Date post: | 20-Oct-2015 |
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Prólogo
Abordar el tema de liderazgo significa analizar la historia misma de la
humanidad. Estoy plenamente convencido de que la historia no la
escriben los pueblos sino sus líderes, ellos son los que conducen a sus
comunidades hacia el progreso o hacia el desastre; sus aciertos y
equivocaciones trascienden en muchas ocasiones por varias generaciones
o dejan marcas indelebles en sus culturas.
A través de este breve análisis se pretende desmitificar lo que se ha
considerado tradicionalmente un misterio: ¿El carisma de líder es un don
natural? ¿Es un don de los dioses o es un proceso aprendido? ¿Qué
explica que muchos líderes, que han carecido de ese magnetismo natural,
hayan trascendido? Si un líder desea adquirir carisma, ¿qué tiene que
hacer? ¿Qué es lo que atrae a los seguidores hacia sus líderes, en forma
tal que están dispuestos a realizar grandes sacrificios?
Son los cuestionamientos que me lanzaron a profundizar sobre este
apasionante tema, partiendo por supuesto de aquellos lideres que han
trascendido para siempre como Cristo, Gandhi, Napoleón, Aristóteles,
Alejandro Magno, entre otros, que han quedado en la memoria universal
venciendo al tiempo, pues la humanidad difícilmente los podrá olvidar. Y
además del estudio de los líderes contemporáneos, tanto en el campo
corporativo y social de nuestro tiempo, como Thomas Watson, Walt
Disney, Konosuke Matsushita, Martin Luther King, Charles de Gaulle,
Francisco 1. Madero, Mijail Gorbachov, Juan Pablo II, Winston Churchill,
por citar algunos que a través de sus pensamientos y sus obras han
influido en las culturas de sus naciones y en algunos casos en la
humanidad entera.
Están presentes además las conclusiones de las entrevistas que he
realizado a una infinidad de líderes en diferentes lugares, desde líderes de
pequeñas comunidades rurales, o dirigentes nacionales, o de movimientos
internacionales en más de 50 países, tanto en América, Europa, Asia y
Oceanía, y las constantes que he aprendido de ellos son la esencia de
esta obra.
Estoy convencido, hoy más que nunca, que se requiere de una nueva
generación de líderes, que conscientes de su realidad, con una poderosa
escala de valores humanos y apasionadamente comprometidos con su
sueño, serán los que escriban la historia de la humanidad, los que logren
edificar un mundo más humano y justo.
Con el sincero deseo de aportar una reflexión más, para forjar esa
nueva élite, aporto estos pensamientos, pues estoy convencido de que si
se pueden hacer realidad a través de líderes extraordinarios. Y a ellos, a
los líderes que actualmente están dirigiendo empresas, movimientos
sociales, nacionales e internacionales, les corresponde forjar el mundo
que todos deseamos para nuestros hijos.
Agradezco al equipo de trabajo al que pertenezco, pues sin ellos seria
imposible la realización de esta obra y en especial a mi estimado amigo
Rogelio Sampedro, por su empeño y acuciosa labor para darle forma a
interminables manuscritos y lograr su publicación, y por supuesto a mi
familia que cada día vive mi compromiso y me acompaña en la realización
de un sueño, a mis amigos inolvidables por su optimismo y apoyo.
El futuro de la humanidad nadie lo puede adivinar, pero estoy con-
vencido de que silo podemos inventar, a través de sembrar hoy lo que
mañana desearíamos cambiar. Estoy seguro de que Dios confía en el
hombre para realizar plenamente su creación.
Prefacio
Si pudiera mi vida convertir en una sola frase,
en un solo pensamiento para mejorar a la humanidad, entonces mi vida quedaría justificada.
Miguel Ángel Cornejo
Carisma, del griego charismata, significa don de dioses. Así, los griegos
identificaban como sobrenaturales las habilidades extraordinarias que
manifestaba algún individuo: atleta, escultor, orador. Y de hecho son
dones naturales inexplicables que han sido parte integral del ser humano
a través de toda su historia. Así, Miguel Ángel Buonarroti para la
escultura, Leonardo da Vinci para la pintura y la creatividad, Louis Pasteur
en el campo científico; y en el campo del liderazgo social vemos
dirigentes con ese carisma natural, como Kennedy, Morelos, Luther King o
actualmente Juan Pablo II o la madre Teresa de Calcuta.
Aunque en el campo de las ciencias y de las artes el carisma no se
puede adquirir, en el campo social, en cambio, si es posible obtenerlo y
dominarlo.
En mis intervenciones en congresos, conferencias o medios de
comunicación a donde me han invitado para abordar el tema de liderazgo,
frecuentemente la gente me pregunta: ¿Cómo se logra el carisma de
líder? ¿Cómo se logra ese magnetismo, esa fuerza de atracción? Por
supuesto hay un carisma natural, hay personas especiales que desde
niños atraen la atención de otros niños, y vemos cómo el niño organiza a
sus compañeros, lo mismo para ir a jugar fútbol o a romper cristales. Esto
significa que líder es aquel que influye en otros para moverlos en
determinada dirección.
Vemos el liderazgo natural en gente con un carisma muy especial, que
tiene el don de mover a los demás, aunque ello no significa nece-
sariamente que como líder conduzca a su gente hacia el bien, pues lo
mismo la puede inducir al mal. Un narcotraficante o un dictador que
orillen a la gente a la miseria o a la injusticia; o un héroe, un dirigente
que la conduzca a la libertad o a la prosperidad, obviamente son líderes;
unos trabajan para construir y otros para destruir.
Hay gente que tiene un carisma natural, pero asimismo hay líderes que
se han empeñado en llegar a serlo. Se calcula que de 1945 a la fecha se
han escrito más de tres mil estudios serios, todos ellos sobre el tema del
liderazgo, y lo descubierto en esta materia en los últimos años nos revela
aspectos muy interesantes acerca de cómo es posible adquirir en forma
cognoscitiva el carisma social, aunque se carezca de él en forma natural.
Se ha aterrizado al líder, se le ha desmitificado, se le puede tocar, se
puede entender hoy de dónde vienen esos vínculos de poder y se ha
podido descubrir que la persona que esté decidida a pagar la colegiatura
puede adquirir el carisma social del líder, esa atracción por medio de la
cual puede tener esa fuerza magnética hacia sus seguidores.
El líder logra ese poder especial que se llama carisma cuando se atreve
a incorporar a su estilo de vida las premisas básicas que se analizan en
este capitulo, las cuales pueden aprenderse, lo que no necesariamente
garantiza que uno puede convenirse en líder carismático, pues solamente
a través de la práctica se puede desarrollar y dominar esas destrezas.
El liderazgo no se puede enseñar, se tiene que aprender. Muchos no
tienen la motivación y la autodeterminación para lograr un estilo de
liderazgo con estas características y la ruta que hay que transitar está
reservada solamente para aquellos que están convencidos de que triunfar
en la vida no es lo más importante, es lo único.
Lo que muchas escuelas de administración llaman liderazgo son en
realidad “estilos gerenciales”, que buscan perpetuar las destrezas ad-
ministrativas para fijar objetivos, tomar decisiones en forma participativa,
trabajar en equipo, etcétera; pero no nos dicen cómo desarrollar las
habilidades de un líder, tales como la visión, la persuasión, la motivación
y la comunicación, entre otras.
El liderazgo de Excelencia es una de las ventajas competitivas más
poderosas para cualquier tipo de empresa, pues si se carece de líderes
efectivos, la organización está perdida, y es desalentador ver que éste es
uno de los recursos más descuidados actualmente en las empresas,
cuando es en realidad el ingrediente básico para lograr el éxito corpo-
rativo. Además, el proceso de desarrollo de líderes es lento y costoso,
pero no hay otra alternativa o se hace bien o se va a la deriva y al fra-
caso.
Si deseamos desarrollar una sociedad de Excelencia es necesario
aprender rápidamente de los líderes más talentosos, pocos pueden
enseñarnos mas que aquellos que han demostrado de lo que son capaces,
pues ellos ya lo hicieron —Tecnología de lo obvio—, ya lo lograron y son
maestros en liderazgo; sus habilidades para proyectar su visión, para
comunicarse, para inspirar confianza y autoestima, para comprometer y
dinamizar, son únicas y es precisamente con su ejemplo que ha sido
escrito este libro.
Para formar líderes corporativos de Excelencia se requiere más que un
programa de entrenamiento o una extensa bibliografía; es fundamental
que la cultura y la estructura de la empresa apoyen su formación
permanente. Deben adoptar un enfoque integrado para aprovechar al
máximo el potencial de sus líderes, deberán recompensar en forma
significativa a aquellos que incrementen sus habilidades para comuni-
carse, sean más motivadores y dominen el proceso de cambio
organizacional y de renovación; se debe contar con un sistema de
desarrollo de líderes efectivos en la organización, trabajar intensamente
para crear campeones que nos conduzcan como equipo al triunfo.
A continuación se analizan los conceptos fundamentales para lograr un
liderazgo carismático de Excelencia.
1 Cuando un líder es intolerante ante la situación
y su insatisfacción permanente se convierte en el ingrediente básico para
lograr la superación
Sufragio efectivo, no reelección,
Francisco I. Madero
Francisco I. Madero, (1873-1913). Político mexicano. Nació en Parras, Coahuila. Se enfrento
al general Porfirio Díaz con el lema “Sufragio efectivo, no reelección”. Inició y dirigió la
Revolución Mexicana dc 1910 en contra de la dictadura del porfiriato. El 11 de mayo de 1991
logró la dimisión del presidente y su salida del país. Fue elegido presidente de la República el
6 de noviembre del mismo año. Una revuelta acaudillada por Victoriano Huerta lo derrocó del
poder y fue asesinado junto con José Ma. Pino Suárez, el 22 de febrero de 1913.
La visión del líder le indica cuál es el objetivo a realizar y trabaja
incansablemente por lograrlo. La visión del líder le hace cuestionar su
realidad y lo lanza a la acción, a la búsqueda del cambio; la visión no es
algo que se pueda enseñar, es algo que se tiene que encontrar y nace de
un estado positivo de inconformidad. La inconformidad es el inicio para un
estado de descomposición, mientras se busque la mejora habrá
crecimiento, de lo contrario se entrará en la declinación . “El camino más
rápido es el camino hacia abajo.”
La visión representa un estado futuro a lograr, la dimensión del
proyecto es en la misma proporción a su grandeza; el problema consiste
en que en nuestra actitud predomina el “por qué no se puede logra?’, en
lugar de pensar ¿cómo lograrlo?, la confianza de creer que ¡si se puede! a
pesar de los obstáculos y las adversidades. Para tener visión es
necesario:
Inconformidad
+ Positivismo
+ Convicción
+ Decisión
= Realizaciones
Hoy más que nunca los líderes y subordinados buscan un sentido a su
trabajo, por lo que los líderes que desean obtener el carisma y la
atracción a sus sueños deberán tomar como punto de referencia:
Inconformidad
Detectar oportunidades de mejora ante las deficiencias actuales y áreas
de mejoramiento, aunque no necesariamente provengan de fallas y de las
expectativas de la nueva competencia.
Convicción
Construir un ambiente de confianza a través de la congruencia del líder,
de que sus propuestas son modelos que el líder mismo practica, y da
prueba manifiesta hasta el sacrificio personal para lograr el objetivo
deseado.
Decisión
Lanzarse a la acción con hechos concretos para convertir lo propuesto
en realidad, utilizando todos los medios que estén a su alcance y
produciendo las opciones requeridas para lograrlo, aun cuando las
situaciones circunstanciales sean adversas. El optimismo del líder ante la
adversidad crea confianza y motivación.
Los líderes de Excelencia describen la situación actual como intolerable
y de inmediato el cambio y la visión del futuro se convienen en la piedra
angular, despertando la creatividad y deseo de cooperación de su gente.
Napoleón Bonaparte decía: “La imaginación gobierna al mundo”; para
motivar a la gente es necesario hacerla soñar, transmitiendo la visión en
la forma más atractiva posible y que es necesario alcanzarla de manera
urgente y ahora.
La visión es atrayente cuando se presenta en sus impactos sociales y
humanos, no simplemente como un logro de resultado financiero, sino
como factor que contribuye con la humanidad, haciendo sentir a toda la
gente como colaboradores de un nuevo orden social. Además, el líder
presenta su visión con tal sencillez que aumenta su visión y credibilidad y
las soluciones a los problemas que se vayan presentando serán vistas
como retos, no como problemas.
El líder muestra su visión como la razón de ser que justifica todo el
esfuerzo que realiza por alcanzar una meta, la cual es también un motivo
para trabajar en equipo y exige la cooperación de todos sus miembros.
Mientras más desafiante sea la visión ante el presente, aumentará su
fuerza ante sus subordinados y entre más profunda sea será más
trascendente.
Cuando el mercado o el momento social presentan una oportunidad, el
líder carismático busca aprovecharla al máximo. Es un error pensar que la
visión del líder le llega milagrosamente; el proceso es gradual y es el
resultado de una intensa búsqueda, la visión nadie nos la puede dar, es
necesario encontrarla.
El éxito en la visión del líder se basa en su conocimiento profundo de
las realidades y de las limitaciones del entorno, así como de las
oportunidades, y en su empatía con las necesidades de sus seguidores. Si
el líder se aleja de la realidad o deja de ser sensible a su gente, su propia
visión corre el peligro de convertirse en una utopía. Los éxitos tempranos
pueden producir miopía en la visión del líder, o que se crea infalible y se
niegue a comprender las realidades desde otros puntos de vista. El líder
siempre debe estar dispuesto a reorientar su propia visión.
Ser intolerante hacia “porque siempre se ha hecho así”, ¿por qué no en
forma diferente y mejor? Este sentido de inconformidad es una fuente de
energía del líder carismático, que siempre está a la búsqueda de
oportunidades de hacer más con lo mismo o con menos, y además es
impaciente, parece tener mucha prisa para que las cosas cambien aquí y
ahora, siempre está identificando retos mayores, aunque esta velocidad
puede convertirse en debilidad si no va consolidándose y aterrizando en
forma adecuada a cada cambio.
La insatisfacción positiva es un ingrediente esencial para la vida
corporativa y es parte vital del éxito de la empresa de Excelencia. El líder
debe desarrollar este sentido de inconformidad optimista en sus
subordinados y simultáneamente debe proyectar una imagen de futuro
muy superior a la situación actual.
El líder debe desarrollar una comunicación franca y de confianza con su
gente para poder percibir las deficiencias y aprovechar la oportunidad de
mejora no comunicada, pues también existen opciones de mejoramiento
no necesariamente derivadas de fallas o deficiencias.
Nada sucederá hasta que nuestra gente no haga conciencia de la
necesidad del cambio, de esta actitud se deriva el sentido real de la
superación, y el líder deberá convertirse en un agente concientizador y de
estímulo constante para desafiar el estatus actual y lanzar a su equipo a
la búsqueda de nuevas soluciones. En la medida en que lo logre se medirá
la efectividad del líder.
¿Qué significa esto?, a usted que está leyendo estas líneas le pregunto:
¿realmente está conforme con su empresa?, ¿podrá mejorarse?
¿podremos superar nuestros estatus?, ¿podremos lograr que nuestra
empresa, nuestro departamento, nuestra área o nuestro puesto sea
mejor? Creemos que sí se puede, ya contamos con esa semillita que está
germinando, no desde el punto de vista negativo, crítico o destructivo,
sino como un estímulo positivo que nos impulse realmente a hacer las
cosas bien.
Somos inconformes pero también negativos, ¿por qué negativos?
Amamos la casa que no tenemos, el trabajo que no tenemos, los hijos
que no tenemos, la pareja que no tenemos; y obviamente, no nos hemos
dado cuenta de que es necesario aprender a amar lo que realmente si
tenemos: nuestro trabajo, nuestra casa, las circunstancias, nuestros
amigos, nuestra pareja, nuestros hijos, lo que sí está en nosotros y está
en nuestras manos cambiar, hacer lo mejor con lo que tenemos en lugar
de quejamos amargamente, ser intolerantes en el sentido de que todo se
puede hacer mejor, todo lo podemos superar, ser permanentemente
inconformes positivos puesto que siempre existirá una mejor forma de
hacer las cosas.
Lleguen por favor mañana a su oficina, reúnan a su equipo y
pregunten: ¿Oigan, podremos ser mejores, podremos realmente hacer
algo mejor?; se van a quedar sorprendidos de la gran cantidad de ideas y
sugerencias que tiene la gente para hacer las cosas mejor.
Lee Iacocca se llevó a la Chrysler a uno de sus supervisores de la Ford
y cuando platicó con él, le interrogó: “Oiga, ¿cuántos años llevaba en la
Ford?”; el empleado contestó: “17 años». Iacocca le volvió á cuestionar:
“Y nunca se le ocurrió alguna mejora en su trabajo?»; le respondió: “Sí,
muchas”. Le preguntó lacocca: “¿Por qué no las dijo?”, y la respuesta del
empleado fue: “Porque nadie me las preguntó”. Tenemos que darnos
cuenta de que existe un poder enorme en nuestra gente, pero ¿qué
necesitamos de un líder insatisfecho? Que capitalice el talento de su
gente, la sabiduría del equipo de trabajo.
2. Crea conciencia y compromete a sus seguidores con el cambio
Yo nunca hice algo sola, cualquier
cosa que se logro en esta nación
fue obra de la comunidad.
Golda Meir
Golda Meir (1898-1978). Estadista judía. Nació en Rusia. Residió en su juventud en Estados Unidos.
Líder sionista. Ministro de Israel en la URSS, de 1948 a 1949. Miembro del gabinete israelí en varias
ocasiones. En 1969 fue designada primer ministro de Israel. Gobernó hasta 1974. Dirigente de
partido”Mapaí”. “Es verdad que hemos ganado todas nuestras guerras, perchemos tenido que pagar por
ellas; mas aun, no hubiéramos querido más victorias”. “No nos regocijemos en las victorias, regocijérnonos
cuando una nueva clase de algodón esté creciendo y cuando las fresas florezcan tranquilamente en los
campos de Israel”
No solamente basta que estén conscientes de que algo se tiene que
mejorar, sino que se comprometan a mejorarlo, ése es el gran secreto del
líder. Seamos creyentes o no, hace casi 2 mii años existió un líder
carismático, un líder con una fuerza extraordinaria, un líder que hizo un
parteaguas en la historia universal, y que todos los que nos hemos
dedicado, como es mi caso, al estudio del tema del liderazgo, lo hemos
considerado como uno de los líderes más extraordinarios de todos los
tiempos: Cristo.
¿Y qué fue lo que hizo Cristo? Analicémoslo: vivió un mensaje, una
misión, intensamente; eligió a una docena de individuos, los preparó
durante tres años y luego les dejó el compromiso de difundir su mensaje,
prácticamente les dijo: “Les entrego esta noble tarea, ustedes serán
responsables de los resultados que obtengan”, les vendió la idea y se fue.
Hoy resulta que han pasado 2 000 años y los que creyeron en Él siguen
trabajando intensamente.
Un líder de Excelencia tiene una característica fundamental: Compro-
mete a sus seguidores. Imagínense a Golda Meir. A los judíos que tuvie-
ron que dejar su fábrica con grandes ingresos y una vida tranquila y feliz,
los mandó llamar a un país terriblemente conflictivo, árido, desolado, un
país verdaderamente inhóspito, que les ofrecía nada más un compromiso.
Ésa es la parte vital, y aquellos hombres y mujeres dejaron todo por
seguir un sueño, esto significa compromiso, no basta ser buena gente, no
basta ser una persona atenta y amable. ¡No!, hay que ser alguien que
comprometa y tener ese poder de convencimiento que hace que los
demás acepten el compromiso y se entreguen a ese ideal. No se trata de
que se dé a elegir, no hay opción, éste es el compromiso y todos tenemos
que vivirlo, y el líder al frente va marcando el paso y con la actividad
esencial de comprometer a sus seguidores.
Si nos situamos en la parte humana, la parte más bella, ésta nos dice
que solamente por amor nos comprometemos, porque el compromiso
significa limitar la libertad asumiendo todas sus consecuencias; libertad —
libre albedrío— para elegir y asumir las consecuencias de la decisión, para
bien o para mal. Yo soy libre de casarme o no, de acuerdo, pero si me
caso, asumo la responsabilidad de una pareja; soy libre o no de gestar un
hijo, de embarazar o no a mi novia, de acuerdo, pero silo hago, asumo la
responsabilidad de formar un hijo; yo soy libre de trabajar o no en tal o
cual empresa, pero si ingreso ahí, asumo la responsabilidad de dedicarme
con plenitud de cuerpo y alma a cumplir con la labor que se me
encomiende; yo soy libre de hacerme adicto a la droga, pero si lo hago
debo asumir las consecuencias que tenga sobre ¡ni persona. Soy libre de
ir o no a estudiar y asumo la responsabilidad de mi sabiduría o de mi
ignorancia.
Vital y fundamental es la responsabilidad que viene aparejada en la
misma proporción con la propia libertad. El líder compromete y el que
ama acepta el compromiso, el que ama renuncia, el que ama da todo de
sí, el que ama se atreve a dar todo por lo que ama, por eso el amor es
compromiso, por eso el estar en una empresa compartiendo un sueño es
compromiso, por eso el líder carismático enamora y seduce.
Algo curioso, imagínense ustedes a Gandhi, un hombre pequeño y
delgado, ¿habrá sido un seductor?; piensen en Cristo, vaya compromiso
que heredó a sus seguidores; analicen el compromiso de Charles de
Gaulle actuando en la clandestinidad en Inglaterra, dirigiendo la gran
resistencia francesa, un hombre comprometido hasta la muerte con su
gente; Winston Churchill enviando sus ejércitos a Europa para liberarla, la
gran mayoría sabia que iban a morir, pero su compromiso con la libertad
era fundamental. Por ello es esencial que un líder sea un súper vendedor
de compromisos forjados en un ideal y que comprenda el sentido
responsable de la libertad.
Soy libre
El sentido de la libertad
El ser libre nos da la posibilidad de decidir y debemos asumir respon-
sablemente sus consecuencias.
Soy libre para elegir mi destino, y cualquiera que éste sea yo soy el
único responsable de la calidad de vida que poseo.
Soy libre para buscar permanentemente mi superación y soy res-
ponsable de mi estancamiento y mi mediocridad.
Soy libre para dedicar mis talentos al trabajo que elija y responsable
por la frustración a causa de lo que nunca quise hacer.
Soy libre para producir los bienes materiales que deseo poseer y
único responsable por la frustración de no tenerlos.
Soy Libre para elegir a la pareja con la que deseo compartir mi vida y
soy responsable de su felicidad y realización.
Soy libre para decidir traer a otro ser humano al mundo pero soy
responsable de su formación y desarrollo.
Soy Libre para compartir la amistad y soy responsable de la lealtad y
sinceridad que le debo a mis amigos.
Soy libre para disfrutar plenamente todos los bienes de la creación y
el único responsable de mi insatisfacción y vaciedad.
Soy libre de soñar y dejar volar mi imaginación y único responsable
de la frustración de tener una vida vacía sin estrellas que alcanzar.
Soy Libre para hacer crecer mi espíritu a su plena realización y res-
ponsable de la estrechez de su horizonte.
Soy libre para elegir los ideales por qué luchar y responsable de la
calidad del mundo en que yo decidí vivir.
Soy libre para amar a Dios y único responsable de cumplir con la
misión histórica de mi creación.
El líder carismático debe ser exigente al comprometer a su gente, pre-
sionándola y forzándola a la acción inmediata. Maquiavelo decía: “Nadie
apoya el cambio”. El reto es precisamente seducir y guiar al equipo hacia
el cambio, contradecir a Maquiavelo creando una atmósfera atractiva de
alta presión con fechas límites para alcanzar los objetivos buscados, así
como un sentido de urgencia que en esencia exija un desempeño más alto
de su personal.
Cuando el trabajo tiene un sentido, cuando el líder puede transmitir a
su gente la necesidad de realizar un trabajo de calidad, cuando la misión
de servicio de la empresa es clara para todos sus integrantes, se puede
lograr un compromiso al cambio más allá de lo extraordinario. El
compromiso personal y la voluntad de sacrificio son el resultado de una
creencia sincera en la misión de la empresa.
Los líderes deben asignar tareas que contagien un alto grado de mo-
tivación intrínseca que justifique el esfuerzo a realizar, el resultado a
lograr, y fomente el no convencionalismo para propiciar un ambiente de
confianza que estimule la creatividad y ponga en práctica soluciones no
probadas.
3. Se atreve a poner a prueba
lo tradicional
Lo que necesita el mundo son
las estrellas de paz y no
guerra de estrellas.
Mijail Gorbachev
MijaiI Gorbschov (1935-). Fue el ultimo secretario general del PCUS y máximo dirigente de la antigua Unión Soviética. Por los grandes cambios políticos y sociales que introdujo en su país y en el mundo entero, le fue otorgado el premio Nóbel de la Paz 1990. Artífice de la Perestroika y del Glasnost, también a él se le recordará por ser impulsor de la caída del Muro de Berlín, del fin de la Guerra Fría y del acercamiento entre el antiguo bloque comunista y Occidente.
Un líder carismático cuestiona habitualmente lo que hemos hecho
siempre: ¿por qué lo tenemos que seguir haciendo así?, ¿por qué
tenemos que seguir tolerando la corrupción, la burocracia o el abandono
de nuestros niños en las calles? Esas situaciones las tenemos que
resolver.
Lo mismo sucede en la empresa: ¿por qué tenemos que seguir
vendiendo los mismos productos con los mismos métodos?, ¿por qué te-
nemos que seguir trabajando igual, con esa ineficacia y esa improduc-
tividad?, ¿por qué tenemos tantos clientes insatisfechos?, ¿por qué no
podemos cumplir nuestros compromisos con una seriedad total?, ¿por
qué tenemos que aceptar la mediocridad? ¡Porque todo el mundo lo hace
así! Entonces es cuando surge el líder carismático dice: “¡Basta! se acabó
lo tradicional, se acabó la costumbre, ahora empieza el cambio”, y se
declara en contra de esa corriente.
Es difícil para el líder adoptar esta postura. Recuerde: entre más saque
la cabeza más posibilidades hay de que se la corten, esto no tiene
remedio, es el costo de ser líder, es el precio de estar ahí. Yo no soy
gobiernista, jamás lo he sido, no recibo ninguna gratificación oficial, pero
estoy viendo que el presidente de México se está arriesgando para crear
época, además es el momento propicio de hacerlo, de romper estructuras
caducas que ya no tienen ningún sentido. El hombre que tenemos hoy por
líder se está atreviendo, en mi opinión, a cambiar a México, aunque no a
la velocidad con que yo lo desearía, pero vamos avanzando hacia el
cambio, hacia el rompimiento de conceptos demagógicos, de mitologías,
de muchos conceptos anacrónicos de esta nación.
En nuestra empresa, en nuestra familia también existen anacronismos y
hay que romperlos definitivamente. Lleguen a su empresa el lunes y
pregúntense esto: ¿Cuántos de nuestros errores son tradición
corporativa? ¿Cuántas cosas que yo hago en forma equivocada son
hábitos corporativos? La ineficiencia para dar una respuesta al diente, la
lentitud de los servicios, la ineficiencia en la entrega de datos, este tipo
de conceptos tenemos que cuestionarlos, hace una auditoria de hábitos,
incluso en lo personal: ¿Cuáles son mis hábitos personales? ¿Hay de-
ficiencias que he convertido en costumbres? En mi vida familiar, de
pareja, con mis padres, mis hermanos, o mis hijos, ¿habrá algunas áreas
por cambiar? Por ejemplo: hay gente que en la mañana por tradición está
de mal humor, usted se ha dado cuenta de que frecuentemente nos
topamos con algunas personas que en la mañana no saludan, ¡ladran! Por
tradición hemos convertido los errores en costumbres.
En alguna ocasión me preguntaban: “Oye, Miguel Ángel, ¿dónde
debería empezarse una auditoria operacional?” —una auditoria ope-
racional debe iniciarse por una auditoria de hábitos—’. ¿Cuáles son los
hábitos de trabajo? Lo trasladaría a la casa, a la relación con los amigos,
en fin, a cada sector de nuestra vida. Hay errores que hemos convertido
en hábitos y necesitamos romperlos, necesitamos poner a prueba cada
tradición para poder aspirar a ser hoy mejores que ayer.
Poner a prueba lo tradicional, las normas, los hábitos que se
interpongan en el camino agregan carisma al líder. La revista norteameri-
cana Fonune comenta: “El reto principal será la innovación. Si hay una
sola destreza que toda unidad empresarial debe tener en estos días, dicen
los expertos, es la capacidad de innovar para diseñar nuevos productos,
servicios y maneras de hacerlos y distribuirlos”.
Son tiempos de cambio y renovación, la esencia es recrear a la
organización. Para el líder carismático no existen mitos ni costumbres ni
vacas sagradas, pues su desafió es la búsqueda de un orden superior.
Tiempo de vivir
Vivir es vibrar cada instante ante la emoción de percibir la maravilla
de la creación.
Vivir es entender que cada minuto que transcurre no volverá, es
atraparlo intensamente porque forma parte del tiempo que sabemos
ha quedado en el ayer.
Vivir es saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar en la bondad y
llevar a su máxima expresión nuestra capacidad de ser.
Vivir es gozar los momentos bellos y desafiarse a sí mismo ante las
adversidades.
Vivir es aprender más cada día, es evolucionar y cambiar para hacer
de nosotros un ser mejor que ayer, un ser que justifica su existir.
Vivir es amar intensamente a través de una caricia, es escuchar en si-
lencio la palabra del ser amado, es perdonar sin réplica una ofensa, es
aspiras la presencia del otro, es besar con pasión a quien nos ama.
Vivir es contemplar apaciblemente la alegría de un niño, escuchar al
adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar, acompañar con
gratitud la ancianidad en su soledad.
Vivir es comprender al amigo ante la adversidad aunque se tengan
mil argumentos para contradecirlo o justificarlo, para finalmente sólo
escucharlo; es tener la capacidad de regocijarse ante sus triunfos y su
realización.
Vivir es sentir que nuestro existir no fue en vano y en la medida en
que nos atrevamos a dar lo mejor de nosotros en cada momento,
logremos manifestar la grandeza de nuestra alma para amar.
Vivir es permanecer en paz ante la presencia de Dios, contemplando
en silencio la inmensidad de su ser.
Vivir es vibrar y sentir; es amar y gozar; es observar y superar; es
dar y aceptar; es ser y permanecer; es comprender que nuestro
tiempo es lo único que poseemos para realizar plenamente nuestro
ser.
4.Identifica el privilegio de servir
como fuente inagotable del poder
Soy un pequeño lápiz de un escritor, Dios,
quien transmite una carta de amor al mundo.
Madre Teresa
Madre Terna de Calcuta. Toda la vida de la madre Teresa ha sido atormentada por la preocupación de llevar un poco de paz y de consuelo a los desvalidos del mundo. Ella ha transportado en sus brazos a los agonizantes y apretado contra su pecho a los niños abandonados. Sus manos han calmado dolores y su sonrisa ha ahuyentado angustias. Su compromiso al servicio de los necesitados comenzó un día de 1957. Una llamada de auxilio de cinco leprosos despedidos de su trabajo dio inicio a una cruzada de amor por todo el mundo. Aquella mujercita de sonrisa luminosa nació en Skopje, Albania, hija de un próspero empresario. Agnés Bojaxhiu había sido llamada desde muy joven a la vida religiosa. Tomando el nombre de Teresa en homenaje a la humilde florecilla de Lisieux a la que profesaba un fervoroso culto, entró en la orden irlandesa de Loreto. El 6 de enero de 1929 desembarcaba de un vapor en los muelles de Calcuta al encuentro de su destino. Hoy con más de 80 años sigue fiel a su vocación de dar amor hasta que duela
El servicio domina, da poder a quien lo utiliza. Si usted llega a un res-
taurante y es atendido en forma extraordinaria por el mesero, se sentirá
comprometido a otorgarle una buena propina. Si en casa la atención de
alguno de sus hijos es excepcional en cuanto a que se anticipe a sus
necesidades preparándole el baño o sirviéndole su bebida predilecta,
usted no se resistirá a satisfacer sus deseos.
Los grandes líderes de todos los tiempos, tanto en el campo corporativo
como social, han entendido que quien sirve más y mejor aumenta su
influencia y su poder; así, la fuerza de una empresa no está en su
organización sino en su producto. Silo que produce la empresa es de alta
calidad, sirve efectivamente para lo que fue creado, el consumidor lo
busca y lo hace producto líder en el mercado. En el campo humano los
seres que sirven a otros son la gente más valiosa y buscada.
En la vida las recompensas son directamente proporcionales al servido
que ofrecemos. Así, imagine usted por un momento una absurda escena
en la que un hombre se enfrenta en una fría noche a una chimenea
apagada y le dice: “Si tú me das calor, yo prometo que te daré leña”. Por
supuesto que es un planteamiento estúpido, pues en la proporción de
leña que encienda tendrá el calor deseado. En alguna forma, esto es lo
que les pasa a los mediocres: quieren recibir todo sin antes dar algo a
cambio. El servicio es el camino para conquistar las recompensas
deseadas.
No se debe confundir servicial con servil, ya que la gente servil es
aquella que manipula a través de la adulación a los poderosos para
servirse de ellos sin dar nada más que mentiras y engaños. Hay líderes
que sirven y líderes que se sirven, la diferencia entre unos y otros es
diametralmente opuesta: los líderes que se sirven del poder explotan a
otros para que en forma ilegítima se enriquezcan. Los que sirven a su
tiempo salvan una empresa, una familia, una nación; son los que
permanecen para siempre en la memoria universal, son los indispensables
que escriben la historia evolutiva de las naciones.
Excelencia en el servido
El servicio significa la gran opción que tenemos para triunfar ante la
nueva competencia y es el camino para tener éxito corporativo.
Dar es la mayor manifestación del poder: el que sirve domina.
Servicio es la virtud de ser útil, marca la dimensión de la recompensa
buscada.
El servicio produce satisfacción y crea necesidad, nos hace indispen-
sables.
Nunca servir en forma proporcional a la recompensa buscada: El
hacerlo con valor agregado atrapa clientes de por vida.
Servicio es agregar valor al producto. Servir bien no basta: hay que
hacerlo en forma extraordinaria.
Vende y sirve, sirve y vende, es el secreto mercadológico.
Nunca vender lo que no podemos servir.
Servir bien es la pequeña diferencia en la que se finca la grandeza; es
un desafió sólo para mentes triunfadoras.
El servicio enriquece a quien lo recibe y engrandece a quien lo otorga.
El servir en forma magistral es privilegio de seres nobles y
extraordinarios.
Servir es la oportunidad que tenemos para manifestar nuestra auténtica
capacidad.
Los que han servido en su tiempo han quedado para siempre en la
memoria universal de la humanidad.
Nuestro mejor epitafio será: Aquí yace un ser humano que sirvió en su
tiempo.
Dios le ha servido siempre a la humanidad. Cabria preguntarnos:
¿Nosotros le hemos servido a Dios para colaborar en su creación? Servir
con alegría es una forma sublime de amar a Dios.
5. Su reconocimiento es constante
y se convierte en un anhelo
de sus seguidores
Jóvenes de México, no olviden,
ustedes son la reserva del mundo.
Los muros se han desplomado, la solidaridad en el sentido más amplío del término, es ahora el primer deber.
Juan Pablo II
Juan Pablo II (1920-2005). Papa de la iglesia católica. Nació en Wadowice, Polonia, y su nombre es Karol Wojtyla. Estudió para sacerdote en un seminario clandestino durante la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana de Polonia. En 1978 fue elevado al solio pontificio, siendo el primer papa no italiano en casi cinco siglos. Ha recorrido varios países y defendido los valores tradicionales del catolicismo y la justicia social De gran carisma personal, es una de las figuras más importantes y trascendentales en los grandes cambios que estamos viviendo en el fin del milenio.
¿Qué hace el líder carismático para enamorar a sus seguidores? El líder
carismático da reconocimiento en forma extraordinaria, frecuente,
generosa, no solamente por cuestiones de trabajo, reconoce todo (lo
mismo el peinado de su secretaria o la sonrisa de su asistente, el cobro
de una cuenta, el salvar a un cliente o haber logrado la cuota).
El líder se la pasa dando reconocimiento, a tal grado que la gente desea
el reconocimiento del líder, que lo convierte en un anhelo corporativo:
pone medallas, otorga aplomas y entrega premios, es un ser que está
dando reconocimiento en todas direcciones y en todo momento. Yo le
pregunto: ¿Cómo puede conservar satisfecha a su pareja si no leda nunca
un reconocimiento? Con nuestra pareja tenemos 10 o 15 años de
matrimonio, pero ya olvidamos darle reconocimiento como cuando
éramos novios; la pareja necesita reconocimiento. ¿Quiere dominar al
mundo?, dé reconocimiento.
¿Qué hace el líder para obtener carisma? Entrega reconocimiento en
forma generosa durante toda una vida. Lo vemos en los Juegos
Olímpicos: por una carrera, por una medalla, el hombre pone todo su
esfuerzo con tal de estar en el podio de los triunfadores. ¿Quiénes son los
que triunfan en las empresas?, ¿a quiénes les otorgan las medallas?: a los
de arriba, a los vendedores y a los gerentes. Y a los de abajo, ¿qué le
damos al operario, al obrero, a la cajera, al mesero, a toda esa gente que
hace la calidad de nuestros productos o servicios? Nuestra gente necesita
reconocimiento y el líder debe ser generoso en otorgarlo.
En mi experiencia profesional he conocido ejecutivos que me dicen: “Es
que a mí no me nace dar reconocimiento, me sentiría falso”. Señores,
entonces no nos quejemos de la gente que tenemos, pues sólo son un
reflejo de la mediocridad de nosotros mismos. Si queremos tener gente
extraordinaria tenemos que dar reconocimiento con esa voluntad de
querer decir al otro que sabemos que existe. Reconocimiento significa
decirle al otro que es importante, reconocimiento es apreciar lo que
realmente vale: “Tú eres una persona única
Todos los seres vivos somos seres de estímulo, las nuevas experiencias
que se han visto en el mundo vegetal han intrigado mucho a los biólogos
porque la flor se comporta de acuerdo a como se le trata: las flores que
han estado sometidas a un tratamiento de música rocanrolera se han
muerto en corto tiempo; en cambio, con música clásica han florecido
extraordinariamente bellas. Por eso ahí es donde aumenta la intriga; ¿qué
hay en el mundo vegetal? Es otro de los grandes misterios de la
humanidad.
El maestro Livingston, de Harvard, participó en un experimento de
estímulo que fue impresionante: pusieron en dos cajones dos grupos de
ratones para hacer una prueba, los animalitos tenían que recorrer un
laberinto; era un pequeño grupo en cada uno de ellos y estaban en
competencia para saber quiénes lo hacían a mayor velocidad. Juntaron un
grupo de personas, 10 en cada jaula como pilotos de prueba y les dijeron
que uno de los grupos de ratones había sido sobrealimentado y además
estaba mucho mejor dotado, tenía más fuerza, por lo tanto iba a ganar, y
los otros eran ratones normales. ¿Qué hicieron esas personas? Animó
cada grupo a sus ratones, obviamente aquellos que estaban convencidos
de que sus ratones eran superiores ganaron, aunque la verdad es que
ambos grupos de ratones eran normales.
Si podemos lograr que un ratón se mueva, imagínense cómo es posible
que yo no pueda estimular a alguien que está a mi lado, un ser humano,
una obra magnífica, una obra magistral, una obra muy supe-flor de Dios.
Sin embargo, no tenemos la capacidad de dar un estímulo, de dar un
reconocimiento, siendo que es la única forma de tener cohesión de
equipo, armonía de grupo, pero también es el secreto para una relación
con un hijo o con la pareja o con el amigo.
Reflexione por un momento y pregúntese: ¿Ha atrapado alguna vez a su hijo haciendo las cosas
bien? ¿Cuándo le ha dado un reconocimiento? Todo lo contrario, el papá a la hora de la comida
increpa al niño: “Niño, siéntate bien; niño, no truenes la boca”. Nuestros hijos han de pensar
irónicamente: “¡Qué motivante es estar con papá!” Tenemos que damos cuenta de la gran
importancia que tiene un líder con esa arma fundamental que se llama reconocimiento, porque es
un anhelo constante para sus seguidores.
Las recompensas del líder son tan reconfortantes que sus seguidores
trabajan con ahínco para recibirlas, y pronto se convierten en una
adicción que cuando les es negada hace sentir a sus subordinados
molestos, sienten que les están fallando; y a través de propiciarlo cons-
truyen la creencia, la autoestima de los propios seguidores en su capa-
cidad de materializar cualquier visión que se tenga.
La clave del liderazgo carismático está en la relación de reconocimiento
entre líder y subordinado, la recompensa es la clave de que tienen su
aprobación. Los subordinados de este tipo de líderes explican que es la
motivación más importante que reciben en comparación con cualquier
otra, sea económica o material.
El líder debe simbolizar un nivel extraordinario de competencia, debe
ser el prototipo de lo que predica y propone, lo cual hace sentir al
subordinado que si sigue las mismas conductas, él también en lo personal
logrará el éxito buscado.
El líder deberá tener cuidado de no marcar preferencias especiales por
algún subordinado, marginando de este trato al resto del equipo, pues
corre el riesgo de dividirlo y crear un ambiente de nepotismo y
frustración. Deberá otorgar el reconocimiento en forma objetiva y justa,
sin dejarse influir por prejuicios; deberá establecer para tal fin sistemas
de recompensas debidamente estructurados, que estimulen en forma
inmediata cualquier logro obtenido, así como recompensas que estimulen
el desempeño innovador, logren nuevos retos y ayuden al desarrollo de
otros líderes, que entiendan el concepto de crear campeones dentro de su
equipo.
6. Su presencia, su estilo,
su lenguaje, lo anuncian
en todos los lugares
a los que llega
Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Jesucristo
Jesucristo (4 a.C.-29 d.c.) Fundador de ¡a religión cristiana. Para sus creyentes es el hijo de Dios y el salvador del mundo. Su nacimiento dividió la historia humana en dos eras y es la figura más importante del mundo occidental. Los relatos bíblicos indican que nació en Belén, residió en Nazareth y vivió su infancia en Egipto. A los 30 años fue bautizado por Juan d Bautista y empezó a reunir a su alrededor discípulos y apóstoles. Se „e atribuyen milagros y poderes extraordinarios, así como enseñanzas sin paralelo, contenidas en los evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan. Después de comparecer ante las autoridades religiosas y civiles de su tiempo fue crucificado, pero resucitó. Hoy sus miles de millones de seguidores se agrupan en católicos, protestantes, ortodoxos y en otras formas y sectas diversas institucionalizadas alrededor del mundo.
El líder debe reflejar en su exterior lo que tiene en su interior. No se crea
que tenemos que andar con lujos o joyas, o estar a la última moda, no,
nuestra presencia tiene que ser realmente el empaque de lo que
contenemos, lo que traemos dentro de nosotros. Son curiosos esos do-
mingos en casa, es un típico ejemplo el señor viendo la televisión con su
cerveza, son las doce del día, no se ha lavado la boca y está sin rasurar;
la mujer pregunta: “Oye, ¿ahora no te vas a arreglar?’ “No, porque hoy
no viene nadie.” Lo cual significa que su pareja es Nadie.
Imagínese por favor que le presentan un famoso perfume francés y su
empaque es una cubeta: sencillamente no es posible. Cuando se arregle,
piense: “Mi presencia es lo que me anuncia”. William Shakespeare lo
decía a través de uno de sus célebres personajes: “Recuérdalo, hijo mío,
el ropaje anuncia al ser humano, como te ven te tratan’. No se trata de
ser superficial, ser mucho exterior y poco interior, hay superficialidad
cuando está hueco y no hay respaldo, pero si tenemos la consistencia de
lo exterior con lo interior habrá congruencia en nuestra presencia.
Tenemos que buscar nuestra presencia en correspondencia a nuestro
liderazgo, a lo que somos. Si tú fueras líder campesino, pues vive como
campesino. Hay gente que se disfraza de campesino. Tenemos que ser
congruentes, realmente, con nuestro decir, hacer y pensar. Esto es
fundamental: el identificamos con nuestra gente sin importar el nivel
jerárquico y utilizar el lenguaje y el comportamiento adecuado para ser
uno más en el grupo nos dará aceptación e influencia con los seguidores.
Por su lenguaje y presencia, el líder carismático comunica su entu-
siasmo, compromiso y motivación, que se irradian a sus seguidores.
La comunicación integral la debe realizar el líder a través de su
persona, incluye los lenguajes verbales y corporales; cuando despierta en sus subordinados un sentido de igualdad, produce en ellos una sensación de afecto y admiración. El líder debe ser como sus seguidores, con comportamientos fácilmente perceptibles para construir el sentido de identidad común.
La presencia física del líder es fundamental para estar en contado
directo en la operación, lo que permitirá identificarse con su gente por el
conocimiento que esto supone. Muchos líderes no intervienen en los
detalles por estar absortos en ejercer su estrellato, pero la atención a los
detalles es lo que nos permite lograr la Excelencia: “Los pequeños
detalles hacen la Excelencia, pero la Excelencia nunca será un pequeño
detalle”.
Los líderes carismáticos plantean una paradoja en sus organizaciones:
sus fortalezas son también sus debilidades. Es como si no pudiéramos
vivir sin ellos pero tampoco con ellos, por eso cuando están ausentes se
crea un vacío de liderazgo. Estos líderes son demasiado importantes para
que puedan ser olvidados, seguimos necesitándolos a pesar de sus
debilidades.
7. El líder carismático toma riesgos
y está siempre dispuesto
al sacrificio personal
Los que no tengan miedo, que pasen a .firmar.
Emiliano Zapata
Emiliano Zapata (1883-1919). Es considerado el héroe más puro de la Revolución Mexicana dc 1910. Nació en San Miguel Anenecuilco, Morelos. Luchó por la repartición de la tierra entre los campesinos e indios bajo la consigna de “la tierra es de quien la trabaja”. Formuló el Plan de Ayala con d lema “Tierra y Libertad”. Murió asesinado por el coronel Jesús Guajardo en la hacienda de Chinameca, pero se ganó el titulo de “Apóstol del Agrarismo en México”. Los viejos sureños aún dicen hoy en día: “Miliano no ha muerto, todavía por los montes cabalga...‟
Es muy importante tomar riesgos. La primera parte de este principio,
¿qué significa? Recuerde esto por favor: “Entre mayor riesgo asuma,
mayor compromiso adquiere”. Es fundamental: los riesgos comprometen,
los riesgos unen, los riesgos son una aventura compartida, los riesgos dan
solidaridad. Asuma un riesgo con su pareja: súbase a un globo
aerostático, váyase de aventura a un país desconocido, escale una
montaña. El riesgo les une como equipo, se hace una hermandad, se da
una unión, da fuerza al espíritu de grupo y eso compromete.
El líder tiene un concepto bellísimo del riesgo. Es más, tiene un
problema: le gusta el riesgo, le gusta lanzarse, es audaz, por eso ha
hecho lo que ha hecho, y por otro lado está dispuesto al sacrificio
personal. El líder carismático tiene vocación de sacrificio, sabe realmente
renunciar a muchas cosas, sabe que cuando es tiempo de trabajar hay
que trabajar, cuando es tiempo de disfrutar es tiempo de disfrutar pero
sabe diferenciar los momentos. Es el líder que hace un sacrificio personal,
que se lanza con él mismo hasta el fondo, hasta el final, y que no tiene
limites en su entrega, por eso hay gente a la que decimos: «Oye, no es
para tanto”, pero él no puede estar a medias, no es administrador, éstos
son tibios, los administradores no se arriesgan; es más, los
administradores nos pueden llevar a la quiebra a tiempo.
El líder no es así, el líder en cada cosa que está haciendo está arries-gando su vida completa, parece que es lo último que va a hacer. Yo pregunto con honestidad: ¿ quién tiene la seguridad de que mañana vamos a vivir?, ¿quién tiene la seguridad de que mañana no vamos a estar en otro lugar? Recuerde el día de hoy, este día en el que está leyendo estas líneas, a esta hora, en este lugar, en este espacio. ¿Quién nos garantiza que estaremos el día de mañana?, ¿sabe quién? Nadie. ¿Cómo tenemos que vivir nuestra vida? No quiero hacerle al adivino pero sí le puedo pedir lo siguiente: ¡Viva hoy intensamente, pues no tenemos la certeza de vivir mañana! ¿Qué tenemos que hacer? Tenemos que vivir plenamente el día de hoy porque es el único instante que tenemos, es lo único que poseemos, es lo único que podemos disfrutar, es lo único que podemos retener. ¿Qué es lo que tenemos en la vida? Es este momento, después de él, se acabó: ya no hay más, no hay mañana, no hay pasado, es hoy. Este es mi tiempo, éste es mi espacio, vamos a entregar a la vida todo para no quedarnos con esos resabios de que pude haber sido y no lo fui, pude haberlo hecho y no lo hice.
El líder carismático se diferencia del resto de las personas por la pasión
con que vive cada día, porque toma riesgos personales, maneja
habilidades no convencionales y está siempre dispuesto al sacrificio
personal, va a todas las oportunidades, es como el beisbolista estrella,
que mejor le tira a una mala bola para tener la posibilidad que conectar
un hit que dejar pasar mil bolas esperando la perfecta. Por eso el líder
carismático construye una confianza excepcional basada en si mismo, en
sus subordinados y en las metas que busca, y entre mayor sea el riesgo,
mayor es la confianza que desarrolla. Tiene un compromiso excepcional
con la visión de sus objetivos. Además, se presenta buscando no una
ganancia personal sino profundamente preocupado por las necesidades de
sus seguidores.
8. Es juzgado no por lo que
ha logrado sino por lo que está
intentando realizar
Los buenos deseos no bastan para realizar un mundo
mejor, es necesario actuar.
Konosuke Matsushita
Konosuke Matsushita (1894-1989). Legendario líder japonés considerado por muchos como el más grande empresario del siglo xx. Empezó a trabajar a los nueve años. Es fundador de Matsushita Electric (National y Panasonic), líder mundial de la industria electrónica. Fue también presidente de PHP lnstitute. Ha escrito El secreto de mi éxito(1983), Thoughts on Man(1982), Quest for Prosperity(1988) y otros muchos libros y ensayos. Fue condecorado con el Gran Cordón de la Orden del Sol Naciente, Flor de Paulonia, la máxima condecoración existente en Japón, siendo la segunda persona que, sin haber desempeñado ningún cargo público, ha recibido tal honor.
¿Qué es lo que hace a un líder? Lo que hace a un líder es la visión de lo
que quiere llegar a ser, de lo que quiere llegar a realizar; en ella se basa
verdaderamente la importancia de un liderazgo de Excelencia.
Yo pregunto a los pequeños, medianos o incluso grandes empresarios
de México: ¿Te atreverías como líder de tu organización a pensar que tu
empresa pueda llegar a ser líder a nivel mundial? ¿Por qué no?
Tu empresa puede ser única en su género, tu empresa puede llegar a
ser la mejor, puedes llevar tu puesto a una sublime expresión de trabajo,
realmente puedes ser el mejor empleado, el mejor candidato al ascenso.
Como pareja puedes ser la más anhelada, la más deseada, hacer sentir tu
presencia por el amor que das, por las caricias que obsequias, por tu
presencia, por tu lenguaje, por tu manera de tratar a tu pareja.
Realmente serás insustituible.
Has llegado a pensar que tu mujer te podría llegar a decir: “Oye, mi
vida, yo sé que tú trabajas mucho, que eres un hombre muy importante,
un gran hombre de empresa; sin embargo, te quiero advertir algo, aquí
los viernes a las siete de la noche se hace el amor estés o no”. En ese
preciso momento ya te dieron de baja del organigrama. Recuerda que la
ausencia es causa de olvido, es mejor la dirección por presencia.
Es muy importante que entendamos que para aspirar a ser líder debe-
mos tener ese carisma esencial, que tenemos que dar a todo lo que inten-
tamos realizar una dimensión enorme y trascendental: entre más grande
es la visión del líder, entre más poderosa es, más atrapa y compromete y
más carisma adquiere.
El nuevo director de ATT en EU, Arch McBill, cuando definió los retos de
su organización no habló de productividad, no habló de calidad, sino que
dijo a su gente: “Tenemos el gran reto de EU, tenemos que salvar a
nuestra nación, requerirnos de la productividad, requerimos de su talento,
requerimos de su compromiso, vamos por el prestigio y el sueño
americano”; en vez de ponerse a hablar de teléfonos, de telégrafos y de
comunicaciones, el tipo comprometió a todos sus colaboradores con su
visión, con esa gran visión de lograr las cosas en favor de un ideal.
Las personas exaltan a los líderes por los objetivos que pretenden
alcanzar, no necesariamente por lo que están logrando o por el éxito
obtenido. Si han tenido logros muy importantes, lo que verdaderamente
los engrandece es la dimensión de su sueño por alcanzar. En la
proporción en que sean más idealizados sus objetivos, más carisma
adquieren.
9. Ejercer la creatividad como un proceso de aprendizaje
La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el aire.
La primera pintura fue sólo una línea de la sombra de un hombre
proyectada sobre un muto.
Cuando no se utiliza el hierro se cuba de herrumbre,
si no se utiliza el ingenio se deteriora.
Leonardo da Vinci
Leonardo da Vinci (1452-1519). Pintor, escultor, arquitecto, ingeniero, científico e inventor,
Leonardo sintetizó el espíritu abierto, artístico y humanista del Renacimiento. Muchos lo han
considerado el pintor más grande de ¡a historia, y ciertamente es el más popular, aun más que
Miguel Ángel. Otros lo han visto como máximo modelo de la Excelencia intelectual y artística, de
la versatilidad a la cual debe aspirar d género humano. Su obra es prodigiosa, su legado
universal: arte y ciencia, pintura y filosofía.
La creatividad es la parte más fecunda del ser humano. ¿Cuándo es que el
hombre se hace a sí mismo a la imagen y semejanza de Dios? La imagen
ya la tenemos, el problema es lograr la semejanza. ¿Quién es Dios? Es el
creador. ¿Dónde hereda Dios al hombre su poder? En el poder de la creación; cuando el hombre y la mujer están creando, en ese momento se
asemejan a Dios, ahí está la parte bella, la parte fundamental, la parte
creativa: crear un sistema, crear un trabajo, crear una vida. Imagínese a
la mujer y al hombre que pueden con sus cuerpos hacer germinar un nuevo ser, y se hace la creación magnífica, magistral, magna y
extraordinaria, la obra maestra: ¡un ser humano!
Cuando a Miguel Ángel Buonarroti le comentaron: “Maestro, su obra es
perfecta, su David vibra, su mármol parece que va a hablar, parece que
se va a mover, no diría usted que es la máxima creación del ser huma-
no?”, contestó: “¡No! Ve a una mujer dando a luz, ésa es la belleza más
grande, la creación más maravillosa, la perfección más extraordinaria está
en la creación de un ser humano”. Y todos sin excepción poseemos ese
valor, tenemos esa cualidad en nuestra naturaleza humana y nos
negamos a ser creativos, nos negamos a pensar, nos negamos a usar
nuestra imaginación y —lo más importante— nos negamos a descubrir la
forma de aprender a crear.
Sócrates decía: “Si quieres ser escritor, escribe”. Así de simple: si
quieres ser creador, crea. La fórmula es probar para hallar. Vamos a
fallar, posiblemente; va a salirnos bien, regular o mal, no lo sé, pero ése
es el proceso fecundo de la creatividad: atreverse a hacer algo, correr el
riesgo, aprender a arriesgarse, atreverse al fracaso, ahí está el proceso
creativo.
Los administradores desarrollan únicamente las destrezas analíticas y
los líderes carismáticos las creativas; los que intentan alcanzar apa-
rentemente lo inalcanzable saben que la creatividad es un proceso de
aprendizaje, no un proceso administrativo. El sistema que utilizan para
llegar a su estrategia total es fragmentado y evolutivo.
Los líderes carismáticos son impulsores naturales de las ideas de otros;
un mito popular es el creer que el líder carismático es siempre el
originador de las ideas, pero en realidad a menudo toma prestadas las
ideas y experiencias de otros, las dinamiza y las echa a andar con la
ayuda de los demás. En esencia puede ser un promotor efectivo de ideas,
no necesariamente un inventor. Erudito es aquel que sabe mucho, genio
es aquel que combina los conocimientos y da origen a un nuevo concepto;
ésta es la esencia del líder carismático.
Los líderes tienen la cualidad de reabsorber sus experiencias perso-
nales, lo que los hace más sensibles en relación con las necesidades de
sus seguidores y del medio ambiente. Utilizan muchas fuentes de in-
formación que aparentemente no tienen relación entre si, pero en su
mente encuentran vinculaciones que dan origen a una nueva idea. Pasan
mucho tiempo leyendo, buscando, hasta que encuentran un nuevo
concepto para enriquecer su visión y saben que del cambio provienen
muchas oportunidades; por eso promueven permanentemente que las
cosas deben cambiar.
Mucha gente identifica las ideas del líder como producto de la intuición,
cuando en realidad son el resultado de la reflexión, de la combinación, de
la síntesis y de la conceptualización, que dan en consecuencia un cuadro
coherente, diferente y audaz. Esencialmente en esto consiste el proceso
creativo: más que producto de la genialidad es el resultado de la
observación y se rige más por el propósito que por un proceso
sistemático; es el resultado de un esfuerzo para hacer algo en forma
diferente y mejor y a veces el azar juega su papel facilitando las cosas,
siempre y cuando el creativo esté preparado para aprovecharlas.
Los líderes carismáticos son promotores permanentes de la rotación
horizontal, están cambiando constantemente a su gente en diferentes
puestos para enriquecer a la empresa con la creatividad natural que esto
provoca, mediante la visión de los casos desde un ángulo diferente, y
cada subordinado tiene la oportunidad de enriquecer la tarea con nuevas
ideas. A medida que se amplia la experiencia de un individuo, se amplia
su capacidad para resolver problemas y se le sensibiliza para comprender
mejor la operación. Cuando se le da la tarea de buscar mejoras se
comprueba que los retos constituyen una poderosa experiencia para
incrementar el talento de una manera que apoya la formación de líderes
en toda la organización.
Saben que seleccionar a una persona por su creatividad, su visión,
audacia y falta de convencionalismo no es tarea fácil, y para ello plan-
tean, más que exámenes de aptitudes, situaciones a resolver para poner
a prueba la destreza e imaginación del candidato.
Los líderes carismáticos estimulan permanentemente los esfuerzos creativos de su gente y evitan el castigo o la
desaprobación social de los audaces que intentan nuevas fórmulas, y aunque fracasen son siempre alentados para
encontrar nuevos caminos, son fabricantes de campeones. Apoyados en su estimulo y comprensión, están dispuestos
siempre a correr los riesgos en la búsqueda permanente de hacer me jor las cosas.
10. Tiene una atención excepcional
para identificar oportunidades y
sabe que la manera de encontrarlas
es salir a buscarlas
Lo que hace un empresario fuera del negocio
es tan importante como lo hace en su escritorio.
Tom Watson
Tom Watson, padre e hijo. En ci lapso de casi seis decenios, Thomas J. Watson padre e hijo construyeron entre ¡os dos una de las empresas más exitosas del siglo xx, la International Business Machines, mundialmente conocida como la IBM. El padre convirtió atan empresa oscura en una sólida corporación con una poderosa filosofía de éxito. El hijo ¡a llevó al mundo de la computación electrónica ya ser una de las empresas más grandes y rentables del mundo. Tom Watson padre murió en 1956, seis semanas después de haber dejado el mando a su hijo, digno sucesor y difusor de la filosofía de IBM.
Es bíblico: el que busca, encuentra. ¿Quiere aprender a tener buena
suerte? Anote la fórmula, es el modo más efectivo de tener buena suerte,
le aseguro que después de ella la buena suerte va a estar siempre con
usted, y no vamos a proponerle el uso de talismanes, ni colibrís
disecados, ni dientes de tiburón, no, no vamos a sugerir el uso de esos
amuletos, nada de eso, solamente le voy a pedir dos cosas básicas: una,
que busque las oportunidades, las oportunidades se irán y volverán.
Mucha gente me dice: “Tuve la oportunidad enfrente de mí y se me fue,
de esas que sólo se presentan una vez en la vida”. No, no es cierto, las
oportunidades vuelven todos los días, si las busca las encuentra, si sale a
buscar una buena casa la va a encontrar; hoy falló, ¿por qué no piensa
que mañana tendrá mejor suene? Le presenta una idea a su jefe: hoy la
rechazó, pero ¿quién le asegura que mañana no la va a aceptar?
Hoy en día, las circunstancias cambian en forma constante y veloz, por
eso el líder siempre juega a ganar. Han escuchado ustedes alguna vez del
vendedor que sale a las ocho de la mañana a buscar pedidos y regresa a
las diez de la noche, cansado y fastidiado, pero con un block repleto de
pedidos, y oímos cómo se queja el compañero de trabajo de la suerte que
tiene ese haragán, envidiando la casa que tiene, el coche que tiene, y
exclama: “¡Qué bárbaro!, ese tipo es un suertudo”. Realmente lo que
sucede es que es un buscador de oportunidades. La conclusión es que
tenemos que salir a buscar la oportunidad.
Y número dos: Prepárese para aprovecharla. Louis Pasteur decía: “La
fortuna favorece a la mente preparada”, es decir, tenemos que estar
acondicionados para aprovechar la buena suerte, para convertirla
realmente en una gran oportunidad. El líder carismático es quien es por
ser un individuo que todos los días sale a buscar la buena suene y todos
los días se prepara para aprovecharla. ¿Qué significa esto? Que si
encuentra una buena relación esté preparado, por lo menos traiga consigo
una tarjeta personal, aun hay quien trae un block de pedidos e incluso
hasta un fax. Puede sonar a exageración, pero él está preparado de esta
manera.
Estuvimos recientemente en Taipei en el World Trade Center de Taiwán
(CETRA), un lugar increíble. En los stands donde se exhiben los
productos, uno sólo tiene que depositar su tarjeta personal en la vitrina y
el tiempo de respuesta de los representantes es de dos horas, al cabo de
las cuales ya tiene la llamada telefónica en el hotel donde se hospeda y
ya le están pidiendo una cita para la noche o cuando mucho al día
siguiente. Cuando se entrevistan, prácticamente le empiezan a levantar el
pedido: ¿Qué productos le interesan?, ¿para cuándo los quiere recibir?
Incluso si usted no tiene dinero inmediatamente lo contactan con el
banco, se presenta e1 empleado de la institución financiera de comercio
exterior y le ofrece de inmediato el crédito necesario, le pregunta para
cuándo quiere la mercancía y si usted desea que sea surtida el viernes
siguiente, con mucho gusto le complacen. Ellos tienen la preparación
suficiente para aprovechar la buena suerte; los funcionarios y los
empresarios están colocados en el lugar donde hay oportunidades
comerciales y tienen una infraestructura para aprovecharlas.
Lo increíble es que nosotros teníamos que transmitir por radio a la una
de la mañana —cuando en México eran aproximadamente las ocho de la
mañana—, pero no había telefonista para recibir la llamada de larga
distancia, y eso que nos estamos preparando para la apertura comercial
internacional, y que estamos de frente a la nueva competencia. Pero no
tenemos alguien que nos pueda comunicar por vía telefónica. Estos
detalles son vitales: ante la inminencia de un acuerdo trilateral
necesitamos estar preparados.
En uno de sus últimos viajes al Japón, el señor George Bush, ex
presidente de EU, prácticamente fue a vender partes automotrices debido a los problemas de recesión que vive su país y que a ojos de los norteamericanos se debe a las prácticas comerciales niponas.
Lee Iacocca, que era uno de sus acompañantes, se rasgó las ropas
porque ya no soportaba a los japoneses, debido a que la mitad del au-
tomóvil japonés es de importación, de origen estadounidense, por lo que
Lee Iacocca preguntó: “¿Cómo se le llama a un país que manda materias
primas y le regresan productos terminados?” Colonia. Cuando EU dijo:
“Basta, ya no te compro automóviles”, entonces los japoneses
contestaron: “De acuerdo, tampoco nosotros te compraremos
autopartes”. Hicieron cuentas los norteamericanos y vieron que ellos
llevaban las de perder, por lo cual decidieron seguir operando y buscar
otra solución.
¿Qué fue a hacer Bush a Japón? Fue a buscar oportunidades, opor-
tunidades para su mercado, oportunidades para su país, ante todo es la
economía más poderosa del mundo. ¿Cuál era su obligación? Buscar las
oportunidades para su nación. En nuestro más reciente viaje al Oriente
quedamos impresionados de los embajadores que nos representan en
esos países, y por otra parte de los embajadores que hemos entrevistado
de otras naciones, taiwaneses, coreanos y de Hong Kong, los cuales no
son embajadores, son agentes de ventas, sacan sus block de pedidos en
todo momento y en sus embajadas muestran sus 6ntásticos catálogos a
todo aquel que los visita. En contaste, los nuestros están en la grulla
total.
Se nos olvida que la oportunidad tenemos que buscarla, los mexicanos
tenemos que ser buscadores de oportunidades. Mañana en su empresa,
en el hogar con su esposa, con sus hijos, busque oportunidades para
crecer.
Hice un programa el 30 de diciembre que me impactó mucho: invité a
participar en mi programa al padre Chinchachoma, quien se ha
caracterizado por su apostólica labor de rescatar niños abandonados que
deambulan por nuestras calles, y le decía: “Padre usted no tiene
huérfanos, según su lenguaje, porque son hijos suyos. ¿Por qué usted no
acepta que les digan huérfanos? Él argumenta: “Toma en cuenta que yo
tengo hijos que son abandonados aunque tengan madre y padre”. Yo le
pregunte: “Padre, ¿cuántos hijos tiene?” y él me contestó: “500”. “Oiga,
padre, ¿cómo es posible que usted tenga 500 hijos y tenga tiempo para
todos, cuando hay papás que ni con uno solo pueden?”, y me responde:
“Miguel Ángel, la gran diferencia es que yo realmente me dedico a
observar y a escuchar a mis hijos, a buscar la oportunidad de
entenderlos”.
¡La oportunidad de entender a un hijo! Démonos la oportunidad,
busquemos precisamente esa oportunidad fundamental de tener un
acercamiento con nuestros hijos, con nuestra pareja, con el amigo. Toda
la vida tenemos argumentos para no tener tiempo, toda la vida repetimos
los mismos errores. ¿Qué tenemos que hacer para cambiar? Aprender a
observar, a prender precisamente a captar al otro para que podamos vivir
cotidianamente el proceso de identificar oportunidades.
Los lideres carismáticos tienen una capacidad única para percibir las
oportunidades estratégicas, correr riesgos, estimular el cambio, presionar,
perseverar, motivar y estar conscientes de que la manera de conseguir
oportunidades es salir a buscarlas.
11. Ante el fracaso se manifiesta
inflexible y ante el éxito asimila
humildad y responsabilidad
No tengo otra cosa que ofrecerles que sangre, sudor y lágrimas.
Si aula quien hiciere sólo lo que le corresponde, hundiremos al reino.
Winston Churchill
Winston Churchill (1874-1965). Estadista británico. Nació en Woodstock, hijo de lord
Randolph Churchill, tuvo experiencia militar en Cuba, India y Sudán, convirtiéndose en un
personaje legendario desde su juventud. Fue primer lord del almirantazgo durante la Primera
Guerra Mundial, ocupó varios puestos en el gobierno británico hasta que en 1940 fue designado
primer ministro, dirigiendo al Reino Unido durante la hora más difícil de la guerra; contribuyó
como pocos al triunfo aliado en 1945. Por sus numerosos libros se le otorgó el premio Novel de
Literatura. Es tal vez el personaje británico más importante del siglo XX. De grandes logros
como periodista e historiador, es también reconocido como uno de los más famosos oradores
contemporáneos.
¿Cómo se debe conducir un líder carismático ante el fracaso? Inflexible.
Aceptemos todo, menos la derrota. ¿Cuál es la diferencia entre fracaso y
derrota? Fracaso es una lección más. Derrota es que yo renuncie a
intentarlo nuevamente. Tenemos que entender que podemos fracasar
una, mil, cien mil, un millón de veces, no importa, pero vamos a
mantenernos inflexibles ante la derrota, a jamás darnos por vencidos,
morir en la raya, tener el honor, la dignidad, la decisión, la fuerza de
luchar por lo que queremos. Esta nación a través de su historia se ha
visto invadida por bastardos, por gente que se vende a intereses
mezquinos, por gente que se pone de rodillas ante el poder, por gente
que no tiene la claridad, la ideología, la fortaleza de ser individuos que
luchen por sus ideales.
México es un país mejor que el de hace 10 años, mejor que el de hace
50, mejor que el de hace 200 años. Gracias ¿a quiénes? A los inflexibles,
a aquellos que han buscado la victoria para su nación. Sucede muy
frecuentemente que entre mayor sea el éxito de una persona más
déspota se comporta. Una persona que tiene un alto puesto, ¿cómo se
comporta? Acuérdese de ellos, los hombros hacia adelante, la mirada
como borrego a medio morir, el brazo recogido en señal de poder, con
transformers integrados, insufribles. Se han dado cuenta ustedes que
entre más déspota sea, entre más payaso y despreciativo, eso significa
que él se cree más importante.
“El carisma se adquiere con humildad.” Recuerde la última visita a
México de Juan Pablo II, cómo lo vimos abrazando a un niño chamula,
cargándolo en sus brazos, vimos al Papa polaco besando una tierra que
no es suya, tomando de la cabeza a un reo y tocándolo con su frente.
¿Qué sentiría esa persona?, ¿le dio carisma o no el líder? ¿Quién es Juan
Pablo II? Es un líder de más de mil millones de personas, un líder que
tiene la humildad de hablar con los indígenas en la lengua de éstos, un
líder que adquirió el carisma.
Entonces resulta que ésta es la gran diferencia, la gran clave está ahí:
entre más alto sea tu puesto y más humilde te comportes, más carisma
adquieres, y así la humildad va de la mano con el carisma y realmente la
pedantería, la gente que se distancia, la gente odiosa que por un poquito
que ha logrado siente que lo tiene todo, ésa se aleja inevitablemente de
sus seguidores. Recuerde: “Pobre no es el que carece de mucho, pobre es
el que desea mucho”.
¿Dónde visualizamos el concepto? Hay millonarios que están en la
miseria, su ambición los tiene muertos en vida; en cambio hay pobres
que pueden ser millonarios porque estén satisfechos con lo que tienen.
Hay seres humanos que llevan esa fuerza en su interior y eso se ma-
nifiesta en esa ambición de deseos positivos, de valores positivos y la
humildad es un gran valor; recordemos siempre que se adquiere carisma
con humildad.
El éxito puede crear una miopía que puede destruir al triunfador, como
fue el caso de Ford en los años veinte, cuando tenía el liderazgo
automotriz pero se negó a cambiar por un mercado que demandaba un
producto diferente y creyéndose un poseedor de la verdad lo perdió; o el
caso del señor Land, fundador de Polaroid, que lanzó un gran producto en
su oportunidad pero no se modernizó a la velocidad en que su mercado
cambiaba. A los líderes que se consideran invencibles, la soberbia de sus
éxitos los puede llevar al fracaso.
Como Pirro II, el antiguo rey griego de Epiro, cuyas victorias fueron tan
costosas que más tarde minaron su imperio. Victorias pírricas son las de
algunos líderes que por demostrar que tienen razón en una idea
equivocada pueden llevar al fracaso a sus organizaciones, empeñándose
en mantener proyectos perdedores porque su vanidad no les permite
reconocer sus errores y dar marcha atrás. Éste es uno de los mayores
pecados que no se debe permitir un líder que aspire a la Excelencia.
Los sueños de grandeza y el no consolidar el momento presente son
uno de los errores más comunes entre los líderes corporativos. Algunas veces el líder corre el riesgo de exagerar enormemente su percepción del mercado, y sobreestimando su capacidad, se embarca en proyectos fuera de sus posibilidades reales y no somete a prueba sus ideas, y sin reflexión ni estudio alguno que los apoye y basados en un falso concepto de infalibilidad, llevan a su empresa al fracaso, rodeados de cortesanos que halagan su ego y por su gran necesidad de ser admirados y de dominio, arriesgan a toda la organización.
El líder carismático adquiere humildad ante el éxito y con cada triunfo
crea una responsabilidad hacia el futuro; reconoce la participación de todo
su equipo, disfruta cada meta alcanzada e inicia con mayor entusiasmo el
reto próximo a lograr.
12. El líder posee una confianza excepcional
en lograr metas imposibles Nosotros tenemos que ser el cambio
que queremos ver en el mundo.
Mahatma Gandhi
Mohandas Karamchand Gandhi (1869-1948). Líder hindú de fama mundial, conocido como Mahatma Gandhi. Estudió en Londres y ejerció como abogado en la India. Vivió en África del Sur, donde combatió los abusos contra sus compatriotas por medio de una campaña de resistencia pasiva. Fue presidente del Congreso Nacional Indio y dirigió la oposición al colonialismo británico, pacíficamente. Se le debe en panela independencia de su país y ha tenido millones de discípulos, sobre todo simpatizantes de la “no violencia”. Un ser universal extraordinario de todos los tiempos.
¿Quién es un líder? Es un idealista. ¿Qué es un ideal? Es un sueño
imposible. Por lo tanto, quien es un idealista es aquel que está convencido
de que su sueño es posible, él va hacer posible lo imposible, por eso los
lideres son quienes logran trascender, los que logran sueños son los que
dejan huellas perdurables. ¿Tiene usted un sueño imposible? ¿Tiene algún
ideal? ¿Tendrá algo por qué luchar? ¿Tendrá algún sueño que realizar?
¿Le gustaría conquistar algo para su nación, para su familia, para el
mundo?
¿Quién hace la grandeza de las naciones? Son los sueños de sus líderes.
¿Por qué tenemos una nación mediocre? Porque nos han faltado líderes
soñadores, los que logran lo imposible, los que tienen ideales, los que
buscan caminos con los pies en la tierra y los ojos en las estrellas, ésos
son los líderes de todos los tiempos, líderes que tienen una confianza
extraordinaria en sí mismos y en su gente y una fe inquebrantable en sus
sueños, porque además, en su locura, creen que lo van a lograr, están
convencidos, por eso se convierten en idealistas, porque son soñadores,
locos de remate que creen, confían ilimitadamente en que pueden realizar
el sueño.
“¿Qué seria del mundo sin los soñadores?”, decía Albert Einstein. Los
que han conquistado la libertad para sus naciones, la igualdad para sus
pueblos, son los que han escrito la historia de la humanidad.
Los lideres carismáticos ejercen una influencia casi mágica en sus
subordinados, quienes quedan seducidos por la grandeza de sus sueños y
saben que de él pueden aprender y desarrollarse enormemente; en suma,
depositan confianza en el líder, que es la piedra angular de su relación. El
líder sabe que debe ganarse su lealtad con base en congruencia y una
comunicación franca y honesta.
Muchas veces los ideales del líder son tan idealistas que son a largo
plazo, lo cual requiere un esfuerzo continuo y para ello el líder aplica una
permanente motivación, para hacerlos sentir poderosos y capaces de
perseverar. A través de la dinamización hace surgir la energía necesaria
para continuar en forma entusiasta y positiva, haciéndoles cobrar
confianza en sí mismos y en su autosuficiencia.
El líder insiste en que deben desafiar sus limitaciones para poder
alcanzar plenamente los objetivos propuestos, aun cuando fracasen. El
líder está permanentemente reforzando su fe en que la próxima ocasión
silo van a lograr; la dinamización es vital para que el líder mantenga el
ánimo de su gente aun cuando los retos a los que se enfrenten sean
monumentales. Por tanto, el líder maneja los siguientes elementos para
aumentar esta dinámica:
A medida que los seguidores van obteniendo resultados positivos, el
líder hace que los reasimilen para que el éxito logrado sea un estímulo
hacia la búsqueda de mayores éxitos; por muy pequeños que sean los
éxitos, él los utiliza para levantar la autoestima en forma individual y de
grupo, busca éxitos tempraneros para cubrir esta vital etapa en la
dinamización de su equipo, por eso siempre parece tener prisa de obtener
resultados reales. Además, esto produce un nivel de compromiso y lealtad
hacia el líder y su misión que sella aún más la fe con sus seguidores.
En las investigaciones realizadas hemos encontrado que los seguidores
de un líder carismático son más seguros de si mismos, trabajan más
tiempo, encuentran un sentido de orden superior en su trabajo y tienen
un desempeño muy superior en comparación con otros subordinados que
tienen un líder mediocre, además de estar dispuestos al sacrificio
personal.
La confianza del líder carismático crea en cada uno de sus subordinados
un sentido del deber y la responsabilidad y una enorme confianza en el
equipo.
Los líderes con estas características carismáticas estén conscientes de
que pueden dejarse engañar por la admiración que les profesan sus se-
guidores, misma que les puede llevar a cometer errores que después
lamentarán, y aplican el concepto a sí mismos, que les recuerda que ellos
también son seres humanos.
La mayoría de los líderes empresariales se presentan a su organización
de una manera errónea casi antiemocional, fría y sin entusiasmo,
creyendo que los demás entienden lo que ellos sienten interiormente y no
saben transmitir lo que significa la importancia de sus proyectos. Mark
Twain dijo: “Señor, ¿qué órgano es el discurso humano cuando lo toca un
maestro?” Si el liderazgo significa el proceso de influir en los demás, la
comunicación verbal se convierte en la herramienta por Excelencia. Para
que los subordinados se conviertan en seguidores deben ser cautivados
en su atención, seducidos para entregarse a la lucha de una causa, y es
aquí donde la comunicación cobra su trascendente dimensión para atraer
voluntades y amalgamar esfuerzos.
Que el líder tenga la visión de lo que se quiere lograr es solamente la
mitad del proyecto; la otra mitad es transmitirla, emocionar a sus
seguidores para dar poder a su visión. La energía que debe despertar en
ellos para que decidan libremente entregarse a luchar por hacer realidad
el proyecto es el reto más importante del líder. Amalgamar voluntades y
lanzarlos tras los objetivos propuestos y la persuasión dependen en gran
parte del lenguaje que utiliza el líder. Sus ejemplos, metáforas y
analogías deben ser de gran impacto. El lenguaje del líder carismático
causa un gran impacto no tanto por su significado literal, sino por el
sentido que él le da. La intención, el mundo de significados que debe
representar en la mente de cada seguidor y la pasión con que se
comunica, cobran un valor incalculable para emocionar y crear el
compromiso en los seguidores.
La comunicación del líder debe, por lo tanto, cubrir varios aspectos:
Entonces el oyente sigue un proceso mental, primero a nivel intelectual, visualización a través de
la imaginación, emoción, y finalmente compromiso.
Los líderes carismáticos utilizan mucho la metáfora y las analogías para
despertar la imaginación y atrapar la atención que estimula al auditorio a
la concentración, intentando darle sentido a las historias narradas por
ellos.
Es evidente que las metáforas y analogías son más importantes cuando
invocan símbolos culturales y valores universales y esto da como re-
sultado el estímulo de emociones más fuertes que desembocan en un
mayor compromiso. Un líder carismático puede ser todo, menos mudo.
Cuando uno observa algunas filmaciones de líderes como Mahatma
Gandhi o Luther King, uno aprecia la fuerza que va adquiriendo su
comunicación a lo largo de sus discursos hasta lograr envolver a todo su
auditorio y llevarlo a estados emocionales tales que resulta fácil
convocarlo a la acción inmediata y al compromiso.
El ritmo, los ejemplos, la repetición y la emoción en la comunicación
van ejerciendo una atracción casi hipnótica en el auditorio; esto,
acompañado de un lenguaje corporal que debe ir respaldando a las pa-
labras. Lo que más convence de la comunicación del líder son el propio
convencimiento de lo que está trasmitiendo y finalmente su propia fe en
sus proposiciones. La convicción convence. El líder justifica su visión y las
acciones que está por realizar basándose en la realidad y lo que él mismo
espera para el futuro. Para tal Cm busca analogías que le permitan
despertar la imaginación y la comprensión de su auditorio. Así por
ejemplo, Lee Iacocca, cuando se lanza a la reestructuración de la Chrysler
y se ve en la necesidad de cerrar algunas plantas, hace el paralelismo con
un cirujano en un campo de batalla: “Me sentí como cualquier cirujano del
ejército. El deber más duro en el mundo es el del médico que está en el
frente durante una batalla... es cuestión de prioridades.., escogen a
aquellos que tienen las más altas probabilidades de sobreviví?. Así le da
Lee Iacocca una justificación a una decisión drástica pero necesaria. El
cierre de las plantas es doloroso pero inevitable para poder salvar a la
organización, evitando con estos argumentos las interpretaciones
negativas y dando un cariz positivo a su decisión.
Además, los líderes carismáticos, al interpretar el momento actual,
dramatizan de tal forma las realidades que están viviendo que los se-
guidores se sensibilizan a la necesidad de actuar de inmediato; a
continuación, el líder les ofrece imágenes irresistibles del futuro, desper-
tando el entusiasmo y el compromiso de sus seguidores. No basta con
tener una gran visión: hay que ser un auténtico maestro de la
comunicación para transmitirla. Éstos son los puntos críticos para generar
el atractivo carismático.
Además, el líder crea una serie de símbolos que le están recordando
permanentemente a sus seguidores su compromiso. Por ejemplo, un
gerente de planta en Corea colocó un producto de la competencia con
grandes lámparas en un pedestal y un letrero que indicaba la calidad a
lograr, su precio de venta y los retos a alcanzar: “Misma calidad con
idéntico costo de la competencia; segunda meta, superarlos”. Con ello les
recordaba lo que tenían que hacer de inmediato: el uso de frases clave,
emblemas, etcétera, que mantengan vigentes los compromisos de la
gente con su líder, transformándolos de simples receptores en
realizadores y reafirmando a la vez su sensibilidad hacia los problemas de
alta prioridad a resolver.
El líder carismático crea genuinas expectativas de éxito, evita dar
ordenes que sabe no se van a cumplir y cuida de no crear un sentimiento
de sobrestimación que pueda llevar al grupo a la soberbia y la anarquía.
Su objetivo es mantener una actitud dinámica, de crecimiento constante
en su gente, haciéndolos sentir que pertenecen a un círculo cerrado,
diferente pero más comprometido que el resto de la gente; es un circulo
que demanda gente especial porque se esperan grandes cosas de ellos;
es más: él es el ejemplo visible a seguir. Refuerza el proceso de
dinamización, realizando él mismo tareas que deberían realizar sus
subordinados, modelando él mismo la humildad o actitudes a seguir. Es
en esencia un permanente educador, pone a su gente en condiciones
tales que siempre pueden aprender y sólo empuja a los que debe empujar
sin cometer el error de pedir cosas para las cuales la gente no está
preparada. Aprovecha todas las oportunidades para enseñar, compartir
valores y transmitir experiencias; vive en un entorno pedagógico,
consume su energía básicamente en enseñar, motivar y persuadir. Su
objetivo es transformar a la gente ordinaria en extraordinaria.
Los líderes que aspiran a ser carismáticos deberán prepararse inten-
samente en materia de oratoria y técnicas de comunicación, además de
dominar las destrezas de la persuasión y la retórica, áreas todas ellas
fundamentales si aspiramos a conseguir seguidores y gente que no so-
lamente tenga que hacer lo que le ordenemos sino que quiera hacer las
cosas. Áreas simples pero de gran importancia son:
• Expresión verbal, rapidez, tono, vocalización y volumen de voz.
• Articular la palabra con claridad y sin atropellamiento.
• Dominio del lenguaje corporal y su acoplamiento con las palabras.
• Desarrollar, organizar y vender las ideas.
• Enfatizar, dramatizar sin caer en la exageración, son entre otras las
destrezas que habrá de dominar.
La retórica es de incalculable valor, pues nos permite enfatizar a través
de ciertas palabras o frases clave, fijar una idea u objetivo. Por ejemplo,
Lincoln, en uno de sus discursos, exclamó: “Gobierno del pueblo, por el
pueblo y para el pueblo”, en vez de haberlo dicho en forma simplificada
“gobierno del, por y para el pueblo”: el impacto hubiera sido muy
diferente. Es recomendable estudiar los clásicos griegos que fueron los
maestros del bellísimo arte de la retórica y la dialéctica.
La piedra angular de todo líder está en su estructura de valores, su
filosofía personal, sus principios morales, la sensibilidad y respeto que
tengan hacia los demás; la destreza en la comunicación es el valor agre-
gado para poder proyectar efectivamente su visión y sus ideas, herra-
mientas indispensables para quien anhela el carisma del líder.
13. Difunde apasionadamente sus ideas y presenta sus
proyectos como algo emocionante
Yo tuve un sueño...
Libre al fin, libre al fin, gracias a Dios todopoderoso, soy libre al fin.
Martin Luther King
Martin Luther King (1929-1968). Religioso estadounidense nacido en Atlanta. Hijo del
reverendo Martin Luther King, decidió ser como su padre, un ministro bautista. Estudió en el
colegio Morehouse, de Atlanta, yen la Universidad de Boston, donde recibió un doctorado. Líder de los derechos civiles de la raza de color, dirigió manifestaciones pacificas y otras actividades
conducentes a obtener una legislación adecuada para los derechos civiles y eliminar la
discriminación racial en el país más poderoso del planeta. Uno de los oradores más impactantes
de todos los tiempos en su país y de la lengua inglesa. Recibió el premio Nóbel de la Paz en 1964. Fue asesinado en Memphis, Tennessee, en 1968.
El líder es 50% lo que piensa, su filosofía, y 50% es como lo dice,
su expresión misma. Si yo no expreso mi contenido, si yo no presento mis
ideas, si yo no trasmito mis proyectos como algo emocionante, algo
extraordinario, algo que reta a nuestras potencialidades, ¿corno voy a
cautivar a mis seguidores? Un líder necesita proyectar su imagen,
proyectarse a través de su lenguaje, a través de sus emociones. Un líder
no es aquel que habla bien, no, es alguien que trasmite convicciones.
¿Quién te enseña a ser orador? Los seres humanos pasamos el 60% del
tiempo escuchando, por lo que podemos distinguir con facilidad quién
habla con verdades, con pasión, quién habla con el corazón y quién so-
lamente maneja un léxico, una composición o una geometría de lenguaje.
El líder se manifiesta cuando logra su expresión total, él mismo es
expresión, él mismo se refleja, como decía Gandhi: “Nosotros tenemos
que llegar a ser el ideal que proponemos”. Nosotros somos parte del sue-
ño, debemos ser la pasión hecha vida. Los líderes presentan sus proyec-
tos como algo desafiante y seductor.
Lo que hace a un orador de Excelencia es su convicción. Lo respalda su
congruencia.
14. Liga los valores fundamentales y universales con el futuro
La Excelencia es el arte que se alcanza a través del
entrenamiento y el hábito. Nosotros somos lo que hacemos
repetidamente. La Excelencia entonces no es un acto aislado, sino
un hábito.
Aristóteles
Aristóteles (3 84-322 a.C.). Filósofo y científico griego cuya contribución al saber
general de Occidente se cuenta entre las más amplias, duraderas y significativas de
todos los tiempos. inicialmente estudió medicina. En 367 a. C. ingresó a la Academia
de Platón, con quien mantuvo una estrecha relación durante muchos años. Después
de realizar varios viajes, se hizo cargo de la educación de Alejandro Magno. En 335 a.
C. abrió en Atenas el Liceo, centro dedicado a la enseñanza y a la investigación de las
diferentes ramas del saber. Como pensador proporcionó el modelo básico para el
sistema de pensamiento cristiano y musulmán. Ve la Excelencia de la acción humana
en la virtud, interpretada como el equilibrio entre los extremos.
Es un líder que respeta los valores fundamentales, como la vida, el amor, la generosidad; el
respeto al valor tradicional no se aleja de él, vive con los valores fundamentales, los hace modernos,
los proyecta hacia el futuro, vive con un respeto esencial de los valores que trascienden.
El líder carismático vincula los valores trascendentales con los objetivos del futuro y se
apega a ellos para resaltar el significado de lograrlos.
Seguir a un líder no significa convertirse en una copia exacta de su conducta sino más bien
asumir sus valores fundamentales y continuar su línea de pensamiento.
15. Sintetiza en una sola frase su mística
de trabajo con sus seguidores:
“Usted y yo haremos
que lo imposible ocurra
Por muchos que sean los deseos de tu corazón, si crees en ellos,tus sueños se
convertirán en realidad.
Walt Disney
Walt Disney (1901-1966). Dibujante y director cinematográfico, nació el 5 de diciembre de
1901 en Chicago. Es el más grande creador de dibujos animados en la historia del séptimo arte. Formado en el campo de las artes comerciales, se orientó hacia la animación fílmica creando
múltiples personajes que contribuyeron a su celebridad a nivel mundial: Mickey Mouse, Pato
Donald, Tribilín, Pluto y muchos más. Progresivamente el arte de Disney sentó pautas en el
género y llegó a desarrollar la industria del entretenimiento infantil y familiar en una forma sin precedentes. Su último proyecto fue el del mundo de Walt Disney, una metrópoli del futuro que
denominó Epcot (Experimental Prototype Community of Tomorrow). Fue un original, un
accidente feliz. Hizo más que todos los siquiatras del mundo por curar, o al menos aliviar, los perturbados espíritus humanos.
Venga, únase, vamos a lograr lo imposible, tenemos el poder y tenemos la fuerza. El líder
infunde confianza, fe, esperanza, solidez; el seguidor sabe que tal vez no esté de acuerdo con su
líder, pero lo sigue porque cree en él, confía en él; piensa para sus adentros: “No estoy de acuerdo
contigo, pero creo en ti, creo en tu sueño y creo en lo que estás proponiendo”.
Ahí está el líder que amalgama voluntades. Por favor, veamos a una
Corea destruida, dividida en los años cincuenta, su líder amalgamando,
buscando unidad, dando fuerza. En Taiwán un líder exiliado, Chang Kai
Shek, era expulsado por Mao Tsé-Tung a una isla de pescadores, una
pequeña comunidad que hoy tiene un nivel de vida 30 veces superior al
de un chino continental. ¿Cuál fue el sueño de ese hombre? La libertad.
Creyó en su gente y confió en su sueño.
Cuando tuve la oportunidad de estar en Israel, recuerdo que les decía a
mis amigos: “Oye, qué bonito está Israel, qué bonita y verde está la
tierra del Señor”. Me contestaban: “Si hubieras visto cómo nos la en-
tregó; tuvimos que invertir muchísimo dinero y esfuerzo para que esté
como la ves ahora, pero es el producto de un sueño, un sueño que man-
tuvieron vivo nuestros líderes”. Efectivamente, son los sueños de la gente
los que nos dicen que haremos lo imposible, uniéndonos a él lo vamos a
lograr, nos hacen sentir que tenemos la fortuna en la mano, que en
nosotros está el poder y la potencialidad para lograrlo, ahí está el carisma
del líder, finalmente.
Estos líderes inspiran una confianza excepcional en llegar a sus metas
aparentemente imposibles, su gente está preparada para que en cual-
quier momento pueda suceder lo inesperado, y este riesgo los une aún
más, comparten el mismo espíritu y saben que son los protagonistas del
cambio, no simples espectadores: están convencidos de que el futuro no
lo pueden predecir pero sí lo pueden inventar.
16. Su misión representa su razón de ser
vive apasionadamente su ideal,
entrega su existir
por realizar un sueño
Me pesa no haber hecho lo suficiente para la salvación de mi alma y morir cuando
apenas empiezo aprender el alfabeto de mi profesión.
La máxima creación humana no se compara al prodigio divino de una mujer dando a luz a un
nuevo ser.
Miguel Ángel Buonarroti
Miguel Ángel Buonarroti (1473-1564). Escultor incomparable, pintor, arquitecto y poeta, Miguel Ángel fue uno de los genios supremos del Renacimiento. Se le compara tan sólo con
Leonardo da Vinci, pero no son pocos quienes lo consideran el artista más grande de toda la
historia de la humanidad. Su portentosa obra incluye esculturas como La Piedad, el David, el
Moisés; en pintura, los frescos de la capilla Sixtina, La creación de Adán, El Juicio Final, La Sagrada Familia. Miguel Ángel supo infundir a todas sus creaciones vida y movimiento en
formas sólidas caracterizadas por su grave monumentalidad.
Quisiera realizar una última reflexión sobre el tema. Hay que tomar en
cuenta algo que es fundamental y para ello tenemos que considerar el
factor más importante de la organización. El poder está cambiando, el
poder ya no está en el capital, ya no está en los recursos materiales, el
poder de una empresa ahora está en el capital humano, ahí radica la gran
diferencia.
¿De dónde surgen las ideas? ¿De dónde surgen los conocimientos?
Pregunto en una forma muy clara y simple: ¿Quién toca al cliente cuando
llegamos a un hotel?, ¿quién toca al cliente físicamente cuando
entregamos un producto o cobramos una factura?, ¿quién toca al cliente
en una aerolínea?, ¿quién toca el producto en un restaurante? El chef, el
cocinero, el pinché, el ayudante. ¿Quién toca al cliente en un taller? El
mecánico. ¿Quién toca nuestro producto al ser manufacturado? ¡Increíble:
las manos del obrero, las manos del operario.
Los círculos de calidad son grupos de obreros pensantes y estudiosos
que están ofreciendo sugerencias. Ahí está el poder de una organización,
en el capital humano; en su nivel de conocimiento, ahí está la fuerza, ahí
están las manos que hacen la calidad. Tenemos que tomar en cuenta que
si queremos tener una empresa de Excelencia en la década de los noven-
ta, no debemos olvidamos de las manos más importantes de nuestra or-
ganización, las manos de nuestros obreros, las manos de nuestros
operarios, las manos de los que sirven en primera línea: esas manos son
las que van a producir calidad.
Y recuerden que nadie puede dar lo que no tiene. Las manos del ser
humano que no tiene honestidad, del ser humano que no tiene calidad,
del ser humano que no tiene calidez, del ser humano que no tiene respeto
consigo mismo, sólo podrán expresar lo mismo que han expresado las
manos del asesino y del canalla: crimen, violación, ultraje, porque las
manos reflejan el contenido de quien las mueve, esa fuerza motora que
las impulsa a crear. Las manos de Miguel Ángel, de Louis Pasteur, de
aquellos seres humanos que han hecho avanzar a la humanidad, las
manos de Cristo, de Gandhi, los seres superiores.
Hablar de México es hablar de manos cálidas. Díganme ustedes: en la
integración EU, Canadá y México, ¿quién va a ganar desde el punto de
vista de valores universales?, ¿quién va a ganar desde el punto de vista
de valores trascendentales, valores que sustentan a la humanidad? Ya
hemos desgastado con palabras mucho de lo negativo que hay en México,
pero reflexionemos un momento en la integración de México con EU y
Canadá en materia de valores espirituales y les puedo asegurar que el
rico deberá aprender del pobre y el poderoso va a aprender del débil.
Comparemos una familia mexicana con una familia norteamericana,
comparemos el concepto de paternidad, el de una madre amante que
arrulla a su hijo en sus brazos, una madre que amamanta a un hijo en su
regazo. Comparemos, por favor, la dulzura de un hogar mexicano, la
entrega, la cordialidad, la forma en que se da una familia mexicana entre
sus miembros, vamos a compararla con la canadiense y la americana.
Comparemos el valor de la amistad, el de un amigo a la mexicana, una
lealtad sin límites en la que un amigo da la vida por el otro. Comparemos
también el valor de nuestra alegría, de nuestra sonrisa, de nuestra forma
de compartir, vamos a compararlo con las otras naciones, vamos a
comparar el valor espiritual de un pueblo profundamente religioso como el
mexicano, una mística espiritual que hace reunir en San Juan de los
Lagos a tres millones de jóvenes alrededor del Papa. Hablemos ahora de
la manifestación religiosa, de nuestro colorido, de nuestro estallido y
algarabía, de nuestra especial forma de ser. Vamos a comparar pueblos y
se van a dar cuenta de que tenemos una nación preciosa, fuera de serie.
El papa Juan Pablo II, cuando estaba ya por irse, se volteó hacia un
pequeño grupo de personas que fervorosamente le seguían y les dijo:
“Recuérdenlo, nunca lo olviden: México es la reserva espiritual del
mundo”. País de poetas, un pueblo colmado de imaginación, de vocación
de servicio, un país lleno de posibilidades. Pero tenemos que darnos
cuenta de que México también tiene llagas sociales, lacerantes y terribles.
En México se firmó la anhelada paz en la hermana república de El
Salvador, acto que se realizó en el castillo de Chapultepec. Este acto fue
el reflejo de lo que está sucediendo en Colombia, en Perú, en Cuba, y
todos esos tratados y convenios tan trascendentales van a ser motivo de
negociaciones para llevar la justicia y la democracia a esos pueblos; en
todos esos países aumenta el hambre, hay una miseria terrible, hay un
abandono total.
Quiero confesarles que al hacer las investigaciones para esta obra,
estuvimos estudiando las últimas estadísticas entregadas por la
UNICEF, con cifras impresionantes. La UNICEF define así uno de los problemas más dolorosos de la humanidad cuando habla del niño de la
calle: “Todo aquel hombre o varón que no habiendo alcanzado la edad
adulta adoptó la calle como hogar y el lugar donde busca el sustento
diario entre los seis y 16 años”. ¿Cuántos hay en América Latina? 100 millones de niños que viven bajo esa condición, de trabajos marginales,
del robo, de la prostitución, es en verdad doloroso, la prostitución de
niños y de niñas de siete, ocho años, donde los niños y las niñas
venden sus cuerpos.
Siendo Brasil el líder en este rubro, han surgido en ese país lo que se
llama “los escuadrones de la muerte”, asesinos mercenarios que al grito
de “los bandidos deben morir” salen a la caza de los infantes de la calle.
“Nadie quiere que mueran, dicen, pero no hay otra alternativa.” Se
calcula que en aquel país matan a más de 300 mil niños anuales
mercenarios que cobran 30 dólares por asesinar a cada niño. Y esta his-
toria se repite en Guatemala, en Colombia. Los que alquilan a estos
asesinos se justifican: “Hay que matarlos, son una lacra, no sirven para
nada, nos roban, nos explotan”.
Esas son las manos de América Latina, ésas son las manos de México,
en el que existen dos millones de niños abandonados. Son las manos que
van a votar mañana, son las manos que van a utilizar su poder para
destruir o construir, son las manos de nuestros hijos, son las manos del
siglo xxi, son las manos de toda una niñez que está viviendo en ese
abandono y en esa prostitución. Ésos son los niños de nuestra nación.
¿Valdrá la pena luchar por ellos?, ¿valdrá la pena llevar la esperanza a
ese niño abandonado? Ésos son nuestros hijos, son parte de nuestra
nación, son esos niños que tenemos que salir a buscar y a rescatar,
porque son parte de nosotros mismos.
10 mii niños se reunieron por primera vez en una manifestación en Río
de Janeiro, sus letreros decían: “Brasil, tus niños necesitan justicia”.
Todos los niños del mundo son parte de nuestro mundo, son la realidad
del mundo que estamos viviendo. Finalmente quisiera terminar este
capítulo con dos pequeñas metáforas, una seguramente la han
escuchado, es muy reciente, y se dio a conocer en mi programa de te-
levisión hace poco tiempo. Dice así:
La cita con Dios
Llegué a mi casa más temprano de lo acostumbrado, quería ducharme y
arreglarme con mis mejores ropas, pues por la noche tendría la cita más
maravillosa de mi vida: había conseguido una entrevista nada menos que
con Dios, el ser más importante que pudiera existir.
Salí de la casa con bastante anticipación queriendo asegurarme de
llegar a tiempo, pues tendría que cruzar toda la ciudad. No podía fallar,
cómo podía llegar retrasado a una cita tan increíblemente fantástica. En
esos momentos nada era más importante que ese compromiso.
Me hallaba sumamente nervioso, pues comprendía muy bien que en
verdad yo era una persona privilegiada, el único ser terrenal que había
sido elegido para charlar con Él.
Subí a mi automóvil y me dirigí hacia el sur por el periférico, curio-
samente había poco tráfico a esa hora, lo cual me tranquilizó, ya que así
lograría llegar bastante adelantado a la gran cita. Pensé para mis
adentros: “Tal vez Él me está facilitando el camino”
Salí del periférico y al llegar al primer semáforo noté que se acercaba a
mi ventanilla un chiquillo de no más de 10 años, de esos niños de la calle
que deambulan por la ciudad en busca de un medio de subsistencia. Su
rostro era triste, pero su mirada limpia; su cuerpecito parecía frágil, pero
su andar era firme.
Al llegar junto a mi me extendió su mano, pequeña y temblorosa; quiso
emitir una palabra pero no lo dejé que hablara, supuse que quería una
limosna y se la di, incluso no me percaté del importe del billete que saque
de la cartera, no quería perder tiempo, que era en esos momentos mi re-
curso más valioso pues estaba ansioso de llegar a mi destino.
La luz verde apareció en el semáforo y me apresuré a retomar mi
camino; sin embargo, antes de poner en movimiento mi coche, el niño
cayó al suelo fulminado por un ataque de epilepsia. Sin pensarlo dos
veces bajé de inmediato del automóvil para socorrer a la pobre criatura.
Al sentirlo en mis brazos palpé la ligereza de su cuerpecito delgado y
débil. Un destello de ternura y compasión inundó mi ser; lo subí rá-
pidamente al auto y me dirigí al hospital más cercano que pude hallar.
Al salir de la clínica, ya con la tranquilidad de saber que la criatura
estaba en buenas manos, recordé mi cita. Se había hecho muy tarde.
Subí al auto, pisé el acelerador a fondo para llegar lo más pronto posible.
Desafortunadamente para mí, Él ya no estaba. Miré el reloj, me había
retrasado 15 minutos. Imaginé que se había marchado ante mi demora,
me sentía desilusionado y el desconsuelo se apoderó de mi ser. Con un
sabor de amargura en la boca alcancé a escuchar mi voz que decía:
“¿Por qué, Dios?, si sólo me retrasé unos cuantos minutos, y se debió a
una emergencia, ¿por qué no me esperaste?” Reclamé. Guardé silencio y
todavía montado en cólera observé la inmovilidad de la noche y de pronto
creí volver a ver al mismo niño que había auxiliado. Su rostro era idén-
tico, pero ahora irradiaba una luz especial y escuché su voz profunda y
suave que me decía: “Hijo mío, no te pude esperar, salí a tu encuentro
¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando observo el campo sin arar, cuando los aperos de labranza están
olvidados, cuando la tierra está quebrada y abandonada, me pregunto:
¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil;
cuando veo al prepotente y pedante enriquecerse del ignorante y del
pobre, del obrero y del campesino carentes de recursos para defender sus
derechos, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando contemplo a esa anciana olvidada; cuando su mirada es
nostalgia y balbucea todavía algunas palabras de amor por el hijo que la
abandonó, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando veo al moribundo en su agonía llena de dolor; cuando observo
a su pareja y a sus hijos deseando no verle sufrir; cuando el sufrimiento
es intolerable y su lecho se convierte en un grito de súplica de paz, me
pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido, ahora embrutecido
por la droga y el alcohol; cuando veo titubeante lo que antes era una
inteligencia brillante y ahora harapos sin rumbo ni destino, me pregunto:
¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando a esa chiquilla que debería soñar en fantasías la veo arrastrar
su existencia y en su rostro se refleja ya el hastió de vivir, y buscando
sobrevivir se pinta la boca, se ciñe el vestido y sale a vender su cuerpo,
me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando aquel pequeño me ofrece a las tres de la madrugada su pe-
riódico, su miserable cajita de dulces sin vender; cuando lo veo dormir en
la puerta de un zaguán tiritando de frío, con unos cuantos periódicos que
cubren su frágil cuerpecito; cuando su mirada me reclama una caricia,
cuando lo veo vagar sin esperanzas con la única compañía de un perro
callejero, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Y me enfrento a él y le pregunto: “¿Dónde están tus manos, Señor,
para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo al aban-
donado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura a los
olvidados?” Después de un largo silencio escuché su voz que me reclamo:
“No te das cuenta de que tú eres mis manos. Atrévete a usarlas para lo
que fueron hechas, rara dar amor y alcanzar estrellas”.
Y comprendí que las manos de Dios somos tú y yo, los que tenemos la
voluntad, el conocimiento y el coraje para luchar por un mundo más
humano y justo, aquellos cuyos ideales sean tan altos que no puedan
dejar de acudir a la llamada del destino, aquellos que, desafiando el dolor,
la crítica y la blasfemia, se reten a sí mismos para ser las manos de Dios.
“Señor, ahora me doy cuenta de que mis manos están sin llenar, que
no han dado lo que deberían dar, te pido perdón por el amor que me diste
y que no he sabido compartir, las debo usar para amar y conquistar la
grandeza de la creación.”
El mundo necesita esas manos, llenas de ideales y de estrellas, cuya
amalgama sea contribuir día a día a forjar una civilización; que busquen
valores superiores, que compartan generosamente lo que Dios nos ha
dado y puedan llegar vacías al final porque entregaron todo el amor, para
lo cual fueron creadas, y Dios seguramente dirá: “¡Ésas son mis manos!”
Finalmente, estimado lector, pregúntese a sí mismo: ¿qué surgirá de
sus manos, desaliento, destrucción, agresión?, o serán unas manos dis-
puestas a construir un mundo mejor, a edificar, a realizar un mundo de
justicia y amor, manos dispuestas a dar una caricia, un consuelo, manos
dignas, que no se venden al poderoso, que no traicionan su origen,
dispuestas a luchar por la justicia y la paz, unas manos que se atrevan a
ser las manos de Dios.
Seguramente Dios entrega a esos líderes extraordinarios su don más
preciado, el carisma del amor.