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ACERCAMIENTO A LAS DINÁMICAS Y LÓGICAS DE ASPHOR RI ONEGRO, COMO MOVIMIENTO CAMPESINO DE RESISTENCIA SOCIAL, CU LTURAL
Y ECONÓMICA
Un enfoque a la desagrarización 1
Diego Andrés Naranjo Montoya
Viviana Patrícia Sánchez Henao
RESUMEN Este ejercicio investigativo, expone la problemática de desagrarización, mirada desde una perspectiva que visualiza la importancia de la asociatividad, como proceso de resistencia ante el fenómeno económico planteado, donde se tendrá la asociación de Horticultores de Rionegro -ASPHOR- como universo de estudio, y desde esta, se dará cuenta del proceso de formación de las asociaciones y las diversas condiciones que llevaron a su planteamiento. Sin perder de vista además la manera en que opera (ASPHOR), la importancia social y la forma en que interactúa con los diferentes actores gubernamentales y no gubernamentales durante todo el proceso histórico estudiado. Este ejercicio investigativo, realizado desde un diseño cualitativo con una metodología basada en la observación participante, con la cual se realizo el acercamiento pertinente a los actores relacionados con la problemática, que cuestiona las formas de resistencia ante el proceso histórico-social de desagrarización que se ha desatado en Rionegro, el cual empezó como un fenómeno incentivado por dinámicas culturales, y luego adquirió mayor fuerza con la implicación de dinámicas económicas en el fenómeno. Así pues lo que se muestra en este informe, son los resultados obtenidos directamente desde las voces que han vivenciado la desagrarización, las voces que han hecho parte del proceso de resistencia a través de la asociatividad, y las interpretaciones y conclusiones dadas por los investigadores de los descubrimientos obtenidos. Palabras claves: Asociatividad, resistencia, desagrarización, campesinos, Rionegro.
1 Este trabajo es el resultado de un ejercicio investigativo, durante el curso del diseño cualitativo I y II, pregrado en sociología, realizado durante el periodo de febrero a noviembre de 2010, con la asesoría de la profesora Andrea Lissett Pérez Fonseca, docente de sociología Universidad de Antioquia.
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INTRODUCCIÓN
Los procesos que se han venido dando en las últimas dos décadas, con mayor
intensidad, evidencian la problemática de desagrarización en el Oriente
Antioqueño, pero sobretodo en la sub-región del Altiplano. Nuestra
investigación se enfocó en analizar la Asociación de Horticultores de Rionegro -
ASPHOR- con la intención de visualizar los procesos de resistencia a las
nuevas dinámicas económicas y culturales, que se vienen dando a través de la
movilización de las diferentes organizaciones como esta, generando además,
dinámicas de solidaridad y apoyo que se encuentran en los grupos
organizados.
Rionegro como perteneciente a la zona del Altiplano del Oriente antioqueño, y
al igual que esta región, conforman un corredor territorial, que conecta a
Bogotá la capital del país, con Medellín la segunda ciudad económicamente
más importante de Colombia, siendo la cercanía al Valle de Aburra, lo que
impulsa el crecimiento poblacional y el cambio de usos de suelos. Así pues se
genera todo un proceso de planeación del territorio por los diferentes actores
externos a él, olvidando los verdaderos intereses de la población local y
sobreponiéndolos por los intereses externos de los principales poderes
económicos y estatales del país.
A partir de un diagnostico a priori sobre la situación social, cultural y
económica, actual del campesino, se detecta falencias y actos de
marginalización para esta población especifica, por parte de los entes
administrativos y diversos grupos económicos y sociales, los cuales toman
decisiones de acuerdo a sus intereses, sin tener en cuenta las necesidades y
los intereses de la comunidad campesina. Por lo anterior surge el
cuestionamiento sobre, si hay algún tipo de organización en la comunidad
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campesina marginada, que de alguna manera haga resistencia a estos nuevos
procesos relacionados con la globalización y que borran la importancia de la
identidad rural.
A partir de diferentes circunstancias, explicadas en la presente investigación,
se ha generado un crecimiento urbano en Rionegro mediante de proyectos
expansivos que implican una conurbación del sector rural, lo que genera mayor
impedimento territorial para generar procesos y dinámicas agrarias; esto ha
traído consigo un cambio estructural en las dinámicas económicas, lo que ha
llevado a que el municipio cambie su tradicional vocación agrícola, para pasar a
una vocación industrial, comercial y de turismo. Esto se ve representado en un
cambio del uso del suelo rural, y a la vez un cambio ocupacional de los
trabajadores del agro; donde los nuevos usos del suelo son dedicados a
actividades turísticas y a parcelaciones, las cuales aunque se desarrollan en
espacios rurales, no vinculan actividades agrarias, desplazando a la población
campesina tradicional, haciendo que vendan sus tierras, por los altos costos de
servicios e impuestos, los cuales los campesinos no tienen la capacidad de
asumir.
Aunque en la actualidad se realizan esfuerzos tanto por parte de las nuevas
asociaciones que hacen resistencia a la desagrarización, y por la alcaldía
municipal, con apoyo a ferias y subsidios para la población campesina, los
esfuerzos no han sido suficientes, pues el costo de la tierra sigue en aumento y
los pocos trabajadores agrícolas que quedan no pueden con estos, además de
que se ven presionados hacia la venta de tierras, por parte de sus nuevos
vecinos parcelarios. En la actualidad podemos notar como ya no hay una
diferenciación entre lo rural y lo urbano, ya que prácticamente las zonas rurales
están trabajando, con los emigrantes citadinos al lado, generando tensiones y
presión para los pocos trabajadores agrícolas que quedan en sus tierras.
La situación que se viene presentando en el municipio de Rionegro es
preocupante, pues no solo se trata de la desaparición de una cultura, sino que
este problema trae consigo pobreza para la población local del municipio,
además de migraciones sin oportunidades, ni garantías, que son vistas como
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favorables para determinado gremio, ya que esto genera mayor cantidad de
mano de obra barata. Se puede ver como este nuevo desarrollo urbanístico del
municipio no ha generado oportunidades propicias para la población rionegrera,
y este auge industrial y económico, ha sido aprovechado más por los
habitantes del Valle de Aburrá que por la población local, los cuales han
impuesto las reglas y sus modos de vida, y se ha empezado a planear a
beneficio y gusto de ellos. Con estos intereses de por medio resultaría casi
imposible que el sistema agrícola sobreviviera a estas nuevas dinámicas, ya
que en los nuevos modelos de desarrollo no representa un factor importante, lo
que lo llevaría a su desaparición, por ello resulta importante la organización
campesina, en defensa a sus labores agrícolas tradicionales y de su sustento
de vida.
Rionegro en el paso de pueblo a ciudad intermedia, plantea unas nuevas
dinámicas económicas similares a las grandes urbes del país como Medellín,
donde la mayoría del producto económico surge de la producción industrial y el
comercio; obligando a Rionegro a quedar dependiente de la producción del
sector primario que se da en las regiones cercanas, como los alimentos,
minería, madera y demás, lo que resulta preocupante ya que Rionegro cuenta
con las condiciones físicas para hacer potencialmente productor y lograr
satisfacer sus propias necesidades, sin tener que depender, en este sector
económico, de los municipios vecinos.
Tras un rastreo detectamos varias organizaciones que asociaban los intereses
de los campesinos de diferentes sectores del Oriente Antioqueño, y mediante
un proceso de delimitación se opto por analizar las asociación de productores
de hortalizas de Rionegro (ASPHOR), en busca del objetivo principal que
cuestiono el proceso socio-histórico que permitió que se dieran las condiciones
y dinámicas actuales en las que se desarrollan las labores de los campesinos,
pertenecientes a la asociación ASPHOR haciendo resistencia a los procesos
de desagrarización en el municipio de Rionegro.
A partir de este ejercicio investigativo se pretende es generar un material que
alimente la construcción teórica de la problemática de la desagrarización en el
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oriente Antioqueño, con la intención de generar un registro del fenómeno que
alcance unos niveles básicos de reflexión sobre el tema en todo aquel que se
acerque a este documento, con el cual se pueda generar un cambio de
conciencia que aumente el interés frente a la vida agraria.
GENERALIDADES DEL TERRITORIO RIONEGRERO
La localización de nuestra área de estudio se centra en el municipio de
Rionegro, el cual junto con otros 25 municipios hace parte de la región del
Oriente Antioqueño. Esta región ocupa el 13% del área del departamento de
Antioquia, se divide en 5 subregiones: La Subregión Aguas o embalses, la
Subregión Bosques, la Subregión Páramo, y finalmente la Subregión Valles de
San Nicolás o más comúnmente conocida como Altiplano, de esta última hace
parte Rionegro junto con otros 8 municipios.
Rionegro cuenta con una extensión territorial de 198 kilómetros cuadrados, en
la actualidad posee 35 veredas, aproximadamente 9 de ellas ubicadas en el
sector sur del municipio, sector que ha presentado mayor problemática de
desagrarización durante los últimos años, en el sector norte se ubican
aproximadamente 9 veredas y finalmente en el sector centro 10 veredas, en
estos dos últimos sectores es donde se encuentra ubicado el distrito agrario
del municipio que representa 4704.42 hectáreas del territorio; el distrito agrario
se encuentra ubicado muy cerca de la zona Industrial del municipio. Además el
municipio cuenta con una zona de manejo agropecuario que es destinado a
las empresas que se dediquen a la administración de la producción,
distribución y comercialización de los productos agrícolas de los suelos
dedicados a la agricultura, la cual cuenta con un aérea de 4629.67 hectáreas.
Un aspecto, que se mantuvo constante en la información recolectada durante el
ejercicio investigativo, fue el predominante uso de la división de Rionegro por
sectores. De esta manera las personas a las que entrevistamos siempre hacían
referencia a tres sectores, a partir de los cuales se dio un registro geográfico de
las lógicas y dinámicas que ha mantenido el fenómeno de desagrarización en
el municipio de Rionegro.
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Sin embargo, este mapeo geográfico no es muy representativo del imaginario
común de los rionegreros, sobretodo de los habitantes del casco urbano. Esta
división cobra más sentido para los campesinos y es un instrumento técnico,
para el manejo catastral de la administración del municipio, que ha dividido el
territorio rionegrero en sector sur, centro y norte.
El sector sur, la zona más parcelada2, es donde mayor presencia del fenómeno
de desagrarización se ha generado. El precio del metro cuadrado en este
sector del municipio es uno de los más caros del departamento, pues el costo
del m2 está alrededor de 180.000 pesos con vocación comercial y con
valoración residencial oscilan entre 80.000 y 42.000 pesos (Rionegro, 2010:
179). Para los sectores centro y norte la mayor problemática no es los
parcelarios, sino la industria pesada asentada en el corredor de la autopista. A
partir de las charlas con los entrevistados se nota la preocupación por la
tendencia que se está dando, donde el sector centro y norte están siendo
influenciados por las lógicas de desagrarización, dadas en mayor medida en el
sector sur del municipio.
CONTEXTO DEL FENÓMENO DE LA DESAGRARIZACIÓN EN RION EGRO
Las tendencias marcadas que definen la dicotomía entre comunidad-sociedad,
rural-urbano, local-global y tradicional-moderno, han determinado las lógicas
sociales y el camino a seguir, definiendo cuales son las rutas adecuadas para
el progreso de la humanidad y cuáles son las rutas inadecuadas, logrando en
algunos casos satanizarlas. Lógicamente este proceso está enmarcado por la
modernidad, la cual en muchos de sus aportes, para generar un cambio en la
concepción cosmológica que tiene el individuo, logro incluir un desprecio por
todo aquello que no fuera “moderno”, todo lo que no generara progreso y
estuviera ligado a concepciones no secularizadas a partir de la ciencia y la
2 Cundo nos referimos a parcelaciones en este informe, hacemos referencia a las que son habitas por los
habitantes no tradicionales, o las que son usadas por los veraneantes. Quedando claro que no nos
referimos a las parcelas que son cultivadas a partir de sistemas latifundistas o minifundistas, ya que para
estas utilizaremos el adjetivo de fincas productoras.
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razón como única verdad. Así pues, se da un proceso de colonización cultural
euro-céntrico en todo el mundo, que afecta todos los estilos de vida con los que
hace contacto.
Aunque la modernidad logra romper muchas de las ataduras y negación de
derechos que el hombre ha cargado a través de la historia, en nombre de la
modernidad y del progreso también se han cometido fuertes atentados contra
diversos estilos de vida que no se acoplen con esos modelos.
El movimiento en pro de la modernidad determinó como ideal la vida en
sociedad; la sociedad de Hobbes, enmarcada en el acuerdo racional, llamado
comúnmente “contrato social”. Lógicamente, esta sociedad estaría planteada
para desmeritar las vidas que tienen unas dinámicas tradicionales como son las
formas o estilos de vida en comunidad, las cuales resalta Tonnies, ya que para
él, la comunidad está dada por las relaciones básicas entre madre-hijo,
conyugales y entre hermanos, que son las bases de la vida en comunidad,
mientras que en el tránsito de la comunidad a la sociedad se genera un
proceso de individualización donde la unión deja de ser por vínculos
sanguíneos para convertirse en relaciones económicas. Es este el fundamento
teórico que hoy da cuenta de la pérdida de la solidaridad entre las relaciones
parcelarias de los veraneantes que han llegado al territorio rionegrero.
Las formas agrarias han sido necesarias en todo el proceso de industrialización
de la mayoría de los casos europeos, ya que en determinado momento fueron
las actividades económicas agrarias las que permitieron generar excedentes
monetarios, dando la posibilidad de ahorrar, además de que gracias a las
actividades agrarias dadas en la vida rural, se generaron también excedentes
de producción alimentaria con la cual se pudo empezar a mantener el
sostenimiento de poblaciones cada vez más grandes que se aglutinaban en los
centros urbanos que se fueron formando. Pero, actualmente, a partir de la
generación de la famosa revolución verde, se consideró la vida rural como
innecesaria, ya que el producido alimenticio que genera la vida rural fue
encargada a la agroindustria, la cual a través de avances químicos y
tecnológicos, empezó a producir más en menor tiempo y costo. No obstante, a
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partir de múltiples investigaciones, se ha evidenciado cantidad de
problemáticas sociales y ambientales que producen las prácticas dadas por la
revolución verde.
La acción racionalmente económica de generar mayor ganancia a menor costo,
que aplica perfectamente en la revolución verde, no tiene en cuenta análisis
profundos que evidencian las problemáticas sociales y económicas que se dan
al aplicarla en la vida rural, pues, deriva en un desarrollo destructivo, como el
que estamos evidenciado en este trabajo, generando perjuicios no solo en la
vida rural sino también urbana. Sin embargo, estas lógicas son dominantes en
los procesos de industrialización dados en Latinoamérica, que han copiado las
formulas que se han aplicado en Europa, dando paso a procesos traumáticos
de desagrarización en las comunidades rurales de este continente.
Este proceso también se está dando en Colombia, de diversas maneras en las
regiones y localidades, donde el Municipio de Rionegro podría verse como uno
de los puntos más coyunturales, y las capitales del país como centros que han
cumplido el proceso de desagrarización en la mayoría de su territorio. Si
observamos censos nacionales de población, realizados en Colombia desde
1938 y comparándolo con censos actuales, podríamos observar las tendencias
de urbanización en el país, con diferentes variaciones en cada localidad.
Para el censo del 2005, el 74.35 % de la población es urbana y el 25.65 % es
rural, mostrando un cambio significativo mediante la preponderancia en lo
urbano en comparación con las estadísticas demográficas de los años
anteriores. Además, el censo del 2005 mostró que en las viviendas rurales, el
73.4 % no tenían actividad agropecuaria (DANE, 2008: 469), sea porque sus
dueños sólo utilizan la finca como parcela de recreo o los habitantes de la finca
ejercen alguna actividad económica diferente o tuvieron una migración parcial3.
Rionegro, por su parte, data en el censo del 2005 con 64.652 habitantes en la
cabecera municipal y 35.850 habitantes en resto, sumado 100.502 habitantes
3 Con migración parcial hacemos referencia a las familias rurales que aunque siguen viviendo en
territorio rural, se desplaza para generar actividades económicas diferentes a la agraria, ya sea en un
centro urbano cercano o en el mismo sector, generando interacción con las dinámicas urbanas.
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para este entonces, lo que presupone un 64.32% de habitantes urbanos y un
35.67% de habitantes rurales.
El caso de Rionegro es resultado de determinadas circunstancias y decisiones
administrativas, entre ellas, la más importante, podría ser la conexión vial de
Medellín con Rionegro, a partir de la construcción de la carretera Santa Elena
que entró en servicio en 1929, a lo cual le prosiguió la autopista Medellín-
Bogotá inaugurada en 1978. Aunque este mega-proyecto tuvo un impacto
positivo en lo que respecta al desarrollo económico en la región, con la mejoría
en la conexión con la capital del departamento y generando el acceso a nuevos
servicios como el educativo, también trajo consigo problemáticas sociales como
la degradación del paisaje, traumatismo en las tradiciones económicas y
culturales de los municipios que son atravesados por la carretera,
especialmente, Guarne, Marinilla, Rionegro y el Santuario. Además de la
elevación del costo de la tierra y aumento en la contaminación auditiva, visual y
ambiental, en general, causada por el incremento del tráfico.
Por su parte, la construcción del aeropuerto internacional José María Córdoba
en el territorio Rionegrero, trajo consigo el aumento del costo de la tierra del
sector sur en el municipio, por la especulación del costo de esta y su validación
en las lógicas catastrales, que generaron aumento en los impuestos y en los
servicios y causaron la expulsión progresiva de campesinos productores,
tradicionales del sector.
Normalmente, estos procesos de desarrollo son visitos como positivos,
olvidando el aspecto traumático que generan y las consecuencias negativas
con las que llega, tales como el incremento de la inseguridad, plasmada en
violencia y robos, pues a partir del incremento poblacional, se empiezan a
generar simultáneamente poblaciones superfluas.
Las transformaciones culturales
Entre los diversos criterios que los especialistas han utilizado para decir si un país debe ser considerado o no como subdesarrollado, el del predominio
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del sector agrícola es tomado por todos como un factor de primer orden (Stavenhagen. 1970: 9).
La anterior cita ejemplifica claramente las formas peyorativas que se le han
adjudicado a la población campesina productora a través de la historia. Desde
el principio de la conformación de las sociedades modernas han sido las
sociedades agrarias las menos favorecidas en determinación de las clases
sociales, siendo el trabajo agrario uno de los más necesarios a la hora de
establecer grandes aglomeraciones urbanas y territorios nacionales, pero a su
vez ha sido el trabajo agrario uno de los menos re contribuidos
económicamente.
En Colombia, específicamente, el campesino se ha mirado como un gremio,
subdesarrollado en aspectos como instrucción educativa y el manejo de
tecnología, e inclusive se habla de “personas incultas” lo cual es un juicio,
cargado plenamente de ignorancia, ya que al referirnos a los campesinos como
personas incultas, le estaríamos quitando su cultura y con ella se iría a la
basura gran parte de la identidad y la historia del país.
A partir de los diferentes procesos de modernización, traídos al país con
discursos de progreso y desarrollo, el campesinado colombiano ha tenido
transformaciones que han modificado parcialmente su identidad. La
transformación más significativa y, tal vez, la más determinante, que nos
interesa analizar en este trabajo, es la generada a partir de la inserción del
sector rural al sistema agrario. Torres muestra esta problemática de manera
detallada, indicando que el agro se introduce en las lógicas capitalistas a partir
de las nuevas formas determinantes del mercado, donde las relaciones de
demanda y oferta determinan la cantidad y el precio del producto, generando
que el trabajo del campesino empiecen a depender de las nuevas lógicas
culturales del consumo, que se desenvuelven en la vida urbana, a esto se le
suman los nuevos proceso de tecnificación del trabajo donde a partir del
aumento de herramientas tecnológicas y químicas se empieza a necesitar
menos cantidad de fuerza de trabajo, ocasionando las migraciones rurales,
hacia la ciudad (Torres, 1977: 186). Estas migraciones no siempre son
plenamente determinadas por un cambio de residencia, sino que en muchas
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ocasiones se dan migraciones parciales, es decir aun viviendo en aéreas
rurales los campesinos se empiezan a desplazar a las ciudades para trabajar.
Este tipo de migraciones parciales, se mostró claramente en el grupo de
discusión realizado a un grupo de señoras productoras de Rionegro,
conformado por Marisol, Yaneth, Arledy y doña Marta, de la vereda Santa
Barbará. Este caso de cuatro mujeres, dejaron en evidencia una regularidad
que fue notable ya que tres de ellas, sus esposos habían dejado las actividades
agrarias para conseguir trabajo como conductores de transporte público, por
falta de oportunidades y de seguridad social en el trabajo agrario. Esto deja
claro que aunque los esposos de las señoras no cambiaron de residencia, para
mudarse al centro urbano, si se da una migración rural de tipo parcial, ya que
las actividades económicas de estos señores dejan de estar relacionadas
directamente con las características del territorio que habitan, y en cambio
empiezan a generar actividades económicas que están estrechamente
relacionadas con la vida urbana. De esta manera se empiezan a generar
cambios culturales de una manera mucho más acelerada, a partir de la
interacción con a gentes y culturas diversas a la rural.
En algunos casos se pude dar una interacción con las poblaciones urbanas de
otra manera, sin que allá un cambio de residencia de la familia rural hacia el
sector urbano, este ya implicado por la urbanización, lo que sería un proceso
contrario, es decir en vez del campesino trasladarse a lo urbano, es el citadino
el que se traslada a lo rural. Este proceso es dado de dos maneras, una en
donde los proyectos de expansión urbana empiezan a absorber el sector rural,
y el segundo cuando un citadino decide residir en el sector rural, por razones
de comodidad o gusto, convirtiéndose en él muy común neorural. Este trae
consigo muchas implicaciones para la cultura rural, ya que muchas veces
cuestiona la valides de su identidad y a través de procesos duraderos llega
inclusive a transformar la identidad del habitante local, generando cambios en
sus comportamientos pero ante todo en sus decisiones, el campesino pues,
empieza a desear nuevas adquisiciones y por ende empieza a transformar su
estilo de vida. Estas transformaciones muchas veces no alteran
traumáticamente la identidad del campesino, pero si se generan procesos de
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transformación de mayor evidencia, cuando se analiza el hecho a través de una
mirada generacional.
Sin embargo, ante esta lucha por la identidad, que ha vivido el campesino en
un contexto de marginalidad, se ha desatado una fuerte actitud de resistencia
cultural de los habitantes rurales que desarrollan actividades económicas
agrarias, a partir del auto-reconocimiento de su procedencia histórica y de su
papel social, aunque no siempre muy claro. Este auto-reconocimiento es
notable en las diferentes entrevistas realizadas en el transcurso del ejercicio
investigativo, donde inclusive personas como Julio Cesar Ospina
(representante legal ASPHOR), Cecilia Ospina (tesorera ASPHOR) y Hernán
Ospina (ex-alcalde) que cumplen actividades laborales más cercanas a
acciones administrativas, se auto-consideran como “campesinos productores”.
El anterior es un aspecto importante para el ejercicio de la resistencia, pero hay
una problemática de mayor envergadura que el auto-reconocimiento, una
problemática que poco se ha resuelto y prácticamente es una de las líneas
claves de esta investigación. Nos referimos pues a la tierra como una de las
formas de arraigo con el cual se alcanza la identificación máxima del
“campesino productor”, ya que esta se da, como un sector determinado con
especificaciones y características del lugar que es poco habitado para dar la
oportunidad de ser trabajado agrariamente por sus pobladores. El territorio se
vuelve en un eslabón primordial dentro del proceso de identificación del
campesino, ya que en este se desarrollan códigos propios de su cultura y se
dan relaciones sociales diferenciables con las urbanas. Miremos una
concepción del territorio que nos puede ayudar a profundizar el análisis:
“Un territorio humano es un espacio socializado y culturalizado en el cual se logra una significación que incide en el campo semántica de la espacialidad, al punto de darle indicaciones de exclusión o inclusión a los grupos sociales que tienen alguna relación con ese territorio”. (Henao y Villegas, 1997: 101 - 102)
Esta concepción del territorio dada por Hernán Henao y Luceli Villegas, es
primordial para entender el postulado que aquí se quiere señalar, ya que ubica
al territorio, no solo como algo físico sino además como una construcción
social, que es dada por los propios habitantes de este. Por eso es tan
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importante las acciones que se realizan en determinado territorio, como
proceso de identificación de su población, la cual termina apropiándose de
este, y por ende en el momento que se genera un cambio en el uso del suelo
de un territorio que ya ha sido apropiado por una determinada población, lo
más normal es que se generen procesos de transformación en la identidad
tanto del territorio como del los pobladores, en caso de que sigan siendo los
mismos que habitaban el territorio antes del proceso de cambio de uso del
suelo.
Migración interna campesina y cambio del uso del su elo
El POT de Rionegro que está estipulado para el 2010-2020 explica muy bien el
proceso que ha sufrido el territorio del Oriente Antioqueño:
El suelo de la subregión de Oriente Antioqueño está dedicado, como ya se mencionó, a proyectos hidroeléctricos, de desarrollo industrial y en otra medida al uso agrícola, ganadero y forestal. Por otro lado, es importante destacar que en los últimos años en el Altiplano -Zona Valles de San Nicolás-, se viene presentando un acelerado desarrollo urbanístico a causa de la expansión de los municipios del Área Metropolitana. Los municipios que han vivido este proceso expansionista son Rionegro, Guarne, Marinilla, La Ceja y el Retiro; presentándose con ello un cambio en los usos del suelo y un desplazamiento de las actividades propias de la subregión” (2010: 8)
Sin embargo a los analistas y planificadores que idearon el POT se les pasó
por alto, que al hablar de desplazamiento de actividades se habla de
desplazamiento de la población, y por ende de los daños y traumatismos que
se generan en estos procesos.
Como dijimos anteriormente, el territorio es fundamental a la hora de hablar de
las problemáticas rurales, por eso se hace menester definir el concepto de
territorio rural antes de abarcar su análisis. Edelmira Pérez (2007), lo define
desde tres fenómenos interrelacionados: una baja densidad demográfica, el
predominio de la agricultura en la estructura productiva de una localidad o
región, y unos rasgos culturales asociados con valores, creencias y conductas,
los cuales resultan ser diferentes a los que caracterizan la población de las
grandes ciudades.
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Estas cualidades del territorio rural en Rionegro se han ido modificado
sucesivamente, a partir de los cambios socio-económicos que ha tenido la
población, en la última mitad de siglo, lo cual ha sido notable en las
modificaciones de la distribución espacial de la población, dándose hoy en día,
mayor predominio de población en las áreas urbanas. La población rural que
mantiene el arraigo, también ha empezado a transformar sus costumbres y
estilos de vida, lo cual se hace evidente al constatar la información con el
estudio de la caracterización económica de Rionegro, realizado por el grupo de
macroeconomía ampliada de la universidad de Antioquia, donde nos damos
cuenta que los procesos de desagrarización son tendencias nacionales y no
propias únicamente de Rionegro, evidenciando como la reducción agraria
también se da a nivel departamental:
Los servicios sociales y comunales han obtenido, junto con la industria, el renglón de mayor importancia productiva. De igual forma, se ha fomentado una significativa recomposición de los productos de exportación: mientras en 1990 el 66,3% de los productos eran agrícolas, para 2006 el 76,8% fueron industriales. (Mesa, López, y García, 2007: 120)
Muchos de los cambios culturales, sobre todo los relacionados con la
tecnificación del agro, han sido positivos e inclusive prósperos para la
generación y la subsistencia del estilo de vida del campesino productor, bajo
las circunstancias del contexto social que hoy se vive. Unas circunstancias
determinadas por las lógicas del mercado, de las cuales la producción agraria
no se desgaja. Estas adversidades cada vez más invisibilizan las formas
tradicionales y a cambio exige mayores cantidades de productos, con
diversidades infinitas, a lo cual el mercado agrario en muchas ocasiones debe
acoplarse a sus lógicas para no ser arrasado. Pero muchas veces seguir las
lógicas del mercado no es suficiente para subsistir como campesinos
productores, sino que al contrario estas mismas lógicas del mercado juzgan
quien debe continuar el ciclo productivo y quién no. Esto lleva a que muchos
campesinos no den a vasto con las exigencias del mercado, y deciden
abandonar la producción agraria, este es uno de los cambios más radicales en
el uso del suelo.
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Normalmente, cuando una finca campesina es vendida dentro de un área rural,
para ser cambiado su uso ya sea por parcelas de vivienda o veraneo, o para
industria ligera o pesada, avecina cada vez más que las fincas productoras
vecinas sean vendidas, ya que se empieza a dar un cambio del uso del suelo
no solo en la parcela que es vendida, sino en todo el sector. Cuando a un
sector rural, donde viven campesinos de estratos medio y bajo, llega un
forastero acaudalado y construye una finca de mayores dimensiones
económicas, entonces a este forastero no le ponen un estrato medio o bajo,
sino estrato medio-alto o alto y a medida que van llegando nuevas fincas de
recreo cuyas construcciones son de tales dimensiones, los campesinos,
tradicionales del sector, que mantienen un estrato socio económico medio o
bajo, evalúo catastral le aumenta su estrato de acuerdo a los nuevos usos del
suelo; lo que se traduce en que todos los habitantes del sector deben usar el
suelo como parcelas de recreo.
Los criterios del evalúo catastral también consideran el tipo de vías que hay
cerca, lo cual es paradójico ya que la concepción que se tiene de la generación
y el acceso a buenas vías, es que son necesarias, lo cual no se pretende
desmentir en este trabajo, pero si debemos evidencias que para muchos el
tener acceso a unos buenos servicios les pude significar la marginalización, ya
que a través de las lógicas políticas de recaudación de impuestos el tener
buenas vías no significa dignidad para el campesino y un derecho social, sino
que significa que su trabajo debe pagar el costo económico real de esas vías,
pero al mismo tiempo las lógicas económicas determinan que tan re-
contributivo debe ser el trabajo del campesino, dándole un valor deplorable a
su labor, por lo tanto el campesino queda casi obligado a tomar una de dos
decisiones posibles. Una es cambiar de actividad económica y la otra es
cambiar de residencia hacia un nuevo sector donde el valor de la tierra este
determinado por un estrato socio económico más barato.
Normalmente, Rionegro ha sido escandalosamente punto de llegada de
población desplazada por la violencia, quienes normalmente son personas de
carácter campesino que provienen de las subregiones de bosques, paramos y
embalses, que también hace parte de la región del Oriente Antioqueño. Pero al
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casco urbano de Rionegro, no solo llegan campesinos desplazados de otras
regiones, sino que además llegan campesinos desplazados de su propio
municipio, pero del sector rural al urbano a causa de falta de garantías, que le
asegure el poder mantenerse como productor agrícola de forma digna.
El Oriente Antioqueño como Distrito Minero.
Está claro que gran parte del problema de la agricultura, es la falta de garantías
y de seguridad social que se desglosa de esta actividad económica, por lo tanto
las migraciones parciales o plenas de los campesinos son encaminadas en
busca de nuevas oportunidades en un trabajo que genere mayor garantías que
el agro, y ante esto las migraciones de los trabajadores del agro se han hecho
en su mayoría hacia las actividades económicas de la construcción y las
floristerías, estos son los principales acogedores de esta mano trabajadora
superflua, y en parte se convierte casi en su única opción, debido al factor
educativo, que determina en buena forma el estatus laboral.
El nombramiento de la sub región del Oriente Antioqueño como distrito minero,
no implica que se vaya a empezar a explotar la zona por primera vez. Es
importante recordar que el oriente antioqueño a través de su historia, siempre
fue un territorio aurífero y explotado en otros minerales, que aun guarda
relación con la economía de la región como lo es el caolín, explotado sobre
todo en La Unión. El cambio real que se genera con el nombramiento de distrito
minero a la subregión del Oriente Antioqueño, es todo el sistema de regalías,
de impuestos y de transferencias del Estado, y sobre todo las relaciones con
los inversionistas, donde se generara mayor cantidad de permisos por parte de
CORNARE, a los nuevos emprendedores que explotaran y erosionarán la tierra
volviéndola infértil, generando grandes daños ambientales que tendrá que sufrir
la región y que será asumida por la población local, más no por los
inversionistas. Es claro que muchas familias campesinas empezaran a tomar el
trabajo de la explotación minera como una cuarta opción, que remplazara el
trabajo agrario y competirá con la construcción y la floristería. Pero también
sabemos que el arraigo de la población local campesina, no es para nada
17
endeble, sin embargo muchos campesinos se verán obligados a ceder sus
tierras para ser explotadas pues por ley el subsuelo es propiedad del Estado.
Durante la entrevista al doctor Hernán Ospina, ex alcalde del municipio de
Rionegro, le preguntamos, sobre cuales creía que serian las implicaciones del
nombramiento del Oriente Antioqueño como distrito minero, a lo cual el nos
respondió que es más benéfico el sector minero que el agrario, pues “es más
rentable vender 10 gramos de oro que un kilo de papa”, pero produce mayores
implicaciones ambientales. Además el distrito minero tiene un precio estipulado
en el mercado, mientras que la agricultura no, también la minería tiene un
código minero, que hace respetar la actividad, negocios atractivos a nivel
internacional, abre nuevos mercados, “mientras que la agricultura en este país
es pateada desgraciadamente”. Es con esta respuesta, que podemos visualizar
elementos que consolidan el peligro que representa la explotación minera en
medidas exorbitantes, para el sector agrario cuando ponemos en confrontación
las ventajas y desventajas de cada actividad económica.
Las nuevas proyecciones normativas para Rionegro –u na lectura al P.O.T.
En primer lugar es claro que el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial de
Rionegro (POT) del 2010, está elaborado con una preponderancia en el
desarrollo urbanístico, más que en la implementación de políticas de
resguardar y proteger los paisajes rurales y territorios productivos de agro. Este
aspecto se presencia desde la entrada del componente general del POT donde
se hace una especificación del lugar que ocupa el municipio de Rionegro,
dentro de la “jerarquización de los centros urbanos” en el país, según el
planteamiento del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, donde se busca
observar el orden de importancia dentro de un grupo de ciudades de un
departamento. A partir de este sistema de jerarquización se tienen en cuenta
aspectos como “la localización de las cabeceras municipales, el tamaño
poblacional, la concentración y dispersión de funciones urbanas y los servicios
centrales” (Rionegro, 2010: 4), y para caracterizar los diferentes servicios se
diferencian en “servicios administrativos, servicios públicos, servicios bancarios
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y comerciales, servicios sociales y servicios culturales” (2010:.4) a lo cual el
estudio dio como resultado que Rionegro se encontraba en el nivel de centro
subregional, o lo que se denomina como ciudad intermedia.
Según el ex alcalde de Rionegro, este Municipio solo “es urbano y suburbano, y
la actividad agrícola cada día es más escasa, más limitada, acá la agricultura
es ejercida por aquellos que aun tienen la gallardía, que tiene la agricultura de
jobi, más no la agricultura como un gran negocio, lo único son las flores” y
además, Hernán Ospina nos cuenta como la despensa de Rionegro
actualmente son los municipios de San Vicente, Carmen, Marinilla y el
santuario, resaltando además como Rionegro llego a ser el municipio con
mayor producción de maíz en el país.
Posteriormente, al analizar las características del mercado laboral, donde se
observan las diferenciaciones del trabajo y la diversificación laboral entre los
diferentes municipios de la subregión del Oriente Antioqueño en la aptitud del
suelo agrologico se suma una porcentaje de 35.6% de tierras cultivables (más
no cultivadas) en contra posición a un 8% de tierras determinadas para la
urbanización. En el territorio designado como cultivable se encuentran
territorios en los que las condiciones para generar producción agraria,
minifundista e inclusive latifundista son prácticamente imposibles, pero no por
las aptitudes del suelo, sino pro las dinámicas sociales y económicas.
Ya realizamos una lectura de las condiciones económicas del municipio, donde
se plantea la problemática del cambio del uso del suelo en la producción del
sector primario del municipio, entrando en esta el distrito agrario el cual es
evaluado negativamente, a partir de criterios exclusivamente técnico-
económicos como la infraestructura; el desarrollo tecnológico; gestión del
talento humano; logística interna; procesos; logística externa; mercadeo y
ventas y servicios; pero no determina ninguna circunstancia relacionada con las
falencias en el acompañamiento institucional (sin ir a confundiese esto, como
un aumento de políticas asistencialistas, las cuales ya hay muchas y no han
solucionado la problemática), adversidad en las lógicas micro y macro
económicas, ni la ausencia de una seguridad social plateada desde la
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normatividad estatal, con arreglos a la ley 101, que desde la argumentación de
este ejercicio investigativo son las verdaderas causas para que se den las
demás falencias que plantea el POT. Por ejemplo, en la entrevista a Cecilia, le
preguntamos sobre las circunstancias que hay para que los productores,
accedan a las nuevas tecnologías, a lo cual ella responde que el acceso a las
nuevas tecnologías es muy complicado por la poca inversión económica que se
le a dado desde la administración al sector agrario, y por parte del productor no
hay la capacidad o el poder adquisitivo para adquirirlas de forma propia e
independiente, esto teniendo en cuenta que los ingresos que genera la
producción agraria son muy limitados y en ocasiones alcanzaría solo para
subsistencia de su familia sobre todo con el costo de vida tan alto que se da en
el municipio de Rionegro. Por lo tanto podríamos decir que el análisis que
realizan los técnicos que idearon el POT, fue un análisis muy superficial, que
no profundiza en las verdaderas causas de las problemáticas sociales del
sector agrario en el municipio de Rionegro.
EL SURGIMIENTO DE ASPHOR E IDENTIDAD INSTITUCIONAL
En primer lugar debe entenderse la identidad de la Asociación ASPHOR, a
través de la identidad de sus integrantes, a lo cual nos tendríamos que
preguntar, sobre los aspectos y características que comparten sus asociados,
para entender la asociación como una unidad con identidad propia. A esta
pregunta, el primer carácter que comparten sus asociados, es el gentilicio, es
decir que la identidad de ASPHOR la debemos entender a partir de la identidad
de los rionegreros, de lo cual ya hemos hecho un recorrido histórico detallado
en capítulos anteriores. En segundo lugar debemos entender a los asociados
de ASPHOR, como campesinos-productores agrícolas, como ellos mismos se
definieron a través de las diferentes entrevistas realizadas durante el ejercicio
investigativo. Y en tercer lugar, los asociados de ASPHOR comparten una
característica fundamental que los diferencia de los demás campesinos-
productores, y es que han decidido enfrentar las adversidades de la situación
agraria rionegrera caracterizada por el proceso de la desagrarización, de
manera asociada, y no de forma individualizada.
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La Asociación de Horticultores de Rionegro (ASPHOR), es una asociación sin
ánimo de lucro que nace en el año 2005, por motivación de la secretaria de
agricultura del momento, la cual se encontraba a cargo del Dr. Hugo González
Arias, el cual con la ayuda de la señora Olga Lucia Amaya funcionaria de la
secretaria de agricultura, inician el proyecto de la conformación de ASPHOR y
de otras tres asociaciones, con la ayuda del alcalde del momento el Dr. Hernán
Ospina. Así pues, se convoca inicialmente a 12 agricultores de la vereda las
Cuchillas de San José del sector centro del municipio, de los cuales gran parte
de ellos subsisten dentro de la asociación. Primeramente se realiza con ellos
una serie de capacitaciones e inducciones para proyectarse como asociación.
Cecilia tesorera de la asociación, nos cuenta que esta nace:
“como una necesidad de los productores de tener una comercialización justa de sus productos ya que se presenta una problemática en la plaza de mercado por la preponderante participación de trabajadores y poseedores de puestos que no son del municipio, los cuales no presentan una afinidad comercial con los productores de Rionegro, siendo en síntesis la problemática, que no hay una garantía para nosotros los productores Rionegreros “
Para el año 2006, la asociación que ya contaba con 25 asociados, logra
formalizarse en cámara y comercio. Para este entonces se inicia con la
producción de tomate en invernadero, principal producto de la asociación en la
actualidad. En el año 2007 la alcaldía municipal dona a la asociación
cincuenta y cuatro millones para la construcción de dos invernaderos en la
vereda las cuchillas, que es donde en su momento se encontraban la mayoría
de los asociados. Los invernaderos en la actualidad siguen funcionando con la
ayuda técnica y económica de la asociación.
La primera comercialización de los productos de la asociación, no resulta
favorable, ya que los negocios para las ventas se realizaban puerta a puerta, o
en las mismas fincas productoras, lo que llevo a graves problemas, donde los
productos no eran pagados. Esta problemática hace ver la necesidad de un
punto de acopio para la asociación, el cual se logra conseguir en el año 2007
con la ayuda de la alcaldía municipal, y es inaugurada el 5 de junio del mismo
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año. Para Cecilia la colaboración del alcalde Hernán Ospina fue vital, quien
nos cuenta:
“En el proceso de adquisición del punto de venta, se presento mucha voluntad de parte del señor alcalde Hernán Ospina” a partir de la coordinación con la secretaria de agricultura, quienes ayudaron mucho en la parte de los convenios y que estuvieron fortaleciendo la organización como tal, además hubieron otro tipo de apoyos como capacitaciones y contactos estratégicos”
Con la adquisición del punto de venta ubicado en el sector de la galería se
logra motivar a los agricultores a asociarse, y así facilitar la entrega de los
productos en el punto de acopio, además también se logran aumentar las
ventas, llegando estas aproximadamente a 32 toneladas por mes, que son
vendidas principalmente a los restaurantes escolares del municipio y a
diferentes supermercados, tanto del municipio como por fuera de este.
ASPHOR, también logra asociarse con instituciones como lo son el CEAM,
SENA y MASORA, las cuales brindan importantes capacitaciones, que sirven
tanto para el productor como para el asociado, estas capacitaciones consisten
básicamente en manejo seguro de agroquímicos, manipulación de alimentos y
producción limpia, siendo esta ultima una de las más importantes, ya que los
alimentos orgánicos, tienen una gran acogida en el mercado actual, además de
que se paga a unos buenos precios, pero de igual manera permite el cuidado
de las tierras, y el consumo de alimentos más sanos. Así pues la asociación se
hace participe en proyectos como lo es el de buenas prácticas agrícolas
incentivada por el CEAM, que consiste básicamente en la producción limpia. En
el 2008 se logra certificar 8 fincas de asociados a ASPHOR con esta distinción.
De igual manera la asociación se ha hecho participe de otros proyectos que
han beneficiado mucho esta misma, así pues en la actualidad también hace
parte de un convenio de biocomercio, que consiste en una red de tiendas del
distrito agrario del Oriente cercano, las cuales realizan intercambios de
productos faltantes en cada una de sus tiendas, con lo cual se logra beneficiar
tanto las asociaciones de Rionegro, como las asociaciones de otros municipios
que de igual manera hacen resistencia a los procesos de desagrarización que
se vienen dando en cada uno de sus municipios.
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En la actualidad ASPHOR cuenta con aproximadamente 80 asociados de los
diferentes sectores del municipio, y tienen por meta para este año llegar a 100,
además tienen proyectado llegar a 150 para el año 2012. De igual manera la
asociación tiene entre sus planes implementar un mercado minorista con
producción más limpia y orgánica, además se planea un almacén de
agroinsumos, con el cual se pretende beneficiar a los asociados con unos
mejores precios, y de igual manera se planea continuar con las capacitaciones
y gestionar proyectos que beneficien tanto a los productores como a los
asociados. También se planea el incentivo a la población joven, con el fin de
mantener viva la tradición agraria.
Así pues los mayores incentivos para que los agricultores se asocien, es la
garantía de unos precios justos para sus productos, además de una compra
segura de estos. También la asociación ofrece préstamos y subsidios para los
cultivos, capacitaciones y acompañamiento para la prosperidad y buen manejo
de las cosechas, tal como nos cuenta Cecilia:
“la mayoría de asociados, según lo que le han dicho, es que el agricultor tiene una comercialización más segura de sus productos, es decir que tiene una certeza de la venta de ellos; y también buscan un bienestar en la asociación, en el sentido de que los asociados tienen derecho a unos estímulos como por ejemplo unos bonos estudiantiles para los hijos, se les da la opción de acceder a paseos y días de recreación a los cuales no les quedaba tan fácil acceder sin estar asociados”
De igual manera el Dr. Hernán Ospina ex alcalde del municipio también nos
cuenta que los asociados reciben mayores beneficios en cuanto a que: “Les
facilita recursos, mejor acompañamiento, apoyo, se pueden gestionar
proyectos, precios justos para el productor”. Las anteriores condiciones son las
que ayudan a que todas esas personas o familias, que aun poseen ese amor
por la tierra, se mantengan firmes antes los procesos industriales que
amenazan su actividad económica, y sus modos de vida que cada vez se están
viendo más amenazados por las nuevas dinámicas que presenta en el
municipio de Rionegro, y las cuales no son fácil afrontar individualmente, por lo
cual se hace indispensable el desarrollo de la asociatividad.
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La asociatividad como proceso de resistencia.
En el POT se define el objeto de ASPHOR como una asociación que busca
evitar los intermediarios para captar los beneficios económicos (2010: 164),
mostrando una función de la asociación única y exclusivamente de
beneficencia económica, lo cual no es completamente cierto, ya que aunque la
asociación de productores de Rionegro funciona a partir del ejerció de la
comercialización de los productos de sus asociados, son muchos más
profundos los fines que persigue, pues el verdadero interés que persigue la
asociación es la de ”reactivar la producción y con el pequeño excedente que se
genere reinvertirlo en beneficios de lo que sería la educación del asociado, la
salud, la recreación y demás” (entrevista Cecilia Ospina), por lo tanto el objeto
principal de la asociación es el de generar un proceso de resistencia contra el
fenómeno de la desagrarización.
El proceso de desagrarización que se viene presentando en el municipio de
Rionegro en los últimos años, implica una acción conjunta de los actores mayor
afectados, que en este caso son los productores agrarios, para ejercer
acciones que protejan su actividad agraria que no solo es su base económica,
sino que también representa sus modos de vida y su lugar de hábitat, además
de años de tradición familiar. Para dichos procesos se hace necesaria una
integración por parte de los afectados de la comunidad agraria, que se
cristalice en asociaciones como ASPHOR, que garantizan una mayor
representatividad tanto social como política y que generan procesos concretos
de resistencia, que reivindican la vida agraria.
Iniciaremos definiendo la resistencia desde la perspectiva de James Scott,
quien hace referencia a ella como una oposición que se da entre una
desigualdad de poderes donde influyen dos actores dicotómicos, que se
manifiestan como dominantes y dominados; aquí el poder ejercido por parte de
los dominantes sobre los dominados, puede expresarse de diferentes formas,
como puede ser un ejercicio autoritario, acciones totalitarias, hasta formas de
poder basadas en estilos dictatoriales, pero todas desde un aspecto
hegemónico. Normalmente entre los actores dominantes se evidencian dos
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características común mente constantes que están, como lo menciona Scott,
refiriéndose entre los habitantes más pobres y más económicamente
dependientes. La dependencia era tan importante como la pobreza, pues había
algunos pobres con bastante autonomía que expresaban opiniones
consistentes e independientes.
En cuanto a la definición que nos brinda James Scott podemos resaltar que
aquella población dependiente de la que habla, no siempre se encuentra de
acuerdo con las dinámicas dominantes que se ejercen sobre ellos, lo que los
lleva a tomar conciencia, y a definir nuevos puntos de vista frente a las lógicas
que se les imponen, puntos de vista que son en gran parte compartidos por
muchos de quienes viven la misma situación, este encuentro colectivo de
opiniones y opciones, lleva a que se generen uniones entre quienes pretenden
proteger sus modos de vida, en donde se busca una representación política
que logre proteger sus interese y que busque garantías tanto económicas y
sociales para la población que representa. En dichos casos la asociatividad,
representadas en asociaciones, resulta ser la mejor opción, ya que es en esta
donde se logra tener mayor representatividad política, además de que se
pueden conseguir garantías tanto con instituciones gubernamentales como no
gubernamentales, donde se logre proteger los interese de la población que
convergen en esta. Dicha asociatividad es representada en asociaciones como
ASPHOR, donde converge una población que en este caso es víctima de los
procesos de industrialización que se vienen dando en el municipio de Rionegro,
en los cuales se afecta directamente a la población agraria, que en este caso
no ha tenido mayor importancia en los procesos de planificación del municipio,
dejando esta en un segundo plano. La asociación ASPHOR, logra asociar a un
gran número de productores agrarios, quienes se niegan a dejar su actividad
agraria, y que de igual manera buscan protegerla. La asociación está
conformada en su totalidad por productores agrarios, y busca el encuentro de
sus diferentes actores, jóvenes, mujeres, población adulta, etc., quienes a su
manera hacen resistencia a la desagrarización, y que buscan en ASPHOR, no
solo un apoyo, sino de igual manera una representación política que los
favorezca.
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La mayoría de los actores que reivindican su actividad son consientes de la
importancia de asociarse para ejercer acciones de resistencia, sin embargo en
la mayoría de los asociados de ASPHOR se nota una constante, y es que
muchos de ellos se asociación tras la búsqueda de intereses propios y no lo
hacen a través de una conciencia de las problemáticas sociales que lo aquejan
y que por lo tanto su membrecía como asociado no tiene un significado
consiente de un procesos de resistencia social, frente a las lógicas de
desagrarización, ni tiene un significado de la búsqueda de un proyecto político,
lo que si debemos decir es que el procesos de resistencia que genera
ASPHOR esta concentrado en la conciencia social de las cabezas
administrativas de la asociación, quienes tienen claro que por medio de la
unión en la asociación, pueden defender sus modos de vida, frente a las
nuevas dinámicas hegemónicas que se imponen en sus territorios y que
pretenden desplazarlos hacia nuevos estilos de vida que ellos no comparten y
que no desean. Tal cual como no lo hace ver el Joven Simón, recién asociado
a ASPHOR, quien a sus 17 años, ve la vida agraria como proyecto de vida, el
afirma que:
“que hay que ser verraco, que el tiene que buscar su sustento, y nos cuenta que piensa quedarse en la agricultura toda su vida”… ““si no hay nada que comer, que siembren la comida, que si algún día que uno valla a la plaza de mercado por algo y no lo encuentre, si lo tiene en la finca esta ganado, que si la gente no cultiva uno mismo debe cultivar, el cree que con la vida agraria las familias se pueden sostener”.
Simón no solo ve la problemática de desagrarización, como un problema
económico, sino que a la vez es consciente de la problemática social que se
viene con la perdida de la agricultora en el municipio, por lo cual el mismo
plantea soluciones para esta, en las cuales reivindica la huerta agrícola familiar,
en donde no se tenga que ver obligado a pagar altos precios por productos que
el fácilmente tiene la capacidad de cultivar en su hogar, pero también es
consciente que no es suficiente con la voluntad de una sola persona, sino que
para ello hace falta la unión de voluntades.
Cecilia también lamenta la pedida de la vida agraria, y por ello incentiva el
procesos de asociación, pero de igual manera es consciente de que hay
personas que se oponen a estos procesos y que quieren ver por terminada la
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vida agraria en Rionegro, para dar entrada a las nuevas dinámicas de
desarrollo, y es así como nos cuenta una anécdota vivida hace 4 o 5 años:
“nos reunimos con la asociación de usuarios de campesinos de la cual hago parte, nos reunimos la junta directiva donde el secretario de planeación, para comentarle la problemática que tenían los campesinos de llanogrande, cabeceras, del sector sur en general que no hace parte del distrito agrario, a comentarle sobre esa problemática y a pedirle que por que no había una posición en que nos permitiera la rebaja de impuestos para esas personas, ¿sabe que nos dijo ese secretario de planeación? A no es que el que tenga una cuadra en el sector sur no es pobre, entonces como o es pobre tiene que pagar los impuestos que le toca pagar, porque no es pobre por el alto costo de la tierra, entonces venda ese terreno, no estorbe allá y vallase para el sector norte donde allá si cabe, donde si se le puede dar beneficios por ser agricultor”.
Para ella son estos los discursos, que hacen que las personas decidan hacer
resistencia frente a modos de vida que no comparten y que les son impuestos,
sin importar lo que las personas que habitan el territorio deseen, lo cual los
obliga a unirse en pro de la defensa de sus modos de vida, y definitivamente
las asociaciones resultan ser la mejor opción, donde se le puede garantizar al
campesino la venta de sus productos y por ende de un ingreso seguro, y una
representatividad legal que les garantiza la prevalencia y derechos a la
actividad que ejercen.
Para el representante legal de la asociación Julio Ospina uno de las mayores
razones para hacerle frente a la desagrarización es el amor a la tierra:
“la mayoría de asociados son de raíz, [refiriéndose al arraigo que sienten por la tierra], lo cual no los lleva a considerar la idea de trasladarse hacia la ciudad, por su amor a su tierrita, además de que también se ha visto un interés de parte de algunos jóvenes de familias agrarias, de continuar la tradición agraria de sus padres, pero de igual manera se ven casos en los cuales los jóvenes prefieren migrar a la ciudad”.
Razones como estas son las que más incentivan a reivindicar el proceso de
resistencia, ya que como mencionábamos anteriormente la agricultura no es
solo una fuente económica, sino que para el verdadero habitante rural, ese de
raíz del que habla Julio, esa es su misma vida, y se hacen consientes de que
en la ostentosa ciudad que se les vende no habrá lugar para la tranquilidad del
campo, y menos para su actividad agraria, así pues con la conciencia que se
adquiere frente a las formas impositivas que buscan destruir estas formas de
vida, se levantan voces que se unen frente a proyectos políticos que garanticen
su permanencia en el territorio y garantías para este, por medio de leyes.
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En últimas, el objeto final de la asociatividad que plantea ASPHOR, está
encaminada en un proyecto político donde los intereses de la asociación
incidan en las políticas gubernamentales que estén relacionadas con el sector
agrario. Esta concepción se encuentra limitada a la administración de
ASPHOR, conformada principalmente por el representante legal, Julio Cesar
Ospina, la vicepresidenta Teresa Agudelo De Ramírez y la tesorera Cecilia
Ospina. La concepción de los asociados se encuentra restringida en propósitos
e intereses, donde la decisión de estar asociado o no, se determina a partir del
criterio de los beneficios que les pueda brindar la asociación, sin percibir o
contemplar la posibilidad de que el asociarse signifique también una
responsabilidad social. Para que un proyecto político, encaminado desde la
asociación sea posible, necesita del respaldo de la actividad conjunta, basado
en una conciencia social de todos los integrantes de ASPHOR, de la
problemática general que afecta al sector agrario.
La importancia de la solidaridad en los procesos de resistencia
Como se dijo anteriormente, la llegada de los veraneantes al sector sur de
Rionegro, impusieron nuevas dinámicas vecinales en la población campesina
local, donde las relaciones de solidaridad fueron desgarradas e irrumpidas por
la indiferencia de los forasteros. Es precisamente en este momento en el que
se hace visible la necesidad de las relaciones solidarias entre la comunidad
que se ve inmersa en las problemáticas sociales, que para este caso son lo
que se encuentran amenazados por el fenómeno de la desagrarizacion. Por
ello es importante que se de una acción conjunta solidaria entre los
agricultores, ya que ellos son consientes del problema que los aqueja a la gran
mayoría, y que por medio de la unión se podrían generar procesos de
resistencia que les permitan reivindicar sus estilos de vida, además de hacerle
frente a la desagrarización. Aunque las relaciones vecinales hayan sido
irrumpidas por los veraneantes, es importante que los productores agrarios
busquen y se abran a nuevos espacios de debate, como lo son las
asociaciones, las acciones comunales, etc.
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Los procesos de solidaridad que se efectúan en el momento de la organización
de grupos subordinados con una problemática en común, pretenden hacer acto
de resistencia al dominador, mediante acciones que generen incidencia
política, social y económica en las relaciones del poder.
“ninguna de las practicas ni de los discursos de la resistencia pueden existir sin una coordinación y comunicación tácita o explícita dentro del grupo subordinado. Para que eso suceda, el grupo subordinado debe crearse espacios sociales que el control y la vigilancia de sus superiores no puedan penetrar […] los espacios sociales o relativamente autónomos no son solo un terreno neutral donde pueden crecer negaciones practicas y discursivas. Como ámbitos de poder que son por naturaleza, sirven tanto para disciplinar como para formular patrones de resistencia” (Scott, 2004: 197-148).
Como afirma Scott, sería casi imposible consolidar verdaderos procesos de
resistencia, sin que haya una unión conjunta de interés y más que eso una
problemática en común, que pueda conseguir la unión y organización de los
actores afectados, en la cual se consigan espacios de debate, diferentes a los
que son cedidos por el municipio, en donde se puedan escuchar propuestas
de todos los actores que convergen en la asociación, con el fin de mirar los
asuntos más graves que conciernen a la mayoría, para así organizar
propuestas claras y reclamos frente a las alcaldías competentes.
La asociación ASPHOR siendo una digna representante de los procesos de
solidaridad, permite una acción conjunta de los productores agrarios, en donde
ellos no solo representan su rol de productor, sino que también se convierten
en actores activos en los procesos de resistencia, en donde se les abren
espacios para aportar ideas y debatir propuestas, donde estos actores a la vez
son participes del cambio, ya sea desde su actividad agraria o desde acciones
políticas. Además es importante también resaltar que la asociación tal como lo
menciona Cecilia, ha abierto sus espacios fuera de los del municipio y ha
buscado otros que beneficien la asociación. Este rompimiento de relaciones
con el municipio se da por cuestiones de desconfianza de la asociación hacia la
alcaldía, ya que en anteriores ocasiones, proyectos presentados por ellos han
sido dados a otras asociaciones, como no lo cuenta Cecilia:
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“A partir de las malas relaciones que se tiene con la administración y la desconfianza que se genera, la asociación decide romper todo vinculo y supuesta ayuda venida de parte de la administración, incluyendo el paquete de consultorías que ha propiciado la secretaria de agricultura a las diferentes asociaciones existentes en Rionegro actualmente. El paquete de consultorías lo integra una asesoría legal, una de comercialización y una psicosocial, aunque esto podría mostrarse como beneficioso para los procesos de la asociación ASPHOR, se ha visualizado que esta asesoría beneficiaba los interese de la administración y generaba un entorpecimiento, de los verdaderos fines que busca la asociación” [y finaliza diciendo:] “nosotros no nos hemos dejado manosear de ninguna forma, ni económica ni políticamente”.
Es importante notar como ASPHOR, siempre ha estado mas enmarcada hacia
los intereses de sus asociados, y aunque decisiones como la citada
anteriormente han dificultado un poco el desarrollo de la asociación, de igual
manera a sido una parte positiva, ya que se han buscado nuevos espacios en
pro de un verdadero beneficio de la asociación, además de que situaciones
como estas, fortalecen la solidaridad dentro de la asociación, ya que los
asociados se hacen consientes de que verdaderamente la asociación es para
ellos, y que lo que se hace es en pro de ellos. también es importante resaltar
que la asociación ha sido muy celosa con las personas que quieren entrar a
ella, pues en ocasiones han intentado entrar personas que no son productores
agrarios sino más bien intermediarios, y que solo buscan una re contribución
económica.
Para terminar, es importante decir que ASPHOR no solo ha generado un
espacio propicio para desarrollar procesos de solidaridad entre sus asociados,
sino que además, ha logrado generar relaciones de solidaridad con otras
asociaciones de diferentes municipios, a través del intercambio de productos
como mencionamos anteriormente.
CONCLUCIONES
• La configuración histórica del municipio de Rionegro, ha determinado en gran parte la situación actual de los procesos de industrialización, generación del comercio y la característica de municipio receptor de población.
• Las características del Municipio de Rionegro y su importancia en la región han generado un aumento en la especulación del costo de la tierra, que por ende se ha materializado en un flujo poblacional de clase media-alta que sea instalado principalmente en el sector sur del municipio de Rionegro.
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• La tendencia que se está dando en los tres sectores del municipio de Rionegro, está encaminada a que el sector norte y centro este reproduciendo las dinámicas parcelarias de recreo, de sector sur.
• El proceso de industrialización en Rionegro ha generado gran parte del cambio vocacional de la economía del municipio. El proceso de industrialización se ha dado a partir del traslado de empresas e industrias del valle de Aburra hacia el valle de San Nicolás.
• El aumento de la actividad comercial en el municipio de Rionegro ha generado procesos de transformación cultural, que han modificado las características tradicionales del municipio, generando actitudes consumistas en su población.
• Los mega-proyectos desarrollados en el Oriente Antioqueño (como el aeropuerto, la autopista Medellín-Bogotá, las hidroeléctricas, la zona franca, el túnel de oriente y de más) y el importante posicionamiento geográfico de Rionegro, han determinado la importancia del municipio para diferentes actores y sobre todo poderes económicos.
• La actividad económica de las floristerías, han desplazado gran parte de la actividad agraria, absorbiendo la mano de obra, a partir de la promesa de mejores beneficios y garantías.
• El nombramiento del Oriente Antioqueño, como distrito minero, amenaza fuertemente al sector agrario, ya que no solo va ha absorber parte de la mano de obra, sino que también generara procesos de contaminación y erosión de la tierra.
• El fenómeno de la desagrarización en Rionegro, se vuelve de mayor alarme cuando se mira desde una perspectiva generacional.
• Las migraciones internas de los campesinos en Rionegro, se da de forma parcial y de forma plena. La parcial es donde no hay un cabio de residencia al centro urbano, pero si hay un cambio de actividad económica, y la migración plena es en donde si hay un cambio residencial acompañado de un cambio de actividad económica.
• El asentamiento de población forastera acaudalada en el territorio rionegrero, genera no solo un tipo de marginalidad económica causado por el aumento del costo de vida, sino también una marginalidad cultural a partir de las transformaciones de las dinámicas tradicionales, entre las cuales la más perjudicada es la dinámica de solidaridad.
• El productor agrario es asediado y abrumado, por el exceso de intermediarios en las actividades de la distribución del producto.
• Una de las mayores problemáticas del sector agrario, es causada por la falta de garantías y de seguridad social para los trabajadores del campo.
• La falta de diferenciación del costo de la tierra, según el uso que se le de específicamente en el predio y no en el sector, ha sido un aspecto de gran incidencia en la marginalización de los habitantes tradicionales del municipio de Rionegro.
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• No hay políticas serias, para contrarrestar las problemáticas del sector agrario.
• la identidad de ASPHOR está dada a partir de tres aspectos fundaméntales que se encuentran en sus asociados: primero el gentilicio de rionegreros; segundo el carácter de campesinos-productores; y tercero realizar las actividades de agricultura a través de el beneficio de la asociatividad, y no de forma individualista.
• La conciencia general de las problemáticas sociales y por ende del carácter de ASPHOR como un proceso de resistencia, están concentradas en las cabezas administrativas de la asociación. Los asociados por su parte quedan reducidos a un vínculo dado a partir de los intereses propios del asociado, por los beneficios que pueda obtener dentro de la asociación. Es decir que los criterios que tiene el asociado para vincularse a ASPHOR no están ligados a una conciencia de generar proceso de resistencia en contra de las lógicas de la desagrarización, sino que son criterios de carácter económico.
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