Post on 07-Jul-2015
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El ritmo de crecimiento de la población de Tegucigalpa, así
como la expansión de sus límites geográficos, ha
incrementado la demanda de bienes y servicios de los sectores
comerciales, industriales, institucionales y residenciales, que
paulatinamente se han concentrado en áreas con distintos
niveles de urbanización.
Este proceso de crecimiento y urbanización de la ciudad ha
traído consigo ventajas y desventajas desde el punto de vista
político, ambiental, económico y social.
La ciudad de Tegucigalpa, como cualquier otro
centro urbano del mundo, es una fuente
importante de generación de residuos sólidos
y peligrosos, que son producto de las
actividades comerciales, industriales,
institucionales y residenciales que se
desarrollan en este ámbito geográfico.
La generación de residuos sólidos y peligrosos
se asocia directamente con el crecimiento de la
población y con el desarrollo de actividades
comerciales e industriales, mostrando una
tendencia invariable hacia el aumento,
propiciando una mayor demanda de los
servicios de aseo urbano, que usualmente
sobrepasa la capacidad de los responsables de
proporcionar estos servicios de una manera
integral y eficiente.
Tradicionalmente, la gestión operativa de los residuos
generados en la ciudad ha estado a cargo de las
autoridades municipales, disponiendo para ello de los
medios legales, así como de los recursos financieros,
humanos (administrativos, y operativos), para cumplir
con esa responsabilidad, que implica entre otras el cobro
de las tasas municipales, el barrido de calles, la
recolección, transporte y disposición final de los residuos.
El relleno sanitario de Tegucigalpa es lo
que se denomina un botadero controlado o
semicontrolado.
Desde 1977, los residuos sólidos generados
por la ciudad de Tegucigalpa son dispuestos
en un botadero a cielo abierto que
pertenece a la AMDC, localizado en el
sector de Tusterique en la aldea el
Guanábano, a una distancia aproximada de
6.5 Km del limite norte de la ciudad en el
margen de la carretera que conduce al
departamento de Olancho, a una altura
sobre el nivel del mar entre 1070 y 1150
metros. En el año 2003 se cerró este primer
lugar procediendo a utilizar como Botadero
el área aledaña en el mismo lugar que
comprende un área de 40 manzanas de
tierra.
El sitio está bajo la responsabilidad de la
Unidad de Desechos Sólidos del
Departamento de Servicios Públicos de la
AMDC y recibe los residuos sólidos de los
sectores residenciales, comerciales e
institucionales y de áreas públicas (calles
y parques), transportados por 27
vehículos de recolección propiedad de la
AMDC y 26 vehículos de COSEMSA, una
empresa privada contratada por la
Alcaldía. Asimismo, el sitio recibe
residuos especiales, como los de la
construcción y residuos peligros, entre
los que se encuentran los agrícolas,
agroindustriales, industriales y
hospitalarios, entre otros.
El método de relleno del sitio consiste en la
formación de terrazas que pueden alcanzar más de
10 metros de altura. La maquinaria utilizada para
la operación del sitio consiste en:
Tres tractores de orugas.
Una retroexcavadora.
Una cargadora frontal de ruedas.
Una volqueta de 6 m3 y dos de 12 m3.
Un tanque cisterna.
Los tractores son utilizados para compactar y
recubrir los residuos, con material de cobertura
que es extraído del banco de préstamo ubicado
dentro del sitio.
Según el informe denominado "Análisis Sectorial De Residuos
Sólidos" de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala
claramente que Honduras no cuenta con un servicio de calidad y de
eficiencia en el tratamiento de residuos. Entre las deficiencias que
presenta están:
La recolección y transporte de los desechos sólidos y
hospitalarios se realiza en vehículos particulares contratados
por la Secretaría de Salud o por carros municipales sin reunir
los requisitos para este tipo de actividad, indica la investigación.
la incineración de los residuos se ejecuta sin criterios técnicos
estandarizados, a la vez estos residuos no se separan ni
clasifican en las fuentes que las generan, por lo que se mezclan
con los desechos municipales.
El no contar con un sitio sanitario capaz de soportar por lo
menos, la libra y media diaria de basura que genera cada
capitalino, es preocupante.
Lo único que se tiene es un botadero donde los residuos sólidos
se van agrupando de forma desordenada y su colapso ya se ve
venir.
Características:
Los impactos ambientales ocasionados por
el mal manejo de los residuos sólidos se
extienden desde el nivel doméstico hasta
el nivel local y regional.
Los botaderos denotan impactos
relevantes en suelos, cuerpos de aguas
superficiales y subterráneos, impactos
escénicos y pérdida de plusvalía de las
áreas.
No existen programas de vigilancia
ambiental en las etapas de manejo,
recolección, transporte y disposición final
de residuos sólidos.
Actualmente, la capital genera 1,175 toneladas de
desechos sólidos que son depositadas en el botadero
que funciona a cielo abierto a unos seis kilómetros al
norte de la ciudad, en la carretera a Olancho. Con la
nueva categoría y la remoción de nuevas capas de
tierra, dentro de las 40 manzanas que comprende el
crematorio, se espera recibir a diario entre 2,500 y
3,000 toneladas de basura.
Bloqueo de coladeras y drenajes que ocasionan
inundaciones urbanas en las épocas de lluvias.
Bloqueo de corrientes de agua.
Deterioro de lugares de recreación.
Afectación del paisaje, al tirarse residuos al borde
de caminos o en lotes baldíos y espacios abiertos.
Contaminación de acuíferos.
Contaminación de cuerpos de agua de consumo.
Proliferación de fauna nociva y generación de
malos olores.
Emisiones contaminantes del aire.
La población expuesta a los riesgos asociados al manejo inadecuado de
los residuos sólidos incluye principalmente a :
La población general.
Trabajadores formales del sector de residuos sólidos (recolectores
y operarios de limpieza).
Personas dedicadas a la selección y recuperación de materiales
reciclables en la calle y sitios de almacenamiento y disposición
final.
Población adyacente a los sitios de disposición final.
Población urbana sin recolección domiciliaria.
Grupos de población marginados de la sociedad, tales como niños y
adolescentes de la calle e indigentes que se alimentan directamente
de residuos domésticos encontrados en bolsas, recipientes y
contenedores donde se almacena la basura para su recolección y en
los sitios de disposición final.
No hay un ente rector para el sector del
Manejo de Residuos Solidos.
Falta de política nacional.
Legislación difusa.
Falta de un análisis sectorial.
Información dispersa.
Falta de indicadores ambientales.
En Honduras, se estima que con
una generación de residuos
promedio de 0.45 kg/hab/día, la
población (7415 972 habitantes)
estaría produciendo 3,337
toneladas diarias de residuos
sólidos (Ton/día), las cuales en
su mayoría son dispuestas en
botaderos o basureros a cielo
abierto sin ningún tipo de
control ambiental o sanitario
(CCAD/PNUMA, 2005; SERNA,
2005, González y cols, 2006).
En 1995, la generación de residuos
sólidos promedio de la ciudad fue
de 650 Ton/día, con un promedio
de 0.65 kilogramos por habitante
al día (kg/hab/día) (Acurio y
otros, 1997).
Para el período 2002 – 2003, se
estimó una generación de 0.759
kg/hab/día (Experco
International, 2003). De acuerdo a
datos de la Unidad de Desechos
Sólidos de la Alcaldía Municipal
del Distrito Central (AMDC), en
2005, la ciudad generó unas 850
Ton/día de residuos sólidos
(AMDC, 2005).
En 1998, se generaron 481.7
Ton/día de residuos sólidos,
siendo el sector residencial
la fuente principal de
generación con 319.4
Ton/día, equivalente al 66%
del total.
En el sector no residencial
formado por distintas
categorías de actividades
económicas, generó 162.3
Ton/día (34%).
El nivel de ingresos, que
determina los hábitos de
consumo de la población. Los
sectores residenciales con altos
niveles de ingresos generan en
promedio más residuos sólidos
(0.541 kg/hab/día) que los
estratos con menores ingresos
(0.328 kg/hab/día).
Las actividades económicas
derivadas de los comercios,
restaurantes, instituciones
públicas o privadas, mercados,
entre otras, constituyen
fuentes importantes de
generación de residuos sólidos
en la ciudad.