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DOCENTES APRENDIENDO EN RED (DAR) La palabra escrita del Paraguay a través del tiempo Asunción, Paraguay Octubre, 2012 INTERCONTINENTAL E D I T O R A
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DOCENTES APRENDIENDO EN RED(DAR)

La palabra escrita del Paraguaya través del tiempo

Asunción, ParaguayOctubre, 2012

INTERCONTINENTAL

E D I T O R A

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Se puede reproducir y traducir total y parcialmente el texto publicado, siempre que seindique la fuente.Las autoras son responsables por la selección y presentación de los hechos conteni-dos en esta publicación, así como de las opiniones expresadas en ella, las que noson, necesariamente, las de la UNESCO y no comprometen a la Organización.Las denominaciones empleadas en esta publicación y la presentación de lo que enella figura no implican de parte de la UNESCO ninguna toma de posición respecto alestatuto jurídico de los países, ciudades, territorios o zonas, o de sus autoridades, nirespecto al trazado de sus fronteras o límites.

© Sector de EducaciónOficina de la UNESCO en MontevideoEdificio MERCOSURDr. Luis Piera 1992 - 2º piso11200 Montevideo - UruguayTel. (598-2) 413 20 75Fax: (598-2) 413 20 94correo-e: [email protected]://www.unesco.org.uy/educacion

© INTERCONTINENTAL EDITORA S.A.Caballero 270 c/ Mcal. EstigarribiaTeléfs.: 496 991 - 449 738 - Fax: (595-21) 448 721Pág. Web: www.libreriaintercontinental.com.pyE-mail: [email protected]

Primera edición: octubre de 2012Tiraje: 500 ejemplares

Diseño de tapa: Andrés GarínDiagramación de interior: Gilberto Riveros Arce

Tapa: “En un pizarrón imaginario, distintas manos repitieron una y otra vez “DocentesAprendiendo en Red”, como una seña de identidad, de un “nosotros” en contraposi-ción a la acción solitaria. Los errores se habían convertido en fortalezas. Habían en-contrado un camino que, lejos de ser un atajo, era el mejor. Lo habían aprendidojuntos, restaba repetirlo y seguir haciéndolo cierto”… (Andrés Garín).

Impreso en ParaguayHecho el depósito que marca la Ley Nº 1.328/98

ISBN: 978-99967-25-79-1

Las Autoras:Estela AppleyardMarilís BareiroEsther González Palacios

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ÍNDICE

Presentación .............................................................................. 9

Metodología de análisis semiótico estructural .......................... 11La poesía. Análisis semiótico estructural del poema ................. 13La narrativa. Análisis semiótico estructural de la narración .... 19El teatro. Análisis semiótico estructural de la obra dramática . 27

Himno Nacional Paraguayo - Francisco Acuña de Figueroa 35Romanticismo

El Medallón - Enrique D. Parodi ........................................ 41Junto a la reja - Teresa Lamas de Rodríguez Alcalá .......... 51

Posromanticismo:Sonetos elegíacos - Ángel I. González.................................. 69

Modernismo:Las leyendas - Alejandro Guanes ........................................ 79Don Quijote en el Paraguay - Juan E. O’Leary ................... 83El velo de Maya - Eloy Fariña Núñez ................................. 85

Posmodernismo:Sonetos a la hermana - Heriberto Fernández..................... 91

Realismo:La casita de piedra - Gabriel Casaccia ............................... 93

Precursores del 40:Este mi traje viejo - Julio Correa......................................... 101

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Grupo del 40:Regresarán un día - Hérib Campos Cervera ...................... 103Así es ella, me dije - Elvio Romero ...................................... 109

Promoción del 50:La sequía - Rodrigo Díaz Pérez ........................................... 111Otórgame el silencio - José Luis Appleyard ........................ 117Soledad sonora - César Alonso de las Heras ...................... 119Cantata Heroica - Ramiro Domínguez ............................... 121El séptimo pétalo del viento - Rubén Bareiro Saguier ........ 157Tenía una manera de pedir las cosas dulcemente -José María Gómez Sanjurjo ............................................... 171Arribeño del Norte - Carlos Villagra Marsal ....................... 175

Poesía del 60:Regreso - Osvaldo González Real ........................................ 185

Poesía del 70:Cántico y banderas - Emilio Pérez Chaves ......................... 187

Narrativa femenina de los 80:Más allá de mi tierra - Neida Bonet de Mendonça ............. 191

Bibliografía ................................................................................ 203

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PRESENTACIÓN

Al evaluar la experiencia de los talleres de capacitación docente enlos departamentos de Ka’aguasu en 2007, La Cordillera en 2008, Central–Casa de la Cultura Bareiro Saguier de Villeta del Guarnipitán– en2009, Paraguarí en 2010 y Capital en 2011, resalta la gran utilidad delCuaderno de trabajos 5 de la Serie Docentes Aprendiendo en Red, DAR,La Palabra Escrita del Paraguay, producto de las jornadas de Asunciónen 2006, como guía para el desarrollo de los talleres y como eficaz auxi-liar para la labor docente.

Por este motivo se presenta el libro La Palabra Escrita del Paraguaya través del tiempo, una nueva guía que complementa el Cuaderno detrabajos 5, texto publicado por UNESCO, y distribuido gratuitamente alos docentes que participan en los talleres de capacitación de los distintoscírculos de experiencia.

El libro tiene un enfoque exclusivamente literario y está destinadoa ser un apoyo para el docente de Lengua Castellana y Literatura de laEducación Media.

Comprende poesía, narrativa y dramática de la Literatura Para-guaya –con referencia a obras y autores de la literatura hispanoameri-cana y universal– siguiendo el orden cronológico de las corrientes litera-rias desarrolladas en el Paraguay, hasta 1980, según César Alonso de laHeras, Raúl Amaral y José Vicente Peiró.

Incluye los siguientes elementos fundamentales:Marco teórico: conceptos lingüísticos y literarios relacionados con

las obras seleccionadas.Texto literario: obras de distintos géneros. Para la selección se tuvie-

ron en cuenta los ejes temáticos, competencias y capacidades estableci-dos por el Ministerio de Educación.

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Análisis semiótico estructural: modelos para el estudio de poemas,narraciones y piezas teatrales, aplicables a otras obras del mismo géne-ro.

Comentario: apreciación de las autoras sobre cada una de las obras.Guía de trabajo: procedimientos de aplicación y producción relacio-

nados con el texto para el trabajo con los estudiantes.

Las autoras abrigan la esperanza de que este libro sea un buencompañero de camino en la labor docente de los colegas.

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Metodología de análisis semiótico estructural

La actividad del análisis adquiere su sentido, su justificación, sola-mente cuando se encuentra la correspondencia entre los dos aspectos delsigno literario: el lenguaje literario es la expresión del contenido.

Se recomienda que, antes de la lectura, se realicen actividades conel fin de despertar en los alumnos el deseo de leer la obra.

Se presenta el esquema de análisis semiótico estructural como unaopción entre las numerosas posibilidades para el estudio de la obra lite-raria.

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La poesía

La poesía, como la narrativa, implementa la lengua como elementodirecto, con la diferencia de que en un poema se intenta aprovechar losmedios y las posibilidades más sugestivas que la lengua ofrece. Además,expresa el mundo de la sensibilidad; aunque trate de la realidad, esta noes presentada como una realidad objetiva, sino con el sello de la subjeti-vidad del poeta. Para ello, se utiliza una serie de recursos propios dellenguaje literario.

Los elementos que componen la obra poética deben ser analizadoscomo se expone a continuación.

Análisis semiótico estructural

I. Apreciación del texto poético: lectura del poema para captar la in-tención, el sentido, la belleza que encierra, y experimentar el goceestético. También se aprecia la intención, la cosmovisión del autor,sus fuentes y motivaciones.1. Autor: se consignan los datos biográficos del autor, su aporte

cultural y literario y su contexto; preferentemente aspectos queincidan en su obra.

2. Género literario: es lírico porque se destaca la función emotivao expresiva. Se clasifica según el tipo de composición (oda, ele-gía, sátira, égloga, romance y otros).

3. Fuente: caudal de inspiración. La fuente puede ser histórica,literaria, religiosa, mítica, filosófica, vivencial, real o ficticia.

4. Motivación: la obra refleja el mundo del autor, su cosmovisión.

II. Análisis del contenido: abarca la presencia del autor en el texto, elasunto, el tono, la estructura del contenido, los aspectos temáticos.

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Se considera la cosmovisión del poeta.1. El autor en el texto: se descubre la actitud, se identifica su pos-

tura ante el asunto tratado.2. Asunto: se identifica la situación presentada.3. Tono: se percibe el estado de ánimo del yo poético y el clima

espiritual de la obra.4. Estructura del contenido: se distinguen los núcleos temáticos,

la forma como el autor los va presentando y su distribución enel poema (progresiva, acumulativa, caótica).

5. Tema: es un concepto abstracto de carácter general y validezuniversal que se configura en una variante: la idea principal.

6. Idea principal o central: surge como producto de una experien-cia singular con proyección universal, lo que quiere demostrarel autor con esa obra. Se define con un sintagma nominal denúcleo abstracto y se lo explica con una oración.

7. Título: se interpreta la razón de este considerando aspectos es-tudiados en el análisis del contenido.

III. Estructura externa o estructura formal: determinación de las par-tes y estrofas del poema.

IV. Estructura interna: análisis de los estratos del ritmo, de la sonori-dad y de la significación. Para el estudio se deben numerar los versosy elaborar gráficos para cada elemento de los tres estratos.1. Estrato del ritmo: se consideran la métrica, los grupos fónicos,

la entonación, la acentuación y la rima.1.1. Métrica: la sílaba poética no siempre coincide con la grama-

tical. Para la medición se consideran las licencias poéticasutilizadas por el autor: sinalefa, hiato, diéresis y sinéresis.La ley del acento final también incide en el número de síla-bas. El último acento del verso cae en la penúltima sílaba,por eso, si el verso termina en palabra llana, no se altera elnúmero de sílabas. Si termina en palabra aguda o monosí-laba, se le suma una sílaba; si, en cambio, termina en pala-bra esdrújula, se le resta una.

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1.2. Grupos fónicos: se los determina por las pausas internas yfinales de cada verso. Se marcan con barras diagonales.

1.3. Entonación: depende de la ubicación de los acentos y se ladetermina por las inflexiones ascendentes y descendentes.

1.4. Acentuación: se refiere a la intensificación de la voz en de-terminadas sílabas de cada verso, no a la tilde ni a la sílabatónica de cada palabra.

1.5. Rima: es la repetición total o parcial de sonidos al final delverso desde la última vocal tónica.

2. Estrato de la sonoridad: se debe al carácter vocálico de la lenguaespañola y depende del tono de las vocales altas: i – u, de lasmedias: e – o, y de la baja: a.Así se determina la musicalidad. Las vocales altas se llamantambién cerradas, y la baja y las medias, abiertas. Influye ade-más, el uso reiterado de sonidos consonánticos.

3. Estrato de la significación: se estudia según los aspectos de lamorfosintaxis y de los recursos utilizados.3.1 Morfosintaxis: abarca el estudio de la morfología y de la

sintaxis.3.1.1. Morfología: Las palabras corresponden al vocabula-

rio y se estudian en un esquema comparativo de sus-tantivos, adjetivos y verbos.a) La predominancia de nombres, con prescindencia

o escasez de adjetivos, ausencia de verbos –o pre-sencia de verbos estáticos o copulativos– marca elestilo nominal, de ritmo lento o detenido.

b) La abundancia de adjetivos determina el estiloadjetival, que demuestra una actitud subjetiva.Por su riqueza semántica, el adjetivo ofrece insos-pechadas posibilidades de eficaz aplicación en laestilística del poema.

c) La abundancia de verbos define un ritmo dinámi-co. El verbo ser indica juicio lógico, enunciacióncategórica, a veces sentenciosa. Los tiempos ver-bales determinan distintas perspectivas. El pre-

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sente aproxima el hecho y lo detiene; se lo usatambién en reflexiones, generalizaciones, senten-cias; su uso reiterativo puede revelar angustia. Elpretérito perfecto simple expresa situaciones irre-versibles, su recurrencia imprime celeridad al rit-mo. El imperativo otorga un carácter enfático.

3.1.2. Sintaxis: Se consideran los aspectos de la construc-ción de la frase: simetría, paralelismo, hipérbaton,polisíndeton, asíndeton, elipsis, deixis.

3.2. Recursos: comprenden figuras literarias y otros procedi-mientos estilísticos.

V. Interpretación: Necesariamente, el estudio de cada estrato lleva auna conclusión de lo observado; cada conclusión debe referirse a larelación de ese estrato con el contenido, con la intención del poeta.Todos los estratos se interrelacionan, forman una única estructura.En esta etapa del análisis se deben considerar los aspectos ya estu-diados:1. Significación de la estructura formal y de cada estrato según

sus constituyentes.2. Combinación de los distintos estratos para justificar su uso. Se

debe observar la repetición como la omisión, ambas en formaclaramente deliberada.2.1. Partición por estrofas: definidas por las distintas facetas

del contenido.2.2. Ritmo: marcado por la regularidad en todos los elementos

observados.2.3. Sonoridad: definida por la musicalidad, el tono grave, el de

solemnidad o el de regocijo.2.4. Significación: precisada por los aspectos morfosintácticos

y estilísticos. Determina el estilo y confirma el carácterpolisémico y connotativo del lenguaje literario con todassus sugerencias.

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VI. Valoración crítica: concluido el análisis, se señalan los valores y losdesaciertos, el logro o no de la adecuación de los aspectos formales alcontenido y a la intención del poeta. Es importante expresar la im-presión que en el lector produce la obra.

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La narrativa

La narrativa es el género literario que presenta hechos desarrolla-dos en un tiempo y espacio determinados. Su forma de expresión es lanarración en la que se incluyen también la descripción y el diálogo.

Es el género literario épico. Congrega obras que relatan historias enlas que se puede presentar un hecho, que es una peripecia física, o refle-jar un estado anímico, que es una circunstancia espiritual, psíquica, y aveces, una situación aparentemente estática. Es una secuencia de acon-tecimientos real o supuestamente sucedidos.

Tiene funciones invariables que permiten la aplicación de modelosde enfoques analíticos, y también funciones variables constituidas por latrama, por las circunstancias que configuran el mundo narrado de laobra y que diferencian una de otras.

El siguiente método es sencillo y de efectiva aplicación, tanto para ladocencia como para la realización de talleres de apreciación de obrasliterarias narrativas.

Análisis semiótico estructural

I. Apreciación del texto narrativo: lectura del texto para captar elmensaje estético. También se aprecia la intención, la cosmovisióndel autor, sus fuentes y motivaciones.1. Autor: se consignan los datos biográficos del autor, su aporte

cultural y literario y su contexto; preferentemente aspectos queincidan en su obra.

2. Género literario: es la especie narrativa a la que pertenece (no-vela, cuento, leyenda, parábola, fábula).

3. Fuente: es el caudal de inspiración. La fuente puede ser histó-rica o literaria, mítica o vivencial, real o ficticia.

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4. Motivación: la obra refleja el mundo del autor, su cosmovisión,su pretensión de comunicar, informar, denunciar una situa-ción, provocar una reacción, plantear un problema (existencial,metafísico, histórico, cultural, social).

II. Estructura externa o formal: se destacan partes, capítulos, signostipográficos, tipos de letra, gráficos.

III. Estructura interna o de contenido: comprende los elementos estruc-turales, el plan de la obra, las funciones.1. Elementos estructurales: son las unidades integrantes del sis-

tema (personajes, contextos, acción).2. Plan de la obra: es la organización de la trama.

2.1. Presentación: ubica a los personajes en su ámbito, en surutina.

2.2. Nudo o conflicto: se plantea un problema, se altera la ruti-na, surge una crisis.

2.3. Desenlace: se soluciona el conflicto.3. Trama: es la disposición de los elementos estructurales. El aná-

lisis de la trama puede organizarse de dos maneras: ubicandoordenadamente las situaciones narrativas de la secuencia bási-ca (sucesión de acontecimientos) o graficando los núcleos se-cuenciales o estructurales que contienen personajes, ideas, tiem-pos y aspectos destacables (acciones, circunstancias, estados deánimo).

4. Funciones: son unidades de contenido. Se definen según suoficio.4.1. Cardinales o núcleos: son partes imprescindibles dentro

de la trama, acciones vertebrales. Son interdependientes.4.2. Catálisis: son funciones secundarias, complementarias de

las cardinales, como reflexiones, descripciones, monólogos.No son interdependientes.

5. Elementos funcionales: constituyen los ámbitos y referentes quedetectan y precisan el contexto.5.1. Ámbitos: son los espacios en que se ubican el lugar (ámbi-

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to espacial), el tiempo (ámbito temporal), la organizaciónsociocultural (ámbito social) y el clima espiritual (ámbitopsicológico).

5.2. Referentes: se trata de elementos de referencia haciadeterminados objetos y se presentan como informantese indicios.5.2.1. Informantes: son datos concretos, explícitos, inme-

diatamente percibidos.5.2.2. Indicios: son referencias sugerentes para deducir

significados implícitos.6. Personajes: para el estudio de los personajes se consideran la

técnica de creación, la caracterización y la tipología.6.1. Técnica de creación: se deduce según informantes, que pue-

den ser:6.1.1. El narrador omnisciente.6.1.2. El mismo personaje, por diálogos, monólogos inte-

riores o por su comportamiento.6.1.3. Otro personaje, también por diálogos, monólogos in-

teriores o por su comportamiento.6.2. Caracterización: se observa y califica cómo son y cómo se

comportan los personajes, cuáles son sus virtudes, sus de-fectos, sus hábitos.

6.3. Tipología: los personajes se definen por sus rasgos nota-bles en las siguientes posibilidades:6.3.1. Personaje tipo: es modelo, arquetipo. Reúne pecu-

liaridades comunes a otros que en parecidas circuns-tancias proceden de la misma manera.

6.3.2. Personaje carácter: se lo reconoce por su singulari-dad, aunque pueda haber otros personajes que secomporten como él; pero que no forman parte de ungrupo, de un tipo, de un modelo.

6.3.3. Héroe: es un personaje tipo; pero se constituye en elparadigma, en el modelo de las virtudes ideales desu comunidad, de su tiempo.

6.3.4. Antihéroe: es la negación del modelo del héroe; care-

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ce de las características y de la tipología ideales ensu sociedad. No se lo debe confundir con un oponen-te al héroe.

6.3.5. Personaje colectivo: es un grupo de personajes quepresentan analogías de nivel, de actitud y de circuns-tancias.

6.3.6. Personaje pareja: se forma con dos personajes quecomparten la misma peripecia, con una relación deunidad, aunque presenten diferencias individuales.Los componentes pueden ser colectivos.

6.3.7. Personaje triángulo: es un esquema de pareja con unoponente a ambos. Los componentes pueden ser co-lectivos.

6.3.8. Personaje estático: no modifica su modo de ser, suactitud, sus valores en toda la historia. También se loconoce como personaje plano.

6.3.9. Personaje evolutivo: altera su modo de ser, sus idea-les, sus valores; no es el mismo que era al principio dela historia. Es un personaje redondo.

6.4. Sistema actancial: los actantes son fuerzas temáticas, fun-ciones. No siempre son personajes, sino también ideas,móviles, impulsos, argumentos. El Modelo Actancial deGreimas organiza a los actantes a partir de una perspectivasintáctica.Sujeto: busca algo o a alguien.Objeto: lo buscado (persona o cosa, material o inmaterial,bien o mal).Destinador: enviante, donador, proveedor, árbitro.Destinatario: receptor, obtenedor.Adyuvante: ayudante, aliado (colabora con el sujeto o con eloponente).Oponente: antagonista (trata de impedir el accionar delsujeto).Un mismo actante puede cumplir más de una función. Porejemplo, un personaje puede ser sujeto y oponente si está enlucha consigo mismo. Aplicado a los personajes, protagonis-

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ta y antagonista se constituyen en actantes oponentes. Pue-den tener ayudantes. El sujeto puede ser el destinador, y elobjeto, el destinatario. En el análisis se les aplica, además,la caracterización y la tipología.

IV. Aspecto temático: Comprende tema, idea central e ideas secunda-rias.1. Tema: es un concepto abstracto de carácter general y validez

universal que se configura en una variante: la idea principal.2. Idea principal o central: surge como producto de una experien-

cia singular con proyección universal, lo que quiere demostrarel autor con esa obra. Se define con un sintagma nominal denúcleo abstracto y se lo explica con una oración.

3. Ideas secundarias: están subordinadas a la principal. A vecesson gravitantes, otras tienen la función de contextualizar loshechos; nunca carecen de importancia.

V. Aspecto estructural predominante: de acuerdo con el aspecto domi-nante, la obra se clasifica en sicológica, social, de acción.1. Obra de personaje: se destaca el intimismo, la personalidad, la

psiquis. Así es la obra de carácter psicológico.2. Obra de acción: lo primordial es el acontecimiento.3. Obra de ámbito: lo sobresaliente es el contexto. Así es la obra de

carácter social.

VI. Tratamiento del tiempo: es la organización de la obra en la sucesióndel tiempo.1. Tiempo de la historia: abarca todos los sucesos pasados, presen-

tes y futuros.2. Tiempo del relato: trata de la duración de los hechos narrados,

es el tiempo de la narración.3. Estructura temporal: consiste en la ubicación de los núcleos

estructurales con respecto al tiempo de la historia, que puedeorganizarse en forma lineal o quebrada.3.1. Lineal o crónica: sigue el orden cronológico de los hechos

narrados.

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3.2. Quebrada o anacrónica: altera el orden cronológico en dis-tintas formas.3.2.1. Analepsis o retrospección: retrocede la acción; sirve

para reconstruir el pasado.3.2.2. Prolepsis o prospección: se anticipa al futuro.3.2.3. Alternancia: se relatan alternadamente hechos que

suceden al mismo tiempo.3.2.4. Montaje: se superponen los planos espaciales y tem-

porales.3.2.5. Elipsis: se omiten secuencias deliberadamente. Su

efecto es un lector involucrado que participa, se su-merge en la acción y completa lo omitido.

3.2.6. Abolición: se detiene el tiempo en un eterno presen-te. A veces, tiempo mítico.

VII. Técnica narrativa: consiste en el modo como el autor presenta suobra.1. El narrador: es quien relata los hechos. No se lo debe confundir

con el autor. Para su estudio se consideran posición y perspec-tiva.1.1. Posición: es la persona gramatical en que se narra la histo-

ria (narrador en primera, segunda o tercera persona).1.2. Perspectiva o punto de vista: es el enfoque del relator (na-

rrador omnisciente, protagonista, testigo).2. Discurso: es el sistema de signos utilizado como código en la

comunicación literaria. Pertenece al plano del significante y sepresenta como diégesis o como mimesis.2.1. Diégesis: es el discurso narrativo, expresión propia del re-

lato.2.2. Mimesis: es el discurso dialógico, el código conversacional.

Este discurso puede ser directo, indirecto, libre, monólogo,diálogo.

2.2.1. Discurso directo: reproduce textualmente el hecho dehabla, tanto el contenido como la expresión.

2.2.2. Discurso indirecto: reproduce solamente el conteni-

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do; va anunciado por un verbo transitivo, puede estarintroducido por nexo con traslado de pronombres,adverbios, personas y tiempos verbales.

2.2.3. Discurso libre: no está anunciado por verbo, carece denexos, marca un cambio de perspectiva. Suele llevarindicios “a priori” o indicios “a posteriori”. Puede serindirecto libre o directo libre.

2.2.4. Monólogo: un personaje habla solo. Algunas clases demonólogos son:2.2.4.1.Soliloquio: Es un monólogo con interlocutor

implícito. Se manifiesta, entre otras, la fun-ción fática del lenguaje.

2.2.4.2.Monólogo interior: es un monólogo sin audi-tor, sin interlocutor. Expresa el pensamientoprevio a la organización lógica. La corrientede conciencia, introducida por la literatura,emplea la libre asociación de contenidos men-tales.

2.2.5. Diálogo: es la comunicación con alternancia de losroles del emisor y del receptor. Algunas veces apareceen discursos libres.

3. Nivel lingüístico: es el registro de lengua que utilizan el narra-dor y los personajes. En el caso de los personajes, no dependesolamente de su cultura, sino también, de su actitud, de suintención, de su estado anímico en una circunstancia determi-nada. De acuerdo con la situación comunicativa específica, elnivel de código, o registro lingüístico, puede ser culto, literario,coloquial, regional, vulgar.

4. Intertextualidad: es la relación de una obra con otra u otras.Esta relación no solo se da con obras literarias, puede estable-cerse con otras expresiones artísticas.

5. Justificación del título: se deduce el aspecto que se destaca, lasposibles intenciones del autor para la denominación de la obra.Algunas veces se refiere al tema; otras, al personaje o al contex-to; suele ser también una manera de desorientar al lector o deexpresar ironía.

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VIII. Recursos: comprende figuras literarias y otros procedimientos es-tilísticos. Se debe evitar la simple enumeración de los recursos puesestos deben estar relacionados con el contenido.

IX. Valoración crítica: consiste en el juicio de valor acerca de todos losaspectos considerados en el análisis. El enfoque crítico destaca losaciertos y los desaciertos en la adecuación de los aspectos formalesal contenido y a la intención del autor.1. Valores: son los comportamientos, actitudes e intenciones posi-

tivas del personaje, dependen de su voluntad.2. Antivalores: son los comportamientos, actitudes e intenciones

negativas del personaje, también dependen de su voluntad.3. Juicio de voces autorizadas: es la referencia a comentarios, no-

tas, artículos, realizados sobre la obra por algunos autores, crí-ticos y comentaristas.

4. Juicio valorativo: es un comentario acerca de los distintos as-pectos que se consideraron en el estudio de la obra. También seexpresa la opinión personal del lector.

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El teatro

El teatro consiste en la obra escrita para ser representada ante unreceptor colectivo, el público. La forma de expresión es el diálogo.

A través del tiempo siempre ha sido un espejo de la realidad socialy escuela de formación cultural y moral; además, el arte de la expresiónteatral comprende distintas disciplinas de las bellas artes.

El análisis de la obra teatral es casi similar al de la narrativa; contoda razón Roland Barthes afirma que el teatro es también un modo denarración.

Análisis semiótico estructural

I. Apreciación del texto dramático: el estudio de la obra se inicia con lalectura del texto para captar el mensaje estético. También se aprecia laintención, la cosmovisión del autor, sus fuentes y motivaciones. A conti-nuación se analizan los siguientes aspectos:

1. Autor: se registran sus datos biográficos, su aporte cultural yliterario, y su contexto, preferentemente, aspectos que incidanen su obra.

2. Género literario: es la clasificación de la especie dramática aque pertenece la obra (tragedia, comedia, drama, farsa, entre-més, etc.).

3. Fuentes: se descubre lo que impulsó al autor como inspiración.Las fuentes pueden ser históricas o literarias, míticas o viven-ciales, reales o ficticias.

4. Motivación: es la intención del autor. Puede ser plantear unproblema, denunciar una situación, pretender una reacción deemoción, de entretenimiento, o de reflexión. Se debe señalar enqué pasajes se manifiesta.

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II. Análisis del nivel textual1. Argumento: es un breve relato de las situaciones vertebrales de

la obra.2. Estructura interna: es el plan u organización de la obra. Se

compone de elementos funcionales, que son los personajes,ámbitos y referentes (datos e indicios) que detectan y precisanel contexto en los tres aspectos: presentación, crisis y desenlace.2.1. Presentación: ubica a los personajes en su ámbito, en su

rutina. Se señala si hay presentación. Especialmente en elteatro, no suelen aparecer secuencias preliminares: los re-ferentes revelan el ambiente y los antecedentes de la situa-ción. La obra teatral desde el principio presenta la crisis.

2.2. Crisis: es el nudo o conflicto. Se define cuál es la crisis, quétipo de conflicto compone la intriga (interno o externo),cuáles son los enredos.

2.3. Desenlace: es la resolución del conflicto. Se analiza cómo sesoluciona la crisis.

3. Acciones: acontecimientos y peripecias que conforman la tra-ma. Pueden ser nucleares (núcleos) y catálicas (catálisis).3.1. Núcleos: son situaciones cardinales, las más importantes

de la historia; acciones vertebrales, interdependientes.3.2. Catálisis: son situaciones secundarias, complementadoras

de los núcleos. Tienen importancia como elementos de in-formación. Consisten en reflexiones, digresiones, y otrosmedios de distensión. Son independientes.

4. Análisis de problemas: se distinguen problemas existenciales,metafísicos, históricos, culturales. Como puede plantearse másde uno, se prepara un inventario de todos ellos y se identifica elprincipal, el que domina a los protagonistas.

5. Contenido temático: es lo que se demuestra en la obra. Com-prende el tema y las ideas.5.1. Tema: es un concepto abstracto de carácter y validez uni-

versal que se configura en una variante: la idea principal.5.2. Idea principal o central: es el producto de una experiencia

singular con proyección universal, lo que quiere demostrarel autor con esa obra.

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5.3. Ideas secundarias: están subordinadas a la principal. Aveces son gravitantes; otras, tienen la función de contex-tualizar los hechos; nunca carecen de importancia.

6. Tratamiento del tiempo: es la organización de la obra en la su-cesión del tiempo.6.1. Tiempo de la historia: consiste en el tiempo que abarcan

los hechos representados y los referidos.6.2. Tiempo de la acción: se concentra en las escenas, en los

hechos representados.6.3. Estructura temporal: depende de la ubicación de los nú-

cleos estructurales (actos, escenas, cuadros).6.3.1. Lineal o crónica: sigue el orden cronológico de los

hechos representados.6.3.2. Quebrada o anacrónica: altera el orden cronológico

por analepsis o retrospección, prolepsis o prospec-ción en anticipación del futuro, y elipsis u omisióndeliberada de algunas secuencias.

7. Estructura formal: comprende los aspectos formales consisten-tes en actos, escenas, cuadros.7.1. Actos: son las partes principales de una obra teatral. Se

determina el número de actos; algunas tienen uno solo.7.2. Escenas: consisten en las partes en que se dividen los actos

y se marcan por la entrada o salida de personajes. Se defi-nen las escenas de cada acto y se señala la manera en quese presentan las secuencias.

7.3. Cuadros: se refieren a una breve posición estática de per-sonajes.

8. Aspecto estructural predominante: se clasifica la obra en dra-ma de acción, de personaje, de espacio, según la relevancia delelemento dominante.8.1. De personaje: se destaca el intimismo, la personalidad, la

psiquis. Así es el teatro de carácter psicológico.8.2. De acción: lo primordial es el acontecimiento.8.3. De ámbito: lo sobresaliente es el contexto. Así es el teatro

de carácter social.

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III. Análisis del nivel mimético.1. Libreto: pertenece al nivel textual, es el texto escrito con los

parlamentos de los personajes y los detalles para la realización(en el cine, es el guión con algunas variantes de carácter técni-co). Se lo incluye en este nivel por su relación con la mimesis. Ellibreto contiene:1.1. El texto principal, formado por los parlamentos de los per-

sonajes.1.2. El texto secundario, formado por las acotaciones del autor.

2.. Estudio de personajes: se los conoce mediante la informaciónque da el propio personaje de sí mismo, por medio de diálogos,monólogos interiores o por su comportamiento, así como tam-bién por información que da de él otro personaje. El estudiocomprende la caracterización y la tipología.2.1. Caracterización: se analizan las virtudes, defectos, hábi-

tos y comportamiento.2.2. Tipología: se observan los rasgos notables en las siguientes

posibilidades:2.2.1. Tipo: es un personaje modelo, un arquetipo; reúne

peculiaridades comunes a personas que en pareci-das circunstancias proceden de la misma manera.

2.2.2. Carácter: es un personaje de rasgos conductualessingulares, infrecuentes; aunque pueda haber per-sonas que compartan con él alguna característica,no forman parte de un grupo, de un tipo, de un mo-delo.

2.2.3. Héroe: es un personaje-tipo que se constituye en elparadigma, en el modelo de las virtudes ideales desu comunidad y de su tiempo.

2.2.4. Antihéroe: es un personaje con características opues-tas al modelo del héroe.

2.2.5. Colectivo: se trata de un grupo de personajes quepresentan analogías de nivel, de actitud y de cir-cunstancia.

2.2.6. Pareja: está formada por dos personajes que com-parten la misma peripecia, con una relación de uni-

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dad, aunque presenten diferencias individuales. Loscomponentes pueden ser colectivos.

2.2.7. Triángulo: forma un esquema de pareja con un opo-nente a ambos. Los componentes pueden ser colecti-vos.

2.2.8. Estático o plano: este tipo de personaje no modificasu modo de ser, su actitud, sus valores en toda lahistoria.

2.2.9. Evolutivo o redondo: es un personaje que altera sumodo de ser, sus ideales, sus valores; al final de lahistoria no es el mismo que al principio.

3. Discurso dramático: lo componen las formas de expresión ver-bal y gestual.3.1. Diálogo: es la conversación o discurso con alternancia de

roles emisor-receptor.3.2. Monólogo: es el parlamento de un solo personaje, por lo

general, del protagonista.3.3. Aparte: es el discurso de un personaje como hablando con-

sigo mismo, frente a otros personajes que supuestamenteno lo escuchan.

3.4. Multílogo: es la expresión simultánea de varios personajespor impulsos emocionales.

3.5. Contraescena: consiste en la participación del actor que noestá hablando, pero manifiesta su reacción ante las pala-bras y actos de otros personajes, por medio de gestos.

4. Niveles de lengua o registro lingüístico: no dependen solo de lacultura de los personajes, sino de la actitud, del estado anímicoen una circunstancia determinada. Puede ser culto, coloquial,regional, vulgar.

* Si se asiste a la representación de la obra, se debe realizar, además,el análisis de los siguientes elementos, que también pertenecen alnivel mimético.

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5. Escenografía: consiste en el arte y las circunstancias de la re-presentación escénica.5.1. Escenario: es el lugar donde se representan las obras tea-

trales, y su decoración. Puede ser tradicional, abstracto,barroco, sobrio.

5.2. Ambientación: se logra con elementos detallados o sugeri-dos, referentes al espacio, al tiempo, al contexto de la histo-ria representada: luces, muebles, objetos, utilería; además,el vestuario adecuado, el maquillaje.

5.3. Recursos: son los elementos disponibles para los distintosefectos necesarios.5.3.1. Efectos visuales: son recursos para provocar impre-

siones visuales de luz y sombra, y de colores. Esto selogra por medio de la iluminación, así como de la de-coración, del vestuario y del maquillaje, mencionadosen el apartado de la ambientación. Existen tambiénelementos técnicos como máquinas de escena y efec-tos de movimiento de actores.

5.3.2. Efectos sonoros: estos recursos sirven para provocarimpresiones auditivas, consisten en melodías y rui-dos, sonidos de instrumentos, voz humana, de anima-les, sonidos de la naturaleza (viento, truenos, lluvia,mar).

5.4. Técnica: comprende los procedimientos para la realizaciónde los distintos aspectos de la representación.5.4.1. Dinámica: abarca desde la elección de la obra, la dis-

tribución de funciones, hasta la puesta en escena.5.4.2. Interpretación: consiste en el desempeño de los acto-

res que representan a los personajes de la obra; serefiere a la actuación, que implica la utilización de lavoz, la ubicación y movimiento de los actores en esce-na, y principalmente, la vivencia de su personaje.

6. Dirección: se refiere a la función de la persona con la responsa-bilidad de decisiones y disposiciones, de orientaciones, guías yconsignas que deben ser seguidas con precisión por los que es-

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tán comprometidos en la realización de los preparativos técni-cos y artísticos, y en su ejecución.

IV. Valoración crítica:Consiste en el juicio de valor acerca de todos los aspectos considera-dos en el análisis. El enfoque crítico se ubica también en todo lorelativo a la representación, a la técnica apreciada en la puesta enescena de la obra.

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HIMNO NACIONAL DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY

La letra fue escrita por el uruguayo Francisco Acuña de Figueroay la música, por Francisco Debali, quienes también escribieron elHimno Nacional Uruguayo.

A continuación, la versión completa del Himno Paraguayo.

Coro

¡Paraguayos, República o Muerte!Nuestro brío nos dio libertad;Ni opresores, ni siervos alientanDonde reinan unión e igualdad.

IA los pueblos de América, infausto,Tres centurias un cetro oprimió,Mas un día soberbia surgiendo,¡Basta! dijo…, y el cetro rompió.Nuestros padres, lidiando grandiosos,Ilustraron su gloria marcial;Y trozada la augusta diadema,Enalzaron el gorro triunfal.

Coro

IINueva Roma, la Patria ostentaraDos caudillos de nombre y valer,Que rivales, cual Rómulo y Remo,Dividieron gobierno y poder...

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Largos años, cual Febo entre nubes,Viose oculta la perla del Sud,Hoy un Héroe grandioso apareceRealzando su gloria y virtud...

Coro

IIICon aplauso la Europa y el MundoLa saludan, y aclaman tambiénDe heroísmo baluarte invencible,De riquezas magnífico Edén.Cuando entorno rugió la DiscordiaQue otros Pueblos fatal devoró,Paraguayos, el suelo sagradoCon sus alas un ángel cubrió.

Coro

IV¡Oh cuán pura, de lauro ceñida,Dulce Patria, te ostentas así!En tu enseña se ven los coloresDel zafiro, diamante y rubí.En tu escudo, que el sol ilumina,Bajo el gorro se mira el león.Doble imagen de fuertes y libres,y de glorias, recuerdo y blasón.

Coro

VDe la tumba del vil feudalismoSe alza libre la Patria Deidad;Opresores, ¡doblad la rodilla!

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Compatriotas, ¡el Himno entonad!Suene el grito, ¡República o Muerte!Nuestros pechos lo exhalen con fe,Y sus ecos repitan los montesCual gigantes poniéndose en pie.

Coro

VILibertad y Justicia defiendeNuestra Patria; ¡Tiranos, oíd!De sus fueros la carta sagradaSu heroísmo sustenta en la lid.Contra el mundo, si el mundo se opone,Si intentare su prenda insultar,Batallando vengarla sabremos,O abrazados con ella expirar.

Coro

VIIIAlza, oh Pueblo, tu espada esplendenteQue fulmina destellos de Dios,No hay más medio que libre o esclavo,Y un abismo divide a los dos.En las auras el Himno resuene,Repitiendo con eco triunfal:¡A los Libres, perínclita gloria!¡A la Patria, laurel inmortal!

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DECRETO Nº 52.187

POR EL CUAL SE DECLARA AUTÉNTICA UNA VERSIÓN DELA LETRA Y MÚSICA DEL HIMNO NACIONAL

Asunción, mayo 12 de 1934

VISTOS: La presentación formulada el 25 de septiembre de 1930por el Instituto Paraguayo solicitando sean fijadas la letra y la músicadel Himno Nacional; la nota presentada por los profesores de música enfecha 17 de marzo del corriente año; los resultados de la encuesta auspi-ciada por la mencionada institución; y CONSIDERANDO: que es deberdel Gobierno fijar definitivamente la letra y la música del Himno Nacio-nal, dando término a la diversidad de versiones circulantes adoptandocomo únicas las originales, a fin de que en todos los actos públicos, esco-lares, oficiales y sociales sea uniforme el canto que resume las tradicio-nes y las glorias nacionales.

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICADECRETA:

Artículo 1º. Declárase auténtica la letra del Himno Nacional cuyotexto fuera publicado en el Nº 33 de el “Semanario” del 31 de Diciembrede 1853.

Art. 2º. Declárase auténtica la música del Himno Nacional cuyaversión ha sido reconstituida por el Profesor Don Remberto Giménez.

Art. 3º. Quedan adoptadas las referidas versiones de la letra y de lamúsica como únicas para todos los actos oficiales y escolares.

Art. 4º. Autorízase al Ministerio de Educación y Justicia a publicaruna edición oficial del Himno Nacional, que servirá de modelo único paratoda edición posterior.

Art. 5º. Una copia auténtica de este decreto con sus antecedentesoriginales será enviada al Archivo Nacional para su conservación.

Art. 6º. Comuníquese, publíquese y dese al Registro Oficial.

Firmado: E. AyalaJusto Prieto

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Comentario

El Himno Nacional es uno de los símbolos de la Patria. Otros símbo-los son la Bandera y el Escudo. El símbolo es la representación materialde una realidad, convencionalmente aceptada por un grupo social. Antela presencia de los símbolos se despierta una emoción profunda, princi-palmente con el canto del Himno.

En la primera estrofa del Himno Nacional, el poeta ubica al Para-guay en el contexto americano en su despertar a la libertad. En lasestrofas siguientes se refiere ya, claramente, a hechos de nuestra histo-ria: el Primer Consulado, el gobierno de Francia, el de Don Carlos Anto-nio López, el reconocimiento de nuestra Independencia por los demáspaíses.

El metro utilizado por el autor es el decasílabo, considerado metroépico, apreciado en el Neoclasicismo. El metro épico fue descubierto enlas obras literarias de la Antigüedad clásica.

Otros rasgos de la época neoclásica que se encuentran en el Himnoson: las alusiones mitológicas, la influencia del latín en el empleo delhipérbaton y la preocupación del hombre como definidor de su propiodestino.

I. Guía de trabajo para la primera estrofa y el coro

1. Lectura comprensivaa) Buscar el significado de: infausto – centuria – oprimir – sober-

bia – cetro – lidiar – grandioso – ilustrar – gloria – marcial –trozar – augusta – diadema – enalzar – brío – opresor – sier-vo – alentar – reinar.

b) Explicar la significación de las expresiones: infausto cetro – uncetro oprimió – soberbia surgiendo – ¡Basta! dijo – nuestrospadres lidiando grandiosos – República o Muerte – Ni opresoresni siervos alientan.

c) Prosificar la estrofa empleando los sinónimos de las palabrasdel ejercicio a. Recordar que en la prosificación se sigue el ordenlógico de la oración castellana.

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2. Figuras literariasa) Ubicar en una columna las imágenes auditivas y en otra, las

visuales.b) Subrayar las metáforas con color rojo, y las personificaciones

con azul.

3. Encontrar en el texto símbolos de la Revolución Francesa (colores,gorro frigio) y el lema “Libertad, igualdad, fraternidad”.

4. Extraer del texto las expresiones que se refieren a:a) Dependencia de América del trono español por trescientos años.b) Sorpresivo despertar del orgullo americano.c) Valiente lucha de los Próceres.d) Quiebre del poder real.e) Triunfo de la libertad.

II. Guía de trabajo para el texto completo

Síntesis de contenido:1. Extraer las ideas de cada estrofa.2. Seleccionar las ideas principales y elaborar un esquema.3. En un texto en prosa y en forma sintética, desarrollar las ideas

seleccionadas.

Observación: Es recomendable que no se pierda la costumbre de la ento-nación del Himno en los centros educativos.

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EL MEDALLÓN

Enrique D. Parodi

Romanticismo

El último recuerdo que guardabaDe nuestro amor, ayer se me perdió;Un negro medallón era ¿recuerdas?En forma de un pequeño corazón.

Al dármelo dijiste conmovida,E inundada tu faz por el rubor:“Conserva este recuerdo que es la imagenDe mi constante y noble corazón”.

¿Quién hubiera creído que aquel díaDecías la verdad sin intención?Pues es tu corazón negro y pequeñoCopia fiel del perdido medallón.

(Buzó Gómez, Índice de la poesía en paraguaya)

Análisis semiótico estructural

I. Apreciación del texto poético

II. Análisis del contenido1. El autor en el texto: el autor se identifica con el Yo poético, que

manifiesta un amargo dolor por la ruptura de un amor.2. Asunto: el Yo poético se dirige a un Tú poético (una mujer) para

contarle que se le ha perdido un medallón “negro y pequeño” en

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forma de un corazón, que ella le había obsequiado alguna vezcomo prenda de su amor y, al mismo tiempo, le dice que el me-dallón es idéntico al corazón de ella, tanto por el tamaño comopor el color.

3. Tono: amargura e ironía. La actitud lírica del Yo poético es vívi-da y despechada.

4. Estructura del contenido: el poema consta de tres núcleos quecoinciden con las tres estrofas:En la primera parte se presenta la pérdida del medallón y sudescripción.En la segunda parte el Yo recuerda la emoción y las palabras deella cuando le entregó el medallón.En la tercera parte el Yo reflexiona sobre la falsedad de laspalabras de ella y vuelve a la descripción inicial.

5. Tema: El amor.6. Idea central: el desengaño amoroso. El poeta conduce al lector

a la idea fija que le ronda al Yo poético. La obsesión se resalta enel cierre del poema con la misma descripción con que lo inició,pero ya no aplicada al medallón, sino al corazón del Tú: Unnegro medallón era, ¿recuerdas?/ en forma de un pequeño cora-zón. Pues es tu corazón negro y pequeño/ copia fiel del perdidomedallón.

7. Título: focaliza el objeto en su doble significación: un presentede amor y un elemento de comparación.

III. Estructura externa o formalEl poema consta de tres estrofas de cuatro versos cada una.

IV Estructura interna1. Estrato del ritmo

1.1) Métrica

El-úl-ti-mo-re-cuer-do-que-guar-da-baDe-nues-troa-mor-a-yer-se-me-per-dió;

Estrofa I:Verso 1.......................11Verso 2.......................10+1

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Un-ne-gro-me-da-llón-e-ra-re-cuer-dasEn- for- ma- deun-pe-que-ño-co-ra-zón.

Al-dár-me-lo-di-jis-te-con-mo-vi-da,Ei-nun-da-da-tu-faz-por-el-ru-bor:“Con-ser-vaes-te-re-cuer-do-quees-lai-ma-genDe-mi-cons-tan-tey-no-ble-co-ra-zón”.

¿Quién-hu-bie-ra-cre-í-do-quea-quel-dí-aDe-cí-as-la-ver-dad-sin-in-ten-ción?Pues-es-tu-co-ra-zón-ne-groy-pe-que-ñoCo-pia-fiel-del-per-di-do-me-da-llón.

Verso 3..................11Verso 4..................10+1

Estrofa II:Verso 5..................11Verso 6...................10+1Verso 7..................11Verso 8..................10+1

Estrofa III:Verso 9..................11Verso 10................10+1Verso 11................11Verso 12................10+1

Para la separación en sílabas se tuvieron en cuenta las sinalefas ypara la medición, en los versos pares, se consideró la ley del acento final.El poema está compuesto por versos endecasílabos. La presencia de losversos agudos confiere mayor sonoridad al poema.

1.2) Grupos fónicosEstrofa I:Verso 1 / El último recuerdo / que guardaba /Verso 2 / De nuestro amor, / ayer se me perdió; /Verso 3 / Un negro medallón era / ¿recuerdas? /Verso 4 / En forma / de un pequeño corazón. /

Estrofa II:Verso 5 / Al dármelo / dijiste conmovida, /Verso 6 / E inundada tu faz / por el rubor: /Verso 7 / “Conserva este recuerdo / que es la imagen /Verso 8 / De mi constante / y noble corazón”. /

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Estrofa III:Verso 9 /¿Quién hubiera creído / que aquel día /Verso 10 / Decías la verdad / sin intención?/Verso 11 / Pues es tu corazón / negro y pequeño /Verso 12 / Copia fiel / del perdido medallón./

En este poema cada verso se divide en dos grupos fónicos por unapausa de motivación rítmica.

1.3) EntonaciónEstrofa I:___/\_________________________El último recuerdo que guardaba

____________/\_________________De nuestro amor, ayer se me perdió; \

___________________________/ \Un negro medallón era ¿recuerdas?

___/\________________________En forma de un pequeño corazón.\

Estrofa II: _____/\_________________ /Al dármelo dijiste conmovida,

___________________________E inundada tu faz por el rubor: \

__________________/\ ______________/“Conserva este recuerdo que es la imagen

___________/\_____/\__________De mi constante y noble corazón”.\

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Estrofa III:/ ____________________________/¿Quién hubiera creído que aquel día

___/\___________________/Decías la verdad sin intención?

______/\_______/\_____________/Pues es tu corazón negro y pequeño

______/\_______/\__________Copia fiel del perdido medallón. \

La cadencia del poema se logró mediante la armónica distribuciónde la línea melódica que combina los ascensos y descensos de la voz.

1.4) AcentuaciónEstrofa I:Verso 1 .......2ª...............6ª.........................10ªVerso 2 .............4ª.........6ª.........................10ªVerso 3 .......2ª...............6ª.........................10ªVerso 4 .......2ª...............6ª.........................10ª

Estrofa II:Verso 5 .......2ª...............6ª.........................10ªVerso 6 ...........3ª............6ª.........................10ªVerso 7 ........2ª...............6ª.........................10ªVerso 8 .............4ª..........6ª.........................10ª

Estrofa III:Verso 9 1ª.......................6ª.........................10ªVerso 10 .......2ª...............6ª.........................10ªVerso 11 .......2ª...............6ª.........................10ªVerso 12 ..........3ª............6ª.........................10ª

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El ritmo del poema está fundamentado principalmente por una acen-tuación constante en la sexta y décima sílaba de cada verso, y frecuente,en la segunda.

1.5) Rima:Estrofa I:Verso 1................................................aba AVerso 2................................................ó BVerso 3................................................erdas CVerso 4................................................ón B

Estrofa II:Verso 5................................................ida AVerso 6................................................or BVerso 7................................................agen CVerso 8................................................ón B

Estrofa III:Verso 9................................................ía AVerso 10..............................................ón BVerso 11..............................................eño CVerso 12..............................................ón B

Este poema presenta rima asonante en los versos pares; los imparesquedan sueltos.

2. Estrato de la sonoridad

Tanto la primera como la tercera estrofas abundan en fonemas du-ros (rr, c, d, on), en tanto que la segunda estrofa presenta fonemas másblandos (s, l, m, n, v).

La asonancia aguda en O, vocal fuerte, abierta, se presenta en losversos pares.

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3. Estrato de la significación3.1 Morfosintaxis

Sustantivos Adjetivos VerbosVerso 1 recuerdo último guardabaVerso 2 amor Ø perdióVerso 3 medallón negro recuerdasVerso 4 forma - corazón pequeño ØVerso 5 Ø conmovida dár(melo) - dijisteVerso 6 faz - rubor inundada ØVerso 7 recuerdo - imagen Ø conservaVerso 8 corazón constante - noble ØVerso 9 quién - día Ø hubiera creídoVerso 10 verdad - intención Ø decíasVerso 11 corazón negro - pequeño esVerso 12 copia - medallón fiel - perdido Ø

El estilo es nominal. La mayoría de los sustantivos van acompaña-dos por adjetivos. Hay ausencia de verbos de movimiento y predominan-cia del tiempo pasado.

3.2 Recursos

En la imagen visual de la primera estrofa se destaca la adjetivaciónque permanecerá como el recurso constante en todo el poema. Ya sepresentan los sustantivos clave medallón y corazón, así como los adjeti-vos clave negro y pequeño. La interrogación ¿recuerdas? introduce al Túlírico, la persona amada, y la ubica en el tiempo de un amor que ya noexiste.

Con imágenes auditivas y visuales en la segunda estrofa, el Yo reme-mora el compromiso de fidelidad de la mujer amada. La palabra recuer-do, referente al obsequio, es una metonimia que da pie al enlace concre-to-abstracto: medallón (en forma de corazón) y corazón de ella (su senti-miento).

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Los sustantivos clave y adjetivos clave vuelven en la tercera estrofa,esta vez como elementos comparativos entre una persona y un objeto,entre un pasado y un presente, entre un amor y una traición; se destacala antítesis enfatizada por la amarga ironía verdad sin intención.

V. Interpretación

Esta composición manifiesta la decepción y el dolor por una traición.Cada una de las tres estrofas consta de cuatro versos endecasílabos.

La técnica del autor sustituye la abundancia de recursos expresivospor la reiteración de sintagmas clave.

En el aspecto de la sonoridad, los fonemas duros presentan la trai-ción, la frustración amorosa; en cambio, los fonemas blandos expresan laconstancia y la nobleza de la mujer. La asonancia aguda en O golpeabastante, remarcando el tono amargo del poema.

La asonancia en versos pares con los impares sueltos, el empleo delendecasílabo, el ritmo, el tema y el tono hacen recordar algunas rimas deGustavo Adolfo Bécquer, de quien, seguramente, el autor habrá recibidoalguna influencia.

En la primera estrofa los adjetivos se refieren realmente al color:negro y al tamaño: pequeño; en la última, en cambio, negro hace alusióna traición, hipocresía, infidelidad, y pequeño, a egoísmo. Niegan las cua-lidades que se atribuye la mujer amada: constante y noble corazón, esdecir, fiel, leal, sincera, digna, honrada.

A pesar de que el Yo se dirige aparentemente al Tú: ¿recuerdas?, elpoema es un soliloquio, es decir, una reflexión del Yo, a solas, a partir dedos hechos objetivos: “la traición” y la posterior pérdida del medallón queella le había regalado en los buenos tiempos.

La contundencia de la negación en los dos primeros versos de laúltima estrofa se da por la oración negativa que se presenta como unainterrogativa, quién, que en realidad equivale a nadie. ¿Quién hubieracreído que aquel día decías la verdad sin intención? es como decir Nadiehubiera creído que aquel día…, que evidentemente tiene menor poder deconvicción que la pregunta.

El vocabulario es sencillo y, como ya lo dijimos, el poeta juega con la

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denotación y la connotación de pequeño y negro (tamaño y color del me-dallón) y negro y pequeño (corazón traidor, mezquino, egoísta), y queaparecen no solo como antónimos, sino fundamentalmente como antíte-sis de constante (leal) y noble (generoso).

El color que predomina es el negro: aparece en la primera y en latercera estrofas y da al poema un tono de desesperanza, de desilusión.En la segunda estrofa, el sustantivo rubor rompe el lúgubre color, pero nopara ofrecer alegría, optimismo, sino justamente para que después seamás dura la realidad.

El estilo es nominal. Los sustantivos clave, medallón y corazón, queaparecen reiteradamente, van resaltados por los adjetivos que manifies-tan la carga emocional del Yo lírico.

Los verbos, en el pasado de la reminiscencia, introducen al Tú lírico,un receptor determinado al que se dirige el reproche, reforzado por lapresencia del verbo ser que establece un tono sentencioso. La ausencia deverbos de movimiento detiene la evocación del Yo en un estado perma-nente de desengaño y amargura.

Guía de trabajo

1. Leer atentamente el poema y luego buscar en el diccionario las pa-labras cuyo significado no se conozcan.

2. Buscar el sinónimo y el antónimo de: negro, pequeño, constante,noble, de acuerdo con su uso en el texto.

3. Formular la idea central del poema con una construcción nominalbreve.

4. Comentar la estructura interna del poema y su correspondencia orelación con la estructura externa.

5. Marcar en el poema las expresiones que denotan despecho o deseode manifestar indiferencia ante la realidad.

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6. Buscar y clasificar algunos recursos retóricos empleados por el poe-ta y explicar el efecto que producen.

7. Hallar la medida de los versos y la rima.

8. Escribir una breve historieta con el contenido del poema.

9. Exponer los trabajos en un tablero del colegio.

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JUNTO A LA REJA

Teresa Lamas de Rodríguez Alcalá

La temperatura de aquella noche de diciembre era sofocante, y mitía Antonia Carísimo Jovellanos, apagando la lámpara, abrió la anchaventana de su cuarto. –Nos alumbraremos con la luna– dijo, y asomán-dose al patio, aspiró con deleite el aire cargado de fragancias.

En el rectángulo de luz dibujado sobre las vetustas baldosas por laluna, destacaban sus arabescos las artísticas rejas de madera primoro-samente labradas. Esas rejas, maravilla del arte colonial, acaso únicasen su género, existen aún en la casa de mis abuelos, la vieja casa todavíaen pie a través de tres largos siglos y en la que me parece ver refugiadas,tristes en el olvido a que las condena la ciudad nueva, las románticasmemorias de la Asunción de antaño. El desconocido artífice que tallóesas joyas dio vida en ellas a un sueño de fantásticas quimeras, infun-diendo un espíritu vibrante a la materia.

El amplísimo corredor sobre el cual se abrió la ventana encuadrabael patio, cuyas viejas losas rotas y gastadas hablan hasta hoy de lasincontables lluvias y de los largos soles ardientes que las resquebrajarony patinaron. En la época que me pongo a evocar, el caserón no estaba aúnruinoso, como empieza a estar actualmente. Retoños jóvenes de la anti-gua familia, que confundía los recuerdos de su origen con las crónicas dela fundación de la ciudad, florecían en la casona solariega, blasonada dehistoria e idealizada de leyenda.

¡Las historias, leyendas y tradiciones!¡Cuánto las amaba yo y con qué fuerza sugestionaban ellas mi alma

soñadora! Sabía yo que entre esos recios paredones se había amado ysufrido mucho, y que damas y señorones allí nacidos tuvieron algo quehacer en la vida de la ciudad de los viejos tiempos.

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Aquella anciana tía, bajo cuya cabellera blanca, un rostro de mado-na guardaba las huellas de una notable belleza, tenía una historia guar-dada en lo más recóndito de su recuerdo; una triste y dulce historia deamor que jamás había franqueado sus labios. Anciana por su muchovivir, pero juvenil por su espíritu triunfante de los quebrantos y azaresde la existencia, tía Antonia aromaba de romanticismo el secular case-rón, y con su sonrisa y con su porte, ponía en sí misma una gracia llenade melancolía.

Nunca quiso ella hablarnos de su historia: impedíaselo el cándidopudor de su recuerdo. Pero esa noche, la penumbra discreta de la lunablanca y el aroma intenso del jazmín mango, que en el centro del patio,se erguía empenachado con los magníficos ramilletes salmón-rosa de susflores, fueron, quién sabe por el sortilegio de qué evocación, cómplicesdecisivos de mi curiosidad hasta entonces resistida.

Y la historia brotó de los labios que habían sido tan inútilmentebellos y que guardaban la tristeza amarga y doliente del beso que nodieron ni recibieron jamás...

Gallardo mozo era él. Conociéralo al salir de oír misa en la Catedralaquel Jueves Santo, que fue el último que se celebró con la pompa tradi-cional antes de estallar la guerra. Apuesto, distinguido, vivo de imagina-ción, galante en las maneras y en el decir, la niña prendose enseguida delmancebo.

–Sentí –díjome la dama– no alegría, sino un deslumbramiento quefue como un estallar de ilusiones en mi alma, seguido de un misteriosoterror ante el misterio que se abría en mi corazón. Lo quise apasionada-mente y, correspondida por él, el tiempo perdió para mí su medida, a lavez que la vida cobró un nuevo e inefable sentido a mis ojos. Los días seacortaban en el arrobo de una sonrisa fugitiva, tal como se alargaban enla eternidad sombría de una tarde en que no oía resonar su paso en miacera.

En casa de nuestros parientes, los Haedo, estuvimos por primeravez juntos, y la visión de aquel atardecer la tengo en las pupilas, tal comolas palabras que me dijo resuenan dulcemente en mis oídos, a pesar deque han pasado tantos años, tantos... Cuando nos separamos ese día,comprendí que yo le había dado toda, toda mi vida, y que era suya parasiempre, irremisiblemente suya. Y lo fui...

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Suspiró tía Antonia, sacudida por la evocación de sus recuerdos,guardó un largo silencio y luego continuó.

–Nos veíamos casi todas las tardes al pasar él por nuestra calle. Leacechaba yo desde ese balcón que da sobre la calle de la Rivera y, cuandoSalvador –que así se llamaba él– aparecía a pie, a caballo, sentía en mialma encenderse todos los fulgores del sol más bello. Me pidió y fuimosnovios. Renuévase en mí el temblor con que le vi llegar a hacer su prime-ra visita, con la solemnidad que era de rigor en aquel tiempo. Lo veoavanzar, un poco pálido por la emoción, aunque iluminado su rostro poruna sonrisa, ante el estrado donde mi madre le acogió afectuosamente.Toda la familia hacía acto de presencia en el salón, y Salvador se ganó lavoluntad de ancianos y jóvenes, porque para unos y otros tuvo durantela velada alguna palabra oportuna o amable.

Y empezábamos ya los preparativos para la boda próxima, cuandocaí enferma de cierto cuidado. Luché entre la vida y la muerte durantelargo tiempo y, devorada por la fiebre me sumergía en el horror de unapertinaz pesadilla. Era un camino a través de sombras, y Salvador semarchaba por él, sin volver la cabeza, desoyendo las imploraciones an-gustiosas con que yo le llamaba a mi lado. Se iba, se iba sin que yopudiese atajarlo, sorda su crueldad a mis lamentos. Despertaba sollo-zando en un grito, y sólo podía volverme a la realidad, en la semiincons-ciencia de la fiebre, el ver junto a mi lecho a Salvador, que fingiendosonreír mientras lloraba, me colmaba de cariños y hacía burla de mipesadilla.

Estigarribia, el médico de casa, y más que médico amigo celosísimo,impuso mi salida al campo para procurarme un pronto restablecimiento.Defendime cuanto pude, no queriendo separarme de Salvador, pero hubede resignarme y una mañana, vi llegar a casa el carretón de altas ruedas,con cortinillas de terciopelo granate y acojinados asientos dispuestospara servir de cama, que había de llevarme a la lejana estancia misione-ra, donde con mi hermana mayor, cuyas ternuras fueron de madre paramí, pasaría una temporada imprecisa.

Subiéronme, más que subí al vehículo, quebradas mis fuerzas por eldolor de la partida. Salvador, a caballo, hízome compañía hasta las afue-ras de la ciudad y cuando le vi volverse, envuelto en una nube de polvo,

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no sé qué presentimiento renovó, en plena lucidez de mi espíritu, lapesadilla febril que tanto me hiciera sufrir en los días de mi enfermedad.Por un camino entre sombras, Salvador se iba, se alejaba, se perdía paramí, insensible a los latidos de mi corazón que le llamaban...

Ni la cariñosa acogida que hallé en la estancia, donde todas lasvoluntades pusiéronse sin tasa a mi servicio, ni la belleza del campo, nilas mil distracciones con que todos trataban de alegrarme pudieron sa-carme del doloroso abatimiento en que la separación de Salvador mesumergió. Pasaron quince días, pasó un mes y luego otro y otro más, sinque me llegase una letra de mi novio, y eso que en el transcurso de todoese tiempo, más de un enviado había llegado de la ciudad en busca denoticias mías. Yo sufría y callaba. Por complacer a los míos, iba sin opo-ner resistencia a donde querían llevarme para proporcionarme halagosy distracciones: a las yerras, a las tareas, a las moliendas, a las esquilas;pero a todas partes llevaba, muy escondido, mi orgulloso dolor. Me corte-jaron jóvenes y apuestos estancieros que se disputaban mi mano. Lafrialdad de mi indiferencia les hizo ver muy pronto que nada podíanesperar de mi corazón.

Y entre tanto, a veces, yo me preguntaba: ¿Por qué no le escribí parapedirle cuenta de su silencio? ¿Por qué sobre la inmensa llamarada queme devoraba el corazón puse la ceniza de mi helado orgullo? De silenciosasí están hechos muchos trágicos destinos...

Hasta que, cierto día, uno de mis parientes, Teó, trájome de la ciudaduna carta de mi sobrina María Antonia Egusquiza. La abrí con el pavo-roso temblor de un presentimiento triste. Después de darme minuciososinformes sobre mis hermanos y diversas circunstancias de la vida de mifamilia, María Antonia me ponía este párrafo: “aquí es voz corriente quete casas con un estanciero joven y apuesto, por lo que te felicito”.

Fue aquello como si el mundo se desplomase a mis pies. Hízose la luzen mi entendimiento y lo comprendí todo. Sí, comprendí que mi ilusiónhabía naufragado; vi mi sueño desvanecerse entre las sombras de uncamino por el que Salvador se alejaba irremediablemente de mí.

Nadie me vio llorar. Nadie oyó una queja salida de mis labios. Pasa-ba las noches atormentada en el infierno del insomnio, retorciéndome,llorando a mares, anhelando la muerte, pero al salir de mi cuarto, apa-

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recía serena y sonriente por un esfuerzo de mi orgullosa voluntad. Eneste estado de ánimo recibí, poco después, la noticia terrible: Salvadoracababa de casarse con una de mis primas, Dolores.

Mi hermana mayor, una solterona cándida, adivinó en mi tristeza eldrama que llevaba en el alma y procuró consolarme. Corazón, el suyo,que jamás fuera agitado por las pasiones, apacible como la inocenciamisma, no podía comprender mi dolor. ¿Que un novio se marchaba? Puespuedes elegir el que más te guste entre los muchos festejantes que terodean –me decía con la más cariñosa convicción sin adivinar que miduelo era definitivo. Y agregaba, tiernamente: ¿No eres hermosa y buenacomo pocas?

Pero yo, herida sin remedio, cerré orgullosamente mi alma como uncofre, y allá en el fondo de ella, donde nadie podía verlo ni presentirlo,siguió ardiendo inextinguible el fanal de mi cariño. Me había dado total-mente a ese amor, en un voto que era un juramento inviolable, y en elnaufragio de mis ilusiones, volví a jurar que sólo para su recuerdo viviríalos años todos de mi vida...

Regresé a la ciudad, ya restablecida del todo. Una vaga sombra detristeza que velaba mis ojos ahogó la alborozada alegría con que meacogieron en casa. Como si nada hubiera ocurrido, nadie me habló deSalvador, ni yo jamás le aludí en mis conversaciones. ¡Pero cuánta lágri-ma amarga regó la vieja reja confidente, esta misma reja tras la cualestamos ahora y que tanto poder de evocación tiene para mí!

Calló un momento tía Antonia, con los párpados entornados, como sia través de la reja contemplase las imágenes revividas en su relato. Yo lasaqué de su silencio preguntándole:

–¿Y no volvió usted a verlo?–Sí, dos veces volví a verlo. Se daba en el Club Nacional, el gran club

de mi tiempo que, como has oído referir en las frecuentes remembranzasde familia, estaba instalado en la casa grande que ocupa hoy el Tribunal,en la calle Palma. Ni me pasó por la cabeza el ir en los primeros días decundir la noticia de la fiesta, pero mis hermanas me convencieron de queno debía faltar. Por primera vez me hablaron de Salvador. “Debes ir,Antonia, para no darle el gusto de mostrarte quebrantada”. Poderosarazón fue ésta para mi fiero orgullo y dejé que me preparasen el vestido

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con que había de asistir al sarao. María Antonia, tan buena siempre, loeligió.

–Irás de manola –decidió– ¡ya dirán los comentarios que fuiste lareina de la fiesta!

Y fue un febril vaciar de los viejos arcones, en busca de encajes, desedas, de chales, de toda laya de adornos adecuados. De raso color oro erael traje y de terciopelo negro el justillo que descubría los hombros y losbrazos. Tú has leído en El Semanario la crónica de aquel baile, en la quese dice que ésta tu tía, convertida por los años en sombra de lo que fue,mereció ser declarada reina de la fiesta…

–Sí, tía –le contesté–, El Semanario elogia mucho tu belleza en lacrónica de la fiesta, la que suelo leer cuando tú andas en tu arcón revol-viendo cosas de aquel tiempo, entre las que guardas el amarillento ejem-plar del periódico.

–Es que puse en mi tocado una coquetería que hasta entonces nuncahabía exaltado mi deseo de aparecer hermosa. Coquetería de mujer bur-lada que anhela vengarse embelleciéndose a los ojos de quien no será yasu dueño. El fuego de mi orgullosa altivez encendíame las mejillas yponía relámpagos en mis ojos. Fui una manola bizarra, arrogante y des-lumbradora. Los que así me veían, ¡qué lejos estaban de imaginar eldrama de mi corazón!

De pronto le vi venir hacia mí. Temblé toda, pero en seguida mesobrepuse a la emoción del encuentro. Me saludó cortésmente y me pidióuna pieza. Vacilé, pero fue un segundo; el orgullo acudió en mi auxilio.Venciendo sollozos que me ahogaban, le tomé el brazo y salí a bailar.

¿Qué me dijo? No lo comprendí bien del todo, pero si resonó clara-mente en mi alma un áspero reproche suyo.

–Parientes y amigos suyos me dijeron, Antonia, que usted se casabaen las Misiones...

–¿Yo?Lo miré largamente, con miradas que debieron parecerle puñala-

das, y sólo atiné a repetir:–¿Yo?Demudósele el rostro a él, me miró largamente con un aire de infi-

nita sorpresa, y se estremeció todo. Y con voz trémula dijo:–¿Fue obra de una intriga entonces, de una infame intriga? –me

dijo, ya con los ojos nublados de lágrimas.

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Sentí una loca alegría; alegría sí, de que su desvío no hubiese sidoolvido con que estafara mi cariño. Sentí reparado mi orgullo de mujerapasionada. Y cuando iban a flaquearme las fuerzas ante su dolor, conriesgo de enajenar mi secreto, el orgullo volvió a prestármelas para esca-par de él, como escapé, sin que él comprendiese que aquella manola quese le apartaba ceremoniosa y fría, llevaba el corazón traspasado aunquetriunfante...

Horas después, cuando estuve en mi cuarto a solas con el tumulto desentimientos y de impresiones que se agitaban en mi pecho, lloré, lloréa raudales, pero algo de consolador tenía ese llanto.

–¡No me olvidó, no me olvidó! –me gritaba el eco de su palabra tem-blorosa.

Y renové, entre sollozos, el juramento de seguir siendo idealmentesuya... Y mi desesperación trocose en una suave melancolía, y el turbióndesgarrante de mi llanto volviose un dulce llorar, embellecido por lailusión intacta. Sin ir a un convento, enclaustré mi vida. Yo dejé el mundoa los veinte años floridos, porque mi corazón no sabía darse sino una vezy, al darse definitivamente en su lealtad, como se diera, ya no podíarecogerse jamás...

–¿Y no volvió a verlo más, tía Antonia?Sacudió la blanca cabeza, que lo parecía más por el reflejo lunar que

la empolvaba de plata, y los ojos maravillosos, que aún conservan a los70 años toda la luz juvenil, nubláronsele de lágrimas.

–¡Oh, sí!, volví a verle una trágica tarde la víspera de ser fusilado. ElMariscal López le condenó a morir en aquellos horrorosos días de laguerra y él, al ser conducido al lugar del suplicio pidió que le hicieranpasar por casa. Le estoy viendo aparecer por esa calle de la Rivera, pordonde tantas veces paseara bajo mi balcón su apostura y su rendimiento.Venía en cuerda de presos, poblado de barba el rostro, doblado el conti-nente, vencido el mirar de su pupila. Lo adiviné, más que lo reconocí, alatisbar su paso. Él no me vio, pero sus ojos se clavaron en el balcón de losdulces recuerdos. Sentí su despedida como si la recibiera entre sus bra-zos y no salí a gritarle entre sollozos mi adiós supremo porque recordéque, aún cuando yo era suya, él no era mío...

(Tradiciones del hogar)

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Análisis semiótico estructural

I. Apreciación del texto narrativo: esta obra es de fácil lectura y capta-ción del mensaje estético.1. Género literario: pertenece al género de la narración y a la espe-

cie o subgénero del cuento.2. Fuente: el caudal de inspiración es vivencial, proveniente de

datos y recuerdos familiares, y de las costumbres de antaño.3. Motivación: se aprecia la intención de la autora de traer al pre-

sente un tiempo que pasó, pero que permanece en la memoriade las familias que alguna vez tejieron esas historias.

II. Estructura externa o formal: se presenta este cuento en una prosatradicional, estilo de la época en que escribe la autora.

III. Estructura interna o de contenido1. Elementos estructurales: los personajes principales son dos ena-

morados que se desencuentran en el contexto del Paraguaydecimonónico.

2. Plan de la obra2.1. Presentación: la anciana Antonia deshilvana sus recuer-

dos de juventud de cuando se encuentra con Salvador einician un noviazgo con planes de matrimonio.

2.2. Nudo: se altera la rutina cuando por una enfermedad,Antonia es llevada por su familia al campo, lo cual causa elalejamiento de los jóvenes enamorados; se plantea el pro-blema cuando la joven deja de recibir cartas de su prome-tido; en el conflicto interno entre el amor y el orgullo surgeuna crisis: por comentarios de familiares y amigos acercade un supuesto e inminente matrimonio de Antonia con unrico hacendado, su novio se casa con la prima de ella.

2.3. Desenlace: se define el desenlace cuando los enamoradosaclaran el equívoco, aunque ya sin posibilidades de vivir suamor. Antonia jamás aceptó ninguna propuesta de matri-monio. Solo volvió a ver a Salvador la tarde en que, en

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medio del pelotón que debía fusilarlo por orden del Maris-cal, pasó bajo el balcón de ella como una despedida.

3. Trama: se ubican las situaciones narrativas en los siguientesnúcleos secuenciales o estructurales que contienen personajes,ideas, tiempos y aspectos destacables.

En la antiguacasa familiar la

anciana tíaAntonia se

dispone a contarsu propia

historia a susobrina.

Nostalgia

Antonia ySalvador se

comprometen enmatrimonio.

Felicidad

Antonia contraeuna enfermedad

y sufre unapesadilla. Pasa su

convalecenciaen el campo. Él

deja de escribirle.

Tristeza-Orgullo

Se difundencomentarios de

supuestocompromiso de

Antonia con otro.Ella opta por el

silencio.

Tristeza-Orgullo

PRESENTE PASADO PASADO PASADO

Salvador se casacon la prima de

Antonia

Tristeza -Amargura

En una fiesta losdos se encuentran

y se aclara elequívoco que losseparó. Aunquevivan separados

saben que ningunodejó de amar al

otro.Consuelo

Camino alfusilamiento,Salvador pasa

frente a la casa deAntonia como

muda despedida.

Dolor

Antonia opta porun destino de

soledad y fidelidada su amor de toda

la vida.

Serenidad

PASADO PASADO PASADO PRESENTE

4. Funciones narrativas4.1. Cardinales o núcleos: noviazgo, compromiso matrimonial,

enfermedad y viaje de Antonia, intriga, ausencia de cartasde Salvador, casamiento del joven con la prima de Antonia,encuentro de los dos y aclaración de la verdad, última mi-rada de Salvador al balcón de Antonia camino a su ejecu-ción, decisión de Antonia de continuar fiel a su único amor.

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4.2. Catálisis: descripción de la casa, memorias de la anciana,pesadilla, presentimiento, descripción de la vida en el cam-po, carta de la sobrina, hermetismo de Antonia sobre sudolor y su amor, intentos de sus familiares por animarla,regreso de la joven a la ciudad, silencio de todos acerca deSalvador, fiesta en el club, guerra, condena a Salvador. Elrelato se interrumpe por reflexiones de los personajes.

5. Elementos funcionales son los siguientes ámbitos y sus referen-tes como informantes e indicios.5.1. Ámbito espacial: Asunción, Paraguay (calle Palma, Club

Nacional, Misiones)5.2. Ámbito temporal: segunda mitad del siglo XIX (cambio de

la casa por el trascurso del tiempo, costumbres de la época,Guerra de la Triple Alianza, el Mariscal López, ancianidadde la protagonista)

5.3. Ámbito social: es un contexto en el que la sociedad viveacorde con parámetros de la tradición: el comportamientode los enamorados responde a las normas de recato de lamujer y de caballerosidad del varón.

5.4. Ámbito sicológico: en un principio está invadido por lanostalgia; en la evocación del primer tiempo feliz del amor,hay esperanza y seguridad; a partir de la separación de losenamorados, el clima espiritual es de decepción, de triste-za para convertirse luego en un estado de serenidad quepermanece hasta el final.

6. Estudio de los personajes6.1. Técnica de creación: en esta obra los informantes median-

te los cuales se conoce a los personajes son el narradorinicial (la sobrina), quien describe a Antonia; esta, que enel relato enmarcado también informa sobre los personajesdesde su voz narradora; y los comportamientos de cadauno, que también informan.Los personajes principales son Antonia y Salvador, y lossecundarios que intervienen en la acción son la sobrina,narrador testigo y receptora de la historia de la anciana

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Antonia, la sobrina María Antonia y las hermanas de laprotagonista. Los personajes secundarios que no intervie-nen directamente en la acción, pero que son gravitantes enel curso de la historia narrada son Dolores y el Mcal. López

6.2. CaracterizaciónAntonia: conserva vestigios de una singular belleza y tieneun espíritu juvenil. En su juventud, el orgullo la dominó.Es notoria su serenidad en la aceptación de su destino.Salvador: Apuesto, distinguido, vivo de imaginación, ga-lante en las maneras y en el decir. En su juventud, tambiénlo dominó el orgullo.

6.3. TipologíaAntonia: personaje carácter.Salvador: personaje carácter.María Antonia: personaje carácter.Dolores: es un personaje tipo porque, en la obra representaa los que se aprovechan de los momentos de dificultad, deindecisión o de confusión para obtener su propio beneficio.No participa de la acción, pero es un actante que define elgiro de los acontecimientos.Mariscal López: fue uno de los héroes más significativosdel Paraguay. En la obra es un personaje tipo porque re-presenta a los autócratas.Antonia y Salvador: forman un personaje pareja, compar-ten un amor permanente y el destino de vivir separados.Antonia, Salvador y Dolores: forman un personaje trián-gulo.La sociedad: es un personaje colectivo. Su intervenciónocasionó el equívoco que separó a los jóvenes enamorados.Hermanas: forman un personaje colectivo. Por su insisten-cia Antonia fue a la fiesta donde los dos pudieron compro-bar que nunca existió un engaño ni una traición.Todos los personajes que participan en la acción y los queintervinieron de una u otra manera en la definición de losacontecimientos, se muestran como personajes estáticos oplanos.

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6.4. Sistema actancial6.4.1. Sujeto: el amor, Antonia y Salvador.6.4.2. Objeto: lo buscado por los dos es la felicidad.6.4.3. Destinador: el uno para el otro es enviante del amor

y del dolor.6.4.4. Destinatario: ambos son receptores de un amor que

duró la vida entera y también fue la causa de sudesdicha.

6.4.5. Adyuvantes o ayudantes de la protagonista: son sushermanas, que trataron de darle consuelo y su so-brina María Antonia, que primero la alertó sobre laverdadera causa del alejamiento de Salvador, y lue-go, con sus hermanas, la alentó para que asistiera ala fiesta, donde tuvo la oportunidad y el consuelo decomprobar la inocencia de Salvador, y este pudoenterarse de que Antonia nunca había faltado a sucompromiso.

6.4.6. Oponentes: Dolores, es antagonista de la protago-nista, se casa con el prometido de su prima; la socie-dad, que con sus murmuraciones acerca de un inmi-nente matrimonio de Antonia con otro hombre, cau-sa el alejamiento de Salvador; Antonia, es a la vez supropio oponente pues, por orgullo no trata de aclararla situación. Se demuestra así la posibilidad de queun mismo actante pueda desempeñar a la vez lafunción de sujeto y oponente.

IV. Aspecto temático1. Tema: el amor2. Idea principal o central: el amor a pesar de la separación y del

tiempo. Aun separados el amor del uno por el otro permanecióinvariable.

3. Ideas secundarias: recuerdo, infortunio, resignación, soledad,arbitrariedades, maledicencia violencia.

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V. Aspecto estructural predominanteEs una obra de personaje, se destaca el intimismo en la manifesta-ción del sentimiento, la personalidad de una joven en permanenteconflicto entre el amor y el orgullo, entre el dolor y la dignidad;permanece firme en su decisión de no consentir un matrimonio sinamor. Este cuento es de carácter psicológico.

VI. Tratamiento del tiempo1. Tiempo de la historia: desde la segunda mitad del siglo XIX

(Guerra de la Triple Alianza, el Mariscal López le condenó amorir en aquellos horrorosos días de la guerra; cuando Antoniatenía veinte años), hasta la ancianidad de la protagonista, laanciana tía, bajo cuya cabellera blanca, un rostro de madonaguardaba las huellas de una notable belleza, tenía una historiaguardada en lo más recóndito de su recuerdo.

2. Tiempo del relato: el tiempo de la narración es una noche, aque-lla noche de diciembre.

3. Estructura temporal: los núcleos estructurales del tiempo de lahistoria se organizan en forma quebrada, en analepsis se en-marca el relato de los hechos que se narran en forma linealhasta retomar con el primer núcleo en que se inició la narración,en estructura circular.

VII. Técnica narrativa1. Narrador

1.1. Posición: se inicia con la tercera persona del narrador ini-cial que es la sobrina de la protagonista y después el relatode la historia está en la primera persona.

1.2. Perspectiva o Punto de vista: el enfoque del primer relatores de narrador testigo, luego se reproduce el relato delnarrador protagonista, la anciana Antonia.

2. Discurso2.1. Diégesis: primero, la introducción del narrador testigo, la

sobrina de Antonia; luego, el relato de la anciana Antonia,la protagonista.

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2.2. Mimesis: se ven diálogos en discurso directo en la pláticade Antonia con su sobrina, con sus hermanas, con Salva-dor. También en discurso directo está la carta de MaríaAntonia a su tía Antonia. La evocación de la anciana es unrelato que contiene varios discursos indirectos, así comodirectos en los diálogos reproducidos. Esta obra, escrita aprincipios del siglo veinte, no contiene discursos libres.

3. Nivel lingüísticoEl registro de lengua que utilizan el narrador y los personajes esculto, modalidad característica de la época. También se presen-ta el nivel literario.

4. IntertextualidadEn la famosa novela Lo que el viento se llevó de Margaret Sulli-van, en el ámbito onírico Scarlet corre a Reth en un camino debruma, lo mismo que en su delirio Antonia corría en un caminoa través de sombras, y Salvador se marchaba por él sin volver lacabeza, desoyendo las imploraciones angustiosas. En las doshistorias, la pesadilla se vuelve realidad.En el drama Doña Rosita la Soltera, de Federico García Lorca,la protagonista permanece sola toda la vida, como Antonia, poramor.En la novela Los puentes de Madison, de Robert James Waller,los protagonistas Francesca y Robert, a pesar de separados,jamás dejaron de amarse como en Junto a la reja Antonia ySalvador.

5. Justificación del títuloEl aspecto que destaca es el escenario que enmarca el relato deese amor, tan antiguo y permanente como la casa familiar.

VIII. RecursosAdjetivación: desde la introducción que describe la antigua casa

con la utilización de numerosos y significativos adjetivos, en todala obra pueden apreciarse bellas imágenes sensoriales como tíaAntonia aromaba de romanticismo el secular caserón.

Epíteto: fantásticas quimeras- soles ardientes- retoños jóvenes- luna blanca - cándido pudor.

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Sinestesia: dulces recuerdos - la tristeza amarga y doliente.Antítesis: anciana por su mucho vivir, pero juvenil por su espí-

ritu triunfante - aún cuando yo era suya, él no era mío.Metonimia: blasonada de historia e idealizada de leyenda - pordonde tantas veces paseara bajo mi balcón su apostura y su rendi-miento- balcón de los dulces recuerdos.

Personificación: en el rectángulo de luz dibujado sobre las ve-tustas baldosas por la luna - refugiadas, tristes en el olvido a quelas condena la ciudad nueva, las románticas memorias de la Asun-ción de antaño - magníficos ramilletes... cómplices decisivos - vie-jas losas rotas y gastadas hablan hasta hoy - penumbra discreta -la tristeza amarga y doliente del beso - la vieja reja confidente.Connotación: labios que habían sido tan inútilmente bellos. Ade-más, el adverbio inútilmente anticipa la separación.

Metáfora: retoños... florecían - tía Antonia aromaba de roman-ticismo el secular caserón.

Comparación: apacible como la inocencia misma - Sentí su des-pedida como si la recibiera entre sus brazos.

Reiteración: tantos años, tantos - toda, toda mi vida - suya parasiempre, irremisiblemente suya.

Simetría: poblado de barba el rostro, doblado el continente,vencido el mirar de su pupila

Anticipación: el sueño premonitorio en el que Salvador se alejairremediablemente de Antonia.

Sintagma clave: orgullo, que se encuentra en todo el tiempo dela historia de manera insistente pues así se destaca que esa fue laprincipal causa de que no se hubiera esclarecido el equívoco queseparó a Antonia y Salvador. Así se da en mi orgulloso dolor - de mihelado orgullo - mi orgullosa voluntad - cerré orgullosamente mialma - mi fiero orgullo - mi orgullosa altivez - el orgullo acudió enmi auxilio - sentí reparado mi orgullo - el orgullo volvió a prestár-melas (fuerzas). Además, se presenta el mismo concepto con otraspalabras semejantes como desdén - indiferencia.

Tiempo relativo en la alegórica construcción: el tiempo perdiópara mí su medida, a la vez que la vida cobró un nuevo e inefable

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sentido a mis ojos - los días se acortaban en el arrobo de una son-risa fugitiva, tal como se alargaban en la eternidad sombría deuna tarde.

Tiempo cíclico: el tiempo de su amor permanente se representapor medio de la mención del balcón y de la calle Rivera, en eltiempo del amor vivido, en la silenciosa despedida y en el relato dela mujer que supo ser fiel toda la vida.

Enmarcación: el relato enmarcado contiene la historia de Anto-nia y Salvador.

IX. Valoración crítica1. Valores

El recato de la joven Antonia, su falta de rencor hacia Dolores,la aceptación de su destino, y la fidelidad al único amor de suvida.

2. AntivaloresLa murmuración, la falacia en la prima Dolores, el orgullo deAntonia y de Salvador y el despotismo que lleva a la muerte aSalvador.

3. Juicio valorativo o interpretaciónLa obra se ubica en el Romanticismo, por el tema y su trata-miento, por la ubicación en el paisaje local, característica propiade la literatura americana, distinta a la evasión hacia lugaresexóticos del Romanticismo europeo; además, por la descripciónde la naturaleza armónica, que propicia la evocación de unahermosa historia de amor. La confidencia se dirige al senti-miento, a la sensibilidad del lector.Como es una obra de principios del siglo pasado, el lenguajepresenta características propias de entonces, como por ejemplo,el pronombre enclítico en verbos, el tratamiento combinado de“tú” y “usted” en el registro coloquial, y períodos largos con abun-dancia de oraciones compuestas.La intuición de la creadora logra una anticipada combinaciónde estilo indirecto y la narración con la técnica del relato enmar-cado.

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El cuento es propicio a la reflexión sobre los parámetros con quese manejaba la sociedad de entonces; así también, acerca de lascausales de la definición del nudo y la decisión del desenlace,aspectos conductuales del ser humano de todo tiempo, con susdebilidades y hasta con su capacidad de hacer el mal hastadefinir destinos, como el de los enamorados de esta historia.

Guía de trabajo

Antes de leer el cuento investigar y registrar datos referentes a laépoca de la historia: costumbres, vestimenta, arquitectura, música ydanza.

Después de la lectura

1. Discutir en el aula:a) Ideas que se configuran en el relato. Identificar la idea central.b) La razón del título.

2. Formar grupos de cuatro integrantes y realizar las siguientes acti-vidades:a) Elaborar la estructura de contenido ordenando los núcleos se-

cuenciales del relato.b) Distinguir en el texto las partes del relato y ubicarlas en el

esquema:– Presentación– Nudo o conflicto y determinar si se trata de un conflicto

interno o externo.– Desenlace

c) Establecer la relación entre el tiempo de la historia y el tiempodel relato. Aclarar si la estructura es lineal o quebrada.

d) Debatir el motivo de la tardía aclaración del equívoco.Terminada la actividad se presentan los resultados en una ple-naria.

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3. Elegir escenas que se consideren de mayor tensión y representarlasen el aula.

4. Redactar una valoración crítica: recordar que se deben definir losvalores y los antivalores que presenta la obra y expresar una opiniónpersonal.

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Posromanticismo

SONETOS ELEGÍACOS

Ángel I. González

III

Es en mi mente una punzante espinaEl recuerdo de la hora en que angustiado,La última vez besé tu rostro helado…Era una tarde triste con neblina…

Se hundía el sol con lumbre mortecinaEn ocaso, cual ojo ensangrentado,Enrojecido por haber lloradoConmigo en la tristeza vespertina.

Aquel viejo solar de tus abuelosCon noche flébil enlutó sus duelos,Despidiendo a su dueña que se iba…

Y qué triste quedó el lugar ruinosoEn que eras un fantasma vagarosoDel gran pasado de una estirpe altiva.

(Mi agreste musa)

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Análisis del poema

El siguiente estudio aplica el método de Comentario del texto litera-rio de Fernando Lázaro Carreter para ofrecer al docente otro modelo deanálisis.

I. ETAPA EXTERNA

1. Situación del texto en su marco y característica global

El texto que nos ocupa es el último de una trilogía denominadaSonetos Elegíacos, escrita en 1923, año este en que aparecía el primernúmero de la revista Juventud, que dio nombre al grupo de poetas pos-modernistas del país, liderados por Heriberto Fernández. Don Ángel I.González no adhiere a este movimiento ni a otros, por lo que podemosafirmar que es un poeta solitario, en cuya obra se perciben claros rasgosrománticos y modernistas. La producción del autor comprende poesíaamatoria, patriótica y de contenido social. Está considerado el primerpoeta social del Paraguay.

2. Género literario y forma de expresión

El texto pertenece al género de la lírica y dentro de este, a una de lasformas mayores: la elegía. Como poema lírico, dominan la subjetividad,el intimismo y los sentimientos más íntimos del poeta ante una causaexterna (objetiva): la desaparición de un ser querido.

Como poema elegíaco, expresa sentimientos de dolor ante una des-gracia, en este caso, individual. Hay un claro predominio del tono afec-tivo sobre lo racional, la manifestación de un auténtico dolor por la muertedel ser querido.

Adopta el verso como también la forma narrativo-descriptiva.

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II. ANÁLISIS DE CONTENIDO

1. El autor en el texto: actitud, postura, punto de vista, dispo-sición, implicación

Domina la actitud interna intimista, conjugada con una actitudexterna descriptiva. La postura del autor es subjetivo-afectiva: no pre-tende la descripción objetiva de la muerte, ni de la tarde, ni de la casa, yselecciona solamente aquellos elementos que interesan a su estado deánimo. Adopta el punto de vista del protagonista por un lado, y por otro,el de testigo partícipe que narra en primera persona (coinciden el poetay el protagonista), Yo poético, que se dirige a un Tú poético: el ser querido,su madre muerta, nombrada en el primer soneto de la trilogía.

2. Contenido, asunto, tono

El poema nos presenta el recuerdo doloroso que permanentementepunza al protagonista (identificado con el autor), El Yo lírico, que sedirige a la persona amada: besé tu frente helada, viejo solar de tus abue-los, eras un fantasma vagaroso.

El poeta adopta una disposición realista con toques impresionistaspara presentarnos su angustia interior, la melancólica belleza del atar-decer que acompaña su dolor, y la tristeza de la casa que despide a ladueña que se va.

3. Estructura del contenido

Podemos distinguir cuatro núcleos:• El punzante recuerdo de la madre muerta• El acompañamiento de la naturaleza al Yo lírico en el dolor

producido por esa muerte• La despedida de la casa a su dueña• La tristeza del hogar en el que el recuerdo del ama está presente

en todo.Se trata de una estructura acumulativa aditiva: él, la naturaleza, la

casa, pero al mismo tiempo cerrada por la presencia de la conjunción y,

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y qué triste quedó el hogar ruinoso, que ya no permite ninguna inclusión.El primer núcleo es el principal, los otros se dan como una consecuenciadel primero y se presentan en forma paralela: el dolor del poeta esacompañado por la naturaleza; la casa también sufre. El último núcleomuestra el dolor del hogar, ya ruinoso (por la ausencia de la madre), enel que cada lugar, cada cosa despierta permanentemente el recuerdo deella.

El primer núcleo abarca los tres primeros versos; el segundo, delcuarto al octavo verso; el tercero, del noveno al undécimo verso, y elcuarto, del duodécimo al decimocuarto verso.

La distribución de los núcleos es, como se ve, asimétrica: el de lanaturaleza es de mayor extensión, pero justamente en este núcleo sigueapareciendo el dolor del poeta: …haber llorado conmigo…, es decir, el Yolírico sigue siendo protagonista, no así en el tercer y cuarto núcleos en losque es testigo del dolor de las cosas (en realidad su dolor trasladado a lacasa).

Resumiendo, los núcleos en los que el Yo lírico es protagonista, abar-can, como es de esperar, los dos cuartetos, la mayor extensión del poema.

El tono es doloroso, casi desgarrador: la punzante espina - la tardetriste casi con neblina - el ojo ensangrentado, enrojecido por haber lloradoconmigo - tristeza vespertina - con noche flébil enlutó sus duelos - y quétriste quedó el hogar ruinoso.

4. Tema e idea central

El tema del soneto es la muerte.La idea central es el recuerdo doloroso de la muerte de su madre.El tema de la muerte y el acompañamiento de la naturaleza a los

estados de ánimo del personaje son características claramente románti-cas. Se destacan la sinceridad de los sentimientos, la sensibilidad, lariqueza de sensaciones y la emotividad.

Lo dicho anteriormente implica una carga subjetiva muy elevada yun contenido informativo mínimo. Los elementos descriptivos se encuen-tran al servicio de la idea: el recuerdo doloroso.

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III. ANÁLISIS DE LA FORMA

1. Fónico, fonológico

En el verso 10... con noche flébil enlutó sus duelos… la aliteración delsonido ele puede sugerir las lágrimas que corren por las mejillas.

2. Análisis métrico

Todos los versos son de once sílabas (endecasílabos).El primero tiene dos sinalefas: Es – en – mi - men – teu – na – pun –

zan – tees – pi – naEn cada uno de los siguientes versos: 4, 5, 6, 8, 12 y 13, encontramos

una sinalefa.En el verso 11, una sinalefa y un hiato:Des – pi - dien – doa – su - due – ña – que - se - i - baAlgunos versos tienen cesura interna, como si estuvieran formados

por dos versos cortos, lo que los hace más melodiosos:Es en mi mente // una punzante espinaLa última vez // besé tu rostro heladoSe hundía el sol // con lumbre mortecinaEn cuanto a la rima, podemos decir que es total y abrazada en los

cuartetos: A B B A. En los tercetos se da A A B C C B, también abrazada.Los encabalgamientos son todos suaves. Van encabalgados los ver-

sos 1 y 2, 2 y 3, 5 y 6, 6 y 7, 7 y 8, 9 y 10, 12 y 13, 13 y 14. Esta sucesiónde encabalgamientos da un tono de suspenso a los versos que carecen desentido completo y que van buscando completarlo en el verso siguiente.

El endecasílabo (verso de arte mayor) es apropiado para los temassolemnes, como el del poema, en el que la preferencia por el acento en lassílabas 3ª, 6ª, 10ª ayuda al ritmo cadencioso y triste. Este ritmo se rompe,a veces, por el acento en las sílabas 4ª, 8ª, 10ª (primer verso en el queaparece el dolor punzante, y en el verso 10, en el que aparece el llanto delduelo), o por el acento en las sílabas 4ª, 6ª, 10ª (verso 3, en que aparece elmotivo del dolor, y verso 4, en el que se cambia de núcleo; es decir, en losversos de mayor tensión).

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3. Análisis morfosintáctico

Analizaremos solamente algunos aspectos resaltantes, por ejemploel uso de los adjetivos, que los hay en abundancia. Comencemos conpunzante, adjetivo antepuesto al sustantivo espina, es un epíteto (no selo necesita pues la espina es de sí punzante), por lo tanto no determinaal sustantivo, sino que desarrolla una cualidad que está naturalmentecontenida en él, y el autor lo emplea aquí con valor impresionista y congran carga subjetiva.

Los restantes adjetivos, todos especificativos, presentan tambiénigual tinte impresionista. Ej rostro helado, tarde triste, tristeza vesperti-na, noche flébil, etc.

Interesante es la doble adjetivación en ojo ensangrentado, enrojeci-do, en que el segundo adjetivo enfatiza al primero: si el ojo está ensan-grentado, por lógica está rojo. Nuevamente el tinte impresionista.

El uso de los tiempos verbales también demuestra una acertadaselección: el presente del indicativo, expresa el momento en que habla oescribe el poeta.

Los pretéritos perfectos simples: besé, enlutó, quedó expresan pasa-dos puntuales, absolutos y lejanos, totalmente distanciados del poeta eirrecuperables; marcan la sensación de angustia y lejanía ante lo que yaterminó definitivamente y no puede volver. La frialdad de este tiempoconnota sentimientos de ausencia y angustia por la muerte de la madrey presenta un fuerte contraste con el pretérito imperfecto de era y hendíacon marcado valor evocativo o con el pretérito imperfecto de eras convalor durativo.

4. Análisis semántico

El vocabulario es sencillo y culto, con algunas palabras de uso pocofrecuente.

Llama la atención la capacidad del poeta para sugerir la idea de lamuerte, sin necesidad de emplear expresamente la palabra, con alusio-nes como la frente helada, el cielo rojo que acompaña el dolor del Yopoético; el llanto de la noche, el luto del solar para despedir a la dueñaque se iba.

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El poeta siente que la naturaleza y la casa se animizan o, mejor aún,se personifican y no solo lo acompañan, sino que sienten con él el mismodolor.

Las imágenes que presenta son vivas y golpean al lector. Para crear-las, se vale de sinestesias como Se hundía el sol (movimiento) con lumbremortecina (visual), o Era una tarde triste (sensación anímica) con nebli-na (visual); de una brillante adjetivación que enfatiza el sentido de tris-teza, de muerte: lumbre mortecina; de comparación: En ocaso cual ojoensangrentado. En la misma expresión, la sinécdoque ojo ensangrentadopor haber llorado. (No es el ojo el que llora, sino la persona) y, finalmente,la personificación tristeza vespertina, en la que el sustantivo abstractoespecificado por el adjetivo calificativo acentúa todo el dolor del Yo poé-tico.

A la tarde sigue la noche, que también siente dolor. Si en la estrofaanterior predomina el color rojo: ocaso, lumbre, ensangrentado, enrojeci-do (que normalmente indica pasión, pero aquí expresa dolor, dolor pro-fundo y desgarrador), en esta estrofa resalta el negro: noche flébil, enlutósus duelos; nuevamente, la personificación: el solar enluta sus duelos conla noche.

La última estrofa comienza con otra personificación, que también esuna metonimia: Y qué triste quedó el hogar ruinoso; realmente, no es elhogar, sino sus habitantes quienes sienten tristeza; por otro lado, en laexpresión hogar ruinoso, el adjetivo no se refiere a la ruina material, sinoa la ruina que supone para el hijo la ausencia sin regreso de la madre. Laestrofa termina con una metáfora impresionista: Eras un fantasma va-garoso, en la que el adjetivo nuevamente subraya el sentido del sustan-tivo, ya que normalmente se habla de fantasmas que vagan, no estánestáticos. Cada lugar, cada mueble, cada objeto de la casa le recordaba ala madre, es decir, la veía en todo, por tanto, fantasma vagaroso.

IV. EL TEXTO COMO COMUNICACIÓN

Soneto elegíaco es, como su nombre lo dice, poesía del dolor y laangustia. Acertadas imágenes sensoriales en metáforas relevantes, per-sonificaciones, sinestesias, comparaciones ayudan a manifestar el since-ro y hondo dolor del poeta.

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La hora elegida para la descripción, la tarde, seguida rápidamentepor el ocaso y este por la noche, es el marco oportuno para el desarrollodel tema (tarde, ocaso, noche son símbolos de muerte, la muerte del día),y es significativo el uso del verbo hundir en la expresión se hundía el solque hace pensar al lector en la caja mortuoria que se hunde en la fosa.

El endecasílabo pausado, en muchos casos con cesura, y con roturadel ritmo en los versos de más tensión, ayuda al lector a vivir con inten-sidad los momentos por los que va pasando el poeta.

Dominan en el texto las funciones emotiva y poética. La expresiónde la intimidad angustiada y dolorosa del poeta crea en el lector unareacción emocional profunda y, al mismo tiempo, el placer estético provo-cado por la expresión poética de la vivencia dolorosa.

V. LA OBRA EN LA SOCIEDAD

Lastimosamente, la obra de Don Ángel I. González no fue publicadaen su totalidad hasta la fecha. Es una deuda pendiente, que tienen quesaldar sus herederos: sus nietos.

Algunos poemas fueron publicados en revistas y periódicos de laépoca. Sinforiano Buzó Gómez incluye varias en su Índice de la PoesíaParaguaya, también lo recuerdan Carlos Centurión Benegas en su libroHistoria de la Cultura Paraguaya, Raúl Amaral en Poesías del Paraguayy, más recientemente, Luis María Martínez en Poesía Social del Para-guay, lo que indica que, a pesar de su encierro voluntario en San José, eraun poeta reconocido.

Su obra, insistimos, no es representativa de una época; él no formóparte de ningún grupo o movimiento literario. Hombre ilustrado, aman-te de su tierra, Mbatovi, vivió en la ciudad, (en aquella época pueblo) deSan José de los Arroyos, donde estuvo en permanente compañía de suslibros y del pueblo pobre que veía en él al médico, al padre, al bienhechor.

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Guía de trabajo

Antes de leer el poema:

Conversar en el aula acerca de la pérdida de un ser querido (parien-te o amigo) y de los recuerdos que despiertan en los alumnos los lugaresque frecuentaba el ausente.

Después de leer el poema:

1. Justificar el título del poema (explicar por qué es soneto y porqué es elegíaco).

2. Aplicar el esquema de análisis utilizando el sistema de losgráficos con su conclusión respectiva.a) Estrato del ritmo:

– la métrica– los grupos fónicos– la entonación– la acentuación– la rima

b) Estrato de la significación:– morfosintaxis– recursos

3. Escribir un cuento en el que se note la tristeza y el dolor delprotagonista u otro personaje.

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Modernismo

LAS LEYENDAS

Alejandro Guanes

a José Rodríguez Alcalá

En el báratro de sombras alocado el viento brega;ya blasfema, ya baladra, ora silba y ora juegacon el tul de la llovizna, con las ramas que deshoja,

con la estola de una cruz;ya sus ímpetus afloja, ya retorna, ora dibuja,

del relámpago a la luz,un fantástico esqueleto que aterido se arrebuja

del sudario en el capuz.

Caserón de añejos tiempos, el de sólidos sillares,con enormes hamaqueros en paredes y pilares,el de arcaicas alacenas esculpidas, ¡qué de amores,

qué de amores vio este hogar!El que sabe de dolores y venturas de otros días,

estructura singular,viejo techo ennegrecido, ¡qué de amores y alegrías

y tristezas vio pasar!

Por los ángulos oscuros de sus cuartos vaga el “pora”; es quizás un alma en pena que la vida rememora,vida acaso de grandezas, tal vez mísera existencia,

¡vida de héroe tal vez!En pesada somnolencia la tertulia se sumerge

en confusa placidez:

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es la hora en que sus formas toma el “pora” y en que emergede la triste lobreguez.

Por las épicas leyendas que les cuento, adormecidos,ya mis hijos, uno a uno, van quedándose dormidos;–las leyendas de portentos, de grandezas admirables,

de aquel tiempo que pasó–;con sus labios impalpables, como un hálito ligero,

dulce el sueño los besó,como besa a las traviesas golondrinas del alero;

solo insomne velo yo.

Y a mis ojos admirados cobran formas las escenas,cobran forma y colorido las venturas y las penasde la edad de mis abuelos, y oigo besos y suspiros

en las sombras palpitar;y en callados, tenues giros, por los ángulos desiertos

los escucho revolar:¡son los besos y suspiros que arrullaron a los muertos

de un amor y de un hogar!

Donairosa, blanca dama de peinetas y mantilla,¡qué bien luce sus fulgores en tus hombros la espumilla!¿fuiste dueña de esta casa, despediste a un caballero,

y le esperas aún quizás,a un impávido guerrero que al partir besó tu frente,

y que el rostro volvió atrás, al través, acaso, ansioso de una lágrima luciente,

por mirarte una vez más?

Y el mancebo, tú que arrastras en la sombra la muleta,de morrión de tosco cuero y uniforme de bayeta,¿te apuntaron esa pierna tras de bélicos horrores,

y hoy retornas al hogar,al que sabe de dolores y venturas de otros días,

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estructura singular,viejo techo ennegrecido, que de amores y alegrías

todo un mundo vio pasar?

¡Son los muertos! En las sombras alocado el viento brega;ya blasfema, ya baladra, ora silba y ora juegacon el tul de la llovizna, con las ramas que deshoja,

con la estola de una cruz;ya sus ímpetus afloja, ya retorna, ora dibuja,

del relámpago a la luz,un fantástico esqueleto que aterido se arrebuja

del sudario en el capuz.

(Antología poética)

Comentario

El poema presenta rasgos típicamente románticos: la soledad, laaparición de espíritus, el tono melancólico, la lobreguez de la noche, laanimización de elementos de la naturaleza, la sugestión, la evocación deun pasado heroico, los horrores de la guerra, la exaltación de la valentíay de la hidalguía, y la idealización de la mujer.

Las características románticas se conjugan con otras, propias delmodernismo, como la abundancia de imágenes sensoriales: los coloresque presenta oscilan entre el negro, el gris, el blanco, la lividez de unrelámpago y aparecen como pinceladas impresionistas. El ritmo de losacentos internos y la rima regular logran la musicalidad.

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Guía de trabajo

1. Distinguir en el texto aspectos descriptivos, narrativos y líricos, yconsignarlos en la columna que les corresponde:

Aspectos

Descriptivos Narrativos Líricos

2. Justificar la inclusión del poema en la corriente del Romanticismo.

3. Completar el esquema de la estructura interna con los núcleos quefaltan:

• Presentación del ambiente tormentoso•• Aparición del pora• Soledad y vigilia del poeta••••

4. Explicar la lograda inclusión del elemento sobrenatural y comentarla significación de los personajes que lo configuran.

5. Buscar información sobre el caserón de “Las Leyendas”.

6. Observar la proyección del unipersonal que de esta obra presentó elactor José Luis Ardissone en el Teatro Arlequín de Asunción. Reali-zar un estudio analítico con los enfoques que corresponden a la apre-ciación del teatro.

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DON QUIJOTE EN EL PARAGUAY

Juan E. O’Leary

… Y un día Don Quijote pasó por nuestra tierra,en ideal cruzada, cruzado caballero,erguido en los estribos, el continente fiero,por la razón negada y la justicia en guerra.

Y en la vasta llanura y en la empinada sierraaun queda de su paso, marcada en el sendero,la señal sanguinosa del luchar tesonerocontra la fuerza bruta, cuyo poder aterra.

De su lanza en astillas los restos dispersados,de su espada en pedazos los añicos violados,a los flacos del mundo ya no defenderán;

¡que, tras de cinco años de lidiar, temerario,frente a triple enemigo sucumbió solitarioorgulloso y altivo, junto al Aquidabán!

(Amaral y otros. Poesías del Paraguay)

Comentario

El autor se ubica en una etapa de transición entre el Posromanticis-mo y el Modernismo.

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Este soneto es modernista: el autor emplea el verso alejandrino concesura, que es uno de los aportes del movimiento liderado por RubénDarío y que viene de la Cuaderna Vía medieval. También se nota lamusicalidad de los versos y se encuentran imágenes que demuestran lapreocupación estética. El lenguaje es culto. El hecho de tomar como modeloal héroe caballeresco, que es un símbolo, es también un rasgo modernis-ta.

Al mismo tiempo, como el Quijote es un idealista que lucha por lajusticia, es un personaje romántico, como romántico es también el Maris-cal López. Estos personajes y algunas imágenes efectistas demuestran elaspecto romántico del poema.

Es factible la relación intertextual de este poema con la famosa obrade Cervantes, con respecto a los dos personajes, ejes sobre los que se hanelaborado, y donde pueden apreciarse ciertos caracteres compartidos,según parámetros determinados.

Guía de trabajo

1. Buscar el significado de las siguientes palabras de acuerdo con suempleo en el texto: cruzada – cruzado – continente – empinado –sanguinoso – tesonero – añicos – flacos – temerario – sucumbir.

2. Explicar las siguientes expresiones: la razón negada - justicia enguerra - señal sanguinosa.

3. Explicar detalladamente la segunda estrofa.

4. Determinar a qué personaje histórico se refiere el poeta. Trascribirexpresiones que justifiquen la respuesta.

5. Leer la novela El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha deMiguel de Cervantes. Realizar un paralelismo entre el héroe para-guayo y el Caballero de La Mancha, con parámetros precisos.

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EL VELO DE MAYA

Eloy Fariña Núñez

El brahmán Somadeva, al cabo de mil años de espantosas flagelacio-nes, que, como las de Budha, llenaron de horror a los propios dioses,creyó haber alcanzado la santidad perfecta, esto es, la divina beatituddel Nirvana, la ciudad que está en la otra orilla del mar del espírituhumano.

Somadeva, cuando llegó a la pubertad, se impresionó tanto del dis-curso que le dirigiera un asceta, a quien fue a visitar por simple curiosi-dad, que decidió retirarse al desierto y entregarse allí a la meditación, laoración y la penitencia. Era de índole taciturna y, cuando anunció a suspadres su resolución de hacerse ermitaño, se retiró abominando de lasociedad de las criaturas humanas.

–En el desierto viviré dichoso en compañía de los árboles y de lasfieras– fueron sus últimas palabras, a la mujer que había fijado en él susojos impuros.

Yendo camino del desierto, pensó que mucho le faltaba aún parallegar a ser un perfecto brahmán pues era violento en sus arrebatos demisantropía, y le poseía la soberbia. Después de siete días seguidos decamino, encontró una caverna estrecha y lóbrega al pie de una montaña,y se quedó allí. Había un manantial a corta distancia y unos cuantosárboles silvestres entre unas rocas.

–No necesito más– pensó Somadeva, y se internó en la cueva, dondepermaneció en oración por espacio de cien años. Otro siglo empleó en lameditación del libro de los Vedas y los Puranas; otra centuria, en eldominio de sus potencias, apetitos y sentidos; varios siglos, en la purifi-cación de su alma, y el resto del milenio, en la adoración de Brahma y delos dioses.

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Al llegar a los mil años, Brahma se apiadó del santo asceta y, entran-do en comunicación con él, le dijo:

–Cesa de hacer penitencia, pues me basta la intención recta. Aun-que has empleado el tiempo de la vida de varias generaciones humanasen mortificar tu cuerpo y purificar tu espíritu, eres aún imperfecto. Ne-cesitas cuatro mil años más de sacrificios y pruebas, para entrar en mireino.

El brahmán, al oír esto, estuvo a punto de perder su beatífica sere-nidad; pero, como se hallaba en presencia del padre de los dioses e incu-bador del huevo del mundo, disimuló su impresión lo mejor que pudo, ysiguió prestando atención a las palabras de Brahma.

–Sé que no hay nadie capaz de resistir semejante prueba por tantotiempo, ni la exijo tampoco. Yo me contento con la rectitud del propósito,y porque he visto esta rectitud en tu conciencia, me placen tus mortifica-ciones y quiero premiar tu sacrificio. Fiel Somadeva, ¿qué quieres de mí?

–No tengo ningún deseo– contestó el ermitaño.–¿No ambicionas nada?–Nada, como no sea libertarme del círculo de la vida, de la muerte y

del mal– repuso el asceta.–¿No deseas hacer milagros como los demás brahmanes?– insistió

Brahma.–Respeto tus designios, bendigo tu sabiduría, acato tu poder, oh,

Brahma; pero los hombres no merecen los milagros que realizan missantos hermanos– replicó humildemente el bienaventurado Somadeva.

Brahma meditó un rato sobre las últimas palabras del ermitaño, yluego le dijo:

–Bien; ya que nada quieres, voy a hacerte un presente infinitamentemás valioso que los poderes sobrenaturales de los brahmanes. Toma estevelo y tiéndelo sobre el mundo.

Y le dio, en un arranque de infinita misericordia, el invisible y má-gico velo de Maya.

Somadeva cumplió al pie de la letra el inescrutable consejo del om-nipotente Brahma; tomó el maravilloso velo, solo para él visible, y lodesplegó como una bandera sobre el mundo.

¡Maravilla estupenda! Por primera vez vio, al cabo de mil años devida penitente, que un hermoso loto se mecía dulcemente en el manan-

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tial en cuyo raudal cristalino abrevó infinitas veces su sed. ¿Cómo es quenunca había reparado en la peregrina belleza del cuadro que ofrecía laflor del loto columpiándose con gracia, acariciada por la brisa, en el cen-tro de la fuente? ¿Veía ahora con otros ojos? ¿Cuál era la virtud del veloque ondeaba en sus manos?

Alzó los brazos al cielo y se prosternó luego a tierra, adorando aBrahma en la hermosura del loto y en la transparencia del manantial.

Al caer la tarde, divisó allá a lo lejos una columna de humo, que seelevaba en el espacio.

–Iré a la morada de los hombres a libertarlos de la muerte– se dijo,y abandonó la caverna para tomar el camino que recorriera diez siglosatrás. A mitad del trayecto, se sintió fatigado y pidió hospitalidad a unmatrimonio anciano que vivía en una casucha rodeada de bambúes.

–Santo brahmán –le dijo la pareja–, acepta este jarro de leche yestas frutas silvestres que te ofrecemos en nuestra pobreza.

Al reanudar su camino, pensó que la paz reinaba en aquella moraday que la felicidad descendía de lo alto sobre aquellos nobles corazones.

Más adelante, se encontró con una viejecita que recitaba oracionespiadosas delante de una imagen de Brahma colocada en un templeterústico.

–La fe habita en el corazón de esa bienaventurada mujer– meditó.Más lejos, en los alrededores de un caserío, halló una pareja que se

besaba tiernamente.Contempló la escena sin flaquear la santidad de su alma ni la pureza

de su cuerpo, y vio que el amor hermoseaba la atribulada vida de lossiervos de Brahma.

A los siete días seguidos de camino, llegó a su pueblo natal, y loprimero que advirtió fue un magnífico templo, donde ardían diez millámparas en honor de Brahma y de los dioses.

–Los hombres son gratos a los beneficios que reciben de los dioses–reflexionó.

Cuando se difundió entre las gentes la nueva de su llegada, losancianos, las mujeres y los niños acudieron a verlo. Ya nada conmovía suserenidad perfecta, su santa impasibilidad de brahmán; pero aquel es-pectáculo le llegó al alma y le hizo concebir otra idea de la sociedad de los

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seres humanos, no tan indiferente como la compañía de los árboles, nitan cruel como la grey de las fieras.

–¡Señor! –exclamó avergonzado el santo ermitaño cuando se le apa-reció nuevamente el gran Brahma.

–¿Creías haber alcanzado la perfección absoluta? No, te faltaba ladivina serenidad que comunica el velo de Maya, la túnica de la ilusión,sin la cual ni yo mismo existiría, ni ambicionaría ser en la eternidad.Pero te ha llegado la hora del descanso; esta misma noche recogeré tuespíritu e infundiré nuevo soplo a tu cuerpo mortal de aquí a tres milaños. Y cuando vuelvas a nacer en este planeta, ten presente, y no loolvides nunca, que es preciso contemplar el mundo a través del invisiblevelo de Maya.

El bienaventurado Somadeva se durmió en paz, y su espíritu inmor-tal fue metamorfoseado en loto.

(Las vértebras de Pan)

Comentario

El modernismo paraguayo brilla con este poeta de cultura ilustrada,al que pertenece el presente relato, en que se percibe la búsqueda delbien y de la libertad.

La filosofía y la teología hindú afirman que la ignorancia (avidya)impide al hombre la comprensión de la naturaleza universal del ser.Mientras sigue en el mundo, en sus distintas existencias (samsara),deambula en distintas vidas como consecuencia de sus acciones (karma).En el hinduismo y en el budismo el hombre se esfuerza por salir de esarueda de existencias distintas, y aspira a llegar a la liberación del sufri-miento y de los sentimientos negativos, en un estado trascendente (Nir-vana). El hombre no llega a comprender que las existencias son irrealesen esencia, una ilusión (maya).

El tratamiento del tiempo cósmico, un tiempo detenido en esa ilu-sión, se presenta con estructura cíclica en este relato; tal modalidad, quese adecua a la referida rueda de la vida, sostiene la estructura del conte-nido en los espacios de la ida, el regreso y la elevación espiritual.

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El relato, a pesar de ser modernista, tiene una estructura funda-mentalmente dialogada, con algunas descripciones. El lenguaje del cuentoes preciosista, propio del modernismo, como lo son también la utilizaciónde símbolos (velo de Maya, flor de loto) y la evasión de la realidad con laubicación de la historia en un contexto lejano en el tiempo y en el espacio.

Guía de trabajo

Antes de leer el cuento:1. Buscar información sobre el Brahmanismo. Conseguir imágenes

del Brahma.

2. Buscar información sobre concepto, características, autores e im-portancia del Modernismo.

Después de leer:1. Redactar el argumento del cuento.

2. Ubicar en qué parte del texto se encuentran las siguientes ideas:a) soberbiab) sacrificioc) enseñanzad) oracióne) libertad

3. Completar los núcleos estructurales:

El regreso

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4. Describir el proceso de cambio que se da en Somadeva.

5. Con ejemplos extraídos del texto, justificar que el narrador es om-nisciente.

6. Explicar la función del velo de Maya.

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Posmodernismo

SONETOS A LA HERMANA

Heriberto Fernández

Tercero

Es en vano, alma mía,que lleno de esperanza el corazón marchitosalgamos hoy gozosos a esperar su llegada.¡Es en vano!...Que el parque florecido

no perfumará nuncatu solitario nido.Tú eres tan melancólica y suavey yo siempre abatido

por el viento deshecho de todas las pasionesque ¡alma mía! no somos sino dos pobres niñostempranamente tristes,

perdidos en este inmenso laberintode nuestra vida amarga,junto al borde traidor del Infinito.

(Amaral y otros. Poesías del Paraguay)

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Comentario

Llama la atención la alteración del orden sintáctico que logra unritmo cadencioso, una musicalidad también apoyada por los sonidosubicados con maestría y los certeros adjetivos.

Las imágenes muy armoniosas y en número notable denotan undefinido impresionismo, y la composición sigue manteniendo la musica-lidad, aspectos propios del Modernismo. Presenta los matices del Posmo-dernismo en la sencillez de su expresión y en el intimismo, y como unanuncio del Vanguardismo, la composición del soneto, que solo presentade su tipo los catorce versos divididos en dos estrofas de cuatro versos ydos estrofas de tres versos, pero con versificación irregular.

Guía de trabajo

2. Aislar las letras finales de cada verso, a partir de la última vocalacentuada, para detectar la rima. Clasificarla en rima consonante oasonante.

3. Reescribir en forma de construcción lógica los versos que contenganhipérbaton.

4. Copiar tres expresiones en que se note la alteración de la realidadobjetiva.

5. Descubrir y explicar a qué se refiere el término hermana del títulodel poema.

6. Consignar en una redacción el significado de cada una de las cuatroestrofas.

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Realismo

LA CASITA DE PIEDRA

Gabriel Casaccia

Luciano Gorina, un joven vivaz y ágil, de cerca de veinticinco años,todas las mañanas, no bien lo llamaba su madre, saltaba del lecho. Sinembargo, hoy por más esfuerzos que hiciera, no lograba despertarse deltodo. Entreabría un rato los ojos, pero luego se le volvían a caer pesada-mente los párpados, como si estuvieran rellenos de plomo. Se imaginóque se le abrirían del todo si se incorporaba, como a esos muñecos quebasta levantarlos para que los abran de par en par. No podía fijar unaidea en su mente, y eso que se empeñaba por conseguirlo. Intentó incor-porarse; su voluntad lo animaba y empujaba a ello. Le pareció que semovía, que su busto se enderezaba, que se sentaba en el angosto lecho.Sin embargo, no se movió de su sitio. Sintió que se amodorraba de nuevo,que era sorbido por un letargo dulce y blando… Oyó la voz de su madrellamándole para que se levantase y fuera a desayunarse: “No voy a de-cirle por ahora una palabra de mi casamiento. Antes debo encontrar a lamujer con quien me casé ayer”. El recuerdo de ese extraño episodio leprodujo tristeza y alegría a la vez. Estaba contento de haberse casado, ytriste, por otro lado, porque con su enlace había quebrantado el compro-miso que tenía con su novia Isabel, al mismo tiempo que le causaría a sumadre un grave disgusto. Sin embargo, no pudo callárselo mucho tiem-po, y se lo contó. Su madre, contra lo esperado, recibió la noticia muytranquila, con una tranquilidad que lo sorprendió. Pero cuando le pre-guntó quién era su flamante esposa, Luciano se arrepintió de haberseapresurado a hablar, y se puso muy confuso, pues no sabía cómo satisfa-cer la curiosidad de su madre. Se le ocurrió pronunciar un nombre, quele pareció haber oído antes. “Se llama Marta Golder”. Luego le refirió queen el paseo de ayer por la tarde al Jardín Botánico, donde fuera de excur-

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sión con algunos amigos, se había casado. Encontrándose allí, llegó ungrupo de muchachas, que también venían para almorzar. Poco despuésambos grupos se unieron, formando uno solo, bullicioso y despreocupa-do. Las muchachas aquellas, alegres y juguetonas, tenían todas cuerposesbeltos y ágiles. Luciano quedó de inmediato enamorado de una deellas. Su piel era muy blanca y poseía un pelo de un rubio dorado, de untono cálido. Nunca había visto un rubio de un color tan hermoso y extra-ño. Sus padres o sus abuelos debían de ser noruegos. Sus ojos, de un azulclaro, transparente, tenían una expresión risueña e infantil. Ella tam-bién simpatizó pronto con Luciano, y a poco se cogían de las manos, másque como dos enamorados, como dos niños que juegan… pero después¿qué sucedió?, ¿dónde se habían casado? De esto no podía recordar nada.Sabía, sí, que se había casado, pero sin acordarse de la forma en que serealizó la ceremonia, ni del lugar. Por más que lo quisiera, no podíaexplicar a su madre ni explicarse a sí mismo muchas cosas que habíaolvidado. Ésta, con su tono cariñoso de siempre, le dijo que se calmase,que no caminara tanto por la pieza, y que tratase de recordar. Lo únicoque se le aparecía a cada rato, era una casita de aspecto alegre, de pare-des de piedra, y con cortinas de cretona en las ventanas. Aquella casaalguna relación tenía con su casamiento, pero no podía saber en quéconsistía esa relación. Había momentos en que le parecía haberla cono-cido mucho antes, en su niñez. “Lo mejor que puedo hacer –se dijo– es iral Jardín Botánico y recorrerlo. Así tal vez la encuentre”. No podía estarlejos del Botánico la casa aquella y, además, sería fácil descubrirla por suconstrucción original…

Luciano vivía con la impresión de que lo que le había sucedido en elJardín Botánico no era sueño, sino realidad. Estaba seguro de haberconocido a Marta Golder y de haberse casado con ella. Varios días anduvoabstraído y con aquel pensamiento. Cuando estaba junto a Isabel, sen-tíase incómodo y con remordimientos, cual si estuviera cometiendo conella una felonía. No pudo soportar mucho tiempo su secreto y los retor-cimientos de su conciencia, y se lo contó todo a su prometida, con voz deculpable.

–Pero eso no fue más que un sueño– le dijo Isabel con una tranqui-lidad que le sorprendió-. Puedes estar tranquilo. Eres un tonto en tomar

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tan en serio un sueño. Esa Marta Golder la has inventado mientrasdormías. ¿Cómo vas a casarte con una muchacha que conoces un ratoantes?

–No, Isabel, Marta Golder no es una invención. Yo juraría que existe–pero Luciano no siguió adelante porque Isabel no sospechaba del estadode su razón.

Isabel, por su parte, hizo algunas discretas averiguaciones entrealgunos amigos de Luciano, que habían estado en el paseo, y ningunorecordaba haber conocido a esa Marta Golder. Luciano no se convenciócon lo que le dijo Isabel, tenía la sensación de que le estaba traicionando,y que sus sentimientos hacia ella habían cambiado; pero todo esto erainstintivo y vago, sin ningún fundamento, encontraba peligroso dejarsearrastrar por ese río oscuro. Y no volvió a hablar más a Isabel sobre elasunto.

Meses más tarde de su primer sueño, mientras dormitaba la siesta,Luciano soñó que estaba asomado a la ventana de su casa. En esto pasópor allí uno de sus amigos, que había estado en la jira al Jardín Botánico.Luciano saltó a la calle por la ventana, como solía hacer cuando niño.Pero esta vez su madre no lo reprendió como lo hacía en aquella época,aunque lo vio saltar. “Debe ser porque soy mayor”, se dijo Luciano y sepuso a caminar al lado de su amigo. Luego de haber andado un largotrecho en silencio, se volvió para preguntarle si no recordaba su casa-miento en el Jardín Botánico con Marta Golder; pero el otro guardósilencio, y ni siquiera lo miró, como si no se hubiese percatado de supresencia. Luciano vio que él y su compañero ya no eran grandes, sinochicuelos, como de doce años, de pantalones cortos y descalzos. Habíandejado la ciudad, y avanzaban por una carretera desierta y arenosa, enmedio del campo. Aquel camino le era familiar a Luciano, y recordabahaberlo recorrido muchas veces. A cada momento, su compañero, que nole había dirigido hasta ahora la palabra una sola vez, cual si anduviesesolo, se detenía para arrojarles piedras a los pájaros con una honda. Enesto, en una revuelta del camino, a poca distancia de la vía del ferroca-rril, se presentó ante los ojos de Luciano una casita de piedra, con alegrescortinas de cretona en las ventanas… Al despertar, Luciano sudaba,jadeaba, como si en verdad hubiese realizado esa larga caminata bajo los

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rayos del sol. Como no recordaba nada de su sueño, cual si hubiese dor-mido sin pesadilla, plácidamente, se sorprendió de ese sudor que mojabasu cuerpo y de las fuertes palpitaciones de su corazón, no sabiendo a quéatribuirlos. Desde entonces, nunca más volvió a soñar con el JardínBotánico ni con la casita de piedra ni con Marta Golder, aunque le habíaquedado un recuerdo indeleble de esa mujer, como si se tratase de un serviviente y hermoso, que hubiera conocido en la vida, y a menudo pronun-ciaba su nombre con misterioso goce, como si con él agitase unas aguasdormidas.

Luciano se casó con Isabel; pero nunca le abandonó el pensamientode Marta Golder. Ahora, rayando en los cuarenta y cinco, la seguía recor-dando. Cuanto más pasaban los años, tanto más pensaba en ella. Hubie-se querido volver a soñarla, como en su juventud; pero ya no soñaba. Sialguien le hubiese recomendado tomar un brebaje para despertar suviejo sueño, no hubiese vacilado en bebérselo.

Unas vacaciones, que Luciano fue a veranear a Areguá, donde solíair en su niñez y adonde no había vuelto hacía más o menos treinta años,salió una mañana a caballo con dos amigos. Tomaron por la carreteraarenosa y desierta, que conduce al pueblito de Patiño. Mientras anda-ban, Luciano les refería a sus amigos que por esos sitios había correteadoy perseguido a los pájaros cuando muchacho, en la época en que venía aAreguá a veranear con sus padres.

–Desde entonces no he vuelto por acá. Sin embargo, todo esto meresulta tan familiar, como si lo hubiese dejado ayer.

–Nunca dejamos nuestra niñez del todo- apuntó uno de los compa-ñeros, a modo de comentario.

Luciano iba a responderle algo cuando el cuadro que se presentó asus ojos, lo dejó atónito. En una revuelta del camino, allí a pocos pasos,se alzaba una pequeña casa de piedra con cortinas de cretona en lasventanas. La misma casita del Jardín Botánico. El recuerdo de su anti-guo sueño se le volvió a aparecer nítido en la imaginación. A corta distan-cia de aquella casita, se veía otro edificio más amplio, de reciente cons-trucción, pero no de piedra. Luciano estaba perplejo y azorado. Se habíavuelto intensamente pálido y a duras penas contenía su violenta emo-ción. Detuvo bruscamente su caballo, y su primer impulso fue volverse;

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pero enseguida, impensadamente, le hincó las espuelas, lanzándolo a lacarrera hacia la casa aquella. “La casita donde me casé con Marta Gol-der”, repetíase con angustia. ¡Qué iría a encontrar entre sus paredes! Alllegar junto al portón y descabalgar, un árbol de paraíso que allí se alzabahizo florecer de golpe todos sus recuerdos. Bajo este árbol, cuando teníaocho años, había almorzado una mañana con sus padres y otros amigosdurante una excursión que hicieran de Areguá a Patiño. Allí había cono-cido a Marta Golder, una niña casi de su misma edad, y ambos habíanjugado todo aquel día hasta terminar enfurruñados. Entonces, MartaGolder existía; no era una creación de su imaginación.

Uno de los compañeros de Luciano le dijo que allí se alquilabanhabitaciones para pensionistas, y que el pabellón contiguo pertenecía almismo dueño de la casita.

–Entonces, ¿esto es una pensión? –preguntó Luciano, que, detenidofrente al portón de madera, no quitaba los ojos del reducido vestíbulo dela casita, en el que se veía un juego de sillones de mimbre con una mesaen medio. Y luego, dijo casi murmurando: –Antes estaba sola la casita.

Uno de los acompañantes de Luciano llamó palmeando. A Lucianole asaltaron deseos de volver a montar e irse antes de que saliese alguien.Tenía miedo de lo que iba a suceder.

–¿Qué vamos a hacer aquí? –preguntó.–¿Qué les parece si nos quedamos un rato a descansar? Podemos

tomar un vaso de cerveza –opinó aquel que había golpeado las manos.Y cuando se abrió la puerta que daba al vestíbulo, y apareció la

Marta Golder del Jardín Botánico, con sus cabellos dorados, con su cuer-po airoso y macizo a la vez, la Marta Golder de sus sueños, Luciano sintióganas de gritar algo, o de correr hacia ella. La miró a los ojos con miedo,y la emoción, el sentimiento que sintió ante ellos no fue nuevo. Recordóque ya lo había sentido antes. Le pareció que la muchacha aquella lomiraba como si tampoco fuese la primera vez que lo viera y que no seconducía con la poquedad con que se está frente a un recién llegado.

Se sentaron en los sillones de mimbre. Luciano, silencioso, mirabacomo magnetizado el cabello, los ojos azules, el delantal floreado, deaquella arrogante y bella muchacha, con quien se había casado muchosaños hacía, un domingo de sol, en el Jardín Botánico, en la misma casitaen que ahora estaba.

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Una vez que estuvieron sobre la mesa la botella de cerveza y losvasos, Luciano balbuceó, dirigiéndose a la muchacha:

–Dígame..., ¿usted se llama Marta, como su mamá?–No; me llamo Elsa.–¡Ah!... Elsa –repitió Luciano, como sorprendido de que se llamara

así.–Pero, ¿cómo usted sabe que mamá se llama Marta?Luciano iba a responderle que la había conocido cuando niño; pero

no quiso que la muchacha midiese con su contestación toda la diferenciade edad que los separaba, y dijo:

–La conozco de nombre…Su mamá…, su mamá, ¿está aquí?–Sí, está.Luciano gozaba contemplando a Elsa un placer no conocido hasta

entonces. Ella apartaba los ojos de aquella mirada insistente.A poco vino la verdadera Marta Golder, la de la infancia de Luciano.

Gorda, ajada, con el pelo de un rubio descolorido, con los ojos azules sinexpresión, con andar pesado y lerdo. ¡Ya no quedaba nada! ¡Como sinunca hubiese sido niña! El tiempo había respetado solo el árbol deparaíso y aquella casita. Luciano se preguntaba si alguna vez la actualMarta Golder había sido como la de su sueño, y si no era con Elsa conquien había soñado siempre... Frente a aquella falsificación, fea y borro-sa, de Marta Golder, Luciano no experimentó ni ternura ni tristeza, nisiquiera sorpresa. La miraba fríamente, como si siempre hubiese sido talcual la veía ahora. La verdadera Marta Golder estaba allí cerca, se lla-maba Elsa, y seguía siendo rubia y de ojos azules, como en su ensueño deveinticinco años antes.

Luciano y sus amigos hablaron con la madre de Elsa de distintostemas. Pero ella no tenía otra preocupación que su negocio y sus huéspe-des. A cada momento se quejaba de la falta de pensionistas, de la carestíade la vida y de lo mal que marchaba el negocio desde la muerte de suesposo, ocurrida hacía tres años. Mientras Marta Golder hablaba, Lucia-no no hacía más que mirar a Elsa y sonreírle, sintiéndose feliz, con unasuerte de felicidad profunda y eterna.

Desde su encuentro con Elsa, se produjo una gran transformaciónen los hábitos de Luciano y en su carácter. Todas las mañanas ensillaba

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temprano su caballo y, con una excusa cualquiera, se iba a Patiño, dondese quedaba hasta el anochecer. Después faltaron las excusas, pero semarchaba lo mismo. Una noche se sintió cansado y se quedó a dormir enla pensión. Y vinieron otras noches, en que siempre había algún motivopara que se quedase allí. Su esposa Isabel y sus amistades se enteraronde su apego a aquella casita de Patiño. Comenzaron las murmuraciones,y Luciano tuvo que oír los continuos reproches y los llantos de Isabel,pero no hacía caso; ya nada le importaba; no podía dejar de ir allá. Cuan-do estaba lejos de Elsa, lo único en que pensaba era en volver. En ciertaocasión, Isabel le hizo una violenta escena de celos y lo amenazó conabandonar la casa, yéndose con sus hijos, si seguía poniéndola en ridícu-lo. Luciano la escuchó mudo, pálido y, cuando su mujer acabó de hablar,se limitó a responderle: “Es inútil que te lo explique. Nunca me compren-derías”. Y dejó caer los brazos a lo largo del cuerpo, con gesto de resigna-ción, como si se entregase a su destino.

Y un día, próximo a terminar el veraneo, cuando su mujer y sus hijosse preparaban a retornar a Asunción, Luciano Gorina salió a caballo,como todas las mañanas, y no volvió más a su casa. Se quedó para siem-pre en Patiño, en la casita de piedra, junto al árbol de paraíso.

(El pozo)

Comentario

La tensión se logra ampliamente por cuanto todas las secuenciasvan configurando la situación que se presenta aparente y luego adquiereuna explicación consecuente.

El amor se presenta como un sentimiento permanente y define todoslos aspectos de la estructura.

El ámbito onírico es uno de los aportes de la ciencia sicológica a laliteratura. En los sueños se recuerdan cosas a veces olvidadas, se resuel-ven los conflictos de la vigilia, las frustraciones se rehabilitan y los de-seos se satisfacen. En este cuento se pueden apreciar tales efectos. Lonotable es que no pertenece el cuento al surrealismo sino al realismomágico.

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Guía de trabajo

1. En el género fantástico una situación sobrenatural altera la rutinay produce duda en el lector. En el realismo mágico el elemento sobre-natural convive con la realidad y es aceptado como parte de ella.a) Justificar la inclusión del cuento en el realismo mágico.b) Transformar elementos o secuencias para que se convierta en

un relato fantástico.

2. Citar los dos elementos que permanecen a través del tiempo.

3. Ilustrar el cuento con dibujos y fotografías.

4. Redactar la continuación de la historia.

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Precursores del 40

ESTE MI TRAJE VIEJO

Julio Correa

Este mi traje viejo es el que me defiendede la envidia insultante del vacío burgués.Me creen condenado y ya nadie pretende,ni aún el hombre más malo, condenarme otra vez.

Este mi traje viejo,y mis zapatos rotos y mi sombrero raído,ponen en mi persona algo así como un dejode hampón y de bandido.

Pero, yo sé quién soy,y sé hacia dónde voy,y sin jactarme de mi rango,al ver pasar la vida, negro río del fangopropicio a la piara gruñidora y feroz,yo le brindo mi verso en el nombre de Dios.

(Amaral y otros. Poesías del Paraguay)

Comentario

El registro lingüístico utilizado en el poema es el coloquial: no buscala forma estética sino la expresividad.

La construcción del poema se apoya en una métrica que logra unritmo muy intenso adecuado al sentimiento y firmeza de convicción delYo Poético.

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Lo resaltante es el maniqueísmo: todas las imágenes componen un cua-dro alegórico del hombre en pugna con un contexto hostil, al que, a pesarde que lo califica duramente en el penúltimo verso, recibe del Yo líricouna respuesta humanista.

Guía de trabajo

1. Explicar el significado que adquieren en su contexto las siguientesexpresiones:traje viejo,zapatos rotos y sombrero raído – vacío burgués – negro ríodel fango – piara gruñidora y feroz – mi verso.

2. Realizar un esquema de la rima.

3. Medir cada verso y aclarar el tipo de métrica.

4. Explicar por qué se puede afirmar que el poema es una alegoría.

5. Encerrar en círculo el tipo de poesía al que pertenece esta obra.Justificar la elección:Poesía intimista – poesía social – poesía preciosista – poesía bucólicaPorque______________________________________________________

6. Escribir en prosa, en tercera persona, todo el poema.

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Grupo del 40

REGRESARAN UN DÍA

Hérib Campos Cervera

Por los caídos por la libertad de mipueblo y para los que viven paraservirla, esta constancia.

I

¿Veis esos marineros aún vestidos de pólvora;y esos duros obreros cuya sangre de fuegocircula como un río de encendidas raícesbajo el denso quebracho de sus torsos?

¿Y esas pequeñas madres, de tan leve estatura,que parecen hermanas de sus hijos?

¿No visteis, no tocasteis el rostro fragorosode esos adolescentes cubiertos de relámpagos;seres rotos, usados, gastados y deshechosen una mitológica tarea?

¿Los veis? – Son los Soldadosde una hora, de un día, de una vida:todos los Hijos obscuros de la misma ultrajada tierra,que es mía y es de todoslos muertos de esta lucha.

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¿Veis esos ojos con dos rosas de lágrimascolgadas de sus órbitas azules?

¿Veis todas esas bocas despojadas de labios;con trozos de guitarras colgados de sus bordes;todas deshilachadas, arrojadas de brucessobre la inocencia triste del pasto y de la arena?

¿Los veis allí, hacinados,bajo la misma luna de los enamorados;agrediendo la clara piedad de la mañanacon su despedazada sonrisa?

¿Veis todo ese tumulto de la sangre temprana;que camina de día, de noche, a todas horashacia los más profundos niveles de la tierra,donde se están labrando los moldes transparentesde todos los Soldados de las luchas futuras?

Abiertos en canal, de Norte a Norte,–desde donde nacía la Semilla del Hombre–,hasta el caliente refugio del grito, yacen.

Miran las altas luces del alto día del duelo,mostrando los horóscopos helados de sus manosy sus frentes de piedra amaneciday la cal valerosa de sus huesos.

II

No moriré de muerte amordazada.Yo tocaré los bordes de las brújulasque señalan los rumbos del Canto liberado.Yo llamaré a los Grandes Capitanesque manejan el Viento, la Paloma y el Fuego

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y frente a la segura latitud de sus nombres,mi pequeña garganta de niño desoladofatigará a la noche, gritando:

“¡Venid, hermanos nuestros!¡ Venid, inmensas voces de América y del Mundo;venid hasta nosotros y palpad el sudariode este jazmín talado de mi pueblo!

“¡Acércate a nosotros, Pablo Neruda, hermano,con tu presencia andina, con tu voz magallánica;con tus metales ciegos y tus hombros marítimos;acércate a la sombra de tu estrella despiertay contempla estas llagas ateridas!

“¡Ven, Nicolás Guillén,desde tu continente de tabaco y de azúcar,y con esa segura nostalgia de tus labiosponle un exacto nombre a esta agonía!

“¡Y tú, Rafael Alberti –marinero en desvelo,pastor de los olivos taciturnos de España,tú, que una vez cuidaste la sangre de los héroesque puso a tu costado mi patria guaraní–,dibújanos el mapade estos desamparados litorales de muerte!

“¡Venid, hombres absortos; madres profundas; niños;buscadores de Dioses; pordioseros;máscaras evadidas y nocturnas del vicio;potentados jerarcas de la virtud de feria;venid a ver el rostro del martirio!

“Venid hasta el remanso de este dolor antiguo;simplemente venid: así, sin lámparas;

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sin avisos, sin lápices y sin fotografíasy dejad, si podéis, en las riberas:la memoria, los ojos y las lágrimas.

“Tocad con vuestras manos estos lirios dormidos;tocad todos los rostros y todas las trincheras;la numerosa muerte de todos los caídosy el polvo que sostuvo esta batalla.

“Apartad con la punta de vuestros pies desnudostodos estos metales de nombres extranjeros;estos lentos escombros de torres agobiadas;esta antigua morada de la miely la verde praderade esta selva temprana de soldados.

Sí. Todas estas torres de acumuladas ruinas,son nuestras.Aquella sangre rota y estas manos deshechas,son nuestras:son nuestro honor de ayer y de mañana.

Yo lo proclamo ahora desde el hondo reversode esta paz de cadáveres:todas estas banderasy estos huesos, abrumados de luchas—,son el metal de nuestro riesgo;son el emplazamiento de nuestra artillería;nuestro muro blindado;nuestra razón de fe.

III

Porque no está vencida la fe que no se rinde;ni el amor que defiende la redonda alegríade su pequeña lámpara, tras el pecho del Hombre.

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Con estas simples manos y estas mismas gargantas,un día volveremos a levantar las torresdel tiempo de la vida sin sonrojos.

Desde el fondo de todas las tumbas ultrajadas,crecerán las praderas del tiempo de soñar.

Aquí, cerca, en las márgenes de la tierra pesada;junto a la sal antigua del mar innumerable;en la madera espesa y el viento de los árboles,están creciendo ya.

Yo sé que en la mañana del tiempo señalado,todos los calendarios y campanasllamarán a los Hijos de este Día.

Y ellos vendrán, cantando, con su misma bandera;con su mismo fusil recuperado;vendrán con esa misma sonrisa transparenteque no tuvieron tiempo de enterrar.

Vendrán la Sal y el Yodo y el Hierro que tuvieron;cada terrón de arcilla les tomará los ojos;la cal de su estatura se asomará a su caucey alguna eterna Madre de un eterno Soldadolos llevará en la noche caliente de su sangre.

Y en la hora y el día de un tiempo señalado,regresarán, cantando, y en la misma trincheradirán, frente a la misma bandera de mil años:

“¡Presente, Capitana de la Gloria!¡Aquí estamos de nuevo para cuidar tu rostro,tu ciudadela intacta; tu imperio invulnerable,Libertad!”.

(Ceniza redimida)

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Comentario

La estructura del poema, que es un canto épico, está organizada endos partes:

La primera se elabora con interrogaciones retóricas que inician laenumeración de cada estrofa, con valoraciones sentidas. La segundaparte convoca a los representantes de las luchas por los pueblos, a lamanera del Canto General de Neruda; asimismo, a los poetas que denun-ciaron injusticias y cantaron a la patria americana. Culmina con el com-promiso por la libertad y todo el sentimiento del gran poeta paraguayo.

Guía de trabajo

1. Definir el tema y enunciar la idea central.

2. Investigar acerca de los tres poetas mencionados en el poema. Ano-tar los rasgos distintivos de cada uno.

3. Explicar a qué hacen referencia los versos que recuerdan a esospoetas.

4. Interpretar el contenido del poema en una redacción.

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ASÍ ES ELLA, ME DIJE

Elvio Romero

Así es ella, me dije: es la alegríaremota y honda que de pronto llegaa despejar el nudo que se debedesanudar en la penumbra inquieta.

Noche y albor, me dije,todo llegó a mi corazón por ella,llegó el sabor oculto del deseo,el presagio de ardor que en mí resuena.

Es mi cuerpo, me dije,reconociendo su esplendor en ella,el bosque entero de mi sangre, el pulsoy el latido secreto de su fuerza.

La imagen que conservode las verdes raíces de mi tierra;ella es el tiempo mío, el del veranoen el regazo inmóvil de la siesta.

Así mismo, me dije,es su fulgor herido en la belleza,ella es el largo trecho recorridosurtiéndose de entraña y sementera.

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Así mismo, me dije,callado abrigo que abrigó mis huellas,el justo sueño que escogí en la lucha,¡la libertad por la que canto es ella!

(Antología poética)

Comentario

Hábil es la combinación de los metros endecasílabos con heptasíla-bos iniciando cada estrofa. Así logra el poeta una musicalidad notablepor su cadencia; igual efecto tiene la insistencia anafórica del sintagmame dije, que ubica la entonación en un punto medio de equilibrio, deapertura de la continuidad de la línea melódica.

El destinatario es ambivalente: ella – libertad. En esto radica elencanto y atractivo de esta composición poética. El autor es en esta crea-ción a la vez poeta lírico y poeta social.

Guía de trabajo

1. Subrayar en el mismo textoa) con color rojo las personificacionesb) con azul las metáforasc) con verde las comparacionesd) con otras marcas otras figuras.

2. Comentar entre compañeros el efecto producido por el poema.

3. Memorizar el poema y recitarlo frente al curso, que elegirá a losmejores. Se tendrán en cuenta los siguientes indicadores: conoci-miento del poema, dicción, volumen de la voz, postura y expresivi-dad.

4. Teniendo presente el poema, redactar dos textos en prosa descri-biendo en uno, a la mujer amada y en otro, la libertad.

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Promoción del 50

LA SEQUÍA

Rodrigo Díaz Pérez

No se movía ni una hoja. Los árboles del patio subsistían suspendi-dos en el silencio brillante del verano untuoso y cruel. Los pájaros con lospicos entreabiertos oteaban la tierra escudriñando ilusoriamente algúnvestigio de humedad. La capa del suelo rojo exponía grietas enormes queparecían agrandarse más cada día y dibujaba en forma caprichosa unraro mapa de una geografía exótica y polvosa. ¡Esta sequía que acompa-ña esta guerra, tan interminable como la guerra misma!

La vieja se tambaleaba a causa de sus múltiples achaques y por elpeso de sus años incontables. Con un gran esfuerzo y hasta con dolor, searrastraba con una palangana desportillada llena de agua para regar laspocas plantas que aún no habían perecido. El batallar del riego parecíacansarla cada vez más y más. Pero le gustaba observar algún vestigio deverde en la casa.

La trajeron de muy pequeña, hacia fines de la guerra grande, de lalejana Villa de Curuguaty, que antes había servido de refugio a Artigas,pero durante la guerra sucumbió al igual que muchas otras poblacionesdel interior del país por donde asolaron los rapai.

Con la ayuda de Colá, su nieto, logró levantar un rancho en VillaAurelia y entre los dos hicieron una huerta donde sembraron tomates,repollos y lechugas. Después, quedó sola y siguió cuidando su huerta,cada vez más pequeña, al alcance de sus fuerzas.

Esa noche no pudo dormir por el calor. Las paredes del rancho rezu-maban un agua de color marrón. Miró el nicho de barro pintado de azul,y por un rato se quedó en profundo trance. Oraba con unción. Desde eltecho de paja caían gotas. Era el barro mezclado con escarcha. Un desmo-ronamiento gradual que no le preocupaba. En última instancia un poco

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de rocío era siempre una ayuda para sus plantas. Se levantó tempranopara ver sus repollos y los otros almácigos. Las hojas estaban alicaídasy habían soportado hasta el día anterior los fogonazos constantes e im-placables del sol. La vieja sabía que los repollos estaban muy débiles,menudos, y de ahí a que arrepollasen sólo Dios podría decir.

Miraba la huerta impasible. Los surcos profundos de su cara more-na, los cabellos grises y lisos, su cuerpo pequeño y arrugado vigilaban laexistencia del rancho. Mejor, daban savia en cierta forma a su kulata-jobai, su rancho rodeado de laureles, timbós y lapachos.

Llegaba hasta el pozo lentamente con la marcha imprecisa de suspasos pequeños, y descargaba los baldes de agua en la sufrida palanga-na. La tarea casi ritual de rociar apenas con algunas gotas de agua frescalas plantas de su huerta, le producía gran placer. Se podía adivinar en surostro algo así como una sonrisa o un gesto apacible.

Una tarde de calor enervante fue al pozo. Lanzó el balde y al levan-tarlo escuchó un crujido diferente al de la roldana. Notó que el peso queiba tirando era muy superior al de otras veces. Con desfalleciente dificul-tad logró desaguar el balde y arrojó el contenido en la palangana, que envez de agua, era un lodo gris, denso y mucilaginoso; la vieja no quisocreer. Miró el pozo desde el brocal y no vio el brillo familiar del cielo o elreflejo del sol. Frente a sus ojos, un ciego túnel le robó sus esperanzas.Miró arriba. Una bóveda azul, clara e impasible. El sol estaba entrandoy el arrebolado vespertino con todos sus matices del naranja al rojo,iluminaba el patio... “Si estuviera mi nieto ¡cuánto hubiese hecho!”. Vol-vió despacio al huerto y miró sus verduras con tristeza. “Alguna vez vaa llover, no es posible que esta sequía dure toda la vida...”.

Pensaba o rezaba. Era difícil saberlo. Pareciera que hablase a susalmácigos sedientos. “Mi nieto querido, no llueve, el patio se pone mástriste cada día, se va secando todo...”.

Serían las cuatro de la tarde cuando varios uniformados de caraentre hosca e indiferente golpearon al portón. La vieja tardó mucho ratoen llegar hasta ellos. Vino arrastrándose y tratando de ver con su ceñoarrugado lo que sucedía en la calle. Al principio vio bultos indefinidos yno pudo distinguir muy bien las formas. Después comprendió que era ungrupo de personas que hablaban. Uno de ellos en forma brusca gritó:

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–Aquí vive un emboscado y tenemos orden de llevarlo.La vieja no entendió de qué hablaban ni qué significaba la imprevis-

ta aparición de tanta gente. Calladamente levantó el alambre enrolladoque trancaba el portón.

–Pasen –dijo–, como si comprendiera que era una obligación cederante la autoridad.

Varios soldados y un policía local empujaron el portón que se abriócon dificultad. Los palos de abajo arañaban la tierra. Tuvieron que alzarel portón para que cediese y después levantarlo de nuevo para cerrarlo.Una vez dentro del patio, el que actuaba de jefe del grupo se dirigió a laanciana y le dijo:

–Vamos a revisar toda la casa. Por la comisaría local sabemos queusted guarda a un emboscado.

La vieja no dijo nada. Miraba a los soldados que estaban uniforma-dos de verde oliva, al policía y al jefe, con cierto dejo de perplejidad. Y noperdió la calma en lo más mínimo.

–Pasen che karai kuéra –les dijo– y miren todo lo que quieran.Hablaba con cierta tristeza y muy quedamente.Los soldados entraron en el rancho, fueron al patio, examinaron la

huerta, registraron los alambrados, el laurel centenario con sus ramasexuberantes y florecidas, el tatakuá medio arruinado y con restos deceniza remota. Entraron después en las piezas y precipitadamente hus-mearon los cajones, los armarios desvencijados, los colchones, las basu-ras, en fin todo lo que existía en el rancho. Uno de los soldados saliótrayendo un pantalón gris y un saco roto en el lomo.

–Y esto, ¿a quién pertenece? –inquirió en forma triunfal, como que-riendo decir que por fin había hallado algo comprometedor.

El policía agregó:–Yo sabía que había más gente en esta casa. No trate de embroma-

mos. Cuéntenos de una vez por todas a qué hora vuelve el que buscamosy lo esperaremos aquí.

La vieja no contestó enseguida. Pensó un largo rato. Como si seesforzara por hallar una respuesta adecuada. No le salían las palabrascon facilidad. Cerraba los ojos y movía la cabeza.

–Conteste de una vez y no nos haga perder el tiempo –dijo un solda-do.

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La vieja seguía como dudando sin responder. Finalmente mirandoal policía pudo balbucear confusamente algunas palabras:

–Colá suele venir por las noches, especialmente cuando hay amena-zo. No siempre es posible que venga. Depende de muchas cosas. –Y calló.

El policía habló con los soldados. El jefe, articulando claramente laspalabras, se dirigió a la vieja:

–Tráiganos unas sillas y tereré, pues vamos a esperar a Colá. Seguroque él viene cada noche. Y usted no nos quiere contar la verdad. En todoel país hay gente que se esconde, hasta en los aljibes. Tenemos orden dellevar a todos los que se hallen en edad militar. ¿No sabe usted queestamos en guerra con Bolivia?

La vieja no contestó. Después de un rato, se escuchó el clás clás desu zapatilla de tela cuadriculada llena de remiendos. Volvió empujandouna silla. Uno de los soldados la ayudó y trajo otra.

–Es todo lo que tengo. No me las rompan por favor.Retornó a su pieza y trajo yerba, una guampa y una bombilla:–En el cántaro hay agua.Un soldado trajo el cántaro de la cocina. Se pasaban la guampa por

turno, casi sin hablarse entre ellos.–A veces vale la pena esperar –dijo el policía–, pues ya van siendo

escasos los que logran esconderse. Últimamente en la campaña recluta-mos varios miles y la guerra no lleva trazas de terminar.

El jefe, que sin dudas tenía prisa, se levantó y volvió a dirigirse a lavieja:

–Mire abuela, ¿por qué no nos cuenta de una vez dónde está Colá? Siusted nos ayuda, todos saldremos ganando.

La vieja al parecer no comprendió lo que acababa de oír y contestócomo hablando consigo misma:

–Y sigue sin llover. ¡Qué difícil la vida! ¡Antes me ayudaba Colá peroahora estoy tan sola!

El policía que estaba atento a lo que decía la vieja le contestó conbrusquedad:

–Todas las noches la escuchan a usted hablar con alguien. Tenemosinformes, así que no trate ahora de esconder la verdad... ¿Entiende?

Pasó un largo rato de quietud. El tereré corría y se notaba impacien-cia en el policía y en el jefe.

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Súbitamente la vieja miró el cielo y se puso eufórica: a lo lejos seescuchaban truenos y se veían relámpagos. Iba a llover y bien pronto.

–Va a venir Colá! –gritó. Siempre que llueve viene a verme. ¡Quéalegría, me hallo tanto! –exclamó mirando a los soldados, al jefe y alpolicía.

Al cabo de un rato un aguacero violento arremetió con furia y tuvie-ron que entrar al rancho, hacinados, pues no había espacio para todos. Eltecho de paja tenía enormes goteras y en ciertas partes de la pieza en quedormía la anciana era como estar dentro de una jaula de alambres. Eljefe miró la pared de barro del rancho y leyó algo que estaba enmarcado.Parecía un recorte a primera vista. Le tocó el hombro al policía. Y éste,a medida que leía, se iba quedando serio. Los colores de su cara fueronreemplazados por un amarillo verdoso. No era un recorte sino una comu-nicación del alto comando del ejército. La firma era ilegible pero el textoestaba claro. Los demás soldados por orden del jefe fueron leyendo lomismo. El chubasco iba disminuyendo gradualmente y al poco tiempo elsol volvió a brillar. De a uno, fueron saliendo todos del rancho. El jefe seacercó a la vieja y con raro acento le tendió un billete de cien pesos y ledijo:

–Perdone, abuela.Al salir cerraron el portón y escucharon a la vieja que gritaba llena

de júbilo:–¡Colá, mi querido nieto, por fin viniste! ¡Tanta falta hacías en medio

de la sequía!En el patio las plantas de tomate habían ganado algún color. La

tierra olía a yerbas, a vientos y a flor de laurel...

(Incunables)

Comentario

En las descripciones que sostienen el relato, aparece el poeta conmaestría de estilo. Logra involucrar al lector en todo momento, hasta enel clímax del nudo, cuando nunca llega a decir lo que impresiona y gol-pea: el texto enmarcado y mudo que determina el desenlace.

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El autor ubica en una realidad histórica un drama de hondo senti-miento maternal que se inscribe en el Realismo Mágico: la guerra, lamujer madre, el amor que trasciende la muerte.

Guía de trabajo

1. Encontrar los referentes a la sequía e interpretar lo que significa.

2. Caracterizar a los personajes con adjetivos y justificarlos con expre-siones extraídas del texto.

3. Aplicar el esquema de la tipología actancial de acuerdo a la teoría deGreimas.

4. Redactar el texto de la comunicación del alto comando del ejércitoque determinó el cambio de actitud del policía y los soldados.

5. Justificar la inclusión del cuento en la tipología del realismo mágico.

6. Leer el cuento La lluvia de Arturo Uslar Pietri y escribir la corres-pondencia entre las dos obras.

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OTÓRGAME EL SILENCIO

José Luis Appleyard

Señor, me has dado el peso de otra Navidad.Es una carga dura,es una noche tristela del pesebre en sombras,la del Niño de barro,la de saber que vienes–sin venir– hasta el soplode la vela distante,de las luces que tiemblandesuniendo distanciasy haciendo que en las manosse traicione la paz.Aparta de mis labiosel cáliz con tu vino,que no muerdan mis dientesese trozo de pan.Es diciembre y te añoro,quiero estar en tus labios,pero ya, simplemente,sin saber de tu sal.Las ausencias me habitan,esos nuevos silencioslas flores que, de coco,me dicen: Navidad.Aplastado, me evoco,me conjuro, me niego

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a ser el niño ciegoque evita la ciudad.El niño que yo eray que no está en el Niño.Ni los ángeles rubiosque me hicieran llorar.El peso de tu ausencia,la oquedad del pesebre,las luces que interrumpentu paso y tu verdad.Dame fuerza y asciendedesde el niño que fueray otórgame el silenciode fundirme en tu Paz.

(Solamente los años)

Comentario

El poeta escribió varios poemas sobre la Navidad, con el mismo tonode tristeza que este.

En los versos heptasílabos de Otórgame el silencio, recuerda y evocacon melancolía las celebraciones navideñas de su niñez lejana y a sufamilia que ya quedó en el recuerdo: las ausencias me habitan.

El término niño es recurrente y adquiere distintos significados: Niñode barro - el niño ciego - el niño que yo era y que no está en el Niño - el niñoque fuera.

Reclama que debe promoverse mayor fe y devoción, en lugar deconvertir esta fecha en un acontecimiento pagano, con derroche de lucesy de aspectos materialistas, que restan importancia al verdadero prota-gonista. Ese es el pesebre en sombras y no está Cristo en esa fiesta: saberque vienes-sin venir - las luces que interrumpen tu paso y tu verdad.

Pide a Jesús que lo involucre en su paz: y otórgame el silencio defundirme en tu Paz.

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Guía de trabajo

1. Encontrar distintas posibilidades de connotación del concepto “niño”.

2. Analizar el poema en sus aspectos formales y de contenido, siguien-do el modelo semiótico estructural.

3. Organizar un debate acerca de la celebración de la Navidad quereclama el autor.

4. Encontrar puntos de contacto con el poema del padre Alonso de lasHeras, mentor de la generación de escritores de la Academia Uni-versitaria, a la cual perteneció el poeta Appleyard.

SOLEDAD SONORA

César Alonso de las Heras

Déjame estar callado este momento,déjame soloen esta inmensidad de noche quieta.Las estrellasalumbran mi interior con claridadesmás íntimas y tiernas.Déjame disfrutar de este solaz antiguodeshecho por la técnicaDescubrirme a mí mismo,andar las singladuras misteriosas de mi sutil esencia.

Ya no podemos ver el sol nacientesino turbia la miradatras la noche de velao de estupefacientes.Ni disfrutamos del ocasolos amigos,

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un vaso de buen vinoentre las manos.

Déjame estar callado este momento.Hablamos demasiado:mitines, reuniones, paneles, conferenciasde cumbres o llanuras,siempre la voz, la voz erguida, y empuñadavoz contra voz, endurecida.El éter conmovido,virulento,expulsando el silenciohasta el confín de la barbarie.¡Déjame solo,acariciada soledadque me circunday permite viveros de armoníaspara poblar mis sueños!

¡Oh, soledad sonora,dulce concierto de la pazen medio de esta guerrade estridencias!¡Déjame estar callado,que un pájaro me cantaen el silencio!y en el alma!

(Silencio)

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CANTATA HEROICA A PEDRO JUAN CAVALLERO

Ramiro Domínguez

ACTO ÚNICO

PERSONAJESCavalleroCoro: integrado por personajes de las más diversas épocas y de distintaedad y condición, que se destacan eventualmente para decir su parla-mento, pero integrando todos el Coro.

PRÓLOGO

(Al oscurecer la sala, a telón caído, redoble de tambores, como iniciandouna ejecución. El chirrido de una puerta al girar sobre sus goznes. Voces).

UNA VOZ MASCULINA:Dramatis Personae:hombres casi estacas–o estacas casi hombres–da lo mismo.La sombra de un muerto ilustreconjurando todas las muertessin sentido.Una hedionda pestilenciareptando por la escenacon su aliento amarillo.

(Contra el telón de boca, se proyecta la sombra de un hombre ahorcado)

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UNA VOZ FEMENINA:Escena:Los funerales del héroe;que escribió con su muerteun signo.Sin cruces–ni candelabros–ni crespones–ni oficios.

VOZ MASCULINA:Solo su pueblo absorto.Como un tendido de estacaspara alambrar el grito.En vez de féretro,un denso y viscoso olvido.

VOZ FEMENINA:La acción transcurre en un tiempo que no acaba de morir. Tiempo quetanto puede ser hoy como ayer, y abarca todos los tiempos de morir sintribunal ni ley.

VOZ MASCULINA:Porque hay siempre un obstinado retornoal tiempo meridiano de su muerte.Como un enorme sacrilegio. Y la profanaciónde un tiempo elemental primarioque manchó para siempre todos los mañanas,al borbotar su sangre rotasobre los orinales del miedo.

VOZ FEMENINA:Porque aquí estamos–ante él– comiéndonos los codosde espanto. Sin atinar

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a ponernos la cabeza sobre los hombrosy encontrarnos allí donde la palabra empieza.

VOZ MASCULINA:El tiempo que él instauró para nosotros,es hoy un cadáver pudriéndose al sol,mientras enarbolamos estandarteso compramos la escarapela de histrionespor una sucia moneda.(Mutis)

PRIMER CUADRO

(Al alzar el telón, la escena está totalmente a oscuras. Lentamente, ymientras transcurre el recitativo del Coro, se adelantan unas sombrashumanas llevando largos cirios encendidos. Adelantan hacia la emboca-dura y vuelven a desaparecer por un costado del foro. Las figuras del Coroson hombres y mujeres de la más variada condición y edad y, por suvestimenta, acusan épocas tan diversas como el ochocientos, la Colonia ola época actual. Un persistente rumor de letanía, entrecortado de sollo-zos, marca las pausas del recitativo).

UNA VOZ:Lo que acaban de ver,o lo que aquí se verá–ya el tiempo para nosotrosno cuenta más–son los duelos de todo un pueblopor un Cavallero cabal.

MUJER 1ª:Aquí no hemos venido a llorarsu muerte. Porque él saltó por encimadel amor y del llanto.

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MUJER 2ª:Solo cabe llorar por nuestros hijos,que se alumbrarán con lucerosde barro.

MUJER 3ª:Aquí no hay ojosni manosni gargantasen número capaz de aunar el gestoque grite al mundo nuestro desamparo.

HOMBRE 1°:Hoy hemos quedado huérfanos,en orfandad total;destituidos para siemprelo verdadero y lo santo.

HOMBRE 2°:Él instauró esta gloria que se pudreen nuestra boca, como panes ácimos.

HOMBRE 3°:Él nos dio nombre y voz,y este dolor bendito de sabernosparaguayos.

MUJER 1ª:Que apaguen todas las luces.Que digan al amanecerque aquí no hay paso.

NIÑA:Madre, ¿quién es ese señorque ahí está como un búcaroderramado?

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MUJER 4ª:Era un pájaro de fuego,que se quemó las alasvolando.

HOMBRE 4°:Mentira que se matópor escapar al tirano.Al estrangular su gritohay señal de que quisodecirnos algo.(Mutis)

(Vuelve a oscurecerse totalmente la escena, sin caer el telón).

SEGUNDO CUADRO

(Al iluminarse gradualmente la escena, se percibe el interior de unlóbrego cuarto colonial, de macizas paredes con ventanas y puertas cega-das, para una celda eventual.

En la escena no hay más luz que la que arrojan dos sucios lampioneshumeando contra la pared, a la derecha del foro. A la izquierda, unapuerta, abierta de par en par, da a una habitación contigua profusamenteiluminada, en donde se alcanzan a ver una vasta mesa y otros instrumen-tos de tortura. La acción transcurre en la habitación contigua, llamada“Cámara de la Justicia”, o “de la Verdad”. De tanto en tanto, crujen losejes de una rueda de suplicio, y un débil gemido marca la distensión delos miembros descoyuntados, mientras los verdugos cambian monosíla-bos e improperios, salpicados de risa animal).

UNA VOZ:Una noche sucia de candiles. En el cepotriza sus cuerdas la garganta.Los verdugos hacen girar sus aparejosy en vez de confesión, brilla una lágrima.

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VERDUGO 1°:Comandante, vomite ese silencio,que le hará mucho bien sacarse los arreosde Capitán, y pagar como cualquieratributo al miedo.

UNA VOZ:Y han de borrar tu nombre como leprade los muros del día.

VERDUGO 2°:Te harán primer actor de marionetaspara ponerte a luchar en un desváncon las polillas. (Risotadas)

VERDUGO 1°:Tu orgullo de señor almidonadono pudo sobrellevar la “Cámarade la Justicia”.

VERDUGO 2°:No supiste escapar a los cien ojosdel Supremo, y ahora tiemblascomo una niña.

(Mutis. La víctima es arrojada a empellones a escena. Vienen detrásel Actuario y los Verdugos. Cavallero sale descalzo y con la camisa hechajirones a golpes del «teyuruguái». Una luz vertical, proyectada sobre elcentro de la escena, recorta las figuras de rostros duros y toscos, comolabrados en palo. Cavallero permanece en penumbra, adelantando ape-nas las manos tumefactas y el rostro abotagado).

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VERDUGO 1º:(Dándole un empellón)Desgraciado,conteste a la autoridad,si respeta su vida.

ACTUARIO:¿Quién es este infeliz?¡Diga su nombre y ponga aquí su firma!

UNA VOZ:Él está allí nomás. Rendido,como una tuerca caída.

CAVALLERO:Soy yo... No sé... No recuerdoya lo que quería...¿Quise, acaso, una Patrialimpia como un altar?

ACTUARIO:Porquería. Yo te voy a enseñara deletrear tu ficha.(Exhibiéndole un legajo)Toma. Trágate este legajoque canta tus milagros, y de los que estánen tu fila... –Un tal Fulgencio Yegros,un Iturbe... un Montiel...¡Bah! Señoritos de tal por cual,aquí nos vamos a verla cara, con los guaicurúy el “teyuruguái”.

(Cavallero queda totalmente en penumbra).

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UNA VOZ:Son cien. Son más de cienazotes, y la carne empiezaa desmayar.

CAVALLERO:(Adelantándose, en ademán desesperado)¡Basta!Quiero confesar.Que me dejen un momentolibre para pensar en paz.(Pausa)(Desafiante) ¡Sí! ¡Soy yo!,yo, vuestro Capitán y Comandanteuna vez; jugándome la vidapor vuestra libertad.

(Mutis. Se oscurece totalmente la escena. Por el costado derecho seproyecta un haz de luz oblicuo, suficientemente intenso para dejar ensombras todo lo demás. Se adelanta un personaje de atuendo y acentomarcadamente peninsular. Hace el gesto de asomarse a mirar afuera condesdeñosa impaciencia. El Gobernador Velazco y una matrona vestida denegro).

SEÑOR HISPANO:¡Quien vive!

VOZ MASCULINA:Lo que no podéis matar:¡el Paraguay!

SEÑOR HISPANO:Permitidme, Señor Gobernador,que acabe con estos indiosque amotinan la ciudad.

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VELAZCO:Y a toda esa chusma,¿quién la podrá dominar?

MATRONA:El Comandante Caballero;nada menos y nada más.

(Mutis. Se oscurece el cuadro lateral derecho, y al extremo opuesto, elmismo efecto de luz descubre al Capitán Caballero en su uniforme degala, rodeado de patricios que lo claman).

PATRICIO 1°:Esta noche, muchacho,te has jugado la suertey te tocó la de ganar.

PATRICIO 2°:Como quien no quiere la cosanos diste Patria y Libertad.

(Mutis. Se oscurecen los cuadros laterales y vuelve a iluminarse elinterior de la celda).

DIRECTOR DE ESCENA:(En traje de sport moderno)¡Corten!¡Bajen el telón! –No es ese el actoque íbamos a ensayar.Ahora, él está ante nosotrostemblando de pies a cabezay sin poder escapar.

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ACTUARIO:Veamos qué dicen a todo estolos doctos en la Universidad.

(Mutis. Por el mismo efecto de luz, aparecen a un costado de la escenados togados, sentados en altas cátedras, en ademán de discutir).

DOCTOR 1°:Unos estúpidos. –Eso:cuatro militarotesparodiando una epopeyaen trajes de carnaval.Haciendo el juego a los porteñosy a los de la Banda Oriental.

DOCTOR 2°:El único que entendió la cosafue el Supremo. Y estos patriciossolo querían acaudillar.

CAVALLERO:(Adelantándose hasta ellos en traje militar de fajina)Señor, disculpe Ud.doctor... o Profesor...Yo no buscaba el mando.El poder ya lo teníamospor el gobierno español.Lo que nos hizo hervir la sangrefue vernos puestos a remate,como a un perro en busca de señor.No queríamos a los portugueses,y a Belgrano, Ud. recuerdaque supimos decirle no.No vaya Ud. a ensuciar nuestra muertepor una tesis de doctor.

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DOCTOR 1°:Si dejamos hablar a los archivos,Uds. eran unos orates,y solo Francia comprendiócómo desembarazarse de Uds.para aglutinarnos como nación.

CAVALLERO:Tal vez será verdad.Porque nosotros no entendíamosla República como una propiedad.Luego vino quien nos puso su marcacomo al ganado; y nos enseñólo que podíamos querero cuánto debíamos pensar.

(Mutis. Mismo efecto de luz y por el costado opuesto, Caballero enigual tenida, limpiando un arma, entre unos patricios y su mujer).

PATRICIO 1°:Capitán Caballero, ¿quién está por nosotros?

CAVALLERO:Toda la nación.

PATRICIO 1°:Hay que evitar que el déspotanos gane de mano.

CAVALLERO:No lo permita Dios.

MUJER DE CAVALLERO:Pedro Juan, te ruego, por tus hijos,cede por esta vez a mi temor...

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Presiento...–No queda tiempode pensar en ti o en mí. Otroshan dado su vida por la Patriaque gesté yo.

(Mutis. Una luz vertical desdibuja los contornos de la escena. Desdeel foro, en penumbra, avanzan dos mujeres).

MUJER 1ª:¡Quién es ese que traen ahí,flanqueado por fusilerosy a punto de sucumbir!

MUJER 2ª:Es nuestro prócer, Caballero,convertido en criminalpor orden del “caraí”.

(Mutis. Mismo efecto anterior, iluminando un cuadro lateral. Unescolar y su padre, en indumentaria actual).

ESCOLAR:Papá: ¿por qué el 14 de Mayohay concentración en la plaza?

PADRE:Porque es el día de los héroes;y honramos en él a Yegros,Iturbe, Francia y Caballero.

ESCOLAR:Y si Francia mandó matara nuestros próceres por traición,¿quién es el héroe entre ellos?

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(Mutis. La escena totalmente a oscuras. Se oyen gritos mezclados consollozos y ruidos de pasos).

VOZ FEMENINA:Viernes Santo de 1820.Hoy han soltado nuevamentea Barrabás; y todo un pueblocontigo, Señor, agoniza y muere.

(Mutis. Mismo efecto de luz. Cuadro lateral presentando a un sacer-dote en el interior del templo, sentado de espaldas. Un patricio con elrostro desencajado y sin aliento, se arroja a sus pies, de rodillas).

PATRICIO 3°:¡Confesión! ¡Confesión!Padre: hemos pecado todoscontra el ungido de Dios.Hemos convenido su muertey a estas horas, no sabemosquién lleva bajo su capala muerte del Dictador.

SACERDOTE:Hijo, sin reparar el dañono hay materia de absolución.

(Mutis. Mismo efecto de luz. A un costado, Los patricios se enfrascanen sombrías premoniciones. Del foro, sale casi corriendo un oficial con lanoticia electrizante, encarándolos).

OFICIAL:¡Traición...! ¡Traición!¡Han pasado la lista de los conjuradosal Supremo!

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PATRICIO 1°:Dios haya misericordia de nosotros(Todos se santiguan).

PATRICIO 2°:Ahora sí que Dios ha muerto.

(Mutis. Vuelve la escena de la cárcel, con los mismos personajes).

VERDUGO 1º:Este Capitán de operetatiene la carne dura,y no sabe cantar.aunque le duela.

VERDUGO 2°:Vamos a quitarle el pellejode a poquito,pero con otras maneras:¿sabes qué dicen en la calle?Que es un vendido... Mientes ahoraque es un vendido a los porteños;y hablan de cartas que lo prueban.

CAVALLERO:Si hay tales cartas,¡que las presenten ante mí!,para arrancarme los ojoscuando las lea.

VERDUGO 1°:(Abofeteándolo) ¡Cobarde! Mientes ahorapara encubrir tu vergüenza.

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CAVALLERO:(Retrocediendo) ¡Jamás...! Mi Patria vale másque mi vida, y nuncala quise en cadenas.¡Qué ganamos con cambiarel grillete españolpor el dogal porteño!Vivos o muertos,sea de nosotros lo que fuera,nuestro gesto va igualcontra todos los déspotas.

ACTUARIO:¡Fuera...! ¡Sáquenlo de aquí!Este loco piensa predicarhasta que muera.

(Mutis. Queda la escena a oscuras. Ruido de puertas y cerrojos alretirarse los Verdugos).

TERCER CUADRO

(Al iluminarse la escena, esta aparece partida en dos por un gruesomuro de adobes. A la izquierda, a la calle, el amplio corredor techado deuna casona colonial, con verjas y horcones de madera. Es de noche, yalgunos faroles se encienden o apagan, según se suceda la acción. Largosescaños de madera y una mecedora de estilo son el único mobiliario delcomedor. A la derecha, el interior de una amplia sala, con alacena empo-trada, gran mesa y sillones en cuero claveteado. Un altar casero en unrincón, con reclinatorio, nicho y crucifijo; algunas imágenes de miriña-que y velón votivo. Puertas y ventanas con gruesos quiciales y postigospracticables, sin vidrios, sobre la calle. Velas de sebo en candeleros deplata y palmatorias prestan su débil luz al salón señorial y modesto. Elmismo juego de luz ubica alternativamente la acción en uno y otro cua-dro. En la sala espiando desde los postigos de la ventana, dos damas que

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por la edad podrían ser madre e hija, ataviadas de negro y con manto ala usanza española).

MADRE:¡Que no sepa el oído lo que dices!

HIJA:¡Que no miren los ojos lo que vemos!

MADRE:¡Nuestros próceres de Mayoconjurados contra el Supremo!

HIJA:Han llamado a la capitala Don Fulgencio Yegros.

MADRE:Hay rumores de sublevaciónque tienen pasmado el viento.

HIJA:Madre: ¿qué hemos ganadocon ser libres, si lo mismonos estrangula el miedo?

MADRE:¡No te atrevas a preguntar!La duda es un crimen horrendo.Hay que creer, hija mía,aunque nos muerda los pezonesla duda de estar en lo cierto.¿Qué ganas con decir no,si ellos quieren que lo blancosea negro?

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Si la mentira es verdad,ellos lo saben decirmejor que tú, y con más derecho.

HIJA:¡Ay... ! –¡Y cómo cuestaser prudente y no quedardeshonrados en lo más adentro!

(Mutis. En el corredor, sobre la calle, una joven madre, arrebozada,arrullando a su hijo en brazos, en la mecedora).

JOVEN MADRE:Duerme.Duerme, mi amor.Tal vez, hijo de mi alma,durmiendo te sientas mejor.(Pausa)Aquí el día es como un techode plomo, pesando sobre el alientoy la voz.(Pausa)Duerme, ahora;ya te esperan, cuando mozo,la Triple Alianzay otro calvario de dolor.Ahora duerme:escápate de mi llantoy descansa... –Tu padre, desde el calabozote grita su bendición.(Pausa)Sollozando, se ha dormidoel capullo de mi corazón.

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(Mutis. A la derecha, una luz oblicua que viene del foro desdibuja elinterior de la habitación. Caballero, en atuendo de señor de campo, consombrero y poncho, en trance de despachar un peón. Este es un mancebode la tierra, con indumentaria a la estanciera, sombrero con barbijo,poncho y altas pierneras, faja y facón. Va descalzo y arrastra grandesespuelas de hierro).

CAVALLERO:Rosendo:toma mi montadoy galopa hasta lo de Montiel.Diles que si Dios y la Virgenpermiten, todo va bien.

PEÓN:Patrón, no se quede solo,aguardando a lo que pudiera ser.Vamos a despertar a la gentepara que se juegue la vidacon Ud.

CAVALLERO:Al pueblo no se levanta,muchacho, sino después.Ahora duerme, con los sueñosque el tirano dispusopara él.Pero aguarda:¡dame un abrazo! Y hasta la vista,si no nos volvemos a ver.(Entra el peón.)¡Esta mi gente!Buena y noble, y sin doblez.¡Cuándo alcanzaré a verla,erguida su frente, mostrando al cielolo que la tierra les dé!

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(Mutis. Cambia la escena, dividida siempre en dos planos. A la iz-quierda, una calle de Asunción con oscuros y altos portales de escalonesexteriores adosados a los cimientos. A derecha, un salón similar al ante-rior, con imperceptibles cambios de moblaje. Una dama de edad provectaobserva el ir y venir afanoso de su marido, un oficial de elevada planta ynoble porte, que podría identificarse con Yegros o cualquier otro patricio.Suena al fondo el tic-tac obsesivo de un reloj de pared, que va increscendohasta apagarse luego con el mutis).

VOZ MASCULINA:La noche, como un patíbuloenorme, cuelga sobre la ciudad desierta.Horas de obsesivo retornoa los postigos de la espera.

OFICIAL:(Espiando a la puerta)Otro relevo de guardia en el Cuartel,sin que nada se sepa...¡Por Dios! ¡No me estés allí mirandocomo alma en pena!Anda a dormir, y déjame soloterminar esta faena.(La dama sigue absorta en su asiento.)¡Señor...¡Cómo tardan en venir!¿Se habrán caído también ellosvíctimas de la sospecha?(Pausa)

VOZ MASCULINA:El péndulo del relojdecapitando las horascon mecánica indiferencia.

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OFICIAL:¡Mi capa! –¡No digas nada!¡Pronto acá mi capa negra!(Ella le alcanza una doble capa española).Aunque tenga que morir,mejor voy por ellos afuera.(Hace ademán de echarse a la calle).

(Mutis. Cambio de luz. La acción en la calle, casi enteramente enpenumbras. Estrépito de voces y armas de un pelotón de guardia persi-guiendo a alguien que huye precipitadamente).

1ª VOZ:¡Quién anda ahí!¡Alto, diga el santo y seña!

2ª VOZ:¡Patria y libertad...!

1ª VOZ:¡Altooo...! ¡Disparen!¡A matar! –¡Idiotas! Ha escapadode nuestras narices –¡Prontoa registrar puerta por puerta!

(Mutis. Al interior de la casa, una anciana secundada por una niñay una vieja mulata, en trance de rezar el rosario, en la calle, un galoparde gente a caballo despierta a los perros del vecindario que sueltan aladrar y aullar).

ANCIANA:¡Las puertas!¡Por el amor de Dios.cierren todas las puertas!

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MULATA:¡Cháke...! ¡El “caraí”montado en su moro, tomó el caminode la Recoleta!

NIÑA:¡Qué habrá pasado, Señor!:va más sombrío que nuncay sin húsares que le precedan.

MULATA:Hálito de muerte ha desolado las recovasy se filtra por las cancelas...

ANCIANA:¡No salgas a mirar...!Tal vez hay ojosque espían sin que tú los veas.

(Mutis. Mismo efecto de luces. Un haz de luz oblicuo proyectado des-de el foro sume la escena en penumbra. Adelante, Caballero sentado enuna banqueta y haciéndose alzar las botas por un mocito arrodilladoante él. Le rodean varios patricios, arrebazados en su capa y con altoschambergos).

CAVALLERO:Será esta noche.señores: el tiempo apremia.

PATRICIO 1°:¿Cuál será la señal?

CAVALLERO:Tocarán a rebato las campanasde la Catedral.

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PATRICIO 2º:Han pasado nuestros nombresa Velazco, y tal vez mañanase nos decida encarcelar.

CAVALLERO:(Poniéndose de pie)Antes de morir esclavosmañana, muramos hoygestando Patria y Libertad.

(Mutis. Repique festivo de campanas. A la izquierda, se abren de paren par todas las puertas profusamente iluminadas, y bajan por ellas a lacalle los mismos personajes del Coro inicial, congratulándose primero, yasumiendo después una actitud hierática mientras dicen el recitativo; yvuelven a separarse, hasta desaparecer por las distintas puertas, que secierran por fin y quedan a oscuras).

MUJER 1ª:Nunca campanas sonaronmejor que aquella noche sin par.

MUJER 2ª:Aunque más fuerte repicaba por dentroel corazón, a punto de estallar.

MUJER 3ª:Mómpox y José de Antequera,aguardaban la señapara resucitar.

MUJER 4ª:La hija de Juan de Mena,volvió a vestir en la tumbasu blanco velo nupcial.

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HOMBRE 1°:Los Comuneros de Irala;los Comuneros de Castilla,y los Ángeles que fuerony vendrán.

HOMBRE 2°:Los emigrados. Hartosdel pan amargo y ajeno;y los que mueren de hambreen el hospital.

HOMBRE 3°:Los que pagan impuestos con su sangrey los que son encarceladospor no tener con qué pagar.

HOMBRE 4°:Los que huyen con un grito adentrorompiéndoles las entrañas,sin conocer el nombreque denunciar.

HOMBRE 5°:Los que se suicidan de tedio,secándose bajo el espejo solar.

MUJER 5º:Todos, lloraban de gozo,oyendo las campanas sonar.

MUJER 6º:Caballero: ¡Dios te acompañecon su lucero del alba!,niño metido en hazañasde Capitán.

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MUJER 7°:Que abran todas las puertas;que estallen todos los naranjos en flor,en esta anticipada primavera.

HOMBRE 6°:Que el río lleve esta inundaciónde gloria por las praderas.

HOMBRE 7°:Que los caminos alboroten los confinesde la Patria con esta savia nueva.

HOMBRE 8°:¡Somos libres!

HOMBRE 9°Somos libres... –Sí, señor.una cosa tan humilde y tan vieja:Nuestra pequeña libertad, colmadade zumos recónditos y rebeldías lozanas.

MUJER 8º:¡Somos librescomo cachorros de fieras!Libres de levantar castillos de naipesen nuestras taperas.

MUJER 9º:¡Libres...! ¡Somos libres!

HOMBRE 10°:(Un europeo actual, posiblemente alemán, o inglés)¿Qué os aprovechavuestra libertad;

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si carecéis de pane inteligencia?

HOMBRE 11 °:No pedimos mucho.señor, sino la más pequeñamedida, para tener el derechode equivocarnos como cualquiera.No queremos el camino rectoque para enderezarnos corta los brazos y las piernas.Entre la verdad y el error,déjennos la libertad de elegirlo que entendamos mejor,aunque nos duela.

HOMBRE 12°:(Un caudillo americano de cualquier época)La libertad es el precio del orden,y no se llega hasta alládando golpes a ciegas.

MUJER 10º:La libertad, señor,es una gracia de Diosque cada día se pierdeo se conserva.

HOMBRE 13°:Nosotros hemos preferido ganarlaempeñando la vida. Y no estamos dispuestosa perderla.

(Llega, jadeante a la escena, un muchacho como de 14 ó 15 años).

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MUCHACHO:¡Oigan...! –El Gobernadorha dimitido.

CORO:¡Victoria...!

ALGUIEN:Hoy estrenamos una Patria nueva.

(Mutis. Se oscurece la escena. Mismo efecto de 1uz oblicua desde elforo. Adelante, Caballero es detenido por un pelotón de fusileros al man-do de un sargento. De fuera, llega el piafar nervioso de caballos, aposta-dos tras una larga jornada).

SARGENTO:¿Es Ud. el Capitán Caballero?Órdenes del Dictador para prenderlo.No diga nada, y déjenos revisarsus documentos.(Pausa)Átenle bien las manos:estos traidores, como las ratas,saben escapar por cualquier agujero.¡Cállese...! Ya después le tocaracantarnos, desde el cepo.¿Vieron? –Así nomás se entregan y callanestos enemigos del pueblo.

(Mutis. Se oscurece totalmente la escena, mientras cae el telón).

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CUARTO CUADRO

A telón caído. Chirriar de puertas y cadenas previniendo la escenade la cárcel.

VOZ MASCULINA:En la celda,la luz muriendo de fríodesde una candela.Años vacíos de cárcel que no cubrenun instante apenas.Horas atroces de agoníaque parecen eternas.

VOZ FEMENINA:Aquí la carne se adelgazacomo una larga pena:y el espíritu se llena de lodoy úlceras que queman.

(Al alzarse el telón. el mismo efecto de luz oblicua desde el foro, dejan-do atrás y en sombra la celda de Caballero. Adelante, se congregan losmismos personajes del Coro, de diversa vestimenta y distintas épocas,ansiosos de saber la suerte del héroe. Alguien con ademán bondadoso yenérgico los aleja de la cárcel. Por ambos costados, se dispersa el Coro,haciendo cada cual muestras de compasión y desencanto).

HOMBRE 1°:¡Afuera...!¡Afuera...! –Déjenlo solodoblarse sobre su soledad,mientras galopa el pulsode sus venas.Hay demasiada tempestaden esa faz serena.

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No interrumpan este sordo derrumbede sus fuerzas.No pregunten nada:él está, transfigurándose,sobre su ruina inmensa.

(Mutis. Cambio de luz. La misma escena del Cuadro Segundo. Uncamastro con estampado de tiento y un jergón con mantas revueltas. Unasilla y mesa vastas. Directamente sobre la mesa, una vela de sebo cho-rreando su magra luz. Caballero con evidentes signos de agotamiento ydesesperación, descalzo y con el mismo aspecto miserable anterior. Lucesen las distintas gamas del rojo dan una apariencia espectral a la escena).

VOZ FEMENINA:¡No... !Suicidio no...Sería demasiado bajomatarse, por no arrostraral Dictador.

CAVALLERO:Lo alto y lo bajo...¡quién me da pruebade los dos!Sólo sé que mis altos sueñosme valieron el motede traidor.(Pausa)

VOZ FEMENINA:¡No... !Suicidio no...Hay otras formas de mostrartu rebelión.

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CAVALLERO:Han pasado las horas. Y séque solo aguardo la muertefrente a un pelotón.(Pausa)¡No puede ser! No puede serque me someta al ultrajede correr de la vidacomo un ladrón...¡No ...! –Suicidio no.¡Aguardaré y les gritaréal rostro mi desesperada rebelióny mi desprecio... !(Pausa)–Pero,¿gritaré a quién? –Allíno estarán sino cuatro sicariosy un sargento.Lo que oigan, pronto será cubierto de babay excremento.Lo que vean,mil veces se dirán que no lo han visto,hasta creerlo.(Pausa)¡Sí... ! –Sólo un gesto:un gesto indeleble y eterno.Pero no hay eternidadsino en la muerte. –Sólo cabearrebatarles mi muerte.¡Para pregonar mi rebelióndesde los cuatro vientos...!

VOZ FEMENINA:¡No... !Suicidio no...

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Por amor de tus hijos,por el temor de Dios...

CAVALLERO:A punto de morir,no se ve en Dios al Juez,sino el Amor.

(Mutis. Cambio de luz. Adelante, un chico y su padre, los dos deespaldas y ambos en indumentaria moderna, parecen mirar hacia lacárcel).

NIÑO:Papá: no alcanzo a versi está por morir de miedo,o quiere burlarse del Dictador

DOCTOR 1°:(Se adelanta hacia ellos).Nuestros próceres de Mayomurieron como corderosen el patíbulo: sin levantarla voz.

(Mutis. Cambio de luz. En la celda).

VOZ FEMENINA:¡No... !Suicidio no...Suicidarse no es gestode varón.(Pausa)

CAVALLERO:Mi muerte no será por reducir

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la medida del horror.¡Me arrancaré la vidapara enarbolarla a los cielos,como un pendón!(Pausa)

VOZ FEMENINA:¡No... !Suicidio no...

(Se oyen pasos de un pelotón en marcha y redoble de tambores, aproxi-mándose).

¡Aguarda...! Ya vienenlos que buscan tu muerte,a redoble de tambor.

(Mutis. Cambio de luz. Adelante, salen precipitadamente el Actuarioy soldados vestidos para la ejecución).

ACTUARIO:¡La luz!¡Traigan más luz!

SOLDADO:(Glacial) El Capitán Caballeroestá muerto. Se ha colgadoen medio de todos nosotroscomo una fatídica Cruz.

ACTUARIO:¡No puede ser!¡No dejen que se muerasin orden del Supremo!

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(Cambio de luz. En la celda. La intensa luz que sale por la puertaabierta de par en par, proyecta contra el muro hacia el foro la nítidasombra del ahorcado. Entran estupefactos los soldados y el Actuario).

Bájenlo de allá arriba; y cubranpronto, con todas las sábanas del mundo,esos fríos ojos de acero.(Sus hombres lo miran atónitos, sin atinar a hacer nada).¡Despejen! Déjenlo respirarel aire mañanero...¡Hay que hacerlo revivira toda costa! –Alguien le preste su aliento.Derritan a golpes esa sangreque se está endureciendo.¡Hagan fuego!¡Luz! ¡Más luz...! ¡No venque nos estamos quedando ciegos!¡Pronto! ¡Hagan saberesta contrariedad al Supremo!¡Qué desgracia, habérsenosescapado así, sin precavernos!(Pausa)(Fuera de sí) ¡Corran!, a cubrirtodos los boquerones del día,pongan candado a todos los luceros…Y que no canten los gallos del albael triunfo de Caballero.

(Mutis. La luz se desvanece hasta quedar la escena a oscuras).

QUINTO CUADRO

(Cambio de luz. Al frente, salen por ambos lados los diversos perso-najes del Coro, apesadumbrados y llevando cirios encendidos, como en elCuadro Primero. Adelantan hacia la embocadura y se cruzan, desapare-

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ciendo por el costado opuesto, hacia el foro. Las campanas de la Catedraldoblan a muerto, y el mismo rumor de letanía, entrecortado de sollozos,marca las pausas del recitativo final. Alguien en ropa de civil y de cortemoderno, les sale al paso con gesto terminante, y enfático).

ALGUIEN:¿Qué han venido Uds. a ver?(Todos se detienen desconcertados).Vuelvan a sus casas, y a su tiempo;y cuenten a sus hijos y nietosel mensaje que este muerto–colgado así, como un pénduloentre el ayer y el mañana–escribió para después.(Pausa)

(Al fondo, se descubre el interior de la celda, con el mismo efecto de lapuerta lateral izquierda que, iluminada profusamente, recorta contra lapared hacia el foro la nítida sombra del ahorcado).

Déjenlo morir de pie:árbol herido por el rayo.(Pausa)Traigan un poco de aromasdel valle que tanto amó.(Pausa)Acérquenle la brisa del cerropara que avente esas lágrimas.(Pausa)Rompan el corazónde cien lapachos en flor de llama,para que repitan quinientos añosun responso ateridopor su alma.

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(Gradualmente se desvanece el efecto de la celda, hasta quedar total-mente en sombra. Desde el foro, y por los reflectores de boca una ilumina-ción más y más intensa anuncia el amanecer de un día radiante. Lascampanas sueltan a repicar con aire festivo y triunfal).

(Plá y Domínguez, Teatro breve)

Comentario

Cantata Heroica a Pedro Juan Cavallero es un drama histórico ypoético a la vez, que a partir del suicidio del prócer Pedro Juan Cavallero,cuestiona la Dictadura, no solo la de Gaspar Rodríguez de Francia, sinola Dictadura como sistema de gobierno: Tiempo que tanto puede ser hoycomo ayer;/y abarca todos los tiempos de morir sin tribunal ni ley. Inau-gura, según algunos estudiosos, el teatro poético-crítico en la dramatur-gia paraguaya.

El poeta combina libremente estrofas, versos e, incluso, prosa parapresentarnos, como un caleidoscopio, momentos de la vida del país, des-de la gestación del golpe del 14 de mayo hasta la época contemporánea,no en un relato lineal, sino como flashes que con sus fogonazos iluminannuestra historia.

Solo Cavallero es un personaje conocido, los demás son anónimos ogente, según indica el autor, de distinta época y condición que forman unpersonaje colectivo y que se destacan para decir su parlamento, perointegrando todos el Coro. Estos personajes más que “hacer”, reflexionansobre la situación y manifiestan su dolor, su repudio por la muerte delPrócer, y su preocupación por el futuro de la Patria. La acción, pues, esmínima.

Guía de trabajo

1. Averiguar en qué consiste una cantata.

2. Iluminar en la obra el texto secundario y luego explicar brevementesu importancia para la comprensión y para la puesta en escena.

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3. Del texto principal extraer y copiar en el cuaderno expresiones ypasajes que se refieran a los siguientes temas: libertad, patriotismo,opresión, temor, abuso de poder, rebeldía, traición, gratitud.

4. Realizar un estudio completo de los personajes según la guía delanálisis semiótico-estructural del teatro.

5. Según el aspecto estructural predominante, caracterizar razona-damente la obra en drama de acción, de personaje, de espacio.

6. Hacer un cuadro que ilustre todos los tiempos que abarca la obra,siguiendo las pautas para el tratamiento del tiempo del análisissemiótico-estructural del teatro.

7. Explicar las siguientes expresiones:a) porque hay siempre un obstinado retorno / al tiempo meridiano

de su muerte.b) que se alumbrarán con luceros de barro.c) Él nos dio nombre y voz / y este dolor bendito de sabernos /

paraguayos.d) Era un pájaro de fuego / que se quemó las alas / volandoe) déjenlo solo / doblarse sobre su soledad / mientras galopa el

pulso / de sus venas.

8. Representar la obra ante los miembros de la comunidad.

9. Establecer una comparación entre la Cantata Heroica y el soneto APedro Juan Cavallero, del poeta Ángel I. González, teniendo presen-te el personaje a quien se refieren, el género literario, y el tono decada obra.

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A PEDRO JUAN CAVALLERO

Ángel I. González

De entusiasmo palpita mi memoriaDivisando en mi humilde fantasíaTu imagen relucir en este díaCon los destellos de la patria gloria.

Siendo el primero en sacudir la escoriaDo en vil sopor la libertad dormíaConquistaste en la muerte edad impíaLa verde palma de inmortal historia.

Grande, altivo, muriendo, no humilladoA la inicua soberbia de un tiranoEn negra cárcel de glacial abismo,

Dejabas para siempre señalado,De ansiada libertad albor lozano,Tu ejemplo de indomable patriotismo.

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EL SÉPTIMO PÉTALO DEL VIENTO

Rubén Bareiro Saguier

A Lariza, exactamente el séptimo…

¡Usted verá, señor! Bajo el sol naciente, Estambul es una repetidasucesión de techos dorados. Desde el Bósforo es posible descubrir a esahora una encantada ciudad de oro, en la que cada cultura que la fuehaciendo, cada pueblo que la fue amasando, ha ido dejando un rasgo desu propia belleza. Una ciudad múltiple, legendaria... Usted verá, es muyhermosa Estambul. No en balde la llaman la reina, desde la antigüe-dad... Muy hermosa...

Envuelta en un aire de dignidad ajada, la dama pronuncia las pala-bras con un tono en el que la nostalgia se mezcla al entusiasmo. Sudistinción de señorona en decadencia se acentúa cuando agrega:

–Yo hacía el viaje muy a menudo, hace años... Claro, los barcos eranmás... más espaciosos, más cómodos, más suntuosos; la travesía era unafiesta, una cascada de alegría... Pero lo mismo, ya verá que le va a gustarmucho. Nada más que la entrada por el Bósforo con el primer sol de lamañana vale el viaje...

Su voz ronca de tabaco y añoranza arrastra una larga estela dereminiscencia, y el brillo mirífico de los ojos se adentra en las pupilas,como acariciando el mundo incandescente de los recuerdos, una ciudaddolorosamente guardada en el territorio del sueño.

Desde la cubierta del barco veo resplandecer más los ojos de la hono-rable expendedora del pasaje, que los techos de la ciudad insignificante,que comienza a deslizarse en la orilla del estrecho bajo un tímido sol. Envez de las mil cúpulas doradas prometidas por la dama, veo desfilar

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edificios de cúbico mal gusto o casas sin personalidad alguna. De golpe,al doblar una punta coronada por una jaula de cemento, aparecen losmuros imponentes de una fortaleza. “Rumeli Hisari”, oigo que le anunciael pasajero de al lado a su mujer. Allí está, en efecto, la inmensa mole depiedra construida en el espacio de un pellejo de buey, gracias a la astuciacon que Mohamed el Conquistador burló la amenaza prepotente delúltimo Constantino. A partir del toque mágico de Rumeli Hisari com-prendo mejor el revoloteo en los ojos de mi distinguida consejera. El solcomienza a afirmarse en un cielo azul intenso; adolescente y doradochorrea desde el oriente, cumpliendo una vez más la parábola de lamarcha otomana sobre Bizancio, el rito histórico de la toma de Constan-tinopla. Es una súbita visualización de abstracta separación entre unaEdad y otra con que los eruditos tajean el curso de la historia. El centelleode un techo primero, el destello de diez cúpulas después, la ráfaga de cienalminares y techos y cúpulas y alminares dorados se despliegan en maticesresplandecientes que van del oro a la miel, del cobre al topacio, del dia-mante al verdín. Y allí está, frente a mí, en todo su esplendor, la legen-daria Bizancio, la imperial Constantinopla con sus “basyleus” fijados enla desmesurada estática mirada de sus triunfales mosaicos. Y en formaaún más evidente, la reluciente sede de la Sublime Puerta de los Califas,con la cimitarra del Bósforo al costado y el Cuerno de Oro en el extremo.

El deslumbramiento no se detiene en el desembarcadero de Galatá.Me persigue, en creciente, por las calles tortuosas, sucias, caprichosas,bellísimas de la ciudad heteróclita y múltiple. Puente romano por el quela cultura helénica penetra en la Edad Media y llega hasta los confineseslavos. Gran Bazar del tiempo, en cuyo laberinto de callejuelas y pasa-dizos entre Oriente y Occidente anduvo trajinando todo el mundo anti-guo, medieval y moderno, para dejar a su paso la intrincada red de unahistoria marcada por los signos más diversos de pueblos y dioses, len-guas y costumbres, de los más distintos rumbos, raíces y horizontes.

Deslumbramiento que va cobrando cuerpo, agrandándose de asom-bro en asombro, de mezquita a mezquita –alminares hasta torcer lavista–, de antiguas iglesias a museos, de palacios a torres, del callejónretorcido a la imponente explanada del hipódromo de Septimio Severo.Deslumbramiento que se hipertrofia ante la Ayasofía de Constantino,

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expresión armónica de la Sabiduría del Creador, y de su contrarréplica,la Mezquita Azul del Sultán Ahmet, testimonio de la Superioridad deAlá. Y Tokapí, presencia de Mohamed, el fundador. Y el Gran Bazar, enel mismo riñón del Gran Bazar del Mundo, Bizancio, Constantinopla,Estambul, encrucijada de la historia, ombligo de la rosa de los tiempos.Las columnas de pórfido rojo vienen de Heliópolis; las de pórfido verde,de Baalbeck; los mármoles que recubren las paredes proceden de Éfeso,de Delfos, de las islas del mar de Mármara; los pergaminos, de Pérgamo.Esta columna transpira; la porcelana de Saladem cambia de color al sermordida por el veneno; esa puerta ha sido fabricada con un pedazo delarca bíblica; las seis piezas en estrella de porcelana azul rabioso datan dela dinastía Ching; éste es un pelo de la sagrada barba del profeta; ésta lasagrada huella de su pie; aquí el primer Corán; la mismísima llave de laMeca; los huesos de la mano de San Juan; el temporal sin tiempo delsusodicho apóstol; el velo de la Santa Virgen, tantas veces paseado enprocesión ante las narices ansiosas de los sitiadores de Constantinopla;la trompeta de Josué; el cuerno del carnero de Abraham; un tronco delviñedo de Noé, el justo, el patriarca del vino... Restos del naufragio deltiempo, arrastrados por las incesantes olas de la violencia y de la codiciaque, flujo tras reflujo, destruyen sin tino y conservan con avidez. Rondalaberíntica de creencias, cada una la fe verdadera. “Fíjense en la eclosióndel espacio que explota en llave de los arcos como manifestación irresis-tible y triunfal de la divinidad. Fíjense en la multiplicidad infinita de laspuertas que, todas, llevan a Dios... El iconostasio de la iglesia inicial fueligeramente desplazado hacia la izquierda, para que el mihrab apunte ladirección exacta de la Meca, a fin de que la oración vaya derecho a lafuente de la verdad divina...”.

Ciudad de oro, cierto, pero también de oropel, de chafalonía; la esco-ria que sobrenada en este viejo crisol cansado. Admirable trono en orodecorado de esmeraldas, rubíes y perlas; maravilloso diamante cuchara-“86 kilates, el 3.º del mundo”. Y justo al salir, junto a la higuera incrus-tada en el ciprés, resulta aún más dolorosa la expresión desolada de losojos infantiles, fijados en los mosaicos del hambre, la mendicidad disfra-zada, la tarjeta postal, la miseria con cáscara de baratijas.

“Guven Berberí. Sabri Sert 8911”. De golpe reparo en el insignifican-te letrero. Un vistazo hacia el interior de la tienda adosada a uno de los

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flancos del Gran Bazar me trae a la evidencia de mi cansancio vagabun-do, a la maraña de mi pelo, a mi barba de varios días. Los sillones parecenconfortables, la sombra acogedora promete una pausa al castigo del solrajante de la calle. Despatarrado en el asiento, luego de un profundosuspiro de alivio, me doy cuenta de que el barbero, cortésmente paradoa mi lado en el espejo, aguarda mis instrucciones. No entiende mi fran-cés; mi incipiente inglés resulta aún más ineficaz para transmitirle mideseo. Comenzando la lengua universal de los ademanes, gestos y señas,exclamo en voz alta:

–¡Cómo le explico exactamente...!–¡Pardiez!, pues me lo explica simplemente en nuestra fabla.Mi sorpresa es tanto más grande cuanto que me parece estar oyendo

a algún personaje salido de las páginas del Quijote. Al tiquiteo preponde-rante de la tijera se suma luego la voz arcaica del peluquero, en undiscurso que por momentos me cuesta seguir, perdido entre los vaporesde las toallas calientes, del cansancio y los de las expresiones y palabrasraras de mi interlocutor monológico.

–Símbolo de la totalidad, de la perfección, pero de una totalidadansiosa, de una perfección angustiada: el paso de lo conocido a lo desco-nocido, o viceversa...

Me esfuerzo por comprender las ráfagas que me llegan, y por emitiralgunos gruñidos, algunos monosílabos intermitentes que den cuenta demi vaga presencia. Y de nuevo capto:

–De los siete pétalos que posee la rosa del tiempo, uno es el de laeternidad...

En distintas ocasiones, mirando en el espejo veo que sus ojos reco-rren mi perfil con una atención insistente que no deja de turbarme. Peroél, indiferente, prosigue:

–En la intersección de los pétalos está el dilema de elegir la direcciónexacta, no en el sentido matemático, sino en el del azar necesario...

Es posiblemente en ese momento, o quizás después, que me lanza lapregunta. Cuando le contesto que Moisés Pereira, interrumpe el tijere-teo y se queda mirándome largamente, con una leve sonrisa en los labios.Cuidadosamente pasa del perfil a la protuberancia que remata el arco dela nariz, de la comba de la frente a la distancia que separa los ojos, a la

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barba, a las orejas. Concluye la minuciosa inspección con aire satisfechoy retorna su discurso:

–Llegar al corazón del viento implica la marcha; no la elección de uncamino, sino la andadura en una dirección. Por eso se trata de una tota-lidad en movimiento, que nos devuelve siempre al centro, del cual nuncasalimos. La semilla viaja lejos, en el viento o sobre el mar, subrepticia ysegura; a menudo el fruto cambia en la apariencia, se adapta sutilmente:el matiz de un color entre una piel y otra piel, el espacio de un sonidoentre una letra y otra letra... Pero la diáspora es una sola e inmensa rosa,con pétalos por todas partes, como el viento...

Moshe Perera se calla, pensativo. ¿Él mismo me había contado sunombre? O quizá yo lo soñé, esa tarde calurosa en que, a orillas del GranBazar, dialogué largamente con el cauce de algún brazo atrofiado de misangre, o con la sombra escondida de su voz, patente de golpe en la deeste barbero que descubrió el reflejo de mi perfil en el espejo del suyo.

–Tú eres de los que han perdido la huella. Pero por más que te haninculcado el olvido de la dirección, no han podido borrar la memoriaremota del sendero. Si no, no estarías aquí. Tus antepasados se hicieron“cristianos nuevos”, mientras los de la rama hermana emprendían, unavez más, el camino de la diáspora, negándose a aceptar la impostura.Pese a algunas peripecias menores, hasta entonces ambas comunidadeshabían vivido en perfecta armonía, en mutuo respeto marcado por recí-procas aportaciones y acuerdos de cooperación. Para no citar sino a algu-nos antepasados, registrados en el libro familiar, recuerdo al estrelleroRabí Isaac de Toledo, autor de Astrolabio Redondo y de Relogio del Agua;a Jehuda Ben Mosa, alfaquín de Su Majestad, ambos colaboradores próxi-mos del Rey Sabio en la época del apogeo cultural de la ciudad; al RabíDon Mayr, constructor de templos y consejero de don Pedro I. No hay queolvidar que la guerra de Granada, con la que culminó la ocupación árabede la península, fue financiada por otro ascendiente nuestro, AbrahamSenior, administrador de las rentas reales, juntamente con Isaac Abra-hanel, originario de Portugal. Ya ves cómo nos pagaron poco tiempo des-pués. Regularmente recurrían a la pericia financiera de los nuestrospara solventar sus interminables guerras; la de la reconquista, en granmedida la ganamos nosotros. Nos prohibían el cultivo de la tierra y el

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oficio de las armas; nos toleraban las actividades financieras, que susprincipios “condenaban”, pero hipócritamente nos utilizaban y se bene-ficiaban con ellas. Para nosotros era una manera de defendernos, unarma para preservar la identidad de nuestro pueblo, tan siempre perse-guido y castigado. Existe una página en el Libro de nuestras tradicionesque está escrita con números. Interpretándola, nuestros antepasados sehicieron fuertes en este dominio, por necesidad de conservación. Paraconservar ese segundo país que mana leche y miel, en el que estabanarraigados desde siglos. La ingratitud, la incomprensión altanera y pre-potente les montó a la cabeza luego que se sintieron fuertes, paradójica-mente después de derrotar al más endeble de los soberanos musulma-nes, Boabdil, que entró a la historia por el lánguido sendero de las lágri-mas. Los antepasados que debieron reiniciar el anda-anda habrían sen-tido a fondo la estocada de la expulsión, por la índole profundamenteinjusta, traidora contra una comunidad perfectamente asimilada en sulugar. Tanto más ruin que habían contribuido poderosamente a la cons-trucción de algo que consideraban, a justo título, como propio. El fanatis-mo es un vil excremento de la prepotencia. Hasta el momento del triunfosobre el Islam lo llevaban como un bocio interno, atravesado en el gazna-te, sin que –salvo excepciones– se viera mucho por fuera; incluso lo usa-ban, envuelto en piel de tolerancia, para utilizarnos mejor. Cuando redu-jeron al moro –gracias a la ayuda de los nuestros–, el coto les creció haciaafuera, se les hinchó el cuello como una boa, y la intolerancia dictó lasmedidas represivas. No tengo ningún reproche que hacer a los que, comotus antepasados, disimularon sus convicciones y creencias para sobrevi-vir... en el sitio. Era una táctica que se venía utilizando desde lejos, y queen distintas ocasiones había permitido salvar a los nuestros. Existe todauna doctrina que justifica la práctica, basada en válidas interpretacio-nes de los libros. Y al fin de cuentas, fue hasta cierto punto un juego departe y parte; gran cantidad de los “cristianos nuevos” siguieron ejer-ciendo las funciones que tenían antes de la forzada conversión. Esto nodisminuye un ápice al cortejo de horrores que comportó la nueva situa-ción. Más que la desgarradura de la nueva diáspora –que al fin de cuen-tas mantuvo sus raíces–, fue lamentable la suerte de los conversos. Lasaña los acosó, sobre todo con la tristemente famosa inquisición, coorde-

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nada por Fernando, quien por su madre descendía del converso Enrí-quez, y montada por ese monstruo renegado que se llamó Torquemada.La marca pública de la infamia contra los inhabilitados hacía revivir lostiempos del cautiverio en Egipto y preanunciaba los progroms y los cam-pos de concentración. El camino que va de la Plaza de Zocodover, escena-rio de los autos de fe, a los quemaderos de la Vega se llenó de sangre y deespanto; las estrechas callejas de Toledo se cubrieron de afrenta con lasprocesiones de los condenados, porque era necesario que la humillaciónfuera pública. De golpe, el pueblo con más mezclas en la historia de laépoca, enarbolaba el principio de la “limpieza de la sangre”, adefesiojurídico que con su homólogo de la “pureza de la fe”, instauraban unracismo digno de sus sanguinarias manifestaciones contemporáneas.Juan Huarte de San Juan (“en el cerebro del pérfido judío hay una ten-dencia inextirpable al mal”), no desmerecía a Lueger o a Alfred Rosen-berg. A través de la delación, la tortura, las presiones de toda laya, lagangrena del Santo Oficio fue contaminando todo, no sólo el ámbito re-ligioso, sino el político y el social, para que “con el tiempo no se oscurecie-ra la memoria de los que venían de judíos y se pudiera distinguir lacalidad de los hombres nobles”. ¡Qué amarga ironía la de estas palabrasaltaneras cuando se piensa que los dos más grandes poetas místicos dela lengua castellana, Teresa de Ávila y Luis de León, eran descendientespróximos de judíos conversos! Sarcástica respuesta del destino –no tanazarosa– a la inicua “persecución al marrano”.

Como ves, la situación de los que transigieron fue aún más penosaque la de los que partieron. La adhesión a una creencia bajo presióncarece de alma, nace muerta. Lo que de momento puede salvar, a la largasuele liquidar. La clandestinidad como forma de resistencia conduce, conel tiempo, a la muerte por asfixia. La amnesia cultural es una de susformas. Ves, tú ya no sabías nada; el tiempo había borrado de ti todovestigio del pasado. Pero como el tiempo es una rueda, de golpe estásaquí, para aprender de nuevo, para enterarte; la corriente del azar nece-sario que mueve esa rueda cumple un ciclo natural y te devuelve alcentro del des-olvido. El mayor de los hijos de Moshe, rabino, así como elsegundo, lapidario, se marcharon. El tercero, médico, y el último, funcio-nario, se quedaron en la casa, que no pudieron conservar. Por una carta

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agregada al libro familiar, se supo que el menor de los Perera se enrolóposteriormente en la Armada de un tal Pedro de Mendoza y se embarcópara el Nuevo Mundo. En la misma misiva se cuenta la infamante des-posesión de la mansión de los Perera, una de las más hermosas de laJudería de Toledo. Fue ésta una herida que el tiempo no ha conseguidorestañar.

La casa está allí, cerca de la Sinagoga Mayor, que aún se halla en pie;luego de ser iglesia y establo del ejército, hoy es monumento para embe-leso de turistas indiferentes, ajenos al símbolo agredido por el fanatismoincendiario de Vicente Ferrer, pisoteado después por los cascos de lacaballería. La casa está allí, mientras que tú y yo estamos aquí, y no enel patio embaldosado de nuestra morada, en el corazón de la aljamatoledana, escuchando la cantinela melodiosa de la fuente central y go-zando de la frescura, el aroma, los colores de los geranios, los claveles ylas rosas que bordean la fuente y el naranjo, y resguardan la base de lascolumnas que sostienen las arcadas del corredor. Dicen que nuestropueblo, originario del desierto, está condenado a soñar eternamente conel agua. Así como los proscriptos peregrinos del Éxodo hicieron brotar elagua de las rocas del desierto, nuestros antepasados que llegaron aloasis de Toledo colmaron el sueño incandescente, realizaron el espejismodel agua en la alberca del patio. En el centro canta noche y día la fuentedecorada de conchas, rodeando los tazones, las pilas, el chafariz y lagárgola de mármol blanco entallado. Es el patio central, el del naranjo,por el árbol que a un costado de la pila embalsama por abril toda la casacon el olor del azahar. Allí el atardecer apacienta rebaños con vellón deroja púrpura, mientras la luz declinante va combinando entre sí loscolores de los azulejos de la galería, detrás de las arcadas, y enredandolas filigranas oro y azul trenzadas en el alarce del artesonado. Allí losnuestros habían reconstruido las noches de palmeras y el aceite de oro,de los que habla el Libro:

Así celebra el Libro familiar la fundación de la morada. La calmaanida en las habitaciones que rodean el patio, protegidas del calor por lasombra fresca del corredor y el follaje que acaricia el canto de la fuente.Entre este rincón del edén y el bullicio de la calle hay un zaguán ornadode mayólicas, de semipenumbra y de helechos verdeoscuros, limitado

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por la cancela de hierro, bordada por los mejores forjadores toledanos. Altraspasar las rejas se sale a una callejuela que parte de la del Ángel y seretuerce, viborea hasta alcanzar la Plaza de la Cava. Para llegar a laSinagoga cercana se atraviesa la Alcaná, con sus bazares de colores yolores y destellos infinitos. En ella se dan cita los tapices de Persia y deIrak con las joyas del Asia Menor y los aljófares de Golconda; las sedas deTonkín con los chales de Cachemira; los cueros repujados de Córdoba conlas alhajas luminosas de Venecia; las cerámicas irisadas de las islas conlos paños de Cuenca y las lanas cálidas de Aragón; las mallas metálicasde Milán con los aceros damasquinados de Toledo; la plata, el oro, elazabache con el ámbar, el coral, la esmeralda. Allí se juntan, se confun-den, se entremezclan la mirra con el almizcle, la algabia con el incienso,el estoraque con la alhucema, el bálsamo con el opopónaco, el gábano conla cananga, la esencia con la resina, en vaharadas intermitentes desdelas cazoletas, los pebeteros, los pomos, el papel de Armenia, los franchi-panes, los sahumadores, en incesantes oleadas de aromas que atravie-san el aire, envuelven a los transeúntes e impregnan los toldos abigarra-dos que protegen de la intemperie los abarrotes y las vendejas. Por allíse desparrama la ciudad en la que nuestros antepasados encontraron lamisma tonalidad de la miel madura derramada sobre las piedras delatardecer jerosolimitano. Las crónicas más verosímiles demuestran quellegaron a esta nueva Jerusalem en tiempos de Nabucodonosor, huyendodel cautiverio en Babilonia, en épocas de la destrucción del primer Tem-plo. Vinieron buscando otra tierra que mane la leche y la miel, y en unacolina que concentra idéntica luz, fundaron Toledo, que en hebreo quieredecir historia o generaciones. El mapa de la ciudad añorada es reprodu-cido así en símbolo místico, gracias al aire y a la luz, al agua y al viento,al calor y al color, esa mezcla de miel y de leche con el primer crepúsculodel día, de fuego y de oro con el último... Pero empujada por el amor, laimagen reflejada salió del espejo y se volvió el objeto mismo.

–Pero Moshe –me animo a interrumpir el entusiasta ditirambo–, ¿yla tierra prometida? Tú, integrante de la diáspora, ¿no has ido a Israel?

–Sí, Moisés. He recorrido largamente las tierras descritas por elLibro. He visto a los jóvenes hacer brotar de nuevo el agua de las piedrasdel desierto. He bajado desde Kiryat Shemona hasta Elath sobre el Mar

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Rojo; he estado en Gaza y en Nazaret, en el Mar Muerto y en el Mar deGalilea, en las alturas del Golán y en la península de Sinaí, y en Tel Avivy en San Juan de Acra y en Belén y en Haifa y en Bersheba, y natural-mente en Jerusalem, la ciudad de la Paz, en donde busqué, en vano, laaljama, la Vega, esa curva del Tajo, la calle del Ángel... En ninguno deesos sitios, que por lo demás me conmovieron, en ninguno he encontradola casa que se abre con la llave que hace casi 500 años trajo consigo RabíMoshe, como presencia indestructible de la mansión de los Perera en laJudería de Toledo. La casa que aprendimos a querer, de generación engeneración, a conocer en sus más mínimos detalles, distribución de laspiezas, sitios de los muebles, matices de la luz en el patio a las distintashoras del día, lugar de las plantas, color y reflejo de los mosaicos, músicadel agua en la fuente, espesor de los muros... ¿Sabes?, hay un libro minu-cioso que inició el Rabino Moshe Perera el día que abandonó la casa ycomenzó el largo y doloroso exilio; un libro que seguimos escribiendo, oandando, nosotros sus descendientes, en el interminable camino de lanostalgia toledana...

Abriendo un cofre en cuero repujado extrajo un libro encuadernadoen piel de un rojo manoseado por el tiempo, y una enorme llave de hierroforjado, con un paletón de nutridos dientes y un anillo con adornos decomplicado arabesco. Me produjo un sobresalto ver esta pieza de ferrete-ría aquí, en este lugar...

Cuando hablamos de lo que yo andaba buscando, me miró fijamentey me aseguró que él podría ayudarme a encontrarlo. Caminamos un ratopor la hormigueante avenida central del Gran Bazar. Levemente meapretó el brazo para señalarme una estrecha calleja a la izquierda; luegotomamos a la derecha, y como a 50 metros, de nuevo a la izquierda, unminúsculo pasadizo en pendiente que conducía a una puerta al fondo detres peldaños. El hombre que nos abrió tenía un vago parecido con Mos-he.

–El primo Shimon, el primo Moisés...Nos estrechamos las manos como si nos conociéramos de toda la

vida. En la semipenumbra de la habitación, en el centro distinguí unamesa iluminada, en la que se mezclaban instrumentos diversos con cin-tas y trozos de metal precioso. Cuando mis ojos se acostumbraron a la

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escasa luz lateral, pude ver las vitrinas contra la pared del fondo, colma-das de sortijas, collares, pendientes, brazaletes, broches, coronas, alfile-res, cadenas, medallones... Y a mitad de camino, detrás de la silla deShimon, un estantecillo de tres repisas abarrotadas de piedras brillan-tes de todos los colores y tamaños. Al moverme, las repisas titilaban,chisporroteaban; las agujitas multicolores me herían las pupilas hastahacerme entornar los párpados. Moshe le explicó brevemente al primoenjoyelador, y éste empezó a recitar con monótona convicción, al tiempoque iba tomando sucesivamente las piedras del estantecillo hacia el cualhabía tornado su silla. Me preguntó dos o tres cosas antes de enfrascar-me en su concentrado monólogo.

–El diamante representa la limpidez, la perfección, la dureza, perosus reflejos son fríos y no siempre benéficos. Su dureza corta, raya, hie-re...

Tomó otra en la mano y prosiguió:–La esmeralda, gota de luz verde capaz de atravesar las tinieblas,

arrastra las nacientes luces de la primavera. Acuosa y lunar, se opone alo ígneo y solar. De ahí sus connotaciones infernales. En sus funcioneshomeopáticas puede actuar de manera nefasta sobre las manifestacio-nes ectónicas...

Volvió a cambiar de piedra.–El zafiro es su contrario: celestial, por su calor se inscribe en el azul

y se emparenta con el elemento aire. Inmaterial y profundo, es un coágu-lo, inexistente de vacío acumulado. Exacto, puro y frío... No, no me pare-ce...

Volviéndose con otra pieza en la mano me hizo dos nuevas pregun-tas, y prosiguió:

–¡Ah, el rubí!, piedra de la sangre, carbón encendido de la pasión,embriaga sin contacto. Emblema de la dicha, ha sido designada comopiedra de los enamorados. Pero del amor sin tristeza y sin lujuria... Ade-más, puede fácilmente convertirse en sanguaza.

Hizo otra pregunta y, revolviendo las piedras, continuó, cada vezmás concentrado en su soliloquio:

–Tampoco el atormentado coral, árbol del agua, víscera de la luzsanguinolenta... No, ni la turquesa, ni el lapislázuli... Otro color, otra

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esencia...; el ámbar podría ser. Magnético hilo que une la energía indivi-dual a la fuerza cósmica, es el elemento que da el color al rostro de loshéroes y de los ascetas...

Shimon se interrumpió y me pidió descripciones más precisas, colorde los ojos, de la piel, del pelo, curva de la sonrisa. Su índice pirueteóvarias veces sobre las repisas, como una mariposa, antes de posarse enla flor violácea de una piedra. La tomó y mirándome de frente, retomó sudiscurso, ahora en tono categórico.

–Amatista, porque es la combinación del rojo y el azul, la gota en quese unen la fiebre y el sueño, el instante preciso en que la luz se vacía enla penumbra, y viceversa. El cielo y la tierra en comunión exacta. Eleterno recomenzar, ¿entiendes?

–Sí –dije, y en efecto, me parecía muy claro.Shimon se levantó, llegó hasta la vitrina del fondo, tomó una pieza

y mostrándomela dijo, en tono cada vez más convencido:–Esta pieza es un trazo sin raíz ni cabeza, sin comienzo ni fin, en la

línea del color de la piedra. Pero un trazo con alma, capaz de encarnarse.En ciertas culturas de la antigüedad, para designar vida y serpiente seutiliza la misma palabra.

Volví a asentir; me parecía exacto. Mostrándome los engarces deamatista que de trecho en trecho cortaban la serpiente de oro viejo,Shimon prosiguió:

–Siete: símbolo de la totalidad, de la perfección, del paso de lo cono-cido a lo desconocido. Los siete ojos de Javeh, de que habla el profetaZacarías. Las siete ramas del árbol de la luz, del árbol de la vida. Y nocreas que es una fijación cultural nuestra; es universal. Los siete coloresdel arco iris no hacen sino testimoniar la plasmación de la luz, así comola materia vibra en las siete notas de la escala diatónica. A ti te tocadescubrir el sonido, el color, así como la dirección que parte de la intersec-ción de los siete pétalos del viento. Pero no puedes equivocarte...

Al separarnos en el embarcadero de Galatá, luego de un apretadoabrazo, le pregunté a Moshe si alguna vez había pensado en ir a Toledo.Muy concentrado, como escrutando sus pensamientos, me contestó:

–Desde hace 500 años –el libro lo dice– cada Perera se formula lapregunta y sueña con ese retorno. Pero ninguno ha ido nunca... y creo

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que no irá jamás. No es el temor de que la llave no funcione en la cerra-dura. Como has podido comprender, la casa existe. Pero cada uno denosotros fue agregando palabras para describirla mejor. Y hoy ya nosabemos si la casa es la misma, o si la fuimos recreando en las páginasdel libro rojo comenzado por nuestro antepasado el día inicial del exilio...

Cuando el barco se alejaba, Estambul parpadeaba con los mil y milojos que, de lado y lado, me acuchillaban. Las cúpulas y los alminares seperfilaban en el resplandor que montaba de la ciudad como una niebladorada. Por encima pendía una filosa luna de cimitarra. “Es natural...”,me oí decir. El Bósforo iba aplacando lentamente los ojos luminosos de lacosta. “Asia a un lado, al otro Europa...”, me subió a la memoria desdealgún banco del colegio. Tímidas estrellas se encendían cerca de la luna,ahora repetida en el mar. Poco a poco una bruma lechosa se iba apode-rando del agua, de mis recuerdos borrosos, de ese sueño difuso en Estam-bul, Constantinopla, Bizancio, Jerusalem, Toledo. De vez en cuando mellegaban los fuegos de artificio tranquilo de algún barco que iba a laquimérica ciudad, y desde arriba los de Venus, por donde transitaba laserpiente dorada con sus siete ojos color violeta. Cuando llegamos al MarNegro me invadió la convicción de que nunca más volvería a ver Estam-bul, como mi primo, el rabino peluquero Moshe Perera no vería jamás suToledo espejismo. Pero uno y otro seguiríamos soñando siempre con éstay aquella, como yo esa noche marinera en que soñé que estuve en Estam-bul. Y que la llave que me enseñó en el cofre repujado un hombre con elreflejo de mi perfil en el costado de su rostro, era la misma que pendía enla hornacina en casa del abuelo Moisés Pereira, esa enorme pieza dehierro con el anillo adornado en arabesco y de complicada dentadura,cuyo origen se desconocía en la familia, cuya historia había sido olvida-da, quizá voluntariamente...

(El séptimo pétalo del viento)

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Comentario

Este relato se da en un lenguaje embellecido por delicadas imáge-nes, con adjetivaciones múltiples y precisas, que caracterizan el estilodel autor.

Asimismo, ubica símbolos culturales en alegorías y proyección uni-versal, donde la reflexión, la ironía y la denuncia marcan su presencia ensintagmas profundos y poéticos.

El poeta ofrece un homenaje a las raíces, a las verdades esencialesque subyacen muchas veces ignoradas.

Guía de trabajo

1. En fuentes bibliográficas e informáticas, buscar referencias a tresmomentos de la historia universal que se recuerdan en el cuento.Registrarlas en un periódico mural, en el que además figuren unaentrevista a un historiador, con preguntas elaboradas, y una notaperiodística a un migrante.

2. Graficar los núcleos estructurales de la secuencia narrativa con suselementos.

3. Aplicar el esquema de Greimas para el estudio de los actantes.

4. Ubicar en el texto la explicación del número siete.

5. Copiar del texto las partes que se refieren a la llave. Comentar lasignificación de este elemento.

6. En un dibujo, interpretar la diáspora basándose en el título escogidopor Bareiro Saguier.

7. Siguiendo las pautas para esta actividad oral, organizar un debatesobre La discriminación de grupos humanos para determinadasactividades laborales.

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TENÍA UNA MANERA DE PEDIR LAS COSAS DULCEMENTE

José María Gómez Sanjurjo

Tenía una manera de pedir las cosas dulcemente,como diciendo: sólo estará bien si tú lo quieres.

Desde los ojos le nacía una palabra gris como elinvierno

cuando su voz iba volviéndose azul, y sin querer,hacia el recuerdo.

Tenía la costumbre de bañarse de sombra y de niñezcuando callaba.

Y regresaba luego desnudándose y haciéndose mujery más cercana.

Me acompañaba a creer que el amor no es como elviento, como el humo.

Ella se fijaba en los luceros para que yo olvidaralos crepúsculos.

Sabía que detrás de cada tarde y cada beso estabael tiempo.

Pero al dormirse se volcaba hacia mi lado, iluminaday sonriendo.

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Me ofrecía sus manos como un puerto seguro.Yo la miraba, y así hemos vivido juntos.Acostumbraba decir las cosas dulcemente y en

silencio.Por eso a veces la recuerdo desde lejos,

y la quiero.

(Poemas)

Comentario

Los poemas de este autor carecen de título. En este libro se sigue lamodalidad de algunos textos poéticos clásicos, que llevan por título elprimer verso.

En Tenía una manera de pedir las cosas dulcemente, el poeta lograemocionar con bellas imágenes hábilmente construidas, en las que seencuentran comparaciones, sinestesias y personificaciones: palabra griscomo el invierno – su voz iba volviéndose azul, y sin querer, hacia elrecuerdo, para la correspondencia entre la expresión y el sentimiento.

Los versos que describen las vivencias del poeta despiertan nostal-gia, melancolía y un hondo goce estético.

El poema trasunta una sensualidad muy delicada y una visión cul-tural en la que se destaca la posición del caballero que espera de la mujeramor y sumisión. A la vez la mujer le da seguridad: puerto seguro; con-suelo y esperanza: lucero para olvidar crepúsculos. Se percibe en todo elpoema un amor profundo y sereno.

Guía de Trabajo

1. Explicar las siguientes expresiones:bañarse de sombra – bañarse de niñez – olvidar crepúsculos – puertoseguro

2. Definir el significado de cada verso. Tener presentes los encabalga-mientos.

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3. Encontrar puntos de contacto con Poema XV, de Pablo Neruda.

4. Expresar a través de un dibujo algún pasaje del poema, o la impre-sión que produce la obra.

5. Memorizar el poema e interpretarlo con emoción frente al grupo.Acompañarse de una melodía apropiada.

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ARRIBEÑO DEL NORTE

Carlos Villagra Marsal

–Lo que haya –dijo el hombre–. Cualquier cosa.Cabalgaba a plomo, pero echándose un poco atrás de la cruz de su

montado, como los chaqueños.–No –dijo la vieja.–Cualquier mandioca hervida –insistió el jinete con paciencia, seña-

lando el mandiocal mezquino.–No –repitió la vieja. Un temor como reciente trababa su voz–. No

tengo nada. Soy muy pobre –agregó mirando a sus espaldas, como siquisiera convencer al extraño indicándole el rancho ruinoso, o como si semoviera para huir de una vez.

–Pero algo has de tener, señora –el arribeño hablaba suavemente,con fatiga, con bondad.

Había llegado en un ruano de gran alzada casi al mediodía, cuandoel Norte es bajo, solo al nivel de un hombre a caballo, y sopla con sumáxima fuerza.

La dueña del rancho lo vio en el momento que abría sin desmontarsela única tranquera, que daba al Sur. Salió a su encuentro en la limpiada.Él le había pedido algo de comer, y ahora estaban allí, inmóviles en elinsoportable reverbero, el hombre un poco lejano todavía, alto y cansadoen su ruano, y la vieja mujer como sin motivo, temerosa y enjuta, con elruedo del vestido arrastrándose por la polvareda quemante, mientras elNorte se liaba y desenliaba en sus cuerpos y en la mata de los árboles,bandeaba implacablemente la plantación canija y seguía royendo sinsosiego la tierra oscura.

–¿De dónde viene? –la vieja encogió los ojos al mirarlo, como ungnomo astuto bajo el sol.

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–De lejos –el brazo extendido del hombre se vinculó con un punto enlas islerías azules–. De allá. Del Norte –el viento tallaba su lento rostrodetenido entre el cielo y la tierra.

A la vieja le pareció entonces que él no era sino criatura del vientoNorte resonante y lejano, traída en el viento asoleado para un destinocuyas secretas secuencias nadie (y él menos todavía) podría desbaratar.

Comenzó a pasarle el miedo, extrañamente.–Puedo ir a ver si mis gallinas pusieron –dijo por último, y añadió

como preguntando–: puedo hacerle un estrellado.–Y está lindo –contestó el hombre–. Ya vale demasiado.El ruano resopló largamente. Como si fuera una señal, el forastero

desencogió las piernas y se puso cómodo sobre el apero, con una leverotación de las caderas. La mujer se dio cuenta de que ese exiguo movi-miento era el primer respiro que el hombre se daba en mucho tiempo, elpequeño descanso verdadero en quién sabe cuántos días con sus nochesde marcha alerta y desolada.

–Y llegue pues entonces, señor mío –en el lugar del miedo habíacompasión.

El hombre desensilló en silencio bajo un laurel canela como de ochoaños. Cuando sacó la jerga, del cuadrado húmedo y negro en el lomo delanimal se evaporó el sudor en volutas verdosas. El olor penetrante matóal de la sombra limpia y al refrescante aroma de las hojas verdioscurasen tanto el arribeño ataba corto al ruano, con el cabestro, por el troncotodavía liso y delgado.

Luego se curvó con el peso de los arreos y se encaminó sin prisa haciael rancho. La vieja le esperaba casi bajo el solero: otra vez más se enfren-taron sus figuras sin sombra, siempre con el viento Norte llenándolesinterminablemente la hueca de los oídos, levantando desde sus pies hastael horizonte pilares de humo elemental.

–Es caliente el calor –dijo ella.–Es caliente –confirmó el arribeño.–Ponga sí sus calchas, señor mío, por el atraviesa –dijo la vieja.Tendido en el catre de trama, el hombre pensaba. Su mirada erró por

el declive del techo comido por los bichos, por las destruidas paredesfrancesas; por todas partes, el estaqueo desnudo marcaba los sitios don-

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de el lodo rojizo se había desprendido: las manchas de luz encandilabanmás que la del ventanuco y un polvo brilloso se agitaba, colmando lapenumbra. Arrimada a la tapia, una mesa vencida, cubierta por unapalla marrón de suciedad y de tiempo, soportaba un nicho de maderarepleto de imágenes.

Distinguió un crucifijo, la Virgen de Dolores, una estampa grandedel Corazón de Jesús, Santa Librada y dos florerillos con flores de papel.En el candelero de barro, frente al nicho, la vela se había acabado. Fueradel catre y una frazada raída, en el cuarto no había nada más. La viejatrajinaba en el cobertizo. De pronto, oyó el chirrido de algo fritándose enla paila, y el tufillo acre de la grasa de vaca llegó hasta él. El hombre cerrólos ojos.

Al cabo de un momento la vieja lo llamó:–Venga que, señor mío. Ya está todo la comida.–Mejor que coma aquí –el arribeño se incorporó–. Norte está duro, y

entra demasiado resol en el galpón.–Y como le gusta nomás –dijo la vieja.Entonces él trajo de afuera un banco largo y angosto. Entró la mujer

con lo que le había preparado, un champurreado de charque y huevos. Elhombre se sentó a horcajadas en el banco, colocó ante sí el plato enlozadoy empezó.

La vieja se puso en la misma orilla de la cama y se soltó el rodete.–Gran cosa es la hambre –dijo el hombre después de una pausa–. Se

me ocurre que estoy convirtiéndome en otro –aseguró.La vieja iba poniendo con atención las horquillas en su regazo.–Este charque no está bien hecho del todo –dijo–. Ha de estar un

poco pasado.–A mí me gusta la carne azul –repuso él.Tajaba la mandioca y los trozos grandes de cecina con su propio

cuchillo, de hondo y acanalado acero de yatagán y mango de metal es-maltado.

–Cuando venía quise mariscar –manifestó, removiendo con la puntade la cuchara un pedazo duro de yema. Al fin, agregó como disculpándo-se–: pero cuando se anda con apuro no se puede.

–¿Le persiguen? –La vieja se pasaba por las crenchas un peine finode cuerno.

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–Y además ya hacen dos días que mi recortado se descompuso com-pletamente, y lo tiré –dijo el hombre para sí. Dejó de comer y le dijo,mirándole a los ojos–: Nunca podemos saber del todo lo que nos pasa.

Y siguió comiendo, agachado como un apacible animal, grande yhambriento.

La cuchara y el peine subían y bajaban, bajaban y subían, pausada-mente pero sin tregua, con movimientos que parecieron concertados: elhombre empujó su plato vacío en el mismo instante en que la vieja em-pezaba a trenzarse de nuevo el pelo grisáceo.

Luego el hombre limpió cuidadosamente la hoja por los bordes delbanco y envainó. La vieja notó que guardaba el facón adelante, a laizquierda, y con la empuñadura hacia abajo.

–¿Está satisfecho?–De ley –el hombre se tocó la faja.Todo el tiempo, la mujer lo estaba observando a su gusto. Tenía un

buen porte; aun sentado era alto, grande y huesudo: su figura llenabacasi la pieza estrecha, y sin embargo tenía un aire lejano, como si siempreestuviera de paso, o como si jamás llegara del todo a ninguna parte. Porlo demás, un cansancio tan viejo que ya era casi abstracto exaltaba suspómulos y ardía en silencio por sus sienes, mientras la tranquila bondadhabitaba su rostro tan naturalmente como su color moreno.

–Está lo bueno –el hombre pasó una pierna por encima del escaño,y quedó sentado frente mismo a la vieja, con las rodillas casi tocándose–. ¿Cuánto te debo, madre?

–Nada –dijo la vieja.–Oh –dijo el hombre, con suave sorpresa–. No ha de ser así.–No, nada, señor mío –volvió a decir la vieja. Ya se había armado el

rodete, y ahora lo sustentaba con las horquillas que recogía del regazo.–Pero había de ser que –protestó el hombre–. No es capaz que tanto

hayas trabajado y penado por mí de balde.–Nada, ya le digo –porfió la vieja–. Demasiado zoncería.–Entonces yo voy a darte alguna zoncerilla también –el hombre

hurgó en su bolsiquera.La vieja le tocó el brazo. De golpe, su voz se volvió vacía.–Mire, hijo. ¿Para qué quiero nada más, si anteanoche se llevaron

todo lo poco que tenía?

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–¿Quiénes? –la mirada del hombre se puso grave.–No sé. Llegaron en mitad de la noche, entre muchos, pero uno solo

con linterna. Me amenazaron.–Bárbaro –dijo el hombre–. ¿Pero es cierto?–Sí, y me quedé en el catre temblando y tiritando de miedo, entre-

tanto ellos se llevaron todo –la vieja miró un rincón desierto–. Mi baúlcon mi ropilla, y después mi azada, y mi machete, y mi lámpara también.Y esa lámpara es lo que más siento.

–¿Qué clase de lámpara?–Una nueva, hermosa, que acababa de comprar –los viejos ojos le

relumbraron como al perdido fulgor–. Con su bronce dorado –hubo unsilencio–. Y el pueblo está lejos de aquí y la vela es cara, y encima estáescasa por ahora.

–Pero qué bandidos –dijo el hombre con voz impersonal–, bandidos.–Pero la revolución ya terminó, ¿verdad?–Hace un mes –dijo el hombre.–¿Y cómo entonces siguen perjudicando y jugando por los pobres?–¿Y esos que vinieron, eran montoneros o las fuerzas?–Yo no sé de esos. Pero malicio que fueron mis vecinos. De aquí

media legua hacia el este, detrás de la isla Yryvúkeha, está el puesto delos Cuéllar, una gente mala sin segundo. Y un poquito más allá anda elAgüitín Segovia, otro también. Y después, ya más allá, en el mismo labiodel monte, tiene su chacra Solano Chamorro, un arriero de laya fea en elmundo. Se dice por ahí que yo tengo plata, y quién sabe si por eso.

El hombre se puso de pie.–Y bueno –dijo con toda seriedad–, tengo que pagar lo que debo. Me

voy a ver si consigo topar lo que te sacaron. Puede ser.–¿Dónde? –dijo la vieja.–Voy a pegar una vuelta por ahí. Puede ser que preguntando, pre-

guntando, por allí donde me dijiste, encuentre alguna cosa.El hombre alto se movió.–Y lo que quiere hacer, tiene que hacer –dijo la vieja–. ¿Va a tomar

tereré antes, verdad?–No. Es bueno que vaya inmediatamente.Hasta ese momento, habían conversado en guaraní. Ahora, desde la

puerta, el hombre habló en castellano:

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–He de conseguir tus cosas –su voz graveó sobre ella, solemne ycomo fatal–. Lo que te quitaron.

La mujer no entendía español, pero asintió en silencio.Ensilló rápidamente y montó enseguida. Ahora el Norte estaba más

arriba, sobre los árboles. La vieja metió en la grupa del lado de montarel tasajo y la mandioca que le había dispuesto para su matula.

El ruano cabeceó vivamente. La vieja aseguró los tientos.–Muchas gracias –dijo el arribeño.La pesada y dura luz de la siesta recortó el rostro con su extraño aire

ausente, su antigua fatiga, su bondad entera y morena.La vieja rozaba la pierna izquierda del jinete. De repente, se le an-

tojó inmenso el caballo y vertiginoso el hombre y retrocedió tres pasos,porque todo el cielo descolorido se achicaba para caer como un rayo sobresu misma cabeza. Entonces supo que él era omnipotente o mágico, y sugarganta se anegó de gratitud.

–Hasta luego –dijo el hombre. El ruano giró.–Hasta luego –dijo la vieja.Hacía un rato que había entrado el sol cuando volvió. Ya en el alto

cielo, el viento Norte deshacía las ligeras nubes de octubre.La dueña del rancho no le oyó llegar.–La vieja –su llamado era profundo y despacioso.Ella asomó al galpón y lo vio en la pequeña explanada, solo jinete del

crepúsculo, firme la mano que sostenía la rienda, en tanto la derechacargaba un atado de ropa y una lámpara dorada.

–Me parece que estas son tus cosas.La vieja se acercó. La mano descendió hasta las suyas.El ruano dio un respingo.–Cuidado el tubo –dijo el hombre.–Eeh. Y es. Es mi lámpara. Y mi vestido colorado también. Y mi

enagua. Más que muchas gracias solamente. Le agradezco tanto, señormío. Pero le agradezco tanto, cómo voy a decirle –la vieja plañía, como sisu agradecimiento fuera una lamentación.

–Bueno, madre... bueno.Con la última luz, ella pudo notarle todavía el aire transitorio y

remoto, la fatiga sin tiempo y la bondad invulnerable.

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Pero él volvió el torso, inclinándose hacia la grupa del lado del lazo.Después de un momento, con la cara oculta, dijo:

–Y éste creo que es el que te robó –el torso se enderezó, el brazodescribió una parábola violenta, y delante de la vieja fue a caer unacabeza humana. Quedó de costado, con la mejilla izquierda pegada alsuelo. Un solo ojo blanco, abierto, parecía mirar vagamente.

Del hoyo del cuello rebrotó la sangre, más negra que la tierra o lasombra, formando un cuajo a los pies de la mujer.

Un tirón ya invisible de las riendas y el jinete, al lento tranco de sumontado, se dirigió hacia la tranquera, hacia el Sur.

El ojo muerto resplandecía.Entonces, la vieja principió a gritar.Pero los gritos se elevaron sin respuesta para siempre, mientras al

paso del ruano que ya era como zaino tapado, el arribeño se sumergíapoco a poco en la noche creciente, como si los gritos y el hombre y sucaballo no fueran más que viento Norte o sueño.

(Salas y otros. 32 Narradores del Sur)

Comentario

Llama la atención la descripción del paisaje, de las maniobras ypeculiaridades propias del ambiente campero.

La diferencia entre el primer núcleo, con la hospitalidad sencilla y elreconocimiento, y la última escena con el estremecedor primer planosinecdóquico, configuran los dos aspectos de la vida: la serenidad y laviolencia.

Un clásico del relato rural es esta obra con la marca del determinis-mo espacial y social.

El autor implementa su famosa propuesta para la inclusión del fe-nómeno bilingüe trasponiendo la estructura del guaraní a la sintaxiscastellana, que también se encuentra en la novela del mismo autorMancuello y la perdiz, como se aprecia en las expresiones: señor mío - Yestá lindo - Ya vale demasiado - Es caliente el calor.

El lenguaje denota y connota.

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Se utiliza en el diálogo la diferencia de código: en un momento dado,el forastero habla castellano, la lengua de la dominación, de otro ambien-te, que la anciana no conoce; ella se expresa en guaraní, la lengua de latierra, y así se elabora un diálogo cuyo estilo es de concisión y parquedad,propio de los espacios alejados y aislados.

El paisaje de polvareda y viento es el ámbito en que se mueven losactores de este drama del destino predeterminado por la soledad, por eldesamparo, por la miseria.

Este cuento paraguayo ha sido llevado al cine en una excelente com-binación de arte y técnica, acorde con la calidad de la obra de VillagraMarsal.

Guía de trabajo

1. Copiar del cuento cinco expresiones en las que se note la estructuradel guaraní trasladada a la sintaxis castellana.

2. Extraer sustantivos con modificadores llamativos como lindo rostro,fatiga sin tiempo.

3. Consignar los núcleos estructurales.

4. Escribir un párrafo acerca de las razones que impulsan al protago-nista a la definición del desenlace.

5. Analizar la película Karaí Norte, basada en el cuento Arribeño delNorte.

Guía para el análisis de Karaí Norte

1. Desarrollar los siguientes puntos:1.1. Argumento: relatar los sucesos más importantes.1.2. Fuente: señalar razonadamente de qué fuente proviene (míti-

ca, histórica, literaria, vivencial).1.3. Motivación: intención del autor.

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1.4. Contenido temático: tema, idea central y secundarias.1.5. Análisis de problemas: dificultades, contrariedades, situacio-

nes sociales, culturales.1.6. Estructura de contenido: exposición, nudo y desenlace.1.7. Estructura formal: escenas, manera de presentación de las se-

cuencias.1.8. Aspecto estructural predominante: acción, espacio, personajes,

según el elemento acentuado.1.9. Aspectos formales: vestuario, maquillaje, dinámica de actores,

efectos visuales (iluminación, colores) y auditivos (música, soni-do).

2. Expresar la opinión personal sobre el desempeño de actores (voz,gestos, movimiento, ubicación, interpretación) y justificar su valo-ración en forma razonada.

3. Destacar y comentar los efectos que en este material filmado produ-cen las técnicas siguientes:a) El grito del final. Suponer posibles causas.b) Blanco y negroc) Primer plano y plano panorámico

4. Discutir, en mesa redonda el código lingüístico utilizado con subtítu-los, y suponer posibles efectos de versiones dobladas en otros idio-mas.

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Poesía del 60

REGRESO

Osvaldo González Real

Cuando el antiguo marcontemple el cielocon su mirada terribley las tinieblasocupentodos los caminospartirás al fincon el ánimo cansadohacia la añorada isla de tus desvelos.

Entoncespor última vezescucharásla dulce voz de las sirenas.

No te seduzca el canto:la memoria del marrecuerda tus muertosy sé que el solno alumbrará eternamentetus navespara que alguna vez–aunque le pese a Circe–desde el ocasoretornes.

(Memoria del exilio)

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Comentario

El autor de este poema, integrante de la denominada Promoción del60, es un intelectual de valor singular para la cultura del Paraguay. Espoeta sensible, ensayista, profesor en institutos superiores y universida-des, crítico de visión certera y juicio claro acerca de distintas manifesta-ciones del arte; esa es su esencia, y como tal se manifiesta en cada una desus obras en los géneros de la poesía, narrativa, ensayo.

En el poema seleccionado como muestra del arte poético de Gonzá-lez Real, se logra una estética que recrea con emoción y belleza una de lasmás famosas páginas de la épica antigua, en la cual se configuran losmitos del paraíso perdido y del eterno retorno.

Guía de trabajo

1. Descubrir cuál es la historia y quién es el personaje de esta compo-sición.

2. Transformar el texto en prosa.

3. A la prosa lograda, aplicar el análisis semiótico estructural del rela-to.

4. Explicar el significado de las siguientes expresiones: antiguo mar –partirás al fin – la añorada isla de tus desvelos – por última vez ladulce voz de las sirenas – no te seduzca el canto – recuerda tusmuertos – aunque le pese a Circe.

5. Observar la utilización de las imágenes y personificaciones y ex-traerlas del texto.

6. Destacar la musicalidad del poema, que se apoya en los acentosinteriores de los versos, luego de realizar el esquema gráfico corres-pondiente.

7. Escribir un relato en que se refleje el mito del eterno retorno en uncontexto actual.

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Poesía del 70

CÁNTICO Y BANDERAS

Emilio Pérez Chaves

Homenaje al valor y testimonio en la gesta cívica de Jóvenes por laDemocracia y a los mártires de la libertad en la Plaza del Congreso.

Como antorcha de sueños e idealescomo faro que guía al naveganteestán allíde pie y de frente:son ellosen el urgente desafío del frenteen el combate por la pazcon dignidad como único escudo y fortaleza.Ellos sonen presencia y multituden alto ejemplo de cántico y banderasy ya todos nosotrossomos ellos.

Así coinciden el tiempo y el destinopara señalar al final del laberintoel infinito horizonte de la aurora.Sobre ruinas de tinieblas y agoníasla vida como la luzsiempre renacepara derrotar a los espectros de la infamiaa los sicarios del miedo y de la escoria.

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Entonces, resulta necesario y trasparentereconocer con esperanza, júbilo, triunfoesa verdad que la historia jamás ha desmentido:El coraje siempre jovengeneroso, noble, puro, solidarioy toda sangre que fluyeen busca de justiciaes primero semilla y luego estrella.

(Amaral y otros. Poesías del Paraguay)

Comentario

Emilio Pérez Chaves fue periodista, ensayista, narrador, profesoruniversitario, pero fundamentalmente poeta, poeta de una profundasensibilidad. Su poesía no dice, sugiere.

Integrante de la llamada Promoción del 70, fue animador de en-cuentros de escritores y artistas en los años más duros de la dictadura.Tenía una clara visión de los problemas políticos y sociales del país, quesintió como propios.

Cántico y banderas, el hermoso poema seleccionado, nos presentacon bellísimas imágenes al poeta que no solo admira a los jóvenes caídosen el Marzo Paraguayo, sino que también está comprometido con losdestinos de la patria.

Guía de trabajo

1. Descubrir a quiénes se compara con antorcha y con faro en los dosprimeros versos.

2. Las anáforas son uno de los elementos que sustentan el ritmo delpoema. Señalar las que se encuentren.

3. Justificar el título del poema.

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4. Citar algunas situaciones con que se relaciona la expresión esa ver-dad que la historia jamás ha desmentido.

5. Explicar el significado de la imagen final del poema.

6. Ver la proyección de un material audiovisual que documenta la ges-ta a la cual se refiere la composición de Pérez Chaves y luego:a) Organizar un debate sobre el contenido de dicho material.b) Escribir una reflexión sobre la relación de la actitud y los senti-

mientos del poeta con los hechos registrados en el documental.

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Narrativa femenina de los 80

MÁS ALLÁ DE MI TIERRA

Neida Bonet de Mendonça

“que el hombre le ayude al hombre”Bertolt Brecht

La pequeña comunidad de cinco miembros llegó a la pensión de doñaCorina. Doña Corina era viuda, opaca y tenía sesenta años (decían losvecinos). El hospedaje estaba frente a una plaza y rodeado de un barriohambriento, quebrantado.

Algunas sombras corrían de la garúa por calles desmanteladas, (¿eraprimavera...? No recuerdo).

Los acomodaron en dos habitaciones decorosamente ocres. A donLuis con su mujer. Gustavo dormiría con sus padres.

Más que dos familias parecían miserias emparentadas.Don Luis, pequeño y delgado, tendría cincuenta años, indiscerni-

bles, a causa de un defecto físico. Caminaba con dificultad, algo jorobadoy apenas podía levantar y girar la cabeza, inteligente, con vivo sentidodel humor, muchas veces dejaba aparecer su fondo trágico. Hojeandorecuerdos, veía que el tiempo los había ennegrecido.

A Gustavo, penetrante niño de ocho años, le fascinaba ese hombreraro.

Alegrías primarias y horas sosegadas dejaron fluir los días y lasnoches de comida escasa. No porque la enjuta doña Corina fuese avara,sino porque los alimentos estaban de acuerdo con la paga que recibía.

Terminada la cena y con la dueña de la pensión acostada, don Luisdecía:

–Nde, Ernesto, jaha ja calafateá.Y con severa dignidad, cuatro adultos y un mita’i caminaban disi-

muladamente hasta la plaza. Allí, sentados en un banco, casi como si

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cometieran un delito, abrían el bulto que contenía el salame y el pan.Gustavo, ante esa visión golosa, se relamía taponando agujeros por don-de se colaba el hambre.

Un sentimiento de complicidad, inocente, los hacía felices rezongan-do quejas.

La escuela se llama Sarmiento. ¿Quién será Sarmiento? No sé porqué me hace pensar en la parralera de mi casa de la calle México ySegunda Proyectada. Allá iba a la escuela General Díaz, con mis primosy vecinos. Las calles del Barrio Obrero tenían zanjones, cavados porlluvias furiosas, y arenales que nos dejaban mugrientos, después delrevolcón, al salir de clase.

Aquí... nadie sabe la historia del héroe de Curupayty ni de sus trin-cheras embarradas.

Nadie.–Gustavo Medina, ¿Por qué vives en esta ciudad? –se interesa la

maestra de ojo alerta.–Porque soy exiliado político –contesto.–Señorita Susana, ¿qué quiere decir exiliado político? –pregunta un

chico detrás de mí.–Que Gustavo les cuente –dice, bajando la cabeza.Resueltamente me pongo de pie y explico:–Soy exiliado político porque me echaron de mi casa y de mi escuela.

Porque me separaron de mis primos y mis amigos. Los dulces que coci-naba mi abuela ya no los puedo comer. Aquí no hay arenales ni callesdesfondadas –mientras cuento, la rabia muerde mis labios.

–¿No estás contento? –pregunta una voz triste y sentada.–Donde estén mis padres, estoy bien –digo sordamente.–¿Qué hace tu papá?–Mi papá es periodista, político, contador de historias e inventor de

hombres. A los dos nos gustan los ancianos y los perros. Nos gustan lossecretos.

Hubo silencio. El silencio protestó.

Doña Cora, la dueña del caserón con puertas que crujen, no cocinalos domingos. Gustavo y su vianda caminan... Calles caritativas los reci-

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ben con una fiesta azul de jacarandás. Llegan al bar y un hombre flacopregunta:

–¿Qué vas a llevar?–So’o apu’a para cuatro.–¿Quéeeeeee?–So’o apu’a repite el muchachito, deshaciendo inseguridades.–No hay –dice desdeñosamente, con rostro grosero, el hombre flaco.... Media hora más tarde, Gustavo y su vianda están de vuelta.–Quiero albóndigas para cuatro –pide con tono derrotado.Regresa al hospedaje con albóndigas y lágrimas. Lágrimas recogi-

das en la manga de su camiseta.

A media siesta, padre e hijo, ligados, madurando leyendas, lleganhasta el río. El chico se recuesta en el césped afelpado. El hombre mirala otra orilla. Mira más allá de la otra orilla. Ve luz dura, sin filtros;formas crudas, realidad descarnada. Ve... (¿cuánto más ve Ernesto?).

Y aparece el barco, gloriosamente blanco y triunfante sobre el río. Elrío se achica, encerrado en los brazos de un paréntesis.

–Papá, ¿qué significan las emes grandes y negras pintadas en laschimeneas?

–Es la eme de los Medina. Son todos nuestros. Cualquier día volve-remos en uno de ellos: tendrás un camarote brillante con olor de pintura.Cenaremos ensaladas, pavo relleno y una gran copa de helado.

–¿De chocolate?–De vainilla y chocolate.Marineros y pasajeros saludan con las manos levantadas. Gustavo

contesta. Es el dueño.La tarde sonríe.–¿A quién le cabe duda de que ese niño es el dueño de todos los barcos

y remolcadores con M?

Con el tiempo Gustavo perdió el recuerdo de la casa donde habíanacido. Ignoraba que muebles, libros y su bicicleta ya no estaban. Lanecesidad se los había llevado, como un día se lo llevó a él mismo. Nosentía dolor por ese vacío. Solo se aman las cosas con las cuales se vive.

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Lo mismo le ocurría con los rostros de quienes fueron sus amigos.Tan vivos al principio, fueron convirtiéndose en imágenes y despuéssolamente en una descabellada nostalgia, como de algo que nunca tuvo.

No sabía... (¿quién puede sospechar cuánto sabía Gustavo?).

Recibimos noticias. Allá cambiaron de gobernantes.Partimos de aquí.Al llegar veo el puerto recortado de contraluz y me siento un peregri-

no asombrado. Bajamos del barco blanco que tienen todavía las emes ensus chimeneas. Son emes de la compañía Mihanovich.

Mis primos están convertidos en adolescentes, dinámicos, conmovi-dos. (¿Serán mis primos?). Me abrazan. (¿Los conozco?). Saludo con ale-gría disfrazada.

Hay un hervidero de novedades; el clima es denso, los diálogos pro-lijos. La realidad me resulta áspera.

Durante el almuerzo alborotado vichean los trece años que cumplí.Sirven postre de dulce de guayaba. Quisiera dulce de membrillo,

pienso, agitado por recuerdos.–Gustavo, ¿qué ocurre? Estás cambiado, hablás diferente –pregun-

ta una anciana sorprendida.Morosamente contesto:–Abuela, soy un exiliado.(... ¿será mi abuela?).Alguien toca una guarania, me suena a zamba.

(Hacia el confín)

Análisis semiótico estructural

I. Apreciación del texto narrativo1. Género literario: la obra es un cuento.2. Fuente: es vivencial, real, puesto que la historia narrada es una

muestra de experiencias conocidas y sucedidas durante el largoy penoso tiempo de la dictadura en el Paraguay.

3. Motivación: es denunciar las causas y las consecuencias delexilio político sufrido por los Paraguayos.

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II. Estructura externa o formal: se observan importantes espacios quecoinciden con cambios de perspectiva o de núcleos narrativos. Laautora introduce su cuento con un epígrafe de Bertolt Brecht.

III. Estructura interna o de contenido1. Elementos estructurales: un niño paraguayo viaja con su fami-

lia a Buenos Aires porque su padre fue exiliado en el contexto dela dictadura; su familia se instala en una pensión con otroscompatriotas en la misma situación.

2. Plan de la obra: la trama está organizada de la siguiente mane-ra:2.1. Presentación: los huéspedes de una pensión en Buenos Aires

son paraguayos, entre los que se encuentra un niño de ochoaños.

2.2. Nudo o conflicto: se plantea un problema para el pequeñoprotagonista en el momento en que va a comprar el al-muerzo y se da cuenta de la dificultad para la comunica-ción, ocasionada por el desconocimiento que en ese paístienen del guaraní, situación que se acrecienta al encon-trarse en una escuela diferente, y que nada es como eraantes.

2.3. Desenlace: la familia retorna a su patria, pero con el senti-miento inevitable del nuevo desarraigo.

3. Trama: los acontecimientos se organizan en los siguientes nú-cleos estructurales:

Llegada de losexiliados a lapensión de

Buenos Aires.

Inseguridad

Gustavo va alalmacén y noentienden su

pedido.

Amargura

Gustavo en sunuevo colegio

cuenta susituación.

Tristeza

Ernesto yGustavo en laorilla del río.

Nostalgia yesperanza

Regreso a lapatria.

Gustavo sesiente extraño

con susfamiliares.

Decepción

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4. Funciones narrativas4.1. Cardinales o núcleos: llegada de los exiliados a la pensión

de Buenos Aires; ida del niño al almacén donde no lo en-tienden; el niño en la escuela argentina, su diálogo con lamaestra; la conversación con su padre; con el paso del tiem-po, el niño olvida los detalles de su vida anterior al exilio;regreso al Paraguay, el almuerzo familiar.

4.2. Catálisis: la comida de los pensionistas en la plaza; paseoal río, saludo a los marineros; noticias del cambio de go-bierno en el Paraguay.

5. Elementos funcionales: los ámbitos y referentes que detectan yprecisan el contexto son:5.1. Ámbito espacial: Argentina, concretamente Buenos Aires,

y Paraguay, Asunción.5.2. Ámbito temporal: primera mitad del siglo XX (ferry Miha-

novich, exilio político).5.3. Ámbito social: la sociedad paraguaya se encuentra bajo los

efectos de un sistema dictatorial, uno de cuyos aspectosmás conocidos y dolorosos es el exilio político.

5.4. Ámbito sicológico: el clima espiritual es de frustración, dedesarraigo y, como un mecanismo de evasión, también surgela fantasía.

6. Estudio de los personajes6.1. Técnica de creación: en esta obra los informantes median-

te los cuales se conoce a los personajes son el discurso delnarrador y el comportamiento de cada uno. El personajeprincipal es Gustavo y los personajes secundarios son Er-nesto, la maestra, los compañeros de escuela, el almacene-ro, los pensionistas, la abuela y los primos.

6.2. CaracterizaciónGustavo: niño inteligente que sufre el desarraigo tanto enel destierro como en el regreso.Ernesto Medina: periodista, político y escritor, padre deGustavo; idealista que no pierde las esperanzas de retor-nar a la patria.

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Pensionistas, compañeros y familia paraguaya: compren-sivos, solidarios.

6.3. TipologíaGustavo: personaje tipo, es un desarraigado, un exiliadocon la misma añoranza, con igual amargura que otros exi-liados o que estuvieron viviendo lejos de su patria.Ernesto: personaje carácter, es un padre que trata de ocul-tar la realidad para que su hijo conserve la esperanza.Pensionistas, compañeros y familia paraguaya: son perso-najes colectivos. De una manera u otra, ellos determinanel sentimiento del desarraigo en el protagonista.Gustavo es un personaje evolutivo o redondo, los demás semuestran como personajes estáticos o planos.

6.4. Sistema Actancial6.4.1. Sujeto: Gustavo6.4.2. Objeto: enfrentar la nueva vida en el exilio6.4.3. Destinador: Ernesto, que mantiene en el niño la

ilusión, la esperanza; destinador de solidaridad esel personaje de la maestra, y destinadores del sen-timiento de inquietud, los familiares.

6.4.4. Destinatario: de influjos negativos, como de actitu-des amables, gestos positivos, es Gustavo.

6.4.5. Adyuvante: Ernesto ayuda a su hijo a conservar laesperanza del regreso, en tanto que la maestra pro-mueve un buen relacionamiento de los compañeroscon el niño paraguayo.

6.4.6. Oponente: la dictadura en el Paraguay con su igno-miniosa medida: el destierro.

IV. Aspecto temático:1. Tema: el destierro2. Idea principal o central: el desarraigo como consecuencia de la

expatriación.3. Ideas secundarias: el exilio político, injusticia, comprensión, ma-

durez.

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V. Aspecto estructural predominante: es una obra de ámbito, lo so-bresaliente es el contexto.

VI. Tratamiento del tiempo1. Tiempo de la historia: abarca desde el destierro, la llegada de la

familia Medina a Buenos Aires, los cinco años (los trece años quecumplí) que duró la expatriación hasta el regreso al Paraguay.

2. Tiempo del relato: coincide con el de la historia.3. Estructura temporal: la historia sigue el orden cronológico en

estructura lineal, aunque se da una elipsis.

VII. Técnica narrativa1. El narrador

1.1. Posición: en tercera persona y en primera persona.1.2. Perspectiva o Punto de vista: el enfoque del relator es de

narrador omnisciente y en algunas situaciones, de prota-gonista; el emisor de los discursos interpolados entre pa-réntesis, es un narrador testigo, y a veces protagonista.

2. Discurso2.1. Diégesis: el discurso narrativo se presenta como informan-

te de contextualización y como moderador de la mimesis.2.2. Mimesis: se nota el discurso directo en los diálogos de los

personajes. Las interpolaciones entre paréntesis están endiscurso directo libre y en todo momento se refieren a con-tenidos mentales.

3. Nivel lingüístico: es culto, literario; no falta el registro regional,muy significativo al aparecer en el contexto de expatriados pa-raguayos: mita’i - Nde, Ernesto, jaha ja calafateá - So’o apu’a.

4. Intertextualidad: se da con la película italiana La vida es bella,el cuento de Bareiro Saguier El séptimo pétalo del viento, lanovela de José Luis Appleyard Imágenes sin tierra.

5. Justificación del título: el aspecto que destaca es la crisisexistencial, eje de esta historia.

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VIII. RecursosImagen visual: hojeando recuerdos- taponando agujeros por dondese colaba el hambre.Comparación: Más que dos familias parecían miserias emparenta-das - casi como si cometieran un delitoMetonimia: un barrio hambriento, quebrantado - una voz triste ysentada - Calles caritativas los reciben - el silencio protestó - miseriasemparentadas - almuerzo alborotado.Personificación: calles caritativas - lluvias furiosas - voz triste y sen-tada - el silencio protestó - alegría disfrazada.Metonimia y personificación: la rabia muerde mis labios - Gustavoy su vianda caminan; Gustavo y su vianda están de vuelta - Callescaritativas los reciben - una voz triste y sentadaPersonificación, connotación y oxímoron: El silencio protestó (tresrecursos en una única imagen).Enlace concreto-abstracto: deshaciendo inseguridades - El silencioprotestó - taponando agujeros por donde se colaba el hambreConnotación: Algunas sombras corrían - ¿Quéeeeeee? (desconsidera-ción por la lengua extranjera) - con albóndigas y lágrimas - Dondeestén mis padres, estoy bien (madurez) - El silencio protestó - ¿cuántomás ve Ernesto? - quisiera dulce de membrillo (en lugar de dulce deguayaba) - me suena a zamba (en lugar de polca).Interpolación: aparecen expresiones entre paréntesis con monólo-gos interiores y con interrogación con función fática: (decían los ve-cinos) - (¿era primavera...?)- (No recuerdo), (¿cuánto más ve Ernes-to?) - (¿quién puede sospechar cuánto sabía Gustavo?) - (... ¿será miabuela?) - (¿Serán mis primos?) - (¿Los conozco?).Cambios de perspectivas narrativas en distintos apartados.Epígrafe: “que el hombre le ayude al hombre” (Bertolt Brecht).En un colofón la autora incorpora en su antología fragmentos de undiscurso de Octavio Paz, como el siguiente: “El más perfecto de lossonidos humanos es la palabra. Y así, cuando el equilibrio se rompe,el cielo escoge entre los hombres a aquellos que son más sensibles, ylos hace resonar”.

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IX. Valoración crítica1. Valores: solidaridad, madurez, comprensión, nobleza.2. Antivalores: destierro, injusticia,3. Juicio de una voz autorizada, la de Raquel Chaves en su prólogo

Las criaturas de Neida, a la antología Hacia el confín, donde seencuentra el cuento en estudio: Al borde del abismo estabaGustavo, el niño que se sentía exiliado y que mañana, quizá,sería otro caminante.

4. Juicio valorativo o interpretación:El exilio político ha sido una realidad que afectó a muchos paragua-

yos que tuvieron que formar en el extranjero una nueva vida, pasarmuchas privaciones, probar permanentemente su capacidad de sobrevi-vir. Este relato configura la situación sociocultural de las personas queviven fuera de su patria en un lugar que no es el suyo, y plantea elproblema existencial del doble desarraigo: a pesar de que el conflicto dela expatriación se resuelve con el regreso de los exiliados a la caída de ladictadura, el desenlace se presenta con la insoluble situación del des-arraigo, que así como lo sufrieron nostálgicamente en el extranjero, tam-bién lo experimentan amargamente, a su regreso, en su propia tierra.

La obra es de carácter social. Además, es realista porque, a pesar deque el relato está en su mayor parte realizado desde la perspectiva de unniño, en ningún momento se tapa la realidad; ni siquiera cuando el padrellena de ilusiones al hijo, pues para el lector es muy evidente la deforma-ción de la realidad.

La autora decidió presentar esta situación en la experiencia de unchico, lo cual es muy significativo por cuanto se puede comprobar lasconsecuencias de la iniquidad en el mundo inocente de un niño.

Un lenguaje muy rico en figuras literarias, es el modo con que estetexto, en todo momento, está sugiriendo, denunciando, reflexionando,alrededor del núcleo de esta historia repetida y amarga de la patriaparaguaya.

Guía de trabajo

1. Definir el exilio de acuerdo con un diccionario de la lengua españolay un diccionario político. Seguidamente, encontrar la ampliación

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que del concepto realiza el protagonista en la escuela. Encontrarotras consecuencias que del exilio observa el mismo personaje envarias partes del texto.

2. Interpretar el significado de las interpolaciones entre paréntesis.

3. Detectar los cambios de perspectivas narrativas en distintos apar-tados.

4. Transcribir partes del texto en que se observan valores como: solida-ridad, madurez, comprensión, nobleza, y antivalores: destierro, in-justicia y otros que se encuentren.

5. Organizar una mesa redonda y analizar la actual situación de losparaguayos que por razones económicas abandonan la patria. Sope-sar las ventajas y desventajas.

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