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Date post: | 02-Jul-2015 |
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LA LITERATURA MEDIEVAL (2ª parte): siglos XlV y XV
1. SOCIEDAD Y CULTURA EN LA BAJA EDAD MEDIA
A mediados del siglo Xll la sociedad medieval cambia notablemente por
diversos factores: la aparición de las ciudades, las cortes y las universidades.
Con el nacimiento de los primeros núcleos urbanos, llamados burgos,
habitados por artesanos y comerciantes, surge un nuevo grupo social, la
burguesía, que vive con cierta confortabilidad e incluso refinamiento. La
cultura y la literatura encuentran en esta clase un público antes
inexistente.
La aristocracia se hace cortesana, ya que una gran parte de la antigua
aristocracia feudal deja los
castillos y se instala en los
palacios urbanos,
formando una corte
jerárquica en torno al noble
de mayor rango. Esta clase,
que antes era guerrera, se
convierte en una clase ociosa y refinada. El cortesano se entretiene en
torneos, fiestas y competiciones de ingenio. La poesía es un ornamento
indispensable del perfecto caballero, que debe conocer también las
danzas, la caza, el juego o las conversaciones ingeniosas. La valoración de
la poesía llevó a que algunos nobles protegieran a los trovadores porque
daban prestigio en su corte.
Nacen las universidades en las ciudades más importantes y se convierten
en los focos culturales de la baja Edad Media. Universidades como La
Sorbona (París), Oxford y Salamanca nacen durante este periodo. La
cultura ya no es exclusiva de los clérigos y, junto a los ideales guerreros
caballerescos y religiosos, aparece el gusto por la belleza y el interés por lo
cotidiano.
La península Ibérica comparte con la Europa medieval los rasgos señalados
anteriormente. Pero recordemos que, además, se da como factor específico la
Reconquista, o sea la lucha contra los musulmanes.
La llamada Reconquista abarca un largo periodo en el que se suceden
momentos de duros enfrentamientos bélicos y etapas de pactos relativamente
pacíficas. Así, en amplias zonas de la península Ibérica conviven –y, a veces
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luchan- cristianos, judíos y musulmanes, y en las ciudades coexisten los barrios
cristianos con las juderías y las morerías. La coexistencia de las tres culturas
favoreció la entrada de influencias muy variadas; por ejemplo, obras de escritores
de la antigüedad griega y colecciones de cuentos orientales llegaron a través de
traducciones árabes. Asimismo, de esa convivencia derivan algunos temas y
actitudes sociales que caracterizan la cultura hispánica, como:
La abundancia de tema morisco.
La presencia de numerosos conversos o cristianos nuevos
(judíos convertidos al cristianismo o descendientes de judíos).
Los escritores conversos suelen mostrar una actitud crítica
hacia una sociedad que los desprecia por sus orígenes.
Sentimiento de orgullo y superioridad de los cristianos viejos frente
a los cristianos nuevos o conversos. Esa actitud se manifiesta, por ejemplo,
en los villanos del teatro del siglo XVll.
Por último, debe recordarse que en la Edad Media adquirieron mucha
importancia para el intercambio cultural las rutas de peregrinos, como la del
Camino de Santiago, por donde entraron numerosas influencias europeas.
2. LA NARRATIVA EN PROSA EN EL SIGLO XlV: EL CONDE LUCANOR ,
DE DON JUAN MANUEL
El conde Lucanor se considera la primera prosa narrativa de autor en
castellano. Aunque los cuentos que aparecen en el libro procedan en su mayoría
de la tradición oriental o romana, don Juan Manuel es el primer escritor con
voluntad y conciencia de crear un estilo literario personal, que persigue sobre
todo la precisión. Como exigía el género en esta época, los cuentos tienen una
finalidad didáctica, aparecen para extraer de ellos una lección moral.
La estructura de las narraciones o ejemplos sigue siempre un mismo
esquema:
- El conde Lucanor plantea a su criado Patronio algún problema.
- Patronio responde que sobre el mismo tema conoce un ejemplo o
cuento que lo explica; de esa narración se deriva una enseñanza.
- Se dice muy brevemente que el conde puso en práctica el consejo y
le fue bien.
- El autor resume la idea didáctica en una moraleja
Los temas que plantea don Juan Manuel reflejan, en conjunto, las
preocupaciones de los aristócratas de la época, como pueden ser el
mantenimiento del prestigio y de la riqueza o el comportamiento moral
y social que deben seguir los nobles.
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3. LA LITERATURA DEL SIGLO XV
El siglo XV se define por su carácter de transición entre Edad Media y Edad
Moderna; es una época de profundos cambios en la que perduran elementos
medievales y nacen otros que anuncian lo moderno o renacentista. La conciencia
de crisis provoca un sentimiento de inseguridad y pesimismo, ya que el mundo se
concibe como un caos regido por el azar, o por la diosa Fortuna, la alegoría más
representativa de la época. El periodo ha sido llamado “el otoño de la Edad
Media”, expresión que manifiesta la crisis de los valores medievales, la
descomposición de una sociedad que se había basado en la estricta división de los
estamentos sociales, el poder de la Iglesia y los ideales religiosos y caballerescos.
3.1 Factores que configuran la cultura del XV
La sociedad europea del siglo XV se caracteriza por el crecimiento de
las ciudades y el desarrollo comercial, que favorece el conocimiento de
nuevas culturas y el enriquecimiento de una burguesía que imita las
maneras y los gustos de la nobleza. Al mismo tiempo, en las cortes y en
las ciudades se extiende el prestigio de la cultura, protegida por una
nueva nobleza; en torno al ambiente cortesano surge gran parte de la
literatura culta de la época.
Humanismo. Una nueva corriente de pensamiento inspirada en el
modelo clásico que nació en Italia a mitad del siglo XlV y se extendió
por Europa en los siglos XV y XVl. Proponía una cultura basada en el
desarrollo del ser humano como individuo y como ciudadano, y
valoraba las actitudes intelectuales y morales de la antigüedad . El
humanismo suponía el dominio de las lenguas y las literaturas griega y
latina. En la literatura, la influencia del humanismo se dio, sobre todo, a
través de los escritores italianos Dante, Petrarca y Boccacccio. En
España, el humanismo tuvo una gran acogida en el siglo XV, en el
Renacimiento.
Prestigio de las lenguas vulgares. De esta actitud derivan las
traducciones de libros religiosos a las lenguas vulgares –en latín hasta
entonces-, la aparición de las primeras gramáticas y el interés por la
literatura tradicional. En España esta corriente queda reflejada en la
Gramática de la lengua castellana, que Antonio de Nebrija publicó en
1492.
Las cortes palaciegas se convierten en focos culturales y los nobles
mecenas protegen a los hombres cultos.
Invención de la imprenta. Supuso un cambio radical en la difusión de
libros, hasta entonces
reservados a una minoría
aristocrática o religiosa. Sin la
imprenta no se entiende el
éxito de géneros como las
novelas sentimentales o de
caballerías que llegaron a un
público muy amplio, en gran parte femenino.
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En la península Ibérica, durante los dos primeros tercios del siglo, en la
Castilla de los Trastámara se vivió un clima de inestabilidad, con
guerras civiles, conflictos dinásticos, rebeliones de la nobleza y
revueltas campesinas. El ambiente de crisis contrasta con el esplendor
aristocrático de las costumbres sociales, que se refleja por ejemplo en la
moda de lo caballeresco de fiestas y torneos. A partir del último tercio,
los Reyes Católicos sumaron los reinos de Castilla, Aragón y Navarra,
liquidaron los restos del feudalismo e impusieron una monarquía
autoritaria y centralista que dominó a la nobleza y a la Iglesia; en 1492
acabaron la Reconquista, expulsaron a los judíos e instauraron la
Inquisición.
3.2 La lírica
Lírica culta. Recoge el tema del amor, a menudo como amor cortés, y temas
didáctico-morales, con estilo que imita la
lengua latina. El poeta más destacado es
Jorge Manrique. Jorge Manrique fue uno de los últimos
representantes de la aristocracia guerrera, en la
que aún pervivían muchos ideales medievales, y
un hombre culto como exigía el modelo humanista.
Él escribió las Coplas a raíz de la muerte de su
padre, don Rodrigo; el poema es una elegía, una composición que expresa
dolor
COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE
1. TEMA
Desarrollan el tema de la muerte. Parten de una meditación genérica
sobre la fugacidad de la vida y acaban presentando la muerte del padre
del poeta. El progreso de lo general a lo particular acentúa la
emotividad del final.
El tema de la muerte fue muy frecuente en la Edad Media; desde la
perspectiva cristiana, la muerte era vista como liberadora, ya que abría
las puertas a la vida eterna. Pero en los siglos XlV y XV, lo habitual era
presentar a la muerte como un personaje terrorífico (un esqueleto con
una guadaña) que iguala a todos ante su poder.
En general, el poema de Manrique se inscribe en la visión medieval,
pues exalta los valores espirituales que no perecen, y los contrapone a
los caducos bienes terrenales. Pero Manrique ofrece una novedad:
presenta un tema muy tratado anteriormente con una visión serena,
exenta de cualquier tono macabro desagradable.
2. ESTRUCTURA
40 estrofas de 12 versos: copla de pie quebrado, formadas por una
sextilla doble de versos de ocho y cuatro sílabas, llamada desde
entonces manriqueña en honor al poeta.
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Por los temas que trata la obra se organiza en tres partes:
- Reflexión sobre la fugacidad de la vida y la certeza de la
muerte. Recrea los temas clásicos tempus fugit “el tiempo
pasa” y memento mori “recuerda que vas a morir. Ambos
motivos van ligados inevitablemente a la reflexión sobre la
vanidad de las cosas terrenales, es decir, lo inconsistente y
efímero de los bienes mundanos.
- Evocación emotiva y nostálgica del pasado.
- Individualización en torno a la figura del padre, don Rodrigo,
presentado como ejemplo por sus virtudes y hazañas, su
resignación cristiana y su serenidad ante la llegada de la
muerte. Su padre morirá, pero la muerte le dice que
perdurará su fama.
3. ESTILO
Es sencillo y antirretórico. La naturalidad del lenguaje contrasta con la
gravedad del tema; quizás sea esa combinación de sencillez y profundidad
la que hace de Manrique un escritor especialmente valorado por los poetas
posteriores.
4. SENTIDO DE LAS COPLAS
Recoge la sensibilidad del final de la Edad Media, mientras que la figura de
su padre, el protagonista del poema, encarna las virtudes caballerescas y
cristianas medievales. La obra refleja las contradicciones de la época
cuando expresa la tensión entre la concepción cristiana medieval y una
nueva sensibilidad, más receptiva a la belleza de la vida. Mientras que la
primera infravalora los bienes terrenales por efímeros, el amor a la vida
subyace en la nostalgia por la brillantez del mundo desaparecido,
nostalgia que se intensifica cuando el poeta evoca el esplendor del pasado
más cercano. Asimismo, la obra presenta rasgos prerrenacentistas, como la
valoración de la fama (despreciada anteriormente) y la delicadeza y
elegancia con que trata el tema de la muerte
El romancero.
El prestigio de los romances va unido a la valoración de lo tradicional, que
nace hacia finales del sigloXV. Los poetas cultos y los cortesanos se
interesan por las canciones que se transmitían oralmente, al margen de la
poesía culta, y las incorporaron a los cancioneros musicales, que recogen
letra y música, y se usaban para cantar en las cortes.
Según su origen, se distinguen romances viejos y nuevos. Los romances
viejos son los romances anónimos que se transmitían de forma oral y que
por eso presentan variantes de un mismo poema; en el siglo XV tuvieron
una gran difusión. Algunos de esos romances tratan sobre los mismos
temas que los cantares de gesta perdidos. Los romances nuevos son las
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composiciones hechas por autores conocidos a imitación de los anteriores.
Los romanceros incluyen romances viejos y nuevos.
El romance es una composición lírico-narrativa, creada para ser cantada,
formada por versos octosílabos que riman en asonante los pares, mientras
quedan suelto los impares. Asimismo, es una composición lírico-épica, es
decir, cuenta una pequeña historia combinando recursos propios de la
lírica y de la épica. De raíz lírica es el lenguaje expresivo o emotivo, como
las exclamaciones, interrogaciones, diminutivos, repeticiones y la sintaxis
sencilla; de la épica, el romance toma el lenguaje arcaizante, muy alejado
del coloquial, así como apelaciones al público, cambio del punto de vista
narrativo (narración, diálogo, monólogo…), epítetos épicos, uso especial de
las formas verbales, etc.
3.3 La prosa en el siglo XV
El desarrollo de la prosa castellana sigue los modelos de la época: auge de
las novelas idealistas y de la sátira de costumbres.
En la novela idealista triunfaron las novelas sentimentales que
desarrollan el esquema del amor cortés (un enamorado rendido a
los pies de la dama que se convierte en un “siervo” de amor, una
relación casi imposible, una enamorada inalcalzanble…). El siglo XV,
también, es el comienzo del auge de las novelas de caballerías, la
más importante es Amadís de Gaula, representa a caballeros
maravillosos, educados, enamorados, valientes… casi maravillosos.
Prosa didáctica. La obra más representativa es el Corbacho, sátira
que trata del amor desde una perspectiva cristiana y anticortesana
e incorpora numerosos tópicos misóginos (prejuicios contra las
mujeres) muy comunes de la época.
3.4 La Celestina
En el siglo XV surge un teatro para ser leído, a imitación de la comedia
humanística, modalidad a la que pertenece La Celestina.
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Acto I
Calixto, de noble linaje, entra en el huerto de Melibea
persiguiendo un halcón. Presa de súbito y profundo
enamoramiento, al ver a Melibea, se lo manifiesta; pero ella le
rechaza. Ya en casa, se muestra abatido y pesaroso.
Aconsejado por sus criados, Sempronio y Pármeno, recurre a
la vieja Celestina que se presta a ablandar el corazón de
Melibea.
Actos II a XIV
Celestina visita a Melibea y consigue, con astucia, interesarla
por Calixto. Sempronio y Pármeno, que tienen amores con
Elicia y Areúsa, jóvenes pupilas de Celestina, desean parte de
las recompensas que Celestina ha ido recibiendo de Calixto.
Calixto logra el amor de Melibea casi al mismo tiempo que
Sempronio y Pármeno, después de discutir con Celestina por
las ganancias obtenidas, la matan y, a los gritos de Elicia,
viene la justicia que prende a los asesinos.
Tristán y Sosia, otros dos criados de Calixto, le cuentan que el pueblo, indignado, dio muerte
también a Sempronio y a Pármeno cuando eran conducidos por los alguaciles. Calixto lo lamenta;
pero pronto lo olvida, atento a su propia felicidad.
Actos XV a XIX
Elicia y Areúsa conciertan con Centurio, nuevo galán de ésta, vengar las muertes de Celestina,
Sempronio y Pármeno, de las que hacen responsable a Calixto. Pleberio y Alisa, padres de Melibea,
ignorantes de los amores de su hija, piensan que ha llegado el momento de casarla. Areúsa se
entera por Sosia de las repetidas entrevistas nocturnas que Calixto y Melibea tienen en el huerto de
ésta y Centurio manda allí gente con armas. A las voces de Sosia, Calixto sale precipitadamente,
pero, al no estar en el muro la escala que había utilizado para subir, se despeña y muere.
Actos XX a XXI
Melibea, desde lo alto de la torre de su casa, cuenta a su padre sus amores, el trágico fin de Calixto y,
sin esperanza de felicidad, se despeña también, para tener la misma muerte que Calixto. La obra
termina con el llanto de Pleberio ante el cadáver de su hija quejándose del poder y de los
lamentables efectos del amor.
1. EL AUTOR Y SU ÉPOCA
Fernando de Rojas fue un hombre de leyes, converso. Según sus primeras
declaraciones, encontró escrito el primer acto de la obra y la acabó “en quince
días de vacaciones”.
A finales del XV, en las ciudades, el clima vital era ya renacentista, ajeno a los
ideales caballerescos y cristianos que reflejan las Coplas de Manrique. La
Celestina ofrece una visión pesimista, de desorientación moral y social, que
era común a muchos escritores de la época y más acentuada, si cabe, entre los
conversos. Fernando de Rojas representa el escritor moderno, universitario y
urbano, que no procede de la aristocracia ni de la cultura eclesiástica.
2. PERSONAJES
Son realistas y evolucionan a lo largo de la obra. En conjunto, parece que
todos son arrastrados por las pasiones: Calisto y Melibea actúan movidos por
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el amor, mientras que la codicia domina a Celestina y a los criados. Sin
embargo, cada uno de ellos muestra matices variados, como ocurre con las
personas: son personajes diferenciados que no responden a los modelos
literarios anteriores. Un rasgo renacentista y novedoso de la obra es que los
personajes comparten un fuerte individualismo y una visión del mundo
pagana y trágica: no se sienten culpables, sino víctimas de la caprichosa
Fortuna que rige sus destinos. Por ello, ofrecen una visión pesimista y
desolada, pues presentan el mundo como un caos.
3. TEMAS
Combina los tres temas del momento: fortuna, amor y muerte. La
fortuna, el azar, mueve a los personajes mediante las pasiones y les
conduce hacia la muerte. Sin embargo, junto a esta visión del mundo
como un caos, el argumento encadena los acontecimientos con una
sólida lógica causa-efecto. Así, el final se presenta como algo inevitable,
lo que aumenta el tono trágico de la obra. La fuerza de la pasión
amorosa mueve a Calisto y Melibea, la codicia empuja a los criados y a
Celestina, y todos van hacia la muerte víctimas de un destino
incomprensible.
Fernando de Rojas dijo que había escrito la obra para “prevenir a los
locos enamorados que, vencidos por su desordenado apetito, a sus
amigas llaman e dizen ser su Dios” y para avisar “contra los engaños de
las alcahuetas y de los malos sirvientes”. En ese sentido, la intención
moralizadora parece clara, como en la literatura medieval, ya que
presenta la muerte de los personajes como un castigo divino por su
rebelión contra las normas morales de la época. Sin embargo, aparecen
al mismo tiempo otros aspectos del texto que no son moralizantes, sino
que reflejan la influencia renacentista y el pesimismo del siglo XV: el
individualismo de los personajes, la visión pagana y el sentido trágico,
la sensualidad de ciertas escenas y la inclusión de un suicidio que no se
condena. Esta visión global del mundo se resume en el monólogo del
padre de Melibea que cierra el libro.
4. ESTILO
Es el más variado de su época. En general, cada personaje habla como le
corresponde desde una perspectiva realista. Por ejemplo, la clase alta –Calisto,
Melibea y sus padres- refleja el habla culta de la época, más retórica en el
joven Calisto; los criados y las prostitutas, en cambio, usan el habla viva de la
calle, espontánea y coloquial. Celestina, como la vida le exige, es el personaje
que se mueve entre esos dos ambientes y se adapta con gran facilidad a las
diferentes situaciones: es retórica con Calisto y emplea el lenguaje popular con
sus compañeras y con los criados.
Planto de Pleberio PLEBERIO.—¡Oh Fortuna variable, ministra y mayordoma de los temporales bienes! ¿Por qué no ejecutaste tu cruel ira, tus mudables ondas, en aquello que a ti es sujeto? ¿Por qué no destruiste mi patrimonio? ¿Por qué no quemaste mi morada?
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¿Por qué no asolaste mis grandes heredamientos? Dejárasme aquella florida planta, en quien tú poder no tenías. Diérasme, fortuna fluctuosa, triste la mocedad con vejez alegre; no
pervirtieras el orden. Mejor sufriera persecuciones de tus engaños en la recia y robusta edad, que no en la flaca postrimería. ¡Oh vida de congojas llena, de miserias acompañada! ¡Oh mundo, mundo! Muchos mucho de ti dijeron, muchos en tus cualidades metieron la mano; a diversas cosas por oídas te compararon. Yo por triste experiencia lo contaré, como a quien las ventas y compras de tu engañosa feria no prósperamente sucedieron, como aquel que mucho ha hasta ahora callado tus falsas propiedades por no encender con odio tu ira, porque no me secases sin tiempo esta flor que este día echaste de tu poder. Pues ahora, sin temor, como quien no tiene qué perder, como aquel a quien tu compañía es ya enojosa, como caminante pobre que sin temor de los crueles salteadores va cantando en alta voz. Yo pensaba en mi más tierna edad que eras y eran tus hechos regidos por algún orden; ahora, visto el pro y la contra de tus bienandanzas, me pareces un laberinto de errores, un desierto espantable, una morada de fieras, juego de hombres que andan en corro, laguna llena de cieno, región llena de espinas, monte alto, campo pedregoso, prado lleno de serpientes, huerto florido y sin fruto, fuente de cuidados, río de lágrimas, mal de miserias, trabajo sin provecho, dulce ponzoña, vana esperanza, falsa alegría, verdadero dolor. Cébasnos, mundo falso, con el manjar de tus deleites; al mejor sabor nos descubres el anzuelo: no lo podemos huir, que nos tiene ya cazadas las voluntades. Prometes mucho, nada cumples. Échasnos de ti, porque no te podamos pedir que mantengas vanos prometimientos. Corremos por los prados de tus viciosos vicios muy descuidados, a rienda suelta; descúbresnos la celada cuando ya no hay lugar de volver. Fernando DE ROJAS
La Celestina
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Cuadro-resumen
Siglo XlV
Momento literario:
Baja Edad Media
Narrativa en prosa:
El Conde Lucanor . Don Juan Manuel
Siglo XV
Momento literario: Baja Edad Media. Transición entre
Edad Media y Renacimiento.
Comienzo del Humanismo
Lírica: Culta: Jorge Manrique, Coplas a la
muerte de su padre
Romancero
Prosa Novela idealista:
- Novelas sentimentales
- Novelas de caballería
Novela didáctica
Comedia humanística (teatro para ser
leído)
La Celestina