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TrompetaEvangelizadora
E L M U R O
Noviembre 2014
Contenido
Trompeta Evangelizadora 11/2014 2
E L M UR O
Unidad en Alemania
El acontecimiento histórico hace 25 años tuvo un gran efecto para toda una nación. Del mismo modo, deben caer todos los muros entre los hijos de Dios. Los muros de Jericó
Con mi Dios sobre los muros Algunas cosas en la vida parecen ser un obstáculo insuperable para nosotros. Y realmente tenemos muy poca influencia en muchas circunstancias. Pero nuestro Dios tiene el poder en revertir la situación.
Mensaje radial
Grietas en la mampostería Las grietas y hendiduras en un edificio hablan por sí mismos. ¿Qué demostraría en el sentido espiritual?
Muros de Protección
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Lo que mueve al corazón Obstáculos auto-producidos A menudo, las cosas serían mucho más fáciles si no las haríamos complicadas.
Enseñanzas bíblicas La unidad de los creyentes
Me he arriesgado
Tiempo y eternidad
¡Casi en el hogar!
El mundo no es nuestro hogar
La brevedad de la vida El correr de los año nos enseña la verdad, que el tiempo pasa muy rápido y nuestra vida es muy corta. Parece que acaba de empezar - y
sin embargo, ya está a punto de terminar.
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Editorial
Trompeta Evangelizadora 11/2014
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¡Estimado lector!
Al mirar retrospectivamente en estas semanas la caída
del muro de Berlín, que aconteció hace 25 años,
estamos alegres y agradecidos, que este producto de la
guerra fría fue eliminado. Yo tenía parientes en el este
y también en el oeste de Berlín. En julio de 1989, en
nuestro viaje a Alemania, estábamos parados, mi
esposa, yo y mis hijos, en la cola de kilómetros de
largo de autos para el control en la frontera. ¿Quién se
hubiera imaginado, que en pocos meses este
impedimento, el muro de separación, se habría
derrumbado y quitado sin guerra?
Por lo cual nos dejamos estimular en esta edición con
el actual tema, publicar algunos artículos acerca de
diversas escrituras en la Palabra de Dios. ¿Cuál es el
propósito de un muro? Yo mismo he tenido la siguiente
experiencia: Cuando fuimos invadidos el 21 de Enero
de 1945 en mi ciudad natal por soldados rusos, mi
madre, mi abuela, mi hermana y yo hemos buscado
refugio con otras familias en un sótano de la ciudad
detrás de un muro. Después de tres días fuimos
liberados y pudimos huir.
Por lo tanto, el propósito de un muro puede tener un
significado tanto positivo como negativo. Así también
la palabra de Dios nos muestra los diferentes lados de
un muro. En el tiempo de Josué, los muros de Jericó
debían impedir el acceso al pueblo de Dios. Después de
la cautividad en Babilonia, Esdras y Nehemías vinieron
a Jerusalén a edificar los muros, para tener una ciudad
refugiada de los enemigos, donde construir el templo
para poder celebrar nuevamente el servicio a Dios.
Pero Dios busca también a siervos y siervas, que le
sirvan de corazón, utilizando el cuerpo y alma para ser
fuertes como un muro contra la impiedad, la
decadencia y el error.
Por lo tanto, estimado lector, Dios busca aún hoy hé-
roes en sus filas. ¿No quieren ser también un luchador y
estar como un firme muro en defensa de la verdad?
H. D. Nimz
Página juvenil
La inmutabilidad de Dios Pregunta y respuesta
Página infantil
El “Muro de Dios”
Semana de oración 2015
Temas de oración Enero 2015
Pie de imprenta
Nada
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27
28 Poesía
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EL MURO
Unidad en Alemania
Estuvo 28 años, 2 meses y 27 días - y, gracias a Dios, es
historia. Una historia alemana.
El 15 de junio de 1961, Walter Ulbricht, Presidente del
Consejo de Estado de la RDA (República Democrática
Alemana), dijo en una entrevista: “Nadie tiene la
intención de construir un muro.” En realidad, la decisión
se tomó el 2 de Agosto de 1961 en una reunión en Moscú.
En la noche del 12 al 13 de Agosto se comenzó con la
construcción del muro de Berlín, que debía ser un límite
mortal por todo el país y cerrar por completo a Berlín.
Cuando fue levantado el muro, yo recién había aprendido
a caminar. Los padres y hermanos de mi padre vivían en
la RDA y así crecí en una Alemania dividida.
Experimenté los estrictos controles limítrofes, el casi
insuperable límite con la franja de la muerte,
francotiradores y minas antipersonas. Una y otra vez me
parecía una visita a la cárcel. Tantas cosas estaban
prohibidas en aquel tiempo en la RDA. Muchas cosas
eran peligrosas, y no todo podía decirse. Y luego la gran
falta de muchos elementos cotidianos, que para nosotros
en el oeste eran normales. En extrema contraposición, la
imagen que la propaganda comunista quería dar. El
regreso al oeste era también un regresar a la libertad. Y
aún así nos habíamos acostumbrado a esta división como
a una realidad. Aceptar la división era normal. No puedo
recordar haber escuchado por parte de los políticos o en
los medios, reclamos por un levantamiento de la división.
Más bien, mensajes aislados de políticos mayores me
parecían como una protesta sin sentido contra la realidad.
Indicadores de un fin de esta época se mostraron recién
cuando en Agosto de 1980, trabajadores hicieron paro
sobre un astillero de Gdańsk. En aquél entonces
seguíamos con gran expectación la lucha por la libertad en
Polonia. Tardó varios años y llevó, luego de las
negociaciones en la „Mesa Redonda“ en Febrero de 1989,
a las elecciones democráticas en Polonia. Y entonces
escuchamos de los cambios en la Unión Soviética, desde
que en 1985, Mijaíl Gorbachov fue Secretario General del
Partido Comunista de la Unión Soviética.
Era un tiempo vertiginoso. En septiembre de 1989
comenzaron en una iglesia de Leipzig, las oraciones de los
Lunes y las demostraciones de los Lunes, eventos masivos
no organizados, que gradualmente tuvieron lugar en
muchas ciudades de la RDA. La lucha de las personas por
la libertad, que primero exclamaban una y otra vez:
“¡Nosotros somos el pueblo!” - y más tarde “¡Nosotros
somos un pueblo!” En octubre, las olas golpeaban cada
vez más fuertes. El miedo ante una represión violenta
crecía cada vez más.
Y de pronto - todavía completamente inesperada - en la
noche del 9 de noviembre de 1989, vino la noticia: “¡La
frontera está abierta!” Son difíciles de describir, los
sentimientos que nos conmovieron al día siguiente camino
al trabajo. Y nos encontramos con los Trabbis
(automóviles de la RDA) con las personas felices, a las
cuáles les parecía como un sueño.
¿Pero quién abrió aquí las puertas y portones? ¿Fue
Gorbachov o el gobierno de la RDA? ¿Fueron las
pacíficas personas manifestantes en la RDA? ¿Qué puso
un fin sorpresivo a toda una época, en la cual el sistema
transnacional del comunismo trajo opresión y división a
las personas? ¿Quién quebró su poder dominante?
También aquí se volvió evidente la palabra profética: “No
con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho
Jehová de los ejércitos” (Zacarías 4,6) y Salmos 33,10:
“Jehová hace nulo el consejo de las naciones, y frustra las
maquinaciones de los pueblos”.
Pero los hechos históricos nos ofrecen también una
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notable imagen para desarrollos en el área espiritual. El
muro fue puesto intencionalmente en medio del pueblo
alemán. No eran las personas, que aquí no querían convi-
vir ni estar más relacionados. El muro fue construido por
los dirigentes, que separaron despiadadamente hermanos
entre sí, que hicieron levantar la pared en medio de
ciudades y pueblos. Así también enseña la historia de la
iglesia y el pasado cercano, que fueron una y otra vez los
dirigentes y responsables, los cuales levantaron paredes
de separación. Allí, donde el Señor no puso límites a la
iglesia. Ya Pablo preguntó: “¿Acaso está dividido
Cristo?” (1. Corintios 1,13). Y dice: “Os ruego, pues,
hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que
habléis todos una misma cosa, y que no haya entre
vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos
en una misma mente y en un mismo parecer” (Verso 10).
Con frecuencia, personas lucharon por la verdad con
buenas intenciones y no notaron que querían ganar una
batalla espritual con armas carnales (2. Corintios 10,3-5).
El entendimiento propio fue tomado como medida para la
espiritualidad de otro. Pablo ya sabía que nuestro
conocimiento y entendimiento es siempre muy limitado y
parcial (1. Corintios 13,8-9). La única medida es la
palabra de Dios. Jesús prohíbe el juzgar arrogantemente
(Mateo 7,1-5), y Pablo da el valioso consejo de que cada
uno debe considerarse a sí mismo (Gálatas 6,1-5). La
Palabra enseña, que infinitamente importante es un
corazón lleno de humildad y gracia, una actitud mansa,
con bondad y amor. Esta actitud de Jesús, que sana a los
enfermos y los corazones rotos, deja sanar heridas
profundas y permite que hermanos se reencuentren.
Por ello también murió Cristo, para quitar mediante su
muerte en la cruz el límite, la pared de división, el cerco
(Efesios 2,14-18). Él oró por la unidad de los hijos de
Dios (Juan 17,20-23). Ésta es su voluntad - y para
nosotros mandamiento.
Que magnífica es la unión y la comunión de los hijos de
Dios. Si ya una nación profundamente conmovida, con
lágrimas en los ojos, toma en sus brazos unos a otros,
cuánto más agradecerán a Dios, llenos de alegría y
agradecimiento, los separados hijos de Dios por la unidad
entre los santos. Acaso no cantamos aún todavía la
canción del fundamento de la iglesia: “La voz de Dios
llama nuevamente a la unidad, que paredes de separación
caigan. Alabad a Dios en el Santuario” (de C. W. Naylor).
Así pudimos experimentar nosotros también en Alemania,
cómo Dios conduce a sus hijos a la comunión. Hace aún
pocos años, separados por tristes acontecimientos,
podemos hoy servir a Dios nuevamente en unidad con
muchos hijos de Dios. Similiar a los acontecimientos en el
área política, pudimos experimentar que Dios mismo obró
estos avances. Él guía el corazón de las personas como a
corrientes de agua. Él oye a los hijos de Dios, que claman
a él día y noche. Él prometió no tardar, sino enviar pronto
una salvación. Por ello, no nos cansemos de continuar
orando también por la unidad del pueblo de Dios. Jamás
deberíamos caer ante la propaganda del enemigo y tomar
la separación de los hijos de Dios como algo normal,
lógico o incluso deseado por Dios. Nuestro Señor espera
más bien, que nosotros también hagamos nuestra parte,
para promover la unidad - y no estorbarla. Digamos con
más frecuencia como José: “Busco a mis hermanos”
(Génesis 37,16). Aun si ya fuiste decepcionado con
frecuencia, no olvides nunca: son tus hermanos. Y
finalmente caminaremos, como José, mediante la gracia
de Dios, en amor y armonía por los caminos de Dios. Dios
nos lo permita.
Hermann Vogt, Gifhorn (DE)
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EL MURO
Los Muros de Jericó
(Hebreos 11,30)
La caída de los muros de Jericó es sin duda, conocida
por muchos, desde la escuela dominical. Este
acontecimiento promueve nuestra fe en Dios y su
poder. Dios mostró a Moisés la tierra donde Israel
habitaría en el futuro (Deuteronomio 34) y Moisés vio
Jericó, la ciudad de las palmeras. Israel logró atravesar
con los pies secos el Jordán, por un milagro de Dios.
Jericó era la primera ciudad que debían conquistar.
Con excavaciones se han descubierto partes de la
muralla de la ciudad y del muro de nueve metro de
altura, que rodeaba a la ciudad. Con esto, Jericó era
una ciudad fuertemente segura y difícil de conquistar.
Dios había prometido al pueblo la tierra de Canaán.
Debían poseer la tierra, pero Dios nunca dijo que sería
sin luchas. Israel luchó y conquistó. El que quiere
seguir adelante en la vida espiritual, también debe
luchar y triunfar. “Pero gracias sean dadas a Dios que
nos da la victoria en Cristo” escribió Pablo a los
corintios. Que este artículo sea de ayuda para pelear la
buena batalla con fe y alegría. Quien con fe prosigue
hacia delante, siempre tendrá gozo por su victoria.
Josué envió a dos espías a reconocer Jericó. Ambos
espías dieron informes de la ciudad. También
informaron del desaliento y el miedo de los
ciudadanos de Jericó. Los pueblos paganos sabían:
¡Dios está con Israel!
Mi pregunta a cada lector: ¿Ven las personas a tu
alrededor que Dios está contigo? Hermanos, nuestros
vecinos deben ver que Dios está con nosotros. El que
es un poco religioso y un poco mundano, ¡no puede
dar un testimonio claro de que es hijo de Dios! Aquí
no se puede ver claramente que Dios esté con tal
persona. Josué llevó la responsabilidad del pueblo,
para él era el primer desafío y la primera batalla con
los pueblos enemigos y paganos. Antes tenía Moisés la
responsabilidad y Josué era su fiel servidor. En este
contexto veremos algunos versículos de Josué 6, y
comenzamos con el versículo 1: “Y Jericó estaba
cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel;
nadie entraba ni salía”. Ante tales situaciones a
menudo nos encontramos en la vida. El camino a
seguir está totalmente cerrado para nosotros y nos
preguntamos “¿Cómo seguirá esto?” En estas
circunstancias, los hijos de Dios a menudo
experimentan la mejor ayuda de Dios y puede ver
grandes maravillas.
Acá recordamos a Pedro. Él dormía en la cárcel
entre dos guardias y atado con cadenas. La guardia
estaba delante de la puerta. Todo parecía seguro y
sellado. Pero Dios abrió las cadenas y las puestas, y
Pedro salió de la cárcel tan asegurada.
¿Cuál fue la causa de la liberación? La respuesta es:
“¡Pero la iglesia oraba sin cesar por él a Dios!”
Esta llamada persistente de la iglesia a Dios causó la
milagrosa libertad de Pedro. Ante Dios los mejores
muros de prisión no tienen significado. La fe de los
oradores rompió las cadenas y superó los muros.
David dicen en el salmo 18,29: “Contigo desbaraté
ejércitos y con mi Dios asaltaré muros.” Solos no
somos capaces de saltar altos muros - pero sí con Dios.
“Por la fe cayeron los muros de Jericó
después de rodearlos siete días”
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Muchos pueden testificar que Dios abre caminos
cerrados con su poder y omnipotencia. Entonces no
podemos hacer otra cosa que ir a casa a arrodillarnos y
dar gracias a Dios de todo corazón.
A continuación leemos en Josué 6,2: “Mas Jehová
dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a
Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.”
Josué no decidió sólo y de forma independiente. No
corrió y actuó por su cuenta, sino que esperó la guía y
la instrucción de Dios. Y con la instrucción, Dios
también le dio la promesa de victoria. Josué podría
resaltar acá su liderazgo. Pero siguió siendo humilde
ante Dios. Era consciente de su dependencia de Dios.
Luego en los versículos cuatro y cinco, Dios da
instrucciones. El ejército debía marchar una vez
alrededor de la ciudad durante seis días. Luego siete
sacerdotes debían llevar siete trompetas y tocar las
bocinas y el séptimo día debían dar siete vueltas
alrededor de la ciudad. Así marcharon el séptimo día,
cuatro veces, cinco veces, seis veces alrededor de la
ciudad y los muros quedaron firmes.
Pero la séptima vez se escuchó el sonido de las
trompetas y los gritos, los muros cayeron sobre sí.
Algunos piensan que el sonido de las trompetas y los
gritos los hicieron caer. Pero la palabra de Dios no
enseña esto, sino que dice: “Por la fe cayeron los
muros.” Si los muros hubiesen caído por otros medios,
estaría explícito en la Biblia. La omnipotencia de Dios
derribó los muros y los israelitas conquistaron la
ciudad sin baluarte y sin bombardeos. Dios lo ha
hecho. Una palabra de su boca fue suficiente para
hacerlo. El capitán dijo a Cristo: “Di solamente una
palabra y mi criado quedará sano.”
Una palabra de la boca de Dios puede cambiar todo.
Josué tenía una fe firme en la omnipotente palabra de
Dios y todo el pueblo actuó de acuerdo al
mandamiento de Dios por fe. Se creía y confiaba
plenamente en la palabra de Dios. También hoy
necesitamos esa firme fe. Mientras marcharon
alrededor de la ciudad, los muros estaban tan firmes
como siempre. Sin embargo, la fe ya veía los muros
caídos y la victoria sobre la ciudad.
Dios exigía obediencia total del pueblo de Israel. Si
hubiesen ido solamente seis veces alrededor de la
ciudad, no pasaría nada. Josué no fue ni más, ni menos
alrededor de la ciudad, sino exactamente como Dios le
ha ordenado. Tampoco tomó más ni menos sacerdotes
para que soplaran las trompetas. Como siervo de
Moisés había aprendido a obedecer al Señor
correctamente. Esta obediencia exacta amenaza con
perderse más y más actualmente, y con ella las
maravillosas experiencias de fe. Dios espera el
cumplimento estricto de sus instrucciones. Tenemos
numerosas instrucciones bíblicas, especialmente en el
nuevo testamento. ¿Son cumplidas siempre
exactamente por todos los que profesan ser cristianos?
No. Se busca eludir estas instrucciones y justificar las
acciones con excusas. Si no se obedece la palabra de
Dios, entonces él tampoco nos puede ayudar como en
el caso de los muros de Jericó.
Querido lector, tal vez también en tu vida hay uno u
otro muro invencible, y te preguntas: ¿Por qué así? Y
en el fondo de tu corazón sabes exactamente de la
desobediencia ante la palabra de Dios. A lo mejor no
te has bautizado todavía, o no das el diezmo como
corresponde. Tal vez hoy otras cosas en tu vida en
primer lugar y no Cristo. Sé obediente a las
instrucciones de Dios y él te ayudará. ¿Quién de los
residentes de la ciudad de Jericó, habría pensado que
ese alto y fuerte muro caería de repente? Pero la fe del
pueblo de Israel provocó esto. En algunos casos, los
no redimidos se preguntaban: “¿Cómo puede ser
posible que esto haya llegado?” Y nosotros como hijos
de nuestro Padre Celestial podemos testificar: “¡Dios
lo ha hecho!”
En muchas situaciones somos impotentes, pero Dios
es todopoderoso. Con saberlo es suficiente. Hubo
situaciones que eran como un muro delante de mí. Una
vez perdí un juego de llaves y oré fervientemente a
Dios, después de unos días pedí a mi hijo, que estaba
en la escuela primaria, que preguntara a las maestras si
no les fue entregado un juego de llaves. Así fue, y yo
recibí mis llaves. Entonces con profunda gratitud di a
Dios la honra. Después de culminar la especialidad, mi
hija estuvo solo pocos días sin trabajo y rápidamente
consiguió un trabajo, conté esto a mi vecina y ella
dijo: “tuvo suerte.” Con alegría pude dar testimonio
que Dios le había ayudado.
Otros muros fueron superados por la fe de muchos
hijos de Dios, tales como enfermedades; en la familia
o la iglesia; preguntas relacionadas con la crianza de
los hijos; nuestra incapacidad de resolver un problema;
la pregunta por el cónyuge correcto; el ritmo de la vida
cotidiana, etc. Todos estos son muros que caen por
medio de la fe.
Si, los muros de Jericó cayeron por la fe, pero en ella
estaba la completa obediencia a la palabra de Dios y la
predisposición para la lucha. Cualquiera sea el muro
que está delante de ti, - ¡no te desanimes! Dios ha
prometido darnos la victoria siempre.
Herbert Kowalski, Hamm (DE)
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EL MURO
Con mi Dios sobre los muros David lo comprobó y experimentó en muchas situaciones difíciles: Dios, con su ayuda todopoderosa, siempre está cerca y dispuesto a intervenir en nuestra vida.. A veces estamos parados frente a obstáculos que se
levantan como muros ante nosotros. Muros que están
como barricadas delante nuestro y bloquean el camino
previsto. Muros que nos encierran y no vemos la
salida. – Muros que caen sobre nosotros y amenazan
con aplastarnos. Entonces muchas personas se sienten
derrotadas. Están en el suelo, se quejan y lloran,
desfallecen por su desesperante situación. David, que
tuvo que lidiar con varios muros durante su vida, nos
ofrece un buen ejemplo de lo que podemos hacer en
tales situaciones. Él se volvió a Dios, y su Dios lo
ayudó a sortear los diversos obstáculos. Él pudo
testificar: “Y con mi Dios asaltaré muros”
(Salmos 18,29). El Dios de David también es nuestro
Dios. Él es inmutable, sus fuertes brazos no se
volvieron débiles. También puede ayudarte a pasar
sobre los diversos muros de la vida.
I. “Con mi Dios…”
David habla de un Dios muy personal. Él lo conoció
personalmente. Tuvo experiencias con Él. Ya en su
juventud como pastor de ovejas, mató con la ayuda de
Dios un oso y un león. (1.Samuel 17,34). En la fuerza
de Dios derribó al gigante Goliat. Dios perdonó sus
pecados, que se levantaban como muros entre él y
Dios, cuando tomó a la mujer de Urías y luego hizo
desaparecer al mismo Urías. David podía mirar
retrospectivamente con gratitud, dado que Dios lo
había ayudado ante sus enemigos que amenazaban
con aplastarle como pared desplomada, como cerca
derribada (Salmo 62,3). Como un venado que huye de
los perros de caza, así huyó de Saúl y su ejército por
el desierto y la montaña. Cuando parecía que ya
estaba cercado, Dios lo ayudaba a pasar por el muro
de sus enemigos. Tú puedes tener este Dios personal
en tu vida. Si llegaras a conocerlo en este tiempo de
salvación a través de Jesucristo, Él te ayudará.
Entonces podrás decir como David: “Con mi Dios
puedo saltar muros.”
II. ¿Sobre qué muros nos quiere ayudar Dios? 1. Ahí está el muro del pecado. Éste forma una
barrera entre Dios y las personas no salvas. Esto
ratifica el profeta Isaías: “Pero vuestras iniquidades
han hecho división entre vosotros y vuestro Dios”
(59,2). El muro del pecado es un muro que nadie
puede traspasar por sus propios medios. David relata
del “pozo de desesperación” en el que se encontraba.
Sus paredes son demasiado altas como para salir
solos. Además el pecador se encuentra con ambos
pies en el fango del pecado. El hombre necesita ayuda
de lo alto. Esta ayuda nos ofrece Jesucristo. El vino
del cielo a esta tierra para sacarnos del foso del
pecado. Querido lector: ¿Aún te rodean los muros del
pecado? Cristo puede levantarte.
2. Tal vez se ha formado un muro entre ti y tu hermano en el Señor. Lo ha causado un pequeño
incidente. Pasan los años pero no mejora, y tú
percibes evidentemente esa pared entre ustedes.
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¿Quieres pasar así a la eternidad? No, repite con
David: “Con mi Dios asaltaré muros.” Daré el primer
paso y Dios ayudará.
3. Los muros de las tentaciones pueden mostrarse en el camino de tu vida. El enemigo pone a cada hijo de
Dios ese obstáculo para detenerlo del camino de la
felicidad eterna. A menudo sufrimos un obstáculo tras
otro. Así también fue con Jesús. Ya al principio de su
carrera pública tuvo que pasar por tres tentaciones
(Mateo 4,1-11), Satanás no pudo hacer caer a Jesús
por el muro de la tentación. El venció apoyándose en
la palabra de Dios. Así que ¡hazlo tú también! Piensa
especialmente en las palabras de consuelo de Hebreos
2,18: “Pues en cuanto El mismo padeció siendo
tentado, es poderoso para socorrer a los que son
tentados” ¡Su victoria es nuestra victoria!
4 .El muro de la preocupación se eleva temporalmente ante nosotros y quiere detenernos del camino de la vida. Tuviste que endeudarte al comprar
una casa. Ahora llegan los espíritus de la
preocupación. Te preguntas: “¿podré realizar los
pagos? ¿Qué sucederá si pierdo el trabajo, o me
enfermo?” Satanás quiere enredarnos con
preocupaciones terrenales. Pensemos un momento en
la imagen que nos representa Bunyan en su libro “El
peregrino”, allí hay un hombre en un penumbroso
cuarto, inclinado sobre su rastrillo mientras junta todo
tipo de desechos sin valor y las pone en una bolsa. El
no tiene tiempo de mirar hacia arriba donde hay un
ángel que quiere cambiar su rastrillo por una corona
de oro. O pensemos en el ejemplo de Jesús sobre el
granjero rico (Lucas 12,15-21), éste se preocupa en la
vida solo por lo terrenal, esta era su única
preocupación mientras su alma moría. “Necio” le dijo
Dios, “esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que
has provisto, ¿de quién será?” Actualmente, para
Dios, también es necio quien vive solo para lo
temporal y el bienestar físico y no se prepara para la
eternidad. ¿Estás envuelto en cosas terrenales y te
rodean los muros de la preocupación? ¡Reconoce tu
necesidad! ¡Busca la ayuda de Dios! Empieza a
buscar primero el reino de Dios y todo lo demás te
será añadido (Mateos 6,33).
5. A veces, el trabajo pendiente se levantan como muro delante nuestro. Para una ama de casa con
muchos niños, podrá ser un montón de trastos que
necesitan ser lavados, o una montaña de ropa sucia.
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El hombre también en algún momento podrá sentirse
envuelto por un muro de trabajo inconcluso. ¡Pero no
te rindas! Como el día, así la fuerza. Para las tareas
pequeñas como para las grandes podemos solicitar la
fuerza y la sabiduría necesaria.
6. Algunas personas solitarias, sienten muy fuerte el muro de la soledad. Aunque se encuentren
relativamente saludable, sucede que si durante días no
ven a nadie pareciera que nadie los quiere visitar, que
nadie se preocupa por ellos. Comienzan a pensar y a
auto compadecerse. Eso no es bueno. ¡Sal de las
cuatro paredes de tu hogar! ¡Has una visita! ¡Intenta
alegrar a alguien! ¡Invita a alguien! No necesitas
sentirte amurallado por las cuatro paredes. Exclama
con David: “Con mi Dios asaltaré muros”
7. Es más difícil cuando enfrentamos una enfermedad o discapacidad. Pero incluso entonces podemos
superar los muros de obstrucción en espíritu. El
hermano Otto Sommerfeld, durante años, editor de la
Trompeta Evangelizadora, tenía una esposa
parapléjica. Algunas personas en esa situación
podrían volverse amargadas, gruñonas y abatidas –
pero no fue el caso de la hermana Sommmerfeld.
Dios le dio poder para mirar más allá de los muros de
la discapacidad. Algo similar vivó el hermano
Charles Naylor, autor del libro “El secreto de un
corazón alegre”, después de trabajar 13 años como
pastor, tuvo una lesión que lo paralizó. Un muro
apareció repentinamente en su camino. Yo creo que
Dios lo puso ahí. ¿Quién sabe si de otro modo hubiera
sido de tanta bendición? ¡Cuánta bendición son aún
hoy sus artículos y poesías a muchas de las cuales se
les puso música! Dios le ayudó a superar la barrera de
la discapacidad. Cualquiera sea el muro de obstáculo
que se presente en tu vida, di: “Con mi Dios asaltaré
los muros.”
III. ¿Cómo nos ayuda Dios a superar los diversos muros? 1. No siempre Dios nos quita los muros (obstáculos) David no pide a Dios que aleje los muros, sino que lo
alaba por ayudarle a superarlos. Esto también es
nuestra experiencia, a menudo el muro sigue estando
pero Dios nos da fuerzas y alegría para superarlos. No
necesitamos desmayar.
2. Nuestro texto habla de capacidad. Con mi Dios
“Puedo saltar muros”, habla de fuerza de voluntad.
Quien no lo intenta y permanece acostado ante el
muro no podrá superarlo. Tu puedes decir: “Con la
ayuda de Dios puedo salir del pozo del pecado. Puedo
vencer la tentación. Puedo saltar sobre el muro de las
preocupaciones. Puedo y quiero, con la ayuda de Dios
a pesar de mi discapacidad o enfermedad ser una
bendición, aunque la enfermedad haya tocado mi
cuerpo quiero conservar un corazón alegre.
3. El segundo paso es saltar. “Con mi Dios [...]
asaltaré”, muchas personas quieren superar el
obstáculo del muro. Creen que con la ayuda de Dios
lo podrán hacer, pero no saltan. Dios te ayudará a
superarlo, pero saltar lo tienes que hacer tú mismo.
4. La fe es la fuerza que te eleva. El predicador John
Wesley caminaba con un hombre oprimido por las
dificultades. Entonces Wesley vio una vaca que
miraba por sobre el muro y preguntó al hombre
porque la vaca hacía eso. Como no obtuvo respuesta
de su acompañante, Wesley dijo: “La vaca mira por
sobre el muro, porque no puede ver a través de él”.
Eso es lo que tú debes hacer con el muro de tus
dificultades. Debes mirar por encima de ellas.
Aunque los muros sean como imponentes montañas,
tu fe te ayudará no solamente a mirar por encima,
sino también a superarlas. Tu Dios es tan poderoso
como tu fe. Cuando nuestros niños eran pequeños,
muchas veces los senté sobre el muro (por ejemplo en
el zoológico), para que puedan ver mejor. Ellos no
dudaban de que su padre los pudiera levantar sobre el
muro. Así como un pequeño niño cree que tiene un
padre fuerte y confía en sus brazos, así debemos
hacer nosotros. De vez en cuando se levantarán muros
a nuestro alrededor. Eso es normal. ¿Pero qué
hacemos con ellos? No nos dejemos detener por ellos
en el camino de la vida; sino que digamos con David:
“Con mi Dios asaltaré los muros”.
Reinhard Roesler, Toronto (CA)
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ENSEÑA NZA S BÍBL ICA S - FÁ CIL DE COMPRENDER │ LECCIÓN 40
La unidad de los creyentes
¿Qué es el “cuerpo de Cristo”?
En las lecciones previas hemos basado nuestra visión
en la relación del hombre con Dios. Hemos demostra-
do el plan de salvación y su efecto en las personas. En
esta lección, queremos considerar la relación mutua
entre los que han aceptado la redención.
La experiencia que nos lleva a una relación viva con
Dios, también nos lleva a una relación viva mutua. El
renacimiento que nos hace hijos de Dios, al mismo
tiempo nos hace hermanos y hermanas entre nosotros.
Todos los redimidos por la sangre del Cordero, ahora
tenemos un Señor a quien servimos. Tenemos una fe,
que nos hizo salvos. Tenemos un Dios, que es sobre
todos, obra en todos y por medio de su Espíritu habita
en todos nosotros. Y eso nos hace un solo cuerpo. En
la escritura encontramos varios párrafos con la imagen
de un cuerpo para describir la unidad de los creyentes:
“Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en
Cristo, todos miembros los unos de los otros”
(Romanos 12,5). “Porque así como el cuerpo es uno, y
tiene muchos miembros, pero todos los miembros del
cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así
también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos
todos bautizados en un cuerpo, sean Judíos o griegos,
sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de
un mismo Espíritu” (1. Corintios 12,12-13). “Sino que
siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en
aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo
el cuerpo bien concertado y unido entre sí por todas
las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la
actividad propia de cada miembro, recibe su
crecimiento para ir edificándose en amor”
(Efesios 4,15-16).
La representación de un cuerpo cuya cabeza es
Cristo, nos proporciona pictóricamente la íntima
relación y unidad de los miembros entre sí y con la
cabeza. En el cuerpo humano, la armonía y la
interacción de los diversos miembros y órganos no se
producen desde afuera. Ella es completamente natural.
Y así también es en el cuerpo de Cristo la unidad de
los miembros algo natural y normal.
Tal vez te has encontrado con hermanos por primera
vez en la vida. Podrían ser de otra parte del mundo,
tienen una cultura muy diferente, son
significativamente mayores o más jóvenes que tú.
Pero luego viene el momento en que entiendes que
son hijos de Dios. Entonces experimentas la unidad.
Allí está el vínculo. El amor fluye de corazón a
corazón. Y sientes como que ya conoces a esa persona
desde hace mucho tiempo. Esta es la unidad natural de
los fieles.
Sin embargo, esta unidad cuenta con un enemigo.
Satanás trata de destruir esta unidad por todos los
medios. Él trae hermano contra hermano y hermana
contra hermana. Se abre una brecha entre los líderes
de una iglesia local. Y esto es comprensible. Cuando
Jesús oró por la unidad en Juan 17,21 dijo: “[...] que
también ellos sean uno en nosotros; para que el
mundo crea que tú me enviaste”. La unidad de los
creyentes es el fundamento para que el mundo crea
que Jesús es el enviado, el Mesías, el Cristo, el
Salvador. Y esto, el enemigo quiere destruir.
Él ya lo ha hecho en el tiempo de los apóstoles. Y
hoy lo puede hacer mejor que antes. Por lo tanto
tenemos en la Escritura muchas instrucciones para
aferrarnos a la unidad: “Solícitos en guardar la unidad
del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4,3).
“Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo
sentir en el Señor” (Filipenses 4,2). “Completad mi
gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor,
unánimes, sintiendo una misma cosa” (Filipenses 2,2).
Querido lector, por favor, lee también el pasaje más
largo en 1.Corintios 12,12-26.
La unidad, el amor mutuo, la paz son los instintos
naturales de todos los hijos de Dios. No obstante,
todos estamos en peligro de reprimir estos impulsos y
dar lugar a la contienda, el desprecio mutuo y la
división en nuestros corazones. Y aquí es importante
velar y resistir la obra del enemigo.
Robert Witt, Gifhorn (DE)
Trompeta Evangelizadora 11/2014 12
PÁGINA JUVENIL
LA INMUTABILIDAD DE DIOS
Toda nuestra vida se ve afectada por los cambios: Ya en
los primeros días después del nacimiento de un bebé,
los padres se alegran sobre cualquier desarrollo positivo
y cambio en su pequeño hijo. Este pequeño ser
experimentará constantemente cambios, sin frenos, sin
tregua. Apenas los primeros dientes, ya el primer día de
clases, crecimiento continuo, luego la pubertad, la
adolescencia, la finalización del colegio, la pregunta por
una profesión, con el tiempo la boda, la familia propia y
los niños, la primera casa propia, ser mayor, hacer
carrera, la experiencia cotidiana, disfrutar de la
jubilación y, finalmente, la vida ya se ha terminado.
Toda nuestra vida se compone de innumerables
cambios, por lo que nuestra pequeña mente apenas
puede comprender que hay un Dios que es en realidad
inmutable. Tal vez también te preguntas, ¿cómo se
entiende esto y cómo lo puedo concebir? Intentaré dar
una respuesta a estas preguntas.
¿Es Dios realmente inmutable? Imagínate que Dios
no fuera inmutable. ¿Cómo podrías entonces apoyarte
en Dios? ¿No es exactamente nuestra confianza, que
Dios es absolutamente inmutable? Pues solo de este
modo sus promesas son sí y amén, e inamovibles.
“Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su obra es
hecha con fidelidad” (Salmos 33,4). La inmutabilidad
de Dios significa de principio que Dios no cambia. Él
es el mismo hoy, como fue hace mil años. La naturaleza
de Dios no cambia, tampoco su amor o sus promesas. Si
algo cambia, es mejor, peor, o por lo menos diferente.
Pero como Dios es todo, Él no puede ser mejor o más
santo. Él no tiene ninguna razón para cambiar, Él es
simplemente perfecto.
A través del profeta Isaías (capítulo 53) Dios permitió
predecir al Mesías y leemos en el Nuevo Testamento
que todo aconteció exactamente de acuerdo a la
promesa. Si Dios no fuera inmutable, podría cambiar su
opinión durante los siglos, y el Mesías tal vez no
hubiese venido. Aquí vemos lo que significa para
nosotros, que Dios cumple sus promesas. Hay una
diferencia vital para nosotros que el Salvador Jesucristo
no sólo fue anunciado, sino que en realidad vino, para
llevar sobre sí nuestros pecados, de manera que
podemos ser redimidos. Así es Dios: Él es y permanece
inmutable. En el primer capítulo de la carta de Santiago
encontramos una pasaje que nos muestra claramente
que Dios es inmutable: “Toda buena dádiva y todo don
perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en
el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”
(Santiago 1,17).
Los hijos de Dios nos aferramos a las promesas de
Dios, confiamos en que Él las cumple. ¿De qué nos
beneficiarían las promesas como en el Salmo 50,15:
“Invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me
honrarás” si Dios cambiaría constantemente, y no
mantendría su promesa? Pero debido a que Él sostiene
todo, son precisamente estas palabras de los Salmos un
gran estímulo en las horas de opresión, porque podemos
poner toda nuestra fe y confianza en estos pasajes
bíblicos. Sabemos que Dios es inmutable y lo que Él ha
prometido, ¡siempre lo sostiene! Hebreos 13,8 trae al
punto: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los
siglos.” Y puesto que Dios es inmutable, podemos
poner nuestro dedo en sus promesas y apoyar nuestra
vida cotidiana en la Palabra de Dios. Estas son algunas
de las promesas:
• Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo
haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
(Juan 14,13)
• El que sacrifica alabanza me honrará; y al que
ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios.
(Salmos 50,23)
• Dios dice: Te bendeciré, y engrandeceré tu nombre,
y serás bendición. (Génesis 12,2)
• Porque ha engrandecido sobre nosotros su
misericordia; y la fidelidad de Jehová es para siempre.
(Salmos 117,2)
• Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová
hará grandes cosas. (Joel 2,21)
La inmutabilidad de Dios nos da consuelo y
seguridad. Dado que sabemos que Dios no cambia,
poseemos un ancla que nos sostiene en un mundo
cambiante. Si somos arrastrados en diversas direcciones
en busca de respuestas, debemos saber que Dios es
constante, fiable y leal y nos ayudará si se lo pedimos.
Benny Schmitt, Herford (DE)
Trompeta Evangelizadora 11/2014
13
Preguntas y la búsqueda de respuestas es algo muy natural en la vida de personas jóvenes. Así también
en el ámbito espiritual existen muchas preguntas, que mantienen ocupados a los jóvenes actualmente.
Preguntas sobre la doctrina y sobre cristianismo práctico.
Preguntas, que involucran nuestra época y nuestra generación, que en tiempos anteriores y en
generaciones previas no habían surgido. Pero también preguntas, que fueron actuales a través del tiempo.
En estas páginas, con la ayuda de Dios queremos dar respuestas a algunas de estas preguntas. Tenemos
preguntas que nos fueron dirigidas en conversaciones personales, en reuniones de jóvenes o en eventos
con jóvenes (por ej. Días bíblicos juveniles). Igualmente nos alegrará mucho si ustedes nos envían
preguntas que los inquietan personalmente a: jugend@evangeliumsposaune.org
PREGUNTA
Pablo menciona en 1.Corintios 14 que el hablar en lenguas, en verdad no es importante destacar, sin embargo, dice: “Por tanto, hermanos,... no impidáis el hablar en lenguas” (1.Corintios 14,39). El hablar en lenguas es enumerado entre los dones del Espíritu. ¿Qué era este “hablar en lenguas” y a qué se refiere hoy?
RESPUESTA
Si tomamos en cuenta los párrafos en los que se
describen el “don de lenguas” y su efecto, y los
estudiamos (por ej. en Hechos 2) vemos que era la
capacidad de hablar en un idioma que el orador no ha
estudiado. O la capacidad de hablar de tal manera que
los oyentes de diferentes pueblos entiendan en su
propio idioma. Cuando leemos con este
entendimiento 1.Corintios 14, son significativas las
explicaciones, consejos y advertencias de Pablo. Es
un don, que Dios otorgó para llevar el evangelio a
pueblos, cuya lengua los apóstoles y ministros de la
Iglesia no conocían. Y si alguien que tiene el don, de
repente predica u ora durante un culto, en un idioma
que ninguno de los asistentes habla y entiende,
entonces no sirve para el crecimiento de la iglesia. A
menos que haya alguien que traduzca.
Yo creo que los dones del Espíritu están disponibles
para el pueblo de Dios aún hoy. Y cuando Dios ve
que es necesario, también en nuestros días puede
otorgar a las personas el “don de lenguas”.
Este don nada tiene que ver con la enseñanza y
práctica de otras religiones del " don de lenguas" .
Existen diferencias significativas: En 1. Corintios 14,22
leemos: " Asi que, las lenguas son por señal, no a los: .
creyentes, sino a los incrédulos; pero la profesía,
(prédica) no a los incrédulos, sino para los creyentes" .
El don de lenguas está dirigido hacia afuera. No para
ayudar al creyente, sino para llegar a los incrédulos.
El “don de lenguas” de otros movimientos es
completamente hacia adentro. Con lo que ningún perdido
puede ser alcanzado. Debe ser la conversación del alma
con Dios. Así que este " don de lenguas" no es el don de
lenguas bíblico.
Robert Witt, Gifhorn (DE)
Trompeta Evangelizadora 11/2014 14
RELA TO
Me he arriesgado
Todo el día he caminado por las calles de Londres.
Luego quería ir a la admirada catedral de San Pablo.
En la entrada me detuve involuntariamente.
Enormemente grande y lejana esta la cúpula de este
imponente edificio. En una gran bóveda de esta
catedral de San Pablo, Inglaterra tiene sepultado a los
grandes hombres de su reino. Cientos de personas
pasan diariamente ante esta lápida sepulcral. Yo
también fui con un guía. Aquí estaba sepultado un gran
héroe naval inglés. Y allí Wellington, el hombre que
esperaba en una gran batalla al comandante Blücher,
luego dijo la conocida frase: “Me gustaría que fuera de
noche, o que se aproximen los prusianos”. En una
placa que se encontraba en el suelo decía: Sir George
Williams. ¡Este era un hombre! De joven llegó a la
ciudad de Londres, para aprender la profesión de
comerciante. Comenzó como un pequeño aprendiz. Su
madre le dio esta advertencia para el camino antes de
despedirse: “¡No olvides ser fiel a tu Salvador! Y no
olvides de llamarlo”.
No, esto no quería. Con este propósito entró en los
grandes almacenes. En ese entonces, los aprendices y
los empleados solteros, vivían y se alimentaban en casa
del comerciante. Por la noche, a nuestro pequeño ami-
go se le asignó un dormitorio grupal. Antes de ir a la
cama, se arrodilló a orar. Pero hubo un gran alboroto.
Sorprendido, George levantó la vista – de hecho,
querían algo de él. En ese momento se encendió una
luz. Los otros no podían tolerar que hablara con Dios.
“Precisamente ahora”, se dijo a sí mismo. En efecto se
detuvieron – ya sea debido a su valentía, o en su
conciencia, eso no se sabe.
Él era un diligente y eficiente comerciante, esto sus
burladores y enemigos no lo pueden negar. Ahora
supera la ofensa. George ora para sus camaradas.
Pronto se acerca uno y ora con él. De pronto lo hacen
algunos más. Ahora oran por el comerciante. También
él sigue al Señor Jesús. Más tarde el pequeño aprendiz
de comerciante funda una asociación, donde jóvenes
irán a misionar con otros jóvenes. La casa real
británica otorgó a George Williams – el aprendiz de
comerciante del país – el título de nobleza y lo sepulta
entre los grandes hombres de su reino.
George Williams escribió estas palabras sobre su
vida: “¡Me he arriesgado!” Sí, pero ¿para qué? ¿Para
desafiar al otro? ¿Para ser valiente? ¡No!, ¡Se arriesgó
para tomar la bandera de Jesús! ¡Se arriesgó a anular lo
pasado! ¡Se arriesgó romper con el pecado! ¡Me he
arriesgado seguir al Señor, mi Jesús!
¿No sería una consigna que podríamos escribir sobre
nuestras vidas: “¡Me he arriesgado!”?
En algún momento también dejarás la casa de tus
padres para migrar a una tierra extraña. Tal vez tam-
bién tu madre te pedirá: “¡No te olvides del Salvador!”
Si quieres estar firme en el agitado mar de la vida, es
muy valioso hacer algo antes: entregar tu vida a Jesús.
Y luego deja que tu palabra sea: “¡Me he arriesgado,
a seguir a Jesús mi Señor, en la batalla de la vida!”
TE
Trompeta Evangelizadora 11/2014
15
PÁGINA INFANTIL
El “Muro de Dios” Había guerra. En una casita humilde de un pequeño
pueblo, yacía un niño paralítico. Ese pueblo estaba junto a
la carretera por la cual los soldados enemigos hacían su
retirada. Los habitantes estaban aterrorizados y se
preparaban para huir, porque sabían que los soldados no
perdonarían a nadie. Los que podían huyeron apresurados.
En poco tiempo el pueblo estaba completamente
abandonado. En la pequeña casa del niño paralítico no se
realizó ningún tipo de preparativos. El enfermo no podía
salir de la cama. Su madre, una viuda pobre, no tenía
amigos que se preocuparan por ellos. ¿Adónde irían,
como podría huir con sus pequeñas niñas y su hijo
enfermo?
Se había hecho de noche. El joven enfermo estaba muy
inquieto. Insistía a su madre que lo abandonara y se
pusiera a salvo. Al mismo tiempo, temía que ella lo haga.
“Todos los vecinos se han ido”, dijo él, “¡No he oído más
a nadie. No es justo que yo te retenga aquí, llévate a las
niñas y vete! Todavía no es muy tarde. Yo estoy bien
acomodado y nadie hará daño a un niño indefenso.” – La
madre contestó: “Todos estamos seguros. Dios no nos
abandonará aunque todas las personas lo hicieran.” –
“¿Qué nos podrá salvar? Preguntó el niño. “¿Quién nos
podrá ayudar contra la brutalidad del enemigo? Yo
escuché historias terribles sobre ellos. No parecen
personas, sino fieras salvajes. ¿Por qué soy tan débil e
indefenso que no puedo ayudar? ¡Sin fuerzas para
defenderte y tampoco huir!”
“¡Existe una muralla segura para los desamparados!”
contestó la madre. “¡Dios construirá un muro alrededor!”
– “Madre, tu eres mi única ayuda!”, dijo el niño.
“Agradezco a Dios que no me abandonaste. ¡Soy tan
débil, me sostengo en ti! ¡Oh, no me dejes! Creo que
puedo oír a los crueles soldados. Somos muy pobres para
darles algo, por eso se enojarán mucho. ¡Con qué derecho
te retengo aquí! ¡Me sentiré peor si te veo sufrir!” “¡Dios
es nuestro amparo y fortaleza!” así le consoló la madre.
Con palabras dulces y llenas de amor tranquilizó a su hijo,
por lo que se quedó dormido tan pronto como sus
hermanos. La mañana en que debían llegar los enemigos
llegó. La madre y los niños, al abrir los ojos vieron que
Dios construyó un muro protector. Durante la noche había
caído mucha nieve. El viento había juntado la nieve
durante la noche de tal forma que tapó casi totalmente la
pequeña casita. Aquel que tiene el tiempo y el viento en
sus manos, construyó un muro alrededor de los suyos.
Varios días la viuda y sus pequeños estuvieron protegidos
de los enemigos por la nieve.
Los enemigos llegaron al pueblo en aquellos días y
saquearon todas las casas. De los ricos tomaron de su
abundancia y de los pobres se llevaron hasta lo esencial.
Pero la pequeña casa de la viuda estuvo escondida intacta
bajo la nieve. Dios construyó un muro alrededor de los
suyos, en cuanto mandó nieve en el silencio de la noche.
Trompeta Evangelizadora 11/2014 16
EL MURO
El muro del pecado
Hace algunos años, en mi pueblo, un dique fue
vaciado completamente. Las grandes reparaciones en
el muro obligaron a los especialistas a dar este paso.
Ahora se podía ver el gran tamaño del dique.
Al observar este gran muro, involuntariamente vino
a mi memoria otro muro. Este muro no puede ser visto
con los ojos. Este muro no está hecho de ladrillos y
cemento. El tampoco no protege de agua, fuego o
desastres naturales. No, el muro al que me refiero, es
el muro del pecado, es el que está entre cada persona
que no pertenece al Señor Jesús, y el santo Dios.
Incluso entre dos personas puede levantarse un
muro invisible. ¡Tal vez una falta de perdón, levantó
un muro entre ti y tu prójimo! Entonces derríbalo.
Esto puedes y debes hacerlo tú mismo. ¡Nadie te lo
impide! ¿Cuándo debe suceder esto? Levántate ahora,
y derriba ese muro que construiste entre ti y tu
prójimo. ¡Él o ella se alegrará mucho!
Muchos muros invinsibles hay entre las personas y
Dios. Durante años e incluso toda una vida, no llegan
a un entendimiento ni comunión. No porque Dios lo
quiso así, no, y esto es lo devastador, porque el
hombre no quiere. Será que tú, querido lector,
¿Probablemente también perteneces a las personas que
no quieren tener comunión con el Dios santo?
Dios deja dicho al pueblo de Israel a través de Isaías
59,2 donde dice claramente: “Pero vuestras
iniquidades han hecho división entre vosotros y
vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de
vosotros su rostro para no oír.” Esta palabra es
aplicable a todas las personas que aún viven en
pecado. ¿Por qué las personas se molestan por
separaciones y malentendidos, donde los demás tienen
la culpa, mientras ellos mismos todavía están en deuda
y separados de Dios?
En Gálatas 6,7 expresa las solemnes palabras: “No
os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo
que el hombre sembrare, eso también segará”. Cuantas
personas tienen hoy todavía un muro erigido contra
Dios y su hijo Jesucristo. No piensan derribarlo ni en
lo más mínimo.
Estimado lector, quiero preguntarte seriamente:
“¿Quieres seguir permaneciendo indiferente ante el
muro que te separa de Dios? Sería un día memorable
en tu vida, cuando comiences a derribar este muro de
vergüenza. Este sería el día en que la paz de Dios
ingrese a tu ser. Esto podría ser hoy. ¿Cómo sucedería
esto? Dobla tus rodillas ante el Hijo de Dios, ante
Jesucristo y confiésale todos tus pecados. Él, el
Salvador del mundo, murió en el calvario también por
ti y tus pecados. Ha dejado allí su vida, por la relación
destruida y para quitar el muro que había entre Dios y
el hombre. Por lo tanto cree ahora en el gozoso
mensaje del perdón de tus pecados, a través del
sacrificio de Jesucristo. Deja entrar al Salvador en tu
corazón y en tu vida. ¡Rompe todos los muros, que
hasta ahora te impidieron llevar una vida feliz y
gozosa de la mano de Dios!”
Trompeta Evangelizadora 11/2014
17
TIEMPO Y ETERNIDAD
¡Casi en el hogar!
Durante la segunda guerra mundial, ocurrió algo
que no solo es muy triste y lamentable, sino que
nos lleva a una sincera reflexión. Veintitrés
soldados fueron enviados del exterior a su hogares.
Sus familiares fueron notificados que éstos ya
estaban seguros en suelo americano y que en pocos
días estarían de regreso en sus hogares. Todos
estaban esperando llenos de alegría.
Padres y mujeres de estos soldados preparaban sus
casas para la recepción. Algunos familiares ya
estaban en el aeropuerto esperando a que llegara la
aeronave que los traía. Y allí, en medio de esa
alegre espera, vino como un relámpago del cielo, la
triste noticia de que había ocurrido una desgracia y
todos los soldados perecieron.
¡Casi en el hogar - sin embargo fallecieron! Uno
puede imaginarse, como estaban desbordadas esas
familias con la terrible noticia. Si sus seres
queridos hubiesen muerto en el campo de batalla,
el dolor no hubiera sido tan grande. ¡Y ahora que
los creían fuera de peligro - sin embargo estaban
muertos! ¡Casi salvos, pero perdidos! Este es uno
de los acontecimientos más tristes en lo espiritual.
Algunos no están lejos del Reino de Dios, como
Jesús dijo al escriba en Marcos 12,34. Pero no
leemos que haya entrado al Reino de Dios. El rey
Agripa estuvo “casi convencido” cuando escuchó
el mensaje del apóstol Pablo (Hechos 26, 27-28).
¡Pero “casi” no es suficiente! Quien casi es salvo,
pero igual se pierde, está igualmente perdido como
aquel que nunca estuvo cerca de la salvación por
medio de Jesucristo.
Incluso, esta seria advertencia es para cada
peregrino que está en el camino de la vida. Solo el
que persevera hasta el fin, llegará a la meta.
El apóstol Pablo pudo testificar: “He peleado la
buena batalla, he acabado la carrera, he guardado
la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de
justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en
aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los
que aman su venida” (2. Timoteo 4,7-8).
Jacob Greiner
El mundo no es nuestro hogar
El evangelista indio Sundar Singh, escribe en su
libro “La Realidad de Dios”: “Un naturista trajo
unos huevos de ave de una tierra lejana, con la
esperanza de que las aves tomaran esta tierra como
nativa. Pero cuando los pájaros comenzaron a
crecer, comenzaron a volar y después del verano
volaron hacia su país natal y jamás regresaron. En
un sentido similar, nosotros nacemos en este mundo,
pero no estamos destinados para este mundo.”
Del mismo modo Lutero expresa: “Un cristiano
debería ver este mundo pasajero con los ojos
cerrados. Pero el futuro hogar, la vida eterna debería
mirar con los ojos bien abiertos y con una clara luz
resplandeciente. Sobre esta tierra debería estar solo
con la mano izquierda, y con la mano derecha, su
alma y con todo su corazón debería estar en la otra
vida, en el cielo, gozoso y con segura esperanza
esperar por ella”.
C. W. N AYLOR - LO QUE MUEVE AL CO RAZÓN
Trompeta Evangelizadora 11/2014 18
Obstáculos
auto producidos
Para nosotros sería extraño, si alguien
conscientemente bloqueara su camino o pondría
obstáculos en su sendero. Pero eso es exactamente lo
que mucha gente hace. Ellos quieren lograr algo en
sus vidas, hacer algo para el Señor, pero se sienten
obstaculizados en sus acciones. Miran
retrospectivamente, y se dan cuenta que han hecho
muy poco para el Señor. ¡Cuántas veces han anhelado
ser tan útiles y capaces como los demás! Pero por
alguna razón no fue así.
Los mayores obstáculos para lograr el éxito, muchas
veces están en nosotros. Construimos muros entre
nosotros y nuestras capacidades y luego nos quejamos
porque no podemos superarlos. Anhelamos estar del
otro lado, pero seguimos poniendo nuevas piedras
sobre el muro y lo construimos cada vez más alto.
Uno de los mayores obstáculos es: “Yo soy
incompetente”, cuantas personas ya han construido
alguna vez este muro ante ellos. Ellos ven el trabajo
que necesita ser realizado, reconocen todo tipo de
oportunidades para servicios utiles, pero dudan de sus
capacidades. A veces ni siquiera están dispuestos a
cumplir con su deber y construyen de inmediato el
muro “no soy capaz” entre ellos y su oportunidad. Oh
si, se debe hacer, y lo harían gustosamente, pero el
muro se encuentra en el camino. Es muy alto, y así
queda el trabajo sin hacer. Esta barrera se construye
rápidamente, pero es difícil de superar, porque la
persona no está dispuesta a intentarlo.
Nadie sabe lo que puede hacer, hasta que lo intenta.
“No puedo” anula la ayuda de Dios. La fe no puede
ejercer su efecto, y crece la debilidad. Cuanto más a
menudo digas “No puedo” te haces más débil. Cuanto
más débil te sientes, mas desanimado estarás para
hacer algo. Una cosa es cierta: no lograremos nada si
no nos apresuramos a la acción. Pero tendremos éxito
si hacemos la voluntad de Dios. Él dijo: “Bástate mi
gracia” ¿ha dicho la verdad? Él dice: “yo te ayudo”,
¿Admite lo que dice? Si es así, entonces no vas a
fracasar, siempre y cuando cumplas con tu parte. El
problema es, que tú no quieres darle la oportunidad de
ayudarte. Cuando llega la oportunidad y el Espíritu
Santo te mueve a la acción, tú te escondes detrás de la
barrera “Yo no puedo” y no haces nada. ¿Con esto, no
te has castigado a ti mismo en varias oportunidades?
¿No has perdido muchas bendiciones a causa de esto?
¿Por este motivo ha quedado el trabajo sin hacer y
pasaron oportunidades sin ser utilizadas?
Pablo en su vida no tenía lugar para los obstáculos.
Él era un hombre de hechos. Creía fielmente, que
Dios le ayudaría en todo lo que emprendía. “No soy
capaz” no tenía lugar en su vida. Pablo dijo: “Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece.” Deja de decir: “Yo
no puedo” y regálale a Dios tu confianza. Rompe la
barrera auto producida. No mires tu debilidad, sino
fija la vista en la fuerza de Dios. Atrévete a dar el
primer paso. Atrévete a actuar, entonces superarás el
éxito de tus expectativas.
“Tengo miedo “es un muro similar a “No soy
capaz.” Muchas personas evaden su obligación
diciendo “Tengo miedo de cometer un error.” Este
miedo se levanta como una gran pared frente a
ellos. Acumulan preocupación sobre preocupación y
fortalecen así sus pensamientos. Pronto no se atreven
a nada más. ¿Te acuerdas del siervo que dijo: “tuve
miedo...”, y fue y escondió en la tierra el talento de su
Señor? Lee la historia en Mateo 25,24-30. ¿Cómo
reaccionó su Señor ante este comportamiento?
Trompeta Evangelizadora 11/2014
19
"Los mayores obstáculos para el éxito
están a menudo en nosotros mismos."
¿Actúas tú también como este siervo? Si es así, ¿Cuál
será el fin de tu caso? El miedo te ata las manos, si tú
lo permites, te convertirás en un siervo inútil.
La tercer barrera es: “Yo no sé cómo”. ¿Ya te has
escondido detrás de ella en tu deber? Cuando Dios te
designa una tarea, ¿es ésta tu respuesta? La Biblia
dice: “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el
cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría...” También
dice: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría,
pídala a Dios, el cual da a todos.” Si Dios te enco-
mienda una tarea, también te dará la sabiduría para
que la realices en la forma que Él lo espera. Quizás no
sabes cómo debes actuar, pero Dios lo sabe: Él te dará
la sabiduría. Si nosotros tuviéramos una respuesta pa-
ra todo, no necesitaríamos la ayuda de Dios. Tenemos
que atrevernos a hacer lo que Él en su sabiduría y
fuerza tiene previsto para nosotros, independiente-
mente si vemos o no el resultado. Dios quiere que
confiemos en Él y sigamos adelante con su poder.
“No estoy seguro.” Es bueno que conozcamos
claramente la voluntad de Dios, pero muchas veces
las personas quieren una confirmación, y no se dejan
convencer con las promesas de Dios. La certeza que
Dios le da, no la aceptan, ellos quieren más. La razón
y el buen juicio les afirman seguir adelante, pero ellos
construyen el muro “No estoy seguro” y se esconden
detrás de él ante su deber. No debemos decidir
apresuradamente o precipitadamente, pero debemos
decidir y actuar conforme a ello. La indecisión puede
convertirse en un hábito. De este modo la utilidad de
una persona se ve muy afectada y cada decisión se
convierte en un tormento. Sería mejor hacer algunos
errores que dejar que la indecisión nos abstenga de
todas las tareas. “¿Qué pensarán los demás de eso?”
El temor de ser mal interpretado o escuchar
comentarios acerca de ellos, es el mayor obstáculo
para algunas personas. “Otros pensarán que quiero
ocupar el primer plano o que otros podrían ser más
apropiados para este propósito.” El miedo de lo que
los demás puedan pensar de ellos, los deja mudos y
con las manos atadas - una vida sin frutos. Pero lo que
realmente nos debe interesar es “¿Qué piensa Dios de
nosotros, si no lo hacemos?” Ante él debemos rendir
cuentas. Debemos buscar su aprobación. Si Él lo
aprueba, lo que otros piensan juega un rol menor.
¿Estamos dispuestos a ser malinterpretados por la
voluntad de Jesús?
Dejemos de construir muros frente a
nosotros.
Derribemos lo que hemos construido.
Tomemos una postura firme contra los
miedos que nos alejan de nuestras
obligaciones.
Sigamos adelante con la fuerza que
Dios nos da.
Confiemos más en Dios, que no
permitirá que fracasemos.
¿No has leído que el “Hombre de Dios” debe ser
completamente preparado para toda buena obra? Si tú
le darías mayor atención que a tus miedos, entonces
quizás llevarías más frutos. Serías más feliz en esta
vida, y posteriormente obtendrás mayor recompensa.
Trompeta Evangelizadora 11/2014 20
Mensaje Radial Mensaje de Salvación Friedrich Krebs, Kitchener (CA)
Grietas en la mampostería Los muros dados por Dios son para refugio en el peligro y la necesidad. Pero nosotros tenemos influencias en el estado de estos muros.
Las grietas en las paredes son conocidas. Nosotros
como personas mayores hemos visto con más
frecuencia en los años de posguerra. Ellas fueron
causadas por cañones y ataques de bombas y por los
temblores de la tierra. La seguridad de estos muros
era frágil. En Ezequiel 22,30 leemos: “Y busqué entre
ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en
la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que
yo no la destruyese; y no lo hallé”. Isaías escribe en
el capítulo 30 los versos 12 y 13: “Por tanto, el Santo
de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y
confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os
habéis apoyado; por tanto, os será este pecado como
grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared
elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente.”
Lo que los escritores compartieron acá, no era una
buena noticia.
Los muros son una fortaleza. Fueron construidos
desde hace mucho tiempo con fines de protección y
seguridad. Tienen un significado muy especial.
Muros fuertes y sólidos se establecían principalmente
en las grandes ciudades. Debían servir para defensa
del enemigo y protección a los habitantes de la
ciudad. Rienecker escribe de cimientos de muros de
hasta diez metros de espesor. Estos cimientos se
enterraban hondos en la tierra, para que el enemigo
no los pudiera escavar. Las ciudades se extendían
como bases principales y al mismo tiempo servían
como lugares de suministro y refugio a las viviendas
de alrededor. Las enormes murallas de estas ciudades
eran de hecho la señal de inquebrantables fortalezas.
En Números 13 leemos de los espías que fueron
enviados a explorar la tierra de Canaán. Ellos volvie-
ron e informaron: “La tierra es buena, más el pueblo
que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy
fuertes y fortificadas”. Esto provocó miedo y
ansiedad y la gran mayoría se negó a seguir adelante.
¡Ellos se atemorizaron ante los grandes muros!
Nuestro texto bíblico se refiere a muros en sentido
figurado. La “Ciudad de Dios” también tiene muros
sólidos. El profeta Isaías escribe: “Fuerte ciudad
tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro.
Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora
de verdades” (Isaías 26,1-2). En el Antiguo
Testamento la “salvación” era la gracia, el trabajo de
benevolencia y la marcada ayuda sanadora de Dios.
En el Nuevo Testamento la “salvación” se refiere a la
obra hecha por Jesucristo, que cada persona debe
experimentar. A través de su sacrificio en la cruz,
Jesús ha derrotado el poder del pecado y ofrece la
salvación a la humanidad. Experimentar la
“salvación” significa, el perdón, la salvación, la
absolución, la paz interior y la certeza de la felicidad
eterna. Estos términos indican al mismo tiempo el
carácter de la “Ciudad de Dios”, que es la iglesia de
nuestro Dios. Una persona que ha experimentado la
renovación del corazón nuevo testamentario,
permanece en la salvación. Está en la justicia y en la
verdad de Dios. Vive completamente diferentes
elementos de vida, que lo que conocía antes. Jesús
dijo que tal persona por fe “ha pasado de muerte a
vida” (Juan 5,24). ¡Esta es la salvación divina! “Los
Trompeta Evangelizadora 11/2014
21
muros y antemuro de esta ciudad están a salvo”. Entre estos muros vive el
pueblo de Dios, cuya paz y seguridad está en real estado de salvación. Los
primeros textos hablan de “grietas” en el muro de la ciudad de Dios.
¿Hemos estado alguna vez delante de tal muro? Las grietas y decadencia
anuncian el desmoronamiento en un muro. Expertos que conocen la
situación, en tal caso inmediatamente considerarán la renovación
necesaria. Es exactamente lo que el profeta Ezequiel trataba de hacer. Él
muestra a Jerusalén como un lugar de absoluta corrupción. El profeta ve las
grietas de fe en su pueblo, y vio el implacable fracaso de los jefes y
ancianos. Literalmente dice el contexto: “Sus sacerdotes violaron mi ley, y
contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron
diferencia, ni distinguieron entre lo inmundo y lo limpio, […] sus profetas
[...] adivinándoles mentiras [...] El pueblo de la tierra usaba de opresión y
cometía robo, al afligido y menesteroso [...]” (22,26-29).
¡Así se ven las grietas! En este estado no pueden quedar. Las grietas se
establecieron y advierten un colapso en el muro. El Señor sabía todo y
quería salvar y ayudar. “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y
que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo
no la destruyese; y no lo hallé”. El fiel Ezequiel aparentemente poco pudo
conseguir. “Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el
justo?” (Salmos 11,3). El juicio de Dios era inevitable. El exilio a
Babilonia estaba cerca. Bruns añade aquí: “¿Dónde están los intercesores
de nuestro pueblo? ¡Dios los está esperando!"
En Génesis 18 Abraham disputa con Dios por los justos en Sodoma.
Comenzó con cincuenta y terminó con diez, y el Señor le dijo: “Si hallo
diez justos en la ciudad, no la destruiré” aquí podemos ver como Dios está
con los justos. La intervención de Abraham no fue en vano, pues ha sido
escuchada. ¿Qué podemos hacer nosotros? Dios espera de sus siervos que
presten atención al bienestar de la ciudad de Dios. Es la iglesia del Señor,
donde habita el pueblo redimido de Dios. La siguiente declaración de
Jeremías puede relacionarse con esta ciudad: “Y procurad la paz de la
ciudad, y rogad por ella; porque en su paz tendréis vosotros paz”. Esta
ciudad es la Jerusalén del Nuevo Testamento, fundada por Cristo. Y Pablo
la llama: “Un templo santo, edificado sobre el fundamento de los apóstoles
y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. Y
añade: “El templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”.
La “grieta” en la construcción de este muro debe ser una señal de
advertencia para los siervos de Dios, e incitar la reconstrucción del muro
alrededor y remediar el eventual daño ocurrido. Sabemos que Jesús lloró
una vez por Jerusalén (Lucas 19). Por lo tanto debemos llevar
preocupación para que Él no tenga que llorar por su ciudad, la iglesia. Por
lo tanto, recordemos que la fe pura no adulterada, la justicia, que es válida
ante Dios, la divina gracia, la verdad y santa obediencia en fe, es nuestra
única seguridad fiable. En esta ciudad Dios quiere ver a su pueblo, y
bendecirlos con bendición espiritual y celestial. Pero todos los que están
contra esto, son grietas en el muro, que indican que la seguridad se
desintegra. Sin los muros que Dios ha puesto a su pueblo, estamos
perdidos. Por lo tanto, debemos tener la intención de David y decir: “¡El
hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi
corazón!” (Salmos 40,8).
Trompeta Evangelizadora 11/2014 22
EL MURO
Muros de protección “Sea la paz dentro de tus muros...” (Salmo 122,7)
David se alegraba por aquellos que decían: “¡A la casa
de Jehová iremos!” Y entonces, cuando estaba frente a
Jerusalén y vio la ciudad de Dios, sus edificios e
instalaciones, su corazón se conmovió profundamente.
La impresión de lo vivido generó en su alma el deseo
de que entre los muros de esta ciudad permaneciera la
paz.
Por medio de las escrituras, sabemos que alrededor
de la ciudad de Jerusalén había un fuerte muro
construido. Este servía de protección ante los enemigos
y se demostraba una y otra vez a lo largo del tiempo.
Aun así, sucedió que el enemigo logró romper el muro.
Entonces la ciudad fue destruida y sus habitantes
asesinados o llevados cautivos. Israel no podía evitar
los ataques del enemigo. Pero debía impedir a
cualquier precio, que el enemigo atravesara el muro y
tomara la ciudad. También en la actualidad los hijos de
Dios son atacados de tanto en tanto por el enemigo del
alma. Pero no debemos darle oportunidad alguna de
quitarnos la paz. La Palabra de Dios nos da
indicaciones de cómo podemos resistir exitosamente al
enemigo y conservar la paz.
En 2. Crónicas 32, 1-8 se narra: “Después de estas
cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib rey de los
asirios e invadió a Judá, y acampó contra las ciudades
fortificadas, con la intención de conquistarlas. Viendo,
pues, Ezequías la venida de Senaquerib, y su intención
de combatir a Jerusalén, tuvo consejo con sus príncipes
y con sus hombres valientes, para cegar las fuentes de
agua que estaban fuera de la ciudad; y ellos le
apoyaron. Entonces se reunió mucho pueblo, y cegaron
todas las fuentes, y el arroyo que corría a traves del
territorio, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de
Asiria muchas aguas cuando vengan? Después con
ánimo resuelto edificó Ezequías todos los muros
caídos, e hizo alzar las torres, y otro muro por fuera:
fortificó además a Milo en la ciudad de David, e hizo
también muchas espadas y escudos. Y puso capitanes
de guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir en la plaza
de la puerta de la ciudad, y habló al corazón de ellos,
diciendo: ʽEsforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis
miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con
él viene; porque más hay con nosotros que con él. Con
él es el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová
nuestro Dios para ayudarnos, y pelear nuestras
batallas.ʼ Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de
Ezequías rey de Judá.”
De este texto hay que observar lo siguiente:
1.La unidad de sus habitantes y sus gobernantes Ella es un requisito absoluto para una exitosa defensa
contra el enemigo. En el texto vemos que el pueblo se
reunió unánimemente, para tomar precauciones para la
protección de la ciudad. Solamente mediante la unión
puede ser conservada la paz en la ciudad de Dios. Por
lo tanto, cada hijo de Dios es responsable de buscar y
conservar la unidad. “Así que, sigamos lo que
contribuye a la paz y a la mutua edificación”
(Romanos 14,19).
2.Ezequías quitó las provisiones de agua a los enemigos fuera de los muros de la ciudad. Fue un acto muy sabio, mediante el cual permanecer
más tiempo delante la ciudad era una circunstancia
más difícil para el enemigo. En Efesios 4,27 somos
exhortados a no dar lugar al diablo. ¿Hay cosas en
nuestra vida que hacen al enemigo confortable?
Entonces tendrá éxito en perturbar una y otra vez
nuestra paz. Tenemos que cuidar de que “no sea que
alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que
brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por
ella muchos sean contaminados” (Hebreos 12,15).
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3.Ezequías se animó. Ezequías no estaba abatido a pesar del fuerte enemigo,
sino que halló el valor necesario para oponerse a él.
También nosotros tenemos que batallar con el
enemigo, quien anda alrededor como un león rugiente.
La Palabra de Dios nos enseña a resistir firmes en la fe
(1. Pedro 5,9). Justamente en los momentos más
difíciles, cuando atravesamos por tentaciones y luchas,
necesitamos valor para vencer. En cuanto tomamos
una postura firme, también nuestros hermanos serán
alentados y fortalecidos (Hebreos 12,12-13).
4.El reconstruyó las partes caídas del muro. Ezequías controló la resistencia de los muros de la
ciudad y encontró partes débiles. Él estaba consciente,
de que sin falta debían ser mejoradas. También en los
hijos de Dios pueden surgir ciertas debilidades, por
ejemplo, tendencia a la ira, a una mentalidad terrenal, a
las apariencias, etc. Sabemos de Demas, trabajaba con
Pablo por el evangelio. Pero más tarde Pablo tuvo que
decir: “…Demas me ha desamparado, amando este
mundo” (2. Timoteo 4,10). Dios le podría haber
ayudado a vencer su amor al mundo, pero el no prestó
atención a esta inclinación e incluso la amó. Eso fue
fatal para él. Para que no nos ocurra la misma
desgracia, no debemos halagar nuestras debilidades, ni
encubrirlas. Tenemos que confesarlas sinceramente
ante Dios y pedirle por completa victoria.
5.Alzó torres sobre el muro y construyó un muro adicional ante la ciudad. Para Ezequías no era suficiente mejorar las partes
débiles. Le era importante que la ciudad fuera segura y
fuerte. Tampoco nosotros debemos conformarnos con
lo alcanzado, sino continuar creciendo en nuestra vida
espiritual. “Antes bien, creced en la gracia y el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo...” (2.Pedro 3,18). Debemos procurar que
nuestra edificación sea firme y fuerte. A ello
corresponden las torres y muros:
de la salvación: “He aquí Dios es salvación mía; me
aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi
canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para
mí.” (Isaías 12,2)
del amor a Dios: “a quien amáis sin haberle visto...”
(1. Pedro 1,8)
del amor al prójimo: “Y el Señor os haga crecer y
abundar en amor unos para con otros y para con
todos, como también lo hacemos nosotros para con
vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones
[...]” (1.Tesalonicenses 3,12-13)
del amor a la palabra de Dios: “Mucha paz tienen los
que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.”
(Salmos 119,165)
de la oración: “Por esto orará a ti todo santo en el
tiempo en que puedas ser hallado; ciertamente en la
inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.”
(Salmos 32,6)
de la obediencia: “¡Oh, si hubieras atendido a mis
mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y
tu justicia como las ondas del mar.” (Isaías 48,18)
de santidad: “La santidad conviene a tu casa, oh
Jehová, por los siglos y para siempre.” (Salmos 93,5)
de pureza: “[...] sé ejemplo de los creyentes en
palabra, conducta, [...] y pureza. ” (1.Timoteo 4,12)
de gozo en el Señor: “[…] porque el gozo de Jehová
es vuestra fuerza.” (Nehemías 8,10)
de la presencia de Dios: “Yo seré para ella, dice
Jehová, muro de fuego en derredor” (Zacarías 2,5)
de fe: “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que
podáis apagar todos los dardos de fuego del
maligno.” (Efesios 6,16)
6.Ezequías contaba con Dios Mediante su confianza en Dios, también fortaleció al
pueblo en la fe. Y no fueron avergonzados. Los
enemigos tuvieron que irse de la ciudad con grandes
pérdidas (Isaías 37,33-37). También nosotros podemos
contar con Dios y confiar en él. Esto, sin falta, será de
bendición a nosotros y a nuestros hermanos.
Ahora hemos visto en la Palabra de Dios, algunos
actos de fe de Ezequías - de como había tenido éxito
en proteger a la ciudad del enemigo. ¿Pero en qué
residía el secreto de este éxito? La Biblia nos relata:
“Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que
guardó los mandamientos que Jehová prescribió a
Moisés. Y Jehová estaba con él; y adondequiera que
salía, prosperaba…” (2.Reyes 18,6-7). Ese es un
requisito para conservar la paz, tanto para el alma
individual como para la ciudad de Dios. Querido hijo
de Dios, ¿buscas tú también lo mejor para la ciudad y
estás preocupado por su paz? ¿Ayudas en la
construcción del muro de la ciudad o levantas un muro
en el lugar equivocado - en lugar de ponerlo ante el
enemigo, estás contra tu hermano? ¿Es el muro de tu
vida espiritual lo suficientemente firme, para resistir al
mundo y lo que le pertenece? Vale la pena servir a
Dios con un corazón no dividido. “Por cuanto en mí ha
puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en
alto, por cuanto ha conocido mi nombre” (Sal. 91,14).
Robert Rotfuß, Neubulach (DE)
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SEMA NA DE ORA CIÓN 5 – 9 DE ENERO 2015
Temas de oración Enero 2015
La base genuina del pueblo de Dios en este mundo es Jesucristo, porque “En ningún otro hay
salvación [o redención]” (Hechos 4, 12). Dios ama a su pueblo. Conoce sus necesidades y
problemas. Sin embargo, Él los quiere ver constantemente en su camino y en obediencia a su voluntad. Los siguientes temas de oración se basan principalmente en la fe y el estado de
sufrimiento del pueblo de Dios. Con David queremos orar: “Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad” (Salmo 28,9).
LUNES, 5 DE ENERO 2015
El pueblo de Dios y el propósito de su elevada elección. 1. Jesús recordó con claridad a sus discípulos sobre su
elección (Juan 15,16). En esto también debemos pensar
nosotros, que cada elección encierra un propósito. (Por ej.
Efesios 5,9-10).
2. El pueblo de Dios es responsable de expandir el
evangelio por medio de literaturas en todo el mundo
(Marcos 16,15-16). Jesús y sus discípulos dieron aquí un
inolvidable ejemplo (Vea Romanos 15, 18-21;
1.Tesalonicenses 1,8).
3. Otro fundamento de nuestra elección es la expansión
de luz en nuestro entorno por medio de la práctica (Mateo
5,13-16). Para esta luz por medio de la firmeza en la fe no
existe reemplazo.
Oramos:
a. Por gracia y fortaleza espiritual para difundir la palabra
de Dios por medio de los siervos de Dios.
b. Por gracia y conocimiento para conducirnos
sabiamente delante de todos, de los que están “adentro”
como de lo están “afuera” (Colosenses 4,5).
c. Por una influencia espiritual y un despertar de fe de las
iglesias en todo el mundo.
d. Por ánimo y fuerzas para vencer todas las
interrupciones en la expansión de la luz divina.
MARTES, 6 DE ENERO 2015
El pueblo de Dios y la voluntad de Dios
1. En Efesios 5,10 leemos: “¡Comprobando lo que es
agradable al Señor!” Sería bueno prestar atención a esta
instrucción en cada acción. Deberíamos preguntarnos,
cuan arraigados y familiarizados estamos nosotros o la
iglesia con la voluntad de Dios. Observa por ejemplo, lo
que Jesús dice en Juan 5,30.
2. Dios quiere usar a su pueblo para un accionar de
ejemplo y avivamiento. Para ello es importante un buen
fundamento en la fe y el aprovechamiento del tiempo
(1.Tesalonicenses 1,8; Juan 9,4).
3. Dios espera de su pueblo un alejamiento del mundo
(2.Corintios 6,14-18).
Oramos:
a. Por una clara y profunda comprensión de la voluntad
de Dios bajo el pueblo de Dios.
b. ¡Por protección del engaño y confusión, diferentes a la
medida bíblica!
c. Por gracia, para permanecer firmes en la invariable
palabra y voluntad de Dios, a pesar del cambio del
tiempo y las circunstancias. David testificó: “El hacer tu
voluntad, Dios mío, me ha agradado” (Salmo 40,8).
Trompeta Evangelizadora 11/2014
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MIERCOLES, 7 DE ENERO 2015
El pueblo de Dios y el gran significado de su unidad
Pablo habló claramente de la “unidad en el Espíritu”
(Efesios 4,3). Para esta maravillosa unidad oró Jesús
(Juan 17,20ss). ¿Qué hacemos nosotros con el peligro o
incluso la interrupción de esta unidad?
1. ¡El requisito más importante para la unidad que quiere
Dios, es la unidad personal con Dios! Génesis 17,1
(Versión Palabra de Dios para todos): “Yo soy el
Dios Todopoderoso. Vive como a mí me agrada,
siéndome completamente fiel”. Los requisitos para esta
unidad están establecidos en la palabra de Dios. En
Romanos 3,24 escribe Pablo claramente, que la
justificación válida ante Dios, nos une con Dios.
2. El verdadero secreto de una relación pura con Dios es
la obediencia. Cada desobediencia que se realiza
conscientemente, lastima e impide la armónica unidad
con Dios y los semejantes.
3. Sin la verdadera unidad, Dios no puede cumplir a su
pueblo las prometidas bendiciones. Esto se puede
corroborar claramente en la historia de Israel
(Isaías 59,1-2). Queramos pensar que dice la unidad (o la
impureza) de los cristianos al mundo incrédulo.
Oramos:
a. Señor, ayúdanos, que nuestra unidad contigo sea
realmente de corazón.
b. Por un profundo conocimiento de la unidad en el
Espíritu y verdad.
c. Por un claro conocimiento del gran valor y bendición
de esta unidad.
JUEVES, 8 DE ENERO 2015
El pueblo de Dios en tribulación y angustia
Tiempos de aflicción, angustia y tribulaciones no son
ningún secreto en el pueblo de Dios. La Biblia nos
muestra claramente esta imagen (Vea Mateo 5,10-12;
24,21-24; Romanos 8,35-39 etc.).
1. Los fieles discípulos tenían que compartir con su
Maestro el sufrimiento (Juan 15,18-20).
2. La oscuridad odia la luz, y por ello también odia a los
hijos de luz. Pensamos por ejemplo en Abel y Caín; en
José y sus hermanos y en las situaciones actuales.
3. Jesús anunció: “La injusticia se multiplicará” (Mateo
24,12-13). Esto es evidente en todo el mundo, y en todos
los lugares sufren los inocentes (Vea Salmo 34,19;
2. Timoteo 3,10-12).
4. Existe también el sufrimiento por culpa propia. Y esta
situación lamentable puede surgir incluso entre el pueblo
de Dios (Vea por ej. Jeremías 2,12-13).
Oramos:
a. ¡Ayuda Señor, que valoremos el Santo y buen camino
y nunca lo abandonemos!
b. Señor, recuerda a todos los hijos de Dios que están
bajo persecuciones y quédate en medio de ellos por
tu gracia (2. Corintios 1,8-11).
c. Danos gracia y voluntad de aceptar el sufrimiento de la
cruz sobre nosotros.
d. Señor, ayuda a los jóvenes, a estar dispuestos a sufrir
por causa de Cristo (2. Timoteo 2,3).
VIERNES, 9 DE ENERO 2015
Posible decadencia
Lo que el pueblo de Dios no debe olvidar bajo ninguna
circunstancia: Sabemos que es posible debilitarnos y caer
de nuestra responsabilidad, nuestra obediencia, nuestra fe
y nuestro amor a Dios. Por eso el Señor nos recuerda de
cosas muy importantes que nosotros, como pueblo suyo,
debemos recordar siempre y prestar atención.
1. “Israel, no me olvides”, así dice el Señor (Isaías 44,21;
Deuteronomio 8,19).
2. “Guardaos, no os olvidéis del pacto de Jehová vuestro
Dios” (Deuteronomio 4,23; Salmo 50,5). Note: ¡Olvidar
puede ser incluso intencional o premeditado! (Ver
Jeremías 2,12ss).
3. El Señor recuerda a su pueblo su salvación,
mandamientos y buenas obras (Deuteronomio 6,12;
Salmo 103,2ss).
4. El pueblo de Dios no debe olvidar sus prometidas
bendiciones, su recompensa y su futura gloria. Jesús dice
explícitamente: “Vuestro galardón es grande en los
cielos.”
Oramos:
a. Señor, ayúdanos a pelear la buena batalla de la fe y ser
fieles hasta la muerte.
b. Que todos podamos ser parte de la multitud que se
presenta en Apocalipsis 7,13-17.
c. ¡Tener la certeza de la salvación en cualquier
circunstancia de la vida y también en la muerte!
d. Oramos por el incremento del pueblo de Dios y una
influencia de avivamiento en todo el mundo.
Friedrich Krebs, Kitchener (CA)
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TIEMPO Y ETERNIDAD
La brevedad
de la vida
La mayoría de las personas no piensan acerca de la
brevedad de la vida y su final, hasta que ven el
rostro de la muerte. A pesar de que Dios advierte
constantemente a través de su palabra, su Espíritu,
sus ministros y su pueblo. La mayoría de las
personas van hacia su final sin estar preparados. Y
los afligidos amigos y familiares reclaman la triste
realidad de que se fueron a la eternidad sin Dios y
sin esperanza. Es terrible caer en manos del Dios
Viviente, sin estar preparados. Hasta hace poco una
amorosa voz sonaba en nuestros oídos, fieles manos
se preocupaban por nuestras necesidades y su
presencia era la luz del sol en el hogar. Sin
embargo, repentinamente la muerte irrumpió en el
hogar. Puso su fría mano sobre ella y dijo: “¡Tú eres
mía!” - Su alma partió hacia el Gran Juez, a dar
cuenta de como había vivido en la tierra.
Si estas almas pudieran hablar a sus
supervivientes, tal vez dirían: “Velad, pues, porque
no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”.
“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en
que el Hijo del Hombre ha de venir”.
La vida es corta David dice en el Salmo 39: “¡Ciertamente vanidad
es todo hombre! […] Ciertamente como una sombra
es el hombre […].”
Una sombra es algo muy fugaz y transitorio. Su
existencia depende de la providencia de Dios. Si no
hubiera luz, que iluminara un objeto, tampoco
habría sombra. Así también es la vida del hombre.
Dios tiene que dar forma y aliento de vida. De lo
contrario la existencia no sería posible. Nuestra vida
es gracia de Dios. Si Él retirara su mano aunque sea
por un momento, ante nosotros habría un cuerpo sin
vida. Job dijo: “Y mis días fueron más veloces que
la lanzadera del tejedor, y fenecieron sin esperanza”
(Job 7,6). Querida alma, ¡Reflexiona por un
momento! ¡Piensa en los días pasados de tu vida!
Más adelante dice Job en el capítulo 9 versículo 25:
“Mis días han sido más ligeros que un corredor;
Huyeron, y no vieron el bien”. ¿Has observado
alguna vez a un atleta? Él debe utilizar el tiempo
disponible lo mejor posible, de lo contrario no
llegaría a tiempo a la meta. Apenas observa lo que
sucede a su alrededor y se esfuerza solamente para
alcanzar la meta final.
Lo mismo ocurre en la vida. Nos apresuramos con
persistencia hacia la meta para no dejar nada atrás,
excepto nuestras huellas marcadas en la arena del
tiempo. En pocas horas el día llega a su final, y otro
día toma su lugar. Un hombre tras otro llega a la
meta de su peregrinación. Querido lector. ¿A dónde
te llevan tus pasos? Las personas que nos siguen ¿se
dirigen al destino correcto? ¡Quiera Dios ayudarnos
a reconocer la seriedad de la vida y aprovechar el
tiempo correctamente!
¡La vida no solamente es corta, sino que el final es seguro! Toda vida llega siempre a su final,
independientemente de que tan larga sea. Nuestros
seres queridos que ya han fallecido, nos confirman
esta verdad. “Y de la manera que está establecido
Trompeta Evangelizadora 11/2014
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para los hombres que mueran una sola vez, y
después de esto el juicio” (Hebreos 9,27). Ningún
hombre tiene poder sobre la muerte y nadie puede
detener el espíritu. Un día, tal vez cuando no lo
esperamos, vamos a tener que mirar de frente a la
muerte. Pero, ¿estaremos preparados?
Para los malvados la muerte es reina de los
espantos. Para los cristianos, es un ángel de
misericordia que le saca de este mundo pecador y
de sufrimiento, a la ciudad de Dios, en la que Dios
enjugará toda lágrima de sus ojos. Y ya no habrá
muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor;
porque las primeras cosas pasaron
(Apocalipsis 21,4). Todos los que en esta vida se
rindieron al Señor y vivieron para Él, no necesitan
temer, porque la muerte es para ellos la entrada a la
gloria. Tal vez has alabado a Dios ante el lecho de
muerte de uno de tus seres queridos y prometiste
dejar el pecado. ¿Has cumplido tu promesa? Tal vez
Dios permitió esa muerte para acercarte a Él.
No es la voluntad de Dios que alguien se pierda,
sino que todos se arrepientan, lleguen al
conocimiento de la verdad y alcancen la salvación.
¿No quieres dejarte advertir y prepararte para el
encuentro con tu Dios? Porque la vida es corta y el
final llega y es confirmada con cada informe
fúnebre. Un día esta verdad será confirmada por tu
propia despedida. ¿Estarás preparado? ¿O tus seres
queridos tendrán que llorar sobre tu alma, porque se
ha perdido para siempre? - ¡Oh, prepárate!
E.M.Powell
PIE DE IMPRENTA Año 120
La TROMPETA EVANGELIZADORA es una escritura cristiana que se presenta clara y decididamente para la plena salvación en Cristo, la unidad de los hijos de Dios, y revelar todas las verdades de la Santa Palabra. Publicado en intereses de la Iglesia de Dios. Editor responsable: Hans-Dietrich Nimz (CA) Colaboradores: Sieghard Schulz (CA), Ron Taron (CA), Dieter Jeske (DE), Hermann Vogt (DE) Los editores se reservan el derecho de resumir o no publicar los artículos recibidos. Preguntas o sugerencias pueden ser enviadas a: kontakt@evangeliumsposaune.org
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Traducido y editado al idioma castellano por miembros de la Misión de la Iglesia de Dios en Argentina. IGLESIA DE DIOS Bme. Mitre 466 3360 Oberá - Misiones - Argentina. E-mail: iglesiadediosobera@live.com
La Trompeta Evangelizadora es distribuida gratuitamente. Los costos se sustentan por donaciones.
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Año 120
Nada
Nada más que caminante sombra,
nada más que un soplo fugaz
somos aquí en esta tierra;
¡dificultades, angustias y malestares
tampoco han de faltar!
Nada aquí es permanente,
Querida alma ¿por qué te preocupas?
¿Te preocupas por lo transitorio,
lo moribundo e insuficiente?
¡Déjalo!
Suelta lo que te quiere atar;
mira, aquí hay frio y oscuridad.
Pon la vista hacia el sol,
donde de esto podrás escapar
¡Pronto resplandecerá la luz!
Pronto vendrá el victorioso Rey,
pronto vendrá el tiempo feliz,
pronto tus ojos lo saludarán,
estando a los pies de Jesús –
¡Considera lo principal!
H. v. R.