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1 De bajo cero a la sombrilla€¦ · semana. Desde NY a las islas del Caribe, ancla en los puertos...

Date post: 26-Jul-2020
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22 DTLUX. COM SELECTED ADN AMERICANO De bajo cero a la sombrilla TEXTO SEGADE FOTOS ISTOCK NORWEGIAN. ¿Basta una semana para empaparse del espíritu USA? El crucero Norwegian Breakaway para en los puertos donde se imprime el carácter americano. Desde que soñabas con desayunar tortitas con sirope de arce, llevar a la animadora más popular al baile y pasar Nochevieja en Times Square, EE. UU. se ha incrustado en tu cere- bro como destino obligado. La única mane- ra de entender al pueblo que nos aleccionó desde pequeños por la vía del entreteni- miento es in situ. ¿O quién no ha fantaseado al teclado en un Starbucks con ser el próximo Dan Brown? Pero Estados Unidos es muy va- riado. Tiene megalópolis e islas, tecnología y paisajes vírgenes... El crucero Norwegian Breakaway surca el “americanismo” en una semana. Desde NY a las islas del Caribe, ancla en los puertos que recomendaría el tío Sam. EN CONSTANTE DÉJÀ VU Es noviembre y estamos en Nueva York. Solo disponemos de tres horas para oler la vida en la gran ciudad antes de que zarpe nuestro crucero Norwegian, pero gracias a dormir en el céntrico Hotel Hudson las exprimiremos. Un paseo temprano hasta Central Park ya nos hace echar de menos una bebida calien- te ‘take away’ en la mano. Hace frío, pero es conmovedor percibir el humo de las alcan- tarillas. Nos resistimos a ir tras el memorial de John Lennon en el parque y giramos hacia 5 th Avenue. Enfrente del Hotel Plaza, con una recua de carruajes a la espalda, nos ponemos deberes: ver de nuevo “Solo en Casa 2”. Una larga fila espera a que abra Tiffany, que acaba de inaugurar un restaurante don- de servirá su genuino desayuno. Más adelan- te, Victoria’s Secret enseña a pie de calle una retrospectiva de sus ángeles más queridos. Si es que somos —perdón por el arrojo. De- masiados códigos compartidos— son los in- ventores del ‘sexy’. En Rockefeller Center los obreros montan el árbol con el que en enero 1 3 7 la ONG “Habitat for Hummanity” construirá viviendas de acogida. Guapos y generosos. Ya hay gente patinando en esa pista que re- crean algunas figuritas de Belén que venden en El Corte Ingles —¡Adónde no lleguen!— y los niños empañan el cristal de Macy’s coronados con un Believe gigante. Conta- giados por un temprano espíritu navideño, queremos visitar el taller de Santa del mer- cadillo de Bryant Park. Pero suena la alar- ma. El barco zarpa desde el Pier 88 en nada. Formar parte, aunque sea como un grano de arena, de “todo eso” te hace sentir especial. AVENTURA DE OTRO PLANETA Los americanos ganaron la carrera espacial en los años 70. O al menos así lo proclama- ron. Figurar para la historia como los prime- ros “extraterrestres” les ha dado el coraje para hacer todo lo que se propongan. Amén de subrayarlo con una frase lapidaria: “Un pequeño paso para el hombre, un gran pa- so para la humanidad”. En cabo Cañaveral, donde hacemos la primera parada, las atrac- ciones son Disneylandia y el Kennedy Spa- ce Center de la NASA, nuestro destino. Allí, veteranos como Thomas David Jones dan charlas sobre su experiencia, que en el futuro no será tan exclusiva. El dueño de Amazon trabaja en la zona para ofrecer viajes turísti- cos espaciales desde su empresa Blue Origin. Florida también es una zona estupenda para probar el hidrodeslizador o ‘airboat’. Durante la experiencia es tan probable en-
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Page 1: 1 De bajo cero a la sombrilla€¦ · semana. Desde NY a las islas del Caribe, ancla en los puertos que recomendaría el tío Sam. EN CONSTANTE DÉJÀ VU Es noviembre y estamos en

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SELECTEDADN AMERICANO

De bajo cero a la sombrilla

TEXTO SEGADE FOTOS ISTOCK NORWEGIAN.

¿Basta una semana para empaparse del espíritu USA? El crucero Norwegian Breakaway para en los puertos donde se imprime el carácter americano.

Desde que soñabas con desayunar tortitas con sirope de arce, llevar a la animadora más popular al baile y pasar Nochevieja en Times Square, EE. UU. se ha incrustado en tu cere-bro como destino obligado. La única mane-ra de entender al pueblo que nos aleccionó desde pequeños por la vía del entreteni-miento es in situ. ¿O quién no ha fantaseado al teclado en un Starbucks con ser el próximo Dan Brown? Pero Estados Unidos es muy va-riado. Tiene megalópolis e islas, tecnología y paisajes vírgenes... El crucero Norwegian Breakaway surca el “americanismo” en una semana. Desde NY a las islas del Caribe, ancla en los puertos que recomendaría el tío Sam.

EN CONSTANTE DÉJÀ VU Es noviembre y estamos en Nueva York. Solo disponemos de tres horas para oler la vida en la gran ciudad antes de que zarpe nuestro crucero Norwegian, pero gracias a dormir en el céntrico Hotel Hudson las exprimiremos. Un paseo temprano hasta Central Park ya nos hace echar de menos una bebida calien-te ‘take away’ en la mano. Hace frío, pero es conmovedor percibir el humo de las alcan-tarillas. Nos resistimos a ir tras el memorial de John Lennon en el parque y giramos hacia 5th Avenue. Enfrente del Hotel Plaza, con una recua de carruajes a la espalda, nos ponemos deberes: ver de nuevo “Solo en Casa 2”.

Una larga fila espera a que abra Tiffany, que acaba de inaugurar un restaurante don-de servirá su genuino desayuno. Más adelan-te, Victoria’s Secret enseña a pie de calle una retrospectiva de sus ángeles más queridos. Si es que somos —perdón por el arrojo. De-masiados códigos compartidos— son los in-ventores del ‘sexy’. En Rockefeller Center los obreros montan el árbol con el que en enero

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la ONG “Habitat for Hummanity” construirá viviendas de acogida. Guapos y generosos. Ya hay gente patinando en esa pista que re-crean algunas figuritas de Belén que venden en El Corte Ingles —¡Adónde no lleguen!— y los niños empañan el cristal de Macy’s coronados con un Believe gigante. Conta-giados por un temprano espíritu navideño, queremos visitar el taller de Santa del mer-cadillo de Bryant Park. Pero suena la alar-ma. El barco zarpa desde el Pier 88 en nada. Formar parte, aunque sea como un grano de arena, de “todo eso” te hace sentir especial.

AVENTURA DE OTRO PLANETALos americanos ganaron la carrera espacial en los años 70. O al menos así lo proclama-ron. Figurar para la historia como los prime-ros “extraterrestres” les ha dado el coraje para hacer todo lo que se propongan. Amén de subrayarlo con una frase lapidaria: “Un pequeño paso para el hombre, un gran pa-so para la humanidad”. En cabo Cañaveral, donde hacemos la primera parada, las atrac-ciones son Disneylandia y el Kennedy Spa-ce Center de la NASA, nuestro destino. Allí, veteranos como Thomas David Jones dan charlas sobre su experiencia, que en el futuro no será tan exclusiva. El dueño de Amazon trabaja en la zona para ofrecer viajes turísti-cos espaciales desde su empresa Blue Origin.

Florida también es una zona estupenda para probar el hidrodeslizador o ‘airboat’. Durante la experiencia es tan probable en-

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1. Central Park. 2. Dormir en la suite del puente de la Atlantis Tower, donde se hospedó Michael Jackson, cuesta 3.000 euros. 3. “Rock of Ages” es un musical que se interpreta en el Norwegian Breakaway. 4. Nasáu, capital de las Bahamas. 5. La NASA en Florida. 6. Show circense en una cena durante el crucero Norwegian. 7. Airboat. 8. Florida tiene más cocodrilos que todo EE.UU. 9. La langosta y la gamba se degustan durante el crucero.

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contrar cocodrilos -viven unos 14.000 cerca del puerto-, como vacas ‘marinas’. Serpien-tes, monos, reptiles y fauces embalsamadas conquistan las tiendas de recuerdos. Algu-nos souvenirs rozan sensibilidades, como un rascador de espalda con una garra de cocodrilo real, lo que no le resta originalidad.

A RITMO DE YOLO Las Bahamas son la última y más deseada parada del crucero. Un día se reserva para retozar en la isla privada de Norwegian y otro para descubrir Nasáu. Desde la capital, tras esquivar mil manos con ansias de trenzar el pelo, nos subimos a un barco para cru-zar el estrecho y conocer Paradise Island. “Próximo destino Cuba”, anuncia el simpá-tico guía del bote mientras señala cual Colón las villas de Michael Douglas y Mariah Carey. Isla Paraíso sirvió de escenario para “Casi-no Royale”. James Bond no nos recibió en el Atlantis Casino, pero no faltaban jugadores madrugadores —o muy trasnochadores—, como la particular versión de una Kardas-hian. Ataviada con chándal de terciopelo de Calvin Klein probaba suerte en la ruleta.

En las playas de las Bahamas todos los bolsos rezan Dior, Vuitton o Michael Kors. Algo que deja de sorprender cuando callejeas por las tiendas de imitación de la ciudad. La gente grita YOLO: You Only Life Once.

EL BARCO ES EL DESTINOPara los americanos, el crucero es una atrac-ción más. A los 4.000 pasajeros del Norwe-gian no le faltan actividades a bordo, desde actuaciones de Broadway a sesiones de pia-no, clases de repostería y 28 espacios gas-tro, algunos con espectáculo como el Circe Dreams o el Teppanyaki. La tortilla se vuelve una serpiente en la plancha.

Los días de navegación ayudan a com-prender cómo marca crecer entre barras y estrellas. Por ejemplo, llama la atención las múltiples scooters para obesos, y que pese a eso no se priven de hot dogs ni Choco Kris-pis. El máximo de ocupantes en el jacuzzi es meramente orientativo y no les amilanan karaokes ni concursos de camiseta mojada. Viven para el show. “Oh, say can you see...”.

GUÍA PRÁCTICACómo llegar. Además de una imponente flota aérea, Norwegian también cuenta con infinidad de cruceros por Alaska, Hawái, Bahamas, Europa o el Caribe. Destinos tentadores con muchas actividades a bordo.

Más información: norwegian.com

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