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Sociologa de la actividad fsica y el deporte (INEFC, Lleida)
Profesor: Dr. Francisco Lagardera Otero
Tema II
LA SOCIOLOGA Y EL DEPORTE
Si se quiere entender de qu trata la sociologa hay que ponerse previamente en situacin de
interpelarse mentalmente a si mismo y de hacerse cargo de uno como una persona entre otras.
La sociologa se ocupa de los problemas de la sociedad y no cabe duda de que todo aqul que
reflexione acerca de la sociedad y la estudie forma parte de ella. Pero con mucha frecuencia en la
reflexin sobre uno mismo se suele permanecer en un estadio en el que se es consciente de uno
slo como alguien situado frente a otros entendidos como objetos. A menudo se siente que nos
separa de ellas un abismo insalvable. La percepcin de una separacin de este gnero, propia de
esta fase del proceso de autoconsciencia, encuentra su expresin en muchas conceptualizaciones
y muchos giros lingsticos que contribuyen a hacer de ella algo completamente obvio y a
reproducirla y reforzarla sin tregua. As, por ejemplo, se habla de la persona y su medio, del nio
y su familia, del individuo y la sociedad, del sujeto y los objetos sin apercibirse siempre de que la
persona forma parte tambin de su medio, el nio de su familia, el individuo de la sociedad, el
sujeto de los objetos.
Si se analiza ms de cerca se comprueba, por ejemplo, que el llamado medio de un nio est
constituido en primer trmino por otras personas, como el padre, la madre y sus hermanos. Lo
que conceptualmente establecemos como familia, no sera tal familia sin los hijos. La sociedad,
que con tanta frecuencia se opone mentalmente al individuo, est integrada totalmente por
individuos y uno de esos individuos es uno mismo. Pero nuestro lenguaje y nuestros conceptos
estn configurados en gran medida como si todo lo que queda fuera de la persona individual
tuviese carcter de objetos estticos.
Conceptos como familia o escuela se refieren evidentemente a conjuntos de personas. Pero el
tipo habitual de nuestras configuraciones terminolgicas y conceptuales las hace aparecer como
si se tratase de objetos de la misma ndole que las rocas, los rboles o las casas. Este carcter
cosificador del lenguaje tradicional y, consiguientemente, tambin de nuestras operaciones
mentales referidas a grupos de personas interdependientes, a los que posiblemente pertenece uno
mismo, se pone tambin y muy especialmente de manifiesto en el propio concepto de sociedad y en
la manera como se reflexiona sobre ella. Se dice que la sociedad es el objeto en cuya
investigacin se esfuerzan los socilogos. En realidad, este modo de expresarse contribuye, y no
poco, a dificultar el acceso a la comprensin del campo de tareas de la sociologa (Elias, N.,
1982: 13-14)
Introduccin
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La sociologa naci como disciplina cientfica en la primera mitad del siglo XIX, y
lo hizo con la pretensin, segn su impulsor y creador Auguste Comte, de aplicar al
estudio de los fenmenos sociales el mtodo cientfico que haba tenido hasta entonces
tan excelentes resultados en el campo de la fsica, la qumica o la biologa. De hecho, la
palabra sociologa apareci por vez primera en 1838, en la obra Curso de filosofa
positiva de este pensador francs y primer socilogo.
El objeto de estudio de todas las ciencias sociales es el conocimiento de las
colectividades humanas, aunque la economa, la antropologa, la historia, la psicologa
social o la etnologa hacen nfasis en diferentes aspectos y perspectivas del hombre
como objeto social. Para S.Giner (1979: 15-16) lo que distingue a la sociologa de
estas y otras ramas del saber social es el hecho de que ella investiga la estructura, los
procesos y la naturaleza de la sociedad humana en general... Frente a las dems
ciencias sociales, pues, hay una diferencia en el grado de generalidad, as como una
diferencia de nfasis y de punto de vista, mas no una diferencia sustancial.
No se puede soslayar, como advierte N. Elias en el texto seleccionado en la
primera pgina, la dificultad de estudiar la sociedad desde dentro, dado que el
investigador forma, as mismo, parte de la sociedad que intenta comprender. La
sociologa trata de ordenar toda una serie de datos y conocimientos en torno a la realidad
social, es decir, determinados sucesos y acontecimientos que pueden ayudar a explicar
tanto el orden como la dinmica social.
La sociedad puede entenderse desde una perspectiva generalista, ya que en estricto
sentido, se comporta como un todo complejo y ordenado, lo que T. Parsons denomin
sistema social, y es desde esta perspectiva que la sociologa puede estudiar y deducir
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tanto las tendencias que facilitan el orden y equilibrio social, como aquellas otras que
propician sus cambios. En ambos casos se trata de un anlisis profundo, ms all de las
apariencias, que puede explicar las relaciones sociales que son el germen que propicia
los cambios o por el contrario, el refuerzo del orden interno del sistema, es decir, la
sociologa aspira a conocer la estructura social. Sin embargo puede hacerlo, y de hecho
lo hace, siguiendo diferentes mtodos o procedimientos, pues ante todo es una disciplina
pragmtica, y no le importa tanto el modo de hacerlo sino el objeto de su estudio.
E.Durkheim en Las reglas del mtodo sociolgico, propona a finales del siglo
XIX, estudiar los fenmenos sociales como si se tratara de cosas con el fin de estudiar a
la sociedad de la misma forma (mtodo) en que se estudiaban los fenmenos naturales.
Este planteamiento pretenda eliminar la subjetividad del investigador implicado en la
misma sociedad que estudia. Actualmente, un sector destacado de la sociologa sigue
este principio para actuar metodolgicamente en la resolucin de problemas, dado que la
denominada sociologa cuantitativa maneja postulados matemticos en el tratamiento de
los datos (estadstica), que se obtienen con los mtodos que investigan algunos aspectos
de la realidad social.
Este planteamiento pretende generar en la sociologa un tipo de conocimiento
predictivo, es decir, manejando los datos estadsticos llegar a ser capaces de analizar e
interpretar las tendencias en la dinmica social (consumo, hbitos, tipo de relaciones...)
y poder vislumbrar de manera anticipada estos cambios, lo que se denomina prospectiva
social. Pero existen otros puntos de vista en sociologa.
A comienzos del siglo XX, el socilogo alemn Max Weber diferenci de manera
clarividente las ciencias de la naturaleza, en las que para su estudio era factible operar
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metodolgicamente con planteamientos formales (abstracciones lgico matemticas,
definiciones, leyes...), de las ciencias que estudian al hombre, que requieren de un punto
de vista comprensivo, dado que la singularidad de los fenmenos sociales imposibilitan
su definicin, por lo que la aspiracin del conocimiento social es la de describir,
explicar y comprender la realidad social.
Tanto la sociologa cuantitativa como la sociologa comprensiva han dado muy
buenos resultados para aumentar el acervo del conocimiento sociolgico. Ahora mismo,
la utilizacin de encuestas de opinin, sobre hbitos de consumo o de actitudes sociales
muy diversas, son profusamente utilizadas, tanto por la administracin pblica, como
por las empresas privadas. Pero tambin, y debido a la creciente complejidad de la
sociedad, los mtodos comprensivos o cualitativos (entrevistas, biografas, discusiones
en pequeos grupos...) han ofrecido datos e interpretaciones relevantes para conocer la
sociedad.
No obstante, el estado actual del desarrollo cientfico ha relativizado en gran
medida esta polaridad entre sociologa cuantitativa y sociologa cualitativa
(comprensiva), dado que lo que supona un problema epistemolgico de importancia, es
decir, la necesidad de diferenciar con claridad entre el sujeto que investiga y el objeto de
la investigacin, est hoy perfectamente asumido por todas las disciplinas cientficas.
Distinguir objetivamente entre lo observado y el ojo del observador, es una aspiracin
loable pero imposible en el mbito de cualquier disciplina cientfica, de ah que sea
necesario dotarse de criterios y principios metodolgicos que controlen y disminuyan
esta implicacin inevitable.
As pues, puede entenderse la sociologa como una lectura cientfica de
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determinados aspectos de la sociedad en vistas a saciar una necesidad bsica del
hombre, que quiere conocer cmo es el medio en que vive (Briongos, Hernndez,
Mercad, 1982). Dadas las limitaciones de la ciencia en general y de la sociologa en
particular, si que se puede llegar a apreciar y valorar la perspectiva cientfica que ofrece
la sociologa de la realidad social, con el fin de comprender mucho mejor la vida
cotidiana, incluso de llegar a detectar o a inferir tendencias en su dinmica. No se trata
de adivinar el futuro, sino de detectar los indicios necesarios que permitan descubrir una
determinada tendencia. Esto lo saben muy bien los polticos y las empresas, por esto
encargan cada vez con ms insistencia estudios de tendencias polticas y comerciales.
2.1. Individuo, cultura y sociedad
Que sepamos actualmente, hace al menos cuatro millones de aos que la especie
humana evoluciona de modo colectivo, constituyendo agrupaciones ms o menos
grandes y con mayor o menor estabilidad.
La nocin de individuo es relativamente reciente. De hecho es un valor que surge
con la modernidad y que adquiere carta de naturaleza con el movimiento ilustrado
europeo del siglo XVII, siendo las revoluciones burguesas del XVIII las que asumieron
esta idea como un principio bsico del nuevo estado. La evolucin progresiva de la
nocin de individualidad en los estados constituidos como democracias parlamentarias,
ha consagrado los derechos de ciudadana recogida en la mayora de constituciones y en
multitud de foros e instituciones internacionales creadas a lo largo del siglo XX.
En las sociedades premodernas no exista la nocin de individuo. La familia, el
clan o la estirpe, eran la referencia que galvanizaba las relaciones sociales. Es decir, era
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el grupo en definitiva quien gobernaba los destinos de las personas (individuos). La vida
individual tena poco sentido y sta se ofreca, e incluso inmolaba, frecuentemente en
defensa del grupo o de ideales que supuestamente asuma el grupo. Los individuos
tenan muy pocas opciones para dirigir los destinos de sus vidas. La familia o el clan los
casaba, los mandaba a la guerra, los destinaba a la agricultura o los haca eclesisticos.
Esta dependencia del grupo an era mucho ms acusada en el caso de las mujeres.
Las sociedades modernas se distinguen por el alto grado de complejidad que han
adquirido las relaciones sociales. A mayor complejidad las opciones para que cada
persona pueda elegir cmo y con quin establecer relaciones sociales aumentan. El
Estado moderno se encarga de garantizar la seguridad y proteccin de las personas, y en
la medida que aumenta la complejidad social tambin lo hacen las garantas y
protecciones sociales (sanidad, escolaridad, leyes, proteccin policial...), aspectos de la
vida cotidiana que antes de la modernidad dependan de la familia o el clan.
La nocin de individualidad est adquiriendo cada vez ms fuerza y ms sentido,
puesto que las opciones de elegir cmo y con quin vivir a comienzos del siglo XXI son
muy superiores, al menos en las naciones ms desarrolladas econmicamente, a las de
hace cien aos. Por ejemplo, a comienzos del siglo XX no exista en Espaa el descanso
dominical, las jornadas de trabajo en las fbricas eran de doce y hasta de catorce horas
diarias, y las opciones que tena una mujer para independizarse de su familia se
reducan a sus posibilidades de contraer matrimonio y dedicarse a cuidar al esposo e
hijos.
Actualmente se est negociando la posibilidad de reducir la dedicacin laboral
mxima de 40 a 35 horas semanales (el Estado francs ya lo ha asumido y aplicado) y
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las estudiantes espaolas superan ya a los varones en el censo universitario, teniendo
adems el Estado espaol el ratio de natalidad ms bajo del mundo. Las opciones de las
mujeres espaolas de elegir estudios y modos de vida han aumentado significativamente
en los ltimos treinta aos. La sociedad espaola ha incrementado su complejidad, lo
que permite a las personas ms y mejores opciones para elegir cmo proyectar su
individualidad, pero paradjicamente, lo que implica esta ganancia de complejidad es un
incremento sustancial de instituciones y organizaciones sociales que facilitan y
garantizan estos derechos.
La sociedad actual est altamente organizada. Se nace y se muere en los
hospitales, se forma y se educa en las escuelas, institutos y universidades, existen
lugares y organizaciones para el recreo y el tiempo libre, otros para celebrar los
cumpleaos y festividades familiares, emergen organizaciones y servicios para despedir
a los difuntos, para cuidar a los ancianos, para guiar a los turistas o para proteger el cada
da ms escaso medio natural. Proliferan da a da profesiones, empresas y estudios que
tratan de aumentar y mejorar los servicios de todo tipo que se ofrecen a los ciudadanos.
La sociedad organizacional es altamente compleja, y precisamente por esto es por
lo que posibilita un aumento progresivo en la diversidad de las relaciones
interpersonales, lo que se traduce en mejorar y aumentar las posibilidades individuales
de tomar decisiones sobre la propia vida dentro del marco global de la sociedad. Es
precisamente la complejidad organizacional de la sociedad actual la que est
permitiendo hacer cada vez ms viable las opciones de vida individuales. Los ideales de
la Ilustracin se ven cada vez ms y mejor plasmados en la vida cotidiana trescientos
aos despus.
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Esta aparente contradiccin entre individuo y sociedad no es tal, lo que ya
afirmaba N.Elias, puesto que la existencia de la persona, como sujeto orgnico, y de la
nocin de individuo, como idea o valor a la que aspirar, tan solo adquieren sentido y
carta de naturaleza real y positiva en el marco y en el seno de la sociedad, que es la que
protege y garantiza los derechos de las personas, como individuos y ciudadanos.
La sociedad es el marco en el que adquiere pleno sentido tanto la vida de las
personas como la propia nocin de individualidad. La sociedad no es pues la resultante
de un sumatorio de individuos, sino el modo habitual en el que conviven las personas, el
contexto normativizado y cotidiano en el que discurre la vida humana.
Si la sociedad es el marco en el que adquiere sentido la vida humana, la cultura es
el modo concreto en el que la vida adquiere determinados rasgos. Se puede establecer
una correspondencia metafrica, por la que si entendemos a la sociedad como el cuenco
en el que se cuece la vida humana, la cultura representara el caldo que hierve en ese
mismo cuenco.
En las sociedades premodernas resultaba frecuente encontrar a colectividades muy
homogneas culturalmente, en las que a determinada sociedad le corresponda una
cultura especfica, aunque ya en la edad media, incluso en la antigedad, se podan
hallar sociedades con diversidad cultural e incluso con procesos de mestizaje cultural.
En Al-Andalus y en los Reinos cristianos de la pennsula Ibrica coexistieron en una
misma sociedad musulmanes, judos y cristianos. Sin embargo, los procesos de
diversidad cultural se han generalizado con la emergencia del Estado moderno, proceso
que ha adquirido una velocidad de vrtigo a partir de la segunda mitad del siglo XX con
la irrupcin masiva de las comunicaciones y telecomunicaciones, y en la ltima dcada
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con la revolucionaria transformacin de la informacin telemtica.
Kroeber y Kluchohn (Aguirre,A., 1988) recogieron ms de quinientas definiciones
de cultura, las cuales agruparon en seis categoras distintas, y finalmente hicieron una
sntesis final que describieron as: La cultura consiste en patrones de comportamiento,
explcitos e implcitos; adquiridos y transmitidos mediante smbolos, que constituyen
los distintos logros de los grupos humanos, incluyendo su plasmacin en utensilios; el
ncleo esencial de la cultura se compone de ideas tradicionales (es decir,
histricamente obtenidas y seleccionadas) y, sobre todo, de sus valores asociados; los
sistemas culturales pueden, por un lado, ser considerados como productos de la
actuacin y, por otro lado, como elementos condicionantes de las actuaciones
sucesivas . Pero existen tambin explicaciones comprensivas y muy sintticas de este
controvertido fenmeno humano: cultura es la porcin aprendida de la vida humana
(Herskovits, M.J., 1973).
En sntesis, se puede concluir que la cultura supone un complejo y controvertido
proceso a travs del cual las personas adquirimos determinados patrones de conducta, de
pensamiento e incluso de sentimiento. La cultura constituye la atmsfera en la cual
hemos aprendido a vivir, es por esto que nos sentimos protegidos e identificados con sus
rasgos bsicos: lengua, sistema de creencias, emociones, sentimientos y arquetipos
mentales.
Desde que tenemos constancia histrica se han dado procesos de hegemona y de
dependencia cultural, dado que los procesos culturales como los sociales no son
estticos. Los procesos mediante los cuales una determinada cultura se ha impuesto a
otras absorbindolas e incluyo disolvindolas, no siempre de modo pacfico, se conoce
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como aculturacin, y en este sentido cabe afirmar, que el deporte constituye uno de los
fenmenos acultirizadores ms potentes que han existido en la historia humana, pero en
este caso obrando de modo pacfico, o cuanto menos no impuesto.
2.2.- Sistema social, estructura social y dinmica social
El objeto de la Sociologa como disciplina es el conocimiento de la sociedad, pero
Por dnde empezar a estudiarla? Qu aspectos de la sociedad son ms relevantes? Se
estudia un tipo de sociedad estndar o existe una diversidad de sociedades?
Actualmente las sociedades constituyen fenmenos altamente complejos, pero en
la medida que su complejidad aumenta tambin parece acrecentarse el orden interno de
la misma, su construccin organizacional, como se ha afirmado en lneas anteriores.
Este rasgo de las sociedades contemporneas ha estimulado la concepcin de la
sociedad como un fenmeno complejo y ordenado en el que sus componentes
interactan constantemente. Fue el americano Talcott Parsons quien acu este
apelativo que actualmente se utiliza de modo genrico, sin que necesariamente quienes
lo utilizan se identifiquen con la concepcin funcionalista que sustentaba este autor.
As pues, se entiende por sistema social al conjunto de relaciones y disposiciones
que ordenan y aglutinan a la sociedad en un determinado orden, a las diferentes fuerzas
que generan el equilibrio social, pero tambin aquellos impulsos que pretenden
modificar el orden social establecido y que son capaces, de muy diversos modos, de
provocar algn tipo de cambio, constituyendo as la dinmica social necesaria para que
las sociedades evolucionen en una u otra direccin.
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Las sociedades son organismos vivos, conjunto de personas que tienen
caractersticas, intereses y prioridades concretos, pero adems diferenciados. Las
diferencias entre personas y grupos de personas generan corrientes de atraccin o de
repulsin y en funcin de estos flujos se producen los cambios sociales, es decir, la
dinmica social adquiere un tono u otro. Hay fuerzas que se imponen a otras, pero
tambin existen fuerzas que se alan unas con otras, que se superponen, yuxtaponen, se
coordinan o incluso se fusionan.
La naturaleza de estos flujos de energa social, que en sociologa se denomina
poder social, parece encontrarse en las relaciones profundas en como las sociedades han
ido lentamente construyendo el orden social. Pero la sociologa no es una ciencia
exacta, sino una disciplina humanstica y como tal, sometida a la percepcin que en un
determinado momento tienen los eruditos y cientficos ms cualificados.
De este modo se pueden distinguir muy diferentes corrientes de pensamiento en
sociologa, diferenciadas muy profundamente a partir de divergencias originadas en
torno al concepto de estructura social, dado que esta nocin resulta trascendente para
concebir la sociedad y justificar o interpretar su dinmica.
Un clsico de la sociologa europea como R.Dahrendorf (1970) distingua entre la
sociologa del orden (funcionalismo) y la sociologa del conflicto (marxismo),
precisamente a raz de la diferente concepcin que de la estructura social tienen estas
dos importantes corrientes de pensamiento, al menos durante buena parte de la segunda
mitad del siglo XX.
Para los marxistas, aquellos socilogos que utilizan el materialismo histrico
como mtodo para estudiar la dinmica social, sta se distingue por estar en conflicto
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permanente entre aquellos grupos enfrentados por la estructura social, los poseedores de
los bienes de produccin (capitalistas) y aquellos otros que no disponen de otra cosa que
su fuerza de trabajo para ser alquilada a cambio de un salario (obreros). La coercin
ejercida por los asentados en posiciones dominantes en la estructura social sobre el resto
genera un conflicto permanente que es, precisamente, el motor que impulsa el cambio
social. La dialctica entre dominadores y dominados es el eje en torno al cual las
sociedades se transforman.
Para los funcionalistas, sin embargo, la propia definicin de sistema social infiere
la necesidad de la existencia de orden para que la propia sociedad se mantenga. La
sociedad est formada por una estructura relativamente estable, que permite que sus
componentes interacten constantemente, pero siempre hacia la integracin, pues
aunque sea cumpliendo muy diversas funciones, el consenso en torno a valores y
preceptos comunes constituye precisamente la estabilidad o equilibrio del sistema.
En el ltimo cuarto del pasado siglo XX se consolid otra corriente de
pensamiento social, la considerada como sociologa de los modelos o estructuralista.
Originada a partir del estructuralismo lingstico que distingua entre la lengua
(estructura profunda) y el habla (modismos cambiantes), cuyos conceptos pasaron a ser
utilizados por el antroplogo C.Levi-Strauss y los socilogos L.Althusser y M.Foucault,
entre otros, que fueron haciendo aportaciones originales en torno a la nocin de
estructura como modelo de organizacin social, que constituye una construccin
abstracta del investigador que le permite interpretar los hechos sociales.
La derivacin del estructuralismo sociolgico haca posiciones cientficas cada
vez ms interpretativas (hermeneticas) y como tales, dependientes de la minuciosa
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elaboracin de cada investigador para construir su propio modelo de observacin, ha
hecho que esta corriente haya perdido buena parte del crdito que obtuvo en los aos
ochenta, habida cuenta de la diversidad de mtodos y de conclusiones que se pueden
generar para el estudio de un mismo hecho social.
A mediados del siglo XX surgi en Norteamrica una corriente de pensamiento
que pretendi contrarrestar el carcter eminentemente emprico que adquiri el
funcionalismo como mtodo cientfico social, utilizacin de la encuesta como
herramienta bsica. Esta alternativa terica al funcionalismo ms cuantitativo se
caracteriza por la utilizacin de mtodos de investigacin cualitativos (entrevista en
profundidad, discusin en grupos, historias de vida.., ) y se aplic muy especialmente en
el estudio de conductas desviadas, es decir, un campo de estudio que era tpico de la
psicologa social. Segn Blumer (1982) el interaccionismo simblico considera que las
personas actan en funcin del significado que adquieren para ellos las cosas; estos
significados se construyen en una enmaraada tela de interacciones sociales, pero cada
persona interpreta a su modo estos significados cuando se enfrenta a cada una de las
diversas circunstancias que configuran su biografa, de ah la necesidad fenomenolgica
de preguntarles para reconstruir este proceso singular.
La sociologa figuracional o figurativa se fue consolidando lentamente a partir de
la docencia ejercida en la universidad de Leicester por el socilogo alemn N.Elias, que
form a intelectuales de gran relevancia como E.Dunning y A.Giddens. La nocin de
figuracin social viene a constituir una brillante sntesis entre los conceptos de funcin y
de interaccin., ya que en la vida social se est constantemente construyendo y
transformando diversidad de figuraciones, que constituyen la clula bsica de toda
sociedad.
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Una figuracin social constituye una situacin social en la que dos o ms personas
interactan de tal modo que establecen funciones de dependencia de unos respecto de
los otros para que esta figuracin se cree. De este modo, para que se constituya una
figuracin social tal como una entrevista, se requiere de un entrevistado y de un en
trevistador, pues sin la funcin de cada uno y su interaccin este hecho social,
denominado figuracin, no se constituira como tal.
2.3.El deporte a la luz de la teora sociolgica.
La complejidad de los fenmenos sociales y la dificultad para poder explicarlos
con elevadas dosis de certidumbre ha provocado la apertura de la sociologa a nuevas
corrientes de pensamiento y a renovadas propuestas metodolgicas, lo que ha
enriquecido notablemente la teora sociolgica en los ltimos cincuenta aos. En este
sentido la disciplina sociolgica resulta eminentemente pragmtica.
Pero el deporte como fenmeno social emergente, a pesar del carcter heterclito
de la sociologa, ha sido considerado un objeto de estudio sociolgico marginal hasta
bien entrada la dcada de los setenta. Sin embargo, a pesar de que la sociologa del
deporte ha avanzado espectacularmente en las ltimas dos dcadas y el fenmeno
deportivo se ha convertido en una costumbre dominante en nuestra sociedad, los
estudios sociolgicos en torno al deporte an detentan un cierto glamour menor,
acadmica y cientficamente considerado, error que en algunos sectores de la sociologa
se tiende a corregir. Puesto que de error habr que considerar a aquellas explicaciones
globalistas de nuestra sociedad que no tengan en cuenta el papel civilizador y el poder
aculturizador de esta costumbre tan genrica y firmemente arraigada.
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Pero an siendo contados los estudios que se han propuesto desentraar el papel
desempeado por el deporte en la construccin y desarrollo de la sociedad
contempornea, a excepcin de N.Elias, si han sido prolficas las investigaciones y
aproximaciones tericas que se han propuesto, a la luz de muy diversas corrientes de
pensamiento, explicar la funcin social o el protagonismo de este pasatiempo cotidiano
en el mundo moderno. En este sentido, cabe llevar a cabo, aunque de modo sinttico,
una revisin de estas concepciones del deporte, aunque en estricto sentido no
representan el estado actual de la cuestin en sociologa del deporte.
2.3.1. El deporte desde la perspectiva funcionalista.
Desde esta perspectiva Loy, J.W. (1978) concibe el deporte como un juego
institucionalizado caracterstico de un modelo cultural y de una estructura social hecho
fuerte en la sociedad contempornea, cuyos elementos incluyen valores, normas,
sanciones, conocimientos y posiciones sociales (roles y estatus). El deporte constituye
as una de las manifestaciones ms genuinas del sistema social imperante, cuya funcin
reside en su capacidad para integrar en l a multitud de personas que a travs de su
prctica son socializados.
El deporte, entre otras cosas, ayuda a la formacin de identidades nacionales y
personales, otorga la oportunidad para proyectar tensiones y canalizar la agresividad
(McPherson,B. 1978) y adopta diferentes grados de complejidad en su proceso de
socializacin, tanto desde una perspectiva institucional como individual, hasta conseguir
armonizar las perturbadoras divisiones del sistema social (Kenyon,G. 1986), es decir,
haciendo efectivos los procesos de integracin y socializacin.
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Figura 2.1
Para G.Lschen (1982) el deporte constituye un subsistema del sistema social
imperante, en donde los conflictos y las diferencias de estatus vienen determinados por
la propia estructura interna de este subsistema, por lo que ni el deportista profesional
puede considerarse un trabajador asalariado ni el conflicto es tal o el sistema de rangos y
jerarquas no puede homologarse al sistema de clases sociales.
W.M.Leonard (1984), establece un correlato entre el sistema social imperante y el
sistema deportivo. El deporte implica as un ejemplo vivo y edificante de organizacin
social, cumpliendo una clara funcin integradora y socializadora.
Esta orientacin sociolgica otorga al deporte una funcin claramente benvola,
como actividad que refuerza y desarrolla el sistema social vigente. Sus
conceptualizaciones tienden a ser necesariamente prescriptivas, lo cual infiere con
relativa claridad que el equilibrio social existente es el nico posible en la sociedad
contempornea
2.3.2. El deporte desde la ptica marxista.
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Las interpretaciones marxistas hacen hincapi en que el deporte es un producto
genuino de la revolucin industrial y del nuevo orden social establecido por la
burguesa. Se trata de anlisis que tienen en el materialismo histrico su fundamentacin
metodolgica. Para la sociologa marxista el deporte constituye el refuerzo positivo e
ideolgico del que se vale el sistema capitalista para conseguir en la masa social una
aquiescencia moral y fctica que hace posible que las relaciones de dominio y poder
sigan inalterables.
La obra clsica del alemn Bero Rigauer, Sport und Arbeit, publicada en 1934,
constituye el primer precedente que instaura una interpretacin del deporte como
fenmeno social desde la perspectiva marxista. Traducida por el norteamericano
A.Guttmann, fue publicada por vez primera en ingls en 1981. El influjo de esta obra ha
sido de gran importancia para que se consolidase en Francia, Canad y el Reino Unido
una sociologa del deporte fundamentada en el materialismo histrico.
El autor ms prolfico desde esta perspectiva es sin duda el francs J.M.Brohm,
fundador y director de la revista Quel corps?. En una de sus obras ms polmicas (1976)
subraya la accin represiva que instaura el modelo deportivo, mediante los mecanismos
de sublimacin y desublimacin represiva, con clara influencia freudomarxista, en
especial de H.Marcuse, mediante los cuales se transmiten valores ideolgicamente
positivos asociados al deporte.
En su obra ms conocida en el mbito espaol desarrolla este caracter
aparentemente positivo del deporte: el deporte constituye la reproduccin de los
valores de la sociedad capitalista funcionando como una superestructura ideolgica
positiva (es la institucin del reino de la positividad), neutra (nunca llega a cuestionar
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el orden establecido), integradora (es un modo de comportamiento, un modelo social
ideolgicamente valorizado), y ritual (se ha convertido en el mbito de la mitologa
profana auspiciado por los mass media), objeto de un gran consumo que hace que ste
sea vivido como una cultura cotidiana (1982).
En Le mythe olympique (1981) trata de mostrar el caracter marcadamente
ideolgico de los valores deportivos difundidos universalmente por el movimiento
olmpico. La idea de que el cosmopolitismo olmpico se convierte en la religin atltica
universal, oculta en un mundo laico, sienta las bases que explican que el olimpismo
funcione como un mito contemporneo. La trascendencia suprahistrica de una idea
noble y generosa, que, en tanto que conjunto de representaciones milenarias, juega un
rol catalizador de una sociedad y de una cultura identificadas con la cultura occidental,
amenazada continuamente de decadencia.
Figura 2.2.
En la dcada de los ochenta se consolid una corriente marxista en sociologa del
deporte claramente decantada por la influencia de A.Gramsci. Su anlisis de las
relaciones sociales y el poder ejercido por el Estado les indujo a prescribir la ideologa
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como un sistema operante detentado por las clases sociales poderosas con el fin de
mantener su hegemona y dominio. En este sentido, el ingls J.Hargreaves (1982)
mantiene que: la ideologa tiene una base material en la prctica social y no es
precisamente la anttesis de la ciencia, y la cultura un programa entero de vida y
como tal instalado dentro de la cultura popular, en cuyo seno se encuentra el deporte.
El deporte forma parte de la cultura, al igual que otras manifestaciones como el
cine, el teatro o la danza y esta peculiaridad popular le otorga un caracter de fcil
penetracin en el tejido social. La evolucin de la estructura social, es decir, su
constante modificacin y desarollo, debe ser entendida dialcticamente, como proceso
dinmico, y en ste se inscribe el deporte como poderoso vehculo para integrar a la
cultura obrera dentro de las relaciones sociales cuyo poder hegemnico ejerce la
burguesa. Es por lo que este proceso debe ser necesariamente estudiado desde una
perspectiva histrica, dedicando a este fin su obra Sport, Power and Culture (1986), en
la que ofrece una sugestiva visin histrica que va desde los orgenes del deporte
contemporneo hasta la consumacin de la hegemona burguesa despus de la segunda
guerra mundial, cuando se produce la definitiva integracin de la fuerza obrera en la
cultura deportiva.
Por su parte, R.Gruneau enfatiza en sus anlisis que el poder se ejerce bsicamente
a travs de los mecanismos del Estado. En su constitucin la sociedad y
fundamentalmente la cultura, juegan un papel especialmente significativo. La cultura
deportiva encierra en s misma un modelo acabado que est en perfecta armona con la
estructura bsica del Estado contemporneo. El deporte ofrece as, a travs de sus
estructuras simblicas, una posibilidad real de integrar a grandes masas de poblacin
dentro del aparato estatal, manteniendo de esta forma la hegemona de los grupos
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dirigentes y dominadores del mismo. El deporte como proceso cultural tiene dos
momentos: el primero est en relacin con el trabajo especfico del atleta y el segundo
representa el contexto social en el que se da el hecho deportivo; la cultura pues, no es
un hecho autnomo de la realidad social y est basada en la actividad humana,
significando su existencia un producto concreto de las relaciones de dominio, en las
que el Estado moderno es su mejor baluarte (1983).
2.3.3. El deporte desde la sociologa figurativa.
Denominada as esta corriente por sus propios inspiradores, N.Elias y su discpulo
ms aventajado E.Dunning, porque para comprender los procesos sociales, y el deporte
lo es sin duda ninguna, utilizan el concepto de figuracin sociolgica, mediante el cual
N.Elias (1982), en una de sus obras bsicas, pretende superar la arbitrariedad de
distinguir entre individuo y sociedad.
La aportacin central de esta corriente se expresa en la teora de los procesos de la
civilizacin, que intenta desvelar, desde una perspectiva histrica de larga duracin, los
cambios en los usos sociales que han ido construyendo la modernidad. Lo que Elias
(1987) muestra en su anlisis histrico es que junto al refinamiento de las formas de
vestir, comportamiento en la mesa, ademanes o expresin del gesto, que se produce a
partir del siglo XV en la sociedad cortesana, se fue instaurando tambin un nuevo
cdigo moral entre la aristocracia, puesto que ya no era su aguerrido valor y agresividad
lo que de ellos se esperaba, producindose as un control paulatino de la violencia en las
relaciones sociales.
La compleja red de interdependencias a que se vio sometida la sociedad cortesana
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es una clave decisiva para comprender el advenimiento del Estado moderno, y en este
proceso civilizador los cruentos pasatiempos medievales se fueron regulando hasta
originar el deporte contemporneo. El nacimiento del gobierno parlamentario, parte
del proceso de formacin del Estado en Inglaterra, y sobre todo, el desequilibrio en la
balanza de poder entre el rey y las clases altas con grandes extensiones de tierra,
desempearon un papel activo y no slo pasivo en el desarrollo de la sociedad inglesa.
Si preguntamos por qu los pasatiempos se convirtieron en deportes en Inglaterra, no
podemos dejar de decir que el desarrollo del gobierno parlamentario y por tanto de una
aristocracia y una gentry ms o menos independientes, desempe un papel decisivo en
el desarrollo del deporte (N.Elias, 1992).
Paulatinamente a este refinamiento del estamento noble se fue consolidando un
nuevo orden social auspiciado por la burguesa, surgiendo el Estado moderno,
capitalista y parlamentario, que sancionar su derecho al ejercicio monopolstico de la
violencia. Es en este contexto sociohistrico que emerge el deporte moderno, como
acomodacin de los otrora violentos sports populares ingleses al nuevo ordenamiento
jurdico, poltico y moral.
Adems de constatar que el deporte contemporneo es una trama ms de la
extensa madeja de interrelaciones que confluyen en el desarrollo del proceso de
civilizacin europeo, del que emerge la sociedad actual, la aportacin sustancial de
N.Elias radica en la consideracin de que el deporte, lejos de significar un pasatiempo
inocuo e intrascendente, es una ms de las claves sociales que nos permiten comprender
el origen y evolucin de los tiempos modernos: la deportivizacin fue como un empuje
civilizador comparable por su direccin global a la cortesanizacin de los guerreros,
proceso en el que las opresivas reglas de la etiqueta desempearon un papel
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significativo... Es posible pensar que las sociedades europeas, desde el siglo XV en
adelante para hablar de una manera general, sufrieran una transformacin que
impona a sus miembros una reglamentacin cada vez mayor de su conducta y sus
sentimientos... el progresivo reforzamiento de los controles reguladores sobre las
conductas de las personas y la correspondiente formacin de la conciencia, la
interiorizacin de las normas que regulan ms detalladamente todas las esferas de la
vida, garantizaba a las personas mayor seguridad y estabilidad en sus relaciones
recprocas, pero tambin entraaba una prdida de las satisfacciones agradables
asociadas con formas de conducta ms sencillas y espontneas. El deporte fue una de
las soluciones a este problema (Elias, N. 1992).
2.3.4. La perspectiva estructuralista.
Influenciado directamente por el estructuralismo lingstico de F. de Saussure y
R.Jakobson, el pensamiento antropolgico desarrollado por C.Lvi-Strauss trat de
reducir un tipo de realidad a otro, ya que la realidad verdadera no es nunca la que mejor
se manifiesta a los ojos del observador. El mtodo de investigacin basado en este
principio considera a los fenmenos socioculturales como signos, de tal forma que
constituyendo sistemas son susceptibles de ser analizados para conocer su estructura.
Una vez conocidas stas pueden ser formuladas como modelos tericos que son capaces
de hacer inteligibles la realidad antroposocial.
En el campo de la sociologa este mtodo ha sido utilizado muy especialmente por
P.Bourdieu, cuya abundante obra ha orientado muchos trabajos en el mbito de la
sociologa del deporte francesa. Las investigaciones de C.Pociello (1981), G.Vigarello
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(1988) y P.Parlebas (1988) entre otras, se han visto de alguna forma influenciadas por
P.Bourdieu, aunque no pueda decirse en estricto sentido que se trate de estructuralistas.
Segn Bourdieu para que pueda constituirse una sociologa del deporte, es necesario
ante todo darse cuenta de que no se puede analizar un deporte particular
independientemente del conjunto de las prcticas deportivas; es necesario pensar el
espacio de las prcticas deportivas como un sistema del cual cada elemento recibe su
valor distintivo(1988).
La historia de las prcticas deportivas constituye una historia estructural que tiene
en cuenta las transformaciones producidas a lo largo del tiempo. Slo as ser posible
detectar propiedades socialmente pertinentes que hacen que determinadas prcticas
estn en afinidad con los intereses y gustos de determinados grupos sociales. Los
deportes no se inscriben en el marco de una sociedad aparte sino que es necesario
estudiar el sistema deportivo en el conjunto del sistema social: el consumo deportivo
no puede ser estudiado independientemente del consumo alimentario o de los consumos
del ocio en general (Bourdieu, P. 1988).
Para Bourdieu (1988) los gustos por las distintas prcticas deportivas vienen
determinados por la adscripcin de clase, ya que los hbitos son generados en el seno de
la familia, pues se trata de esquemas incorporados, mecanismos que funcionan de forma
insconsciente y que van decantando la inclinacin de las personas hacia ciertos modelos
de prcticas: energtico-esticos (ciclismo, boxeo, lucha...), distinguidos y no violentos
(tenis, esqu, esquash...) o elitistas (golf, polo, navegacin...). C.Pociello (1981)
tambin utiliza este esquema estructural para explicar la aparicin de las nuevas
modalidades deportivas como el surf, wind surf, parapente o ala delta, estableciendo
diferentes modelos en los que en uno predomina la fuerza bruta, en otros la utilizacin
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de la energa del medio, la gracia y la esttica o la prioridad de la agilidad y los reflejos.
P.Parlebas (1985), tambin cree vislumbrar una clara relacin entre el modelo de
las prcticas y el modelo correspondiente a la adscripcin de clase: Se podra, en
efecto, remarcar que el pugilato, los deportes de contacto, los deportes brutales, han
sido practicados casi exclusivamente por las clases sociales ms desfavorecidas,
mientras que los deportes de distancia, en los que el contacto est amortiguado e
incluso se realiza de manera indirecta por medio de un instrumento, han estado
reservados a la aristocracia.
2.3.5. La perspectiva interaccionista.
El interaccionismo sociolgico se ha consolidado como una corriente de clara
influencia etnogrfica, pues centra sus estudios en los actores directos de los hechos
sociales. Desde una primera aproximacin descriptiva, intentan situar los fenmenos
sociales a partir de las percepciones y de las vivencias que sobre los hechos que los
configuran manifiestan cada uno de los diferentes protagonistas que constituyen sus
informantes.
El alemn K.Weis es uno de los pioneros de esta corriente dentro de la sociologia
del deporte. Ha llevado a cabo estudios etnogrficos sobre la significacin del deporte
en sociedades precapitalistas, y muy especialmente, estudios sobre marginalidad social y
el papel que en la dinmica de estos grupos juega el deporte.
Weis distingue entre asociacin e institucin, ya que a la primera podemos
pertenecer como miembros, mientras que a la segunda estamos sometidos. As mismo,
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distingue entre institucin y organizacin, designando a sta ltima como el rgano
ejecutivo de la institucin con sus modelos de conducta institucionalizados (1979).
Estas diferenciaciones son de gran importancia para poder comprender la
significacin social del deporte. ste aparece como una institucin nueva, es decir, no es
una institucin necesaria o de base, pero al constituirse como tal, no slo hace uso de
sus propias atribuciones sino que le son transferidas otras que anteriormente
desempeaban otras instituciones, de ah que sea de especial relevancia estudiar cada
uno de los contextos culturales en los que el deporte se instaura . El deporte ostenta
muy distinta significacin segn diferentes grupos de personas, en especial, si stas
responden a diferentes patrones culturales (Weis, K. 1990).
Marsh, Rosser y Harr (1978) interpretaron la violencia en el ftbol a modo de
batalla ritual sobre un determinado territorio. De esta forma, a partir de interpretar el
significado que cada uno de las actores creen representar en el acto deportivo, llegan a
definir la situacin social en donde ste se desencadena. Tal planteamiento les llev a
entender la violencia como una especie de ritual en donde los actores tienden a proyectar
su agresividad contenida. En Espaa, J.Durn (1995) tambin ha recurrido a este
planteamiento para estudiar a los hinchas futbolsticos, aunque sus conclusiones difieren
sensiblemente.
En los ltimos aos, ha despertado un enorme inters sociolgico el estudio de las
emociones en el deporte, y en buena medida, ha existido una clara tendencia a utilizar
trabajos de campo etnogrficos que centran su atencin en la percepcin y vivencia que
los protagonistas y espectadores tienen de la competicin deportiva, en donde se detecta
que la emocin ms que ser algo esttico, es un itinerario emocional de atribucin de
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significados que vara a lo largo del tiempo (Puig, N. y Morell, S., 1996).
Recuerda que:
Lo que distingue a la sociologa de otras ramas del saber social es el hecho de
que se interesa por investigar la estructura, los procesos y la naturaleza de la sociedad
humana en general.
Cabe diferenciar entre las ciencias de la naturaleza, en las que para su estudio
es factible operar metodolgicamente con planteamientos formales (abstracciones
lgico matemticas, definiciones, leyes...), de las ciencias que estudian al hombre, que
requieren de un punto de vista comprensivo, dado que la singularidad de los
fenmenos sociales imposibilitan su definicin, por lo que la aspiracin del
conocimiento social es la de describir, explicar y comprender la realidad social.
Las sociedades modernas han hecho posible que la nocin de individuo, como
aspiracin al libre desarrollo de la singularidad de cada persona, se haya hecho
realidad consolidndose como un derecho del ser humano, apareciendo registrado en
las constituciones de los Estados democrticamente ms avanzados.
La sociedad es el marco en el que adquiere pleno sentido tanto la vida de las
personas como la propia nocin de individualidad. La sociedad no es pues la
resultante de un sumatorio de individuos, sino el modo habitual en el que conviven
las personas, el contexto normativizado y cotidiano en el que discurre la vida
humana.
Se pueden distinguir muy diferentes corrientes de pensamiento en sociologa,
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ocurre en el habitat humano, en la sociedad, pero a sabiendas de que son constructos y
no realidades empricas, caso de la nocin de estructura, de sistema, de rol o la
construida por N.Elias, la de figuracin social.
Cuestiones y ejercicios
1) Clarifica y diferencia entre la nocin de sistema social y estructura social.
2) Diferencia entre interaccin social, funcin social y figuracin social.
3) Por qu se conoce al marxismo como sociologa del conflicto?4) Seala las semejanzas y diferencias entre el funcionalismo y el
interaccionismo simblico como corrientes de pensamiento social.
5) Seala algunas aportaciones del fenmeno deportivo a la consolidacin delproceso de civilizacin contemporneo.
Bibliografa comentada
Giner, S. (1969)Sociologa. Barcelona, ediciones Pennsula.
Manual tpico y tpico de sociologa pero que ostenta el privilegio de permanecer
inclume ante el tiempo, hasta el punto de seguir constituyendo uno de los manuales
ms clarificadores, sencillos y a la vez completos, de los que nutren actualmente las
librerias.
Aborda con pulcritud acadmica el tratamiento de cuestiones elementales, como la
naturaleza humanista y cientfica de la sociologa, las dimensiones que hacen inteligible
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la idea y el fenmeno de sociedad, la complejidad de la cultura y los procesos de
enculturacin o la nocin de cambio social. Pero avanza adems otros temas de inters
que la convierten en una obra completa: la controvertida cuestin de las clases sociales o
de la estritificacin social, las formas de detectar el poder social, las construcciones e
instituciones comunitarias, el conflicto social y hasta asuntos ms densos, pero tratados
con ejemplos clarificadores, como los relativos a la sociologa del conocimiento.
Sin duda, se trata de una obra bsica para toda aquella persona que desea
adentrarse en el conocimiento de esta disciplina cientfica, la sociologa, que cada da
goza de ms prestigio entre la comunidad investigadora y acadmica.
Barbero, J.I. edit- (1993) Materiales de sociologa del deporte. Madrid, La
Piqueta.
Compilacin y seleccin de textos realizada por Jos Ignacio Barbero, que
corresponde a distintos enfoques y puntos de vista de la sociologa del deporte.
Evidentemente, no estn todos los que son, pero la presencia de P.Bourdieu, E.Dunning
y J.M.Brohm entre sus pginas, convierte de inmediato su contenido en solidez
discursiva y cientfica. Ms discutible podra significar la presencia de Jennifer
Hargreaves, y no de John, su ex esposo, de Terry Todd o de Kevin Young, no
incorporando otras prestigiosos cientficos alemanes, americanos o australianos.
En cualquier caso, los textos seleccionados son todos ellos de enorme inters
sociolgico y con su lectura podr el lector hacerse una idea, al menos panormica, del
amplio espectro que puede llegar abarcar la sociologa del deporte.
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A destacar la brillante introduccin y presentacin escrita por el mismo J. I.
Barbero, quien en tan solo treinta pginas ha sido capaz de sintetizar y clarificar con
agudeza, no pocos de los problemas que en los ltimos veinte aos ha tratado de abarcar
la sociologa del deporte.
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