Lección 30 y 31 de marzo. Ananías un Héroe asustado.
• Con esta lección deseamos lo siguiente: • Demostrar que con Dios no tememos.
• Mostrar que vale la pena obedecer a Dios y a los padres.
• Base Bíblica: Hechos 9:16‐19
Ananías, que sólo se menciona en las Escrituras dos veces: Hechos 9:10-19 (la clase de hoy) y Hechos 22:12-16. Así como Mardoqueo jugó un papel relevante en la vida de Ester, Ananías fue fundamental en la vida del apóstol Pablo. Su forma de proceder al obedecer la orden del Señor, aunque tuviera miedo, es un excelente modelo a ser seguido por sus hijos e hijas. Como un buen seguidor de Jesús, Ananías era un discípulo que tenía comunión con el Padre. Y mientras oraba en su casa, tuvo una visión del Señor, quien le dijo: “Levántate y ve a la Calle Recta. En la casa de Judas, busca a un hombre de la cuidad de Tarso. Se llama Saulo, y está orando allí” (Hechos 9:11). Dios explicó a Ananías que Saulo estaba orando y también había tenido una visión en la cual veía a Ananías entrando en la casa donde estaba e imponiendo manos sobre sus ojos para que pudiera volver a ver. Pregunte a la clase: “Sin embargo, ¿ustedes saben cuál fue la actitud de Ananías?”. Espere que respondan. “Él sintió mucho miedo, porque a fin de cuentas, se trataba de un cruel perseguidor de los cristianos: Saulo de Tarso. Después de haber hecho tantas maldades a los creyentes de Jerusalén, se encontraba ahora en Damasco y tenía la autorización de los sacerdotes para prender a todos aquellos que creían en Jesús como Mesías y Salvador. ¿Cuál es la respuesta del Señor? “Ve, porque yo he elegido a ese hombre para que sirva. Él hablará de mí ante extranjeros y reyes, y ante el pueblo de Israel” (Hechos 9:15) Entonces, Ananías obedeció la voz de Dios, aunque se sentía bastante atemorizado. Fue a la casa de Judas y le impuso las manos a Saulo. ¿Saben que ocurrió? Saulo recobró la vista, y al levantarse, fue bautizado. Su hijo o hija puede aprender dos lecciones sencillas. La primera es que sea cual sea la circunstancia, no tenemos que temer. Dios está con nosotros. Cite el ejemplo de los amigos de Daniel: Ananías, Misael y Azarías- que aún bajo la amenaza de ser lanzados en el horno de fuego ardiente, no temieron (Daniel 3), sino que se mantuvieron en obediencia al estatuto de Dios que dice: “NO tengas dioses además de mí...no te hagas ningún ídolo...no te inclines delante de ellos no los adores”. (Éxodo 20:3,5). La segunda lección es que debemos siempre obedecer a Dios, aunque no queramos hacer algo, o aunque tuviéramos miedo. Mencione a Abraham, quien obedeció al Señor cuando Él le pidió que sacrificara a Isaac (Génesis 22). Era una orden difícil de obedecer, pero él lo hizo y después de haber sido aprobado por Dios, le fue provisto un carnero.
Ejercicio: si usted conoce los temores de su hija o hija motívelo (a) a ponerlos delante del Señor en oración pidiéndole fortaleza. Si no los conoce bien este es un buen tiempo para que converse acerca de los mismos.
