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CAPÍTULO 2
Piedra Natural
2 . 1 . Introducción
El término Piedra Natural se refiere, genéricamente, a todas aquellas rocas susceptibles de ser utilizadas como elemento constructivo tras ser extraídas de su yacimiento natural, ser dimensionadas de acuerdo con su disposición en obra y ser sometidas a tratamientos diversos en su superficie, desde el simple desbaste hasta el pulido.
De acuerdo con esta definición, quedan integrados dentro del sector de la Piedra Natural todos aquellos materiales rocosos que poseen resistencia mecánica suficiente para su emplazamiento en obra, así como una durabilidad aceptable que les permite perpetuarse sin perder fácilmente sus características iniciales. A esto se añade el que tengan un aspecto atractivo y que sean aceptablemente extraíbles y dimensionables.
La utilización de la piedra como material de construcción se remonta, al menos, hasta hace unos 10.000 años, habiendo servido como elemento básico de la arquitectura funeraria, religiosa, de defensa y suntuaria desarrollada por la mayor parte de las civilizaciones. A ello se une su utilización común en la arquitectura urbana y rural, que comienza su declive hacia finales del siglo XIX con la introducción de los materiales que, como es el caso del cemento Pórtland, conforman los modernos modos de construcción. De hecho, es la trabajabilidad y moldeabilidad del hormigón lo que, unido a los bajos costes de las materias primas utilizadas en su fabricación, ha desplazado el uso de la piedra a un papel más relegado en la arquitectura actual. Los costes de la piedra en sí y los derivados de su preparación e instalación en obra han condicionado su restricción a la construcción de edificios singulares o «de prestigio», a la edificación de carácter rústico y al equipamiento de algunos espacios públicos urbanos. Fuera de este contexto quedan los revestimientos, pavimentos, techados, lápidas, esculturas, etc., hechos con Roca Ornamental que, como se
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verá en apartados posteriores, representan un mercado sustancial dentro del sector de materiales de construcción.
Sin pretender ser en exceso academicistas en cuanto al uso de definiciones que muchas veces no tienen especial relevancia en el mercado, conviene dejar claro el uso de algunos términos tal como serán empleados en este libro. Así, Piedra Natural es un término genérico que incluye tanto lo que llamaremos Piedra de Cantería o Piedra Natural de Construcción (Regueiro y Quereda, 1994) como las Rocas Ornamentales, estas últimas más exigentes en cuanto a su acabado, al ser el proceso de pulido, básicamente, el que las diferencia de las anteriores.
El mercado de las Rocas Ornamentales, en cualquiera de sus tres variedades básicas (granitos, mármoles y pizarras), constituye, en España y en la actualidad, una de las actividades mineras más importantes, tanto en producción como en relación a los puestos de trabajo generados, valor económico, etc. Baste decir que en los seis años comprendidos entre 1.992 y 1998 se duplicó la producción, lo que da idea de la pujanza actual de este sector.
Las razones de este florecimiento son, lógicamente, muy variadas, pero se pueden citar, como factores clave, los siguientes aspectos: O El mercado español ofrece un producto de alta calidad, tanto a nivel de cantera como de
material elaborado, y a unos precios muy competitivos a nivel mundial. Como se verá posteriormente, la exportación de las Rocas Ornamentales consume un elevado porcentaje del total producido.
O Algunos de los principales centros productores, como Galicia en el caso de los granitos o Alicante para los mármoles, se encuentran localizados muy cerca de importantes puertos para el comercio marítimo, lo que facilita notablemente, desde el punto de vista de los costes económicos, el comercio de exportación e importación de estos materiales. Éstas y otras razones (factores de competitividad, modas, etc.) son las que hacen que la
explotación y consumo de las Rocas Ornamentales esté en continuo crecimiento y que, además, las expectativas, al menos a corto y medio plazo, sean optimistas.
En cuanto a las aplicaciones de la Piedra Natural, el Directorio Roe Máquina de 2003 ofrece los siguientes datos porcentuales relativos a los usos de este producto: pavimentos (37%), arte funerario (14%), revestimientos externos (11%), revestimientos internos (10%), estructuras (10%) y otros usos (18%).
2.2. Piedra de Cantería
Son muchas y variadas, en cuanto a formas y dimensiones, las piezas de roca utilizadas para cubrir funciones específicas dentro de una edificación. Dentro de estas funciones se incluye el uso de las piezas de piedra como elementos estructurales (muros, columnas, vigas, arcos y otras fábricas de piedra), como recubrimientos (losas y chapas para suelos y paredes), o como elementos de uso común en el adoquinado de calles, construcción de escaleras y escalinatas, bordillos, etc.; todos estos usos se complementan con una amplia variedad de elementos decorativos, tales como balaustra-
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das, fuentes, bancos y otras realizaciones escultóricas en las que la talla de la piedra puede alcanzar niveles de elevado refinamiento.
El rasgo común de estos elementos constructivos es que las rocas utilizadas son extraídas en cantera en bloques de relativo pequeño tamaño, dimensionadas mediante corte y, en todo caso, sometidas a un tratamiento de superficie que podemos denominar como acabado rústico. En este proceso las propiedades constitutivas de la roca permanecen constantes a lo largo de sus etapas de transformación.
La obtención de piezas dimensionadas de piedra para construcción ha sido tradicio-nalmente una actividad artesanal ligada a la figura del cantero, oficio en la actualidad en peligro de desaparición ante nuevos modos de producción en serie y mecanizada (Fig. 2.1). La actividad del cantero comienza con el arranque de bloques de roca en explotaciones usualmente a cielo abierto, las canteras, continuándose con el dimensionamiento de la pieza mediante herramientas manuales o máquinas, el desbaste o labra de sillares, la confección de molduras y la preparación o acabado de superficies vistas. Tanto por su extracción en canteras como por todo el proceso de manufactura, con una componente artesanal notable, seguido por la roca hasta su instalación en obra, el término Piedra de Cantería resulta totalmente apropiado para este tipo de materiales de construcción.
Figura 2.1 . Reconstrucción escultórica de la actividad de canteros (Catedral de Amberes).
2 .2 .1 . Tipos de Piedra de Cantería
Entre las numerosos tipos de rocas presentes en la naturaleza, no todas ellas poseen las cualidades necesarias para ser aptas como materiales de construcción. Muchas rocas presentan una excesiva fragilidad, es decir, no responden adecuadamente a las exi-
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gencias de resistencia mecánica a las que serán sometidas, o son fácilmente solubles, alterables y degradables ante las condiciones ambientales del entorno en que serán emplazadas.
En términos generales, las rocas utilizadas en construcción deben presentar una serie de características que se pueden resumir en dos aspectos esenciales: a) Resistencia mecánica o capacidad de trabajo en su puesta en obra. La resistencia
mecánica depende de las siguientes propiedades de la roca: O densidad o peso específico O tenacidad O dureza O resistencia a compresión O resistencia a flexotracción
b) Durabilidad. Se entiende por ello la mayor o menor resistencia que presenta la roca a la acción de los agentes atmosféricos, es decir, su comportamiento ante los procesos de alteración. Dicho comportamiento es el resultado de la interacción entre las propiedades petrofísicas de la roca, en particular su comportamiento hídrico, y agentes tales como las heladas, acción del agua, cambios térmicos, atmósferas contaminadas o exposición al viento. Las propiedades señaladas anteriormente están en íntima relación con la textura de
la roca (tamaño de grano o cristal, geometría del sistema poroso), su estructura (homogeneidad o heterogeneidad debida a planos de estratificación, laminación, foliación, ...), grado de fisuración, así como con la composición química y mineralógica de la roca. Este último aspecto condiciona ampliamente su durabilidad, al existir minerales cuya estabilidad ante la meteorización es notablemente baja (minerales solubles, feldespatos, sulfuras, etc.).
Entre los materiales pétreos utilizables como piedra de construcción se puede incluir, por tanto, cualquier tipo de roca que ofrezca suficiente resistencia y durabilidad, pudiendo por ello citarse tipos tan comunes como los granitos, los gneises, las areniscas, las calizas y dolomías, pizarras, cuarcitas, basaltos, pórfidos y otras muchas otras rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias (Figs. 2.2 y 2.3). Muchas de estas rocas son agregados de dos o más minerales mientras que otras son exclusivamente monominerales. En la tabla 2.1 se presenta una clasificación de los tipos de rocas más comúnmente utilizados en construcción.
Como se indicará posteriormente, el uso de las rocas como elemento de construcción depende, además, de su localización y disponibilidad próxima a la obra. Son frecuentes los casos en que, sorprendentemente, la arquitectura de una comarca, o determinados edificios de un área geográfica, está caracterizada por fábricas de sillería o manipostería hechas con tipos de rocas que a priori son desaconsejables para su uso en construcción. Por citar dos ejemplos, el primero se refiere a las mamposterías con bloques de perlita que se encuentran en algunos pueblos de Grecia (Fig. 2.4), donde los yacimientos de este tipo de material son extraordinariamente abundantes; el segundo ejemplo, sin duda más chocante, es el de los muros, fabricados con mampuestos de sal (halita), de pequeños edificios construi-
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Figura 2.2. Torres de Serrano (Valencia), construidas con calizas tobáceas.
Figura 2.3. Casa rústica construida con pizarras y esquistos (Santa Marina de Somoza, León).
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COMERCIAL
Granito
Pizarra
Mármol
Otras Rocas
Granito Granitoide
Granito Negro
Basalto Pizarra
Rocas Verdes
Calizas
Mármoles
Grupo del Travertino Arenisca
Alabastro
Pumitas
Cuarcitas
Composic.
Rocas Silíceas
Rocas Carbonáticas
Otras Rocas
CIENTÍFICA Genética
Rocas ígneas Plutónicas Granito.Adamellita, Granodioríta, Pegmatita, Sienita
Gabro, Monzonita, Diorita, Tonalita, Dolerita, Peridotita, Labradorita
Volcánicas
Basalto.Andesita
Ignimbrítas, Aglomerados, Pumitas, Tobas volcánicas
Rocas Metamórficas
Gneiss
Esquistos,Rlitas Pizarras Serpentinitas, Anfibolitas
Mármol, Mármol dolomltico
Cuarcitas
Rocas Sedimentarias
Areniscas cuarcíferas
Caüzas.Dolomías Calizas Margosas
Travertino, Alabastro calcáreo Areniscas de composic. variada Alabastro yesífero
Ceolitas" Yesos* Conglomerados*
Tabla 2.1 . Clasificación de piedras de cantería basada en su composición y génesis (la introducción de algunos tipos rocosos menos frecuentes, marcados
con asterisco, se debe a la observación, por parte de los autores, de su uso en algunas zonas de España o fuera de nuestro país).
dos en los salares andinos (Fig. 2.5). Ambos ejemplos ilustran sobre la relatividad de los conceptos de resistencia y durabilidad requeridos para la piedra de construcción, siendo conscientes de las peculiaridades climáticas del entorno en que dichas piedras han sido utilizadas.
Históricamente, las piedras utilizadas en construcción incluyen cualquiera de los tipos de roca indicadas más arriba. Una excepción es el trato especial dado en varias culturas a los mármoles así como a los alabastros que, en un sentido amplio, incluye muy variados tipos de rocas calcáreas, silíceas y algunos tipos específicos de yeso, existiendo para ellos una tradición de uso como piedra ornamental de alto valor. En la actualidad, la tendencia es a reservar el carácter de piedra de construcción para aquellas rocas que no admiten pulido, caso de la mayor parte de las areniscas, algunas calizas, pizarras cuarcíticas, esquistos, muchas rocas volcánicas, etc., mientras que las rocas que sí admiten este tratamiento y adquieren tras él suficiente vistosidad se conducen en muchos casos hacia el mercado de las Rocas Ornamentales.
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Figura 2.4. Muro de mampostería Figura 2.5. Muro construido con sillares construido con bloques de perlita de sal (posada situada en el interior del Salar
(Isla de Milos, Grecia). de Uchumí, Bolivia).
2.2.2. El trabajo de la piedra
Desde su yacimiento hasta la fase final de instalación en obra, la piedra pasa por un largo proceso que abarca su extracción en cantera, corte y dimensionado de las piezas y labra o terminación superficial. En los apartados siguientes se hace un resumen de estos métodos de procesado, con mención expresa del utillaje más comúnmente empleado, que constituye un patrimonio específico de interés técnico y cultural en el oficio de la cantería. La Estereotomía o arte de cortar la piedra lleva implícita la aptitud que tiene una roca a dejarse dividir, desbastar y labrar.
No parece apropiado extenderse aquí en una sistemática sobre los métodos de prospección de los materiales utilizados como Piedra de Cantería ya que, en la mayor parte de los casos, su elección (Jefferson, 1993) viene condicionada por la existencia de yacimientos explotados tradicionalmente, lo que en principio asegura la calidad de la piedra, o se buscan materiales cuyo requisito mayor es que aparezcan en capas de suficiente espesor (al menos algunos decímetros) o sin una esquistosidad y fracturación excesivas. Lo apropiado de la roca en cuanto a resistencia es a menudo determinable mediante su respuesta al golpe de martillo y su alterabilidad apreciable en función de la meteorización presente en el afloramiento (Shadmon, 1990).
2.2.3. Extracción de la piedra en cantera
Tradicionalmente, la extracción de la piedra en cantera se realizaba con herramientas manuales, tales como picos, palancas, cuñas y mazas. Tras la limpieza del banco de cantera se marcaban las líneas divisorias mediante regla o vara de hierro y con el pico, siguiendo discontinuidades o zonas débiles de la roca, se roturaba ésta con aberturas en forma de V en las que a continuación se introducían cuñas que, ayudándose con pletinas o falquillas de hierro, eran golpeadas con mazas gruesas hasta una profundidad suficiente para que el
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bloque se desprendiese con ayuda de palancas. Toda esta labor suponía un sólido conocimiento por parte del cantero de los rasgos de la piedra: orientación preferente de los minerales, estratificación, esquistosidad, fracturación o diaclasado, en suma todos aquellos planos de debilidad que facilitasen la tarea de arranque. Este planteamiento básico de la técnica de extracción de bloques era empleado por los canteros egipcios, quienes elaboraron sistemas relativamente sofisticados para el despegue de las bases de los bloques. Los canteros griegos y romanos heredaron buena parte de esta experiencia técnica, sobrepasándola con nuevas herramientas de corte, alzado y transporte de los bloques de cantera. Un ejemplo de estos avances es el uso de cuerdas para corte complementadas con una mezcla de arena y agua para facilitar el efecto abrasivo. Esta técnica, inicialmente usada de forma tan prosaica, volverá sin duda a la mente del lector cuando se describan los métodos de corte con hilo, que constituyen técnicas avanzadas de extracción en la actualidad.
En las explotaciones actuales de Piedra de Cantería se pueden diferenciar dos tipos de métodos de extracción en función de la forma y volumen de roca obtenidos: lajas y bloques. En el caso de las Piedras de Cantería que se comercializan en forma de lajas y planchones, éstas se extraen directamente de yacimientos en que la roca presenta una estructura en capas de relativo pequeño espesor (usualmente no superior a los 10 cm), bien definidas por planos de estratificación o esquistosidad. El arranque se realiza con palas excavadoras y barrenado mediante explosivos. Las capas de roca se separan a mano mediante cuñas y cinceles a pie de cantera (Fig. 2.6). Este tipo de actividad dirigida a la obtención de lajas, posteriormente dimensionadas o no en formas regulares, ha experimentado un notable crecimiento con la expansión de la construcción de vivienda unifamiliar con acabado rústico en la que maniposterías y solados de piedra cumplen una función estética y estructural significativa.
La extracción de Piedra de Cantería en bloques, con dimensiones de hasta unos 3 m3, puede llevarse a cabo de varias formas: mediante disco de corte directamente emplazado en el frente de cantera, mediante barrenos alineados perforados manualmente o con martillo neumático, mediante rozadoras de brazo de entre 1 y 3 metros de longitud, montadas en carros de traslación
sobre carriles, y, de forma más artesanal, F i g u r a 2.6. Lajado manual de cuarcitas mediante martillos neumáticos, picos y cu- y pizarras a pie de cantera ñas. Los sistemas de corte mediante barre- (Bernardos, Segovia).
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nos llevan aparejado el uso de algún tipo de explosivo de baja intensidad, como es el cordón detonante o pólvora negra. Tras la extracción del bloque, éste es tratado a pie de cantera o, más comúnmente en la actualidad, en talleres de transformación donde se procede al dimensionamiento de las piezas según su aplicación.
2.2.4. Procesado de bloques
2.2.4.1. Tipos de productos
Los productos obtenidos con Piedra de Cantería son variados: sillares, sillarejos, mampuestos, losas o chapas, adoquines, bordillos, peldaños y otras piezas cuya forma final depende de su ubicación en estructuras particulares como son cornisas, dinteles, balcones, balaustradas, chimeneas y un largo etcétera de posibilidades decorativas. Una descripción bastante pormenorizada de estos productos se encuentra en Arredondo (1980).
Los sillares son bloques prismáticos, desde cúbicos a paralelepípedos rectangulares, que se utilizan, colocados de forma ordenada, para la construcción de muros de carga, columnas, arcos, etc. (Fig. 2.7). La labra de los lados de los sillares es bastante refinada, nunca con irregularidades que superen los 4 cm. Las caras vistas de los sillares exigen una labra fina. La perfección en la labra de los sillares viene motivada por el hecho de que estos son yuxtapuestos o sentados unos con otros, de forma que se obtiene una estructura sólida y autosoportante sin necesidad de introducir cuñas o calzados. La técnica usual de trabajo
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es extender una capa de mortero de unos 2 cm de espesor, que queda reducida a unos 3 mm tras el asiento del sillar superpuesto. Los sillarejos son sillares de menor dimensión, geometría paralelepipédica y generalmente de labra más basta que los sillares. En las estructuras de arco, la forma de la piedra se adapta a la función que cada una de las piezas cumple en el diseño del conjunto (dovelas, claves, contraclaves, impostas,...).
Las obras ejecutadas con sillares y sillarejos se denominan sillerías o aparejos de sillería y constituyen fábricas que, aunque de gran belleza, son de coste económico elevado debido a la dificultad de su manipulación, preparación y colocación. Una mayor complejización de la construcción de obras de sillería, y por tanto un incremento en su coste, tiene lugar cuando en vez de fabricar sillares rectos, esto es, de superficies vistas lisas, se preparan sillares con molduras y relieves o bien se ejecutan labores de labra diferenciadas dentro de una misma superficie. Todo ello da lugar a obras de sillería variadas que reciben nombres como sillerías molduradas, aplantilladas, averrugadas o almohadilladas (Arredondo, 1980). Este último tipo, el de las sillerías almohadilladas, tiene uno de sus mejores exponentes en la fachada del Palacio de Carlos V, dentro del recinto de la Alhambra de Granada.
Los mampuestos son bloques prismáticos, en general con terminaciones irregulares y más pequeños que los sillares, que se disponen sin una ordenación precisa para la construcción de muros (Fig. 2.8). En los trabajos de manipostería se emplean bloques de roca que
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en algunos casos no necesitan apenas preparación de labra para su puesta en obra, caso de la manipostería ordinaria, careada y de canto rodado, mientras que en otros se exige un mayor control de la forma y disposición relativa de los bloques (manipostería de lajas, de carretales y concertada) (Fig. 2.9). En este último caso se requiere una cuidada puesta en obra y un trabajo elaborado de desbaste para obtener una perfecta trabazón de las piezas de piedra. Por otra parte, se distingue entre maniposterías en seco, cuando no se emplea mortero entre los bloques, aunque se suelen incluir pequeñas cuñas de piedra, o ripios, entre ellos, y aquellas maniposterías que sí lo usan, bien sea mortero de cal, yeso o, en la actualidad, cemento.
Los tipos de roca utilizadas como sillares o mampuestos son enormemente variados, condicionándose su elección a que la roca presente una resistencia mecánica suficiente para resistir las cargas impuestas en muros o columnas y que sea durable. Cumplidos básicamente estos requisitos, la elección final depende de su disponibilidad en el entorno geológico circundante.
Los adoquines son piezas de piedra de forma prismática, generalmente con dimensiones de 15 x 15 x 20 cm, utilizadas para obras de pavimentación. Aparte de una resistencia a compresión aceptable, la selección de la roca para uso como adoquín viene condicionada por su resistencia al desgaste por abrasión y pulido; es por ello que se utiliza generalmente granito, pórfidos, basaltos, cuarcita, etc. Por su parte, los bordillos son piezas paralepipédicas rectangulares, con lados largos entre 0,6 y 1 m, utilizadas para delimitar pavimentos. Por último, las losas y chapas son lajas de piedra cortadas regular o irregularmente, con espesores entre 2 y 10 cm y planta de dimensión variable, que se utilizan para solados y revestimiento de paredes, respectivamente. Los peldaños son losas largas y estrechas dispuestas como escalones (Fig. 2.10). Las rocas empleadas para losas y chapas son enormemente variadas, siendo las más frecuentemente utilizadas las pizarras, calizas, areniscas y granitos. Los requisitos para su uso están sobre todo en relación con la resistencia que presentan
Figura 2.10. Diversos tipos de piezas (losas, peldaños y balaustres).
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a flexión, resistencia a desgaste por abrasión, pulido y alterabilidad bajo condiciones ambientales. Dada la proliferación reciente de viviendas unifamiliares con equipamientos recreativos (jardines, piscinas,...), se ha incrementado el uso de piedras para solados con terminaciones rústicas e irregulares. Este tipo de piezas recibe el nombre de planchones.
2.2.4.2. Herramientas manuales y equipos mecánicos
Para la extracción y labra de la piedra se utilizan aún herramientas cuya concepción se remonta, posiblemente, hasta unos 6.000 años de antigüedad. Concretamente, la maceta esférica o portuguesa es idéntica a la que utilizaban los antiguos egipcios (Fig. 2.11). El pico de cantero tiene su equivalente en una herramienta similar a la que utilizaban los canteros romanos. Otras herramientas, tales como la bujarda, el trinchante y la gradina, se utilizaron muy probablemente durante la Edad Media.
No es objetivo de este libro el hacer una descripción detallada de los múltiples útiles de trabajo empleados en el laboreo manual de la piedra. Indicaremos tan solo que estas herramientas incluyen las utilizadas para la medida, trazado y comprobación de la geometría de los bloques (cintas, reglas, escuadras, trazadores, plomadas,...) y las herramientas para el desbaste (picos o punterolas, martillos trinchantes, picolas, escafiladores, mazos y macetas) y labra (punteros, cinceles, gradinas, bujardas, limas,...). Los diseños y forma de trabajo con estos útiles aparecen descritos con minuciosidad en la Guía Práctica de la Cantería, publicada por la Escuela Taller de Restauración Centro Histórico de León (1993). En la figura 2.11 se presentan algunas de estas herramientas utilizadas tradicionalmente en el trabajo manual de la piedra. Más modernamente, muchas de estos utensilios se han acoplado a elementos neumáticos facilitándose y acortándose el tiempo de trabajo; las herramientas mecanizadas que más comúnmente se utilizan en los talleres de labra son, entre otros, los punteros, cinceles, gradinas, martillinas y bujardas (Fig. 2.12). Todas estas tareas tienen como base de partida la disponibilidad de sistemas de corte y aserrado muy perfeccio-
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Figura 2.12. Trabajo de abujardado con soporte neumático de una pieza de caliza de Calatorao.
nados, que van desde las sierras de disco para el dimensionamiento de bloques hasta el corte con hilo diamantado o con chorro de agua, y cortadoras a presión para el dimensionamiento de adoquines y bordillos (Fig. 2.13), fresadoras y los dispositivos para elaboración de molduras y muescas que alcanzan su mayor grado de sofisticación en las fábricas destinadas a la manufactura de Roca Ornamental.
Figura 2.13. Corte a presión de piezas de adoquín elaboradas con granito (Granitos de Castilla, El Berrueco, Madrid).
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2.2.4.3. Desbaste, labra y terminaciones de la piedra
En los apartados anteriores se ha hablado, sin definirlos previamente, de los métodos de preparación de la piedra previos a su instalación en obra. A continuación se presenta una breve descripción de los estadios de preparación, para comentar de forma algo más detallada el tratamiento dado a la terminación o acabado de las piezas.
El corte de los bloques se realiza usualmente a pie de cantera para facilitar su manejabilidad. Para el corte manual se utilizan cuñas y martillos o mazos; previamente a ello, el cantero debe proceder a una exploración visual y a prueba sonora de la estructura de la piedra ante el impacto. Cuando se dispone de medios mecánicos de corte, estos consisten usualmente en sierras mecánicas o de disco. El desbaste consiste en dar a las piezas de piedra la forma aproximada que éstas tendrán en la obra. Se utilizan para ello picos, martillos, mazos y otras herramientas, tal como se ha señalados en el apartado anterior. El trabajo va dirigido a eliminar las irregularidades y protuberancias mayores en las diversas superficies de la piedra, definidas aquéllas como las que quedan por fuera de las marcas de corte. Este paso es previo a la labra de las diferentes superficies de los sillares y consiste en generar superficies planas e igualadas de las distintas caras del sillar. Para ello se comienza con el rebaje de las aristas de una cara mediante diversas atacaduras, avanzándose en esta labor con cinceles, punteros y otras herramientas hasta completar la labra de la cara. El resto de las caras del sillar toman como referencia esta cara inicial. La elaboración de molduras y de una amplia variedad de remates en los extremos de las piezas de piedra se adecúa básicamente a este proceso sobre las aristas del bloque, utilizándose para ello plantillas según el diseño concebido.
Las terminaciones o acabados de las superficies de las piezas de piedra contribuyen a incrementar las posibilidades de uso de la piedra sin cambiar sus peculiaridades intrínsecas. Con los diferentes tipos de acabado, que en la actualidad complementan la multiplicidad de tallas obtenidas tradicionalmente de forma manual mediante pico, martillo, picola, bujarda, puntero, escafilador, cincel, gradina, gubia o martillina, se consiguen efectos estéticos que realzan la vistosidad de la cara vista de la piedra puesta en obra. Surge así una amplia terminología de tallas, como talla punteada o picada, talla escodada, almohadillada, perpendicular, oblicua, cruzada, con bujarda, diagonal, con surcos, en abanico, astillada, en espiga, en damero, escamada, y un largo etcétera, cuyas características dependen de la herramienta utilizada y de la forma de aplicación resuelta.
Los acabados de la piedra que más se practican hoy en día son aquellos elaborados mecánicamente, lo que no impide que en algunos casos se lleven a cabo terminaciones de forma manual. La mayor parte de los trabajos de acabado en la actualidad se realizan sobre losas y chapas destinadas, respectivamente, a su uso como solados y revestimientos. Estos acabados son aplicables, en su mayor parte, tanto a la Piedra de Cantería como a las Rocas Ornamentales (excepto el pulido), por lo que su exposición aquí evita la repetición en el apartado dedicado a las Rocas Ornamentales. Los principales acabados son los siguientes: O Lajado: es el resultado de la separación de placas o lajas por los planos de discontinuidad
de la roca (esquistosidad o estratificación). Suele hacerse de forma manual, mediante cinceles y cuñas, y la superficie lajada muestra un aspecto natural con relieve irregular. Es típica en pizarras, cuarcitas y en algunas calizas.
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O Partido: la técnica de obtención de este tipo de superficie es similar a la del lajado, aunque en este caso con cuñas y golpeteo con maza, cuando la separación se practica sobre rocas más masivas, por ejemplo granitos o gneises, a favor de planos de debilidad de estos. El aspecto resultante de la superficie es rugoso.
O Cortado: este tipo de acabado es el resultado del corte del bloque de piedra con cortabloques o discos de borde diamantado. Se practica en cualquier tipo de roca, generalmente masiva.
O Serrado: similar al anterior, pero en este caso el corte se lleva a cabo con telares de fleje o con sierras mono o multilama, del mismo tipo que las utilizadas para el serrado de tablas destinadas al pulido y posterior comercialización como Roca Ornamental. La superficie queda muy lisa, con aspecto natural mate.
O Apiconado: este acabado supone que la superficie de la piedra aparece surcada por una red bastante densa de incisiones o muescas alargadas y paralelas entre sí que le dan un aspecto rústico y tosco (Fig. 2.14). Este tratamiento se lleva a cabo sobre superficies previamente aplanadas mediante corte o serrado, sobre las cuales se hacen las incisiones, generalmente de forma manual, ayudándose de pica o puntero. Se aplica a rocas no excesivamente duras.
O Escafilado: es un acabado de aspecto muy rústico, apropiado para la construcción rural, chimeneas u obras de equipamiento urbano, en el que la superficie de la roca presenta rugosidades, surcos y protuberancias que se obtienen manualmente golpeándola de forma algo aleatoria con cinceles, punteros y escafiladores. Es aplicable a granitos, calizas y otras piedras compactas.
O Abujardado: es uno de los tratamientos de acabados más utilizados históricamente. La superficie de la roca, previamente aplanada, se golpea repetidamente con la bujarda, pieza metálica con pequeños diente piramidales que está acoplada a una herramienta neumática o bien a martillo manual. El resultado es una superficie de la piedra formada por pequeños cráteres, uniformemente repartidos, cuya densidad y tamaño depende del tipo de cabeza empleada en la bujarda y de la fuerza de golpe empleada (Fig. 2.15).
Figura 2.14. Acabado superficial de la piedra mediante apiconado.
Figura 2.15. Acabado superficial de la piedra mediante abujardado.
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O Raspado: el tratamiento consiste en el alisado de la superficie cortada de la piedra mediante un rascador o algún sistema de lijado, incluyendo máquinas con cabeza abrasiva rotatoria, que elimina y homogeneiza los pequeños resaltes derivados del corte. El resultado es una superficie plana, lisa y de aspecto natural. Es un acabado muy apropiado para areniscas y calizas blandas y de grano fino, algo deleznables al tacto.
O Flameado: como sugiere el término, este tratamiento consiste en la aplicación de una llama mediante soplete de oxiacetileno que se hace pasar de forma sucesiva sobre la superficie de la roca previamente cortada o serrada (Fig. 2.16). La temperatura que se
alcanza con la llama es de unos 2.800 °C y el efecto es la fragmentación térmica parcial y diferenciada de los distintos minerales que forman la roca, siendo por tanto una técnica de acabado muy apropiada en rocas poliminerales, especialmente de composición acida, como es el caso de los granitos. La superficie así tratada es rápidamente enfriada con agua y el resultado es un aspecto ru-
Figura 2.16. Proceso de flameado. goso, con notable estabilidad
ante la alteración ambiental. O Apomazado: este tratamiento es similar al del pulido, ya que se utilizan abrasivos de
grano progresivamente decreciente, aunque sin llegar a los de grano más fino, y el utillaje empleado son cabezas con muelas abrasivas, pero sin llegar a conseguirse brillo. Se obtienen así superficies planas, lisas y mates, resaltándose bastante la textura y color de la roca. Se suele emplear en tipos de piedras compactas y duras que, sin embargo, no alcanzan el grado de cristalinidad necesaria para admitir pulido, como es el caso de muchas calizas y algunas areniscas de grano muy fino.
O Envejecido: este tipo de acabado está recibiendo una atención prioritaria en los últimos años, pues los responsables de la elección del aspecto del producto final cada vez lo requieren más. Como su propio nombre indica, consiste en darle a la piedra un acabado que podría indicar una gran antigüedad. Los métodos para su obtención son, básicamente, de dos tipos: mecánicamente, con el uso de determinados abrasivos, o químicamente, con la utilización de productos químicos de carácter ácido que "alteran" la piedra hasta darle ese aspecto envejecido.
El acabado mediante pulido constituye una técnica de terminación de la superficie de la piedra que, como se ha indicado al inicio de este capítulo, marca la diferencia desde un punto de vista terminológico entre la Piedra de Cantería o piedra de construcción y la Roca Ornamental. En el extremo opuesto se sitúa el uso de piezas de piedra, denominadas «costeros» en que la superficie vista presenta las acanaladuras cilindricas paralelas
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Figura 2.17. Aspecto resultante
de los diferentes tratamientos
de la superficie de un mismo material rocoso, en este caso
granito: de abajo a arriba, costero,
serrado, flameado y pulido.
producidas por los barrenos al cortar la piedra. La figura 2.17 muestra el efecto de diferentes tipos de acabado a partir de un mismo bloque de piedra.
2.2.5. Principales usos y campos de aplicación
Tras el dilatado periodo de utilización de la Piedra de Cantería por numerosas civilizaciones y con el remanente del legado de la arquitectura en piedra usada con fines de vivienda rural, urbana, monumental y suntuaria en sus diversas facetas, en la actualidad la Piedra de Cantería tiene tres campos de aplicación esenciales, que se comentan a continuación.
2.2.5.1. Obra rústica
Es quizás el campo de aplicación más característico de este tipo de piedras, constituyendo una importante fuente de demanda. Se incluye aquí la construcción de chalets, viviendas unifamiliares y, en general, casas de pequeñas dimensiones, con una o dos plantas, donde la utilización de la piedra tiene diferentes cometidos. Así, es relativamente frecuente la edificación de viviendas con muros de carga hechos con mampostería de piedra de varias dimensiones y formas (Fig. 2.18), siendo común la simultaneización de zócalos con un tipo de piedra y el resto del muro con otro, lo que le confiere un efecto de bicromía que enriquece
Figura 2.18. Edificio reciente construido con sillares de cuarcita (Rabanal, León).
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la obra. Aparte de esto, las edificaciones emplean revestimientos tanto interiores como exteriores en los que el uso de losas y chapas de texturas y colores variados está ampliamente extendido (Fig. 2.19). La construcción de chimeneas es también un aspecto sustancial del uso de la piedra en interiores. El panorama se completa con la utilización de solados,
en muchos casos de acabado rústico, en las zonas aledañas de vivienda, zonas ajardinadas, bordes de piscina, etc.
La demanda de estos tipos de piedra para edificación de tipo rústico ha generado la creación de empresas con un relativamente amplio catálogo de rocas, entre las que se incluyen areniscas, calizas, gneises, cuarcitas, e incluso tobas cal-
Figura 2.19. Chapado de la parte inferior c á r e a s utilizadas por su efecto de un muro de vivienda unifamiliar mediante piezas decorativo en obras de jardine-
de caliza «griotte» (Grado, Asturias). ría. Se puede indicar también aquí el uso de la «rocalla», esto
es, bloques irregulares de caliza con abundantes huecos de disolución, como un elemento común en jardinería que presenta en la actualidad un importante mercado en nuestro país. No obstante, la utilización de Piedra de Cantería para obra rústica suele estar muy ligada a la disponibilidad de tal o cual tipo de piedra característica de una región, por lo que supone en cuanto a minorización de costes de construcción.
2.2.5.2. Obra pública
Constituye el principal campo de aplicación de la piedra de construcción y supone la mayor demanda en la actualidad. Se incluye aquí el acondicionamiento de espacios, generalmente extensos, tales como plazas, calles, superficies interiores u otros, en los que se requiere un importante volumen de piezas para enlosado, adoquines (Fig. 2.20), bordillos, peldaños, así como elementos decorativos varios, tales como balaustradas, jardineras (Fig. 2.21) y fuentes. A ello se añade el revestimiento de fachadas de algunos edificios en que las exigencias arquitectónicas se resuelven con placas de acabado no estríe- Figura 2.20. Utilización de adoquines de granito tamente ornamental. de dos tonalidades para el diseño de un paso de cebra.
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PIEDRA NATURAL
Figura 2.21. Jardinera construida con piezas de granito.
Los materiales pétreos con que se abastece la demanda de estas formas de obra pública son diversos, variando según la función a que vayan dirigidos. Es extensa la utilización de losas regulares de cuarcita, pizarras, granito, areniscas de grano fino, algunas calizas, etc., como pavimentación de áreas peatonales. Para bordillos y adoquines se usan abundantemente granitos, pórfidos y cuarcitas. Es de señalar en este sentido el incremento en la utilización de adoquines preparados artificialmente, que entran en competencia con los materiales naturales tradicionales.
La preparación de piezas de piedra para la obra pública, con el volumen bastante considerable de material que supone la realización de algunos proyectos urbanísticos, suele correr a cargo de empresas de mediana entidad que suelen comercializar uno o dos productos procedentes de canteras propias. Ejemplos de esto son las empresas productoras de piedras tales como la caliza Rosa Sepúlveda, la caliza de Campaspero o las cuarcitas y pizarras de Bernardos, todas ellas situadas en la zona centro de España. A este panorama se añaden algunas empresas cuya actividad se centra en la elaboración de Roca Ornamental pulida pero que destinan parte de su producción a satisfacer la demanda de proyectos de obra pública tales como los descritos anteriormente.
2.2.5.3. Restauración
Representa un sector de cierta importancia en el uso de la Piedra de Cantería, en el que la demanda está siendo creciente en función de la potenciación de las actividades de res-
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MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
tauración del Patrimonio Arquitectónico por parte de la Administración. Son numerosas las situaciones en que el deterioro de obras monumentales obliga a una sustitución de sillares, mampuestos o piezas talladas por piedra de las mismas características que aquélla utilizada originalmente. Ello conlleva una investigación en cierta profundidad de los materiales pétreos presentes en los edificios monumentales y, allí donde sus áreas de procedencia no son bien conocidas, la búsqueda y reconocimiento de las canteras que históricamente fueron los puntos de abastecimiento o, en su caso, yacimientos de roca de similares características.
En la tabla 2.2 se presentan, de forma esquemática, los pasos sucesivos que requiere la investigación sobre las canteras de procedencia de la piedra utilizada en una determinada obra monumental. El criterio básico desde un punto de vista de eficacia en el aprovechamiento de los recursos es que dichas canteras se sitúan usualmente en un perímetro relati-
LOCALIZACIÓN DE ÁREAS DE CANTERA ABASTECEDORAS DE PIEDRA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS
- Reconocimiento de rasgos petrográficos de la(s) piedra(s) presentes en el monumento o Aspectos estructurales, texturales, composición mineralógica y geoquímica,
aspectos petrofísicos, cromatismo...
- Documentación geológica regional: Archivo de formaciones geológicas o Mapas temáticos (geológicos, Otológicos, geotécnicos, rocas y minerales
industríales) o Documentación escrita: Informes, Memorias, Publicaciones...
- Documentación sobre patrimonio histórico o Libros de "Obra y Fábrica" (asientos de material de construcción) o Pasajes sobre la historia arquitectónica o Información oral (canteros)
- Exploración/Reconocimiento de formaciones rocosas de campo o Visita a afloramientos, canteras nuevas y antiguas o Toma de muestras. Descripción de rasgos estructurales, cromáticos...
- Análisis en laboratorio del material recogido o Petrografía, Geoquímica, Petrofísica...
- Contraste/Correlación de resultados entre material recogido en campo y materiales utilizados en el monumento.
Validación de las propuestas iniciales y de la documentación histórica
Tabla 2.2. Esquema de los sucesivos estadios en la investigación de canteras abastecedoras de la piedra de construcción utilizada tradicionalmente en monumentos.
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PIEDRA NATURAL
vamente próximo (un máximo de unas decenas de kilómetros) al punto donde está ubicada la obra. Frente a casos en los cuales hay un predominio o exclusividad de un determinado tipo de roca en la construcción, hay otros en los que se aparecen dos o más tipos de roca, bien sea porque los materiales iniciales fueron siendo sustituidos a lo largo de la construcción (en algunos casos varios siglos), bien porque se utilizaron materiales distintos según su funcionalidad en la obra. Ejemplos de predominio de un tipo de roca son el conjunto monumental de la ciudad de Salamanca, donde la Arenisca o Piedra Franca de Villamayor es omnipresente, el del conjunto catedralicio de Valencia, construido con calizas tobáceas, o, fuera de nuestras fronteras, el de la ciudad de Roma, donde desde la antigua civilización romana hasta prácticamente la actualidad se ha construido con travertino de Tívoli. Por el contrario, la Catedral de Toledo presenta al menos cinco tipos distintos de materiales pétreos (calizas, dolomías, migmatitas y granitos de dos variedades) y casos parecidos se encuentran en la Catedral de Cádiz o en el conjunto monumental de Oviedo.
Al tiempo que la sustitución de piezas deterioradas debería hacerse con piedra de naturaleza similar a la original, la mejora de las características constructivas del edificio recomienda evitar materiales que presentan resistencias mecánicas desfavorables o durabilidad deficiente. Un aspecto añadido es el contraste entre el estado de alteración, en particular cromático, de las piezas de piedra existentes y las que se renuevan en la obra. Este problema genera la necesidad de efectuar actuaciones de envejecimiento acelerado de las nuevas piedras o bien la sustitución con bloques y tallas de piedra artificial o incluso hechos con productos orgánicos, postura ésta que suscita cierta polémica.
2.2.6. Caracterización y normativa de la Piedra de Cantería
La selección de un determinado tipo de roca para su utilización en la construcción es, como hemos visto en apartados anteriores, fruto de una serie de factores que, históricamente, han estado en relación con su resistencia mecánica y durabilidad, todo ello ligado a su disponibilidad en el entorno geográfico y geológico donde se realizaban las obras. La calidad de la roca era así establecida en función de la percepción del buen comportamiento de sus características que, además, condicionaban su laboreo. En la actualidad, la calidad de la piedra de construcción viene determinada por su respuesta a diferentes ensayos, comúnmente normalizados, que permiten predecir el comportamiento de la piedra ante los esfuerzos y modificaciones que puede sufrir cuando está instalada en una obra. Las propiedades a definir en la Piedra de Construcción y el tipo de ensayos con que se determinan constituyen un campo común con el de las Rocas Ornamentales, que son analizadas con mayor extensión en el apartado correspondiente, por lo que aquí son comentadas de una forma breve.
La descripción petrográfica, clasificación de la roca, color, estructura y composiciones mineralógica y química son elementos relevantes para la identificación de la piedra utilizada, adecuando su presentación en catálogos y permitiendo una percepción general de su calidad. Su comportamiento hídrico (características de absorción y desorción) y peso específico aparente configuran una serie de parámetros petrofísicos claves a la hora de predecir su alterabilidad. Los valores de coeficiente de absorción están estrechamente ligados a los
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MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
de la porosidad de la roca, variando desde valores mínimos (0,5% o menos) en pizarras y cuarcitas a más del 10% en areniscas de grano grueso, como es el caso de la Arenisca de Villamayor. La resistencia a las heladas, a los cambios térmicos y a las atmósferas contaminantes (ensayo de resistencia al dióxido de azufre) vienen cuantificados por la pérdida en peso cuando se somete la piedra a variaciones cíclicas de temperatura o a vapores que simulan atmósferas agresivas.
La resistencia al desgaste por rozamiento constituye un parámetro esencial en aquellas rocas utilizadas para la construcción de pavimentos, alcanzando los valores más bajos de pérdida ante la abrasión (mayor resistencia) en granitos, pórfidos y cuarcitas. La mayor parte de las calizas y areniscas presentan valores altos de desgaste que desaconsejan su uso como pavimentos. La resistencia a compresión, a flexotracción, al choque y el módulo elástico caracterizan el comportamiento mecánico de la roca ante las cargas a que será sometida la roca tras su instalación en obra. Las mayores resistencias a compresión se obtienen en granitos mientras que en calizas y areniscas la resistencia suele ser de un orden de magnitud menor.
Dentro del conjunto de las rocas utilizadas como Piedra de Cantería, las areniscas presentan un comportamiento un tanto particular que muy probablemente es debido a su variabilidad en condiciones secas o húmedas. Se ha comprobado una variación importante de la resistencia a compresión y flexotracción en areniscas sumergidas en agua, decreciendo tangiblemente dicha resistencia bajo esas condiciones (Megías et al., 1989).
2.2.7. Principales Piedras de Cantería en España
La compleja estructura geológica de la Península Ibérica, junto con las Islas Baleares y Canarias, favorece la presencia de una enorme variedad de tipos litológicos de muy diferentes edades que se reparten a lo largo de toda su geografía. Ello ha tenido como consecuencia el que a lo largo de los tiempos tanto prehistóricos como históricos la piedra haya sido utilizada como elemento de construcción, asistiéndose a una regionalización o uso local de los diferentes tipos de roca disponibles. Dicha regionalización del uso de la piedra aparece por supuesto controlada por las características geológicas del entorno natural, de tal forma que, por ejemplo, la arquitectura rural, urbana y monumental de Galicia está caracterizada por la presencia de granitos, cuarcitas y otras rocas metamórficas e ígneas, mientras que en Mallorca y Menorca es patente el uso de la Piedra del Mares, una caliza arenosa de edad terciaria, o en Madrid, dada la posición de esta ciudad entre los macizos graníticos y metamórficos del Sistema Central y una amplia cuenca sedimentaria, dicha arquitectura esté determinada por el uso de granitos y calizas, estas últimas con un área local de abastecimiento como son las canteras de Colmenar de Oreja. Esta multiplicidad de tipos de roca y de áreas de abastecimiento sigue patente hoy en día en la configuración del sector de la Piedra de Cantería en España. Los inventarios de tipos de piedra se van perfilando de una forma cada vez más exhaustiva con los catálogos elaborados por las distintas Comunidades Autónomas, que tienen su mejor reflejo en los editados recientemente en Castilla-León y Galicia.
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En la figura 2.22 se presenta un mapa en el que vienen indicados los puntos de extracción de Piedra de Cantería en nuestro país y las denominaciones utilizadas para los diferentes productos, denominaciones que usualmente hacen referencia a la localidad donde se ha extraído la piedra o bien a nombres acuñados por la tradición. Destaca la variedad de tipos existentes en algunas regiones, especialmente en Galicia, Andalucía, Murcia, Castilla y León, Valencia, Cataluña y Baleares.
2.2.8. Economía y mercado nacional
La extracción de Piedra de Cantería en España aparece muy atomizada en un amplio número de canteras de tamaño pequeño a mediano, unas 124 en el año 2003, según datos de la Federación Española de la Piedra Natural (FDP). Generalmente, estas explotaciones son de carácter familiar y con escaso número de operarios, usualmente no más de cinco o seis, en cada una de las empresas. En ocasiones la piedra utilizada es la resultante de los bloques más pequeños o restos de la extracción de bloques de Roca Ornamental.
Fruto de esta escasa envergadura de las empresas del sector de la Piedra de Cantería, la mecanización de las canteras y de las plantas de transformación de los bloques suele ser baja, con un marcado carácter artesanal. Así, los sistemas de extracción en cantera se suelen restringir al empleo de palas excavadoras, corte de los bloques mediante barrenos y rozadoras de brazo y, en canteras de rocas foliadas, lajado manual. El trabajo de los bloques se realiza en plantas dotadas de cortadoras de disco, telares y otros sistemas de dimensionamiento de las piezas, llevándose a cabo la terminación mediante útiles manuales o herramientas neumáticas. En cualquier caso, se puede decir que, gracias a este carácter semi-artesanal de la producción, se perpetúa la transmisión, de generación en generación, de las técnicas de elaboración de la piedra con mano de obra suficientemente cualificada.
La producción de gran parte de las empresas del sector no suele ser elevada y en muchos casos la actividad se efectúa en régimen intermitente. Los datos sobre producción total de Piedra de Cantería en nuestro país arrojan la cifra de 212.000 toneladas en 2003 (FDP),
representando este valor tan sólo el 3% de la producción total de Piedra Natural. Castilla-León, con un 60% del total, es la Comunidad que lidera la producción.
Las redes de comercialización tienen generalmente un ámbito regional, funcionando en gran parte de los casos en forma de venta directa del productor al cliente bajo pedido, lo que repercute en la irregularidad de la producción, sometida a los vaivenes de la demanda del sector de la construcción. Son muy raros los
Figura 2.23. Palés de planchones de pizarra c a s o s e n <lu e l a distribución de algún pro-para su venta como losado rústico. ducto trasciende a redes comerciales eu-
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1.-2-3.-4.-5.-6,-7.-8.-9.-10.-11.-12.-13.-14.-15.-16.-17.-18.-19.-20.-21.-22.-23.-24.-25.-26.-
P. de Puentedeume P. de Santiago P. de Noya P. de Friol P. de Meis P. del Grave P. de Boboras P. del Rosal P. Granito de Porrino Granito Blanco Tea Gris Morrazo Granito Grissal P. de Lugo P. de Blanca, P. de Baltar P. de Laza Altamira Brillo Pizarra de Valdeorras Mármol Blerzo Pizarras de Quiroga P. de Pastoriza Verde Lugo Cuarcita de Ribadeo Gris Oviedo Caliza de Bonlelles Arenisca de Villaviciosa P. de Selorio
27-30.- Caliza Griotte 31.-32.-
P. de Boñar P. de Cabezón
33-34.- P. da Brañosera 35.-36.-37.-
Arenisca de Águilas P. de Escalada P. de Sotocueva
38.-39.-40.-41.-42.-43.-44.-45.-46.-47.-48,-49,-50.-51.-52.-53.-54.-55.-56.-57.-58.-59.-60.-61,-62,-63.-64.-65,-66.-67.-68.-69,-70-
Caliza de Ungo-Nava P. de Hontoria P. de Sales P. deBaztán P. de Pitillas P. de Agreda Arenisca Ojo de Perdiz P. de la Floresta Pizarras de Uivia P. de San Vicente Pizarra de Cadaqués P. de Vilopriú Basalto de Olot P. de Folgarosa P. de Bagur P. de Bartolomé Pizarras de Montseny P. de Centellas Arenisca de Talamanca P. de Uinars P. de Alcover P. de Calafell P. de Sta. Magdalena P. Basta P. de Mosqueruela P. de Cantavieja P. de Ejulve P. de Villalba P. de Castellar P. de Fuentetodo P. de Calatorao P. de Calar P. de Cortes de A
71.-72,-73,-
P. de Teresa Rodeno P. de Borriol
74-79.- Mares 80.-81.-82-83.-84,-85.-86.-87.-88.-89.-90.-91.-92.-93,-
P. de Benlsalem P. de Son Macia P. de Santanyi P. de Monte Toro P. de Batelg P. del Cabezo Amarillo Valle Caliza de Benablón Rosahoya P. de Carayaca P. de Albarán Amarillo Duna Albamiel Amarillo Magno. Blanco
Magno 94.-95.-96.-97.-98.-99.-100. 101. 102. 103. 104. 105. 106. 107.
Lumaquela Rosada Lumaquola Montesinos Piedra de Arico Fonolita de Moya P. de Arucas P. de Juan Grande Traquita de Tindaya P. Basta Macael P. Franca P. Porcuna Arenisca de los Limos P. de Casares P. Ostionora P. de Tarifa
108. 109. 110.-111.-112. 113. 114.-115. 116. 117. 118. 119.
120-121.
122. 123. 124. 125. 126. 127. 128. 129. 130. 131. 132. 133.
134.
Granito de Gerena P. de Almonaster Granito de los Pedrcches Granito Gris Quintana Granito de las Ventas P. de Colmenar Granito Zarzalejo Granito de Becerril Granito de Alpedrete P. del Parral P. de Bemuy Granito Mlngorrla, Gris Cardeñosa Granito Rubio Cardeñosa Granito Rosa y Gris Sorihuela Granito Gris Los Santos P. de Villanueva de Y. P. de Olmedo de C. Gris Yecla P. Franca de Villamayor Pizarras de Bernardos Cuarcita de Bernardos Caliza de Campaspero P. del Villar (R.Sepúlv.) Piedra de Tamajón Piedra de Sagunto Piedra de Rocafort (Piedra tosca) Piedra de Borriol
Figura 2.22. Esquema geológico con la situación de las explotaciones de Piedra de Cantería en España y denominaciones de los diversos tipos de piedra (modificado de Regueiro y Quereda, 1994).
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ropeas o incluso de ámbito nacional. La figura del almacenista está prácticamente ausente en la comercialización de este tipo de productos, lo que redunda en una disminución del control de la calidad y en una ausencia de datos precisos sobre producción y venta. En los últimos años se observa, no obstante, una presencia más patente de productos de Piedra de Cantería en los stocks de algunas empresas medianas de distribución de Roca Ornamental, sobre todo en forma de palés de planchones para jardinería de viviendas unifamiliares (Fig. 2.23). La creciente demanda actual de este tipo de productos de bajo coste queda reflejada en el hecho de que algunas empresas mineras totalmente ajenas al sector de la piedra comercializan estériles de cantera como planchones y, caso anecdótico pero que evidencia la demanda apuntada, en la prohibición por parte de algunas administraciones del aprovechamiento privado de este tipo de recurso.
2.3. Rocas Ornamentales
2.3.1. Tipos de Rocas Ornamentales
Existen en el mercado tres grandes grupos de Rocas Ornamentales: granitos, mármoles y pizarras. Aunque estos nombres tienen una definición muy exacta desde el punto de vista de la Geología y/o Petrología, su utilización en el campo de las Rocas Ornamentales es muy ambigua y, en muchos casos, incorrecta, especialmente en el caso de los granitos y mármoles. Así, por ejemplo, muchos de los mármoles que se comercializan no son tales (calizas metamorfizadas geológicamente hablando), sino sencillamente calizas. Esto hace que muy frecuentemente exista una gran confusión con la terminología al uso, sobre todo cuando se quiere trasladar las definiciones geológicas al ámbito empresarial.
2.3.1.1. Granitos
Se define como granito ornamental, comercialmente hablando (Norma UNE EN 12670:2003), a la Piedra Natural compacta y que admite el pulido, utilizada en decoración y construcción que fundamentalmente consiste en minerales con una dureza entre 5 y 7 en la escala de Mohs, tales como el cuarzo y el feldespato, por ejemplo el granito según la definición científica, otras rocas plutónicas, rocas volcánicas con estructura porfirítica, rocas metamórficas con composición mineralógica similar a los granitoides como el gneis e incluso calizas en algunas regiones de Europa. Incluye un amplio espectro de rocas ígneas, tanto plutónicas como volcánicas (e, incluso, en ocasiones metamórficas) de composición mineralógica muy variada. Dentro de este conjunto, las rocas plutónicas (y en particular los granitos propiamente dichos) son las más representadas (90%) en las variedades comerciales de granitos ornamentales, mientras que las volcánicas (2%), filonianas (3%) y metamórficas (5%) constituyen, tan sólo, casos especiales de muy pequeña relevancia. El hecho de que ciertas rocas metamórficas, por ejemplo los gneises, también se consideren
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como granitos ornamentales se debe a que, dada su semejante mineralogía, adquieren propiedades estéticas y mecánicas comparables.
Los granitos ornamentales, al igual que otros tipos de rocas, presentan una serie de características primarias de carácter estético como son el color, tamaño de grano, textura, etc. Estas características, junto con otras generadas por la existencia de procesos geológicos de variado tipo (tectónicos, hidrotermales, meteóricos, etc.), son las que definen el comportamiento del material frente a su extracción y tratamiento en planta. Su conocimiento permite predecir, en cierta medida, la respuesta del material una vez puesto en obra, así como sus aplicaciones óptimas.
Los granitos pueden ser utilizados en la decoración, revestimientos, estructuras, etc. Debido a los nuevos procedimientos de producción y transformación, el granito admite una amplia gama de usos. Así, actualmente es utilizado en la arquitectura, tanto en el interior como en el exterior de grandes inmuebles, contribuyendo ostensiblemente a mejorar la calidad de la construcción. Algunos de los usos más frecuentes son los revestimientos interiores, solados, escaleras, chimeneas, revestimientos de baños, encimeras, muebles de uso doméstico y objetos decorativos en general. Los revestimientos exteriores es quizás el uso más extendido del granito, entendiéndose por revestimiento exterior el recubrimiento total o parcial de la fachada del edificio. Este puede perseguir un doble objetivo, por un lado dotar al edificio de una determinada apariencia estética, lo cual debe estar acorde con la configuración global del proyecto, y, por otra parte, la protección de las estructuras del mismo.
Las principales zonas de producción de granitos y similares en España se concentran en Galicia, Extremadura, Madrid, Castilla-León (Segovia y Avila) y Castilla-La Mancha (Toledo). En la figura 2.24 se muestra una vista general de una cantera de granitos próxima a Madrid.
Figura 2.24. Aspecto general de una cantera de granitos ornamentales (Bustarviejo, Madrid).
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2.3.1.2. Mármoles
Se define el mármol, comercialmente hablando (Norma UNE EN 12670:2003), como una Piedra Natural compacta y que admite el pulido, utilizada en decoración y construcción, compuesta fundamentalmente por minerales con dureza entre 3 y 4 en la escala de Mohs (tales como calcita, dolomita y serpentina), por ejemplo mármoles según la clasificación científica y mármoles cipolínicos, así como las siguientes piedras naturales, siempre que admitan el pulido a espejo: calizas, mármoles, dolomías, brechas calcáreas, travertinos y serpentinitas. Por tanto, bajo la denominación comercial de mármol se pueden incluir, además de las rocas que petrográficamente se pueden clasificar como tales, otras muchas como los travertinos, calizas y dolomías recristalizadas, etc., siempre que cumplan determinadas especificaciones físicas.
Los mármoles se utilizan fundamentalmente como revestimientos verticales y pavimentos (revestimientos horizontales) interiores y exteriores. Su utilización como elementos estructurales, estatuaría, etc., es cuantitativamente menor siendo al arte funerario al que corresponde un apreciable porcentaje de utilización.
Las principales zonas de producción en España de este tipo de materiales se localizan en Almería (Macael), Murcia y Alicante (Novelda).
2.3.1.3. Pizarras
Se define pizarra, comercialmente hablando (Norma UNE EN 12670:2003), como aquellas rocas que son fácilmente lajables en láminas delgadas a lo largo del plano de foliación resultado de una esquistosidad de flujo, causada por un metamorfismo de grado bajo o muy bajo debido a la compresión tectónica. Se diferencian de las lutitas lajosas sedimentarias en que éstas siempre abren por el plano de estratificación. Esta tipología de Roca Ornamental es la única que presenta una similitud absoluta entre la definición industrial y la geológica-petrológica. Los elementos tabulares de pizarras son fragmentos de roca cuyas principales caras son la esquistosidad natural de este tipo de rocas. La característica más llamativa de estas rocas, y que condiciona su aprovechamiento, es que poseen planos de foliación muy marcados, lo que permite fácilmente, y mediante procesos manuales o mecanizados de hienda, obtener placas de espesores milimétricos.
Los usos principales de la pizarra como Roca Ornamental, dentro del campo de la construcción, son para cubiertas en forma de tejas y para solados como baldosas y revestimientos. La excelente calidad de los yacimientos españoles de pizarras hace posible que una gran parte de la industria nacional se centre únicamente en la producción de materiales para cubiertas y tejados de edificios.
Para este tipo de usos es necesario que las pizarras cumplan una serie de condiciones. Entre ellas hay que destacar las siguientes: una fácil exfoliación en capas de espesores milimétricos, y una composición mineralógica que asegure la ausencia de determinados minerales, como los sulfuras de hierro o los carbonatos, que con el paso del tiempo podrían crear manchas de corrosión en las cubiertas o tejados. Este tipo de condiciones las cumplen la mayor parte de las formaciones pizarrosas que se explotan en España,
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MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
aunque existen algunas formaciones que, debido a sus características, se utilizan casi exclusivamente para solados.
Las principales explotaciones en España de pizarras como Roca Ornamental se sitúan en el límite entre las provincias de León y Orense (zona de Barco de Valdeorras y La Cabrera), aunque también hay explotaciones importantes, aunque cuantitativamente mucho menores, en Bernardos (Segovia) y Villar del Rey (Badajoz). En la figura 2.25 se puede observar el aspecto general de una de estas canteras de pizarras.
Figura 2.25. Cantera de pizarras en la zona de Orense-León.
2.3.2. Yacimientos de Rocas Ornamentales en España
2.3.2.1. Yacimientos de granitos
De acuerdo con el número de explotaciones y su importancia, se pueden definir tres grandes zonas productoras en la Península Ibérica: Galicia, Zona Central y Extremadura.
• Galicia La Comunidad Gallega es, por tradición y producción, la primera región española en la
obtención de granitos para uso ornamental, siendo también el lugar donde están ubicadas las principales empresas productoras. Dada la dispersión geográfica de las diferentes canteras, éstas se pueden agrupar basándose en las provincias donde se localizan.
En La Coruña existen, en la actualidad, pocas canteras en explotación, siendo la más característica la que comercializa la variedad Austral Red, en Santa Eugenia de Ribeira. En la provincia de Lugo existe una mayor concentración de explotaciones, la mayor parte de
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PIEDRA NATURAL
ellas localizadas al este y oeste de la ciudad de Lugo. En general se trata de granitos bastante semejantes entre sí, diferenciándose básicamente por las coloraciones y texturas. Como ejemplo se puede citar el granito que se extrae en el término municipal de Labrada, en el límite con la provincia de La Coruña, denominado Gris Nevada. Otros ejemplos de granitos ornamentales en la provincia de Lugo serían los denominados Parga y San Román, que se extraen en el término municipal de Parga, al oeste de Lugo.
En la provincia de Orense se comercializan diversos tipos de granitos ornamentales, todos ellos localizados en explotaciones situadas a lo largo de una banda de afloramientos plutónicos que, con dirección norte-sur y una longitud aproximada de cien kilómetros, cubren la zona central de la citada provincia. En el término municipal de Melón, límite con la provincia de Pontevedra, se obtienen las variedades Silvestre Claro y Silvestre Moreno y en las proximidades de la frontera con Portugal se extrae el Rosavel.
En cuanto a la provincia de Pontevedra, en las cercanías de la frontera con Portugal se sitúan las explotaciones de granito ornamental más importantes de Galicia y España y una de las más importantes del mundo. Están situadas, en conjunto, en el Macizo de Porrino y se extrae, entre otras variedades, el mundialmente famoso Rosa Porrino. Su explotación se lleva a cabo en el denominado Monte de Atios, donde en una superficie de alrededor de diez kilómetros cuadrados hay más de cincuenta canteras (Fig. 2.26).
• Zona Central Se encuadra dentro de la denominada Zona Centro-Ibérica, que incluye áreas con
metamorfismo de alto grado e importantes intrusiones graníticas. Existen numerosas canteras, aunque las dificultades derivadas del alto grado de fracturación y de sus frecuentes gabarros hace que su explotación sea muy intermitente, salvo contadas ocasiones. El Batolito del Sistema Central, donde se localizan las citadas explotaciones, presenta, desde el punto
Figura 2.26. Cantera de Rosa Porrino.
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MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
de vista litológico, pocas variedades composicionales, por lo que su monotonía genera una baja variabilidad en cuanto a la tipología de los granitos ornamentales explotados. Se puede asegurar que, dado el poco interés comercial que presentan por su tonalidad grisácea y por su tamaño de grano grueso, muchas de las explotaciones no existirían, o tendrían un tamaño claramente menor, si no fuese por su cercanía a un centro de gran consumo como es la ciudad de Madrid.
En la provincia de Madrid, donde se encuentran, en conjunto, las principales explotaciones de la Zona Central, destacan las situadas en el Macizo de La Cabrera. Son canteras de gran producción y donde se extraen bloques de grandes medidas en frentes de explotación de gran longitud. En ellas se comercializan las variedades denominadas Blanco Aurora, Blanco Berrocal, Blanco Castilla, Crema Cabrera y Crema Champán. Alejada geográficamente de las anteriores, aunque con características composicionales y texturales semejantes, se encuentra la explotación de Cadalso de los Vidrios, donde se comercializa el denominado Blanco Cristal.
• Extremadura Extremadura es la zona más importante de España en cuanto al número de variedades
de granitos comercializados, pues aproximadamente el 45% de los tipos comerciales se explotan en esta zona. Esto es debido a la gran diversidad litológica existente, su notable gama de texturas y el amplio espectro de coloraciones que manifiestan sus componentes minerales. Las canteras de granitos ornamentales se localizan en cuatro bandas o grandes alineaciones: (I) Sierra de Gata-Sistema Central-Navalmoral, (II) Batolito de Extremadura Central, (III) Alburquerque-Mérida-La Serena, y (IV) Olivencia-Zafra-Monesterio.
En la primera banda se comercializan, entre otros, el denominado Granito Pinto (Piornal, Cáceres) o el Cosmos (Cuacos de Yuste, Cáceres), de cierta rareza desde el punto de vista ornamental, pues se caracteriza por una estructura bandeada, muy heterogénea y claramente anisótropa. En la segunda banda se explotan variedades como el Gran Beige, Gran Gris, Albero (muy semejante al de Tuy, Pontevedra), Blanco Extremadura, Blanco Ascuéscar, Amarillo Extremadura, Azul Extremadura, Azul Platino, Azul Trujillo (Fig. 2.27) y Blanco Cáceres.
Figura 2.27. Cantera de Azul Trujillo (Trujillo, Cáceres).
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PIEDRA NATURAL
La tercera alineación, Alburquerque-Mérida-La Serena, posee variedades como el Dorado Perla, Perla, Rosa Villar, Gris Campanario o Blanco Valle. Por último, la cuarta alineación, que se extiende íntegramente en la provincia de Badajoz, posee variedades como el Rojo Guadajira, Azul Claro, Azul Ocean, Negro Nevado, Azul Barcarrota, Negro Badajoz, Negro Extremadura, Negro Ochavo, Ochavo Especial, Rosa Extremadura y Azul Guadajira.
Para finalizar con esta visión sintética de las explotaciones españolas de granito comercial, comentar que, si bien la gran mayoría de las variedades comercializadas se sitúan en las tres zonas descritas, existe también un variado número de canteras diseminadas a lo largo de la Península y que explotan tipos de rocas, como es lógico, muy diferentes. En este conjunto se pueden incluir las explotaciones situadas en Lérida, Zamora, Huelva, Sevilla, Ciudad Real y Toledo.
2.3.2.2. Yacimientos de mármoles
Dada la gran variedad de litotectos que se explotan para la obtención de mármoles ornamentales, la descripción de los principales yacimientos se va a realizar de forma muy resumida y de acuerdo con cuatro zonas geográficas que engloban la mayoría de las variedades existentes: Andalucía, País Vasco y Navarra, Murcia y Comunidad Valenciana.
En Andalucía, el ejemplo más importante y característico es el mármol de Macael (Almería). Entre las variedades que se explotan, se pueden citar el Amarillo Río, Amarillo Alga, Amarillo Triana, Anasol, Blanco Macael, Gris Macael, Negro Fantasía, Verde Macael, Veteado Río y Gris Caracanto. Otras variedades que se comercializan en Andalucía son el Blanco Ibérico, Crema Loja, Crema Nácar y Rojo Vaquero, en Granada, el Imperial y Marrón Imperial, en Sevilla, o el Verde Alga en Huelva.
En el País Vasco y Navarra se explota el mismo litotecto. Aunque las calizas, genéticamente, son muy similares en toda la zona, la gran diversidad de colores y texturas hace que se exploten un gran número de variedades diferentes. De acuerdo con el Catálogo del Sector de Rocas Ornamentales del País Vasco (1993), y según las diferentes provincias, se comercializan las siguientes variedades: Rojo Bilbao, Negro Marquina y Negro Dima (Vizcaya), y Rosa Duquesa, Gris Deba, Gris Duquesa, Gris Arriaran y Negro Irura (Guipúzcoa). En cuanto a Navarra, están el Gris Batzan y el Rojo Batzan.
En la Comunidad de Murcia se extraen mármoles que, según su coloración, se pueden agrupar en tres categorías (Ordóñez y García del Cura, 1995): 1) Mármoles cremas: los principales tipos comercializados son el Crema Levante, Crema
Lorca, Crema Marfil Zafra, Crema Perla y Crema Sierra Puerta. 2) Mármoles rojos: las principales variedades son el Rojo Coralito y el Rojo Cehegín. 3) Mármoles grises: las principales variedades son el Gris Cehegín, Gris Serpiente y Gris
Sierra Elvira. En la Comunidad Valenciana existen importantes explotaciones, pudiéndose men
cionar, por su importancia y alta valoración en el mercado, las de la provincia de Alicante. Destaca la variedad Crema Marfil, producto bandera de Alicante y con un gran yacimiento, el Monte Coto Pinoso (Fig. 2.28). El Crema Marfil se trabaja fundamen-
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MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
Figura 2.28. Cantera de Crema Marfil en Monte Coto Pinoso.
talmente en los centros marmolistas de Novelda, Monóvar, Monforte del Cid y La Romana, así como en el mismo yacimiento de Pinoso.
El Crema Marfil es un material que necesita, comúnmente, algunos tratamientos para mejorar sus características naturales. Posee buen comportamiento para ser utilizado en interiores, tanto como revestimiento como en pavimentos. La existencia de un gran yacimiento considerablemente homogéneo es un factor clave para su éxito comercial (Ordóñez y García del Cura, 1995). Este mármol representa más del 80% de la producción de Alicante y es, posiblemente, el más vendido de todos los mármoles que se extraen en España. La explotación del yacimiento comenzó hace ya cuarenta años, si bien en los últimos años ha experimentado un aumento progresivo que lo convierte en el más importante centro productor de mármoles comerciales en España.
Otra variedad importante de la Comunidad Valenciana es la que se comercializa con la denominación de Rojo Alicante. Se explota fundamentalmente en la cantera de Cavarrasa (Fig. 2.29), en el término municipal de Monóvar.
2.3.2.3. Yacimientos de pizarras
En España, principal productor mundial de esta Roca Ornamental (que se exporta, incluso, a países como Holanda o Gran Bretaña, con una tradición de siglos en la utilización de pizarras para techar), el material que se explota en la mayoría de las canteras presenta unas características composicionales y texturales muy semejantes. Este hecho es debido a
Figura 2.29. Cantera de Rojo Alicante.
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PIEDRA NATURAL
las dos características básicas que debe cumplir el producto: por un lado su facilidad para separarse en lajas, carácter impermeable, etc., y, por otra parte, los requerimientos ornamentales que debe poseer (p.e. ausencia de manchas con el paso del tiempo).
El litotecto principal es la formación de pizarras de Luarca, que muestra unas características notablemente homogéneas en las zonas Asturoccidental Leonesa y Centroibérica del Macizo Ibérico. Sobre él se encuentran yacimientos de pizarra negra, de grano medio a fino, fácilmente exfoliables y con contenido variable en sulfuras oxidables.
En Valdeorras (Orense) y en la zona de La Cabrera (León) se localizan las principales explotaciones de la Península, así como los más importantes centros de manufactura del producto final. Fuera de esta gran zona, sin duda la de mayor interés en España, las pizarras también se explotan con cierta importancia en Bernardos (Segovia) (Fig. 2.30) y Villar del Rey (Badajoz).
2.3.3. Técnicas de arranque
La extracción de las Rocas Ornamentales constituye un caso especial, dentro de la explotación de los Recursos Minerales, en cuanto a las técnicas de arranque que se utilizan. No así en relación a los métodos de explotación, por lo que en este epígrafe se va a hacer especial hincapié en las citadas técnicas de arranque, ya que la casi totalidad de ellas están diseñadas única y exclusivamente para el sector de las Rocas Ornamentales.
En cuanto a los métodos de explotación, siguen unas pautas que son compartidas, en general, por la mayoría de los Recursos Minerales. En la actualidad, la producción se obtiene en explotaciones a cielo abierto o subterráneas, a las que genéricamente se las
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conoce por canteras. Las explotaciones de superficie están constituidas por excavaciones tridimensionales por banqueo, pudiendo clasificarse, atendiendo a las características del terreno donde se encuentran, en diferentes categorías (López Jimeno, 1995): (a) canteras en foso sobre terrenos llanos, (b) canteras en ladera sobre terrenos en pendiente y (c) canteras de nivelación en terrenos montañosos. La explotación subterránea de estos productos, la otra alternativa y cada vez más frecuente, se lleva a cabo especialmente por dos razones: por costes, debido a la presencia de ratios muy elevados, y por cuestiones medioambientales, ya que la cada vez más restrictiva legislación medioambiental hace que este método se esté convirtiendo en casi la única alternativa.
La utilización de la minería subterránea resuelve, pues, uno de los principales problemas medioambientales que se generan con la explotación de las Rocas Ornamentales, que no es otro que la gran cantidad de estériles que se generan durante la extracción. Aunque no existen datos concretos y fidedignos, el material que se aprovecha no suele superar entre el 10 y el 25%, según el tipo de Roca Ornamental, lo que significa, en otras palabras, que más del 80%, como media, del material que se extrae acaba en la escombrera, siendo ésta un aditamento común a cualquier explotación de estas características (Fig. 2.31). La explotación subterránea, por ejemplo, es ya común en la zona de Valdeorras-El Bierzo, existiendo en la actualidad cuatro canteras subterráneas de estas características.
La elección de la técnica de arranque a utilizar en una cantera de Roca Ornamental depende de muchos factores, pero, básicamente, son los aspectos relativos a las características propias de la roca (dureza, abrasividad, etc.) los que determinan finalmente la citada elección, todo ello, lógicamente, con el objetivo de que el coste por unidad de superficie cortada sea el menor posible.
Figura 2.31. Escombrera originada en la explotación de una cantera de pizarras.
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Existen, como se verá a continuación, diversas técnicas de arranque en cantera, siendo lo más común que coexistan, en una misma explotación, al menos dos de ellas. En este apartado se van a describir sintéticamente los principales equipos de extracción, desde los clásicos, algunos de los cuales están cada vez más en desuso, como la lanza térmica, hasta los más utilizados en la actualidad, como el hilo diamantado. Aunque no se puede establecer de forma estricta una clara relación entre un tipo determinado de Roca Ornamental y un método de arranque concreto, sí es cierto que las Rocas Ornamentales de tipo carbonático (mármoles y calizas) suelen extraerse principalmente con herramientas diamantadas, mientras que en las de carácter silíceo (granitos, etc.) todavía se utilizan métodos como la perforación y voladura y la lanza térmica, sobre todo en los primeros estadios de definición de los bloques primarios, aunque cada vez más se tiende a la utilización del hilo diamantado de forma casi generalizada.
2.3.3.1. Lanza térmica
Hasta hace pocos años, el corte de las caras verticales para la independización de los bloques primarios, en rocas silíceas, se llevaba a cabo con la lanza térmica, produciéndose la desintegración por dilatación térmica diferencial de los diferentes componentes de la roca.
El equipo está constituido por una lanza, de longitud variable, que funciona como si se tratase de un soplete de gran tamaño. La lanza la maneja un operario, que la mantiene en el plano de corte deseado con un ángulo aproximado de 60° (Fig. 2.32).
Figura 2.32. Operario manejando la lanza térmica.
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MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
Como ya se comentó, la lanza térmica cada vez se utiliza menos, quedando relegada exclusivamente al corte de bancos de pequeño tamaño o en situaciones de difícil acceso para otro tipo de maquinaria. Las razones son básicamente dos: (a) el alto de nivel de ruido que genera y el polvo y, sobre todo, calor del ambiente de trabajo, y (b) la pérdida de material que se produce a ambos lados del corte, que puede llegar a ser de 20 cm. En la figura 2.33 se muestra el aspecto que presenta la roca cuando ha sido cortada con la lanza térmica.
2.3.3.2. Hilo diamantado
El hilo diamantado constituye, hoy en día y probablemente durante los próximos años, el método de corte más utilizado en las canteras de Rocas Ornamentales, tanto si se trata de canteras de mármol como de granitos o pizarras. Las ventajas de su utilización son muy variadas: alta velocidad y calidad de corte, corte de grandes dimensiones, poca supervisión del trabajo, bajos costes de inversión, bajo nivel de ruido, etc. Por ello, casi todas las canteras utilizan este equipo, especialmente cuando se trata de definir el bloque primario y subsiguientes (Fig. 2.34).
El hilo diamantado, que comenzó a utilizarse a finales de los años setenta, está formado por un cable trenzado de hilos de acero, de 5 mm de diámetro, sobre el cual están insertados varios anillos diamantados, denominados perlinas, con un diámetro de 10 u 11 mm. Las perlinas están, normalmente, separadas por plástico inyectado, que protege el cable de acero de la acción abrasiva del lodo y facilita la evacuación del agua y lodos del corte. Se montan en equipos eléctricos con poleas que permiten la circulación del hilo diamantado y
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Figura 2.34. Delimitación en granitos, con hilo diamantado, del bloque primario y sucesivas subdivisiones de éste.
el corte de la roca, pudiendo realizarse, con los equipos modernos, tanto cortes verticales como horizontales.
El precio del hilo diamantado es, lógicamente, muy variado, en función del tipo, características, etc., pero un precio medio es del orden de 120-150 euros por metro. En cuanto a las velocidades de corte y rendimiento, también varían mucho, en este caso en función del material a cortar. Como datos aproximativos se puede decir que el hilo diamantado presenta, en mármoles, velocidades medias de 10-12 m2/h y rendimientos medios de 80-100 m2/m, en granitos de 3-4 m2/h y 8-10 m2/m y en pizarras de 6-8 m2/h y 10-12 m2/m, respectivamente.
Aunque al principio se han citado diversas ventajas de este método de arranque, sin duda alguna la facilidad de manejo, las mínimas pérdidas de material y el reducido nivel de ruido son las razones fundamentales por las que esta técnica ha desplazado notoriamente a otros métodos de arranque.
2.3.3.3. Perforación y voladura
Otro método utilizado, sobre todo con el objetivo de independizar un gran bloque de roca, es el de la perforación y voladura. La perforación se realiza mediante barrenos paralelos situados en los planos de corte, que se llevan a cabo con perforadoras cortabloques de uno o varios martillos, definiéndose el espaciamiento entre barrenos en función de las propiedades de las rocas y de las características de la carga de explosivo. En ocasiones, los barrenos que se utilizan llevan unas entalladuras que permiten abrir unas hendiduras para facilitar la apertura del plano de roca.
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Figura 2.35. Aspecto de un cordón detonante de 6 g/m.
En cuanto a los explosivos, en España se utilizan, principalmente, la pólvora negra y el cordón detonante. Este último es, posiblemente, el más utilizado, y consiste en un cordón que contiene un explosivo de alta velocidad de detonación, la pentrita, rodeado por varias capas de hilados y fibras textiles, con un recubrimiento exterior de cloruro de polivinilo que permite que tenga unas características adecuadas de flexibilidad, impermeabilidad y resistencia a la tracción y a la humedad (Fig. 2.35). El cordón detonante se caracteriza por su potencia, que es función del contenido en explosivo por metro, siendo los más utilizados los de 6 y 12 gramos de pentrita por metro de cordón detonante.
2.3.3.4. Rozadora de brazo
El origen de las rozadoras de brazo se encuentra en la minería del carbón y de las sales potásicas, habiéndose extendido al sector de las Rocas Ornamentales como consecuencia de los avances logrados en las herramientas de corte, primero de carburo de tungsteno y después diamantadas (López Jimeno, 1995). Se utilizan principalmente en las canteras de mármol, pues la abrasividad de los materiales silíceos desaconseja su aplicación en granitos u otras rocas de composición parecida.
El equipo se configura con una máquina que se desliza sobre unos carriles mediante un sistema de piñón cremallera. Dicha máquina incorpora un brazo, con longitud aproximada de 3 m, que dispone de hasta 70 plaquitas diamantadas. La profundidad de corte está en función de la longitud del brazo, que, en general y según los modelos, oscila entre 1 y 3 m. La refrigeración se lleva a cabo con agua, que permite tanto la propia refrigeración del brazo como la evacuación de los detritus producidos durante el proceso de corte. Estas
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máquinas pueden realizar cortes en posición horizontal o vertical. En la figura 2.36 se muestra un equipo de estas características.
2.3.3.5. Corte con disco
Al igual que sucede con las rozadoras de brazo, los equipos de corte con disco permiten obtener desde el principio los bloques sin necesidad de recurrir a sucesivas etapas de división, aunque presentan grandes limitaciones de aplicación por la escasa profundidad de corte, generalmente de 40 a 60 cm como máximo.
Los equipos consisten, básicamente, en unos discos cortadores, diamantados en el caso de mármoles y calizas y de metal duro cuando se trata de rocas más blandas, montados sobre una máquina desplazada sobre carri- F ¡ g u r a 2.35. Rozadora de brazo, les, teniendo los discos diámetros entre 1,5 y 3 m. Dadas las características del equipo de corte, los bancos de explotación deben ser bajos y disponer de amplias plataformas de trabajo.
2.3.3.6. Cufias manuales
El empleo de cuñas insertadas en barrenos es una de las técnicas más antiguas para la extracción de bloques de Roca Ornamental, pues ya se utilizaba en la antigua Grecia. La técnica consiste en la introducción manual, a través de sucesivos golpes con un martillo, de un conjunto de cuñas alineadas en el bloque, diseñándose la posición de los taladros frecuentemente a partir de grietas, direcciones preferenciales de fractura, etc., y produciéndose la rotura de los bloques por tracción.
Este método de trabajo se utiliza tanto en las canteras de mármol como en las de granito, teniendo como objetivo prioritario la definición de los bloques finales o comerciales. En la figura 2.37 se puede observar la citada definición con el uso de las cuñas manuales.
2.3.3.7. Chorro de agua
La tecnología de chorro de agua se basa en la disgregación de las rocas bajo la acción de un chorro de agua a alta velocidad, impulsada por una bomba de alta presión. La erosión que provoca el chorro está relacionada fundamentalmente con las. - - —
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Figura 2.37. Establecimiento de los bloques comerciales con la técnica de las cuñas manuales.
microdiscontinuidades de la roca. Se trata de una técnica más de futuro que de presente, pues todavía no ha conseguido desplazar a los equipos más convencionales como el hilo diamantado. Sin embargo, sí se utiliza con cierta frecuencia para la manufactura final del producto (Fig. 2.38).
La principal ventaja de este método reside en los aspectos medioambientales, pues los niveles de emisión de ruido y polvo son mucho menores, no se generan vibraciones y las condiciones de trabajo son más cómodas seguras. Por ello, se puede afirmar que la combinación óptima de técnicas de extracción, por ejemplo para el granito, en un futuro próximo, será la constituida por el hilo diamantado (cortes primarios fundamentalmente) y chorro de agua (cortes secundarios y escuadrado de bloques) (López Jimeno, 1995).
Figura 2.38. Máquina de chorro de agua para la manufactura de la Roca Ornamental.
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2.3.3.8. Maquinaria auxiliar
Además de alguno o algunos de los equipos de corte citados anteriormente, toda cantera de Roca Ornamental posee también un conjunto de maquinaria auxiliar imprescindible para el correcto funcionamiento de la misma, especialmente desde el punto de vista del máximo rendimiento y seguridad. Dentro de esta maquinaria, se puede citar, como elemento más relevante, la pala de ruedas.
La pala de ruedas se utiliza con fines muy variados, desde el transporte del estéril o bloques comerciales (Fig. 2.39), hasta la incorporación en ella de los brazos de empuje.
Uno de los procesos necesarios para la obtención de los bloques comerciales es el vuelco previo de los bloques de mayor tamaño, para, una vez realizado dicho volcado, poder llevar a cabo el diseño final. Este proceso de volcado se puede realizar de muy diversas formas, pudiéndose citar, como ejemplos, la utilización de los brazos de empuje y los empujadores de almohadilla.
El brazo de empuje se monta en una pala de ruedas y permite el volcado del bloque sobre la cama, una vez introducida la cuña que posee en el plano de corte y efectuado el proceso de empuje con la pala de ruedas. Incluso existen ya en la actualidad brazos accionados hidráulicamente que permiten contrarrestar la reacción del empuje.
En cuanto a los empujadores de almohadilla, se trata, como su propio nombre indica, de delgadas almohadillas en las que se introduce agua o aire a presión, lo que provoca su inflado y, por tanto, aumento de volumen, con objeto de facilitar el vuelco. La almohadilla, antes de su inflado, se introduce en la cara abierta obtenida, por ejemplo, con el corte con hilo diamantado. En la figura 2.40 se puede observar una de estas almohadillas ya utilizada.
2.3.4. Tipos de acabado
Como se comentó en el apartado dedicado al desbaste, labra y terminaciones de la piedra, los diferentes acabados existentes en el mercado (apomazado, flameado, escafilado, etc.) se llevan a cabo, de igual forma, tanto en la Piedra de Cantería como en las Ro-
Figura 2.39. Pala de ruedas transportando un bloque comercial.
Figura 2.40. Almohadilla para el empuje de los bloques.
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cas Ornamentales, existiendo sólo, en principio, una excepción a esta regla, que es el pulido. Por ello, y puesto que ya se describieron en el citado apartado los diversos tipos de acabados, aquí únicamente comentar de forma muy breve los aspectos relativos al pulido.
El proceso de pulido tiene por objetivo obtener superficies planas, lisas y con un aspecto brillante característico de este tipo de acabado, que destaca la estructura, color y textura de la piedra. Aunque la maquinaria para realizar este trabajo puede ser muy variada, en general se trata de trenes continuos de pulido que llevan incorporados sucesivos cabezales con muelas abrasivas. El producto que va a ser pulido va pasando sucesivamente por los diferentes cabezales, cada uno de los cuales monta muelas con materiales abrasivos decrecientes en tamaño, de tal forma que en cada paso se va produciendo un incremento de la finura del pulido, hasta alcanzar el aspecto final deseado. En la actualidad se utiliza principalmente el abrasivo diamantado, que permite acortar tiempos y conseguir resultados espectaculares, a la vez que minimiza las fuerzas de trabajo para personas y máquinas con el consiguiente beneficio.
El pulido es, en muchos casos, el único acabado que se lleva a cabo en la Roca Ornamental, por lo que es muy frecuente, en las fábricas que realizan este proceso, la presencia de grandes máquinas que permiten obtener este acabado de forma económicamente rentable, dadas las altas inversiones económicas y de consumo de energía eléctrica que supone su desarrollo.
2.3.5. Elaboración de la pizarra
Todo lo expuesto con anterioridad en cuanto a explotación y técnicas de arranque es válido para cualquier tipo de Roca Ornamental. Sin embargo, en el tema de los acabados, lo descrito sólo es aplicable, en general, a los granitos y los mármoles, pues las pizarras, ya que su fin último es, básicamente, el techado, presentan unas características muy específicas en lo relativo a su manufactura en la fábrica. Por ello, a continuación se describe resumidamente los principales pasos que tienen lugar hasta la obtención del producto final. En conjunto se puede hablar de cuatro etapas: exfoliado primario, corte, labrado y formateado.
2.3.5.1. Exfoliado primario
Constituye el primer paso y consiste en la división del bloque extraído en cantera (rachón) en lajas de un máximo de 35 cm de grosor (Fig. 2.41), que es el tamaño con el que mejor trabajan, posteriormente, las sierras de corte. Para ello, las características naturales de la pizarra son determinantes, pues permiten que esta primera división se pueda llevar a cabo correctamente y con facilidad. Para obtener estas lajas se suelen utilizar martillos neumáticos o cuñas.
2.3.5.2. Corte
Para esta fase se emplean, básicamente, sierras de corte con disco diamantado. El objetivo es obtener bloques aptos para la siguiente fase del proceso, para lo cual se definen, con
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PIEDRA NATURAL
Figura 2.41. División del rachón de pizarra para su corte posterior.
la citada sierra de corte, paralelepípedos más o menos regulares y con dimensiones ya próximas al formato final (Fig. 2.42). Normalmente primero se cortan en tiras y luego perpendicularmente, hasta obtener los bloques deseados.
Figura 2.42. Cortabloques con las dos sierras (vertical y horizontal).
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2.3.5.3. Labrado
Esta operación, que consiste en la obtención de finas láminas de pizarra con pocos milímetros de espesor, se realiza todavía de forma totalmente artesanal, por lo que la experiencia y capacitación del operario (labrador) es fundamental. Las herramientas utilizadas suelen ser el martillo y el cincel y en el trabajo se aprovechan los planos de exfoliación de la pizarra. Los trozos obtenidos son ya, en sí, el producto final.
2.3.5.4. Formateado
Con este proceso se da a la lámina de pizarra el tamaño comercial, en función de los requerimientos del comprador, existiendo, en general, cinco formatos clásicos: rectangular, redondeado, ojival (Fig. 2.43), rombo y media luna. Las máquinas que se utilizan pueden ser de diferentes tipos, pero las más comunes son las tijeras, troqueladoras, cortadoras o punzonadoras.
Una vez obtenida la pizarra con el formato deseado, se clasifica y almacena en palets para su posterior distribución.
En cuanto a los acabados, el más común, cuando se trata de pizarras para techar, es el natural, es decir, el obtenido tras el proceso de hienda. Sin embargo, cuando el uso final va a ser la pavimentación o revestimiento, también se ofrecen posibilidades de acabado como el apomazado o el envejecido.
Figura 2.43. Proceso de formateado para obtener el diseño en ojiva.
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2.3.6. Mercado nacional e internacional
La extracción de Rocas Ornamentales, en cualquiera de sus tres variedades principales, constituye, en la actualidad, una de las actividades mineras más importantes en España. La clásica minería metálica y del carbón, que durante siglos fue la actividad minera por excelencia en nuestro país, ha ido dejando paso, en las dos últimas décadas, a esta nueva minería que, año tras año, ha ido aumentando su producción hasta alcanzar cotas que la convierten en un mercado clave, tanto a nivel interno como externo. Para hacerse una idea de esta importancia, baste decir que España es, hoy en día, el primer productor mundial de granitos y pizarras y el segundo en mármoles. Esta tendencia es muy probable que se mantenga, al menos a corto plazo, dada la pujanza y crecimiento del sector, aunque la irrupción en el mercado de países con economías emergentes, caso de China o India, probablemente haga peligrar esta posición dominante en el ranking mundial.
2.3.6.1. Producción
En España existen 834 canteras en explotación (FDP, 2004 -todos los datos de este apartado están tomados de esta fuente de información y corresponden al año 2003-), de las que se extraen las diferentes variedades que se comercializan. De esta cifra, 168 son canteras productoras de granito, estando la mayoría concentradas en Galicia, sobre todo en la comarca de Porrino (Pontevedra), siguiéndoles, en orden de importancia, Madrid y Extremadura. En cuanto al mármol, existen 466 canteras productoras, que se concentran básicamente en Alicante, Almería y Murcia. Por último, las canteras dedicadas a la explotación de pizarras son 122 y se encuentran mayoritariamente en la comarca de Valdeorras (Galicia) y el Bierzo (León), existiendo también otras explotaciones en Segovia, Extremadura y Huelva. Por su parte, las empresas destinadas a la extracción se pueden cifrar en 624 , que proporcionan trabajo directo a 6.055 empleados.
En cuanto a la producción de Rocas Ornamentales por Comunidades Autónomas, existen dos Comunidades Autónomas, Galicia y Andalucía, que copan más del 50% de la producción total. La causa es el predominio de Galicia en la extracción de granitos y pizarras y de Andalucía en la de mármoles. Un segundo grupo en importancia lo constituirían las Comunidades Autónomas de Valencia, Murcia y Castilla-León, mientras que el resto quedaría con producciones de carácter casi testimonial.
Si se analizan los datos de las producciones en España en la última década para los granitos, mármoles y pizarras, se pueden extraer las siguientes conclusiones: O La producción, en toneladas, de las Rocas Ornamentales ha aumentado vertiginosamen
te en el periodo citado. Este aumento es muy importante para los granitos y pizarras (aproximadamente el 100% para cada una de ellas) y no cabría decir menos que espectacular en el caso de los mármoles (500%).
O Si se analiza el valor en euros de dicha producción, el aumento es aún más notorio. La producción de granito y pizarra, aproximadamente, triplica su valor, mientras que la de mármol casi lo cuadruplica.
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O En cuanto a la importación, salvo en el caso del granito, en el que la importación, en toneladas, alcanza un tercio del valor de la producción propia, el resto de Rocas Ornamentales (mármoles y pizarras) apenas importan producto, es decir, casi la totalidad de lo que se comercializa, tanto en el mercado interior como para la exportación, procede de explotaciones españolas.
O La exportación es un mercado de importancia variable según el tipo de Roca Ornamental. Así, por ejemplo, se puede considerar como de importancia no muy alta en el caso de los mármoles (sólo se exporta el 20% de lo que se produce, en toneladas), de importancia alta para lo granitos (se exporta del orden del 50% de la cantidad producida) y vital para la pizarras (casi el 60% de la producción va dirigida al mercado exterior). Para finalizar con este epígrafe dedicado a la producción de Rocas Ornamentales, ofre
cer algunos datos relativos a la elaboración, factor éste clave pues es el que ofrece un mayor valor añadido. En lo que se refiere conjuntamente a todos los materiales, existen en España 772 fábricas, repartidas, según tipo de Roca Ornamental, de la siguiente forma: 119 para el granito, 542 para el mármol y 111 para las pizarras. Estas fábricas producen 24.041.612 m2 de granito, 60.150.300 m2 de mármol y 802.200 toneladas de pizarras.
Este gran número de fábricas se traduce en una enorme cantidad de empleo proporcionado por este sector, que supera los 27.000 trabajadores. En esta cifra están incluidos tanto la industria auxiliar, como las empresas dedicadas al arte funerario y afines. Merece una mención aparte el sector del arte funerario, debido al gran valor añadido de sus productos, ya que existen unas 3.000 empresas, la mayoría de ellas de tipo familiar, que proporcionan unos 15.000 empleos.
Por último, citar que la facturación del sector de la Piedra Natural ascendió a 3.465 millones de euros para el año 2003, siendo el aporte de cada uno de los grupos el siguiente: 62% para el mármol, 28% para el granito y 10% para la pizarra.
2.3.6.2. Comercio exterior
Anteriormente se ha comentado que España ocupa un papel predominante en el mercado mundial de las Rocas Ornamentales y que las exportaciones, en general, son un factor muy importante en la producción. Por tanto, resulta imprescindible, en una visión global, ofrecer información del citado comercio exterior. De acuerdo con las cifras que ofrece el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) para el año 2002, se pueden establecer las siguientes conclusiones de carácter sintético: O Los valores de las exportaciones e importaciones hacen que el saldo de la balanza
comercial sea positivo. O Por forma de presentación y venta, la Roca Ornamental en bruto, en cantidad, representa
casi el 45% de las exportaciones, aunque sólo el 27% en valor, siendo la forma elaborada la que concentra casi las tres cuartas partes del total, debido al tratamiento y el valor añadido que adquiere la piedra.
O El mármol, en su conjunto, es la Roca Ornamental de la que menos toneladas se exporta, pero es la que más ingresos genera en valor de exportación. Inversamente, el granito es
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PIEDRA NATURAL
la piedra que más se exporta en cantidad, pero la que menos ingresos reporta. O Francia, Italia y Alemania son los principales clientes de los exportadores españoles,
existiendo una concentración muy grande en los países compradores, ya que los cinco primeros países demandantes de estos productos aglutinan alrededor del 50% del total de las exportaciones.
2.3.7. Caracterización y normativa de las Rocas Ornamentales
Para poder evaluar la idoneidad de una Roca Ornamental, en función del uso al que vaya a estar destinada, es necesario conocer sus características, tanto petrográficas como físicas, químicas o mecánicas, todo ello con el objetivo de evitar que, en el futuro, la respuesta de la roca a los agentes agresivos externos (contaminación, humedad, agentes biológicos, etc.) lleve consigo su alteración y degradación.
A continuación se van a describir, de forma sucinta, las principales características que, en la actualidad, se consideran como básicas para poder definir el citado comportamiento futuro del material, así como los ensayos necesarios para su correcta normalización, ensayos que sirven de "norma" para que los fabricantes, consumidores y Administración tengan unas pautas concretas de comportamiento sobre el tema. En este sentido es importante resaltar que, para la Piedra Natural, continuamente se están desechando normas antiguas y publicando otras nuevas, por lo que cualquier persona interesada muy directamente en el tema deberá, para cada momento, consultar el estado actual de la norma o normas que le interese acudiendo a AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación), que es la empresa encargada de su redacción y publicación. En realidad, pocas normas de cierta antigüedad están aún vigentes, siendo el periodo comprendido entre 1999 y 2003 muy activo en el proceso de sustitución, tal como se podrá observar en los apartados específicos, principalmente debido a la adaptación de las normas al mercado europeo y el establecimiento del marcado CE.
A modo de resumen, en la tabla 2.3 (Llopis, 1995) se muestra la importancia que tienen algunas características de la roca en cuanto al tipo de utilización en la construcción.
2.3.7.1. Descripción petrográfica
La descripción petrográfica, es decir, los componentes mineralógicos y sus relaciones texturales, es una característica básica, pues permite conocer aspectos fundamentales para el futuro comportamiento de la roca, como son, por ejemplo, la porosidad, fisuración, presencia de minerales fácilmente alterables, etc. Su caracterización se establece con la norma UNE EN 12407:2001.-Métodos de ensayo para piedra natural. Estudio petrográfico. Puesto que la descripción petrográfica es un aspecto de carácter básico, también es necesario comentar la existencia de dos normas más relativas a la definición, en general, de la Piedra Natural, que son la UNE EN 12440:2001.- Piedra natural. Denominación de la piedra natural y la UNE EN 12670:2003.- Piedra natural. Terminología.
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MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
2.3.7.2. Peso específico aparente y coeficiente de absorción de agua
Estas dos características tienen un comportamiento inverso. Cuanto mayor sea el peso específico aparente, menor es la porosidad y, por tanto, menor es la capacidad que tiene la roca para absorber agua. El coeficiente de absorción de agua es muy importante, pues determinará el comportamiento de aquellos materiales que van a ser colocados en situaciones de intemperie o en contacto con el agua.
Son varias las normas que afectan al cálculo de estos parámetros: UNE EN 1936:1999.-Métodos de ensayo para piedra natural. Determinación de la densidad real y aparente y de la porosidad abierta y total, UNE EN 1925: 1999.- Métodos de ensayo para piedra natural. Determinación del coeficiente de absorción de agua por capilaridad y UNE EN 13755:2002.- Métodos de ensayo para piedra natural. Determinación de la absorción de agua a presión atmosférica.
2.3.7.3. Resistencia a compresión
Este parámetro debe establecerse siempre que la roca vaya a estar sometida a cargas elevadas. La norma de aplicación es la UNE EN 1926:1999.- Métodos de ensayo para piedra natural. Determinación de la resistencia a compresión.
2.3.7.4. Resistencia a flexión
La resistencia a flexión resulta imprescindible en las pizarras para techar y en algunos usos de los mármoles y granitos cortados en placas (p.e. peldaños de escaleras). La normas correspondientes son la UNE EN 13161:2002.- Métodos de ensayo para piedra natural. Determinación de la resistencia a la flexión a momento constante y la UNE EN 12372/ AC:2003.- Métodos de ensayo para piedra natural. Determinación de la resistencia a la flexión bajo carga concentrada.
2.3.7.5. Resistencia al choque
Este valor es importante para una roca que vaya a ser utilizada en solados, peldaños de escaleras, encimeras, mostradores, etc., aunque, en muchas ocasiones, la roca rompe mas por un esfuerzo de flexión u otro efecto de rotura que por la propia caída de un objeto.
Dado que todavía no existe una norma europea (EN), siguen estando vigentes las anteriores: normas UNE para granitos, mármoles y pizarras (22-179, 22-189 y 22-196, respectivamente).
2.3.7.6. Resistencia a las heladas
Este parámetro toma gran relevancia cuando se trata de rocas expuestas a la intemperie, especialmente en zonas geográficas que presentan un clima húmedo y frío. La norma a utilizar es la UNE EN 12371:2002.- Métodos de ensayo para piedra natural. Determinación de la resistencia a la heladicidad.
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PIEDRA NATURAL
Tabla 2.3. Importancia de las
características tecnológicas
de la piedra natural
en relación con sus
aplicaciones en construcción.
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MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
2.3.7.7. Resistencia al desgaste
La resistencia al desgaste tiene una notable importancia en rocas que vayan a utilizarse en pavimentos, mientras que para el resto de los usos resulta poco o nada significativa. Todavía no existe una norma europea, aunque parece ser que pronto se va a aprobar, siendo, por tanto, necesario acudir a las todavía vigentes: normas UNE (22-173 para granitos, 22-183 para mármoles y 22-192 para pizarras).
2.3.7.8. Resistencia a los cambios térmicos
Este parámetro sirve para conocer el comportamiento de los materiales cuando están expuestos a la intemperie, determinándose a partir de sucesivos ciclos de sequedad-humedad. En cuanto a las normas UNE, no existen para el granito y los mármoles, siendo, por tanto, la única guía la correspondiente a la de las pizarras (22-197). Existe un proyecto de norma europea (prEN 14066) que verá la luz próximamente.
2.3.7.9. Microdureza Knoop
Este ensayo mide la resistencia de la roca a ser penetrada por una punta de diamante tallada en forma de pirámide, siendo un ensayo cuya máxima aplicabilidad se encuentra en aquellas rocas que van a ser talladas y pulidas. Se emplea, básicamente, en rocas de carácter carbonático (mármoles) pues son las únicas que presentan una cierta homogeneidad mineralógica. Todavía está vigente la norma UNE 22-188, aunque ya existe un proyecto de norma europea (prEN 14205).
2.3.7.10. Otros ensayos
Existen otros parámetros, como la resistencia al S02 (importante en rocas que van a estar sometidas a ambientes urbanos de gran contaminación), la resistencia al anclaje o la resistencia a la cristalización de sales, que, según el tipo de Roca Ornamental y las circunstancias de su utilización, pueden tener gran importancia. Para la resistencia al S02 ya existe la norma europea UNE EN 13919:2003.- Métodos de ensayo para piedra natural. Determinación de la resistencia al envejecimiento por la acción de S02 en presencia de humedad, para la resistencia al anclaje existe la UNE EN 13364:2002.- Métodos de ensayo para piedra natural. Determinación de la carga de rotura para anclajes, y para la cristalización de sales la norma UNE EN 12370:1999.- Métodos de ensayo para piedra natural. Determinación de la resistencia a la cristalización de sales.
Por último comentar que también están publicadas normas europeas que afectan a diferentes usos de la piedra natural, como por ejemplo bordillos o adoquines, y que no se especifican aquí por no hacer demasiado extensa esta temática.
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PIEDRA NATURAL
2.3.7.11. Marcado CE
El marcado CE de Piedra Natural para pavimento exterior es de obligado cumplimiento desde el 1 de Octubre de 2003, por lo que a partir de esta fecha los productos deberán disponer obligatoriamente del marcado CE para su legal utilización y comercialización. También está muy cercana la aprobación para otros usos, por lo que es de suponer que, en un futuro muy cercano, todos los productos relacionados con la Piedra Natural deban de llevar su correspondiente marcado CE. Todo el trabajo que se ha realizado, y que aún continúa realizándose, se ha llevado a cabo por diversos comités técnicos, entre ellos el CEN/TC 246 "Piedra Natural" y el CEN/TC 178 "Unidades para pavimentos y bordillos".
2.4. Piedra artificial
No existe, para este producto, una terminología técnica concreta, pues se trata de un material cuya utilización, a gran escala, es relativamente reciente. Se podría definir como una piedra "natural", pues los componentes básicos para su fabricación son fragmentos de rocas ornamentales (principalmente mármoles y rocas silíceas), obtenida a partir de un proceso, denominado Bretonstone, que utiliza, además de los citados fragmentos, colorantes, aditivos y otros compuestos, todos ellos unidos por una resina de poliéster.
Este producto, en realidad, no debería de incluirse en el presente capítulo del libro, denominado Piedra Natural, pero el hecho de que, como se ha comentado, el principal componente del material sea la Roca Ornamental, permite ubicarlo aquí de forma probablemente acertada.
Aunque se le denomine piedra artificial, y con este nombre se le citará siempre, no existe en absoluto un consenso sobre el término, pudiéndose encontrar numerosas denominaciones en las empresas que lo fabrican y/o lo comercializan: mármol aglomerado, mármol reconstituido, superficie de cuarzo, cuarzo compuesto, aglomerado de sílice, producto lapídeo compuesto y algunas más. En España existen, principalmente, dos empresas que lo fabrican, MármolCompac y Silestone, estando también este producto, como es lógico, presente en el extranjero (p.e. Quarella, Caesarstone y Rover Stone). En cuanto a sus aplicaciones, la piedra artificial va dirigida, básicamente, al mercado de los revestimientos, tanto interiores como exteriores, por lo que constituye una clara competencia a la Piedra Natural.
Por último, y antes de entrar en el proceso de fabricación, comentar que las materias primas que se utilizan en su manufactura son los fragmentos de mármol o sílice, según el producto y en proporciones que oscilan entre el 90% y el 95%, las resinas de poliéster (5%-10%) y pequeñas cantidades de polvo de mármol, pigmentos o colorantes y otros aditivos (acelerantes, catalizadores, etc.).
2.4.1. Proceso de fabricación
El proceso de fabricación sigue unas pautas, a grandes rasgos, comunes en todas las empresas, lo cual es lógico dado que tienen que ajustarse al método Bretonstone. De forma
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