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Jorge A. Sierra Marzo de 2014
1
La iniciacin cristiana en
San Ambrosio de Miln
Segn la edicin: AMBROSIO DE MILN, Explicacin del smbolo; Los sacramentos; Los mis-terios. Madrid, Ciudad Nueva, 2005. Edicin de Pablo Cervera Barranco. En palabras de Henri de Lubac, cada vez que la Iglesia indaga sobre su fe, sobre su pensamiento y sobre su
teologa, instintivamente vuelve a los Padres. En la Historia de la Iglesia hay una especie de resurgimiento
permanente y de eterno descubrimiento de los Padres.1 El mbito de la catequesis es privilegiado en este as-
pecto, ya que se conservan importantes escritos patrsticos acerca de la iniciacin cristiana de los catecme-
nos. Entre estos autores, destaca Ambrosio de Miln, doctor de la Iglesia que, como obispo, imparta diversas
homilas catequticas en la semanas de la Pasin y de Pascua a los nefitos, consignadas a continuacin en sus
obras Explicacin del smbolo, Los sacramentos y Los misterios, que aqu expondremos brevemente.
A.- El autor
Ambrosio naci en Trveris, c. 340 y falleci en Miln 57 aos
despus. Fue educado en Roma para ser abogado y hacia el ao 370
fue designado prefecto consular para el norte de Italia, tomando su
residencia en Miln. En el ao 374 se levant una fuerte disputa en-
tre la faccin catlica y la arriana sobre la eleccin de un obispo que
sucediera a Ausencio. Ambrosio, como primer magistrado, acudi a
la iglesia para mantener el orden, con el resultado de que fue elegido
por el pueblo para ocupar la sede episcopal. Al ser slo catecmeno
tuvo que ser bautizado y ocho das ms tarde, el 7 de diciembre del
374, consagrado obispo. Fue instruido por el presbtero Simpliciano
(que luego le sucede) en base al estudio de la Escritura y la lectura
de los Padres griegos, especialmente Orgenes, Atanasio y Cirilo de
Jerusaln.2
Como dirigente eclesistico se distingui por su apoyo a la fe ca-
tlica, llegando a rechazar la entrega de la baslica porciana de Miln
a la emperatriz para el culto arriano: se encerr con sus fieles en la
baslica, dedicando gran parte del tiempo al canto de himnos litrgi-
cos.3 A pesar del acoso militar de la iglesia, Ambrosio consigui que se retiraran las fuerzas mili-
tares del entorno basilical. Adems de enfrentarse a las herejas, Ambrosio tambin se enfrent
al paganismo con el mismo celo. En el senado romano exista un altar a la Victoria, ante el cual se
tomaban todos los juramentos. En el ao 382 Graciano retir el altar, probablemente a instiga-
cin de Ambrosio. El senado, que favoreca la vieja religin, hizo denodados esfuerzos para que
el altar fuera repuesto bajo Valentiniano II y Teodosio, pero sin xito debido a la frrea oposicin
de Ambrosio. Ambrosio fue el autor de una reforma en la msica eclesistica, siendo asociada
una tradicin litrgica muy antigua en Miln con su nombre. Por otro lado, sostuvo que el Estado
no debe interferir en la Iglesia. En el ao 370 el pueblo de Tesalnica asesin al gobernador de la
1 DE LUBAC, H., La costituzione Lumen gentium e i Padri della Chiesa, en AA.VV., La teologia dopo il Vaticano II, Brescia, 1967, 228. 2 MOLIN, E., Los padres de la Iglesia: Una gua introductoria. Madrid, Palabra, 1995. Pgs. 11-157. 3 Apoyados en este hecho, algunos autores sitan en ese momento el acta de nacimiento del canto ambrosiano (c. 386).
1. Ambrosio, mosaico en la capilla de San Vctor, Miln.
I.S.C.R.C. San Po X (Madrid) Teologa Litrgico-Sacramental yCatequesis de la Celebracin
La iniciacin cristiana en San Ambrosio de Miln 2
ciudad durante una revuelta, ordenando Teodosio, en su furia, una masacre contra la poblacin.
Ambrosio le reprendi pblicamente imponindole disciplina eclesistica.4 Sin embargo, no
siempre era justo con sus oponentes. En Mesopotamia los cristianos haban destruido un lugar
de reunin de gnsticos valentinianos y haban quemado una sinagoga. El emperador Teodosio
orden al obispo de la iglesia local que reconstruyera ambos edificios por cuenta de la iglesia.
Esto desagrad al de Miln, que protest pblicamente y por escrito de tal forma que no se casti-
g a los culpables y ni siquiera pagaron los daos producidos.5
Adems de toda la actividad poltica reli-
giosa que hemos descrito someramente, Am-
brosio desarroll una intensa labor pastoral.
Predicaba diariamente en los tiempos de pre-
paracin de los catecmenos para la recepcin
del bautismo, que alcanzaron, junto a sus pre-
dicaciones homilticas dominicales y festivas,
ganaron rpida popularidad. Como maestro
estaba ms preocupado por cuestiones prcti-
cas y ticas que metafsicas; sus escritos son
ricos en claros matices prcticos, aunque su
pensamiento no sea considerado tan original
como el de otros Padres de la Iglesia.6
A todo esto hay que aadir la atencin a los penitentes, a los pobres y encarcelados, as como
la episcopalis audientia y las gestiones para conseguir un posible indulto para los condenados a
muerte. Adems de este trabajo ingente, tuvo tiempo para escribir un considerable nmero de
obras sobre temas pastorales y de espiritualidad, como la Exposicin sobre el Evangelio de S. Lu-
cas, los tratados Sobre las vrgenes, Sobre los sacramentos, etc. Existen ms de noventa cartas
suyas y un copioso Himnario.7
Ambrosio fue fundamental para la conversin de San Agustn, de gran importancia para la
historia de la Iglesia. En las mismas Confesiones escribe textualmente que, cuando visitaba al
obispo de Miln, siempre le vea rodeado de un montn de personas llenas de problemas, por
quienes se desviva para atender sus necesidades.8 Segn el luego obispo de Hipona, siempre
haba una larga fila que estaba esperando hablar con Ambrosio para encontrar en l consuelo y
esperanza.9 Afirma tambin Agustn que respecto a la fe catlica pensaba antes que no era posi-
ble defenderla de las objeciones de los maniqueos; pero entonces crea ya que poda aceptarse
sin imprudencia, mxime cuando tras de haber odo las explicaciones de Ambrosio una vez y
otra y muchas ms, me encontraba con que l resolva satisfactoriamente algunos enigmas del
Antiguo Testamento entendidos por m hasta entonces de una manera estrictamente literal, que
haba matado mi espritu.10 Ambrosio fue un verdadero mistagogo para Agustn.
Tras su muerte, el 4 de abril de 397, fue enterrado en la baslica ambrosiana de Miln, cerca
de los mrtires Gervasio y Protasio. En el siglo IX el arzobispo Angilberto II coloc los restos de
los tres personajes en un sarcfago que fue descubierto en el ao 1864 y abierto en 1871.
4 ROPS, D., La Iglesia de los apstoles y de los mrtires, Ediciones Palabra, Madrid 1992. 5 BOER, H., Historia de la iglesia Primitiva. Unilit, Mchigan, p. 206. 6 RAMOS LISSON, D., Sabes quin era? San Ambrosio, obispo de Miln, en primeroscristianos.com. 7 Durante siglos se le atribuy el himno Te Deum, pero ya no es considerado su autor. 8 AGUSTN DE HIPONA, Confesiones, V, 13. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1981. 9 Agustn recoge una curiosa ancdota de Ambrosio, y es que lea con la boca cerrada, algo verdaderamente novedoso en una poca en la lectura slo se conceba para ser proclamada, ya que leer en voz alta facilitaba la comprensin a quien lea. El hecho de que Ambrosio pudiera pasar las pginas slo con los ojos es para Agustn, una capacidad singular de lectura y de familiaridad con las Escrituras. Cfr. AGUSTN DE HIPONA, Op. Cit., VI, 3. 10 AGUSTN DE HIPONA, Op. Cit., V, 14.
2. Sepulcro de Ambrosio y los mrtires Gervasio y Protasio en la Baslica Ambrosiana de Miln.
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La iniciacin cristiana en San Ambrosio de Miln 3
B.- Contexto histrico
Ambrosio de Miln fue un lder irreemplazable de
la Iglesia en el siglo IV. Por tanto debemos ubicarnos
inicialmente dentro de esta poca y su contexto reli-
gioso, poltico y social para comprender mejor su
vida personal y ministerial.
En cuanto al contexto social, con un imperio tam-
baleante, exista una gran pobreza, desigualdades y
atropellos, sobre todo al pueblo llano, tanto rural
como urbano. La situacin se vio agravada por las
continuas incursiones de los brbaros a poblaciones
fronterizas del imperio, que generaban situaciones
de desplazamiento y aumento de la miseria.11
Con el edicto de Srdica de 310 el Estado recono-
ci la existencia legal del cristianismo y lo equipar a los dems cultos permitidos en el edicto de
Miln de 313. En el siglo IV, el cristianismo creci en poder llegando a ser la religin del imperio
en manos de Constantino y Teodosio, quienes otorgan proteccin, estatus y bienes a la Iglesia.
Dado que la apertura al cristianismo como religin protegida brindaba privilegios y posiciones,
hubo muchos que se bautizaban sin ni siquiera tener idea del significado de del bautismo o la fe
cristiana. Los obispos competan en pos de posiciones. Los ricos y poderosos parecan dominar
la iglesia.12 Como reaccin, comienza el fenmeno del monaquismo y ascetismo, primero en
oriente y despus en occidente.13
En esta poca tambin se suscitan grandes controversias dogmticas y surgen las grandes he-
rejas trinitarias y cristolgicas, como el arrianismo, al que se enfrent Ambrosio con vigor y que
fueron consideradas en los grandes concilios ecumnicos.14 Las masas, cada vez ms numerosas,
que pedan ingresar en la Iglesia provocaron que sta adoptase medidas para una ms completa
y cuidada organizacin en la preparacin a la incorporacin en la Iglesia: la institucin del cate-
cumenado, que tena ya una larga tradicin en la Iglesia, iba a servir como instrumento precioso
preparatorio del bautismo.15
La respuesta de los Padres de la Iglesia a la escasa formacin de las grandes masas de conver-
sos fue clara: el perodo ms fecundo en cuanto a produccin literaria de carcter litrgico y
catequtico lo encontramos en los siglos IV y V.16 En esta poca se desarrolla la nocin de cate-
quesis, como forma de enseanza con mtodo y contenidos propios, bien diferenciada de otras
formas de transmisin de la fe: predicacin a paganos, refutacin, tratados teolgicos, etc. La
catequesis es para la liturgia y de ella brota.17 Eso no significa que el objeto de la catequesis sean
exclusivamente los elementos propios de la celebracin.18 En la catequesis, que se orienta y sur-
ge de la liturgia, se abordan todos los misterios cristianos en cuanto acogidos por la fe; en la li-
turgia, dichos misterios son celebrados.19
11 DUDDEN, F. H., The Life and Times of St. Ambrose, Oxford, Clarendon Press, 1935 12 GONZLEZ, J., Historia del cristianismo. Tomo 1. Miami, Unilit, p. 151. 13 COLOMBS, G. M. El monacato primitivo. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1974. 14 ATTWATER, D. y JOHN, C. R., The Penguin Dictionary of Saints, Nueva York, Penguin Books, 31993. 15 ALBERICH, E., BINZ, A., Catequesis de adultos. Elementos de metodologa, Madrid, CCS, 2005. Captulo 1. 16 SESBO, B. (DIR.), Historia de los dogmas, I, Secretariado Trinitario, Salamanca 1995, 64-68. 17 SARTORE, D., Catequesis y Liturgia, en Nuevo Diccionario de Liturgia (NDL), Ed. Paulinas, Madrid 21987, 321-324. 18 DOMNGUEZ BALAGUER, R., Catequesis y liturgia en los Padres. Interpelacin a la catequesis de nuestros das, Sgueme, Salamanca 1988. 19 En las catequesis patrsticas, La liturgia postula la catequesis y la catequesis exige la liturgia. La liturgia misma es ya catequesis. Lo es en cuanto es ejercicio de fe y comunicacin de vida divina. La misma celebracin ensea y su enseanza capacita para una ms
3. San Ambrosio en su estudio, c. 1500, procedente de Palencia, actualmente en Museo Metropolitano
de Arte de Nueva York.
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La iniciacin cristiana en San Ambrosio de Miln 4
Por otro lado, se busca la unanimidad en toda la Iglesia, tanto de oriente como de occidente, a
la hora de fijar los contenidos fundamentales de la catequesis: fe, credo o Profesin de fe, liturgia
(iniciacin y mistaggica) y oracin (padrenuestro). La organizacin del catecumenado es prc-
ticamente idntica en casi todas las iglesias, donde los diferentes contenidos responden a etapas
progresivas del catecumenado.20
C.- Las obras
Las obras de Ambrosio de Miln Explanatio
symboli, De sacramentis y De mysteriis exponen
los ritos mediante los cuales los catecmenos
reciban los sacramentos de la iniciacin cristia-
na.21 Las tres obras hay que situarlas entre el
386 y el 390.22 Forman parte de un gnero litera-
rio llamado mistaggico o de iniciacin, basada
en las catequesis a los catecmenos y a los nefi-
tos sobre el significado de los ritos de la inicia-
cin cristiana. La explicacin en estas obras se
centra en el Credo o Smbolo de la Fe (traditio y
redditio symboli), en el Padrenuestro (traditio
orationis), en los ritos prebautismales (exorcis-
mos, unciones, etc.), en los ritos de la confirma-
cin y de la eucarista.
Se trata de una catequesis ntimamente unida a la liturgia,23 dirigida a creyentes, que no bus-
ca pruebas de tipo apologtico, sino que persigue la profundizacin contemplativa de la revela-
cin con un tono expositivo, no combativo.24
La Explanatio symboli es un sermn catequtico que conserva el estilo oral en la que
se explica el Credo, dividido en doce partes, tal como se realizaba en torno al rito de la
traditio. Es el primer documento escrito que nos permite reconstruir la frmula del
smbolo de la fe.
El De sacramentis es un conjunto de seis sermones, pronunciados entre el martes y el
domingo de la semana in albis. En ellos se explican las diferentes fases del rito bau-
tismal y de la eucarista, para terminar con una catequesis sobre la oracin.
El De mysteriis es un tratado sinttico, probable relaboracin de la obra anterior, en el
que el autor recopila los argumentos tratados en De sacramentis.
Extrayendo de las tres obras las referencias a la iniciacin cristiana en tiempos de Ambrosio,
podemos resumir que los catecmenos, una vez admitidos en el listado de aspirantes, reciban el
Credo, el domingo anterior a la Pascua. Despus, en la noche del Sbado Santo se celebraba en
forma sucesiva la apertio, la bendicin del agua bautismal, la uncin, las renuncias bautismales,
la administracin del bautismo, la uncin de la cabeza, la lectura del lavatorio de los pies de Jn
13, la entrega del vestido blanco, el spiritale signaculum y la celebracin de la eucarista.25
fructuosa participacin en la celebracin (), pues la liturgia acta mediante signos. () La catequesis procura hacer comprender de forma unitaria las diferentes verdades reveladas () ya presentes en la celebracin. Cfr. RICO PAVS, J., Liturgia y catequesis en los padres de la Iglesia. Apuntes para el estudio en Teologa y Catequesis 80 (2001), pp. 39-75. 20 Cf. KELLY, J.N.D., Primitivos credos cristianos, Secretariado Trinitario, Salamanca 1980, pp. 15-45. 21 DANIELOU, J. Y DU CHARLAT, R., La catequesis en los primeros siglos, Studium, Madrid 1975, 167-171. 22 Cfr. AMBROSIO DE MILN, La iniciacin cristiana: la explicacin del smbolo, los sacramentos, los misterios, Nebl 45, Rialp, Madrid 1978 23 RICO PAVS, J., Op. Cit. p. 6. 24 Cf. C. VAGAGGINI, El sentido teolgico de la liturgia, BAC, Madrid 21965, 553-558. 25 OATIBIA, I La catequesis litrgica de los padres, Phase 118 (1980) 281-294.
4. Fresco romnico (segunda mitad del s. XIII) represen-tando a dos catecmenos, vestidos de blanco, en su pri-
mera eucarista, alrededor del altar con su obispo, Martn de Tours. Iglesia de San Martn de Cha (Huesca).
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La iniciacin cristiana en San Ambrosio de Miln 5
D.- La iniciacin cristiana en los primeros siglos26
A partir de las obras de Ambrosio podemos establecer con seguridad la existencia de dos ti-
pos de personas dentro del catecumenado: los catecmenos simples, que haban recibido la pri-
mera iniciacin cristiana, y los competentes,27 que ya haban dado su nombre para ser bautiza-
dos:
El catecumenado, un periodo de al menos dos aos segn el Concilio de Elvira. La
admisin al mismo se haca mediante un rito simple de signacin de la cruz sobre la
frente (De Myst, 20) y con la entrega de un grano de sal.28 As, el catecmeno formaba
parte de la comunidad cristiana, aunque no de pleno derecho. En la eucarista, parti-
cipaba en la liturgia de la Palabra, pero no en la eucarstica.
Muchos de los admitidos al catecumenado retrasaban la solicitud del bautismo por
costumbre, por oportunismo poltico o para conservar su propia autonoma de con-
ducta (incluso pecaminosa). Por eso Ambrosio recuerda frecuentemente que se solici-
te el sacramento.29
Nomendatio o tiempo de competentado, el paso del catecumenado simple al de
los competentes comenzaba con la inscripcin del nombre del catecmeno en una lista
de aspirantes al bautismo, desde el da de la Epifana hasta el comienzo de la Cuares-
ma. As, los aspirantes se comprometan a completar su instruccin religiosa y vivir
segn la moral cristiana (De Sacr. III, 12). En este periodo hay varias fases:
o Penitencia: era necesaria una confesin general y oral de todos los pecados, a
la que segua una intensificacin de la oracin y el ayuno como expresin del
deseo de conversin.
o Catequesis: en el caso de Miln, esta tarea la desempeaba el obispo perso-
nalmente, siendo uno de sus principales deberes pastorales.30 Por su parte, los
aspirantes deban asistir a catequesis, que no era apologtica o polmica, aun-
que s se trataran los errores de Arrio y el paganismo. Ambrosio llama a sus
catequesis lectio o instructio, con contenido doctrinal (sobre todo en lo refe-
rente al Credo, los misterios y el Padrenuestro) y moral, dirigida a los compe-
tentes. La catequesis mistaggica (sobre los misterios, es decir, los sacramen-
tos) se daba despus del bautismo.
Catequesis dogmtica: con explicacin gradual de las principales ver-
dades de fe, partiendo de los primeros elementos (Dios creador) hasta
la encarnacin de Jess y su obra redentora.
Catequesis moral: a partir de algn relato bblico (Can y Abel, Jos, Job,
David, Tobas), sobre algn Salmo o el relato de la creacin del Gne-
sis. Centrndose en la vida de personajes santos, Ambrosio destaca sus
virtudes e insta a los catecmenos a imitarlas (De Myst., 1), mientras
ayuda a que conozcan la escritura y se familiaricen con ella.
o Escrutinios: oraciones, letanas, ceremonias sagradas y exorcismos antes de la
explicacin del Credo (De Myst., 1).
o Explicacin del Credo o traditio Symboli: no se trata de una entrega del Credo
escrito, sino de explicarlo artculo por artculo. (Expl. Symb., 2). La Explanatio
26 Sigo aqu la introduccin de Pablo Cervera Barranco en AMBROSIO DE MILN, Op. Cit. pp. 24-34. 27 Del latn competo, que significa solicitar. 28 AGUSTN DE HIPONA, Op. Cit, I, 11. 29HAMMAN, A., La vida cotidiana de los primeros cristianos, Palabra, Madrid, 1985 30 Ambrosio llega a excusar su presencia en una ordenacin episcopal e incluso ante el emperador Graciano, por tener que dar la catequesis a los competentes.
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La iniciacin cristiana en San Ambrosio de Miln 6
que conservamos de Ambrosio es una obra eminentemente personal, lejos de
una buscada elocuencia o disquisicin teolgica y dirigida a personas senci-
llas. Se presenta como obra de los apstoles reunidos y, as, corresponde al
obispo exponerla, en nombre de la Tradicin, como su sucesor. En Miln, esta
explicacin se daba el domingo antes de Pascua.
o Devolucin del Credo o redditio Symboli: es decir, los candidatos aprenden de
memoria el Credo y lo recitaban en una ceremonia oficial, de modo solemne.31
E.- La catequesis ambrosiana
No tenemos muchas noticias sobre los primeros ritos del catecume-
nado en Miln. En la Explanatio symboli alude en primer lugar a los es-
crutinios, pues es una ejemplo de traditio symboli (Expl., 9) donde el
obispo, como primer catequista, explica las verdades de la fe. Como no es
un tratado formal, no se incluye la redditio. Las catequesis episcopales
posteriores se basaban en los mismos textos bblicos, las historias de los
patriarcas o los Proverbios (Myst. 1). Se explicaba el Credo, pero no los
misterios (ritos de iniciacin y bautismo. Cfr. Sacr. I, 1 y Myst., 1)
Los ritos, propiamente, estn explicados en las otras dos obras.
1. La vigilia de Pascua comienza con el rito de la apertio (Sacr., I,
2). A los candidatos, el obispo mismo les toca los odos y la
nariz diciendo: Effet! (Sacr., I, 2; Myst., 3).
2. Despus, se dirigen al baptisterio (Sacr., I, 4; Myst., 4) para ser
ungidos por un dicono o un presbtero (Sacr.,I, 4) y renun-
ciar al demonio mediante una doble pregunta (Sacr., I, 5), mi-
rando primero hacia Occidente y luego hacia Oriente. Ambos
ritos iniciales tenan como objetivo expresar que, para los
candidatos, empezaba una nueva vida.
3. A continuacin, se bendicen las aguas del bautismo, junto a un exorcismo y una ora-
cin (Sacr., II, 14; Myst., 8, Sacr., I, 16).
4. El bautismo propiamente comienza con un interrogatorio triple y la inversin, por
tres veces, en la fuente bautismal (Sacr., II, 20; Myst., 28).
5. Posteriormente, el obispo les unga la cabeza con el crisma o mirn (Myst., 29; Sacr.,
III, 1) para, a continuacin, leer el captulo 13 del Evangelio de San Juan (Sacr., III,;
Myst., 31) y realizar un lavatorio de los pies (Sacr., II, 4). Luego, los recin bautizados
reciben la vestidura blanca (Myst., 34).
6. Se simbolizaba el don del Espritu con la spiritale signaculum (Sacr., III, 8; Myst., 42),
tras la que los nefitos formaban ya parte de la comunidad, que los admite en el altar
(Sacr., IV, 5; Myst., 43). La liturgia sigue aqu el esquema de 1 Tm 2, 2: alabanza, ora-
cin, peticin y, finalmente, mezcla del agua y el vino (Sacr., V, 2).
San Ambrosio recoge en De sacramentis y De mysteriis diversas oraciones del canon (consa-
gracin: Sacr., IV, 21-22, anamnesis: Sacr. IV, 27), siete lecturas bblicas,32 el nfasis dado al Pa-
dre Nuestro (Sacr., V, 18-19; VI, 24) y la comunin bajo las dos especies (Sacr., IV, 25; Myst., 54),
momento que, en su comentario, aprovecha el autor para insistir en la presencia real de Cristo
en la eucarista y su carcter sacrificial.
31 AGUSTN DE HIPONA, Op. Cit., VIII, 2. 32 Una para cada da de la semana: curacin del paraltico (Jn 5, 1-1; Sacr., II, 3). Rm 6, 3 (Sacr., 2, 23). 2 Cor 1, 21-22 (Myst., 42). 2 Cor 12, 4-69 (Sacr., VI), 2 Re 5, 1-14 (Myst., 16) y el relato de Melquisedec de Gn 14 (Myst., 45). Jn 13 se lea el sbado in albis (Myst. 31 y Sacr. III, 4).
5. San Ambrosio, de Fran-cisco de Zurbarn. leo sobre tela, entre 1626 y
1627. Museo Provincial de Bellas Artes (Sevilla).
I.S.C.R.C. San Po X (Madrid) Teologa Litrgico-Sacramental yCatequesis de la Celebracin
La iniciacin cristiana en San Ambrosio de Miln 7
F.- Conclusiones
Llama la atencin dada por un obispo tan importante polticamente como Ambrosio a la cate-
quesis de los futuros cristianos, una tarea que, a lo largo de los siglos ha sido devaluada, junto al
mismo ministerio de catequista (de nios o de adultos), frente al servicio del altar. Ambrosio
lleg a rechazar una invitacin del emperador Graciano para seguir de cerca la iniciacin cristia-
na de los catecmenos de Miln y asuma personalmente los ltimos pasos de su formacin.
Para Ambrosio, como para otros Padres de la Iglesia, el mensaje cristiano es un todo: no se
puede separar catequesis de liturgia, del mismo modo que no es posible recibir los sacramentos
sin un verdadero cambio vital hacia una conducta tica cristianamente intachable. Denodado
esfuerzo en pocas de conversiones en masa que bien puede iluminar a los catequistas en nues-
tra poca de indiferencia pero, a la vez, de bsqueda de la coherencia.
Por otro lado, conmueven con frecuencia las palabras usadas por obispo para animar en el
camino de la fe a sus oyentes. Habla desde la propia experiencia, enseando pero no condenando
(aunque lo hiciera en otros escritos), exhortando al testimonio vital de las verdades recibidas. Es
decir, el testimonio de la propia vida cristiana, vivida con felicidad, es la primera catequesis. El
propio Agustn de Hipona lo recoge con admiracin: Y a Ambrosio mismo lo tena yo por el
hombre feliz segn el mundo, pues tantos honores reciba de gentes poderosas y slo me pareca
trabajoso su celibato.33 En palabras de Benedicto XVI:
Segn el magisterio de Ambrosio y de Agustn, la catequesis es inseparable del testimonio
de vida. Puede servir tambin para el catequista lo que escrib en la Introduccin al cris-
tianismo sobre los telogos. Quien educa en la fe no puede correr el riesgo de presentarse
como una especie de clown, que recita un papel por oficio. Ms bien, utilizando una
imagen de Orgenes, escritor particularmente apreciado por Ambrosio, tiene que ser como
el discpulo amado, que apoy la cabeza en el corazn del Maestro, y all aprendi la ma-
nera de pensar, de hablar, de actuar. Al final de todo, el verdadero discpulo es quien
anuncia el Evangelio de la manera ms creble y eficaz.34
33 AGUSTN DE HIPONA, Op. Cit., VI, 3. 34 Benedicto XVI presenta a San Ambrosio de Miln: Intervencin durante la audiencia general del mircoles 24 de octubre de 2007. http://www.zenit.org/article-25222?l=spanish.