Post on 11-Aug-2015
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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA
LA EDUCACIÓN SUPERIOR
UNIVERSIDAD FERMIN TORO
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
ESCUELA DE DERCHO
BARQUISIMETO – EDO. LARA
Fundamentos del Derecho
Constitucional
Alumna:
Arguiro Derteano
Saia C
V-15. 776.256
Simón Bolívar y la Constitución
No es nada fácil abordar un tema que tenga que ver con nuestra Carta
Magna. Es una tarea harto difícil. Ella es inmensamente rica en detalles
republicanos y ciudadanos. El mismísimo Presidente, lamentablemente
fallecido, lo pregonaba por el mundo. Se hace mucho más delicado, cuando
involucramos al Libertador Simón Bolívar. No obstante, pienso que en estos
tiempos del siglo XXI, donde la mayoría de los países en el mundo expresan
sus opiniones libremente, creo oportuno abordar, o más bien resaltar, algunas
consideraciones que a mi juicio creo son pertinentes. Mire usted mi
apreciado(a) lector(a) lo que señalaba nuestro magnánimo Libertador por allá
a finales del siglo IX: “Cuando más me elevo tanto más hondo se ofrece el
abismo”. Entiendo que se refería al exceso de poder de los líderes y luego la
declinación. Y en función de esta máxima bolivariana, releo nuestra Carta
Magna y en su artículo 21 reza: “Todas las personas son iguales ante la
ley…”. Esto me lleva a revisar las innumerables páginas de los periódicos y
observo, sin perder el control, reflexivo, las noticias relativas a casos, según
los cuales, no hay investigación, o al menos no hay mayor información.
Mientras que en otros casos se desbordan las pasiones. Nuevamente miro
atrás, el Art 21.
En consideración a estas reseñas periodísticas, me encuentro con otro
pensamiento del hombre más grande de América, Simón Bolívar: “Elegid por
magistrados a los más virtuosos de nuestros ciudadanos”. Y según
informaciones matutinas, en nuestros tribunales un gran porcentaje son jueces
provisorios. Obviamente, que esto no significa que no sean virtuosos. Pero
algo está pasando. Por ejemplo, el artículo 255 de nuestra Constitución
expresa: “El ingreso a la carrera judicial y el ascenso de los jueces o juezas se
hará por concursos de oposición públicos…”. Al menos quien esto escribe, no
ha visto esta acción. No lo he percibido desde hace buen rato. Ni en público ni
en privado.
Por otro lado, reviso una perla de pensamiento del Libertador: “El gran
poder existe en la fuerza irresistible del amor”. Nada más y nada menos. Pero,
lamentablemente observamos estupefactos, a muchos líderes venezolanos – no
me interesa un rábano el liderazgo externo -, vociferar a viva voz contra
hermanos conterráneos, amenazas, amedrentamientos, insultos, entre otros
peyorativos no menos denigrantes. La mismísima Constitución establece, en su
artículo 48, numeral 2: “Toda persona se presume inocente mientras no se pruebe lo
contrario”. Pero aquí, en la Patria de Bolívar, vemos y oímos tildar de asesino, bandido o
delincuente a otro venezolano.
El Libertador señalaba: “El modo de gobernar bien es el emplear
hombres honrados, aunque sean enemigos”. Por qué “carrizo” no
mancomunamos esfuerzos para sacar a Venezuela donde la tenemos? ¿Acaso
nos estamos encegueciendo por la pasión? Y cierro con dos citas, el artículo 3
de la Constitución Bolivariana de Venezuela, reza: “El Estado tiene como
fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su
dignidad… La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para
alcanzar dichos fines”. Y esta perla de nuestro Libertador Simón Bolívar:
“Formémonos una patria a toda costa y todo lo demás será tolerable”.
Será en esta sociedad, durante el período republicano donde surge la
preocupación y necesidad por conocer y valorar la historia, y, en la cual "hubo
afán de hacer historia durante los años iniciales de la República, mas el numen
que guió a los trabajadores estuvo circunscrito a las grandes hazañas de la
epopeya emancipadora"; lideradas por la figura de su Excelencia el Libertador
Simón Bolívar, a través de un discurso emancipador, poseedor para la
época, de una alta carga revolucionaria, nutrida con los hechos populares-
reivindicativos, personificados en su mayoría por los grupos de color: pardos,
mulatos, indios, zambos, negros, etc., a parte de la Conspiración de los
Mantuanos, de 1808, la cual fracasó, y las cartas que desde Londres escribía
Francisco de Miranda al Cabildo caraqueño y al Marqués del Toro en 1809
incitándoles a formar una Junta de Gobierno con plena autonomía política-
administrativa los cuales, son descalificados y desconocido por una
historiografía mediática, falseadora de la realidad, que niega todo accionar del
"pueblo llano", de "los grupos populares" que precedieron el estallido de
aquel 19 de abril de 1810, al ser catalogados como simples "revueltas" o
hechos "vandálicos" de "hordas salvajes" sin ninguna dirección y formación.
Expresiones con las cuales pretenden "borrar de un plumazo" de la memoria
histórica del colectivo venezolano, del hombre común, del "pata en el suelo" y
"sin camisa" la realidad de los hechos. Imponiendo la denominada "Historia
de los Vencedores".
Con éste –discurso- estos "trabajadores", trataban o tratan de "... conservar
glorias que de establecer y explicar hechos" o sucesos efectuados en el país,
durante el desarrollo del llamado proceso emancipador, para acentuar en la
sociedad venezolana del momento una conciencia histórica que repercutiría en
la concertación de un verdadero sentimiento de patria.
Apoyados en la inculcación de ciertos valores fundamentales, tales como:
a. El concepto de nación-patria.
b. El culto heroico.
c. El criollo, noción imprecisa que estuvo originalmente destinada a operar
en una fase de definición negativa de la conciencia nacional.
d. La cultura criolla, como expresión de lo nacional independiente, y
e. La valoración liberal del pueblo.
Al respecto, Germán Carrera Damas (1980) señala que estos trabajadores, de
las primeras producciones historiográficas, construyen su discurso:
... sobre las narraciones de testigos-actores de la Emancipación, cuyo carácter
bélico, sumado al hecho de que sólo recogiesen jirones de todo el proceso y a
las circunstancias postbélicas en que fueron historiadas, condujeron
naturalmente al predominio absoluto de la narrativa épica, muy acorde, por
otra parte, con el tono del romanticismo literario que campeaba. Pero no es
esto lo más notable de esa historiografía. Sus significados más reveladores
habría que buscarlos por una parte en su contenido ideológico, acorde con las
circunstancias de la sociedad venezolana de la época, y en la fijación de una
vez por todas de determinadas características metodológicas cuyo influjo aún
se muestra poderosamente en la historiografía venezolana...
Igualmente, Germán Carrera Damas, -una vez más- en el Tomo I de su
Historia de la Historiografía... nos delimita temporalmente el inicio de la
historiografía en Venezuela.
Al exponer que:
La historiografía de la Emancipación marca el nacimiento de la historiografía
venezolana propiamente dicha, tanto en razón del acontecer histórico concreto
como de su expresión en la conciencia histórica. Pero subsiste una dificultad,
nutrida por la distancia que media entre estos primeros planteamientos de lo
que sería una temprana conciencia histórica venezolana, todavía más intuida
que fundamentada, todavía más aspiración que práctica, pero documentable, y
lo que sería la definitiva floración de ella a partir, aproximadamente, de la
década del cuarenta del siglo XIX, con la obra de Rafael María Baralt,
valorada como presentación sistemática de la nueva conciencia histórica,
fundada en una reinterpretación del período colonial y de buena parte de la
historia de Europa.
Con ello evidencia, el grado de influencia que generó el pensamiento
historiográfico europeo, en el territorio venezolano, en aquellos –
"trabajadores"- que se dedicaron a la labor historiográfica, pero de la cual,
según aclaratoria del Dr. Germán Carrera Damas:
... sólo se podría hablar de historiografía venezolana a partir del momento
cuando los venezolanos comenzaron a verse a sí mismos, en sentido temporal
y espacial, como venezolanos, y no como súbditos del rey de España o como
españoles de América; tampoco como americanos, sino específicamente
cuando comenzaron a verse a sí mismos, en perspectiva histórica como
venezolanos, diferenciándose positivamente de cualesquiera otros contextos.
1. El pueblo venezolano a raíz del 19 de abril de 1810, estaría impulsando
su AUTODETERMINACIÓN, de Libertad, Independencia y Soberanía;
(principios fundamentales para la construcción de una nueva República)
acción que hoy más que nunca debemos todos, emular e impulsar para
evitar ser, sujetos de pretensiones NEOCOLONIALISTAS-
IMPERIALISTAS, fundamentadas por la "Doctrina Monroe" y
representadas por la bota norteña de los Estados Unidos de Norte
América, recordemos aquel pensamiento lapidario de nuestro Simón
Bolívar, expuesto en comunicación enviada a Patrick Campbell,
encargado de negocios de Inglaterra en Bogotá, escrita en Guayaquil, el
5 de agosto de 1829 en la cual expresa " Los Estados Unidos, (…)
parecen destinados por la Providencia para plagar a la América de
miserias a nombre de la Libertad".
Los hechos del 19 de abril de 1810, sería el Movimiento que inicia en
Caracas el proceso histórico de la Independencia de Venezuela, al ser
destituidas las autoridades españolas y sustituidas por una Junta de
Gobierno a la cabeza de la cual figuran los 2 alcaldes del Cabildo
Municipal, ese día el Cabildo Municipal ejerció el primer acto de
soberanía popular deponiendo a las autoridades españolas presididas por
el Gobernador y Capitán General, Don Vicente Ignacio Antonio Ramón
de Emparan y Orbe, pero de esta acción protagonizada por el grupo
detentor del poder económico colonial, amerita las siguientes
interrogantes: a) ¿Porqué éste acto de fidelidad a la Corona
metropolitana?, b) ¿A caso sería más que un acto de disimulación
política, o sería tal vez una estrategia de persuasión, en espera de la
coyuntura política necesaria para impulsar realmente la ruptura
definitiva con el nexo colonial?, c) ¿Oh sería el primer acto en que se
evidencia la Crisis de la Conciencia Criolla, venezolana?. En razón de
ello, consideramos que "siempre será posible discutir sobre si se trató de
estratagema o de argucia. Probablemente abundarán buenas razones en
uno u otro sentido" no se olvide que son hecho sociales, los cuales
tienen que ser captados por la visión acuciosa y abstracta del
historiador, para ser sometidos al análisis crítico propiamente dicho,
apegado –insisto en esto- a la rigurosidad del método histórico.
Por ello, "quizá sea más productivo indagar sobre las condiciones que
hacían necesaria una u otra alternativas o ambas, combinadas según
momentos y personajes". "Pero cualquiera que sea la justificación del
explícito lealtismo del 19 de Abril de 1810, se desemboca en una misma
comprobación: la ausencia de una auténtica conciencia monárquica"
correlacionada con la conciencia cristiana católica, es decir la
invocación de uno suscita de inmediato la del otro. Esto bien podría ser
argumentado y sujeto a estudio, pues en la mentalidad del momento se
planteaba la diatriba de "Se es en Dios como se es en el Rey" quizás
aquí, con esta aseveración estaría la clave que permita la comprensión
del hecho histórico en su complejidad.
Hecho en el cual, la mentalidad criolla del momento, vio que la crisis de
la monarquía española, representó una gran amenaza para su posición
como clase dominante, por cuanto faltaba la clave de la estructura de
poder, que bien podría desvanecerse. "Este fue el caso de Venezuela:
los criollos comprendieron que su condición de clase dominante se vería
comprometida si se debilitaba la estructura de poder fundada en la
conciencia monárquica" por esta razón aquel 19 de abril de 1810, la
Junta Suprema de Gobierno se declararía Conservadora de los
Derechos del Rey Fernando VII, desconociendo la autoridad del
Consejo de la Regencia. Pues "los mantuanos fueron partidarios de que
dicha junta se convirtiera en permanente. Los españoles se oponían a
esa pretensión, porque ella significaba compartir el poder con los
criollos". De la misma manera
los mantuanos rechazaron toda vinculación con Francisco de Miranda:
el 24 de octubre el marqués del Toro le entregó al capitán general una
carta que desde Londres le había escrito Miranda el 20 de julio, en la
cual le incitaba a promover la instalación de una junta en Caracas a
través del Cabildo Municipal y a ponerse luego de acuerdo con los
cabildos de Santa Fe de Bogotá y de Quito para lograr, decía Miranda,
‘nuestra salvación e independencia’
En otro orden de idea, este 19 de abril de 1810, aportaría elementos
necesarios que cambiarían la historia política venezolana, a partir de
aquí, ya no sería lo mismo, pues se estaría preparando la acción
participativa y protagónica del pueblo que en esta fecha vio vulnerado
sus sueños por intereses clasistas del momento, que fue utilizado al
arengar a viva voz contra Emparan "No lo queremos" acción que bien
puede ser catalogado como el primer acto de referéndum popular, que la
historia política-electoral bien podría tomar como antecedentes, pues
allí, está plasmado a pesar de la intención, el espíritu participativo de un
pueblo a decidir los cambios políticos inmediatos.
Una vez que se dan los hechos del 19 de abril de 1810, con sus
consecuencias inmediatas, de orden social, político, militar y
económico; comienza en el país el proceso de agudización de la lucha
por la libertad e igualdad, en la cual estará presente a lo largo de todo el
proceso las contradicciones dialécticas que serán el elemento
dinamizador de la Emancipación venezolana. Impulsados por un
conjunto de factores, tales como: a) las ideas del movimiento de la
Revolución Francesa (1789) que llegarían a Venezuela de manera
indirecta, b) por una acentuada decadencia del poder metropolitano, c)
por una complejidad ideológica, en correspondencia a los intereses de
clases, bajo la versión ideológica: antillana, francesa y española, y d)
por el surgimiento sistemático y progresivo de una conciencia nacional
y de clase a lo largo del proceso revolucionario. Hasta el estallido bélico
como expresión de la crisis que justificaría el replanteamiento integral
de la sociedad colonial venezolana.
Con este señalamiento estaríamos entrando en la última parte de estas
consideraciones, en la cual se daría respuesta a la segunda interrogante
de este ensayo historiográfico, -al hecho histórico-, a la Aproximación a
la Comprensión Lógica del Discurso de Angostura.
2. II.- Visión Histórica-Historiográfica de los Hechos Precedentes al
Congreso de Angostura.
A la luz de todos estos hechos, recogidos ampliamente por la
historiografía venezolana, es en donde se resalta la figura antropológica
de Simón Bolívar, no tan sólo por su accionar militar, sino por la
claridad de visión política e histórica, que alcanzó su madurez en el
proceso directo de los hechos, en su cotidianidad, lo que demuestra,
como él, logró entender las particularidades de su momento histórico.
Esto lo manifiesta en cada una de sus intervenciones de manera
progresiva y sistemática.
Por lo cual, una vez que Simón Bolívar efectúa el Análisis Crítico de la
situación del país, tanto en el orden: socioeconómico, táctico militar,
político administrativo, geopolítico e ideológico, entre otros., expuestos
en un conjunto de Comunicaciones y Discursos precedentes al Discurso
de Angostura, en los cuales deja ver su preocupación por el país y los
motivos que incidieron en las perdidas de la Primera y Segunda
República; Bolívar plantea con urgencia en el año de 1818 ante el
Consejo de Estado, la convocatoria a elecciones de un grupo de
Ciudadanos, a efectuarse el 22 de octubre del mismo año, quienes en su
roll de Diputados por las provincias de Caracas, Barcelona, Margarita,
Cumaná, Barinas y Guayana, instalarían el Segundo Congreso Nacional
Constituyente, con el cual se diera una salida constitucional a la crisis
del país y se demostrara al mundo la capacidad que se tenía para
organizar y poner en marcha el Poder Legislativo, a pesar que no
contaban con el control de todo el territorio, porque ello, "…además de
asegurar el respeto por parte de los extraños, daba una sensación de
seguridad a los que se habían acogido al régimen republicano". Sobre la
base de estas justificaciones, Bolívar logra que los Diputados electos
instalaran el 15 de febrero de 1819, en Santo Tomé de Angostura (hoy
Ciudad Bolívar), provincia de Guayana, el Congreso de Angostura, en
el que legaría para los estudios históricos-historiográficos venezolanos y
del mundo el tratado sociológico, filosófico, político-constituyente y
educativo en el que se expresa el pensamiento más acabado del
momento para la llamada Gran Colombia y algunos países hermanos.
Este discurso es conocido con el nombre de Discurso de Angostura, en
el cual Simón Bolívar reconoce y exalta la Soberanía Nacional, al
señalar
Señor. ¡Dichoso el Ciudadano que bajo el escudo de las armas de su
mando ha convocado la Soberanía Nacional para que ejerza su
voluntad! Yo, pues, me cuento entre los seres más favorecidos de la
Divina Providencia, ya que he tenido el honor de reunir a los
Representantes del Pueblo de Venezuela en este Augusto Congreso,
fuente de la Autoridad legítima, depósito de la voluntad soberana y
árbitro del Destino de la Nación.
Ya con estas palabras, se deja ver el ideario revolucionario sociopopular
del Libertador, quien no sólo quería un pueblo libre y fuerte, quería un
pueblo con hombres virtuosos e ilustrados, para que los códigos sociales
no resultaran "obras muertas". En razón de ello expresó
…a veces son los hombres, no los principios, los que forman los
Gobiernos. Los códigos, los sistemas, los estatutos por sabios que sean
son obras muertas que poco influyen sobre las sociedades: ¡hombres
virtuosos, hombres patriotas, hombres ilustrados constituyen las
Repúblicas!
Esto explica el porqué de la propuesta del establecimiento del poder
moral "cuya función era grandiosa, abrir camino al hombre
Sudamericano que Tocqueville nos pinta en su Democracia en América
lleno de vicios… y otros males.
Para Bolívar la construcción de una gran sociedad, debe reposar en el
pilar moral, visto como el poder que permita deslastrarse de las malas
costumbres, de los vicios y dependencias del hombre hispanoamericano.
Para el logro de tal visión, se inspira en el antiguo cuerpo de leyes de las
culturas clásicas: Grecia y Roma, y de manera consciente propone ante
el Congreso Constituyente reunido en Angostura un nuevo poder, el
Poder Moral que ejercería una autoridad plena e independiente sobre
las costumbres públicas y sobre la primera educación, bajo la figura
compuesta por dos cámaras: Moral y Educación. Lo que representaría la
figura de el Areópago, tomado de la sociedad Griega Ateniense y de los
guardianes de las costumbres Romana tomaría sus Censores y
Tribunales Domésticos y de Esparta sus austeros establecimientos o
instituciones, con lo que se formaría, -para Bolívar- tres manantiales
una fuente de virtud para dar a la República de la Gran Colombia una
"…cuarta potestad cuyo dominio sea la infancia y el corazón de los
hombres, el espíritu público, las buenas costumbres y la moral
Republicana"
Pero esta propuesta fue rechazada por los constituyentes, quienes
después de acalorados debates decidieron que para su aplicación era
necesario "…consultar la opinión de los sabios de todos los países por
medio de la imprenta. Hacer algunos ensayos parciales y reunir hechos
que comprobasen las ventajas o los perjuicios de esta nueva
institución…" por lo que se decretó que la propuesta del Poder Moral se
publicase como Apéndice de la Constitución con la intención de que los
ciudadanos del mundo pudiesen considerarla y comunicasen sus
opiniones.
Hoy día el Poder Moral, tan solo en Venezuela, tras una espera de 180
años, es una realidad, -¡es letra constitucional!- desde la Constituyente
de 1999. En ella se analizó y se tomó la propuesta de Bolívar, por la
gran necesidad de crear instituciones que se ocupasen de velar por
superar la deteriorada salud moral de nuestro pueblo. Donde la realidad
sociopolítica de la Venezuela contemporánea nos ha evidenciado
"…que los vicios subsisten cuando la sociedad no está alerta, y que la
corrupción (…) el tráfico de influencia, el peculado, florecen lo mismo
en las dictaduras que en las democracias".
Sobre la base de este señalamiento, ofrecido por el Dr. Ramón J
Velásquez, el cual compartimos, se considera necesario observar que
estos flagelos, han estado presentes en la Venezuela de ayer al igual que
están en la Venezuela de hoy. Estos fueron uno de los tantos males que
enfrentó, enjuició y denunció el Libertador. Contra los cuales tomó
medidas considerables, quizás algunas coherentes y otras pocas
coherentes, pero todas tras la búsqueda de subsanar tal situación, es por
ello su insistencia ante el Congreso Constituyente de Angostura de la
conjugación del Poder Moral con el Educativo, indispensables para el
buen ejercicio del gobierno. Por ello señaló "la educación popular debe
ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y
luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras
primeras necesidades". Esta es una de las ideas que hoy tienen mayor
vigencia en nuestra contemporaneidad y, a la cual se le ha dado vital
importancia para la refundación del país.
Más cuando se está plenamente convencido, que el Libertador tenía
absoluta razón al pensar y hacer la autocrítica sociológica referente a la
forma de dominio o esclavitud, a la cual el "Pueblo Americano" "uncido
(…) al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos
podido adquirir, ni saber, ni poder, ni virtud".
Por ello, nuestro Libertador, entiende que para construir una nueva
Sociedad, con nuevos fundamentos, exigía la aplicación de una nueva
filosofía educativa. "Él quería forjar una sociedad más humana, en la
cual el hombre no fuese un simple instrumento de dominación política,
y esto no es posible sin la educación". Pero no era una educación
concebida de modo parcial, como mera formación técnica, sino coma
actividad integral, de formación del ciudadano, donde participen como
entes directrices el Estado y la familia, pues el hombre es o será lo que
se haga de él en el sistema de instrucción.
Por tal razón, el Libertador, entendió el papel fundamental del binomio
social moral y luces, para la preparación del ciudadano. Por ello
Barboza de la Torre, al analizar el ideario educativo de Bolívar,
concluye que él, siempre colocó
…la moral exactamente al lado de la Educación, al momento de
hablarle a un Congreso revolucionario constituyente, (…) y que lo
dijese el hombre fuerte y poderoso que tenía pendiente (sic) de la
cintura una espada, constituye un acontecimiento extraordinario, donde
el protagonista rutilaba ante ojos y oídos colmados de asombro
de cada uno de los asistentes a tal importante acto constituyente.
Quienes oyeron de boca del Libertador afirmar que
Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio
se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es
la hija de las tinieblas; un Pueblo ignorante es un instrumento ciego de
su propia destrucción…
Ambos conceptos: Moral y Educación, expuestos ante el Congreso de
Angostura no han perdido vigencia. Y ellos van a ser, en lo sucesivo
una constante propuesta de Bolívar, en sus escritos y discursos para el
desarrollo del proyecto legislativo.
Nuestro Libertador tuvo un concepto muy elevado de los principios
educativos y morales, para él, eran grandes y significativos, de allí que
en sus documentos sean estos, eslabón principal de sus ideas.
Sus juicios en aspectos fundamentales del vivir latinoamericano,
mantienen actualidad y muchos de los problemas que el Libertador tenía
planteado como gobernante en 1819 o en 1827, siguen vigente. Por ello,
se hace necesario recordar que el Libertador Simón Bolívar con unja
gran claridad y proyección en el tiempo señaló: "un pueblo pervertido si
alcanza su Libertad muy pronto vuelve a perderla; porque en vano se
esforzarán en mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la
virtud…
3. III. La Moral y lo Educativo en el Pensamiento de Bolívar.
A 176 años de la desaparición física de Simón Bolívar, aquel fatídico 17
de diciembre de 1830. Hoy más que nunca su grito de libertad, su denso
y profundo pensamiento, siguen perdurando en América, con un
lenguaje de nitidez y transparencia admirable que lo ha llevado a
remontar las auras del tiempo, prolongándose no únicamente en su
época, sino en la nuestra, por esta razón se le ha atribuido poseedor de
una visión futurista y hasta apocalíptica. Con lo que se reafirma, una
vez más que la historia es la "ciencia de los hombres en el tiempo".
Simón Bolívar (1783-1830) tal vez no tuviera para algunos crítico o
detractores la refinada cultura de Miranda, ni los conocimientos
militares de San Martín, pero su pasión por la independencia de
América, su carismático poder de convicción, sus ideas sobre la
integración, la moral y la educación, la fuerza contundente de sus
palabras y accionar al igual que la firmeza de su pluma, entre otras,
hicieron en él, el símbolo y la voz de la libertad Americana, tal como lo
comprendió el apóstol de la Revolución Cubana, José Julián Martí
(1863-1895) en su momento. Al señalar en una de sus obras
Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay
hombres que padecen como en agonía cuando ven que los hombres
viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta
cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando
hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el
decoro de muchos hombres. Esos son los que se revelan con fuerza
terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es
robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de
hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres
son sagrados. Bolívar de Venezuela; San Martín del río de la Plata;
Hidalgo de México. Se les debe perdonar sus errores, por que el bien
que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más
perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El
sol tiene manchas. Los desgraciados no hablan más que de las manchas.
Los agradecidos hablan de la luz.
Es innegable la influencia que ejercieron en Simón Bolívar el
pensamiento de sus maestros, y los acontecimientos sociales de la época
que ocurría en el territorio venezolano al igual que en otras latitudes,
pero de la influencia de sus maestros, de todos ellos se resalta la figura
de Simón Carreño Rodríguez, -el Robinson de América- quien se
encargó de su educación, dejando honda huella en su pensamiento y
personalidad, con lo que se evidencia que los grandes hombres se nutren
del pensamiento que refleja la realidad del Mundo y de la praxis que
desarrollan las virtualidades progresivas de la historia en
correspondencia con su tiempo. En razón de ello, entre el retumbar de
los cascos de los caballos y el olor acre de la pólvora, protagonizaría
Bolívar al lado de los grupos populares, la gente de color del pueblo
llano, algunas de las acciones más hermosas y proféticas del acontecer
sociohistórico político y moral de Hispanoamérica para los siglo XVIII
y XIX, proyectadas todas ellas a la actualidad.
Por ello recordamos una vez, uno de los postulados del maestro,
combatiente y revolucionario, Marc Bloch, -historiador francés-, quien
señalaría que "la incomprensión del presente nace fatalmente de la
ignorancia del pasado. Pero no es, quizás, menos vano esforzarse por
comprender el pasado si no se sabe nada del presente".