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Ama Begoñakoa - Bienvenido a Naval Model · fue sustituida en 1907, en sus funciones como buque...

Date post: 28-Jun-2018
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E ste buque escuela de 4.000 toneladas de peso muerto, casco de acero y cuatro palos, responde a la necesidad per- sonal de la marina mercan- te bilbaína de principios del siglo XX. Los alumnos, un máximo de 20, sólo podrían ser oriundos de las Vascon- gadas y Navarra, tener el tí- tulo de piloto y no pagarían su educación, pero estaban obligados a realizar las tareas de a bordo. La tripulación también debía ser vasca en su totalidad. Llamada Ama Begoñakoa en honor de la Virgen de Be- goña, la brick barca fue bota- da en Mayo de 1902 y el 18 de Julio salió de Glasgow con su primer cargamento con destino a San Francisco (Ca- lifornia). A lo largo de su ac- tividad realizó tres viajes intra oceánicos. En el segundo dio la vuelta al mundo con carga completa de carbón desde Cardiff, con destino final a Pango-Pango (Samoa), reali- zando escalas en Tutuila, New Castle (Australia), Coquimbo y Taltal (Chile). Sus periplos incluían destinos del Atlántico al Pacífico (Europa, Australia, Chile). Debido al coste que suponía su mantenimiento, fue sustituida en 1907, en sus funciones como buque escue- la, por uno de los mercantes de la naviera, el Ganekogor- ta-Mendi, hasta 1909, año en que entró en funcionamien- to el Eretza-Mendi, segundo buque escuela de la naviera Sota y Aznar para finalmente entrar en servicio el Artagan- Mendi, en 1917. La insignia del Ama-Bego- ñakoa estaba formada por el árbol de Guernica y la cruz de San Andrés. Al regreso de cada viaje, la tripulación Ama Begoñakoa El buque Ama Begoñakoa es una bricbarca construida por Arch Mc. Millan&Son Ltd. en Dockyard Dumbarton, en Escocia en 1902. Fue adquirida bajo pabellón uruguayo en 1902 por Sir Ramón de la Sota y Llano. Esta Brick- barca construida en Escocia, fue convertida en el primer Buque Escuela de la naviera Sota y Aznar el 1 de Marzo de 1906 desde su incorporación a su flota. Fotos y textos: Jesús Mª Lizarraga ARTÍCULO 16 · MÁS NAVÍOS
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Este buque escuela de 4.000 toneladas de peso muerto, casco de acero y cuatro palos,

responde a la necesidad per-sonal de la marina mercan-te bilbaína de principios del siglo XX. Los alumnos, un máximo de 20, sólo podrían ser oriundos de las Vascon-gadas y Navarra, tener el tí-tulo de piloto y no pagarían su educación, pero estaban obligados a realizar las tareas de a bordo. La tripulación

también debía ser vasca en su totalidad.

Llamada Ama Begoñakoa en honor de la Virgen de Be-goña, la brick barca fue bota-da en Mayo de 1902 y el 18 de Julio salió de Glasgow con su primer cargamento con destino a San Francisco (Ca-lifornia). A lo largo de su ac-tividad realizó tres viajes intra oceánicos. En el segundo dio la vuelta al mundo con carga completa de carbón desde Cardiff, con destino final a

Pango-Pango (Samoa), reali-zando escalas en Tutuila, New Castle (Australia), Coquimbo y Taltal (Chile). Sus periplos incluían destinos del Atlántico al Pacífico (Europa, Australia, Chile). Debido al coste que suponía su mantenimiento, fue sustituida en 1907, en sus funciones como buque escue-la, por uno de los mercantes de la naviera, el Ganekogor-ta-Mendi, hasta 1909, año en que entró en funcionamien-to el Eretza-Mendi, segundo buque escuela de la naviera Sota y Aznar para finalmente entrar en servicio el Artagan-Mendi, en 1917.

La insignia del Ama-Bego-ñakoa estaba formada por el árbol de Guernica y la cruz de San Andrés. Al regreso de cada viaje, la tripulación

Ama BegoñakoaEl buque Ama Begoñakoa es una bricbarca construida por Arch Mc. Millan&Son Ltd. en Dockyard Dumbarton, en Escocia en 1902. Fue adquirida bajo pabellón uruguayo en 1902 por Sir Ramón de la Sota y Llano. Esta Brick-barca construida en Escocia, fue convertida en el primer Buque Escuela de la naviera Sota y Aznar el 1 de Marzo de 1906 desde su incorporación a su flota.

Fotos y textos: Jesús Mª Lizarraga

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Ama Begoñakoa

asistía a un acto religioso en la basílica de Begoña, en ac-ción de gracias a la Virgen por la protección dispensada por ella al buque escuela.

En Septiembre de 1908 el Ama-Begoñakoa fue re-molcada desde Dunquerque hasta Bilbao para proceder a su venta. Fue adquirida en 1910 por la firma T. Devit de Liverpool, bajo el nombre de Medway para ser utilizada como buque escuela de las primeras líneas británicas de vapores-correo.

Cuando estalló la primera guerra mundial, la Medway (ex Ama Begoñakoa) se en-contraba en Extremo Oriente y T. Devitt de Liverpool la vendió a la Shell. Fue rebau-tizada como Myr Shell. Esta compañía petrolífera la tuvo en Hong.Kong primeramente como depósito flotante, des-pués le instalaron un motor a bordo y así volvió a navegar repartiendo petróleo por los puertos de aquella costa has-ta que, vendida a los japone-ses, terminó su vida náutica en vísperas de la segunda Guerra Mundial.

Al comenzar la I Guerra Mundial, en 1914, se encon-traba fondeada en Yokoha-ma haciendo funciones de pontón de aprovisionamien-to de combustible a los bu-ques. Sufrió una explosión seguida de un incendio. Fue transformada en gabarra y,

finalmente, en 1933, fue des-guazada.

ALgunAS DE SuS SingLADuRASEl 19 de Julio de 1902, re-cién comprada, zarpó del Clyde al mando de D. Tomás Undabarrena, de Baracaldo,

con cargamento completo con destino a San Francis-co, previo paso por Bilbao donde fue recibido al son del txistu y tamboril. De su esca-la da fe una foto de periódi-co conservado como exvoto en la Basílica de Begoña con un texto en vascuence de

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D. Ramón de la Sota y Llano que dice:«A Nuestra Señora de Begoña como recuerdo de hijos devotos y pidiéndole su protección para la Ama-Begoñakoa».

Rindió viaje a Liverpool en julio del año siguiente.

El 10 de Octubre de 1903 inició el segundo viaje desde Cardiff con carga comple-ta de carbón y con destino a Pango-Pango en Samoa. Dio la vuelta al mundo y re-gresó a Bilbao en febrero de 1905.

En junio de ese mismo año, al mando del capitán D. Elías Mesurio, salió con rumbo a Chile. De este mo-do continuó con su doble faceta de buque escuela y de barco de carga. El último viaje lo mandaba el capitán D. Germán de Aguirre y transportaba un cargamen-to de nitrato de Chile. Llegó a Dunquerque y, en 1908, lo remolcaron hasta Bilbao para proceder a su amarre en Axpe con el propósito de venderla. Dicha venta se realizó en 1910 a la firma de Liverpool antes mencionada, la T. Devit.

AnécDotASFue un barco curioso, igual que su dueño y la sociedad a la que pertenecía. Fue un buque de Bilbao desde el punto de vista del propietario y con tripulación autóctona, pero tenía la rareza de estar matriculado en Montevideo y, en consecuencia, arbolaba la bandera de ese país.

En aquella época, en las refriegas políticas que hu-bo, el Sr. Sota tomó partido abierto y decisivo por Sabi-no Arana y Goiri, quien por entonces fue procesado y posteriormente absuelto por el telegrama que le mandó al presidente de los Estados Unidos Teodoro Roosvelt. Algunos adujeron que todo

esto encubría otro propósito ajeno al negocio que poste-riormente sería declarado in-cierto. Se decía que el barco enarbolaba una bandera de conveniencia, lo mismo que se dio en el propio Bilbao y en otros puertos con otros barcos y con otros navieros.

A finales del siglo XIX y principios del XX, salió la ley

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del mallorquín D. Antonio Maura que sabía mucho de la marina mercante y el par-tido que le podía sacar para la mejora de la economía es-pañola. La ley de junio de 1909 permitió el rescate de esos barcos para el pabellón español.

Esto hizo que aumentase la puesta de nuevas quillas

en gradas nacionales y así engrosó la matrícula del Bil-bao y otras. A esto hay que añadir la época de neutrali-dad española ante la guerra europea.

Nuestro barco, era de aquí a pesar de su bandera. Su insignia estaba formada por el árbol de Guernica y la cruz de San Andrés.

EL AutoRHoy traemos a nuestras pá-ginas parte de la vida y los trabajos de un modelista con más de treinta y siete años de experiencia en el difícil ar-te del modelismo naval. José Antonio Puerta Mendiguren, de profesión pintor y chapis-ta desde sus dieciséis años en una marca de renombre, en

la actualidad está jubilado. Fue uno de los socios funda-dores del Grupo de Historia y Modelismo Naval de la So-ciedad de Oceanografía de Guipúzcoa, hoy rebautizada como fundación F.O.G.

Hoy nos detenemos en uno de esos modelos, quizás no el más significativo pero sí tan espectacular como sus otros compañeros de asti-llero. Nos muestra el barco Ama Begoñakoa que, como todos los que hace, docu-menta siguiendo la antigua costumbre de la SOG, en la que cada adquisición debía pasar por la Junta Directiva que, previa vista y valoración del trabajo y su documenta-ción, decidía la compra del mismo, solicitaba unas me-joras o encargaba uno nuevo si estas no se podían llevar a efecto.

Todo comenzó hace unos veintisiete años, cuando un grupo de socios, todavía jó-venes y amantes de su Museo Naval, pensaron que allí ha-cían falta menos grabados y más modelos de barcos. Dura tarea la de presentar así los hechos a una directiva y a

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un secretario que, enamora-do de la casa, no sólo la con-sideraba como propia sino que creía que por entonces cada pieza tenía su sitio. Así hasta la consumación de los siglos.

Fue el tesón de éste grupo de socios el que convenció y

animó al secretario, primero para recibir su apoyo y, más tarde, para involucrarle reci-biendo su ayuda y sus con-sejos. Si el movimiento se demuestra andando, las opi-niones de éstos esforzados se plasmaron en obras que, en principio regaladas, fueron

enriqueciendo poco a poco el patrimonio de su Museo.

Primero fue la construc-ción de dioramas de astille-ros; siguieron las chalupas, las primeras embarcaciones de vapor y un largo etcétera. Al grupo original se fueron uniendo otros amigos que,

animados por la dinámica que se vivía, fueron creando preciosos y didácticos diora-mas de pesca. Con el tiem-po se hace mano y se gana en experiencia. La profesión también ayuda mucho (to-dos lo sabemos) y, unida a la constancia, termina forjando maestros.

Pasan los años y los traba-jos son ya obras muy estu-diadas y bien presentadas. Algunos museos abren sus puertas a estas realizaciones unas veces adquiriéndolas y otras bajo la fórmula de donaciones a perpetuidad. Simultanea su trabajo diario con su gran afición: el mar y sus gentes. Los trabajos que realiza por encargo van des-tinados tanto a instituciones como a particulares. Poco a poco la técnica se va de-purando, el oficio se va no-tando en los detalles y aca-bados; no es que al trabajo anterior le faltasen, pero éste nuevo modelo tiene alma, habla de su historia si se sin-toniza con él y si se es capaz de abandonar el tráfico ver-tiginoso del día a día.

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Nuevos barcos salen de su pequeño taller casero pero con la peculiaridad de que ya salen convertidos en me-dios modelos. En ciertas ca-sas ya no entra un modelo de un metro de eslora con su correspondiente vitrina que le proteja del polvo y de manos inexpertas.

Esos barcos tienen que recibir otro tratamiento. Los primeros van montados so-bre cartas marinas de las rutas que hicieron, algunas hasta llevan las anotaciones de los pilotos que las usaron. El modelo va ganando pres-tancia al ser colocado sobre un espejo, pero surgen los problemas: mientras yo miro el barco, me veo reflejado. Hay que buscar la forma de colocar el medio modelo tratando de que la posición del espejo impida ver a la persona que está al otro la-do del barco, que al fin y al cabo soy yo mismo quien se mira en el espejo. Se buscan espejos finos para evitar que su grueso marque una línea gruesa en casamatas, palos, chimeneas y todas aquellas piezas que sin remedio han tenido que ser cortadas por su mitad. Detalle que no ocurre con los botes auxilia-

res, obenques, maquinillas de cubierta, etc.

La gracia de esta presen-tación reside también en el acabado de los modelos. Hay que enriquecerlos y, para ello, parte del forro va al aire para disfrutar del inte-rior de su obra muerta. Es un trabajo añadido que exige meticulosidad. Unas veces será carga sencilla, otras será la caldera, la máquina o los

motores auxiliares los que se vean, amen de las escaleras y cuartos, depósitos de agua y combustible.

Todavía el esmero apunta más alto, y se centra en lo que ha sido su vida laboral: la pintura. Pintura lo más pa-recida a la real del modelo con el añadido de la patina del uso cuidando que no se pueda confundir con sucie-dad o abandono.

Comenzó con betún de Ju-dea y aguarrás para ir con-siguiendo sus propósitos. Aquellos barcos pintados con primor que parecían recién salidos de astillero, comien-zan a tener vida al irles aña-diendo las sombras. El color pardo antiguo o marrón para envejecer nº 431 de la casa Talens, se convierte en amigo inseparable de nuestro pintor decorador. Los pinceles de marta son el auxiliar perfec-to. La ceniza de cigarro o de puro, restregada con el dedo sobre las cubiertas, se revela como la mejor pintura.

Los polvos talco son sa-biamente administrados y dejados durante un día. Al ser retirados pasadas veinti-cuatro horas, dejan un barco que parece salido del museo del tiempo. Una mano de barniz mate, especial para cuadros al óleo, lo pretejerá de por vida ante cualquiera que trate de limpiarlo en la creencia de que lleva tiem-po sin recibir la caricia de un pincel.

Reproducido a escala 1/100 por José Antonio Puerta MendigurenModelista de la Fundación oceanográfica de guipúzcoa de San Sebastián.

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