determ ina la supereuructura; e s
decir, é s t a s e
halla
modelada
por las exigencias
del
aparato pro-
ductivo.
Ahora
bien,
e l
hecho d e
que e s e
aparato
e s t é
nacionalizado
y
d e
que
e s a s
exigencias
s e
en-
cuentren
planicadas y controladas centralmente
introduce
cambios significativos en
el esquema
tra-
dicional:
el Estado s e t ransforma, sin factores in -
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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1 2 8 Herbert M a n c u s e
aparato
productivo, e n
e l gestor
general de
la
e co
nomia nacionalizado, e n el interés colectivo hipos-
tasiado.
Las
diferencias funcionales
entre
b a s e
y
superestructura
tienden,
p o r
tanto,
a desaparecer:
la
superestructura e a asimilada, metódica
y
siste-
múticamente, a la b a s e , al
s e r
despoiada de
todas
aquellas
funciones
que s o n trascendentes y antago-
nicas
respecto a é s t a . Este proceso, que establece
nuevos fundamentos para el
control
sodal , altera la
propia
sustancia
d e
la
ideoloa.
La
tensión entre
idea y realidad,
entre
cultura y
civilización,
entre
cultura intelectual
y cultura m a te ria l - tensión que
constituyó
una d e
las
fuerzas
motrices
de
la
civili-
zadón occidental-, aunque no
l lega
a
quedar d i-
suelta, s i e s m e t ó d i c a n - m e n t e reducida.
Para
Marx
y
Engels,
la
ideología
e s
una
i lusion
(Schein), pero una ilusión
necesaria,
nacida
de una
organización
social
d e la p roduccion que s e le
aparece al hombre como un sistema de l e y e s y
lìnerzss independientes y
objetivas.
Como «reflejo-
de
la
b a s e
social
real,
la
idenloa
participa
de
la
verdad,
pero
la
expresa
en
forma
falsa. Las
ideas
d e la clase dominante s e transfonnan en las
ideas
dominantes
y pretenden tener
validez
universal;
pero ta l pretensión
s e funda en una «condencia
falsa; falta porque
la co nexión real de las
ideas
con
s u b ue económ ica y ,
p o r
tanto, con
s u s
l imi ta-
cionesynepcionesreaksnopenetraenlacon-
ciencia
(8). Un contenido histórico especiñco
s e
muestra como universalmente válido y sirve de
apoyatura a un
aistuna
social especioo. Sin ent-
bargo, la
función
d e la ideologia va ruucho m ás
allá de semejante ministerio; dentro de la ideologia
s e
introduce
un
ingrediente
que
- t ransmi t ido
de
generación
en
generacion- contiene
las
apennzas ,
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Pfamnpme
1 : 9
aspiraciones y sufrim ientos eternos
del hombre, s u s
potencialidades rep r im ida , las im ágenes
de
iuuicia,
feliddld
y
l ibertad
integrales,
las
cuales
ennien l rm
s u s
expresiones ideológicas principalmente en le
religión, en
la losoa y
en
el arte,
pero
también
e n
los conceptos juríd icos y politicos
de
la I iberud,
la igualdad
y la
seguridad.
L a
noción marxista
de ideo loya
impl ica, del
pues,
una
dinúmicn
que
oonduoe
1
un
cambio en
la
funciónyenelpcsodeluideologiaeonieepectoa
la
b a s e .
Cunmo m is domine la b e s e a ln ideologia,
mlr i ipulåndola
y ooordinåndoln con el orden enl-
blecido, lento m ás la esfera ideológica que
s e
halla
m ás lejana de
la realidad (ane , lo eo n) s e m n-
viene, precisamente
1 causa de
m lejanía,
en
el
úl t imo
refugio
de
la
oposidón
n
dicho
orden.
Cuando
Marx
comenzó a elaborar s u teoria, le
animaba la convicción d e que la hinorin
hln
alcanzndo nnlmenle la
etapa
en lu que la Razon
y
la Libemd
podian
ser
transustnnciadns d e s d e las
idem lmócns
n
lo s obieiivos politicos. L a ñloeo-
ñu
(1
la
que
Marx
considero
ln
ideologia
mis
avanzada)
hlbia
de
encontrar s u realización
en
le
acción del proletariado (9), una realización que
eoiisii luia, al mismo t iempo, e l n y la «pérd ida
de ln
ioeon.
El
proiemr iado,
que
suministra u la
losoa
Ia «armas materiales», encuentro en
ln
fi losofia
s u s
«armas
ìnieleetunlen.
La
lowf ln
ha-
bía
elaborado
la idea
de
le
l ibertad
y
dignidad del
hombre, de
s u s derechos
inalienables, d e su autono-
mia,
de
s u
poder sobre
s u vida,
de
s u s potenci l l ida-
d e s y de
s u felicidad.
Mientras que la sociedad
clasisu hnbía
dado n
e s t a s ideas carácter
ideológi-
co,
ln
acción
del
proletariado,
al
abol ir
ln
eociednd
clasists,
las haria
realidad.
un-wm;
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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IS O
Herbert M a r c u e e
Sin
embargo,
el
mismo
estado d e c o s a s que imp i -
de la revo lución socialista en los p a i s e s industriales
avanzados
invalida
también
la idea
marxista
de
la
transición
de
la
ideologia a
la
realidad, d e
la filoso-
ña a la practica revolucionaria. Si e l proletariado
ya no
actúa
com o la
clase
revolucionaria
que
re-
presenta la
«negación
absoluta» del
orden
estableci-
do, tam poco
proporcionará
las
-armas materiales-
a
la losoa.
La
situación s e invierte: la
Razon
y
la
Libertad,
rechazadas
por
la
realidad,
s e
convier-
ten d e nuevo en
tema
d e la losoa. La -esencia
del hombre»,
s u
- l iberación
total»,
s o n
de nuevo
sexpcritnentadas (solamente) en e l
ambito
del pen-
samiento» ( in Gedanlten erlebt) (10). De nuevo la
teoría -e n
virtud
d e
s u posición histórica, la teoria
marxista
constituye, por
s u
propia
sustanda,
l ` t l o s o ~
fa- no solo anticipa la praxis po lítica y
s e
adelan-
ta
a
ella,
sino
que también apoya
los
obietivos de
l iberacion frente a
una praxis en bancarrota.
En
e s t a función, la
teoría
s e convierte de nuevo en
ideologia; pero
no
en el
sentido
de
oonciencia
falsa,
sino
d e
alejamiento
y
disociación
conscientes,
e
incluso oposicion, respecto
a la
realidad
represiva.
Y po r e s o mismo
la teoría
s e
t ransforma
en un
facto r po litico de la
m ayo r im po rtancia .
La lucha
en el «frente ideológico» cons tituye para el Estado
soviético
una lucha
por
la supervivencia.
Hemos
visto
corno,
e n
e s t a
lucha,
cambian
las
relaciones
entre la b a s e y la superestructura. Según
el mant ismo soviético, mientras que el
progreso
hacia etapas superiores d e
desarrollo soda] neoesi-
taba e n
e l
pasado la
alteración revolucionaria
d e la
b a s e establecida, e l Estado soviético puede, e n cam-
bio,
oonseguir
la
transidón
a
part i r de la b a s e ya
existente,
a
través
d e
una «dirección
cientifica»
y
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Prima.
pam
ta i
planificada. Tal proceso el imina los
elementos ideo-
lógicos previamente dominantes, en tanto en
cuanto
las
contradicciones
e
i lusiones
m ás
patentes,
incluso
el despropósito y la
falsedad,
penetran en la oon-
cienda
y s o n
utilizadas
conscientemente.
Pero
con
ello
no
s e
domina
el contenido entero
d e
la
ideolo-
gía. El con flicto
entre e l crecimiento
d e las fuerzas
productivas y l a s relaciones
d e
producción
represi-
vas, a las
que
está sometida
toda la
población,
al imenta
la
necesidad
d e
trascendencia ideológica,
m ás alla d e la
realidad represiva.
Según la teoría
nmridsta,
e s t a necesidad desaparecerá «tan pronto
como
no
exista
la necesidad d e
representar
un
interes particular corno
general,
0 e l
“interés
gene-
ral como dominante»
(ll).
En el sistema
soviético
e l
«interés
general-
esta
hipostasiado
en
el
Estado,
entidad
separada
de lo s intereses individuales. En
la
medida en que
e s t o s intereses
s e ven
rechazados
e incumplidos por la realidad, tratan
d e
adquir ir
una
expresión
ideológica;
y s u
fuerza e s
tanto
m ás
explosiva para el rég 'men
cuanto
m as propaganda
s e
hacede
la nueva
b a s e
econom ica como
garanti-
zadora
d e
la l iberación total del hombre bajo e l
sistema comunista. La lucha contra la trascenden-
cia ideológ ica s e
t ransforma asi para
cl régimen
en
una
lucha a
vida o muerte. Dentro d e la esfera
ideolo jca, el centro de gravedad s e
desplaza
d e s d e
la
frlosoña
hacia
el
ane y
la
l i teratura.
La
zona
peligrosa de la
trascendencia
ƒílosáaa
e s sometida
a
control,,a
través
de
la absorción
de
la l ì losofa
dentro de la teoria olicial. S e proclama que
la
metañsica,
tradicionalmente el
principal
refugio
de
las
ideas de l ibertad
y
realización
plena del hombre
que aún
no
s e han
hecho realidad,
lia
sido total-
mente
superada
p o r
el
material ismo
dialéctica
y
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1 3 2 l l e I6er \Muwee
p o r la creación de una wciednd
racional
cocinlisto.
La loooa mol,
t ransformada
en un ¡nana
pngnút ioo
de
normas
y
reja
de
conducta,
s e
conviene en
parte
integrante de la politica esm-
ta l (12). lo único
que
queda
en
p ic
d e co n
i-una
` d e ln
locon
u s u
negción metodica. LI
luchn
contro la loson ocddentnl, -e l obictiviamo bur-
guén,
el ideniixrno, etc.
(cicmpliñcnda
perfect lmem
te
en
la
«controversia
Alcnndrov-, e n
1946) tran
d e
desacreditar
las
tendencia:
y
categor ia
loo6›
cu que,
en
virtud d e
su
trascendencia, parecen
poner cn peligro el sistema
politico
e ideológico
«cerrado-. (En tanto que tom teórica,
ral
obietivo
parece
cquivaier
I
la autodcstrucción, dado que la
concepción marxista
ha
suprimido, pero
al mismo
t iempo
ha
conservado
(auƒgehoben),
los
elementos
nburgucsesi prohibidos. Por consiguiente, no
mul-
ta sorprendente
que-la
controversia
no
s e desarrolle
en ningún
rrromento s l
nivel d e una
critica suman-
tiva y
a fondo de la - f i losofia
burguesa-)
(13).
Negada
asi
ln
loaoíh
(14), la lucha
ideológica
s e
dirige
principalmente contra
la
trascendencia en
el
a r t e .
El a r t e s o v i é t i c o d e b e s e r a n a l i s t a » .
El realisrm puede
s e r
-y
ha
s ido- una forma de
¡rte
altamente
cities
y progresiva; el re l l inno, o l
enfrentar
t u
realidad
«como cs i
con
s u s
representa-
dones ideológicas
e
idealizndns, defiende la verdad
contra
xu
ocultación
y
falsificación.
En
e s t e
¡exti-
do, e i realismo
rnucnrs
el
ideal de
lu
l ibertad
humana
en
su
nepción y traición efectivas, preser-
vando asi la
trascendencia
s in
la cual e l
propio
arte
e s el iminndo.
A
diferenci l
de esto, e l
real ismo e o -
vìetico s e aiusu al
modelo
de un Estado
rqaresivo.
La resiiuúón,
consciente
y
controlada,
de
lo
pol l -
úca
eataul
a
través
de
lo s
i rmmmentos
de
la
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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l3 4 Herbert M a r e - u n e
su esencia,
proporcionando las
condiciones materia-
l e s para el l ibre desarrollo d e todas las aptitudes
humanas.
Cuando
esto
te
haya
conseguido,
s e
ha-
brá
socavado
la
b a s e
tradicional
del
arte, porque el
contenido del arte habrá
sido
ya
realizado.
Con
anterioridad
a
e s t e acontecimiento histórico, el arte
conserva
su
funcion cognoscitiva critica: la repre-
sentadoo de una verdad
todavia trascendente y el
mantenimiento d e la imagen de la
l ibenad
frente
a
una
realidad
que
la
niega.
Con
la
realizadon
d e
la
l ibertad, el arte deiarå de constituir un vehiculo
d e
la verdad (16 ).
Hegel, que
considero e s t a
realiza-
ción como la tarea
de
s u propia época, proclamó
ya
que
e l arte
s e habla
convertido
en una c o s a
del
pasado,
que
habia
perdido
s u sustancia. Atribuyó
e s t a
perdida
d e
vigencia del
arte
al nuevo
espíritu
cientifico
filosófico, que exig ía una formulación de
la verdad m as estricta que la accesible al arte (17).
La teoria
marxista
conservo el vinculo historico
entre e l p rog reso social y la
pérdida d e
vigencia del
arte: e l desarrollo
de
las fuerzas productivas h a c e
posible
la
realizacion
materia l
d e
la
promesst-
du
banheur que
e l arte
expresa;
la acción
politica -la
revolución-
ha de trasladar
esta
posibil idad
a
la
realidad.
lil marxismo soviético pretende que la Revolu-
cion bolclrev ique ha creado la b a s e para ta l trans-
formacion.
¿Que
queda,
pues,
de la
función
y con-
tenido
del arte?
La
estetica
soviética
responde:
e l
reeio
d e la realidad en
forma
d e imágenes artísti-
c a s
(18). «La ley de nuestra estética e s que
cuanto
m is realista
s e a nuestra l i teratura
tanto
m as
ro -
mdntica s e r a n
(19). En otras
palabras,
una
v e z
que
la
propia realidad
s e incorpora el ideal (aun cuan-
do todavia no
en
s u
forma
pura),
el
arte
deberá
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r r - ¡ m a - .
p m ; ias
necesariamente refleiar la
realidad; esto
e s , s i
ha
de
conservar s u
función
esencial, d e b e
s e r urealismo».
La
prvmesse
du
bonheur
que,
instalada
m ás
allá
de
la realidad , cons tituía e l elemento uomant ieo . de l
arte, aparece
ahora
como
preocupación
realista
de
quienes hacen la política: el real ismo y e l romant i -
cismo
convergen. Pero e s t a
convergencia, e n
el su-
puesto de que
fuera auténtica,
haria del arte algo
superuo.
La
realidad
d e
la
l ibertad
roclutzarla
la
ideologia
d e
la
l ibenad
e n
su
trascendencia
artísti-
c a .
Hegel
consideró la perdida de gencia del ane
como
una señal del progreso. A m edida que
el
desarrollo
de
la Razón vence
a
la trascendencia
(ala
reoonduce»
a
la realidad), el arte s e transfor-
m a
en su
propia negación.
La estética soviética, s in
embargo,
rechaza
esta
idea
e
insiste
en
la
vigencia
del
arte,
al
mismo
t iempo que
prescribe s u
trascen-
dencia.
Quiere un arte que
no
s e a arte;
y
obtiene lo
que solicita.
Sin embargo, el tratamiento
soviético
del arte
no
constituye
simplemente
un despliegue
d e i l imitado
autori tar ismo;
s u
s ignificado his torico
va
m ás
allá
del de
las exigencias
politicas y nacionales d e
regi-
mentacion. Las
concepciones
m ás sorprendentes de
la estética
soviética
son
precisamente
testimonio de
un co nocim iento agudo d e la
función
social del
arte. Tales concepciones
derivan,
pr incipalmente,
de
la
gran
importancia
dada
a
la
funcion
oognocd-
tiva
del arte.
Según la estética
soviética,
no
existe
contradicción y oposición esencial entre el arte
y
la
ciencia,
sino
que las nodones artisticas
y
las nocio-
n e s
lógicas son inseparables
(20).
El arte expresa,
« d e
un modo m uy simi lar a la
ciencia»,
la «verdad
obietiva» (21). Sin
embargo,
el arte co ns tituy e una
forma
especifica
de
presentar
la
verdad;
presenta-
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Primera parte l3 7
s e s » estan mucho m as
p ro fundam ente com prom e ti-
d a s
con la idea de la l ibertad que el
real ismo
socialista
y
soviético.
La
i rreal idad
de su
arte
ex-
p r e s a l a i r r e a l i d a d de la l i b e r t a d : e l a r t e e s tan
trascendente como
su objeto.
El Estado
soviético
prohíbe p o r decreto la trascendencia del ane,
el imi-
nando a s í incluso el reeìo
ideológico d e
la
l ibertad
en una sociedad no l ibre. El arte
realista
soviético,
s o c n e t i é n d o s e
a
lo
decretado,
s e
conviene
en
un
instrumento
de
control
social
de
la
últ ima
dimen-
sion
aún inconformista de
la eüstencia
humana.
Desgaiado
d e
s u
b a s e histórica, socializado s in que
exista
detras
una
realidad sodalista,
e l
arte
vuelve
a s u
antigua
funcion
preh is tó rico : anim e un cara@
te r
magico. S e convierte, asi,
en
un e l m i m t o deci-
sivo de
la raciona lidad p ragm á tica
del oonductismo.
«El arte enseña...
una
relación
denida respecto
a
la
realidad» (22).
La
relacion
e s eiempl icada
mediante las
utlpicasi imagenes
de l
héroe y
patr io-
ta soviético en
s u
lucha
contra
fuerzas anacronioas
y
hosti les El arte sovié tico pre tende crear
y
uta-
blecer
semejante
relacion
en
la
realidad, y
realizar-
la en
tanto
que
arte, esto e s , a
través de la imagen
artistica, de la ilusion artis t ica.
Pero
esto constituye
e l
principio de la
maja:
«realizar e n la
fantasia
la
satisfacción
d e ln
realidad deseada-, auna
técnica
i lusoria suplementaria de
la
técnica realv (23). L a
i lusión,
naturalmente,
no
puede
causar
un
efecto
directosobrelarealidnd;pemenlamedidaenqtte
cambia
la «actitud
subjetiva ante la
realidad»,
cambia
indirectamente
la
realidad. La regresión de
la f tmcion cognoscitiva del arte
desde
lo
artistico
a
lo
magico
s e
hace
patente en e l rasgo m as reacdo-
nario
de
la estética
soviética:
la
exclusión
del
«for-
mal ismon
y
de
todas
las
estructuras
«abstrnctasn
y
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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1 3 8 Herbert Muruue
udisonantesn. Los elementos
progresivos
del «arte
burgués» moderno s e encuentran
precisamente
e n
lo s
estructuras
que p rese rvan
el
caråeter
« d e
con-
moción- del
¡rte
(24), esto
e s ,
las que expresan el
conflicto
catastróco. Representan un
intento
de-
sesperado
p o r
abrirse camino
a
través
de
la unifor-
mación y
falsificación sociales
que
hablan impedido
a las
estructuras
artist icas tradicionales
expresar el
contenido
artistico.
Las
formas
arrnoniosas,
en
s u
desarrollo
tanto
realista
oomo
clásico
y
romántico,
han perdido s u fuerza trascendente y critica; ya
no
son
antagónicas
oon
la realidad, sino parte y
orna-
to
de
la misma,
instrumento de ajuste
social. D i-
fundidas a
través de lo s
medios
de
comunicación
de
masas,
s e t ransforman en
agradables melodias
que
acompañan
e l trabaìo
y
el
ocio
cotidianos,
en
uli-
tara
lo s
periodos de liolpnza y reposo. En
e s t a s circunstancias, sólo s u resuelta negación
pue-
de
restaurar
su
oontenido.
D e
manera inversa,
a
través
del restablecimiento
p o r decreto administra-
tivo
d e la armonia, d e la prohibición d e la disonnn-
cia,
ln
disoordancin
y
el
atonnlismo,
la
función
oognoscitiva del arte e s
«oonciliadm
y el conformis-
m u en la
imagì inción
artistica,
que e n disidente per
s e ,
s e
oonvierte
e n
obligatorio.
Es interesante
observar que ,
con s u denuncia del
arte
disonante,
la estética soviética
regieaa a
l a
teoria
de
Platón,
que no
permite
m ás
que
las
formas
bellas,
sencillas
y arm nniosas . So lam ente
e s t a s formas -se armonizam
con
el Bien
y
la
Verdad:
«Y ahora la
virtud
propia del Bien ha
re tomado
ø la reón d e
lo
bello, ya que la
medida
y
ln
s im etría constituyen,
en todo
e l
mundo,
virtud
y belleza» y udiiimos que
la
verdad había d e for-
m ar pane
de
e s t a
combinación-
(25).
La
teoría
del
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 140/300
Primera parte 1 1 9
arte
de
Platón
remite a un
Estado en el
que lo s
r e y e s filósofos guardan
los
patrones d e lo bueno,
lo
verdadero
y
lo bel lo,
e a
decir,
a
un
Estado
antago-
nico con la
realidad.
Obligado a ponerse al servicio
d e la
realidad,
la combinacion
destruye
s u s
propios
componentes.
Dentro
de la estructura
general de
lo s controles
politicos
sobre e l arte,
cabe establecer una
ampl ia
gama de
modalidades.
La
apertura y el
endureci-
miento,
la
alteración
de los
patrones
y
estilos
artís-
ticos, dependen de las
constelaciones
interna
e
in -
ternacional. Naturalmente,
con la
transición desde
las
prácticas terroristas d e
rementadon social
a
las normales,
s e
escuchara y quiza
s e
dora satisfac-
cion a la exigencia de una m ayo r
l ibertad
artistica.
La
rigidea
del
«realismo soviético»
puede
m uy
bien
s e r aminorada; real ismo y romanticismo
han dei ldo
de ser, en cualquier
caso, conceptos opuestos, e
incluso
los
elementos «forrnalistasr
y
aabstractosr
pueden
todavla
armonizarsc
con
un d is frute con-
formista.
En
s u
función
social, el arte
participa
de
la
creciente
impotencia
d e
la
autonomia
y
conoci-
miento
individuales.
7 .
La
dialéctica
y
s u s
vicisitudes
Quizá
no
haya nada
m as
revelador
en
el
marxis-
m o
sovié tico que
s u
tratamiento de
la
dialéctica. La
lógica dialéctica cons tituye la piedra angular de la
teoria marxista;
guia e l
análisis d e lo s desarrollos
prerrcvo lucionarios y revolucionarios, el wal guia,
a s u vez,
la estrategia en
ambos periodos. Cual-
quier crevisións
fundamental
de
la lógica
dialéctica
que
vaya
m as
alli
de
la
aplicación
marxista
de
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 141/300
1 4 0 Herbert
M a r c u s s
dialéctica a una
nueva situación
histórica,
indicaria
no solamente una rdeaviacióm de la teoria
marxis-
ta (Io
que
tiene
sólo
un
interés
doctrinario)
sino
también una iusticación
teorica
d e un
cambio
en
la
tendenda básica.
Gonsccuentemente,
lo s analis-
tas
d e
la tcorla
soviética
han l lamado, a
iusto
titulo, l a a t e n c i ó n s o b r e l o s
a c o n t e c i m i e n t o s
q u e s e
producen en esta
esfera, l legando
a la
conclusión
de que
el marxismo
soviético ha adaptado
y
blo-
queado
la d ia léctica
en
provecho
d e
la
iusticadon
y proteccion ideológicas d e un régimen que, según
la logica dialéctica,
no
e s sino un estadio
destinado
a ser
superado
p o r
la evolución his tórica . Esta
conclusión s e apoya
en
la castración
d e
la
transfor-
mación
de la
cantidad
en
ta l idad,
en la negación
de
la
de
cambios
explosivos bajo el
socialismo (la nodón
de
las
«contradicciones
no-am
tagónicasn),
en
la reintroducdón d e la
lógica
for-
m al y
en
la eliminación,
dentro del
vocabulario
dialéctico, de
la «negación
de
la
negación» (1).
De
hecho, s in embrgm cl
marxismo sovié tico en nada
e s
m as
«ortodoxos
que
en
s u
trabaicsa
elaboración
del m e todo dialéctica; veremos
como ninguna
de
las
innovaciones
antes
mencionadas contradice
a
la lo -
gica
dialéctica marxista (e incluso hegeliana).
Sin embargo, aunque
ni
uno solo de lo s concep-
tos
dialécticos basicos
ha sido obieto
d e revision o
exclusión
p o r
parte
del
marxismo
soviético,
la
fun-
ción
de
la
propia
dialéctica
ha
experimentado
un
cambio
significativo:
ha
sido traasfonnada
de
una
fonna de pensamiento critico
en
una «concepción
del
mundo»
y
en un método
universal con n o m a s
y regulaciones r lgidamente
determinadas. Ahora
bien, e s p a transformación destruye la dialéctica en
m ayo r
m e dida que
cualquier
revisión
El
cambio
s e
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 142/300
| › i - ¡ m m m m 1 4 1
corresponde con
la
transforrnación del
propio m a r -
xismo
de
teoria
en
ideología; la
dialéctica
e s
reves-
tida
con
las
virtudes
mågcas
del p ensam iento
y
comunicación oficiales. Desde e l momento en que la
teoria marxista
deia d e
constituir el órgano
d e
la
oondencia y práctica revolucionarias y
pasa a
for-
m ar parte
de
la superestnictura
de
un
sistema de
dominación estab lecido, cl movimiento
del
pensa-
miento
dialéctica e s
ooditìoado
en sistema filosófico.
Cuanto
mk
problemática
s e a
la
relación
existente
entre la lójca dialéctica
y
la
fonnal,
tanto m ás
s e
t ramfonnará la
propia
dialéctica en lógca forinaL
Las dicultades
del marxismo soviético para elabo-
ra r un
-manual»
adecuado
d e
dialéctica y
de
lójea
no
son solam ente de
naturaleza
politica: la
misma
esencia de
la
dialéctica
s e
rebela
contra
semejante
codiñcacion.
Esto vale
tanto
para
la dialéctica
idealista como para la material ista, ya que ni Hegel
ni
Marx desanol laron
la
dialéctica
como
un
esque-
m a metodológico
general.
El
pr imer
paso en
esta
dirección
fue
dado
p o r Engels e n sti Díaldctím de
la
Naturaleza
(que
no
l legó
a
publicar),
cuyas
notas han suministrado
e l
armazón
para
la oodi-
ación marxista
soviética.
Marx
elaboró
su
dialéetica como un instnunento
conceptual
para la
comprensión
d e una sociedad
in trínsecam ente antagonica . La
disolución
de
las
nociones
fijas
y
estab les de
la
fi losofia,
la
economia
p olítica y la sociología
en s u s
componentes
contra-
d i c t o r i o s , h a b í a d e «reeian
l a
e s t r u c t u r a y
m o v i -
miento
reales de la historia; la dialéctica
habia
de
reproducir en la teorla la esencia de la
realidad.
Y
a
n
de reproducirla adecuadamente y de suminis-
t rar
una te oria
adecuada
d e
la
historia, era
preciso
redefinir
las
categorias
tradicionales,
que
lo
que
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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H2 Herbe r t
Mimae
hacian era ocultar,
m ás
que
revelar,
lo que sucedla.
Sin embargo, la re lacion d ia léctica entre la estruc-
tura
del
pensamiento
y
la
estnictura
d e
la
realidad
e a
algo m ás
que
refleio y correspondencia. Si Hegel
disolvió
d e
forma sistemática
la
d is tinción cla ra -
mente
establecida entre
el pensamiento
y
s u obieto,
s i habló d e
«oontrad iccionest (un
término
tilógiooø)
de la realidad, del
unov imiento-
d e
los
conceptos,
d e
la cantidad
«transfon-nindosen
e n
calidad,
con
ello
enunció
no
sólo una
correspondencia sino
una
«identidad›› especica entre el pensamiento y
su
obieto, asitnilando e l
uno
con e l otro. Sin em barg o,
hay que
señalar
que
la sabiduria
de
lo s críticos
que
acusan a Hegel de confundir
d o s
dominios
wencial-
mente diferentes no' logra
traspasar
los
l imites
de
s u
inteligencia
y
cautela. Según
Hegel,
la
distinción
tradicional entre
e l
pensamiento
y s u
obie to tienen
un denom inador común, el cual, siendo ireah,
constituye
la sus tancia
tanto del pensam iento
como
de
s u
objeto. Este común denominador e s
la
estruc-
tura
inherente y
e l
t e l a s
de
todo ser,
esto e s ,
la
Razón.
S e
trata,
para
Hegel,
d e
la estructura
en
virtud d e la cual todas
las
formas del ser, tanto
subjetivas
como objetivas, constituyen
modalidades
de autor-realización e n una m anera
cada
v e z m as
consciente,
desde
el proceso « c i e g o - › de la
naturale-
za
inorganica hasta la l ibre
realizadón
del hombre
en
la
historia.
La
Razón
e s
subietiva
y
objetiva,
el
Logos d e todo
s e r .
Es dialéctica en la
medida
en
que
s u
realización
tiene
lugar
a
través del d e s e n -
volvimiento
y
solución d e contradicciones, que del i -
nen las d ife rentes fo rm as y condiciones del
s e r .
El
ser
e s , en s u esencia,
un
proceso de ucomprenáói-i›;
proceso
en
el
que un ob jeto lleg a
a s e r lo
que
e s
constituyéndose
a
s i
mismo
(como
ta l
objeto
par -
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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P i - ¡ n e n
p m ; 1 4 ;
uct lar) dentro y en oontra d e las diferentes oondi-
ciona
y relaciones
de
s u existencia. En vìnud
d e
e s t e
proceso,
la
existencia
s e
h a o e
oomprensión,
el
obieto
s e
h a c e «suielo», y la comprension, e l «con-
cept.o› (Begrí/0, s e transfonnn en la - real idad-
esenciul
del s e r . El pensamiento autoconsciente
no
e s m ás que ln
forrnn
superior d e una
existencia
oonuin a todo ser,
y cl movimiento del pensamiento
no
e s
m ás que
la forma
superior
y
general de
movimiento
d e
todo
s e r .
Hegel
habla
de
un
concep-
to que s e
t ransforma
en otro, signicando
con
ello
que un concepto, al
s e r
pensado
a
fondo, revela un
contenido que parece,
a
p rim era vis ta, extraño
e
incluso opuesto a e l mismo. Lo que s u c e d e
no
e s
que un
concepto
s e a
sustituido, a
lo largo del
proceso
reflexivo,
p o r otro
m ás
adecuado
n
la
reali-
dad, sino que
e l
oonoep to desenvue lve
s u propio
oonnenidn:
dinámica
que e s la de la realidad conte-
nida en e l
concepto.
La realidad
tiene
(o
maior , e s )
s u propio Logos, y la
lógica
e s
ontologia. Tras e s t e
aparente
juego
de
palabras, s e
encuentra
lu
idea
oonsti tut ivn
de
la
losoiia
occidental
d e s d e
lo s
t iempos de la
losoa g iega ;
e s
decir, la
idea
del
Lagos como wencin del ser, que
a
su vez determina
la estructura lógica de la
udenicióm y convierte
a
la « log ica
en un
instnnnento
para
el dwcubr i -
miento y
comunicación de
la verdad. Por inadecua-
da
que
pueda
s e r
la
traducción
del
término
Logo :
como
urazón»,
e s c l a r e o e la implicación decisiva
d e
e s t a idea, a
saber,
que e l
orden
del o o s m n s
(tanto
la Naturaleza como la sodedad, tanto l a
sica
oomo la historia) constituye,
a L a vez,
un orden
lógico y ontológico,
comprendente
y oornprendido
(bepaƒende
y
begríjƒene). Asi, la relación cognosci-
tiva
e s
constitutiva
d e
la
realidad,
e s
subjetiva y
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IM l ' l cber tMaiwse
objetiva. Sin
embargo,
la
unidad
del
mundo
subio
tivo y cbievc nc
coiutituye
u n h e c h o o u n a c o n d i -
ción
dada, s ino
una
unidad
que ha
de s e r
alcanza-
da en
la
lucha
contra
condiciones adversas y nep-
doras. Una vez que e s t a lucha s e
conviene
en la
forma
autoconsdente
de exinenda,
e s decir,
en
existencia humana, el
procwo
dialéctica
a e
t r am-
Ío rma
en proceso his tórico y
la teoria
y
la prlctica
s e hacen
una. El
proceso
llep
a
la plenitud
en
un
-estado
del
mundo»
en
el
que
el
conflicto
s e
resuel-
v e en
la transparente armonia del sujeto
y del
objeto,
de
lo
individual
y
lo universal. Ta l
e s
la
lojou in tema
d e la lcsoa
y
d e
la
realidad. La
l6g'ca dialéctica puede asi ser l lamada una lóg ica
de la
l ibertad
o, para
te r
m as
exactos, una
l6g`ea
de
la
l iberación,
ya
que
e l
proceso
e s
e l
de
un
mundo
enaienado cuya
crurtandan
solo
puede
transformarse en -tsuietc» (tal e s la
tesis
formulada
p o r Hege l
en
tu Fenomer to logía de l espíritu)
mediante la deetnxccion y
superación de
las condi-
ciones que
«oontradicem
su
realización . Sin em bar-
gi,
la
dialéctica
de
Heçl
supera
luego
el
propio
proceso histórico,
convirtiéndolo en
parte
de un
siuunn metasico en el que la l ibertad l ìnal e s
aolamente la l ibertad d e la
Idea.
La i inversiónv
marxista de
la dialéctica de
Hegel
continúa, en camüo, lipda
a
la historia.
Las
fuer-
z a s
motrices
del
proceso
historico
no co ns tituy en
meros conflictos sino
contradicciones,
ya
que
for-
m an el
propio
Logo :
de
la
historia,
como
historia
de
la
enaienacion. Asi, cegin
Marx,
(e l Logo : deì
la sociedad capitalista s e expresa en
s u
propia
contra: su
economia funciona normalmente sólo a
través de
crisis
periódicas;
la
productividad
cada
vez
m a y o r
del
trabajo
crea
e s c a s e z
y
fat iga;
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 146/300
Pmera parte M S
creciente
riqueza perpe tua la pobreza; el
progreso
e s deshumanización.
En
especial,
como M arx trata
d e
mostrar
e n
El
Capital,
el
contrato
d e
uabaio
libre
y e l
iuuo intercambio de
equivalentes
son
precisamente
los
factores que originan la explota-
ciài
y
la desigualdad; y la realización capitalista de
la l ibertad, igualdad y
¡unida
las t ransforma en
s u s
contrarios
(2). La
racionalidad del
sistema
e s
autocontndictcr ia: las mismas l e y e s
que
lo
rigen
conducen
a
s u
destruccion.
Como
en
la
concepcion
d e Hegel, e l proceso d e l iberacion
no
e s un aque-
m a extraño que s e superponp a la
realidad sino
su
dinámica objetiva, que consiste
en
la
realización
del
-sujeto» libre que encuentra
f inalmente
su
for-
m a y
tarm históricas:
las del proletariado. Además,
la
dialéctica
marxista
e s
también,
en
cuanto
proce-
s o historico
politico, una d ia léctica cog iw scíríoa: la
verdadera conciencia (conciencia de
clase)
del
pro-
letariado
e s un factor constitutivo de la dinlmica
objetiva
de l iberadón.
Estas
breves observaciones sobre la estructura
de
la
dialéctica
pueden
i lustrar
e l
destino que
le
aguardaba
e n
e l marxismo
soviético.
El Logos
de la
dialéctica
ya no
e s el d e
l iberación, ni
e n
e l sentido
ontológico
de Hegel ni e n el
historico
d e
Marx.
Es to resulta inevitable una v e z que la
dialéctica
ya
no s e centra en las contradicciones d e la sociedad
claxis ta s ino
que s e
extiende
m ás
allá
de
las mis -
m a s .
A
medida
que
la
teoria
marxista
s e
transfor-
m a
en una «concepción
del
m u n d o i
cientifica gene-
ral, la
dialéctica s e
conviene
en una «teoria
del
cooocitniento›
de carácter abstracto. Aunque
s u
manejo
incumbe al
p ro le tariad o y
al Partido Co-
munista (3), la
conexión
ya
no
e s visible Si bien
la
teoria
marxista
puede
ta l
v e z
s e r
considerada como
una-, in
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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P r i m e r -
p e n e 1 4 1
principios son
los
que
s e
hallan
enumerados
en
la
obra
de
Stalin Møter ía l imw dialéctica y material is-
m o
histórico,
los
cuales,
a su
vez,
no
son
sino
una
paråfrutis
d e
las proposiciones
de
Ençls
incluidas
en Díalécriaa de
la Natura leaa
(6).
En términos
de
la d ialé ctica de
Hegl y
d e la d e
Marx,
tales
principios
no s o n ni
verdaderos
ni
falsos: son
cas-
caras
vacías. Hegel
pudo
desarrol lar los
principios
de
le
dialéctica
e n
e l
s e n o
d e
la universalidad
como
im a
.ciencia
de
la
lógica»
porque
para
él
la
mmo-
tura y e l
movimiento de la exis tencia eran las del
«conceptos y
alcanzaban
s u verdad
en
la idea
Absoluta;
la
teoria
marxista,
sin embargo, al recha-
zar
Ia interpretación d e
Hegel del
ser
como ldea,
no
puede ya desarrol lar la
dialéctica
como
l6g`ca:
s u
Logos
e s
la
realidad
his tórica, y
s u
universalidad
e s la d e la
historia.
Debemos mencionar
al menos
la cuestion d e
s i
la
dialéctica marxista
e s
o
no
aplicable a
la Natura le
za, ya
que la insistencia en la dialéctica de la
Natura leza
const i tuye -e n
contraposición con
Marx,
e
incluso,
con
Len in -
un
rasgo
distintivo
del
marxismo
soviético. Si la dialéctica
marxista
e s
su estnxctura concep tual una dialéctica de la reali-
dad
histórica,
incluirá entonces
a
la
Naturaleza
sólo en
la
medida
en que e s t a últ ima s e a
parte
de
la
realidad
historica (en la
interacción
(Swƒƒwecl r
s e l )
entre
e l
hombre
y
la
Natura leza , la dom inación
y explotadón
d e
la Naturaleza, la Naturaleza como
ideologia,
etc.).
Pero e n la
medida
e n que
la
Natu-
raleza s e a estudiada
prescindiendo de tales
relacio-
n e s históricas,
como e s el c a s o
d e
las ciencias
naturales,
pareoe
encontrarse
fuera
del
dominio
de
la
dialéctica. No e s
casual
que e n la
Díolafctica
de
la
N amra ln ø ,
de
Ençls,
los
conceptos
dialéctieos
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http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 149/300
1@
HerbenMlr¢|In¢
aparezcan como
m e n s analogías
superpuestas al
oontenido
y
remi ten sorprendenteinente vacías 0
t r iviaks
s i
s e
las
compara
con
la
exacta concreción
de los conceptos
dialéctieos
en las obras económicas
y
nodo-históricas.
Ahora bien, e s
precisamente
la
DíaI¢'cn'ca
de
la Naturaleza
In
obra
que s e
lui
convertido en fuente autorizada y
constnnteinente
citada para
la
exposición
d e
ln
dialéctica en
el
marxismo soviético.
Esto ers
inevitable, ya
que
s i
du
d ia léctica re ina
en
todas
partes»
(7),
s i
e s
L a
ciencia de los « l e y e s
gnernles
del m undo m ateria
y
del
conocimiento»
(8),
y , por tanto , ln
única
«concepción
cientifica del mundo» vál ida,
entonces
los
oonoeptos
dinléctioos
deberín
s e r
validados, e n
pr imero
y
principal lugnr, e n la m ás
cientifica
de
todos
las
ciencias,
e s
decir,
en
la
ciencia
de
la
Naturaleza. La consecuencia e s una desvalorización
dt
la
historia.
La
hipóstnsis marxista
soviética de
la
dialéctica
dentro d e una
concepción
cientifica y
universal
del
mundo l leva
consigo
la
división de la teoria
marxis-
ta
e n
m a t e : - i n t i m o
d i a l é c t i c a
y m a t e r i a l i s m o h i s t ó -
rico, siendo el últ imo la «extensiónv y la
«aplica-
ciónv del pr imero al uestudio d e ll
sodedad
y de
su
historia» (9). La división no hubiera tenido
sentido
para
Marx, para
quien
nnter ia l ismo dialéc-
tioo
en sinónimo
de
mnterinl iuno histórico. En e l
marx ismo
soviético,
e l
material ismo
histórico
s e
t ransforma
en una rama particular del
sistana
cientioo
y
losóoo çnerul del
marxismo,
el cual,
oodioado e n una ideologia
e
interpretado p o r lo s
funcionarios del
Partido,
iustica la p ráctica
polit i -
ca
L a
historia,
que en
la
teoria marxista constituye
lo dimensión determinante y revalidadora de la
dialéctica,
e s
en
e l
marxismo
soviético
un
campo
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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P - n m
»m i us
especial
en
el que s e
abren
p a s o l e y e s tanto históri-
c a s
como
suprahistóricas. Las
últ imas, clasificadas
en
un
sistema
de
proposiciones,
s o n
presentadas
conto
las
fuerzas
que
determinan,
en
últ ima
instan-
cia, tanto la historia
com o la Naturaleza. El proce-
s o
dialéctico, asl interpretado, ya
no
e s en sentido
estricto
un pioceso histórico,
sino
m as Hen una
reicación d e la
historia,
la cual queda convertida
en una segunda
Naturaleza. El
desarrollo soviético
adquiere,
con
ello,
la
dignidad
d e
las
l e y e s
natura-
l e s obietivns
p o r
las
que presuntamente s e
r ige; las
cuales,
una
vez
comprendidas y correctamente asi-
miladas,
corregiran
e n
últ ima instancia todos
lo s
errores y
conducirån
a la
victoria f inal sobre las
fuerzas advetaarias.
Pero
al
t iempo
que
fortalece
el
carácter
obietivo
y deterministn d e las l e y e s dialécticas, el marxismo
soviético
niega e n
realidad
e l detenninismo y
prac-
tica el voluntarismo. El
desplazamiento de
la
im -
portancia
del
determinismo
e n favor del voluntaris-
m o
parece
constituir
un rasgo
del
leninismo, y
alcanza
s u
culminación
con el
stal inismo.
Un
cami-
no
recto
parece l levar d e s d e la «conciencia d e s d e
fuera»
de Lenin
y s u
concepción del
part ido
autori-
tario
centralizado hasta la dictadura
personal
de
Stalin, camino en e l que e l
«determinismo
cientl-
c o »
c e d e
s u
lugar (en
la practica, si no en la
ideologia)
a
las
decisiones
adoptadas
sobre
la
b a s e
d e obietivos
e intereses nmdables
de orden politico
e
incluso
personal. Los
factores
subjetivos
prevale-
cen
sobre lo s factores y leyes
objetivos.
Sin embar-
go,
un análisis m ás atento
muestra
que la
oposición
abstracta entre determir i ismo y
voluntar ismo
e s
in -
sostenible; s u
interreladón e s
m as
compleja y exige
s e r
estudiada,
dado
que
arroia
luz
sobre
los
cam-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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ISO Herbert
Marctue
bios
socio-históricos que s e
refleian
en el marxismo
soviético.
Tanto
el
voluntarisrno
como
e l
determinismo
s e
hallan presentes, d e s d e el principio,
e n
la
doctrina
marxista; su p e s o
especlco
depende de
las condi-
ciones históricas
baio las
cuales opera
el marxis-
m o (lO ). En
los
periodos d e aguda lucha de
c l a s e s ,
cuando
la revolución está en « e l orden
del
dia» y
cuando un
p ro le ta riado , m aduro y con conciencia
dc clase,
desarrolla
s u
acción
politica,
e l
marxismo
parece
s e r poco m ás
que la manifestación conscien-
te de los factores objetivos. En la
medida
en que
e s t o s últimos tienden «por
si
mismos» hacia la
revolución,
en
la
medida en
que la es tructura capi-
talista
e s
sacudida
p or crisis
económicas y trastor-
nos
polit icos,
el
marxismo
puede
interpretar
la
si-
tuación
principalmente en términos d e armonia d e
lo s
factores
subietivos
y obietivos.
La función d e
los
partidos
marxistas y de
su
organización y dirección
intemacional consis te, entonces, en comprender y
explicar la constelación obietiva
de
las
fuerzas
pol i -
ticas
y
en
dir ig ir
l a
acción del
proletariado
de
acuerdo
con ella.
Esta función
constituye un factor
subìetivo: siendo cognición y volicion, recurre
a
la
cognición y
a
la volición . Sin embargo, en
cuanto
factor subietivo,
no
e s m as que la formulación de
los factores
objetivos,
la
cual,
al dir igir la acción
polit ica, s e
t ransforma
en
parte y
aspecto
integral
de e s t o s .
Por
e l
contrario,
cuando
e l
potencial
revolucionario esta debi l i tado,
absorbido o
vencido,
e l
elemento
oognoscitivo y
voluntarista
no estara
ya
encarnado en la situación ob jetiva. L a co nd encia y
la acción del
proleoariado s e
hallarán,
en e s e
c a s o ,
determinadas en
gran
medida
por las « l e y e s
c i e g a s »
del
proceso
capitalista,
en
lugar
d e
abrirse
camino
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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vfmn p a m ui
a través d e e s e determinismo. Por
nonsiguiente,
el
panido
-o
mejor, la dirección del par t ido- aparece
com o el
depositario
histórico
de los
iverdaderosn
intereses del proletariado y
s e
instala
p o r encima
de é s t e , actuando por medio d e sentencias y
decre-
tos,
en
tanto
que
el proletariado
s e
convierte
en
objeto d e tales
decisiones. Los factores subjetivos y
obietivos mu l tan
desmembrados
en la
re alid ad ; y
esta situación s e muestra e n la teoria como
tensión
y
antagonisrno
entre
voluntarismo
y
determinismo.
S e ha señalado a
m e nudo que la teoria
marxista
exper imentó un
cambio
signicativo
d e s p u é s
de
1848. El
hum anism o lo sóco de
las
primeras
obras de Marx y
Engels,
en las que e l socialismo e s
definido
e n
terminos
d e
aspiraciones y potencialida-
d e s
humanas,
dejo
paso
a
un
-socialismo
cientifico,
regido por l e y e s
objetivas
inexorablesn (ll).
La
transformacion reeia
la s ituación real del proleta-
r iado. Los
elementos detenninistas d e la teoria
marxista
pertenecen
a
la estructura
de
la sodedad
clasìsta y , especialm ente , a l capita lism o ,
en
el que
los
hom bres está n
subordinados
a
fuerzas
no
domi -
nadas
que
operan
« n
espaldas
d e
los individuosn,
como l e y e s
inexo rab les. Las
malogradas revolucio-
n e s de
1 8 4 8 y la subsiguiente
consolidación d e
la
sociedad burguesa reaíinnaron la
«validezn
de
e s t a s
leyes,
ante las que
también
sucumhió la gran m a-
yoria del
proletariado.
Mientras que
la
teoria mar -
xista
reeia
e s t e
determinismo
mediante
la
aoeri-
tuación
del carácter
cientiñoo
d e la dialéctica hacia
e l social ismo, el elemento
avoluntarista» s e
refugia
en un medio o agente histórico diferente,
esto e s ,
en los
dirigentes. La conciencia
«verdaderan
e s
aquella
que
no ha
sucum b ido ante
e l cfalson deter-
min ismo.
Pero
con
independencia
d e
la
distancia
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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152 Herbeft.Mlr¢1ae
que
pueda
existir entre la conciencia de
los
dir igen
tes
y la del proletariado, lo s primeros
deberan
conservar
o
restablecer, en
s u
teoría
y
en
s u
practi-
ca, la conexión dem ostrable entre los intereses - in-
mediatosr y los inte reses
«realzar
del proletariado.
E s t a
r e l a c i ó n
e n t r e u n a d i r e c d o n
a l t a m e n t e
c e n t r a -
lizada y el proletariado,
que continúa siendo
s u
b a s e
determinante,
fue puesta d e
maniesto en el
periodo de
la l
Internacional.
En aquel t iempo, las
ideas,
objetivos
y
actitudes
de
la
direedón
estaban
m uy
alejados de lo s
del
proletariado y ,
ciertamente,
no
eran compart idos y ni
siquiera entendidos
p o r la
gran
mayor ia
d e e s t e . Sin embargo, el Maniesto
Inaugural,
los
analisis acerca d e la Comuna d e
Paris
y las declaraciones de lo s dirigentes
son pnre-
ba
de
hasta qué
punto
la
actitud
y
las
acciones
del
proletariado determinaban la teoria y la estrategia
de
la d irección
de
la l Internadonal .
Posteriormente, a medida
que
estratos
cada
vez
m as
amplios del
proletariado
industrial quedaron
instalados
en el
seno
del sistema capitalista, partici-
pando
de
s u s
beneficios,
las
« l e y e s
naturales»
que
rean
el
sistema
parecieron también
devorar
s u
negación. El m arxismo revis ionis ta
explicito
e s t e
proceso. La dialéctica fue
desechada.
La doctrina
de Eduard
Ben-tstein impl icaba
un determ inism o
mucho m ás rigido que el de Marx y Engels. El
factor
subìetivo
fue
obietivada,
a
costa
d e
s u
conte
nido y nal idad revolucionarios: e l proletariado
marchaba
-con la
totalidad
de
la s ociedad - baio el
dominio
d e
l e y e s objetivas hada e l socialismo, y
s u s
dirigentes
también s e hallaban sometidos
a las
m i s ~
m as l e y e s . Hemos inte ntad o m o strar m as arriba
cómo
el leninismo trató
de restaurar
la
relación
real
entre
el
factor
subietivo
y
el
factor
obietivo
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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P r i m e r -
pum isa
mediante
la autoridad del partido rcvo lucionnrio
centralizado, constituido
p o r encima
y sobre
el
p r o l e t a r i a d o .
N u e v a m e n t e ,
e l
f o r t a l e c i m i e n t o
d e l
elemento voluntarista fue
acompañado
por un for
t a l e c i m i e n t o d e l c a r á c t e r d e t e r m i n i s t a d e l a t e o r i a
marxista: Mazen'aIi':rno y Empir-íoørítícísnw
de
Le-
nin sustituyó In nodón dialéctica
de la
verdad
p o r
un
realismo
natura l imi pr imi t ivo,
posteriormente
canonizudo
por
e l
marx ismo
soviético.
Sin unbor
go,
en
el
l emnismo
ambos
factores
s e
mnntuv iemn
in t imomente
unidos: durante la Revolución s e hizo
p a t e n t e
h a s t a
q u e g r a d o
h a b í a
t e n i d o
L e n i n
r a z ó n
nl basar
s u
estrategia en
los
intereses y
aspiraciones
renlesdedaaedelosobrerosycampesinos.Al
mismo
tiem p o, la
äaléctica
fue reut ivadn, l um i -
nistrando
los
instrumentos
conceptuales
para
lo s
análisis d e
Lenin de la situación histórica. Sin
embargo, a
part i r
d e
1923 las
decisiones
del
equipo
dirigente
van
npartåndose cada
v e z
m as d e
los
intereses
de clase del pmletar indo. Las decisiones
no prcmponen
ya
que
el
proletariado
s e a
un agente
revolucionado,
sino que
s o n
impuestas
al
proleta-
riado y
al
resto
de la
población El voluntarismo
autoritario
d e l a d i r e c c i ó n
stalinim
r e s p o n d e
a
u n a
determinación obietiva: la reducción
del
potencial
ievolucionnrio en lo s p a i s e s capitalistas. Y
como
la
voluntad de ln dirección nctúa sobre el proletariado
deadearriba,hteoriapmclamadaosancionnda
p o r ella asume
unas
formas
dctemtinistas
m uy
r igi-
d n a . La dinléctim
queda
petr icada dentro de un
sistema univeisal en e l que el
proceso
lu'st6rico
aparece como un proceso
-natural - cuyas
leyes
obielivas. que están p o r encima de
los
individuos,
r igen
unw
la
sociedad
capitalista
como
lo
ta.
El
destino
de
ln
dialéctica
pone de
mnuiesto
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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l$4
Herbert
Marcuae
sus tancia his tórica d e la sociedad soviética:
no
constituye la
negación
del capital ismo,
sino
que
participa,
e n
un
aspecto
decisivo,
d e
la
funcion
del
capital ismo: e l desarrollo industrial de las
fuerzas
productivas sin
control
d e l a
producción
por
los
«productores
inmediatos»,
La
teoria soviética
ex-
presa aquí lo que la ideologia niega: que la Revolu-
ción bolchevique
no fue
«todavla i
una
revolución
socialis ta, que
la
«primera f a s e »
todavia no c s
socialismo.
Pero
s i
la
sociedad
soviética
participa
a s í
de la función
del
capita lism o, lo hace sobre una
b a s e economica -la nacionalización total- que posi-
bilita una
tendencia
evolutiva esencialmente dile
rente de
la
actual
cstnictura,
en
un sentido que
trataremos
posteriormente
d e
precisar. Ahora
i lus-
t raremos
brevemente
la
petrificación
d e
la
dialética
en
e l marxismo soviético, a s l
como
los
puntos en
los
que
la tendencia futura parece ponerse
de
m a-
niesto.
La
exposición
d e
la
dialéctica en
los manuales
m ás representativos s e centn en e l carácte r de te r-
minista
del
proceso
dialéctioo.
Por
ejemplo,
en
la
obra d e Rozental Marhsíxtskíi Dialekricherkíí Me-
rod (Método dialectioo marxista), e l
desarrollo
capi-
talista, la
transidón
al socialismo y la subsiguiente
evolución de la sociedad soviüica
a
traves d e
s u s
diferentes
f a s e s
s o n
presenrados
com o el
despliegue
d e
un
sistema
de
fuerzas
obietivas
que
no
podian
haberse desarrol lado
de
otra forma. Sin duda,
s e
subraya
constante y
vigorosamente el papel
de
guia
del Partido
Comunista y d e s u s
dirigentes, y el
heroísmo
patriótico del
pueblo sovié tico ; pero
luego
s e añade que la noción
y
exito de
los
mismos
sólo
fueron
posibles
p o r la comprensión
y
la
obediencia
d e
las
l e y e s
inexorables
d e
la
dialéctica.
El
factor
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Pr imera Pie 155
subjetivo
ya no
aparece como elemento
integral
y
como etapa
de
la
dialéctica
objetiva, sino m as bien
como
simple
vehiculo
receptor
o
ejecutor
de
é s t a .
Tal concepción
ha
sido obligatoria durante y des-
p u é s
de
la era stalinista. El
partido
y s u dirección
constituyen
la
única
autoridad para la interpreta-
ción de
la
dialéctica, pero
s u independencia esta
aternpcrada
p o r el
hecho
d e que lo s propios
diri-
g e n t e s
también s e encuentran
sometidos n las l e y e s
objetivas
que
interpretan
e
instrumentan.
t a i
p i p e p i r u ø u u r
a s
Ii ¡ s c o t t - ¡ i i e n li »d iam »cuina m e
cemminsaopwlsostunlmcuaeiamttøceaieninaeaidqne
d a r m e
s i e i i c n l i n e i i n
al
s e I ii
iiiterims Mmmm (minis)
a-¡o¢|»tsu¡in»,umoiei i | i i |¢y¢ican=mou»»nuior |¢y¢
soirum,
.M
s p . - m i
i a a e p r m t - ' m u - » w i
a r l a
»Mina
y
»aii-
ud
d e
Io:
um lumanot;
p e r o
b a j o
e l
u o d a l i s m o ,
el
panido,
e l
Estadoylasociedsdenst icon¡untouenenlaoponunidad,descout›
cidaenla historiaptecedenmde ootprendereeaslcyea,desplioac-
liiøomientanenteistnsciiviaiaes
y,pt›iiom¡ai»,rt=n=t=i-¡rei
eur»
n u ammuo mil ( t z ) .
La interpretación marxista
soviética de
la rela-
ción
entre
el
factor
subjetivo
y
el
objetivo
transfor-
m a cl proceso dialéctica
en
un proceso mecanico.
Esto
resulta
particularmente claro cn el
tema
de la
relación entre necesidad y l ibertad,
problema
clave
tanto para la dialéctica lsegelienn como para
la
marxista,
asi como para la idea
misma de
socialis-
m o.
El
marxismo
soviético
define
la
l ibertad
como
.necesidad reconocidai
(13). La formula sigue
la
reelaboracion que Engels hizo d e la definicion de
Hegel, según la cual l ibertad e s «reconocimiento de
la necesidad»
(l4);
pero la
l ibenad no
e s
para
Hegel
solamente «reconocimientos de la necesidad,
sino
necesidad
comprendida
fbegrí/ƒene) que
imp l i -
c a
un cam bio
e n
las
condiciones
reales.
El
simple
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 157/300
¡$ 6 l ' lert›ettMaruue
«reeonocìmìenton nunca puede t ransformar la nece-
sidad en
l ibertad; la necesidad -comprendida» d e
Hegel
«no
e n
meramente
la
l ibertad
d e
la
negadón
a b s t r a c t a , s i n o m a s b i e n l a l i b e r t a d c o n c r e t a y
poaitivan; solo a s í e s la ivei-dad» de la necesidad
La
tranaición
de
la
necesidad
a
la l ibertad desem-
boca en una dimenaión del «sen fundamentalmente
diferente, y
Hegel
la
califica
como
«la
m ás didl»
de todas las transiciones dialécticas (15).
El
manúaímo
soviético
minimiza
esta
trans ición y
asimila lo
l ibertad
s la
necesidad, tanto e n
la
ideologia
como
en la realidad. Esta asimilación e s
expresada
en
la
interpreutción del
mani ismo sovië
tico
del
cambio dialéctica,
esto e s , del
paso d e una
etapa d e la sociedad e las is ta a
otra.
En la teoria
marxista,
esta
evolución
e s :
a)
Caumróca
(las
contradicciones
cada
vez
mk agudas d e la sociedad clasista so lam ente pue-
den reso lve rse en
forma
emplosiva).
b ) E s e desarrollo
catastróeo
e s
progresivo
(la
etapa
in idnda
con
la revo lución e s una fase supe
r ior
de
la
civilización).
Sin embargo, ambos elementos constituyen en
si
mismos
fnctores a l ~
t iempo sttbietivos y obietivos. La
«exploxibnn no e s automática,
sino
que presupone
la
acción y
la
concienda
de la
clase revolucionaria;
y el
término -progreso», que
solamente denota el
desarrollo
de
las
fuerzas
productivas,
continúa
im -
plicandc explotación y
esclavización
hasta e l m o-
mento en que
el
proletnriado s e transfonna en
el
agente histórico (16).
El marxismo soviético
introduce en
esta concep-
ción
la distinción
entre contradicciones
antngónicas
y
no antagónicas
(«conicu›e›
y
-eon tmd iedo-
nesn) (17):
las primeras
son irreooncilinbles y sólo
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 158/300
rnnm ¡m e isv
son
eolucionables a traves
d e una
explosión catas-
trúcaç las
segundas
s o n suaoeptibles
de una solu-
ción
gradual
a
través
del
control
polit ico;
las
a n t a ~
gónicas son características d e
la
sociedad
clasista, y
las
no antagónius son caracterítticae de la
socie-
dad
socialista.
El
marxismo
soviético
pretende
que
el paso d e s d e una
trantición
explosiva a una transi-
ción dia léctica
gradual ha sido
posible en la URSS
gracias al establecimiento del Estado soviético.
D e
acuerdo
con
esta
concepción,
y
siguiendo
e l
eiemplo
d e Stalin e n 1938. la
aley
d e
l a negación
de la
negación» desapareció d e la lista de las l e y e s dia-
lécticas fundamentales.
Evidentemente,
la concep-
cion
marxista
soviética de
la
dialéctica resulta m uy
idónea para la estabilización ideológ ica de l r émen
establecido:
asigna
al
Estado
la
tarea
histórica
de
resolver
las -contradicciones
no
antngonieas», y
e x c l u y e , e n e l
p l a n o
t e ó r i c o , l a n e c e s i d a d d e
o t r a
revolucion
en
la ruta hacia el comunismo. Sin
embargo,
d e b e hacerse
notar que
la revisión mar -
xista soviética
e s teóricam ente coherente con la
concepción
marxista.
Según
Marx,
el
caracter
«ca-
tnnrüìcnndelatransiciondelacantidadala
calidad
pertenece
al reino de las fuerzas socioeco-
nómica: inoonttolndns
que
funcionan ciegamente;
con e l estab ledm iento de l eodal inno, e s m a s fuerzas
son
colocadas baio el
control
racional de la
socie-
dad en
s u
ooniunto , ln
cual regula
antoconaciente
mai te su lucha
con la Natura leza y con
s u s propias
contradicciones.
Adem á s, el
cambio en
la
fo rma de
transición
de
una
a
otra etapa esta
ya
precisado
en
el sistema hegeliano; una vez que s e
ha
alcanzado
el nivel de ln racionalidad l ibre y autoconsciente
(tren si y para
si - ) , ta l radonal idad rige
también
las
ulter ioru
transiciones
en
e s e
nivel.
De
modo
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 159/300
li H e rb e rt M a rtus e
similar, Marx aplicó
d e una m anera
especifica la
noción d e la «negación de la negación» al
desarro-
llo
capitalista.
Es
la
«producción
capitalista-
la
que, con la
necesidad d e una
«ley
natural»,
engen-
dra
s u propia
negación: e l socialismo e s
e s a
«nega-
ción d e la negación» (18). El
método
dialéctico
no
implica la repetición esquematica
d e
e s t e concepto,
y Hegel previene explícitamente contra la
interpre-
tación
y
aplicación
formalistas de la «ti-iada» (19).
La
urevisión-
mantista
soviética
e s
rortodoxaw.
Como
quiera
que los marxistas soviéticos mantie-
nen que la sociedad soviética e s una sociedad socia-
lista,
resulta
coherente
que
l e
atribuyan
las correc-
pondientes características dialécticaa Lo
que s e
lia-
lla aqui
en
juego
no
e s tanto una revisión
de
la
dialéctica
com o la
pretensión
d e
considerar
socialis-
ta s i una
sociedad
que
no
lo
es
La dialéctica e s
utilizada
precisamente
para
sustentar e s t a preten-
sión.
Todo esto
parece connnar que el tratamiento
mantista
soviético d e
la
dialéctica
sirve
exclusiva-
mente
para
proteger
y
¡usticar
e l
r égmen
estable-
cido,
el iminando
o
minimizando
todos
aquellos
ele-
mentos
dc la dialéctica que pudieran apuntar hacia
e l
progreso del desarrollo
socio-histórico
m as
allá
de e s t e régimen, esto
e s ,
hacia una
etapa
superior y
cualitativamente diferente d e
socialismo.
En otras
palabras,
e l
marxismo
sovié tico representaría
la
rdetención» de
la
dialéctica e n favor de
la situa-
ción existente,
no
haciendo la
ideologia
sino
reflejar
la detención del socialismo
e n
la
realidad.
Sin em b arg o, la
situación e s
m ás complicada
que
todo
e s t o .
Di i imos
al
principio que
la
ideologia y
la
realidad
soviéticas
están
suietas a
una
dinamica
que
e l
r égmen
no
puede detener s in socavar
s u s
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 160/300
Primera parte ¡ S 9
propios cimientos.
Hemos indicado también
que la
evolución intemacional tiende
a obl igar
al régimen
soviético
a
dir igir
s u s
esfuerzos
hacia
la
-segunda
fase›
del social ismo,
tendencia
que le lle va ría tam -
bii a alterar la rsupemtnictura». En armonía
con
la asimilación d e la
ideologia a
la
realidad,
la
tendencia
no
solo seria
perceptible
en la ideologia
sino que incluso estaria anticipada p o r é s t a . La
evolución
reciente
en e l
tratanúento
marxista sovi&
tico
d e
la
dialéctica
parece
corroborar
e s t a
suposi-
ción. Incluso durante e l
últ imo periodo del
stalinis-
m o
pare ció q ue
empezaban a realizarse preparati-
vos
ideológicos
para
hacer
m as
l lexible
el
régimen,
para
unorrnalizarlo»
y para
orientar a
la
sociedad
sovié tica hacia un
largo
periodo de
ccoexistencia»,
tanto
cconóm ica como
politica,
exigido
por
e l
ulte-
r ior
crecimiento in tema del
sistema
soviético. El
tratamiento del marxiamo
soviético
de la dialéctica
parece orientado
a
amoldar la ideologia
a
e s t e
nuevo periodo .
Hemos mendonado e l reiterado énfasis
dado
po r
Stalin
al
papel
«activm
d e
la
superestmctura
en
relacion con el
desarrollo d e
la base;
no
s e
trata
tan sólo
d e
una
justificación ideol6g'ca
y
d e
la
estabilización de la
forma
y etapa politicas vigen-
t e s , sino también de un
compromiso
ideolóúco por
parte
del Estado para introducir
cambios
d e acuer-
do
con
e l
crecimiento
de
las
fuerzas
productivas.
Asi,
la
declaracion d e
Stalin
d e 1950
preñguraba
s u s
Problema: económicos
del
socialismo
e n
la
URSS
(20) de
1952
por
e l hincapié
puesto
en
las
contradicciones existentes
en
la URSS
entre
las
fuerzas
productivas y las relaciones de producción,
que deberían
s e r
resueltas
apadualmente-
bajo la
dirección del
Estado. D e modo
similar, la discusión
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 161/300
l60 Herll Mlrctlle
sobre
lógica
y dialéctica
de
1950-1951 parece no
t a n t o u n a
d e f e n s a
i d e o l ó g i c a d e l
:tam
q u o c o n t r a
un
cambio
potent ia l
o
una
proteccion
frente
al
progreso l i inórico, como una p re paración para
poe-
t e t - i o r e s cambios. La ditcuaión acerca de la relación
entre lógica fo rmal
y
lógica d ialé ctica fue ente ra-
mente referida a las
armaciones d e
Stalin inclui-
d a s en El marxismo y las c i a e s t í o n e s de l ingüísti-
ca
(21).
En
esta
obra,
Stalin
señalaba que
hablar
del
«condicionamiento claxis tan del lenguaie y
con-
siderar Ia
posibi l idad
d e un
clenguaien
espeoiea-
mente
«social ista era
rantimarxista»
y erróneo.
El
lenguaje
cdiere,
en principio,
de una
superettrue-
turan en
que
no
cambia
con
la b a s e sino que la
w b r e v i v e ;
e s c r e a c i o n e i n s t n u n e n t o ,
n o
d e cierm
c l a s e s ,
sino
de
la
sociedad
en su
conjunto
a
través
de lo s siglos. Por e s t e mismo
mot ivo,
indica el
marxismo noviético, e s incorrecto considerar que la
lójca
fo rmal s e halle «condicionada claaistamentei
y defender la exixtencia d e una «lógica
soviética»
quecorresponderiaalaanuevasbaseadelaaocie
dad sovié tica
(22).
El
informe
sobre
lo t
resultados
de la discusión sobre
logica
concluye:
lmforumlocuyluleynddpenmmienmmmnaúmyennna
npara inmur -pere - ›¢ ¡n .a¢nt ›~= . . .u top '¢¢ fønnuuu
t iun inrb lu leyeuyiormnele tnenta lesde lputsant ie i i tcconecln . .
N«nin«id«isg^m=un¢ton'av i¢¡ny¢¢¢rtmrnzu| t i iø»,y
øtnt¿ ¡¡¢n u¢v¢ ya¢ eirt< i«a ¡m t1¡m _ sct›h= yuui¢¡ ¡›a
f o i - m u ,
q t »
e i
univenunem
vam;
( z a ) .
La
lógica dialéctica
no
niega,
cancela o
contradi-
c e la validez
de
la Iójca fo rmal ; la pr imera perte-
n e c e a
una
dimensión
diferente
del conocimiento,
re laeionåndoee con
la segunda
de la
misma manera
en
que
lo
hacen las
matemáticas
superiores
y
las
elementales.
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 162/300
r i - 'mn pm is t
No nos ocuparemos
aqui del
desarrollo
y
condu-
sicnes d e la discusión
(24).
El cambio d e
tendencia
s e
anuncia, s ignificativam ente.
como una
vuelta
a
la o rto do xia m arxis ta
tras
las -desviaciones rnarris-
t a s »
d e
carácter izquierdista. En
términos
d e teoria
marxista,
ni
e l Ienguaie
ni
la
lógica pertenecen,
com o tales.
a l a
superestnictura,
sino m as
bien
a
las
condiciones
previas d e las
relaciones sociales
fundamentales:
como
instrumentos de
comunicación
y
conocimiento,
son
indispensables
para
e l
estable-
cimiento y
mantenimiento
d e e s a s re laciones. Sola-
mente ciertas manifestaciones del lenguaje y del
pensamiento,
como
el
arte,
la filosofia o la religión,
pertenecen a la superestnictura.
Siguiendo
la
con-
cepción
marxista, e l
analisis
soviético distingue en-
tre
la
lógica
en
s i
y
las
ciencias
de
la
lógica.
En
tanto que
interpretadones
especicas de la lógica,
algunas
d e é s t a s deben
considerarse
como
ideoló-
c a s (25).
Ni la dialéctica
hegeliana ni
la dialéctica
marxista negaron nunas la validez de la lógica
formal ,
sino
que
preservaron y revalidaron siempre
su
verdad,
desenvolviendo
s u
contenido
en
la
con-
cepcion
dialéctica que
pone
d e
manif iesto la
n e c e s a -
ria abstracción tanto del
sentido
«común-.
como
del
sentido ucienticon.
Comparadas con
esta tradición dialéctica, la l in-
güística y la lógica qnarr is tas-
(26)
(que subraya-
ban
radicalmente
e l
carácter
clasista
d e
ambos)
deben
aparecer,
en
verdad, como una crasa « d e a -
ación
a
la
izquierda», como
una
«enfermedad
infanti l» del
comunismo
en
s u
etapa inmatura.
Parecen
constituir un subproducto ideológico de la
pr imera f a s e de la construcción stalinista del soda-
l iamo
en un
solo
pais. La
v io lenta lucha impuesta
mediante
el
terror
a
una
poblacion
en
gran
medida
me-, n
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 163/300
l62 Heräerl Marian:
pasiva
e
incluao
hosti l
para superar
e l
atraso tecno-
lóg'oo
e
industrial del
pais,
halló tu
compensación
ideológica en
las
difa-entes
doctrinas
sobre
e l
c a ~
råcter
iinioo y superior del hombre soviético, deri-
vado del hecho
de estar en
cposesión» del marxis-
m o
en
s u calidad
d e
única «concepción del mundo .
progreaiva y verdadera.
Pero
la teoria
marxista
e s
esencialmente
internacional.
Dentro de
s u
marco,
el
naciorialimio e s
progresivo
solamente en tanto que
etapa del
prooeao
hinórico;
etapa
que,
según
Marx
y
Engels, habia sido
ya superada por el mundo
occidenta l desarro llado. El marxismo
soviético
no
ha
logrado
nunca reconciliar la oontradiedón entre
su propio
nad onalis m o y el
inter-nacionalismo
mar -
xista, ora en s u estrategia, on
e n
s u ideologia,
como
lo
demuestran
las
trabaioaas
distinciones
en-
tre
coosinopolitiarno burgués» y autentico interna-
cionaliamo,
entre
chauvinistno
y
-patr iot ismo sovi&
t icoi. Ademas, e l acento puesto aobre la existenda
de
una mental idad, una
lóg`ca,
una l ingiìistica,
etcétera, especificam ente soviéticas, tenia necesaria-
mente
que
contradecir
tanto
el
l lamamiento
a
la
solidaridad internacional para
Iogar
el objetivo
revolucionario
nal
com o el l lamamiento
en favor
de
la coexistencia pacífica, que la doctrina del
socialismo 0 del comunismo en un wlo
pais
no
podia desechar. Las teorías «marr is tau pudieron
desempeñar una ñmción
útil
en
el empleo
a m á -
o o »
de
la
teoria
marxista;
pero
con el
progreso
tecnológico
e
industrial d e la soeiedad
soviética,
con el
creciente
poder po lltioo y estratégjoo del
Estado
soviético, entraron en conflicto con
obieti-
v o s m is fundamentalea
A m edida que
la política
soviética comenzó a
orientarse hacia la
transición
a
la
«segunda fase». las
cloetrinaa «marristasw
tuvie-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 164/300
Pr i m e r a pane
l63
ron
que
ceder
su
lugar a
unas concepciones m ía
tmiversalistas, - inormales»
e
internacionalistas. Le-
ios de
significar
la
«detencioni
de
la
dialéctica
en
favor d e la estabilización
del
nivel de desarrollo
alcanzado, la re ite ración
d e
la
función
y contenido
humanos comunes al lenguaje y a la
lógica
parece
estar dirigida a
annonizar la
ideo log ía con
la
mar -
cha
hacia la
«próxima
etapa superio r» del desarro -
llo -esto e s , la segunda f a s e del social ismo- y con
la
politica
tendente
a
«normal izar i
las
relaciones
Este-Oeste
que dicha
transición implica.
8 .
La
transición
del socialismo al comuniuno
Toda
la
interpretación
marxista
soviética
de
la
dialéctica está centrada,
al
igual que lo s
demas
esfuerzos idcolocos a part i r del últ imo
periodo
del
stalinisrno, en la
transición del socialismo
al comu-
nisino(odelap1-imeraalasegundafasedela
sociedad comunista: ambas formulaciones s e em -
plean
indist intamente).
La
idea
d e
ta l
transición
ha
constituido
siempre
un elemento
esencial
del m a r -
xismo
soviético
d e s d e la
consolidación
del Estado
soviético, tras
e l pr imer Plan Quinquenal.
Ya en
1935,
en
su
disairso
a
la Prim e ra Conferencia de
Slaianovistas
de
la
Unión
Soviética, Stalin
saludó
al
movimiento
staianovizta
conto «preparador d e
las
condiciones
necesarias
para
la
transición
del
socialismo al comunismo», como
- los
comienzos,
aún débiles, e s verdad, pero en cualquier c a s o
los
comienzos»
de
e s a :elevación
en
el
nivel
cultural y
técnico
d e
la c l a s e trabaìadora
de nuestro
pais»
que
constituye
el
requisito previo
para la «segunda fa -
se; (1).
Pero
mientras la
idea
de
dicha
transición
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 165/300
I64 Herbert M a a e n a t
(sin
la cual el marxismo soviético
no
podria
ni
siquiera
pretender
ser
marxismo) ha
acompañado
d e s d e
el
principio
a
la cons tn icción
del socialismo
e n un
solo pais,
la
transición
s e
presenta
ahora en
trance de
realización,
como próximo
obietivo
d e la
politica
interior
soviética. Esta e s la
e s e n c i a
de la
última
obra
de
Stalin, Problemas Económico: del
Socialismo en
la URSS,
que fue
considerada
en
s u
t iempo
por el marxismo
soviético como la
pr imera
teoria
marxista
autorizada
acerca
d e
las
formas
concretas de la
transición.
El
trabaio
conserva s u
significación, a pesar
d e
la critica a
que
fue
someti -
do
en
e l XX
Congreso.
El
l ibro parte del supuesto
de que
el curso
d e
los
acontecimientos
siga
siendo mcrma l» ,
esto e s ,
que
no haya
guerra
con
Occidente.
Sobre
la
b a s e
d e
esta
hipótesis,
Stalin insiste
en la
primacía
de
los
co nflicto s e ntre
- l o s
p a i s e s imperialistas sobre el
conflic\o
entre
las órbitas capitalista y
socialista.
Toda
una
parte esta consagrada a la
afirmación de
la «inevitabi l idad› d e
las
guerras
entre los
p a i s e s
capitalistas
(2).
Por
pr imera
vez,
al
parecer,
Stalin
eitaba
públicamente
un análisis
marxista
soviético
(procedente de
«algunos
camaradas-) del capitalis-
m o contemporáneo que mantenia que la integra-
cion
intercontinental del capitalismo d e s p u é s de
la
segunda
guerra
mundia l
no constitula
simplemente
una
situacion
internacional
efmera ,
sino que
d e s -
cansaba en
una
b a s e
que
hacia
que
las
guerras
entre los p a i s e s capitalistas no
fueran ya
inevita-
b l e s . Stalin mencionaba e s t a
concepción,
que con-
tiene una
netración
d e la teoria marxista-leninista
del imperial ismo, solo para repud tarla. En s u
criti-
ca.
Stalin insistía e n la reactivación d e los conflic-
tos
economicos
entre
los
Estados
Unidos,
por
un
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 166/300
m m m wn
t a s
lado, y los paites capitalistas
«subordinad›os» (Gran
Bretaña y
Francia, en
pr imer
lugar; pero
también
Alemania
y
e l
Japón),
por
el
otro.
Por
otra
parte,
la guerra
entre
los
campos
im pe ria lis ta y
soviético
no era
considerada
ya
como
inevitable.
La modificación d e la t e s i s sobre la ainevitabil i-
dad de la
guerra-
e s extremadamente ambigua. En
pr imer lugar, en la acepción marxista t radidonal s e
relìere
a
las guerras entre los p a i s e s
capitalistas.
Oomo
tal,
la
t e s i s
e s
e l
centro
d e
la
doctrina
del
imperial ismo.
Sin
embargo, la
-corrección»
stali-
niana
de la
tesis
s e reere fundam enta lm ente a las
guerras entre lo s campos
im pe ria lis ta y
soviético: la
guerra que ya
no e s
inevitable
e s
la guerra
entre
el
Este y e l O e s t e . Una v e z
aclarada
e s t a aml igüedad,
parece
que
existe una
extraña
coherencia
entre
la
concepción
stalinista
y la
poatstalinista.
Las decla-
raciones
sobre
la agudización de
las eontrndiociones
intemaa
del capitalismo
hechas
en el
XX
Congre-
s o (3 ), y
que guran
también
en
e l
P i o g n m a del
Partido Comunista de la Unión Sovié tica aprobado
en
el
XXII
Congreso,
estan
fundamentalmente
(y
a
v e c e s , incluso, l i teralmente) de
acuerdo
con las
fórmulas
stalinistas. Esa coherencia m e explica p o r
e l hecho capital
de que la politica posts ta lin is ta no
hace sino continuar
y consolidar la
l inea general de
la
últ ima etapa
de la politica mlinista,
basada en
e l
reoonodmiento
de
un
desarrollo
capital ina
anar
mal»,
en la
estabilización
d e
las relaciones
Es-
te-Oeste,
en
e l crecimiento in temo
de
la sociedad
soviética
y
en
la competición
económica y
politica
entre lo s
d o s sistemas.
La
guerra
cuya
evitabil idad
e s ahora tan fuertemente subrayada e s , sobre todo,
la g ue rra e ntre lo s p a i s e s capitalistas y socialistas.
Este
tipo
de
guerra
puede
s e r
impedido
e n
vinud
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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l66 Herbe r t
Martin:
de
la fuerza cada vez
mayo r
del campo socialista y
de la inuencia que e s t e
ult imo
ejerce sobre
las
poblaciones
«amantes
de
L a
paz» de los
p a í s e s
capi-
talistas.
Sin
embargo,
dado
que e s t o s mismos facto-
r e s
tenderlan, a s u vez,
a contrarrestar
las posibil i-
dades
d e
la guerra
en
general, c a b e inferir que
incluso
la
guerra entre p a i s e s
capitalistas podria no
ser
ya - inevitable».
El v ira ie e n
la
posición
marxista soviética aoerca
de
la
inevitabil idad
de
la
guerra
parece, asi,
total-
mente
coherente La situación interna e
internacio-
nal
ha
camb iado fundam enta lm ente ,
en
compara-
dón
con
el periodo en que Lenin al i rmó la inevita-
bil idad
de
las guerras imperial istas, y s e
ha
estable-
cido un «equil ibrio
d e
poderes» -o
m as
bien un
equilibrio
de
terrores-
que sirve
como
factor
disua-
sorio de una
posible
guerra entre el Este y
e l Oeste
y
que h a c e
posible
el
mantenimiento
de la
coexis-
tencia pacifica, principio supremo de la politica
soviét ica. Pen esta misma fuerza disuasoria ha
re dud do tam bié n la posibil idad
d e
conflictos mil i -
lares
en
el
s e n o
del
campo
imperial ista
(de
los
que
s e
beneficiaria
el
campo
soviético), agrnvando al
mismo t iempo, s in embargo,
las
dificultades econó-
micas y politicas del
mundo
capitalista.
Hemos visto que la
tesis
de la
agudizacion
d e las
contradicciones capitalistas pertenece
a
la entraña
misma del
marxismo
soviético.
Sin
embargo,
e l
contexto
en
el
que
Stalin
la
repitió
en s u
últ imo
trabaio
le
conere una significación especial.
la
proposición,
en
efecto, sirve de introducción al aná-
lisis de la transición del socialismo al comunismo,
como fase siguiente de desarrollo de la sociedad
soviética. En e s t e contexto,
sirve para
reiterar la
prioridad,
dentro
de
la
Unión
Soviética,
d e
la
polí-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 168/300
Prim era parte
l6 7
tica interior sobre la politica exterior.
En
el
pr imer
articulo oñcioso sobre po litica exte rio r soviéúca
aparecido
d e s p u é s
d e
la
muene
de
Stalin,
K o m m u -
m k: recordaba que, según
e l
«la
politica exterior de un
Estado e s
una continua -
ción
de su politica interior y
está regida
p o r
é s -
ta -
(4).
Para la URSS,
esta
constelación
marxis-
ta-leninista
-normal»
había sido dejada
en
s u s p e n s o
por la segunda guerra mundial , p o r los ajustes
estratégicos
subsiguientes
y
por
el
periodo
de res-
tauración. El
X IX Congreso
del
Partido
pareció
anunciar el retorno a la supremacía
norma l de
la
política
interior
y el comienzo
de
una
fase
nueva.
Hem os señalado ya
que la
discusion
acerca
del
articulo
de
Sta lin , inclu ido
e n Vnpron ' Ehonmnik i ,
af i rma
expl idtamente
que
« e n
realidad»
los
conflic-
tos
interimperialistas predominan sobre el
conicto
entre los campos imperial ista y
soviético
(5).
En
efecto, esta parte del artículo d e Stalin
ha
conti-
nuado
inspirando
d e s d e entonces la linea del part i -
do: loa
conflictos
entre las potencias y
en
e l s e n o
de
lo s
paises
im pe ria lis tas no
hacen
sino
t rabajar en
favor de un debi l i tamiento
-pacico-
i n t e r n o
d e
la s
l ì r e r - n s
c a p i t a l i s t a s
ta igm iv -pøuuumenofee io tan iamuntamepa iz i lu
oo ntradiet:`oae se aelp¢o pioeam po üape riatta.. lapt ihicael ter lor
twi In ica. .nopuedede¡ardeneiserenoi›e i i tatan\o lapteeent iade
n n p o n a n '
u=senn|nAonanø
entrelospalsaçnpitahatae'
anmo la
eaiuaiciadecomradicäooeamelaei todeesdauoodeeatotpalaae
mr tumamtmae lmput inwq tnaeae iaen iuae -aygupm
eapttelirtas Nuatra t a r e a c o n s i s t e ni utiliur
eau a i n t : - a d i c c i o n e s
e n
favor d e l
rnmtenirniento
y
Sonxleiiniiento d e l a
p a z
y
d e l
debilita-
m i e n t o
d e
tu fum ar uiuaem n-nie» y ma i n »
( s y
El p r o g a m a d e 1961, p o r
s u parte,
arma que
l a c o n t r a d i c c i ó n f u n d a m e n t a l e n t r e
e l
c a p i t a l i s m o y
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 169/300
l6I
Herbert Mallse
el socialismo
no
elimina
las
oontradicciones inner-
rm : que desgarran al m und o cap italis ta. L a politica
imperial ista,
señala
e l
nuevo
programa,
encuentra
ahora
la
oposición no
solo
d e
amplios s e c t o r e s del
pueblo,
sino también
de una
parte
d e
las «fuerzas
dunocråticasv
que combaten
el
poder d e
los mono-
polios
capitalistas
(7).
Si bien
no
d e b e subeslimarae el
peligro
d e que
un
reducido
«puñado de explotadores- pueda
dc-
sencadenar
la
guerra
como
medida
desesperada,
« s e r í a
un
error
aún mayo r
sobreestimar las fuerzas
del
imperial ismo» (8). Si esta
últ ima declaración,
formulada
en l 955,
era cons iderada
correcta e n
ta l
fecha
por lo s soviéticos, hoy día seria un error aún
n-i grave subestímar las fuerzas del imperial ismo.
La
controversia
chino-soviética
s e
cenlra
en
e s r a
diferenda
de
apreciación
acerca del
vigor
del impe~
r ial ismo.
Con
la subida al
poder d e
la
Administra-
ción
Kennedy, la
politica
capitalista
s e
ha endure-
ddo , mientras
que
la carrera
d e armamentos
nu-
cleares
pareoe
haber
sometido a
una
dura
prueba
los recursos
de
la
URSS.
La
cuestión cubana ha
mostrado
el
grave peligro
d e una guerra entre
los
d o s bloques. A pan i r d e
e s e momento ,
el
Gobierno
s o v i é x i o o ha xratado
p o r todos los medios
d e
impe-
dir ta l guerra, incluso
aunque tenga que pagar un
precio
m ás elevado
que
antes y
aunque
e s a
politica
susoite
una
fuene
oposición
dentro
del
mismo
cam-
po oom unixm . Aunque
en e s t a s condiciones la polí-
tica de
coexistencia
pacifica va
acompañada
d e un
reforzamiento
d e
los
controles politicos e
ideologi-
c o s , e l crecimiento
interno d e
la sociedad soviética
continúa
siendo en cualquier c a s o
e l
obìetivo
fun-
damental.
En
¡amo
Q u e
la
nueva
forma
d e
enjuiciar
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 170/300
ima-i
me 1 6 9
situacion
interimperialista
supere la necesidad d e
una
nueva tendencia
e n politica
exterior, el examen
d e
lo s
problemas
económ icos del
socialismo
muestra
la b a s e interna
(y
quizá
la razón)
d e dicha tenden-
cia.
La
nueva
orientación d e la politica exterior
parece derivar d e una nueva orientación de
L a
politica
interna.
La consecución
d e
los obietìvos
internacionales -pr incipalmente el debil i tamiento
d e s d e
dentro d e la
sociedad occidental-
depende, en
últ ima
instancia,
del
p a s o
d e
la
sociedad
socialista
a
una f a s e
m ás
elevada ( e n Ienguaie
marxista,
la
segunda etapa del socialismo). El testamento politi-
co
de
Stalin
volvio
a
repetir
las
ideas del
testamen-
to polit ioo
de
benin sobre e s t a transición, señalan-
do
la necesidad de una nueva y
prolongada
are'
gm. como
requis ito p revio
para
e l
ulterior
desa-
rrollo d e la
sociedad
soviética. El
XXI I
Congreso,
por su
parte, no ha hecho sino
reaf i rmar e s t a l inea:
«El PCUS
estima
que
e l objetivo
esencial de
s u
politica exterior e s asegurar las condiciones d e paz
para la
construcción d e
la sociedad comunista
en
la
URSS-›;
la
coexistencia
pacifica
e s
una
anecesi-
dad
objetiva del
desarrollo d e
la sociedad
buma~
na»
(9).
En lo s Prob lema: Económ icos del Socialísnw e n
la URSS, la
tesis
de Stalin acerca de la
inevitabil i-
dad de los oonictos in te rim peria lis tas abria el
camino
a
la
denicion
d e
L a
« ley eoonóm ica
básica
del
capitalismo
contemporaneo»,
esto e s , .la necesi-
dad de obtener
el máx imo beneficio». Stalin oom-
para e s t a . i leyi
con
la
«ley
d e la
tasa
media de
beneficio» que
regia
en l a s anteriores etapas de
desanol lo capitalista. Los
intérpretes
marxistas de
esta
parte
del l ibro tuvieron que enfrentarse con la
turbadora
cuestión
d e
s u
posible
heterodoxia.
En
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 171/300
n o rita. num
términos
marxistas, la necesidad del maximo bene-
cio
e s inherente
al
modo d e
produccion capita lis -
ta,
por
lo
que no
c a b e
contrastarla
con la
- ley
d e
la tasa
media d e beneficio»: e s a búsqueda d e la
máx ima ganancia, o bien s e halla suieta a dicha
ley, o bien e s una excepción que s e explica por la
existencia
de grupos apriv ileg iadosn
d e
e m p r e s a s .
Los oom entadores sov ié ticos pasaron por alto
e s a
dificultad
y tomaron
la
formulación
d e
Stalin
como
clave
para
la
redefinición
d e
la
situación
del
capi-
Ial ismo contemporáneo.
La noción de la «segunda f a s e » d e
la
crisis
general
.del capitalismo (10), l igada a e s a nueva
definición de la
«ley economica
basica», sirve d e
contrapunto
y telón d e fondo
a
la transición a la
«segunda fase»
del
sodal ismo.
La
crisis
general
del
capitalismo p roporciona la aunósfera intemacional
favo rab le para la
ooncentración d e
la
politica inte-
r ior soviética
en
las tareas
d e
la transición. En la
discusión d e e s t e
tema
s e
acentúa sorprendentem en-
te
la necesidad
d e
cambios
dentro
del
s is tema sovié -
tico,
cambios
que
han
de
t ransformar
al
propio
sistema
y oonducirlo a
la segunda f a s e asuperior».
Una g ran p arte del l ibro d e Stalin está consagrada
a la
refutación
d e
aquellos
que
mantienen
que baio
el socialismo ( e s
decir,
bajo el sistema soviético
actual)
la
correspondencia existente
entre
las
fuer-
z a s
productivas y
las
relaciones
d e
producción
tiene
un carácter ta l que excluye
las
contradicciones.
Frente
a
e s t e
punto d e
vista, Stalin mantiene
que
no existe
una
«confonnidad completa»
entre
los
elementos de
la b a s e
económica.
Las fuerzas pro-
ductivas
«van
por delante» d e
las relaciones d e
producción
incluso bajo
e l socialismo
-esto,
según
Stalin,
constituye
la
matr iz
del
progreso-,
y
l a s
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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rm m
pm .
in
relaciones
d e producción están condenadas
a
con-
vertirse siempre
en
un obstáculo para el desarrollo
social.
Sin
embargo,
mientras
que
bajo
las
condi-
ciones de
apropiación y
control
privados ta l
contra-
dicción
d e b e conducir a
un conflicto que únicamen-
te puede
s e r
resuelto
a
través de una
i fexplosióm,
en e l sistema socialista la sociedad tiene capacidad
para
poner
d e acuerdo a las retrasadas re laciones
de
producción
oon
las fuenas productivas
en
el
t iempo
oponuno
y
sin
necesidad
de
que
e l
orden
social
«haga
explosión». En
una determinada
etapa
de desarrol lo, e l crecimiento d e la product ividad
hará
posible una
«distribución
del trubaio
entre
las
ramas
de
la producción...
regulada
no
p o r
la
ley
del
valor..., sino por el crecimiento de las n e c e s i d a d e s
de bienes
p o r
parte
de
la
sociedadv
(ll).
Este
e s
el
rasgo
básico
d e la «segunda
fue
del
socialismo»
(iel
comunismm). Stalin cita
a Engels:
«La regula-
ción sodalmente planicsda de la producción de
acuerdo
con las
n e c e s i d a d e s tanto de la totalidad
de
la soc iedad c o m o
de
cada individuo»
(12).
IA:
palabras subrayadas
en
la
cita
de
Engels
(que
faltan en la precedente formulación de Stalin) son
decisivas: excluyen
la
ident imción autoritaria
de
las neces idades de la sociedad con las n e c e s i d a d e s
de s u s miembros individuales. Según
Marx
y
En-
gels,
el
comunismo
sólo existirá
cuando
las
necesi-
dades
d e
la
sociedad
s e a n
realmente
las
n e c e s i d a d e s
individuales y
cuando su
desarrollo y
satisfacción
determinen la división social
del
trabaio. Pero nada
hay
en la
caracterización
d e Stalin d e la segunda
fase
que
pueda siquiera
sugerir
e l
abandono
de la
identificación
autoritaria
administrat iva d e las
ne-
c e s i d a d e s de la sociedad
con
l a s d e s u s miembros.
Según
s u
concepción,
como
quiera
que
e l creci-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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1 7 2 Herber tMamne
miento de las
ôierzas
productivas
ya
no
está con-
trarrestado
p o r
intereses privados antagónieos, e l
aiuste
d e
las
relaciones
d e
producción
con
e s e
cred-
miento podrá s e r realizado
por
los
«órganos
diri-
gentes.
del
Estado
soviético
(13). La
transición del
socialism o al
comunismo
constituye
su
tarea;
«el
comunismo- será
introducido como una
medida
administrativa.
Respecto
al
r i tmo
de
la
transición,
lo s
teóricos
soviéticos
calculaban
hacia 1948, basándose
en
las
dfras de los tres planes quinquenales dadas por
Stalin en
s u
discurso d e 9 d e
febrero
de 1946, que
el paso
a
la segunda fase
s e
producir la,
como
m uy
t a r d e , e n t r e 1 9 6 0 y 1 9 6 5
( 1 4 ) .
M a y o r
i m p o r t a n c i a
tiene
analizar
las condiciones objetivas que
s e
esta-
blecían
para
la transición.
Stalin
señalaba tres
«condiciones previas basicas-1 l)
Crecimiento cons-
tante d e toda la
producción social, con desarrollo
preferente de
los medios
d e
producción;
2)
«eleva-
ción al nivel d e propiedad de todo el pueblo de la
propiedad l toliosianan; 3 ) «desarrollo cultural de
toda
la
sociedad que
permi ta
a
todos
s u s
miembros
un pleno desarrollo de s u s capacidades sicas y
mentales». Stalin
insistió
en que e l pr imer
paso
para e l
logro de
esta
últ ima
condición seria
la
reducción
de la
¡amada laboral
« a
s e i s y luego
a
cinco
horas
diarias».
Las
medidas basicas de pol i t i -
c a
económica
durante
e s t e
periodo
serian
la eleva-
ción de los salarios reales en al menos un 100 p o r
ciento
(por
medio d e un aumento de
los
salarios
monetarios y
d e
una s is temá tica reducción
de
los
precios
de
los
bienes de
consumo
masivo) y la
gradual
extensión del
sistema de - intercambio d e
productos»
a
costa d e la «circulación
mercantil»
(sobre
todo mediante
la
inclusión
de
la
producdón
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Pr lmea parte 1 1 3
koliosiana excedente
en
la esfera del intercambio de
productos) (15). Las l inea: generales del p a s o a la
segunda
f a s e ,
asi
pues,
no
hacen
sino
reiterar
la
concepción
marxis ta tradicional, extraída sobre
todo de
las
observaciones d e Engels en la tercera
parte
del Anti-Dtìhríng. El
elemento
nuevo
a
t omar
en
consideración
e s que las
formulaciones
marxistas
clásicas
adquie ren aho ra
el p e s o
de una directriz
politica.
El
desarro llo posts ta lin is ta
¿ h a
cambiado
esen-
cialmente
esta
concepción?
Hemos
d e
señalar,
ante
todo, que
las tendencias
poststaliniatas
y
antistali-
nistns
no hacen
sino
prolongar
las lineas
funda-
mentales
d e la politica d e Stalin durante
s u
últ ima
f a s e en lo que s e reere a los problemas
d e
la
atransiciónn
y
a
los
principales
objetivos
d e
la
p o litica in te rio r soviética
-el
igual que s u c e d e ,
como hemos visto,
en
la forma
de eniuidar
e l
desarrollo
capitalista
contemporaneo-.
Asi, la
reso-
lución
adoptada
por
el XX Congreso rearma
que
la apr indpa l tarea eoonomican consis te en «alcan-
zar
y
sobrepasar
la
produccion
pev
capita
de
lo s
p a i s e s capitalistas
m as
desarrollados». Para lograr
e s t o s obietivos la
resolución
reafirma la
prioridad
de la industria
pesada,
al
t iempo
que la
necesidad
de un
rápido
desarrollo de la
producción
d e bienes
de
consumo.
Al igual que Stalin,
j rushov rechaza
las
«visiones
utópicas-
sobre
e l
tránsito
al
comunis-
m o. Siguiendo
la
declaración de
Stalin
acerca
de
las «condiciones
previas
búsicasr
para e l progieao,
la
resolución
del XX Cong reso p revé la reducdón
de
la
iornada de trabaio, en el curso del sexto plan
qttinquenal,
a
siete
horas para todos los trabaiado-
r e s y a s e i s horas para los d e las minas d e carbón e
industrias
extractivas.
Oonstatam oa la
misma
cohe-
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1 1 4 mmM m m
rencia
entre
lo s desarrollos stalinianos y poststnli-
nianos
en lo s
temas
de la enseñanza técnica, de la
fonnadon
d e
c - e s p e c i a l i s t a s »
y
d e
la
«vinculación
d e
los
establedmientos
cienticos del
pais con
la
prof
ducción» (16).
El P r o g a m a de 1961, p o r
s u
lado, sigue tratan~
do la
aiestión
de la transformacion gradual del
sodal ismo
en
comunismo
en
términos d e ley obieti-
va, pero sustituye la
noción
d e las « d o s
f a s e s »
p o r
la
de
la
construcción
de
la
sociedad
comunista
mediante ctransformadón
gradual». El
calendario
de esta
construcción e s
bastante
orijnal. La Union
Soviética
esta
e n
vias
de
crear
«la b a s e materia l
y
técnica del
comunismo-
en
los
«diez próximos años
(1961 -1970)», m om ento
en e l que la sociedad
sovié-
tica
usobrepasarå
en
producción
por
habitante
al
pais capitalista m as
poderoso
y rico:
lo s
Estados
Unidos». -Al
na l
del segundo
decenio
(1971-1980]
habra sido
ya
denit ivamente creada la
b a s e
mate
r ial y técnica
de l cotnunixm ov.
Entonces la s o c i e d a c
soviética s e
apmx iman i « a la aplicación
del pr ine i
p io
de
la
distribucion
según las
n e c e s i d a d e s » .
D es
pues,
en el «periodo s iguiente», la construcción d <
la sociedad comunista sera «integramente
realiza
da» en la Unión Soviética.
Las
tareas principale
en
la
oonstntcción
del
comunismo s e denen
m e
diante términos
tradicionales
m as técnicos q u -
tnarxistns:
«el
Partido
s e
guia
p o r
la
fórmula
g e n i a
de
Lenin: el
comunismo
e s e l
poder de
los
soviet
m ás la elcctricación
de
todo e l pais» (17).
L
denición
de la sociedad comunista
pone
e l acent
en la organización y la
administrat ion.
Por eien
plc: «EI comunismo
sera
una
sociedad altamenl
organizada
de traba jadores lib res y conscientes
e
la
que
s e
ai i rmara
la
autoadministración
públic:
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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mm-. pm 1 1 s
en
la
que el tnbaio para el bien d e la sociedad
sera para
cada
cual la pr imera necesidad vital y
una
necesidad
consciente,
en
la
que
las
capaddades
de
cada
cual se
aplicarán co n e l máximo
provecho
para todo
e l pueblo.»
La
sodedad
comunista «no
serà
en
modo alguno
una sociedad
amirquica,
pere-
z o s a y
ocioso.
Toda
persona laboralmente apta
part icipará en la actividad social y contribuirá ari
a ase gu ra r e l crecimiento
continuo
d e
los b ienes
materiales
y
espirituales
de
la
sociedad».
Gracias
al
nuevo caracter
del trabajo, todos los
individuos
sentirán .la
imperiosa necesidad d e trabajar,
según
s u
gusto, por e l bien común» ( l8 ) .
Marx y Enge l s
pusieron e n guardia I
lo s
plrli-
d o s socialistas
frente
al peligro de situar a «la
sociedad» y
al
«interés
público»
p o r
encima
de
lo s
individuos.
El
Programa no
evita
e s t e
pe lig ro . Ade-
más , e n s u
texto, e l
cambio d e carácter del trabajo
aparece m as como resultado del p rogreso técnico
que como consecuencia de un
cambio
cualitativa en
las relaciones
de
producción mismas;
en consecuen-
cia,
-e l
reino
de
la lib ertad »
queda
asimilado
«al
reino de la
necesidad».
Esta visión de la sociedad
comunista
no parece esencialmente
diferente de
la
idea
de
una
sociedad técnica
m uy
avanzada
e n
la
que una ecacia y productividad abrumadoras
l le-
garan a
oscureoer
la
diferencia
entre autonomía
y
dominación.
L a
l iberación bajo
la administración, e l socialis-
m o a través
de
la
repiesìónz
tales ambigiicdades y
contradicciones
refleian
una dinamica
«inherente
al
propio
sistema social soviético. Hemos señalado
ya
que
la
construcción
soviética
del
socialismo desa-
rrolla
en
s u
marcha una dialéctica propia.
Por
una
parte,
la
administración
totalitaria,
al consolidarse
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 177/300
l76 Heróen
Marcus:
a
s i m isma, consolida
también
a
las fuerzas contra
las
que
actúa (al provocar
una consolidación
m ayo r
d e
la
sociedad
occidental);
con
ello,
perpetúa
los
r a s g o s represivos, económicos y políticos, del
siste-
m a
soviético. Por
otn
parte,
la
administración
depende, para la consecución d e
s u obietivo princi-
pal («alcanzar
y
aventaiai-»), del pleno
desarrollo
d e
las fuerzas productivas
disponibles.
Este desa-
rrollo
-ba jo
e l impacto de una
competición
in tema-
cional
que
el
marxismo
soviético
considera como
una
lucha por la
supervivencia-
impulsa a la cre-
ciente productividad,
que
dispone
de
las armas m ás
modernas
d e
la
tecnologia
y
d e
la dencia moder-
nas, hasta
un
nivel
e n
e l
q ue tenderá a «rebosan
hacia la
producción
destinada
a
la satisfacción de
l a s
n e c e s i d a d e s
individuales.
Dadas
condiciones
ta-
l e s que la p roducción en constante aumento pueda
s e r
mantenida
a
plena
capacidad y
que
dicha capa-
cidad no s e a
utilizada
con propósitos despi lfarrado-
r e s
y destructivos, la p roducción podrá
ciertamente
generar
l a
riqueza materia l y
cultural
que
haga
posible la
aparición
de las
caracteris ticas propias
(por
lo demas, bastante modestas) de la segunda
f a s e . Tal tendencia s e
armarå
incluso en el c a s o
de que, en s u desarrollo, las
fuerzas
productivas
tengan que soportar
a
una burocracia numerosa
ampl iamente
privi legiada.
Cabe esperar que
la
pro-
ductividad
progrese
m ás
rapidamente
que
los
privi-
legios y provoque un
cambio
gradual, pero cualita-
tivo, en las condiciones d e vida de la
población
subprivilegiada
y , oorrespondientemente, en las
ins-
tituciones po liticas
(al
igual que sucedió
en
las
etapas
anteriores
d e una
civilización
en
expansión).
La administración totalitaria p o s e e , d e s d e luego,
poder
suficiente
para
contrarrestar
esta
tendencia;
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 178/300
r a m a p a m m
y c a b e esperar que
efectivamente
lo ejerza s i
s u s
intereses
resultan
antagónioos
con
respecto al creei-
miento
d e
la
productividad
y
a
s u
empleo
para
la
satisfacción de
las n e c e s i d a d e s individuales,
o
s i
considera
que e s a
acción contrarrestadora
e s
nece-
saria para
salvaguardar la
existencia
del Estado
soviético.
Hemos
tratado d e mostrar (19) que la
pr imera
condición no existe.
Por
una
parte, el
«interés
d e
c l a s e »
d e
la burocracia
(esto
e s , el
común
denominador
de l o s intereses
particulares
d e
las diferentes ramas d e la burocracia ) está
l igado
al
desarro llo in tens iñcado d e las
fuerzas
productivas;
por otra, e l progreso
administrativo
hacia una «eta-
pa
superior
de
socialismo» lograría la cohesión
de
la sociedad soviética
d e modo
m ás
efectivo.
Por lo
demás,
e l
Estado soviético lta
desviado,
d e
fonna
sistemática,
un ampl io sector
de las
fuerzas produc-
tivas
(humanas
y materiales) hacia
tareas d e
mi l i -
tarización tanto externa
como
interna. ¿impide esta
política la
transición a
la «segunda f a s e v ? La com-
patibil idad de una
economia
mili larizada con un
nivel
de
vida
en
constante
aumento
constituye
algo
m ás que un prob lema económico-técnico. El mante-
nimiento de una vasta organización mi l i tar
(fuerzas
armadas y Policia secreta),
con s u s controles
educa-
t ivos,
politicos
y psicológicos,
perpetua la
existencia
de instituciones,
actitudes y
modelos de
conducta
autoritarios,
que
actúan
en
dirección
contraria
a
un
cambio cualitativo en
las relaciones d e produc-
ción represivas. La burocracia, en tanto que consti-
tuye una clase separada,
con
privi legios
y
poderes
especiales, esta interesada en s u autoperpetuación
y, p o r
consiguiente,
en perpetuar las relaciones de
producción
(y
politicas) represivas. Sin
embargo, la
cuestión estriba
en
saber
s i
las
relaciones
represi-
wm-,ii
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 179/300
l78 Heúeft
Mamlae
vas, económicas y politicas sobre las que s e b a s a
esta burocracia no contradicen cada vez en
m ayo r
grado
los
intereses
y
objetivos
m ás
fundamentales
y
generales d e
desarrollo
del
Estado sovié tico .
Si nuestro
análisis
del marxismo
soviético
e s
co -
rrecto, la respuesta debera s e r annativa.
El
obie-
tivo soviético fundamental en
e l
periodo
presente
e s
l iquidar la consolidación del mundo occidental, que
neutral iza lo s «conictos interimperialistas» d e
cuyo
desarrollo
y
agudización
depende
la
victoria
f inal del socialism o. Las mismas
fuerzas
que contri-
buyen a
e s a
consolidación
y la mantienen, ponen
en
peligro y
retrasan
la consecución del objetivo
consistente
en
«alcanzar y aventaian l a producción
de lo s
p a í s e s del
capitalismo desarrol lado.
En e l
analisis
marxista
soviético,
la
consolidación occi-
dental
s e b a s a e n una
«economia
d e g ue rra penna-
nenten, la cual, aprovechando la ventaia inicial del
capitalismo en
la carrera competi t iva, mantiene e l
rapido
desarrollo
d e
la productividad
e u
l o s p a i s e s
capitalistas y consigue la in teg racion
de
la m ayoria
del
movimiento
obrero
dentro
del
sistema
capitalis-
ta . Esta consolidación
capitalista
aplaza en
el mun-
do
oocidental la
revolución, considerada incluso
p o r
el propio Stalin
como
indispensable en últ ima ins-
tancia
para el triunfo del
socialismo (20).
La
eco-
nomia
de guerra capitalista, sostenida a
su
v e z por
la
po litica -dura»
soviética,
tam bién obstaculiza
la
marcha de la sociedad soviética hacia una segunda
¡ a s e que l e permit iría
compet i r
eficazmente
con lo s
p a i s e s capitalis tas . En e s t a s
condiciones,
solo una
verdadera d is tens ión
internacional que hiciera posi-
ble un
desanol lo pacilìco
podria
asegurar el
cied-
miento
interno de
la sociedad soviética. Por
consi-
guiente,
e l
pr imer
p a s o
debera
consistir
en
la
rela-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 180/300
Prinerapane I79
¡ación por parte d e la Unión Soviética de la pol i t i -
c a «durai-.
Esto,
sin embargo, signica una
reo-
rientación
tanto
d e
la po litica
interior
como
de
la
exterior,
e l desplazamiento del aoento d e s d e
la
competición mil i tar y politica a una
oompetición
económica
m as ecaz, a s i como la liberación de la
burocracia stalinista. El
cambio
d e politica presu-
pone
un
alto
nivel de indus tria lización. En e s t e
sentido,
e l éxito
soviético
e n e l
empleo
d e la ener-
gia atóm ica ha sido,
ta l
vez,
uno
de
l o s
aconteci-
mientos que
ha convencido a los dirigentes sov ié ti-
o o s
d e que
e l
adecuado
nivel competit ivo
en la
industrial izadón ha sido
ya
alcanzado.
Creem os que e s t o s factoms subyacen
a
la evolu-
ción soviética reciente. S i e s t o e s verdad, la reo-
rientación
d e
la
que
hemos
hablado,
basada
en
la
politica
dc
ooexixtencia pacíca,
forma
parte de
una tendenda de
largo alcance
que
procede
de una
s ituación histórico-obietiva y
que
e s t á
l igada a
la
propia
estructura d e
l a
sociedad soviética. La
situa-
oión histórico-objetiva ( e s t o
e s ,
la interrelación en-
tre
la
política
de
poder
stalinista
y
la
consolidación
capitalista) está l levando al Estado
soviético
a una
reconsideración de s u
estrategia
básica, a una «dis-
tensióni que,
en
el supuesto
d e que terminara p o r
a b : - i s e
paso,
tenderia hacia una
utilización cada vez
m ayo r
de
la
productividad e n
continuo
aumento
para
satisfacer
las
n e c e s i d a d e s del consum idor. La
tendencia
economica
básica
engendrarla
una
ten-
dencia
politica paralela,
esto e s , la l iberación
del
regimen totalitario
represivo.
L a p olitica
soviética
hacia
e l mundo
occidental
durante
e l
periodo que transcurre d e s d e el
i inal
de
la guerra de Corea
hasta
los trastornos de la Euro-
pa
oriental
en
1956,
aporta
pruebas
e n
favor
dc
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 181/300
IIO Herbert Marcuae
existencia
de e s a nueva tendencia. Las relaciones
entre
los p a i s e s comunistas
experimentaron también
durante
e s t a
etapa una
evolución para le la :
e l
rap-
prachement soviético-yugoslavo; la
adopcion
por
parte
d e
los partidos comunistas
indio y japonés de
un prog ram a «legalista-democråticov; e l manteni -
miento ( e incluso la intensificación)
d e
la estrategia
ablandai (especialmente d e la politica
del frente
unido) por parte
d e
l o s partidos com unis tas occi-
dentales,
y ,
sobre
todo,
la
oposición
soviética
a
la
l inea
-fduraa
china.
Aunque
la intervención soviéti-
ca en Hungria en 1956 no
está
e n
contradicción
con
la politica de coexistencia pacifica, s i pone de
manifiesto. en
cambio,
s u s
l imites intemacionales.
los
dirigentes soviéticos nunca han aceptado la
posibilidad
de
una
tercera
alternativa
entre
e l
so -
cialismo
y
e l
capitalismo,
siendo
aquel denido
durante e l
periodo d e
coexistencia
eri términos d e
una
alianza ñrme
con la Unión Soviética. Una
ruptura del «cinturón protector: formado por los
p a i s e s d e la Europa oriental equivaldria,
según
la
interpretación
soviética,
a
un
aumento
d e
la
in -
fluencia capitalista
y
a
un cambio e n
e l
equil ibrio
intemacional
de
fuerzas
en una
zona vital
en pro-
vecho del m undo capita lis ta.
Ademas,
s i bien la
liberación
en la Unión Soviética descansaba sobre
una b a s e f i rme d e industrialización y colectiviza-
ción,
no
sucedía
lo
mismo
en los
p a i s e s
de
laEuropa
or ienta l
La
industrialización
s e hallaba
todavia
en
una etapa m uy atrasada, y e l campesi-
nado
no estaba todavia
integrado d e
forma
eficaz
en la economia
nacionalizada
y e n s u s instituciones
politicas.
El movimiento
hacia un
«com unism o na-
cional- fue
considerado
por
tanto
como
obietiva-
mente
prematuro
y
antisocialista,
con
independen-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 182/300
Primcfa pam lll
cia de
la posible
sinceridad d e
las intenciones sub-
ietivas tanto d e
los
dirigentes del
movimiento como
d e
s u s
seguidores
en
e l s e n o
d e
la
c l a s e
obrera
y
de
la
ínzelíguentsía.
Resultó Iogco que los acontecimientos
d e
l a Eu-
ropa oriental
desempeñaran la función
de
retardar
e
incluso contrarrestar la co rriente d e
liberalización
e n algunos cam pos , sobre todo e n
forma
d e «endu-
recimiento» de la po lítica in ternaciona l soviética.
Sin
embargo,
a
menos
que
la
seguridad
vital
d e
la
URSS s e
v e a
amenazada, l a
tendencia
fundamental
terminara siempre por imponerse y reaftrmarse, s i
nuestro análisis
e s
correcto, a pesar
d e
e s t o s retro-
c e s o s .
En
relación
con los cambios soviéticos
inter-
nos,
ello
signilìcaró
el
mantenimiento
d e la «direc-
dón
colectiva»,
la
pérdida
d e
poder
d e
la
Policia
secreta, la
descentralización,
las reformas judicia-
l e s , la atenuación d e la censura
y
la liberación de
la vida
cultural. la
relación
que
existe entre esta
politica y la tendenda socio-económica a
largo
pla-
zo, d e
la
que antes hem os hablado, puede ser
i lustrada
p o r
la
insistencia
e n
el
desarrollo
prefe-
rencial d e la industria
pesada
en
oposidón
al
d e s a -
rrollo prioritario d e las industrias productoras d e
bienes
d e
consumo.
L a - linea Malenkovt interpretó
la
tesis
d e
Stalin
acerca
del
conflicto entre las
fuerzas
productivas
y las
relaciones d e
producción
como necesidad d e un
cambio
en la p rop orción
entre
las
d o s
ramas
principales
d e
la produccion
en
favor de la segunda, e s decir, las industrias produc-
toras
d e bienes d e
consumo
(21), a pesar d e la
insistencia d e
Stalin
e n que
el «crecimiento priori -
tariov
d e
la p rim era rama deberia seguir siendo
d e
manera permanente e l
fundamento de
la
planifica-
ción
socialista.
Aunque la
teoria
part idaria
del
d e s -
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 183/300
I82 He|ñenMuuue
phznmiento
dz
la
prioridad
en favor
dz
la segunda
nin: no fue redxazuda ocinlmcmc
hasta
enero d e
1955,
ya
en
1954,
baio
el
répìnzn
de
Mnlenkov,
s e
habló abiertam ente cn
contra
de
L a
misma:
Nodebchlbhlprmlldnidnloviétiuplhdisainóuiúøn
mmpnuømymisaaaaammm A|; i .m¢m-›-›m›
lAL..hnninunI.o|vviurnnod:klpríncípiuñ|n¡|lm¢amI.:deIn
do¢uin¢euonóniuddnnrnmin,eio¢¢›huindequeurcpi\›
¢\m '4nm ›pu›a¢.«p¢ a;num = u¡¢a»¢'u¡n»,¢¦ ¡¢aa¢u1¬ ›
lhp|d`elt|¡ø'lId:l¡Subdivin¡6nl(pro¢||o\S6nd¦Iø0mes'Iioudc
p|0dunu'6u)lupensudeIlSub4iví.ÁnlI(pmdIx¢'ånd=ned¡ø¢
a¢«›mm) (2z) .
Tvenlnúohnmlncitdellpdllimlløvldnnmbopnrd
pulúdøydüøìiernowviéüünpindenrmuhlpiculmne
¡na-u|›u iu1 lnpmduoa'6nd:b ienød:euna¡n›øpøpmzhr , l |0 I I l ° I
emnmn¡nuhnnw|nuumdounnnuqu¢ .bn¡o¢ | i oa ` ¡ I i ¡no .unn
upmdiwníön lnplndn' mlsefeclivllnrnqulì
nønlnlsì¡cun
dvllombridodellpuuúlwdóndeìnnmetmdepmdnøáón
un-piiiaanøonnywuøaa-au¢»¬±wm.m(zs),
L a p rio rid ad e n
favor
del desarrollo de la indus-
Lrin pcsada s e oonsidcra
esencial
para la
transición
al comunismo, no sólo en lo que s e recrc al
crccimienlo ¡ m e m o
del
producto
¡ocial
sino
um-
bién
en
reladón con las
implicaciones
internaciona-
les;
e n
ouas
palabras, la posición tanto
mil i tar
como económica
d e la URSS, d z b e
s e r
fortalecida:
Hlbundø nlmplìdv
d pmfuln
d e
l lbfnldn
pordpon|dnu›lo¢P\.nnuQuinqum:ksd¢hpn|›a'ru,e p\|Alo
wvišúcn
uubledó
um
Wi th
b a s e
enwún iu
p on
u n a
dañan
u1ivuddpdu.Unnin6uouinpendnpodeousdanø¢zr6neeI
mnammiuaniuquiniwumnaimnauukssm).
En ¡ a s condiciones d e eoexìxtcncia
con
el mundo
capimlisw..
e l
partido
y el Gobicmo s e comprome-
x e n a s í a mantener la política
de
danrm l l o priori -
m a r i o
d e
la
indimr ia
pesada
pura
la
oonnnicciún
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 184/300
Primera parte
1 8 3
comunista
y
socialista de la sociedad soviética. Por
s u
parte,
e l Programa d e
l96l
arrna:
Lacreaciondehbaaenntendytécniadelumitinimtnan
desarrollo
wnunuo d e la
induxtnn
panda. S o b r e e s t a bue
s e
in t ima e t « e q u - p a n a » - 0
t e e n s @
a e wa» u n .unn
mw
. t e t n
« m o n a m i a m i
tm
Sin duda, tras la
oontroveisia
doctrinal en
torno
a
la
prioridad
d e
la
industria
pesada
s e
esconde
probablemente una
lucha
de las burocraciax supe-
riores p o r e l poder.
Un
desplazamiento decisivo
en
las
prioridades
productivas implicaría, indiscutible-
mente,
un
desplazamiento
correspondiente en
el
equilibrio político: la
influencia de
los estratos
em -
presariales
de
la
ìndustna
p e s a d a
no
podria
po r
menos
de
disminuir.
Sin
embargo,
la
lucha
politica
tiene un contenido m á s básico
y
profundo; la socio
dad soviética parece haber alcanzado durante la
e t a p a p o s t s t a l i n i s t n u n
n u e v o p u n t o
d e inflexión e n
la curva
d e su evolucion.
Los
propios dir içntes
soviéticos
han definido
e s t e
punto de inflexión:
s e
ln
alcanzado
un
nivel
d e
crecimiento
en
e l
que
e l
progreso
h a o e ya
innecesario
escoger entre el
au-
mento de la industria
pesada
0 la elevación del
nivel de vida,
pudiéndose
ahora
conseguir
lo
últ imo
como resultado de lo pr imero.
Reducida
a s u conte
nido
indamental ,
la idea
puede
formularse d e la
siguiente
forma:
no
hay
por
que
e ler
entre
la
preparación para
la guerra y la
satisfacción
de las
n e c e s i d a d e s populares, ya
que s e
pueden obtener
ambos
c o s a s .
La
alternativa
resultaba vida en la
era stalinista;
los éxitos
conseguidos
durante
e s a
etapa han
pemii t ido
superarla.
P a i - e e e
que
tanto Male nko v
como
s u s
oponentes
estaban
d e
acuerdo
sobre e s t e punto. Cuando s e le
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 185/300
IM Hube r tMamne
exigió
a
Molotov, en
octubre
de 1955, que s e
retractara
de
s u
declaración
«errónea
(de
febrero
de
1955) según
la cual
solamente
habian
sido
colo-
cados lo s rc imientos-
de una
sociedad socialista, y
que
armara
en
s u
lugar que s e habla oonstni ido
una
sociedad
plenamente
socialista,
en
realidad lo
que s e le pedia era que reconociera
e l n
d e todo
un p eriodo (con
e l
cual
é l
miano s e
habla
identi-
cado)
y
el
comienzo
de
uno
nuevo.
Pelo
fue
Ini-
shov
quien
manifestó
m ás
sucintamente
las
razones
socio-económicas d e la
superación
de la
alternativa
staiinista. En s u
infonne sobre
el programa
agrico-
la, del
mes'de
septiembre
de 1953,
dijo:
el r i m a @ conunini
u n
nnnniiao inmiiuenente
u n
r u m b o e e
derarro i lo in tepa lde la indiu t r iapecodaeoinofaereraendalparn
e lv lcwr iacoduaul lodetodas laaramaade lae iamømíanadonal ,
yeneueeape iaeba log -adoun¢a i toeon ip le to . l ¿a tenc i i i ' ne
diri ja;
pnnapumenururuar inooaoepmbtanrwunnien
naciona |i|tm ed iato,ybacia8 fuerende |viada slatft |erratym ed iau
M r i o ›eN t r¢ rmm¢¡o r=on ammmn mp t «a«¢n uu rude
indmlr¡a I ¡nIe lpa¡a.Nopose¡a l I |aaIwInedìoaparaeldeaerro i lo
waerarysnntaneøeet-immrp¢aar,4eur¡r¡«i|nny¢¢
Iainrhnrin
liçrn
Pan log -a re t toennøunr iod i spenwdeoer tou
r e q u i s i t o s
p r e v i o s .
Em: raqiiiiirør
previo:
uimw altere.
P o e e u n a e
unabaseindustrialpod erosa,pf6aperoako Iioee sycuad|oaupet¦ial i-
u4orenmarurnnna¢t;eunin|er¡snee»nnn¡r=(2s).
B a c a
e s la razón d e nueva tendencia : e l progra-
m a leninista de «civilizaciónn
(27) ha sido
cumpl i -
do
en su
pr imera
fase;
gracias
a
la
edicadon
stalinista
s e
ha creado
una b a s e
industrial lo su-
cientemente poderosa
como para
hacer
frente a las
rernergenciasv internationales y
poder elevar,
al
mismo
t iempo,
el
nivel
de
consumo
en la URSS. Lo
que anteriormente
no
p odía realizarse
« d e
una
manera simultánea»
d e
ahora
en
adelante
puede
lograrse:
el
mantenimiento
d e
un
-desarrol lo forza-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 186/300
Primera
parte
1 8 5
do» de la industria
p e s a d a no impide
ya
dedicar
una
parte
cada
v e z
m ayo r
del producto
social
para
la
satisfacción
d e
las
n e c e s i d a d e s
de
lo s
consumido-
r e s
individuales.
A pesar del elevado costo
de
la
competencia
nuclear,
e l Programa
de
1 9 6 1
arma,
en
la misma dirección,
que
actualmente
e s
posible
obtener un « rap ido aum ento
del bienestar
de toda
la
poblacióm
e incluso
asegurar
-un nivel d e vida
m as
elevado que
el
d e
cualquier
país
capitalis-
ta»
(28).
Pero s i bien la decisión d e acelerar y aum e ntar
la producción
de
bienes
d e
consumo, manteniendo
a
la vez el desarrollo
prioritario de
la industria
pesada,
ind ica la medida
del progreso realizado
con
respecto al periodo
stalinista, también
e s
señal
de
que
el
progreso
s e
mantendrá
dentro
del
marco
d e
las contradicciones «no antagónicasv
y
de
los ajus-
tes
y reformas adrninistrativos. En o tras palab ras,
s e el imina de
forma
tajante cualquier expectativa
de cambio cualitativo que pudiera
equivaler
a una
« n e g a c i ó n - r » explosiva
d e
la
etapa pasada.
Las
meio -
r a s
y
la
liberalización
dependerán
de
una
lucha
implacable en favor d e una productividad
del
t ra-
bdio
m ás elevada, de
la
em ulación socialis ta
y
de
la
movilización total
de
la
población para
e l
trabajo y
la fo rm ación profesional.
También
en e s t e caso
semejante continuidad del -espiritu» del sodal ismo
no
puede
explicarse sencil lamente
p o r
e l
«apetito
de
poder» de los dirigentes soviéticos, sino que
s e
halla
enraizada en las condiciones obietivas
bajo
las que
opera el Estado
soviético, en
la «anomalías
de
la
coexistencia entre lo s sistemas capitalista y
socialis-
ta,
señalada
ya en
el
testamento politico d e
Lenin.
La idea misma
de
un socialismo que s e
desarrolla
en
medio
de
un
«cerco
capitalista-
excluye
la
posi-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 187/300
1 8 6 Hubert Manwe:
bil idad de
prescindir
de la m oviliza dón to ta l d e
la
población; excluye
también
un
cambio
fundamental
en
el
sistema
de
valores que
subordina
la
l ibertad
aocillistn al esfuerzo y a la disciplina. Sólo al
Gobiemo
soviético y al
Partido incumbe
la
eleva-
ción del nivel del
consumo
popular. Esta fórmula,
constantemente repetida, expresa la politica básica
según
la cual el progreso y la l iberalización, efecto
de la «ley fundamental
del
socialismo», no
serán
e l
resultado
d e
la
l ibertad
y
d e
la
iniciativa
-desde
abajo» sinb de la util izatión d e una
economia
e n
expansión, regida por e l Estado de
acuerdo
con las
exigendas politicas
(nacionales e
intcmacionales).
La
f irmeza
en el
mantenimiento
de e s t a politica s e
pone de maniesto en la manera
e n
que la l iberali-
zación
politica
y
cultural
camina
paralela
con
e l
reforzamiento
d e una
mora l
represiva,
púb lica y
privada, en
el
trabajo
y en e l ocio.
Analìzarernos
la
función socinl de la
mora l sovié-
tica en la segunda parte d e e s t e
estudio. Aqui
nos
planteamos
sólo la cuestión d e
si
el «espii-ìtu» de la
construcción
socialiata,
ta l
como
fue
institucionali-
zado durante el periodo stalinista, s e
verå
funda-
mentalmente afectado
por la nueva
tendencia. ln-
cluso
la respuena
m as
provis ional tendria que
ana-
l izar
d o s factores
principales: el nivel de
desarrollo
eoonómiocrpolitìco que
ha
¡ido
alcanzado y
la dina-
mica
interna
del
modelo
de
conducta
y
del
sistema
de
valores
establecidos,
los cuales, aun
cuando s e
hallan planicados y controlados, p o s e e n
s u s exi-
gencias
y
obietivos propios. En
e s t e
punto solnnien-
te podemos esbozar una respuesta provisional
en
relación con
el factor
wonómioo-pol i t ico.
Hemos visto que la concepción stalínista condi-
cionaba,
p o r
un
lado,
la
desaparición
del
Estado
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 188/300
rfinm p m . tu
como maquinaria represiva
al
reforzamiento del
Estado socialista,
y
afirmaba, por otro, que ta l
reforzamiento
deberia
prolongarse
durante la
s e
gunda f a s e .
No
existen indicios de que esta concep-
ción haya sido alterada
tras
la muerte
de Stalin.
Aunque la «formula errónea»
de Stalin sobre
la
agudizaeión de la lucha de c l a s e s durante
e l
pro -
greso
del
socialismo s e a
desechada (29),
y
aunque
s e proclame
e
incluso s e l leve
n
cabo una «demo-
cratizacióm
considerable
del
Estado,
la
descentra-
l ización
y e l
autogobierno, continúa en
el orden del
d ia el reforzamiento permanente del
Estado y del
Partido (30). Tampoco -y e s t o e s
mucho
m as im -
por tante-
existen
factores
obìetivos o tendencia
que pudieran dar lugar a semeiante alteración. La
nueva
orientación
de
la
estrategia
intemacional
y
la
correspondiente
rcorientacion
interna,
s ingular
mente en e l dominio
de
la
agricultura,
enfrentan al
rég im en con problem as de ta l magni tud que
el
propio
éxito
d e
los nuevos
esfuerzos parece exigir
una inte nsa regimenución d e s d e arrib a. L a
disten-
sión
del
sistema
exige,
no
menos
que
el
endureci-
miento, un
control
planificado. La brecha que s e -
para, en
términos de
p riv ileg ios y poder, a
la
burocracia
del resto
de
la poblacion
e s todavía
lo
bastante
grande
como
para contribuir a
la
autoper-
petuacion
de la burocracia.
Adem as, la educación y
la fo rmadón
profesional
de l pueblo
siguen
orienta-
das
hacia
el
b um
funcionamiento
de
la
emulación
socialista.
Según
la doctrina, la misma naturaleza
del Estado como poder independiente p o r encima
d e lo s individuos debe mantener apartados a los
«productores
inm ediatos» del control de
los medios
de p roduccion: la ¡libertad
social
reproduce
la ili-
bertad
politica.
La
tendencia
de
la
que
hemos
ha-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 189/300
lil Herbert Mamas:
blado s e dirige
a
mit igar la ilibe rtad po litica ; pero
sólo s i
también o p e n
sobre la ¡libertad social, o,
según
la
te rmino lo ja
de
Stalin,
sólo
s i
las
contra-
dicciones
existentes
entre las xerzas productivas en
oonstante
aumento
y las relaciones
d e
producción
son
realmente resueltas, p od ria cam b iar la estnic-
tura
social. Esta solución
sólo podrá a p o m r l a
la
.victoria
nal del socia l ismm; y la victoria «finaln
del
socialismo
s e
halla todavia
lipdn
a
la
revolu-
ción
intemacional.
A
e s t e
respecto, la
iniciativa
del
viraje hacia el udebil itamienton del Estado
no
co-
rresponde
a lo s dirigentes soviéticos, sino que de
pende d e la ruptura del «oerco capitalista» y de s u s
efectos
sobre la sociedad soviética.
El poder reforzado
del Estado
mantiene lo s con-
troles
sobre
la
esfera
ideolóäca.
El
relajamiento
e n
e s t e terreno podría s e r considerable;
sin em b argo,
aun cuando e s probable que las l iber tada indivi-
duales
aumenten
a
m edida que el progreso eco-
nómico s e vaya abriendo
paso,
la
cantidad no
s e
t ransformará e n
cualidad
a
menos
que
los progresos
económicos
s e
conviertan
en
pmgresoe
polit icos,
e s
decir, I
menos que conduzcan al control d e
la
producción
p o r
parte
de los «productores
inmedia-
tos- o,
según cusl
s e a
e l progreso
de la autom a-
ción, por pane de los «oormunidores inmedinloei .
Mientras esto
no
s e logre, el Estado del bienestar
(Welƒare
State)
postsul inistn
seguirá
sido
el ha
r e d e r o
d i r e c t o
d e l
E s t a d o s t s l i n i s t a , y
e l
« e s p i r i t u -
båsioo del
socialismo
continuará siendo el mismo.
La
soeiedad soviética r inde, asi,
tr ibuto
1
Ia
dialéc-
tica de la ideologia
y
d e la
realidad,
de ln concien-
ds y
de las relaciones
sociales. Según esta
dialécti-
ca, una b a s e autémimmente socialista s e reeiuria
en
una
ideologis
l ibre
en
e l
sentido
estricto
del
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 190/300
Pf immpuu ¡ s s
vocablo.
El desarrollo mental, en todas
s u s
mani -
festaciones,
quedaría
l iberado
de
la determinacion
ciega
del
«dominio
de
la
necesidad.
y
tenderia
al
l ibre
¡nep
d e
las
facultades individuales
humanas.
El material ismo quedaria
cancelado
p o r
s u propia
realización;
al
hallarse
la econom ia bajo e l
control
d e lo s individuos asociados, cuyas n e c e s i d a d e s m a-
te riales estarian
satisfechas, s u desarrollo menta l
quedaria
l iberado
del
control
represivo. La regula-
dón radonal
d e
las
n e c e s i d a d e s ,
d e
la
lucha
p o r
la
existencia y
d e
la
lucha
con la Naturaleza,
permi t i -
ría a
la sociedad prescindir
d e
la regulacion
de
la
vida
anocional e intelectual
d e s u s miembros,
y
garantizarla la l ibertad individual. La
Razón s e
mostrar la,
asi, com o
l ibertad
individual.
En
la
sociedad
soviética,
sin
embargo,
e l
control
progresivo de la b a s e va acompañado de un control
progresivo de la ideoloa y d e la regulación del
reino
de
la l ibertad
conquistado
a
la necesidad En
el
mismo
párrafo
en que propugnaba
la
reducción
d e
la io m a da lab oral
« a s e i s
y luego a cinco horas
diarias:
(medida que
Marx
consideraba
requisito
previo
básico
para
la l ibertad), Stalin
señalaba
que
ta l reducción
era
necesaria
« a
n d e que los m ie m -
bros
de
la sociedad
puedan
disponer del
t iempo
l ibre necesario para obtener una educacion
comple-
ta». En e s a
misma
dirección e l Prog-anna del part i -
do
comunista
soviético
de
1 9 6 1
indica
que
la
re-
ducción d e la
iornada
laboral
a s e i s
o dnoo horas
enmenosdediezañosesunadelnstareasprinci-
pales del Part ido;
de
e s t e
modo
«el
t iempo
l ibre
de
lo s
trabaiadores aumentara sensiblemente,
lo que
creara condiciones nuevas
para elevar
s u
nivel
cul-
tural y técnico» (31). En
todo
caso, e s t e
t iempo
ocioso
no
sera
t iempo
l ibre
- tendra
que
ser
plea-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 191/300
I90
Herbert
-Mnltnse
do
en educación- en tanto que el «nivel cultural
y
técnico»
y la manera de alcanzado sigan siendo
o b l i g a t o r i o s .
Sin
duda, la educación e s un
requis ito p revio
pan
la libe ración : solamente la l ibertad de apren-
der
y conocer
toda
la
verdad, d e
apoderarse
d e
las
potencialidades reprirnidas, violadas
y
abolidas del
y de la Naturaleza pueden guiar la edicn-
ción de una sociedad
l ibre.
Pero ¿ q u é
t ipo
d e
educación para
L a
sociedad
libre
e s
la
que
s e
im -
parte en la Unión Soviética?
Las
actividades «cul-
turnles»
están nnemente controladas y adaptadas
al
dominio de
l a necesidad. Además, e l acento
puesto sobre la
enseñanza
técnica reduce e l
t iempo
l ibre que
e l
individuo puede emplear
para
s i
ruis-
m o.
La
«personalidad com ple ta»
aparece
com o el
resultado d e la
formación
politécnica.
Esta
clase de
educación, enteramente iusticada por las necesida-
d e s de la
industrialización,
fue ya postulnda po r
Lenin; m ás tarde Sulin propugnó la
intnoduodón
de unn educación vuniversal, obligntoria
y
politéc-
nica,
de
manera
que
Cualquier
miembro
d e
la
s o d e
dad pueda elegir
l ibremente
s u
ocupación
y no
quede encadenadn de por vida a cualquier ocupa-
dón concreta»
(32).
Siguiendo
esta l inea, el
XX Congreso también
insistió en ela formaciónn de
-especialistas sobre la b a s e de una estrecha coope-
ración
entre
el
studio
y
ln
pfoduoeióm,
y
pidió
e l«reforzamiento
d e
los lazos
de
lo s
atab ledmienuu
cientificos del
pais con la producción, con las
exi-
gencias concretas de la econom ia nacional» (33).
Por s u
parte,
e l Programa
de
1 9 6 1 proclama e l
«desarrollo
armónico y completo del
individuo»,
al
t iempo
que
nnna
que
«ln
enseñanza superior y
secundaria
especial
d e b e
fo rmar
especialistas
altu-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 192/300
Pr inen parte 1 9 1
mente calificados y con ampl iar perspectivas teori-
c a s
y politicas- (34).
En
efecto,
la
pennutabi l idad
de las
funciones,
la
eliminación
de
la div is ión inatitucionalizada
del
trabaio
(35),
e s
para
la teoria
marxista
la caracte-
ristica d e una sociedad
socialista, la
condición
pre-
via
para e l desarrollo diversificado
d e
las
facultades
auténticamente humanas
fuera
d t - I proceso d e la
producción
material.
Pero
e n
e l
marxismo
soviético
e s t a concepción s e transforma en la de una
socie›
dad e n la que
todos los
hombres son
técnicos e
ingenieros. Para Manr y Engels, el
obietivo
del
oomunismo
era la -abolición del t rabajo-
(36) ;
para la concepción marxista
soviética,
todos
los
hombres serán trabajadores d e la sociedad comunis-
ta
(37).
Mediante
la
transfonnación
del
t iempo
l ibre
en
t iempo dedicado a la educación para la
fonnación politécnica, y
con
e l enraizamiento
de la
rnoral
de
trabajo
en
la estructura instintiva
del
hombre, e l oontrol
administrativo
queda
asegurado:
el pasado
s e transmite sin
peligro
alguno
al futuro.
D e
esta
forma,
Stalin
podia
citar
sin
riesgo
la
f o r - m u l a ~ d e Engels sobre la trans fo rm ación del tra-
baìo, en la futura sociedad, d e
carg a en
disfnne.
El
disfntte, sin embargo, no
sera
cualitativamente d i-
ferente del que
existe
baio la represión.
L a
tarea
histórica de desarrollar una sociedad
todavía
atrasada
y
de
l ibrar
una
oompet idón
en-
carnizada con el
capitalismo
avanzado deteriora
incluso los rasgos progresivos
d e
la politica soviéti-
c a .
La perspectiva
ideológica
marcha paralela
a
la
perspectiva
pollúa. El
Estado
:ubsistirá durante
el
periodo del oomunismo, en el que
también seguirá
existiendo
e l
acerco
capitalista».
En
efecto,
el
Esta-
do
oonstituye el
asuieto colectivo» d e
lo
economia
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 193/300
l9 2 Herbert
M a r c u a e
nacional que
organiza
el oonìunto d e la sociedad ; y
esta organización
s e
conviene
en
e l representante
obietivado
d e
la
sociedad,
instalado
por
encima
d e
lo s individuos. Como quiera que la
producción s o -
cial e s dirigida
sistemáticamente
por e l Estado,
y
como quiera
que é s t e también impone s u s decisio-
n e s
basicas
a la
sociedad,
el propio progreso, e s
dedr , e l empleo d e los resultados derivados d e una
productividad
creciente
para
satisfacer las
necesida›
ds
y
aspiraciones
d e l o s
individuos.
debera
pasar
a
través de los órganos del Estado . La continuidad
d e
la Administración salva,
a s í ,
e l vacio
existente
entre
la necesidad
y
l a l ibertad y asimila
las
dos f a s e s ,
socialismo y comunismo. La Administración, como
hemos intentado mostrar, depende a s u v e z del
aumento
y
utilizacion
cada
v e z
m ás
efectivos
de
la
productividad del trabai0› Y
l iende
a
conducir
a
la
sodedad a
una etapa superior. La industrialización
y
la radonal izadón, realizadas
según
patrones de
ecacia
competit iva a
nivel nacional e
in tentado-
nal,
y
desarrollando
a los
s e r e s
humanos como
instrumentos
d e
trabajo, materia l
e
intelectual,
cada vez
m ás
edentes, pueden m uy bien rendir
s u s
frutos tanto en e l terreno
económico
como en e l
politico,
oonciliando
los intereses y propósitos
d i-
vergentes
d e
los grupos y
d e
los
individuos particu-
lares.
La
reoom p ensa no sera
el
fin
d e
la
dominación
del hombre p o r e l hombre;
no
e s probable que la
administración d e las
c o s a s
sustituya
a
la
adminis-
tración
d e
las personas en un futuro
previsible.
Marx
subrayó
el
earåeter
esendalmente
«neutrab
de la
tecnologia:
aunque
el mol ino d e viento
pueda
dar lugar
a una sociedad feudal
y la máquina
de
vapor
a
una sodedad
industrial
capitalista,
la
últi-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 194/300
Primera p m e 1 9 3
m a puede igualmente darnos otra forma d e
socie-
dad industrial. La maquinaria moderna e s suscepti-
ble
d e
una
utilización tanto
capitalista
como
socia-
lista.
Esto
equivale a decir
que
e l cap italismo m a-
duro y e l socialismo
tienen
la misma b a s e técnica,
y que
la decision histórica
acerca d e la forma de
util izar
e s a b a s e constituye una
decisión política.
Durante
e l
periodo d e coexistencia,
los
factores
económicos
son
factores
politicos;
e s
el
periodo
de
la econom ia
politica
no
sólo
por
e l
papel
que
el
Estado desempeña en la econom ia
sino
también
por
las
implicaciones
politicas del desanol lo
d e
la oon-
ciencia. La conciencia
d e
la población sometida,
penetrada
por
el
poder d e una productividad
sietn-
pre
en aumento, por la eficacia de un aparato cada
vez m ás
mecanizado
y
coordinado,
y por
las
recom-
p e n s a s
que propo rciona una sumisión cada vez m as
indispensable,
no
alcanza otro nivel politico que e l
d e la Administración que l e gobierna. Asi, la pobla-
ción queda imposibi l i tada para
desarrollar
la
con-
ciencia polìtica
que podria
servirle como guia para
un
cambio
politico.
Los d o s sistemas sociales antagúnicos confluyen
aqui en la
tendencia general
del progreso técnico
durante la
epoca
contemporanea: la
utilización
d e
la técnica como instrumento d e dominación.
Algu-
n o s
han
observado
(y trataremos d e demostrar
e s t a
arrnación
en
la
segunda
parte
d e
e s t e
estudio
con
e l ejemplo
d e
la l ì losofía
ética
soviética)
que existe
un enonne
pareddo entre e l actual «espiritu
comu-
nista»
y
el «espiritu capitalista» que Max
Weber
atribuyó a la civilizacion capitalista e n s u etapa
ascendente. El Estado soviético parece promover los
elementos
disciplinarios,
autopropulsores,
competit i -
v o s
y
productivistas
d e
e s e
espiritu
en
una
forma
Mi-.
ii
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 195/300
l9 O l'I:rb¢tMIulae
ecaz y
pollt icamente controlada.
La
:gestión
un -
presarial
eñcieme›,
la
iniciativa y responsabilidad
de
lo s
directores,
y
la
racionalización
cientica
de
lo s
recursos
humanos y
materiales han
sido exigen-
cias constantes
a
lo largo de lo s periodos stalinista
y
posts ta lin is ta (38), d e
las
e p o c a s d e politica «du-
ra r y d e politica eblandan, d e
dirección
peisonal y
d e
dirección
colectiva,
Y la :gestión
empresarial
eficiente-
s e
ha
aplicado también
a
la
gran
estrate-
g ia internacional,
a
la dirección d e
los
asuntos
exteriores.
El cambio en
e l
tipo de d irig ente , la
sustitución
del
revolucionario profesional
por el
manager
(un
cambio
que s e inició
ya
en 1922
con
la
Nueva
Polltica Económica), parece
aho ra haber-
s e
consumado.
En
1922,
Lenin
proclamó
su
pre fe
rencia
por el negociante, el
comerciante
y e l admi -
nistrador
frente al
G e l comunista
revolucionario
que no sabia comerciar, vender,
ni
hacer negocios,
l l epndo
incluso
a
afirmar:
No
n o s
d a m i e d o dedr q u e el
araaer
d e n u e s t r o trabaio h a
ambiado.Nui - ,nmpeorer ienigointernoeselwrnuxunaqueoci rpa
u n
w w » d e r u p o n n b i l i a a i (0 aapmmo d e napomut im)
wviét iw, Y q u e ¡ou d e u n r e s p e t o univenal c o m o h o m b r e wnden-
z u d o ( 3 9 ) .
Sin embargo, el espiritu d e gestión diciente,
capacidad competit iva y racionalidad económica no
e s
ya
en
e l
sio
XX
e l
que
describió
en su
dia
Max
Weber.
La sociedad industrial desanol lada exige
una
organización
y
comportamiento diferentes.
La
sociedad soviética, que s e halla
en la
posición de un
«rezag adm que
tiene
que
teoorrer
de un
solo salto
varias
etapas d e crecimiento, p o s e e
en
comun con
su antagonista
la semejanza de la situadón. En la
etapa
«atómicas
del
dominio
del
hombre
y
d e
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 196/300
rr- im.
p m i o s
Naturaleza,
la productividad
social
deja atras a las
fo rm as trad icionales de control
y
utilizacion. La
cohesión
de
la
sociedad
no
s e
cona
ya
al libre
juego
de las fuerzas económicas y
a
su enjuicia-
miento
y cálculo individuales,
sino
que
ha
de ser
oornplementada por una regulación
m ás
poderosa.
La fusión
d e
los controles económicos, Culturales y
político s co ns tituy e un
fenómeno
internacional que
s e
halla
por
encima
de
l a s
diferencias
entre
las
instituciones
emnornicas,
culturales
y
politicas.
En
la Unión Soviética, e s t a fusión constituye una meta
confesada,
tanto
ideológica
como
económ ica: en
el
mismo momento en que la industria
soviética
iba a
s e r
de
nuevo roorganizada d e
acuerdo oon
lo s pa-
trones
de ecienda
económica, el Gobierno
subrayó
que
e s t e
prop-arna
habla
d e
ser llevado
a
eabo
a
través
del
fortalecimiento
del papel
dirigente del
Plr l ido comunista en la economía (40).
No
existe perspectiva alguna de que
e s a util iza-
ción del
progreso técnico como
instrumento d e
do-
minación,
_ e s a fusión
de
los
oontroles
econótnioo y
politico
e n
e l
marco
de
un
Estado que
s e
autoper-
petúa vayan
a
desaparecer,
ya
que
t ienen s u
funda-
mento tanto
en
la
economia
soviética,
nacionaliza-
da pero
no
socializada,
como
en la s ituación inter-
nacional de la industria e n gran escala. L a estruc-
tura del Estado puede permi t i r muchos cambian
en
el
seno
d e
la
administración:
la d irección
superior
puede pasar d e un grupo
a
otro, del predominio del
Partido al
del
Ejército,
d e
la -dirección oolegiadas
a la personal,
etc.
Sin
embargo,
e s t o s
cambios
no
alteraran
sensiblemente
los fundamentos
d e la
s o -
ciedad
sovietica, ni la
dirección
basica en la que
esta soeiedad
s e
mueve.
A
menos
que
s e
produìera
otra
guerra
mundia l
o una
catástrofe
simi lar
que
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 197/300
I96 Herbert
M a t t - u s e
transfonnara
la
t i tuadón,
la
direccion
s e
orientara
hacia
la consecución
de un Estado del bienestar
(Welƒare
State).
Niveles
de
vida
ascendentes
que
pueden l legar
hasta
una distribución practicamente
gratuita de bienes y servicios,
mecanización
e n
constante
aumento,
permutabi l idad
d e
las
funciones
técnicas,
difusion d e
la cultura popular:
tales
s o n
lo s elementos d e
la
tendencia probable, que
podra
producir
también la
asimilación
gradual
d e
lo s
tra-
baios urbano y
rural,
intelectual
y
ñsico,
sometidos
al
denominador
común d e la tecnología. El
progre-
s o técnico el iminará aquellas
restricciones represi-
vas impuestas e n anteriores etapas y que s e
hayan
convertido
ya en anticuadas d e s d e un
punto
d e
vista técnico. Ello
conducirá
a ulteriores
cambios
en
la
estructura
politica:
contribuirá
a
la
extensión
y
difusión de
la
burocracia
y
d e s u s privi legios,
a
la reducción
de
la brocha
que
separa a los
gober-
nantes de lo s
gobernados,
a
la transformacion
de
los controles
políticos en
controles
tecnológicos.
El
poder personal
será sustituido
por
la dirección
co-
lectiva,
incluso
en
e l
supuesto
d e
que
un
nuevo
dictador
l legara a concentrar
toda la autoridad.
Aumentarå la
movi l idad social
dentro del sistema.
Sin embargo,
todos
e s t o s
cambios
s e producirán
dentro
' d e l
marco d e un control universal, d e una
administración universal. Los hechos y las tenden-
cias
actualmente
observables
no
pe rm iten ade lanta r
una hipótesis
acerca
d e
la cuestión
de
s i el creci-
miento del Estado del bienestar (Welƒnre Suite)
conducirá
o no, en
últ ima instancia,
hacia
e l
con-
t ro l
popular
directo
de la administración; e s decir,
s i el Estado soviético s e t ransformará
en
una
demo-
cracia
socialista
o
comunista.
De
un
modo
negati-
vo,
parece que no hay
nada
en la estructura d e la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 198/300
rrimu-sam m
sociedad soviética
que excluya semejante
proceso
evolutivo
a
largo plazo, e l
cual no
dependeria
de
una
«decisióm
de
la
dirección
soviética,
ni
tampoco
d e
forma
exclusiva de la situación
in tema
soviética.
D e nuestro
análisis
s e deduce que
el surgimiento
d e
una d e m e n c i a socialista en
la URSS e s t á condi-
cionado p o r d o s requisitos
previos
principales, que
a
s u
vez s e hallan mutuamente relacionados: l) un
nivel
de
riqueza
social que
permita
la organización
d e la producción de
acuerdo
con
las
n e c e s i d a d e s
individuales y que
suprima
de esta
fo rma
las
pre-
rrogativas de
los poderes p rivileg iados , y
2) una
situación internacional
en
la
que
el
conflicto
entre
los d o s
sistemas
sociales no
determine la
e o o n o n - t i a
y
la politica d e ambos.
H e n - t o s
sugerido que
semejante
cambio
cualitativo
no
constituye actualm ente un
problema
económico
rino polltioo (41),
pues ya existe
la b a s e
técnico-
eoonórnica
que
lo
hace
posible. No
son
la espantosa
e s c a s e z
y pobreza todavia existentes las
que
imp i -
den
la -democracia socialista», esto e s , e l control
de
la producción
y
d e
la
distribución
« d e s d e
aba-
jo».
En
términos
marxistas, la
distribución de
la
esasez y la lucha concertada para su abolición
fonrtan parte d e s d e e l principio, incluso durante la
pr imera f a s e , de la
construcción
socialista (42).
Sobre la
b a s e
de la economia nacionalizada, e l
establecimiento
d e
e s e
control
d e s d e
abajo
sigue
constituyendo un
acto
politico. Como tal, impl ica
la
abolición
del Estado
represivo y
de
s u
aparato
represivo, lo que no signica necesariamente e l
derrocamiento violento p o r medio de una guerra
civil. Sin
embargo,
ta l acto politico parece depen-
der, a s u vez,
del segundo
requisito previo. El
Estado
del
bienestar
(Welfare
State)
puede
hacer
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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l9 He|henMarcuse
vidamåscúmodayseguraalosciudadanoaçpero
e l conicto Este-Oeste,
en
tanto
siga
constituyendo
un
factor
económico
y
politico
determinante,
imp i -
de la t ransformadon decisiva, ya que sirve para
ius ticar -sub je tiva
y objet ivamente- la competi -
ción represiva
y
la movilización competit iva
a e s c a -
la totalitaria. La historia de
la
sociedad soviética
parece hallarse fataltnente
l igada
a la d e
su
antago-
nista.
Por
encima
d e la oonstrucdón del socialismo
o
del
comunismo
en
un
solo
pais
o
en
una
sola
zona, el elemento esencialmente
internacional
del
socialismo
parece predominante
Pero en esta constelación,
el desarrollo
futuro
del
Estado soviético depende de la
le y
dialéctica que e l
mismo invoca. El cambio cualitativo nunca puede
ser
automatico.
AI
margen
del
nivel
de
progreso
técnico y d e cultura material , de
productividad
y
eficiencia
del
trabajo,
e l cambio d e s d e la
necesidad
aodalista a la l ibertad wdal is ta
sólo
puede
s e r
el
resultado
d e un esfuerzo y
decision
conscientes. El
mantenimiento
d e
las
relaciones d e production re-
presivas
permite
al
Estado soviético,
a
través
de
s u s
instrumentos
d e control
universal, reg ìnentar la
conciencia de la población gobe rnada, Hemos indi-
cado
que la burocracia puede carecer d e un
verda-
de ro interes en
p erp etuar la maquinaria represiva
estatal
(43).
Sin
embargo,
esto
no resuelve la
cues-
tión
d e
s i
el
-1-espiritu-
d e
la
construcción
socialista
soviética, la «racionalidad-›
especica
del
sistema,
tiende o no
a
perpetuar la
represión
entre lo s
propios
gobernados;
en otras palabras, s i la repre-
sion d e s d e arriba
no
da lugar a la represión d e s d e
abajo.
En
c a s o afirmativo, el sistema
soviético repe-
tirla
y
reproduciria
e l
determinismo que Marx atri-
buyó
a
los procesos básicos de
la
sociedad
capitalin-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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t n - ¡ n e n
p o - t e
t e a
ta .
Sin embargo, la diferencia estriba en que mien-
tras en e l capitalismo la teoria y la practica mar -
xistas
s e
convierten
e n
instnrmento
para
dominar
el
determinismo
y l iberar e l factor subjetivo
(esto
e s ,
la conciencia
d e
c l a s e del
proletariado), en
la socia
dad
soviética el marxismo no
desempeña
ta l fun-
ción. En consecuencia, l o s
gobemados, desprovistos
d e instrumento
conceptual
para
comprender
la «ne-
gación
determinada»
del sistema establecido y para
asimilar
y
realizar
s u s
potencialidades
reprintidns,
reproducirian
e n
ellos m ism o s la represión.
En cualquier c a s o , la sociedad técnica p o s e e to -
d o s los medios
para t ransfonnar la
represión exter-
na en
autorrepresión.
Este
proceso no e s exclusivo
d e la sociedad soviética. Los instrumentos de que
dispone
la
sociedad
industrial
m uy
avanzada
y
las
ventaias
que
concede, l a s
actitudes e n
e l
trabaio
y
en el ocio que
s u
organización
d e
la produccion y
d e
la
distribución
exige,
dan lugar
a
una
sociedad
global
capaz
d e
t ransformar la
l ibertad en
seguri-
dad y
de
ahogar la lucha por la l iberación median-
t e
una
servidumbre
re la tivam ente confortab le .
Ta l
resultado
impedir la,
a
su
vez, e l
desarrollo
de
una
conciencia politica cnegativa»,
revolucionaria
y ,
por ello, un cambio cualitativo en la politica. El
sistema
basico
d e valores, el «espiritus
predominan-
te d e la sociedad,
asumiria
entonces el
papel
de un
factor
activo
que
determinar la
la
dirección
de
la
evolución
sodal. Oorno
contribución
parcial
al
aná-
lisis d e e s t e factor, la segunda
parte
de e s t e estudio
estara
dedicada
a examinar la estntctura de
la
losoa ética soviética.
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Segunda
parte:
Postulados äìoos
9 .
IA
etica
occidental
y
la
ética
soviética:
s u relación histórica
En
la
pr imera
parte
d e
e s t e
estudio
hemos
anali-
zado alg unas ' tendencias básicas del marxismo
s o -
viético en
relación con el
desarrollo d e
la sociedad
soviética. El análisis nos
l levó a la conclusion
d e
que
las
eondicionea
y
objetivos especificos d e la
industrialización, realizada
en
com peticion antago -
nica
con el
mundo
occidental,
deterrninaban
incluso
los rasgos m ás especulativos del marxismo soviético.
Al mismo t iempo, s e puso
de
ntaniesto el hecho
de
que,
en
algunos
aspectos significativos, los d o s s i s -
tunas
antagónioos
m o strab an una te nd end a parale-
l a : l a industrializaoon total p a r e c e
e x i g i r
m o d e l o s
de actitud y
organizacion
que l imi tan
las cüferen-
cias
esenciales,
politicas
e
ideolo jcas,
entre
ambos
2 00
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 202/300
Segundnpute
¡O I
s i s t e m a s . «La
gestión
eficiente»,
altamente
raciona-
lizada
y centralizada,
y
s u
actuacion sobre un
materia l
humano
y
técnico
igualmente
racionaliza-
c l o
y coordinado, tienden
u
fomentar la centraliza-
ción y -coord inacion po litica y cultural. En Occi-
dente, e s t a tendencia
ha
l levado a un d e s g a s t e
d e
la
ética l iberal hutnanistica que s e centraba en t o m o
u la idea del individuo
autónomo
y d e s u s derechos
inalienables. Sin
embargo,
e l sistema
de valoren que
procedía
de
una
etapa
anterior
ha
¡ido
mantenido
en su conjunto
(después
de la l iquidación de lo s
Estadoc
fascista
y nazi,
que
lo habian
destni ido), s i
bien en
contradicción
cada vez mls patente
con
la
práctica
existente. En el Estado
soviético,
la indus-
trialiudon total s e realizó en condidones incompa-
tibles con
la
ética
libe ra l: p or
tanto,
el
Estado
revolucionario
y postrrevolttcionario cteó tu
propio
sistema
de
valores y adoctrinó
a
la población
de
acuerdo con
ellos. Sin embargo, la
industrialización
total contemporanea y s u s métodos y
técnicas
de
traba jo p ropo rcionan
un denominador común que
hace
discutible
una co ntrap os ición ab stracta entre
la ética occidental y la ética soviética.
N i la
centralización ni
la coo rd inación s e opo-
nen,
p o r si
mismas,
al
prop-eso
de ln
l ibertad
y de
la humanidad:
m ás d e una
vez
han
connituido
armas
e ficaces en
la lucha
contra
la
opresión
y la
reacción.
Tampoco
exitte
nada
en
la
téuiica
y
en
la
e c o n o m i a d e
l a
i n d u s t r i a l i z a c i ó n
total
q u e t e n g a
necesariamente
que invadir
la
esfera
propia
de la
l ibertad humana. Por el oontnr io , s i
hay algo
común
en
el eniuiciamiento
marxista
y antimarxis-
ta, realizado p o r la ñlosoa decimonónica, de la
sociedad industrial,
e s
precisamente
la
imistencia
en
el
hecho
de
que
la
industrialización
comtituye
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 0 2 Herbert Mamne
e l re quis ito previo para el progreso, tanto en un
sentido ético
como material.
La protesta
contra
la
«enaienacióni
del
hombre
que las
losoas
mate-
rialista e idealista
expresan
s e
dirige,
en
ambos
c a s o s , contra la o rganización
politica (1) d e
la
industria, y no contra
la industria corno
tal.
En
términos m arxistas (p ero no ciertam ente
en térmi-
nos
del marxismo sovié tico) seria
fácil
localizar e l
elemento
común
que
s e
opone
dentro
de
la
organi-
zación
politica
de
la
industria
al
progreso
de
la
l ibertad: la esclavizacion del hombre por
los
instru-
mentos
de s u trabaìo, la subordinación
a
s u
propio
¡rnbaìo
«-obietivado» (vergegemüàndlíchte).
Sin
em -
bargo,
semejante
subordinación ha
desempeñado e n
la
historia
diferentes
funciones: puede
iniciar una
nueva
f a s e
en
e l
desarrollo
d e
las
fuerzas
producti-
v a s
o pro longar una
vieia etapa; pucde fomentar
o
detener
el desarrollo.
La
organización política
d e
la
industria
no
puede
exp l imr por s i
misma
el conte-
nido
eapccilìco
d e la ética
soviética
y
s u
relat ion
con la ética occidental.
Nos
proponemos
enfocar
e l
problema mediante
una breve comparación
entre
las
ideas
representati-
v a s
d e la ética occidental y d e la ética soviética.
Serneiante comparación
parte
de la
suposición
d e
que existe en ambos c a s o s un cuerpo identificable
d e teoria é tica lo suficientemente homogéneo como
para
s e r
tratado
como
un
conjunto.
La
suposición
parece plausible
en
el c a s o
d e
la ética sovié tica:
a
través
de
todos los cambios
a
lo s
que s e han
visto
sometidas d e s d e la
revoludón
bolchevique, las teo-
rias
éticas soviéticas
han
estado siempre regidas
por
un pr incip io unificador ,
t t
saber: la
fonnuladón y
apreciación
d e
lo s
patrones
éticos
en
concordancia
m n
lo s
objetivos
del Es tado sovié tico .
Y
e n
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 204/300
S a o - w l n n e z o :
medida
e n que
e s t o s
objetivos han
estado determi-
nados p o r la politica
a largo
plazo del sodal ismo
en
las
condiciones
d e
coexistencia
(2),
s e
ha
mante-
nido una notable continuidad
y
coherencia
n
pesar
de
todas
las adaptaciones
a
la s ituacion cambiante.
Pero
¿ p u e d e predicarse
e s a m isma homogene idad
de
la ética occidenta l?
Parece
posible
hacerlo
mediante
argumentos a
conmlr ío. S i observam os los patrones
e
ideas éticos
sobre
lo s
que
s e
centra
e l
analisissoviético
d e
la
ética occidental
y
que
s o n
obieto
de
crítica y reinterpretación,
descubriremos
ciertos
rasgos generales característicos d e la ética occiden-
tnl.
Son los siguientes:
1 . Prcdominio
de
la
idea de
la l ibertad; según
e s t a idea,
la condición
esencial
del hombre e s la de
ser
lo
suficientemente
l ibre
d e
toda de te rm inación
externa
como
para poder
s e r
libre para la
accion
y
conducta autorresponsables.
2 .
Esta l ibertad
esencial legit ima la
afirmación
d e que
existen
normas
éticas
universalmente vincu-
lantes.
que han de observarse s in tener en cuenta
la
situación
y
obietivos
accidentales
del
individuo.
3 .
Los obietivos éticamente
legít imos del indivi-
duo
s o n aquellos
que
impl ican
e l
meior desarrollo
y
satisfacción
posibles
de s u s facultades; pero
la
au-
torrealización
individual
esta subordinada
a: a) las
n o m a s
universalmente
válidas de la ética
cristiana
y
de su
secularización
humanística;
b )
las
n o m a s
m ás especlcas de la comunidad
social
y po lítica
en
la
que
el individuo vive.
4 .
Los
d o s
gupos d e
n o m a s están sancionados:
a) po r Dios
y /o
p o r «la
naturaleza
del hombres; y
b ) p o r las exigencias que e l m ante nim ie nto y
per-
fcccionamiento
de
la comunidad social y
nadona l
imponen.
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 0 0 l › lerbu\Mareme
5 .
Pero, prescindiendo d e la sanción ult ima de
la
mora l , s e
parte del supuesto
d e que
no hay
conflicto fund am e ntal (3 )
entre
la
moni l idad
indi-
vidual, por un
lado, y
la m oralidad comunitaria
(social
y
polit ica), por e l
otro;
e s
decir,
en
los
paises
de
civi l ización occidental (industrial) s e
uuntiene que
las reladones
b ú s io a s , s o c i a l e s y poli-
tioas, están organizadas de ta l manera que los
objetivos del individuo (punto 3 ) y s u a e s e n e i a n
(pimtos
l -2)
pueden
alcanzarse
-o,
al
menos,
puede
razonablemente
aspirarse a ello- ui el marco
de
las
instituciones de
la
sociedad
establecida.
Estas
insti-
tudones
pueden y deben
s e r
mejoradas,
y s u
per-
feccionamiento puede impl icar inc lusownmbios a
gran
escala; sin em barg o, tales
cambios s e conside-
ran
generalmente
no
como
la
negación
d e
la
socie-
dad
establecida, sino como
una
expansión y creci-
miento
de
la mismo.
L a
úl t ima
proposición
pone
de
maniesto
el
oculto denominador histórico de la etica occidental:
presupone que ln civilización
f inalmente ha
estable-
cido
las
instituciones
y
relaciones
dentro
de
cuyo
marco
el
hombre puede realizar su maturnlezai , e s
decir,
desenvolver
s u s
potendalidades y satisfacer
s u s n e c e s i d a d e s .
Esta
suposición previa
e s comun
tanto a
la etica idea lis ta
como a la etica pragmát i -
oo-positivistn, asi
c o m i o
n
las teorias expuestas por
los
racionalistas
franceses, los
uti l iuristas
ingleses,
lo s idealistas
alemanes
y
por
Saint-Simon
y
s u s
seguidores. Pero la revolucion industrial y politica
de
los siglos XVIII y X IX
no cons tituye
s u
única
fuente.
Su sustanda mora l
s e halla profundamente
enraizada en la tradición
cristiana.
D e s d e que la
ético
cristiana, al
s e r
adoptada p o r el Estado, dejo
de s e r
una
ética
wposicionista»,
las
iosoas
éticas
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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s e g m i a s p m e
n o s
representativas ooudenaron como
herejía toda m o-
ralidad
que mantuviera que la civilizacion estable-
cida
s e
hallaba
en
una
pugna
irrecancílíable
con
las
potencialidades
del
hombre.
Sin duda, la salvación
y redención del hombre
no
penenecen a e s t e mun-
do; pero e s t e mundo
no sólo no
impide la
salvación
sino
que
la conducta mora l
e n
e l mismo
constituye
una condición necesaria y
previa
para ella (4).
Toda
ñlosofia que
no
acepte e s t e supuesto previo
e s ,
d e s d e
e l
punto
d e
vista
d e
la
etica
occidental
representativa,
no
solamente herérím, en sentido
estricto,
sino también
amaral, cuando no inmoral ;
ya
que semejante rechazo implica el repudio del
supuesto fundamental sobre e l
que
d e s c a n s a la vali-
dez
universal de los principios morales, a
saber,
la
posibi l idad
de
s u
realización.
Sin embargo, las
filosofías
«hereticas-
han
sobre-
vivido baio form as diferentes: d e s d e
las e s c u e l a s
gnósticas d e
los
primeros siglos d e la
era cristiana,
pasando por lo s cåtaros y otras
s e c t a s espirituales
rad ica les , hasta las losoas sociales
revoluciona-
rias
de
la
epoca
modema .
Rnsgo
común
a
todas
ellas
e a
s u adhesión a una
historia
cualitativamente
nueva, una historia que
d e b e destni ir
las
institucio-
n e s
establecidas de manera
tal
que
e l autentico
destino del hombre
pueda realizarse.
Rasgo común
a
todas
ellas
e s ,
también,
la atraedón que eieroen
sobre
los
estratos
subprivi legiados
y
«marginales-
de la población (y
s u aceptacion
por pane d e
diferentes - r é l i t e s n politicas e intelectuales). Su m o-
ralidad p o s e e un denom inador historico diferente,
apnredendo,
por
tanto,
como la
negación
d e la
mora l dominante. Pero, al mismo t iempo,
los
here-
i e s
pretenden preservar,
e incluso
realizar,
los
pr in-
cipios
y
promesas
que
s u s
adversarios ortodoxos
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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1 0 6 Huoei-tMarois=
deenden: lo s cataros medievales pretendían
ser
los
autenticos cristianos; las s e c t a s radicales de la Re-
fonna
s e
presentaban
a
s i
mismas oom o los
autenti-
c o s
protestantes.
En
la
época
moderna, la oposi-
ción, cada vez m as secularizada, continúa e n e l
interior d e la tradición humanista.
los
grandes
materialistas y escépticos del s ig lo
X V I ,
la
extrema
izquierda
de
la
I lustración
y
s u s
herederos socialis-
tas
y
comunistas
iusti lìean
s u
losoa
isubveis ivai
en
te rminos
del ideal humanista.
El
marxismo
co ns tituy e una
parte
integral de tai
t radidón.
El
que Marx y Engels s e consideraron
a a l
mismos
como lo s
herederos
d e la i lustración, d e la Revolu-
ción francesa y
d e
la losoña idealista alemana,
era algo
m as que una
expresión
retórica. La Liber-
tad,
la
igualdad
y
la
Justicia
son
términos-clave
en
El
Capital de
Marx;
y
no e s casual
que
s u teoria
económica este precedida
(en un
sentido m ás
que
cronológoo) p o r la losoa
humanista
de L a
Ideo-
logía Alemana
(1846)
y d e lo s Manuscritos Econó-
mico-Fílosdƒicos (1844),
a
la
que
a s u v e z
comple-
t a
( 5 ) .
Este boaqueio, aunque excesivamente simpl ica-
do, puede
ayudar
a esclarecer la relacion histórica
existente entre las éticas occidental y soviética. El
impacto pr indpa l
producido
por
la
losua ética
sovié tica no
e s
e l
de una fuerza externa que
actúa
:kede
fuera
y
en
contra
d e
la
civilización
occiden-
taL
El desao tampoco
proviene
del contenido e s -
peclco
de
la
¿tia
soviética, d e
lo s
ideales d e
la
«mora l
comunista».
La etica sovié tica fundammta
su pretensión de representar una
mora l «superiori-
e o l a
m i s ió n h i s t o r i c a d e
l a
t e o r i a
m a r x i s t a ; p e r o l a
teo rla m arxis ta
no
p o s e e
una ética
independiente,
sino
que pretende ser la realización de la etica
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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S e n n d - r l f w
W Y
humanística. Según
Marx,
la
economia
capitalista
constituye I la vez
la
realizadón
y la neg adón de
e s e
código
ético,
siendo
s u
abolición
requisito
pre
vio para e l
desarrollo de
la é tica. Las raices históri-
c a s
d e
la losoña sovié tica no
son extraños a
Occidente
(oon
independencia de cuán ínt imamente
s e
hayan fundido con la tradición o rien ta l
y
s e
hayan
adaptado
a
los
intereses nacionales
e
inter-
nacionales
de
la
Unión
Soviética).
Tampoco
s e
dc-
nen, en
s u s
aspectos
fundamentales,
en función de
las exigencias del poder y d e la propaganda Der i -
vnn: 1 )
d e
la formulación revoìucionaria
del ideal
humanista
en
la
teoría
del «socialismo cientioon, y
2) de
s u utilización
para
e l establecimiento
de
una
nueva sociedad
opuesta
a
-y
en oornpetenda
con-
Ia
sociedad
capitalista.
Con
independencia de l
gra-
do en
que
e l pr imer
punto oontradiga al segundo
( la pr imera parte de e s t e
estudio
trata
precisamente
d e mostrar el alcance de e s a oontradicdón), la
conexión e s lo bastante int ima como para que
resulte
posible
emplear
e l
ideal
en defensa
de
la
realidad.
Las
fuerzas
y
circunstancias
que
producen
el
abuso y violación
del ideal
aparecen
como
alp
m as
objetivo
que la pura
política
de
poder, hasta el
punto de que
pueden
presentarse como
obra
d e la
Razón Histórica.
Dentro d e e s t e mareo, la losoa
etica
soviética
constituye un sistema d e valores
racìonal
y
coherente,
lo
sucienternente
desgaiable
de
oportunismo político como para eieroer atrao
d o n sobre
gran
numero d e
poblaciones
que s e
encuentran
fuera del dominio soviético.
.Esta atracción parece
descansar, e n
gran
medida,
en
la tesis
d e que
el marxismo
ha p r e s e a - v a d o
a
la
ética
humanística
de
la
deformación
capitalista.
Puede resumirse d e la m anera s iguiente :
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 08
H»erbenMlI¢IlIe
El pueblo, e n
e l mundo
ocddental,
ha sido
edu-
cado
dentro
del
espiritu
d e
lu
etica
crist iano-hunnr
nistica. S e supone
que las
relaciones sociales del
mundo occidental s e
aiustan esencialmente
a e s e
espiritu
y hacen posible s u
realización d e
forma
cada
vez
m ás adecuada y
universal, especialmente
en
lo
que atañe
a
la l ibertad
e igualdad
del hombre
y
al
desarrollo
d e
s u s
potencialidades
humanas.
La
civilización occidental
ha reunido
e n
s u
etapa in -
dustrial,
en verdad, todos lo s recursos materiales y
culturales
necesarios
para la re alización d e e s t a
idea.
Sin
embargo,
las insti tudones sociales existen-
tes
impiden e s a realización,
ya
q ue eng endran in -
justicia,
explotación
y
represion;
por
consiguiente,
deben
s e r
destruidas
para poder
l levar a cabo las
promesas
d e
la civilización
occidental.
Este razonamiento, que ha
sido difundido a
t ra-
v é s
d e formulaciones m uy populares
y a diferentes
niveles
d e
elaboración,
persuasión
y
pnreba,
ha
eiercido una influencia duradera.
Las
principales
c a u s a s
d e
e s a
influencia
pueden
definirse
como
sigue. La
tesis
i) hace derivar e l
malestar
profundo d e la civi-
lización
d e
una
única
causa, tangible y
fâd lmente
identificable, a
saber,
la organización capitalista
de
la sociedad;
›
2)
no
critica
e s t a
sociedad
con referencia
a
nor-
m as exteriores y
trascendentes, sino confrontåndola
con n o m a s promulgadas
y
aceptadas p o r le socie-
dad occidental (esto
e s ,
lo s «valo res l 'turnanlsticos›);
3) explica y justifica,
a s í ,
el descontento y la
protesta
no
solo sobre una b a s e materia l sino
tam-
bién
sobre
un
fundamento
ético;
4)
ofrece una alternativa, que también
e n
e s t e
c a s o
e s presentada
no como
una
posibil idad
abs-
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S e a v v l v - r w N
tracta sino oorno
realización
de l a a
pmmeaa t
y
capacidades d e
la propia sociedad existente.
El
últ imo
punto
muestra
lo
que
parece
oonstituir
la fuerza principal d e
la
argumentadónz la
combi-
nación
de máximas éticas y objetividad
cientica.
Util izando la teoria
marxista,
la ética soviétiéa
pretende unir sobre una
b a s e
cientioa valores y
hechos, ideal y realidad,
interés
part icular
del
indi-
viduo
e
interés general
de
la
sociedad
( e
ìnduao
de
la totalidad de la humanidad).
Además,
la
loaoa
etica sovié tica pre tende s e r la única
que s e halla en
condiciones
de definir la
actitud,
la
conducta y la
practica
que
pueden
proporcionar a todos l ibertad
y existencia
humana. Y
e s t a practica
e s tanto indi -
vidual
como social, e s
decir,
ha
d e unir al
indivi-
duo
oon
un
gnipo
social
sobre
la
b a s e
d e
una
causa
comun e n vinud de la cual lo s intereses eepedoos
del individuo son asumidos p o r la totalidad del
8\'“P°~
La é tica sovié tica p re tende, asi, unir las ideas y
las esferas vitales
que aparecen
separadas en la
ética occidental.
Según
la
ética
occidental,
el
hom -
bre
tenia que realizarse dentro de un
ambiente
natural y social
que
fuera co m p atib le con
una
existencia l ibre y
mora l
o que por lo
menos
no
excluyen la oonseeución
d e
e s t e obie tivo . Sin em -
bargo,
las
oondiciones d e vid a re sultaro n en la
realidad
bastante
l imitat ivas
y
hostiles,
y
d
medio
am b iente m ostró m ás Hen
s e r
un obstáculo para e l
desarrollo
d e una
personalidad
ética. Por
tanto,
la
experienda
tuvo
que s e r despreciada y reintcrpreta-
da:
e l «hombre interior» fue separado
d e su
exis-
tencia e n e m a ,
y
la personalidad
é tica fue
denida
de
m a n e n
que
incluyera
- e
incluso neoesitarn-
la
renuncia, el sufrimiento y la
represion.
La tensión
un-.ic
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 l0 Herbert Marque
queanimaalaéticaoccidentaleitpresa-yal
mismo
t iempo iust iñca- el contraste existente entre
los recursos
materiales
e
intelectuales,
siempre
en
aumento, y
su
disponibi l idad
para la satisfacción d e
las n e c e s i d a d e s ind iv idua les ; en tre la exigencia
de
autodeterminación y los
l imites que e n
la realidad
s e le
imponen;
entre la igualdad esencial y
la
¡nhtunanidad todavia
predominante en
las
relacio-
n e s
humanas;
entre
e l
ideal
d e
¡ustida
y
las
practi-
c a s
iniustas.
Estas
restricciones facticas d el
ideal
moralmente
sancionado
y profesado parecen recor
ta r la vigencia
de
las nociones centrales
de
la ética
occidental;
ademús,
enfrentan a la existencia huma-
na
con un tumulto
d e
lealmdes y valores
en con-
icto
(ley
divina contra
le y
humana,
o
derecho
natural
contra
derecho
posit ivo;
individuo
mnt ra
comunidad;
valores privados contra valores
públ i-
cos; patrones
familiares contra
patrones sociales). A
diferencia d e esto, la ética
soviética
parece so ludo-
nar
d e
forma ecaz
e s t a s contradicciones m ediante
una
integración
de
valores morales y practicos
que
la
etica occidenta l
no
puede
ni
quiere
l levar
a
cabo
porque considera
la
tension entre
las
d o s
esferas
como
condición
previa para
la
conducta
moral .
Exarninem os ahora como el contraste entre la ¿tica
occidental y la ética soviética
puede ser
i lustrado
p o r el distinto p e s o especico que una y otra
atr ibuyen
a
lo s
valores
d e
la
l ibertad
y
la
segu-
ridad.
L a
idea
occidental
de
la
l ibertad s e realiza a
través
de
la
existencia
de
instituciones económicas
y
politicas que
permi tan al
individuo
convertirse
en
el arquitecto
responsable d e
s u destino.
La conquis~
ta de
la
l ibertad
ha
d e ser, pues,
el resultado
de
la
actividad
del
suieto,
esto
e s ,
de
s u s
propias
realiza-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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s e a - i a .
m e
z n
ciones en l ibre concurrencia
con
otros individuos
que s e hallan en
lineas
generales en
s u s
mismas
condiciones.
D e
conformidad
con
e s t a
losoña,
las
salvaguardias institucionalizadas
de
la
l ibertad (e l
imper io d e
la ley, lo s derechos civiles, las
garantias
a la
propiedad)
dejan
necesariamente al individuo
l ibrado
a
s u s propias
fuerzas
en
amplias zonas
de
s u
existencia, las
cuales tienden
a
convertirse
zonas de inseguridad
a medida
que
e l
proceso eco-
nómico,
al
hacerse
cornpleio
e
incalculable,
s e
situa
m as alla del
control del
individuo
medio y p a s a
a
depender
d e
todo un
coniunto de fuerzas
y procesos
supraindividuales.
D e
e s t a
forma,
la
l ibertad
en
la
esfera
econom ica queda suprimida
p o r la oclusión
practica
de
sectores
enteros d e
puestos
de trabajo,
la
rigidez
d e
las
normas
d e
conducta
reglamentadas
y la
estandarización
d e los rendimientos laborales
exigidos, o bien implica un
riesgo
(riesgo d e desem-
pleo, de «quedarse a la zaga», de convertirse
en
un
outríder, etc.)
que
no
puede
a fron ta r la
mayor ia
de
la poblacion. Los ataques contra la
l ibertad
apai-e›
c e n
como
procesos
racionales
y
técnicos
que
no
son
imputables a nadie, simples subproductos
(o
ta l vez
incluso condicion)
de la división del trabaio
en la
sodedad industrial avanzada
y ,
como tales, s ignos
de eficacia y d e progreso. El propio valor de la
l ibertad parece hacerse discutible.
En
la
realidad
(aun
cuando
no
necesariamente
en
la
ideologia)
la
l ibertad resulta redenida.
Ya
no signilìca
s e r
el
arquitecto
responsable
de
la
p rop ia vida, de
las
propias
potencialidades y de
su
realizacion. En
lugar d e esto, la l ibertad s e
convierte
en lo que
la
i ì losoña política representativa
de
la sociedad
indi-
vidualista
ascendente ha
pretendido siempre: en
una
renuncia
a
la
l ibertad
matura l»
del
individuo
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 11 Hefben Malwse
a cambio de ln l ibertad civil de poder
hacer aquello
que
no está
prohibido por la le y o que s e encuentra
fuera
de
s u
dominio ;
e s t o
e s ,
el
reoonodmiento
d e
una ¡libertad
legit ima. Pero esto
no e s
sino
seguri-
dad bos
patrones de
la
l ibertad
s e
desplazan
d e s d e
el individuo autónomo a
las
l e y e s que rigen la
sociedad,
normadora, a s u vez,
del individuo. E s a s
pautas s e funden
con
las l e y e s que rigen la econo-
mia, la c o s a pública, la nación, las agrupaciones d e
naciones.
Sin
embargo,
s i
bien
s e
supone
que
el
individuo penuanecerá en adelante seguro dentro
de
e s t e abnimador cosmos político y económico, s u
« - v e r d a d e r a »
l ibertad
tendra
to davía q ue derivar de
(y consistir en)
su
s e r
- inter ior»
(l ibertad
de con-
ciencia,
de
pensamiento,
de religión,
etc). Asi,
en
tanto
que en
la
existencia
príctica
la
búsqueda
de
la seguridad
prevalezca sobre
e l valor d e la l ibertad
e incluso s e
logre
mediante el
sacrido d e ésta,
l i b e r t a d y s e g u r i d a d
e n t r a r á n
e n
c o n f l i c t o
m u t u o ;
conflicto que
solo
podrá
atenuarse
al
min imo
me
diante la reducción
d e
los
elementos d e indepen-
denáa
y
autonomia,
e s
decir,
mediante
s u
sacrificio
en aras del valor de seguridad Sin em barg o, toda
la tradición ideológica de la e li@ occidental,
con
su
imagen
del hombre como l ibre dueño y
leg ì lador ,
s e opone
a
la nueva tendencia; y
cuando ésta,
blio
el impacto de la necesidad
económica,
s e alìrina
contra
toda
tradición,
no
hace
sino
poner
m as
claramente
aún de relieve
la diferencia existente
entre ideologia y realidad. La ideologia e s todavía
lo suñcìentemente fuerte
como
para impedi r que el
abandono
de la l ibertad individual
s e a
admit ido
abiertamente y
como para contrarrestar una coor-
dinación
total;
el
conflicto
entre
l ibertad
y
seguri-
dad
sigue
siendo
aún una
condición
d e
la
existenda
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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S e g u n d a pan : 2 1 3
ética,
y la superación del
conflicto, una tarea
ética.
Pero
la
tarea s e
hace cada vez
m ás irreal.
La
etica soviética
promete
resolver
el
conflicto
apoyando
al Estado
soviético
en
e l
proceso d e
eli-
minadon
d e lo s
aspectos
cnegativos» de la l ibertad,
e s
decir,
de todas
aquellas
zonas
en las
que
todavia
s e deiaba al individuo a
merced
de s u s propios
recursos,
aun
cuando
é s t o s fueran claramente
innu-
cientes para la gran mayor ia d e la gente. La
libertad
de
elegir la
educacion,
la
fonnación y
el
empleo, la
l ibertad de
proporcionarse los medios
necesarios
para el propio cuidado y para la enfer-
medad y la vejez, y la l ibenad para
leer,
escribir y
escuchar
opiniones diferentes
y
conflictivas fueron
recortadns o abolidas, encargåndose la ética soviéti-
ca de
iusticar
e s a
politica.
Las
l ibertades
tradicio-
nales en e s t o s dominios
sucum b ie ron ante
la regi-
Inentación
del em p leo, el control d e
los
movimien-
tos y cambios
de
residencia,
la
seguridad
sanitaria,
la censura, e tc El
campo
d e la ¡libertad
legi t ima
s e
ensanclió ampl iamente, y el abandono d e
la l iber-
tad
«naturalr
del
individuo
entró ab ierta y melod i -
camente
e n vigor e n
aquellas
esferas d e
la
existen-
cia
humana que todavia continuaban poseyendo un
carácter
sacrosanto
en
Occidente . Pero
en
el
con-
texto
de
la
ideologia y objetivos
soviéticos
la
supre-
sión
de
las l ibertades tradicionales asume una
fun-
ción
eposit ivar,
que
la
losoa
é tica sovié tica
in -
terpreta
como
preparación para la libe rtad auten ti-
ca. En
la
etica sovié tica las
l ibertades
tradicionales
pueden s e r
depredadas
sin
temor alguno, ya
que,
d e s d e el
punto
d e vista soviético,
son
meramte
ideológicas -o incluso i lusorias- para la inmensa
mayor ia
de
la poblacion,
dado que no
s e
hallan
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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21 Herbert Mai-une
b a s a d a s
en la
seguridad económ ica,
esto e s , e n la
l iberación
de la necesidad.
Esta
liberación
d e
la
necesidad
solamente
s e
rea-
l izará, según
Marx,
cuando e l hombre deje de
estar
esclavizado
p o r
s u
trabajo; en otras
palabras,
la
l ibertad politica
e
intelectual
presupone
la l ibera-
ción d e
la
lucha
diaria
p o r la
subsistencia,
lo que
presupone, a s u vez, la
existencia d e una
sociedad
s in
c l a s e s .
la
concepción
marxista implica
que
el
hombre
deia de ser
un
suieto
económ ico precisa-
mente e n la medida en que la
economia
deja de
constituir s u
« - d e s t i n o » ,
e s dedr , e n que deja d e
ser
un factor determinante para convertirse
e n
deter-
minado, sometido un control racional
eiercido
p o r
lo s individuos asociados. En tanto la
l ibertad
económ ica cons is ta
en
una
l ibre
ooncurrencia
en
lucha incesante
por «ganane la vida», constituirá,
dice Marx,
la
negación
de la verdadera l ibertad,
ya
que obligará al hombre
a
emplear prácticamente
todo
s u
t iempo
y
energías disponibles en conseguir,
mediante
un
- trabaio
enaienndov, lo necesario
para
vivir.
Y
en
tanto
que
la
noción
d e
ind iv iduo lib re
no impl ique al sujeto
económico
l ibre,
seré
idéntica
a la noción de i l ibertad. El motivo e s que la
woonomia», o s e a , e l reino de la necesidad
en
e l
que
tiene lugar
la lucha
competi t iva
p o r la
existen-
d a, no
podrá s e r
el reino de la l ibertad individual
en
tanto
s e a
e l
reino
del
trabaio
enaienado.
En
la
medida e n que e s t e reino quede
sometido
al control
racional y colectivo d e los individuos
asociados,
el
nuieto
económico»
deìarå
d e ser una
parte
esendal
del
individuo l ibre, al igual que
e s a s
l ibertades que
constituyen
los instnunentoe y complementos
de
la
l ibertad
económica.
Un
am p lio y
decisivo
sector
de
lo que
anteriomtente perteneeia a
lo s
derechos
del
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 216/300
S e g u n d a pone 2 lS
individuo privado s e conviene, con ello, en materia
d e
la competencia
de
la sociedad; y s i el
reino de
la
necesidad
queda
sometido
al
control
racional
no
de
l o s individuos asodados sino de un Estado que s e
sitúa p o r encima de
los
ind iv iduw,
los
derechos del
individuo e n
e s t a
esfera s e
convertirán
en
mater ia
de
competencia del
Estado.
A
medida
que
el
individuo cambia
s u
función
social, así
lo hace la
propia
idea d e l ibenad.
Cuan-
do
I a
«economia
l ibre»
deja
d e
existir,
e l
individuo
oeddental deja de
ser
una rea lidad 0, incluso, una
ideología:
e l individuo e s remodelado y
redeiinido
simultaneamente
con s u l ibertad. incumbe, asi, a la
sociedad la
orpnización
y direccion tanto
de
la
producción
como
de
la
distribución de
los bienes
necesarios,
requisitos previos
para
la
l ibertad.
Y
mientras
e s o s
bienes necesarios
no e s t e n
l ibremente
a
disposición de todos, e l Estado, en calidad de
poder
independiente, p odrá anog arse s u organiza-
ción y dirección y , con ello, la
legislación de
la
existencia privada y
pública del
individuo. Ya que,
al
margen
d e
la
protección
que
s e
le pueda
dispen-
sar, la
existencia
privada
continúa
siendo el « n e p -
t ivo- de la existencia pública, y
e l
individuo una
parte
de lo universal. El Estado, que en
su
calidad
de
poder
independiente
controla
e l reino de
la
necesidad, controla
también
las aspiraciones peno -
nales, los
objetivos y lo s
valores
del individuo.
L a
sistemátim
reducción
del
antagonismo
entre
la
exis-
tencia
interior
y
extema,
entre
la existencia
priva-
da y
pública (antagonismo que s e
ha t ransformado
en e l
elemento
vital de la etica occidental), ha sido
una de las fundones
básicas
tanto de la sociedad
sovié tica com o de
la
l ì losoa etica soviética.
Los
valores
internos
y
privados
son
exteriorizados:
el
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 217/300
2 1 6
Herben Manu:
hombre habre de ser,
pues,
en todas s u s manifesta-
C i o n e s un ente social
y po lítico .
1 0 , La ética
soviética-La
exteriorización
de
los
valores
La exteriorizución d e
los valores
constituye un
ru@
universal d e In ética soviética. Es concomi-
tante
de
la
nacionalizadón
asi
como
s u
corolario,
y
participa
de s u función y contenido. Aunque la
abolición de la propiedad privada s e l imita a la d e
lo s
medios
de
produccion, afecta
rambién, sin em -
bargo, a
ln propiedad privada
como categoria
exis-
tencial
(1). Si
la
propiedad privada no e s conside-
rada ya com o
e l
inst rumuuo
a
través
del
cual
ei
individuo
s e
arma a
e i
mimo, como la expresión
y
mater ia l iz ldón
de
su propio
yo e n
contra
d e
otros .-yo», entonces
todo
el dominio de lo indivi-
dual y
privado,
tradicionalmente
impregnado p o r
los valores
de
la
propiedad privada, s e erterioriza,
s e
politiu
y
s e
oonvierte
en
asunto
de
la
competen-
cia leg itim a
de in
xodedad . Pura
la
ética
ooddental,
l o s e f e c t o s d e e s t a e x t e r i o i - ¡ z a c i ó n c o n s t i t u y e n a l g o
particularmente
exocrable en todas
aquellas
e s f e r a s
que s e cons ideran com o depósito y santuario del
individuo p e r
s e ,
a
saber: el
dominio
privado del
pensamiento
y
d e
la
conciencia,
y
e l
dominio
priva-
do de la famil ia.
En eau; d o s esferas,
quizí m ás
que en ninguna otra, la l ibertad
e e ,
según la oon-
cepción occidental,
función
de lo pr ivado; pero lo
privndo
esta v inmlndo a
la
propiedad, como imti-
tudón a través d e la cual la persona quede legal-
mente
constituida
oomo
poseedor : de un reino
pro -
pio.
La
l ibertad
de
pensamiento
y
d e
oonciencia
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 218/300
S e g u n d a parte 2 1 7
exigen l ibertad d e toda
interferencia
en
aquellos
asuntos que
pertenecen
al individuo
y no
al Estado
y
a
la
sociedad
Los
pensamientos
y
sentimientos
del individuo y la expresion d e los mismos han de
s e r
rsuyosn (2) ; el individuo habrá de utilizarlos
y
dirigirloa de
acuerdo con a s u s »
propias fnatltadee
y
condencia; no ha
d e
l imitarse a
obedecer
normas
universales, sino que
m as
bien ha de «apropiarse-
l ä s n y convertirlas en s u propia legislación (moral).
También
en
e s t a
ocasión
p a s a
a
pr imer
plano
el
común denominador histórico d e la concepción oc-
cidental. El
carácter privado
y l ibre
del
pensamien-
to asumió la dignidad
d e
un derecho incondicional
durante e l periodo
d e
la sociedad
moderna en
e l
que las
ideas
que s e
rcputaban verdaderas
para la
existencia
humana
s e
mostraron
como
anzagóníeas
respecto
a las verdades
promttlgadas o
represente-
dat p o r las autoridades públíeas,
espedalmente por
el Estado, para el que tales ideas
no
eran víl idas
y
evidentes p o r
si
m ism as. Es suciente recordar el
hecho d e que la
«libertad
de pensamiento»
surgió
como
un
derecho
mora l
y
politico
en
la
lucha
contra
e l despotism o feudal
y
clerical. Incluso
hoy,
en
aquellas
democracias
occidentales
donde e s t e
derecho
ha
sido
rmernente
institucionalizado,
su
valor renace solamente en situaciones excepcionales
en las que - l o s grupos y politicas autoritarias
inva-
den
la
afera
de
lo
p rivado. inve rs am ente ,
al l i
donde
no
existe un
conflicto real
entre pensamiento
privado
e
ideologia
pública,
o
entre condencia pr i -
vada y mora l social,
la l ibertad de
pensamiento y
d e condenda
no parece
vivirse
como
un valor
esencial
del cual la
existencia
individual dependa,
ni
tampoco
parece
poseer
un co nte nid o
esencial
y
pr imordial .
En el c a s o m ás extremo, el conicto
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 1 3 Herbert Muease
entre
lo s
valores privados y
públicos s e
« r e s u e l v e n
mediante
una
onordinadón
completa:
e l
individuo
piensa,
siente
y
valora
privadamente
lo
que
s e
piensa, s e siente y s e
valora
e n la «opinión pública»
y lo que s e expresa en la politica
y
en
las declara-
dones públicas
(no
necesariamente por conducto
del
Gobierno
sino a través
d e
los dirigentes de la
opinion
pública, de los i l téroes- y
modelos
d e iden-
tificacion, de la
educación
general
y
d e
las
formas
dominantes
de
diversión).
Serneiante
coordinación
puede
establecerse bien
p o r el terror,
bien
por
las
tendencias uniformadoras
de
la
«cultura d e masas-
o bien por una combinación d e ambos procedimien-
t o s .
El p recio q ue habran de
pagar
e l
individuo
y
la sociedad seré inoornparablemente mayo r en el
supuesto
de
que
la
coordinación
s e
logre
a
traves
del terror;
la
diferencia
entre
ambos
s is temas puede
ser
m uy bien la existente entre la
vida
y la muerte.
Sin embargo , al na l
del
proceso coordinador,
cuando
la concordancia
haya sido
lograda,
e l e fecto
sobre la
ierarquia
d e valores tiende
a s e r
e l mismo:
la
l ibenad
individual
d e
pensamiento
y
d e
concien-
cia
parece perder
s u
valor independiente e
incondi-
cional y
a n u l a r - s e
en la t inicadon d e
las
existen-
cias pública
y privada.
En
e l
curso d e unas
pocas
generaciones, s i la eeacia del regìnen s e mantiene,
la rep resión puede reducirse mediante s u extensión
a
toda
la
sociedad
y
s u
proyeccion
sobre todos
los
a s p e c t o s
d e la cultura materia l
e
intelectual.
Cuan-
do
la vida p rivada y la
l ibertad interior
no tengan
ya un contenido
empírico
denible, s u abolición ya
no
tendré e l caracter de
medida
opresiva que toda-
via
p o s e e
en
la
ierarquia
occidental de
valores.
Con la
«aocializaciónv
de
la
esfera
privada,
la
localización
de
la
l ibenad
s e
desplaza
dede
el
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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S e g u n d a
pone
2 1 9
individuo en tanto que persona
privada
al indivi-
duo
en
tanto que miunhro de la sociedad. La
sociedad
como
un
todo
(3),
representada
p or
el
Estado soviético,
dene no
sólo el valor
de
la
l ibertad sino
también s u alcance; en
otras
palabras,
l a
libertad s e
t r a n s f o r m a
e n
u n
imtrumento
p a r a l a
consccudón de obietivoa politicos .
La instrumentul izadon de
la
étiu aoviélica no
excluye
la
consideración
d e
las
motivaciones,
y
tampoco suprime el
concepto
mora l de
ccaråctern.
Por el contrario, veremos cómo las motivadones
y
e l
carícter son
sometidos a
una
valoración social
objetiva: la situación historica
concreta de
la
socie-
dad soviética
y lo s
obietivos a
alcanzar uezigen» y
denen
como
morales
ciertas motivaciones
y cie rto
ctrúcter.
ldéntico desplazamiento s e produce con
respeao a lo s
dunas valores é ticos: todos ellos
son
referidos
a un nuevo denominador general, y e s t e
nuevo denominador común e s
e l
que conere
a
la
é tica sovié tica
una consistencia y
coherencia inter-
nas
d e
carácter
racional.
El
individuo
actúa
y
piensa amoralmente» e n la
medida
en que promue-
ve, con
s u s
pensamientos
y acciones, lo s obietivos y
valores
establecidos por la sociedad. El valo r
ético
e s , en e s t e
sentido, «exter ion
a cualquier acción
o
pensamiento individual, p u e s e s t o s
no
son
sino ins-
tn imentoa para
el
logro
d e
un
objetivo
ético,
que
e s
el
d e
la
sociedad.
Sin embargo, s i bien la ética
soviética
e s esencialmente instrumentnlísta, s e
halla
cimentada en una nueva posición historica que
sitúa
la
función especica
de la
mora l comunista
m ás
alla
del instnunentalismo.
L a
fundon
d e
la
mora l
co m unis ta fue
definida
de fo rma ocial en la alocución d e Lenin al
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 2 0 Herbert Mamise
lll Congreso
de la Unión de
Juventudes
Comunis-
tas d e Rusia,
en
1920 (4), como:
1 )
La
negación
d e
la
m ora l trad icional
(prebur-
g u e s a y burguesa), esto e s , como el repudio de
todos los
valores y principios éticos fundamentados
en una sanción trascendente (religios) Y/0 en
unas
proposiciones
sidealistasn
(Lenin
no
establece una
distinción
sus tantiva entre e s t a s d o s c l a s e s d e
éti-
ca), y como
2)
la
ormación
d e
una
nueva
mora l
acomunisf
ta», que está enteramente subordinada
a
lo s intere-
s e s d e
la
lucha d e
c l a s e s proletaria.
Los principios
de e s a mora l s e
derivan
de las exigencias y obieti-
vos
d e
e s a
lucha. Debe
hacerse notar que esta
exposición
de
la mora l comunista
no
excluye la
adopción»
de
valores éticos
sburgueses»,
s im p r e
y
cuando coincidan
con las necesidades
d e una
deter-
minada
etapa de la
lucha
de c l a s e s . También
d e b e
hacerse
notar que
e l
caracter
abiertamente
«instru-
mental istas d e la mora l comunista
(servir los
inte-
r e s e s
del
proletariado en la
lucha
d e
c l a s e s )
s e
dirige,
según
Lenin,
hacia una meta
que
está
p o r
encima del
nivel
pragmát ica: «La mora l sirve
para
que la sociedad humana s e eleve a una m ayo r
altura, para que s e desembarace de la explotación
del t rabajo..
Por lo
que s e
reere al contenido especlco
d e
la
mora l
comunista:
«Para
un
comunista, toda
la
m o-
ra l reside en
esta
disciplina
solidaria y unida y ›
en
esta lucha consciente
d e
las
masas
contra
los
explo-
tadores›
(5).
La denición d e Lenin señala la ine-
xistencia d e
valores
especificamente
éticos
al m a r -
g e n
y fuera de la lucha de c l a s e s (resultado necesa-
rio
de la
posición
histórica
de
la
mora l
comunista)
y ,
al
mismo
t iempo, indica
la
direccion
en
la
que
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 222/300
semis p m
m
e s t o s valores s e concretarån posteriormente. La «so-
l idaridad» y la discipl ina» centran la etica comu-
nista
en
t o m o
a
la
rígida
rnoral
de
trabaio
del
periodo stalinista,
mientras
que
la
insistencia en
el
aspecto consciente de
la
lucha
(muy
frecuente en
las
alocuciones
d e Lenin) revela e l carácter fuerte
mente
sintelectualista»
d e la ética
soviética:
la ins-
trucción, la formación, la apropiación sistemática y
metódica del saber técnico y cultural acumulado
p o r
la
civilización
s e
convierten
e n
uno
d e
los
principales
requisitos
previos para la
edificación
del
comunismo. También
en
e s t e aspecto la
l i losoa
é tica sovié tica p re tende
s e r
la heredera
d e
la tradi-
cion
racionalista
ocddental:
la
conquista de la li-
bertad
-e n
otras
palabras, la realización
del
hom-
bre
-ha
d e
basarse en
e l
saber y
la
razón.
La primi t iva y
brutal definición
d e Lenin d e la
mora l comunista
presupone
una co mp le ja dialéctica
historica que
ha
de elevar e s t a ética del plano d e la
validez
relativa
al de la validez
absoluta.
La sma-
yo r
altura»
a
la
que
d e b e
elevarse
la «sociedad
humana»
(la
etapa
d e
la
liberación
total
y
univer-
sal) suprimirå
e l carácter especíco d e la mora l
comunista,
t ransfonnándola
d e instrumento e n
n
en s i
misma.
El
caracter instrumental
d e
la
e tica sovié tica ha
constituido
el obietivo principal d e la critica o cd -
dental,
que
s e
ha
centrado
e n
torno
al
principio
« e l
n iustica lo s
medios»,
pr indpio
considerado en s i
mismo como
no
ético. Sin embargo, la ética soviéti-
ca
apunta m ás allá del
instrumentalisrno, y
la
crítica en términos
d e
re lación m ed ios -n
no
da en
e l
blanco.
Las tendencias
suprapragmáticas d e la
ética sovié tica derivan
d e
l o s rasgos especicos del
instrumentalismo
soviético.
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 223/300
2 2 2 I- lerbertMucuse
L a sociedad que proporciona
a
la ética soviaica
su denominador
general
está
deiinida,
según la
losoña
soviética,
p o r
d o s
caracteristicas
esenciales
(que
fueron objeto d e un
analisis m ás
completo en
la
Primera
parte):
1 )
S e
la
supone organizada de manera ta l que
ha establecido ya
L a s
condiciones previas para el
l ibre desan-ollo y realizacion de las facultades hu-
manas d e
todos
s u s miembros ( a
través
d e la aboli-
ción
de
la
propiedad
privada
de
los
medios
d e ,
producción
y,
con
ello, d e la
exp lo tadón y
d e la
iusticia
clasista).
2) Debido
a las
circunstancias particulares de
«atrasos
y
de
«cerco capitalista»,
e s t a s
condiciones
d e l a l i b e r t a d n o h a n s i d o t o d a v i a t o t a l m e n t e
utili-
zadas en
benecio
inmediato
de los
individuos.
La
represión,
la e s c a s e z
y el
empleo
improductivo
de
las fuerzas
productivas
(produccion bélica)
predo-
minan todavía y son signos d e la etapa inferior del
social ismo, distinta de la etapa superior del comu-
nisrno.
Las
condiciones de la l ibertad son,
todavia,
condiciones
previas;
s u
realización
depende
del
e s -
fuerzo continuado d e los individuos todavia
no
l ibres.
La
relación
entre e s t a s
d o s
concepciones d e la
sociedad
confiere
al
instrumentalismo soviético s u
dinámica especifica. bi pr imera conccpáón (año
mativa) suministra
un grupo
de
normas
éticas
obie-
t ivas, e s
decir,
d e n o m a s que corresponden
a
una
sociedad
sin
c l a s e s to ta lm ente desarro llada ( w o m a -
nismc-) . Estas n o m a s reasumen la idea
tradicional
de la civilización occidental - l iber tad,
iusticia
y
desan-ollo
integral
del indiv iduo- condensada en la
formula: «D e cada
uno segun
s u
oapaddad;
a cada
uno
según
s u s
necesidades»
La
fórmula
re insta la a l
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 224/300
Squndapane 2 2 3
individuo
como
punto de ieferenda
ñnal
de las
normas
éticas: e s bueno
todo
lo
que fomenta
e l
l ibre
desarrollo
del
individuo.
S e
supone
que
el
extremo
relativismo
inherente
1 esta
norma e s l ibe-
rado de s u s
connotaciones
nocivas p o r obra de las
iusti tndones socialistas: la voluntad
general
coinci-
d e
con
la voluntad d e todos
los
individuos; la
desigualdad d e las n e c e s i d a d e s y
facultades
s e
con-
vierte
en un valo r
absoluto siempre y
cuando no
impl ique
e l
desarrollo
d e
un
individuo
a
e x p e n s a s
de otros. El
resultado
prospectivo na l d e la
mora l
socialista concede asi a la ética
soviética
la
digai-
dad d e las normas universalmente válidas
y
obieti-
vas, culminando
en
el
pr indpio
de la tol idaridad
y
la cooperación no sólo
entre
lo s
individuos
fino
entre
los
pueblos
y
las
naciones.
El
instrumentalìs-
m o desemboca en un absolutismo ético; el espiritu
d e partido y
la mora l
d e
c l a s e
son prodamados
meros
vehiculos (si
bien los únicos
vehínilos histó-
ricos) para
la
realización
d e
ln
humaníras.
Eau
nonnax del futuro, aunque puestas e n relación
con
la s ituacion
real
d e
la
sociedad
soviética, conservan
s u connotación ctrascendentei, esto e s , lo
imagen
de un
futuro
que compensar-6 a los
individuos
de
s u s
actuales sufrim ientos y
frustraciones. La
ética
soviética cuenta, asi, con una «válvula de seguri-
dad- :
la
im agen del
futum
parece desem peñar una
fundón
simi lar
a
la
de los
elementos
trascendentes
de la ¿tin occidental y a e r un autén tico suatitutivo
soviético de
la
relig`(›n.
Sin
embargo,
existe
entre
ambas
concepciones
una diferencia esencial,
d e
la
que la
e tica sovié tica
extrae
gran parte
de
s u
a t r a c t i v o . L a m e t a
t r a s c e n d e n t e
d e l a é t i c a
s o v i é t i c a
e s
histórica,
y el camino para
lograrla e s un
proce-
s o
histórico,
e l
resultado
d e
una
determinada
evo-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 225/300
2 2 4
Herb Mlrna
lución
soda l
y politica.
L a p le nitud
y
satisfacción
nales
del hombre
no
estan orientados hada la
«personalidad
interior»
c
hada
e l
m ás
alla,
sino
hacia
la «nueva etapa» del
desenvolvimiento real
d e la sociedad. Y la verdad d e esta concepción
ha
de
s e r
no asunto de fe
sino
cuestión d e
analisis
cientico
y
d e razón; dicho
de otro modo, de
necesidad
(6).
indiscutiblemente,
e s t e
argumento
ocial
e n
fa -
vo r
d e
la
etica
sovié tica s irve
para
iusticar
un
régimen
represivo, e l
cual puede utilizarlo
exclusi-
vamente
como
pretexto ideológico para la perpetua-
cion de la situación
actual Sin
embargo,
lo
que
anterionnente
di i imos respecto
a la versión soviéti-
ca
del marxismo
en general (7 ) puede
s e r aplicado
también
a
su
losoña
ética:
una
v e z
que
s e
ha
transfonnadov
en una
parte
esencial de
la estructura
psíquica
y
d e conducta de los
individuos,
una
vez
que s e ha
t ransformado en
un factor de cohesión
e
i n t e g i - a a ä ó n
sociales, adquiere un im p ulso
propio
y
s e
mueve
p o r
s u
p rop ia d inam ica . En e s t e
trabaio
sólo
nos
ocupamos
d e
la
etica soviética
d e s d e
este
punto
de
vista y no
en tanto que obietivo de
los
dirigentes soviéticos. Su pretensión d e
estar
basada
en
la necesidad histórica ob je tiva o to rga a la ética
soviética
una rigidez extrema, pero
también
un
alcance e intensidad
m uy 9-andes.
Precisamente
porque
s e
halla
en
reladón
con
un
n
absoluto,
cexterior»
en
e s t e
sentido a
cualquier
acción y
posicion individual especifica, la ética sovié tica con-
siderará como inmovale: todas las acciones
y
posi-
ciones
que contrarresten o
retraaen
e s a supuesta
necesidad histórica. Muchas zonas de la existencia
humana
que e n
la
tradición
occidental
son
mora l -
m e nte ene utraless quedan
sometidas
asi
a
una va-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 226/300
Í . ^ ; , ~ › \ . ~ 7 = m a l l
S e n m - d a v a n e
› V
_
2 1 5
lo ración m o ral. Por ejemplo: la zona
correspon-
diente
a las
tareas
cientificas
y
artisticas.
Una
teoria cientifica, aun cuando e s t e científicamente
vericada,
puede ser
condenada s i
s e la
considera
perjudicial para la mora l
comunista.
La
noción
epistemológico de la verdad (razón pura) y la no-
ción
mora l del bien (razón práctica)
tienden a
converger, del mismo modo
que la
verdad estética
tiende
a
converger
en
la
esfera
del
arte y
d e
la
l i teratura
con la verdad cpis tem ológ ica (8). Ambas
nociones conve rgen en la politica que
coordina
esferas d e
la existencia
humana que s e
hallaban
tradicionalmente separadas, a s í como l o s valores
que
reejan ta l separación. Además, l a nueva
b a s e
histórica
de
la
e tica sovié tica
necesita
asimismo
aplicar juicios
morales
a
zonas
meutrales» de
la
esfera privada, también e n e s t e
c a s o
po r in tenned io
de la politica. Una
relación
amomsa
con
un
«ene-
migo de clases e s moralmente
condenable,
pues
e s
polít icamente un-lala»,
sobre todo
s i
cons tituye una
relación
amorosa
auténtica;
pues en
ta l
c a s o
com-
promete la existencia entera del individuo y
no
sólo
la
parte
-p r ivada- d e
s u
existencia,
afectando asi
s u s
relaciones con
lo s
demas individuos, con el
trabajo
y con el
Estado.
Por
consiguiente, en
la
medida en que
las ncnnas éticas s e a n aplicables
en
tales
c a s o s ,
seran
iguales que
las
normas
polit icas,
p u e s no
existe
una
mora l
dual. La ética
soviética
constituye un instn im enta lism o polit ico, pero
en
e l
sentido de que la esfera politica
no
e s una esfera
m ás
entre otras, sino la
esfera
de la realización
humana.
La politización de la ética
s e
encuentra en el
arranque
y
en
la
conclusión
d e
la
losoa
occiden-
tal. Tanto en Platón como
e n
Hegel la
autonomia
M-ie-. i i
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 227/300
2 2 6 Herbert Marcus:
de
la ética sucumbe
ante
(o m às bien, s e
transfor-
m a en) la
autonomia de
la r e s publica, e l
Estado. Y
tanto
e n
uno
como
e n
otro
c a s o
e l
resultado
no
e s
un p rag m a tism o relativista
sino
un absolutismo. Si
la - idea del bien- exige que la po lú la realice
parcial
o
totalmente, entonces el bien será
solamen-
te
aloanzable
en
e l bio: polinícos
y
la
polis
en-
camarâ l a s normas éticas
absolutas.El
hechodeencar-
narlas significa que
l a
polis
no
constituye en s i
misma
e l
bien
supremo.
Sin
embargo,
en
lo
que
respecta
a
la realización de
la existencia
humana,
el bien
mora l
presupone e l bien
político,
el cual
e s
definido
e n reladón con los
recursos,
instituciones
y conexiones que perm iten la meior
real izadon
posible del hombre (de
su
esencia como « s e r racio-
nnh).
Según
esta
concepcion,
el
oonicto
étioo
no
surge
entre individuo (mora l ) y pol i : (amoral), n i
entre d o s
morales
nntsgónicas, sino entre conducta
mora l e
inmora l
en
la polis.
Socntes no repiesenta
el derecho
del individuo frente
al derecho
de la
polis,
sino la
polis iusta
frente
a
la
polis
injusta.
Lo
que
en
e s t e
c a s o
s e
halla
en
ìuego
no
e s
la
l ibertad
privada
de pensamiento
y
de conciencia,
sino
el
pensamiento y la conciencia polit icos, esto e s , la
polis. a la
que
tanto Sócrates como
s u s
i u e e e s
aceptan.
La
Filosoa ética y polit ica, por
un
lodo,
y m oral y polit ica, por otro,
tienen una b a s e
episte-
lp o lóg ica común:
en
la
ética
y
en
la
polit ica,
la
verdad
deriva
del
oonodmiento
del
orden
obietiva-
mente verdadero
existente
en ln
N aturale za y la
sociedad. La verdad ética constituye, asi, la verdad
polit ica; y la verdad politica e s la verdad absoluta.
La
misma
oonoqxión pervive, en s u s rasgos esen-
ciales,
en
la
teoria
marxista, especialmente en el
tratamiento
de
la
ideologia.
Hem o s hecho
ya
notar
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 228/300
s e g u n d a
parte
'
2 2 1
que las
ideas sovietiças acerca
de la
cultura intelec-
tual recuerdan, incluso en
s u formulación,
La Re-
pública
y
Las
Leyes
d e
Platón
(9).
A n d e comprender
en s u
totalidad las impl ica-
ciones de la concepcion soviética conviene destacar
s u s profundas raices ai la misma civilizacion
a
la
que desaña. El empleo
d e
la
palabra
«totalitaris-
mmcomocaiondesastrequeunicaalasñloso-
ñas
platónica,
begeliana,
fascista
y
marxista
sirve
para
enmascarar
tanto
el
nexo
histórico
que
une
al
total i tarismo con s u
contrario
como
las razones
historicas que pnoduieron la transfonnación del hu-
manismo clásico en
s u
negadon.
Mientras lo s
valores
httmanlstìoos -y particular-
mente la l iber tad- no
s e
hagan
realidad,
s u
propio
contenido
continuará
sometido
a
las
condiciones
que
hagan posib le
ta l
p a s o .
Tal re a liucio n sera
politiea,yaqueafectaalasociedadoomountodo
y no sólo
al individuo
privado.
La realización de la
l ibertad
constituye asi
tm
prooeso obietivo
en un
doble sentido: 1 )
impl ica la t ramfonnadon de una
sociedad
establecida,
y
2)
e s a
transformación
de
pende
de
las oond idones his to ricas del munento .
Porambasrawnes,lareali1.aci6udeIalibertad
presupone que pensamiento y acción (teoría y p r å < >
tica)
s e hallen
en
concordancia
con la verdad
histo-
rica, esto
e s , con la
razón
objetiva. En ta l caso, e s a
teoriayesapr6etica,ynolaoonservaciondela
l ibertad
aislada individual,
serán la tarea
y el
valor
¢ticospfimarios.Laverioaci6ndelateoriay
practica uoorrectau, la validación de
la
razon obie-
t iva,
pueden
buscarte tonto en la ontologla idealis-
ta como en
el
material ismo dialéctica: aunque lo s
dos
sistemas
s e
encuentran en
polos losócos
opuestos,
ambos
impl ican
la nbrovdón
u-arm'zoría
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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22 He-ben
Mamue
de
la libertad dentro de la neces idad histórico y
polít ico, esto e s ,
dentro de la razon obietiva.
El
fundamento
común
d e
ambos
sistemas
s e
en-
cuentra
e n la filosofia de
Hegel.
Hem o s señalado
ya que
la
noción
marxista soviética
de
la
l ibertad
no hacesino
repetir
la
paráfrasis d e
Engels
de
la
concepción hegeliana:
la l ibertad e s «reconocimien-
to de la necesidad»
y acdón
en concordancia
con
la necesidad reconocida
(10).
Es
m ás
que discutible
el
que
semejante
parâfrasis
recoja
realmente
e l
significado de la noción de Hegel; sin embargo, e s
verdad que,
en
e l sistema
d e
Hegel, la
esfera
priva-
da
de
la
l ibertad
a e disuelve
en
la
esfera
pública
del
Estado
y del
Derecho,
y que
los derechos
rubietivos s e
disuelven en
verdades
obietivas.
M u-
chos
han
subrayado
e l
hecho
d e
que
en
el
omn i -
comprensivo sistema begeliano
no exista
una disci-
plina elpecial de neticas. La fuerza que explica esta
-desaparición» de la filosofia ética independiente y
la disolución de lo s valores
éticos
privados e s
la
Historia.
Este
c a
e l
punto
e n
que
la
politización
de
la
e t i c a ,
p r o c e d e n t e d e l a t r a d i c i ó n o c c i d e n t a l , s e c o n -
solidó
en un sistema nuevo de pensam iento , que
pretendiaseralavezelheredemydadvetsurio,
la realización y la neg adón,
de
esta
tradición.
El
progreso
de
la propia civil izadón occidental puso
enelordmdeldialatranslacióndelosvalores
internos
a
condiciones externas y
de las ideas sub-
ietivas a
rea lidad ob ie tiva ,
la conversión de
la
etica
en
pol i t im. Hegel, al interpretar la
Razón
tér-
minos d e historia, anticipa, en una formulación
idealista, la
trans ición m arxis ta
de
la
teoria a la
práctica
El procm histórico
ha
creado las condi-
ciones
previas,
tanto
materiales
como
intelectuales,
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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S m l w m
2 2 9
para
la realizacion d e la
Razón (Hegel)
en la
organizacion de la sociedad (Marx). para lo eonver
gencia
de
l ibertad y
necesidad.
Sin
embargo,
la
l ibertad que
converge con (0
que e s
incluso aboon
bida por)
la necesidad no constituye la fo rmo
últi-
m a de la l ibertad. En e s t e
punto nal,
Hegel
y
Marx cs tån nuevam ente d e acuerdo. El reino de lu
auténtica
l ibertad
s e encuentra m ás
alli
del reino
de la necesidad. Tanto ln
l ibertad
como la
necesi-
dad
s o n
obieto
de
nueva
definicion.
P ara Hegel,
la
l ibert ld final
m i d e en
e l
reino del Espiritu Abso-
luto.
Para Marx, el
reino d e la necesidad
será
dominado por una sociedad
cuya
reproducción
que-
dará sometida
al
control
d e
los
individuos, siendo
la
l ibertad el l ibre fuego de las facultades indivi-
duales
fuera
del
reino
del
trabaio
necesario.
L a
l ibertad
queda
uconnadxn
nl
I iunpo
l ibre; pero el
t iunpo
l ibre constituye,
cuantitativa
y
cualitativo-
mente, el
propio contenido
d e ln vidn. Admi í s ,
segin Marx,
el
proceso
histórico,
regido p o r
l e y e s
objetivas,
genera el social ismo,
a traves de
la
uti-
vidnd
politica
del
proletariado,
como
In o rg aniza-
ción
racional
de las eondiáones para la l ibertad.
La
necesidad historica
tnnxforma ui ln ética en
polit ica, y la percepción de
la
necesidad
histórica
instala a
la
politica sobre l i indnmentoo
i e iem l -
e o n ,
oonriénrlole
un
aráe te r
objetivo. Sobre ul
fundamento,
la
loaon
ética sovié tica
n e
presenta
como lo opuesto al oportunismo,
pragmat ismo e
i rmàonal isnio a b u r g u e s e s u z com o el
protagonista
de lnRnz6noon I . rn losdes t rue tmeode InR.u .6n .B l
naque n la loson é tica burg uesa s e l ibre
en
nombre d e la « truicìonadm trad icion rocionalixta.
L a lucha
contro
la ética burguesa s e
hace
tanto
m ás
vital
pura
la
losoa
social
xoviétiea
cuanto
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 30 Herbe r t Martuse
que ambos poseen r a s g o s comunes. Las tendencias
progresivas y criticas dentro de lo l i losoa burgue-
s a
s e
convienen
en
e l
blanco
principal
del ataque.
La
principal
acusación
que s e
e s g r i u - i e contra ellas
e s
la
de que constituyen una deshonra d e
la Razon.
Nietzsche
y
Freud,
Schopenhauer y
Dewey,
e l
pragmat ismo,
el
existencialismo y
e l posit ivismo
lógico
s o n
estigmatizados
como
irracionaliatas
y
antiin te lectua lis tas y ,
por
ello,
como
«reacciona-
rios»,
«iumoraless
e
eimperialistass.
Según
la
in -
terpietación soviética,
tales
corrientes p o s e e n uectr
sariamente -e n s u
función
histórica objet iva- e s e
carácter, con
independencia
de
las intenciones y
convicciones
personales de
los
filósofos que
las
de-
enden.
La razón e s que cualquier compromiso
con
los
valores
históricamente
superados
d e
la
sociedad
burguesa,
cualquier
intento
de
negar
la validez
obietiva d e la dirección históricam ente definida del
progreso y
de
la capacidad
del
hombre para corn-
prenderla, resulta para el marxismo soviético un
intento
d e justificación de un sistema
social
caduco.
No
e s
necesario
seguir
aqui
el
despliegue
d e
e s t a
critica: n o s l imiuiremos a mostrar el m étodo que
aplica.
(Es,
en
g ran p arte , e l rnisrno
m é todo que s e
utiliza e n
la critica marxista del capitalismo y
que
le oonere su atractivo racional.) Uno d e
los
pr in-
cipales elementos d e e s t e
método
consiste en
part i r
de
la
validez
d e
las
ideas
y
objetivos
del
adversario
-aceptarlos, p o r asi decir lo- y m ostrar
a
renglón
seguido que s o n irrealizables dentro del marco teo-
rico
y social
en
el que operan. La conclusión
e s
que
e s a s ideas
y objetivos están siendo
t raidonados,
violado: o
transformados en c o s a i lusoria
por
la
acción
d e la losofn y la sociedad burguesa. En
e l
c a s o
de
la
fi losofia
etica,
lo s
d o s
blanm
principales
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 232/300
Segunü parte 2 3 1
delacrh.icasov¡éticaaon:a)elesfuemodelaética
occidental contemporanea para
captar
y compren-
d e r
l a
c o n c r e t a
ritusción
e x i s t e n c i a l
d e l
i n d i v i d u o
y
d e r i v a r d e e s a s i t u a c i ó n l o s itutrumentos
c o n c e p -
tuales
y practicos para el
progreso de
la
l ibertad
y
dela raz6n,yl›) el in tentodedara laét icauna
b a s e cientica
(logica o experim enta l).
Estos
obieti-
vos, según la critica
soviética,
no solo no
pueden
ser
alcanzados
p o r
lo s
teóricos
éticos
burgueses,
sino
que, en
el esfuerzo
p o r
lograr los,
s e
tnns fo -
manerisuseontrarioslïnlamedidaeoquela
ética
burguesa progresiva opera
con las
institucio-
n e s e ideologías de la sociedad
capitalista,
apoya ln
fuerzas que impiden e l progreso. Así, negando
la
etapa
histórica
superior
d e
la
razón
y
la
l ibertad
que
implia la eliminación del capital ismo,
esta
losoña e s i rracional y abstracta aun
cuando
pre-
teuda
ser
racio nal y
concreta:
defiende
una concep-
dé n antiw ad a de la razón,
no tiene
en cuenta las
concreta: condiciones historicas de la l ibertad,
aba-
tnyendo
a
e s t a
d e
a q u é l l a s .
En
virtud
d e
e s t a
postura, la é tica burguesa
progresiva e s
regresiva
incluso m a n d o
critica
a la
sociedad estab lecida.
Además, la
teoria soviética
rechaza la
lcson
occi-
d e n t a l taiitc m a s
v i o l e n t a m e n t e
c u a n t o m á s
critica
s e a
esta; ya que, d e s d e e l punto de vista soviético,
la
crlúca
burguesa
de
la
aodedad
actual,
s i
bin
señala s u s rasgos represivoa, desvía al mismo t iem-
polaluchacontralascausasd:elarq›resión.Se
urma
que e l ap arato cientico de esta losoa
e s
espúreoyquenosirvemånqueparaoscurecery
distraer
la atención de
los verdaderos
problemas,
esto
e s ,
el
estancamiento
y
el
caracter
destructivo
del
sistema
capitalista.
Tomaretnos
como
eiemplo
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 233/300
2 3 2 Herbert Marque
d e e s t a
i n t e r p r e t a c i ó n e l
t r a t a m i e n t o s o v i é t i c o d e l
pragnat ismo de Dewey.
Parece
existir
una
estrecha
anidad
entre
las
renovadoras orientaciones de la teoria hacia la
práctica que Marx y Dewey , cada uno por
su
lado,
prendieron.in embargo,
la
critica soviética su-
braya que el marxismo y e l
pragmat ismo
son
no
sólo esendalm ente diferentes sino
incluso opuestos.
Según
Shariia,
lo
que
la
tesis
marxista
af i rma
-no
e s que lo
útil
s e a verdadero,
sino
que lo verdadero
e s
útil- (ll).
Esta formulación ¡emite
al
Materíalis-
m o
y
Empír-íocrílícixmo de Lenin. En esta
obra,
Lenin
había
annado
que,
para los
marxistas,
la
práctica cons tituye el criterio d e la verdad sola-
mente en la medida e n que s e derive de un saber y
conocimiento
verdaderos
(12)
y
en
que
s e a
práctica
del único
grupo
social que
puede
descubrir y reali-
zar la verdad, e s decir, e l proletariado
con concien-
cia de
clase.
La
unidad m arxis ta
de
la
teoría
y la
práctica presupone
la existencia de una verdad
obietiva
e incluso -absoluta»,
cuya
dernostradón
incumbe
al
material ismo
dialéctioo
(por
ciemplo,
la
verdad acerca d e
las
potencialidades y
perspectivas
'd e
una sociedad y, en consecuenda, d e
las
poten-
cialidades y perspectivas de la
l ibertad
y e l «creci-
mienton).
El contenido
de
esta
verdad,
asi como s u
y realización,
son
históricos;
pero
e e -
t o s e le m e n t o s
r e l a t i v o s
s o n
c a m e t e r t s t i c a s
t a n t a
d e
la realidad objetiva como
d e
la verdad obietiva
acerca de esta realidad. Según Lenin,
la
dialéctica
«incluyen el relat ivismo, pero
no
« s e reduce» al
relativismo; solamente
s o n
relativas las condiciones
históricas
para
la aproximación» a la verdad
obie-
tivn
y
para
s u
realización
(13).
Aplicada
a
la
mora l ,
e s t a
postura
permite
no
lólo
rechazar
cier-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Sqrnh
parte
2 3 3
tos principios morales supuestamente incondiciona-
l e s como
tergiversaciones idoolo jeas
de la verdad
obietiva,
sino
también
aceptar
ciertos
«principios
elementales» de
la
mora l humana independiente-
mente del contenido
d e clase
(14).
A part i r
de la
repulsa
del lila.-rtinaie mon i l
de
los pr imeros
años
de
la
década de
los
veinte,
la losoa
etica
soviéti-
c a insiste
cada
vez
m ás en que la
tesis marxista
de
que
la
exis tencia socia l
del
hombre
detennina
su
conciencia
no anula
la
validez
d e las normas etias
generales. Pues,
prescindiendo de las diferendaa
existentes
entre las form as his toricas de vida social,
ciertas
relaciones y normas de conducta basica,
comunes
a
todas
las formas de la sociedad
civiliza-
da, estan expresadas
en ciertas
-normas
de conduc-
ta
ética»
generales,
validas
para
todos
lo s
hombres,
con independenda
de las c l a s e s . La
insistencia
del
marxismo aovietioo en
la
validez
general de lo s
principios
éticos guarda
un notable paralel i tmo con
la postura
marxista
acerca
del
lenguaìe
y
la lóg ica ;
fue este miento argumento e l que s e aplicó en la
defensa
de
la l6g'ca
t`onnal
contra
lo s
intentos
de
diaolverla dentro
de
la log ica d ialé ctica (15), asi
como
en
la polémica
contra
la doctrina
clasista
del
lenguaje.
Estas
tendencias ideológ icas expresan
e l desarro-
llo
en
vinud
del
wal e l Estado
soviético
pierde
su
posición
revolucionaria privi legiada
y
participa
de
l a s
p a u t a s d e
o r g a n i z a c i o n
y
c o n d u c t a
c a r a c t e r i s t i -
c a s d e la
civilización industrial
contemporánea.
En
e s t a GUI ” , la racionalización, la eficacia
y
las
previsiones a
largo plazo s e
translãinnan
en exigen-
cias
económicas
y politicas
primordiales.
El acento
puesto
en
la
existencia
de verdades
obietivas
en
el
campo
de
la
ética
entra
dentro
d e
los
redentes
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 3 4 Herbert Mamue
esfuerzos para adaptar la ideologia a la nueva
etapa
de
la sociedad soviética.
Pero esta
nueva f a s e
tampoco
renuncia
a
la
pretensión
de
que
solamente
la sociedad soviética s e halla en el camino histórico
correcto hada la realización de tales verdades.
Los
principios obietivos de
la
ética soviética
p o s e e n asi
t | . n doble caracter:
pretenden
1 ) referirse a los
principios morales
válidos para cualquier f o r - r n a d e
sociedad
civil izada,
y 2) s e r peculiares
d e la socie-
dad
socialista,
única
que
puede
realizar
la
l ibertad
y ìusticia auténticas D e s d e la pr imera
posición,
la
losoa mora l
soviética
arremete contra todas las
éticas burguesas
fachadas
d e
prefascistas
o fascistas
y
que niegan los principios morales
universales
en
favor de fuerzas
amorales
tales
como
la
Vida,
la
Voluntad
d e
Poder,
el
Eros,
etc.
La
segunda
posi-
cion constituye el centro del ataque contra Dewey.
El asalto contra el
«irracionalismo burgués» re-
sulta particularmente
esclarecedor,
ya que
pone al
descubierto
lo s rasgos
comunes
d e la raciona lidad
soviética y occidental, esto
e s ,
el predominio de
los
elementos
tecnológicos
sobre
los
humanlst icos.
Schopenhauer y Nietzsche, las diferentes e s c u e l a s
del i v i ta l i smo i (Lebensphilcsophie),
del
existencia-
l ismo y
d e
la psicologia p ro funda d ie ren entre sl
-e incluso
entran en conicto- en
la mayor ia
d e
las
cuestiones importantes; sin
embargo,
s e
ltallan
emparenlados
p o r
e l
hecho
de
que
ponen
en cues-
tión la racionalidad
tecnologca
de la civilización
moderna. lo hacen
poniendo
de
relieve las
fuerzas
psíquicas y
biolócas
que subyacen a esta raciona-
l idad, y los sacrificios
i rremediables
que e s a
rado-
nalidad
impone
al hombre. El resultado e s una
t ransmutadón
de
valores
que
destruye la
ideologia
del progreso;
m as
no
a
través
d e
una
regresión
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S e g u n d a
parte
2 3 5
mn-tánlica y senumental , sino mediante la ruptura
d e
los
tabúes d e la sociedad
burguesa. Esta trans-
rnutacibn
s e
opera
preúsamente
en aquellos
valores
que
la
sociedad
soviética
d e b e proteger por
endma
d e todo:
la
anulación,
e l
trabaio socialmente
nece-
sario, la disciplina laboral
que s e perpetua a
s i
misma,
la felicidad
deinorada
y rep rim ida.
Asi,
el
marxismo soviético, en
s u
lucha
contra
lo s
-valores
burgueses»,
no puede
reconocer
ni
aceptar
la
criti-
ca
m as
destructiva
d e e s t o s
valores,
que
s e
realiza
precisamente
e n el
propio «mn-tpo burguén;
en
lugar de
ello, d e b e negar
e s t a s
criticas, aislando y
ridiculizsndo lo s e v á d e n t c s aspectos
regresivos d e
s u
l i losoa.
El
ataque contra Dewey toma una
dirección
dife-
rente. Como
quiera
que
s u
pragmat ismo
no
admite
la existencia d e
iuicios
obietivos q ue p uedan conde-
nar
a
la sociedad burguesa como históricamente
anticuada, s u esfuerzo por superar los l imites
ideo-
lógicos
de
la
ética burguesa
deberan desembocar
necesariamente e n un
relativismo conformista.
D e-
w ey
opone
al
absolutismo
acientllìco
de los
idealis-
tas ¿ ticos la infinita plural idad de
experiencias,
aspiraciones
y
situaciones existenciales,
cada una de
ellas
con s u s propias
potencialidades de «crecimien-
to - y , por tanto, con
s u s propios
valores. Sin
embargo,
seineiante
plural idad,
según la critica s o -
viética,
no
suministra per
. r e
una
b a s e
para
fo rmu-
la r
¡uicios
éticos
positivos. Solam ente cuand o la
sociedad que integra la
pluralidad
de
situaciones y
metas proporcione la posibil idad real de un
«creci-
rniento-
libre
estará
en
condiciones
de
hacerlo.
Ahora bien,
e l
marxismo mantiene
que
ta l posibil i-
dad no puede darse en la
-decadente»
sociedad
burguesa,
excepto
en
c a s o s
marginales
y
siempre
a
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2 3 6 Herbert Marwle
e x p e n s a s
de
otros.
La
negativa
a trascender
esta
sociedad
hacia
s u
futuro
histórico
«ob ie tivoi v icia
en
s u
misma
b a s e
los esfuerzos
de
Dewey
p o r
superar un relativismo ético confonnista. Sin
duda,
e l pragmat ismo de Dewey
no
excluye
cambios y
reformas
sociales,
que habran
d e ser
realizados I
través de una educación que transmita un saber
verdadero
y completo, el
cual tendrá
la
tarea d e
guiar las
refonnas graduales. Sin embargo,
e s t e
programa
e s ,
según
la
critica
soviética,
autocontra-
dietorio; la
sociedad no puede
otorgar
fadlidades y
derechos
educacionales
a
un saber que contribuir-la
a
su
propia
destrucción.
Esta s ituación obliga a la
losoa d e Dewey
a
aceptar implíci tamente (y qui-
zå incluso en contra de las intenciones del propio
Dewey )
las
normar
y
metas
dominantes
dentro
de
la sociedad estab lecida. Adem as,
también
condena
al fracaso al
intento d e
Dewey
d e
fundar la
ética
sobre
b a s e s cientificas.
El
marco d e referencia
den-
tro
del
cual las proposiciones de D ew ey han de ser
vericadas e s e l sistema institucional e
ideológico
de
la
sociedad
burguesa, que
necesita,
a
s u
vez,
una
.-verificación».
.La cienda d e la
conducta»
de
D ew e y, carente d e ta l comprobación trascendente
(que mostrar ia que la
estnictura
e s
defectuosa e
imperfecta), e s simplemente
una descripción
( e
in -
cluso
una justificación) de
la conducta socialmente
dominante.
La
negativa
a
extender
el
método cien-
tlco
al
futuro
histórico,
accesible a
la
dencia
a
través de l analis is d e
las tendencias
fundamentales
existentes en
la sociedad
actual,
l imita
el pragma-
t ismo
a
una mera descripción de lo que e s (16).
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s e g u i r a . p e n e 2 3 7
ll. bos principios de la
mora l comunista
Según
la
interpretacion
que
el m ancism o
soviéti-
co hace de
s u propia
postura é tica,
cabrla
encon-
t rar
en ella dos niveles de losoa
mora l :
el uno
denirla lo s «principios elementales de
la
mora l
humana al margen del contenido
de clasei,
y e l
otro
mostrar ia
la expresión
d e
e s t o s
principios
y s u
realización
espedca
e n
la
«mora l
comunista».
Sin
embargo, surge
e l
problema d e que
no parece exis-
tir una
exposición sistem ática
del
pr imer
nivel
que
pueda
sum in is tra r m ate ria l representativo
adecuado
para
s u
análisis. La inexistencia d e desarrollos
s i e -
temúticos d e lo s
«principios
elementales de la mora l
¡tun-¡anar
e s , d e s d e
luego, inherente
a
la
polit iza-
ción
d e
la
ética:
a
medida que
los
valores
morales
s e
convienen
progresivamente en
valores
políticos y
la conducta mora l s e t ransforma en
oonducta
pol l -
tica jus ta, v a quedando menos lugar
para
los
pr in-
cipios
éticos independientes,
o
para la fundamenta-
úón de
s u
validez
obietiva. Sin embarg i ,
la ética
soviética pretende
tener
una
validez
objetiva
en
la
medida
en
que las
metas
especificas de la
aociedad
soviética coinciden
con e l
interés universal d e
lu
humanidad,
esto e s ,
la realización d e la l ibertad
para
todos.
Pero é s t a e s también la pretensión de
la
«ética burguesa». Fommlmenze, los «principios ele-
rnmtales
d e
la
mora l
humana»
admit idos
p or
lu
losoa mora l
soviética
ooincidirån, asi,
con
los
admit idos p o r
s u
antagonista. Por
e s a
razón, lo s
principios universa lm ente vá lidos tienden
a
fundine
con
lo s principios
especicos
de la
mora l comunis-
ta .
Dentro
del contexto
d e
la ética
soviética,
los
primeros
reciben
s u
signicación
real
d e
los
últi-
mos,
los
cuales s e denen,
a s u vez,
d e
acuerdo con
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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1 3 3 Herbert M a ma s
el desarrollo de la sodcdad soviética. Por
tanto,
analizaremos
e s t o s
principios
d e s d e e l
punto de
vista
d e
s u
función
social
y
pol i t ica
Y
d e s d e
e l
p r imer
momento nos enfrentarnos
con e l hecho
de
que
lo s
principios
cepecicos
d e
la mora l comunis-
ta, lo m ism o que
los «principios
de la
mora l
huma-
na», de alcance
universal,
s e
parecen,
en grado
sorprendente, a
los
de la ética
burguesa.
D el mismo
niodo
como
la
Constitucion
soviética
en su
procla-
mación
de los «Derechos
y
deberes fundamentales
de
los ciudadanos»
parece
copiar
la ideologia
y
practica -delnocratico-burguesa», asi parecen ha-
cerlo
también
las fonnulaciones soviéticas de los
principios
éticos.
Por
mucho que s e
subraye la
diferencia entre ideologia y realidad, e l hecho
de
la
imi tadón
o
asimilación
resulta
innegable.
La
co e
xistencia historico-universal de
lo d o s sistemas r iva-
les,
que dene la
dinamica
politica de ambos,
de-
ne
también
la función social
de
s u ética.
Al
examinar lo s
va lores m ora les superiores
que
la
losoña soviética establece, resulta dici l encontrar
una
sola
idea
mora l
o
un
conjunto
d e
ideas
morales
que
no
pertenezca también a
la ética
occidental.
Cuidado, responsabil idad, amor ,
patr iot ismo,
dili-
gmcia , honradez, laboriosidad, prohibición de
vio-
la r la fe licid ad del prój imo, consideración p o r
e l
interes común:
nada hay
e n
e s t e catalogo
de valo-
r e s
que
no
pueda
s e r
incluido
en
la
ética
de
la
t rad idon occidental.
La semeianm persiste
cuando
examinamos lo s principios especificos d e la mora l
comunista
(1).
S e
repite
de fo rma c a s i l i teral la
jerarquía
d e
valores
establecida
por
Lenin
en 1920;
y las nuevas normas morales que s e incorporan no
s o n
m as
que
una simple
reelaboración,
destinada
a
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Seguarhparte
2 3 9
fonalecer
y
vigorizar al Estado sovié tico: patriot is-
m o soviético,
orgul lo
nacional,
solidaridad
indivi-
dual,
nacìonal
e
international,
respeto
p o r
la
pro-
piedad
socialista, a m o r
p o r
el trabajo socialista,
amor , lealtad y
responsabilidad
hacia la
famil ia
socialista y el Partido. Po r
s u
parte, el
código
de la
mor a l
comunista expresado en el Programa de
l96l incluye lo s principios m is
conocidos
d e
la
ética
de
la
industrialización,
p o r
ejemplo:
~ E 1 m b - i s w n o m m a o p o r a u e n a e u m a e a r s a q i n m
trabaia
n o
c o n - i e ;
-e re i i sa idooeeunumpofsemerv - rymrup i ta rab iea
puma;
-elena-
s o n d e o s - - s e r «ser
» t - ¡ . | , i m r m i m a i
t u r a - em -
quier
violadon d e l o s i n t e r e s e s
s o c i a l e s ;
- l›oues ridad yiincerldad ,pit |e|-arnoralninipl icidady ntode asiaen
la vida s o c i a l y privada;
-««pewmutos¢aurrrri¡t¡n,¢¢i~er¢pef|ieaaer«^saae1¢s
un ( 2 ) .
Estos principios ti-¡viales
(y
no precisam ente
pro-
gresistas)
no
parecen expresar la idea
d e
una
mora l
nueva para una sociedad nueva
Adeuis,
la deni-
cion del «hombre nuevo» que debe surgir
en
cl
pe r- io d o d e lpas o a lo o rnun im to e vo cauna im ag e n
t o d a v í a
m a s i n q u i e t a n t e :
e s t e h o m b r e
n u e v o r e u n i -
rá «ln riqueza
espiritual, la purem m oral y la
perfección
ñaica».
Para poder apreciar la
función
real de
e s t a s
triviales nociones hemos de situarlu en e l contexto
concreto que
las
i lustra dentro d e la
mora l
soviéti-
c a . Este contexto
nos
lo
proporcionan las discusio-
n e s
sobre
relaciones
laborales,
matr imonio ,
asuntos
familiares,
empleo del
ocio y educacion, asi como
s u
presentacion
a
través
de
la
l i teratura
y
de
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 40
Herbert Maltuae
industria del espectáculo.
los valores
mo rales con-
vergen en la
subordinación
del plaoer al deber -el
deber
d e
poner
todo
lo
que
s e
p o s e e
al
servicio
del
Estado, del Partido y
de
la
sodedad-
y
en
la
transformacion del deber
en
placer.
Traducido a
mora l
privada,
esto
significa relaciones monogánt i -
c a s estrictas, dirigidas a la reproducción y educa-
ción d e
los
niños; disciplina
y
anulación profesio-
nal
en
e l
marco
de
la
división
de
funciones
estable-
cida,
y
una concepción
del
empleo
del
ocio
como
distensión
del
trabajo
y como
recuperación
d e ener-
g ia para el trabajo, m as que
como un
n en s i
mismo. S e trata,
en
todos los a s p e c t o s ,
d e
una
mora l
d e emulación e n e l trabajo, proclamada
con
una rigidez superior a la
d e
la mora l burguesa y
suavizada
o
cndurecida
según los
intereses
especifi-
o o s del
Estado soviético (por
eianplo,
suavizada
en
la consideración otorgada a los
hiìos
i legit imos o en
todos aquellos
c a s o s en los que la rig'dez
entra
en
conicto con
las
exigencias de la
lealtad
politica, d e
la eficacia del tnba io , de la diwápl ina del
Partido,
etcétera;
y
endurecida
en
el
supuesto
d e
castigo
p o r
robo o
«sabotaier
de la propiedad estatal).
Una d e las
exhortacioues
m as representativas,
dirijda «al for ta ledmiento de la mora l comunis-
ta › (3), s e centra en la mora l de
trabajo.
S e
dice
que lo s «principios superio res» que rigen
e s a
mora l
s o n
e l
patr iot ismo
soviético
y
el
amor
a
la
madre
patria, asi com o el cìntemacionalismo
proletario›.
Sirven
para
¡ustìcar
la
completa identificación
del
trabajo con
el contenido
de la
vida entera
del
individuo.
No sólo e l trabaìo
e s en s i mismo un
honor y
una gloria,
y
la «emulación socialista» un
deber'
incondicional,
sino
que todo
trabajo
p o s e e
baìo el socialism o
un caracter creador; cualquier
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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S e g u n d a
parte
2 4 1
forma
de despredo hacia
el
trabajo
manual
perju-
dica a
la educación
comunista.
En la sociedad
soviética,
«el
amor
al
t rabajo-
constituye
p o r
s e
uno d e
los pr indpios
supremos de la
mora l
comu-
nista,
y el
trabajo
e s cons iderado en
s i
m ism o com o
uno de
los factores
m as
importantes en
la fo rma-
cion de l a s
cualidades
morales. Dado
el
valor
mora l
del trabajo en
im a sociedad
socialista, las
diferen-
cias existentes
entre
e l
trabajo
intelectual y
e l
m a-
nual,
entre
e l
trabajo
elevado
y
el
humi lde,
carecen
de importancia y signicacion.
Esta igualizadón mora l d e las d ife rentes fo rm as
y
esferas de trabajo
p o s e e
una
gran
importancia a
la
Isora de
denir la función real
d e
la ética
soviética.
La
teoria marxista
establece una
distin-
ción
esencial
entre
e l
trabajo
como
realización
de
las potencialidades humanas
y
e l trabajo
como
«trabajo
enajenadm;
toda
la
esfera d e
la produc-
ción material , de
las
ejecuciones meeanizadas
y
estandar-izadas,
s e considera
como una esfera de
alienacilm En virtud d e e s t a distinción,
la
l ibertad
solo
podra
ser
realizada
dentro
de
una
sociedad
la que e l
trabajo
como l ibre despliegue
de
las
facultades hum anas haya l legado a
ser
una
«necesi-
dad vital» para la sociedad, y donde el
trabajo
para
satisfacer
laa necesidades
de la vida no
consti-
tuya
ya la
ocupación
y
labor principal
del
indivi-
duo.
En
últ ima
ins tancia, lo
que,
según
Marx,
dene y justifica
a l socialismo como
«etapa supe
riora
de
la
civilizacion e s
la
supresión
de
la aliena-
ción. El
sodal i rmo
dene
im a
nueva
existencia
humana, cuyo
contenido y
valor han de
estar
de
terminados por el t iempo
l ibre,
no por e l tiem p o de
t rabajo;
e s
decir,
el
hombre
solo l lega
a
realizarse
fuera
y
› - m á s
al lá-
del
reino
de
la p roducción
u_u
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 42 Herbe r t Mllcuae
materia l
destinada a la
satisfacción de
las
necesida-
d e s
elementales
de la
existencia.
La socialización d e
la
producáón
ha
d e
reducir
al
min imo
la
energia
y
el t iempo gastados e n e s t e
dominio, y ha
d e incre-
m entar al m áxim o la energía y el t iempo utilizados
para e l
desarrollo
y satisfacción
d e
las n e c e s i d a d e s
individuales
en e l
reino d e
la l ibertad.
En contraste con
e s a
concepdón, la mora l
sovi(~
tica
no
reconoce diferencia alguna entre el trabajo
enaienado
y
no
enaienndo:
s e
supone
que
e l
indivi-
duo
invertirå todas s u s
energías
y pondrá todas s u s
aspiraciones
en
la funcion
que
eliia
voluntar iamen-
te o que las autoridades
l e
asignen. Esta anuladón
de la
decisiva
diferencia entre
trabajo enaienado
y
no
enaienado permite
al
marxismo soviético procla-
m ar
que
el
sistema
soviético
posibilita
e l
desarrollo
total del individuo, e n contraste
con e l
individuo
muti lado d e la sociedad occidental
(4).
Pero la
aplicación de
las
ideas d e Marx y Engels acerca d e
la sociedad comunista al
proyecto
soeialistmsoviéti-
o o
d e construcción del
comunismo
no hace m ás que
poner
d e
relieve
e l
contraste entre
la
teoría
marxis-
ta y la teoria soviética:
en
la últ ima, el
individuo
plenamente desarrol lado e s
e l
trabaiador experto
que vierte
su
individualidad e n s u
trabajo.
S e pre
tende que e l
«carácter
mismo del trabajo bajo el
socialismo
ha
cambiado», y que, p o r
consiguiente,
«todas
las
personas»
s o n
«requeridas
para
t rabaiar
d e
acuerdo con s u capacidad,
en
beneficio
del pue-
blo y
d e
ellas
mismas».
Esta fórmula no tendrá
nada
d e
socialista
o oomunista en
tanto
que
el
trabaio -según
s u
capacidadn
continúa
siendo reali-
zado
dentro
del «reino
de
la
necesidad»,
esto e s ,
mientras
no
constituya
e l
l ibre
despliegue
de las
facultades humanas.
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 244/300
S e g u r n ü parte
2 4 3
Las conside rab les a tenuaciones
recientunente
proclamadas
y l levadas a cabo en
la Union
Soviå i -
c a
no han
el iminado
la
fusión
de
n o m a s
técnicas
y
normas morales, de productividad del trabajo y
ética, de ecacia y felicidad. Bajo la vieja
consigna
d e lucha
contra
lo s vestigios d e influencia capitalis-
ta
e n
la m e ntalid ad del
pueblo,
prosigue la lucha
sistemútioa contra todas las tendencias Iibertarias
que
pudieran
poner
en
peligro
lo s
objetivos
del
rég ìner t
El marxismo soviético h a c e depender la
supervi-
vencia
de
elementos
capitalistas en e l s e n o de la
sociedad soviética
del
mantenimiento
del -cerco c a ~
pitalista». S e
acusa a
las
potendas
ocddentalea
de
inttar reactivar lo s vestiyos del
pasado
aún
exis-
t e n t e s
d e n t r o
d e l
E s t a d o s o v i é t i c o .
P e r o
l a l u c h a
oaritra las ideologlas
y
actitudes
capitalistas
adquie-
re su pleno
sigticndo
d e cara
a
la politica into
rior:
s e
trata de contrarrestar el
peligro
de
disten-
sión que una
productividad
en constante aumento
entraña. Además,
c o s a
quizá incluso m as impor tan-
te ,
e s a
lucha
s e
esfuerza
p o r
meioi-ar
y
aumentar
una fuerza
de trabajo
bien preparada, håbi l y
disciplinada.
La lucha contra el legado del
pasado
s e parece asi, en gran medida, a la lucha del
capitalismo
naciente contra los
valores
y actitudes
preeapitalistns ( S ) .
L a
reeducadón
ideológica
s e
centra
todavía
en
t o r n o
a l a actitud «socialista c o n r e s p e c t o a l tra-
bajo,
que
s e
contrapone
a la actitud nep t i va ,
presunta
caracteristica del trabajador
en
una socia
dad explotadora. La exigencia
d e
una
identificación
positiva del trabajador con
su
trabajo, la
presión
en
favor
d e
una
incesante
aemulacion
social ista,
e o r i t i n ú u '
e n t o d o s
l o s c a m p o s .
S e g ú n l o s
t e x t o s
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 245/300
2 44 Haber Malwøe
soviéticos, la
presión
parece
tener éxito:
En
e l
øleslrrnl lo de una nueva 0€ - ¡und
hlcil e l trlbaio ll
Hllull-
am
»ct-nm
h a
¢ ¢ m › p ¢ n - u n
m i
¡mpmnm
p a p a .
L»
puip iu
eupnxdddanvlhdthunuhdónwdlliuvlndadeloayrinlr
m e
« - S l b a d o s oomunimø-
(trnbaio ¡in retribución), durante
la
a ñ o s
anguminvmriumpaiiamøqumpmmaiuuma-
nuaanu ignnm. -u4¢ |p¢ i . y . |m«v¡munw4¢mu› ›4¢»¢
pionero: d e l n imøvmún inúum-¡al
S i
be participantes e n l o s
. smam
m u m n u -
1 »
mi m u q m pum. mm-tu d e mw
iadovmatcambiolnunulouónaocialimydmvvimienwdelna
tm¢a-=a¢¢›»q»¢m~¢y - ,amm=|«u|um«.a«a¢uda .a -
delmvanteylmpúmemañwdehdéødnóelmtmntgah
mm
pm t u i m mt,-Mora q u
pmiap im
« i u m i m i @
mi -um ,
y e i m m m a e
»mm
inmviauu « im
1 4 » m i n i m -
ra a u m e n t ó uweuntemente ( 6 ) .
Si
e l
staianovismo creó lo s supuestos d e un «ple-
no desarro llo
d e
la
personalidad»
(7)
«la
emulación
para el trabaio comunista»
establece
las condiciones
previas para
la
construcción
total
del
comunis-
m o
(8).
D el m ism o m odo como la extinción
del
Estado d e b e
ser
precedida
por
el reforzamiento del
Estado,
asl también la
abol idón
del
trabajo
d e b e
s e r
precedida
p o r
s u
intensificación.
No
puede existir, por denicióu,
trabajo
:miem-
do
en la sociedad soviética,
ya
que la
producción
está nacionalizada. Sin
em b argo, hay
que señalar
que la
nacionalización no
excluye la enajenación:
en tanto que e l t iempo d e trnbaio (socialmente
necesario) constituya la
medida
d e la riqueza
s o -
cial,
seguirá existiendo
enaienación.
h i @
1 - » -mmm
r i q u e z a
e n
l a
p n › d u ¢ u v ¡ - m i ammnuan d e
tndnsIo t ind iv iduo› .Ent0n¢¢$, IamedmadeInr iqu:1 ,ayanoese|
mw a ¢ mtnio, un e l
a m p @
utm ( ¢ 1
a m p »
a i i p o n i b u t E l
wm tu
a m p »
a ¢
mtnio w m m e d i d a
d e fiquzu ¿p iña
huar
la
viqueu
s o b r e
la
p o b r e z a . . . y
t ruuforum
¡ o n o
e l tiempo d e l
mavmmmummainuimnnimmumum-uwwan
d e
m e r o
trabliedør,
nubruminbk
e n u u
u - a b a i o .
L a maquinaria
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 246/300
squni. p m
w
m is a l r a m e n r e dem-follada obl ip ,
ul,
tiunpoqueelulvanomhqueau
primitiva: y s e n c i l l a s
b e r - r a m r e n r u
( 9 ) .
E - =
“ ã
t. gi
t š
ii
La
negación
d e la
enajenación
en la
ética soviéti-
c a
puede
parecer en un
pr imer momento
un
mero
anicio d e la teorización abstracta; sin
embargo,
sometida a un análisis
m ás
detenido, pone al descu-
bierto la sustancia
concreta d e
la losoa ética
soviética.
AI
negar
que
la
noción
de
la
enajenación
s e a
aplicable a
la sodedad
soviética,
ln ética sovië
tica priva
d e
fundamento mora l a la
protsta con-
tra una organización social represiva del trabajo, y
aiusur
la
estructura mora l y el
caricter
del
indivi-
duo a
esta
organización. El
t rabajar al
servicio
del
Estado soviético
constituye
algo ético
p e r
re,
Y
e s
la
verdadera
vocación del
hombre soviético. Las nece-
sidades y
aspiraciones
individuales son
sometidas
a
disciplina;
la remuneración
y el esfuerzo constitu-
yen el camino
que conduce
a
la salvación. La
teoria y la
práctica
que habian de conducir a una
nueva
vida
d e
l ibertad
s e
convienen
en
instrumen-
tos de preparación
d e
hombres para una
forma
de
trabajo
m ás
productiva,
m as
intensa
y m ás racio-
nal.
La que el espiritu de
trabajo
calvinista logró
mediante el reforzamiento
d e
la ansiedad i rracional
respecto
a
las
decisiones
divinas siempre ocultas, s e
logra
en
la
etica soviética
a
través
de
medios
m ás
racionales: una existencia
humana m ás
satisfactoria
será la recompensa
p o r
la
productividad en
cons-
t a n t e
a u m e n t o d e l t r a b a i o . Y e n a m b o s usos
f u e r -
z a s
económicas
y
sicas
mucho m as
poderosas ga-
ranúzan
la eficacia d e la moral .
El
parecido e s m ás
que
casual.
Las
d o s éticas
s e encuentran
sobre el
tenerlo
común
d e
la
wontemporane idad. histórica:
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 247/300
2 46 Htflte Mllwse
relleian la necesidad d e incorporar grandes m a s a s
de
personas atrasadas a
un
sistema
social nuevo, d e
crear una fue rza
laboral
disdpl inada
y
bien
prepa-
rada, capaz d e
revestir
la
rutina del trabaio
coti-
diano oon
la
autoridad d e
la
sanción
ética
y d e
produdr una
cantidad
d e
mercancias
cada vez m a-
yor m ediante procedim ientos cada vez m ás raciona-
les; al
t iempo,
la utilización racional de e s t a s
mer -
cancias para la satisfacción de las n e c e s i d a d e s indi-
viduales
e s ,
una
y
otra
vez,
aplazada,
en
nombre
de
las
-circunstancias».
En e s t e
sentido,
la
ética
soviética constituye
un
test imonio
d e
la
semejansa,
cuya b a s e fue establecida durante e l
periodo
stali-
nista, entre
la
sociedad
soviética
y
la
sociedad
capitalista.
En
e l
desarrollo
d e
la
sociedad
soviética,
el
pe-
riodo
stalinista e s
e l
periodo de la
industrialización
- m e i o r dicho,
e l
de la
«civilización
industrialr en
el sentido esbozado p o r Lenin en
s u s
últ imos escri-
tos
(10) - ,
emprendida
con
el obietivo d e gran
en-
vergadura de
-alcanzar» y
sobrepasar
e l nivel
de
productividad
d e
los
p a i s e s
occidentales
avanzados.
Dado que la industrialización tuvo que
arrancar
d e s d e una situación de atraso, e s t e periodo corres-
ponderia
a las
primeras etapas de la industrializa-
ción
capitalista
que
siguió al
periodo d e
«acumula-
ción
primit iva».
Sin
embargo,
la
ventajosa
posición
de
r rec iå l
l legado», la nacionalización de lo s
medios
de pro -
ducción,
la
planificación
central
y
el control
totali -
tario
perrnitieron
al
Estado sovié tico recorrer varias
etapas
d e la industrialización de un
solo
salto y
utilizar
la tecnologia y maquinaria
m as racionales,
la
dencia
m ás
avanzada
y
los
métodos
de
trabaio
m ás intensivos, sin
v e r s e
seriamente obstaculizado
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 248/300
S e g u n d a
pan : M7
po r la existenda de intereses privados en conflicto.
la l ì losoa ética soviética formit la l o a valores bási-
c o s
de
la
industrialización
pr imi t iva,
pero
expresa
t a m b i é n , s i m u l t a n e a m e n t e , l a s
e x i g e n c i a s
d i f e r e n t e s
(y a
v e c e s
en
conicto)
d e
las etapas
posteriores.
La
ética
soviética
d e b e combinar la necesidad
de
una
disciplina «primit ivas de
las c l a s e s
trabajadoras con
la
necesidad
de una
iniciativa y
responsabil idad
ind iv idua les , ln
obediencia estandarizada
de
la
he-
rramienta
humana
con
la imaginación
inteligente
del ingeniero.
Debe
fomentar una mora l de trabaio
que promueva
n
la
vez
una larg a
io rnad a labo ral y
una productividad
del trabajo
e levada, unos logros
y
realizaciones tanto
cuantitativos
como
cualitati-
v o s . Las condiciones d e atraso que definieron la
industrialización
soviética
vinieron
a
unirse
con
las
de
la
tecnologia
avanzada
( industr ial ismo
del s i-
g lo
XVIII con
industr ial ismo
del
s igo
XX), tanto
en lo
que respecta a
las
inst ituciones po liticas
como
en lo
que s e reere
a la ética
de
la sociedad
soviética.
Un
absolutismo administrat ivo
s e enfren-
ta
con el
constitucionalisino
elicaz
del occidente
democrático,
y una burocracia
autoritaria y
privi le-
giada d e b e puricarse,
renovarse
y abriise a las
corrientes ascendentes. Esto viene impuesto
no
so-
lamente
por
la
exigencia
d e
aumentar el alcance y
la ecacia
del
aparato productivo,
sino
también por
la
necesidad
de
compet i r
con
las
posibil idades
y
realidades del
mundo occidental. La
concesión
de
compensaciones
cultura les y
materiales en
favor
de
la
población gobernada s e conviene
en indispensa-
ble; y ello por razones
no sólo
politicas
sino tani-
h ú é n
económicas,
pues fonnan
parte
del «desarrol lo
de las fuerzas
productivas-,
columna
vertebral
de
la
politica
soviética
a
largo
plazo
(ll).
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 249/300
2 4 8 Herbert
M a r c u a e
La ética
soviética
trata de integrar esta diversi-
dad d e n e c e s i d a d e s econotrticas y políticas, y de
expresarla
en
un
sistema
coherente
de
valores
m o-
rales. Así,
encontramos, en yuxtaposición,
la exhor-
tación a la iniciativa y espontaneidad individuales
y
a la
disciplina autoritaria, a la emulación
staia-
novista y
a la
igualdad socialista; la
glorificncion
del trabaio
y
la gloricación del ocio, del
esfuerzo
y
de
la
l ibertad,
de los
valores
totalitarios
y
d e
lo s
valores
democráticos.
La losoa
social
soviética
reeia
plenamente la
contradicción his tórica obieti-
va
inherente
a
la sociedad soviética;
contradicción
generada p o r la utilizacion de
los
principios d e la
econornla socialista
como
inatntmentc d e domina-
ción para la defensa
y
desarrollo d e
un
pais atrasa-
do,
enfrentado
oon
un
mundo capitalista
mucho
m as adelantado.
La necesidad de
«alcanzan
al
capitalismo
impuso
la
industrialización
obligada y
acelerada como único cam ino p ara alcanzar el
s o -
cialismo.
Mientras
que
los valores
humanistas
rela-
tivos a la meta a alcanzar
s e ritualizaron en ideo-
logia,
los
valo res ligados
a
los
medios,
esto
e s ,
los
valores
d e la
industrialización
total, l legaron
a
convertirse en
los
auténticamente rectores. (En la
prin-iera parte d e e s t e estudio (12), hemos especula-
do acerca de la pos ib ilidad d e que, en un futuro
no
demasiado imprevisible,
lo s
partidos
comunistas que
s e
hallan fuera
de
la
órbita
soviética
-y quizá
incluso l o s de dentro de
dicha órbi ta-
pudieran
transformarse e n
los
herederos de
los partidos s o -
cialdemócratas tradicionales. En e l
tema
que ahora
estamos
analizando
a
nivel ideológico encontramos
un paralel ismo sorprendente. El fin retrocede, lo s
medios s e
t ransforman
en
todo;
y la suma
total
de
lo s
medios
constituye
e l
propio
«movin-iientos,
que
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 250/300
S e g u n d a
parte zw
absorbe y
s e
adorna con
lo s
valores
del n,
cuya
realización el propio «movirriientow aplaza. ¿No
fue
é s t a
la
losoa
impl lci ta
y
expl iciu
de
la
social
democracia
alemana
desde
t iempos de Eduard
Bernsteirú) La
mora l sodalista sucumbe asi
ante la
mora l industrial, y
las
diferentes
etapas historicas
de
esta últ ima
s e
condensan
en una
unidad com-
prensiva
que
combina
elementos de la
ética
del
calvinisruo
y
del
puriranismo,
del
despotismo
i lus-
trado
y del l iberal ismo, del
nacionalismo, del chau-
virt ismo, del inter-nacionalism o, de lo s
valores capi-
t a l i s t a s
y
s o c i a l i s t a s .
Tal e s
e l
e x t r a ñ o s i n c r e t i s m o
que
la etica sovié tica
ofrece.
Dentro d e e s t e sincretismo lo s e lementos represi-
vo : aon
los
que predominan.
Muchas
de
las
normas
deconducurenlaescuelayeuelbogar,enel
trabaio y
en
el ocio, en la vida púb lica
y
privada,
hasta ta l punto
a e
parecen
a
s u s
equivalentes occi-
dentales tradicionales d e etapas
anteriores
que irr-
cluso llepn a recordar a lo s sermones
recolares
que
i lustran e l «espiritu
d e
la
ética
capita l is ta-pnr
r e s t a n t e - _
E n
e f e c t o , n o
s e
h a l l a n
m u y
a l e j a d a s
d e
las exhortaciones puritanas en p ro de
los buenos
negocios. La
alabanza
de la famil ia monogamica
y
de las
alegrias
y
deberes
del
a m o r conyugal recuer-
dan la
«ideologia pequeño
burguesa-
clásica, mien-
tras que la
disolución
de
la
esfera de lo privado
ree¡alarealidaddelsigloXX.Lalueliaonntra1a
prostitucion, el adulterio
y e l
divordo hace pensar
enlasmismasnormaseticasqnerigenestascues-
t i o n e s e n O o d d e n t e , m i e n t r a s q u e la s
garcias
e
la
tasa de nadmientoe
y
la
inversión
de energia en
la
emulación en el trabajo n o n
alabadas como
m a-
nifestaciones del Eros.
Sin duda,
las
exhortaciones
públicas
a
combinar las relaciones eroticas
con
el
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 50 Herbert
Mltnne
buen rendimiento profesional, no
deben de lomurse
demasiado en
serio: hay
pruebas
d e que dan
lugar
a
burlas
y
protestas
oficiales
y
serniocialcs
y
de
que son nrnp liam enle transgredidns. Lo decisivo
e s
la tendencia genera l,
asl como la medida
en que
las
apreciaciones
del individuo acerca de s u s
relaciones
personales concuerdan con el modelo polít icamente
d e s e a d o .
Ciermmeme,
e n lo s
últimos
años s e ha producido
en
bastantes
campos
im
relaiamienlo
de
las
normas
hasta e s e m u m en w imperames, pero sin
que
haya
llegado a
realizarse un
cambio
en la
mora l
subya-
cente. La tendencia
parece
dirigirse hada la nor-
malizneiòn d e la represión, m ás que hacia
s u
aboli-
ción. En armonia con las
tendencias
d e la
civiliza-
ción
industrial
contemporánea,
la
represión
tiende
a
s e r
reproducida iespomúneamemc» p o r
los
indi-
viduos rep rim idos, lo que pennite una re la jación de
la represión forzada y externa.
Las
proiesms popu-
lares y
ociales
contra la subord inación
del
a m o r
a
la mora l
de trabaio pueden
resulta r ilus tra tivas .
Son
r ig idamente
nnti l ibermrias,
y
subrayan
que
el
amor , la responsabil idad, ln
mora l
fami l iar
e
inclu-
s o
la
fel iddnd
son
deberes
que s e tienen
para
con
el
Estado:
Elmmwrsaøaaxmimlmormuevwo-muama
mesxmánuounnduciridnrpmemudeuuuripømndnndul
pr im ozdín |,i|m ennn. I sp recinm enu¢ues üonenIA les eo rnoe I
uno¢, le l `amL| iny lse -x iaenc¡neo1 . id innn,en leaqueh¡unenn
fomnpanediwnmmudemgupomhempüqdøndemb
paobnb lunenu›¢p f iodue i r ¡ \mdaàne .Amenudonrcedeqne \ |n
hnmhrepneee d e
vugunrün
e n s u inbnio-esiuimøvisu y
penonenc l i vedenu-ode lacomun idad - ,m ienuuqueenruv ida
rmiinfmwmunwgmwumsmmyaçmnnmunmw
uyordinlrio,o¡dopuAculudesineexivneinuponnnl›les.
Debunosiiempreieeordnrqu¢,mku|deom¡axuiq›nno,eno
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s s g m a a
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l ë å ï z
a å ì ï ì š
š å š a
e
c o m o
la
m m - ¡ m r
m
e l
enenqnnn n o s ó l o
vw pr ima ( r a ) .
Tales protestas,
a s í pues, está n de
acuerdo
con
las exigencias de la d is cip lina soviética al
servido
del
Estado
soviético.
los nuevos
principios
d e
m o-
ra l sexual que
pretenden
reannar ln
autonomia
de
las relaciones eróticas y libe rarlas de
su
subordina-
ción
a
las
relaciones
d e Lrabaio
y
a lo s
valores
de la
«comunidad m ás
amplia», lo
que
hacen
en
realidad
e s proclamar
la
necesidad
d e una adap tación m ás
armoniosa
d e
las
primeras
a
las
últimas.
El
a m o r
s e conviene
en una necesidad, m ás que en
e l reíleio
de
la
l ibertad e n el reino de la necesidad. La
ley
del valor, que
según
Marx regula las relaciones
d e
intercambio d e las mercancias, parece gobernar
también las relaciones
entre
las personas. Este fe -
nómeno nie expresado de
la
fo rma m as
brutal por
una
mujer
cuya
intervención
en
el
ll
Congreso
Koliosiano
mereció
ser citada p o r
Stalin (14):
Haoedoaa| lounørmlanov io :euec ladedore .Ahoraquehaç›
sooiømaanasrnuiompnsunurmmudew-prnsasmmque
m e p r o p o n e n c a s a r m e
c o n
e l l o s . A h o r a p o d r e
e s c o g e r .
L a
fusión
de
los valores económicos y m o rales no
e s ,
ciertamente,
un
rasgo
exclusivo
d e
la
ética
soviética.
No
cambia mucho las c o s a s el que la
rdoten s e valore
en
i o rnadu de lrabaio,'o
en
acciones, titulos
y
ncas; sin em b argo, según
'los
pa trones occidenta le s , semeìante fusión resulta
amoral y p o r ello
e s
enmascarada p o r declaraciones
ideológicas.
En
la
ética
soviiea,
e l
«velo
ideológ-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 253/300
Z S Z Herbert M a r o u s e
c o »
e s mucho
m ás tenue, casi
inexistente;
el amor ,
el
interés
del Estado y
la
ecacia
laboral son
configurados
de
manera
ta l
que puedan
ser
amro -
niudos.
Las cond iciones sociales del amor
son exa-
minadas a la luz de la oonciencia y de la regula-
ción politica. Esto resulta sorprendente para la
¿tica occidental; y la perdida e s
realmente
pende :
afecta a las imágenes e
ideales m ás
apreciados por
la
cultura
occidental.
Como
dice
Wolfson:
En l a s
c o n d i c i o n e s
d e l sodalmno
le l
tuna d e R o m e o y Julieta]
uobr-eviveasimimro.Lanociedad›ocial i : tanoofreoecampoyapa|a
u n
a m a n
n i g u n a
» m a - m i a s ; p o r
e r
api;-un»,
e n ¢ |
q u e u n
wdìtløea' sociales inpt la ¡ a m m
de lo a am-ames .
lll Iloaaórl'
e n
e l mama» y t n f a m i l i a
( r s ) .
l¿
armación
revela
m ás
de
lo
que
s u
baatedad
sugiere.
L a historia de
Romeo y Julieta
depende,
ciertamente, de las
«condiciones sociales
que imp i -
den la unión de
los
amantes»,
al
igual que
laa
historias d e
Tristan e
Isolda, D on juan, Madame
Bovary, Anna Kare nina. Pero e s t a s condiciones
s o -
ciales
definen
no
sólo
la
desdicha
del
amor
sino
también s u didra, ya que crean la dimensión
en
la
que
el am or ha
llepdo a ser lo que
e s :
una
relación personal
antagóniea
a
la
r e s
publica, que
extrae todo
s u
g o c e
y
todo
s u
dolor de e s t e antago-
nismo.
Si
Tristan e
Isolda, o
Romeo y
Julieta,
n o s
resultan
inimaginables
como
saludables
matr imo-
nios
deräcados
a
un t rabaimproduct ivo, s e debe al
hecho de que
su
aimproduct iv idadi (socialmente
condicionada)
constituye la cualidad
wencial
de
lo
qneellosrepresentanydeaquelloporloque
mueren; valores que pueden realizarse solamente en
una
existencia
al
margen
y
en
contra
del
grupo
social represivo
y
de
s u s
normas.
Cuanto
m ia
obe-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 254/300
s e g » - r a n pm ;
: s a
d e e e e s t e
am or
s u s
propias leyes, tanto m ás amena-
za
con
violar las l e y e s
d e
la comunidad
social. La
dvi l izadón
occidental
ha
reconocido
e s t e
oonicto
y
lo ha convertido en
un
elemento
esencial de ru
ética. Una le y
s e opone
a.ot.ra ley, un valo r
s e
opone a otro
valor; no
existe
decisión mora l
que
pueda
establecer cuál habrá d e prevalecer. Don
sistemas d e valora -dos é ticas -
existen
el uno
junto
nl
otro, cada uno con un derecho
propio
que
p r e t e n d e
h a c e r p r e v a l e c e r . E s t a
m o r a l
d u a l i s t a
a t a -
ñe
no
solamente n la
lealtad
erótica,
cantada
por la
ética occidental, sino
también
0
otras
lealtades, ta l
oomo s u c e d e
cuando surge
un
ooniøto
entre gru-
pos,
causas y tradiciones oontrapuestoa.
Antlgona
tiene razón
frente
a
Creon, d e
ln m i t m a manera
que
Creón
tiene
razón
frente
a
Antígona;
la
r e v o ~
lución
tiene
razón en
contra
del
:uuu
quo, de la
mima m anera que el
statu
quo tiene razón en
oontra de la revolucion. Al reoonooer
a
cado una
de
las pam: en
conflicto
s u a derechos, la mora l
dua lis tn ius tiea las aspiraciones
y
ambiciones indi-
viduales
y
de
grupo
que
vio lan e l
orden
social
restrictiva;
el n de la mora l dualista signicarla e l
n
de todo un periodo d e
la
civilización.
Con la
oonquiata
de
la
peligrosa
zona del
erotis-
m o por el Estado, el control público d e las
necesi-
dades
individuales seria
completo.
D e
esta
fo rma
s e
erìgirinn
barreras
euoes,
en
e l
interior
de
lo s
instintos
del hom b re, para
impedi r
s u l iberación.
Cunndo s e alcanzan
ln segunda
fue
y
el producto
social fuen
dixtribuido d e
acuerdo
oon
l a n
necesi-
dades individuales, e s t a s
n e c e s i d a d e s serian tales
que
perpetunrlan
respontúneamentm su
manejo
po r
parte
de la ad m inis tración. M ie ntran la r e s
publíax
no
s e n
la
r e s
d e
s u s
miembros
y
ciudadanos,
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 255/300
Z S O
l lertrertldartatse
annonizacióndelamoralsetualpfivadaoonla
mora l
polit ica,
con
la re : pub l im , deberú tener un
caråcter
represivo.
L o
mb
que
a e
podria
lograr
seria, probablemente, un
grado
superior d e
rado -
nalidad
mora l , a
t ravà, por ejemplo,
d e
ln dimi-
nución
de
los conflictos,
d e
las neurosis y
d e
la
infelicidad
personal.
Ello
puede constituir
una
meta
digna
de esfuerzo siempre
y
cuando la felicidad no
aigt ique un estado d e empobrecimiento menta l y
sicn.
El
logro
de
la
arm onización dentro
del
mar -
o o de
lo
administracion
autoritaria
añadiría
lo la-
mente
una dimension
decisiva -la
d e
las neoeaida-
d e s erótica- a las noonìdades n o c i a l e s administra-
das.
El
desarrollo
de
las relaciones
amorosas armo
n ims
s e convertir la
en
una
parte
d e la
«ciencia
del
consumo»
que
n e
perla
ya
m
e l ho rizonte .
S .
G .
Strumil in hizo una
af ì rmaáóu
m uy franca a
e s t e
respecto en
la
conferencia del
Instituto
d e Teoria
Económica, en
junio
de 1950:
¡mui-¢=›¢t›hra¢u¢iirrit«nriaii i=¢nluneo=1d~d=.d¢o=nu
deni rc laramemequéenta tdanotpwta lemlaoueoel ídadtsdeioo
m ie lnbroede lanciednd m m uninn tou lande laspuaonuedoudac
ynr ltindas ,q \ teno abuaude nuop ovrnn idad = de o t ›ten= rhinc I
&a›m›tnnn.Seuraaeandnat»nunadean`nde|oon1au›o. l laüte
mlaURSSunl|mi|utodeInN\|xrii:i¢6n,queutt|d¡aIn|n›tnns
nsmuaummøuammmammaupuuua
eom nnünn un- ln
extrciuidammte
diversa e ¡m v
d e b e
ai:tir,p\›rtArminomedio.unnta›d¢nnanadanornianiuque
m a n g a
emp tmume
in
W-¡uu
tu
1-
pe-run
»anne
a f . -m imo
(is).
1 2 . La ética
y
la productividad
Debedes taca raee l bechodequea l gunosde l os
rasgos m á s
significativo:
de
la
fi losofia
ética
¡ovie-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 256/300
S e g u n d a
parte
2 3 5
tica
s o n m uy
anteriores al periodo rtalinista.
Es
usual
contraponer la mora l
rigido
y represiva
de
e s t e
periodo
con
la
licenciosa
decada de
los
a ñ o s
veinte,
cuando
la mora l sexual
era
l ibre,
d e hecho
y de derecho, en un
grado
sin precedentes en la
historia.
La contraposición s e halla
en
cierto modo
ìuat imda: el eperlodo heroico»
d e
la Revolución
n x s a
poseía
unos
valores
éticos
y
politicos
netamen-
te
diferentes. Sin embargo, asi como los d o s perio-
d o s
tienen
e n
com ún cie rtos obje tivos
a
largo
plazo,
que corresponden a las
n e c e s i d a d e s
del socialismo
en
un solo pais y
en
un solo
bloque,
asi
también
c o m p o n e r :
c i e r t o s e l e m e n t o s p o l i t i c o s d e m o r a l .
Kol lonmi , que e s considerada
como portavoz
repre-
sentativo
d e la
mora l
sexual revolucionaria, ve en
el
alum bram iento y
educación
de
lo s
niños
una
forma
d e «trabajo productivo»,
y
ti lda
a
la prosti-
tuta d e
- d e s e n o r a
d e l a s l a s d e l t r n b a i o p r o d u c t i -
vo - (1). El tm tngonistno entre mora l pública y
mora l privada, que Kollontai considera caracteristi-
co
de la ética burguesa, ha d e ser conciliado, en
s u
losoa
étita,
p o r
medio
d e l o s
«sentimientos
s o -
ciales», que
no
pueden
s e r
generados por la mora l
individualista de la
sociedad burguesa. En
la
sude-
dsd socialista, lo
roolect ivoi
s e transfonna en una
realidad
que «excluye
cualquier
posibil idad de exis-
tencia de celulas familiares aisladas
e
independien-
t e s »
(2).
Sin
embargo,
ya en
la
época
d e
Kollontai,
la nueva
mora l
era la
de
un
ente
laboral
colectivo,
m ás
due la
de
una com unidad
de
individuos l ibres:
la
productividad
y
re l
desarrollo
de las
fuerzas
productivasu
fueron entonces -y
son ahora-
el
valor ético que tenía que
reg`r tanto las relaciones
personales como las
sociales.
La
connotación
ética
del
término
-productivi-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 257/300
2 3 6 Herbert Muwae
dad»,
o aprodttct ivm, remite, d e s d e
la
formación
del «espiritu capitalistas,
a
la producción d e
bienes,
tanto
materiales
como
culturales,
dotados
d e
un
valor
mercanti l y
que
satisfacen
una necesidad s o -
cial.
Marx,
que
mantenía
que
bajo el capitalismo
stena correlación necesaria :nue
el incremento
de la
ploductivid-ad
y la pauperización,
expresaba
el carácter represivo d e
esta
noción d e productivi-
dad reservando el
término «productivos
solamente
pan
el
trabaio
creador
de
plusvalía
y
considerando
los restantes
tipos d e
trabajo, incluido el
trabajo
intelectual creador
e independiente,
como
-impro
ductivos-. La
discrepancia entre las n e c e s i d a d e s
s o c i a l e s
y
las
individuales, entre
la productividad
aodal
y
la
individual, prevaleoera,
según la
teoria
d e
Marx,
en
tanto
que
la
producción
social no
s e a
controlada colectivamente p o r los individuos que
producen
mediante s u trabajo
la
riqueza social. A
falta
de esta
revolucion m el modo
de
production,
ta l discrepancia continuara existiendo: lo
que
e s
buenoparala scciodadyparaelmtado noloes
necesariamente
para
el
individuo.
Y
p o r
la
misma
razón,
mientras el Estado continúe
siendo un
poder
independiente
y
superpuesw a lo s
gobernados,
las
relaciones personales
no
podran
s e r disuelta:
en
una
re ;
publica
s in
s e r
previamente
remodeladas
y
puestas
d e
acuerdo con las n e c e s i d a d e s
represivas
de
é s t a .
En
tales
condiciones,
la
procreación
de
niños
e s , en
verdad,
productiva,
en
e l
mismo
senti-
do
que la de
las
maquinas-herramientas;
y
un
mar ido y padre
amante
e s «buenos en el mismo
sentido
que un
obrero
industrial
edente.
La
attbordiuadón
de
la mora l individual al desa-
rrol lo de
las fuerzas productivas fue conaìderable-
mente
refonada
por
los
cambios
introducidos
en
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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S e l v a - i a am s
2 5 7
ética soviética
durante el
periodo
stalinista, esto e s ,
p o r la restauración de una
m o ral ríg id a,
diadpl ina-
ria
y
autoritaria,
en
lo s
primeros
años de
la
década
de lo s treinta.
Los hechos
son d e
todos conocidos, y
hasta con recordados
brevemente:
cnduredmiento
de las
l e y e s
sobre
matr imonio
y divorcio;
realce
del
papel de la
famil ia y
d e la
responsabil idad
fami l iar ;
elogio
de
las
relaciones sexuales
-productivasv;
reintmducción
en
la
educación
de
métodos
autori-
tarios,
etc.
Sin
embargo,
lo
que
cambió
no fue
solo
e l contenido filosófico d e la ética
soviét im,
sino
también
s u contenido social,
a
saber: e l nivel y
alcance de la
industrialización
y
el marco interna-
cional
en
el que ésta s e
realizaba.
Con el pr imer
P lan Q uinq ue nal, la Union Soviética s e lanzó a
una co m pe ticio n
económica,
politica
y
estratégica
con
los
p a i s e s
adelantados d e
Occidente, pero
e l
«fin d e
la estabilización
cap ita lis ta» no
logró
pro-
ducir
una
«subida
de
la marea revolucionaria:
en
consecuencia, el aislamiento y e l
conflicto, m ás que
tura extensión internacional
del
socialismo,
parecie-
ron
constituir
la
perspectiva
futura
(3).
El
restable-
cimiento del
autoritarismo en
la ética
formaba ela-
ramente
parte
del endurecimiento
general
de
los
controles
y
de la preparación
menta l y
fisica para
la guerra,
e l
esfuerzo
y
la disciplina.
Pero s i la eliminacion d e la ética l ibertaria s e
corresponde con
las
exigencias
d e
la
industrializa-
ción
pr imi t iva,
¿por
qué
continúa la
lucha
contra
esta
ética
d e s p u é s
de
la creación
de
la
b a s e
indus-
trial, en una
situación
en
la
que la productividad
y
ln riqueza social s o n
cada
v e z
mayores? La politica
stalinista totalitario
ha sido
d e s d e luego rentable:
la
utilización
de
los
métodos
antes
criticados
de
la
«industrialización
capitalista-
(disciplina laboral
ri-
mas- .
n
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 259/300
2 5 8 Herbert
Mamtae
gidamentc
impuesta,
larga
jornada
laboral , «gestion
cientlcau, autoridad d e lo s
directores,
salario a
destaio
y sistem a
de
pr imas,
rentabi l idad
competi t i -
va) han permit ido
a
la
economia
soviética recorrer
varias largas etapas d e desarrollo industrial en el
curso d e
d o s d é c a d a s .
Sin embargo, e l sistema
soviético, lo
mismo
que s u
contrapartida
occidental,
p o s e e en
su propio s e n o
las fuerzas que lo impul -
san;
el
continuado aumento de la productividad
laboral
y
d e
la raciona lización
s e
convienen
e n
el
mecanismo
inherente que
mantiene al sistema
en
movimiento.
Al mismo t iempo, la pervivencia del
«cerco capitalista»
y e l mantenimiento
d e una eco-
nomia
d e preparación para la guerra hacen que el
control
centralizado
d e
las
n e c e s i d a d e s
individuales
también
s e
perpeuie
a
s i
mismo, incluso
aunque
la
tasa d e progreso
permita
derta
distensión
en e l
sistema.
La é tica sovié tica constituye una prueba
del
conflicto
existente
entre una productividad y
riqueza cada v e z
mayores,
por un lado, y e l impe-
rativo social
d e
esfuerzo y
renuncia,
por el otro.
Cuanto m a y o r
e s
la posib ilidad
d e
util izar
la
pro-
ductividad y la
riqueza
para la
satisfacción d e
las
n e c e s i d a d e s individuales y para e l
aumento
de la
l ibertad
individual, tanto m ás grande e s la necesi-
dad de reducir al
min imo
la contradicción, pero sin
d e bilita r p o r ello la fuerza motr iz que impulsa el
sistema.
A medida
que
la
industrialización
progresa
y
que
la
competición
económica
con
Occidente
s e
h a c e
m is
inipetativa, e l terror
s e
vuelve inútil
e
improductivo. Ya
no cons tituye un xustitutivo dura-
dero
de
la
coordinación eficaz
y racional
que una
soácdad
industrial
altamente desarrollada
exige;
e s t a s
exigencias deberán
ser
en
adelante
interioriza-
d a s en los
individuos,
d e
forma
que
l leguen
a
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 260/300
S e g u n d a
pene
2 5 9
convertirse
en s u s propios
valores morales.
bo que
pudo dejarse
l ibre
d e contro l inst itucionnl izedo
y a
merced
de las
fuerzas
y
circunstancias
externas
durante
e l «periodo
heroico» dc
la Revolucion,
lo
que s e l levó
a
cabo mediante el terror en e l periodo
stalinista, d e b e
ahora
s e r
nonnalizado
y convenido
en un recuiso calculable en la esfera m oral y
emocional
d e los individuos. La
mora l ,
baio la
forma
d e una
organización eficiente
de
valores
que
gobierna
e l
comportamiento
individual
dentro
y
fuera d e la
fabrica,
ltolios u ocina, asume una
significación
decisiva como
parte integrante d e
la
racionalización progresiva. Asi, es
sólo en aparien-
cia
paradójico
e l que la filosofia ética soviética
continúe prohib iendo - s i
bien en una
forma
m uy
di ferente-
las
ideas
l iberiarias
del
periodo
revolu-
cionario en
una etapa en
la
que
s u
realización
parece m as
lóg ica que en una etapa de e s c a s e z
y
penuria extremas.
Pero con
e l incremento
d e la productividad
y
la
difusion
de la industrialización la competición in -
temacional
s e
hace
m ás
intensa.
Dentro
del
Estado
soviético,
sometido a
la
presión
d e la competición
nuclear,
la penuria sigue
existiendo,
lo que
exige
una movilización intensiva. Mientras que la mora l
sexual ha
de
s e r
mantenida e n
vigor
y la emandpa -
ción
sexual d e
la
muier
tiene
que
s e r restringida, la
fuerza
de
trabajo
femenina
debe
e m an c i p a r se
m as
alla de l a s restricciones tradicionales.
Según la
éti-
ca soética, uno de lo s
valores superiores
que
coloca
a
la mora l comunista
por encima de la
mora l
burguesa e s
la abolición
de la
dominación
patriarcal y
e l
establecimiento d e la
igualdad
entre
lo s
s e x o s .
Los portavoces
soviéticos no ocultan
las
motivaciones
económicas
que
s e
hallan
detrás
d e
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 6 0 Herbert M a i - e m e
nueva étiu
d e la
igualdad. En
una
significativa
defensa
de
la legislación
soviética
contra el
abono,
de
I 936 ,
Wolfson analizaba
la
emancipación
de
la
muier en la Union Soviética, principalmente d e s d e
el
punto
d e vista de la emancipación de la produc-
t ividad
laboral
femenina. «La sociedad socialista ha
creado condiciones
gracias
a las cuales el trabajo de
criar
y educar a los niños deja a la inuier la
posibil idad d e combinar
s u s
funciones y deberes
maternales
eon
el
desempeño de
un
trabaio
activo,
productivo
y social- (4).
Wolfson
señala
que
« L a
com pos ición social
d e
la mano
de
obra
cspecializa~
da en
L a URSS ha sido profundamente modif icada,
en el
sentido d e una
equiparación entre el
trabajo
femenino y
mascul inm, y considera como
«punto
m as
interesante›
e l
hecho
d e
que
«las
muieres
soviéticos hayan avanzado y
continúen
avanzando
en
aquellas
ramas de la industria que estan cerra-
das
para la mujer
en
la sociedad capital ista-. Wol f -
son citaba
como
eiemplo
el elevado porcentaje
de
u-abaio
femenino
en
las
industrias mineras y meta-
lúrgias
(5).
La
igualdad
entre
el
hombre
y
la
rnuier
no
s e
l imita
al
campo
del trabaio
manual.
«Muchas tuuieres
ocupan
un
lugar
honorable en las
las
d e
los
innovadores de la
industria, transporte
y
agricultura,
y
entre
las personalidades
cientificas
y
culturalesn;
-part icipan activamente en la gestión
del Estado sovié tico» (6).
En
e s t e
aspecto,
la
socia
dad soviética
ha
superado probablemente
a
los
pai-
a e s industriales m as antiguos; pero
en
tanto que la
productividad
creeiente
no
s e a oontmlada
p o r
lo s
propios individuos, la emancipación
económica y
cultural
d e la
mujer sólo signicarú
una part icipa-
ción ig ual d entro de un sistema del trabaìo e|taie›
nado.
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 262/300
S e g u n d a pone
2 6 1
Parece a s í que e l metódioo aumento de la pro-
ductividad humana
constituye principalmente
un
aumento
de
la
fuerza
de
trabajo
abstracta»,
cuyo
valor s e mide en términos d e la necesidad
social
calculada.
Ds
distinciones
ligadas
al trabaio con-
creto de
los
individuos
s o n reducidas
a e s t e común
denominador
(que admite
todo un sistema de dife-
rencias
cuantitativas, expresadas
en
amplias
desi-
gualdades
salariales). Esto
significa,
para
los
indivi-
duos,
formación
para
la
productividad
técnica:
la
necesidad social s e expresa principalmente en la
organizacion y
racionalización
cientifica
del
t iempo
d e t r a b a i o . E n l a P r i m e r a p a r t e d e e s t e e s t u d i o
l lamarnos
la atencion
sobre
la politica consistente
en
invert ir e l ahorro
de t iempo de trabajo en
la
educación
profesional
universal
(7).
Seineiante edu-
cación tiende a desarrol lar al individuo como un
instrumento
técn ico com p le to (dotado
de una inteli-
genda
técnica a ltam ente desarro llada). Sin
duda,
la
formación
profesional ha
d e ser complementada p o r
una
educación
cada
vez
meior destinada
a
la ad-
quisición
de
una
«cultura
supcriorn:
el
individuo
técnico
y
político ha
de ser un individuo
cultivado.
Pero la m ism a te nd encia histórica que establece el
predominio d e la racionalidad tecnológica dentro de
un sistema politico represivo, invalida también lo s
esfuerzos tendentes a salvar
la ética de la cultura
superior.
L a ctrltura
s up erio r fue
el
prorhlcto
de
una dvi l ización en la que lo s grupos dir igentn
eran auténticas c l a s e s ociosas;
s u
existenda «impro-
ductiva» ( d e s d e e l punto d e vista del trabaìo
social-
mente neoesario) proporcionaba el
cl ima
cultural.
En
otras
palabras, «la cultura
superior- dependía
d e
la
separación,
institucionalizada y
éticamente
sancionada,
entre el traba io inte lectua l y el trabaio
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 263/300
2 6 2
Herbert
Marcus:
manual.
S e daba por supuesto que l o s valores de la
¢personalidad› no
eran (ni podian ser) practicados
de
forma marginal :
tenlan
que
modelar
toda
la
existencia
individual. La civilización
industrial,
en
cambio,
ha
reduddo
progresivamente la
diferencia
entre el trabajo
manual y
el trabajo
intelectual,
sometiendo al últ imo a los valores del intercambio
mercanti l ,
y
ha
negado progresivamente e l
valor
ético de una clase ociosa
uimproduct ivm. Despro-
vista
d e
s u
b a s e
social
d e
resistencia,
la
cultura
s e
ha
convenido e n una rueda de la maquinaria, en
una
parte
de la
existencia p rivada y pública
regla-
mentada.
la ética d e la productividad expresa la fusion d e
la racio nalid ad tecnológica y de l a racionalidad
politica,
caracteristica
de
la
sociedad
soviética
e n
s u
etapa actual. En esta etapa, la fusión e s claramente
represiva
d e s u s propias potencia lidades en
lo
que
rewccta a
la
l ibertad
y felicidad individuales
Libe-
rada d e
la
politica que
impide el
control colectivo
d e la
técnica
p o r
los
individuos y
s u empleo para
la
satisfacción
individual,
la
racionalidad
tecnologica
podria constituir un poderoso vehiculo
d e
l ibera-
ción. S e plantea entonces la
cuestión
d e s i la ética
de la
productividad
no
encierra tendencias que
impulsan hacia un cdesbordamientor de la estrue-
tura
politica
restrictiva.
La
cuestion guarda rela-
ción,
evidentemente,
con
la
planteada
en
la
Pr ime-
ra parte
d e
e s t e estudio:
all i
(8 ) sugeriamos
que, en
condiciones d e «norrnalizaciom in te rnacional,
el
desarrollo
d e
las
fuerzas
productivas
en
el sistema
soviético
puede
engendrar una tendencia a «desbor-
dar»
su
tegimentación represiva y a irrvalidar las
eventuales contramedidas
politicas
destinadas
a
perpetuarla.
Ahora
s e
plantea la
cuestión
d e
s i
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 264/300
S e g u n d a p am 2 6 3
existe
alguna tendencia simi lar en
lo
que respecta
al
desarrollo
d e la productividad individual. La
productividad
individual
constituye,
naturalmente,
parte
de la productividad
social
y,
como
tal,
e s
un
factor subjetivo
cuyas
leyes d e movimiento l e ¡on
propias y
peculiares,
incluso en el supuesto de que
vengan adadasn d o n d e fuera (por el Estado
o
la
sociedad). ¿Tiende e l desarrollo de la
productividad
individual,
como
productividad
técnica,
a
desbordar
s u dirección y s u l imitación politica?
Cualquier
intento de obtener una
respuesta
incluso pre l iminar
entrañarla un analisis sociológico
y psicológico
que
irla
mucho
m as
alla
del maroo
d e e s t e
estudio. Sin
embargo, a causa de la importancia que
reviste
la
cuestión
a
la lion de
evaluar las perspectivas
d e
desarrollo
soviético,
nos
aventuraremos
a
ofrecer
algunas sugerencias sobre e l
particular.
Un hecho parece poseer una
especial
significa-
ción: en la sociedad soviética no parecen
existir
fuerzas endágenar,
ni en
e l campo d e la dirección
de las empresas
n i
en
el
d e
los l rabaìadores,
que
s e
opongan
a
una
automación
acelerada
y
extensiva.
La transferenda del uabaio desagradable pero
s o -
cialmente neoesario d e s d e
e l organismo
humano a
la
mquina
esta abocado, as i, a
progresar
bastante
ríp idam ente , tanto
m as cuanto que constituye
una
de
las armas
m ás ecaces en
la lucha oom petiliva
con el
mundo
occidental.
Naturalmente,
e l
ahorro
de energia humana
asi
logrado s e halla en
gran
parte
anulado, en lo que s e reere
a
su
efecto
l iberador,
po r la utilización
represiva
de la
tecnolo-
gia: duración de la io m ad a lab oral,
cadencias
ace
Ieradax de trabajo, producción
bélica,
etc. Es e s t e
empleo
de
la
tecnologia
el
que
explica
s u s
rasgos
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 265/300
MI Herl›er\Man:uae
deahurnanizadores y destnictivosz una necesidad
s o -
cial restrictiva detemiina
e l progreso
técnico. Cual-
quier
reorganización
del
aparato
técnico
con vistas
a
la
mejor xatis faoción pos ib le
d e
las necesidades
individuales presupone
una
-redefinición-
d e
la
necesidad
social
que determina a la
tecnologia.
En
o t r a s p a l a b r a s ,
l o s
e f e c t o s v e r d a d e r a m e n t e l i b e r a d o -
r e s
de
la tecno log ia no estan
implicados
per
s e en
el
progreso
tecnológico;
presuponen
un
cambio
so-
cial
que
debera afectar a
las instituciones y
relacio-
n e s económicas
b a s i c a s .
¿Pennit irú la nacionalización
de
la economia a
la
sodedad sovié tica
tal lar, p o r asi dedr , por
encima
de esta etapa de
cambio
mcía l y
realizar únicamen-
te
un
cambio
polit ico,
esto
e s ,
la
transferencia
del
control
d e s d e arriba hasta
abaio,
conservando al
mismo t iempo
la
misma
b a s e social (nacionaliza-
cionì?
(9).
Las
perspectivas
de
ta l
desarrollo
s o n
función
del equilibrio
intemacional d e
fuerzas.
Es
predsamente la s ituación internaáonal (de
«coexis-
tencia›)
la
que
obliga
a
la
sociedad
soviética
a
una
automación acelerada y
extensiva,
y
a
la acelera-
ción
del
progreso tecnico
e n un marco represivo.
Mientras
esta
situación intemacional s e mantenga,
la
l'usi6n de
la n id ona lid ad
tecnologica y d e la
racionalidad politica tenderá
a
im p e dir cualq uie r
cambio cualitativo.
La racionalidad tecnológica
contiene también
un
elemento
d e iuego, que e s
oonstreil ido y
falseado
por
e l empleo represivo
de la tecnologia:
el ¡nep
con (las
posibil idades de) las c o s a s , con su
combi-
nación,
orden, forma, etc. En el
supuesto
d e que ya
no
estuviera sometida
a
la
presion de
la
necesidad,
esta actividad
no tendria
otro
obietivo que e l
desa-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 266/300
Segunrlapane 1 6 3
rrol lo
de la conciencia y e l
g o c e
d e
la l ibertad.
En
verdad,
la
productividad
técnica
pudiera
constituir
entonces
lo
opuesto
a
la
especializadon,
y
podria
dar
lugar a la aparición
de
e e e
«individuo
integral»
que tan destacado puesto ocupa en la teoria mar -
xista; teoria que, en
s u
lógica interna, esta basada
en
la
idea d e
la total racionalización del
trabaio
necesario, en
la
administración
verdaderamente tåe-
nica
d e
l a s m s m .
Ni
que
d e d r
tiene
que
la
realidad
preente
s e
halla tan
alejada
de e s a posibil idad que e s t a
parece
una inúti l especulación. Sin embargo, las
fuerzas
i n h e r e n t e s a u n a i n d u s t r i a l i z a c i ó n e n
c o n s t a n t e
progreso s o n tales que
merecen
una cortsideraeión,
incluso en
e l supuesto
d e que
fuerzas
politicas m as
poderosas
parezcan
detenerlas
o
sofocarlas.
1 3 .
La
tendencia
de la mora l comunista
Hem o s sug erido que
las
exigencias d e la
indus-
trialización,
comunes
a
los
d o s
sistunas,
producen
un
notable nivel
de semeianza entre los valores
característicos de la ética -burguesa» y de laét ica
soviética.
Ta l
semejanza
s e
n o s
muestra tanto en la
mora l del trabajo
como
en la mora l
sexual.
La
propia
loaoa é tica sovié tica
toma en
considera-
ción d icha
relación
entre
los
dos sis temas
antagoni-
o o s cuando
pretende
que los
valores
éticos
corrom-
pidos p o r la sociedad burguesa s e
están
realizando
en el s e n o de la sociedad soviética; e s
decir,
que lo
que ya
e s sólo pura
ideologia en la sociedad bur-
g u e s a puede convertirse en
realidad en
la sociedad
soviética. La pretensión de la ética soviética de que
en
la
Unión
Soviética
los
pr indpios
éticos
rigen
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 267/300
2 6 6 Heroen
Mlltllle
realidad y
no
la
ideologia puede ser impugnada tan
üci lmente como las
pretensiones
similares e n Occi-
dente.
Pero,
o' pesar
de
todos
los
paralel ismos,
todavia queda pendiente la cuestión
d e saber
s i
puede
inferirse de
la
función
social
d e
la ética
soviética
una
perspectiva
diferente de evolución. La
base técnico-económica d e la é tica sovié tica no
i iprelctibev
p e r s e semeiante
perspectiva: contiene
elementos
que
muestran
tanto las
semeianzas
como
las
disparidades entre
ambos
s i s t e m a s .
Las
exigen-
cias comunes
de
la
industrialización pueden
expli-
car
e s a s
semejanzas; In
forma esencialmente dife
rente de industrialización puede dar cuenta d e la
disparidad esencial
que
s e oculta
tros
valores apa-
rentem ente idénticos .
P ara nuestro
intento
de
predicción
d e
la
futura
evolución de la ética
soviética,
adop tarem os como
punto
de part ida e l e s - c l a r e c e d o r comentario sobre
Romeo y jul ieta
que
c iumos en el
capitulo ante-
rior. En el
s e
proclama la desaparidón del indivi-
duo
de
corte burgués a causa
de su
realización
en
la
r e s
publica,
y
con
ello,
la
desaparición de l
«wie
tos autónomo que,
como e g o cogitans y
a g e n s ,
constituía
el principio y el ñn de la cultura occi-
dental. En el
esquema
soviético,
la disoludón del
individuo «burguesa
autónomo
corresponderia
a
la
últ ima etapa de
la
civilización industrial, e n la que
la p roducción
y
la
manipulación
masivas
conducen
a
la
menna
del
e g o
y
a
la
regulación
administrat i -
va
de s u s n e c e s i d a d e s materiales
e
intelectuales. La
coordinación
entre
la existencia
privada
y
pública
que,
en
la
etapa postl iberal
de la sociedad ocdden-
tal, s e p r o d u c e e n g r a n p a n e i n c o n s c i e n t e m e n t e y a
espaldas
de
los individuos,
s e realiza en la Unión
Soviética con plena conciencia
y
como
programa
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Scgundapat-te 2 6 7
público. Constituye pa rte
de la movilización
total
de
l o s : individuos para hacer frente
a
las exigencias
de
una industria lización
total
competi t iva.
En
e s t e
aspecto,
y sólo en e s t e ,
s e
superan las
superviven-
cia:
y
vestigios de
la cultura
preindustrial:
los
elementos
romanticos del
individuo -especialmente
en las relaciones eróticas-, que
eran
casi
equivalen-
t e s
a
las
relaciones
«improduct ivau y socialmente
inútiles,
s o n
t ransformados
en
elementos
congruen-
t e s
con las relaciones
laborales politicas y
social-
mente útiles, a cuyo mejor resultado contribuyen.
Ta l adoctrinación, de
s e r
efectiva, significaría para
el individuo la pérdida d e la esfera en la que s u
existencia estaba
todavía
l ibre
d e
las n e c e s i d a d e s
de
la
r e s publ ica; para el
Estado, significaría
el
con-
t ro l
de
una
d e
las zonas
de
peligro
en
la
que las
demandas y
aspiraciones
explosivas de lo s indivi-
duos
pueden
mantenerse
vivos Con la desaparición
del
individuo,
los
valores
éticos pierden
s u
caracter
autonomo,
no hallúndose compensada ta l
perdida
po r
sanciones y
promesas trascendentes. La
ética
desaparece
como
discip lina filosófica
y
existencial
po r
derecho
propio.
Pero la validez d e la ética
no
depende necesaria-
mente de la autonomia o d e la sanción trascenden-
te . Si
asi
fuera, la sociedad civilizada
hubiera
salta-
do
en
pedazos
d e s d e
hace
t iempo,
ya
que la perso-
nalidad
autónorna
y
la
ecacia
de
la
trascendencia
han
sido
progresivamente
corroidas por el
aumento
de
los controles técnicos. La sanción puede prove-
nir,
en verdad, de la
r e s
publica, en
vez
d e locali-
zatse en un
factor trascendente
o en la autonomia
mora l
d e la
conciencia individual.
Sin embargo,
semejante
sanción
seria éticamente
obligatoria
para
el individuo ( e s t o
e s ,
seria
m as
que una coercion
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 269/300
26I Herbert
Mlnnue
e n e m a
o interiorizada)
sólo en
el c a s o
deque
la
re : publica pmtegiera y fomentara a través
de
s u s
instituciones
una
exis tencia verdaderam ente
huma-
na para
todos
lo s individuos. La ética puede ser,
en
verdad, politica
en sustancia.
Tampoco e s evidente
p o r
si
mismo
que un sistema mora l abiertamente
politico deba
necesariamente
desembocar en un
Es-
tado
totalitario
de
smbotss. El
modelo d e
conducta
de la
etica
soviética presupondria la reconstnioción
tanto
de
la
existencia
hiunana
como
de
la
sociedad:
el «individuo
burgués», cuya sus tancia
e s indepen-
diente
en gran
medida de la
re :
publica y cuyas
n e c e s i d a d e s individuales
están
separadas de la
neoe-
sidad s od al, d aria p a s o a un individuo que fonna-
ria parte
integral
de la
r e s
publica,
ya que s u s
propias
necesidades
serian,
al
mismo
t iempo,
las
de
la
sociedad.
Teórica
e
históricamente, senteiante
atado
de c o s a s
no
e s imposible: la
losoa
politica
lo ha
descrito como «oomunidads
(Gemeinschaƒl)
frente
a ssociedadn ( G e s e l l s ø h a ƒ x ) ,
como
la Pol i :
ideal
o,
en
términos hege lianos, como la armonia
de
lo
universal
y
de
lo
particular;
su
interpretacion
en
la ética
soviética utiliza
la idea marxista
de
la
sociedad
s in
c l a s e s como asociación de los «indivi-
duos p lenam e nte desarrollndnss. En todas e s t a s
teorias,
la realización
d e semejante annonla
entre
valores éticos y valores
politicos
presupone
una
organización
l ibre
y racio nal
del
trabajo
social;
esto
e s , la desaparición de l Estado
como
poder indepen-
diente
situado
p o r encima, sobre y
en contra
de
los
individuos» La ética soviética
funde,
p o r el contra-
rio,
los
valores
éticos y politicos en y para un
Estado que eieroe un
poder
independiente sobre lo s
individuo@
Mientras
s e
mantenga
esta
situación,
la
nueva
ética
continuara
funcionando
como
un
ins-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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S e g u n d a
parte
1 6 9
tnunento
al
servido
del obìetivo social prioritario
del
Estado,
que en
el
periodo
presente e s e l obieti-
vo
de
la
industrialización
total.
_
Sin
embargo,
incluso e n
esta etapa
en la que
la
ética soviética parece simplemente reasumir
y
«al-
canzan la funcion inicial
de
la «ética burguesa»,
la diferente b a s e
social
d e la ética soviética
no
excluye una e vo lución diferente. Las instituciones
sociales
básicas,
una
vez
que
s e
hallan
f i rmemente
establecidas, ponen
en
vigor y
perpetúan
la
mora l
que su
ecaz
funcionamiento exige. En el c a s o
soviético,
e s t e proceso n o . ha sido abandonado
a
la
acción lenta pero cuasi automatica
de
las
institu-
ciones sobre la
conducta y valores
individuales,
sino
que
ha sido
sistemáticamente dirigido p o r lo s
organos
politicos.
Pero
esto
no detiene
la
dinamica
según
la cual lo s ciudadanos a s i condicionados po-
drán ejercer, a
su
vez, una influencia sobre el
desarrol lo del sistema condicioname. Con
indepen-
dencia de la intensidad de lo s controles y d e
la
profundidad del
condicionamiento a
que s e
hallan
sometidos,
los
gobernados
ciecutan
e l
trabaio
nece-
sario para
la
reproducción
de
la
sociedad que lo s
controla. Asi, independientemente d e lo -abstracto»
y
-general - que
pueda s e r
e s e trabajo,
continúan
siendo
la .fuer-La
productiva»
decisiva.
Hemos
su-
gerido que la reintroducción de
los -valores
bur-
g u e s e s n
en
la
construcción
del
socialismo
signica
el regreso al estadio de la ética en el que el Estado
cona
en
la aintroyección-
d e
lo s valores social-
mente
necesarios m as
que
en
s u
im pos ición externa,
en
la
reproduccion
sespontånean d e
la conducta
etica m as que en
su imposición
por medio del
terror. Pero,
en
e s t e aspecto.
e l «material
humano»
con
el
que
la
ética soviética
u-abaia
s e
opone
a
una
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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2 7 0 Herben
Maroiue
mera repetición
de l
p roceso de la «etica burguesa».
En
la tradición occidental, la
introyección
d e lo s
valores
éticos
tuvo
lugar
en
y
con el
-t individuos:
s u
emancipadón de los vicios lazos tradicionales,
económicos, politicos e ideo lógcos, fue la condición
previa para la eficacia del
proceso.
La separación
del hombre respecto al Estado, la com unidad, la
costumbre
y la tradicion, s u
relacion
anragúníca
tanto
con
respecto
a
é s t o s
como frente s
lo s
nuevos
poderes
e
instituciones, eran
el
re quis ito p re vio
para
s u
autonomia mora l , para la elaboración y
reproducción espontánea
e
interiorizada de lo s va-
lores
éticos. Solamente sobre
e s a
b a s e podia
trans-
formarse la intro yección en
auténtica interioriza-
ción,
esto
e s , en exigencia d e la
conciencia y
fe del
ind iv iduo . La
validez
de los
valores
morales
s e
fortalece,
con
ello, en gran medida.
No
aparecen ya
com o im puestos d e s d e fuera al individuo, sino,
m as
bien, como emanacion
de
la
propia naturaleza ideal
del
individuo
y como sancionados
p o r
l e y e s éticas,
universalmente validas,
y no
por
la fuerza,
tendien-
do
la
obediencia
a las
mismas
a
convertirse
en
instintiva y
casi automatica. El
deber, e l trabaio
y
la d iscip lina sirven, entonces,
como lines
en
si
mismos,
que
no
dependen ya de una iustiiicación
racional d e s d e e l punto d e vista de s u necesidad
real. La
renuncia
s e
t ransforma
en
parte
integral
de
la
estructura
menta l
del
individuo
(en
parte
de
su constitucion, por a s í decirlo),
que e s transmitida
de
generación
en generación por medio de la edu-
cadón y del clima
social, no
siendo
preciso impo-
nerla d e
forma
permanente
a
través de medidas
especificas politicas y
economicas.
Sin em b argo, en
la sociedad soviética e s t e proceso
ha
sido d e s d e el
pr indpio
oonti-arrestado
por
la
politización
de
la
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 272/300
Seputda parte 2 7 1
etica, p o r la abso rción de l individuo dentro de
la
re i publica. La exteriorizacion de los valores éticos
solo
perm ite un
débi l
grado
de
interiorización.
La
b a s e de
la
interiorización e s socavada p o r la
disolu-
ción de la sustancia tradicional del individuo.
Tc-
d o s
lo s
valores
éticos
s o n
s is tem át icam ente referidos
a las exigencias de la sociedad soviética: la situa-
ción especica de e s t a sociedad y los objetivos y
n e c e s i d a d e s del Estado
soviético
han d e val idar L a s
normas
morales.
Esta
referencia
y
e s t a
i isrma
de
validación
s e
t ransforman
en explícitas
y
s e
intro-
dttoen
en
la conciencia con
carácter
permanente.
Hemos
inte ntad o m o strar que la exterior imción
politica de la etica
s e
guia, en últ ima
instancia,
por
tut absoluto,
esto e s ,
por
e l
comunismo, distin-
gttiéndose
a s i
del
relativismo
pragmatista.
Pero
e l
pau-ón absoluto incumbe, en
últ ima
instancia,
a
la
nieta hacia la cual
ha
d e moverse la sociedad, y no
a los m edios morales (y técnioos)
necesarios
para e l
logro
de e s a
meta. Independientemente del
grado de
idertticaciòn existente
entre
los medios a aplicar y
la
meta
2
alcanzar,
las
n o m a s
morales
no
consti-
tuyen nes
en
s i
mismas;
apuntan
hacia
e l
futuro
y
obtienen
s u sanción so lamente
d e
las
normas
socia-
les
que
e l
Estado y s u s
órganos
fonnulen para e s e
futuro.
Asi, lo que constituye
un
valor
no
e s
el
trabaio como tal,
sino e l
trabaio en favor del
:odal isma
y
el
comunismo;
no
cualquier tipo
de
conducta eompetit iva,
sino
la competencia s o c í ø I í s ~
ta ; no la
propiedad en si,
sino la
propiedad
socia-
l ista;
no
todo
patr iot ismo, sino e l patriotisrno sovié-
tico,
etc. Mientras e l
individuo
no
pueda
elegir
y
s e a el Estado e l
que
deñna lo
que e s
el socialismo y
el oomuttisnto,
imponiendo
adanás la
denidón
d e
e s t o s
conceptos,
no
p odrá ap reciar
la
menor
dife-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 273/300
2 72 Herbert
Marcuoe
rencia entre lo s
ténninos asi
opuestos. Sin em bar-
p, la f ragì idad d e la interiorización p e z - ¡ u d i c a
la
cohesión
social
y
la
profundidad
de
_ l a
moral .
L1 etica soviética e s
radonal ista
en tm grado ta l
que
puede
poner e n
peligro
su
estabilización
al
nivel
d e s e a d o .
En la
Pr imera parte
de e s t e
estu-
d io (I), hemos destacado los elem e ntos
n t á m s
y
rituales del marxismo soviético y sugerido que in -
cluso ettos
elementos aparentemente
irracionales
operan
al
servido
de
la
radonal idad
dominante
del
sistema.
Su
radonalisrno e s inherente
a
la metódica
orientación de
las
n o m a s morales hada la
meta
comunista absoluta», la cual e s
denida
a
s u
vez
radonalntente en terminos vericables. El que la
iornada
laboral
s e reduzca o no a cinco horas; e l
que
e l
t iempo
l ibre
del
individuo
le
pertenezca
o no
realmente;
el
que
tenga
que «ganarse
la vida»
o no
para conseguir lo s b ienes necesarios para la exis-
tencia; el que pueda
eleg`r
o no l ibremente
su
ocupación:
todos e s t o s datos pueden s e r
vericados
p o r
lo s propios individuos. Independientemente del
grado
de
regimentación
y manipulación
al
que
pue-
d an
estar
sometidos,
ellos sabrán s i el comunismo
asi denido constituye o
no
una
realidad.
En esto
rad ica la diferencia
esencial
entre la
l ì losos social
soviética, p o r un
lado, y la fascista y nazi,
p o r
e l
o tro . La losoa social del
fascismo y del nacional-
socialismo s e
centraha en torno a
entidades esen-
cialmente
a-radonales
y
seudonaturales,
tales
como
la
raza,
la sangre
y
la legi t imidad de mando
caris-
mtico. Al margen del
9-ado
de
radonal idad de
la
organización real del Estado fascista y del Estado
nazi (la movilización total y la economia d e guerra
total
en
Alemania guran
entre
las realizaciones
m ás
emientes de
la
moderna
civil izadón
indus-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 274/300
S e g u n d a pu-te 2 7 3
trial), e s e
t ipo
de Estado fue i r radonal d e s d e el
punto de vista d e
su
funcion his to rica ,
ya
que
impid ió
e l
desarrollo
de los
recursos
materiales
y
culturales para la
satisfacción de
las n e c e s i d a d e s
humanas,
organizåndolas en interés d e
una domi -
nación de carácter
destructivo. Su obietivo intr inse
co
constituía
el
l imite
histórico del Estado
fascista.
A
diferencia
de esto, el racionalismo soviético no s e
detiene
en los medios,
sino
que s e extiende a la
orientación
y
meta
de
la o rgan ización
social.
La
doctrina
marxista proporciona el nexo conceptual.
L a d e finicio n del
comunismo e n términos de
pro -
ducción
y distribucion d e la
riqueza
social
para
satisfacción d e n e c e s i d a d e s individuales l ibremente
desarrolladas, en términos d e reducción cuantitati-
va
y
cualitativa
del
trabajo
socialmente
necesario
y
de
l ibre
elección de
ocupación
y empleo, s o n nodo -
n e s
que, aun
rnosu-andose ciertamente como i rrea-
les
a
la luz
de
la situación actual, s o n
en
si mismas
racionales; además,
el prog reso técnico
y la p ro duc-
t ividad
siempre en
aumento del trabajo
hacen
que
la
evolución
hada
e s t e
futuro
s e a
una
posibil idad
racional.
L a
cuestión
referente a s i la estntcturs del
regi-
m en
soviético
impide
o no
la
realizacion futura de
esta posibil idad
ha sido
examinada
en la Prim e ra
parte
d e e s t e
estudio
(2).
Alli
hemos sugerido que
la
continua publicación
y
utilizacion
pedagógica
de
textos
marxistas
puede resultar,
a
pesar de todo,
un
arma peligrosa para lo s dirigentes soviéticos. El
r emen ha
intentado, hasta
ahora, recoociliar la
ideologia y la realidad mediante el procedimiento
de justificar
s u
politica básica en
términos marxis-
t a s .
Dice,
asi,
que
la
mora l
represiva
canonizsda
Mm-.ir
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 275/300
2 7 4 Herbert
M a r c u a e
durante el
periodo stalinista expresaba
las
exigen-
cias
objetivas de
la pr imera
fase,
esto e s , la cons-
trucdón
de
unn
b a s e
socialista
adecuada.
Por
con-
siguiente,
parte
del supuesto
de
que la etica de la
disciplina en el
trabajo
y
en
el ocio, de la emula-
ción
patriótico
en
el
amor
y
en
el
esfuerzo
- toda
e s a
mora l
del
puritaniuno pol i t ico-,
estaba adapta-
da
a
una fase del socialismo
que,
a
causa d e
la
e s c a s e z ,
tenía
que
valorar
la
conducta
individual
segun la util idad social de
s u
actuación. La ¡ u s t . i ~
cadón
y explicación ética
s e
identifica, asi,
con
la
imt ioacìón y
explicación sociológica.
Si
ha
d e mantenerse e s t a identicación, esencial
para la ideología soviética, los cambios d e largo
alcance que
s e
experimenten
en
e l
desarrollo
de
la
sociedad deberán ir acompañados
por
cambios
en
la
ideologia; la mora l
represiva
debera
s e r
reducida a
medida que s e
reduzca
la e s c a s e z . En
la Primera
parte
de
e s t e estudio hemos
mantenido que
e l
con-
tinuo aumento d e la productividad en
e l mareo
d e
una -coexis tencia pacifica» pro longada tenderia
a
la
reducción
de
la
e s c a s e z .
Si
e l
regimen
soviétioo
no
pudiera, o
no
deseara,
aliviar
paralelamente
la
mora l
represiva, s e convertiría, según s u s
propios
patrones, en un sistema cada
vez
m ás i r fac ioml .
Esta
irracionalidad tendería,
a s u vez, a debi l i tar
la
l ibra mora l de la soeiedad soviética.
Todo
e l
adoctr inamiento
del
marxismo
soviético
s e
ha
c e n ~
trado
en
torno
a la
racionalidad
de
los
objetivos,
tanto en lo que s e relìere al interés individual
como
en
lo que concierne al in terés genera l: la fe e it
esta
racionalidad pareoe
haber
sido un
elemento decisi-
vo del apoyo popular del regimen. En e s t e aspecto,
los
l imites
de
la
interíorización,
que
parecen
inhe-
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 276/300
Sennua Pine 1 7 5
rentes
a la es tructura de la
ética
soviética, pueden
resultar decisivos. Sus valores no
son
autónomos,
dado que
estan
validados,
en
últ imo
análisis,
por
una
meta
politica uexterna». Solamente una
ética
totalmente
interiorizada
puede
operar a
largo plazo
con valores
autónomos; y solamente un
alto
grado
de autonomía ética puede
a
la larga servir de b a s e
a una conducta etica,
calculable
y duradera, razo -
nablemente independiente d e las vicisitudes d e la
existencia
individual.
Sólo
sobre
e s a
b a s e
puede s e r
el indiváduo inquebrantable,
moralmente
hablando,
frente
a los sacrificios, injusticias y desigualdades,
soc ia lmen te exigbles, q ue
s e muestran
O o m o irri-
cionales.
La racionalidad politica d e
la
ética
sovié-
tica
s e
opone
a ta l
inquebrantabilidad
mora l
del
individuo,
y
sostiene
la
idea
d e
que
las
potenciali-
dades
para
e l
desarro llo hum ano deben aumentar
en armonia con e l incremento de la productividad
social
d e la sociedad soviética. La presión ideológi-
ca
parece asi ir en la
misma
dirección que la
presión
técnico-economica, a
saber:
hacia el relaia-
miento
d e
la
represion.
Sin
duda,
la
presión
ideoló-
g'ca
e
incluso
el
debil i tamiento d e la
mora l estable-
cida no oonstituyen p e r s e una
seria amenaza para
un rég ìnen que
tiene a s u
disposición todos lo s
instnimentos necesarios para hacer
cumpl i r
po r la
fuerza
s u s
obietivos. Sin
embargo,
dado
que
e s a s
fuerzas,
aun cuando
estén
despmvistas
d e
forma y
organización,
s e
hallan
vinculadas sustancialmente
a
la d iná m ica
económica
y politica internacionales,
pueden
m uy bien
determinar
en un grado conside-
rable
el curso
de
la
evolución
soviética.
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 277/300
5 9 5 1 0 3 0 ( )
Plantear
la cuestión
de
s i
s e han producido
transfortnadones fundamentales
en
la
politica so-
viética baio Jrusbov
impide comprender
claramente
su
evolución real. Esta
no puede entenderse
m ás
que
como
una
evolución
bilateral,
y
la
cuestión
no
puede separarse d e
otra:
la d e saber s i
s e
han
producido transfonm tciones
fundamentales
en Occi-
dente,
y
en particular en la politica americana,
especialmente
d e s d e la
l legada
al poder d e la Admi -
nistración
Kennedy. La politica occidental parece
haberse
vuelto
m ás
activa,
m as
dispuesta
a
asumir
unos
riesgos
en
m a y o r
o' menor
g n d o
calculados; y
parece
también
haber
logrado armarse
mejor
en
el Teroer 'Mundo, sobre todo en el s u d e s t e asiatico
y el continente lat inoamericano (a pesar de -go
0)
bem
e n
¡ u n a s
e ¢
1 9 6 3
y p a u s a a s
e m m
p r o l o p
a
lt
a a e a
rr-»aa
a e
1 -
o k m .
176
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 278/300
E r i l a s v
2 1 1
debido aê -
Cabal. ¿Cual ha sido
la
reacción
d e
la
Unión Soviética? En politica interior, la austeridad
y
e l
endurecimiento
d e
los
controles
en
l o s
campos
politico
y cultural
(observándose
el mismo fenome-
no en
Europa orien ta l) . Al mismo
t iempo,
la URSS
ha
mostrado una constante preocupación por
evitar
oonictcs , lo que
le ha obligado a compromisos
y
concesiones de gran alcance d e s d e el
punto
de
vista
d e .
su
prestijo
(aplazamiento
del
ult imátum
sobre
Berl in, retirada d e
Cuba, reconocimiento
de la
dictadura
antioomunista
en
Iran).
En e s t e l ibro
formula
la hipótesis
d e que
e l
debil i tamiento del potencial
revolucionario
en las
sociedades industriales avanzadas d e Occidente,
consecuencia del persistente vigor del
capitalismo
organizado
y
del
persistente
total i tarismo
en
la
sociedad soviética
(tendencias
ambas
interdepen-
dientes), parece convertir
a
los partidos comunistas
en
lo s
herederos
historicos d e
los partidos socialde-
mocratas d e antes de la guerra. Pero a diferencia
d e
lo s partidos socialdem ócratas de antes
de
la
guerra,
hasta
hace
poco los
partidos
comunistas no
tenian
un
movimiento
m ás
radical a s u izquierda;
los com unis tas chinos s e han
encargado
ahora d e
crearlo . La controvers ia chino-soviética
demuestra
claramente que los
partidos
comunistas
nacionales
(incluido e l d e la Union Soviética) ocupan históri-
camente
e l
lugar
d e
lo s
partidos
socialdemocratas
de antaño, en
tanto
que
los com unis tas chinos
s e
declaran herederos
del
marxismo-leniaisnto
ortodo-
xo.
Para
caracterizar
la
politica soviética, lo s chi-
nos mencionan a Kautsky y
a los
socialdemócratas
revisionistas. Por
otra
parte,
s u
aná lis is d el impe-
r ial ismo y
sa
tenaz búsqueda de
una estrategia
revolutáonaria
internacional
basada
e n e s t e
análisis
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 279/300
2 1 8 Ha-ben Marcus
recuenian
la oposición de Tmtsk i al stalinismo.
En
realidad el
fondo
d e la controvers ia entre chino:
y
soviéticos
no
reside
e n
la
necesidad
d e
evitar
la
guerra nuelear (ambas partes están d e
acuerdo
sobre e s t a necesidad), s ino m ás bien en la manera
de conseguirlo
mientras
ello
s e a
posible.
Los
chino:
persiguen
la des integración progresiva del imperia-
l ismo, sobre lodo merced al crecimiento de un
Tercer
Mundo
activamente
anii impet-ialista;
los
a o -
viétieos
persiguen
la
toontenciónv
del imperial ismo
p o r
medio
de una
coexistencia conseguida
a
través
de la
negoeiación. En e s t a s
negodndones, la inicia-
tiva pertenece
por ahora
a Occidente.
El detane
efectivo
no
está a la
orden
del
dia.
En.
e s t a s
condi-
ciones, e s probable que la estrategia china vaya
ganando
influencia.
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 280/300
NOIAS
Introducción
(I)
Elalzpleodeltéfminocuocillitlanlplieadnallaociedld
wviétimenentemndioenninginoauimplieaqttesuaodedad
aaaiteíalintaeinelauttidoeiiqinehflai-xy
ex-pue1i6n.Sinu|›burp,dnmotport tqn|em
yuwmwaunwawm
.¡¡ .¡.
(2 )
Vnae
pÁ¶,Ny4$.
(3 )
Vbaeunpltuloi.
â
š ä
Primera
parte.
1 .
L a
conoepdón
marxista
de
la
transición al sodal ismo
( 1 ) Mm,cvat¢.aaPf«¡- t«a«o»«1-¢.¡n¢tuu<›==;M.ny
ïg,oøm s u m a n ( e e
inwa.
2
veu;
M a c a , m m s ) .
( 2 ) ' ma., pu 5 1 7 .
( 1 )
Mm.s:c¢¡›aø1,|,¢¢l,m=
4 .
( 4 )
I n g a » , a m a b a » , - ' M (Q A nnamx
0/
M m m i , um»
279
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 281/300
2 9 0 HefbenM.amue
p o r E . num, N - m i Y o r k ,
n i m m i m u
m u i m m ,
m s ) , pi;
2 9 4 .
(5 ) Engels ,
El
Or igen da
la Fømílü.
de
la Prop iedad Privldt y
d e l
Euodo
(edition
ínfeaa, Nueva
York, International
Publiaben,
1902) .
pl;
ISS.
El problem
de
la
cealínóéni
de l
Exudo
¡ed
tliaeutido m á s addame,
plg.
l07 y
s i g u i e n t e s .
(6 ) CI I
Marx,
7 de
Minb
de
llil, incluidl
en: Marx
y
sun», c « › › m p « a ¢ » ¢ n .
m e - m s (weon i ngm, Num m k ,
Ímtrnltiniul
Ptibahen. 1935) , PÃIU. ll -U6; véase
t a m b i é n
tú
am i
i t -may, iz
t u
»amm
d e
m z,
e n
im., ptg.
3 9 9 4 0 0 .
(7 ) El Origau d e
la
Família. pl; ISI. P a r a l a
pouernr
interpre-
lación de erll idea en
ll 4oCI.r í | I l
Iminilu dell
clrilwwldi
ubiera-,
en
ueuuo,
vénnne
mà
a d d nn te p å @
47
y
liìenwa.
Våle lhnbiäl E. H. Carr.
The
Boblrrvìh
Revo lu t ion ,
1 9 1 7 - [ 9 2 3
(nn
vol.l.;
lnndlü, MQCMÍJ- l la, B9), lll,
lll.
(t) van,-«i¢iq›«w=mmn-»a=MmmAimumm,
1871 , dudo en lu. M. Stúlnv, History of the
Fin
Irueruuïøal,
(Nuevl York,
lnlernltinnnl
Ptubl iahen, 1928) , pl; 24 0 ; Mlrl,
umapeki
d e r Dehnllen über '
du Sozillhtengetzn
(tacliw
él
l a m ; ui M m y any», u n a / ¢ « f t
. 4 .
i ma ,
W .
L ¿ ¢ a › » « I u .
K .
Ka-my,
- . i d A›-am
(Mimi,
vnuppmae-main
Auuim
w m A i u e i t u i n « e f ussn, mi).
Pia
i ts; En;-h, -mmm@
- n
Lun. f u
cum 0 »
1 1 . - › . ¢ . ~ ¡ ¢ a t
M i m ; e n Mm y n n @ - ,
Obra: Ewvgídm,
op .
dt. I, 1 09 - 27 ; Enpb,
Crítica
de l Proyecto de
Pvvpnøu Soc ia l -De rnáøv ta , 1891 , wet.
Il,
(9 ) laoanoepcióriunrxhuddaodalilioiinpüenunaden
ro m
t u
. f m - = ¢ m - « i o n - , y a q u e a mim i - im M w ea mw
mi fm m i øipnni-aa.. y a v i a @ t u m a m a . s i n amp,
M m :
y
E n g e ls p e n s a b a n
a o h m e n t e
e n
u n a
ø e p r e n e n t a n b n
wmiiui-
dlporl |1NP¡1dl¡e,adeu r̀.delepdlpwrlos-pmduemfø
inmediatas-
y
directamente nspomable a m e
dloe.
S i
l a
u o v n d e n e l a n
d e 1 . d m
mi
wnwp ia i
0
- e m m a . - f ' - - .
u n
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1871 ,
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12 ;
Sltltlpn,
Díztz,
1912 ) ,
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Nolll 2 8 1
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( 1 4 )
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(l¿)°2¢I.:nin, CÄIO dake? [¿Qué hlmrrl
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( 1 6 ) va* ¿ qu m ae ( e a r ige. , Nam
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Published,
1929 ) , M5
40.
( 1 7 )
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( 19 ) El
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2. El marxismo soviético:
aspectos
fundamentales
de su
autointcrpretación
(1 )
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ditetlno de
Miluyln
de
16
de
Íebtem
de 19 56 Il
XX0ongsodelPart¡doC4miminadelaUni6nSoviétia,y oo
mnde INSMV de
10
de
fehrem
de19S6
y
de 6 de nov i emb re
9 5 7 .
( 2 )
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d o c u m e n t o d e la C á m a r a bepalativa num. 6 1 9 . Suplm-mito l ( W u -
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 283/300
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Ill.
(3 )
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de
Guerra
de
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Revo lw r ìån
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illduil
en
Lmín,
Søclñne-
» r a ¡ O u - u l U . - ase, s o w n; Mm m Iimiaiw Laia,
ma-31),
XIX» 325.
Vhae ¡amb ien Hílloríø de l P¢ m`dø Canutnía la
de ln
Unida Soviílícn
(ed . Inaa, Nllevl York,
Illlernalionnl
Pnìallen,
m s ) pl; 1 6 9 .
(4 )
D a mm
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pouiia
m ai
p f o a u n a - d o m a vm
C w g m
«I r i m a @ emanan
ia», 1 ; ¢ ¢ mm a r
m a,
m e t a l -
d o
en
Sødlínevl t ïc
[0brn|›
XXIV, 162 .
(5 )
Veanae,
por
eìnplo,
la s
declaraciones
wntndielofìn
de
Do:
fluida: de
la
Søn ì l l demaevm i ì l (eeerill en
1905) ,
incluida en Obra:
esmfídu,
vp .
e v ' l , . 11|› 7 3 ; y en
e l
informe de
la
Comis i on nob le
e l
Pmokm Nu-mi i
y m m - 1 .
m a g i a »
ii ||
mmm M - n a a a d e
l a
QIníI|l¢l'II, 1910,
ib ívlem,
X,
239 -44 .
( 6 ) s m f m i m lo»---|, xxn, nz.
(7 )
-0
“levo\'|| lebilehuwe i mefkohllzhinzrwslin (Sobre el
iafmiliam . ¡m i«a¡m- y
n u
m¡m4= ,quemo-ww@-i l,
P m -
da.
9 -11
de
m a y o
de
1918.
( 1 ) ¡ a ¢ | - i i a . ni obm s . ¢ « › ¢ - w i . q a
st.
lx. s w .
(9 ) En
19 15, en au nniøulo « L a eonsipl de loa Eal ldøa Unida
a ¢ Ea-wa-,
L u a »
en-¡ua - E n
wnpmaaa
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u n
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da: d e América. Emvpa e n ni coniunto
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e s t a n c a m i e n t o
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s i e m p r e
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a s o c i a d a
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op . al.,
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140-41.
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tan. s i n o d e I n c
w m u a l t m .
(11 )
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398 ,
La
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(iz) ma.,
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en
1920.
V é l e e
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E.
H.
Carl',
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Rwlmini . 1 9 1 1 - 1 9 2 1 .
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( 1 3 ) om; E › « › ; ¡ a « . 0 ; . a t . , ix , 4 0 0 - 4 0 1 .
( 1 4 )
s < › < m › « » ¡ i - 1 lola-nl, xxvl, 1 4 - i s . van
la t r u d w e i o a e n l a
0 1 7 1 1 de
CCH. The Bokllevík
R e ø o luríø fl. o y , dk. ,
III,
331 .
(IS) Eutín n a d o s d e : (a) e l progann. tesi; y reeohiüoma d e la
c m i m m ; ( h y
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e c o n o m i s t a s
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( u i
mmm@ vug ) , 1 9 4 9 y r a s o , y u n
8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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Noue 18 3
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ievinu I / a p m i Ekønamíkí, ponefiom al XIX Cnneao d e l Partido.
Mu
. d e n m e
› ¢ m u «fa-min «pd-ieu »bn a p a l - u e u u f .
( 16 )
XIII
Plena
d e l
Conil
Ejeealíw
de
la
Cominlem:
Tetís
y
nfauuun ( e d u-ym, Num
Yui,
v /«un
ui»-ny rubuiam,
19109» . 1y›u;¡uf«fm¢d¢D¡iutuo«d¡i¡¡td¢¢|vnc»u¢=»
Mnndinl de
llC`M||¡|| l€l1I,
1 935 , incluido en
United Frmu
Aga ins t
¡W im (Num
Y o r k ,
N e w omury m u m m , m s ) , ni; s - 1 .
( 17 ) ln/arme Político de l Cmní l d Centml (ed . ìn, Mood,
m o) pa; i o
y
u u
(is) c u p m u m søtxuutam mi
s u - u d ; r ima u n a n m m s w
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(Num y m , M m m u b m y P u u a l w n .
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p á g i n a 7 .
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0, K u u u u m , P ~ ¡ › ¢ ~
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rw» (Num
y m , v/«ten
Ubnry Publiahe. 1931) , pd;
40.
( z o ) c u p f t d l m s mmu mm mi a m d , o p .
az.
nie id
(zi) rm. , Ms 2 2 .
( 12 ) Ibíd-, M
17.
(11 ) V é e l e
e l
informe
de
Zhdlnov,
dirido
a
ll
wnfereneil
de
la
Qhlinofm,
de
eeptielnhe
de
1947 , ¡nduido en
The St ra tegy
mid
T u s @ 0 1 vam:
cømuufm,
u p . n u . , pt; 2 1 6 . « s ¢ u u p m a u d d ø
un nuevo Ililieamìenm de fuerzas polhiev lhdhwv mnünulbl
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p a i s e s oecidentala c o m o
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1 . Tnk ateuw g uo w w uw u m w u i z v o d u v u ¡ num
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número l0, pt;
6 9 - 8 5 .
( 2 5 ) P d f einpid, G . v . n u m , . oumu i m m
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e p o b o n mt i e n a aovmnennnm eupe i lL a e r i x i s çnera l d e l apiu-
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V o p m a í Bbonamihi,
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 285/300
2 9 4 HerbenMu-uu:
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mundi) (Mmoú, ( ìoqnhìizdnl,
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-uk, vi@ 1 0 - 1 1 .
(2 7 ) Í. b e m i n . op . cil..
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(28 )
Ilnl,
PÓL
40.
( 29 )
'lbid.. pl; $ 3 .
(30) I. Trlkhlmbg,
op .
rin, P C @
85.
( 3 1 ) v m m m s x » m . m m u f . « A ¢ . ' ¢ P - m a z ( B ) v m a m -
líükh i vcxhuli lhk/1 . \ ¢xd0v konƒcrenlxíí , i plenunuw Tx K [EI
Purúdø Cnmunil (Bøklwviqut)
d:
llUnión
Svvléu
en lllP 9 0 -
hutioneu y detisionu-de ha Cøngrøøt, Confe rencxn
y Plmw de l
Otlllilé Ccnlrlll
(2
voh.; Mosni,
Goqnlilivl, 1936 ) .
ll.
2 7 .
( 32 )
lbíd..
ll,
48 .
(sn ¡mm any@ - 1 - ama- .u I;
c ø m m m m ,
up
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1947 , induido en Th: Srmugy and
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of
Wørld
c o m m u m x m , o p . n z . . pq, 2 1 9 .
' ( 34 ) Vxamuwwía K n m m un íx líth exha ì P ø rlü a (B), op . cil.,
ll,
48 .
(35 )
Problema:
uøøuìvnitox dll
xøciøluølo tn la URSS, Illduid
g n Curmu Sovín
P o l í c í e s .
«iiudo
por [p o Gnúiow
( N u e v a
Yurk,
F . A .
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( 36 )
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ll -llwviübilidld
de la
gm-rn, véase. ¡Mim Pñg.
164
y u.
(3 7 ) En
d Pnfltm Q ll primer: udiuón
de El
Estado y
lt
Rcwhwlóvl
(ed. inesl. Num/A
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dixtmìån
en
Søvíu
Vícl M
¡lu
Pau-War
W ø r l d Ewrlmvly (Wlshlnpon, D. C .. Publi; Áfflin
P m ,
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( 39 )
E, Varp, .LI decldcndä
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¢ | u ¡ ¢ ~ ›
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V . Cbøpfr lhvv , <B\u$huuny¢ ekonømi i t y 1
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no-cmnopoliudwskii \upauImn~ llm eoowmism burguasa y e l
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1 3 7 - 4 7 ;
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
http://slidepdf.com/reader/full/herbert-marcuse-el-marxismo-sovietico 286/300
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( 43 )
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(44)
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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(5 )
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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(2 3 ) I. D o m d w c v
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d: II Npmdnlvdónl, Kotnøvunül, 1955 , núm 2 , Q u a n ;
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( 2 4 ) i z . miw, . 1 1 - » m m m a m a - -«nm a m m a u p
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( 2 9 )
R¢so|nd6\1del0onIilÁC¢nulId¦lPlr\ido(.`mnnnild¢h
Uniün
Scwiéüu, 30 de
junio
de 19 36 , incluida en Tlulm'-Slah'4I
Curpcípr
and
¡nu-madonal Comnvnírn.
ediudo
por e l
Rmdan
lntlllik. Univiìdld
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Columl
(Nvl
York, Co lumb ia Univer-
lily Prw, 1956) , pl; 190.
(30)
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Søviåiü,
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(31 )
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1961 ,
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14.
( 33 )
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8/11/2019 Herbert Marcuse - El Marxismo Sovietico
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(40) Propuu d e 1 9 6 1 ,
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( 4 1 )
V é a s e pd; 1 9 3 ,
arriba.
(42) V é a s e
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( 43 )
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Parte Segunda.
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La ética oocidznml y ln ética
soviética: su
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( 1 ) .m ina - , r d a f r r q r m ¢ ¢ -min», rr - rom r m r «rpm-
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