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7/25/2019 Arizpe, Lourdes. El Patrimonio Cultural Cvico
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LOURDES ARIZPE |Coordinadora
CULTURAL CVICOLA MEMORIA POLTICA COMO CAPITAL SOCIAL
EL PATRIMONIO
CRISTINA AMESCUA EDITH PREZ RIKA PREZ ALEJANDRO HERNNDEZ
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H. CMARADEDIPUTADOS
LXI LEGISLATURA
CONOCER PARADECIDIRse denomina la serie que en apoyo a la investigacin acadmica en cien-cias sociales, la Cmara de Diputados LXI Legislatura refrendando el acuerdo de las anterioresLIX y LX Legislaturas, lleva a cabo en coedicin en atencin al histrico y constante inters delH. Congreso de la Unin por publicar obras trascendentes que impulsen y contribuyan a la adop -cin de las mejores decisiones en polticas pblicas e institucionales para Mxico en su contextointernacional; ello a efecto de atender oportunamente las diversas materias sobre las que versa el
quehacer legislativo.El acuerdo para coeditar las obras que conforman la serie se ha establecido con diferentes
instituciones acadmicas, organismos federales y estatales; as tambin, con autores y asociacio-nes independientes.
Los ttulos que caracterizan a la serie, se complementan con expresiones culturales deinters nacional que coadyuvan en las tareas propias del legislador mexicano.
PresidenciaGRUPOPARLAMENTARIODELPAN
Dip. LAURAMARGARI TASUREZGONZLEZ, TitularDip. CSARDANIEL GONZLEZMADRUGA, Suplente
GRUPOPARLAMENTARIODELPRDDip. CSARFRANCISCOBURELOBURELO, Titular
Dip. TERESADELCARMEN INCHUSTEGUI ROMERO, Suplente
GRUPOPARLAMENTARIODELPTDip. PORFIRIOMUOZLEDO, Titular
Dip. PEDROVZQUEZGONZLEZ, Suplente
GRUPOPARLAMENTARIODECONVERGENCIADip. MARAGUADALUPEGARCAALMANZA, Titular
Dip. JAIME LVAREZCISNEROS, Suplente
CONSEJO EDITORIAL
SERIE "CONOCER PARA DECIDIR"
CENTRODEDOCUMENTACIN , INFORMACINYANLISI S
CENTRODEESTUDIOSDELASFINANAZASPBLICAS
CENTRODEESTUDIOSDEDERECHOEINVESTIGACIONESPARLAMENTARIAS
CENTRODEESTUDIOSSOCIALESYDEOPININPBLICA
CENTRODEESTUDIOSPARAELDESARROLLO RURALSUSTENTABLEYLASOBERANAALIME NTARI A
CENTRODEESTUDIOSPARAELADELANT ODELASMUJERES YLAEQUIDADDEGNERO
GRUPOPARLAMENTARIODELPRIDip.ARMANDOJESSBEZPINAL,Titular
Dip. BLANCAJUANASORIAMORALES, Suplente
GRUPOPARLAMENTARIODELPVEMDip. LORENACORONAVALDS, TitularDip. DIEGOGUERRERORUBIO, Suplente
GRUPOPARLAMENTARIODENUEVAALIA NZADip. ROBERTOPREZDEALVABLANCO, TitularDip. LIEVVLADIMIRRAMOSCRDENAS , Suplente
SECRETARIOGENERALDr. GUILLERMOHAROBLCHEZ
SECRETARIODESERVICIOSPARLAMENTARIOSLic. EMILIO SUREZLICONA
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LA MEMORIA POLTICA COMO CAPITAL SOCIAL
CULTURAL CVICOEL PATRIMONIO
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LOURDES ARIZPE |Coordinadora
CRISTINA AMESCUA EDITH PREZ RIKA PREZ ALEJANDRO HERNNDEZ
LA MEMORIA POLTICA COMO CAPITAL SOCIAL
MXICO 2011EN APOYO A LAINVESTIGACINA C A D M I C A
CONSEJO EDITORIAL
CONOCERPARA DECIDIR
CULTURAL CVICOEL PATRIMONIO
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CONOCERPARADECIDIR
Coeditores de la presente edicin: H. CMARADEDIPUTADOS, LXI LEGISLATURA
MIGUELNGELPORRA, librero-editor
Primera edicin, mayo de 2011
2011 LOURDESARIZPE
2011 Por caractersticas tipogrficas y de diseo editorial MIGUELNGELPORRA, librero-editor
2011
UNIVERSIDAD
NACIONAL
AUTNOMA
DE
MXICO
(UNAM
)El material audiovisual fue realizado con financiamiento delProyecto PAPIIT-UNAMIN-3033409-3 Ctedra UNESCOde Investigacinsobre Patrimonio Cultural Inmaterial y Diversidad Cultural.
Derechos reservados conforme a la ley ISBN 978-607-401-441-9
El material audiovisual puede ser reproducido con fines no lucrativos,siempre y cuando no se mutile, y se cite la fuente completa. De otraforma, requiere permiso previo por escrito de la institucin.
Queda prohibida la reproduccin parcial o total, directa o indirecta del
contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autori-zacin expresa y por escrito de los editores, en trminos de lo asprevisto por laLey Federal del Derecho deAutory, en su caso, por lostratados internacionales aplicables.
IMPRESO EN MXICO PRINTED IN MEXICO
Amargur a 4, San nge l, lvaro Obr egn, 01000 M x ico , D.F.
Esta investigacin, arbitrada por pares acadmicos,se privilegia con el aval de la institucin coeditora.
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PRLOGO
PRLOGO
RALBJARNAVARRO
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REPRESENTACIONESLOCALESDELAHISTORIANACIONAL
n el transcurso de su vida cotidiana, y a lo largo de su
vida, cada mexicano puede reafirmar, cuestionar o resig-
nificar su nacionalidad. No obstante, en trminos antro-
polgicos y psicosociales, su identidad cultural le seguirperteneciendo. En principio, se puede distinguir lo que podra ser la
mexicanidad como identidad cultural, y lo que es la identidad nacio-
nal como principio jurdico y poltico.
La incorporacin de las recientes investigaciones sobre la historia
de Mxico en sus etapas cruciales, que son pertinentes para inter-
pretar con rigor los estudios de campo que integran este libro, indi-
can que el liberalismo, en su origen y desarrollo europeo, entenda
la cultura como la capacidad del individuo, para reproducir en s
mismo a la sociedad, a travs de la complejidad de su personali-
dad y para desarrollar as, desde s mismo, el vnculo moral que la
cohesiona.
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RA L B J A R NAVARRO
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Este postulado ha demostrado sus distintas
adaptaciones de forma amplia. Por eso, en plantea-
mientos actuales de cientficos sociales, se ha pen-
sado en la funcin socializadora de las actividades
culturales en pequeas comunidades, entendidas
stas como pueblos, vecindarios y grupos religio-
sos, as como en la nacin.
Las festividades descritas en el libro representanescenificaciones de lo ocurrido en las guerras de Inde-
pendencia y Revolucin. Tienen, como es natural, re-
ferentes a la historia oficial que, en el transcurso de
las dcadas, ha variado, pero de diferentes maneras
significan la identidad, tanto personal como colectiva,
como una representacin social intersubjetiva. Mediante
este proceso, el individuo se unifica con las tendencias
expresadas por los distintos grupos con los que convive
y se integra en la realidad colectiva de su sociedad o
comunidad, a travs de una secuela de insercin pau-
latina, desde su mismo nacimiento, a las instituciones
que constituyen el ncleo de integracin de lo que se
conoce como identidad nacional.Las representaciones de la Independencia tienen
como referentes principales, como es natural, a Hidal-
go y Morelos, que organizaron y dirigieron la lucha armada,
y establecieron los cimientos para conformar poltica y
jurdicamente a la nueva nacin. Y en las representacio-
nes de la Revolucin, en el centro de Mxico, ha desta-
cado la figura de Emiliano Zapata.
Es de remarcarse que en las representaciones de la
Independencia y la Revolucin, grupos de migrantes que
retornan temporalmente quieren ubicarse en casa, en la
sociedad de ellos o de quienes los antecedieron; quieren
sentirse ligados al lugar y a parte de su historia y su cultu-
ra, incluso, aunque perciban como se anota en ciertasfestividades algn tipo de identificacin con el lugar en
el que radican, bsicamente en Estados Unidos. Necesi-
tan, pues, un relato que compartan con la mayora, pero
un relato que pueda contarse de maneras diversas y con
nfasis distintos segn los grupos participantes.
Lo anterior significa que no son solamente porta-
dores de una identidad tnica y cultural especfica, sino
que tambin manifiestan la necesidad de una identidad
nacional que pueda pertenecerles, como algo que se
suma y no que reemplace sus lazos comunitarios. Lo
anterior, integrado, se capta en las descripciones de
este valioso libro, cuando se resalta la consideracin
de s mismos como miembros de una familia extensa.Comparten rasgos culturales y, la mayora de las veces,
fsicos, verificando que las etnicidades descritas son un
fenmeno social omnipresente, en el sentido de que es
algo que una persona lleva consigo, con independencia
del lugar en el que est.
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P R LOGO
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Una poblacin como la de Mxico, tan compleja
y diferenciada en sus vertientes culturales y cvicas, ha
de permitir que cada uno de sus miembros defina su
identidad por s mismo, contactando con el grupo o
grupos en los cuales encuentre la identidad ms afn y,
asimismo, que cada grupo formule su propio conjunto
de demandas y reclamos, proyectando sus circunstan-
cias particulares. El Estado ha de respetar y reconoceresas demandas por igual.
Esto precisa de una interpretacin de la poltica,
entendida sta como poltica de la identidad o polti-
ca del reconocimiento. En todo caso, las instituciones
polticas han de funcionar de forma tal que respeten
tanto las diferencias individuales como las de grupo.
Los textos confirman que las identidades de grupo
y las nacionales han de coexistir, y uno de los retos ac-
tuales se basa en desarrollar y respetar formulaciones
de ambas, a fin de que tomen parte en el debate colec-
tivo continuo acerca de lo que significa ser ciudadano
de Mxico.
En los textos e imgenes del libro se presentan lasmuchas expresiones con las que se han celebrado el
inicio y consumacin de la Independencia y la Revolu-
cin mexicanas.
Recrear en el teatro, en relatos, en desfiles, en con-
memoraciones, en comidas, en coreografas, estos
hechos histricos, que, en diferentes formas, hicieron
de Mxico una nacin independiente y menos injusta,
nos induce a reflexionar en que los distintos procesos
registrados en la historia no se dan de una vez y parasiempre, sino que, para que tengan permanencia, de-
ben ser vigentes, refrendados, ratificados y fortalecidos
por cada nueva generacin de mexicanos. Este libro
muestra las formas de concebir al nuevo pas con todas
sus contradicciones, tanto del pasado como del pre-
sente, en una amalgama cvico-cultural, lo cual queda
ejemplificado en Tlaltizapn, Morelos, donde las tradi-
ciones se mezclan con bailes modernos, las comparsas
se mueven al ritmo de la salsa y los jvenes practican
artes marciales.
Todas las representaciones sociales estn orien-
tadas a amortiguar las naturales tensiones y contra-
dicciones y a incrementar las identidades civiles yculturales.
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Pgs. 6|7Fotografa de A. Pedraza.
Pgs. 10|11 y 14|15Fotografa de E. Prez.
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PRLOGO
INTRODUCCIN
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a memoria es una destilacin colectiva de los aconteceres
del pasado. Se recuerda, se escoge, se recombina el pasa-
do de acuerdo con los nuevos significados que cada gene-
racin decide relevar. Es, por tanto, la memoria la materia
prima del patrimonio cultural intangible. Siempre en movimiento, no se
deja atrapar por los cnones formales de la historia, sino que fluye con
el tiempo porque est en manos de la gente que la vive.Puede el patrimonio cultural ser cvico? sta es la pregunta que explo-
ra este libro. Un patrimonio tal, si es cvico, se define por su insercin como
actividad de la sociedad civil en el marco de una Repblica democrtica. En
los casos estudiados, lo es porque se formulan estas obras y representa-
ciones en los pueblos en trminos de acontecimientos de la historia nacio-
nal. Pero lo son, adems, porque, de acuerdo con las multiples entrevistas
realizadas, la intencin de celebrar de esta manera las conmemoracionesde aquellos eventos es la de reunir a los nios y jvenes y a toda la comuni-
dad para que no se les olvide quines somos y hacia dnde vamos,
como nos dijo don Eleuterio en la festividad del Abrazo de Acatempan.
Sobre esta base, puede afirmarse que el fondo de este patrimonio es
cvico pero que su forma es cultural. Esto es, el contenido intelectual y pol-
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tico se deriva de un evento como la guerra de Independen-
cia, la toma de la Alhndiga de Granaditas, la conmemo-
racin de la proclamacin del Plan de Ayala o la traicin y
muerte de Zapata. La forma, en cambio, al menos en los
casos que se exponen en este libro, reproduce las pautas
y las formas de organizacin de los pueblos originarios de
Mesoamrica. Recordemos que la ritualidad mesoame-
ricana abarcaba tanto ritos guerreros y teocrticos como unsinnmero de festividades sobre temas tan diversos como
la siembra y cosecha agrcola, la muerte, las deidades natu-
rales, las ferias de mercado y la peticin de lluvias. Dicho de
otra forma, los mesoamericanos vivan imbricados en los
ritmos naturales, polticos y espirituales de su existencia.
En efecto, hay que recalcar la diferencia en las pautas
fundamentales de la mentalidad holstica de los pueblosmesoamericanos y la aristotlica de las culturas occidenta-
les para comprender la intensa ritualidad de los primeros.
En la percepcin occidental todo lo que ocurra en Meso-
amrica se resumi en el trmino colonial de indios o
suavizado despus en indgenas. Al interior de los muy
distintos grupos tnicos que habitaban estos territorios se
sumieron complejas instituciones polticas, econmicas,sociales y espirituales, ahora s que en el plasma de una
cultura que hasta hace poco era registrada de manera
homognea con una pauta etnogrfica idntica.
En las ltimas dcadas, al cambiar el concepto mismo
de cultura en la antropologa, se reconoce que lo
que eran sociedades originarias complejas en la po-
ca mesoamericana, se comprimieron en una categora
aplastante, la de indios, al haberse impuesto las estruc-
turas polticas y administrativas coloniales a las existentes
anteriormente a los muy diversos pueblos antiguos.
Dicho de otra forma, los espaoles extrajeron las
formas de Estado, gobernanza y religin e hicieron todo
lo posible por insertar las festividades rituales mesoame-ricanas en el calendario de fiestas religiosas catlicas.
Sin embargo, persisti la ritualidad de las sociedades
mesoamericanas que se volvi mltiple y abigarrada al
tratar estos pueblos de resistir al etnocidio cultural. Por-
que, adems de haber activado, hacindolos visibles, los
lazos de poder, de religin y de administracin pblica, las
festividades cumplan, como siguen cumpliendo, una
gama todava ms amplia de funciones sociales y simb-
licas. Tan es as, que hoy en da, 500 aos ms tarde, el
calendario de ritos, festividades y conmemoraciones de
Mxico sigue siendo un penacho de mil colores.
MEMORIAYCOHESINSOCIAL
Los antroplogos consideramos la memoria como la na-
rrativa en la que las colectividades eligen una metonimia
para darle sentido a su vida del momento. Adems de
ser, para los historiadores, como lo explica Enrique Flo-
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rescano, el rincn privilegiado donde se almacenaban
los recuerdos de los antepasados y el medio eficaz para
mantenerlos vivos en el presente y transmitirlos a la pos-
teridad. Cita a autores como Ricoeur, Margalit y Blustein,
que le adhieren a la memoria un sentido tico y moral.1
En efecto, como ha demostrado la etnografa, las prc-
ticas sociales, en general, y las que se consideran patrimo-
nio cultural inmaterial, en particular, llevan implcita siempreuna diversidad de mensajes acerca de cmo es y cmo
debe ser una sociedad. En especial, los estudios antropol-
gicos sobre el bosque de los smbolos como llama Turner
a toda celebracin, muestran tambin cmo se entrelazan
esos smbolos con los movimientos y giros que la transfor-
man no slo en representacin sino en performance.2
En la vasta literatura sobre representaciones na-
cionales, que est en pleno auge en Mxico en la ac-
tualidad por el Centenario y el Bicentenario, se han
mostrado los escudos, las banderas, las pinturas, los
uniformes, los cromos y figuras de los calendarios
y mil artefactos ms que representan a la patria y a
la nacin. Lo que no ha surgido a la luz de esta felizalgaraba de la memoria son las conmemoraciones lo-
1 Florescano, Enrique, 2009 Deber de memoria, en Nexos, 31 dediciembre. Mxico
2 Turner, Victor, 1967. The Forest of Symbols: Aspects of Ndembu Ritual.Cornell University Press, Nueva York; y Schechner, Richard, 2003. PerformanceTheory. Routledge, Londres.
cales, que toman distintas formas de representacin
para recordar, ao con ao, los acontecimientos de las
luchas de la Independencia y la Revolucin Mexicana.
La antropologa mexicana cuenta con extraordinarios
estudios etnolgicos y de antropologa social de los ritos y
festividades en localidades en todas las regiones del pas.
En la regin centro-oeste destacan los trabajos etnohist-
ricos recientes de Johanna Broda, Catherine Good, y deetnologa de Samuel Villela, entre muchos otros.
Lo que acabamos de descubrir apenas hoy, cuando
empezamos el trabajo de campo para la Ctedra UNESCO
sobre Patrimonio Cultural Inmaterial y Diversidad Cultural
en la Universidad Nacional Autnoma de Mxico, es que
todava existe un muy interesante patrimonio cultural cvico
en muchos pueblos. Dicho patrimonio haba quedado
oculto en el punto ciego entre las pginas de la historia
nacional y las pginas etnogrficas de la antropologa
mexicana. Se trata de festividades en las que se escenifi-
can los acontecimientos de las guerras de Independen-
cia y Revolucin con una forma cultural muy mexicana.
Pueden calificarse como prcticas cvicas, en tanto queconmemoran acontecimientos codificados en la historia
oficial nacional. Pero son tambin prcticas polticas que
recrean el sentido simblico de la identidad nacional. Al
mismo tiempo, son prcticas sociales que refrendan y
renuevan cada ao un capital social importantsimo para
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evitar conflictos y violencia en los pueblos y en las regio-
nes. No los evitan como por arte de magia, pero crean los
espacios comunicativos, los eslabones de intercambios y
el entramado de relaciones que permiten manejarlos y ne-
gociarlos. Cuando stos se pierden, el vaco de autoridad y
legitimidad que se provoca lo llenan de inmediato la impo-
sicin violenta, la corrupcin y el narcotrafico.
Por otra parte, las formas que exhiben estas repre-sentaciones son culturales. Ilustra lo anterior la forma es-
calonada en que se llevan a cabo estas festividades en
las regiones. Por ejemplo, en la regin occidental de la
Sierra de Guerrero, entre Iguala y Ciudad Altamirano, Api-
pilulco conmemora las fiestas patrias del 22 al 26 de sep-
tiembre; el pueblo de Machito de las Flores, el 28 de
septiembre; Chilacachapa lleva a cabo una magna re-
presentacin de la guerra de la Independencia el 9 y 10 de
octubre; y Apetlanca, el 18, 19 y 20 de octubre. Por qu
la diversidad de fechas? Quizs por afn, precisamen-
te, de independencia de cada pueblo. Y quizs porque
conservan, 500 aos despus, la pauta mesoamericana
de festividades. Segn esta pauta, las fiestas se hacanpara atender lo que hoy en da se llamara fuerza poltica y
cohesin social al pueblo, pero tambin para integrar una
regin. As, las festividades circulaban del tlaxilacalli(ran-
chera, barrio), al calpulli(familia extensa, barrio, pueblo)
y al altpetl(cabecera poltica y cultural de la regin), a
lo largo del calendario ritual anual. As, tal y como nos lo
expresaron los entrevistados, se permite que la gente par-
ticipe y se beneficie de las festividades-ferias de los otros
sitios, propiciando la integracin territorial y geogrfica.
LOS RITOSRESIGNIFICADOS
El fondo cvico de las conmemoraciones de la Inde-pendencia analizadas proviene del decreto de 1824
del Congreso que estableci el 16 de septiembre
como fiesta nacional.3Las Leyes de Reforma, a su
vez establecieron dos formas de celebraciones pbli-
cas, una de ellas la de conmemoraciones con gran
participacin pupular, pero fue hasta 1910 cuando la
Comisin Nacional del Centenario de la Independen-
cia consolid la celebracin nacional en el zcalo de
la ciudad de Mxico. Los historiadores ciertamente
podrn hacer el anlisis ms acucioso de este dato.
En Iguala, ciudad orgullosa de su pasado indepen-
dentista, nos contaron que las celebraciones patrias
se iniciaron en el Porfiriato, al crearse los zcalos an-tes plazas de armas como espacio laico para festivi-
dades cvicas, con su quiosco para discursos y para
conciertos de msica.
3Serrano Migalln, 1988,El grito de Independencia. Historia de una pa-sin nacional, Mxico, Porra, p.44.
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Si bien, al parecer, ese hecho fue el punto de partida
de las celebraciones, probablemente en todo el mbito
nacional, hoy en da todava encontramos otras que fue-
ron inventadas y desarrolladas por la iniciativa ciudadana
en algunos pueblos. Por ejemplo, en Tetelpa, en la zona de
Zacatepec, en Morelos, se nos inform que fueron dos se-
ores quienes en 1945 decidieron que, para entusiasmar
a los jvenes, habra que celebrar la Toma de la Alhndigade Granaditas. Si queran entusiasmar a los jvenes, lo
lograron plenamente puesto que ahora participan ms de
100 muchachos y muchachas en la famosa batalla, lan-
zndose tamales de ceniza y caonazos que rompen los
tmpanos durante ms de tres horas, hasta que el Ppila
quema la Alhndiga con todo y los espaoles lanzndole
tamales desde lo alto de la edificacin de palmas.
Si la representacin oficial impulsada por don Porfirio
fuera la nica fuente de estas conmemoraciones, seran to-
das iguales o muy parecidas. En la realidad, encontramos
en esta primera y muy rpida prospeccin celebraciones
sumamente diferentes. En Jantetelco, Morelos, por ejem-
plo, se escenifica una pieza dramtica dedicada a inmorta-lizar el nombre del caudillo insurgente que fue cura prroco
de Jantetelco, don Mariano Matamoros. Se trata de una
obra formal, que llamaron comedia en aquella poca,
escrita por el seor Primo Musito, distinguido habitante de
Jantetelco. De la celebracin de esta pieza dramtica te-
nemos un testimonio entraable: el diario de doa Mara
Linarte de Musito, manuscrito de 1871 en el que se cuen-
ta cmo se escribi y escenific esta prctica cultural y
cvica. Con su letra trmula la mayora de las mujeres
todava no aprendan a escribir va exponiendo las vicisitudes
falta de dinero y los obstculos la perenne oposicin del
prroco de la iglesia que fue sufriendo la puesta en esce-
na. Y, sin embargo, se ha seguido celebrando hasta nues-tros das, aunque no con el apoyo que se requira.
Otra prctica muy distinta es la representacin del
famoso Abrazo de Acatempan, que se inici, segn nos
asegur un acatempeo, pues desde que se dieron el
abrazo. Otro nos aclar, porque al parecer hay una pol-
mica al respecto, que no nos importa lo que digan los
historiadores que si hay otro Acatempan en el Estado
de Mxico, que si no se lo dieron, a nosotros no nos im-
porta, aqu celebramos. As, el 10 de enero, la caballera
de Acatempan, capitaneada por Vicente Guerrero, des-
pus de subir y bajar del cerro y despus del intercambio
de tres misivas entre ellos, se encuentra con la caballera
de Agustn de Iturbide, que viene de Teloloapan. No sabe-mos quin escribi el texto del dilogo entre ellos, pero es
posible que sea del siglo XIX. Iturbide invita al otro caudi-
llo a unirse en la lucha contra Espaa y Vicente Guerrero
acaba por contestar: Yo acepto desde luego como hom-
bre verdadero, que se atienda nuestro triunfo y se salga el
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extranjero. Recabemos este suelo que ya se haba usurpa-
do y que se evite la sangre que tanto se ha derramado
y le propone que el pabelln tricolor represente a toda
la nacin, propuesta que Iturbide acepta y se dan al fin,
todava montados a caballo, el famoso abrazo.
ELSIMULACRO: LAREPETICINQUEHILALAMEMOR IA
El Simulacro de la Independencia como todava le lla-
man a este tipo de representaciones en muchos pueblos
de Chilacachapa, Guerrero, fue sin duda el ms importante
registrado en nuestro recorrido. As puede calificarse por
la correccin y profundidad con la que los actores volun-
tarios encarnan a los prceres de la Patria: Hidalgo, doa
Josefa, Allende, Aldama, Abasolo, Matamoros, el sargen-
to Garrido y el intendente Riao. Asimismo, por lo extenso
del festejo, dos das enteros, con dos batallas y ms de
200 personas involucradas, y por el nmero de contin-
gentes provenientes de otros pueblos que participan en
los mltiples desfiles y batallas. Otro hecho que lo haceimportante es que gran nmero de gente originaria de
este pueblo, que reside en la ciudad de Mxico e incluso
en Estados Unidos, regresa para estos festejos. Entre los
contingentes hay que mencionar a los negritos, que lle-
van la cara tiznada porque son de frica y que, segn
nos informaron, representan a un contingente capitanea-
do por Irineo, que se incorpor a la lucha independentista
a raz de la abolicin de la esclavitud por parte de Jos
Mara Morelos y Pavn, que era mulato. Este contingen-
te se haba formado, nos cuentan, con los capataces y
vaqueros de origen africano, todos esclavos, que fueron
trados a la Costa Chica de Guerrero para trabajar en las
haciendas ganaderas de los espaoles.En otra de las celebraciones, la de Tonatico, Estado de
Mxico, destaca la activa participacin de los migrantes
de ese pueblo que viven en Waukegan, Illinois. Regresan
al pueblo y son actrices y actores de la obra histrica, fi-
nancian las mayordomas y apoyan a distintos contingen-
tes negros, apaches, mecos y otros, participando
alegremente como si nunca se hubieran ido del pueblo.
Sus hijos y nietos tambin se funden en las celebra-
ciones. Lo que es ms, en el propio Waukegan tambin han
realizado estos desfiles conmemorativos, al estilo nor-
teamericano, con permiso de la alcalda y, lo que es inte-
resante, con participantes estadounidenses.
LAREVOLUCIN MEXICANATODAVAVIVA
En el recorrido que realizamos para captar el patrimonio
cultural cvico referido a la Revolucin Mexicana encon-
tramos un proceso parecido al de las conmemoraciones
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de la Independencia en los pueblos. En los aos veinte
y treinta del siglo XX, al parecer, las Misiones Culturales y
sobre todo, posteriormente, las escuelas, impulsaron una
conmemoracin de aquel acontecimiento con desfiles de
los alumnos. Al igual que con los de la Independencia, los
pueblos fueron quitando, aadiendo y reinventando es-
tas representaciones hasta hacerlas suyas. Mezclan en
ellas desde elementos mesoamericanos hasta mestizospero con una vehemencia que sorprende a los especta-
dores. Y, tambin, varan las fechas de celebracin de estas
conmemoraciones de la Revolucin; entre las principales,
el 20 de noviembre, el 28 de noviembre, para conmemo-
rar la proclamacin del Plan de Ayala; y el 10 de abril, para
conmemorar la muerte de Emiliano Zapata.
Zapata sigue vivo es un dicho que se escucha con
frecuencia en las festividades en torno a la Revolucin
Mexicana en Morelos. En el captulo de Chinameca se cita
la entrevista con una jovencita participante: Yo creo que
vive (Zapata) en nuestros corazones, vive en cada uno de
nosotros, en cada uno del pueblo. Porque aqu muri por
una traicin, yo creo que sigue viviendo en cada unode los que representamos el papel de la Vida y muerte de
Emiliano Zapata. En estos pueblos del oriente de Morelos
casi todas las personas tienen todava una memoria viva,
a travs de abuelos y bisabuelos, de lo acontecido con la
Revolucin. Relata Eusebio de la Torre: mi abuelito me
contaba de la Revolucin, que venan muchos calzonu-
dos y pedan que les dieran maz, frijoles. En el pueblo los
apoyaban porque estaban contra los mestizos que tenan
las haciendas. Los caporales eran muy crueles y venan a
los pueblos y se llevaban el ejrcito a las muchachas, lue-
go las dejaban y recogan ms, lo cual resume, en unas
cuantas frases, lo que ha sido uno de los acontecimientos
raz de la consolidacin de la nacin en el siglo XX.La Coronela Maribel Morales nos comparti su
sentimiento al participar en esta obra:
Participar con el papel de mujer es bonito porque repre-
senta una a varias mujeres que son de pueblo, que son
de guerra y de lucha. Hace rato que pas por la estatua de
Zapata sent bonito portar este traje tpico porque realza
el corazn, realza las races del pueblo y siento satis-
faccin y orgullo, principalmente satisfaccin por haber
participado y orgullo porque de alguna u otra forma re-
presentamos lo que sucedi en anteriores aos.
Pero esta memoria poltica, por estar todava vigente, pro-
voca fuertes reacciones y temores polticos. En Chiname-ca, el 10 de abril de 2010, fue duramente criticado por los
pobladores y quienes viajaron ese da a presenciar la con-
memoracin, al encontrarse con valla tras valla de solda-
dos del ejrcito que custodiaban, el que la conmemora-
cin se realizara solamente por invitacin del gobernador
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Marco Adame y del presidente Felipe Caldern. No slo
contradice esta expropiacin el sentido de una memoria
poltica pblica; no slo va en contra de toda la tradicin
mexicana de fortalecer el capital social de los pueblos; no
slo niega la vinculacin de ciudadana y gobierno, sino que
choca frontalmente con el ideario de Emiliano Zapata, ci-
tado tan cotidianamente en estos pueblos, de luchar por
la igualdad y derechos de todos los ciudadanos.
SUNOMBREESEMBLEMADEHONORYDEJUST ICIA
Desde las seis de la maana se reunieron en la plaza los
contingentes de guachos y de zapatistas para presenciar
el izamiento de la bandera que ese da, 10 de abril, como
cada ao, solamente llega hasta media asta en seal de
luto por el asesinato traicionero del Caudillo del Sur, el Ge-
neral Emiliano Zapata. El lugar es Ixtlilco el Grande, pobla-
cin ubicada en el municipio de Tepalcingo, al sureste de
Morelos. As se inicia el captulo correspondiente que
describe el Simulacro de la Muerte de Emiliano Zapataen ese poblado. La memoria todava est abierta:
Imagnate dice Adriana Rodrguez, a m me ha contado mi
abuelita que su pap fue de los que se huyeron a las cuevas
cuando llegaron los soldados, y all se estuvieron aos. Mi
abuelita se cri en las cuevas. Entonces, ya cuando la cosa
se calm y pudieron bajar otra vez, fue entonces que mi bis-
abuelo don esa plaza para que all se recordara al General
Zapata. Antes estaba ms grande, pero ahora las casas han
ido ganando terreno y la plaza ya se ve como que ms chica.
Se inicia el festejo con la poesa Que viva Zapata!, que
reza: Su nombre es emblema de honor y de justicia.
So que entre los hombres hubiera igualdad, un sueo
que el hombre an acaricia. Contina la conmemo-
racin con los zapatistas a caballo recorriendo los cerros
y los guachos a pie, defendindose de los primeros en
escaramuzas recurrentes. Ya en el Simulacro se narra la
vida de Zapata, precisando los acontecimientos, su ingre-
so al Club Melchor Ocampo en 1909, su encuentro con
Madero, sus batallas y proclamas y su asesinato, ordena-do por el general Pablo Gonzlez Garza y perpetrado en
Cuautla en la emboscada que le tendi Guajardo.
Esta representacin, segn nos informaron, la crea-
ron dos seores del pueblo. Es, nuevamente, una inicia-
tiva ciudadana independiente, que ha seguido creciendo
tanto en el pblico que atrae como en la atencin que
se le otorga. Este ao nos explic el seor Victorino
Valero, quien realiza la grabacin de las conmemora-
ciones para envirselas a los migrantes que estn en
Estados Unidos s que se dejaron venir los fotgrafos.
Antes slo venan los de Bellas Artes.
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LAGENTEYANOESCOMOELANTIGUOMEXIC ANOQUETENAUNAMEMORIAEXTRAORDINARIA
Para dar un ejemplo de elementos mesoamericanos, so-
bresale el hecho de que en una mayora de festividades
se encuentra un contingente de apaches, que portan
siempre un tocado de plumas o de materiales muy colo-
ridos. En Quebrantadero, Morelos, el centro del tocado lo
forma un crculo de plumas de guajolote; en Chilacacha-
pa, el tocado de altas varas semejando plumas de colo-
res brillantes mide casi metro y medio; en Teloloapan, el
tocado tiene casi el tamao del penacho de Moctezuma,
con variados colores; en Tonatico, los tocados son ms
modestos, de algunas plumas con una cinta de colores.
Puede pensarse que estos penachos rememoran lo que
deben haber sido extraordinarios penachos, de plumas
verdaderas, y de confeccin muy variada, que servira de
cdigo de identidad entre pueblos y losaltpetl, dada la
gran calidad del arte plumario mesoamericano. As, el
tiempo pasa y la remembranza queda.
AQUESUNASOCIEDADDECOMPADRAZGO , COMOASERAANTES
Cuando uno pregunta en el pueblo: Por qu hacen
esta celebracin?, la respuesta es siempre afable: algo
as como: Porque nos gusta que nos visiten. Vuelve
a hacerse evidente la hospitalidad de la gente en estos
pueblos. Qu bueno que `ora vinieron tantos de fuera,
qu bueno que se interesen. A nosotros aqu en Ixtlilco,
nos gusta recibir a la gente y que vean lo bonito que
tenemos por ac, reiter una seora vendedora del
mercado. Y otra en Teloloapan: para que puedan ve-
nir mis hijos, que viven en (la ciudad de) Mxico y quevienen tambin, a veces, desde los Estados Unidos.
Las razones ms profundas de estas conmemoracio-
nes, sin embargo, apuntan tanto a mantener vigente una
memoria poltica, porque afianzan una identidad y una na-
cionalidad, como a nutrir un capital social vital para la vida
actual. Por eso se siguen llevando a cabo, en contra de la
oposicin incesante de la Iglesia catlica y de otras iglesias
hacia toda festividad laica, en contra de los vaivenes de
partidos polticos, en contra de las adversidades econmi-
cas. Ni la migracin masiva de muchos de estos pueblos
ha logrado detener estos festejos. Aunque la situacin eco-
nmica y la migracin s, de hecho, los estn debilitando
en muchas regiones. A pesar de ello, hay un venero muyprofundo que los mantiene vigentes. Tal y como lo expres
Esteban Abasolo de Acatempan: Recordar estos hechos
nos hace temblar el corazn y sentirnos mexicanos. Hay
un pronunciamiento. Un pronunciamiento poltico que
declara que frente a una historia insurgente y revolucio-
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naria, hay un sentimiento de pertenencia a una memoria
compartida, a una historia que todava no tiene paz, a un
territorio comn, y a una nacin que se tiene que redi-
mensionar en las circunstancias del mundo actual. Sen-
timiento que, paradjicamente, se ha estado reforzando y
debilitando al mismo tiempo en Mxico.
Estos festejos revelan tambin un desplante de auto-
noma de cada pueblo. En efecto, en cada uno de ellos, apropsito, se organiza su conmemoracin de una manera
ligeramente diferente, precisamente para distinguirse de
los otros pueblos de la regin y entre las regiones. Aunque,
al mismo tiempo, se reproduce una pauta comn precisa-
mente para marcar una pertenencia microrregional.
Finalmente, este patrimonio cultural cvico, adems de
los cdigos polticos y culturales que activa, fortalece, por
definicin, un capital social de gran importancia para los
pueblos y las microrregiones. El trmino de capital social
empez a reutilizarse a partir del estudio de Robert Putnam
en un pueblo de Italia, en el que demostr que aquel que se
desarrollaba mejor era el que tena un coro que permita la
convivencia estrecha, la colaboracin en proyectos comu-nes y la resolucin de conflictos en su seno. Al contrario,
el pueblo que no tena una institucin semejante, no avan-
zaba en el desarrollo.
En este libro se hace hincapi en el capital social
porque es un efecto notorio de todas las festividades
analizadas en estos captulos. Y porque demuestra que
el patrimonio cultural inmaterial, en general, y en este
caso particular, el de carcter cvico, es centro de recon-
versin de lo poltico, lo social y lo cultural.
Partimos, por tanto, en este libro, de que es este capi-
tal social el que todava aporta a los mexicanos la resiliencia
para sobrevivir ante el arrastre, entre otros, de la pobreza y
el desempleo, la desigualdad, la necesidad de emigrar y laviolencia desatada al trasladarse la poltica al narcotrfico.
Pero es tiempo de cambiar esta deriva porque este capi-
tal social se est viniendo abajo, como lo demuestran las
graves consecuencias de los grandes problemas en esta
primera dcada del siglo: el crecimiento de la criminalidad
de todo tipo; el aumento de la pobreza con su secuela de
abusos, prostitucin y rubros negros de actividades para
sobrevivir; la expansin y consolidacin del narcotrfico
como espacio econmico y poltico; el aumento de la vio-
lencia de todo tipo contra las mujeres, incluyendo el des-
amparo en que las deja la legislacin de proteccin a la
vida frente a los abusos de violadores y esposos violentos.
Todo ello se exacerba cuando las estructuras informalesque fortalecan las redes de proteccin individual que evi-
taban el sentimiento de desamparo, soledad y desespera-
cin se ven minadas da con da. Las familias no pueden
hacer frente a este derrumbe social y cultural. Las comu-
nidades tampoco. Ni los grupos tnicos, ni los grupos
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territoriales, pueden hacer frente solos a estas corrientes.
Al contrario, se necesitan estructuras fuertes que manten-
gan la cooperacin entre los hombres y las mujeres, en
las familias extensas y compuestas, en los barrios, en y
entre los pueblos, los grupos tnicos, los sindicatos y los
migrantes. Es decir, lo que se requiere es un capital social
que mitigue los estragos que est causando el derrumbe
social en aras de un crecimiento econmico de una lite.Y que mantenga espacios pblicos para forjar estrategias y
proyectos polticos hacia mejores horizontes.
SINIMAGINACIN, NOHAYSENTIMIENTO
Para finalizar, dicho de otra forma, uno de los rizomas, es
decir, red de redes, que propician y renuevan constan-
temente este potencial de reconocimiento, cooperacin,
lealtad y amistad, es el patrimonio cultural inmaterial. Y
las redes sociales que mantienen la identidad de las mexi-
canas y mexicanos hoy, en el complejo mundo poltico
de naciones y cosmopolitismo, son lo que aqu llamamos
el patrimonio cultural cvico.Al reconocerlo, al apreciarlo, al dar vida a un venero de
la memoria poltica en cada pueblo, organizado el festejo
por los propios ciudadanos, se rene a todos los mexicanos
en un imaginario y una identidad en la que vivimos todos.
[Cuernavaca,2010]
AGRADECIMIENTOS
Los trabajos como el que se presenta en este libro, logran
llegar a trmino por el apoyo decisivo que se recibe de
quienes comprenden la importancia de la temtica y, sobre
todo, de la necesidad de seguir explorando e innovando en
la investigacin. Esta es la perspectiva que ha aportado
desde siempre el seor rector de la Universidad Nacional
Autnoma de Mxico, Jos Narro Robles, a quien agra-
decemos su comprensin para el proyecto de patrimonio
cultural inmaterial y el apoyo para la realizacin de este
trabajo. Agradecemos asimismo, la importante colabora-
cin del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigacin e
Innovacin Tecnolgica (PAPIIT), bajo la direccin de la doc-
tora Paulette Dieterlen, para el financiamiento de nuestro
proyecto Programa de Estudios sobre Patrimonio Cultural
Inmaterial y Diversidad Cultural.
Con este libro, la Universidad Nacional Autnoma de
Mxico, en su Centsimo Aniversario como Universidad
Nacional, aporta su conocimiento a la conmemoracin
del Bicentenario de la Independencia y Centenario de
la Revolucin Mexicana celebrada en el ao 2010.La Unesco, tambin, desde hace una dcada gener
la discusin internacional sobre patrimonio cultural inma-
terial, con un aporte importante al Programa de Culturas
Populares de Mxico, que le dio un salto cualitativo a la
salvaguarda de este tipo de manifestaciones culturales.
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Agradecemos a la Unesco el haber otorgado a la Univer-
sidad Nacional Autnoma de Mxico la Ctedra sobre pa-
trimonio cultural inmaterial y diversidad cultural.
Agradecemos tambin el apoyo constante de la doctora
Ana Mara Chavez, directora del CRIM-UNAMy hacemos exten-
sivo un agradecimiento a todos los investigadores con los
que discutimos y colaboramos en este programa, en espe-
cial al maestro Ral Bjar, muy querido y recordado amigo, ya Hctor Rosales. No queremos dejar de mencionar a la di-
rectora del Instituto de Cultura de Morelos, la seora Martha
Ketchum, por su fina sensibilidad ante las manifestaciones
de patrimonio cultural inmaterial de los pueblos.
Asimismo, nuestro agradecimiento primordial va para
toda la gente de los pueblos que, en forma entusiasta y con su
tradicional hospitalidad y generosidad, nos permitieron ana-
lizar, fotografiar y filmar su patrimonio cultural cvico. Dieron
grandes muestras de apertura al habernos abierto las puertas
de su terruo y de haber compartido y mostrado ese gusto y
creatividad que tiene cada uno de ellos y ellas para revivir la
memoria poltica de una manera muy propia, cultural y cvica.
Agradecemos al pueblo de Chilacachapa el habernos per-mitido compartir y gozar de su Simulacro de la Independencia
de Mxico; a la seorita Anel del Ro que represent a doa
Josefa Ortiz y a su familia; a los seores Hilario Mojica G-
mez, comisario ejidal; Gabriel Njera Miranda, Toms Segura
Mojica, Hugo del Pilar Segura, presidente de la Junta Patria; a
Gerardo Njera Quezada, y a todos los integrantes de la Junta
Patria; as como a cada uno de los que forman parte de la
mayordoma en turno: Gerardo Garrido, Gumaro Traveseras,
Armando Daz, Jess Morales, Filiberto Snchez, y Anto-
ln Flores, entre otros. Agradecemos de manera especial la
atencin y las palabras de Efran E. Hernndez y el hospedaje
que nos brind el regidor de Desarrollo Rural, Gabriel Njera
Miranda. Agradecemos a Apolinar y al maestro EstebanGodnez. A todos y todas gracias por su gran hospitalidad!
En Jantetelco, damos las gracias a la maestra Irma Sn-
chez Olivo, as como a la regidora de Turismo y Cultura, Ale-
jandra Lira Oropeza. Agradecemos la colaboracin del cronista
Gari Franois Ibarra Cedeo, as como el inters de la direc-
tora del Museo Mariano Matamoros, Claudia Isabel Macas; y
a todos los jantetelquenses que ao con ao crean y recrean
sus tradiciones y le dan vida a su patrimonio cultural cvico.
En Acatempan, agradecemos a todas y todos el haber-
nos abierto las puertas de su terruo y habernos compartido
y mostrado su gusto y creatividad para revivir los hechos his-
tricos de una manera muy propia, cvica y cultural. As tam-
bin, agradecemos enormemente al seor comisario ejidal
por habernos recibido y hospedado, y a las seoras Minerva
Blancas, Aurora Martnez, Rogelia y Ever Salgado Cruz; a la
maestra Laura Anglica y a los seores Alejandro, lvaro Oli-
ves Salmern, Alberto Cayetano Ocampo y Reynel Alvarado;
a los psiclogos Salvador y Eder Martnez Castilleja; a los
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maestros, tanto de educacin primaria como secundaria, y
a Clara Espndola. A la familia de don Ignacio Cruz, que tan
amablemente nos ofreci transporte de regreso a Morelos.
En Quebrantadero, agradecemos a todos los partici-
pantes en su muy original fiesta de la Independencia, en
especial al contingente de los apaches quienes con pa-
ciencia y hospitalidad nos relataron la historia del simula-
cro y su importancia para los jvenes branteos.En Tetelpa, la lista de agradecimientos es larga, ya que
fueron cerca de cien los participantes en la Toma de la Alhn-
diga de Granaditas. Les damos las gracias a Gonzalo Ortiz,
Josu Zavala, Eric y a toda la familia Zavala; al abuelo Pablo
que se ha encargado, junto con todos y todas de entusias-
mar a la gente para que este simulacro se siga represen-
tando. Agradecemos a la seora Felipa Peralta Flores quien
nos cont sobre la representacin que hacen los tetelpeos de
este evento; a don Elodio Ochoa Zavala por compartirnos
su conocimiento sobre dicho simulacro, al Comit encarga-
do de organizar este evento, al ayudante municipal, al seor
presidente de la Fiesta Patria, a los ejidatarios que siempre
cooperan, a las jovencitas que confeccionan tantos y tan-tos bultos con los tamales de ceniza que son los divertidos
proyectiles del asalto a la Alhndiga, a los maestros y a los
directores. Y de una vez tambin a todos los espectadores
que con sus risas, aplausos y ocasional participacin hacen
de este simulacro una gran festividad compartida.
En Tonatico, en primer lugar queremos reconocer
la participacin de Dahil Melgar por proponer el trabajo
de campo en ese lugar. Nuestro agradecimiento, en este
caso, va dirigido a todas las personas que nos compartie-
ron su sentir al participar en la Consumacin de la Inde-
pendencia y que son, entre muchas otras: la seora Mara
Dolores Mndez Lpez, el seor Sal Gmez quien viene
cada ao desde Waukegan, Illinois, Estados Unidos, a sutierra para celebrar la Independencia. El mismo agradeci-
miento se extiende a los actores que representaron a Hi-
dalgo, Allende, Aldama y a la Malinche. Gracias por seguir
perpetuando esta memoria cultural y cvica.
En Villa de Ayala agradecemos a Jacqueline Plascen-
cia y a su familia, as como al profesor Nivardo Barrera y a
todos los pequeos que vestidos de Emiliano Zapata o de
Adelitas dan, junto con sus familias, color y sabor al desfile
conmemorativo del Plan de Ayala.
En Mazatepec agradecemos a todas las personas que
nos dejaron fotografiarles y a los que nos platicaron un po-
quito de cmo se recuerda y vive la Revolucin Mexicana.
Nos agrad mucho escuchar a la estudiante de secundariaYarit que en su voz nos transmiti el compromiso que hay
en cada uno de nosotros para responder a la lucha que
nos hered Zapata.
En Tlaltizapn agradecemos al profesor Ricardo Garca
Bahena as como a las maestras que tan gentilmente platica-
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ron con nosotros y compartieron una parte de las prcticas
y tradiciones que conforman su patrimonio cultural cvico
En Teloloapan nuestro reconocimiento a sus habitantes
por habernos permitido presenciar su desfile y recordar junto
con ellos lo que signific la lucha armada de 1910. En espe-
cial agradecemos al seor Moreno, al seor Timoteo Arella-
no Miranda y al seor Miguel ngel Martnez Barrera, artesano
de las mscaras de los diablos de Teloloapan, que tanamablemente platicaron con nosotros hacindonos saber la
importancia de realizar, sin falta, este desfile, ao con ao.
En Los Sauces nos abrieron las puertas para conocer, a
travs de sus habitantes, la historia del General Jess H. Salga-
do y su participacin en la Revolucin Mexicana al lado del jefe
revolucionario Emiliano Zapata. En especial nuestro agradeci-
miento a la familia Romn Montes de Oca por las atenciones
que recibimos en su hogar; a las adelitas, Ixel y Yatziri Eliza-
beth Romn Montes de Oca y al seor Modesto Romn Bustos
que tan gentilmente conversaron con nosotros compartiendo
el profundo significado que para ellos, y para Los Sauces tiene,
la conmemoracin del 20 de noviembre. Su testimonio es ya
patrimonio cultural cvico para las nuevas generaciones.En San Juan Chinameca, agradecemos enormemen-
te a las personas que nos abrieron las puertas de su casa y
nos compartieron ese sentir que guardan sobre el caudillo
sureo. Gracias a don David Medrano por compartir con
nosotros su experiencia respecto a la obra que l escribi y
la cual dirige. Se agradece de igual manera a todos y cada
uno de los cuarenta participantes de la obra Vida y muerte
de Emiliano Zapata.Fue de gran importancia para el tra-
bajo la pltica de don Apolinar Hernndez y don Salvador
Rosas. Gracias tambin a la coronela Maribel Morales, a
don Herminio Rodrguez, a don Gilberto Maldonado, Felipe
y Antonio Rodrguez.
En Ixtlilco el Grande queremos agradecer a la maes-tra Luca Snchez Snchez, quien amablemente nos com-
parti el primer relato sobre la representacin de la Revo-
lucin y la muerte de Zapata en su comunidad. Gracias
tambin al seor Victorino Valero por habernos prestado
las grabaciones en video que ha realizado en aos ante-
riores. Agradecemos tambin al comisariado ejidal Pedro
Saldaa, quien fue el encargado de organizar los actos
de conmemoracin del asesinato de Zapata en el 2010;
a Vctor Alfonso Gala Ortiz, quien represent al general
Zapata, a Josafat Rodrguez Domnguez, comandante de
los guachos y a Florencio Ortiz quien represent a uno
de los campesinos en el simulacro. Gracias tambin a la
nica mujer guacho que en el descenso del cerro nosfue compartiendo tantas historias, aunque no nos dijo
nunca su nombre (la hemos llamado Adriana). Agradece-
mos tambin el apoyo de Luz Mara Robles, investigadora
del CITRU-INBA, quien conoce a fondo las representaciones
que se realizan en Ixtlilco el Grande.
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PRLOGO
PRIMERAPARTE
Representacionesde la Guerra de
Independencia
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espus de gritos y golpes a la puerta, irrumpen en la estancia
de la casa de doa Josefa un grupo de realistas, que se
acercan y la golpean con el machete cruzndole el pecho, al
grito de Traidora! En nombre del Rey, traemos la orden de
arresto!. La joven que representa a la corregidora, dejando atrs la ti-
midez que mostraba haca un momento, se yergue y les contesta en voz
alta, con gran resonancia: Los traidores son ustedes que se humillan
ante el poder del Rey! Luchamos por la Independencia que nos dar
patria y har de Mxico una gran nacin!. Se ha transfigurado esta
joven moderna, urbana, que vive en Ciudad Nezahualcyotl, junto con
ms de 30 actores de esta obra dramtica, para llevarnos a todos los
que estamos presentes a otra dimensin, una dimensin de acuerdo
histrico en la que compartimos una identidad, una seguridad, un patri-monio. Es unperformanceabsorbente, que crece en espiral al mirar los
otros rostros de los nios y los espectadores, ensimismados en la ac-
cin teatral. Parte de la accin son los cuerpos que se amontonan, los
empujones, los gritos de los nios, las advertencias de las madres para
que no pisen a sus hijos, la conviccin con la que los actores lanzan sus
D
CAPTULO I
ELSIMULACRODELAGUERRADEINDEPENDENCIAENCHILACACHAPA, GUERRERO
LOURDES ARIZPE
31
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parlamentos. La interpretacin de esos hechos histri-
cos es menos importante que la unidad que se crea en
el momento. Aunque la absorcin total se rompe por
instantes, a la manera brechtiana, con los improperios
y los comentarios entre los espectadores sobre si estn
cumpliendo bien con su papel los actores. Se subordi-
na la memoria a la representacin de hoy, porque sta
tiene una finalidad social y poltica.
AQ UNADIEHAPERDIDO
LA IDENTIDAD
As se explica que, ms de 100 aos despus de que se
cre este festejo, en pleno siglo XXI, se realice en Chi-
lacachapa, Guerrero, la escenificacin de los principa-
les acontecimientos de la guerra de Independencia de
Mxico. Creada esta tradicin muy probablemente a
fines del siglo XIX, este Simulacro de la Guerra de In-
dependencia, como se llamaban antiguamente este
tipo de festejos, hoy se sigue celebrando gracias a la
perseverancia y conviccin de sus habitantes y, lo quees muy interesante, de un gran nmero de migrantes y
de sus descendientes que hoy radican en la ciudad de
Mxico y en Estados Unidos.
Participan en esta escenificacin ms de 30 per-
sonas que actan del cura Hidalgo, Ignacio Allende,
la corregidora doa Josefa Ortiz de Domnguez, Ma-
riano Matamoros y otros prceres de la lucha inicia-
da en 1810. Participan tambin con sus propios trajes
otras tantas personas que se unen al desfile. Algunas
representan ideas originales que de alguna forma se in-
corporaron al evento. Para dar un ejemplo, en el largo
desfile que se lleva a cabo en los dos das de la cele-
bracin, participan las Tres Amricas: Norteamrica,Centroamrica y Sudamrica. El primer da las tres jo-
vencitas, con sus sombrillas y ataviadas con un traje de
poca, todo de color blanco, van montando a caballo.
Al da siguiente, ya de luto, desfilan detrs del padre
Hidalgo, apresado, vistiendo de negro, incluyendo som-
brillas negras. Son tantos los personajes y los contin-
gentes que desfilan, luchan en las batallas, declaman
y llevan a cabo este gigantesco performance, que bien
vale la pena describir esta obra en toda su evolucin.
LAGENTEYANO ESCOMO
ELANTIG UO MEXIC ANO QUETENA
UNAMEMORIAEXTRAORDINARIA
Los eventos de la obra histrica sobre la Independencia se
llevan a cabo en Chilacachapa los das 8, 9 y 10 de octubre.
Por qu esas fechas? Y por qu no?, me contest tanto
con una sonrisa de hospitalidad como con el desplante de
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C A P T U L O I | E L S I MU L A C RO D E L AGUE RRA DE I N D E P E N D E N C I A
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quin se tom en serio lo de ser independiente, un chi-
lacapense, haciendo gala de las actitudes que de hecho
caracterizan a los pobladores de la Sierra de Guerrero,
entre Iguala y Ciudad Altamirano. Para averiguar realmenteel porqu de estas fechas hay que hacer ms historia.
Chilacachapa se reconoce como pueblo ori-
ginario, indgena, porque es comunal, todos los
pueblos originarios (de esta sierra) son comunales,
Coatepec, Tlacuitlapa, Chila y los dems lugares
de ejidos, son los no originarios, nos explica don
Jacinto. Y sigue contando, con el orgullo de quien
vive en un pueblo con historia: la primera conquista
de Moctezuma I antes de los tenochcas. Despusvino Ahuzotl a conquistar todos estos lugares que
fue Alahuixtlan aqu ya estaban los tarascos,
Ixcateopan, Ixcapuzalco, Tonalapa. Aqu en Chila la
iglesia est sobre una pirmide.... Sigue diciendo
que Chilacachapa el viejo todava tiene el rasgo
Pgs. 30|31
Fotografa
de L. Arizpe.Pg. 33
Fotografade E. Prez.
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chontal. Desde Tlapa a Taxco eran chontales y en
Cocula eran amuzgos. Cuetzala y Chilacachapa fue-
ron los nicos pueblos que fueron conquistados, se
arreglaron polticamente. O sea, tienen muchas
centurias de estar negociando polticamente. Expli-
ca que en los pueblos de la regin todava hablan
nhuatl pero el tono del habla es diferente. Ahu-
zotl a nosotros no nos arras porque pagaron lostributos que haba que pagar: si t me vas a pro-
teger te pago. Aqu la historia, como puede verse,
es presente. Aqu nadie ha perdido la identidad. Y
cierra esta narracin don Jacinto haciendo un sea-
lamiento capital para las celebraciones actuales del
Bicentenario y el Centenario: La gente ya no es como
el antiguo mexicano que tena una memoria extraor-
dinaria. La memoria y la identidad la llevan dentro,
como el espectador que observaba el desfile y se
present con nosotros: Alfredo Traveseras, yo soy
originario mexicano azteca, yo fui ya a Mxico y a
Estados Unidos y soy mexicano-americano.
En el recuerdo de la gente, don Porfirio Daz, en
el ao de 1900, decidi hacer un da de la Indepen-
dencia, y, como se comenta en otras pginas de este
libro, hizo recaer los festejos en el 15 de septiem-
bre, da de su cumpleaos. A este respecto, nos co-
mentaron que se ve que por esas fechas (1900)
Chilacachapa reforma esas fechas despus decan
cmo le vamos a hacer? Cmo vamos a nombrar a
un representante?, y deca pues todos vienen a gue-
rrear y despus todos se van a su casa. Es decir,
habra habido una sola celebracin, lo que no enca-
jaba con la costumbre mesoamericana de que cada
pueblo tuviera su celebracin. Por eso, en Machito de
las Flores autntico nombre de un pueblo, celebran lasfiestas patrias el 28 de septiembre. En Apipilulco, del
22 al 26 de septiembre. En Apetlanca el 18, 19 y 20
de octubre. Y, por tanto, en Chilacachapa 8, 9 y 10 de
octubre.
El punto importante, como nos lo mencion otra
persona, es que hay mucha relacin de las fiestas de
los pueblos (de esta regin). Nuevamente, se reitera que
la ritualidad mesoamericana le otorgaba das de fiesta
a cada pueblo probablemente cada calpulli o unidad
equivalente, con una fiesta mayor en el altpetlpue-
blo ms grande con centro ceremonial, pero conectan-
do cada pueblo en una red regional de intercambio que
abarcaba lo poltico, lo festivo, lo espiritual, lo comercial
y lo social. Estas redes regionales de celebraciones que
igual festejan lo poltico, como en el caso de estos pue-
blos de la Sierra de Guerrero y de Morelos descritos en
este libro, como lo existencial como el Da de Muertos,
lo religioso las fiestas patronales y lo comercial las
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ferias, con lo social presente en todas ellas, forjando
una densa red de reciprocidades, que todava se entre-
lazan a muchas regiones de Mxico, especialmente en
el centro y sureste.
UNAORGANIZACINCIUDADANA
Sobresale el hecho de que esta conmemoracin, a
110 aos que se celebra, se ha llevado a cabo todos
esos aos prcticamente sin apoyo del gobierno. Se
convirti, como en casi todos los casos que se expo-
nen en este libro, en un festejo propio del pueblo y, por
tanto, son ellos mismos, los ciudadanos, quienes la
continan. Quienes, adems, deciden cmo presentar
esta obra dramtica; nombran cada ao a quienes ac-
tuarn a los distintos personajes, aunque el que actual-
mente sale de Hidalgo ya van muchos aos que parti-
cipa; y buscan el financiamiento para la escenificacin
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A. Hernndez.
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construccin de la Alhndiga, poste para colgar a
los espaoles, adems de que el mayordomo y mu-
chos otros anfitriones del pueblo ofrecen comida y
bebida, tanto a los contingentes que vienen de otros
pueblos como a toda persona del pueblo que quiera
compartir alimentos y trago. Adems de ofrecer esto
mismo a las bandas de msica, tambin se les tiene
que pagar por el tiempo que toquen.El financiamiento proviene, las ms de las veces
en especie, de la gente del pueblo, que ofrece estos
alimentos, licores y hospedaje. Tambin se encar-
gan las mujeres de confeccionar los trajes que, por
los sombreros de dos picos, las chaquetas y pan-
talones, salen caros, y para sufragarlos contribuyen
los parientes y los vecinos. Para pagar los costosdel festejo de tres das, sin embargo, es vital el di-
nero que envan los chilacachapenses que viven en
la ciudad de Mxico y en los Estados Unidos, puesto
que ya van varias dcadas en que se da la dispora a
estos lugares. Al igual que en las conmemoraciones
descritas en otros captulos, para los migrantes re-
sidentes en el pas del norte venir a la gran fiesta de
la Independencia en su pueblo natal, o en el de sus pa-
dres o abuelos, es una ocasin importante de reno-
var lazos con parientes y vecinos, de llenarse de los
chismes del momento y de compartir momentos de
alegra y diversin de una manera muy sentida con
mis gentes.
Resulta interesante que la emigracin, que en
otros pueblos est debilitando el patrimonio cultural
inmaterial, en Chilacachapa, como en Tonatico y otros
lugares, ha hecho que las remesas de los migrantes
para la fiesta se hayan convertido en un pilar de la mis-
ma. Por otra parte, a estos encuentros anuales los mi-grantes traen muy deliberadamente a sus hijas e hijos.
Ah vienen mis hijos, nos avis una seora que vive
en Los ngeles, al ir pasando sus hijos en el desfile,
portando gorras de beisbol volteadas hacia atrs, jeans
gigantes y lo ltimo en playeras cholas, los traigo para
que no se olviden. De esta manera, al menos la se-
gunda o tercera generacin de mexicano-americanossigue teniendo una referencia de primera mano sobre
el pas de origen de sus padres.
Adicionalmente, puede constatarse un gran flu-
jo de informacin sobre la migracin, residencia y
empleo en Estados Unidos en las conversaciones in-
formales a lo largo de la celebracin. As, mientras
colgaban al sargento Garrido y a los espaoles en el
atrio de la iglesia, el padre de una familia migrante
discuta con un amigo si le podra ayudar a conseguir
a ste un trabajo en la compaa constructora en la
que trabajaba, mientras las dos seoras intercambia-
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ban puntos de vista acerca de las escuelas en Mxico
y en Gringolandia.
Es importante destacar que la organizacin de
todas las actividades a lo largo de tres das se basa
en el trabajo enteramente voluntario de ms de 100
personas. Se organiza de manera formal, y con el
compromiso de todos los participantes que cuentan
siempre con el apoyo de la parentela y el barrio. Laestructura de mayordomas, calcada de la estructura
poltica mesoamericana y consolidada con nuevos
nombres durante la Colonia, al parecer se aplic a la
organizacin de este evento cvico. Con ello, los gru-
pos del pueblo saben qu hacer, cmo y con quin.
Pero, adems, se nombra un presidente de la fiesta,
que se constituye en la autoridad mxima para tomardecisiones sobre el evento y que tambin tiene que
aportar lo suyo.
Hay quienes, sin embargo, dice que ahora hay
mucho desorden. Principalmente porque en la fase
final se incorporan al desfile chicas y chicos punk,
luchadores con mscara del Santo, jovencitas a ca-
ballo con pelucas rubias y guindas, cholos, jvenes
vest idos de charros y otros con el pecho al aire,
es decir, toda la flora y fauna de la juventud actual.
Todos se quieren divertir, y a eso vienen. Aunque
uno de los organizadores se quej de que algunos
que vienen del D.F. traen a su banda y andan mo-
lestando a las muchachas (de aqu). Por eso se
ha pedido que hayan dos o tres jvenes de la polica
comunitaria de Cuetzala, cabecera de su municipio,
pero advierte un lugareo: como son de aqu (de
Chilacachapa) luego se las cobran, les dicen noms
esprate y ya vers....
El mayor desorden, sin embargo, podra encon-trarse en los ros de licor que corren por esos das.
Antes de la batalla final, cuando ya l legaron las auto-
ridades, hay una verdadera procesin de cartones de
cervezas, ron y tequila, y no de los ms baratos. Se
encarga a las mujeres que ofrezcan estos licores. Lo
que puede inquietar es que el prestigio social ahora se
vea supeditado al gasto en licores con sus consecuen-
tes borracheras, en especial de los jovencitos, muy
contentos de que corra tanto licor de a gratis. Este
ltimo hecho nos ha sido comentado tambin en el
caso de otras celebraciones en otros pueblos, como
un nuevo suceso preocupante, al grado de que en al-
gunos lugares las autoridades han prohibido que se
venda alcohol.
Pero vayamos al festejo. En la siguiente seccin
se describe, cuadro por cuadro, desfile por desfile, el
magno Simulacro de la guerra de Independencia en
Chilacachapa.
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CELEBRAR PARASER
El Simulacro de la Independencia de Chilacachapa
celebra los acontecimientos principales del inicio de
esta guerra segn las interpretaciones historiogrficas,
pero a lo largo de los aos le han ido aadiendo sus
propias interpretaciones de los hechos, tal y como ha-
cen los historiadores. Nos dijo don Martn: los relatos
vienen muy alterados, es una cuestin surrealista todo
lo que hablan. Se trata pues, de narrativas propias
pero basadas en las interpretaciones ofrecidas en dis-
tintos momentos por historiadores y maestros.
Se inicia la narrativa con el arresto de doa Josefa en
su casa, con lujo de violencia, con los machetes gol-
pendola en el pecho y los realistas gritndole insultos
como traidora. Leen estos ltimos con todo cuidado
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los documentos de la poca, acusndola de conspirar
contra el rgimen colonial y, despus de llevarla frente
al juez, condenndola a ser fusilada. Queda custodia-
da por unos realistas malencarados, de lentes oscuros,
en un patio al otro lado de la calle de la Alhndiga de
Granaditas. sta consiste en una minscula porque
se quejaron varios de que cada ao la hacen ms chi-
quita edificacin de madera y palmas en el centro delpueblo, pero lo bastante robusta como para aguan-
tar a 10 nios realistas que tocan msica desde lo
alto. La banda de msica antes era ms autctona
se quej una seora, y es de la msica de por aqu
de estas tierras y quienes la tocan dicen que son los
espaoles. Ellos estn arriba de la Alhndiga y el ins-
trumento es como un bule o guaje.Mientras se juzga a doa Josefa, el correo Prez
le llega a avisar al cura Hidalgo de su arresto, y con
Allende, Aldama y Abasolo discuten la estrategia a se-
guir. Hidalgo decide adelantar el levantamiento y salen
entonces al desfile.
Se inicia el primer desfile. Los mecos o negros,
portando grandes sombreros hechos con hojas de pl-
tano y con el rostro tiznado, salen de tres lados diferen-
tes hasta llegar a la plaza. La explicacin de este grupo
es que se trata del contingente de africanos y mulatos
que venan de las costas de Guerrero y que acompa-
aron a los caudillos en la lucha por la Independencia.
Su primer comandante se llamaba Irineo, que era de
frica, nos dijeron. Les sigue la caballera, gente
de Albino Garca, que son caporales de la tierra del
Bajo que van a pelear contra los espaoles y que los
diezman con mecates y animales. Participa tambin
un contingente de adelitas, seoras y nias vestidas
como tales, que se divierten como nunca. Tambinaparecen los flecheros de Ocotln (Jalisco), que
en tiempos de la Independencia fueron muy importan-
tes porque en la Alhndiga tuvieron mucho que ver
en que la puerta se quemara.
Otro contingente interesante es el de los apa-
ches, ya minoritario, que portan atavos de plumas ar-
tificiales coloridas de ms de un metro de alto. En otrospueblos de esta sierra constatamos que siempre parti-
cipa un contingente o unos cuantos apaches, todos
con altos y grandes atavos de mil colores, semejando
penachos. No ser un ltimo testimonio de los pena-
chos reales que portaban, confeccionados con plumas
verdaderas, los danzantes en pueblos mesoamerica-
nos? Apoya esta interpretacin el que encontramos un
atavo parecido, hecho con plumas reales de guajolo-
te, muy lejos, en el oriente de Morelos, en la celebra-
cin de la Independencia en Quebrantadero, tal y como
se describe en el captulo correspondiente.
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Al final, el desfile lo cierran doa Josefa, apresada
por el sargento Garrido, el cura Hidalgo, Allende, Al-
dama y Abasolo.
Se escenifica entonces la primer escaramuza en la
que los realistas se colocan en una larga fila y los insur-
gentes, es decir, los caudillos, la caballera, los mecos,
los flecheros, algunos apaches y toda una variedad
enorme de personajes, a pie y a caballo, van pasandogolpeando los machetes de uno y otro lado. La intencin
es que el golpe sea lo suficientemente fuerte como para
sacarles chispas que brillen en la oscuridad de la noche.
Sigue la escaramuza por casi dos horas, hasta que todos
se van a cenar a la casa del mayordomo y se dispersan
los contingentes. En las casas del primer y segundo pre-
sidentes, el cura Hidalgo va a hacer los dramas, lasarengas, pero no tiene nada escrito, slo lo que va
saliendo, nos explica uno de los participantes.
DESFILE YBATALLA, DESFILE YBATALLA
El da 9 de octubre, a las 7:00 horas tiene lugar la Batalladel Puente Caldern, con la caballera y el resto de los
insurgentes. Alrededor de las 12:00 horas la gente se
apreviene y a la una de la tarde se hace el desfile con todos
los contingentes ya a las 5 de la tarde viene la caballera
a tomar a los espaoles y los cuelga y en ese momento
cae la Alhndiga automticamente. Los cuelgan de una
viga de madera sostenida en alto por dos postes, en el
atrio de la escuela, pasndoles una cuerda por la cintura,
para gran jbilo de los nios y gran diversin de quienes
jalan las cuerdas. Fue memorable ver a las adelitas,
muertas de risa, entre todas tratando de colgar de los
pies al sargento Garrido, que oscilaba de un lado a otro,
entre los muy fuertes estallidos de los caones. Sigue la
fiesta con bandas de msica, bailes y corrillos.
El da 10 de octubre se renen todos y vuelven a
salir en desfile, acompaados esta vez por las autori-
dades y el presidente de las fiestas. Van tambin las
Tres Amricas, vestidas de negro, que son las tres
independencias que venan de Norteamrica, Centro-
amrica y Sudamrica.Terminado el recorrido por todo el pueblo, apre-
san al cura Hidalgo y a los otros caudillos:
los van golpeando por el camino y por la calle van diciendo
por qu los toman presos y hay una proclama (escrito), en
cada esquina proclaman los motivos de la aprensin. Los
concentran en el patio frente a la plaza y les leen la sentencia
de muerte. Fusilan a todos los caudillos con fuertes esta-
llidos de caones y fusiles y caen al suelo ante el espanto
de los nios. A Hidalgo lo matan solito porque pide a los
espaoles lo dejen despedirse de la gente, y dijo cules eran
los motivos de por qu se levant en armas y eso es con
melancola, pero l lo hace con mucha alegra y entereza.
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Qu mejor que terminar, precisamente, con laspalabras de quien representa al padre Hidalgo en la
celebracin de Chilacachapa, Arnulfo Peralta del Pilar:
Es un orgullo para m ser escogido como Miguel Hidalgo,
representndolo recordando a los hroes que nos dieron
Patria, nos dieron libertad [] Estoy orgulloso de mi pue-blo porque en ninguna parte de la Repblica se saca una
fiesta como sta, porque a pesar de ser de raza indge-
na y todo, me siento orgulloso porque mis paisanos, mi
gente, lo representa tan bien, que no tengo palabras para
admirarlos a todos.
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A. Hernndez.
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Yo te saludo con mi voz de nio
Y entono para ti mi canto tierno
Slo para decirte, pueblo lindo,
Que eres sin par Querido Jantetelco
Que en ti Vive la Historia
Que en ti la patria tiene un pebetero
ABRAHAMRIVERASANDOVAL
ajo el marco del gran imponente Pen, cerro majestuoso,
que como un sigiloso guardin, vigila da y noche la regin
oriente del estado de Morelos, se encuentra Jantetelco,
pueblo pequeo de belleza tropical, fresco y apacible, sus
huertos de rboles frutales y sus cafetales, irradian frescura y tran-
quilidad (Toledano et al., 2005: 71). Al llegar se observan calles
limpias y ordenadas con sus fachadas recin pintadas. A diferencia deotros lugares de la regin, en Jantetelco, o Jante, como se lo conoce
por all, todava quedan numerosos rboles cuya sombra aligera el calor
del medio da y atena el brillante reflejo del sol en algunas paredes
encaladas.
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B
CAPTULO2
UNAOBRADETEATROPARAELCURAMARIANOMATAMOROS: UNAHISTORIAQUESEREVIVE
CADAAOENJANTETELCO, MORELOS
CRISTINAAMES CUACHVEZ
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Jantetelco, que en mexicano debera decirse
Xamtetelko, significa en el montn de adobes y
alude a los templos de tierra y adobe que los mexica-
nos llamaban tetelli, diferencindolos de los grandes
templos conocidos como teocalli o teopantli. Dice
Mara Toledano que Jantetelco es un pueblo al que
se admira y se quiere, que se siente a gusto estar en l,
por la amabilidad y hospitalidad de su gente (Tole-
dano et al., 2005: 76).
Y as es, la gente en Jantetelco recibe al visitante
con una sonrisa y comparte gustosa historias, costum-
bres, tradiciones y saberes que la identifican como jan-
tetelquense y de los que siente muy orgullosa.En el mero zcalo se yergue una imponente es-
tatua del prcer independentista Mariano Matamoros,
quien fuera prroco del pueblo a partir del 19 de di-
ciembre de 1807. Parecera que desde sus alturas, el
cura de bronce observa con autoridad todo lo que su-
cede alrededor, pues da la impresin de que su mirada
alcanza a ver ms all de las copas de los rboles yquiz hasta el crucero de Amayuca.
Mariano Matamoros fue un cura querido y respetado
entre sus feligreses, tanto indgenas como mestizos. Sus
ideas y convicciones lo llevaron a apoyar la lucha indepen-
dentista encabezada por Jos Mara Morelos, organizando
a los contingentes del oriente de Morelos. En una carta
que Miguel Hidalgo le enva a Jos Maria Morelos el 4 de
septiembre de 1810 consigna: El padre Mariano Mata-
moros estuvo a verme y tambin se fue entusiasmado y
a disponerse para esa gran funcin (fragmento trascrito
por Alejandro Villaseor y Villaseor). Como las ideas liber-
Pg. 44|45Fotografa de R. Olives.
Pg. 46Fotografa de E. Prez.
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tarias de Matamoros eran bien conocidas en la regin, la
noche del 12 diciembre de 1811 lleg un destacamento
militar a Jantetelco buscando aprehender al cura, quien
fue puesto en aviso y protegido por sus feligreses. Al da
siguiente parti Matamoros, acompaado de sus hombres
ms cercanos, para encontrarse con Jos Mara Morelos
en Izcar, librando all sus primeras batallas. Unas semanas
ms tarde volvi a Jantetelco, en donde el alcalde muni-cipal Jos Perdiz se haba encargado ya de reclutar a 40
hombres bien dispuestos para unirse a la causa de la patria.
Cuenta la gente de Jantetelco, que mientras se orga-
nizaba la gente para unirse al ejrcito de Morelos, llega-
ron don Ignacio Daz y su esposa Mariana para decirle a
Matamoros que: iba(n) a ofrecerle a su patria lo que
mayor estima tenan que eran sus dos hijos, los cualeseran el nico amparo con que contaban en su senectud;
pero que antes que ellos, estaban los intereses nacionales
y por esta consideracin suplicaba a Matamoros acepta-
ra a sus hijos como soldados de la justa y gloriosa causa
que se haba propuesto defender (tomado del texto de
la comedia de Mariano Matamoros.)
Despus de algunas batallas en Taxco, Tecualoya
y Tenancingo, Matamoros fue subiendo de rango en
el ejrcito de Morelos hasta convertirse prcticamen-
te en el segundo de a bordo. Jug un importante papel
en la ruptura del sitio de Cuautla y sigui peleando
y ganando batallas en Guerrero y Oaxaca, hasta que
en Michoacn fue vencido y apresado en la batalla de
Puruarn. Fue trasladado a Valladolid, en donde fue
fusilado el 3 de febrero de 1814.
La figura de Mariano Matamoros y sus acciones
permanecieron en el corazn y en la mente de los que
en su tiempo fueron sus feligreses, muchos de los
cuales tuvieron familiares que se unieron al batallnindependentista. El recuerdo de su participacin en la
historia qued grabado en la memoria de los jantetel-
quenses, que 60 aos despus en 1871 decidieron
honrar la memoria del cura y los valientes insurgentes
con un sainete1(manifestacin teatral muy de moda a
finales del siglo XIXen Mxico).
Cuenta en su diario la seora Mara Linarte de Musitoque el cura Rafael Ramrez coment con el seor Carmen
Tajonar, dueo de la tienda ubicada en la calle de Refor-
ma, la importancia de la participacin del cura Matamo-
ros en la lucha por la Independencia. Una noche, estando
reunidos en la tienda los seores Primo Musito Colhuaca
y Zenn Montenegro en una de esas tertulias espontneas
tan comunes en los pequeos pueblos, les propuso el
seor Tajonar escribir un sainete dedicado al cura.
1Obra de teatro jocosa, de corta duracin, de carcter y argumento po-pular, en la que se ridiculizan los vicios y convenciones sociales; derivado delentrems, con o sin canciones.
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Musito le contest con la franqueza que le caracteri-
zaba que para l sera un honor rendirle ese tributo al pa-
dre insurgente, y le aclar que personajes de ese nivel, no
merecen juguetillos sino cosas serias; terci Montenegro
y dijo, que en todo lo que pudiera les ayudara. Entonces
don Carmen entr a su tienda y le proporcion un cua-
derno a Musito para que empezara a escribir (diario de
Mara Linarte de Musito). Y como nos cuenta el cronista
del Pueblo, Gari Francois Ibarra Cedeo, es as que nace
la comedia histrica de Mariano Matamoros.
La primera representacin ocurri el 13 de diciem-
bre de 1871, con el propio seor Musito en el papel
de Mariano Matamoros. Participaron tambin en esta
primera puesta en escena, los seores Montenegro,
Tajonar, Jos Catarino Escazn, as como el padre Ra-
fael Ramrez.
Desde entonces, cada 13 de diciembre el pue-
blo de Jantetelco pone en escena a sus personajes
histricos, que no son otros que los abuelos de los
bisabuelos de los que hoy se ocupan, ao con ao,
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Fotografa deE. Prez.
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de mantener viva esta tradicin. La historia de Mxico
no solamente se aprende en los libros o se estudia
con tedio en la escuela; los jantetelquenses la reviven
cada ao, ponindoles cuerpo y voz a los hroes del
pasado.
Al l legar a preguntarle a la seora de la papelera
que est justo enfrente del zcalo cmo se festejaban
las fiestas patrias en Jante, ella nos contest: Bue-no pues aqu hacemos el 15 de septiembre como en
todos lados, pero la verdad la verdad es que no luce
mucho, porque la gente mejor se guarda para el 13 de
diciembre. Es que aqu, esa es la mera fiesta buena. Se
celebra al cura Matamoros y se pone bien bonito, viene
gente de todas partes. Se hace en grande pues.
Apenas empieza a clarear cuando ya la gente se estempezando a juntar para participar en el desfile o simple-
mente presenciarlo. Vienen contingentes de los pueblos
aledaos, pero tambin llegan de otros estados, con sus
carros alegricos y representando a los diversos hroes na-
cionales. Incluso en algunos tiempos, se estableci como
tradicin la participacin del gobernador de Morelos.
Todos empiezan a juntarse en el lugar que se co-
noce como la Piedra del Juramento, en donde aquel
13 de diciembre de 1811, antes de partir hacia Izcar
para encontrarse con Morelos, Matamoros les advirti
a sus primeros cuatro seguidores: que el camino que
iban a emprender era a favor de la patria, por lo que si
fuera necesario tendran que dar su propia vida, a lo
que los insurgentes le contestaron que estaban dis-
puestos a aceptar lo que el destino les deparara y bajo
un tono solemne extendieron sus manos en seal de
protesta, diciendo lo juramos (Toledano, 2005: 59).
Una vez que todos los contingentes arriban a la
Piedra del Juramento, inicia el desfile que recorre las
principales calles del pueblo hasta llegar al zcalo. Al
terminar, la gente del pueblo ofrece una comida a los
nios y jvenes de otras localidades que vinieron a
participar en el desfile, as como a los invitados espe-
ciales; mientras tanto, los ms de 30 jvenes que parti-
ciparn en la obra de teatro, ajustan los ltimos detalles
y terminan con los preparativos de ltimo momento.Al caer la tarde comienza la representacin.
Nos cuenta el cronista:
Dura una hora cuarenta y cinco minutos, (y) est dividida en
cuatro actos. El primer acto habla de cuando Mariano Ma-
tamoros empieza con esta idea de reunirse con Jos Mara
Morelos. [] El segundo acto ya es cuando l llega a Izcar
a encontrarse con [] Morelos, (y de) cmo Jos Perdiz,
que era en ese tiempo alcalde aqu del pueblo empieza a
reunir gente para que pueda acompaar a Mariano Mata-
moros. Cuando (ste) regresa [] ya Perdiz tiene reuni-
das armas y tiene reunida gente.
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