Date post: | 13-Jun-2015 |
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APRENDIZAJE:
DE LAS NEUROCIENCIAS A LA
CULTURA
Prof. Dr. Pascual Ángel
Gargiulo
2012
CONFERENCIA:
* Planteos históricos
* Transición y continuidad:
Desde el aprendizaje y sus
implicancias neurobiológicas
hasta el hecho cultural.
Evidencias:
Psicofisiología
Filosofía
Psicopatología
PSICOFISIOLOGÍA
Psicofisiología
Mecanismos de:
•Atención
•Percepción
•Memoria
Jalones relevantes en el proceso de
aprendizaje desde lo biológico.
Wilhelm
Maximilian
WUNDT
(1832-1920)
Experimento:
* Introspección
* Registros
Fisiológicos
Experimento:
* Tiempo de Reacción
* Sensopercepción
* Sentimiento
* Voluntad
Max
WERTHEIMER
(1880-1943)
Kurt
KOFFKA
(1886-1941)
Wolfgang
KÖHLER
(1887-1967)
Iván PAVLOV
(1849-1936)
FILOSOFÍA
Wilhelm
DILTHEY
(1833-1911)
Edmund
HUSSERL
(1859-1938)
Edith
STEIN
(1891-1942)
Influencia de Dilthey:
* Psicología Fenomenológica:
Ciencias del espíritu y ciencias
de la naturaleza.
* Reduccionismos imperantes
en su época y aún presentes.
Dilthey:
* La historia y otras disciplinas
que abordan lo humano debían
ser incluidas en el grupo de
“ciencias de espíritu", .
* No confundirlas con las
llamadas "ciencias de
naturaleza".
WUNDT
* Fundador del primer laboratorio de Psicología
Experimental de la historia.
* Autor de una Psicología Fisiológica.
* Planteaba la conveniencia de utilizar el criterio
sociológico para estudiar lo que llamó los
“productos espirituales” (costumbres, lenguaje y
representaciones míticas, entre otros).
WUNDT
“Psicología de los
Pueblos”: Obra menos
recordada que la primera y,
probablemente más
relevante en el tema que
hoy nos ocupa.
STEIN:
* Influenciada por Dilthey.
* Escritos (1918 y 1919) dedicados
a estos temas, profundizando las
ideas de causalidad y motivación.
LERSCH
* “Etiología” de la conducta.
* Condiciones intra-anímicas,
incluibles dentro del concepto de
motivación.
* Condiciones del mundo de lo
corporal, reconociendo las conexiones
psicofísicas y psicosomáticas.
DIFERENCIA
CATEGORIAL
Psiquiatría Centroeurpea
* Jaspers
* Schneider.
En este contexto, una
explicación "científica"
de un acontecimiento
humano, histórico o
psicológico, constituiría
un error epistemológico.
Explicación "científica“
=
Error epistemológico.
Esta diferencia está
presente también en el
planteo de Popper,
quien distingue tres
mundos del hombre.
Popper-Eccles
“El Yo y su
Cerebro”
Destacamos la
simpatía despertada en
nuestra generación por
su obra “El yo y su
cerebro”.
Influencia relevante en nuestra
época:
* Periodo de formación médica.
* Formación en el ámbito
psiquiátrico.
* Inicios de nuestra carrera en el
ámbito de las neurociencias.
Su carácter integrador en
un área en que diversas
disciplinas se encuentran, y
no siempre del modo más
armónico, nos llevó a
considerar muchos de sus
planteos como orientadores
y fecundos.
El encuentro entre un filósofo y
un neurocientífico, ambos de
talla, era un hecho intelectual
inusual, teniendo en cuenta la
tendencia a hacer prevalecer un
planteo en desmedro del otro que
demasiadas veces se observa en
la temática.
En este sentido muchas
aproximaciones quedan viciadas por
resaltar la singularidad del hombre
negando toda aproximación a través de
modelos en especies inferiores, o,
inversamente, por reducir lo humano a
experiencias de laboratorio, demasiadas
veces reduccionistas y conducentes al
determinismo.
La obra de Popper y
Eccles constituía un
diálogo interesante y
amplio tendiente a edificar
un puente entre ambos
tipos de disciplinas o
saberes.
Trabajo, de
condición también
dual
(neurociencias y
psicopatología).
Líneas de Investigación
* Dar razón de alteraciones
conductuales presentes en el
hombre a través de
aproximaciones experimentales a
los trastornos cerebrales
subyacentes a las enfermedades
en sentido estricto en psiquiatría.
Todo esto nos lleva
a una situación de
plena atención a
estas dos
vertientes.
Garantía para no incurrir:
* Ni en reduccionismos.
* Ni en la negación estéril
de modelos y sus
consiguientes potencialidades
por negaciones surgidas de
presupuestos teóricos.
No voy a referirme a los
ejes centrales del
pensamiento de Popper,
dado que estos temas,
propios de los filósofos,
han sido y serán abordados
por ellos.
En este sentido, dejo lugar a
quien corresponda en lo que hace
a ideas tales como su negación
de la existencia de la inducción,
la falsabilidad como condición
de posibilidad de una teoría
científica y sus ideas en torno a
la sociedad abierta.
Esto podría llevar a un
extenso tiempo de trabajo
de interdisciplina en los
dos primeros casos, y un
extenso e interesante
debate en el tercero.
Señalo simplemente al
respecto que me parece
procedente, tanto desde su
teoría como desde la praxis
científica a la que estamos
habituados, el considerar el
saber científico como
hipotético y conjetural.
Abocándonos al tema
específico de este momento,
creo interesante señalar
algunas contribuciones muy
interesantes del trabajo que
Popper escribiera con Eccles
en torno a El Yo y su Cerebro.
En esta obra, que es la que más
difusión ha tenido entre los
neurocientíficos, Popper redacta
una primera parte o exposición
inicial, que se continúa con
capítulos de Eccles en torno al
estado actual de las neurociencias
en la época de edición del estudio.
El libro concluye con algunos
diálogos entre ambos autores.
Sin pretender hacer un análisis
completo de la obra, me remitiré
a algunos puntos que tienen una
proyección muy relevante en los
criterios de abordaje de la
psicopatología.
Por su posición, Popper
representa al grupo de
los emergentistas (ver
Sanguineti, 2007).
MUNDO 1: mundo material o
biológico.
MUNDO 2: emerge otro mundo del
psiquismo, diverso del mundo 1.
MUNDO 3: productos de lo humano.
Niega el carácter
puramente material de
los pensamientos, las
opiniones, los deseos, el
yo y la conciencia, con
algunas diferencias en la
posición de Eccles.
Junto con otros filósofos
emergentistas, reconoce la
posibilidad de que perfecciones
nuevas sean suscitadas por
ciertas configuraciones de la
materia, siguiendo las vías de la
evolución (Sanguineti, 2007).
Serían pasos sucesivos el
surgimiento de la vida, de
la conciencia, de la vida
animal y finalmente de la
mente humana
(Sanguineti, 2007).
Su concepción ha
sido definida como
un dualismo
emergentista
(Sanguineti, 2007).
Niveles superiores
* Conciencia
* Libertad
* Control sobre los
estratos inferiores.
Esta posición
emergentista no es
materialista, en el sentido
de que la mente surge por
evolución pero no se
confunde con la realidad
física.
En El Yo y su Cerebro, en primer
lugar, Popper señala con una
sólida y extensa argumentación el
modo en que el materialismo se
supera a si mismo, luego de
haber aportado elementos que
favorecieron la investigación del
cerebro.
Pasa luego a una crítica
sistemática al mismo,
delimitando previamente tres
mundos, en una posición que
podría considerarse relacionada
con las ideas que dieron lugar a
las escuelas centroeuropeas de
psiquiatría.
Continúa con diversas
consideraciones en torno al
yo, y concluye haciendo
una exégesis de los
comentarios históricos en
torno al problema del
cuerpo y la mente.
Para hacer una muy apretada
síntesis de algunos de las
cuestiones desarrolladas al
respecto por Popper, destacamos
la relevancia que da al
argumento de Haldane, en
contra de los reduccionismos
materialistas.
Argumento de Haldane: sostiene
que si las opiniones que uno tiene
son producto de la química
cerebral y no de la lógica, esto
indica que las mismas dependen
de la química y no de la lógica,
hipotecando la validez del
conocimiento (Op. Cit., pág. 85).
Más allá de versiones y
polémicas posteriores, el
mismo constituye un
argumento en algún sentido
aún valedero frente a la
tentación de caer en los
reduccionismos.
El otro aporte que podría ser
considerado medular en lo que
respecta a sus proyecciones
sobre la psicopatología es la
idea de que existen tres
mundos (ver Tabla I, Op. Cit.,
pág. 18).
En un sentido de
complejidad
ascendente, describe
un tres “mundos”.
Popper sostiene que puede haber
causación “descendente”, esto
es, acción de los estratos
superiores sobre los inferiores,
y no sólo consecuencias en los
estratos superiores de lo generado
en los estratos inferiores (Op. Cit.
Pág. 15).
Esto tiene
consecuencias en
psicopatología como
disciplina teórica, y en
psiquiatría, como
quehacer práctico.
PSICOPATOLOGÍA
Desde la enfermedad humana, la
psicopatología centroeuropea
ha diferenciado clásicamente
dos categorías principales de
entidades nosológicas en el
enfermar humano, con accesos
diferenciales.
Intentaremos hacer una
apretada síntesis en torno a la
psicopatología, de modo tal
de poder apuntar el lugar en
que se aplica o refiere el
conjunto de aportes de Popper
que hoy deseamos señalar.
En el presente son
numerosas las
clasificaciones
existentes de las
entidades nosológicas
en psiquiatría.
Muchas de las más difundidas
presentan el problema de
atomizar las grandes categorías
de clasificación igualando toda
manifestación psicopatológica
bajo la común denominación
de “trastorno”.
Así lo hacen, por ejemplo,
los manuales diagnósticos
y estadísticos de la
Asociación Americana de
Psiquiatría, conocidos por
sus siglas (DSM-III, DSM-
III-R, DSM-IV).
Otra crítica a estas clasificaciones
que entendemos válida es la de
Brusset (1999), quien remarca,
citando a otros autores, que los
manuales diagnósticos y
estadísticos (DSM) tienden a hacer
perder toda especificidad a la
psiquiatría cuando se la compara
con otras especialidades médicas.
Se tiende así a un punto
de vista absolutamente
organicista, y
apuntando a una terapia
exclusivamente
quimioterápica.
La categorización de las distintas
entidades observables en la praxis
conserva aún hoy un interés
fundamental, dado que orienta la
terapéutica y permite el
pronóstico. Aún más, la postura
teórica subyacente al abordaje
constituye una variable que no
puede ser ignorada.
Por todo lo apuntado,
preferimos manejarnos con
la clásica sistematización
de Schneider (ver tabla II),
dado su valor didáctico y
conceptual.
La psicopatología
centroeuropea propone
dos categorías
principales de
entidades, con accesos
diferenciales.
Los puntos de vista clásicos
de psiquiatría de Europa
central son expuestos
claramente por Jaspers
(Jaspers, 1965/1913, 1997) y
Schneider (Schneider,
1975).
Ellos consideraron la
diferencia filosófica
esbozada por Dilthey
entre ciencias del
espíritu y ciencias de la
naturaleza.
Dilthey, oponiéndose a
reduccionismos, propuso que la
historia y otras disciplinas que
abordan lo humano deben ser
incluidas en el grupo de
“ciencias de espíritu”, y no
confundirlas con las llamadas
“ciencias de naturaleza”.
En este contexto, una
explicación “científica” de
un acontecimiento humano,
histórico o psicológico,
constituiría un “error
epistemológico”.
La importancia de los
criterios de estos
autores ha sido
recientemente
destacada (Huber,
2002).
Esta diferencia está ya germinalmente
contenida en Wundt, quien, luego de
escribir su Manual de Psicología
Fisiológica y de haber fundado el
primer Laboratorio de Psicología
Experimental, habla de la
conveniencia de utilizar el criterio
sociológico para estudiar lo que llamó
“los productos espirituales”.
Dentro de ellos incluía a las
costumbres, el lenguaje y las
representaciones míticas,
entre otros (ver Victoria, pág.
19). Con este enfoque escribe
su “Psicología de los
Pueblos” (ver Victoria, pág.
20).
Esta consideración
teórica tiene
consecuencias prácticas,
y su importancia es
crucial para la práctica
diaria del psiquiatra.
De este modo, una reacción
psicológica o un desarrollo
vivencial podrían ser
entendidos, comprendidos
empáticamente, en el
marco de una continuidad
de sentido.
Estamos aquí,
estrictamente, en el
campo psicológico.
Si deseáramos usar la
expresión de Dilthey y
Jaspers, podríamos decir
que estamos aquí en los
dominios de las “ciencias
del espíritu”.
Si seguimos la
conceptualización de
Popper, estamos en el
mundo 2. Y si consideramos
que lo vivido puede ser
verbalizado, estamos ya en
el mundo 3.
En psicopatología, la idea de que
existen dos tipos de categorías
diferentes en psiquiatría es
desarrollada claramente por
Jaspers, quien toma de Dilthey el
concepto de “ciencias de la
naturaleza” y “ciencias del
espíritu”, haciendo un parangón
con lo observable en psiquiatría.
Destaca así dos tipos de
ámbitos: el de lo
comprensible, propio del
espíritu y regido por
motivos, y el de lo
explicable, propio de la
naturaleza y signado por las
relaciones de causalidad.
Este último ámbito sería el
que se manifiesta en el
hombre en la enfermedad
en sentido estricto, cuando
las disfunciones biológicas
comprometen la posibilidad
de funcionamiento de los
estratos superiores.
Por oposición, el primer
grupo de entidades sería
abordable, no ya por
reduccionismos que intentan
explicarlo todo a través de las
ciencias de la naturaleza, sino
por la comprensión.
Hay, además, un planteamiento
afín al distinguir “proceso”
(trastorno somatológico externo
a la conciencia) y “desarrollo”
(que presupone una noción de
continuidad del yo en el tiempo,
ver Jaspers, 1977; Ivanovic-
Zuvic, 2000).
Adicionalmente, en el ámbito de las
depresiones, diferenciando las
endógenas, ligadas a lo corporal, de
las reactivas o desarrollos
vivenciales, se efectúa una
contraposición entre fase y
desarrollo, para explicar o
comprender, respectivamente (ver
Jaspers, 1977; Ivanovic-Zuvic, 2000).
Esta oposición es medular
en psiquiatría y de ella
depende la actitud
terapéutica a tomar frente
al caso concreto. Puede
darse un conjunto de
ejemplos.
De todo lo dicho debe
quedar bien claro qué es
comprensible y qué es
explicable, qué es
motivado y qué es
causado.
Podemos concluir que, dentro de las
ideas de Popper, la noción de una
estratificación o tectónica del
mundo o los mundos convalida la
idea, presente en la psicopatología
centroeuropea, de que hay ámbitos
superiores e inferiores, y que no
son reductibles entre sí, aunque
indudablemente interaccionen.
APORTES DE POPPER
1) Estratos superiores: Existen diversos estratos (“mundos”) que se diferencian cualitativamente.
2) Estos Estratos tienen dinámicas diferentes: La química cerebral no
explica la lógica.
3) Causación Descendente: La dinámica de los estratos superiores puede influir
en los inferiores.
MUCHAS
GRACIAS