Fátimaarchidiócesis de Valladolid
Año XXVIII – Época IIIN.º 207 – Enero-Febrero 2019N.º 271
Edita: Apostolado Mundial de Fátima —Ejército Azul de Nuestra Señora— de ValladolidMonasterio�de�la�Visitación�-�Juan�Mambrilla,�33.��Tlfs.�983�209�376,�699�834�276
MaquEta: José�Emilio�Mori�Recio,�Administrador�informático�del�ArzobispadoEn intErnEt: www.archivalladolid.org�(boletines disponibles en formato PDF, en color)
Carta del Director del BoletínLa devoción de los cincoprimeros sábados (I) ...........2-3
Los Pastorcitos de FátimaLa madre (III) ......................4-6
Tesorería..................................6
La última vidente de FátimaEn el Secreto figurabatambién la Shoah (II) ...........7-9
YouCat ................................... 10
Actividades diversas .............10
Intercesores y modelosS. Fco. Fdez de Capillas ..11-12
Intenciones del Papa y la CEE 12
OpinionesLa Hermana Lucíade Fátima y Pontevedra..13-15
Sonreír y reír .........................15
Peregrinación a Fátima .........16
La imagen peregrina de Fátima
en La JmJ de panamá
(ver pág. 13 deL boLetín anterior)
muy queridos hermanos todos en losSagrados Corazones de Jesús y de maría:
Quienes,� por� la� gracia� de� Dios,pertenecemos� al� ApostoladoMundial� de� Fátima� sabemos
cómo�la�Devoción�de�los�Cinco�PrimerosSábados�de�mes�exige,�porque�así�lo�dis-puso� nuestra� Madre,� cuatro condicio-nes mensuales:�1.�Recibir�el�Sacramentode�la�Confesión.�2.�Comulgar�en�estadode� gracia.� 3.� Rezar� el� santo�Rosario.� 4.Hacer� quince� minutos� de� compañía� anuestra�Señora�meditando� los�misteriosdel�santo�Rosario.��En�sucesivos�boletines explicaré�todo
lo�referente�a�cada�una�de�estas�exigen-cias�de�la�Virgen,�previas�al�cumplimien-to�de�su�promesa�de�auxiliar�en� la�horade�la�muerte�con�todas�las�gracias�nece-sarias� para� salvarse.� Ella� considera� quelo�único�importante�es�que�Dios�viva�ennosotros,�lo�cual�conseguiremos�median-te� la� realización� de� esas� exigencias� conrectitud� de� intención� y�Amor.� Empeza-mos,� en� este� boletín,� hablando� delSACRAMEnTo DE lA ConFESión.
¿Quién lo instituyó? El�Sacramento�dela� Penitencia,� Confesión� o� Reconcilia-ción�no�lo�creó�ninguno�de�los�Apóstoles,sino�nuestro�Señor� Jesucristo,� el�mismodía�de�Su�resurrección.�lo�describe�asíel�evangelio�de�S.�Juan,�20,19-23:«Por la tarde de ese mismo día, el prime-
ro de la semana, y estando, por miedo a losjudíos, cerradas las puertas de donde seencontraban los discípulos, vino Jesús y, de
pie en medio de ellos, les dijo: “¡Paz a voso-tros!”. Diciendo esto, les mostró sus manosy su costado; y los discípulos se llenaron degozo, viendo al Señor. De nuevo les dijo:“¡Paz a vosotros! Como mi Padre me envió,así Yo os envío”. Y dicho esto, sopló sobreellos, y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo; aquienes perdonéis los pecados, les quedanperdonados, y a quienes se los retengáis, lesquedan retenidos”».
¿Cómo hemos de recibirlo? Por� seruna�realidad�sagrada,�debemos�preparar-nos� con� toda�dignidad.�nuestra�Madrela�iglesia,�siguiendo�el�mandato�del�Con-cilio� de�Trento� de� que� «las cosas santashan de ser tratadas santamente»,�ha�ense-ñado�en�el�Catecismo�que�son�necesariascinco cosas para�recibirle�dignamente:�1. ExaMEn dE conciEncia;�para�ello
es�muy�conveniente�pedir�ayuda�al�Espí-ritu�Santo�y�leer�atentamente�un�elencode� preguntas sobre� nuestro� comporta-miento� con�Dios,� con� los� demás� y� connosotros� mismos,� explicitado� en� losMandamientos,� las�virtudes�o� los�vicioscapitales�(junto con este Boletín se insertael examen de conciencia que se puede reco-ger en la mesa de entrada de nuestra SantaIglesia Catedral metropolitana).2. dolor dE los pEcados,�que�es�un
sentimiento�o�pena�por�haber�ofendido aDios�nuestro�Creador,�Redentor,�Santifi-cador� y� Padre� infinitamente� misericor-dioso.�Fomentaremos�este�dolor�si�recita-mos�despacio�y�con�el�corazón�la�oración«Señor mío Jesucristo…»��
2 N.º 2712 FátImAFátImA
Carta del director del boletínLa devoción de los cinco primeros sábados de mes (I): La Confesión
3. propósito dE la EnMiEnda, quees� una� resolución� seria� de� no� volver� aofender� a� Dios� haciendo� lo� malo.� Portanto,� estar� dispuestos� a� poner� losmedios�necesarios�para�evitar�el�pecadohuyendo de�las�ocasiones�de�pecar.�4. dEcir los pEcados al� confesor,
teniendo�muy�presente�que�es�ministrode�Dios�y,�por�tanto,�la�exposición�de�lospecados� debe� realizarse� con� sinceridadtotal� y� sin� temor� alguno.� Mentir� seríarealizar�una�confesión�inválida�y�sacríle-ga.�Si�Jesucristo�dijo:�«… a quienes per-donéis los pecados, les quedan perdonados;y a quienes se los retengáis, les quedan rete-nidos»,� para� que� el� sacerdote� obre� conjusticia�y�misericordia,�él�debe�conocercuáles�son�esos�pecados�u�ofensas�inferi-das� a� Dios,� bien� directamente� a� Él� oindirectamente�a�través�de�sus�hijos,�laspersonas.5. cuMplir la pEnitEncia,�es�decir,
rezar� las�oraciones�o�poner�por�obra� lasacciones� o� sacrificios� que� el� confesorconsidere�necesarias�u�oportunas.�¿Cuáles�son�sus�efectos?�Si�el�peniten-
te� se� ha� acusado� de� pecados� graves� omortales,�la�venida�a�su�alma�de�la�Pre-
sencia� de� la� Santísimatrinidad,� Padre,� Hijo� yEspíritu�Santo.�no�olvide-mos� que� por� el� Bautismosomos� templo� de� Dios,� yel�templo�queda�vacío poruna�ofensa�grave�o�mortala� Dios.� Si� solamente� depecados�veniales,�la�graciadel� sacramento� intensifi-cará esa�Presencia�Divinaen�nuestra�alma.
Este�sacramento�ha�sido�denominadotambién� el� sacramento� de� la�paz,� de� laalegría interior y�de� la� fortaleza.�A� lossacerdotes,�ministros�de�este�Sacramen-to,� el� Señor� nos� premia� siempre� quevemos� a� nuestros� hermanos� penitentes,después�de�recibir�la�absolución,�con�ale-gría en� sus� rostros�y�a�veces�con� llantogozoso�por�verse�perdonados.��Y�en�estos�tiempos�de�desconocimien-
to�de�este�Sacramento,�y�a�veces�de�des-precio� o� de� menosprecio,� quizás� valgareflexionar� sobre� esto� ocurrido� a� unamigo�mío� sacerdote,� a� quien�un� jovenmuy� simpático� y� erudito� le� dijo:� «SeñorCura, yo no necesito confesarme, porque no
tengo pecados.»� A� lo� cual� respondió� elsacerdote: «Pues yo entiendo que solamen-te hay dos clases de personas que dicen queno tienen pecados o que no han ofendido aDios: aquellos que no han llegado al uso derazón o los otros que han perdido el sentidocomún porque ya no distinguen el bien delmal».
Valladolid, 13 de enero de 2019,
Fiesta del Bautismo del Señor
Jesús Hernández Sahagún
3ENERo-FEBRERo 2019 3
María� Rosa� procuraba� tambiéndesarrollar�en�los�hijos�la�gene-rosidad y�el�espíritu�de�familia.
«En sus casas, no había riqueza de bienesterrenos, que el mundo tanto aprecia; mas,con lo poco necesario para cada día, habíapaz, había unión, había alegría y amor,fruto de la mutua comprensión, del recípro-co perdón y disculpa de las deficienciasinherentes a la flaqueza humana. Así, todoseran felices: todos se sentían bien, porquecada uno procuraba servir y agradecer a suspadres y hermanos. Así, lo poco llegabapara muchos, porque puesto en común, todoera de todos.
A propósito, permitidme que os narre algoque prueba la verdad de cuanto acabo dedecir. Conservo de ello un grato recuerdo porhabérselo escuchado a mi madre, conmovi-da, repetirlo varias veces. Ella sabía cuántole gustaba a su hija pequeña comer fruta.
Un día, observó cómo su hija miraba conentusiasmo la aparición de los primeroshigos, y en cuanto avistó uno maduro, locogió a escondidas y, corriendo, vino a casaa traérselo a su madre para que fuese ellaquien se lo comiese. Entonces, conmovida,toma en las manos el obsequio, besa a la hijay le dice que lo guarde para repartir a lanoche con el padre y los hermanos. Un higopara todos nada era, pero el amor queacompañó a la pequeña parte que a cadauno le cayó en suerte del primer higo madu-ro en las higueras de la casa en aquel añoera mucho, y eso era lo que a todos hacíafelices, daba alegría y satisfacción».
Buena catequistade los hijos y de los vecinos
Una� de� sus� mayores� preocupacionesera�la�de�que�sus�hijos�conociesen�la�doc-trina cristiana,�como�primera�condiciónpara�que�la�viviesen.Dando� como� disculpa� que� no� quería
pasar� vergüenza� cuando,� en� la� Cuares-ma,�el�párroco�examinase�a�cada�uno�delos� parroquianos� sobre� los� principalesmisterios�de�la�fe,�aprovechaba�los�ratosy� las� tardes�calientes�del�verano�en�queno� se� podía� ir� a� trabajar� a� los� campospara�instruirlos.De�esta�siembra�de�doctrina�se�benefi-
ciaban�también�los�niños�vecinos que�sereunían�en�torno�a�la�casa�para�jugar�conlos�hijos�de�María�Rosa.nos�cuenta�sor�lucía:�«En las horas de
la siesta, mi madre impartía a los hijos unalección de catecismo, principalmente cuan-do se aproximaba la Cuaresma, porque —decía— “no quiero pasar vergüenza cuandoel señor Prior os pregunte la doctrina, en elprecepto”. Entonces aquellas criaturas asis-tían a nuestra lección de catecismo; Jacintatambién estaba».
Atormentada por la dudasobre las apariciones
Todo� nos� indica� que� esta� madre� defamilia�partió�para�la�eternidad�sin creeren� las� apariciones� de� Fátima.� Fue� unaprueba� difícilmente� imaginable� para� las
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Los pastorcitos de FátimaLa madre: maría Rosa Ferreira (III)
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dos.� la� hija� no� tuvo� laalegría�de�ver�a�su�madrecomulgando�con�su�felici-dad.� Dios� le� pidió� esesacrificio,� que� no� habrásido�pequeño.María�Rosa�vivió�siem-
pre�en�la�incómoda�situa-ción�de�no�ver�claro�si�suactitud� era� fruto� de� suamor� a� la� verdad� o� deuna� infidelidad� a� la� gra-cia.la�primera�reacción�de
María� Rosa,� justo� alcomenzar� a� difundirse� lanoticia,� fue� pensar� quetodo�aquello�era�fruto�dela�imaginación fértil�de�una�criatura�des-pierta�como�era�su�hija.�Hemos�de�añadirque�lucía�era�la�mayor�de�los�tres�viden-tes.�Por�tanto,�si�alguna�historia�inventa-da� corriese,� la� autora�no� podía� ser� otraque�su�hija...la�Vidente� de� Fátima,� en� el� silencio
del�Carmelo�de�Coimbra,�recuerda�cómose�desarrollaron�los�hechos:
La noticia del acontecimiento se habíamultiplicado. mi madre comenzaba a afli-girse y quería, a toda costa, que yo me des-dijera.
Un día, antes de que saliese con el reba-ño, quiso obligarme a confesar que habíamentido. No ahorró para ello cariños, ame-nazas, ni siquiera el palo de la escoba.
No consiguiendo obtener otra respuestaque un mudo silencio o la confirmación decuanto ya había dicho, me mandó abrir alrebaño, diciéndome que lo pensase bien
durante el día; quenunca había consentidouna mentira en sus hijos,mucho menos consentíaahora una de semejanteespecie; que a la nocheme obligaría a ir junto aaquellas personas a quiényo había engañado, con-fesar que había mentido ypedir perdón.la�segunda�tentativa
de�la�madre�para�que�suhija� se� desmintieseconsistió� en� llevarlajunto� al� párroco,� paraque� allí� dijese� toda� laverdad.
Por ese tiempo, el párroco de mi parro-quia supo lo que pasaba y mandó decir (ami madre) que me llevase a su casa. Se sin-tió aliviada, juzgando así que el señor Priortomaría la responsabilidad de los aconteci-mientos. Por eso, me decía:
—mañana vamos a misa muy tempra-nito. Después vas a la casa del señor Prior.Que él te obligue a confesar la verdad, seacomo fuere; que te castigue; que haga de tilo que quiera; con que te obligue a confesarque has mentido, yo quedo contenta.los�dos�primos�fueron�tambien�convo-
cados,�pero,�por�lo�visto,�Jacinta�no�res-pondió�ni�palabra.�Cuando�más�tarde�laprima�le�preguntó�por�qué�había�tomadoaquella� actitud,� respondió� que� estabacumpliendo�lo�prometido,�o�sea,�no�con-tar�nada�a�nadie.Dejemos� a� lucía� proseguir� la� narra-
ción:
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Al día siguiente, allá fui detrás de mimadre, que no dijo ni una sola palabra porel camino [...], atravesamos el atrio y subolas escaleras que dan acceso a la galería dela casa del párroco. Al subir los primerosescalones, mi madre vuelve a decirme:
—¡No me incordies más! Ahora dile alseñor Prior que mentiste, para que él pueda,el domingo, decir en la Iglesia que fue men-tira y así acabar todo. ¡Sí que tiene esto sen-tido! ¡todo el mundo a correr para la Covada Iria, para rezar delante de una encina!
Sin más, llaman a la puerta. Aparece lahermana del buen párroco, que nos mandasentar en un banco y esperar un poco. Porfin, viene el señor Prior. Nos manda entraren el despacho, hace señal a mi madre deque se siente en un banco, y me llama juntoa su escritorio [...] El interrogatorio fuemuy minucioso y casi me atrevería a decir
machacador. Su Reverencia me hizo unapequeña advertencia, porque decía:
—No me parece una revelación delCielo. Cuando se dan estas cosas, de ordi-nario Nuestro Señor manda a las almas conlas que se comunica dar cuenta de lo quepasa a sus confesores o párrocos, y esta, alcontrario, se retrae cuanto puede. Esto tam-bién puede ser un engaño del demonio.Vamos a ver lo que nos depara el futuro yluego hemos de pensar.la� pequeña� se� retiró�meditativa.� Era
la�primera�vez�que� alguien� le� sugería� lahipótesis� de� que,� en� vez� de� nuestraSeñora,� podía� ser� el�demonio.�A� partirde�aquí,�una�duda,�punzante�como�unaespina,� la�acompañará�durante�bastantetiempo,�robándole�la�paz�y�la�alegría.
Manuel Fernando Sousa e Silva(Continuará.
“Los Pastorcitos de Fátima”, págs. 63-66)
tesorería
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diciEMbrE . . . . . .110 €Día�13 �.�.�.�.�.�.�.�.�.�.�.�.�.80
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Colectas: diciEMbrE EnEro1er�sábado��������39,70 71,47Día�13��������������36,07 43,52Total:� 75,77 € 114,99 €
Capillas visita domiciliaria: diciEMbrE: 56,72 €EnEro: 12,50 €
Miguel Manuel Calderón Calderón
Nota: Para cumplir con la legislación española y europea sobre protección de datos, enlo sucesivo no se indicará el nombre de ninguno de los donantes.
retransmisión en directo por internet de la Capelinha del santuario de Fátima:www.fatima.ptè Transmissões/Transmisiones
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Cardenal Bertone, hemos arado todoel campo. o casi todo. Los ultratra-dicionalistas, los escépticos, los lai-
cos desilusionados por vocación, después deeste testimonio volverán a la carga. Los pre-
juicios son convencimientos muy difíciles deerradicar. Es prácticamente imposible cortarde raíz la sospecha de que un texto impor-tante ha sido manipulado. Los milenaristas,sin el «Secreto» de Fátima, están perdidos ysin brújula. Quién sabe cuántos escritosapócrifos de sor Lucía estarán todavía cir-culando por ahí, quizá con el espejismo delos derechos de autor.
«Es mucho más interesante», escribe enun artículo Antonio Socci (es el Socci«bueno» que acude en nuestro auxilio),«reflexionar sobre el verdadero misterio, elque no está dentro de la pobre celda de lamonja, sino que está en la historia, ante los
ojos de todos». No se quiere reconocer laprofecía porque no es políticamente correctoy se llama comunismo y ateísmo. La Revolu-ción de octubre de 1917, la expansión delcomunismo con sus secuelas de muerte y rui-nas, el nazismo, la Segunda Guerra mun-dial, el atentado contra el papa... ¿todo frutodel azar? Y, sin embargo, la duda sigue insi-nuándose, como una carcoma que corroe laverdad. En definitiva, ¿las profecías de Fáti-ma encierran más misterios?Más�que�de�ignorancia,�se�trata�de�una
obstinación invencible.�no� fui� con�unagrabadora� a� hablar� con� sor� lucía,� perotomé�apuntes,�redacté�resúmenes�e�infor-mes�que� la� religiosa,� tras�haberlos� leído,suscribió� con� absoluto� convencimiento,sin�contradicción�psicológica�alguna�y�enpleno�uso�de�sus�facultades�mentales.�Yono�he�jugado�con�sor�lucía;�tampoco�nosrepartimos� los� papeles� para� interpretaruna� escena.� no� estábamos� actuando.Acudí�a�su�encuentro�con�toda�familiari-dad,�precisé�algunos�puntos,�ella�me�hizopreguntas�sobre�el�papa,�sobre�la�iglesia,sobre�mi�vida,�sobre�los�salesianos,�hablécon�la�supervisora�y�con�sus�compañerasy�el�clima�fue�siempre�alegre y�distendi-do.�nada�más�lejos�de�un�tono�de�coac-ción�o�inquisitorial.•�La última vez que vio a sor Lucía fue el
9 de diciembre de 2003. Y estuvo con ellacinco horas.Sí,�fue�un�encuentro�muy�largo�porque
celebré�misa� y� definimos�mejor� el� papelque� el� papa� luciani� había� tenido� en� la
La última vidente de FátimaEn el Secreto figuraba también la Shoah (II)
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profecía.�Ya�hemos�hablado�ampliamentede� esto� anteriormente.�Me� hice� inclusoalgunas�fotos�con�la�vidente�y�ella�me�dio,para�que�se�lo�regalara�al�Santo�Padre,�elbastón que�había�usado�hasta�entonces.En�2003�ya�estaba�en�una�silla�de�ruedas,en� las�mismas� condiciones� de� incapaci-dad�que�el�papa.Una� vez� más,� reunirme� con� ella� fue
gratificante.�no�era�una�mujer�replegadasobre�sí�misma;�era�una�mujer�rebosantede�experiencias�y�llena�de�confianza en�elSeñor.�Repetía�con�frecuencia:�«Siempreme� he� sentido� segurabajo� la� protección� delSeñor� y� de� nuestraSeñora,� que� vela� celo-samente� por� el� papa� ypor� la� iglesia».� no� eraen� absoluto� nerviosa;transmitía� calma,� unasosegada� tranquilidadque� solo� interrumpía,de� tanto�en� tanto,�conuna�salida�tan�inespera-da� como� ingeniosa.Apenas� terminaba�de�cumplir� sus�debe-res,�se�recogía�en�la�celda�para�dedicarsea� su� personalísimo� oficio� de� escritora.Contestaba�centenares�de�cartas:�algunasde�sus�compañeras�le�filtraban�la�corres-pondencia.�Un�día�le�regalaron,� incluso,una�máquina�de�escribir�electrónica,�perosin� conexión� con� internet.� Sor� lucíanunca� usó� ordenador ni� navegó� por� lared.�Mostró�interés�por�la�informática,�seenteró�de�cómo�funcionaba,�pero�su�con-clusión� fue:� «Es� mejor� mi� máquina� deescribir».�Había�pasado�de�los�noventa�y
cinco�años.�la�despedida,�aquella�vez,�nofue� tan� tierna� y� alegre� como� las� otrasveces.� «no�me� volverá� a� ver;� vendrá� adarme� la� absolución� cuando� ya� estémuerta».•�¿Una profecía?De�alguna�forma.•�¿No le predijo que sería usted nombra-
do secretario de Estado?(Se�ríe)�no,�no,�en�absoluto.�Además,
si�nos�ponemos�así,�yo�llevaba�ya�la�carre-ra� muy� avanzada.� Cuando� sor� lucíamurió,�el�13�de�febrero�de�2005,�me�llamó
por� teléfono� la� superiora� del� Carmelo.Pocas�horas�antes�de�morir�había�recibidoun� mensaje de� Juan� Pablo� ii� con� susmejores�deseos.�Del�papa,�ya�gravementeenfermo,�a� la�monja�que�había� formadoparte� de� su� vida�de�una� forma� tan�pro-funda.�«Sor�lucía»,�me�refirió�la�superio-ra,�«recibió�aquella�carta�como�el�últimogran� regalo� de� la� vida.� le� daba� vueltasentre�las�manos�una�y�otra�vez,�la�estre-chaba� contra� su� pecho».� Se� conservaincluso�una�foto�que�recoge�ese�instantesupremo.�Sobre�la�cómoda,�el�rosario que
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el�Papa�le�había�regalado�con�motivo�desu�cumpleaños.�Después�de�los�funeralesde� sor� lucía,� el� rosario� fue� devuelto� alpapa�Wojtyla.�la� comunidad�de�monjasde�clausura�se�desprendió�con�tristeza�delobjeto,� pero� sabía� qué� significado� tanespecial� podía� tener� este� para� el� papa.«ofrezco�[este�sufrimiento]�por�el�SantoPadre,� por� el� Santo�Padre,� por� el� SantoPadre».� Fueron� las� últimas� palabras� delucía� dos� Santos.� «En� un� determinadomomento»,� me� contó� la� superiora,«aquellos� ojos,� que� tantas� veces� habíancontemplado� lo� invisible,� se� abrieron.Miró�a�todas�las�monjas�y�luego�el�cruci-fijo.�Después,�volvió�a�cerrarlos.�Fue� suadiós».�los�tres�pastorcillos�ya�se�habíanreunido�en�el�cielo.�Eran�las�17:25�horas.llamé�por�teléfono�al�cardenal�Ratzin-
ger�y�le�expresé�mi�deseo�de�participar�enel�funeral�como�un�simple�obispo.�Al�díasiguiente,�el�cardenal�Sodano�me�comu-nicó� que� el� Santo� Padre� había� pensadoenviarme�como�legado�pontificio�a�pre-sidir los�funerales,�al�término�de�los�cua-les�debería�leer�unas�palabras,�escritas�porél�mismo�para�la�ocasión.�Se�lo�comuni-qué�inmediatamente�al�nuncio�en�Portu-gal.� Cuando� el� escrito� del� papa� llegó� alisboa,�nos�dimos�cuenta�de�que�la� len-gua� usada� tenía� un� deje� brasileño.� Erapreciso,� según� algunos,� corregirlo� segúnla�norma�del�portugués�académico.�En�eltrayecto�desde�lisboa�a�Coimbra,�pedí�laayuda�de�la�Secretaría�de�Estado;�al�finaloptamos�por�dejar�el�texto�tal�cual�había
sido� redactado.� Presidí� los� funerales� enportugués,�y� los�portugueses�dijeron�quemi�acento�era�genuinamente�luso.�DesdeBrasil� recibí� varios� correos� electrónicosde�participación�y�en�todos�se�expresabala� sorpresa ante� mi� perfecto� acento...¡brasileño!�la�cuestión�del�quidquid�reci-pitur,�una�vez�más.•�Una celebración que no olvidará.Jamás.�Fue�un�alborozo�de�rosas�blan-
cas� que� envolvieron� Coimbra� y� sumonasterio.� Todas� las� rosas� blancas� dePortugal.�Todos� los�pañuelos�blancos�dePortugal.� A� la� salida� de� la� catedral,� losestudiantes� de� la� histórica� Universidadhicieron� una� alfombra con� sus� abrigospara� que� el� ataúd� pasase� por� ella.� Unamultitud� inmensa,� vibrante� de� fe,� unpueblo�mariano� en� camino.� El� cardenalArinze,�prefecto�de�la�Congregación�parael� Culto� Divino,� me� comunicó� que� sehabía� dado� autorización� para� que� sorlucía�fuese�enterrada�en�el�santuario�deFátima,�junto�a�los�dos�beatos,�Jacinta�yFrancisco.� El� traslado� de� los� restos� seefectuó,� sin� embargo,� en� 2006.� lucíahabía�expresado�su�deseo�de�permanecerun� tiempo�con� sus�monjas,�de� ser� ente-rrada� en� el� convento.� Decidimos� en� elmomento�respetar�su�deseo.�Fui�yo�quienbendijo�la�tumba en�la�que�se�depositó�asor�lucía.
(“La última vidente de Fátima”,
de Tarcisio Bertone y Giuseppe de Carli,
p. 128-132 – Continuará)
Cuenta bancaria: ES67�0075�5707�1606�0170�9528Banco Popular – Titular:�Arzobispado de Valladolid-Apostolado mundial de Fátima
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43. ¿Es el mundo un producto de lacasualidad?no.�Es�Dios,�no�la�casualidad,�la�causa
del�mundo.�El�mundo,�ni�por�su�origen,ni�por�su�orden�interno�y�su�finalidad,�esel� producto�de� factores� que� actúen�«sinsentido».
44. ¿quién ha creado el mundo?Dios� solo,� que� existe� ante� todo� más
allá�del�tiempo�y�del�espacio,�ha�creado�elmundo�de�la�nada�y�ha�convocado�al�sera� todas� las� cosas.� Todo� lo� que� existedepende�de�Dios,�y�solo�perdura�en�el�serporque�Dios�quiere�que�exista.
45. ¿las leyes de la naturaleza y lasordenaciones naturales también proce-den de dios?Sí.�También�las�leyes�de�la�naturaleza�y
las�ordenaciones�naturales�pertenecen�ala�Creación�de�Dios.
46. ¿por qué el libro del Génesisdescribe la creación como un trabajode seis días?En� el� símbolo� de� la� semana� laboral,
que�es�coronada�por�un�día�de�descanso(Gén�1,1-2,3),� se�expresa�qué�bien,�quéhermosa�y�que�sabiamente�ordenada�estála�Creación.
47. ¿por qué descansó dios en elséptimo día?El�descanso�de�Dios�apunta�a�la�consu-
mación�de�la�Creación,�que�está�más�alláde�todo�esfuerzo�humano.
48. ¿para qué ha creado dios elmundo?«El mundo ha sido creado para la gloria
de Dios»�(Concilio�Vaticano�i).
(Continuará)
YouCatLa profesión de la fe cristiana
actividades diversas
Devoción de los primeros sábados:
2 de febrero y 2 de marzo
18:00 Exposición�del�Santísimo18:15 Santo�Rosario18:35Meditación�de�los�misterios�del�
Rosario�y�Bendición�con�el�Santísimo19:00 Santa� Misa,� Consagración� al
Cora�zón�i.�de�María,�Salve�y�veneraciónde�la�Medalla�de�la�Virgen�de�Fátima
Tiempo eucarístico-mariano-repara -
dor: 13 de febrero y 13 de marzo
16:00 Exposición�del�Santísimo
18:00 Hora� Santa� con� Rosario� yBendición�con�el�Santísimo�Sacramento19:00 Santa� Misa,� Consagración� al
Cora�zón�i.�de�María,�Salve�y�veneraciónde�la�Medalla�de�la�Virgen�de�Fátima
San Francisco de Sales: 24 de enero
Triduo de santos Francisco y Jacinta
Marto: ver página 15
Miércoles de Ceniza: 6 de marzo
11ENERo-FEBRERo 2019
San�Francisco�Fernández�de�Capillasnace� el� 15� de� agosto� de� 1607� enbaquerín de campos (Palencia).
El� menor� de� cinco� hermanos� estudió,desde�niño,�en�Palencia,�donde�conocióa� los� dominicos� y� descubrió� un� primergermen�de�vocación.�Fue�en�el�conventode�San�Pablo�de�Valladolid donde�ingre-sa� en� la� orden� y� profesa,� altiempo�que�hace�los�estudiosinstitucionales.Por� estos� años,� el� ardor
misionero� se� proyectahacia� el� nuevo� Mundo� ylos� países� del� Extremooriente.� Todavía� siendodiácono,� en� 1631,� conotros�treinta�jóvenes�domi-nicos,� embarca� rumbo� aMéxico,�primera�etapa�delviaje.�Casi�un�año�tardaránen� llegar� a�Manila con� larecia� experiencia� de� unatravesía� llena� de� padeci-mientos.� En� la� capital� filipina,Fray� Francisco� recibe� la� ordenaciónsacerdotal,� a� los� 25� años� de� edad.� EnManila� ejerce� su� vocación� sacerdotal� ymisionera�durante�nueve�largos�años,�enansiosa� espera� de� ser� enviado� a� China.otra� escala� en�Formosa,� hasta� que� loscristianos�chinos� les� faciliten� la�entradaen�Fujián en�1642.�la�persecución�más�omenos� declarada� a� los� cristianos� es� elambiente�en�el�que�desarrolla�su�acciónevangelizadora.� Fiebres� cuartanas� y� pri-
vaciones�de�todo�orden�debilitan extra-ordinariamente� su� salud,� pero� nada� ledetiene�en�su�misión.�la�integridad�de�suvida,�la�bondad�de�su�corazón�y�la�entre-ga�a�su�vocación�hacen�que�los�cristianoshablen� de� él� como� el� “santo Capillas”.arrestado cuando�regresaba�a�su�refugiodespués� de� atender� a� los� enfermos,� es
juzgado� y� condenado� pordefender� su� fe� y� suamor�a�Jesucristo.�Dosmeses� de� tormentosen�la�cárcel�desembo-can� en� su� degolla-ción el� 15� de� enerode� 1648,� Fue� beatifi-cado�por�san�Pío�X�en1909� y� canonizadopor� Juan� Pablo� ii� en2000,� juntamentecon� 120� mártires� deChina.�la�reliquia�desu�cabeza�se�conservaen� el� convento� de� los
dominicos� de� san pablode�Valladolid.
Perfil espiritual
Una� carta sencilla� de� san� FranciscoFernández�de�Capillas�a�uno�de�sus�her-manos� revela,�mejor� que� cualquier� des-cripción,�su�fisonomía�espiritual.�Apare-ce� su� fe� como� elemento� envolvente� detoda�su�vida.�De�ella�deriva�la�visión�pro-videncialista:�“... es Dios nuestro Señor el
intercesores y modelos de vidaSan Francisco Fernández de Capillas (15 de enero)
N.º 27112 FátImA
que aquí me ha traído...”.�Esta�convicciónse� ha� ido� consolidando� con� oración� yreflexión,� contemplándose� a� sí� mismoante�el�Dios�que�le�ha�elegido�para�cola-borar�en�la�extensión�del�reino.�Todo�ellole�otorga�una� fortaleza inamovible�paraestar�allí�donde�el�Señor� le�ha�enviado;de� tal� manera� que� “no bastan trazashumanas para sacarme de aquí hasta quellegue la hora en que tiene determinadonuestro Señor Jesucristo sacarme”.la� firmeza�de� su� fe� se� trasfunde�a� su
entereza humana,�a�su�manera�de�afron-tar� templadamente� las� hostilidades� yprovocaciones:�“...viéndome todos padecercon igualdad de ánimo...”.la�Voluntad de�Dios�es�la�norma�de�su
vida.�Esta�actitud� filial� imitada�de� Jesúsde�nazaret� se�manifiesta�auténtica�antela�adversidad,�la�persecución,�la�cárcel�yla�misma�muerte.�Su�condición�humana,no� obstante,� le� hace� sentir� la� flaquezanatural� como� un� riesgo� que� él� quieresuperar�con�la�ayuda�de�Dios:�“Haced querueguen por mí todos para que me dé Diosnuestro Señor valor, si acaso se ofrece el vol-
ver a padecer por él mayores tormentos delos padecidos y glorificarlo por la muerte,que para todo estoy dispuesto en la voluntadde nuestro Señor.”El�amor�al�prójimo,�reverso�del�amor
a� Dios,� le� salta� a� cualquier� hora� ymomento:� “... yo reparto con ellos [losencarcelados] de lo que me dan, les sirvo enlo que me mandan, y me tengo por muydichoso en eso.”El�martirio es�un�don�de�Dios�que�san
Francisco� Fernández� Capillas� vienetejiendo� día� a� día� desde� su� primerizavocación,�y�que�él�mismo�curte�en�la�per-secución,� en� las� privaciones� y� en� lasenfermedades.� Su� preocupación� por� lasalvación� de� las� almas� ha� marcado� suspasos�y�señalado�los�caminos�que�él�pisa-rá�a�fondo,�por�más�que�sean�pedregososy�escarpados.�testigo de� Jesucristo�y�desu�evangelio�en�palabras,�acciones�y�vidaentregada.
(Adaptado de: https://www.dominicos.org/
quienes-somos/grandes-figuras/santos/
san-francisco-fernandez-capillas/)
intenciones del papa y de la Conf. episcopal
Marzo
papa: Por� las� comunidades� cristianas,� enespecial� aquellas� que� son� perseguidas,� paraque�sientan�la�cercanía�de�Cristo�y�para�quesus�derechos�sean�reconocidos.�
cEE: Por�los�jóvenes,�para�que�escuchen�lavoz�de�Dios�que�les�llama�a�una�vocación�alministerio�sacerdotal,�y�la�iglesia�se�vea�enri-quecida�con�abundantes�ministros�y�testigosdel�Evangelio.
FEbrEro
papa: Por�la�acogida�generosa�de�lasvíctimas�de� la� trata�de�personas,�dela� prostitución� forzada� y� de� la� vio-lencia.
cEE: Por� quienes� sufren� hambre� ycualquier� forma� de� pobreza,� paraque�reciban�la�ayuda�que�necesitan�yla�riqueza�sea�justamente�distribuidaen�el�mundo.
Con motivo del decimocuarto aniversariode la muerte de Hermana Lucía, el 13 defebrero, vemos muy conveniente la publica-ción de este artículo del párroco pontevedrésD. José Antonio Fernández Recuna, cedidopor Alejandro González.
En�noviembre�de�2002,el� Secretariado� para� lacanonización� de� los� pas-torcitos�publicó�en�Fátimaun� libro titulado� La granpromesa.� Al� comienzo� selee:�“La Historia y el mensa-je de Fátima no se agota conlas apariciones acaecidas enCova de Iría en 1917. Secomplementan con las apari-ciones de Pontevedra y Tuy
a la Hermana Lucía, entrelos años 1925 y 1929”.�laafirmación�es�muy� importante,�y�más�alser�realizada�a�través�de�un�libro�editadopor� un� organismo� oficial� del�santuarioportugués.� Fátima� y� Pontevedra� estánvinculadas�en�la�persona�de�la�Hermanalucía,�que�en�ambos�lugares�vio,�escuchóy�habló�con�nuestra�Señora;�así�lo�con-signa� ella� de� su� puño� y� letra� en� las“memorias”�que�son�su�Autobiografía.Ya� en� la� aparición�del� 13�de� julio�de
1917�en�Fátima,� la�Virgen� le�manifiestauna�promesa:�“...vendré a pedir la consa-
gración de Rusia a mi Inmaculado Corazóny la Comunión reparadora de los primerossábados...”.� la� promesa� será� cumplidacon� las�apariciones�del�10�de�diciembre
de�1925�en�Pontevedra�y�el�13�de�juniode�1929�en�Tuy.�las�dos�son�de�enormetrascendencia,�pues�de�ellas�arrancan�ladevoción� de� los� Primeros� Sábados,extendida�ahora�por�toda�la�iglesia,�y�la
Consagración� al� Cora-zón� inmaculado� deMaría� realizada� por� elSanto� Padre� Juan� Pabloii� el� 25� de� marzo� de1984�en�la�plaza�de�SanPedro�ante�la�imagen�de“Nossa Senhora”� que� sevenera� en� “a capelinha”de� las� Apariciones� deFátima,� y� que� el� papasolicitó�que�fuera�trasla-dada� a� Roma� para� estaocasión.Es� sorprendente� que
un�hecho� de� tanta� trascendencia� tengacomo�“causante”�a�una�sencilla religiosa.Ha�sido�ella�y�solo�ella�quien,�a�través�delas� autoridades� eclesiásticas� competen-tes,� hizo� llegar� esta� petición� al� SantoPadre� e� insistió� durante� años� hasta� surealización.la� vidente� de� Fátima� llegó� cuando
tenía�dieciocho años�de�edad,�como�pos-tulante� de� las� religiosas� de� santa�Doro-tea,� a� su� colegio en� Pontevedra,� en� lacalle�llamada�ahora�Rúa�de�Sor�lucía,�yen�el�que�se�han�formado�varias�genera-ciones� de� mujeres� pontevedresas.� Mástarde� se� trasladó� a� Tuy,� para� realizar� elnoviciado�en�el�Convento�que�tienen�allí
ENERo-FEBRERo 2019 13
opinionesLa hermana Lucía de Fátima y Pontevedra
14 N.º 27114 FátImAFátImA
estas�religiosas,�para�regresar�de�nuevo�aPontevedra�como�religiosa�dorotea,�ocu-pándose� en� las� tareas� más� humildes� ypasando� prácticamente� desapercibida.En�1948�ingresa�como�carmelita�descalzaen� el� Monasterio� de� Santa� Teresa� decoimbra;� fueron,� pues,� más� de� veinteaños�viviendo�en�la�provincia.En�Pontevedra�fue�intervenida�quirúr-
gicamente� por� el� eminente� cirujano� D.Enrique�Marescot,� en� el� Sanatorio� queél� había� fundado.� De� ahí� arrancó� unaprofunda�amistad�con�él�y�sus�familiares,que�se�mantuvo�fiel�hasta�el�fallecimien-to�de�la�vidente.�Además�de�encontrarseen�diversas�ocasiones�departiendo� fami-liarmente�en�el�locutorio�del�Monasteriode�las�Carmelitas�Descalzas�de�Coimbra,donde�hablaban�de�Dios,�de�sus�preocu-paciones�y�de�Pontevedra�y�de�sus�gentes,mantuvieron� una� copiosa� y� entrañablecorrespondencia en�la�que�se�reflejan�lossucesos� familiares� habituales:� bodas,bautizos,� defunciones,� exámenes,� enfer-medades,�fiestas�de�aniversario...��se�per-cibe�la�honda�humanidad�de�un�alma�deDios.Hay� detalles encantadores,� como� la
petición�de�unos�zuecos�de�madera�paratrabajar� en� la� huerta,� o� la� ayuda� parapoder�pasar�por�la�frontera�unas�vidrieraspara� la� iglesia� del� Monasterio,� algoresuelto�por�un�pontevedrés,�el�ingenierode�industria�Julio�Muíños.�Todos�los�añospor� navidad,� hasta� estas� últimas,� estafamilia�le�envió�a�Coimbra,�para�ella�y�lascarmelitas,� el� mazapán� elaborado� poruna�pastelería�pontevedresa.
otra�amistad,�iniciada�en�Tuy�y�man-tenida�durante�muchos�años,�ha�sido�conlas� hermanas� Teresa,� Mercedes� y� Car-men�rodríguez Fonseca,�que�trabajaronen�la�Delegación�de�Hacienda�de�Ponte-vedra� y� vivieron� en� la� ciudad� hasta� elfallecimiento� de� Carmen,� cuando� yahabía� cumplido� los� noventa� años.� Aligual� que� la� anterior� familia,� la� corres-pondencia�fue�abundantísima�y�rebosan-te�de�humanidad�y�sentido�sobrenatural.Cientos� de� veces,� y� no� exagero� un
ápice�pues�lo�he�visto,�la�Hermana�lucíaescribió el�nombre�de�Pontevedra�en�lossobres�para� sus� cartas�o� en� las�postales,con�una�caligrafía� firme�y�clara,� inclusodespués�de�cumplir�los�noventa�años.Con�gran�visión�histórica,�estas�fami-
lias�conservaron las�cartas�e� incluso�lossobres� en� las� que� fueron� enviadas.� Alponer�este�hecho�en�conocimiento�de�unexperto�en�historia�de�la�iglesia�contem-poránea� que� reside� en�Roma,�me� escri-bió:�“Es un tesoro lo que se ha salvado. Enel futuro se lo agradecerán los historiadores,biógrafos y todo el que sepa lo que es Fátimay quién es la Hermana Lucía”.Cuando�se�publique�su�Biografía�y�su
Epistolario,�el�querido�nombre�de�Ponte-vedra�aparecerá�en�muchas�de�sus�pági-nas,�y�será�leído�en�todos�los�rincones�delmundo�donde�la�iglesia�esté�presente.�Dehecho,�gracias�a�la�Hermana�lucía,�ya�seacercan�a�la�ciudad�para�rezar en�la�casade� las� Apariciones� cientos� de� personasde�las�más�diversas�procedencias,�y�estoyseguro� de� que� en� el� futuro� eso� irá� enaumento,� pues� no� es� difícil� aventurarque� la�Hermana�lucía,� al� igual�que� sus
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Sonreír y reír es una cosa muy sana y muy santaChistes
—Verá,� doctor.� Mi� amiga� tiene� doceaños�más�que�yo,� y�dice�que� se�acuestatarde,� se� levanta�pronto,� juega� al� tenis,come� y� bebe� lo� que� quiere,� y� tienemuchos� admiradores.� ¿Qué� hago� paraser�como�ella?—Pues...�muy�fácil.�Mienta�como�ella.
—Pues�no�parece�que�estés�consiguien-do�educar�al�perro,�querida.—Calla,�hombre.�Contigo�también�tuvemuchos�problemas�al�principio...
—¡Caramba!�Ese� traje� es�de� los� caros...¿cómo�es�que�te�va�tan�bien?—Es�que�he�entrado�en�un�banco.—Ah,� pues� no� sabía� que� pagaran� tanbuenos�sueldos...—Bueno...� me� refiero� a� que� entré� sinque�me�vieran,�y�de�noche...
—Hijo�mío,� cuando� yo� era�niño�nuncamentía.—¿Y�a�qué�edad�dejaste�de�ser�niño?
primos� Jacinta�y�Francisco,�gozará�de� lagloria�de�los�altares.la�vida�de�la�Hermana�lucía�ha�trans-
currido�en�cuatro�lugares:�Fátima,�Coim-bra,� Tuy� y� Pontevedra.� En� la� historiamilenaria� de� Pontevedra,� pienso� quejamás nunca� vivió� en� ella� una� personacon� tanta� proyección universal� comoesta� humilde� portuguesa� elegida� y� ben-decida� por� Dios� y� por� “Nossa Señora”.Esta� proyección� universal� se� agrandarátodavía�más�por�la�vinculación�tan�extra-
ordinaria�que�existe�entre�Fátima�y�JuanPablo� ii,� una� personalidad� egregia� delsiglo�XX.Hermana� lucía:� “moito obrigado”.� Y
no�te�olvides�de�Pontevedra�y�los�ponte-vedreses.
José Antonio Fernández Recuna(Diario de Pontevedra,
13 de febrero de 2005,
con motivo del fallecimiento
de Hermana Lucía)
Triduo en honor de los pastorcitos,santos
Francisco y Jacinta MartoDel 18 al 20 De febrero De 2019
Iglesia de los Sagrados Corazones (MM. Salesas) – Juan Mambrilla, 33
18:20 ����Exposición�del�Santísimo�y�Rezo�del�Rosario�con�las�letanías�de�los�Beatos.
19:00 ����Santa�Misa�con�homilía�sobre�la�vida�y�virtudes�de�los�Beatos,�Salvey�veneración�de�la�Medalla�de�la�Virgen�de�Fátima.
N.º 27116 FátImA16 FátImA
Plazo de inscripción: del 25 de marzo al 12 de abril
El pago se podrá realizar de dos maneras:• Ingreso en la cuenta del BBVA: ES46 0182 4899 1002 0071 6187“Peregrinación a Fátima”, indicando nombre y apellidos de cada peregrino. • En efectivo en la agencia de viajes B-The Travel Brand (ver abajo).En ambos casos, se debe acudir a la agencia y confirmar la asignaciónde plaza, presentando el justificante del ingreso bancario en su caso.
Calle Gamazo, 24 - Valladolid - ( 983 202999Horario: Lunes a viernes, de 10 a 18 horas
Victoria Pascua o Patricia Cazaña
Apostolado Mundial de Fátima
(Ejército Azul de Nuestra Señora)
Valladolid
XXVIII Peregrinación diocesana a
FátImaFátImadel VIernes 26 al domIngo 28 de abrIl de 2019
VISItAnDo: nAZAré
Saldrán autocareS deSde:
• Valladolid: Pza. Colegio Santa Cruz, frente alColegio S. José; El Corte Inglés de P.º Zorrilla.• la cistérniga. (*)• Zaratán. (*)• Medina de rioseco: Estación de autobuses. (*)• castromonte. (*)• Íscar. (*)
Precio Por PerSona: 150 € desde Valladolid,155 € desde pueblos (*)
incluye: Dos días en pensión completa, comidadel primer día y seguro de asistencia en viajeSuplemento por habitación individual: 40 €
Hotel: Santo Amaro ****
(*) Siempre que se completen al menos 20 plazas