A CONTAR
CUENTOS
Diana Jiménez 2009
Un día hace muchísimos años, en las calurosas tierras delÁfrica el elefante dijo al señor de la lluvia:
---Debe estar usted muy satisfecho, porque con su agua aconseguido cubrir toda la tierra de vegetación verde, pero¿qué pasaría si arranco toda la hierba, todos los arboles, lasplantas y los arbustos?; ¡no quedara nada verde! No quedaranada verde. ¿Qué haría usted en ese caso?---
Y el señor de la lluvia le contesto:
---Si no enviase la lluvia no crecerían mas plantas, todo loverde desaparecería y no tendrías nada para comer, ¿queharías entonces? ---
Enseñanzas del señor de la
lluvia
Pero el elefante que se creía el animal mas
fuerte quería desafiarlo, y comenzó a arrancar
con su trompa toda la hierba, los arboles, las
plantas y los arbustos.
Así pues, el señor de la lluvia ofendido, hizo que
no volviera a llover y los desiertos se
extendieron por todas partes.
Paso el tiempo y el elefante se moría de hambre
y de sed; intento cavar por donde pasaban los
ríos, pero no pudo encontrar una sola gota de
agua.
Finalmente el elefante, viendo que había
enfadado al señor de la lluvia le dijo:
---Señor lo siento, me he portado mal, he sido arrogante
y me arrepiento, por favor olvídelo y vuelva a enviar la
lluvia.---
Pero el señor de la lluvia no hizo caso a las suplicas del
elefante.
Pasaban los días, y cada día era más seco que el
anterior; el elefante envió al gallo en su lugar para que
hablara con el señor de la lluvia y le convenciera. El
gallo busco al señor de la lluvia por todas partes, hasta
que lo encontró descansando en una nube, le conto
quien era, y lo alabo por la lluvia con tanta elocuencia
que el señor de la lluvia decidió enviar un poco de agua.
La lluvia cayó tal como el señor del lluvia le había prometido
al gallo, y se formo un pequeño charco cerca de donde
vivía el elefante, quien no tardo en apropiarse de él, ese día
el elefante fue a buscar comida y dejo a la tortuga
encargada de cuidar el charco con estas palabras:
---Tortuga, si alguien viene aquí a beber, les dirás que este
es mi charco personal y que nadie puede beber de aquí.—
Cuando el elefante se fue muchos animales sedientos
vinieron al charco, pero la tortuga no les dejo beber,
diciendo:
---Esta agua pertenece a su majestad el elefante, yo tengo
que protegerla y no pueden beberla.--
Pero cuando llego el león, no le impresionaron las palabras de la
tortuga, la miró, le dijo que se fuera con un rugido y bebió agua hasta
calmar su sed, después se marcho sin decir palabra.
Cuando el elefante volvió, casi no quedaba agua en el charco, la
tortuga intento defenderse:
---Señor, soy apenas un animalito y los otros animales no me
respetan, vino el león y yo me aparte, ¿qué podía hacer?, después
todos los animales bebieron libremente.---
El elefante furioso, levanto la pata y la aplastó, afortunadamente la
tortuga es muy fuerte y pudo arreglárselas para sobrevivir, y desde
entonces las tortugas tienen su parte inferior plana.
Y de pronto todos los animales oyeron la voz
del señor de la lluvia que les decía:
--No hagan como el elefante, no desafíen a los
más fuertes, no destruyan lo que puedan
necesitar en el futuro, no le pidan a los débiles
que defiendan su propiedad, y no castiguen al
inocente, pero sobre todo, permitan que los
necesitados compartan su suerte, no sean
arrogantes y no intenten apropiarse de todo.--
Y tras decir estas palabras, el señor de la lluvia
hizo un nudo en la trompa del elefante,
castigándole así sin beber agua durante diez
largos años.
El molino mágico.
En un lugar rodeado de agua y lleno de vegetación, había un pequeño
pueblo de casas blancas coronado por un molino de color rojo, sin que
nadie comprendiera el por qué ese molino era mágico, de esta forma el
molinero vivía alegremente sin trabajar y tenía todo lo que pedía sin el
menor esfuerzo, el molino tenía dos muelas de piedra que tenían el
poder de hacer aparecer cualquier cosa que el molinero le pidiera, el
solamente tenía que pronunciar las palabras mágicas.
Un día le dijo a su molino:
--Muele molino muele y haz aparecer cien monedas de oro, que yo lo
pueda ver.---
Y el molino en el momento le proporciono cien relucientes
monedas de oro; otro día le dijo:
---Muele molino muele y haz aparecer cincuenta mazorcas
de maíz, que yo lo pueda ver---
Y el molino le proporciono cincuenta mazorcas de maíz que
luego repartió con sus vecinos, pero sus vecinos le tenían
mucha envidia y trataban de averiguar el secreto de aquel
molino, aunque el molinero lo callaba con mucha prudencia.
---Si ese molino perteneciera al pueblo todos seriamos
ricos- dijo una vecina.
---Deberíamos echar al molinero y apropiarnos del molino-
opina otro.
---Pero no podemos, el molino es suyo- explico otro.
Comentaban los envidiosos vecinos del molinero.
Pero cierto día cuando el sol estaba en su punto
más alto, unos piratas llegaron a la isla en su
barco, pronto oyeron hablar sobre los poderes
del molino, y el capitán de los piratas se oculto
tras de la puerta del molino y espero, hasta que
escucho al molinero pronunciar las palabras
mágicas:
---Muele molino muele y haz aparecer diez
cantaron de agua, que yo lo pueda ver.---
Temiendo ser descubierto huyo de allí lo más
rápido que pudo. Al llegar la noche volvió al
molino con varios de sus hombres, robaron las
muelas y se las llevaron a su barco.
A la mañana siguiente cuando los piratas
abandonaron la costa comenzaron a preparar
su comida, aunque se dieron cuenta que no les
quedaba sal en la bodega; entonces el capitán
de los piratas que había aprendido las palabras
mágicas dijo:
---Muele molino, muele, y haz aparecer sal, que yo lo puedaver (jajaja)---
Y al momento las piedras comenzaron a moler y la salcomenzó a caer sobre las cubiertas del barco.
---Ya está bien molino, ya no quiero más sal.-- grito el capitánpirata
---Ya no quiero más sal- repitió su loro
Pero las piedras seguían moliendo, entonces el capitánrecordó que al salir corriendo para no ser descubierto, nohabía escuchado al molinero pronunciar las palabrasmágicas para detener el molino. Así que las piedras seguíanllenando el barco de sal; intento pararlas de todas las formasque le vinieron a la cabeza.
---Deja de moler molino ¡!!- para ya molino!!!-
detente ahora mismo!!! DEJA DE MOLER SAL!!!---
Aun que fue inútil, las piedras continuaron muele
que te muele, hasta que el barco se inundo de sal
y comenzó a hundirse por el peso y fue a parar al
fondo del mar, los piratas pudieron volver nadando
a la costa, pero las piedras fueron arrastradas por
las corrientes submarinas y continuaron moliendo.
Y como nadie sabe donde están y solo el molinero
conoce las palabras mágicas para detenerlas,
todavía hoy siguen en alguna parte del mar
moliendo sal sin parar .
En una pequeña isla de alguna parte del océano, Vivian lasbuenas gentes de Cancahúy, eran un pueblo alegre y felizdedicado a la agricultura y a la pesca, pero desde hacía variosaños, sus embalses estaban secos y los posos de aguasubterránea que utilizaban para beber y con la que regabansus campos se estaban quedando sin agua, así que estabanpreocupados y solamente gastaban la necesaria; Vivianrodeados de agua pero no podían utilizarla porque era salada.
Una calurosa mañana Bubúr príncipe de Cancahúy, salió consu hermanita Alím a pescar, en busca de una nueva aventura yquién sabe si de algún nuevo pozo de agua.
GORGOÉ; EL ARBOL MAGICO DE LOS
OCEANOS
Recorrieron un largo camino y llegaron al final a una playa
donde nunca habían estado, delante de ello se levantaba un
inmenso acantilado donde se abría una gruta, entonces Alím
le dijo a su hermano:
--Mira BuBúr ahí hay una entrada. Podríamos ver donde nos
lleva.—
Los dos hermanos entraron en la cueva. Pronto vieron una
luz al fondo que les indicaba donde estaba la salida, así que
se dirigieron hacia allí. Cuando llegaron al otro lado y salieron
al exterior, no podían creer lo que estaban viendo , en una
pequeña y escondida playa, florecía un jardín de bonitos
colores, y justo en la orilla de esta, un gigantesco árbol
repleto de hojas se alzaba majestuoso.
Bubur y su hermana nunca habían visto un árbol
con esas características, ni tampoco una playa llena
de flores, pero había algo más que les llamaba la
atención, junto al árbol, un pequeño cervatillo y
otros cuantos animales bebían agua ¡AGUA DEL
MAR!!.
Bubúr y su hermana se acercaron a la orilla junto al
árbol y los animalillos salieron corriendo.
---Te has fijado Alím, esos animales estaban
bebiendo agua salada---
Y Bubúr no había terminado de decir esto cuando
su hermana pequeña dio un buen sorbo de aquella
agua cristalina:
---Bubúr esta riquísima, pruébala, es dulce no es como
el agua del mar- dice Alím-
---No digas tonterías-contestó Bubúr. Eso es imposible,
es agua del mar, y todo el mundo sabe que el agua del
mar es salada.---
---ASI ES- dijo de pronto el árbol dando un buen susto a
nuestros amigos.--- el agua del mar es salada aunque
se puede desalar .no temáis, mi nombre es Ger, y soy
un gorgoé, el árbol mágico de los océanos, cada día al
llegar la tarde algunas de mis hojas caen al agua y
durante la noche absorben toda la sal que hay cerca de
ellas, después son arrastradas hasta la arena, donde se
convierten en esas flores que veis. ---
.
Bubúr y su hermana no podían creer lo que
estaban oyendo, durante un largo rato escucharon
la historia de los gorgoé, bebieron agua en
abundancia, y después corrieron a la aldea a
contarle a su padre, el rey Bizar, todo lo que habían
visto.
Al principio los mayores se reían de Bubúr y su
hermana, pero era tan grande el entusiasmo de los
niños que decidieron ir todos al lugar donde decían
los niños estaba aquel árbol mágico que hablaba y
purificaba el agua.
Y así es como a la mañana siguiente casi toda la
aldea llego a la playa cubierta de flores donde
estaba el gorgoé, todos se quedaron sorprendidos
al ver un lugar tan bonito y a aquel extraño árbol en
la orilla del mar.
Bubúr le dijo al árbol:
---Mira Ger, este es mi pueblo y este es mi padre, el rey Bizar.
---
---Hola Bizar, te saludo a ti y a tu pueblo,- respondió el
gorgoé. – todo lo que te han contado tus hijos es cierto, se que
sois buenas gentes y por eso nací aquí! ---
Los hombres se miraron incrédulos, entonces Alím se agacho
bebió agua y exclamo:
---Ven papá el agua es buena, es dulce, pruébala---
.
El rey en persona bebió agua y advirtió que ciertamente era
buena, entonces todos bebieron y celebraron aquel regalo
divino.
Paso el tiempo y la felicidad reinaba de nuevo en Cancahúy,
porque todos sus problemas con el agua habían desaparecido
gracias al gorgoé y a que sabían utilizarla con prudencia.
Pero pronto llegaron rumores de aquel árbol mágico
al temido emperador BimoK, de las lejanas tierras de
Tartor, esta había sido una tierra verde y abundante,
pero el malvado Bimok talaba todos los arboles para
construir barcos que luego cambiaba por oro, y sus
tierras estaban medio desiertas y secas; y como era
un emperador ambicioso y había oído que aquel
árbol proporcionaba todo el agua que uno quería,
decidió verlo con sus ojos y se dirigió a Cancahúy en
su barco con su ejército de soldados. Al llegar a la
orilla, los soldados de Bimok, cuyos grandes
músculos eran conocidos a lo largo y ancho del
océano, apresaron al rey Bizar y a todos los hombres
de Cancahúy, entonces el ambicioso Bimok, obligo a
Bizar a mostrarle aquel árbol del que tanto hablaban,
y el rey no tuvo más remedio que llevarles hasta
donde se encontraba el gorgoé.
Una vez allí el ambicioso Bimok bebió agua, y
pudo comprobar que aquellos poderes que
atribuían al árbol eran ciertos y exclamo:
---Soldados, arrancad este árbol y cargarlo en el
barco !!, nos lo llevamos a Tartor.---
---NO por favor se lo ruego- imploró el rey Bizar-
hace años que no llueve y este árbol nos ha
permitido sobrevivir, si se lo llevan volveremos a
quedarnos sin agua.---
Pero las suplicas del reino sirvieron de nada y el
emperador Bimok grito tras soltar una carcajada:
---En marcha soldado arrancaos el árbol ---.
Y el barco zarpo con el árbol a bordo sin
que los habitantes de Cancahúy
pudieran hacer nada para evitarlo.
Todos quedaron muy tristes mientras la
nave se alejaba llevándose al gorgoé.
PERO de pronto se levanto una terrible
tormenta y todos vieron las raíces del
árbol como si de los tentáculos de un
gigantesco pulpo se tratara, agitarse
violentamente y golpear el barco
zarandeándolo en el océano y como
castigo en unos segundos se partió por
la mitad, y el gorgoé se llevo la nave y
toda su tripulación a las profundidades
del océano.
Y como era que los habitantes de Cancahúy
siempre habían sido buenos y pacificas gentes
pronto volvieron a tener agua para beber,
porque en el lugar donde antes estaba el árbol
mágico, que como el viejo Ger, todas las
tardes dejaba caer sus hojas para que
absorbiera la sal de agua convirtiéndose en
flores.
Y desde entonces todos vivieron felices y
comprendieron que os gorgoé no se pueden
plantar donde uno quiere, si no que crecen allí
donde ellos eligen .