Post on 16-Oct-2018
transcript
E ste pensador econó-
mico y filosófico nace
en Friburgo en 1899
y muere en Alemania
en 1992. Fue paradójicamen-
te un economista británico
aunque de origen aus-
triaco, y fue británico
porque allí trabajo larga-
mente. En el London
School of Economics.
Fue considerado el mas
destacado pensador
económico tras conside-
rar y sustentar sobre la
liberalización de los mer-
cados como premisa
básica de la eficiencia
distributiva. Su obra
política más celebre fue
“camino a la servidum-
bre”, en donde argumen-
to que las premisas bási-
cas del edificio teórico
marxista contenían la
semilla del totalitarismo.
FRIEDRICH VON HAYEK
fue Economista y filóso-
fo, celebre en el mundo
entero aunque irrumpe
en la escena intelectual
hasta 1983 de manera
contundente, en un mo-
mento en que la derecha se
esforzaba por hallar un pro-
grama y una coherencia inte-
lectual frente a socialismo en
países como Francia..
Sus obras cobraron importan-
cia después de 1975 cuando
el desempleo y la inflación
acabaran con la influencia de
su eterno rival, Keynes, y con
las políticas de intervención
que este había preconizado.
La mayor parte de los temas
cuya huella encontramos en
los liberales franceses, así
como en el reaganismo ó en
el thatcherismo, tienen su
origen en la obra de Hayek.
La superioridad de la eco-
nomía de mercado, la privati-
zación, la libertad de elección
de escuela y de sistema de
protección social. ◙
• “Hacer creer que lo
innato es reaccionario
es sólo una perversión
de los “comisarios”
intelectuales o de polí-
ticos en busca de po-
der”
FRIEDRICH VON HAYEK U N EC ON OM I S TA Y F I L Ó SO FO
Chomsky dice que ....
• En nuestras sociedades
occidentales estamos
habituados a que los par-
tidarios del desarrollo
natural se sitúen a la dere-
cha, y los defensores de
la cultura aprendida, a la
izquierda. Desde el siglo
XIX, son de derecha
quienes privilegian lo
innato, y de izquierda
aquellos para quienes no
hay mas que lo adquirido.
• El progresismo considera
que el hombre es el pro-
ducto del medio ambiente
y de la historia más que
de su patrimonio biológi-
co.
C O N T E N I D O :
Biografía 1
Camino a la servidumbre
1
La superioridad del orden espontáneo
2
Una democracia particular 3
La demarquia, una utopía 4
La demarquia, una pro-puesta
4
C A M I N O A L A S E R V I D U M B R E
E n su obra “EL camino
de La servidumbre” él
acusa a los gobiernos
británico y americano
de volcarse hacia el socialismo:
porque so pretexto de ganar la
guerra concentran todos los me-
dios económicos en las manos
del Estado lo que es en teoría el
inicio de un sistema totalitarista
pues los regímenes totalitaristas
anteriores como el Nazismo, el
Estalinismo y el Fascismo utiliza-
ron este poder económico para
llevar a cabo su plan político..
Dicha estatización no es necesa-
ria, dice Hayek, y es en si perver-
sa, ya que acerca por ejemplo el
régimen político de los aliados al
modelo nazi al que combatían.
Hayek se convierte así en el mas
celebre y mas intransigente de
los economistas liberales; y lo
seguirá siendo. Es tan discutido
que deberá aguardar hasta la
edad de 75 años para recibir el
premio Nobel; paradójicamente
todos sus discípulos lo habían
recibido antes que él. ◙
Mo
nte
s I
nc
. P
rop
ert
y ©
CIENCIAS POLÍTICAS Y ECONOMICAS 2012
FRIEDRICH VON HAYEK
Los liberales deben ser agitadores
E l liberalismo es la
única filosofía política
verdade-
r a m e n t e
moderna,
y la única
compat i -
ble con
las cien-
cias exac-
tas; con-
verge con
las teorías
f í s i c a s ,
químicas
y biológi-
cas mas
recientes, en particular con la
ciencia del caos formalizada
por Ilya Prigoguin. En la eco-
nomía de mercado, así como
en la naturaleza, el
orden nace del
caos: la armoniza-
ción espontanea de
millones de decisio-
nes e informacio-
nes conduce no al
desorden, sino a un
orden superior.
Adam Smith fue el
su libro “La riqueza
de Las naciones”,
publicado hace dos
siglos.
Según Hayek, nadie
puede saber como
planificar el creci-
miento económico, porque no
conocemos verdaderamente
sus mecanismos; el mercado
pone en juego decisiones tan
numerosas que ningún ordena-
dor, por potente que sea, pue-
de registrarlas. En consecuen-
cia, creer que el poder político
es capaz de sustituir al merca-
do es un absurdo. En lo que
Hayek llama la «gran sociedad»
-es decir, la sociedad moderna
y compleja- es preciso, pues,
recurrir al mercado, a la iniciati-
va individual. A la inversa, el
dirigismo solo puede funcionar
en una sociedad minúscula
donde todas las informaciones
son directamente controlables.
Página 2 Montes Inc . ©
LA S U P E R IO R I DA D D E L O R D E N E S P O N T Á N E O
Ser constructivista, es creer
que se puede rehacer el mundo
a partir de un proyecto de so-
ciedad teórica. Este es el gran
error de los socialistas ó mas
bien, el Socialismo es un error
de los intelectuales. Un error
que se remonta a Descartes!
Por ello Francia tiene una res-
ponsabilidad particular en esta
mentalidad geométrica aplica-
da a la realidad.
Lo que Hayek discute no son,
pues, las intenciones o la mora-
lidad de los socialistas, sino sus
errores científicos y su «vanidad
fatal» ... The Fatal Conceit es el
titulo de la ultima obra que
publicara Hayek en 1989. La
superioridad histórica y científi-
ca del liberalismo, en una for-
mula típicamente «hayekiana»,
se llama «la superioridad del
orden espontaneo sobre el
orden decretado». Ejemplos
concretos de dicha superiori-
dad son : las grandes institucio-
nes que marchan bien, explica
no han si inventadas por nadie.
La familia o la economía de
mercado son productos de
orden espontaneo. Ningún
intelectual decidió crear un día
una organización que debería
llamarse capitalismo o eco-
nomía de mercado. Estas gran-
des instituciones de la socie-
dad moderna se basan en una
moral. Una moral que no es
«natural», sino el producto de
una evolución casi biológica
pero que afecta a las organiza-
ciones sociales más que a los
organismos vivos. Esta moral
no es natural, porque por ejem-
plo el hombre no tiende es-
pontáneamente a respetar a
propiedad privada o los contra-
tos. Es la selección la que,
actuando sobre el comporta-
miento moral, deja claro que,
en el curso de los siglos, los
pueblos que respetan los con-
tratos y la propiedad se tornan
mas prósperos. He aquí el moti-
vo por el que según Hayek, la
sociedad occidental se volvió
moral, y sin esta moralidad
fundamental, el capitalismo no
podría existir. ◙
L a superioridad del
liberalismo sobre el
socialismo no es una
cuestión de sensibili-
dad ó de preferencias persona-
les, sino un constante objetivo
verificado por toda la historia
de la humanidad. Allí don de la
iniciativa individual es libre, el
progreso económico, social,
cultural y político es siempre
superior a los resultados obte-
nidos por las sociedades plani-
ficadas y centralizadas.
En la sociedad liberal, los indivi-
duos son más libres, mas igua-
les, mas prósperos que en la
sociedad planificada. Existe
quizá una solución intermedia,
de tipo social-demócrata?
Hayek responde que entre la
verdad y el error no hay vía
intermedia. El liberalismo es,
por tanto, científicamente supe-
rior al socialismo, y sobre todo
al marxismo al que Hayek califi-
ca de superstición; pues para
este economista los intelectua-
les son constructivistas o socia-
listas pues imaginan saber mas
de lo que en realidad conocen.
“E L S O C I A L I S M O
E S T O D O U N A N O S T A L G I A D E L A S O C I E D A D A R C A I C A , D E
L A S O L I D A R I D A D
T R I B A L ”
“Eres de la
Derecha o de la
Izquierda?”
Lidera-T
FRIEDRICH VON HAYEK
U na de las obras menos
conocida de Hayek y
mas embarazosas es
“El orden político de un
pueblo libre” en el que critica
severamente a la democracia.
Para este pensador la democra-
cia, se ha convertido en un feti-
che: el ultimo tabú sobre el que
esta prohibido cuestionarse.
Ahora bien, es a causa del mal
funcionamiento de la democracia
que los Estados modernos inva-
den la intimidad individual. Los
liberales son demasiado a me-
nudo incoherentes, pues se
quejan de la estatización sin
interrogarse por los mecanis-
mos que conducen a ella.
El malestar de las sociedades
democráticas viene de que las
palabras han perdido su senti-
do. Originalmente, en la demo-
cracia, los poderes del Estado,
contrariamente a lo que pasa en
la monarquía, estaban limitados
por la por la Constitución y la
costumbre. Pero nos hemos ido
deslizando cada vez más hacia
una democracia ilimitada: un
gobierno puede hoy hacerlo todo
so pretexto de que es mayoritario.
La mayoría ha reemplazado a la
Ley. La Ley en si misma ha perdi-
do su sentido; principio universal
al comienzo, hoy ya no es más
que una regIa cambiante destina-
da a servir a intereses particula-
res... ¡en nombre de la justicia
social!
Pues bien, la justicia social, prosi-
gue Hayek, es una ficción, una
varita mágica. ! Nadie sabe en
qué consiste! Gracias a ese térmi-
no vago, cada grupo se cree en el
derecho de exigir al gobierno
ventajas particulares. En reali-
dad, detrás de la «justicia social»
esta, simplemente expectativa
sembrada en la mente de los
electores por la generosidad de
los legisladores hacia ciertos
grupos. Los gobiernos se han
convertido en instituciones de
beneficencia expuestas al chan-
taje de intereses organizados.
Los políticos ceden tanto más
gustosamente cuanto que la
distribución de beneficios permite
«comprar» partidarios. Esta distri-
bución beneficia a grupos aisla-
dos mientras que sus costes son
repartidos entre el conjunto de
los contribuyentes; así, cada uno
tiene la impresión de que se trata
de gastar el dinero de los demás.
Esta asimetría entre beneficios
visibles y costes invisibles crea el
engranaje que lanza a los gobier-
nos a gastar cada vez más para
conservar la mayoría política. En
este sistema que se insiste en
llamar «democracia», el político ya
no es el representante del interés
general. Se ha convertido, dice
Hayek, en el administrador de un
fondo comercial. La opinión
pública es un mercado en el que
los partidos buscan «maximizar»
sus voces mediante la distribu-
ción de favores.
Por otra parte, señala Hayek, que
los partidos modernos se definen
hoy por las ventajas particulares
que prometen, y no por los prin-
cipios que defienden. Prueba de
ello es que, en las cuestiones
esenciales -como la pena de
muerte, el aborto o la eutanasia-
, los miembros de los partidos
no quedan por lo general some-
tidos a la disciplina de voto. Esto
quiere decir que la democracia
se ha tornado inmoral, es injus-
ta y tiende a hacerse
«totalitaria». Los ciudadanos, en
las sociedades occidentales,
han dejado de ser autónomos.
Están como drogados, depen-
dientes de los dones del Estado.
Hayek piensa que esta perversión
de la democracia conduce en
última instancia al empobreci-
miento general y al desempleo,
ya que los recursos disponibles
para la producción de riquezas se
agotan indefectiblemente. Hayek
se pregunta ¿Es necesario, pues,
abandonar la democracia? Y si es
así con que la reemplazamos. ◙
erróneamente, su única expre-
sión concreta. Es para recuperar
el ideal democrático que hoy
debemos imaginar según Hayek-
una organización nueva que
limite el poder del gobierno. Es lo
que Hayek llama “La Demarquía”.
Del griego demos, pueblo, y ar-
chein, autoridad. Este nombre
permitirá preservar el ideal sin
emplear un término mancillado
por el abuso prolongado.
L a democracia se ha
pervertido, afirma Hayek,
.porque hemos confundi-
do, como temía ya el
filosofo Tocqueville, el ideal de-
mocrático con la tiranía de la
mayoría. Porque creemos en los
ideales básicos de la democracia
-sufragio universal, supremacía
del derecho-, nos sentimos obli-
gados a defender instituciones
particulares que pasan por ser,
Página 3 Montes Inc . ©
L A D E M O C R A C I A S E H A C O N V E R T I D O E N L A P R O P I E D A D D E L O S I N T E R E S E S PA R T I C U L A R E S
L A D E M A R Q U I A , U T O P Í A D E R E C A M B I O
“Los ciudadanos, en
las sociedades
occidentales, han
dejado de ser
autónomos. Están
como drogados,
dependientes de los
dones del Estado”
“Algunos intelectuales y
educadores se oponen al
determinismo biológico,
no porque sean los
dueños de la vedad; sino
porque son sus managers
ideológicos, son
propagadores de
doctrinas”
! La
verd
ader
a en
ferm
edad
de
Amér
ica
latin
a, n
o es
la
here
ncia
col
onia
l; sin
o el
re
tras
o en
la R
efle
xión
Po
lític
a, E
conó
mic
a y
Soci
al!
La segunda asamblea, que se
denomina «gubernamental», podr-
ía funcionar según el modelo de
los parlamentos actuales. Pero
sería preciso, opina, excluir de
ella a los empleados del gobierno
y a todos aquellos que reciben
ayudas, pues no es muy razona-
ble que unos parlamentarios
sean a la vez juez y parte.
«No pretendo -añade Hayek- que
mi sistema sea el único aplicable,
L a demarquía, estará basa-
da en dos tipos de for-
mas: la Ley, que expresa
la conducta permanente
de la sociedad, y las
directrices de gobierno,
que regulan los asun-
tos corrientes. Estas
dos normas deberán
ser elaboradas por dos
asambleas totalmente
diferentes.
La primera, a asam-
blea legislativa garanti-
zaría los derechos
fundamentales. Estaría
compuesta por hom-
bres y mujeres elegi-
dos por quince años, a
la edad de cuarenta y
cinco, por los electores
de la misma edad que
votarían así solo una vez en su
vida. La selección de partido sería
sustituida así por una solidaridad
generacional. Esta asamblea
estaría, pues, compuesta de
parlamentarios de cuarenta y
cinco a sesenta años, renovable
cada ano en un quince por ciento,
y totalmente al abrigo de las
pasiones políticas y electorales.
pero solo formulando utopías de
recambio uno puede hacerse
comprender correctamente. Estas
utopías dan coherencia intelec-
tual y fuerza de convicción a
unos análisis que sin ello
parecerían demasiado teóri-
cos.» De manera más gene-
ral, Hayek considera indis-
pensable que los «liberales
coherentes» preparen utop-
ías de recambio: «En caso de
catástrofe, estas aparecerán
como las únicas soluciones
realistas y razonables.»
Los intelectuales liberales
de hoy en día, dice Hayek,
deben ser agitadores, para
invertir las corrientes de
opinión hostiles a la economía
capitalista. La población mundial
en tan numerosa que sólo la
economía capitalista conseguirá
alimentarla. Si el capitalismo se
hunde, el tercer mundo se morirá
de hambre; eso es lo que pasa
actualmente en Etiopia. ◙
L A D E M A R Q U I A , U N A P R O P U E S TA U T O P I C A
Lidera-T
Montes Inc.
Property ©
Liberalismo: Doctrina económico, política y hasta filosófica que aboga como premisa principal por el desarrollo
de la libertad personal individual y, a partir de ésta, por el progreso de la sociedad. Hoy Debe distinguirse pues entre
el liberalismo que propugna el cambio social de forma gradual y flexible, y el radicalismo, que considera el cambio
social como algo fundamental que debe realizarse a través de distintos principios de autoridad.
Socialismo: Término que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas teorías y acciones políticas que defien-den un sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal
(parcial o completo) de los sectores económicos, lo que se oponía frontalmente a los principios del capitalismo.
Aunque el objetivo final de los socialistas era establecer una sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada
vez más en reformas sociales realizadas en el seno del capitalismo.
Capitalismo: Sistema económico en el que los individuos privados y las empresas de negocios llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante complejas transacciones en las que intervienen los pre-
cios y los mercados. Fue el sistema socioeconómico casi exclusivo en el ámbito mundial hasta el estallido de la
I Guerra Mundial, tras la cual se estableció un nuevo sistema socioeconómico, el comunismo, que se convirtió en el
opuesto al capitalista.
Comunismo: Ideología política cuya principal aspiración es la consecución de una sociedad en la que los principa-les recursos y medios de producción pertenezcan a la comunidad y no a los individuos. En teoría, estas sociedades
permiten el reparto equitativo de todo el trabajo en función de la habilidad, y de todos los beneficios en función de
las necesidades. Propone que no se necesita que haya un gobierno coercitivo y, por lo tanto, la sociedad comunista no tendría por qué tener legisladores. Sin embargo, hasta alcanzar este último estadio, el comunismo debe luchar,
por medio de la revolución, para lograr la abolición de la propiedad privada; la responsabilidad de satisfacer las
necesidades públicas recae, pues, en el Estado.
Mercado: Cualquier conjunto de transacciones o acuerdos de negocios entre compradores y vendedores. En contra-
posición con una simple venta, el mercado implica el comercio regular y regulado, donde existe cierta competencia entre los participantes. El mercado surge desde el momento en que se unen grupos de vendedores y compradores, y
permite que se articule el mecanismo de la oferta y demanda. Los primeros mercados de la historia funcionaban
mediante el trueque.
! La solución al
subdesarrollo es la
asociación de la real democracia
política con la
libertad Económica!
Página 4 Montes Inc . ©
Mic
roso
ft ®
En
ca
rta
® 2
00
7.
© 1
993
-200
6 M
icroso
ft C
orp
ora
tion
. R
ese
rvad
os
tod
os
los
derech
os.
Voka-bularizate
Lidera-Tu-Vida