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    PREFACIO

    El estudio de la Biblia es, de algn modo, el alma de la teologa, dice el

    Concilio Vaticano II (DV 24), en conexin con una frase de Len Xlll. Talestudio no est nunca completamente concluido: cada poca tendr quebuscar nuevamente, a su modo, la comprensin de los libros sagrados. En lahistoria de la interpretacin, el surgimiento del mtodo histrico-crticosignific el comienzo de una nueva poca. Con l se abran nuevasposibilidades de comprender la palabra bblica en su sentido original. Comotodas las cosas humanas, tambin este mtodo implica riesgos, a pesar de suspositivas posibilidades: la bsqueda del sentido original puede conducir atrasponer completamente la palabra en el pasado, de modo que no se laperciba ya en su dimensin presente. Puede conducir a que solamente ladimensin humana de la palabra aparezca como real, mientras el verdaderoautor, Dios, se escapa a la percepcin de un mtodo que ha sido elaboradoprecisamente para la comprensin de las cosas humanas. La aplicacin de unmtodo "profano" a la Biblia deba suscitar confrontaciones.

    Todo lo que contribuye a reconocer mejor la verdad, y a disciplinar laspropias perspectivas, es una valiosa ayuda para la teologa. En tal sentido erajusto que el mtodo tuviera acceso al trabajo de aquella. Todos los lmites denuestro horizonte, que nos impiden mirar y escuchar ms all de lomeramente humano, deben ser superados. As, el surgimiento del mtodohistrico-crtico ha puesto en movimiento un esfuerzo para determinar sus

    alcances y su estructura, que de ningn modo est concluido an.En este esfuerzo, el Magisterio de la Iglesia Catlica ha tomado posicinms de una vez con importantes documentos. Primeramente Len Xlll, con laEncclica Providentissimus Deus del 18 de noviembre de 1893, ha sealadoalgunas marcas en el mapa de la exgesis. En la poca de la aparicin de unliberalismo extremadamente seguro de s mismo y hasta dogmtico, Len Xlllse expresaba de manera prevalentemente crtica, sin excluir, sin embargo, lopositivo de las nuevas posibilidades. Cincuenta aos ms tarde, Po Xll, en suEncclica Divino Afflante Spritu del 30 de septiembre de 1943, y sobre elfundamento del trabajo de grandes exgetas catlicos, animaba positivamente

    a hacer fructificar los mtodos modernos para la comprensin de la Biblia. LaConstitucin del Concilio Vaticano II, Dei Verbum, del 18 de noviembre de1965, sobre la divina revelacin, retom todas estas enseanzas, y nos hadejado una sntesis entre las perspectivas permenantes de la Teologa de losPadres y los nuevos logros metodolgicos de la era moderna, que continasiendo vigente.

    Entretanto, el horizonte metodolgico del trabajo exegtico se haampliado de un modo tal, como no era previsible hace treinta aos. Nuevosmtodos y nuevos acercamientos se ofrecen, desde el estructuralismo hasta laexgesis materialista, psicoanaltica y liberacionista. Por otra parte, hay

    tambin nuevos intentos de recuperar los mtodos de la exgesis de los

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    INTRODUCCIN

    La interpretacin de los textos bblicos contina suscitando en nuestrotiempo un vivo inters y provoca importantes discusiones, que han tomado enlos ltimos aos dimensiones nuevas. Dada la importancia fundamental de laBiblia para la fe cristiana, para la vida de la Iglesia y para las relaciones de loscristianos con los fieles de otras religiones, la Pontificia Comisin Bblica hasido invitada a expresarse sobre este tema.

    A. Problemtica Actual

    El problema de la interpretacin de la Biblia no es una invencin moderna,como a veces se querra hacer creer. La Biblia misma testimonia que suinterpretacin presenta dificultades. Al lado los textos lmpidos, tiene tambinpasajes oscuros. Leyendo algunos orculos de Jeremas, Daniel se interrogabalargamente sobre su sentido (Dn 9, 2). Segn los Hechos de los Apstoles, unetope del primer siglo se encontraba en la misma situacin a propsito de un

    pasaje del libro de Isaas (Is 53, 7-8) y reconoca la necesidad de un intrprete(He 8, 30-35). La Segunda carta de Pedro declara que "ninguna profeca de laEscritura puede ser interpretada por cuenta propia" (2 Pe 1, 20), y observa,por otra parte, que las cartas del apstol Pablo contienen "algunos puntosdifciles de comprender, que los que carecen de instruccin y firmezainterpretan errneamente, como hacen con el resto de las Escrituras,acarrendose as su propia perdicin" (2 Pe 3, 16).

    El problema es pues antiguo, pero se ha acentuado con el paso deltiempo: por lo pronto, para llegar hasta los hechos y las palabras de los cualeshabla la Biblia, los lectores deben volver atrs veinte o treinta siglos, lo que no

    deja de suscitar dificultades. Por otra parte, las cuestiones de interpretacin sehan vuelto ms complejas en los tiempos modernos, a causa de los progresosrealizados por las ciencias humanas. Los mtodos cientficos para el estudio detextos antiguos se han precisado. Pero, en qu medida estos mtodos sonapropiados para la interpretacin de la Sagrada Escritura? A esta pregunta, laprudencia pastoral de la Iglesia ha respondido durante largo tiempo conreticencia, porque con frecuencia los mtodos, a pesar de sus elementospositivos, se encontraban ligados a opciones contrarias a la fe cristiana. Perose ha producido una evolucin positiva, marcada por toda una serie dedocumentos pontificios, desde la Encclica Providentissimus Deus de Len Xlll

    (18 de noviembre de 1893) hasta la Encclica Divino Afflante Spritu de Po Xll(30 de septiembre de 1943), y ha sido confirmada por la declaracin de laPontificia Comisin Bblica Sancta Mater Ecclesia (21 de abril de 1964) y sobretodo por la Constitucin Dogmtica Dei Verbum del Concilio Vaticano II (18 denoviembre de 1965).

    La fecundidad de esta actitud constructiva se ha manifestado de unamanera innegable. Los estudios bblicos han tomado un notable impulso en laIglesia Catlica, y se reconoce cada vez ms su valor cientfico en el mundo delos especialistas y entre los fieles. El dilogo ecumnico se ha facilitadoconsiderablemente, se ha hecho ms profunda la influencia de la Biblia sobre

    la teologa, contribuyendo as a la renovacin teolgica. El inters de la Biblia

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    estudio crtico de la redaccin), para hacer accesible al lector moderno elsentido de los textos bblicos, con frecuencia difcil de captar.

    Es un mtodo analtico que estudia el texto bblico del mismo modo quecualquier otro texto de la antigedad, y lo comenta como lenguaje humano.Sin embargo, permite al exgeta, sobre todo en el estudio crtico de laredaccin de los textos, captar mejor el contenido de la revelacin divina.

    3. Descripcin

    En el estadio actual de su desarrollo, el mtodo histrico crtico recorre lasetapas siguientes:

    La crtica textual, practicada desde hace mucho tiempo, abre la serie deoperaciones cientficas. Apoyndose sobre el testimonio de los manuscritosms antiguos y mejores, as como sobre el de los papiros, el de lastraducciones antiguas y el de la patrstica, procura, segn reglasdeterminadas, establecer un texto bblico tan prximo al texto original como

    sea posible.El texto es sometido entonces a un anlisis lingstico (morfologa y

    sintaxis) y semntico, que utiliza los conocimientos obtenidos gracias a losestudios de filologa histrica. La crtica literaria se esfuerza luego por discernirel comienzo y el final de las unidades textuales, grandes y pequeas, y deverificar la coherencia interna de los textos. La existencia de duplicados, dedivergencias irreconciliables y de otros indicios manifiesta el carctercompuesto de algunos textos, que se dividen entonces en pequeas unidades,de las cuales se estudia su posible pertenencia a fuentes diferentes. La crticade los gneros procura determinar los gneros literarios, su ambiente de

    origen, sus rasgos especficos y su evolucin. La crtica de las tradiciones sitalos textos en las corrientes de tradicin, de las cuales procura precisar laevolucin en el curso de la historia. Finalmente, la crtica de la redaccinestudia las modificaciones que los textos han sufrido antes de quedar fijadosen su estadio final y analiza ese estadio final, esforzndose por discernir lasorientaciones que le son propias. Mientras las etapas precedentes hanprocurado explicar el texto por su gnesis, en una perspectiva diacrnica, estaltima etapa se concluye con un estudio sincrnico: se explica all el texto en smismo, gracias a las relaciones mutuas de sus diversos elementos,considerndolos bajo su aspecto de mensaje comunicado por el autor a sus

    contemporneos. La funcin pragmtica del texto puede ser tomada entoncesen consideracin.

    Cuando los textos pertenecen a un gnero literario histrico o estn enrelacin con acontecimientos de la historia, la crtica histrica completa lacrtica literaria, para precisar el alcance histrico, en el sentido moderno de laexpresin, de los textos estudiados.

    De este modo quedan en claro las diferentes etapas del concretodesarrollo de la revelacin bblica.

    4. Evaluacin

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    Qu valor se debe acordar al mtodo histrico-crtico, en particular en elactual estadio de su evolucin?

    Es un mtodo que, utilizado de modo objetivo, no implica de por s ningna priori. Si su uso se acompaa de tales a priori no es debido al mtodomismo, sino a opciones hermenuticas que orientan la interpretacin y puedenser tendenciosas.

    Orientado en sus orgenes en el sentido de la crtica de las fuentes y de lahistoria de las religiones, el mtodo ha abierto un nuevo acceso a la Biblia,mostrando que es una coleccin de escritos, y que con frecuencia, enparticular los del Antiguo Testamento, no son la creacin de un autor nico,sino que han tenido una larga prehistoria, indisolublemente ligada a la historiade Israel o a la historia de la Iglesia primitiva. Precedentemente lainterpretacin juda o cristiana de la Biblia no tena una clara conciencia de lascondiciones histricas concretas y diversas en las cuales la Palabra de Dios

    estaba enrazada, sino un conocimiento global y lejano. La confrontacin de laexgesis tradicional con un acercamiento cientfico, que, en sus comienzos,conscientemente haca abstraccin de la fe y a veces se opona a ella, fueciertamente dolorosa. Pero se revel, seguidamente, provechosa. Una vez queel mtodo se liber de prejuicios extrnsecos condujo a una comprensin msexacta de la verdad de la Sagrada Escritura (cf. Dei Verbum, 12). SegnDivino Afflante Spritu, la bsqueda del sentido literalde la Escritura es unatarea esencial de la exgesis, y para llevarla a trmino es necesario determinarel gnero histrico de los textos (cf. EB 560). Esto se realiza con la ayuda delmtodo histrico-crtico.

    Ciertamente, el uso clsico del mtodo histrico-crtico manifiesta lmites,porque se restringe a la bsqueda del sentido del texto bblico en lascircunstancias histricas de su produccin, y no se interesa por las otrasposibilidades de sentido que se manifiestan en el curso de las pocasposteriores de la revelacin bblica y de la historia de la Iglesia. Sin embargo,este mtodo ha contribuido a produccin de obras de exgesis y de teologabblica de gran valor.

    Desde hace mucho tiempo se ha renunciado a amalgamar el mtodo conun sistema filosfico. Recientemente, una tendencia exegtica ha inclinado elmtodo en el sentido de una insistencia predominante sobre la forma del texto,

    con menor atencin a su contenido. Pero esta tendencia ha sido corregida,gracias a la contribucin de una semntica diferenciada (semntica de laspalabras, de las frases, del texto) y al estudio del aspecto pragmtico de lostextos.

    Se debe reconocer que la inclusin en el mtodo de un anlisis sincrnicode los textos es legtima, porque es el texto en su estadio final, y no unaredaccin anterior, el que es expresin de la Palabra de Dios. Pero el estudiodiacrnico contina siendo indispensable para captar el dinamismo histricoque anima la Sagrada Escritura, y para manifestar su rica complejidad: porejemplo, el cdigo de la Alianza (Ex21-23) refleja un estadio poltico, social y

    religioso de la sociedad israelita diferente del que reflejan las otras

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    Con el anlisis narrativo se relaciona una manera nueva de apreciar elalcance de los textos. Mientras el mtodo histrico-crtico considera ms bienel texto como una "ventana", que permite entregarse a observaciones sobre talo cual poca (no solamente sobre los hechos narrados, sino tambin sobre lasituacin de la comunidad para la cual han sido narrados), el anlisis narrativo

    subraya que el texto funciona igualmente como un "espejo", en sentido depresentar una cierta imagen del mundo -el "mundo del relato"-, que ejerce suinflujo sobre los modos de ver del lector y lo lleva a adoptar ciertos valoresms bien que otros.

    A este gnero de estudio, tpicamente literario, se asocia la reflexinteolgica, que considera las consecuencias que comporta, para la adhesin a lafe, la naturaleza del relato -y por tanto de testimonio- de la Sagrada Escritura,y deduce de all una hermenutica prctica y pastoral. Se reacciona as contrala reduccin del texto inspirado a una serie de tesis teolgicas, frecuentementeformuladas segn categoras y lenguaje no escritursticos. Se pide a laexgesis narrativa rehabilitar, en contextos histricos nuevos, los modos decomunicacin y de significacin propios del relato bblico, a fin de abrir mejorel camino a su eficacia para la salvacin. Se insiste sobre la necesidad de"narrar la salvacin" (aspecto "informativo" del relato) y de "narrar en vista dela salvacin" (aspecto "performativo"). El relato bblico, en efecto, contieneexplcita o implcitamente, segn los casos, una llamada existencial dirigida allector.

    Para la exgesis de la Biblia, el anlisis narrativo presenta una utilidadevidente, porque corresponde a la naturaleza narrativa de un gran nmero detextos bblicos. Puede contribuir a facilitar el paso, frecuentemente dificil, delsentido del texto en su contexto histrico -tal como el mtodo histrico-crticoprocura definirlo-, al alcance del texto para el lector de hoy. Comocontrapartida, la distincin entre "autor real" y "autor implcito" aumenta lacomplejidad de los problemas de interpretacin.

    Cuando se aplica a los textos de la Biblia, el anlisis narrativo no puedecontentarse con aplicar modelos preestablecidos. Ms bien debe esforzarse porcorresponder a su carcter especfico. Su acercamiento sincrnico a los textosexige ser completado por estudios diacrnicos. El anlisis narrativo debecuidarse, por otra parte, de una posible tendencia a excluir toda elaboracindoctrinal de los datos que contienen los relatos de la Biblia. Se encontrara ental caso en desacuerdo con la tradicin bblica misma, que practica este gnerode elaboracin, y con la tradicin eclesial, que ha continuado por este camino.Conviene notar, finalmente, que no se puede considerar la eficacia existencialsubjetiva de la Palabra de Dios trasmitida narrativamente como un criteriosuficiente de la verdad de su comprensin.

    3. Anlisis semitico

    Tambin entre los mtodos llamados sincrnicos, que se concentran sobreel estudio del texto bblico en su estadio final, se sita el anlisis semitico,que desde hace unos veinte aos se ha desarrollado notablemente en algunos

    ambientes. Llamado inicialmente con el trmino general de "estructuralismo",

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    Teniendo en cuenta que el mtodo histrico-crtico experimenta a vecesdificultades para alcanzar, en sus conclusiones, el nivel teolgico, elacercamiento cannico, nacido en los Estados Unidos hace unos veinte aos,procura conducir a buen trmino una tarea teolgica de interpretacin,partiendo del cuadro explcito de la fe: la Biblia en su conjunto.

    Para hacerlo, interpreta cada texto bblico a la luz del Canon de lasEscrituras, es decir, de la Biblia en cuanto recibida como norma de fe por unacomunidad de creyentes. Procura situar cada texto en el interior del nicodesignio divino, con la finalidad de llegar a una actualizacin de la Escriturapara nuestro tiempo. No pretende sustituir al mtodo histrico-crtico, sino quedesea completarlo.

    Se han propuesto dos puntos de vista diferentes:

    Brevard S. Childs centra su inters sobre la forma cannica final del texto(libro o coleccin), forma aceptada por la comunidad como autoritativa para

    expresar su fe y dirigir su vida.Ms que sobre la forma final y estabilizada del texto, James A. Sanders

    pone su atencin en el "proceso cannico" o desarrollo progresivo de lasEscrituras, a las cuales la comunidad creyente ha reconocido una autoridadnormativa. El estudio crtico de este proceso examina cmo las antiguastradiciones han sido utilizadas en nuevos contextos, antes de constituir un todoa la vez estable y adaptable, coherente y unificante de datos diversos, del cualla comunidad de fe extrae su identidad. En eI curso de este proceso se hanpuesto en accin procedimientos hermenuticos, y ellos continan actuandodespus de la fijacin del canon. Frecuentemente son de gnero midrsico,

    que sirven para actualizar el texto bblico. Favorecen una constante interaccinentre la comunidad y sus Escrituras, recurriendo a una interpretacin queprocura hacer contempornea la tradicin.

    El acercamiento cannico reacciona con razn contra la valorizacinexagerada de lo que se supone ser original y primitivo, como si ello fuera lonico autntico. La Escritura inspirada es ciertamente la Escritura tal como laIglesia la ha reconocido como regla de fe. A propsito de esto se puede insistir,sea sobre la forma final en la cual se encuentra actualmente cada uno de loslibros, sea sobre el conjunto que ellos constituyen como Canon. Un libro no esbblico sino a la luz de todo el Canon.

    La comunidad creyente es efectivamente el contexto adecuado para lainterpretacin de los textos cannicos. La fe y el Espritu Santo enriquecen suexgesis. La autoridad eclesial, que se ejerce al servicio de la comunidad, debevigilar para que la interpretacin sea siempre fiel a la gran Tradicin que haproducido los textos (cf. Dei Verbum, 10).

    El acercamiento cannico debe enfrentar ms de un problema, sobre todocuando procura definir el "proceso cannico". A partir de cundo se puededecir que un texto es cannico? Parece admisible decirlo, desde que lacomunidad atribuye a un texto una autoridad normativa, an antes de lafijacin definitiva de ese texto. Se puede hablar de una hermenutica"cannica" mientras la repeticin de las tradiciones, que se efecta teniendo en

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    En la historia de la exgesis, el punto de vista sociolgico ha encontradosu lugar desde hace mucho tiempo. La atencin que la "Formgeschichte" haotorgado al medio de origen de los textos ("Sitz im Leben") es un testimoniode ello: se reconoce que las tradiciones bblicas llevan la marca de losambientes socioculturales que las han trasmitido. En el primer tercio del siglo

    XX, la escuela de Chicago estudi la situacin socio-histrica de la cristiandadprimitiva, dando as a la crtica histrica un impulso apreciable en estadireccin. En el curso de los ltimos veinte aos (1970-1990), el acercamientosociolgico a los textos bblicos se ha vuelto parte integrante de la exgesis.

    Numerosas son las cuestiones que se presentan en este campo a laexgesis del Antiguo Testamento. Se debe preguntar, por ejemplo, cules sonlas diversas formas de organizacin social y religiosa que Israel ha conocido enel curso de su historia. Para el perodo anterior a la formacin de un estadoproporciona el modelo etnolgico de una sociedad acfala segmentaria unpunto de partida satisfactorio? Cmo se ha pasado de una liga de tribus, singran cohesin, a un estado organizado en monarqua, y de all a unacomunidad basada simplemente sobre lazos religiosos y genealgicos? Qutransformaciones econmicas, militares u otras, provoc en la estructura de lasociedad el movimiento de centralizacin poltica y religiosa que condujo a lamonarqua? Contribuye el estudio de las normas de comportamiento en elAntiguo Oriente y en Israel a la comprensin del Declogo ms eficazmenteque los intentos puramente literarios de reconstruccin de un texto primitivo?

    Para la exgesis del Nuevo Testamento, las cuestiones son evidentementediferentes. Citemos algunas: para explicar el gnero de vida prepascualadoptado por Jess y sus discpulos, qu valor se puede conceder a la teorade un movimiento de carismticos itinerantes, que vivan sin domicilio, nifamilia, ni bienes? Hay una continuidad, basada sobre la llamada de Jess aseguirlo, entre la actitud de desprendimiento radical, adoptada por Jess, y ladel movimiento cristiano postpascual, en los medios ms diversos de lacristiandad primitiva? Qu sabemos acerca de la estructura social de lascomunidades paulinas, teniendo en cuenta en cada caso, la cultura urbanacorrespondiente?

    En general, el acercamiento sociolgico da una gran apertura al trabajoexegtico y comporta muchos aspectos positivos. El conocimiento de los datossociolgicos que contribuyen a hacer comprender el funcionamientoeconmico, cultural y religioso del mundo bblico, es indispensable a la crticahistrica. La tarea que incumbe a la exgesis, de comprender bien eltestimonio de fe de la Iglesia apostlica, no puede ser llevada a buen trminode modo riguroso sin una investigacin cientfica que estudie las estrechasrelaciones de los textos del Nuevo Testamento con la vida social de la Iglesiaprimitiva. La utilizacin de los modelos proporcionados por la cienciasociolgica asegura a las investigaciones de los historiadores sobre las pocasbblicas una notable capacidad de renovacin, pero es necesario,naturalmente, que los modelos sean modificados en funcin de la realidadestudiada.

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    La hermenutica contempornea es una sana reaccin al positivismohistrico y a la tentacin de aplicar al estudio de la Biblia los criterios deobjetividad utilizados en las ciencias naturales. Por una parte, losacontecimientos relatados en la Biblia son acontecimientos interpretados. Porotra parte, toda exgesis de los relatos de esos acontecimientos implica

    necesariamente la subjetividad del exgeta. El justo conocimiento del textobblico no es accesible sino a quien tiene una afinidad vivida con aquello de locual habla el texto. La cuestin que se presenta a todo intrprete es, pues, lasiguiente: Qu teora hermenutica hace posible la justa percepcin de larealidad profunda de la cual habla la Escritura y permite expresar susignificado para el hombre de hoy?

    Es necesario reconocer, en efecto, que ciertas teoras hermenuticas soninadecuadas para interpretar la Escritura. La interpretacin existencial deBultmann, por ejemplo, conduce a encerrar el mensaje cristiano en unafilosofa particular. Adems, los presupuestos de esta hermenutica conducena vaciar, en buena parte, el mensaje religioso de la Biblia de su realidadobjetiva (consecuencia de una "desmitologizacin" excesiva), y tienden asubordinarlo a un mensaje antropolgico. La filosofa se vuelve norma, msbien que instrumento de comprensin, de aquello que es el objeto central detoda interpretacin: la persona de Jesucristo y los acontecimientos desalvacin que se han verificado en nuestra historia. Una autnticainterpretacin de la Escritura es, pues, primeramente, aceptacin de unsentido presente de los acontecimientos, y de modo supremo, en la persona deJesucristo.

    Este sentido se expresa en los textos. Para evitar el subjetivismo, unabuena actualizacin debe estar fundada sobre el estudio del texto, y lospresupuestos de lectura deben ser constantemente sometidos a la verificacinpor el texto.

    La hermenutica bblica, si por una parte pertenece al mbito de lahermenutica general de todo texto literario e histrico, por otra es un casonico de esta hermenutica. Sus caractersticas especficas le vienen de suobjeto. Los acontecimientos de salvacin y su cumplimiento en la persona deJesucristo dan sentido a toda la historia humana. Las interpretacioneshistricas nuevas no podrn sino descubrir y desarrollar estas riquezas desentido. El relato bblico de estos acontecimientos no puede ser plenamentecomprendido slo por la razn. Ciertos presupuestos particulares, como la fevivida en la comunidad eclesial y la luz del Espritu, dirigen su interpretacin.Con el crecimiento de la vida en el Espritu, aumenta en el lector lacomprensin de las realidades de las cuales habla el texto bblico.

    B. Sentidos de la Escritura inspirada

    El aporte moderno de las hermenuticas filosficas y los desarrollosrecientes del estudio cientfico de la literatura, permiten a la exgesis bblicaprofundizar la comprensin de su tarea, cuya complejidad se ha vuelto msevidente. La exgesis antigua, que evidentemente no poda tomar en

    consideracin las exigencias cientficas modernas, atribua a todo texto de la

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    Escritura diferentes niveles de sentido. La distincin ms corriente seestableca entre el sentido literal y el sentido espiritual. La exgesis medievaldistingua en el sentido espiritual tres aspectos diferentes, que se relacionanrespectivamente, a la verdad revelada, a la conducta que se deba mantener, yal cumplimiento final. De all el clebre dstico de Agustn de Dinamarca (siglo

    Xlll):"Littera gesta docet, quid credas allegoria, moralis quid agas, quid speres

    anagogia".

    En reaccin contra esta multiplicidad de sentido, la exgesis histrico-crtica ha adoptado, ms o menos abiertamente, la tesis de la unidad desentido, segn la cual un texto no puede tener simultneamente diferentessignificados. Todo el esfuerzo de la exgesis histrico-crtica se dirige a definir"el" sentido, de tal o cual texto bblico en las circunstancias de su produccin.

    Pero esta tesis choca ahora con las conclusiones de las ciencias del

    lenguaje y de las hermenuticas filosficas, que afirman la polisemia de lostextos escritos.

    El problema no es simple, y no se presenta del mismo modo en todos losgneros de texto: relatos histricos, parbolas, orculos, leyes, proverbios,oraciones, himnos, etc. Se pueden dar sin embargo, algunos principiosgenerales, teniendo en cuenta la diversidad de opiniones.

    1. Sentido literal

    Es no solamente legtimo, sino indispensable, procurar definir el sentidopreciso de los textos tal y como han sido producidos por sus autores; sentidollamado "literal". Ya Santo Toms de Aquino afirmaba su importanciafundamental (S.Th. I,q.1,a.10,ad 1).

    El sentido literal no se debe confundir con el sentido "literalista" al cual seadhieren los fundamentalistas. No basta traducir un texto palabra por palabrapara obtener su sentido literal. Es necesario comprenderlo segn lasconvenciones literarias de su tiempo. Cuando un texto es metafrico, susentido literal no es el que resulta inmediatamente de una comprensinpalabra por palabra (por ejemplo: "Tened ceida la cintura", Lc12, 35) sino elque corresponde al empleo metafrico de los trminos ("tened una actitud dedisponibilidad"). Cuando se trata de un relato, el sentido literal no comporta

    necesariamente la afirmacin de que los hechos narrados sa han producidoefectivamente, ya que un relato puede no pertenecer al gnero histrico, sinoser una obra de imaginacin.

    El sentido literal de la Escritura es aqul que ha sido expresadodirectamente por los autores humanos inspirados. Siendo el fruto de lainspiracin, este sentido es tambin querido por Dios, autor principal. Se lopuede discernir gracias a un anlisis preciso del texto, situado en su contextoliterario e histrico. La tarea principal del exgeta es llevar a buen trminoeste anlisis, utilizando todas las posibilidades de investigacin literaria ehistrica, para definir el sentido literal de los textos bblicos con la mayor

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    Conviene, sin embargo, no tomar "heterogneo" en un sentido estrecho,contrario a toda posibilidad de perfeccionamiento superior. El acontecimientohistrico radicalmente nuevo, que ilumina de modo nuevo los textos antiguos yles hace sufrir una mutacin de sentido. En particular, algunos textos que, enlas circunstancias antiguas, deban ser considerados como hiprboles (por

    "ejemplo, el orculo donde Dios, hablando de un descendiente de David,prometa afirmar "para siempre" su trono, 2 Sam 7, 12-13; 1 Cr 17, 11-14),deben ser tomados ahora a la letra, porque "el Cristo, habiendo resucitado delos muertos, no muere ms" (Rm 6, 9). Los exgetas que tienen una nocinestrecha, "historicista", del sentido literal, considerarn que hay aquheterogeneidad. Los que estn abiertos al aspecto dinmico de los textos,reconocern una continuidad profunda, al mismo tiempo que un pasaje a unnivel diferente: el Cristo reina para siempre, pero no sobre el trono terrestrede David (cf. tambin Sl 2, 7-8; 110, 1.4).

    En estos casos se habla a veces de "sentido espiritual". Como reglageneral, sesd puede definir el sentido espiritual, comprendido segn la fecristiana, como el sentido expresado por los textos bblicos, cuando se los leebajo la influencia del Espritu Santo en el contexto del misterio pascual deCristo y de la vida nueva que proviene de l. Este contexto existeefectivamente. El Nuevo Testamento reconoce en l el cumplimiento de lasEscrituras. Es, pues, normal releer las Escrituras a la luz de este nuevocontexto, que es el de la vida en el Espritu.

    De la definicin dada se pueden deducir varias precisiones tiles sobre lasrelaciones entre sentido espiritual y sentido literal.

    Contrariamente a una opinin corriente, no hay una necesaria distincinentre ambos. Cuando un texto bblico se refiere directamente al misteriopascual de Cristo o a la vida nueva que resulta de l, su sentido literal es unsentido espiritual. Este es el caso habitual en el Nuevo Testamento. Por eso esel Antiguo Testamento la parte de la Biblia a propsito de la cual la exgesiscristiana habla ms frecuentemente de sentido espiritual. Pero ya en el AntiguoTestamento los textos tienen, en numerosos casos, un sentido religioso yespiritual como sentido literal. La fe cristiana reconoce en esos textos unarelacin anticipada con la vida nueva trada por Cristo.

    Cuando hay distincin, el sentido espiritual no puede jams estar privado

    de relacin con el sentido literal. ste contina siendo la base indispensable.De otro modo, no se podra hablar de "cumplimiento" de la Escritura. Para quehaya "cumplimiento", es esencial una relacin de continuidad y deconformidad. Pero es necesario tambin que haya un pasaje a un nivelsuperior de realidad.

    El sentido espiritual no se debe confundir con las interpretacionessubjetivas dictadas por la imaginacin o la especulacin intelectual. Aquelproviene de la relacin del texto con datos reales que no le son extraos: elacontecimiento pascual y su inagotable fecundidad, que constituyen el puntoms alto de la intervencin divina en la historia de Israel, para beneficio de la

    humanidad entera.

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    La lectura espiritual, hecha en comunidad o individualmente, no descubreun sentido espiritual autntico si no se mantiene en esta perspectiva. Hayentonces una relacin de tres niveles de realidad: el texto bblico, el misteriopascual y las circunstancias presentes de vida en el Espritu.

    Persuadidos de que el misterio de Cristo da la clave de interpretacin detodas las Escrituras, los exgetas antiguos se esforzaban por encontrar unsentido espiritual en los menores detalles de los textos bblicos -por ejemplo,en cada prescripcin de las leyes rituales-, sirvindose de mtodos rabnicos oinspirndose en el alegorismo helenstico. La exgesis moderna no puedeconsiderar este tipo de intentos como interpretacin vlida, no obstante cualhaya podido ser en el pasado su utilidad pastoral (Divino Afflante Spritu, EB553).

    Uno de los aspectos posibles del sentido espiritual es el tipolgico, del cualse dice habitualmente que pertenece, no a la Escritura misma, sino a las

    realidades expresadas por la Escritura: Adn es figura de Cristo (cf. Rm 5.14),el diluvio figura del bautismo (1 Pe 3, 20-21), etc. De hecho, la relacintipolgica est basada ordinariamente sobre el modo cmo la Escrituradescribe la realidad antigua (p. ej. la voz de Abel: Gen 4, 10; Heb 11, 4; 12,24), y no simplemente sobre esta realidad. En consecuencia, se tratapropiamente, en tal caso, de un sentido de la Escritura.

    3. Sentido pleno

    La categora relativamente reciente de "sentido pleno" (sensus plenior)suscita discusiones. El sentido pleno se define como un sentido profundo deltexto, querido por Dios, pero no claramente expresado por el autor humano.

    Se descubre la existencia de este sentido en un texto bblico, cuando se loestudia a la luz de otros textos bblicos que lo utilizan, o en su relacin con eldesarrollo interno de la revelacin.

    Se trata, pues, del significado que un autor bblico atribuye a un textobblico anterior, cuando lo vuelve a emplear en un contexto que le confiere unsentido literal nuevo; o bien de un significado, que una tradicin doctrinalautntica o una definicin conciliar, da a un texto de la Biblia. Por ejemplo, elcontexto de Mt 1, 23 da un sentido pleno al orculo de Is 7,14 sobre la almahque concebir, utilizando la traduccin de los Setenta (parthenos): "La Virgenconcebir". La doctrina patrstica y conciliar sobre la Trinidad expresa el

    sentido pleno de la eneanza del Nuevo Testamento sobre Dios, Padre, Hijo yEspritu. La definicin de pecado original del Concilio de Trento proporciona elsentido pleno de la enseanza de Pablo en Rm 5,12-21 a propsito de lasconsecuencias del pecado de Adn para la humanidad. Pero cuando falta uncontrol de esta naturaleza, por un texto bblico explcito o por una tradicindoctrinal autntica, el recurso a un pretendido sentido pleno podra conducir ainterpretaciones desprovistas de toda validez.

    En definitiva, se puede considerar el "sentido pleno" como otro modo dedesignar el sentido espiritual de un texto bblico, en el caso en que el sentidoespiritual se distingue del sentido literal. Su fundamento es que el Espritu

    Santo, autor principal de la Biblia, puede guiar al autor humano en la eleccin

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    de sus expresiones de tal modo, que ellas expresen una verdad de la cual l nopercibe toda su profundidad. sta es ms completamente revelada en el cursodel tiempo; por una parte, gracias a realizaciones divinas ulteriores quemanifiestan mejor el alcance de los textos; y por otra, gracias a la insercin delos textos en el canon de las Escrituras. As se constituye un nuevo contexto,

    que revela potencialidades de sentido que el contexto primitivo dejaba en laoscuridad.

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    sino simplemente proponer algunas observaciones sobre la interpretacin delos textos bblicos en el interior de la Biblia misma.

    1. Relecturas

    Lo que contribuye a dar a la Biblia su unidad interna, nica en su gnero,

    es que los escritos bblicos posteriores se apoyan con frecuencia sobre losescritos anteriores. Aluden a ellos, proponen "relecturas" que desarrollannuevos aspectos del sentido, a veces muy diferentes del sentido primitivo, oinclusive se refieren a ellos explcitamente, sea para profundizar el significado,sea para afirmar su realizacin.

    As, la herencia de una tierra, prometida por Dios a Abrahn para sudescendencia (Gn 15, 7.18), se convierte en la entrada en el santuario de Dios(Ex 15,17), en una participacin en el reposo de Dios (Sl 132, 7-8), reservadaa los verdaderos creyentes (Sl 95, 8-11; He 3, 7-4,11), y, finalmente en laentrada en el santuario celestial (Heb 6, 12. 18-20), "herencia eterna" (Heb

    9,15).El orculo de Natn, que promete a David una "casa", es decir, una

    sucesin dinstica "estable para siempre" (2 Sam 7, 12-16), es recordado ennumerosas oportunidades (2 Sam 23,5; 1; Re 2,4; 3, 6; 1 Cr 17, 11-14),especialmente en el tiempo de la angustia (Sl 89, 20-38), no sin variacionessignificativas, y es prolongada por otros orculos (Sl 2, 7-9; 110,1-4; Am 9,11; Is 7, 13-14; Jr 23, 5-6; etc.), de los cuales algunos anuncian el retorno delreino de David mismo (Os 3,5; Jr 30,8; Ez 34, 24; 24-25; cf. Mc 11,10). Elreino prometido se vuelve as universal (Sl 2,8; Dn 2, 35.44; 7,14; cf. Mt28,18). El realiza en plenitud la vocacin del hombre (Gn 1,28: SI 8, 6-9; Sb

    9, 2-3; 10,2).El orculo de Jeremas sobre los 70 aos de castigo merecidos por

    Jerusaln y Jud (Jr 25, 11-12; 29,10) es recordado en 2 Cr 25, 20-23, dondese constata la realizacin, pero es meditado de un modo nuevo, muchodespus, por el autor de Daniel, en la conviccin de que esta Palabra de Dioscontiene an un sentido oculto, que debe irradiar su luz sobre la situacinpresente (Dn 9, 24-27).

    La afirmacin fundamental de la justicia retributiva de Dios, querecompensa a los buenos y castiga a los malvados (Sl 1,1-6; 112, 1-10; Lv 26,3-33; etc.), choca con la experiencia inmediata, que frecuentemente no

    corresponde a aqulla. La Escritura expresa entonces con vigor el desacuerdoy la protesta (Sl 44; Job 10, 1-7; 13, 3-28; 23-24) y profundizaprogresivamente el misterio (Sl 37; Job 38-42; Is 53; Sb 3-5).

    2. Relaciones entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento

    Las relaciones intertextuales toman una extrema densidad en los escritosdel Nuevo Testamento, todos ellos tapizados de alusiones al AntiguoTestamento y de citas explcitas. Los autores del Nuevo Testamento reconocenal Antiguo Testamento valor de revelacin divina. Proclaman que la revelacinha encontrado su cumplimiento en la vida, la enseanza y sobre todo la

    muerte y resurreccin de Jess, fuente de perdn y vida eterna. "Cristo muri

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    Puesto que la Biblia expresa la salvacin ofrecida por Dios a todos loshombres, la tarea de los exgetas catlicos comporta una dimensin universal,que requiere una atencin a las otras religiones y a las expectativas del mundoactual.

    2. Investigacin

    La tarea exegtica es demasiado vasta como para poder ser realizadaadecuadamente por un solo individuo. Se impone una divisin del trabajo,especialmente para la investigacin, que requiere especialistas en diferentesdominios. Los posibles inconvenientes de la especializacin se evitarn graciasa esfuerzos interdisciplinares.

    Es muy importante, para el bien de toda la Iglesia y para su influencia enel mundo moderno, que un nmero suficiente de personas bien formadas estnconsagradas a la investigacin en diferentes sectores de la ciencia exegtica.Preocupados por las necesidades ms inmediatas del ministerio, los obispos y

    superiores religiosos estn tentados, frecuentemente, de no tomarsuficientemente en serio la responsabilidad que tienen de atender a estanecesidad fundamental. Una carencia en esta materia expone a la Iglesia agraves inconvenientes, ya que los pastores y los fieles corren el riesgo dequedar a merced de una ciencia exegtica extraa a la Iglesia, y privada derelaciones con la vida de fe. Declarando que "el estudio de la SagradaEscritura" debe ser como el "alma de la teologa" (Dei Verbum, 24), el ConcilioVaticano II ha mostrado toda la importancia de la investigacin exegtica. Almismo tiempo ha recordado implcitamente a los exgetas catlicos que susinvestigaciones tiene una relacin esencial con la teologa, de lo cual deben

    mostrarse conscientes.3. La enseanza

    La declaracin del Concilio hace comprender el papel fundamental quecorresponde a la enseanza de la exgesis en las facultades de teologa, losseminarios y los escolasticados. Es obvio que el nivel de estudio en talesinstituciones no puede ser uniforme. Es deseable que la enseanza de laexgesis sea impartida por hombres y mujeres. Tal enseanza tendr unaorientacin ms tcnica en las facultades, ms directamente pastoral en losseminarios. Pero no podr jams carecer de una seria dimensin intelectual.Proceder de otro modo sera falta de respeto hacia la Palabra de Dios.

    Los profesores de exgesis deben comunicar a los estudiantes unaprofunda estima por la Sagrada Escritura, mostrando cmo ella merece unestudio atento y objetivo, que permita apreciar mejor su valor literario,histrico, social y teolgico. No pueden contentarse con trasmitir una serie deconocimientos que los estudiantes registran pasivamente, sino que debenintroducir a los mtodos exegticos, explicando sus operaciones principales,para hacer a los estudiantes capaces de un juicio personal. Dado el limitadotiempo de que se dispone, conviene utilizar alternativamente dos modos deensear: por una parte, exposiciones sintticas, que introducen al estudio delibros bblicos completos y no dejan de lado ningn sector importante del

    Antiguo o del Nuevo Testamento. Por otra, anlisis ms profundo de algunos

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    Siendo ella misma una disciplina teolgica, "fides quaerens intellectum", laexgesis mantiene relaciones estrechas y complejas con las otras disciplinasteolgicas. Por una parte, la teologa sistemtica tiene un influjo sobre laprecomprensin, con la cual los exgetas abordan los textos bblicos. Pero porotra, la exgesis proporciona a las otras disciplinas teolgicas datos que son

    fundamentales para stas. Relaciones de dilogo se establecen, pues, entre laexgesis y las otras disciplinas teolgicas, en el mutuo respeto de suespecificidad.

    1. Teologa y precomprensin de los textos bblicos

    Cuando abordan los textos bblicos, los exgetas necesariamente tienenuna precomprensin. En el caso de la exgesis catlica, se trata de unaprecomprensin basada sobre certezas de fe: la Biblia es un texto inspiradopor Dios y confiado a la Iglesia para suscitar la fe y guiar la vida cristiana.Estas certezas de fe no llegan a los exgetas en estado bruto, sino despus de

    haber sido elaboradas en la comunidad eclesial por la reflexin teolgica. Losexgetas estn, pues, orientados en su investigacin por la reflexindogmtica sobre la inspiracin de la Escritura y sobre la funcin de sta en lavida eclesial.

    Pero, recprocamente, el trabajo de los exgetas sobre los textosinspirados les proporciona una experiencia que los telogos deben tener encuenta para esclarecer la teologa de la inspiracin y de la interpretacineclesial de la Biblia. La exgesis suscita, en particular, una conciencia ms vivay ms precisa del carcter histrico de la inspiracin bblica. Muestra que elproceso de inspiracin es histrico, no solamente porque ha ocurrido en el

    curso de la historia de Israel y de la Iglesia primitiva, sino tambin porque seha realizado por la mediacin de personas humanas marcadas cada una por supoca y que, bajo la gua del Espritu, han jugado un papel activo en la vidadel pueblo de Dios.

    Por lo dems, la afirmacin teolgica de la relacin estrecha entreEscritura inspirada y Tradicin de la Iglesia, es confirmada y precisada graciasal desarrollo de los estudios exegticos, que lleva a los exgetas a otorgar unacreciente atencin al influjo sobre los textos del medio vital en el cual se hanformado ("Sitz im Leben").

    2. Exgesis y teologa dogmtica

    Sin ser el nico locus theologicus, la Sagrada Escritura constituye la baseprivilegiada de los estudios teolgicos. Para interpreta la Escritura conexactitud cientfica y precisin, los telogos tienen necesidad del trabajo de losexgetas. Por su parte, los exgetas deben orientar sus investigaciones de talmodo que "el estudio de la Sagrada Escritura" pueda efectivamente ser como"el alma de la teologa" (Dei Verbum, 24). Con esta finalidad, es necesario queconcedan una particular atencin al contenido religioso de los escritos bblicos.

    Los exgetas pueden ayudar a los telogos a evitar dos extremos: por unaparte el dualismo, que separa completamente una verdad doctrinal de suexpresin lingstica, considerada como no importante; y por otra el

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    -Actualizacin no significa, pues, manipulacin de los textos. No se tratade proyectar sobre los textos bblicos opiniones o ideologas nuevas, sino debuscar sinceramente la luz que contienen para el tiempo presente. El texto dela Biblia tiene autoridad en todo tiempo sobre la Iglesia cristiana; y aunquehayan pasado siglos desde el momento de su composicin, conserva su papel

    de gua privilegiada que no se puede manipular. El Magisterio de la Iglesia "noest por encima de la palabra de Dios, sino a su servicio, no enseando sino loque fue transmitido por mandato de Dios, con la asistencia del Espritu Santo,la escucha con amor, la conserva santamente y la explica fielmente" (DeiVerbum, 10).

    2. Mtodos

    Partiendo de estos principios, se pueden utilizar diversos mtodos deactualizacin.

    La actualizacin, practicada ya en la Biblia misma, se ha continuado luego

    en la Tradicin juda por medio de procedimientos que se pueden observar enlos Targumim y Midrasim: bsqueda de pasajes paralelos (gezerah shawah),modificacin en la lectura del texto ('al tiqrey), adopcin de un segundosentido (tartey mishma), etc.

    Por su parte, los Padres de la Iglesia se han servido de la tipologa y de laalegora para actualizar los textos bblicos de un modo adaptado a la situacinde los cristianos de su tiempo.

    En nuestra poca, la actualizacin debe tener en cuenta la evolucin delas mentalidades y el progreso de los mtodos de interpretacin.

    La actualizacin presupone una exgesis correcta del texto, que determinael sentido literal. Si la persona que actualiza no tiene ella misma una formacinexegtica, debe recurrir a buenas guas de lectura, que permitan orientar lainterpretacin. Para llevar a cabo adecuadamente la actualizacin, lainterpretacin de la Escritura por la Escritura es el mtodo ms seguro y msfecundo, especialmente en el caso de textos del Antiguo Testamento que sonreledos en el Antiguo Testamento mismo (por ej., el man de Ex 16 en Sb 16,20-29) y/o en el Nuevo Testamento (Jn 6). La actualizacin de un texto bblicoen la existencia cristiana no puede hacerse correctamente sin establecer unarelacin con el misterio de Cristo y de la Iglesia. No sera normal, por ejemplo,proponer a los cristianos, como modelos para una lucha de liberacin,

    nicamente episodios del Antiguo Testamento (Exodo, 1-2 Macabeos).Inspirada por filosofas hermenuticas, la operacin hermenutica

    comporta tres etapas: 1 escuchar la Palabra a partir de la situacin presente;2 discernir los aspectos de la situacin presente que el texto bblico ilumina opone en cuestin; 3 sacar de la plenitud de sentido del texto bblico loselementos que pueden hacer evolucionar la situacin presente de un modofecundo, conforme a la voluntad salvfica de Dios en Cristo.

    Gracias a la actualizacin, la Biblia ilumina mltiples problemas actuales,por ejemplo: la cuestin de los ministerios, la dimensin comunitaria de la

    Iglesia, la opcin preferencial por los pobres; la teologa de la liberacin; la

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