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RELIGIOSIDAD POPULAR
“La religiosidad cuando es genuina, tiene como fuente la fe y, por lo tanto, tiene que ser
apreciada y favorecida”.
San Juan Pablo II.1
Proemio.
La transmisión de la fe cristiana, presupone elementos culturales, cosmológicos,
ritos; propio de las culturas. Hablar de la religiosidad popular, es hablar de una
herencia de vida, de una forma de vivir y relacionar con Dios y los hombres.
La religiosidad popular es una realidad más tangible que conceptual, ya que esta
expresa la vivencia de la fe en un pueblo concreto, muy rara vez se preocupa por
especular sus contenidos sistemáticos, lógicos, doctrinales, dogmaticos, de la fe.
Reflexionar en torno a esta forma de expresar y vivir la fe de forma espontánea y
comunitaria, nos lleva a ver las diferentes tradiciones ancestrales de orden festivo y
comunitario que se han mesclado con la fe cristina, traída por los europeos a
América latina.
Antes de la colonización, se tenía muy en claro la “sapiencia popular”, como uno de
los recursos invaluables del pueblo indígena, afro, caribeño; ya que sus
cosmovisiones y experiencias de fe, entablan una relación con la naturaleza, como
madre que alberga la vida y la comunidad; hay que recordar también que, a esta
vivencia, se suman un cierto tipo de visiones supersticiosas de la fe, que deben ser
purificadas para tener en claro el sentido de trascendencia.
Estamos conscientes que; el hombre religioso también es un ser histórico; como
resultado de un proceso cultural sincrético en que se mesclan las diferentes etapas
1 Catholic.net; La religiosidad popular, herramienta de expresión
de la historia como es la conquista y la colonización, más que nostalgia y
resentimiento de la forma en que fue asumida la fe, es la herencia de esta, como
vida e identidad.
A la religiosidad popular hay que mirarla a través de la cosmovisión, del mito y del
rito, cuestión opuesta a la europea que parten de la razón y de la ética. Lo que
podemos converger, es que; en ambas buscan la trascendencia del hombre. Lo que
hoy conocemos, es fruto de un sincretismo de lo autóctono con lo occidental, que
requiere una asistencia pastoral teológicamente madura, con criterios firmes y
profundos; para que el evangelio se encarne en la cultura y en la vida de todas las
personas.
Ante la simbiosis cultural, en el que más ha salid favorecido es el cristianismo, ya
que los elementos expresivos de la religión ancestral termina adquiriendo un nuevo
sentido, al que llamamos inculturación, en el que, el cristianismo es auténtico y a la
vez cultural local.
Con las premisas ates mencionadas, podemos decir que: toda manifestación de lo
sagrado es importante, todo rito, mito, creencia o figura divina; refleja el anhelo más
grande del hombre; trascender. “Resulta difícil imaginar cómo podría funcionar el
espíritu humano sin la convicción de que existe algo indestructiblemente real en el
mundo, y es posible imaginar cómo podría haberse manifestado la consciencia sin
conferir una significación a los impulsos y las experiencias del hombre. La
conciencia de un mundo real y significativo está íntimamente ligada al
descubrimiento de los sagrado”.2
Aquello que le hace vivir humanamente al hombre es la experiencia de Dios (desde
una perspectiva Cristiana Católica) o de lo sagrado, es decir, los actos humanos
tienen sentido y/o valor sacramental.
2 <HISTORIA DE LAS CREENCIAS Y LAS IDEAS RELIGIOSAS I; DE LA EDAD DE PIEDRA A LOS MISTERIOS DE ELEUSIS>.-
Mircea Eliade.- pág. 17
Ser o hacerse hombre significa ser “religioso” (Mircea Eliade). Este, desde que
apareció sobre la faz de la tierra y tomó conciencia sobre sí mismo, ha iniciado una
sedienta búsqueda de aquella fuente de vida y verdad; razón el cual se ha
preguntado a sí mismo ¿De dónde viene? ¿Hacia dónde va? ¿Qué hay más allá del
firmamento? Ante estas preguntas, la religión (politeísmo, monoteísmo) no solo
pretende dar una respuesta a este tipo de interrogantes, sino también, dar sentido a
la vida, dar nombre al ser que la sustenta.
1. La religiosidad popular en la historia
La promesa, la Fe en Dios manifestada en diferentes formas, ritos y símbolos;
sustentan la realización de la vida personal y comunitaria de un pueblo.
El Evangelio de Jesús, como norma de vida personal y comunitaria, sin duda
alguna representa el ideal del Reino de Dios, este Evangelio se hace vida a partir
de la experiencia de los seguidores de Cristo, que lo anuncian rápidamente con sus
testimonios de vida, las reuniones comunitarias en torno al pan eucaristico y la
meditación de la palabra, el sentido de alteridad, el bien común, (Cfr. Hch) la
edificación de templos, el nacimiento de cultos en honor a los santos, etc. Posibilitó
a que la Fe se universalidad y se haga norma de vida.
El sentido religioso y el sentido evangélico, estaba muy claro en los primeros
cristianos, en especial Pablo, cuando proclama que; Dios habita en la comunidad,
ya que esta forma ell Cuerpo de Cristo. Al pasar los siglos, el cristianismo trajo el
culto y la cultura al imperio Romano con Constantino en el siglo IV.3
La práctica religiosa de los primeros cristianos, fue madurando y adquiriendo
nuevos matices como: peregrinaciones, procesiones, los autos – sacramentales, la
veneración de reliquias de algunos santos, etc. Expresiones que se dieron en
Europa, mientras que, en América Latina hubo un doble trabajo, por un lado
3 Cfr. < LA RELIGIOSIDAD POPULAREN EL DOCUMENTO DE PUEBLA>.- Pbro. Javier Hernández.-
Pág. 2
aprovechar todo lo que se pudiera ya que el pueblo se ha caracterizado por su
riqueza cultural y ancestral tanto en su cosmovision y en su práctica, sobre todo
aprovechar lo que tenía de religioso y sentido trascendental; y por otro, purificar
todo aquello que se opusiera, complicara o confundiera la transmisión del mensaje
en forma clara y pedagógica (dogmatica o doctrinal). A lo que está fue más a n
adoctrinamiento.
2. La religiosidad popular en: Medellín, Puebla, Santo Domingo y
Aparecida
Dios ha escogido lo humilde y sencillo para hacerlo grande y confundir a los
poderosos del mundo. (Cfr. ) a lo largo de historia, el referente humano de progreso
y de desarrollo ha sido occidente, a partir de la razón griega, el derecho romano y el
monoteísmo hebreo; han posibilitado el desarrollo no sólo de la sociedad sino
también de la religion; en este caso el cristianismo. Este que logró pasar de ser una
religión perseguida a una privilegiada con Constantino y por ende oficial. Cuestión
que llevo a negar la vivencia religiosa de los demás pueblos, ya que se veía como
algo negativo a la religión oficial. Realidad que empezó a cambiar a partir del
Concilio Vaticano II, (1963) cuando la Iglesia, abre sus puertas al mundo y reconoce
en ella las expresiones del Espíritu Santo en todos los pueblos y culturas como don
y regalo de Dios. "Semillas del Verbo"
Así fue como latinoamerica con todos los hechos históricos acontecidos desde el
descubrimiento de América, hasta la colonización y la inculturación del evangelio;
surge una nueva identidad y expresión de la fe católica traída por los colonizadores
y las costumbres ritos propios del pueblo se mezclan.
Quienes nos brindan una valiosa reflexión en torno a la vivencia del evangelio, son
los documentos de la conferencia episcopal latinoamericano.
El documento de Medellín, II de la Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano celebrado en 1968. Cuyas conclusiones se centran en la
presencia de la Iglesia para transformar a América Latina a la luz del Concilio
Vaticano II. Los desafíos pastorales que asume el documento son:
1) La promoción del hombre y de los pueblos hacia los valores de justicia, paz,
educación y familia.
2) La necesidad de la evangelización y la maduración de la fe, a través de la
catequesis y la liturgia inculturada.
3) Se consideran los problemas en torno a la comunidad, para que superando
dichos retos, la evangelización sea más fuerte y unida.
Con estos breves rasgos del documento, adentraremos nuestro estudio con
respecto a la religiosidad popular, que lo menciona como un punto de partida para
la evangelizacion; que posee elementos valiosos de una fe auténtica, en el que se
siente la presencia de Dios y su providencia, la asistencia de María santísima y de
los santos, en una actitud fundamental frente a la vida y a la muerte (cfr.
L'Osservatore Romano, 6-X-1974, pag. 9ss. Ref. Joaquín Allende Luco, Pbro.
miembro del equipo de reflexión del CELAM, "Religiosidad en puebla,")
Recordemos que, el documento de Medellín, con la euforia del Vaticano II, rompe la
tendencia de la época, el de ver a la religiosidad popular desde una óptica negativa
y ajena al evangelio, sino se ve ahora, desde el Espíritu y el Evangelio, como los
signos de los tiempos. (Pablo VI) El documento insiste sobre la necesidad de ver el
fenómeno desde la misma cultura del pueblo que práctica dichas expresiones de fe,
de esta forma se evita juzgarla desde una “interpretación cultural occidentalizada” o
“desde el oficialismo jerárquico”. Luego hace una valoración positiva, cuestión que
cualquiera de las que habían sido debatidas en la Iglesia hasta este momento,
diciendo: “Sin romper la caña quebrada y sin extinguir la mecha humeante, la
Iglesia acepta con gozo y respeto, purifica e incorpora al orden de la fe, los
diversos elementos religiosos y humanos que se encuentran ocultos en esa
religiosidad como “semillas del Verbo”, y que constituyen o pueden constituir una
preparación evangélica” (D. M. Cap. 6). Medellín, reconoce la acción el Espíritu
Santo, a su vez, insta a purificar, corregir y evangelizar.
Luego de Medellín, en 1975, aparece la Evangelii Nuntiandi de Pablo VI, que sería
la fuente de inspiración y de programación para Puebla. Este documento nos
recuerda sobre la sapiencia popular, como aquella capacidad del pueblo de crear
sabiduría a partir de su experiencia con la creación y la comunidad (Cfr. D. P. Nral.
48) Es así como el documento de Puebla, celebrado en 1979, avanza en su
reflexión en torno a la religiosidad Popular, en especial, reconoce sus aspectos
positivos que tiene y que pueden ayudar a crecer y madurar en la fe.
El documento destaca que, el pueblo tiene una capacidad innata que solo el
Espíritu Santo puede brindar paulatinamente, en la experiencia de lo comunitario,
no es solamente objeto de evangelización, sino que es una forma activa de
evangelizarse así mismo. Los agentes de pastoral están llamados a comprender
cada vez mejor y de una forma pastoral los hechos y las actividades de un pueblo
que camina errante por el mundo, la misión está dada para: comprender, sentir y
vivir una experiencia de Dios en el pueblo.
El documento de Santo Domingo, cuarto sínodo de la conferencia de los obispos
latino americanos celebrado en 1992 en el que también se celebró los 500 años de
evangelización al nuevo mundo. Este documento resalta puntos como: La nueva
evangelización, la promoción humana y cultura Cristiana, Jesucristo ayer, hoy y
siempre. En el cual, resaltaremos algunos elementos en este último punto.
Santo Domingo insiste en la promoción de una liturgia inculturada, como signo de la
fe cristiana en total sintonía con el espíritu del Concilio Vaticano II, que busca las
formas, signos y acciones propias de las culturas de América latina; cuyos signos y
símbolos deben ser purificados de todo tipo de superstición, así también, insta a
prestar una especial atención a la valorización de la piedad popular, que da a
conocer el inmenso amor a la Santísima Virgen María en formas como:
peregrinaciones a los santuarios y en las fiestas religiosas que están iluminadas por
la Palabra de Dios y el carácter festivo. Así mismo, Santo Domingo invita a los
pastores a acompañar dichas expresiones de la religiosidad popular, mediante una
catequesis evangelizadora para purificarlas y abrir a nuevas situaciones, como el
secularismo, que se va imponiendo cada vez más fuerte su visión subjetivista y
materialista, mostrando asi un peligro para la inculturación del Evangelio. (Cfr.
Santo Domingo, Conclusiones 53)
El documento de Aparecida, celebrado en mayo del 2007, inserta a todos los
bautizados en la dinámica de: Discípulos – Misioneros, es decir, todos estamos
llamados a la entrega del pueblo, siendo sensibles a sus tradiciones, cultura,
percibiendo sus dimensiones interiores y sus valores innegables (Cfr. D. A. Nral,
262). Así mismo la falta de atención de los agentes de pastoral da como resultado
una disminución cercana con la Iglesia, solo .cuentan con aquella religiosidad
popular, de allí el compromiso de acompañar.
El anuncio del evangelio a los pueblos siempre es causa de gozo y alegría (E.G
Nral. 1)
3. ¿Qué es la religiosidad popular, una aproximación conceptual?
3.1 Romper los esquemas mentales planteados que hacen
diferencias entre la religiosidad popular (vista como inferior) y la
religiosidad oficial (como superior).
Ahora en nuestro tiempo, la religiosidad popular ha sido vista como "inferior" a lo
largo de los procesos de evangelización, a partir de la conquista y la colonización
europea, como nos enseña el documento de Medellín cómo una “religiosidad de
votos y promesas, de peregrinaciones y de un sin número de devociones, basada
en la recepción de los sacramentos” 4 es decir esta vision, coarta a la implantación
la fe católica debido a que esta lejos de ser un agente evangelizador. Esta forma
de ver a la a la religiosidad popular o religión del pueblo se da debido al esquema
mental de superioridad en la religiosidad oficial, que se encasilla debido a su
trayectoria y argumentación Teológica que ha ido plasmando a lo largo de la
historia su vivencia como Iglesia.La posición oficial ha llevado a ver la las
manifestaciones religiosas como superfluas y supersticiosas mas no como
"Sapiencia popular" ha sabido enrumbar su experiencia de Dios a través de su
cultura, sus raíces, lo autóctono de los pueblos. Al mirar desde la posición del
pueblo, podemos reconocer que el esquema mental de "superioridad" y de
“inferioridad”, frente a lo oficial y popular, está bien lejano, y es fácil reconocer, por
ende la necesidad de evangelizar y purificar lo mundano de lo profano.
Frente a esto, de lo popular (religiosidad) y oficial (fe), debemos plantearnos el
hecho de que hay que "romper ciertos paradigmas o esquemas mentales", al
pensar que la doctrina o la visión europea es la oficial y verdadera, ya de serlo así,
estaremos creando un abismo entre lo oficial y lo popular, se debe aprovechar la
abundante riqueza que la religiosidad popular ha podido ser autora, la misma que
parte desde su cultura, su propia vivencia, y experiencia de Dios en la vida de la
comunidad.
Estamos conscientes que formamos parte de un cuerpo místico, el de Cristo, por
ende somos Iglesia, lo cual nos lleva a no descuidar lo oficial que puede enriquecer
y presentar medios eficaces para que se dé una rica experiencia, ayudando a que
no se caiga en un relativismo, a que no sea una riqueza muy simple. Las dos
vertientes de la experiencia religiosa son iguales y provienen de la propia presencia
del Espíritu Santo, sus manifestaciones de superioridad o de inferioridad se han ido
creando en los propios esquemas mentales del hombre; y formas de expresarlas;
por ello, hay que fomentar el interés de ahondar en los conocimientos de la
4 Ad ibid. pag. 4
experiencia de Dios que no lleva a pensar que su presencia sigue siendo presente y
se sigue manifestando como "semillas del reino". (Cfr. L.G)
Ahora bien, miremos las diferencias entre la “Religión Oficial” y la “Religiosidad
Popular” que hemos venido señalando.5
Religión alta (Religión oficial) Religión baja (religión popular- folk 1
o folk 2)
Responde a las preguntas de origen
cósmico, como el origen del universo, y
el significado de la vida.
Responde a las preguntas de la vida
diaria como el por qué de las
enfermedades, maldiciones, sequias,
guerras.
Se basa en textos sagrados, y sistemas
de creencias fijos.
No hay texto escritos, solamente mitos y
rituales basados en tradición oral.
Esta dirigida por un liderazgo elitista de
autoridad (caso de la iglesia Católico
Romana)
El liderazgo tiene una estructura
autoritaria simple, no hay muchos
especialistas
La membrecía esta estructura de
manera institucional, como la iglesia.
La institucionalidad es básica, y poco
compleja.
Existe un código moral formalizado Esta religión es muy pragmática.
5 Allison, Norman. [Este articulo fue publicado originalmente en inglés como “Make sure you’re getting
through” en la Revista Evangelical Missions Quaterly Abril 1984 pp.164-170. [Versión electrónica, traducción
al español por Osías Segura, 2003]. Pág. 1
4. Características de la religiosidad popular
4.1 "Sincretismo", o mezcla es una forma de unir una experiencia de
Dios y la inculturación, sabiduría del pueblo, dentro de la
religiosidad popular.
La inculturación, nace de una profunda reflexión teológica en la iglesia, ya que tiene
que ver con la Encarnación del evangelio en las culturas autoctonas, y a la vez, la
introducción de estas en la vida de la iglesia. (cfr. Redemporis Missio)
La inculturación, más que un fenómeno es un proceso de ligacionmutua entre "fe" y
"cultura" entre "semilla" y "terreno" en el cual, evangelio puede dar su fruto y
expresarse a partir de los elementos propios de la cultura. Y que también sirve de
inspiracion, norma yfuerza dd unificación que transforma, recrea y realza lacultura.
(Cfr. E.N)
La inculturación presupone los aspectos festivos y espirituales (con su
pluriformidad), que permite a pueblos pobres sobrevivir y transcender las penurias
de cada día. Es así como los pueblos han ido creando por medio de la cultura una
experiencia de Dios, frente a las preguntas constantes de lo cotidiano, se quiere
buscar respuestas, así se interpreta, se ilumina a la luz de su vida una respuesta
que se trasluce como religión del pueblo.
Por eso, se ha sabido interpretar e inculturalizar los medios religiosos en las
culturas de los pueblos. Existe una gran riqueza en los pueblos que hacen suyos
los principios religiosos pero que a la par los aplican a sus raíces, es un medio muy
eficaz que a través de los tiempos se ha ido desarrollando, medio por el cual las
teorías teológicas han sido modificadas, no en su esencia, pero si en su
manifestación. Donde lo teológico se ve entremezclado con la cultura y la sociedad
manifiesta su fe mediante signos que son muy notorios. No obstante, este
sincretismo es muy válido puesto que ha servido de mucho para que la
evangelización, siempre nueva y llamativa, se aplique en los pueblos; esta
aplicación es dada por el mismo pueblo que se auto evangeliza y se enriquece de
una experiencia más familiar de Dios.
Así, también el pueblo debe seguir enlazando sus culturas, para complementarse
mejor con otros pueblos; existe un gran ejemplo entorno a los pueblos
latinoamericanos que comparten sus mismas raíces y que en cada región han
creado nuevos y variados métodos de aplicación de la cultura a la religión, y en
éstas se ha dado un intercambio en sus tradiciones.
Santo Domingo nos dice al respecto que la religiosidad popular es una expresión
privilegiada de la inculturación de la fe. (Cfr. Sto. D. Nral, 36), con ello nos recuerda
que se debe valorar y ante todo se debe reconocer los valores que el pueblo ha ido
desarrollando a lo largo de los tiempos y que sirve de base para la nueva
evangelización aquella que tiene como objetivo encontrar a Cristo en su propia
cultura.
5. Aspectos positivos y negativos de la religiosidad popular
Como elementos positivos de la piedad popular se pueden señalar:
La riqueza narrativa
El espíritu comunitario
Principios de una sociedad justa y solidaria, teniendo como a la base la fe.
Posibilita la inculturación
Comunión social
la presencia trinitaria que se percibe en devociones y en iconografías, el sentido de
la providencia de Dios Padre; Cristo, celebrado en su misterio de Encarnación
(Navidad, el Niño), en su Crucifixión, en la Eucaristía y en la devoción al Sagrado
Corazón; amor a María: Ella y “sus misterios pertenecen a la identidad propia de
estos pueblos y caracterizan su piedad popular” 6.
Uno de los logros más grande, ha sido el cristianización las fiestas paganas o
mundanas en fiestas religiosas, como la fiesta del inti raimi por la celebración del
copus cristi, etc. La venerada Madre Inmaculada de Dios y de los hombres, como
Reina de nuestros distintos países y del continente entero; los santos, como
protectores; los difuntos; la conciencia de dignidad personal y la fraternidad
solidaria; la conciencia de pecado y de necesidad de expiación; la capacidad de
expresar la fe en un lenguaje total que supera los racionalismos (canto, imágenes,
gesto, color, danza); la Fe situada en el tiempo (fiestas) y en lugares (santuarios y
templos); la sensibilidad hacia la peregrinación como símbolo de la existencia
humana y cristiana, el respeto filial a los pastores como representantes de Dios; la
capacidad de celebrar la fe en forma expresiva y comunitaria; la integración honda
de los sacramentos y sacramentales en la vida personal y social; el afecto cálido
por la persona del Santo Padre; la capacidad de sufrimiento y heroísmo para
sobrellevar las pruebas y confesar la fe; el valor de la oración; la aceptación de los
demás (Cfr. D. P. Nral. 454).
En el mismo Documento de Puebla, nos señala los aspectos negativos que deben
ser evangelizados; aspectos de orden ancestral como: superstición, magia,
fatalismo, idolatría del poder, fetichismo y ritualismo. Por deformación de la
catequesis: arcaísmo estático, falta de información e ignorancia, reinterpretación
sincretista, reduccionismo de la fe a un mero contrato en la relación con Dios.
Amenazas: secularismo difundido por los medios de comunicación social;
consumismo; sectas; religiones orientales y agnósticas; manipulaciones
ideológicas, económicas, sociales y políticas; mesianismos políticos secularizados; 6 Juan Pablo II, Homilía Zapopán 2: AAS 71 pag. 228
desarraigo y proletarización urbana a consecuencia del cambio cultural. Podemos
afirmar que muchos de estos fenómenos son verdaderos obstáculos para la
Evangelización (Cfr. D.P. Nral. 456).
Entre los aspectos negativos podemos senalar
El fatalismo
Visión de un dios sádico y castigador
Un dios tapaagujeros
Justificación de la miseria espiritual y moral.por ende se justificante la pobreza
Separación entre clases sociales. La religión oficial es parte de los de la alta
sociedad y la religiosidad es del pueblo vulgar.
El rito se encuentra reducido a una concepción mágica, sentimental y supersticiosa
Se pone énfasis en lo exterior, el color, la forma más no la fe. Así tenemos las
fiestas de larga duración.
Se concibe a un dios premiados y castigador.
6. Actitudes pastorales frente a la religiosidad popular
La religiosidad popular, herencia de nuestros padres debe llevar a vivir de
una forma genuina el evangelio, relacionándose con Dios y la comunidad. La
misión de la Iglesia católica frente a la religiosidad popular es: Acompañar,
purificar y potenciar, en actitud de discernimiento respetuoso la religiosidad del
pueblo, expresión privilegiada de la inculturación de la fe (Cfr. D.S.D, Nral. 36);
empeñarse en comprender sus expresiones y abrirlas a la Evangelización (Cfr.
D.S.D, Nral. 53).
Valorar los signos y los símbolos religiosos propios de la cultura de cada región, de
cada pueblo y recuperar su significado compatible con el Evangelio.
Descubrir los valores y purificar falsos valores existentes en las celebraciones de la
religiosidad popular.
Estimular a los agentes de pastoral para que identifiquen y acompañen de cerca las
expresiones de la religiosidad popular en sus comunidades, especialmente las
expresiones referentes al culto de la Eucaristía, a la celebración del nacimiento,
pasión y resurrección de Cristo, a la devoción a la Virgen María, fiestas patronales y
otras celebraciones con tradición popular.
Como compromiso evangélico frente a la religiosidad popular podemos afirmar
primero la importancia de romper los esquemas mentales para poder entender a la
cultura; es decir, se debe acabar por completo esa concepción dualista entre arte y
artesano, bien y mal, religión oficial y religión popular. Decimos esto, porque quizá
se tiene la concepción de que la religiosidad popular es un sincretismo o mezcla de
magia, hechicería, etc. Todo esto, visto desde la oficialidad de la Iglesia. Pero si
hacemos un recorrido por la historia de la Iglesia, podemos ver que es una mezcla
de culturas, una mezcla de ritos y celebraciones que eran propios de culturas
diferentes, pero que en el momento de la conquista se fueron mezclando y al final
se oficializaron en la Iglesia.
Se puede decir que la religiosidad popular nace con el sincretismo de las culturas
Europeas, las culturas africanas, los pueblos originarios y la modernidad urbana, es
decir, es una mezcla de todas esas culturas.
La Iglesia Latinoamericana, iluminada por el Espíritu Santo, siguiendo los pasos del
Maestro de Nazaret, Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, y en fidelidad con los
documentos pastorales, apoya y reivindica su misión en favor de la religiosidad
popular.
Según el papa Benedicto XVI la piedad popular es el alma de los pueblos
Latinoamericanos y un precioso tesoro de toda la Iglesia Católica, por lo que es
necesario protegerlo, promoverla mediante la catequesis y toda la vida pastoral.
La religiosidad popular es la expresión privilegiada para la inculturación de la fe, por
lo que es necesario precautelar la religiosidad popular en esta cultura.
Promocionando la vivencia autóctona de nuestros pueblos, su cultura, su arte, su
amor por las costumbres.
No debemos olvidar que la fe de los pueblos latinoamericanos es expresada de
diferentes maneras, por ello la corresponsabilidad de los agentes de pastoral en el
apoyo y seguimiento de los diferentes pueblos y culturas.
No debe ser rechazada, discriminada, ni calificada como superficial o meramente
cultural, es así como las diferentes diócesis deben asumir un papel activo en la
evangelización no solo purificándola, sino mas bien ahondando en su conocimiento
de experiencia.
Se ve la necesidad de brindar una formación catequética y litúrgica en relación con
la piedad popular, para evitar caer en un exagerado folclor que confunde con un
mercantilismo religioso y supersticioso.
Hemos reconocido que la sapiencia popular va a sintetizar la manifestación divina
en nuestros pueblos. Es Cristo en medio de la comunidad, compartiendo, viviendo,
luchando, avivando esa cercanía con el Padre. Aquella teología popular enriquece a
la Iglesia entera y la lleva a ser más sensible antes los nuevos signos de los
tiempos, esta riqueza debe ser explotada con una cercanía humilde y abierta.
María dentro de la nueva evangelización nos ha mostrado que su figura maternal
acrecienta en gran medida la fe de los pueblos, fijándose ampliamente en su actitud
de madre, mujer y discípula, llamada a ser la llena de gracia. Esta fe presente en
nuestros pueblos ha sido mantenida por el mismo pueblo, a pesar de la ausencia
pastoral y muchas veces de la contraria motivación, ha caminado perenne hacia
una cimentada creencia.
Frente a la materia de religiosidad popular podemos rescatar que el método
implementado ha sido acogido con gran interés; llevándonos a experimentar, vivir,
comprender y debatir los nuevos y amplios conocimientos de la religión del pueblo;
así mismo valorar la investigación que se ha realizado, creando nuestro propio
material de estudio y proyectándonos a dar un aporte a las distintas comunidades.
7. Otros tópicos de la religiosidad popular
7.1 Nuevos retos; En el mundo moderno (consumismo – oferta y
demanda) va creando un mercado de lo religioso, un turismo
religioso animado por el mercado capitalista y respaldados por la
globalización y el secularismo.
Somos testigos de cómo la sociedad moderna es muy práctica y acelerada, "los
cristianismos del pueblo están interactuando con la racionalidad, subjetividad y
economía moderna, con los factores secularizadores de urbano - industrial y con las
correspondientes creencias y éticas" (Diego Irarrázaval) es decir, están en el
mundo, en su corriente, a expensas y asechanzas de sus propuesta.
La riqueza de la religiosidad popular, este vulnerable ante un relativismo de ver a lo
religioso como un medio popular económico de beneficio que se hace comercial y
que busca su bienestar personal para satisfacer sus necesidades, dejando aquella
experiencia de Dios fuera de su idea religiosa, es decir, la fe se comercializa con
fines lucrativos y de derroche. La religión no es una mercancía. Tampoco, dentro de
este análisis, se puede caer en manipular lo religioso como un medio de satisfacer
los placeres, el turismo, los viajes, pues simplemente se caería en un ser
importante de la economía, con el pretexto de tener una experiencia religiosa.
Todo esto nos lleva a reconocer que existe un mercado de lo religioso, donde la
oferta y demanda apuntan a ser los medios de producción económicos de una o
varias regiones. El mercado capitalista es solamente un medio excluyente donde
aquellos que no tienen la capacidad de aportar al medio simplemente son excluidos
y por ende deberían ser eliminados. Otro factor es la globalización que promociona
este mercado, los Medios de Comunicación Social emprenden una gran promoción
para que se produzca este fenómeno dando a creer que es bueno, único y
exclusivo.
El Documento de Aparecida, nos habla de un catolicismo popular con unas
profundas raíces de cultura latinoamericana (Cfr. D. A. Nral. 258), apuntando hacia
una evangelización que rescate de las propias raíces una verdadera religión del
pueblo latinoamericano que es en un sentido más amplio una manifestación de la
expresión de la fe católica. Y en nuestros pueblos donde el fervor por la fe es un
pilar fundamental del cual se apoya la Iglesia, además existe una verdadera
experiencia del amor teologal que se amplía cada vez dando forma a una
espiritualidad cristiana que apunta de una o varias formas a un encuentro personal
con la persona de Jesucristo integrando lo corpóreo, sensible, simbólico y las
diferentes necesidades de la persona. (Cfr. D.A. Nral. 263).
7.2 María en la sabiduría del pueblo se presenta como una figura
maternal, en las diferentes advocaciones.
En la cultura de nuestros pueblos se ha reconocido la presencia de María como
aquella mujer y Madre que sabe del sufrimiento, al compartir la misma muerte de su
hijo, esta experiencia nos lleva a adentrarnos a ese misterio de María y de su
Maternidad, por eso, la encontramos junto al pueblo marginado y abandonado, del
mismo modo está atenta a las diferentes necesidades de los demás a quienes les
presta su auxilio. Pero María es reconocida con un gran protagonismo dentro de la
Historia de la salvación, con su sí generoso nos enseña que es una verdadera
discípula del Evangelio. Ella, es modelo de Madre, de Mujer, de esposa, de
discípula, nos enseña que tiene una plena y amplia libertad.
En nuestros pueblos ha surgido una gran gama de manifestaciones religiosas en
torno a la figura de María, estas se presentan en diferentes advocaciones que
gracias a la experiencia de fe y de amor en diferentes contextos donde el pueblo ha
acrecentado su devoción mariana. Es en la cultura donde se va forjando la fe, y la
figura de María ha sido un baluarte para la evangelización, pues ha sido llamada
bajo diferentes advocaciones entre estas: Madre de Dios, Discípula, Auxiliadora,
etc. Los sentimientos que evocan nuestros pueblos frente a la figura de María es
relacionarla ante todo con una figura maternal que es intercesora.
El documento de Puebla, hace una bonita relación tomando como ejemplo la vida
humana, la misma que se genera en torno a una Madre e incluso la relación Iglesia-
familia, quien confiere "alma" y ternura a la convivencia familiar, es allí en la figura
de Madre donde todo gira en torno a la figura maternal. (Cfr. D. P. Nral. 295), María
es madre de la Iglesia, modelo y artífice de comunión. Muy puntualmente,
aparecida nos va a presentar que María es discípula de Jesús, junto al grupo de los
doce, que acompaña en la escucha de la palabra de Dios y la pone por obra porque
en si misma tiene las aptitudes de su Hijo. (Cfr. D. A. Nral. 36).
Pero María no solamente compartió la vida superficial con los que le rodeaban, sino
que asume y se compromete con su realidad teniendo así una voz profética. (Cfr. D.
A. Nral. 451), este testimonio de vida arrastra a todo aquel que lo contempla de allí
la experiencia plena del pueblo en sus diferentes manifestaciones de amor, entre
estas manifestaciones están las llamadas peregrinaciones a santuarios marianos,
es una entrega que hacen los devotos mediante un sacrificio. Por eso es necesario
valorar y rescatar esta expresión de fe que se ve muy claramente en la
manifestación que hace un hijo para con su madre. De ahí la necesidad de
reconocer su figura como un medio para llegar a su hijo Jesús y es en ese
reconocimiento donde el pueblo tiene una verdadera experiencia de Dios.
Como cristianos Cristo vino predicando el Reino, y en América Latina no hemos
quedado con la iglesia. El Reino como tema teológico está ausente en nuestras
iglesias, y el evangelio no ha logrado penetrar todas las capas sociales. Primero,
seguimos inmersos en cuatro paredes con una religión alta importada, y sincrética o
dual (influenciada por el modernismo). El sincretismo y los sistemas duales son
producto de una pobre contextualización teológica y ministerial. La iglesia debe ser
auto crítica de la herencia moderna e importada en nuestras denominaciones e
iglesias. Segundo, no podemos concebir la religiosidad popular como
inherentemente negativa, pues puede responder también a elementos de
contextualización. Así que la mejor manera de combatir el sincretismo y los
sistemas duales es considerando su dinámica religiosa y sociocultural,
respondiendo a las preguntas del pueblo; y reconociendo que nuestra fe evangélica
contiene elementos duales y sincréticos en su naturaleza.
Es importante considerar que los seres humanos adquirimos nuevos conocimientos
sobre los viejos conocimientos. No somos pizarras en blanco. La antigua fe no
borra inmediatamente al adquirir la nueva fe. La conversión es un proceso de
crecimiento, y un buen discipulado es sumamente importante. La formación de
nuevos creyentes es vital, pues al encontrar vacíos o respuestas sin solución, la
tendencia es responder a tales preguntas en su antiguo sistema religioso, o en otro
sistema religioso. Por tanto, es crucial con evangelio del Reino, atender
pastoralmente con mucha sensibilidad, y atención, todas las respuestas que las
personas explícita o implícitamente se hacen en cuanto a la religión alta, o desde
una perspectiva de la religión baja.