Protocolos Sepho.es
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Actualización en la evaluación del Episodio Aparentemente Letal
Autores: Aina Martínez Planas1, Marta García Fernández de Villalta2 (Octubre-2018)
1Servicio de Pediatría Hospitalaria. Hospital Sant Joan de Déu. Esplugues de Llobregat.
Barcelona.
2Servicio de Pediatría Hospitalaria, Enfermedades Infecciosas y Tropicales. Hospital Infantil La
Paz
CONTENIDO
1Introducción y definición ............................................................................................................ 2
Epidemiología ........................................................................................................................... 3
Etiología .................................................................................................................................... 4
Reflujo gastroesofágico (RGE) ..................................................................................... 4
Infecciones respiratorias ................................................................................................ 4
Patología neurológica .................................................................................................... 4
Maltrato ......................................................................................................................... 4
Patología cardíaca ......................................................................................................... 5
Factores de riesgo ...................................................................................................................... 5
Tabaquismo materno ............................................................................................................. 5
Prematuridad ......................................................................................................................... 5
Dos primeras horas postnacimiento ...................................................................................... 5
Edad postconcepcional .......................................................................................................... 5
Otros factores de riesgo relacionados con la gravedad del episodio ..................................... 6
Diagnóstico y manejo ................................................................................................................ 6
Anamnesis y manejo en Urgencias ....................................................................................... 6
Ingreso hospitalario ............................................................................................................... 8
Criterios de alta hospitalaria: ............................................................................................... 12
Seguimiento ............................................................................................................................. 12
Bibliografía ............................................................................................................................. 14
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INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
El episodio aparentemente letal (EAL), o evento de aparente amenaza con la vida o ALTE (del
inglés, “Apparent life threating event”) se definió en 1986 por el National Institutes of Health
(NIH) americano, como un suceso inesperado, súbito en lactantes (menores de un año), que
impresiona de riesgo vital al observador (matiz subjetivo), y se caracteriza por una combinación
de signos y síntomas, al menos dos:
apnea (central u ocasionalmente obstructiva),
cambios de coloración (generalmente cianosis o palidez, pero también ocasionalmente
puede ser en forma de eritema o plétora),
cambios marcados en el tono muscular (hipotonía casi siempre, raramente rigidez)
atragantamiento o náuseas.
Precisa la intervención del cuidador, en algunos casos precisando reanimación cardiopulmonar
avanzada.
En el año 2016 la Academia Americana de Pediatría (AAP) publica una Guía de Práctica
Clínica que propone un nuevo término para referirse a estos episodios: Brief Resolved
Unexplained Events (BRUE) o Episodio breve resuelto inexplicado (EBRI) . La AAP
recomienda usar el término BRUE para describir un evento en un lactante <1 año en el que el
observador refiere un episodio brusco, corto y autoresuelto de (≥1 de los siguientes):
disminución de la frecuencia respiratoria, o respiración irregular o ausente.
cianosis o palidez.
cambio de tono marcado (hipertonía o hipotonía).
nivel de conciencia alterado (respuesta alterada).
Las definiciones de EBRI y EAL se superponen, pero no son idénticas. La principal diferencia
es que debe etiquetarse como BRUE, un evento debe ser "inexplicable" después de una historia
apropiada y un examen físico. Si la causa del episodio es evidente (convulsión, una infección
grave), el episodio no se etiquetará de EBRI.
Este nuevo término proporciona un enfoque para la evaluación del paciente que se basa en el
riesgo de que el lactante sufra nuevos episodios o tenga un trastorno subyacente grave. Ofrece
recomendaciones de manejo basadas en la evidencia, o puntos clave, para los pacientes de bajo
riesgo, cuya historia y examen físico son normales. Sin embargo, no ofrece recomendaciones
para los pacientes de alto riesgo, cuya historia y examen físico sugieren la necesidad de una
mayor investigación y tratamiento (por falta de pruebas o la disponibilidad de guías de práctica
clínica específicas para su manejo).
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En la siguiente tabla se recogen los criterios de inclusión y de exclusión para definir un episodio
como BRUE.
EPIDEMIOLOGÍA
La incidencia descrita de EAL es 0,6-2,64 eventos por cada 1000 niños vivos, aunque se
considera infraestimada. Representa el 0,6-1.7% de las visitas de lactantes menores de 12
meses a servicios de urgencias y ocurren con la misma frecuencia independientemente del
Incluye Excluye
Breve y
resuelto
Duración de menos de 1 minuto,
típicamente 20-30 segundos,
Paciente ha vuelto a su situación basal
después del evento
Signos vitales normales
Aspecto normal.
Duración ≥ 1 minuto
En el momento de la evaluación:
Fiebre o haber tenido recientemente
Taquipnea, bradipnea, apnea
Taquicardia o Bradicardia
Inestabilidad hemodinámica
Cambios en el estado de consciencia,
hipotonía o hipertonía
Vómitos
Hematomas, petequias o otros signos de
lesión/ trauma
Alteración de peso, talla o perímetro
craneal
Respiración dificultosa
Repite evento
Inexplicado No explicable médicamente Evento consistente en un reflujo
gastroesofágico, disfagia, mucosidad nasal…
Historia o exploración física sugestiva de
maltrato , alteración congénita de la vía
aérea.. etc
Cianosis o
palidez
Cianosis central: Coloración azul o
púrpura de la cara, encías o tronco
Palidez central
Acrocianosis o cianosis perioral
Enrojecimiento facial
Respiración
ausente,
disminuida o
irregular
Apnea central
Apnea obstructiva
Apnea mixta
Respiración periódica del neonato
Espasmo del sollozo
Cambio
marcado del
tono muscular
Hipertonía
Hipotonía
Hipertonía asociada a lloro, ahogamiento o
atragantamiento en contexto de reflujo
gastroesofágico o problemas en la
alimentación
Alteración del tono en relación a un espasmo
del sollozo
Desviación ocular tónica o nistagmo
Convulsión tónico-clónica
Espasmos infantiles
Alteración de
la reactividad
Pérdida de consciencia
Cambio en estado de consciencia
Letargia
Somnolencia
Pérdida de consciencia asociada a espasmos
del sollozo
Tabla 1. Criterios de inclusión y exclusión para definir BRUE - adaptado de Tieder JS et al. Brief Resolved Unexplained Events (Formerly Apparent Life- Threatening Events) and Evaluation of Lower-Risk Infants. Pediatrics. 2016;137(5).
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género.
En el caso de EBRI no hay literatura suficiente para establecer una incidencia aunque ya hay
algún estudio retrospectivo al respecto. La edad de presentación habitual es en menores de seis
meses, con un pico de incidencia entre 1 semana y 2 meses. Se estima que entre un 0-7,6% de
los EAL condicionan fallecimiento del paciente.
ETIOLOGÍA
En más de un 30% de los EAL no se encuentra causa. A estos eventos se les etiqueta de EAL
idiopático. En el resto de EAL los diagnósticos más frecuentes son:
Reflujo gastroesofágico
(RGE):puede provocar laringoespasmo
que desencadene un EAL. Dado que los
vómitos y el RGE son frecuentes en
lactantes sanos, la relación de
causalidad es difícil e establecer.
Cuando el EAL coincide con un vómito
o regurgitación y se caracteriza por una
apnea obstructiva, podemos sospechar
que la causa sea el RGE. No obstante,
sólo se podrá establecer el RGE como
causa certera del EAL cuando en la
monitorización el episodio va
precedido de reflujo detectado por
pHmetría o impedanciometría.
Infecciones respiratorias: las
infecciones por virus respiratorio
sincitial (VRS) y Bordetella pueden ser
causa de apneas y EAL, por lo que ante
un paciente con cuadro catarral y EAL se debería solicitar PCR para Bordetella y antígeno de
VRS en aspirado nasofaríngeo.
Patología neurológica: se trata sobre todo de convulsiones, aunque muchas enfermedades
neurológicas pueden dar lugar a EAL. Datos de la historia clínica que nos orientan a una
causa neurológica son la desviación ocular o cefálica o la existencia de período postcrítico.
Maltrato: deberemos sospecharlo en casos de EAL recurrentes en presencia del mismo
cuidador. Suele tratarse de cuidadores que han trabajado en el ámbito sanitario y con
Tabla 2. Causas más frecuentes EAL
Gastroenterológicas (33%)
Enfermedad por reflujo
gastroesofágico
Gastroenteritis
Disfunción esofágica
Abdomen quirúrgico
Disfagias
Cardiovasculares (1%)
Cardiopatía congénita
Miocardiopatía
Arritmias cardíacas / QT
prolongado
Miocarditis
Endocrino-Metabólicas
Errores innatos del
metabolismo
Hipoglucemia
Trastornos electrolíticos
Apnea idiopática de la
infancia (23%)
Neurológicas (15%)
Crisis
Apnea central/hipoventilación
Meningitis / encefalitis
Hidrocefalia
Tumor cerebral
Trastornos neuromusculares
Reacción vasovagal
Infecciosas
Sepsis
Infección del tracto urinario
Otros diagnósticos
Maltrato infantil
El síndrome del bebé
zarandeado
Espasmo del sollozo
Semiahogamiento
Reacción a medicamentos o
tóxicos
Anemia
Asfixia no intencional
Respiración periódica
Síndrome de Munchausen por
poderes
Respiratorias (11%)
Virus respiratorio sincitial
Tos ferina
Aspiración
Infección del tracto respiratorio
Hiperreactividad bronquial
Cuerpo extraño
Otorrinolaringológicas (4%)
Laringomalacia
Estenosis subglótica y / o
laríngea
Apnea obstructiva del sueño
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antecedentes de enfermedades raras. Los pacientes pueden tener hermanos con enfermedades
poco frecuentes o que también hayan presentado episodios de EAL.
Patología cardíaca: alteraciones del ritmo (síndrome de Wolff- Parkinson-White o del
QT largo), miocarditis o anomalías cardíacas neonatales, entre otras.
Existen otras causas menos frecuentes pero potencialmente tratables (tabla 2).
FACTORES DE RIESGO
Los factores de riesgo claramente relacionados en diversos estudios son:
Tabaquismo materno
En diversos trabajos se ha demostrado el aumento de riesgo de padecer un episodio
aparentemente letal si el paciente se ha expuesto a tabaquismo tanto prenatal como
postnatalmente. También se ha objetivado un menor número de arousals durante el sueño en los
pacientes con que han sufrido un EAL expuestos a tabaco, proporcionando menor capacidad
para despertarse en caso de realizar una apnea.
Prematuridad
Diferentes trabajos demuestran que entre los pacientes que han sufrido un EAL el tanto por
ciento de prematuros es muy alto, probablemente debido a la inmadurez de los centros
respiratorios
Debemos hacer mención especial a factores de riesgo que condicionan mayor gravedad y a
situaciones especiales:
Dos primeras horas postnacimiento.
La incidencia de EAL grave en las primeras 24 horas es de 2,6 por 100000 recién nacidos
vivos (RNV), siendo más frecuente en las primeras dos horas postnacimiento (siendo la
incidencia de fallecimientos de 0.32 por cada 100000 RNV). Estos eventos parecen
suceder en madres primíparas, durante el contacto piel con piel o lactancia, al estar el
recién nacido en decúbito prono sobre la madre, y durante períodos sin supervisión
sanitaria. Deben mantenerse las medidas de estímulo a la lactancia materna pero
vigilando estos primeros momentos.
Edad postconcepcional.
Parece duplicarse el riesgo de EAL en los recién nacidos (RN) con edad postconcepcional
(EPC) inferior a las 44 semanas. Esto se relaciona con la inmadurez del centro
respiratorio, de los mecanismos del despertar y con los reflejos de la vía aérea. Los niños
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Paciente menor de 1 año traído por episodio breve y resuelto observado por el cuidador
Caracterización del evento: Cianosis o palidez Respiración ausente, disminuida o
irregular Cambio marcado en el tono
(hiper/hipotonia) Respuesta a estímulos alterada
Realizar anamnesis y exploración física exhaustivas*
Identificación de causa que explique el evento
EBRI
Presencia de síntomas o signos vitales
anormales
No cumple criterios
si
Buen aspecto
no
NO EBRI
Estabilizar
Figura 1. Diagnóstico EBRI. Adaptado de Tieder JS et al. Brief Resolved Unexplained Events (Formerly Apparent Life-
Threatening Events) and Evaluation of Lower-Risk Infants. Pediatrics. 2016;137(5).
con EPC<44 semanas y/o edad menor de 30 días, tienen más riesgo de padecer un EAL
más severo (apnea de >30 segundos y/o bradicardia durante al menos 10 segundos -
<60lpm en menores de 44semanas de edad postconcepcional, <55 lpm en los mayores de
44 semanas de edad postconcepcional +/- desaturación <80% durante más de 10 seg).
Se ha descrito aumento de incidencia de apneas durante episodio de bronquiolitis en
los RNPT menores de 48 semanas de EPC o recién nacidos a término menores de 44
semanas. Este aumento parece a su vez relacionarse con la inmadurez del centro
respiratorio.
Otros factores de riesgo relacionados con la gravedad del episodio
La repetición de dos o más episodios en 24 horas y tener antecedentes médicos significativos
(cardiopatía congénita, síndrome de Down, etc…) la duración del episodio, el tipo de
reanimación aplicada, historia de fallecimiento de hermanos, la coexistencia de infecciones de
vías respiratorias altas y antecedentes sociales de riesgo
DIAGNÓSTICO Y MANEJO (FIGURA 4)
Anamnesis y manejo en Urgencias
Ante un paciente menor de un año traído por un episodio breve y resuelto observado por el
cuidador se puede el esquema diagnóstico que se muestra en la siguiente figura:
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*Los elementos que debemos recoger en la anamnesis se muestran a continuación:
Figura 2. Anamnesis del evento
Figura 3. Antecedentes
En aquellos pacientes que se pueden catalogar de EBRI, el siguiente paso es estratificar el riesgo
de repetición del evento o de consecuencias clínicas graves. Se consideraran episodios de bajo
riesgo:
1. Paciente >60 días
2. Nacido ≥32 semanas de gestación o posterior y edad gestacional corregida ≥45
semanas
3. No necesidad de reanimación por parte de personal sanitario.
4. Duración de menos de 1 minuto.
5. Primer episodio.
A los pacientes que cumplen la definición de episodio breve resuelto de bajo riesgo se
recomienda:
Informar a la familia sobre las características benignas del episodio.
Ofrecer recursos para que puedan aprender RCP.
Valorar la realización de un ECG y determinación de B.pertussis en aspirado nasofaríngeo.
Valorar monitorizar con pulsioxímetro brevemente (4-6 horas de observación en urgencias).
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Dar de alta a domicilio con seguimiento ambulatorio, siempre y cuando la familia esté
tranquila. Destacar que no consideran necesario en este grupo de pacientes ingresarlos en el
hospital sólo para realizar monitorización cardiorespiratoria.
Ingreso hospitalario
Aquellos pacientes que no cumplan los criterios de EBRI de bajo riesgo ¿necesitan todos
ingreso?
Es importante conocer que los estudios recientes han demostrado la escasa repetición de
episodios en los ingresos hospitalarios (entre un 7 y un 12%) y que, en caso de repetirse, el 85%
ocurren en las primeras 24 horas.
Las principales indicaciones de ingreso son:
la repetición del episodio en menos de 24 horas
la presencia de factores de riesgo de sufrir un EAL grave (apneas centrales > 30
segundos y bradicardia durante al menos 10 segundos -<60 lpm en los menores de
44 semanas EPC, <55 lpm en los mayores de 44 semanas EPC- más menos
desaturación <80% durante más de 10 segundos)
o edad<30 días o de 43 semanas de edad gestacional
o antecedentes de prematuridad
o dos o más episodios en 24 horas
o antecedentes médicos importantes:cardiopatía congénita, sdr. Down y
otras cromosomopatías, trastornos cráneofaciales, neuromusculares…
presentar signos o síntomas de ingreso obligatorio como hipoxia, necesidad de
ventilación mecánica, reanimación cardiopulmonar, antibioterapia intravenosa,
tratamiento anticonvulsivante, inestabilidad hemodinámica, positividad para VRS
o Bordetella Pertussis en el estudio microbiológico.
la edad es una característica discutida aunque la mayoría de trabajos determinan
mayor número de ingresos menores de 60 días.
Aquellos pacientes que requieran ingreso hospitalario será para observación y estudio.
No se recomienda, de entrada, realizar exploraciones complementarias en el servicio
de urgencias dado el bajo rendimiento de éstas cuando la anamnesis y la EF no
sugieren la etiología. Idealmente el ingreso se realizará con neumocardiograma
(registro de FC, ECG e impedanciometría torácica) durante 24 horas (o con
pulsioximetría durante 48 horas en su defecto). Se aconseja mantener el registro de
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enfermería para valorar la correlación de las alarmas del monitor con la clínica y la
correcta colocación de los sensores.
Las alarmas propuestas para dichos monitores: apnea a partir de 16", bradicardia si <80 lpm (<
70 lpm en >1 mes), evento patológico si apnea >20" + descenso de > 30 lpm respecto a la FC
basal.
Una vez ingresados se decidirá realizar estudio en función de la anamnesis y/o evolución del
paciente. Si sugieren la etiología, se realizaran las exploraciones complementarias dirigidas en
función de la patología sospechada. En caso de que no se sospeche ninguna etiología, el
paciente podría ser dado de alta siempre y cuando no se haya objetivado ningún otro episodio
durante el ingreso. En este último supuesto se realizarían una serie de exploraciones
complementarias con el objetivo de intentar dilucidar la etiología
Hacer unas recomendaciones sobre qué exploraciones complementarias, basadas en la evidencia
es difícil dada las diversas etiologías del EAL.
Primera línea:
Se considera que existe suficiente evidencia (grado C) para la solicitud rutinaria de un
hemograma, proteína C reactiva, glucemia, gasometría, urocultivo y electrocardiograma, así
como estudio de virus respiratorio sincitial y/o Bordetella Pertussis si el contexto clínico o
epidemiológico lo sugiere.
Estudio metabólico: dado que un EAL puede ser el modo de aparición de enfermedades
metabólicas que requieren un diagnóstico precoz, que suponen un bajo coste y su obtención
no implica mayor daño al paciente, está recomendado el estudio de sodio, potasio, calcio,
magnesio, urea, amonio, lactato y piruvato, como parte de un primer estudio.
Tóxicos en orina: dado que es una técnica rápida, económica y que permite identificar
intoxicaciones cuyas manifestaciones pueden incluir apnea, debería incluirse como prueba de
primer nivel ante un EAL. Especial importancia toman los medicamentos como antitusígenos
y anticatarrales, cuyos principios activos pueden producir apnea.
Tras esta primera valoración, teniendo en cuenta los antecedentes personales, los factores
asociados a un aumento de riesgo de sufrir un evento más grave, las características del EAL y
los resultados de la pruebas complementarias es posible valorar la necesidad de ingreso
hospitalario o alta médica con control médico estrecho posterior .
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Segunda línea:
Electroencefalograma: debido a la baja sensibilidad del EEG para el diagnóstico de epilepsia
(15%), y el hecho de que es una prueba no accesible de manera urgente en la mayoría de los
casos, el EEG se recomienda ante la repetición de eventos sugestivos de crisis convulsivas.
Neuroimagen: se indica su realización ante clínica de focalidad neurológica, o datos
sugestivos de malos tratos.
Estudio reflujo gastroesofágico: no está indicada de manera rutinaria. El tránsito digestivo
puede identificar alteraciones anatómicas que condicionen RGE, despista la existencia de
fístulas traqueoesofágicas, pero no su relación con el EAL. El neumocardiograma -
pulsioxímetro combinado con pHmetría impedanciometría podrían establecer la relación
EAL y ERGE
Otros: Si el cuadro sugiere malformación vía aérea, (anillos vasculares, compresiones
externas, etc…) hay que dirigir las pruebas complementarias con otros estudios de imagen:
TC, angioTC, angioRM, fibrobroncoscopia. Si hay sospecha de otros cuadros asociados,
valorar también otras exploraciones como RM craneal o estudios genéticos. Monitorización
cardiorrespiratoria. Es utilizada en la práctica mayoría de los pacientes ingresados (86,1%),
con una duración variable (la mayoría entorno a las 48 horas). La monitorización hospitalaria
permite la identificación de hasta un 13,6% de EAL graves.
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Figura 4. Algoritmo de manejo
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Criterios de alta hospitalaria:
Ausencia de repetición del episodio durante la hospitalización después de 48 horas de
observación:
Con monitorización cardiorrespiratoria:
a. EAL idiopático. Tras estudio dirigido no se establece la posible etiología. A valorar
en cada caso.
b. EAL recurrente o con riesgo de serlo (ERGE grave , episodios graves, necesidad de
reanimación, antecedente de prematuridad, trastornos metabólicos, abuso infantil).
c. EAL grave. Si ha precisado reanimación avanzada o ha presentado repercusión
clínica (acidosis hiperlactacidémica…).
d. EAL y enfermedad de base que condicione trastorno ventilatorio o hipoxémico.
e. EAL y antecedente de hermano fallecido por muerte súbita.
Sin monitorización
a. Diagnóstico de etiología causante del episodio, tratable (bronquiolitis, RGE con
buena respuesta a tratamiento médico).
b. Sin diagnóstico con pruebas complementarias negativas si el episodio ha sido
leve y no ha sucedido durante el sueño.
SEGUIMIENTO
El adecuado control ambulatorio está siempre indicado, con el objetivo de realizar seguimiento
de los casos, confirmar la etiología, descartar comorbilidad, controlar los casos que precisan
monitorización domiciliaria, reforzar la educación ante episodios EAL, RCP…, atender el estrés
de la familia, descartar maltrato.
Es fundamental en las altas desde el servicio de urgencias garantizar un seguimiento ambulante
precoz (primeras 48 horas). Si ha precisado ingreso hospitalario, se recomienda que las primeras
visitas se realicen en la primera semana y las sucesivas de manera mensual, variando según el
caso.
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El porcentaje de monitorización domiciliaria indicado para estos pacientes en distintos estudios
varía entre 14,1-15,5%. En muchos casos el seguimiento sólo se realiza con pulsioximetría y
registro de la frecuencia cardiaca (81.3%).
El neumocardiograma, también conocido como monitor de apneas, es utilizado para el
seguimiento domiciliario entre el 18,7-80% de los pacientes monitorizados. Estos monitores se
han utilizado desde hace décadas, inicialmente en prematuros y tras la publicación en los setenta
de Steincschneider se extendió su uso. Registran de manera continuada los movimientos
respiratorios, la frecuencia cardiaca y algunos pulsioximetría y permiten almacenar la
información para su posterior estudio. La frecuencia de EAL graves en pacientes monitorizados
oscila entre 0-7%. Las indicaciones son muy concretas, como exponemos a continuación y no
debe indicarse su uso para prevenir el síndrome de muerte súbita, ya que hay evidencia que
demuestra que su uso no lo previene (Estudio CHIME, entre otros). Las indicaciones
fundamentales para su empleo están expuestas en el apartado anterior.
En el caso de pautarse por riesgo de EAL su uso debe mantenerse hasta que pase uno-dos meses
desde el último episodio. Debe realizarse seguimiento mínimo mensual y evaluar aquellos
episodios con los padres, el paciente y haciendo lectura de monitor. Los médicos que seguimos
a estos pacientes conocemos la importancia de revisar el registro, ya que muchas veces las
alarmas coinciden con artefactos y en otros casos nos aportan información precisa.
Los neumocardiogramas deben de cumplir una serie de requisitos mínimos, registrar los
movimientos respiratorios junto con ECG, poder grabar la información para ser analizada
posteriormente.
Las limitaciones de estos dispositivos son varias ya que no detectan las apneas obstructivas (en
las que se mantienen o incrementan los movimientos torácicos), no discrimina los errores en la
captación y puede informar de falsas apneas y/o bradicardias, y que en algunas familias parece
aumentar la ansiedad e incluso depresión de los padres.
Los padres/cuidadores de los paciente con indicación de monitorización domiciliaria debe ser
instruidos en técnicas de estimulación apropiadas (evitando siempre el zarandeo) y reanimación
cardiopulmonar básica. Se valorará en los casos de mayor gravedad la indicación de
reanimación con mascarilla-ambú y se les facilitará para domicilio. Se les debe dar instrucciones
de cómo actuar verbalmente y por escrito indicando el teléfono de emergencias y qué deben de
referir para trasmitir gravedad. Además, aunque ya hemos comentado que no se ha demostrado
asociación, deben ser asesorados sobre las formas de minimizar el riesgo de MSL (ambiente
seguro para dormir, evitar el tabaquismo, propia capacitación en RCP).
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