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REVISTA QUINCENALÓRGANO UNIVERSITARIO
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AñO 1I-.~2~ÉPOC~J~I_~~~~eo, Agosto 15 de 1897 111 Tomo II-N.o 7l ••••••• •••••••••••• •• •• ••••• • •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••1••••••••••••••
Siluetas yaprecia.cionesPOR G. P. Y Z.
El antol~
Victor Pérez Petit es un crítico de talento vigoroso. Cuando examina las gran·des obras de la intelectualidad contemporánea, parece un jardinero que lleno dedevociones artísticas, deshoja ilores decoloraciones exóticas y prende á los bordesde cada pétalo separado brillos de su imaginación, verdaderas orla~ de rocío conqne los ilumina, con que les forma unmarco de luz.
De una ductibilidad de talento admira·ble, presenta sobre todo dos aspectosprincipales.
En el primero es igual á un guerreadorvestido con tosco tI'a.íe, desaliñado y pletórico de ardentías, repartiendo cintarazosá diestra y siniestra; es una especie deSansón pulverizando á los Filisteos, á losliliputienses de nuestra literatura.
En .literatura los que son águilas, los quetienen alas, tienen garras; los que puedenvolar muy alto, pueden herir muy hondo.
Un despliegue de garras bravías ó unsacudimiento de ahts implica fuerza.
En el segundo, parece un oficiero deltemplo del arte, vestido con túnica de púrpuras fogosas, auroleando la frente de losgenios que reciben la idolátrica adoraciónde la intelIgencia humana. .
Como dramaturgo, novelador y cuentis·ta, SI bien no tiene el renombre que le hanconquistado sus críticas, puede sentir orgullos, al leer algunas de sus creaciones.
Como descriptor lo encontramos admirable en algunos trabajos en donde haytanta hermosura plástíca, que en ellosvemos lo carnal, lo escultórico de lanlujer; en ellos vemos senos que excitancon sus morbideces virginales de capullo,labios enrojecidos por la voluptuosidad ypupilas que se adormilan en un éxtasisde pasión.
El 1)l~Opósit,o
El estudio rotulado «La Imaginación»es, como lo indica el subtítulo que Jo afecta, un fragmento de las apreciaciones queal Dr. Víctor Pérez Petit le sugirió no hamucho tiempo «El Deslumbrante,}} el genial Rubén Darío.
Rubén Darío es el primer poeta americano.
Cincela versos y su pluma rompe á vecesla armonía rítmica. y si bien esa ropturabasta para hundir el trabajo de un buenpoeta, en las creaciones del autor de Azultiene un efecto completamente antagónico,porque estas creaciones tienen algo semejante á la historiada estatua de MíguelAngel: la Mano Divina que la construyó, learrebató un pedazo y la estátua se hizomás hermosal Asus versos Daría les arrebata la armonía y cobran una belleza extraña' una rarísima hermosura.
Moisés toca una pied loa y brota un c1lGrro ·de agua que apaga la sed de las gargantas que han bebido sol; Rubén Darío,de cuanto hiere con su cetro de príncipelírico, arranca un Jersey de poesía.
Este poeta, para todos los inteligentes,es luz; para todos los cretinos, es sombra: .el sol ciega á quienes no saben mirarlo!
102 LOS DEBATESLOS DEBATES íOS
La o]n~a
LA IMAGINACION(FRAGMENTO DE UN ESTUDIO SOBRE RUBÉN DAnia)
La Imaginación es el cetro de oro de laMusa lírica. El Po~ta imperial que ha celebrado susbodas luminosas con la gentil Erato en el jardín eterno de la eterna Fanta:'3Ía~
lleva entre sus manos pálidas -más pálidas que las de los misteriosos hierofantes- J,quel cetro inmortal, emblema de losritmos de Orfeo, de los colores del Iris yde lo~ perfumes de un incensario; y conél penetra en el alma del mundo de nuestra alma para cantar los arcanos del pensamiento, sus visiones frenéticas, los legendarios enigmas, sus pasiones hieráticas y las majestuosas y serenísimascurvas de las ninfas del Ensueño. La imaginación es todopoderosa.
Al través de las siete cuerdas de la lirade Terprando han resbalado notas sulitarias como perlas submarinas, cadencias dediamante y arpegios rumorosos como achiras de oro. La Castalia fuente no tuvo másecos cristalinos, ni más melancólicos susurros el aura de Jonia al adormecerse entrelos verdes laureles helénicos: la Inspiración dejó su aliento tibio sobre las cuerdasdormidas, y al despertarlas, el alto Olimpoescuchó las quejas de los poderosos Atridas con Homero, Cadnlea se vió rodeadode murallas con Am.fión, Esparta triunfantede Aristomeno e1" mesenio con Tirteo y laGloria palideció ante Gerón, Rey de Sira~
cusa,. cantando en oda olimpica por Píndaro, el heraldo tebano. La virtud del Numenhizo crujir lJ.s ruedas sangrientas del carrode la Aurora, sorprendió las Bacantes desenfrenadas r detuvo en su galope salvajeá los colosales Centauros; puso un lampoesmeralda sobre la frente de Minerva, ungirón de espuma en los flancos de las ninfas y nna sarta de notas pastoriles en la
. cornamusa del Dios Pan; y ebrio de claridades y de líricas mieles, encendió el falerno en, la éopa de Horacio, desnudó las alti·
veces marmóreas de la imperial Mesalina yderramó torrentes de hercúlea fuerza y deresignado martirio sobre la arena del Circo para divertir el hastío de los soberbiosEmperadores. A su conjuro colosal anímase el aire, hierven las ondas del Egeo ybajan de sus pedestales las Galateas depiedra. La selva tiene cantos desconocidos
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los montes inclinan sus barbas de plata '1los torrentes alzan el pbcho, tronando,para salpicar con espumas la frente de lasestrellas solitarias. El hombre escucha estremecido y anhelante esos acordes gigantescos que llenan elllrmamento, y entrevé,en medio de un ensueño, el perfil de Hécate y la desnudez de Venus; siente pasarla Helena. por quien París encendió enguerra cruenta toda la Grecia, y la vé caer,más tarde, en los brazos del doctor Fausto, rejuvenecido; escucha los clamores de .las Euménides incendiando la sangre celosa de Medea y se estl'emece ante el ecosalvaje que esos clamores despiertan en elpecho del espo~o de Desdémona; mira, enfin~ el alma de Pigmalión, ardiendo en deseos, y vuelve á encontrarla, deshecha yrota, á los piés del ídolo, en el jovenWerlher.
La Imaginación es todopoderosa. AdolfoGarniel' nos habla. «de ciertos artistas enmosaicos que entre dos piedras que al parecer ofrecían los tonos mas vecinos, concebían un tono intermediario» (1). Descartes formuló toda una hipótesis, los Torbe-
.. llinos, para explicar el movimiento de loscuerpos celestes. Pitágoras escucha la armonía de los astros rodando por el abismoinfinito de los cielos. Anibal asustó a susenemigos recurriendo á una estratagemaque imaginó: puso fuego á unos montes.El canto IV de la E'neida arranca lágrimasgratísimas á San Agustín. Milton, ciego, seencontraba deslumbrado con los resplandores del trono del Eterno. Colón descubrió un mundo, como Dante había descu-
(1) AdolpheGarniex, Traité i/;eq fact~ltéqael'ltme
bierto el Infierno, soñando; y soñando,soñando siempre, es que Franklin encadena el rayo de Júpiter, Wat encierra elvapor dentro de una caldera para obtenerel secreto de la fuerza de los Sansón yTeseos, Jenner descubre la vacuna, JacoboMetzu el telescopio y Servet la circulaciónde la sangre. Soñando, los griegos declararon virgen á Temistoclea, sacerdotisa deDelfos, después de haber concebido unhijo, y scñando, también t los judíos desconocen la virginidad de María y crucificaná su hijo. Tal es el poder de la Imaginación.
El Poeta que tiene entre sus pálidas manos de hierofante el cetro de oro de laMusa lírica, la Imaginación, es el SupremoPontífice del Universo. Ante su vista, searrojan á tierra de rodillas todos los hombres y besan, llorando, el polvo del suelo.Habla, y su voz domestica las fieras, comoOrfeo~ ó levanta las piedras por si mismaspara construir murallas, como Amfión. Élregenera al mundo, arrastra los pueblos alcombate, dignifica el alma hamana ó ladegrada. Él lo puede todo.
¿Dónde está el secreto de ese poder dela Imaginación? Está en nosotros mismos,en los esclavos. Nosotros somos los que,voluntaríamente, nos sometemos al yugo.¿Por qué, si no, nos horroriza más la Novia de Mesina que lVallenstein? Porque latr2gedia que concebimos y esperamos enla primera :de estas obras de Schiller esmás terrible que la que desenlaza la famo·sa trilogía. ¿Por qué nos subyuga muchomás la obra do Gubernatis Nala que elLohengrin de Wagner? Porque Damaianti,Nala é lndra son. seres fantásticos, mien·ti'as que en la historia de EIsa no hayotros elementos imaginarios que Loheo"griny su cisne. Todo hombre ;está sujetoá una ley de herenda que lo es á la vez social: tiene eosí algo del salvaje primitivoy dela infancia de las ·sociedades. La superstición, primer elemento psíquico delos primeros hombres, vive aún en n080-
tras, y en ese sentido somos todavía contemporáneos de los mathmouths y plesiosauros. Para cualquier época, pues, vIenende perlas estas palabras de Voltaire: «loshombres aman todo lo que les pareceterrible; hacen lo que los niños, que- escuchan con avidez los cuentos mágicos quelos asustan». El misterio y la superstición aun tienen fanáticos y si hoy han desaparecido los viejos mitos qJe horrorizaban las almas en los imponentes templos.de Baal, Isis y Osiris. en cambio tenemos santuarios sombríos alzados á la Magia, al Budltismo moderno y á la buenaDiosa de la Lujuria: si las vírgenes de laantigüedad iban al templo de Milita ~ara
ser desfloradas por los extranjeros, nosotros tenemos otro templo Leviatán no menos misterioso que el de Babilonia.
La superstición y el m'l&terio son lafuente primordial de la poesía. Si la India nos ha legado sus colosales poemas,-- el Ramayána, el Mahabháratta·- y .loscantos..de Hala~ Bartrihari, Kalilasa, Giéiyadeva yAvyar, esos eternos monumentos dela imaginación creativa; si todos los pueblos antiguos han teaido sus leyendas y .tradiciones, á cual más asombrosaé impo·nente~ débese antes que nada al misterio yá la superstición. Todo lo que el hombreno ha podido explicarse racionalmente, hasido atribuído á la divinidad y á los poderes ocultos. Así es que ha podido decirser.on razón que la metafísica es casi toda la·Poesía.
¿Y quién es, si no, el poeta el que hacontado al pueblo estos grandes extravíosde la inteligencia por los dominios de loDesconocido? ¿Quién, sino él, el que ha hecho más emocionantes las creencias quellenaban de sombras los inseguros cerebrosde los hombres sencillos? En verso se impuso el credo divino creador de los orbes,en verso se celebró á Brahma, .Vichnou ySiva, en verso se arrastró las legiones deEsparta contra Mesenia, en verso se hizo launidad de Italia, en verso Camoens dividió
LOS DEBATESLOS DEBATES 105
Deb e de ser inmenso el numero de fieles cristianos que concnrren á la vetustaiglesia, si á juzgar vamos por el númerode pordioserus que invaden ambas puertas del sacro recinto. El autor nos llevahasta el sitio elegido por los menet-\terosospara impetrar la conmiseración de lospadientes, ydesde ese momento empezamos á vivir y respirar en el seno de la miseria, que se revela en todas sus manifestaciones, tI=\Oiendo para cada una de éstasun símbolo característico de carnB y hueso, un dOC~lmento huma1oo. El cuadro dela misería que ofrece el grupo de pordioseros en (<la puerta del Norte,}) se vé átravés de la descl'ipción magistral de manera tan plástica, que no podemos menosde hacer involuntariamente un mohín deasco, cual si se aspirara un ambiente apes~
toso.
En el capítulo III aparece el personajeque podemos llamar principal; porque, sibien en el interés que despiertan al lector, otros hay que con ella compiten, laseií,á Benina es un ser excepcional conquien entramos en tan intima relación,que no hay suceso en el cual ella no intervenga. Todo el drama de la miseria serealiza en torno de ella.
Doña Paca, su hija Obdulia yel señorde Ponte, dignos son de ser estudiados ensendas novelas. No porque estén mal caracterizados por el autor, sino pOi' lo contrario; porque él los ha creado; ó, mejordicho, los ha señalado con el dedo; puesesos personajes no son puramente hijosdel fecundo ingenio de Gald6s, sino quepuede decirse que andan por ahí. Digoque cada uno de esos personajes mereceuna novela aparte. porque condiciones tie 'nen para dar interés y vida á toda unaobra.
Otro personaje singularísimo es el ciegoAlmudena,un moro idealista, ingenuo,que anda por el mundo rodando entre la
A. L. M. lVIOLTEDO
Soy una flor esplendenteQue al sol le muestra ríente
Pnra faz,y en los c.aml1os que el sol quema,Soy el símbolo, el emblema
De la paz.La Madre NaturalezalV1e IH'ocligü la belleza
Del matiz,y con mi túnica hermosaSoy la regia, la orgnllosa,
La feliz.Los amantes soñadoresy m(Lgicos trovadores ,
Si me ven,Al encomtl'amle tan l)ella,Dicen que soy una estrella
Del Edén.No hay ave que no me ame,No hay nube que no me llame,
y el zorzal~roc1os sus cantos me ofrenda ..No hay noche que no me prenda
Luz aHtral.Agosto Mnsso
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NO?Jcla, pat· B. PICREZ GALD6s
reinará mucho tiempo; sólo durará lo quela anarquia que domina en todos los espíritus fin de siglo, ahítos de sensaciones, cansados de lo vulgar y corriente,sedientos de nuevos icleales y de mas paroxismos y estremecimientos.
""'íC(~Ol~ l--él'ez PeUt.
MISERICORDIA
Guiados por el autor, llegamos á los alrededores de la parroquia de San Sebastián, cuya ridícula fábrica arquitectónica,-sagrada herencia de lejanos tiempos,se aviene y guarda relación con el conjuntode edificios que ocupan ese singular «rinconcito de Madrid,» conjunto «gracioso,picante, may'o, por decirlo de una vez.)}
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de cada una de ellas hizo un regalo alasnuevas sectas decadentes. Estos primoresde color, estas maravillas de luz han em.briagado la Imaginación de los simbolistas, decadentes, místicos, impresionistas,magníficos y wagnerianos. Y toda reglarué olvidada, todo principio fué echado alcesto, toda teoría rué desquiciada. La nueva Imaginación se ríe como una locuela desu hermana, la del cenelal ateniense.
La Imaginación es el cetro de oro de laMusa lírica. Mas, ¡ay del imperial Poeta queal desposarse con la gentil Erato en el jardín eterno de la J!antasía, recoge el cetro dela Imaginación revolucionarial El cdstigomas leve de que podrá ser objeto será elde no ser comprendido. Pero, ¿~es que se fatigan los poetas mOllernísimos por que seles comprenda? ¿¡No luchan por lo contrario por hacerse obscuros é indescifrables?
Hay allá, en París, una colmena de exóticas abejas que producen una miel extr~ña
y rara En vez de libar el néctar de las rosas y jazmines, persiguen con ahínco loscrisantemos amarillos como japonesitas'enfermas, las orquídeas refinadas comohelaíras lúbricas, las peonías imperiales,los claveles sensuales y las madarias elegantes como madrigales antiguos, y seenvenenan con las substancias de laboratorio químico que las pintan y colorean.Las exóticas abejas se vuelven le cas conestas borracheras de colores, y su mid
., parere enfermiza y extraña. y nosotros,los profanos, los burgueses, los que sólonos deleitamos con la Imaginación vulgar- con aquella Imaginación de los cuentos de Las tnil y una n,oches, de los deHoffrr:an y. Poe-nos sentimos horrorizados, yla agriedad de .la: miel nos sabeá veneno .....
En principio, pues, no aceptamos eldecadentismo· El cetro que sostienen suspoetas es un cetro falso. El verdadero,aquel de oro de la Musa ·lírica de quehemos hablado, merece respeto, á pesarde todos SUg errores. Pero este otro, no
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en dos estados la península pirinaica y enverso se han propalado todas las alegrías ytodas las tristezas de los hombres al travésde los tiempos, de las razas y de las generaciones. Sí; el Poeta, Supremo Pontíficedel tJniverso, todo lo puede, y á él se debenlas mayores glorias y los más grandes extravíos. Su cetro de oro es el gran agitadorde las ideas y sentimientos, y por él, \por laImaginación tan sólo, se ha creado unOlimpo de Díoses para crucificarlo despué'l,en uno solo, sobre la cumbre llamígeradel Calvario.
** :1:
La Imaginación está sujeta á grandes extravíos Desordenada y loca, por naturaleza, es preciso encausarla sabiamente parano desviarla del camino del Ideal. En m6dio de sus alucinaciones, se encabrita áveces y echa á correr por sendas extravládas saltando riscos, despeñándose por losprecipicios, hollando 110res de exquisitoperfume, tronchando espinas rígidas, subiendo por momentos hasta 113s cumbresdonde reposan taciturnos los as tras de lanoche. Hay en la marcha de la :Imaginaciónuna recta línea de la que no es dado separarse.' Ella misma, ¡la osadal ¡la librel, está sujeta á ciertas reglas .... 'Vieland hizoobservar, con mucha verdad, qne la frentede Minerva, los ojos de .Juno, la nariz deApolo y la sonrisa de Venus no formaríanuna obra maestra de la Imaginación. ¿Quédecir entonces de la Imaginación 'revoluciona1'ia?
La Imaginación revolucionaria hace yaalgún tiempo que se querella con su hermana la del cendal ateniense. Ha cogido elprisma que ornaba la. frente de la antiguaImaginación con sus polícromos matices yle ha arrojado á tierra. El prisma se ha roto;· se ha hecho mil peclacitos variados.Alegre y bullicioso, el Arte que tiene porbanclera esta revolucionaria Imagínaciónha. recogido, segun la gratica expresiónde Bolet Peraza, las migajas del iris, y
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miseria.... ¡siquiera tiene la relativa dichade no verJal
En su frecuente trato con la vieja Beni'1la, llega á tomarle a. ésta tanto cariño, queacaba por estar fervorosamente enamora·do el infeliz ciego.
Hay puntos en que este raro personajetocalo sublime en sus expansiones erótica.s,espontáneas y candorosas, en la expresiónde las vehementes impresiones que Jecausa la presencia de la mujer á quienama. Es el caso, de la pasión amorosa másgrotesca que cabe imaginar. Ni las abominaciones de Nana, ni el relato más plás..tico y elocuente de Iferversiones eróticasque se haya escrito basta la fecha, puedeproducir la impresión inefable que se sien..te al leer algunos diálogos del ciego Almu..dena con la vieja Nine.. Se siente conmiseración, tristeza, borror y repulsión á lavez. Se ve la desesperación pintada en elsemblante de Almadena, y en la expresiónde <dolor que se adivina en su rostro, parece leerse, por manera misteriosa, todaslas torturas de su pobre espíritu, indignode esa malaventurada materia, sujeta alosazares de una mísera existencia. De to..das las Jacerias humanas puestas en relieve por el genio de Galdós, ninguna seasemeja á. la que este ciego simboliza.El semi .delirio provocado por la inaniciónse mamfiesta de la manera más romántica, más poética y más grotesca: idealizanzando en su imagintlcióná la infeliz viejahorripilante, hasta el extremo de verla«blanca como la azucena, flaxible como laspalmeras del desierto, ojos ~emejantes áJa estrella de la ta."de, boca tentadora, conaromosas emanaciones, como de rosas yjazmines....»
La decepción final que recibe Beninade suseñora doña Paca, á la cual alimentó por tanto tiempo con el fruto de suscorrerías por calles, plazas y atrios deiglesias, en pos de limosn:ls, y que no'quiere, luego recibirla en su casa cuando
en ésta la suerte cambia, debido á unaberenda inesperada que sorprende á laseñora; las impresiones de doña Paca, deObdulia y de Ponte, sus preocupacionesaristocráticas, que con tal suceso renacencon exuberancia pasmosa, después de haber sufrido por tanto tiempo una especiede letargo por efecto de amargas adversi.dades,-es algo conmovedor, y tan humano como lógicas son las consideracionesfilosóficas en que la Benina, abrumada porel pesar que le causa la ingratitud de &useñora, se entretiene: «... si por un ladosacamos el provecho de tomar aire-estodecía hablando con el ciego que la proponía irse á Jerusalén en su compañía,-y dever co~as nuevas, por otro sacamos la certe:za de que todo es lo mismo, y que laspartes del mundo son, un snponer, comoel mundo en junto; quiere decirse, que endonde quiera que vivan los hombres, óverbig~acia, ml1jeres, habrá ingratitud,egoísmo, y. unos que manden á los otros yles cojan la voluntad. Por lo que debemoshacer lo que nos manda la conciencia, ydejar que se peleen aquellos por un hueso,como los perros, los otros por nn jugueteCOQlO los niños, ó éstos por mangonear como los mayores y no reñir con nadie, ytomar lo que Dios nos ponga delante, comolospájaros.»
En 1892 hubo quienes calificaron deprosaico y vulgar al autor de Realidad,porque en las páginas de algunas de susobras inmortales se pinta la vida tal comoen el mundo se observa. ¿Qué dirán talescríticos al leer Misericordia, donde consujeción á la escuela de experimentaciónsociológica, se estudian los elementos de laúltima capa social que señalaba Turguenefen el orden de las. que debe examinar lanovela? Ymucho más si creen, con .PaulBourget, que la novela social debe escogerlos tipos normales, los qu~ .constituyen lasegunda capa de Turguenef.. Todos .10s ele..mentos 80ciales son dignos de adaptación
artística y s·e prestan á interesante exameny estudio, cuando se c.uent~ pa~~ esta laborcon la esplendorosa lmaglOaclOn y la profunda sagacidad del genio de G·aldós.
'Pedl'O Cosio
(CON'l'lNUACIÓN)
Del distinto caracter de los hombresDon1{~a!i
No sirve, {~ la verdad, hl1ber pensado·.Un buen plan de conducta en ~lUeva vHl~.La experiencia. la edal1, las cU'mUlstallClH.s.También nos h~cen siempre en nuestras lImas'Algo nos diM ql~e ignorn,mos tO(!oLo que saben crennos ha~ta el dm., .Lo que esencial juzgábase1 ?n la practIcaA l:echazarse viene de segmda.Tal me lJasa hoy (L mi. Yo hasta ?l presenteLá existencia he llMac10 entre tn,t~gas,y ya al término y al fin de n118 :10~lU1dn,s
lVIi conducta va a hacerse muy <llStlllt:?.. .,.y porque'? Porque al cabo la eXRerwllcla~os enseña ú 108 hombres son pl'eClSaS,Por convenirles más, yn, .la dulzura,.Ya la afable bondad. SIempre SU VIdapn,só ell la ocioBic1a<1 y en el r~poso,
Reclu1zalldo el dolor y la fatlga..Mi hermano, complaciente y C?1:leüHl0,Con naclie riiíCJ nunca, Sus CarICiaS,Su efecto (L todas deL. Vivi() tm~ sOloPara él; para él gasta y :pro(lIgaSu dinero, y ele él todos b101: hablan,Y todos lo respetan. y le. est~ml1n;lVIielltras yo, can~peslllo d1s1;>1wente,Severo y econ(nUlco, y ll~:l1'1a ,Deciar que l1yal'o, l'e~all.on.y amo,Al matl'imolllo sometl mI VIda. . .Arrastrando sus males, iPorqu~ hay tantasInquietudes, disgnst:os v ~esdlcha~En el hogar doméetlCo! RIJOS ~uve.Otos nuevos cuiclados. EnsegmdaEl afan de dejarles cuanto 1nera.Posible' me hizo darme dja VOl' d~aEn la mejor edad. de mi eXIstenCIa!ALtrabajo y ahol'l'o,y cuando.encllnaDe mi fuente se vio la blanc?, mev?De los años, el l)temia {L mIS fatIgas,El fruto que recojo, es SR ~sl:el'a~~;Tal vez su ollemistacl y su lll.lustlCla.Mi hermano, en cambio sin zozo1>ra a~gnnaLas ventajas de ull.padre aH.á en su VIdaSosegada disputa; amanle tlCl'n,OSMis hijos que me huyell; le confm:1~us secretos, su .n"fecto le den:uestI n.u,·Acuden á su casa, y en la mla .Me abandonan' anhelan que los <llOsesUna .larga existenoia le permitan
Y esperan ya mi muerte. Desde niñosEcluqucles á fuerza. <1e contínuasPenalidades: él, mi he1'lnan?, ah?l'aSe ha. ganado su afecto y snnpatIasEl sufrimiento para mi; los go?esSon todos para, él. Vamos preCIsaQue lH'obemos á ser mas generoso, .Mas dulce en adelante, pues me,obl;¡5aA entrar con él en lucha. De ~IS h~.1oSTa.mbién pretendo amor; cosa ,lllstlslmaSi necesarias son para. este log-r.oLas htr0'6zas, las dacllvas; enCImaNo habr~is, pues 1 de querlar. Podían f~ltarnosLos recursos, ¿,qllé importa'? Eso se olVIda,Es igual. El más vi~jo soy de tocl?sY el que más a la muerte se avecma.
(TERENCIQ - Los Adelfas - Acto VEscena II-·T,,·acl1wcion ele Don AngelLas80 ele la Vega)
Chremes-No há mucho tiempo que nosconocemos, puesto que solo cuenta desdeque comprateis un campo de aq~í ce:cano,y jamás hemos tenido otra relamon; SI~ em~
bargo, vuestro mérIto ó nuestra ven.cIdad,que,ami modo de ver es una de las ~rllllera~
condiciones de la amistad, me estImul~n.a
deciros con toda franqueza que traba.lalsdemasiado para 'Vllestra edad y vt1estr~ fortuna. Porque, en nombre de los DlOs.es¿cuál es vuestro designi~? ¿Qué procuraIs?Si no me equivoco, pasaIs ya de los sesenta años. No hay en la comarca terrenos mejores ó más fértiles que estos. "Poseyendosobraclo número de esclavos, los reemplazais en todos sus quehaceres, cual SI nocontarais con nínguno. Por temprano quesalga, por tarde que vuelva, siemp:e. osveo en vuestra finca, ó bien cavando, obIenlabrando. ó bien con algun fardo á. cuestas.No tomái~un solo iQstante de reposo; nunca os escatimais. De seguro que ello no espor placer. «Pero".- me direis-<<(si noestoy contento de la labor de mis esclavosl.)Si para hacerlos trabaJar. os procuraraIslas fatigas de vuestra propIa labor, conseseguiríais macho más.
Afenédemo...-Chremes, ¿tan desocupadoestais quepodeis mezclaros en asuntos deextraños, yque en nada os afectan? .
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~MIGNON~f
-Me adoras siempre con la misma pasión que por mi sentias cuando eramos 110
vios esposo mio, interrogó tres meses des-, . .pués ele celebrado el himeneo, la preCIOsaMignón á Ricardo.
-¿Si te adoro?-pues vaya una gracia!y cómo no he de adorarte, si eres un angelenviado por Dios, para que alegres contu dulce vocecita mis horas de amargura-díjole él pasando su mano fría 'Y delgadapropía de un niño perezoso, por el rostronacarado de la joven en medio del cual brillaban como dos inmensas luciérnagas, sus, .ojos de ébano orlados por negras y atercIO-peladas pestañas.
-¡Ohlque bueno eresl--y luego. .. pasado los dias, el sol con sus ardientes ra-
(ACUARELA)
-Te amo I esclamó Rioardo con vozapasionada-te amo como Romeo á.lulieta,como Abelardo á Eloísa, con delirio. eonfrenesí y ....•
-¡Ohl yo también pero .•.... ¿Que digo?-Amarte yo? Vaya unatontera. . .. no... no... y no... n0 teamo? ¿entiendes? pero ..... escucha bien:¡Te idolatro! Te acl.oro! contestó ella yluego ..... el cielo con su luna hermosay sus áureas lentejuela.s, vió sus dos labioscarmineos y voluptuosos que se unieronpor corto tiempo, en la tierra, ímpulsados por el amor!
Menedemo-No es posible que despuésde haberlo condenado al sufrimiento, yome exima dcla parte que me toca.
Chremes-·¿Estais resuelto?Menedemo-Sí.(TERENCIO - El HeautonttmorÍ¿menos-
Acto 1, Escena 1-Versión indirectct de latraducción francesa de Collet.)
(Contiuu,ará).
LOS' DEBATES
mis deseos I Tantos siervos ocupados envestirme! Tantos gastos para mí solo! Y mihijo único qne de estos bienes debería gOdzar al par que yo, puesto que se halla enla edad en que se aprecian, se halla alejado de ellos por mí, y en la desgracia ácausa de mi injusticia! Digno de todos loss~plicios me consideraría, continuando esta vida de regalo. Vamos; mientras se halle en la miseria, y alejado de su patria pormi dureza, le vengaré sobre mí mismo.Trabajaré, ama'saré, economizaré para él.Dicho y hecho. Nada dejé en mi casa: vajilla, colgaduras, todo lo elimino. Llevé almercado mis esclavos, excepto aquellosque por medio de sus trabajos rudos podian indemnizarme su manuter;,ción; puseun cartel en mi puerta; y junté, en fin, cerca de quince balentos. Compré estas tierras, y en ellas me mortifico. Me ha parecido, Chrernes, que algo menos injusto seria haciéndome desgraciado, y que debíapermanecer ajeno á todo goce hasta quevuelva mi hijo sano y salvo, para compartirlo conmigo.
Chremes-Creo qu/e, por naturaleza, soisun buen padre, y que él habría siclo un hijoobediente, si hubiese sido tratado con justicia y manejado con dulzura; pero no osconocíais recíprocamente. Cuando á eso sellega, ya no es vivir nunca, le habeis mostrado cuanto le amabais, y él no ha osadojamás poner su confianza en su padre. Sineso, no hubiera sucedido esto.
Meneclemo-Cierto es, convengo en ello;mía esla mayor parte en la culpa comun.
Chremes·-Secreta esperanza me dice,Menedemo, que cualquier dia de estosvuelve en buena salud.
Menedemo-¡Permítanlo los DioseslChtemes-Lo permitirán. Es hoy la fies
ta de naco. Si no teneis inconveniente, pasad en mi casa el resto del dia.
Menedemo-No me ~s posible.Chremes--¿Por qué? Por favor, descan
sad un poco. Vuestro hijo, á pesar de ha...lIarse ausente así lo desea.
::::::..,...~=
Menedemo-Vereis. Existe aquí una vie.;ja extranjel'a, de Corinto, en sumo estadode pobreza. Mi hijo se enamoró perdidamente de una hija de ella, hasta el puntode querer deposarse, y todo eIJo á pesarmío. Apenas lo supe, cuando comenzé átratarl0 1 no con la dulzura que conveníaemplear para con un espiritu juvenil yenfermo, sinó con la violencia y las habitualesmaneras de los padres. Dia á dia le vitllperaba. «¿Cómo'?»-le decía-«¿esperas conducirte así durante mucho tiempo? Teequivocas, CHnias, si tal crees, y pruebasque no me conoces. He de eonsiderarte como á hijo mientras que tu conducta seadigna de tí; en caso contrario ya sabré tratarte como á mí corresponde que te trate.Todo esto no proviene sino de la muchaholganza en que vives. A tu edad, no mepreocupaba yo de amoríos. La pobreza meabligó á ceñil' armas en Asia, y debo á mivalor, cuanto honor y cuanta fortuna he adquirido.» En fin, á tal punto llegó la cosa,que mi hijo, cansado de oir repetir á cadainstante las mismas durezas, no pudo su-
, frirlas más. Creyó que mi edad y el afecto.que le l)rofeso, me constituían en el mejorjuez de sns intereses. Querido Chremes: sealistó al servicio del rey y parti5 para elAsia.
Chremes-¿Qué decís?Menedemo -y partió sin prevenirme,
hará de ello tres meses.Chremes-De ambos, ninguno tuvo ra
zón. Sin embargo, ese paso indica que eljoven tiene corazón y carácter.
Menedemo-Apenas me lo relataban todos sus confidentes, vuelvo á casa entristecido, con ·la inteligencia turbia, y sin saber que partido tomar. Me siento, yal punto acuden mis esclavos. unos me descalzan, otros se apresuran 'á tender la mesa yá servir la cena; cada cual, á sumado,trata de dulcificar mis pesares. Al notarlo.no puedo menos de decirmeinteriormente:<qGómo !Tantos criados para mí solo, afanosos en satisfacerme, y en llenar todos
LOS DEBATES108
. Chremes-Hombre soy; nada de lo queInteresa á mi prójimo me es ajeno.Considerad mis palabras, ó bien eomo un eonsejo, Ú bíen como una demanda de explicaciones. Si lo que hé céis bien hecho está, osimitaré; en caso contrario trataré de disuadiros.
111enedemo-Cumplo con un deber. Encuanto á vos, comportaos segnn vuestrasconveniencias.
Ch'i'emes-¿Qué hombre tiene el deberde atormentarse?
jJJenedemo-Yo.
Chremes-Si os aflíge algun pesar, enverdad que lo ~iento. ¿,Pero qué desgraciaos ha acontecido? ¿Cuál es vuestro crimen,para trdtarosde ese modo?
iJlencdemo-¡Ay de mí!
Ghrernes -No lloreis Decidme que puede ser. No me lo oculteis, ni temais nada.Tened confianza en mí. He de consolaros,y. os ayudaré, ó bien coa mis consejos, óbIen con mi dinero. .
iWenederno-¿Os empeñais, pues, en saberlo?
':Jhremes-A causa de lo que acabo dedeciros.
Jl1enedemo -lo sabreis.
Chreme::,-Pero abandonad ese rastrillo.No os fatiglleis.
JWened{Jn~o - No lo dejaré.Chremes-¿Cual es vuestro designio?Jlfenedemo-Permitid que no me tome
un solo instante de reposo.ChrerneS-(Tomando el rastrillo) No pue
do permitirlo.J1Ienedemo-¡ Ahl No teneis razón.Chremes -¡Cómo! Un rastrillo tan pe-
sado!lUenedemo-Es un justo 0astigo.Chre-rJ1ss-Hablad.j1fenedemn -Tengo un hijo único en la
flor de .la edad. Pero... ¿que digo, tengo?No, Chremes, lo tenía; hoy ya no sé si loengo ó no.
Chreremes-¿Y por qué?
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111
ministro Larrea, á cuyo cargo se puso eldepartamento de marind..
El único buque de guerra que había tenido el gobierno, era el queche Hiena, de18 cañones, que había sido arrebatado pOIsorpresa en 1812, mientras desempeñabauna comisión en Patagones.
El ministro procedió á comprar entre losbuques mercantes fondeados en el puerto,lo más aparentes para ser armados á guerra: una fragata rusa de 350 toneladas,dos bergantines ingleses y una goleta americana. En esta negocíación intervino comoagente el norte·amel'icano Guillermo P.White, conocido ya por la 'parte activa quetomó en las invasiones inglesas, por los cargos que se le hicieron respecto a la comprade los barcos, etc.
Estos buques fueren armados rapidamente junto con otros de menor porte; yel7 de Marzo estuvo lista la primera escuadra argentina compuesta por los navios siguientes: fragata Hércules, 32 cáñones,200hombres; bergantin Zéliro, Comd. Ring, 18cañones, 120 hombres; bergantin Nancy,Comd. Saevers, 7 cañones, 60 hombres;cañonero Tort'uga, goleta Fortuna, falúaSan Luis, '
Hacía tres años que había llegado alPlata un buqne mercante inglés, el cual,por descuido del piloto, había naufragadoen la Ensenada-El capitán de ese navio,hombre aventurero y enérgico, había burlado varias veces la vigilancia de los cruceros españoles que bloqueaban el puertode Buenos Aires, consiguiendQ introducirrepetidos contrabandos--Los barcos españoles lo apresaron dos veces, pero él, lejosde desanimarse, se ofreció para perseguirá los bloqueadores.
Estos antecedentes llamaron la atencióndel ministro Larrea, quien creyó acertadonombrar para el co~mando de la escuadraá aquel hombre de nacionalidad irlandés,llamado Guillermo Brown-Se le dió patente de Teniente Coronel yenarbolÓ su insigniaen lafragata Hércules, como jefe de
LOS DEBATES:=
secundario en que había aparecido el añoanterior. alIado de la Soberana Asamblea.
El 1. 0 de Febrero, lJosadas organizó suministerio compuesto como sigue: Gobierno, Dr. Dn. Nicolás Herrera; Guerra, elgobernador intendente de Córdoba, Coro...nel Dn. F. X. Viana; Hacienda, Dn..JuanLarrea.
Inmediatamente nombró gobernador deBuenos Aires, al Brigadier Dn Antonio G.Balcarce, separando de ese puesto á Ascuénaga con el grado de brigadier.
El Directorio inaguró sus funciones proponiendo á la Asamblea una amnistía gene·ral, á fin de utilizar en bien de la patria lacapacidad de todos sus hijos--La Asam..blea aprobó el proyecto del Ejecutivo, peroexceptuó de la ley al ex-Presidente Dn. Cornelio Saavedra y al ex-Secretario Dn Joaquin Campana. Como se vé, la ley ampliaque el Director propusó como un medio deborrar las antiguas rivalidades, fué restrin·gida por la Asamblea que deJÓ con esaresolución el jermen maligno de las rivali·dades partidistas.
Después de estos actos~ el Directorioprestó toda su atención á los asuntos dela guerra.
El problema del éxito de la Revolucióntenia entonces dos resultados que obtener:la rendición de Montevideo, 'Yel triunfodel ejército que operaba en el norte-ElDirectorio comprendió que obtener el triunfo en Montevidao, era detener el avancede las tropas españolas que amagaban in·vadir por el Norte, y creyendo que por ahídaMa comenzar la resolución de aquel fun·damental a.sunto, _determinó concentrartoda su atención sobre les fuerzas que ase·diaban esta ciudad (Montevideo).
Bien reconocida la situación de ambosbeligerantes, se vió que Montevideo seriainespugnable mientras no se hostilizara, álavez, portierra'y por mar. Luego pués,surgió, como consecuencia inmediata deesta observación, la necesidad de crear unaescuadra-Este pensamiento se atribuye al
Ir
(Segundo año)
110 LOS DEBATES=
yos bañaba las cervices ~? dos enamora-I- La reforma propuesta fué aceptada ~dos ... '. y... ellos tamblen se besaban - la Asamblea, y para ocupar el nuevo pue~tse besaban con ardor h~sta beber la. últi- qu/e, según aquella ley debía crearse~m.a gota de ~ectar que flUla de sus lablOs- fue designado Do. Gervacio Antonio Po¡uno .era Ricardo -y el otro, su antigua sadas.quenda. Esta i,nn.ovaci6n en el po(~er supremo,
O. A. ZOI~...illa que vema a poner fin á los gobiernos colec-~jK~ tivos y provisorios, que daba al P. E. un
caracte~ .verdaderamente nacional, al parq,ue faCIlItaba las resoluciones gubernativas,-fué acordada en los consejos secretos ~e la Logia y sancionada, como ya seha dicho, en forma de ley, por la A. GeneraL .La s~sodicha. reforma importabaun ~eJoramIento en la autoridad suprema,al tIempo que daba más unidad de acciónEL la omnipotencia de la Logia.
El Sr. Posadas, electo para desempeñarel puesto .cr~ado por aquella ley, no era«u~a entl.dan política, bien que no careo« c!ese ~e antecedentes y servicios, y de« CIerta ,lOteligencia epigremática y ma1ia~
« ble-EI, hay que decirlo, no anbit;,ionaba« aquel puesto, y al elevársele fué un« golpe político del partido de Alvear« que, con este acto, facilitaba el camino« para llevar á su heroe al poder supre« mo.»
El puesto que acababa de crearse dahaal que lo ocupase el título de DirectorS~p.re~o de. las Provinc'ias Unidas; pordlstlntlVO, una banda bicolor celeste yblanca; y por término legal de sus funcio;..nes, dos años-Se creó, al mismo tiempo,lo. que se conoce con el nombre de Con.seJo de Estado, verdadero ministerio compuesto por nueve miembrol'; nombradospor la Asam~lea y que debía acompañaren sus funCIOnes al Director Supremo--El Consejo de Estado nombrado para secU~dar en sus tareas al Director Posadas,te~a como presidente á. Dn. Nicolás R,Pena.
,La recepción del poder por -__ el Directorelecto, tuvo lugar el _31.-. de Enero, •y la
11 pompa con que fué hecha, anunciaba que1 el P. E. se. preparaba á salir del rango
SUMARIO -Refol'ma del 'poder ejecutivo en 1814C1'eación del primer Directorio -Nombrámim.to de Posadas - Acontecimientos qne tuvieron lugar en este período -El consejo de Estaclo- Creación de la escuadra - Toma de MartinGarcía-Hechos más importantes -Situaci(mdol ejército clelNorte-El'l'ores 'lel General Belgrano-La provincia de Salta y el comandanteGUemes en esta época-DIvisiones qne existíanen el ejército patriota.en los momentos en quese hace cargo de él Don José de San Martin.
Año 18'14
He~os dicho al c'oncluir el ,capituloanterIOr, que el Triunvirato, después depromulgar la reforma á la ley existentesobre la libertad de los esclavos
tconvocó
á la Asamblea para dar cuenta de aquelasunto y otros de mayor importancia.
La Asamblea fué convocada por el PE. e121 .de Enero d~ 1814, Y despuésd~so~eter a su resolUCIón la reforlna introducIda en la ley citada, .sometió asu dictamen ~tro asunto de trascendental iffiportanCla¡ cual era la modificación delEstatuto, en el punto referente á la coro• .• dI- - po-SlClOn e P. Ejecutivo el cual seg r 1.. , dI' 'eun a
Op.lOlO~ e as personas componentes delTrIunVIrato actual, debía concentrarse euna sola m?no, á fin de «dar el impUls6« q,ue reqmere? nuestras empresas-de.(CCJa elmensaJe~y el tono que nuestros« negocios exijen.» ,
La ·Redacción.
Poniendo término (1)
113
nación de Pericles.-No hay otro ej emploen la historia que nos demuestre más claramente el poder de una voluntad férrea,empeñada en el engrandecimiento de unpueblo que, como el ateniense, llegó á inscribir en sus fastos la epopeya más her~
masa de las más grandes conquistas de lacivilización.
PericIes congregaba en la ciudad 'je Minerva á los hombres ilustres de la naciónhelénica con el fin de unir los elementosvaliosos y fomentar la discusión científicaen beneficio de sus conciudadanos. «Todos, como dice DurllY, querían asistir áaquellas fiestas en donde se asociaban losmás elevados placeres del entendimientocon los más ímponentes espectáculos de lapompa religiosa, clel arte más consumadoy de la naturaleza más bella y seductora.Con efecto, no eran aquellos regocijos como los de la plebe de Roma, que consistíanen los sangrientos j llegos del anfiteatro,cuadros de mllerte, sangre y cad áveres, sinó himnos piadosos, cánticos patrióticos,representaciones teatrales donde figurabanlos incidentes de la historia de los dioses óde la vida de los antiguos héroes»_
La obra de Perícles en cuarenta añosque, puelle decirse, rigió los destinos deAtenas, es grande y meritoria. Pruebastanaibles de su espíritu progresista ha de-
b •
jada ala posteridad que lo admIra. «Fo-mentar la población, la agricultura y el co.;mercio, dice un filósofo moderno, es propio de un gobierno que quiere a~e.gúrar lafelicidad pública.» El gran polLtlCO ateniense convirtió en factores del engrandecimiento dO' su pueblo esas. fuentes inagotables de riqueza, es tendiendo qUS fronteras con numerosas colonias industriales.
Algunos historiadores, por la misma razón que propendía siempre al adelanto de'Atenas, haciendo erigir grandes monumentos ysuntuosos templos, le critican porquederrochaba inj ustificadamente los dinerosde los aliados griegos..Pero no encuentrola fuerza de un argumento en esta cul pabi-
LOS DEBATES
vivir empeñados continuamente en empresas milítares, guiados por el estimulo ardiente de una gloria que ambiciJnaban conquistar con el sacrificio. Los atenienses nose fijaron tan solo en el brillo de las armas.Salón, como dice Schiller, ayudó al desanvolvímiento de la naturaleza humana, noquebrándola, ni mutilándola, como hizoLicurgo. Consecuente en este objetivo saludable abrieron nuevos horizontes quepudieran satisfacer sus anhelos de progreso, de expansión intelectual, consagrandoen su historia un período brillante de civilización y de engrandecimiento. Si Salónpreparó esa época, Pericles la convirtió enun hecho. Atenas dllrante su gobierno llegóá una altlua que hoy mismo admiramos,porqué necesariamente debe sorprendernosla precocidad de aquel pueblo inolvidable,¡Con razón fué llamadd por los antiguos elbíenhechor del género humanD!
Pericies trató siempre de formar un pueblo que sobresaliera de sus contemporáneos; ese egoismo patriótico lo llevó á emprender obras de tltilidad tan grande queloinmol'talizaron. Nunca lo guió el ínterés.Tucídides, su enemigo irreconciliable, noslo demuestra así, al decir que el fundamento de su influencia no era solo Sil palabrasinó la opinión y confianza que inspirabaa su pueblo «ese hombre aclmirable queclaramente se veía ser incorruptible y muysuperior á los atractivos detoro, pues conhaber' hecho á la ciudad de grande, másgrande todavía y más rica, y con habertenido un poder que excedía al de muchosreyes y tiranos que tuvieron mucho quedejar por testamento á SllS hijos, no aumentó ní en un talento la hacienda qlle ledejó su padre».
Las obras artísticas de Fidias , de Leuxis y Parrassio; las profundas doctrinasfilosóficas de Sócrates y Anaxágoras; lostrabajos pacientes de Lisias y Herodoto;los estudios astronómicos de Metón, -todo es una prueba del adelanto quealcanzóAtenas en el período brillante d~ la domi-
-
--'-
(Concluirá) .
Corbeta Belfv1't, 18 cañones, Comd. Oliver Russell (segundo en el mando de laescLladra); corbeta Agre(íble, 16 cañones,Comd. Lemare; goleta T1'inidad, 12 caño-nes. Comd.Angel Wack.
La escuadra zarpó á mediados de Abrilpara bloquear el, puerto de MontevideoLa marina española, á pesar de su supe.rioridad, sufrió sin moverse esta humilla.ción durante un mes, en cuyo tiempoBrown se apoderó de una porción de bastimentas qne venían para la plaza, en lacual ya todo empezaba á escasear.
IIis iÓl'l¡CO
PEBICDES
No me detendré á examinar el sonetodel señor Musso, que ha llevado esta discusión á límites demasiado lejanos.
Dejemos' que les que vengan despuesnuestro, pronuncien la ardua sentencia eneste asunto.
Yo, por mi parte, confieso que ni se Gramática, ni se Retórica, yque nunca he dede saberlas hasta que no reciba algunaslecciones del señor Musso.
Doy tambien por pronunciada la últimapalabra en este enojoso debate.
Cándido Bañales
(Confertencia leiela en el aula de Histm'ia Un'ive'i'sa~por .1 ULIO M. SOSA)
El carácter ingénito de los atenienses erasin duda, menos fllerte y menosgnerreroque el espartano; Estos se contentaron con
(1) Al prese~te al'ti~tllo se 'le supritre Ull pal'1'afo.Se publica mutIlado contra los deseos de su autorp~rqué, cuando éstepidi6el· retir~c1elpredicho ar~tlcl~~o,.ya estaba compuesto y caSI compaginado elpel'lOdlCo.
LOS DEBATES112
la escuadra Argentina-Bro"i'rn ardía en deseos de atacar á los godos que, según suspalabras, «Jo habían despojado dos añosantes en el mar de las Antillas.»
La escuadra española, fuerte de '14 buques de guerra y ocho ó diez mercantes, sehallaba organizada en dos divisiones; lamás fuerte en Montevideo; la otra, compuesta de 6 buques de guerra y tres menores era lanzada a obstaculizar los trabajosde la escuadra de Buenos Aires-Esta segllnda división estaba al mando inmediatode Romarate--Este comandan te no pu'clo llenar su misión, y cumpliendo las instrucciones recibidas~ se replegó sobre MartinGarcía, con el fin deliberado de imposibilitar las comunicaciones de Buenl)s Airescon el ejército que sitiaba á Montevideo.
El 8 de Marzo se dió Brown á la vela,en dirección á la citada isla. El 1,1 atacóal enemigo que presentó una sola línea debuques, J al intentar forzar el canal de entrada una bala española dió muerte al piloto de la ,Hércules, por lo cual, sin gobiernoel buque, encalló bajo los fuegos de la isla,muriendo su capitán y DO hombres, después de cuyas pérdidas Brown consiguióponer á flote su barco retirándose conjuntamente con la Julieta que había perdidotambién su capitán-Este desgraciado ensayo de revancha contra los godos no desanimó á Brown, quien se dirijió á la Colonia, donde embarcando 70 dragones (segúnalgunos 40) al mando del teniente Oroño,atacó de nuevo á la isla en la madrugadadel 17, consiguiendo desembarcar a losdragones, mientras él atacaba á las baterías.
Romarate, tomado entre dos fuegos, picólas amarras de sus buques menores y conellos huyó por el Uruguay arriba, de dondeno salió sino para rendirse-Entre tantoBrown se posesionaba de la isla enarbolando en ella la bandera argentina;
Después de este feliz ensayo de la flamante escuadra porteña, el gobierno laaumento con los siguientes buques:
LOS DEBATES' LOS DEBATES114
lidad incomprensible. Desde que la ciudadproveía abundantemente de todo lo necesarío para la guerra, y siempre PericIes reservó dinero suficiente para cualquiereventualidad, mantenía llenos sus arsenales y dispuestas numerosas naves paracombatir,-era bien justo que su opulencia se emplease en grandes obras, que adquirieran para él y para su patria perdurables honores. Por otra parte, «la historia,según dice Laurent, sin olvidar los sufrimientos de las generaciones pasadas, aprecia también los beneficios que de ello hanresultado para el género humano. Sin suhegemonía Atenas no hubiera visto elevarse esas grandes construcciones que, comoha dicho Plutarco, parecían ya antigUasapenas acabadas J qtle brillan siempre conuna eterna flor de juventud).. APericles le tocó actuar, como epílogo
de su vida política, en la terri ble y funestaguerra del Peloponeso Que acabó con larendición de Atenas. Muchos culpan á Pericles de los desastres que sufrió su patriaen la caída que le impuso esa guerra, y lecensuran por su falta de perspicacia. Enprimer lugar, decir que PericIes provocó laguerra ó cuando menos la precipitó, sentanda la hipótesis de que así lo hubierahecho, no nos puede convencer do la inha.bilidad política de un hombre que, comoél, durante cuarenta años mantuvo eo susmanos con talento ejemplar los resortes detodo el mecanismo del Gobirlrno de unanación poderosa. Habría sido un error, qui.zás, pero por un error no se juzgan á laspersonalidades. ¿Acaso no tuvieron susfaltas A.lejandro, Napoleón, 'Va~hingtón,con ser el dechado de todas las virtudes? Nohay ejemplo, en la historia, de un hombreque pueda presentar inmaClllado el librode su vida.
Por otra parte, yo niego que PericIesprovocara la guerra del PeIoponeso. APericles no se le puede responsabilizar de lasdesgracias de Atenas. Analizaré los hechos.para mayor aclaración. (Oontinuará).
TRADUCCIONES DEL LATIN
PRIMER AÑO
HISTORIA SAG'RADA
(Onlenado y tr(l.dtwido cmpresamente para l08estluz.iantcs de latín.)
(Oont-int~ación)
XIXCompra Putífar á José-Acúsate la mu
iel' de PMti/ar y le ponen preso,1Construcción -Putiphar iEgyptius emit
Josepbum a mercatoribus. Autem, Deusfavit Putiphari causa Josephi: omnia succe.debant ei prospere. Ob quam rem Josephushabitus est benigneab hero, qui prrefeciteum domi sure. Ergo Josephus administrabat rem familiarem Putipharis: omniafiebant ad natura ejus, nec Putiphar gerebat Cluam negotii ilIius.
Josephus erat facie insigni et pulchra.Uxor Putipharis pelJiciebat eum adflagitium. ~rosephus, autem nolebat assentiremulieri improbre. Quadam die, mulierapprehendit oram palii ajus; at Josephllsreliquit pallium in manibus ejus, el fiugit.Mulier irata inclamavit servas et accusavitJosephum apud virum, qui, nimium credulus, conjecit Josephum in carcere.
Traducción.- Putifar Egipcio, compróa José á los mercaderes. Más Dios favoreció á Putifará causa de José: todas lascosas le íban perfectamente; Por cuya causa, José rué tratado benignamente por elamo, él que le dió la dirección de su casa.Por lo que José administraba la haciendade Puti far: todas las cosas se hacían á unaseñal de éste, ni Putifar tomaba el cuidadode los negocios de aquel.
José era de cara hermosa y agraciada.La esposa .de Putifar inducia á éste al· delito. José, empero, no quería consentir.ála mujer deshonesta. Cierto día, la mujerasió el estremo del palio de éste y José dejóel palio en las manos deéstaY<huyó. Lamujer enojada, llam6 á los siervos y acusó
áJosé ante el marido, quién demasiadocrédulo encerró á José en la cárcel.
XXLo qu.e le sucedió d José en_la cá1'ce
- Explica felizmente los ensue'nos de dosempleados del rey, que ~st~ban en lamisma pr'isión. - C'Urnpl~rn'Wnto de susvaticinios.
Construcc'ión .-Duo mini.stri regis Pharaonis erant in eodem carcere: alter prme-
. rat pincernis, alter pistoribus. Utriqueobvenit somnium divinitus, eadem nocte.Ad quos quum JOseph~ls .venisset.ma~e, etanimadvertisset eos trlstlOres sohto, lnterrogavit qumnam esso causa mmstitim.Qui responderunt: «Obvellit. n~bis, som~
mum, nee quisquam est, qllld mtorprete-tUl' illucl nobi8». - Josephus inquit: ¿Anres futuras non solius est pn.enoscere Dei?Narrate somnia vestra mi hi.
Tum prior exposuit sic sOl~nium. suumJosepho: «Vidi, in quiete, vl~em, In q~a
erant tres palmites; ea protuht paulatlmgemmas: deinde eruj'>erunt flores, a~ deniqüe llvm matureseebant. E~o exprlme,ban uvas j n seyphnm Pharaoms, et porn ~
gebat eÍ».-Josephus inquit: «Est,~ bonoanimo. 1>08t tres dies, Pharao restItuet tein gradum pristinum. Raga te, ut memineris mei».
Alter narravit quoque somnium sunm,Josepho: «Gestebam in. c.apite, tr'Ía. canis·tra, in quibus erant Clbl, quos plsto:essolent conficere. Eece, autem¡ aves CLr
cumvolitabant eL comedebant iUos cibos».-Cui Josephus: H::BC est interpetr~tio
istius somnis. Tria eanistra sllnt tres dIOS,quibus elapsis,Pharao feriet te securi, etaffiget ad palum, uhi avespascentur ('¡arne tua».. Die tertio, qui dies eratnatalis Phara?nis, splendidum convivium, parandum fUlt.TUID rex meminit minístrorum suorum,qui erant in careere. Restituitmunus suumprrefecto pincernarum; vero alterum, percussum seeuri, suspendit ad···palum. Res
115
comprobavit, ita, somnium. Tamen prrefectus pincernarum oblitus est Josephi, necrecordatus est meriti iníus in se.
T1"aducc1,ón.--Dos ministros del rey Faraón,estab.1ll en la misma cárcel: el uno presidía á los coperos, el otro á los panade"ros. A.mbos tuvieron un sueño divino, lamisma noche. Hacia los que, como Joséhubiese venido temprano y los hubieseobservado mas tristes que de costumbre,interroO'ó cual fuera la causa ele su triste..
~ .za.-Los que respondieron: «Nos VIUO unsueño, ni alguien hay, que interpreteaquel á nosotros».-José dijo: ¿Acaso lascosas futuras no suelen ser conocidas porDios? Contad vuestro sueño á mi.
Entonces el primero expuso así, su sueño: «Ví, en sueños, una vid en la cualhabía tres ramos, ésta produjo paulatinamente retoños, despues crecieron flores t
y finalmente, las uvas maduraban. Yo exprimía las uvas en el vaso del Faraón y loestendía aéste.»-José dijo: «Esta de buenánimo. Despues de tres días el Faraón terestituirá en el puesto primero. Te ruego, que te acuerdes de mí»,
El otro narró también, el sueño suyo áJosé: «Llevaba en la cabeza, tres canastosen los cuales'lhabía las comidas, las cualeslos panaderos ~lsuelen preparar. He ahí,empero, las aves volaban alrededor, y c~
mían aquellas eomidas.»-A lo que Jase:«Esta interpetración es de este sueño. Trescanastos son tres días, los cuales pasados el Faraón te herirá la cabeza, y con-, .denará al palo, donde las aves comerantu carne».
El día tercero, cuyo día era el nataliciodel Faraón, un espléndido convite fué preparado. Entonces el rey se acor~ó de susministros, que estaban en la carce!. Restituyó en su empleo al jefe de los coperos;el otro, empero, herida la cabeza, se lesuspendió al palo. El hecho .comprobóasí el sueño. Sin embargo, el jefe de losco~eros, se olvidó de José y n? se acordóde los meritas de aquel para el. (Gont).
116 LOS DEBATES
SEGUNDO AÑO
Nomb.'amiento acertado - Lacontracción al estudio y el talento señalado de algunos de nuestros jóvenes ba:ehilleres, acaban de ser reconocidos porel Consejo Universítario al efectuar los recientf\s nombl'amientos de sustitutos de lasaulas de Física, Filosofía, Cosmografía éHistoria Americana, recaídos en los seña·res Barbaroux, Varela, 'Peraz y Pratt, res..pectivamente.
Las cualidades excepcionales que adornan á estos jóvenes, son demasiado conoci·das por los estudiantes, para que no seasupérfluo hacer la apología de cada uno deellos; pero como los triunfos obtenidos dentro del reci nto de la Universidad, trascienden con dificultad sus umbrales, es qnecreemos conveniente hacer resaltar los méritos de esos jóvenes que, con tanto brillo,han recorrido ya la mitad del camino qlleha de conducirlos al objeto d~, sus anhelos.
Emilio Barbaroux, joven bachiller depreclara inteligencia, ha ilejado recuerdosímperecederos en su paso· por las aulasdonde conquistó siempre envidiables trjun·foso
Jacobo Varela, inteligente de raza, poseedor de un vasto y claro talento, acaba
A N É eD oT A S de ver retribuidos sus esfuerzos de una(CONTINUACIÓN) man~ra digna de su contraccion al estudio
Luego que Androclo dijo ésto, todos pi- de la ciencia que inmol'talizó los nombresdiendo, fué absuelto de la pena y librado: de Leibnitz, de Kant y de Comte, y en latambiém el león, fué regalado á él por los '1 cual ha obtenido ya positivos triunfos.gritos del pueblo. Después Androclo y el Manuel Perez reune cualidades que seleón, sugeto por una débil correa, iban por han hecho casi antagónícas hoy en día:todas las tabernas en toda la dudad. An- excesiva modestia á través de la cUll resdroclo era regalarlo con dinero; el león es- plandece su talento poco común. Ha sobre·parcído con flores, casi todos, los qlle se salido siempre entl'e los inteligentes deencontraban decían: «Este es el león hues-I! nuestra Vniversidad, y ha conseguido llaped del hombre, éste es el hombre médíco 1 gar al punto en que se halla, merced á susdel león» . 1 esfllerzos pl'Opios, razón por la cual posee
(Continuará) 1 doble mérito.~>ge ~J:€~~- Cado3 Pratt, vigoroso desda todo punto
de vista, tanto en lo intelectual como en lo
ECOS UNIVERSITARIOS físico. Parece ser la encarnación vivíe[Jte, de la leyenda clásica qua decía: Llfens sana
in corpofe sano. Es otro de los jóvenesque honran con su saber y talento á lanueva generación, y formaba parte de aquelgrupo selecto de estudiantes que tan gratosrecuerdos han dejado en su paso por la Sección Preparatorios.
Termiriaremos estas líneas, enviandonuestra más ardiente felicitación á los Jóvenes mencionados, y nuestro aplauso alConsejo por el acierto con que ha procedido al efectuar esos nombramientos.
Cuad....o de Geología - El próximo número irá acompañado de uncuadro :;obre la división y clasificación delas rocas, del cual es autor el apreci adocatedrático de mil:eralogía don Enrique Gil.
POI- exceso dematel'lal-Por estacausa no apare,cen en el presente númerola continuación de las conferencias comenzadas á publicar en números anteriores.
Por igual motivo nos hemos visto obligados á postergar la publicación de una cantidad de trabajos que se nos han remitido.
Esperamos que sus autores nos dispen-Ipensarán.