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ANTECEDENTEStesis.uson.mx/digital/tesis/docs/18844/Capitulo1.pdf4 ANTECEDENTES La Uva La uva o grano...

Date post: 25-Dec-2019
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4 ANTECEDENTES La Uva La uva o grano de uva es el nombre que recibe el fruto que crece formando racimos de la vid común o vid europea, pertenece al género Vitis de la familia de las Vitáceas, es uno de los frutos más antiguos de los que el hombre ha tenido conocimiento; probablemente el primer uso que se le dio fue como alimento y una vez descubierta la forma de obtener vino y conocidas sus propiedades la mayor parte de la producción se utiliza para dichos fines (Parra, 2006). La uva es la materia prima del vino, todos sus componentes pasan de algún modo a formar parte de él, La piel aporta tanino, color, aroma, ácidos, sales, entre otros; incluso las levaduras que provocan la fermentación alcohólica se hallan adheridas a ella por medio de una sustancia llamada pruina que cubre toda la superficie de la uva y las semillas contribuyen con alto porcentaje de tanino (ASERCA, 2002). El jugo o mosto, además de gran cantidad de agua, posee ácidos (tartárico, málico, cítrico, ascórbico, entre otros, los dos primeros son los más importantes; su participación rebasa el 90%), muchas sales y dos clases de azúcar: glucosa y fructosa; en algunas variedades de Vitis labrusca se encuentran en pequeñas cantidades de sacarosa y otos azúcares y en sus híbridos la sacarosa puede constituir tanto como el 25% del azúcar total (Amerine y Ough, 1976).
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ANTECEDENTES

La Uva

La uva o grano de uva es el nombre que recibe el fruto que crece

formando racimos de la vid común o vid europea, pertenece al género Vitis de

la familia de las Vitáceas, es uno de los frutos más antiguos de los que el

hombre ha tenido conocimiento; probablemente el primer uso que se le dio fue

como alimento y una vez descubierta la forma de obtener vino y conocidas sus

propiedades la mayor parte de la producción se utiliza para dichos fines (Parra,

2006).

La uva es la materia prima del vino, todos sus componentes pasan de

algún modo a formar parte de él, La piel aporta tanino, color, aroma, ácidos,

sales, entre otros; incluso las levaduras que provocan la fermentación

alcohólica se hallan adheridas a ella por medio de una sustancia llamada pruina

que cubre toda la superficie de la uva y las semillas contribuyen con alto

porcentaje de tanino (ASERCA, 2002).

El jugo o mosto, además de gran cantidad de agua, posee ácidos

(tartárico, málico, cítrico, ascórbico, entre otros, los dos primeros son los más

importantes; su participación rebasa el 90%), muchas sales y dos clases de

azúcar: glucosa y fructosa; en algunas variedades de Vitis labrusca se

encuentran en pequeñas cantidades de sacarosa y otos azúcares y en sus

híbridos la sacarosa puede constituir tanto como el 25% del azúcar total

(Amerine y Ough, 1976).

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Bondades de la Uva

La uva constituye uno de los principales alimentos desintoxicantes,

ideal para realizar curas tomando exclusivamente este fruto, hay que considerar

la uva como un alimento alcalinizante, por lo que depura la sangre (Martínez,

2006).

Por su riqueza en azúcares e hidratos de carbono constituye una fuente

de energía natural para los que precisan un esfuerzo extra como deportistas,

estudiantes, niños en la etapa de crecimiento o personas con niveles bajos de

azúcar en la sangre; También se piensa que consumir uva puede inhibir el

crecimiento de las células cancerosas, por lo que se han realizado numerosos

estudios para comprobar de que manera la presencia de taninos y ácido

cafeico, pueden intervenir en este caso (Kristians, 2006).

Composición de la Uva

La composición general de la uva aparece en la tabla 1; sin embargo

varía según se trate de uvas blancas o negras. En ambas destacan dos tipos de

nutrientes: los azúcares, principalmente glucosa y fructosa, más abundantes en

las uvas blancas y las vitaminas (ácido fólico y vitamina B6), ésta última en una

cantidad que sólo se ve superada por las frutas desecadas y las frutas

tropicales como el aguacate, el plátano, la chirimoya, la guayaba y el

mango(Kristians, 2006).

Su riqueza en azúcares, les convierte en una de las frutas que contienen

más calorías. Las uvas cultivadas en regiones frías suelen tener menos

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Tabla 1. Composición general de la uva.

Fuente: Martínez, 2006.

Agua

Energía

Grasa

Proteína

Hidratos de carbono

Fibra

Potasio

Sodio

Fósforo

Calcio

Magnesio

Hierro

80.50 g

71 Kcal

0.58 g

0.66 g

17.70 g

1 g

185 mg

2 mg

13 mg

11 mg

3 mg

0.26 mg

Nutriente Valor/ 100 g.

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azúcares que las cultivadas en terrenos cálidos y secos. Entre los minerales, el

potasio es el más abundante y se encuentra en mayor cantidad en la uva negra;

mientras que el magnesio y el calcio están en cantidades moderadas y son más

abundantes en la uva blanca (Martínez, 2006).

En las uvas abundan diversas sustancias con reconocidas propiedades

beneficiosas para la salud, tales como antocianos, flavonoides y taninos,

responsables del color, aroma y textura característicos de estas frutas, y de los

que dependen diversas propiedades que se le atribuyen a las uvas (Amerine y

Ough, 1976).

Variedades de Uva

Las diversas variedades de uvas se desarrollan en climas muy

diferentes. En climas más húmedos, las uvas son ricas en agua y con poco

sabor en cambio, en zonas frías, las uvas tienen un mayor contenido de ácidos

y menos azúcares. En climas más secos, las uvas son muy dulces y tempranas.

Las cepas nobles que dan origen a los grandes vinos de mesa necesitan

inviernos fríos y unos veranos moderadamente calurosos (Boletín Quincenal de

Inteligencia Agroindustrial, 2006.)

Las variedades de uvas blancas y tintas más conocidas de acuerdo a

Jaeger (2004) son las que a continuación se describen.

Uva blanca

Albariño. El albariño es la especie blanca más refinada de Galicia y una de las

mejores de Europa. Se caracteriza por tener unos granos de uva pequeños,

abundantes, con una piel dura y muchas pepitas, y por producir rendimientos

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medios en climas calurosos y húmedos. Los vinos que produce son elegantes y

con múltiples aromas a frutos exóticos, pera y manzana, acompañados de

discretos toques vegetales así como de reminiscencias de eucalipto.

Chenin blanc. La prestigiosa cepa de Anjou, en el Loira, posee dos

características principales: desarrolla mucha acidez y es muy sensible a

Botrytis. Según la añada, la maduración y el propósito, la chenin del de Loira

puede dar una gran gama de vinos que van desde espumosos de una

sequedad extrema hasta las cosechas bien maduras y con unos restos dulces

muy concentrados.

Gewürztraminer. El color gris rojizo de sus granos ofrece vinos blancos dorados

y un bouquet inconfundible que recuerda a las rosas y el moscatel. El traminer,

de poca productividad pero de gusto refinado, sólo convence cuando sus uvas

se vendimian tras una larga maduración, por lo que suele presentar como vino

de selección o de vendimia tardía. A menudo contiene mucho alcohol y resulta

aceitoso.

Malvasía. La familia de la especie de la malvasía, a la que también pertenece

una variante tinta y temprana; se obtiene un vino dulce oleoso y con cuerpo.

Müller-Thurgau. Cruce de Riesling y Gutedel. Esta variedad presenta una

maduración prematura por lo que necesita suelos húmedos y profundos.

Reporta altos rendimientos pero es muy propensa al mildiu y a otras

enfermedades. Gracias a su baja acidez, la müller-thurgau resulta suave y

compacta y tiene un discreto matiz a moscatel que, sin embargo, pierde en una

maduración larga.

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Moscatel. Moscada, moscatro o moscatelle son distintas denominaciones de

una de las familias de especies vinícolas más antiguas y al mismo tiempo más

ramificadas. La más renombrada es la moscatel blanca de granos pequeños.

Pinot blanc. Esta clase de vid, también conocida como pinot blanco, borgoña

blanco y clevner, es una representante inequívoca de la familia borgoñona. La

variedad, de gusto refinado y poco propensa a enfermar, necesita una

maduración apropiada para poder desarrollar su carácter y su aroma

exuberante y voluptuoso. Esta variedad suele servir como base para vinos

espumosos.

Pinot gris. La también llamada pinot grigio, borgoña gris o ralander, recia

descendiente de la pinot noir con uvas matizadas de color rojo grisáceo,

requiere un suelo profundo. Consigue una calidad máxima y produce vinos con

mucho cuerpo, ricos en extractos, con aroma refinado y con poca acidez como

vino tardío y de uvas selectas.

Sémillon. Esta variedad tiene una producción regular, un buen rendimiento y

resiste bien a las enfermedades de la vid. Por otra parte, tiene gran capacidad

de envejecimiento, desarrolla aromas a miel, a fruta escarchada y a bombón,

aunque a menudo conserva también un toque fresco a limón.

Silvaner. Es absolutamente neutra, aunque en ciertas ocasiones puede dar

resultados agradables de vino seco, con una acidez moderada y fuerte al

paladar.

Trebbiano. Con el nombre de ugni blanc, esta especie se utiliza, para la

destilación del cognac y del amargnac. Su mayor virtud es que produce un

rendimiento muy elevado y al mismo tiempo conserva una cierta acidez.

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Palomino. La palomino es interesante sólo como variedad principal de la

manzanilla y el jerez. Prefiere los suelos secos y cálidos. Hoy también se

emplea para vinos blancos neutros y secos, a pesar de que la falta de acidez y

aroma, características ambas que consigue solamente mediante la crianza

biológica.

Uva tinta Barbera. Esta antigua uva del Piamonte, después de la sangiovese, es la

variedad tinta más cultivada de Italia. Gracias a la disminución de acidez y a la

elaboración en barrica, esta variedad produce vinos tintos de un marcado matiz

afrutado, al mismo tiempo densamente estructurado e incluso idóneo para el

envejecimiento.

Cabernet franc. El cabernet franc se consolida en varietales afrutados, con una

cantidad discreta de tanino.

Cabernet sauvignon. Es la variedad que ha tenido más éxito en todo el mundo.

Sus frutos son muy oscuros, pequeños y con una piel muy gruesa. Produce un

vino austero, tánico y muy coloreado, que se mezcla a menudo con el de otras

variedades, como la cabernet franc y la merlot.

Cariñena. Es una de las variedades más antiguas de las cultivadas en España,

concretamente en el Campo de Cariñena, de donde recibe su nombre. Se

obtiene un vino de intenso color y rico en tanino que ocupa un importante lugar

en las mezclas.

Gamay. La productiva gamay negra con jugo blanco está presente con una

densidad que oscila entre 9,000 y 10,000 plantas por hectárea. Dado que los

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granos de uva fermentan enteros en una maceración de ácido carbónico, lo que

extrae muchos aromas a las pieles, pero poco tanino, por lo que la vendimia se

debe de realizar a mano.

Garnacha tinta. Produce mucho vino joven rosado, aunque también se mezcla

con un vino de tempranillo. Esta variedad sobria, que aguanta la sequedad y el

calor, en la mezcla aporta cuerpo y alcohol, aunque sus vinos tienden a la

oxidación.

Malbec. La variedad oscura y rica en tanino produce rendimientos moderados y

por tanto, vinos tinto de un gran carácter y con buen potencial de

envejecimiento.

Monastrell. Produce vinos secos y suaves, carnosos. En su aroma domina el

tono de bayas rojas maduras. Esta variedad, de maduración muy tardía,

desempeña un papel muy importante en la composición mixta de magníficos

vinos.

Nebbiolo. Esta uva es de grano pequeño tiene un gran bouquet con notas de té,

rosas, especias y brea, la poderosa estructura de tanino y la enorme capacidad

de envejecimiento.

Sangiovese. En años fríos esta variedad de maduración tardía llega en raras

ocasiones a madurar por completo de forma correcta y, por el contrario, en los

cálidos sus vinos se caracterizan por una acidez llena de vida y una fina

estructura tánica.

Syrach. Esta variedad ofrece una producción regular y muy abundante. Sus

exquisitos y complejos aromas a violeta, cerezas negras, hierbas silvestres,

regaliz, humus y diversas especias y al mismo tiempo su exuberancia, fuerza y

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exquisitos taninos, sorprenden cada día más a los vinicultores y a quienes

gustan de beber vino.

Tempranillo. Su ciclo vegetativo es breve y es una variedad sensible a la sequía

y a las enfermedades. Es típico el carácter aromático y muy afrutado de estos

vinos oscuros. Se aprecia su gran potencial de maduración en madera. Los

taninos se distinguen por la delicadeza y la dulzura, y en madera desarrollan

una suavidad considerable.

Producción de Uva en Sonora

El cultivo de la uva en esta zona comenzó en la primera mitad de los

años sesenta y en la actualidad es la entidad que cuenta con mayor número de

superficies dedica al cultivo de uva de mesa; Sonora produce aproximadamente

155, 877 toneladas de uva (Boletín Quincenal de Inteligencia Agroindustrial,

2006). Las zonas vitícolas de esta región se dividen en dos: la costa de

Hermosillo y Caborca (Parra, 2006). La uva de uso industrial se destina a la

producción de brandy. En la tabla 2 se muestran las variedades de uva en

Sonora y en la tabla 3 se muestra la producción 2006 de uva industrial.

El Vino

El vino está considerado como el producto procesado frutícola más

antiguo de la humanidad y se conoce desde hace más de 6000 años; la

vinicultura se inicio en el medio Oriente y fue perfeccionada posteriormente por

los romanos y galos; los mayores avances tecnológicos y mejoras en cuanto a

la calidad del vino se desarrollaron en los últimos 100 años (Pedrero, 2000).

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Tabla 2. Variedades de uva en Sonora.

Industrial %(volumen)

Carignane 42.5

Ruby Seedless 37.3

Palomino 5.6

Ruby Cabernet 0.3

Flame Seedless 6.0

Thompson 4.6

Valdepeñas 0.5

Bola Dulce 1.0

Perlette 2.1

Mesa

Flame Seedless

Sugraone

Perlette

Red Globe

Fuente: Industrias Vinícolas Pedro Domecq, 2006.

Pasa

Thompson Seedle

Fiesta

Flame Seedless

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Tabla 3. Producción 2006 de uva industrial en Sonora. Superficie Producción (Has.) (Tons.) Hermosillo 695 19, 130 Caborca 380 9, 200 Total 1, 075 28, 380 Fuente: Industrias Vinícolas Pedro Domecq, 2006.

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El vino es el producto final de la fermentación alcohólica total o parcial

del jugo de uvas frescas (López, 2006). Se clasifica en tres tipos: vinos rojos,

blancos y rosados que se diferencian por la variedad de la uva de la que

provienen y el tipo de procesamiento que reciben (Vine y Col., 2002). Las

principales operaciones que se llevan a cabo en la elaboración del vino son la

vendimia, despalillado, molienda, prensado, maceración y fermentación (Parra,

2006).

La fermentación de la uva la llevan a cabo las levaduras, siendo las

principales variedades Saccharomyces cerevisiae y Saccharomyces bayanus

(Ough, 1992). El término fermentación alcohólica se refiere a la transformación

bioquímica de la glucosa y la fructosa a etanol y dióxido de carbono de acuerdo

a la ecuación de Gay-Lussac (Delfín y Fórmica, 2001).

C6H12O6 2CH3 CH2OH + 2CO2

La graduación de los vinos varía entre 7 y 16 % de alcohol-volumen,

aunque la mayoría de los vinos embotellados oscilan entre 10 y 14 grados. Los

vinos dulces tienen entre 15 y 22% de alcohol-volumen.

Clasificación Hay varias maneras de agrupar los vinos, siendo una de las más

efectivas la que se basa en la técnica de producción, llamada vinificación que

es aquella que los divide en vinos calmos o naturales, vinos fuertes o

fortificados y vinos espumantes y se describen a continuación según Macek

(2007):

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(1) Vinos calmos o naturales

Son los que se elaboran a partir del mosto, y la fermentación se

lleva a cabo usando la uva en forma natural, o con algún aditivo en

concentraciones controladas como levaduras, azúcar o

concentraciones muy pequeñas de sulfuros. La graduación

alcohólica de estos vinos son del 10% al 15%, ya que se les

detiene la fermentación alcanzando estos valores.

(2) Vinos fortificados o fuertes

A estos vinos se les adiciona una dosis de alcohol o una bebida

alcohólica, usualmente un brandy, en alguna etapa de su

vinificación. El contenido alcohólico de estas variedades va desde

el 16% Alc. Vol. al 23% Alc. Vol.

(3) Vinos espumantes

Son aquellos del tipo del Champagne, a los cuales se les aplica

dos fermentaciones. La primera que es la habitual del vino natural,

y una segunda que se lleva a cabo en la botella. Para la

elaboración de vino espumoso existen distintos métodos, siendo el

más barato el de carbonatación forzada usando dióxido de

carbono.

Otra clasificación que se hace de los vinos según Moura (2007) es a

través de sus colores, como son los tintos (rouge - red), blancos (blanc – white)

y rosados (rose – pink).

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Vinos tintos (rojos)

El color del vino proviene del color de la piel de la uva, donde

el mosto es dejado en contacto con la piel de la uva hasta que

se alcance un color deseado. Toda la materia colorante,

además sus múltiples compuestos saborizantes y taninos, se

encuentran en los hollejos de las uvas.

Vinos blancos

Los vinos blancos son aquellos producidos a partir de uvas

verdes o blancas; o bien a partir de uvas negras pero en estos

casos nunca se deja al mosto en contacto con la piel de las

uvas. El color obtenido en los vinos blancos es de tono

verdoso o amarillento.

Vinos rosados

El rosado es producido dejando el mosto en contacto por un

tiempo breve con la piel de las uvas. Se producen

generalmente utilizando uvas rojas que permanecen en

contacto con los hollejos (piel de uva) por breves períodos.

Con menor frecuencia se produce mezclando vinos tintos y

blancos.

La Historia del Vino

“El vino tiene una larga historia y cada botella puede tener la propia, lo que

contribuye muchísimo a la fascinación que ejerce esta bebida; pero su papel en

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la historia de nuestra cultura es incluso más amplio y más profundo. El vino es

una de las primeras creaciones de la humanidad y ha ocupado una de las

plazas privilegiadas en numerosas civilizaciones. Por otra parte, representa

toda una serie de descubrimientos relacionados con las primeras reacciones

químicas efectuadas por el hombre: la fermentación y la oxidación” (Larousse,

2004).

Los historiadores creen que, probablemente, el vino fue descubierto

accidentalmente en el área fértil entre el Nilo y el Golfo Pérsico entre los años

4000 y 3000 a.C. Las culturas antiguas estaban familiarizadas con las uvas,

según demuestran dibujos en las paredes de cavernas ancestrales (González,

2005), también creen que las uvas fermentaron en una primera etapa por

accidente, debido a las levaduras que debían estar presentes en la piel de las

uvas almacenadas (Álvarez, 2001).

El vino tuvo gran importancia para las civilizaciones griega y romana. Los

griegos introdujeron viñas y produjeron vino en sus colonias del sur de Italia y

los romanos practicaron más tarde la vinicultura (la ciencia de cultivar para

producir vino) en todo su imperio (Dominé, Supp y Ulbricht, 2004).

Adentrándonos en lo que es la historia del vino en México, sabemos que

la vid provino de Europa. El conquistador Hernán Cortés, fue quien obligó a sus

encomenderos que tenían esclavos para que empezarán a plantar sarmientos,

y obtener el vino necesario para el sacrificio de la misma religión católica que

profesaban los españoles. Es así como empieza a existir viñedos en San Juan

del Río, Tequisquipan, en Querétaro, Parras, Coahuila y Ensenada Baja

California (Otero, 1999).

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El Comercio del Vino

El tamaño actual del mercado mundial del vino se estima en $100

billones de dólares a nivel detallista, con una producción de entre los 250 y 300

millones de hectolitros al año, dependiendo de las condiciones climatológicas; la

producción, consumo y comercialización del vino están concentradas

principalmente en Europa, aunque los países del Nuevo Mundo como Estados

Unidos de América, Chile, Argentina, Sudáfrica y Australia están emergiendo

como grandes productores de vino (Pedrero, 2000).

“Las ventas de vino de mesa en México en el 2004 fueron de 3,368 cajas (30,

312 litros). Estas ventas se distribuyen de la siguiente manera. De los 3, 368.

cajas consumida, 1, 600.00 son producidas en el país y 1, 768.00 provienen de

importación” (Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en

México, 2006).

El consumo de vino de mesa en México se duplicó en los últimos 8 años

a 500 mililitros per cápita, el cual se distribuye en un 60% de vinos importados

y un 40% de vinos producidos en el país (Solís, 2005).

En México se consume más el vino tinto; la distribución es 66% de tinto

contra 34% de blanco como señala el IWSR 2007. Los hombres consumen un

poco más de vino de mesa, se dividen en 54% hombres y 46% mujeres sin

embargo, en consumidores más frecuentes esta relación se vuelve más fuerte

llegando a 61% hombres y 39% mujeres de acuerdo con datos arrojados por

Hábitos de Consumo y Compra de Vinos de Mesa 2006.

El vino es una categoría con mayor crecimiento constante, con 9% en los

últimos cinco años, de acuerdo con el Compound Annual Growth Rate o

Crecimiento Compuesto Anual, representado la tercera categoría en el

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segmento de bebidas alcohólicas como constata la agencia BERG Marketing &

Reserch en Hábitos de Consumo y Compra de Vinos de Mesa, el International

Wine & Spirit Record (IWSR) 2006 y el INEGI.

Composición del Vino

El vino contiene más de mil sustancias, algunas de las cuales aún no han

sido analizadas. La mayoría de estos componentes, como las vitaminas o los

minerales, proceden de las uvas otros se forman durante la vinificación como el

etanol o la glicerina, y algunos, como el azúcar o la vitamina C, se eliminan del

todo o en parte durante dicho proceso (Dominé, Supp y Ulbricht, 2004).

El agua es el componente principal del vino, representado alrededor del

85% en volumen. Se trata de agua biológica pura; esta pureza a de tenerse en

cuenta tanto desde el punto de vista de potabilidad, como desde el punto de

vista bacteriológico, pues su pH (3,0-3,5 tamponado), es en si mismo un factor

limitante para el desarrollo de microorganismos. Además, en ella se encuentran

disueltas todas las sales (Fosfatos, entre otras) a si como microelementos y

oligoelementos que la vid tomó del suelo durante su ciclo vegetativo (Lorenzo y

Cornejo, 1997).

El segundo componente más importante del vino es el alcohol etílico,

representa un 10-14% aproximadamente de la composición del vino, siendo el

segundo componente desde el punto de vista cuantitativo. Se origina por la

fermentación de los azúcares de la uva (Glucosa y fructosa) y actúa como

soporte de la mayoría de los aromas del vino (Dominé, Supp y Ulbricht, 2004).

Todos los demás compuestos del vino se encuentran presentes en

cantidades muy pequeñas; el contenido de azúcar puede oscilar entre la

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cantidad de 2g/L en los vinos secos hasta 5 g por litro en el caso de los más

dulces. La tabla 4 muestra el contenido general del vino.

Acciones Benéficas del Vino

A lo largo de la historia, el vino no sólo se ha usado como estimulante,

sino también como medicamento; durante mucho tiempo fue un alimento

básico, y se solía mezclar con agua para calmar la sed; un gran número de

publicaciones el vino era citado como “la más higiénica de la bebidas”, puesto

que era menos peligroso beber agua mezclada con vino que, simplemente,

agua pura (Soto, Borja, Sandoval y Jiménez, 2006).

El alcohol licua la sangre, y el consumo regular de vino reduce la tasa del

colesterol perjudicial (LDL); Sin embargo, el alcohol no es por sí solo

responsable de los poderes curativos del vino; estudios científicos muestran

que no todas las bebidas alcohólicas actúan de forma tan positiva en el cuerpo

humano (Navarro, 2007).

Es necesario tener en cuenta otros componentes del vino, como los

polifenoles, que protegen los vasos sanguíneos y el colágeno de las paredes

vasculares e impiden la agregación de las plaquetas y, con ello, la formación de

coágulos (Robledo, 2005). Además, éstos tienen propiedades que evitan en

gran medida la oxidación y por tanto, los cambios en las paredes celulares tanto

de los vasos sanguíneos como del cerebro; aparte de su acción preventiva, al

vino se le atribuyen propiedades curativas en el tratamiento de enfermedades

como el cáncer o el Alzheimer (Fernández, 2007). Se ha demostrado, por lo

tanto, que un consumo regular y moderado de vino puede contribuir, junto a

otros factores, a una larga vida (Navarro, 2007).

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Tabla 4. Contenido general del vino.

Fuente: Dominé, Supp y Ulbricht, 2004

Contenido en minerales (g/l)

Mosto

Vino

Potasio Calcio Magnesio Sodio Hierro Fósforo Manganeso

1 – 2.50 0.004 – 0.25 0.05 – 0.20 0.002 – 0.25 0.002 – 0 0.08 – 0.50 0 – 0.50

0.7 – 1.50 0.01 – 0.20 0.05 – 0.20 0.002 – 0.25 0.002 – 0.02 0.03 – 0.90 0 – 0.05

Una parte del calcio y del potasio se volatiliza, puesto que ambos elementos precipitan con el ácido tartárico y forman cristales. Algunas veces, estos cristales pueden apreciarse en la parte del tapón que está en contacto con el vino. Contenido en vitaminas (mg/l)

Mosto

Vino

Ácido ascórbico Tiamina (Vitamina C ) Riboflavina (Vitamina B1) Ácido pantoténico (Vitamina B5) Piridoxina (Vitamina B6)

38.0 – 95.0 0.10 – 0.50 0.003 – 0.08 0.5 – 1.0 0.3 – 0.50

0 0.04 – 0.05 0.008 – 0.30 0.4 – 1.20 0.2 – 0.50

El vino contiene cantidades muy pequeñas de vitaminas. La vitamina C se encuentra, por ejemplo, en el mosto, pero no en el vino. Es necesario recordar que el sulfito en el vino, aun en pequeñas cantidades, parece neutralizar el efecto de determinadas vitaminas.

Contenido en polifenol (g/l)

Mosto

Vino

Antocianas Flavones Taninos

0.004 – 0.90 Restos 0.1 – 1.50

0 – 0.50 0 – 0.05 0.1 – 5.0

Las antocianas son pigmentos rojos y azules que se encuentran en el hollejo de las clases de uvas tintas. Los flavones son pigmentos amarillos presentes en pequeñas cantidades en las uvas blancas. Las uvas contienen diferentes formas de tanino en función de si éste se encuentra en el hollejo, en la pulpa o en las raspas. Durante su estancia en barricas, el vino puede enriquecerse también con tanino.

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Proceso de Elaboración de Vino

El proceso para llevar a cabo la fermentación según Domínguez (2006)

consta de cinco etapas las cuales se describen a continuación:

1. Vendimia. Una vez que la uva a alcanzado la maduración deseada

se realiza la recolección de la uva, en Sonora normalmente en los

meses de julio-Agosto. Es importante realizar una selección del

fruto sano separándolo del dañado.

2. Transporte. Es un momento delicado que debe realizarse de la

forma menos agresiva, evitando que el grano de uva sufra

presiones excesivas y se rompa lo que puede provocar

fermentaciones tempranas.

3. Muestreo. Se realiza una inspección visual a la materia prima,

para verificar su apariencia física (que no exista pudrición, racimos

verdes y jugo sobre nadante) y se determina su contenido en

azúcares y ácidos.

4. Descarga. Se realiza sobre la “tolva de recepción”, que irá

acumulando la uva sobre un “tornillo sin fin” que la transportará a

la estrujadora.

5. Estrujado. La estrujadora rompe por presión el grano, pero lo justo

para que no se rompan las partes duras del racimo (semillas y

palillo) y contaminen el mosto. La pasta viscosa resultante es

trasladada mediante diversos métodos a las prensas, evitando

que entre en contacto con el aire para evitar una fermentación

prematura.

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A partir de aquí el proceso de elaboración sigue distintos pasos según el

tipo de vino a elaborar. En la figura 1 se muestra el diagrama de flujo para la

elaboración de vino propuesto por Millar y Litsky (1976).

Vinos blancos

1. Desvinado o separación de mostos. Mediante prensas se van

realizando diferentes presiones, obteniéndose mostos de distinta

calidad:

Mosto yema, de flor o mosto lágrima: son los de más calidad,

los más ligeros y finos, aromáticos, suaves y afrutados. Son

logrados por gravedad.

Mostos de prensa: son el resultado de presiones ligeras,

medias y fuertes respectivamente. A mayor presión, menor

calidad.

2. Desfangado. Para eliminar las partículas sólidas en suspensión se

dejan reposar los mostos durante un tiempo para que se vayan

depositando, por decantación, en el fondo del depósito. También

se realiza este proceso de limpieza de forma mecánica.

3. Fermentación. Es el proceso por el cual los azúcares que contiene

el mosto se transforman en alcohol, por acción de las levaduras

que, al quedarse sin aire, metabolizan los azúcares en alcohol y

gas carbónico (Ocon y Villar, 1962).

25

Figura 1. Diagrama de flujo para la elaboración de vino propuesto por Millar y

Litsky (1976).

Añejamiento

Uva

Molienda

Adición de Sulfito

Prensado

Fermentación

Fermentación

Prensado

Fermentación Secundaria

Fermentación Secundaria

Añejamiento

Embotellado Embotellado

Vino Tinto

Vino Blanco y

Vino Rosado

26

4. Trasiegos. Para eliminar los sedimentos sólidos procedentes de la

fermentación se pasa el vino de un recipiente a otro, a esta

operación se le denomina trasiego. Se somete a dos o tres

trasiegos según sea necesario. Después se seleccionan los vinos

según las calidades.

5. Rellenos. Para evitar, por la evaporación que experimenta el vino,

la entrada de aire y con ello la proliferación de microorganismos

perjudiciales, se realizan rellenos de los depósitos tantas veces

como sea necesario para mantenerlos llenos.

6. Clarificación del vino. Cuando la operación del trasiego no

consigue aclarar el vino, suele recurrirse a unas sustancias

minerales u orgánicas que al ser mezcladas con el vino precipitan

al fondo las partículas que se mantienen en suspensión y que

provocan el enturbamiento del vino.

7. Filtración. Tiene como finalidad la clarificación del vino y se realiza

por tamizado y por absorción. El primero se lleva a cabo con fibras

de amianto o tierra de infusorios (fósiles silicios de algas

microscópicas), y que su porosidad fina retiene las partículas

sólidas. En el segundo se utiliza fibras de celulosa con tejido poco

cerrado y que por la diferencia de cargas eléctricas las impurezas

se adhieren a estas.

8. Refrigeración. Para mejorar las cualidades de los vinos, son

sometidos a bajas temperaturas que provocan precipitaciones de

cristales de bitartrato potásico y de algunas materias orgánicas

que pueden eliminarse por los trasiegos y filtraciones. Con este

proceso, se fortalece la estabilidad de la brillantez y transparencia,

27

impidiendo que ambientes fríos provoquen este fenómeno en las

botellas.

Vinos Rosados

La elaboración es similar a la del vino blanco, pero se utiliza uva tinta o

una mezcla de blanca y tinta.

1. Maceración. Tras la eliminación del escobajo las uvas se estrujan

y se trasladan a un depósito donde el mosto se somete a una

corta maceración en frío con el hollejo, sin que llegue a fermentar.

Pasado ese tiempo el mosto toma color, entonces se realiza el

“sangrado” o separación del mosto y la pasta sólida.

2. Desfangado y fermentación. Se realiza la separación de las

materias sólidas del mosto del mismo modo que en los vinos

blancos. La fermentación se lleva a cabo a temperaturas

controladas para obtener vinos frescos o afrutados.

3. Remontado. El gas carbónico desprendido durante la

fermentación empuja hacia arriba los hollejos que forman una

barrera superior denominada “sombrero”. Esta capa hay que ir

remojándola con el propio mosto para activar la extracción del

color.

4. Descube. Una vez conseguido el color en la maceración, el líquido

se trasiega a otro depósito separándolo de las materias sólidas.

5. Fermentación maloláctica. En el segundo depósito finaliza la

fermentación, en un proceso denominado fermentación lenta; es

28

un fenómeno natural por el cual principalmente el potente ácido

málico del vino se transforma por acción de bacterias lácticas en

el más suave ácido láctico (Serdio, 2001).

6. Trasiegos. Concluidas las fermentaciones alcohólica y malolactica,

el vino se somete a diversos trasiegos y tratamientos de

clarificación y estabilización.

7. Selección por calidades y embotellados en el caso de vinos

jóvenes, o se pasan a barricas para la crianza en madera.

8. Crianza en barricas de roble. Se realiza para los vinos de mayor

calidad a los que se les quiere dar una crianza. La elección del

tipo de roble (americano o francés) y el tostado de las duelas de

las barricas es muy importante. No existe un roble mejor que otro.

Lo importante es la sabiduría del enólogo para realizar un

ensamblaje adecuado entre el fruto y la madera.

Vinos tintos

La elaboración de los vinos tintos se realiza a partir del mosto de uvas

tintas o rojas que no han fermentado junto con las partes sólidas de la uva

(hollejos y pepitas). El proceso es el siguiente:

1. Despalillado. La pasta resultante del estrujado se lleva a un

depósito donde se separa el grano del racimo para que durante la

maceración no se transmitan olores y sabores herbáceos

desagradables.

29

2. Fermentación. Los azúcares se desdoblan en alcohol y

desprenden anhídrido carbónico mientras las materias colorantes

del hollejo se disuelven en el mosto.

3. Remontado. El gas carbónico desprendido durante la

fermentación empuja hacia arriba los hollejos que forman una

barrera superior denominada “sombrero”. Esta capa hay que ir

remojándola con el propio mosto para activar la extracción de

color.

4. Descube. Una vez conseguido el color en la maceración, el líquido

se trasiega a otro depósito separándolo de las materias sólidas.

5. Fermentación malólactica. En el segundo depósito finaliza la

fermentación, en un proceso denominado fermentación lenta. En

esta se transforma el ácido málico, fuerte y vegetal, en otro más

suave, el láctico, que confiere al vino finura y suavidad.

6. Trasiegos. Concluidas las fermentaciones, el vino se somete a

diversos trasiegos y tratamientos de clarificación y estabilización.

7. Selección por calidades y embotellados en el caso de los jóvenes,

o se pasan a barricas para la crianza en madera.

8. Crianza en barrica de roble. Se realiza para los vinos de mayor

calidad a los que se les quiere dar una crianza. La elección del

tipo de roble (americano o francés) y el tostado de las duelas de la

barrica es muy importante.

30

Características del Vino

Las características del vino las dan los factores que afectan a sus

viñedos: región con clima, suelo y topología, mas los cuidados que le den los

productores que lo elaboran (Macek, 2007). El aroma

Los aromas que frecuentemente se descubren en un vino blanco son a

frutas, que pueden variar desde plátano, el melón y la piña, hasta el limón,

pasando por la manzana y el melocotón (Lorenzo y Cornejo, 1997).

Los tintos suelen tener un efecto más oscuro que los blancos, y pueden

recordar tanto el aroma de las bayas rojas como las cerezas o las ciruelas. En

un paso posterior es posible acercarse a los aromas vegetales de flores, brotes,

hojas o pastos (Ferreira, López y Aznar, 2001).

El bouquet

Los expertos hablan de bouquet a partir del momento en que el vino,

además de aromas a frutas y a plantas, es capaz de reflejar su olor, el terruño,

la cosecha, el proceso de maceración y la edad. En los vinos blancos pueden

darse tonos de miel, paja, galletas de mantequilla, vainilla, madera de cedro y

minerales; en los vinos tintos se aprecian diversos tonos de especias,

chocolate, café, humo y matices de diferentes maderas (Dominé, Supp y

Ulbricht, 2004).

31

El sabor

Cuando el vino fluye sobre la lengua, ésta descubre, aparte de la

temperatura, su dulzura, e inmediatamente después su acidez, con lo que se

caracteriza la estructura básica de un vino blanco. Los vinos blancos, poseen

una estructura ácido-dulce cuyo equilibrio es un indicador importante sobre su

modo de elaboración y su carácter (Lanne, 2003).

Los sabores dulces requieren un contrapeso para su estructura y

diversidad de aromas; un vino dulce que no vaya envuelto en tonos afrutados o

amargos finos procedentes de barricas de madera o de fermentos nobles tendrá

un carácter unidimensional y simplón (Dominé, Supp y Ulbricht, 2004).

El color

El color de un vino tiene un papel secundario en cuanto al placer que

proporciona su consumo, ya que este, no influye en su sabor; pero en la

degustación, el color es un indicador determinante de la calidad de un vino

(Dominé, Supp y Ulbricht, 2004). Según el color y la concentración gustativa,

se pueden deducir la cosecha, las variedades de uva, la elaboración y la edad

de un vino, siempre y cuando el color sea natural y que no haya sido

manipulado con aditivos o enzimas. Cuando el vino se elaboraba

exclusivamente con sustancias químicas naturales procedentes de las uvas, el

color será sin lugar a dudas un fiable indicador de la calidad (Lorenzo y Cornejo,

1997).

La rica gama cromática de los vinos blancos. El vino blanco se obtiene por

lo general de la fermentación sin hollejos, su tonalidad puede abarcar una

32

amplia gama desde el verde pálido hasta el amarillo oro (Dominé, Supp y

Ulbricht, 2004).

El misterioso color oscuro de los tintos. El vino tinto tiene por lo general una

décima parte más de pigmentos que el blanco; estas antociaminas proceden

sólo del hollejo, los cuales se desarrollan cuando la uva va madurando por la

radiación directa del sol; por lo tanto, el color de un vino tinto será mucho más

potente cuando el grano sea menos carnoso y el hollejo sea más grueso y esté

más maduro (Amerine y Ough, 1962).

Añejamiento del Vino

Para almacenar un vino debemos de determinar el periodo que

necesitará para poder alcanzar su estado óptimo y el tiempo que podrá resistir

sin estropearse; aunque científicos de distintos ámbitos se han interesado por el

vino y lo han estudiado desde diversos puntos de vista, el potencial de

envejecimiento no es ninguna medida objetiva, es decir, no puede predecirse

exactamente (Dominé, Supp y Ulbricht. 2004).

El vino tinto

La variable esencial que determina la capacidad de envejecimiento de un

vino tinto es el tanino; se trata de una sustancia química con propiedades

conservantes, durante la elaboración del vino, los hollejos, las semillas y los

tallos de la uva desprenden esta sustancia; lo que se describe como proceso de

maduración del tanino durante el envejecimiento del vino es en realidad sólo

una disminución de las materias curtientes, cuya estructura se modifica

mediante la polimerización hasta que éstas sedimentan finalmente en forma de

33

poso en el fondo de la botella como complejos moleculares mayores (Saez,

2007).

Un gran vino tinto empieza a armonizar sus componentes a partir de los

tres o cuatro años después del embotellado; con la influencia del oxígeno, el

vino desarrolla de forma progresiva un bouquet, siempre que los valores de los

extractos sean los adecuados, es decir, siempre que su aroma original

marcadamente afrutado se enriquezca con matices de especias y minerales por

empobrecer el sabor y el aroma del vino (Webber, 2006).

El vino blanco

El añejamiento de los vinos blancos es todavía más arriesgada que el de

los vinos tinto; con la excepción de los vinos dulces, los blancos poseen un

potencial de envejecimiento mucho menor que los tintos, porque carecen en

gran parte del antioxidante tanino (Webber, 2006).

El papel que desempeñan los distintos ácidos en la estabilidad de un vino

no se ha aclarado todavía como para poder hacer pronósticos de maduración

fiables; esto muestra que un vino blanco, independientemente de la variedad de

uva que proviene, puede envejecer más tiempo en la botella cuanto más

elevados sean la acidez y los valores de extracto (Camperi, 2006).

Los vinos dulces

Los vinos con resto de azúcar son más apropiados que los secos para

ser almacenados largo tiempo; cuanto más tardío sea el momento de la

degustación, más elevado debe ser el porcentaje de azúcar del vino (Dominé,

Supp y Ulbricht. 2004). Los blancos con sólo algunos gramos de azúcar pueden

34

desarrollarse hasta una década mientras dispongan de un extracto susceptible

de envejecer (Webber, 2006).

Control de Variables en el Almacenamiento

Para conservar la calidad del vino es indispensable guardarlo al abrigo

de la luz, en un lugar donde no haya vibraciones, con temperatura constante y

excelente ventilación; debe ser un sitio libre de olores fuertes. La humedad

elevada evita que los corchos se sequen, por lo que las botellas se deben

guardan en posición horizontal.

Las variables que se deben de controlar para evitar que en nuestro vino

no ocurra ningún cambio o alteración y no pierda su calidad son los propuestos

por Dominé, Supp y Ulbricht (2004) que a continuación se describen:

La Temperatura

La influencia de la temperatura ambiente es importante, dado que los

fenómenos bioquímicos del vino se aceleran el doble cuando la temperatura

aumenta en 10 °C; para almacenar botellas durante décadas se debe elegir un

espacio donde la temperatura no pase de los 15 °C. Un calentamiento superior

prolongado no es recomendable porque puede dar origen a aromas de “fruta

cocida” parecidos a la mermelada, sin embargo, una bodega demasiado fría

puede hacer estallar la botella debido a que el alcohol del vino se congela a

una temperatura menor que el agua (entre -4 °C y -8 °C).

35

La humedad del aire La humedad del aire debe de estar entre el 75% y el 85%; ya que si hay

un ambiente seco en la habitación, los corchos pierden humedad; primero se

reseca su superficie externa y después se vuelve porosa y no puede impedir

que el oxígeno penetre la botella. Por está razón, los vinos almacenados en

ambientes demasiado secos maduran muy rápidamente y no siempre de la

manera adecuada. Una humedad muy alta, por el contrario, aunque garantiza la

conservación del corcho, puede provocar la formación de moho en la superficie

de éste. Sin embargo, mientras el vino no se filtre por el tapón de la botella, el

hongo no resulta perjudicial.

La luz Como la mayoría de los alimentos, el vino también se altera con la luz,

tras sólo algunas semanas de estancia en espacios iluminados, el color, el olor

y el sabor pueden sufrir alteraciones perjudiciales para la calidad del vino, sobre

todo debido a los rayos ultravioleta. La mayoría de los vinos se venden en

botellas oscuras que filtran parte de la luz, pero algunos rayos penetran incluso

a través del cristal y favorecen la absorción de oxígeno por parte del vino. Por

eso, una bodega no debe tener ninguna abertura que permita el paso constante

de la luz natural.

El aroma del ambiente El corcho no permite que el líquido se escape de la botella, pero sí que

los gases se difundan en pequeñas cantidades. Ciertos olores extraños pueden

llegar al vino a través del aire de la habitación donde se encuentran. Los

disolventes que desprenden los botes de pintura, los materiales para

36

construcción o los perfumes añadidos a los productos de limpieza pueden

influir en el olor y el sabor de un vino.

Alteraciones y Enfermedades de los Vinos

Podría decirse que los vinos nunca son productos “terminados”, porque

siguen evolucionando en el tiempo, hasta el momento de su consumo. La

presencia de nutrientes en esta evolución es muy importante debido a que son

susceptibles de favorecer al desarrollo de diferentes microorganismos

causantes de las “enfermedades” de los vinos (Frankel, 2006).

El papel del consumidor a la hora de cuidar las condiciones donde

guarda del vino es fundamental. Para evitar modificaciones en las

características organolépticas del vino, hay que protegerlo frente a desarrollos

microbianos y evoluciones aceleradas; por eso es tan importante guardar el

vino en condiciones óptimas (Gasparini, 2004).

Entendemos por alteraciones en sentido genérico aquellas

modificaciones que encontramos en los caracteres organolépticas del vino; las

alteraciones, pueden tener diversos orígenes y apariencias, es necesario

individualizar en la causa que las provoca y distinguirlas en defectos y en

enfermedades (López, 2005).

Los defectos encuentran su génesis en causas de naturaleza física y

fisicoquímica; las enfermedades son debidas a causas de tipo biológico o

directamente derivado de la actividad de los microbios, o también a la acción de

sustancias drásticas que pueden actuar independientemente de los organismos

que los han producido (Frankel, 2006).

37

Defectos del olor y del sabor del vino

Sabor a rancio. Proviene de la alteración de las pepitas u otros aceites

vegetales (López, 2005).

Sabor a moho. Es muy persistente y no desparece nunca; el origen de

los mohos son del género penicillium glaucum o crustaceum aspergillus,

entre otros, que atacan los recipientes húmedos de la bodega (Frankel,

2006).

Sabor a madera. Es debido a la mala conservación de las cubas, toneles

y además, el peor es el de madera de castaño (López, 2005).

Sabor a cobre. Sabor amargo desagradable, que se revela fácilmente

sumergiendo en una muestra de vino un alambre liso y por efecto

electrolítico el cobre se deposita en el hierro el cual se vuelve rojo

(Frankel, 2006).

Olor a huevos podridos, hidrógeno sulfuroso. Este gas se forma por

efecto de una encima reducente, elaborada por los fermentos alcohólicos

(López, 2005).

Enturbiamientos del vino

Enturbiamiento férrico. Proviene de un exceso de sales de hierro, por

causa natural o accidental, es natural cuando deriva del terreno, lo que

sin embargo no es frecuente, casi siempre es accidental, debido a haber

estado el vino en contacto con instrumentos de hierro; el enturbiamiento

férrico se revela sólo cuando el vino se pone en contacto con el aire, ya

38

que bajo acción del oxigeno las sales ferrosas se transforman en sales

férricas combinándose con el tanino y dando lugar a un compuesto

insoluble (tanato férrico) que precipita provocando el enturbiamiento; en

general el vino contiene hierro en su constitución orgánica en la dosis de

10-12 miligramos por litro (López, 2005).

Enturbiamiento fosfático. Frecuentemente, y parcialmente en los blancos,

se forma un tenue precipitado de aspecto gelatinoso que vela al vino,

este aspecto se manifiesta cuando el vino está expuesto al aire y puede

absorber oxígeno, mientras en el caso contrario tal fenómeno no se

desarrolla (Frankel, 2006).

Enturbiamiento y ennegrecimiento oxidásico. Es una alteración bastante

frecuente debida a un fermento (enoxidasas) el cual oxida las sustancias

tánicas y colorantes y las precipita enturbiando y ennegreciendo el vino

(Ocon y Villar, 1962). El efecto se manifiesta cuando los vinos sujetos a

la alteración están expuestos al aire y la causa reside en la actividad de

una enzima oxidante descubierta por Bertrand, la cual está siempre

presente en cantidad normal o anormal en el vino y primero en el zumo

de uva (López, 2005).

Enfermedades del vino originadas por microorganismos

Las enfermedades son alteraciones y modificaciones a la actividad de

microorganismos extraños al vino normal, que atacan algunos de sus

componentes (Ocon y Villar, 1962).

Según provengan de microorganismos que viven en un ambiente

aeróbico o en un ambiente anaeróbico, o sea en presencia o ausencia de

39

oxígeno, las enfermedades se clasifican en aeróbicas y anaeróbicas (Ocon y

Villar, 1962). La tabla 5 muestra algunos microorganismos que son perjudiciales

para el vino.

Enfermedades de origen aeróbicas. Entre las enfermedades producidas por

los microorganismos aerobios, que generalmente se forman en la superficie de

los caldos, en forma de velo o telilla, ya que necesitan oxigeno para su vida,

tenemos como más importantes, la llamada de la flor y la del avinagramiento del

vino (Frankel, 2006).

• Enfermedad de la flor. Es debida a la acción de un microorganismo

llamado por Pasteur Micoderina vini y por Res Sacharomyces

Micoderma, que se desarrolla en la superficie del vino con la producción

de un velo de color blanco puro o rojizo, según parece a la vista en los

vinos tintos, siendo su color verdadero el blanco; el microbio es un

micoderma aeróbico que ataca preferentemente vinos flojos, poco

alcohólicos, a cualquier temperatura (López, 2005).

• Avinagramiento. Esta enfermedades causada por el Bacterium

Micoderma aceti, que vive en ambiente marcadamente aeróbico, el cual

transforma el alcohol en ácido acético y agua; el vino afecto a esta

enfermedad aparece con un velo gelatinoso, que después de cierto

tiempo desciende al fondo formando la llamada madre del vinagre,

mientras en la superficie se renueva (Frankel, 2006).

Enfermedades de origen anaeróbicas. Estas enfermedades son causadas

por fermentos que se desarrollan en consecuencia de aire. Entre éstas

podemos citar la enfermedad de la vuelta o rebote, el agridulce, la grasa o

viscosidad y el amargor (Frankel, 2006).

40

Tabla 5. Microorganismos que son perjudiciales para el vino.

Microorganismo Descripción

Gluconobacter

Acetobacter

Saccharomyces

Schizosaccaromyces

Candida

Bacillus

Fuente: Frankel, 2006.

En particular G. oxidans. Son bacilos aerobios que oxidan el etanol a ácido acético, agriando y dando la “acetificación”, el defecto más común en el vino, que es usado para obtener vinagre.

Bacilos aerobios que producen también acetificación.

Algunos géneros son perjudiciales como S. aceti, que provocan la citada acetificación, o S.bailii, que también deteriora el vinagre.

Levaduras que sólo se reproducen por fisión, ya que carecen de gemación, característica que las diferencia. Fermentan dando glucosa. Están asociadas con el deterioro del vino, aunque S. pombe se usa para dar vinos de pH bajo y para la fermentación maloláctica.

Género de levaduras importante, varias especies deterioran el vino, como C. vini antes Micoderma vini, que da una enfermedad llamada “Flores del vino”, formación de una telilla blanca o grisácea, nociva, en la superficie del vino.

Género de bacterias bacilares. B. viscosus vini, como su nombre indica, vuelve aceitoso el vino (y cambia su sabor), dando una enfermedad llamada “grasa”, que afecta sobre todo a vinos blancos dulces.

41

• Vuelta o rebote. El vino se presenta turbio, velado, oscuro o ennegrecido

con producción de anhídrido carbónico, olor acético que se va

intensificando con un sabor desagradable (Frankel, 2006). Está

producida por miles de bacterias no estudiadas en la actualidad, entre

ellas el bacillus saprogenesa vinis y bacterium torparum; estas bacterias

atacan al ácido tartárico, el crémor tártaro y el ácido málico,

descomponiéndolos, con producción de notables dosis se ácidos

volátiles (Ocon y Villar, 1962).

• Agridulce. Se presenta con frecuencia en mostos durante la fermentación

tumultuosa de los países cálidos, el vino atacado se presenta velado, con

sustancias de aspecto particular y sabor agridulce; la acción del proceso

se desarrolla por intervención de bacillus maunitopenum o fermento

manítico que ataca a la glucosa y a la levulosa, dando lugar a diversos

productos (López, 2005).

• Grasa o viscosidad. La grasa, el ahilamiento o la viscosidad depende de

la presencia de sustancias especiales que se forman a una consecuencia

del ataque de la enfermedad por el bacillus, el cual transforma la levulosa

del azúcar en sustancias mucilaginosas, acético, láctico, entre otras; los

vinos más sujetos a esta afección son los blancos dulces, pobres de

acidez y especialmente de ácido tánico (Frankel, 2006).

Contaminación microbiana en el embotellado

Este punto de control será crítico en aquellos vinos que se embotellen

con una riqueza en azúcares tal que la contaminación microbiológico pueda

producir la fermentación de esos azúcares y como consecuencia de la presión

interior producida en la botella, llegar al estallido de la misma (López, 2005).

42

Evaluación Sensorial del Vino

El análisis sensorial abarca a un conjunto de técnicas que, aplicadas de

una manera científica, permiten obtener unos resultados fiables sobre las

respuestas que nos dan nuestros sentidos a los alimentos. Para ello, se acude

a la experiencia de catadores o panelistas entrenados, quienes trabajan como si

se tratara de instrumentos, al ser capaces de establecer diferencias

objetivamente.

El método científico es utilizado para evocar, medir, analizar e interpretar

las respuestas percibidas por los sentidos de la vista, el olfato y el gusto acerca

de los productos (Industrias Vinícolas Pedro Domecq, 2007).

La degustación es el acto esencial del vino, el momento crucial en donde

el consumidor evalúa el producto final, asimismo, es uno de los pocos aspectos

que la tecnología no puede sustituir al humano.

Técnica de degustación

La técnica de degustación que a continuación se describe es adaptada

por la Industria Vinícola Pedro Domecq y es la siguiente:

Examen visual. El primer vistazo permite apreciar la limpieza y brillantez del

vino. Los reflejos marcados y cristalinos son más deseables en los blancos que

en los tintos, ya que estos pueden presentar rasgos opacos y apagados que no

afectan la calidad. Para analizar el color se observa la copa sobre un fondo

blanco, en lo posible con una fuente de luz cerca. En el caso de los vinos

blancos la tonalidad cromática se adivina casi de inmediato un color amarillo

pálido a pajizo es indicio de la juventud, sobre todo cuando aparecen visos

verdosos. A medida que envejecen los blancos van rotando hacia los tonos más

43

subidos y oscuro del amarillo, hasta llegar al dorado. En el tinto los reflejos se

pueden apreciar inclinando la copa unos 135 grados, hacia la parte de atrás de

nuestra visión. Es normal que el borde del líquido sea más claro que el centro.

Si ese borde mantiene un borde rojo, o eventualmente aparecen rasgos

violáceos, estamos sin duda frente a un tinto joven. Los tintos maduros y añejos

poseen reflejos de color ladrillo o teja, o cuando son muy viejos, amarillentos.

Examen olfativo. La primera olfacción se realiza con la copa quieta. En ese

momento aparece algún aroma extraño o desagradable, con seguridad se trata

de algún defecto de la elaboración del vino. Luego se hace girar la copa para

que el vino adquiera un suave movimiento de rotación y aumente su superficie

de contacto con el aire, liberando muchas sustancias aromáticas que hasta ese

entonces estaban tapadas. Esta operación puede repetirse las veces que sea

necesario, hasta tener en claro el perfil aromático del vino degustado. Entre los

aromas más comunes que se encuentran en los vinos están los frutados,

herbáceos, florales, especiados y maderizados.

Examen gustativo. Con un pequeño sorbo es suficiente para poder apreciar

todas las características gustativas. Haciéndolo recorrer por toda la boca,

vamos analizando toda su constitución, y el equilibrio de sus sabores. Tenemos

sensaciones táctiles en el interior de la boca a través del paladar y las encías

que nos permiten apreciar impresiones sobre el cuerpo y la textura, tales como

la causticidad del alcohol, la aspereza de los taninos y la viscosidad. Al tragar el

vino aparecen por vía retronasal (es decir por la comunicación entre la nariz y la

boca) los llamados aromas de boca o retrogusto. Luego de ingerido el recuerdo

del vino permanece por un lapso de tiempo en el paladar. Cuando esta

sensación es agradable y dura varios segundos, es indicio de que estamos

frente a un vino de buena calidad; cuando se borra casi de inmediato no tanto.

44

Miel

La miel de abeja precede a los humanos en la tierra por 10 a 20 millones

de años; es una de las más viejas formas de vida animal, la cual existe desde la

época Neolítica. Su nombre científico, Apis mellifera; literalmente significa: “la

abeja que lleva la miel”. Es originaria del sureste de Asia, probablemente de la

región de Afganistán, y existen registros de que humanos primitivos recogían

miel de colonias silvestres 7000 años a.C., probablemente el primer hombre en

criar abejas (apicultor) lo hizo entre 3000 a 5000 años a.C. (Tem, 2002).

La miel en la historia evolutiva del ser humano fue una fuente valiosa de

alimento, las primeras noticias datan de las últimas etapas de glaciación con

pinturas rupestres de hace unos 30 a 9.000 A.C. Y aún en nuestros días es

comúnmente conocida la “luna de miel” que tiene sus orígenes, según algunas

historias, con los teutones, tribu alemana que durante los primeros 30 días del

matrimonio bebían sólo vino de miel, para desinhibirse (Dustman, 1993).

La apreciación de los romanos por la miel, queda constancia en que

además, la utilizaban para endulzar del vino de modo habitual. La primera

calzada romana, se denominó via apia, por el número de colmenas que había

en sus veredas. No siendo suficiente, se recurrió a melazas, siendo exigida

como parte de los tributos a los pueblos vencidos (Swallow y Low, 1990).

En siglos posteriores, hasta la aparición de los azúcares refinados, fue un

elemento y edulcorante fundamental de la dieta en Europa. En Asturias, toda

casona, tenía unas cuantas colmenas colgando de las fachadas para

proporcionar alimento a sus moradores (Tem, 2002).

La miel se define como la sustancia dulce elaborada por las abejas a

partir del néctar de las flores, la cual recogen, combinan con sustancias

específicas, transforman y almacenan en panales para servir posteriormente

45

como alimento energético (González y Velásquez, 1998). La transformación de

néctar a miel se produce debido a cambios físicos y químicos; los primeros se

deben principalmente a un proceso de evaporación, en el cual el néctar pierde

hasta una tercera parte de su contenido de humedad durante su

almacenamiento en la colmena, y los segundos se deben a la acción de

enzimas que las abejas obreras adicionan al néctar, como es la invertasa

(sacarosa), la cual hidroliza la sacarosa presente en el néctar a glucosa y

fructosa (Dustman, 1993).

Al final de los procesos de transformación, el néctar es convertido en

miel, la cual es una solución sobresaturada de azúcares, y una de las mezclas

de carbohidratos más complejas producidas en la naturaleza (Swallow ans Low,

1990).

Tipos de Miel

Las características físicas, químicas y organolépticas de la miel vienen

determinados por el tipo de néctar que recogen las abejas (Tewari and

Irudayara, 2004).

Miel de flores: la producida por las abejas a partir del néctar de las flores. Se

distinguen muchas variedades:

Monofloral: predominio del néctar de una especie. Las más usuales son

de castaño, romero, tomillo, brezo, naranjo o azahar, tilo, acacia,

eucalipto, lavanda o cantueso, zarzamora, alfalfa, etcétera.

Multifloral («mil flores»): del néctar de varias especies vegetales

diferentes, y en proporciones muy variables.

46

De la sierra o de montaña, y del desierto (varadulce, mezquite, gatun),

que son tipos especiales de mil flores.

El estudio del polen en la miel virgen (melisopalinología) permite

determinar su origen floral; dado que las partículas de polen están

electrostáticamente cargadas y atraen otras partículas, las técnicas usadas en

la melisopalinología pueden usarse en estudios medioambientales de partículas

radiactivas, polvo o contaminación (Cienfuegos y Morales, 1998).

Composición de la Miel de Abeja

La miel es una mezcla compuesta principalmente por los azúcares

(carbohidratos) glucosa y fructosa. Ambos azúcares suponen el 75% en peso

de la miel; su tercer componente mayoritario es el agua, en la tabla 6 se

muestra la composición química de la miel de abeja (Moguel, Echazarrieta y

mora, 2005). También contiene otros tipos de azúcares, así como ácidos

orgánicos, proteínas y minerales (fósforo, magnesio, calcio, hierro, sodio y

potasio) y vitaminas como el ácido ascórbico (vitamina C), tiamina (vitamina

B1), roboflavina (vitamina B2), ácido nicotínico y piridoxina (vitamina B6)

(Tewari and Irudayaraj, 2004).

La sacarosa que es un disacárido formado por la unión de fructosa y

glucosa; constituye el 1% de la composición de la miel; otros disacáridos de la

miel son la maltosa y galactosa. El monosacárido fructosa es levemente más

dulce que la sacarosa; en la mayoría de las mieles, la fructosa predomina sobre

el resto de azúcares y esto hace que la miel sea más dulce que el azúcar

(Moguel, Echazarrieta y Mora, 2005).

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Tabla 6. Composición aproximada de la miel de abeja.

Componente típico Rango

Agua 14 – 22 %

Fructosa 28 – 44 %

Glucosa 22 – 40 %

Sacarosa 0.2 – 7 %

Maltosa 2 – 16 %

Otros azúcares 0.1 – 8 %

Proteínas y aminoácidos 0.2 – 2 %

Vitaminas, enzimas, hormonas, 0.5 – 1 %

ácidos orgánicos y otros

Minerales 0.5 – 1.5 %

Cenizas 0.2 – 1.0 %

Fuente: Moguel, Echazarrieta y Mora, 2005.

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La miel líquida contiene unos 82 g de carbohidratos por cada 100 gramos

y proporciona unas 304 kilocalorías. Así, una cucharada de miel con 21 gramos,

contiene aproximadamente 17 gramos de carbohidratos y a razón de unas 4

kilocalorías por gramo, su poder calórico será de 68 kilocalorías (kcal).

Aproximadamente 95% de los carbohidratos encontrados en miel son

fermentables (Rodríguez, 2000).

La humedad es un componente fundamental para la conservación de la

miel; mientras el porcentaje de humedad permanezca por debajo de 18% nada

podrá crecer en ella; por encima de ese valor pueden aparecer procesos

fermentativos (Moguel, Echazarrieta y Mora, 2005).

El contenido en minerales es muy pequeño, los más frecuentes son

calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso, zinc, fósforo y potasio. Están

presentes también alrededor de la mitad de los aminoácidos existentes, ácidos

orgánicos (ácido acético, ácido cítrico, entre otros) y vitaminas del complejo B,

vitamina C, D y E. La miel posee todavía una cantidad considerable de

antioxidantes (flavonoides y fenólicos) (Rodríguez, 2000).

La miel contiene también aminoácidos y ácidos orgánicos como el

acético, butírico, cítrico, fórmico, glucónico, láctico, málico, piroglutamico, y

succínico (http://www.es.wikipedia.org/wiki/Miel).

El ácido glucónico es producido en la miel por la acción de la enzima

glucosa-oxidasa sobre glucosa. Los ácidos orgánicos (alifáticos y aromáticos)

presentes en miel influyen sobre el sabor de la miel, sobre todo los aromáticos.

El pH medio de la miel es 3.9 (con una gama típica de 3.4 a 6.1); el cual

contribuye a inhibir la presencia y crecimiento de microorganismos (Swallow

and Low, 1990).

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Aplicaciones de la miel de abeja

Desde tiempos remotos, se han descubierto las propiedades de la miel

de abeja; y es que es tan versátil que puede ser utilizada en el área de la

belleza, la salud y la cocina.

Algunos de sus usos son los siguientes de a acuerdo a Rodríguez

(2000):

• En la alimentación humana se pueden preparar carnes, pescados,

ensaladas, panes, pasteles, postre, entre otros.

• En el deporte ya que es una fuente directa de energía, eliminando

considerablemente la fatiga y el cansancio.

• En la medicina se utiliza en las amputaciones, en personas quemadas y

quita infecciones de la piel debido a sus efectos antibacteriales por su

contenido de potasio. En ayunas la miel es excelente para curar úlceras

gástricas e intestinales, aplicada en las picaduras de insectos e hinchazones

causadas por golpes alivia todo malestar, tomada con leche tibia es benéfica

en algunos casos de bronquitis y asma.

• En la industria; en los cosméticos es un elemento básico en los ingredientes

de las cremas humectantes y mascarillas para rejuvenecimiento de la piel y

cutis. La miel también se utiliza en la elaboración de cigarrillos, goma de

mascar, en anticongelantes para radiadores de automóviles; como

conservador de alimentos almacenados y embalsamantes, pegamentos para

curar pipas y tabaqueras.

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Producción de miel de abeja en Sonora

La producción de miel de abeja en el estado de Sonora es de 542

toneladas, participando con el 0.6% de la Producción Nacional y ocupa el 25

lugar en el país, en la tabla 7 se muestra el contenido en volumen (toneladas)

de miel en México. Esta actividad diseminada en 10 Distritos de Desarrollo

Rural, cabe señalar que nuestra entidad es reconocida internacionalmente por

la excelente calidad de miel, de bajo contenido de humedad y color sui-generis

proveniente de la flor del mezquite, palofierro y paloverde (SAGARPA, 2006)

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Tabla 7. Composición en volumen (toneladas) de miel en México.

Composición en volumen (toneladas) Composición porcentual Año Producción Importaciones Exportaciones CNA Producción* Importaciones Total1990 66,493.0 8.3 45,088.6 21,412.7 100.0 0.0 100.01991 69,495.0 14.8 50,088.5 19,421.3 99.9 0.1 100.01992 63,886.0 18.1 36,868.0 27,036.1 99.9 0.1 100.01993 61,373.0 15.1 34,949.6 26,438.5 99.9 0.1 100.01994 56,432.0 29.3 30,166.7 26,294.6 99.9 0.1 100.01995 47,255.0 7.1 25,649.5 21,612.6 100.0 0.0 100.01996 49,178.0 4.3 27,448.5 21,733.8 100.0 0.0 100.01997 53,681.0 6.8 22,681.2 31,006.6 100.0 0.0 100.01998 55,297.0 31.5 26,321.6 29,006.9 99.9 0.1 100.01999 55,323.0 36.1 19,838.0 35,521.1 99.9 0.1 100.02000 58,935.0 35.0 26,263.0 32,707.0 99.9 0.1 100.02001 59,069.0 144.8 19,209.0 40,004.8 99.6 0.4 100.02002 58,890.0 215.2 28,882.9 30,222.3 99.3 0.7 100.02003 57,045.0 173.3 22,161.3 35,057.0 99.5 0.5 100.02004 56,917.0 8.6 19,804.5 37,121.1 100.0 0.0 100.02005 50,631.4 2.4 18,846.4 31,787.4 100.0 0.0 100.0

Notas:

El Consumo Nacional Aparente es una forma de medir la cantidad de producto de que dispone un país para su consumo. En esta estimación se considera la producción nacional y las importaciones miel, así como las exportaciones de miel. Producción*, para la estimación de la composición porcentual del CNA, a la producción nacional se le restan las exportaciones.

Fuente:SAGARPA (2006).


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