Post on 07-Apr-2018
transcript
8/6/2019 JUAN GOYTISOLO NOVELA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA red
http://slidepdf.com/reader/full/juan-goytisolo-novela-espanola-contemporanea-red 1/10
LA NOVELA ESPANOLA
CONTEMPORANEA
«2QUe especie de fa talidad domina hoy en la
li teratura espanola? (Por que los que debfan escri -
bir callan cuando los que aun no saber leer escri-
ben?" Muchas veces, en el curso de la pasada deca-
da , he pens ado en la amarga exclamaci6n de
Morarfn que confirma una vez mas el ir6nico cum-
plido que Larra solfa dirigir a la madre patria: «Para
Vd. nopasan dfas». No, para Espana no pasan dfas:
nuestra Historia es un «Bolero» de Ravel interrni-
nable en el gue las misrnas s iruaciones se repiten de
modo indefinido, y para ser profeta _._.para ernicir
juicios que la realidad se encargara de confirrnar
afios, lustres, siglos mas tatde- basta con ser sirn-
plernente lucido y pesirnista.
La rnuerte brutal de Luis Marrfn-Santos, el
silencio prolongado de Rafael Sanchez Ferlosio
coinciden en efecto con lacrisis y colapso de la que,
de modo muy ambiguo por cierto, ha dado en 11a-
rnarse «novela social espanola». Digo de modo muy
ambiguo pues la Iiterarura, en cuanto Ienguaje, es
siernpre, entre arras rnuchas cosas, un heche social ,
y aun aquel sector de ella caracrerizado por el pro-
posiro de centrar la atenci6n, no en 10 designado,
18 5
8/6/2019 JUAN GOYTISOLO NOVELA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA red
http://slidepdf.com/reader/full/juan-goytisolo-novela-espanola-contemporanea-red 2/10
sino en el signo mismo, no puede prescindir total-
men te d e las fu ncio nes d e represen racio n, ex presion
y Hamada inherenres allengu~je comuri..~ero coo-
viene no perder de vista el axioma de Eikjenbaum
cuando, oponiendose a los abusos de la crftica histo-
rica y sociolcgica, precisaba que «el objero de la
ciencia lireraria debe ser el estudio de las particula-
ridades especfficas de los objetos Iiterarios que las
distingue de cualquier orra materia, independien-
rernenre del hecho que, por sus rasgos secundarios,
esra materia pueda dar prerexro y derecho de sec
utilizada en otras ciencias como objeto auxiliar» I.
Tanto la praxis de los formalistas rusos como el
desenvolvirniento de la lingufstica a partir de la
publicaci6n p6stuma de los curs os de Ferdinand de
Saussure nos ensefia que las palabras no son los
nombres d6ciles de las casas sino que forman una
enridad aut6noma, regida por sus propias leyes.
Ello no qui ere decir, naturalmenre, que las relacio-
nes entre Iiteratura y realidad social no existan; perc
no rienen, desde luego, el caracter deterrninista y
rnecanico que el sector mayoritario de la criricaespanola les ha querido dar. Cuando la vida entra en
la lirerarura se convierte a su vez en Iiterarura y hay
que juzgarla como tal. Por eso, si hablamos de
«novela soci al espanola» y prerendemos juzgar el
valor de sus fruros, no par su relaci6n con las resran-
tes obras del genera, sino en la medida en que refle-
jan aspectos interesanres de la sociedad espanola
ccnrernporanea, esto es, mediante un recurso ahechos heterogeneos al hecho estudiado rompemos
«la jerarqufa de valores de la estructura objero de
nuestro estudios-". Concluyendo su brillante anaii-
sis de las relaciones existenres entre el rexto litera-
186
rio y el contexte social en el que aparece, Tzveta
Todorov propone un enfoque crfrico segun el.lcua:
para calibrar la obra liceraria, habra que conslpera
que en ella «el contexco forma parte del tex~o'>
«ciertos rasgos estrucrurales del texto son elefentos aurenricos del contexto»". Como vamos a ver a
analizar la lIamada «novels social» que se c~ltiv,
entre nosotros entre 1950 ~ 1965, I?ara compr9ndede modo idoneo la sinta~rs narratrva de sus ~.bra
estamos obligados a refenrnos al concexto soollal :
politico en el que aparecieron. Este «fndice situa
cional», segiin 10 designa Georges Mounin, rekuk
necesario para la Iectura optima del rexro, dad~ qUI
nosperrnire aclarar las situaciones en cuyo marfo e
texto estudiado adquiere su pleno sentido. N~lob~
tante, insistirnos en que e~te no puede ser el cflfen<
iinico ni siquiera predominance. La Hamada «nove
la social espanola» es.una de I.asmulti.ples r.am~ de
arbol general de ese tIpO de.dlscurso lirerario qie h:
recibido en el curso de los siglos el nombre de 9ove-
la yes, por consiguiente, la simple :nanifestaci9n d(
una estructura absrracta mucho mas general y !;Ieh
que es solamenre una de sus realizaciones posibles
Pero abandonemos aquf esas reflexiones que no :
divierten del presente estudio.
La situacion creada por la ultima gue~ra Fivi.
espanola hizo retroceder nuestro calendano a 10 :
perfodos hist6ricos mas infaustos vividos por elides.
dichado pals a 10 l~rgo de ~~s siglos XVI~I y X I l EJ
triunfo del alzarnienro mi litar pravoco la mayorhecatombe inrelecrual de la historia de Espanal y el
establecimiento en las catedras y tribunas piiblicas
del pafs de. esa fauna peculiar de espanOleslqUfamarg6 la breve vida de larra y que podriarno lla-
187
8/6/2019 JUAN GOYTISOLO NOVELA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA red
http://slidepdf.com/reader/full/juan-goytisolo-novela-espanola-contemporanea-red 3/10
mar «rnecanografos», puesto que escriben al di~ta-
do de quien les alirnenta, les visre y les paga el pl~O.
(Como no recordar, al recorrer nuestra prensa dia-
ria, la buda ingeniosa de Moratfn en L a d erro ta d e l os
pedantes?: «Se ajusto la paz, coplas a la paz; nace? l~sgemelos, coplas a los gernelos; nace nuestro princi-
pe Fernando, coplas a D. Fernando; se hace el born-
bardeo de Argel, capIas a las bombas; en un palabra,
casarnienros nacimientos, muerres, entierros, pro-
clamaciones: paces, guerras, redo, rodo ha sido
asunco digno de nuesrra cfrara» ..Paralelamente, el
aislamiento inrernacional del Regimen y nuestra
sempirerna censura habian creaclo alrededor ?elpais un cordon sanitaria semejante al establecido
par Felipe II a su regreso de los Parses Bajos, cuando
impuso a los esrudianres espafioles que segula~ cur-
sos en las universidades flamencas el regreso rnme-
diato a la Peninsula y la obligacion de presentarse
ante los jueces del Santo Oficio como presunt~s
portadores de germenes, en una medida que Barai-
110ncompara jusrarnente a una cuarentena. Cuandoen 1948 ingrese en la Universidad de Barcelona
--despues de un bachillerato en el que la iinica obra
literaria que se nos dio a leer fue Pequei ieces del padre
Coloma-, las obras de Alberti y Garda Lorea, por
ejemplo, circulaban en capias escritas a ma~uin~, y
conseguir una novela de Camus 0 de Sartre .lmphca-
ba el conoeimiento previo de alguna red ile gal de
libreros especializados en el contrabando de libros
prohibidos. Las consecuencias de dich? aisla~ie~to
eran faciles de prever, y las lagunas e lOsufiClenClas
culturales de los hombres de mi generaci6n expli-
can en parte el rumba vacilanre y quebrada que lue-
go empreudimos. Aquf rarnbien, las palabras de un
188
~.expatriado ilustre, Jose M. Blanco White, respecso
.alos escritores de su tiernpo, se ajustan como anillo
al declo a la soeiedad Iireraria en media de la cu~l
nos formamas: «Faltos de libros, faltos cle pUblido
que les excirase, que supiese apreeiarlos ... los pocdsque en Espana dejaban el camino de las aulas por JI
I
de la literacura, no renian mas rnundo en que vivir
que una pequefia sociedad de amigos, con quienes
comunicaban sus ideas, y de quienes recibfan Jl
aplauso con que rnantenfan en vida a su ex(enuad~
musa... Faltabales a los autores liberrad, campo ancho
en que ejercerla, y caudal de ideas originales, ac+
piadas por elIos mismos, y no tomadas de manode revendedorese", EI conocimiento de tales cirr
cunstancias resulta indispensable para la comi
prension del proposito cririeo que marca a esa
generaci6n denominada por Jose M. Casrellet «get
neracion del medio siglo», asf como de los Iimites y
obsraculos que faralmenre debfan interponerse ed
illcamino e imponerIe al cabo de unos afios el dile{
rnade callar0
proceder a un desgarrador y diflcil:ambio de rumbo.
Los lectores y crfticos extranjeros inreresados
!n las cosas de Espana se han planteado y me had
,Ianteado a rnenudo la pregunta de como en un pafJ
an reaccionario y opresor se pudo producir unJ
iteratura de proresca tan abundanre entre 1950 y l\
.965. La respuesta no obstante es clara: a causa mis-
na de su conservadurismo social y asfixiante siste-
nade censura. La publicacion de las prirneras obras
nconformistas de Cela, su admirable P a sc u a! D u ar -
~yesa Colmena que, auoque editada originariarnen-
"en Buenos Aires, circulo bajo mano por la Penfn-
rla, novelas que, segun su autor, se proponfan
189
8/6/2019 JUAN GOYTISOLO NOVELA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA red
http://slidepdf.com/reader/full/juan-goytisolo-novela-espanola-contemporanea-red 4/10
hacer concurrencia al estado civil, pasear el espejo
stendhaliano a 1 0 largo del camino, ofreeemos su
vision personal de la aspera, humilde y doliente rea-
lidad coridiana, signifie6 el punto de partida de
todo un grupo de escritores para los cuales la litera-
rura era, conforme a la consabida f6rmula de Pave-
se, «una defensa can tea las ofensas de la vida». Hace
ya bastantes afios, al esrablecer un balance provisio-
nal de nuestra praxis iiteraria, senate las razones que
nos llevaron al culrivo de una novela «realisra», tes-
timonial, fotografica: «Mientras los novelistas fran-
ceses», decfa, «escri ben sus libros independiente-
mente de la panoramica social en que les ha tocado
vivir, .. los novelisras espafioles -par el hecho deque su publico no dispone de medios de informa-
cion veraces respecto a los problemas con que se
enfrenra el pafs- responden a esa carencia de sus
lectores rrazando un cuadro 10 mas justa y equirati-
va posible de la realidad que contemplan. De este
modo, la novela cumple en Espana con una funci6n
testimonial que en Francia corresponde ala prensa,
y el futuro historiador de la sociedad espanola debe-ra apelar a ella si quiere reconstituir la vida cotidia-
na del pafs a craves de Laespesa cortina de hurno y
silencio de nuestros diarioss '. El mecanisme repre- '
siva irnpuesto en el pais a consecuencia de la victo-
ria del banda clerical-autoritario ilusrra, una vez
mas, Ia vieja regla hisrorica contra la que se esrre-
Han rodas las censuras: la de su precariedad y ana-
cronismo, debidos al hecho de querer aplicar leyes y
oorroas, coo pretensiones perrnanentes y fijas, a una
realidad que es por esencia fluida y rnudable. Entre
nosotros, Larra habfa observado ya que el espfriru
de la epoca logra expresarse siempre a pesar de las
190
barreras y obsraculos de sus enemigos, perol es
vez en Alcala Galiano -me refiero a! Alcala: Gal
no joven, emigrado Como Blanco en Ingl1ter:
antes de que su regreso a Sansuefia Ie enmoHecit
el cerebro y embotara e! filo a su pluma- Han,
hallam os la m.ejor exposicion de ese fenomedo q
tanto desconcierra a los aprendices de brujol de
[en~~ra: «En un pais donde no existe la lilDew
polirica, don,de los escrirores se ven reduc;ldos
temas ex~luslvameme Iirerarios, podra no plrec
~uy obvia la conexion emre polfrica y literktur
Sl,~ embar?o, la rnisma causa que impide a esa ~on,
xion marufestarse externamenre en obras impress
opera en secre~o fortaleciendola>,6. En la Espara (hoy-una sociedad en Laque Lapolftica ha side de
terrada para siempre en beneficio de LacastA ql:
conrrola los mecanismos del poder- todo, a~solr
tamenre redo deviene polfrica, y nuestros cerisore
p~~c,en d.ocados ,del temible privilegio de Mida!
pounzar I,ns,tantaneamente cuamos objetos tbcar
Co~o es Iogico, la conexi6n de que nos habla Akal
Galiano no se m~nifiesta a primera vista y, I parde.tecrarIa, se requiere en general un cierro adiestra
:IlIenro. La lecrura. de ~oque se publica hoy en Espa
na ~esde ~oseditoriales de la prensa oficialla la
res~nasy arriculos de las revistas culturales minori
tan as- refl~ja perfectamente esta situaci6n Iy e
le:cor extracjero --0el que, como yo, ha perdidc
~~s 0me~~s, a con:ecue~cia de una larga expa~ria.cron, eI,habuo de grrnnasia mental que dicha lecru-
fa requ~ere- permanece a menudo perplejo ~mf
.una sene de alusiones cuyo canicter crfprico Je le
.escapa, Pero debemos recordar Con Blanco Wlhite
que «los pueblos sometidos a gobiernos opresores
191
8/6/2019 JUAN GOYTISOLO NOVELA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA red
http://slidepdf.com/reader/full/juan-goytisolo-novela-espanola-contemporanea-red 5/10
que no les perrniten hablar libremenre, tienen la
viveza de los mudos para entenderse par sefiass'.
Hoy, como siempre, nuestros poemas, novelas, peli-
culas y obras reatrales ofrecen un riqufsirno surtido
de visajes, gesticulaciones y guifios propios de un
pueblo que, si bien en los iiltimos afios engorda y,
relativamente, prospera, sigue aiin, en apariencia,
tnigicarnente mudo.
En uno de los tiltimos ensayos recogidos en
EI l urgan d e c oia adelanre las razones de Ia crisis con
que nos enfrencabarnos los aurores de rni genera-
cion -razones directarnenre vinculadas can los
hechos que acabo de mencionar. «La gran confusion
reinanre esros afios entre polfrica y Iieratura»,escribia, «entre eficacia politica y eficacia Iiteraria,
puede explicar en parte el desajuste que hoy obser-
vamos en la obra de nuestros autores jovenes ... En el
memento en que aparecen las prirneras novelas y
poernas de la generacion del media siglo, el fin de Ia
guerra fefa, el deshielo ideologico del campo socia-
lista alirnentan la esperanza de una rransforrnacion
radical y a cerro plazo de la anacronica sociedad
espanola: este objerivo (irrealizable, 10 sabemos
hoy) parecia exigir de nosotros la rnovilizacion, a su
servicio, de todas nuesrras energias. Como en Iralia
durante los iiltimos estertores del fascismo 0 en la
Europa ocupada por los nazis, el quehacer Iirerario
se integraba en una lucha mas general y ajena a la
Iireratura, en la que esra acruaba a rnanera de avan-
zadilla ... Escribir un poema 0 una novela tenia
entonces (asi 10 crefamos) ei valor de un acto: por unventuroso azar hisrorico accion y escritura se con-
fundfan eo un mismo cauce, literarura y vida se
ideotificaban ... ,,8.
192
Cinco 0seis afios despues no puedo sino coo-
firmar las ideas que exprese entonces: todo un sec-
tor de 1aIiteratura espanola del perfodo que exarni-
namos, destaca por su proposiro de transformar la
palabra en acto, de querer comperir can la vida, de
hacerse «performativa». Los adeptos a los estudios
lingufsticos recordaran probablemente los ensayos
deJ. L. Austin sobre el enunciado performativo, al
que define como «el que sirve para efectuar una
accion», agregando que «forrnular tal enunciado es
efectuar la action». Segun Benveniste, existen dos
clases de enunciados perforrnarivos: los aetas de
auroridad ernanados de un poder reconocido (<<yo
prodamo el escado de excepcion») y los que, sinprovenir de ninguna autoridad, comprometen no
obstante a quien los enuncia en razon de las circuns-
tancias del enunciado «<yojura, yo me comprometro
a hacer tal y tal cosa, etcetera»), Ahora bien, como
precisa el linguists frances, «un enunciado perfor-
marivo solo riene realidad si es autentificado como
acto. Fuera de las circunstancias que 10 hacen peF-
forrnarivo, dicho enunciado no existe, Cualquiera
puede grirar en la plaza publica: "yo decreta la
rnovilizacion general". No pudiendo ser acta pOT
falta de la necesaria autoridad, esta frase no es mas
que habla, se reduce a un damar inane, nifierfa a
locura»".
El analisis de esta categorfa de enunciados me
ha llevado a pensar m a s de unavez en la Iiterarura
«comprometida» espanola de los afios cincuenra,
fascinadapor el espejisrno de 10 que podrfamos lla-mar «Ia ilusion perforrnariva». N uestra herencia
crisriana aclara quiza, par aquello de «al principia
fileel Verbo», e1poder factual, ralismani co atribui-
193
8/6/2019 JUAN GOYTISOLO NOVELA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA red
http://slidepdf.com/reader/full/juan-goytisolo-novela-espanola-contemporanea-red 6/10
do a las palabras. Autores como BIas de Otero,
Celaya, Nora y arras mas jovenes han praclamado
en sus versos un compromiso personal del sujeto
enunciante, es decir, del poeta, con la sociedad de su
ciempo ..........compromisopersonal, decimos, ya que
no acto de autoridad, pues, par suerte 0por desgra-
cia, dichos poeras no derentaban poder 0 jurisdic-
ci6n algunos. Un rasgo peculiar de esa segunda cla-
se de enunciados es que su canicter performativo se
anula cuando el sujero anunciante es insincero 0
viola su palabra: el suelo apareda Heno de trampas
y, como la rerca realidad hispana no se ha plegado
nunca a las admoniciones de los poetas, el compro-
miso de estos, a fuerza de reperido y iarnas puestoen practice (uno de ellos afirm6, por ejemplo, con
gran arrojo, que se cortarfa una mana antes de aban-
donar la noble .causa del pueblo), comenzo a mos-
trar bajo su aureo y cegador relumbre el rriste colo-
rido del oropel. Acci6n no, clamor inane.
No obstante, teniendo en cuenca las circuns-
tancias -prohibiciones y cortes de la censura, pre-
siones sociales y editoriales, escaso numero de lecto-res, dificultades econ6micas, aislarniento, laguoas
educarivas, insuficiencias culturales, etcetera-s-,
creo que los exponences de la geoeraci6n del medio
siglo cumplimos como pudimos con las exigencias
morales y cfvicas del momento en que nos habfa
tocado vivir. No eludimos las responsabilidades. La
situaci6n del pafs oos exigfa un compromiso claro y
sin equivocos y, en la medida de nuesrros medios,
oos rnantuvirnos fieles a el. Pero, como hemos di-
cho antes, una obra literaria no enlaza tan s610 con
el contexco hist6rico-social en el que surge; respon-
de tarnbien, y ante todo, a las leyes evolutivas del
194
genera al que pertenece, a las exigencias de su pro-
pic arte. Aunque desde el siglo XIX, para la gran
mayoria de novelistas y criticos, 10 mas irnportante
de una novela es su conexi6n con la realidad exterio~1
que prerende represenrar, su rrabazon con el corpus,
general de las obras publicadas anreriorrnenre a el~a\
essiempre mas inrensa que la que le une ala «reali-l
dad». Mientras es posible coocebir obras cuyo con-I
tacto con Ia realidad social y polftica sea casi nulo,
laexistencia de una obra vinculada solarnente a una
estrucrura heterogenea, sin ningun lazo con las res-
tantes obras del genero, es, desde luego, absoluta-
mente inconcebible. Un texto cobra sentido, no ais-
lado, sino en correspondencia con otros textos, coo
todo un sistema de valores y significaciones previos.
Como nos han ensefiado los formalisras rusos, no
son las obras las que evolucionan, sino la Iirerarura:
el texto particular no es mas que un ejemplo que
nosperrnite describir las propiedades de la Iiteratu-
ridad. Si enfocamos desde este prisma la producci6n
novelesca espafiola anterior a Tie m po d e s i le nc io ,
podremos advertir claramenre los vicios de origeoque debian conducir a la gran frusrracion de los
iiltimos afios, El desajusre de nuestro calendario
conrespecro al europeo actu6 uoa vez mas, de modo
fatal, en contra de nosotros en la medida en que,
cuando esa Iireratura «realista» se impuso par las
razones ya descritas eo el pals, estaba dando en
Europa las ultirnas boqueadas -hablc, claro esta,
en rerminos de Iiterarura, no de edici6n, pues, edi-torialrnenre hablando, impera e irnperara rodavia
en raz6n de los habitos mentales de rutina y pereza
del gran publico. La combinaci6n de signos forma-
lesde la Iiteratura (preterite indefinido, estilo indi-
195
8/6/2019 JUAN GOYTISOLO NOVELA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA red
http://slidepdf.com/reader/full/juan-goytisolo-novela-espanola-contemporanea-red 7/10
recto, rirrno escrito) y signos no menos formales
del «realisrno» (fragmentos de lenguaje popular,
expresiones crudas 0 dialecrales, etcetera) que de-
nunciara Barrhes «no reproduce 10 real», como dice
el critico frances, «mas que entre cornillas: palabras
populisras, gicos descuidados en medio de una sin-
taxis puramente lireraria» 10. Luchando contra esa
escritura envejecida, los autores mas conscientes
buscaron desde primeros de siglo, tanto en Europa
como en Estados Unidos, una sintaxis narrativa
mas coherenre, caracrerizada por la eliminaci6n
progresiva del discurso del autor del cuerpo del
relato, conforme al modele de la categorfa abstracta
que Benveniste denominarfa mas tarde «historia»:
es decir, «Ia presentaci6n de hechos acaecidos en un
momenta dado, sin ninguna intervencion dellocu-
tor en el relate» 11. En este tipo de relata, nos dice
Benveniste, no hay siquiera narrador; nadie habla
en eI; los acontecirnienros son expuestos tal como se
han producido a medida que surgen en el horizonre
de la historia; los hechos parecen contarse por s[
solos. La radiografia de esa tendencia novelesca desa-rrollada a 10 largo de la primers mi tad del siglo XX
evoca inrnediatarnente entre nosotros el recuerdo de
obras que, como L o s b ra vo s 0 E I J ar am a , pas an par
ser, con raz6n, los dos logros mayores de nuestra Ha-
mada «novela social». EIJa r ama signifies sin lugar
a dud a s la apoteosis de dicha corriente narrativa y
ello aclara el por que las obras posteriores de la mis-
rna tendencia nos parecen simplemente redundan-tes, brores que no quitan ni afiaden nada a1tronco 0
ramas del atbol general de la novela -tao iosig-
nificantes, en la mayorfa de los cas os , como esos
sernpirernos bodegones naturalistas que vemos en
196
codas las salas de pintura de todas las ciudades de
mundo.
Ahora bien, rnienrras EIJa r ama rernataba bri
llanternenre todo un cielo de nuestra oov~a ~
excluia, a causa de su misma perfeccion, la posjbili
dad de una descendencia, se desenvolvia en EJtOPl
una evoluci6n narrativa de signo opuesto Ique
huyendo de la sequedad y limitaciones de la ca~ego.
ria benvenistiana «historia», buscaba una tenovaci6r
del genero en 10 que, para atenernos a la rerrninologfs
de Benveniste, resultaba ser una reivindicaci6rl de.
«discurso»: expresi6n del lenguaje subjetivo 0, l s i Sfquiere, «enunciaci6n que supooe un locutor f ur
auditor y, en el prirnero, la intencion de influir ~n eJ
segundo». Dicho vaiven era consecuencia directl del
auge crecienre de los esrudios lingiifsticos y el influje
anaiftico de los formalistas rusos, Roman]akobsbn y
e l Circulo Lingufstico de Praga. EI aurar y las esbue-
l a s rnencionados centran la arencion, como es saldido.
enel signo y no en la cosa represenrada y exarninan 1~
sintaxis narrativa no tanto en funci6n de la realidad
que aspira a reflejar como en su aspecto puramenreverbal. A rernolque de ellos, todo un sector --el b a sconsciente- de la novelfstica actual riende a supedi-
tar la vieja funci6n del genera, de represenrar el
mundo exterior a la innovaci6n dellenguaje; es tb es,
a p~ar de 1a copia, del lenguaje transparente, la la
escntura, a la autonomfa del discurso, Si he evodado
aqui, a vuela pluma, al nuevo derrotero del generb, 10
he heche porque me permitira dilucidar las razonesdela crisis de la novela espanola, su silencio y caclbio
de rumbo. Decfamos antes que toda obra literiatia
obedece en principio ados coordenadas: la de la reali-
dad historico-social en que surge y la de las leyes Jvo-
197
8/6/2019 JUAN GOYTISOLO NOVELA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA red
http://slidepdf.com/reader/full/juan-goytisolo-novela-espanola-contemporanea-red 8/10
lurivas de su propio genera. Preocupados por respon-
der ante todo a lo que la situaci6n peculiar del pais
pareda exigir de nosotros, los novelistas espafioles
no descubrimos sino mas tarde el requisite de esa
segunda especie de compromiso. Si nuesrra concep-
ci6n estrecha del «realisrno- cumplia, en apariencia,
con nuesrra responsabilidad moral y cfvica, distsha
mucho de responder a las exigencias culturales y
anfsricas del genero y de la epoca. En una primers
erapa, nuestra generaci6n habra endosado, como un
traje de confecci6n, ellenguaje heredado de nuestros
mayores: ese insoportable «castellanismo- del 98,
convertido, a fuerza de imitaci6n y de copia, en un
codigo insignificante y vacfo, en un vasto y asoladorpudridero. La inaclecuaci6n del prop6sito crftico a un
instrumental expresivo acrftico -un lenguaje inca-
paz de filtrar ya, a craves de su sinraxis calcarea, la
complejidad y fluidez del mundo moderno-- acabo
por convertirse para algunos, como ha sefialado re-
cienrernente Jose M. Casteller, en «una pesadilla
estetica». Para salir del atasco, habfa que luchar, en
primer terrnino, contra las"formas artfsticas envejeci-das que nos aprisionaban e impedian seguir adelante.
Para criticar la realidad del pais era precisoempezar
por la critica de su lenguaje. Todavfa hoy, en Espana,
gran mirnero de escritores «comprometidos» que
atacan la casta social que ocupa el poder emplean, sin
darse cuenta, el mismo lenguaje que esra -una mis-
rna ret6rica, aunque de signa opuesto.
El primer novelista que entre nosorros arre-metio allenguaje rancio y ernbalsarnado de los epi-
gonos del 98, y en su primera y, por desgracia, unica
obra, emprendi6 su desacralizaci6n, sirnultanea-
mente a una brillante reivindicaci6n del «discurso-
198
fue Luis Martfn-Sanros. A diferencia de E l Jarama,
que es una novela coherente, roralmente conseguida,
redonda, T iem p o d e s il en c io es una obra aun vacilante,
desnivelada y con bastantes aristas, Pero ella tiene
una explicaci6n. Mientras E I jarama es el broche
final de un cierto ripo de novela, la conclusion
magistral y definiriva de un proceso narrative que se
prolonga durante casi un siglo (y por eso las obras de
dicha rendencia, publicadas con posterioridad, nos
parecen simplemente reiterativas, rnuertas, por asf
decirlo, al nacer), Tiempo de s il enao es el comienzo de
una nueva etapa, una obra que abre para la novelfsti-
caespanola todos los caminos y puertas que le cerra-
ra E I Jarama. Es, pues, el principio de una lfnea, noel final de ella; el pumo de arraoque, no su corona-
ci6n. Esta diversidad funcional --fin, comienzo-
debera tenerse en cuenca en 10 futuro para cualquier
analisis correcto de los vinculos -.-no por negatives
menos densos- que linen a ambas novelas. Can E l
Jarama culmina y se eclipse la «historia»; con Tiempo
d e s i l enao renace y adquiere nueva vigencia el «dis-
curse». Dedamos antes que una corriente novelisti-caactual, siguiendo los pasos de la poesia, tiende a
centrar su interes no en la «represenratividad» sino
enellenguaje, y el autor propende a disolver el rela-
ta de los acontecirnienros y acciooes en el murrnullo
de su propio discurso. Ello me lleva a pensar en
aquella estupenda a.firmaci6n de Vargas Llosa de que
el escritor debe ser, ante redo, un «provocador» y a
aplicarla a los dos niveles de provocaci6n exisrentesenel mundo de hoy.
En los pafses en donde no exisre Iibertad de
expresion artfstica -la Union Sovierica es un buen
:jemplo de ello- el poder de provocaci6n del escri-
199
8/6/2019 JUAN GOYTISOLO NOVELA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA red
http://slidepdf.com/reader/full/juan-goytisolo-novela-espanola-contemporanea-red 9/10
tor se rnanifiesra en 1a eleccion de aquellos rernas
que, par ser tabues desde un punta de vista moral y
politico, asumen de inmediato un rnatiz subversive.
Asi, para enjuicier la novedad e irnportancia de esros
escritores, 10 hacemos en funcion de su audacia
ternatica, sin tenet en cuenca, como es , por ejernplo,el caso del Doctor j ivago 0las novelas de Solzhenitsin,
que su esquema, su consrruccion, su sinraxis repi-
ren, sin grandes variances, los procedirnienros narra-
tivos decimon6nicos ~·-un mundo anterior a Marx,
a Freud, a Ferdinand de Saussure.
En los paJses en donde existe aquella Iibertad
expresiva, 00 hay ya, como es sabido, ternas pro-
vocadores I~ Los ul tirnos tabues han desaparecido-cuando menos a un nivellegal- y el escriror no
puede escandalizar ya, como hace veinte a veinti-
cinco afios, cuando canraba el incesro a la droga, 1a
hornosexualidad 0 el crimen. Desde el insrante en
que el desnudo es legal, no puede haber desnudos
provocatives. Coincidiendo can la nueva corrie ore
critica a la que antes me he referido, eI escritor, en
dichas sociedades, ha inreriorizado la provocacion,introduciendola en el lenguaje. Digarnoslo bien
clare: eo el mundo capitalists actual no hay temas
virulences 0 audaces; ellenguaje y s610 el lenguaje
puede ser subversive". ,
La fase historica por la que atraviesa Espana,
hfbrido de dictadura y corrupcion, desarrollo y
pobreterfa, ayuda a cornprender tal vez el cambia
operado en nuestra novelfsrica. Hoy por hoy, Espana
ha abandonado sus viejas caracrerisricas de pais semi-
desarrollado sin adquirir 00 obstante las ventajas
rnateriales y rnorales de las naciones m a s ricas. Perola corrienre iniciada es irreversible y , con Borbones,
200
con Trastarnaras 0con reyes godos, el acercamie~Jo a
Europa se acennia y , verosfrnilmenre, se acenrnaraarin mas. Por obra y gracia de un conracro cadal vez
mayor con los pafses extranjeros y sus producros cul-
turales, los ternas provocadores que, con las li~ita-
ciones antes sefialadas, abordamos en la decada de los
cincuenta han perdido poco a poco su poder de ~ro-
vocaci6n: p61vora mojada, perardo que estalla eh el
agua, pariente pobre en cualquier caso de las nuevas
expresiones Iiterarias que, por venir de otros aclbi-
cos, pueden manifestarse sin corrapisas. NadiJ es
profeta en su tierra y los escr iror es de fuera -aud los
hispanoparlantes- rnolesran menos que los pro~ios:
si Vargas Llosa hubiese sido espafiol y la acci6n de suprimera novela rranscurriera en Espana, La c i u 4d y
lo s perros habrfa tenido que pub licarse en Lima. r =la natural diversidad de criteria de nuestros censores
no ha heche mas que subrayar una realidad histoifca:
como en la poesia en riernpos de Dario, la brisa en el
campo de la narrativa, sopla hoy del otro lado Idel
Atlantico. Sea como fuere, la prodigiosa floraci6n de
la novela latino:me.ricana de la ~asada decadal haentrado en Espana sm graves obstaculos y su ef~cto
en 1 a mejora del gUStOpublico ha sido considerable.
De un modo todavfa mimetico, pero historicam~nte
v alid o, e l lecror espafiol de hoy ha c orne nz ad o a a lz ar-
se a los niveles culturales de fuera, yen Espana, corno
en el mundo capitalists en torno al que orbital 1a
fuerza provocadora del novelista tiende igualmente a
interiorizarse y a introducirse en ellenguaje. Ta~haside cuando menos el proposiro que ha guiado la kje-
cucion de mis primeras noveias adulras: Sei ias d e i~n -
t idad y, sobre todo, Reiv ind i ca c i r f n d el c on de c u mj u l1dn .
No he abandonado en ellas eo modo alguno el cqm-
201
8/6/2019 JUAN GOYTISOLO NOVELA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA red
http://slidepdf.com/reader/full/juan-goytisolo-novela-espanola-contemporanea-red 10/10
promise que buscaba en rnis obras juveniles. Simple-
mente, 1 0 he transferido a otro nivel. Nuestro anqui-
losado lenguaje castellanisra exige -10repito desde
hace tiempo-- el uso de la dinamira 0 el purgante.
Nuestra actitud frenre a el debe ser deliberadarnente
sacrllega. Como decfa Valle-Inclan, en una entrevis-
ta publicada dieciseis rneses antes de su rnuerte:
«~Usted ba visto que los herejes entren en la Iglesia?
Yo soy un hereje a sabiendas, Con plena conciencia
de mi responsabilidad y de mi apostasfa, El idiorna
hay que renovarlo, como todo en la vida: la politica,
las costurnbres, todo, (Vamos a estancarnos en el
siglo XIX, por ejemplo, suponiendo que en esta cen-
turia alcanzara su maximo esplendor la lengua caste-llana? No, no, yo no sere acadernico nunea ... Soy un
hererodoxo, y sobre los reprobos pesa La pena de
excorn union».
Creo que algunos coeraneos mfos y los novelis-
ras que hoy empiezan a publicar aprobarfan rarnbien,
de conocerlas, las palabras del gran maestro, can toni-
cas y ejemplares en una sociedad, como la nuesrra, en
la que todo conspira a ahogar el fuego de la rebeldfajuvenil bajo el peso de un·conformismo esteril. Ojala,
can el herofsrno que irnpiica vivir y trabajar en un
pais «en donde muere la inspiraci6n envuelta en
hurno», alcancen un dfa Lavejez bio16gica con esa
juventud indemne que siernpre me trae a la memoria
una frase que otro anciano irrecuperable, el rmisico
frances Erik Satie, solfa repetir eo los tiltimos afios de
su vida: «Quand j'erais jeune, les gens, autour de moi,
me disaienr: Ah, vous verrez, vous verrez quand vous
aurez soixante ans! Eh bien, maintenanr, j'ai plus de
soixante ans, et j'ai rien vu».
202
NOTAS
1. Vease Tbiorie d e / a l i tt e r a tu r e , anrologia de textos de los formar
l!stas ruses por Tzveran Todorov, con prdlogo de Ro~an ]akobsonr
Editions du Seuil, Paris, 1966; rrad, casrellana: Signos, Buenos
Aire.s, 1971. Sobre los formalisms rusos consultese igualrnenre VicLtor Erlich, Th e Ru s s ia n / o17 l 7a /i rm . His tory-Doc t r ine , Mouton, La Haya!l,1955 (rrad. casrellana: Seix Barral, Barcelona, 1974); Lee T. Lemon,
Rn s s ie n f o rma l i sm cr i t i c i sm, U niversi ry of Nebraska Press, 196;; F O ~ L r ·
ma l i smo y vangu.a rd ia , textos de Eikjenbaurn, Tinianov y Shklovski
Alberto Corazon, Madrid, 1970.
2. «us travaux du Cercle Linguisrique de Prague. Theses de
1 92 9» . C h< mg c (1969); rrad, cascellana: Alberro Corazori, Madridl
1970.
3. «L'analyse du recit a Llrbino», CQmmrmi•at ions , n." 11 (1968).
4 . V a r ie d a d es 0 MenJa jero d e L o n d re s (1823), pp. 340-342.
5. El/urgan d e co l» , Ruedo Iberico, Paris, 1967, p~ 34; Seix
Barral, Barcelona, 19762 , I6. Literatura espanoladel s iglo XIX, rraduccion y prologo de
Vicente Llorens, Alianza Editorial, Madrid, 1969.
7 . E f ES /l aii ol, 0.° 10 (enero de lSI!).
8. Paginas~ S1-52 (p. 86 de la ed. Seix Barral).
9. P ro ble m es d e fin gu is t iq u e g en er a/e . Gallirnard, Paris, 1966,
p. 273; trad, casrel lana: Siglo XXl, Mexico, 1971.
1 0. L e d e g ri ze r o d.l ' icI"i turc, Editions du Seuil , Pari' s, 1953.
11. IUd...pp. 238-245.
12. La liberrad de expresion arrfscica del mundo capicalisra 5 < ,
halla sujera en realidad a las leyes del mercado, a la ferichizacion de Ia'mercancfa, Escriro haec mas de veinte afios, 1 '1ensayo de Lukacs ArtJ
f ibre0 ar te d i r ig i dn sigue conservando una acrualidad candenre. I13. En 1968, se celebre eo Consranza (Suiza) uo coloquio d
1escrirores y crfr icos de los pafses germanoparianres en el que se discu-]
rieron algunos de los problemas que rozamos aqui,
203