Post on 02-May-2020
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‘Arte digital y en redes’
Por Jorge Tirzo
Medio de la pasantía : diairo El País de España.
I. Arte en móviles y redes sociales: ¿Innovación o
renovación?
Por Jorge Tirzo
En todo el mundo la creación artística vive una serie de transformaciones
gracias a Internet y la proliferación de dispositivos móviles. Madrid no es la
excepción. Aunque aún sean mucho menos evidentes que las artes análogas
(esas que se presentan en el Teatro Real, el Círculo de Bellas Artes o en los
escaparates de la Casa del Libro), las expresiones artísticas nacidas en la red
también existen en España.
Ejemplo de ellos son iniciativas como la de Instagrammers Madrid, que
articula la fotografía urbana con las reuniones sociales de una comunidad, o
los experimentos literarios de algunos escritores tuiteros como Pep Bruno.
Aún no llegan a tener la notoriedad de Cartier Bresson o Pérez-Reverte, pero
ya cuentan con una serie de lectores que además de leer interactúan con los
autores y sus obras. Leer ya no es sólo pasar hojas de papel, sino también
comentar, retuitear o agregar a favoritos. Tomar fotografías ya no termina en
el revelado, sino que ahora incluye la conversación y la convivencia.
Las redes sociales son un inconmensurable archivo. Así lo creen expertos
como Susan Campos, investigadora y editora de la revista Poliedro Mag,
quien asegura que la clave para comprender el nuevo entorno está en la
llamada "economía de la atención". En este modelo, los artistas abandonan su
papel tradicional de meros creadores, para convertirse cada vez más en
"curadores de contenido".
"La cuestión no es solo de los soportes y las tecnologías, sino del factor
humano en su extrema complejidad. Es decir, la construcción de 'cuartos
propios conectados', citando a Remedios Zabra. La profesión artística y
creativa, como la intelectual, no depende únicamente de soportes y accesos,
sino que está constituida por tradiciones, comunidades y discursos", dice.
En general, hasta ahora tanto teóricos como creadores coinciden en que la
movilidad no ha dado origen a nuevos elementos artísticos, sino que ha
democratizado o facilitado los que ya existían. "El factor que nos motiva a
todos es en parte hacer fotos bonitas como las has visto toda tu vida en
revistas, pero hacerlo con un móvil", asegura Phil González, fundador de
Instagramers Madrid. "Si el arte es reservado a un grupo reducido de personas
que pueden demostrar un reconocimiento artistico a través de exposiciones y
ventas, quizás sea prematuro pero si, creo que Instagram es una forma de arte
al alcance de todos…".
Ha cambiado más la difusión y la velocidad, que la creación misma. Al menos
así lo cree Zuriñe Lafón, catedrática de la Universidad de Navarra que vivió
las transformaciones de primera mano cuando trabajó en el área del Nuevos
Medios del museo Thyssen Bornemisza. En entrevista habla sobre las
peculiaridades del arte digital y su futuro.
¿Cómo han cambiado las redes sociales la creación artística?
No creo que las redes sociales hayan cambiado la creación artística. Quizá, la
aparición de las redes sociales haya podido más bien variar la manera de
difundir esa creación artística. Se ha abierto para el artista un nuevo camino,
una nueva vía, para dar a conocer su obra con la que artistas de generaciones
anteriores no han podido contar. ¿Una red social es capaz de cambiar la obra
de un artista? Creo que no, con ellas tan solo el artista amplia las vías para
hacer llegar al público su obra.
¿Qué elementos artísticos han surgido de la proliferación de dispositivos
móviles y qué hace único a este arte digital?
Como característica que lo hace único frente al arte analógico,
paradójicamente, es su capacidad de ser multiplicado. Tampoco es nuevo, ya
lo vivimos con el nacimiento de la fotografía y de la videocreación. Si
hablamos más concretamente de tabletas y móviles sí se añade una novedad, y
es la posibilidad de errar y cambiar de decisión cuantas veces quiera el artista
conforme crea su obra. Bastará con una orden de “deshacer”.
¿Qué tan perdurables serán estos cambios?
El tiempo nos enseña a utilizar bien las novedades y es además la mejor
manera de hacer criba casi por selección natural. Los cambios que solo son
fuegos de artificio desaparecerán y los que realmente sean bienvenidos por el
arte y los artistas se quedarán. Creo que lo importante es lo que los artistas nos
cuentan. Que lo hagan con un video, con un dibujo digital o una fotografía no
importa, el lenguaje lo eligen ellos, que lo hagan como quieran, pero que lo
que cuenten sea poético. Eso es lo importante. A veces nos emocionamos
tanto con la tecnología que nos olvidamos lo verdaderamente importante:
quien está detrás, las personas.
¿Qué hace a un artista en esta era en la que cualquiera puede producir sus
fotos, vídeos, audios, etc?
Cualquiera puede sacar fotografías, editar vídeos, pintar con el Ipad o
compartir canciones propias, pero no todos pueden ser Cartier Bresson, Bill
Viola, Hockney ni Beethoven. Lo que diferencia a un artista de un usuario
prosumer es la calidad de su obra. También Velázquez exponía su obra en la
plaza de la ciudad con el resto de artistas, pero no todos ellos fueron llamados
para ser el pintor de la corte. El artista al final siempre destaca, aunque se
multiplique la basura.
¿Cuáles crees que sean los cambios que se avecinan en el arte?
El arte es siempre el mismo. Pueden cambiar la manera de consumirlo, los
artistas, el público, el sistema económico que se mueve detrás. Muchas cosas,
pero el arte es aquello capaz de emocionarte, de asombrarte, de hacerte dudar.
De lanzarte preguntas, no respuestas. Y eso sigue y seguirá igual. El arte no
cambia.
II. Pep Bruno: De los pocos escritores españoles en 140
caracteres
Por Jorge Tirzo
No tiene los 500 mil seguidores que tiene Pérez-Reverte, pero al preguntar por
autores que escriban historias pensadas para Twitter, la gente lo recomienda:
Pep Bruno. En su perfil de Twitter se define como un "Narrador oral
profesional, lector, escritor y editor". Todas esas actividades también las
desempeña dentro de la red social. Su espíritu de cuentacuentos también se
manifiesta en 140 caracteres a través del hashtag #CuentoPB.
En España, la literatura y Twitter tienen principalmente una relación de
negocios. Autores como Pérez-Reverte o Almudena Grandes usan su perfil
como una herramienta de mercadeo. Ejemplo de ello es la cuenta de usuario
de ésta última (@Episodios_AG), pensado a propósito de su serie "Episodios
de una Guerra Interminable". Sus perfiles anuncian las portadas de sus libros
más recientes y, a lo mucho, permiten ver las opiniones personales de los
autores sobre temas de actualidad.
Por el contrario, en México y América Latina, autores como Alberto Chimal o
José Luis Zárate han consolidado el microrrelato como un género con vida
propia en Twitter. Aunque en sus cuentas no sólo publican relatos, sino
también opiniones e imágenes, su producción literaria en línea incluso ha
migrado al papel. Ejemplo de ello son los libros El viajero del tiempo y 83
novelas de Chimal, compuestos por relatos originalmente publicados en
Twitter y después seleccionados para su versión impresa.
La literatura española en Twitter es apenas incipiente. Algunos usuarios usan
las etiquetas #cuentotuit o #microcuento para compartir sus historias, pero
pocos lo hacen regularmente. Ahí aventaja Pep Bruno, quien lleva ya varios
meses publicando a diario sus cuentos con la etiqueta #CuentoPB. A Pep los
140 caracteres "le tienen sorbido el seso" y no sólo a él. Sus cuentos ya han
inspirado el trabajo de ilustradores que crean dibujos basados en sus relatos
breves.
En entrevista para EL PAÍS, Pep Bruno atañe el poco desarrollo de la
literatura española en Twitter a que el relato breve es un género menos
consolidado que en América.
¿Cuáles son los principales retos de crear literatura específicamente para
Twitter?
Escribo desde hace muchos años y mi primer libro publicado fue de cuentos
breves (99 pulgas). Pero el formato tuit y la imposibilidad de traspasar sus
límites de 140 caracteres es un reto muy interesante. Si a eso le sumas la
continuidad, pues resulta un juego irresistible. Llevo ya publicando uno o dos
cuentos diarios desde hace meses.
¿Cómo es el proceso de creación y publicación de uno de tus cuentos en un
tuit? ¿Puedes contarme cómo es el proceso desde que tienes la idea hasta que
la publicas?
De alguna manera me obliga a estar alerta, a tener la mirada despierta porque
en cualquier momento puede surgir el detonante del cuento. Algo que veo,
algo que pienso, algo que imagino, algo que me sucede. Cuando ese detonante
aparece, empiezo a rumiar la idea hasta que más o menos la tengo clara.
Luego esa idea, esa historia, ha de caber en 140 caracteres. Es la última parte
del proceso y, a veces, la más complicada. Hay cuentos que pierden toda su
fuerza en ese instante y tengo que desecharlos. Otros, sin embargo, se crecen,
ganan en intensidad.
¿Por qué decidiste comenzar a escribir cuentos en este formato?
Durante 17 años escribí un cuento a la semana para un periódico local de
Guadalajara, pero la crisis se lo llevó por delante. Traté de imponerme un
ritmo de publicación pero hasta que no abrí una cuenta en Twitter, no volví a
engancharme. Como te he dicho antes: límites y continuidad hacen de esto un
reto irresistible.
¿Crees que la literatura en Twitter sea un arte en sí misma o solamente es una
moda pasajera?
Yo no hablaría de literatura Twitter. Sé que hay gente que escribe cuentos tuit
o haikus, pero englobaría esta línea de creación dentro del auge de la literatura
breve. Este auge, quizás resulta bastante acorde con estos tiempos de prisa, de
mucha actividad y poca hondura.
¿Crees que exista relación entre la literatura breve en Twitter y la literatura
oral que también practicas?
Existe al menos una vinculación entre los textos orales y los textos breves: hay
que ser preciso y cada palabra debe tener peso específico en la historia. En el
cuento tuit es una mera cuestión de espacio: si te enredas con palabras hueras
se ha acabado el tuit casi antes de empezar la historia. En el cuento contado
atañe a la eficacia del texto ya que no hay forma de releer lo contado, por ello,
y para que el auditorio no se pierda en palabras innecesarias y despiste su
atención, hay que utilizar las palabras precisas a la hora de contar.
¿Qué piensas de los autores ya reconocidos que sólo usan Twitter como un
espacio publicitario o personal y no como un espacio de creación?
Me parece estupendo que cada creador utilice Twitter como considere
adecuado. Es un medio fantástico para difundir artículos, reflexiones, ideas y,
por supuesto para crear. También para mí es un espacio en el que difundo mis
artículos, mi trabajo y me doy a conocer.
¿Por qué crees que en España no hay tanta creación literaria en Twitter como
en México, Latinoamérica o Estados Unidos?
Quizás en América está más consolidado el gusto por la microficción, muchos
de los autores más importantes de ficción breve que he leído, como Augusto
Monterroso o Juan Armando Epple o Ana María Shua, son americanos.
Igualmente los talleres de escritura están más extendidos en aquel continente y
los ejercicios de microficción son habituales en esos talleres. Creo además que
aquí la ficción breve llegó no hace muchos años. Recuerdo el primer libro de
cuentos brevísimos que vi en mi vida. Era una edición de Antonio Fernández
Ferrer titulada La mano de la hormiga, publicado por Fugaz. Luego llegaron
más libros, pero creo que a día de hoy todavía son pocos.
¿Cuál crees que sea el futuro de la literatura en el contexto digital y de redes
sociales?
El ser humano necesita alimentarse de ficción sea cual sea el formato en el que
se presente. Supongo que la ficción, ya sea mediante literatura o mediante
otras expresiones artísticas, seguirá habitando entre nosotros, coexistiendo en
muy diversos formatos, adaptándose y sacando el máximo provecho a cada
uno de ellos.
¿Qué experiencia memorable tienes acerca de los lectores de tus cuentos?
Muchos son retuiteados. Algunos reciben continuaciones, algunos son
contados por narradores orales, otros son guardados o usados en alguna clase
de instituto. Quizás lo más curioso es que algunos de estos cuentos tuit han
sido ilustrados también en una breve ilustración tuit.
Algunos #CuentosPB
Ni cobertura, ni mapa, ni senda para desandar... sólo arena. La excursión por
el desierto fue bien hasta la muerte súbita del guía.
La novia no se presentó en la boda. Para no deslucir la fiesta pusieron un
muñeco en su lugar. La boda fue bien. El matrimonio también.
Las arrugas de la cara dibujaban el mapa del tesoro. La nieta besó justo en el
punto indicado. Sonrió la abuela con sus dientes de oro.
Al terminar de montar la mesa de Ikea resulta que había hecho una estantería.
Y me sobraban piezas. Y me faltaba un brazo.
Hacíamos el amor con las ventanas abiertas pero el poco interés de nuestro
vecindario acabó por arruinarnos la felicidad.
III. La revolución Instagrammer en Madrid
Por Jorge Tirzo
Corren hacia la luz por la Calle Mayor. Son Juan Pascual y Luis Rodríguez,
los administradores del grupo Instagrammers Madrid. Es una carrera contra el
tiempo para llegar antes de que anochezca a la explanada entre la Catedral y el
Palacio Real. La idea es fotografiar el ocaso, pero "si no hay luz, no hay
nada", como dice Luis. Ambos son arquitectos y ninguno de ellos sería
fotógrafo de no ser por las redes sociales. Instagram les cambió la vida.
"En mi caso, como la arquitectura ha entrado en barrenas, casi no tengo
trabajo y tengo mucho tiempo libre. De repente me despertó una pasión. Sin
Instagram, tendría mi cámara, haría mis fotos y ya", dice Luis Rodríguez,
quien recuerda la fecha exacta en que descargó la aplicación: 18 de octubre de
2010, menos de dos semanas después de su lanzamiento.
Luis presentó algunas fotos de Instagram en su exposición "Madrid a través de
sus espejos", en el Bar La Piola a inicios de 2012. Un vistazo a su galería
permite ver la Puerta de Toledo desde las ventanas de un autobús, la Real
Academia de la Historia desde un charco de agua o El Escorial en un
automóvil. Con sus más de 123 mil seguidores, él ya ve la fotografía en
Instagram como un trabajo, aunque todavía no encuentra la forma de hacer
dinero.
Luis y Juan son los administradores de la sección madrileña del grupo
Instagrammers. La comunidad nació gracias a un blog fundado por Phil
González, emprendedor digital y director de nuevos medios en
Chellomulticanal. Originalmente un sitio web de consejos, pronto se convirtió
en una comunidad internacional. Primero nacieron los grupos de Barcelona y
Madrid, y ahora hay también otros 32 grupos españoles. Además hay al menos
330 grupos de otros países como México, Brasil, Egipto, Arabia Saudita, etc.
Instagrammers Madrid tiene poco más de mil seguidores en su página de
Facebook, donde publican algunas de las fotografías que pueden verse en su
cuenta de Instagram (@igersmadrid). Pero principalmente este espacio sirve
para organizar quedadas que han agrupado hasta cien personas. Se trata de
reuniones programadas en bares o restaurantes donde pueden conversar con
otros instagrammers y proyectar sus mejores fotografías.
Phil González, fundador de Instagrammers, cree que la fotografía móvil está
"renovando" elementos artísticos ya existentes como el gusto por la fotografía
instantánea de calle, la "street photography" de Cartier Bresson. Phil no cree
que el uso de filtros y programas de edición sea algo nuevo, sino más bien
algo más fácil.
"Muchos se han quejado del daño que hace Instagram a la fotografía, pero
creo que no han entendido nada. Las personas que suben fotos a Instagram, no
compiten con los fotógrafos. Son un espectro más de personas interesadas por
la fotografía, compran revistas, van a cursos, visitan exposiciones y hasta
compran cámaras de calidad para mejorar", dice antes de comparar la
revolución Instagram con la de las Polaroid de los años sesenta.
En septiembre de 2012, la marca Johnnie Walker invitó a Phil González a
cubrir el gran premio de Formula 1 en Monza con el equipo McLaren. Sus
imágenes llegaron a sus más de 140 mil seguidores en Instagram. Ahí estaba
su iPhone entre las enormes cámaras profesionales, pero también estuvo a uno
cuantos metros de los automovilistas Jenson Button y Lewis Hamilton. Sus
fotografías son diferentes a las de los medios tradicionales, pues además de ser
cuadradas y con filtros, muestran caras distintas de los pilotos. Se les puede
ver sonriendo, conviviendo como si fueran amigos de toda la vida.
Claro que la fotografía de Instagram también tiene sus limitaciones. Phil, Juan
y Luis coinciden en que es muy difícil conseguir buenas imágenes de
imágenes en movimiento o incluso de objetos fijos por la noche. "Pero creo
que el iPhone 5 resolverá un poco el problema", dice Luis con esperanza. Aún
así, prefieren publicar sólo imágenes tomadas con sus teléfonos móviles que
usar cámaras profesionales y luego importarlas.
Hace algunos meses, la página TheRanking.com organizó una competencia
entre miembros de Instagrammers Madrid y de Nikonistas, un grupo de
usuarios de cámaras Nikon. La dinámica consistía en que un mismo día se
fotografiara la Torre Espacio con cámaras profesionales y con teléfonos
móviles. Los usuarios de Internet decidirían qué fotos eran las mejores.
-Pero eso no significa nada -dice Juan- porque en estas cosas yo creo que gana
quien más amigos tiene...
-¿Entonces ganaron ellos?
-No, qué va -dice entre risas-, ganamos nosotros porque controlamos mejor las
redes
La votación se realizó foto por foto. Las primeras cuatro fotografías más
votadas fueron tomadas por los instagrammers. Los nikonistas aparecieron
hasta el quinto lugar. Enrique Gómez, un enamorado del diseño de las Nikon,
obtuvo el sexto lugar. Él prefiere usar su cámara réflex porque así controla
mejor los valores de obturación, ISO, etc. Aún así, reconoce que usa su móvil
para captar las imágenes que le agradan cuando no trae su equipo profesional
consigo.
"Aquel día se notó la rivalidad. Cada grupo estuvo separado y que yo sepa, se
cruzaron pocas palabras. Desde luego no había ningún tipo de mal rollo ni
nada por el estilo, simplemente cada uno estaba con el grupo de gente con el
que se sentía más identificado. Ayudó que en ambas comunidades ya había
amistades hechas previamente", dice Enrique.
Otros nikonistas, como Raquel Sirona, no vieron tal rivalidad. Aunque
participó en el colectivo de los usuarios de réflex, ella usa indistintamente su
móvil o su cámara profesional. De hecho, su primera Nikon fue una compacta
CoolPix. Para ella no fue una competencia, sino una convivencia. Ni siquiera
sabe que quedó en el lugar 23, uno abajo de Phil González, el creador de
Instagrammers.
Cae la noche en Madrid y Luis Rodríguez retrata las sombras de la explanada
ante el ocaso. El resultado final es una foto donde contrastan el blanco con el
negro y las personas contra una grúa de construcción. Mientras tanto, Juan
Pascual edita una fotografía de la Librería Jiménez, que nadie se percató en
qué momento tomó mientras corría por Calle Mayor. Si fueran con una reflex,
todavía deberían esperar a enviar las imágenes al ordenador antes de poder
hacer nada con ellas. Pero ellos ya han publicado y están listos para volver a
disparar.