Post on 12-Jun-2018
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s e e n a r I oCLAUSEWITZ,LA GUERRAY EL AMOR
Por Carlos Te//o Oíaz
"Tristes guerras", dijo el poeta Mi-guel Hernández, "si no es amor la empresa. Tristes, tristes". Es una bella línea que delata al mismo tiempo unatendencia general. El discurso militar hasido con frecuencia utilizado en la literatura del amor, a veces con malicia, otrasacaso con inocencia. Esta inclinación porun lenguaje bélico no debe sorprender anadie: en la guerra, como en el amor,uno sale a conquistar al otro, de quiendepende -nada menos- nuestro propiobienestar. (Una nación, un individuo, deben estar dispuestos a luchar a muerte,sin tregua, a movilizar todos los recursos disponibles para defender su bienestar cuando se ve sujeto a una voluntadajena.) La opción por un discurso militar,asimismo, es sintomática de un gustopersonal; quien lo adopta nos muestrade tal forma ~u pasión menos por la genealogía del amor que por su fenomenología. Es decir, nos confiesa su pasiónsobre todo por el cómo delamor (" ¿cómoo
amamos?"), no por elporqué: nos invita apracticar así una metodología horizontal(romanesca)más que vertical (psicoanalitica) en el arte de comprendernos a nosotros mismos. No sé si pueda abusarsetanto del lenguaje impunemente. Paraabreviar: aquél que utiliza un lenguajebélico en el discurso amoroso concede detal suerte su seducción, no tanto por elorigen del amor, 'como por las "aventuras" del sentimiento.
La identificación de la guerra con elamor puede ser más rigurosamente elaborada. Es posible, por ejemplo, utilizarel modelo teórico que desarrolla Clausewitz para dar del amor una versión enla que se puedan apl icar , punto porpunto, los principios cuyo valor él confinaba en su tratado al sujeto de la guerra.Clausewitz consideró fundamental la distinción, formulada por él mismo, entre loque llamó "guerra absoluta" y "guerralimitada" . La guerra es absoluta, nosdice, cuando persigue sus objetivos naturales; limitada cuando persigue susobjetivos reales. El concepto de la guerra absoluta es, sin embargo, sólo eso:un concepto, una idea ·- en el sentidoplatónico de la palabra. Se conforma por
aquello que todas las guerras tienen encomún y permite, de tal modo, la posibilidad de generalizar dentro de lo particular. Su valor radica pues en la unidadteórica que le otorga a la experiencia militar: sólo por su medio pueden las guerras ser vistas como pertenecientes to- .das a un mismo tipo, como diferentesmanifestaciones de una misma actividad. La guerra, entonces, en su. formaabsoluta -un acto de violencia impulsado por su propia lógica- es para Clausewitz una idea regulativa necesaria paraacertar la identidad única de cualquieracto militar. Es simplemente el fin hacia
el cual tiende la voluntad bélica, aisladade todo constreñim iento, interno o externo . Su fin es la destrucción, como podría serlo la unión en el caso del amor, launión hacia la cual tiende la voluntaderótica . P.ero ni la guerra ni el amor pueden existir totalmente en abstracción.
Clausewitz identifica en su obra dosrestricciones en la guerra absoluta quepermiten el paso hacia su concepción limitada: una interna impuesta por la frie-
o ción del choque, otra externa impuestapor el fin politico de la guerra. Ambasrestricciones juegan el mismo papel en
el caso del amor -la primera afecta laconducta del enamorado (Werther) ,la segunda la práctica del seductor (DonJuan). Empecemos por aquélla. El carácter absoluto del amor -la unión afectiva,física, cont inua con otra persona- comopodríamos encontrarlo en el modelo impecable de algún moralista (Fromm, porejemplo), se ve inevitablemente limitadoen la realidad por un factor intrínseco a laconducta del amor mismo: la fricción . Laactividad en la guerra , escribió Clausewitz , es como el movimiento en un medio resistente - si todo en la guerra (comoen el amor) es simple, lo más simple esproblemático . ¿No es acaso, en efecto,insólito que algo tan sencillo como llamarauna persona por teléfono pueda convertirse enuntormento paraquien está perdidamente enamorado? En este respecto,tanto el soldado como el enamorado pueden ser comparados con un hombre inmerso en el agua, incapaz de realizarconfacilidad los más naturales movimientos.La confusión, el cansancio, el dolor . elmiedo a perderlo todo - estos elementosse combinan para crear esa atmósfera defricción (como la llamó CI usewitz) queentorpece, fatalmente, todaacción militaro pasional. De ahí se origina el drama deWerther : su amor absoluto s ve limitado.frustrado , por la fricción. Amar os daramor, dar y recibir; es así n cesariamentereciproco. W erther es el amor que nopuede amar.
Elcarácter absoluto del amor pued serademás conten ido en forma limitada porconsideraciones de ord en " polltico ".Clausewitz, como se sabe, concibe laguerra como una mera continuación dela politica por diferentes medios. La guerra, en otras palabras, no suspende lasrelacionespolit icas entre los estados beligerantes; sencillamente introduce enellas una dimensión adicional, la de laviolencia. La doctrina de la subordinación del espíritu militar (o del espfritu romántico) a la razón polit ica tiene dos aspectos complementarios. La conductadel amor -en el caso del seductor- sesubordina a consideraciones politicas dedos formas distintas pero relacionadas:se ve, por un lado, subjetivamente determinada por los fines del seductor ("laintriga ") y, por el otro, objet ivamentedelimitada por la condición del seductor("el realismo" ). El amor absoluto, en elmito de Don Juan, se limita y se transforma por el f in (que podemos llamar"político") del personaje central: enamorar sin enamorarse. Su tendencia natural: la unión con otra persona. se ve
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asl obstaculizada no por una restriccióninterna al amor mismo (el seductor eságil, desconoce la fricción) sino por unarest ricción externa - aquélla impuestapor el objetivo de la intriga. El amor deDon Juan no puede ser absoluto porqueno es reclproco : él mismo se imponecomo meta no entregarse. Asimismo,existen ciertas condiciones que determinan el curso de la seducción en el amor.dándole a cada lance una fisonomla distinta. De tal forma, elDon Juan de Zorrilla.apuesto y gallardo, se enfrenta a laconquista en plena luz del dla; aquél deTirso de Malina, en cambio, sin contarcon una presencia fls ica fu lminante.debe cobijarse por la noche, conquistarcon el engar'\o . convert irse en " burlador " - su estrategia ejemplif ica a l loque bien podríamos llamar realismo poI/tico. Como en la guerra, los fines poIlticos (limitados) del amor viven no obstant e una tensión perpetua con susobjetivos rorn ánnco (absoluto ): qué1I0s pretenden con t ner, ésto qu r ner incom emble . Tal t n ión af cta la
condición mlnc d Don Ju n Tenorlo:pa de sor un s ductor in' m a r unnobl enarnor do. Su mor limita ntonce sólo por I fricción natur I a lapa ión; no . pu s, " O uto" ste óto una b tr cctón- ro 11OIM. S
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T nto 01 s ductor como I n mor dor qui r n do un tr t 9 n r 1, nce it n con lrocu nci r olver problme tácticos Estrot gi y t ctlea. Hi terlcsm eru e OXI I ndos definicionesdistintas do OSIos t rminos. BOlow define la t ácnca como la dispo ición de lasfuerzas dentro del ár a d op racion ;la estrategia como I dispo ición d lasfuerzas fuera del área d operaciones.C1ausewitz, en cambio, d fine la tácticacomo el uso de las fuerzas para el comobate; la est rategia como el uso delcombate para la guerra. Elprim ro defineJos términos con relación al contexto en elque se utilizan los elemento , el segundocon relación al uso que se hace de todosellos; uno es testigo del fin de la guerradinástica, el otro profeta de la guerra nacíonal. Este paso en la conducta de laguerra, de la dinástica a la nacional. se dade ma nera parecida en la conductadel amor. Por mucho tiempo -hasta larevolución francesa- la práctica mi iterera dominada por consideraciones de
carácter estratégico . El control de las• vlas de comunicación, de las fuentes de
abastecimiento, el cerco de una población. eran los métodos más corrientespara derrotar al enemigo. El choque táctico, demasiado sangriento, era evitadoen el ejercicio bélico y considerado, en elpensamiento militar. como evitable. AsIpues, en la guerra dinástica el enemigose encontraba por lo general "ausente ",es decir fuera del alcance de las armasde fuego . De manera similar . el amor-en su expresión literaria- era en aquelentonces un sent imiento que se cultivaba en la ausencia (corporal) del ser
amado. Para ser digno de su nombre. elamor tenia que ser puro, a saber: casto-el otro no podla estar presente sino enla imaginación del enamorado . Con elpasar del tiempo, sin embargo. se invirtió esta relación. Ahora . en nuestrosdlas, es tan inconcebible la guerra sin labatalla como el amor sin el sexo. La presencia. en la guerra como en el amor.tanto del enemigo como del amante, seconvierte hoy en una condición necesaria para poder hablar, con legitimidad. deestas dos act iv idades. La estrategiade la ausencia se transformó así en latáctica de la presencia.
Enel sentido que le da Bülow a los términos los " encuentros amorosos", losenfrentamientos. son combates dondedeben aplicarse consideraciones tácticas: qué decir. cómo reaccionar. cuándocallar -las armas son las palabras, losgestos. los silencios, cuandola otra persona está ausente, en cambio, es decircuando uno se encuentra " fuera del áreade operaciones", los principios que sedeben aplicar a la acción son de ordenestratégico: cuándo contestar una carta.
qué decir al conversar con un amigo mutuo, cómo actuar frente al silencio. Unono " maniobra" con las cartas, sin embargo éstas forman parte, al igual quelas llamadas telefónicas. de una artillerlapesada que afecta directamente al enemigo (si podemos asl referirnos a la persona amada). Las cartas, pues, puedentener un uso táct ico como estratégico,entendiendo ambos términos como losentendió Clausewitz. Una carta. comouna bomba convencional. tiene un usotáctico cuando funciona dentro de laguerra (la carta de amor) y, al mismotiempo. como una bomba termonuclear,
puede tener un uso estratégico cuandodecide el resultado de la guerra misma(la carta de ruptura). Una modifica la relación, la otra simplemente la destruye.Por otra parte, la carta que no llega. tanconocida por tantos . es siempre ambigua: ¿pretende as! el otro terminar con larelación o sólo modificar sus términos?Elamor es optimista. y es dificil que unaguerra objet ivamente perdida pueda sersubjetivamente aceptada como tal porun enamorado. El resentimiento, el odio,incluso 'el desencanto son sentimientosque duelen y que delatan. de tal modo.la presencia persistente del amor. Mientras existan el enamorado podrá considerarse en estado beligerante, aún después de haber perdido todas las batallas. Su retirada será siempre "táctica".nunca estratégica. Pero un buen dla elamor termina, como cada quien descubre, y termina con la indiferencia. Termina a pesar de todos sus esfuerzos porprolongarse. porque no es la voluntadde amar hasta la muerte la que mantienevivo nuestro amor. sino el amor mismoquien da vida a esa inútil voluntad.<>
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