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filosofia
112
Phänomenologische Psychologie Vorlesungen Sommersemester 1925 Den Haag MARTINUS NIJHOFF 1962 Psicología fenomenológica Lecciones del semestre de verano de 1925 Edmund Husserl 1
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Phnomenologische Psychologie

PAGE 18

Phnomenologische Psychologie

Vorlesungen Sommersemester 1925

Den Haag

MARTINUS NIJHOFF

1962

Psicologa fenomenolgica

Lecciones del semestre de verano de 1925

Edmund Husserl

Traduccin:

Germn Vargas Guillen

Sonia Cristina Gamboa Sarmiento[3]

)

La psicologa pertenece a las ciencias ms antiguas. As como la lgica, la tica, la teora del Estado, la metafsica es fundada ya por Platn y sistemticamente completada y presentada por Aristteles. Posteriormente, no ha carecido nunca de diligente cultivo, en especial, desde el comienzo de la modernidad cientfica. Ya con las primeras tentativas de una nueva fundamentacin de la ciencia de la naturaleza se han dado intentos similares en la psicologa. Cuando a principios del siglo XVII, surge una ciencia exacta de la naturaleza, original en su mtodo y que prospera con xitos sin precedentes, como resultado de una vida de trabajo de hombres como Kepler, Galilei y Descartes, sta influye como modelo de la psicologa y las ciencias concretas del espritu. Surge entonces, de inmediato, un esfuerzo apasionado por realizar una reforma metdica tambin en la psicologa como ciencia explicativa exacta sobre la base de leyes elementales.

Sin embargo, ni la psicologa del dualismo cartesiano ni la del materialismo de Hobbes o del monismo metafsico de un Spinoza pero tampoco el gran impulso de Locke de una psicologa emprica sobre la base de la experiencia interna, alcanzaron el xito deseado. Ellos no guiaron a una psicologa con la forma y la fuerza que tuviera un desarrollo progresivo continuo, con una unidad de teoras y mtodos firmemente establecidos y en constante expansin.

Cuando nosotros pensamos en el crecimiento teortico de las ciencias matemticas y fsicas de los siglos XVII y XVIII, [4] nos inclinamos con admiracin. l fue dominando, a cada paso de su desarrollo, mediante la evidencia de su mtodo, continuamente refinado, y la grandeza de sus tiles aplicaciones. De la psicologa no se puede relatar algo similar, especialmente si consideramos el tiempo del siglo XVII hasta el siglo XIX, aunque sus investigadores en este campo, no tuvieron ciertamente la fuerza espiritual de los grandes cientficos naturalistas.

Profundas y hondamente ocultas dificultades, hasta en nuestro tiempo, impidieron aqu una prosperidad similar. Desde el principio la psicologa no pudo resistir la tentacin del naturalismo, de la imitacin extrnseca del modelo cientfico natural. Mientras que la nueva ciencia de la naturaleza, una vez estableci el curso metdico correcto nunca se detuvo y continu ascendiendo en progresin casi milagrosa, encontramos que la psicologa, con todas las grandes intenciones de sus prometedores inicios, no pudo llegar a un comienzo definitivo con el cual pudiera seguir una continuidad definitiva.

En el siglo XIX, la psicologa tom un nuevo y esplndido gran mpetu. El impulso vino de destacados fisilogos y fsicos alemanes como Joh. v. Mller, E. H. Weber, Volkmann, Helmholtz, Hering, G. Th. Fechner, y fue especialmente fomentado por la fuerza organizadora de un Wundt. De all, surgi una psicologa ntimamente unida con la ciencia de la naturaleza, especialmente con la fisiologa, de la cual adopt su modo metdico. La psicologa naturalstica, ya intentada en los tiempos de Descartes y Hobbes, fue actualizada de una nueva forma que se aproxim en esencia, ante todo, al arte de la psicologa experimental, a los problemas psicofsicos de la psicologa de los sentidos, o mejor, a la psicofsica de los sentidos. Esta psicofsica, fisiologa, psicologa experimental, en efecto, ha necesitado del aval internacional de institutos y de mtodos de trabajo internacionalmente similares, de una unanimidad de convicciones, que por un tiempo, apenas parecieron bastante inferiores a las menos exactas disciplinas cientfico biolgico - naturales. Sin duda, tiene esta psicologa una plenitud de hechos, [5] y hechos psicolgicos realmente muy notables que ha promovido sacar a la luz, si bien, algunos fisilogos incluyen grandes grupos de stos en su propia ciencia. Aunque la unanimidad en la interpretacin teortica de estos hechos es tambin bastante inferior que la de las disciplinas exactas cientfico naturales, a ella le concierne el estilo metdico de las teoras buscadas. En cualquier caso, en los crculos internacionales de investigadores de la nueva psicologa, la firme conviccin, la misma que se conserv hasta hace poco, y que ahora, finalmente, se ha puesto en movimiento como la nica verdadera y genuina psicologa, es la de una ciencia rigurosa, sobre cuyos caminos deben estar situados la totalidad de los problemas psicolgicos y los pertenecientes a la espiritualidad individual y cultural. Slo falta algo; la ciencia de la experiencia piensa que en cada construccin elemental y explicacin de las leyes elementales, se necesita no slo de la ms paciente moderacin y de un muy cauteloso avance para comprender los problemas que no estn listos an para su tratamiento cientfico y para los cuales no est creado el sustrato de hechos ni los conceptos necesarios de experiencia. La nueva psicologa obtuvo un no despreciable incremento en su seguridad interna con la creacin exitosa de una psicotcnica. En realidad, esta psicologa pareca estar efectivamente a la par de la fsica exacta. Ella haba avanzado tanto como para elaborar un conocimiento psicolgico, tan tcnicamente til, como el conocimiento fsico y qumico.

Incluso pudo llegar a ocurrir que esta exitosa psicologa hubiera sido objeto de un muy radical escepticismo como nunca l pudo dirigirse contra la ciencia exacta de la naturaleza. Este escepticismo ha ganado con los aos en fundamento y fue tomando formas diferentes. Aqu a nosotros debe interesarnos la reaccin escptica radical, la cual vuelve sobre Dilthey y, por otra parte, sobre la nueva fenomenologa. Esta crtica escptica se orienta nada menos que contra toda la metdica de esta psicologa en cuanto supera la pretensin de explicar los hechos de la vida del espritu efectivamente espiritual, esto es, lo psicolgico. [6] Este escepticismo, en su forma posterior, se orienta contra el modo metdico de averiguar los hechos psquicos como psicolgicos, lo que significa que simplemente no se hacen aparecer los hechos de la experiencia como hechos, sino que se analizan en la explicita experiencia interna como psquicos. En consecuencia, bajo el concepto, ella trae a la expresin el modo estructural esencial de estos hechos como psquicos. Y aqu surge, al mismo tiempo, el reproche ms radical. Esta psicologa fue desaprobada por ser efectivamente ciega al nico modo esencial de la vida psquica, por ser ciega a todas las formas esenciales de lo especfico de la espiritualidad como un obrar intencional, como una configuracin espiritual y tambin como una comunidad espiritual de la subjetividad constituyente. Por ello, se le dijo ser incapaz de lo que una llamada ciencia exacta y explicativa tena que realizar, pues, toda explicacin es conocimiento de conceptos esenciales en el hilo conductor de sus fundadas necesidades esenciales.

En el ao de 1894, en medio de un tiempo lleno de exageradas expectativas sobre la nueva psicologa, de un tiempo que esperaba de ella, simultneamente, el fundamento exacto de las ciencias del espritu y una reforma de la lgica, de la teora del conocimiento y de todas las ciencias especficamente filosficas, apareci de W. Dilthey: Ideen ber eine beschreibende und zergliedernde Psychologie [Ideas sobre una psicologa descriptiva y analtica] (en el acta de la sesin de la Academia de Berln) como el primer ataque contra esta psicologa naturalstica. Un genial trabajo si bien no completamente maduro, que seguramente nunca ser olvidado en la historia de la psicologa. Dilthey arraigado del todo en sus estudios de las ciencias del espritu y, sin duda, uno de los ms grandes cientficos espirituales del siglo XIX, fue ms un hombre de geniales intuiciones, que de anlisis y teorizaciones abstractas. La capacidad para el anlisis elemental de la experiencia, para la precisin lgica y el pensar en conceptos precisos, como se aprende y se prctica en la ciencia matemtica de la naturaleza, no fue su particular fortaleza. En cambio, tuvo una capacidad incomparable para comprender, en todas partes, la vida concreta del espritu, la vida individual e histrico-social del espritu en sus vivientes concreciones, [7] en sus figuras tpicas, en sus formas cambiantes, en sus nexos de motivacin y para realizar en ellas grandes interpretaciones comprensivas que nos hacen inteligible la particularidad del ser y del devenir de la espiritualidad histrica en su concreta necesidad.

l fue el primero en sentir qu poco la filosofa moderna satisfaca las ciencias del espritu si la filosofa regresaba a Kant o al empirismo ingls y todos los esfuerzos reformadores de la nueva lgica y de la crtica de la razn eran unilateralmente determinados por la ciencia de la naturaleza. Muy temprano, l se preocup por una crtica de la razn que opera en las ciencias del espritu, en la clarificacin teortica cognoscitiva de la esencia y en la posibilidad de aquellas magnficas efectuaciones que proyectan las nuevas ciencias del espritu. Y ah, l estuvo situado inmediatamente ante la pregunta, hasta qu punto lo psicolgico nuevo y la psicologa experimental podran satisfacer estas ciencias del espritu; en qu medida su pretensin de ser la ciencia teortica fundamental para el esclarecimiento de la espiritualidad concreta podra ser fundada. l arrib a un decisivo resultado negativo.

l busc mostrar en exposiciones comprensivas, que contra esta psicologa explicativa o constructiva, como l expres, se necesita una psicologa descriptiva y analtica, cuya idea, l intent bosquejar con todo detalle en una continua crtica a la psicologa experimental que lleg a ser dominante. Esta psicologa experimental sigue, dice l, el ideal de la ciencia exacta de la naturaleza, especialmente, el de la fsica atomstica moderna. As como sta, la de las apariencias fsicas, ella quiere subordinar las apariencias de la vida psquica a un nexo causal por medio de un nmero limitado de elementos unvocamente determinados. Ella procede adems, como la fsica hipottica y constructiva, mediante fines que trascienden la intuicin experienciada. Por eso, sobre el fundamento de la experiencia, ella proyecta subestructuraciones hipotticas acerca de nexos causales no experienciados y leyes hipotticas que se refieren a ellos. Pero este entero procedimiento es completamente [8] inapropiado a la esencia de lo psquico. Esto ha surgido una injustificada extensin de los conceptos cientfico-naturales a la regin de la vida psquica y de la historia). En la ciencia de la naturaleza tiene este procedimiento sentido y necesidad; pues, ella se basa en la experiencia externa que nos da la naturaleza como mera exterioridad espacial, mientras que los nexos objetivos de la causalidad universal ofrecen unidad regulativa a esta mera exterioridad que, con todo, no es dada en una intuitividad inmediata. Pero, la psicologa, y consecuentemente todas las ciencias del espritu, se refiere al nico nexo espiritual universalmente dado por medio de la experiencia interna. La experiencia interna no ofrece ninguna exterioridad; ella no conoce ninguna separacin de fragmentos de elementos independientes. Ella conoce slo estados entretejidos internamente en la unidad de un nexo universal, el cual es dado necesariamente en s mismo como nexo en la intuicin interna. Si nosotros miramos o no el nexo de sus destacados momentos, si nosotros miramos o no las percepciones, recuerdos, sentimientos, deseos, si nosotros dirigimos o no nuestra especial atencin a sus entrelazamientos, su pasar a ser uno a otro y proceder de uno a otro: todo eso es vivencia y como un nexo. La vida viviente fluye continuamente y ella no slo es, ella es vivida y en cualquier momento se puede dirigir a ella un aviso, una consideracin, una valoracin, etc. Pero, ellos, en s mismos, son slo nuevos pulsos de esta vida, no externos a ella, sino que toman su lugar en ella misma como momento, como vivenciar, haciendo su aparicin en la vida y dirigindose a la vida que llega a destacarse por separado en una inseparable unidad de una vida y un vivenciar dirigido.

En este punto), la vida psquica no es dada slo externamente y como una exterioridad, sino que la vida psquica es dada en su nexo, por autoconocimiento, mediante la experiencia interna; en esto consiste la diferencia fundamental del conocimiento psicolgico del conocimiento de la naturaleza. Y ello funda tambin la particularidad fundamental de las ciencias del espritu frente a las ciencias de la naturaleza. Mientras [9] stas slo pueden explicar postulando hipottica y constructivamente, la esencia de las ciencias del espritu es comprender, etc., hacer comprensible.

Dicho con ms detalle, su tarea particular es hacer comprensible la unidad de la vida espiritual, del obrar espiritual, del efectuar, del crear, mediante la produccin de la intuicin unitaria en el retroceso a los nexos espirituales internamente experienciables (por lo propio y lo extrao, lo subjetivo individual y lo subjetivo de la comunidad). En forma ms breve: la explicacin cientfica de la naturaleza est en contraste con el comprender cientfico espiritual. Pero este comprender no se logra simplemente con establecer la mera intuicin unitaria, en la cual los nexos concretos son re-vividos. Cada exposicin potica efecta algo semejante. Pero la muy discutida psicologa de los grandes poetas y escritores no es, en verdad, psicologa, no es ciencia. Ms bien, se requiere de un acabado anlisis cientfico, de un fundamento intuitivo puro, de una formacin conceptual y una descripcin sistemtica. Como se expondr con detalle, la tarea concierne no slo a la mostracin descriptiva de los tipos de datos psquicos simples, sino tambin de los tipos de nexos. El detalle es en lo psquico mera abstraccin. Un sentimiento, un estado de nimo, un pensamiento emergente, una sentida esperanza, etc., nunca es semejante en una aislada vivencia; es lo que es, en un medio psquico, en sus entretejidos, en sus motivaciones e indicaciones, etc., y estos son momentos participados inseparables de los nexos, de la funcin psquica. As, la gran tarea es analizar sistemticamente y describir en su tipologa, los variados entretejidos, la respectiva unidad de un nexo estructural. Estructura* designa el complejo entrelazamiento que pertenece a cada fase concreta del fluir de la vida psquica. Incluso las series de las fases que sucesivamente dan unidad al flujo de la vida tienen su tipologa. El nexo psquico es un nexo de efectos, un nexo de desarrollo totalmente regido por una inmanente teleologa mostrada analticamente. Un ser-dirigido a valores tiende a travs de la vida; una tendencia unitaria hacia la felicidad, hacia la satisfaccin; un ser-dirigido instintiva o consciente tiende activamente. [10] As, ya instintiva, ya consciente tiende activamente de formas espirituales a nuevas formas; de las actividades psquicas subjetivas y las efectuaciones de los sujetos simples se ensamblan actividades y efectuaciones comunes. Por lo tanto, todos los niveles de la espiritualidad creativa, incluyendo las formas superiores de arte, ciencia, religin llegan a requerir una comprensin descriptiva* y convirtindose en tema deben esclarecerse comprensivamente por medio de anlisis elementales sistemticamente progresivos.

El gran significado de las exposiciones de Dilthey radica, ante todo, en que habl positivamente acerca de la unidad de la vida psquica como una unidad de la vivencia, y en la demanda derivada de all, de una psicologa descriptiva creadora intuitiva y pura, de una psicologa que, a pesar de ser mera descripcin, pudiera lograr, sin embargo, de un modo propio el ms alto rendimiento de clarificacin; esto es lo que Dilthey expres con la palabra Verstehen [comprender]. Pues, no se puede decir en un buen sentido, como afirman los historiadores: entender un nexo histrico es slo su conveniente explicacin.

Dilthey se abri paso al conocimiento de que la descripcin cientfica sobre el fundamento de la experiencia externa y la descripcin cientfica sobre el fundamento de la experiencia interior, de la experiencia del espritu puro, marca una efectuacin esencialmente diferente. l vio que la descripcin cientfica en la regin de la espiritualidad incluye ya una plena realizacin esclarecedora y, por cierto, mediante el revivir de todos los entramados espirituales, as tambin de todos los entrelazamientos de la motivacin. El anlisis puro y bastante amplio y la descripcin han conducido a explicar, y a explicar con plena satisfaccin, qu pregunta la ciencia concreta, histrica espiritual, porque aqu el explicar no tiene otro sentido que hacer visibles, en los fundamentos espirituales, las internas necesidades del devenir espiritual, del nacer espiritual. La espiritualidad lleva en s y puramente en s misma, un modo de causalidad, la causalidad de la motivacin. Y ella en s misma justamente pertenece al contenido de la vivencia, directamente accesible a la simple intuicin y a la descripcin. Entender cientfica y espiritualmente el devenir de una obra de arte no es hacer psicofsica; por tanto, no significa indagar por las causalidades psicofsicas que ocurren entre la vida psquica del artista y la naturaleza fsica, [11] sino trasladarse a la vida y a la tendencia del artista, traerlo de una correspondiente y plena intuicin vivida y hacer comprensible, sobre la base de sus motivaciones, el sistema de metas planteadas y de actividades realizadas. Si esto se efecta completamente, entonces no cabe ms ninguna pregunta histrico-artstica significativa.

Para empezar, el tiempo no estaba listo para aceptar tales pensamientos. Aquellos, que permanecan bajo el sello de la actitud naturalstica de la psicologa dominante, fueron ineptos de abordar profundamente los problemas suscitados por Dilthey. Ciertamente, influy Dilthey, no slo a travs de la Disertacin de la Academia que nos ocupa, sino ya a travs de sus primeros trabajos en una perspectiva muy fuerte, a saber, en sus siempre nuevos esfuerzos por demostrar y caracterizar en principio la particularidad metdica irreconciliable de las ciencias de la naturaleza y las ciencias del espritu. En cualquier caso, la ingenuidad dominante de la interpretacin naturalstica de las ciencias del espritu que prevaleca hasta entonces, se quebr. Se puede decir que la gran literatura de las ltimas dcadas sobre el modo y mtodo de la historia y de las ciencias histricas del espritu frente a las ciencias de la naturaleza se origin con Dilthey). De cualquier modo, l ya haba fijado preciosos motivos en acabados pensamientos. Pero, precisamente los pensamientos ms significativos por los cuales se ve a s mismo regresando sobre estos problemas, aquellos de una intuitividad pura de una psicologa descriptiva-analtica opuesta a la dominante psicologa cientfico-naturalista, no encontr, al principio, aprobacin alguna. Claro est, se debe confesar, que la crtica de Dilthey carece de una agudeza fundamental suficiente. No importa que tan sugestivamente oriente sus discursos contra las pretensiones cientfico-espirituales de la psicologa naturalstica, l no logra expresar con fundamental claridad los principios concernientes a su propio y peculiar [12] sentido y los lmites de sus posibles realizaciones. En efecto, tales efectuaciones ya existan en el gran grupo de hechos psicolgicos y de regularidades que haba sido expuesto primero y que tan slo pudo ser establecido por un mtodo inductivo experimental. De otra parte, el poder persuasivo de las ms valiosas exposiciones positivas sobre el mtodo y crculo de problemas psicologa interna puramente descriptiva fue tambin inadecuado y fallido por diferentes razones. Ante todo, las ilustraciones ejemplares se quedaron cortas en la medida que no pudieron despertar la conviccin de cmo la psicologa, una ciencia elemental y fundamental explicativa, podra resultar de singularidades intuitivas y de una descripcin adjunta a ella. En las ciencias histricas del espritu, que han de ser dadas con la espiritualidad histrica individual, con sus Estados y Derecho en su respectiva tipologa individual, con las condiciones y devenir histrico de los pueblos, con las corrientes histrico-fcticas del arte, artistas y obras de arte, con las formaciones cientficas, etc., se cambia precisamente por todas partes la explicacin alrededor de lo individual y de cada efectuacin individual por anlisis intuitivos y descriptivos, de los cuales hemos hablado. El devenir creativo de una obra de arte individualmente comprensible, encuentra una explicacin puramente individual, cuando logramos trasladarnos a nosotros mismos, en el artista, en su vida espiritual, en el mundo circundante que motiva su espiritualidad; naturalmente sobre la base de la interpretacin de los datos histricos. Siguiendo los motivos que han determinado al artista, traemos nosotros a nosotros de la interioridad hacia aqu la comprensin, lo que l ha pretendido, deseado, realizado y lo que del sentido originario, la obra misma, recibi creativamente de l. Por lo tanto, el arte de la descripcin y la explicacin histrica se conserva pura en lo individual. As en cada ciencia del espritu. Pero la psicologa no quiere ser la ciencia que hace comprensible lo individual y representa las facticidades individuales e histricas en su nexo individual y en su nexo de motivacin [13] individual. Sino que a ella le cabe ser una ciencia, la ciencia que conoce las leyes de la vida psquica y las leyes de acuerdo con las cuales se desarrolla la espiritualidad comn y la cultura en general. Nosotros queremos, de este modo, ser facultados de leyes para explicar, as tambin de una efectuacin explicativa legal para las ciencias del espritu, para llevar ms all las condiciones* de su explicacin individual.

Pero en Dilthey falt al respecto una informacin ms satisfactoria. Cmo debe una descripcin sobre el fundamento de la mera experiencia interna, etc., de la sola ejemplificacin de la vida extraa espiritual y de una vida comunitaria poder efectuar un comprender individual? Cmo puede conducir la descripcin a leyes psicolgicas generales? Cmo puede ella, por una vez, ser ms que las vagas generalizaciones empricas? Debera satisfacerse con una tipologa morfolgica inductiva, con una mera historia natural de las formas histricas del espritu? Esto podra tener valor? Pero es todo? No demanda, cada morfologa, cada historia natural, una explicacin racional de acuerdo a leyes? Ms tarde, Ustedes aprendern a entender la deficiencia radical de la idea de Dilthey de una psicologa descriptiva. Aqu slo menciono brevemente, con anticipacin, que l no ha visto an que hay algo como una descripcin general de la esencia fundada en la intuicin, de una intuicin de esencia, pero hay ahora, como l no lo ha visto an, que extinguida relacin sobre la objetividad de la conciencia, que comprende la esencia radical de la vida psquica, es el propio e infinitamente frtil tema de los anlisis sistemticos de la psique, y, por cierto, como anlisis de la esencia.

Aqu quiz, dada que la continuidad de pensamiento de nuestras dos primeras lecciones puede haberse roto por las interrupciones desafortunadas, la primera cosa es repasar lo que ya se ha dicho. No deseo solamente recapitular, sino tambin aadir algunos pensamientos que son aptos para elucidar mejor el carcter de las intenciones psicolgicas de Dilthey y para hacer ms inteligibles las palabras crticas con las cuales terminamos tales lecturas.

Opuesta a la psicologa explicativa determinada por el modelo [14] cientfico-natural, Dilthey demanda una psicologa descriptiva-analtica. La primera busca, con un procedimiento hipottico-constructivo, construir quiz de elementos psquicos asumidos, datos de sensacin y datos de sentimientos, un nexo causal que es en s mismo inexperienciable; para alcanzar, como la ciencia fsica de la naturaleza (y entretejida con ella en las psicofsicas) la explicacin mediante leyes causales. Contra esta psicologa moderna naturalstica experimental, Dilthey se comporta, por cierto, escpticamente. Ella es incapaz de servir de fundamento a las ciencias del espritu. Se necesita, ms bien, una psicologa que proceda pura e intuitivamente, descriptiva-analtica (y no hipottico-constructiva). Esta es (cito casi textual) la presentacin de las partes constitutivas y de nexos que aparecen uniformemente en cada vida psquica humana desarrollada. La psicologa naturalstica no ve que los nexos psquicos son vividos y que estn unidos en un nexo singular, a saber, el nexo total de la fluida vida psquica. El nexo no es, por tanto, algo hipotticamente aadido por el pensamiento, algo inferido, sino algo como vivido en la experiencia puramente interna, accesible a un anlisis y a una descripcin articulados directamente. La psicologa no es nada ms que descripcin y anlisis de este nico nexo dado internamente como la vida misma, y, ciertamente, como mienta Dilthey, por todas partes se trata de los nexos de vida del tpico hombre desarrollado. Nosotros explicamos la naturaleza; el alma-, la vida espiritual la comprendemos: lograr comprender es la tarea de todas las ciencias histricas y sistemticas del espritu, la que por eso es precisamente rechazada la psicologa descriptiva y analtica como ciencia fundamental del comprender. Las subestructuraciones hipotticas de la psicologa cientfico natural experimental slo pueden embrollarla y preocuparla con sus hiptesis intiles. Una psicologa, cuyo fundamento renuncia a lo que acontece en el espritu, al [15] nexo inteligible de la vida espiritual, es necesariamente infrtil. Por ejemplo, la religin es un reino de la cultura espiritual. Dondequiera que hablamos de ella, vamos necesariamente conceptos universales como sentimiento, voluntad, dependencia, libertad, motivo, etc. Pero es claro que semejantes conceptos slo pueden ser clarificados en el nexo psquico universalmente regular, tal como es dado pura e intuitivamente en las experiencias internas. Empezando por ah, debemos realizar una comprensin de cmo, por ejemplo, la conciencia de Dios surge y gana fuerza. Lo mismo se procede en la Jurisprudencia cuando llega a ser tema el hecho universal del espritu en el Derecho. Entonces, volvemos a conceptos fundamentales como norma, ley, responsabilidad personal, etc. Cmo podramos clarificar nosotros estos conceptos de otro modo, cmo hacer inteligibles qu propsitos son efectivos en Derecho y cmo las voluntades singulares son subordinadas a la ley excepto volviendo a las conexiones regulares en la interioridad de la vida psquica humana? De la misma manera que en las ciencias polticas, donde los conceptos de comunidad, soberana, dependencia, etc., nos conducen de nuevo a los hechos psquicos internos, as tambin, por supuesto, a las ciencias del espritu que buscan una teora de la literatura y el arte. Es claro que esto vale para todas las ciencias del espritu, sin importar cules sistemas culturales o cules organizaciones exteriores de la sociedad humana se refiere, tales como familia y comunidad local, Iglesia y Estado. Habindose originado en el nexo viviente del alma humana, ellas, slo pueden ser entendidas sobre la misma base. Slo, porque de la uniformidad y regularidad de la vida psquica, ellas, pueden surgir como fuerzas que rebasan lo individual y hacen posible un mismo orden para todos los individuos. Es significativo su entretejimiento con la teora del conocimiento.

No importa cunto asciende la teora del conocimiento a un planteamiento propio frente a las ciencias del espritu, se entiende lo mismo para ella, tal como Dilthey establece detalladamente en adelante. As, el ttulo Conocimiento con todas sus formas particulares, finalmente, sigue la unidad del nexo psquico como el subsuelo de todos los procesos cognoscitivos. Tambin la teora del conocimiento, si no quiere operar con conceptos no clarificados de una tradicin psicolgica surgida por casualidad, debe seguir una [16] psicologa descriptiva analtica como su base.

Hace poco, indique crticamente que tan significativos fueron los impulsos intentados en las exposiciones de Dilthey y que tan brillantes las geniales intuiciones contenidas en ellas; sin embargo, se hicieron perceptibles grandes carencias. Su contrastacin entre la psicologa naturalstica conducida externamente y la psicologa descriptiva dirigida internamente no alcanzaba an una claridad ltima sobre las fuentes ltimas fundamentales. Recuerdo a ustedes un punto principal que no jug un papel expreso en las reacciones de sus contemporneos a su criticismo, sino que pas desapercibido. En cualquier caso, esa es la razn decisiva por la cual, a pesar de toda nuestra admiracin por la intuicin de Dilthey, no podemos acatar sus ideas y, en ningn caso, recomendar la imitacin de la metdica que l tuvo en mente.

El retroceso a la experiencia interna y al anlisis descriptivo para ser realizado en un ver puro interno hace posible un comprender individual, un comprender de la aparicin de un acto individual espiritual y de las formaciones en el nexo de la vivencia: un comprender sobre la base de fundamentos motivadores individuales. La reconstruccin de la motivacin concreta hace visible la necesidad, por ejemplo, la necesidad de por qu precisamente la decisin de una figura poltica tuvo que emerger o por qu un investigador ha llegado justo a esa cadena teortica de pensamiento. Esta es una forma de alcanzar una explicacin de algo individual. Pero la psicologa debe explicar con razones generales que ella debe ser una ciencia de leyes, que ha de ganar un fondo teortico fundado en leyes y lograr ser para las ciencias del espritu (y, si ve bien Dilthey, tambin para la teora del conocimiento) de modo semejante lo que son la teora matemtica y la fsica teortica para las ciencias de la naturaleza. Pero, como venimos nosotros de una psicologa que depende de la pura experiencia interna de la vida psquica y de la descripcin, cmo alcanzamos leyes universales? O, no son ellas posibles aqu una psicologa legal explicativa slo es posible como psicofsica? Casi parece que a Dilthey, una psicologa descriptiva analtica debera y podra ser nada ms y nada menos que una historia descriptiva de la naturaleza de la vida psquica humana, del tpico hombre desarrollado -como Dilthey [17] dice expresamente. Pero, es la tipologa de la vida psquica la que rastreamos mediante anlisis elementales de sensaciones, sentimientos sensibles, percepciones, recuerdos, expectativas, mltiples tipos de conocimiento judicativo, valorativo, desiderativo, comportamiento deliberado es, yo pregunto, esta tipologa algo como una tipologa meramente histrico natural? Y cuando nosotros investigamos las formas tpicas personales, no llegamos acaso, a una psicologa emprica meramente comparativa del ms viejo estilo, que nos suministra una multiplicidad de formas tpicas de personalidades, de caracteres, temperamentos, de asociaciones, pero nunca algo as como una necesidad universal, una explicacin capaz de conocimientos de leyes? Toda explicacin cientfico natural que toma lugar bajo el ttulo de Fsica y que, entendida normalmente, soporta una tarea incondicional de conocimiento de la naturaleza, descansa sobre el hecho de que la naturaleza, el reino de la llamada experiencia externa, tiene una denominada estructura apririca. Para hablar ms exactamente, ms all de toda tipologa emprica de la naturaleza dada, como ella es investigada en las disciplinas sistemticas histrico naturales y es representada en tpicos conceptos descriptivos, est situada en un reino de generalidades necesarias y exactas. Ante toda pregunta concerniente a las formas empricas particulares de una cosa fsica, que es en general cosa, que en todas sus transformaciones est ah una norma ideal, una forma que nosotros llamamos su esencia matemtica. En todo empirismo, en tanto puede ser identificado unnime y tambin intersubjetivamente, debe poderse probar su eficacia cuando la misma cosa es una entidad material temporalmente duradera y espacialmente extendida. Pero lo material, que en la experiencia fctica subjetiva llega a ser tomado como inestable, no es en principio ninguna fiesta, lo que sostiene la alteracin de intuiciones; ms cuando un ideal matemtico en si, es ideal, lo emprico es aproximacin.

Siempre que se dice entidad extendida espacio-temporalmente ya se ha indicado un poderoso ttulo para necesidades transempricas, que la matemtica del espacio-tiempo con axiomas y teoremas busca desarrollar: un reino infinito de leyes ideales, en el cual cada objeto natural como tal y cada procedimiento intuitivo emprico, como aproximacin, es absolutamente restringido. [18] Lo esencial no es que la naturaleza est sujeta a conceptos cuantitativos, como si ellos expresaran slo necesidades, sino que justamente la naturaleza tiene una forma universal, un armazn universal de leyes, en el cual todo lo natural est restringido a una necesidad incondicionada. Este no es el lugar para mostrar cmo la referencia retrospectiva a este Apriori hace posible* una ciencia teortica explicativa de la experiencia al modo de la fsica, que si slo Ustedes ven, es evidente, que, si nosotros dejamos fuera de consideracin este armazn apririco y esta referencia retrospectiva de lo dado empricamente real en cada caso respecto a la idea infinita, entonces slo es posible una historia universal de la naturaleza, pero nada ms explicacin de leyes, una explicacin de necesidades.

Ahora, debera importar el reino de las experiencias internas, importar el nexo de la vivencia que comprende nuestra fluida vida interna, etc., el nexo puro de la persona tomada concretamente, un nexo que es accesible a un ver directo, sin traer un armazn formal legal, una forma universal de necesidades o leyes absolutamente inviolables, para el cual una efectuacin explicativa del trabajo cientfico espiritual pudiera ser referido metdicamente? Y no debera sostenerse esto mismo con respecto a las formas estructurales universales para la espiritualidad nica ms personal, para la espiritualidad comn? Si el pensamiento crtico recin sugerido no tiene base, entonces deberamos quedarnos ante una rara paradoja que Dilthey no not. Hacer inteligibles los actos y las realizaciones individuales espirituales no significa otra cosa que hacer visible su necesidad individual. Por medio de la reconstruccin intuitiva de personas concretas, de su vivencia individual y de los nexos de su capacidad en la cual estos actos estn inmersos, pero de la cual tambin ha emergido la motivacin propia para tal nexo intersubjetivo de la vivencia de tal modo motivada, nosotros vemos su necesidad individual; y comprender no significa otra cosa. [19] Puede ser que estemos engaados en la reconstruccin, por ejemplo, en la reconstruccin histrica de la personalidad de un Bismarck y de los motivos que lo guiaron a tomar ciertas decisiones. Pero si la reconstruccin es histricamente correcta y ha llegado a una intuicin verdaderamente unitaria y completa, entonces se nos hace evidente porqu Bismarck fue el que fue y como fue motivado necesaria y decididamente. Incluso, si la reconstruccin fue falsa, si es completamente intuitiva, ella est situada en su necesidad individual: si Bismarck, lleg a ser y fue motivado de tal manera, entonces l debi actuar as. El comprender se extiende precisamente tan lejos como el anlisis de la motivacin y la reconstruccin. Si la reconstruccin no esclarece completamente, as tambin la aclaracin de la necesidad es incompleta. Ahora, la paradoja radica en que debera haber necesidad en el caso individual y no tendra por qu haber leyes puras de la necesidad, las cuales, como todas las leyes puras, presentan conexiones hipotticas, nexos de generalidades puras que se refieren a posibilidades puras. Ya en el caso individual, Dilthey parece no haber hecho clara la diferencia entre necesidad estricta, etc., o comprender explicativo, de una induccin y generalidad emprica. De otra parte, esta paradoja le hubiera golpeado y guiado al mismo tiempo.

Aqu tambin, el paralelismo de Dilthey entre la fundamentacin de las ciencias del espritu y la fundamentacin de la crtica del conocimiento mediante una psicologa descriptiva es iluminador. La paradoja paralela efectivamente aparece y tiene, incluso, una fuerte importancia. Dicho brevemente, la teora del conocimiento quiere hacer inteligible, genricamente y en principio, cmo la actividad cognoscitiva en su interioridad psquica puede alcanzar validez objetiva. Pero, cmo podra ella, alguna vez, resolver tal tarea, si depende de un procedimiento psicolgico empirista que lo suplira slo con generalidades histrico naturales en lugar de necesidades inviolables e intuitivamente evidentes? Posiblemente, los principios del conocimiento no pueden ser esclarecidos por tipos universales biolgicamente vagos. As, en cada respecto, una psicologa que da de s necesidades, es un desideratum.

La maduracin incompleta de las ideas de Dilthey [20] explica la reaccin victoriosa inicial de parte de la psicologa experimental. En octubre de 1895, la publicacin de la Zeitschrift fr Psychologie und Physiologie der Sinnesorgane trajo una rplica brillantemente escrita de parte de Hermann Ebbinghaus, el fundador de la psicologa experimental de la memoria. El tenor de su rplica al criticismo est mejor expresado en algunas frases de una carta privada, que haba dirigido ya Ebbinghaus a Dilthey el ao anterior (Misch, Diltheys Gesammelte Schriften, Band V. S. 423). Ebbinghaus explica que l considera completamente errado y engaoso todo el fundamento y, dice adems: Yo no estaba realmente preparado para tanta injusticia hacia la psicologa contempornea y para tan poca claridad frente al hecho de que lo que Ustedes estn recomendando a la gente, justamente es eso, lo que la gente ha estado haciendo por largo tiempo. Pues bien, esta ltima observacin es, sin duda, incorrecta, con respecto a lo esencial; seguramente, no es correcta, aunque es correcto que algunas de las exposiciones de Dilthey admitieron tal interpretacin. La carencia principalmente de una claridad pura, hace tambin inteligible que los muchos ensayos de Dilthey por componer una respuesta no tuvieran xito, y que, despus, una rplica detallada nunca apareci publicada. En cualquier caso, el xito estuvo al principio del lado de la psicologa experimental incluso a los ojos de los filsofos no participantes, quienes, para insulto del gran Dilthey, casi se desesperaron por ser capaces de hacer convincentemente claro, a su tiempo, qu ideas tan extremadamente significativas l haba concebido en su genial intuicin.

3. Tarea y significado de las Investigaciones lgicas.

Durante el cambio de siglo tuvo lugar tambin una completa transformacin la situacin interna de Dilthey, y pronto tambin su situacin externa. En 1900/1 aparecieron mis Investigaciones lgicas como resultado de diez largos aos de esfuerzos por clarificar la idea de la lgica pura mediante un retroceso a la dacin de sentido o la efectuacin del conocimiento que ocurre en el nexo de la vivencia de la conciencia lgica. Hablando ms exactamente, [21] las investigaciones singulares del Segundo volumen incluyen un viraje retrospectivo de la intuicin a las vivencias lgicas que toman lugar en nosotros cada vez que pensamos, pero que precisamente no vemos entonces, que no tenemos en nuestra mirada atenta cuando realizamos la actividad de pensar de un modo originalmente natural. El pensador no sabe nada de sus pensamientos vividos, sino slo de los pensamientos que engendran su pensar continuamente. El punto fue traer esta vida del pensar, que ocurre de manera obscura, a la claridad mediante la reflexin subsecuente, y sujetar a ella conceptos descriptivos fieles, incluso, resolver el problema recin emergido de cmo hacer inteligible la realizacin de aquellas formaciones espirituales que toman lugar en la efectuacin de este interno vivenciar lgico; formaciones que aparecen en el pensar judicativo como conceptos, juicios, inferencias, etc., mltiplemente formados, y que encuentran su expresin genrica, su acuacin espiritual universalmente objetiva, en los conceptos fundamentales y en los axiomas de la lgica.

En las Investigaciones lgicas, un importante trabajo preliminar antecedi las investigaciones singulares. ste trabajo contena una comprensin pura de estas formas de sentido impresas en s mismas y la impugnacin de todas las mezclas empiristas o psicologistas de los contenidos psicolgicos del mismo hacer pensante en los conceptos lgicos y proposiciones. Por ejemplo, la proposicin expresada que se gana como resultado del pensar lgico, nada contiene del pensar como configuracin de sentido, en su sentido mismo, as como el nmero contado en el vivenciar del contar no contiene, en el contenido de su sentido, algo de la accin psquica del contar. Los nmeros, proposiciones, verdades, demostraciones, teoras forman en su objetividad ideal un reino autocontenido de objetos no cosas, no realidades, como piedras o caballos, pero igualmente objetos. La lgica formal, sistemticamente fundamentada por Aristteles es, en su ncleo principal, una teora de proposiciones, una disciplina que establece las formas puras posibles de proposiciones, de juicios y las [22] leyes formales que las proposiciones en general si ellas se pretenden como verdad- deben satisfacer. La Silogstica pertenece enteramente a ella. Consideramos ahora el concepto superior fundamental de esta teora lgica, el de proposicin y lo sostenemos con un ejemplo esclarecedor.

El teorema de Pitgoras es, en el reino de las proposiciones, una proposicin singular cada vez que yo o cualquier otro piense en l y lo demuestre; as como el nmero cuatro es un nmero singular siempre que por cualquiera sea pensado o llega a ser conscientemente dado en el contar. Una proposicin o un nmero no es ningn incidente real en el universo, pues, aqu y all, no ocurre nada en la irrepetibilidad individual, movindose o descansando y ejercitando una causalidad real. Esto slo vale para el nmero escrito o para la proposicin dicha, mentada ahora o en otro momento. Pero la expresin escrita o mentada de un nmero o de una proposicin no es el teorema de Pitgoras mismo o el mismo nmero cuatro como ya Leibniz, y ms temprano, la Escolstica lo haba visto y Bolzano consigui ver ms consecuentemente su incidencia. Tal ideal, o como se dice tambin, los objetos ideales son, en su unicidad numrica-idntica, sustratos de juicios verdaderos o falsos, justo as, son los objetos reales; a la inversa, objeto, en el sentido lgico general, significa que sobre el cual se puede llegar a decir algo razonable y en verdad.Para nuestros propsitos es til, si ahora enfatizo que, propiamente hablando, se deberan tener en cuenta dos puntos en las consideraciones sistemtico-crticas preliminares del Primer volumen de las Investigaciones lgicas: 1) Contra el psicologismo lgico, la recin mencionada irrealidad y, an, la objetividad, el ser idntico ideal de tales objetos como lo son conceptos, proposiciones, argumentos, verdades, pruebas verdaderas, etc. Eso significa que estos objetos son unidades de significado, de tal modo, que nada de los actos psquicos y de otras vivencias subjetivas que comprenden la cambiante conciencia de los objetos, se encuentra en el contenido de su sentido mismo; que ellas, adems, no estn restringidas de ningn modo a hombres reales o a otros sujetos. Los actos psquicos, como sus sujetos, pertenecen an al mundo real; y en cercana relacin con lo que se acaba de decir: 2) perteneciente a las objetividades ideales existen [23] verdades puramente ideales que no afirman nada sobre el mundo, nada acerca de lo que es real. As, en la silogstica, la lgica pura, habla de leyes verdaderas y teoras acerca de conceptos puros y proposiciones puras, en el sentido de que no incluyen la afirmacin acerca del mundo espacio temporal fctico; lo mismo se sostiene para las exposiciones de la aritmtica pura sobre los nmeros puros de las series numricas. La verdad, 2 + 3 = 5, establece por s una verdad pura, haya o no un mundo, este mundo de cosas reales. Esto no incluye las facultades reales conforme al sentido en s. Lo mismo se afirma para el principio lgico de contradiccin, y as en adelante. Las verdades ideales puras son a priori y discernidas como verdades en la necesidad incondicionada de su generalidad. Pero esta generalidad necesita ahora de una caracterizacin. Ciertamente, los objetos ideales no se refieren a hechos fcticos; en su sentido, ellos se refieren implcitamente a hechos posibles idealmente posibles, idealmente concebibles. En la aritmtica pura las cosas no contadas o los procesos del mundo fctico son presupuestos; pero cada nmero tiene una extensin general. Bajo la idea 3 caen todas las cantidades imaginables; todo lo que puede ser imaginado est incluido, siempre que ella como 3 precisamente sea numerable. En consecuencia, cada proposicin aritmtica y toda la aritmtica es aplicable a priori a cada imaginable y, consecuentemente, por ejemplo, a la facticidad real de la cantidad encontrada. Lo mismo, la lgica de proposiciones (la silogstica aristotlica) es aplicable a todos los casos imaginables en los que hombres imaginados u otros seres racionales pudieran expresar y manifestar en sus juicios, como sentido expresado, las proposiciones correspondientes. Por esto, a cada objeto ideal le pertenece, inseparablemente una extensin ideal, la idea de una totalidad de casos singulares imaginables, y con esto, una validez sin excepcin, una validez en general que no es restringida por la presuposicin de singularidades fcticas, de realidades fcticas. Esto es, justo, lo que significa validez universal incondicionada. Antes de la dacin de un hecho y un mundo de hechos (a priori), es cierto que podemos llegar a saber incondicionalmente que, lo que afirmemos como lgicos, como aritmticos y as, en adelante, debemos poder encontrar aplicacin para todos y cada uno que est en capacidad de confrontrsenos como efectivamente correspondiente de hecho. [24]La generalidad se extiende incluso ms en tanto que los objetos ideales con su extensin posible de detalles correspondientes pueden referirse de nuevo a objetos ideales. As, los nmeros cuentan no slo realidades posibles; se puede volver a contar tambin los nmeros puros en s mismos, as como las verdades lgicas ideales hablan acerca de proposiciones en general. Pero las proposiciones no son solamente proposiciones sobre la Tierra, sobre la Selva Negra, sobre la naturaleza fctica en la cual vivimos, sino tambin son proposiciones sobre idealidades; en cada momento, pueden haber afirmaciones sobre enunciados como las leyes lgicas son en s mismas proposiciones sobre proposiciones.

Si la lgica pura afirma que cada proposicin contradictoria es falsa, que cada proposicin no contradictoria es posible, entonces esto se sostiene tambin para las proposiciones que son afirmadas de la lgica misma, en las que no se dice nada acerca del mundo fctico. En sntesis, hay, as, sin duda, objetividades irreales y verdades irreales pertenecientes a ellas, con una extensin ideal, por la cual son posiblemente reales referibles a algo ideal, pero siempre referibles a una cosa posiblemente real ntese bien- para la cual, para la que es idealmente una posibilidad real*, cuya existencia fctica no es presupuesta. Conforme a eso, hay ciencias de irrealidades, ciencias apriricas, cuya idea teortica gobierna un reino autocontenido de objetos ideales.

Pero el gran tema de las investigaciones lgicas no fueron las averiguaciones de los Prolgomenos, las que siempre se limitaron a la lgica pura, sino las investigaciones descriptivas de vivencias psquicas, para las cuales, cada uno de los objetos ideales de la lgica y de la matemtica estn inseparablemente relacionados de cierta manera. Es decir, aparte de la referencia a la extensin necesaria que est implicada en el sentido de los objetos ideales, mediante las cuales, por ejemplo, cada nmero tiene una relacin con posibles grupos de objetos singulares y en especial, con realidades singulares posibles, los objetos ideales tienen necesariamente tambin [25] otra relacin con la realidad posible, a saber, con los sujetos y las actividades psquicas. Es precisamente esta relacin la que jug el rol principal en la lucha contra el psicologismo en la lgica. Lo que en esta lucha tiene que ser eliminado como una perniciosa contaminacin de la idealidad, -para asegurar una lgica puramente formal como paralelo de la matemtica pura- a saber, la materia subjetiva de la psicologa del conocimiento, que debera y tendra que ser el tema principal.

Consideremos el asunto un poco ms de cerca: una proposicin puede enunciar piedras, cuerpos celestes, etc., por consiguiente sobre los reales. Esto hace entonces el enunciar por su sentido. Pero, cualquier enunciar que pueda ser hecho al respecto, tiene infinitamente muchas posibilidades de ser dicho efectivamente por nosotros o por alguien imaginable, en posibles actos de juicio sobre la base de posibles vivencias subjetivas del percibir, del rememorar, del representar. Sin embargo, nada de un contar y de sus vivencias pertenecen al sentido o ndice de un nmero puro. Pero, podemos, idealmente, concebir algn sujeto psquico cualquiera, un ser humano efectivamente dado o un centauro ficticio, que cuenta y en el contar se hace consciente del nmero respectivo. De hecho, nos vemos incluso nosotros mismos compelidos a decir: los nmeros son producidos en el contar, las proposiciones judicativas son producidas en el acto de juzgar.

Un maravilloso estado de cosas se presenta con respecto a las objetividades ideales con las cuales los lgicos tratan. De una parte, como objetividades, ellas tienen un modo propio de ser por s, de ser en s; y respecto a esto, tenemos entonces las verdades apriricas relacionadas puramente con su por s y en s, las verdades de la aritmtica y la lgica pura. Este en s significa que: ellas son lo que son, sean o no contadas, pensadas, juzgadas, conocidas. As, cada proposicin matemtica o cada nmero. De otra parte, es impensable que los objetos ideales de esta clase no fueran capaces de llegar a ser objetos de conciencia y de ser conocibles en vivencias subjetivas psquicas y en actividades correspondientes a ellas; e incluso, de este modo, nos vemos compelidos a decir que si la ocasin surge, el nmero es producido en el contar, la proposicin respectiva, la verdad respectiva es subjetivamente formada en la actividad de juzgar.

Precisamente, esta circunstancia, si se diera el caso, que los objetos ideales nos afronten como formaciones subjetivas producidas en el vivenciar y el hacer formativo, [26] ha sido la fuente para el psicologismo casi general de los objetos ideales. Si ahora se hiciera tambin evidente que los objetos ideales, no obstante, que llegan a ser formados en la conciencia, tienen su propio ser, ser en s, entonces existi aqu una gran tarea nunca vista seriamente ni empezada, a saber: hacer de esta correlacin propiamente entre los objetos ideales de la esfera lgicamente pura y el vivenciar subjetivamente psquico como actividad formativa un tema de investigacin. Si un sujeto psquico, por ejemplo, yo, este hombre pensante, llevo a cabo en mi vida psquica ciertas actividades psquicas (y por supuesto, algunas no arbitrarias, pero si de un carcter particular), entonces ocurre en ellas una formacin gradual de sentido y una produccin, de conformidad con la cual la respectiva configuracin-nmero, la respectiva verdad, las respectivas conclusin y demostracin, la respectiva teora y, as, sucesivamente, aparecen como el producto gradualmente generado. Si yo repito una produccin parecida, si yo ejercito de nuevo las acciones de contar, predicar, inferir, entonces, ellas son psquicamente un nuevo hecho, pero puedo reconocer, evidentemente que, lo que llega a ser aqu es idnticamente el mismo nmero puro, idnticamente la misma verdad, etc. Pero hablar de esto es una generalidad vaga y vaca que no produce an un conocimiento cientfico. Cmo lucen las ocultas vivencias psquicas, que estn relacionadas con las idealidades respectivas en correlacin y deben ocurrir como producciones total y determinadamente apropiadas, con el fin de que el sujeto pueda tener conciencia y conciencia evidentemente conocida de estas idealidades como objetos?

Esto designa el tema propio de las Investigaciones lgicas y, en su ampliacin correspondiente, de toda la fenomenologa. Ustedes ven, adems, que el inters primario no radica en las idealidades y no quiere calmarse ni satisfacerse en su propia esfera. La aritmtica, la ciencia apririca de los nmeros y de otras formaciones puramente matemticas, es cosa de matemticos. En cuanto a la lgica tradicional el caso no es diferente, slo que aqu, una depuracin tuvo que realizarse antes y mostrar que, con respecto de la formalizacin, [27] hay una objetividad, exactamente paralela, puramente lgica e ideal. De este modo, se mostr que esta disciplina de proposiciones puras y verdades en general es inseparable de la aritmtica y del entero anlisis formal matemtico, de suerte que, bajo el ttulo de mathesis universales, se tuvo que delinear una ciencia nica como, slo ahora llega ser inteligible y Leibniz ya haba reconocido. Por tanto, hablando ahora generalmente: se puede dedicar a la matemtica precisamente como matemtico y el tema son las idealidades matemticas puramente por si y sus relaciones ideales entre una y otra. Como matemtico, se vive continuamente a travs de las actividades matemticas correlativas, pero no se sabe en absoluto nada acerca de ellas; lo cual slo se podra alcanzar mediante la reflexin. En todo caso, ellas no son tema cientfico para el matemtico. Pero si se vira* su inters terico precisamente hacia la multiplicidad de la actividad subjetiva, hacia el nexo entero de la vida subjetiva, en el cual lo matemtico nace para el matemtico, entonces se abre una direccin correlativa de investigacin. sta es, manifiestamente, una direccin en la cual ocurre tambin lo matemtico, esto es, cuando el respectivo ideal formativo aparece en el vivenciar formativo y por cualquier circunstancia lo hace consciente, alcanza un modo de participacin en la temporalidad y en la realidad sin ser real y, con esto mismo, objeto temporalmente individualizado.

Lo que aqu se buscaba realizar concretamente en singulares investigaciones, como podemos decir ahora, era una teora del conocimiento lgico-matemtico, una exploracin cientfica del conocimiento matemtico en lo conocido matemticamente, pero especficamente, mostrar paso a paso en la reflexin psicolgica, los eventos correlativos internos que provocan en el conocimiento lgico matemtico que la objetividad matemtica pueda aparecer como concepto, como proposicin, como nexo proposicional, como teora y ciencia entera, pero tambin, se puede decir, como nmero, grupo, multiplicidad, como el sustrato de una teora de las multiplicidades, etc.

Ustedes pueden entender ahora, por qu las Investigaciones lgicas, este trabajo dirigido a lo psquico, pudo tambin ser designado como psicologa descriptiva. En efecto, lo que ellas intentaron y tuvieron que intentar, fue el establecimiento de un [28] ver interno que descubre las vivencias del pensar escondidas al pensador y una descripcin de la esencia perteneciente a estos datos puros de la vivencia y del moverse en un ver interno puro. Pero, por otra parte, para caracterizar la novedosa singularidad del mtodo se escogi el nombre Fenomenologa. En efecto, un mtodo novedoso de tratar lo psquico emerge aqu. Por un lado, fue nueva la tarea, etc., el ensayo, radical y consecuente, por volver a preguntar por las categoras respectivas de las objetividades, por los modos de la conciencia determinadamente pertenecientes a ellas y por los actos subjetivos, las estructuras de los actos, las bases de la vivencia, en las cuales las objetividades de tal carcter llegan a ser conscientes y, sobre todo, auto evidentemente dadas.

Un nuevo mundo* se abre de golpe. Fue asombroso observar que inmensas multiplicidades de diferencias de la vida interna aparecen pura e intuitivamente y llegan a ser accesibles a un trabajo rigurosamente cientfico si slo se tiene el coraje, en cierto modo de preguntar a la conciencia misma en una consistentemente y lograda vista interior y presenciar, cmo lograr ser conscientes de tales objetividades, cmo aparece a s mismo como conciencia produciendo objetividad.

Debo, sin embargo, aadir que una ampliacin de la problemtica en seguida debi empujar a la misma. Los mismos problemas que emergieron aqu empezando con las idealidades lgicas y matemticas, tuvieron que ser evidentes para todas las objetividades, tambin para las objetividades reales de reducida comprensin. Y estos problemas pudieron, tambin, haber sido acometidos inmediatamente en este sentido y ser atacados, en parte, ya en las Investigaciones lgicas.

Debera mencionarse aqu lo siguiente para observar, ms adelante, la caracterstica de la particularidad del planteamiento de las tareas y mtodo de clarificaciones lgicas. Las preguntas retrospectivas desde las objetividades respectivas hasta el vivenciar subjetivo y la formacin activa de un sujeto [29] consciente de que tales objetividades fueron, desde un principio, ciertas intenciones conductoras que, hay que reconocerlo (yo no haba progresado an en claridad reflexiva), no estaban an expresadas en la forma de pensamientos y exigencias esclarecedoras.

Porque el ms alto nivel de claridad reflexiva sobre el sentido del procedimiento metdico se gan slo mucho ms tarde, precisamente, mediante la reflexin acerca de lo que haba sido la necesidad ms profunda en las Investigaciones y haba hecho su realizacin posible.

Para esto, lo primero, fue concebir una intuicin pura y no una construccin teortica e hipottica segn el modo de la psicologa natural cientfica. El pensar lgico mismo y los pensamientos en l pensados, los contenidos conceptuales, los objetos como sus objetos-substrato, exactamente as como ellos llegan a ser conscientes al pensar puro, segn los modos subjetivos y cambiantes, en los que aparecen, fueron trados a la vista y descritos en fieles descripciones. Descripcin signific no slo la expresin pura de lo visto en conceptos que fueron dibujados originariamente en ella, sino tambin el previo anlisis en lo posible de la ms amplia trascendencia de lo visto en sus expresivos momentos desplegados. Por ejemplo, para ilustrar todo eso: cuando dicto un juicio, constato algo, que mediante dos puntos es determinada una recta; yo vivencio este vivenciar establecido o hacer; soy consciente de ello en cierto modo, pero no estoy dirigido a ello en mi juzgar. Pero, todo es comprensible de suyo; yo puedo prestarle especial atencin a ello mirando retrospectivamente, y, justo, por esto, tambin hacer el enunciado reflexivo. As, en vez de por dos puntos es determinada una recta, enuncio entonces: yo juzgo, yo estoy convencido, yo estoy judicativamente pensando ahora mismo que; yo puedo autocomprensivamente preguntar ahora: cmo puede este vivenciar judicativo, el acto de juzgar de cercana, ya dado pasivamente en su cmo, ver con ms detalle? l admite ser desplegado despus?, qu puedo establecer en esto pura e intuitivamente? As, en cada caso. La tipologa general del vivenciar pensante tiene que buscarse aqu, y por cierto, en descripciones generales y, por supuesto, en descripciones puramente intuitivas. Esto perteneci evidentemente a una psicologa fundada en la experiencia interna, la cual, ya desde el principio del [30] siglo XVIII, con el Versuch ber den menschlichen Verstand [Ensayo sobre el entendimiento humano] de Locke (una teora psicolgica del conocimiento), fue reclamacin y ejecucin intentada. Y, sin embargo, por profundas razones yacentes, nunca lleg a descripciones puras y sistemticas, ni para las vivencias del experienciar y del pensar ni para las del valorar, desear y actuar, ni para sus contrapartes neutrales ni las de la sobria fantasa. La razn probable radic en que se aspir demasiado precipitadamente a lograr una efectuacin explicativa en la psicologa, en el modelo de la explicacin cientfico natural y, por consiguiente, rpidamente resbal de la regin de la intuicin pura, de la dacin pura de la experiencia interna.

Slo muy tarde se ha notado, que la experiencia reflexiva, llamada interna, tiene muchos niveles y dimensiones profundas acaso de particular importancia y que es extremadamente difcil ponerla en prctica siempre que se lucha por ir ms all del nivel ms superficial. De hecho, ante todo, al principio no se tuvo la corazonada para las profundidades y dependencias indirectas en general. No se vio, adems, que la experiencia interna no es una reflexin simple que pudiera llevarnos sin posteriores problemas a la concrecin de las interioridades respectivas, sino que se admiti concebir como tema, la concrecin en los muchos niveles de la reflexin, pues, el experienciar interno es un proceso de revelacin que siempre es afectado en cada nueva reflexin. La necesidad de descripcin pura y sistemticamente progresiva y la conviccin de que ella designa un gran campo de trabajo fundamental, difcil, filosfico como psicolgico, despert pronto el florecer de una psicologa experimental. Los motivos estuvieron situados en la lgica, tica, esttica, as como en las ciencias filosficas normativas y en la crtica de la razn que fue entretejida con ellas. Se debe llegar a conocer la vida misma del conocimiento, la vida del valorar y la vida misma de la voluntad, en primer lugar en la experiencia interna; de aqu sacar conceptos claros de ella para poder ganar una teora del conocimiento, una teora del valorar y una teora de la voluntad. Con otras palabras, la tarea es ganar una comprensin clara, desde el interior, de cmo surge la verdad como efectuacin del conocer racional, cmo el valor verdadero surge como efectuacin del valorar racional, cmo la bondad tica en el querer ticamente correcto surge como efectuacin subjetiva. [31]

Intentos de reforma, ante todo, de la lgica y de la teora del conocimiento, lo mismo de la tica y la esttica, estaban al orden del da. Brentano particip en ellos a su manera; ante todo, en sus Lecciones de Viena, argument enrgicamente que toda reforma sana debera seguir un anlisis puramente descriptivo de los datos de la conciencia lgica y de toda otra conciencia dada en la experiencia interna, en ltimo trmino, en la percepcin interna. Y de ah, l exigi para la psicologa en general, a la cual todos esos anlisis pertenecieran; una psicologa puramente descriptiva que fuera el fundamento de todas las teoras explicativas, que ms tarde llam psicognosis.

Tan impetuoso, Brentano fue luchando contra su propio tiempo, l actu con impulsos extraordinariamente fuertes, y no slo para Alemania, sino tambin para Inglaterra y, en general, a escala internacional. Especialmente significativo fue el punto de vista general para todas las descripciones psicolgicas, ya bosquejadas en s mismas desde el ver interno: lo que hoy designamos con la palabra intencionalidad. Por primera vez, la esencia fundamental de toda la vida psquica, la conciencia como tener consciencia de algo, fue puesta en un punto focal y descriptivamente establecida como el carcter esencial, y ciertamente, como el ms general de la vida psquica, al ser bosquejado directamente de la evidencia de la experiencia interna

Uno no podra sustraerse al reconocimiento de que la intencionalidad es una caracterstica fundamental de la vida psquica que es dada del todo inmediata y evidentemente antes de todas las teoras. Cuando yo percibo una casa, as es, quiz yo podra decirme primero a m mismo, que aqu tengo ante s, la casa por fuera, y en m una vivencia psquica del percibir, una imagen perceptual, como un efecto lejano de la casa misma sobre mi subjetividad psicofsica. Pero, como siempre, las cosas pueden tener esta referencia causal, y si hay o no algo que decir contra eso, en cada caso, se ha hecho evidente que una referencia de conciencia est situada en la vivencia del percibir mismo, y, por cierto, [32] en una referencia con la casa misma percibida. Puede ser que luego resulte legtimamente convencido que ca vctima de una ilusin. Pero antes tena yo pura conciencia de la casa-existente-ah; que descriptivamente no es, en absoluto, diferente de cualquier otro percibir. Naturalmente, si la casa es una mera alucinacin, no puede haber discurso alguno acerca de la causalidad psicofsica externa-interna Pero es claro, que el vivenciar momentneo es, en s mismo, no slo un vivenciar subjetivo en general, sino precisamente un percibir de esta casa. As, descriptivamente, la referencia-objeto pertenece al vivenciar, si ahora el objeto realmente existe o no. Igualmente, si yo imagino un centauro, el vivenciar de la ficcin es en s mismo fantasa de este o ese centauro; Asimismo, en el vivenciar que llamamos recuerdo se incluye la referencia al pasado; el amar mismo y su referencia con lo amado; el odio con lo odiado; el desear con lo que es deseado, etc.

La intencionalidad ya haba sido vista en la Escolstica; la diferencia haba sido establecida entre los objetos efectiva y verdaderamente existentes en y por si y los objetos meramente intencionales, como lo que es pensado en el interior del pensar, lo que es experienciado en el interior del experienciar, lo que es juzgado en el interior del juzgar. Esto implic que la vida psquica como conciencia en s tiene la propiedad de referirse a la objetividad. Pero es muy diferente decir que Brentano ha redescubierto simplemente una antigua doctrina escolstica; su gran descubrimiento y su verdadera originalidad consiste en que l guiado por la idea de una psicologa descriptiva que orientada an naturalsticamente, pens la fundacin de una psicologa natural cientfica de modo explicativo- busc un principio descriptivo para la distincin entre lo fsico y lo psquico, y con ello, fue el primero en establecer que la intencionalidad es la caracterstica esencial descriptivamente comprensible de lo que es especficamente psquico. En apariencia, ese es un cambio pequeo en la doctrina escolstica de la intencionalidad. Pero tales cambios ostensiblemente ligeros hacen historia y deciden el destino de la ciencia. Lo fue rico en implicaciones y ahora una autocomprensible consecuencia de esta actitud descriptiva fundamental, [33] que la psicologa tuvo que empezar, ante todo, como una ciencia puramente descriptiva de la vida psquica y que ella, as limitada, no fue ms que la ciencia descriptiva de la intencionalidad, de las formaciones mltiples de la conciencia como conciencia de algo, con todos sus contenidos diferenciados en la intuicin interna.

Desde luego, esta doctrina, estuvo cargada de las ms grandes dificultades y obscuridades, a pesar de su evidente arraigamiento descriptivo en la vida psquica: cmo lo consciente, como tal, puede ser tratado en la investigacin concreta de la experiencia interna, cmo se realiza el anlisis intencional, qu clase de universalidad es posible y podra ser luego pretendida en esta esfera y cmo, desde aqu, la psicologa se fundar como ciencia de hechos de una vida psquica psicofsicamente real, todo eso estaba en la oscuridad. As, la psicologa imperante reaccion, por regla general, rechazndola en todo. No obstante, uno no hubiera podido escapar del todo a los impulsos de Brentano. Hubo cientficos imparciales quienes, luego de que Brentano lo hubo mostrado, no pudieron ms que pasar por alto el hecho de que la intencionalidad es la caracterstica fundamental de la vida psquica, as como que es dada inmediatamente a la evidencia de la experiencia interna antes de cualquier teora.

Una vez vista claramente, la intencionalidad tuvo que ser un tema psicolgico, a saber, el tema central de la psicologa. As, encontramos, ya desde los aos [18]70s en Alemania y ms tarde fuera de Alemania, importantes psiclogos que quisieron tomar en cuenta la descripcin de la intencionalidad. Simultneamente, la exigencia general de una psicologa descriptiva como la disciplina fundamental de la psicologa encontr diferentes voceros. Dilthey parece no haber sido influenciado por Brentano a este respecto. Ms bien, l pudo haber llevado a la exigencia enteramente propia de una descripcin pura por cierto dirigida por su esfera de intereses cientfico- espirituales. El significado central de la intencionalidad no juega en l ningn rol en su modo de significar.

Las Investigaciones lgicas, por el contrario, son una repercusin plena de los estmulos de Brentano, como es comprensible, desde que fui alumno inmediato de Brentano. [34] Incluso, un nuevo giro y una transformacin esencial de la idea de psicologa descriptiva se consiguieron en estas investigaciones mediante un mtodo esencialmente nuevo; por ms que el mismo Brentano nunca quiso reconocerlos como una realizacin madura de su idea; como l, entonces, aislndose a s mismo en su propio crculo de pensamientos, se rehus a continuar en la nueva direccin, muy diferente de Dilthey, quin recibi las Investigaciones lgicas con gran alegra y vio en ellas una primera realizacin concreta de sus Ideen zu einer beschreibenden und zergliedernden Psychologie [Ideas para una psicologa descriptiva y analtica], an cuando ellas no tenan referencia alguna con sus escritos. Dilthey mismo estableci esta relacin; pues, bajo la influencia de las brillantes refutaciones de Ebbinghaus, yo consider innecesario leer el gran trabajo de Dilthey, entre otras cosas, por la poca predisposicin, que yo tena desafortunadamente, para el significado en general de los escritos de Dilthey en esos aos. En mi lucha interna por una superacin fundamental del positivismo, tuve que rechazar la fuerte inclinacin hacia el positivismo que haba aparecido en el trabajo previo de Dilthey, su Einleitung in die Geisteswissenschaften [Introduccin a las ciencias del espritu]. Al principio, yo estaba sorprendido no poco por or personalmente de Dilthey, que la fenomenologa, a saber, los anlisis descriptivos, especficamente fenomenolgicos de la II Parte de las Investigaciones lgicas, estuvieran en armona esencial con su Ideen [Ideas] y pudieran ser considerados como una primera pieza fundamental de una realizacin efectiva de la psicologa en vilo dentro del madurado mtodo que l tuvo en mente como ideal. Dilthey siempre puso el ms grande peso sobre estas coincidencias de nuestras investigaciones, en lugar de ponerlo sobre los fundamentalmente diferentes puntos de partida, y en sus aos de vejez retom de nuevo, con un fino entusiasmo juvenil, sus investigaciones en la teora de las ciencias del espritu, que haba desechado. Su resultado fue el ltimo y ms bello de sus escritos en este tema por el cual fue, desafortunadamente, tomado por muerto- Der Aufbau der geschichtlichen Welt [La construccin del mundo histrico] (1910) en la Abhandlungen der Berliner Akademie [Disertacin de la Academia de Berln]. De hecho, entr ms avanc en la elaboracin del mtodo fenomenolgico y en el anlisis fenomenolgico de la vida del espritu, ms tuve que reconocer que Dilthey estaba, en efecto, [35] en lo correcto con el extrao juicio con el cual me dej gradualmente sorprendido, con respecto a la unidad interna de fenomenologa y psicologa analtica-descriptiva. Sus escritos contienen una genial orientacin y nivel preliminar de la fenomenologa. Ellos no son, de ninguna manera, anticuados; tambin hoy son todava muy ricos en las ms valiosas y concretas sugerencias para el trabajo en la metdica avanzada de la fenomenologa y su completa y diferente problemtica. Pues bien, yo quisiera recomendarles a Ustedes el estudio cuidadoso de todos los escritos de este extraordinario espritu. Ellos traen verdaderos tesoros de mostraciones y descripciones intuitivas del nexo histrico, y en todas partes donde prevalece una descripcin realmente pura en la ms fiel acomodacin a la dacin de la intuicin efectiva, all tiene el fenomenlogo un suelo de trabajo preparado y fructfero. Pero una formacin no se puede ganar de ellos en lo que se refiere a una psicologa interna pura, la cual Dilthey propiamente tuvo muy presente, y que l mismo no haba alcanzado an en la forma de una ciencia rigurosa con un mtodo conceptualmente riguroso y constataciones realizadas decisivamente. Tan gratificante como tardo es el gran efecto de Dilthey, el influjo puede ser tambin desfavorable por una imitacin extrnseca de su mtodo que podra tambin ser muy bien observado.As, pues, la psicologa que quiero introducir, en algunos fragmentos importantes, no es sin ms ni ms la impronta de Dilthey, sino precisamente, como lo he anunciado, psicologa fenomenolgica.

No es posible aqu, en esta introduccin, caracterizar en cierto modo lo que se inaugura como metdico en las Investigaciones lgicas. [36] Aqu puedo clarificar slo un poco y, de momento, lo siguiente. Brentano no rebas una reflexin externamente descriptiva-clasificatoria de las vivencias intencionales, o lo que es lo mismo, de los modos de conciencia. l nunca vio ni abord la gran tarea de volver a preguntar desde las categoras fundamentales de los objetos como objetos posibles de la conciencia, especialmente de la conciencia cognoscitiva, e indagar acerca de la multiplicidad entera de los modos posibles de conciencia por los cuales tales objetividades vienen a la conciencia para nosotros y, en principio, pueden venir conscientemente, con el fin de clarificar, en investigaciones de ms alcance comenzadas all, la funcin teleolgica de estos modos de conciencia para la produccin de la verdad sinttica de la razn. Slo a travs de la disposicin de este problema (una forma incompleta se tena de l en las Investigaciones lgicas) se produjo, una comprensin profundamente penetrante en la conciencia y la representacin de la conciencia lleg a ser en general posible. De hecho, slo ahora apareci que la conciencia no es meramente un percatarse vaco, aunque tambin abigarrado, sino una ejecucin lograda en mltiples formas demostrables y sntesis pertinentes, dondequiera intencionales, dirigidas a metas, dirigidas a ideas de verdad. Yo tambin puedo decir: tan slo as una doctrina trascendental de la conciencia lleg a ser posible y, en conjunto con ella, una ms ntima comprensin de la apercepcin de los objetos de cada categora, que ocurre en la interioridad psicolgica, y, adems, una comprensin ms a fondo de todas las efectuaciones verificables como lgicas, axiolgicas y prcticas.

Conciencia, intencionalidad, revelaron sus modos de verdad esenciales en el trabajo as dirigido. Antiguamente prevaleci en la psicologa, y an ahora en toda la psicologa orientada por lo cientfico natural, una interpretacin dominante de la vida psquica que la aborda autocomprensivamente como una analoga de un acontecer fsico de la naturaleza, como un complejo de elementos que constantemente se transforman. De acuerdo con ello, se sostena que la tarea era reducir los complejos a los elementos y a las formas elementales de entretejimientos y a las leyes causales correspondientes. Por el contrario, ahora se estableci que esta total interpretacin carece de sentido; que la sntesis de la conciencia es completamente [37] diferente del entrelazamiento externo de elementos naturales; que en lugar de la exterioridad espacial, de mezcla e interpenetracin espacial y totalidad espacial, pertenece a la esencia de la vida la conciencia un entrelazamiento intencional, una motivacin intencional y una mutua implicacin significada, y esto de una manera que en su forma y principio no tiene para nada anlogo en la fsica. En el sentido indicado, Brentano era todava un naturalista que todava no haba visto algo as como la implicacin intencional y el anlisis intencional como interpretacin eventualmente continua de uno en otro Esto designa tambin, el carcter radicalmente extrao de cualquier psicologa interna intencional, de toda psicologa descriptiva-analtica en sentido genuino tan extrao como toda psicologa experimental y psicofsica, y de toda otra psicologa externa que abarca slo la relacin inductiva exterior del ser objetivo psquico.

Hay todava un aspecto del mtodo psicolgico-fenomenolgico, quiz el ms importante y esencial, el ms novedoso de todos, que an no he designado y que apareci tambin por primera vez en las Investigaciones lgicas determinando a fondo sus modos de trabajo. As se hizo evidente, en seguida, que una investigacin descriptiva con la finalidad de las Investigaciones lgicas de ningn modo tiene el carcter de una investigacin psicolgica meramente emprica, ni de una psicofsica, ni descriptiva en el sentido naturalstico. El tema exclusivo de las Investigaciones lgicas fue lo psquico correlativo a las objetividades pensadas en cada caso (y en especial, las objetividades lgicas ideales); as, la multiplicidad de modos psquicos, en la inmanencia pura de la vida psquica, conceptos, juicios, teoras, son formados, como unidades de sentido idealmente idnticas, con los respectivos modos del ser verdadero, pensados o evidentes.

La psicologa del milenio buscaba ser y fue en todas sus formas histricamente cambiante, una ciencia de la experiencia de la vida psquica humana y animal. Pero, si se va desde las objetividades ideales a la conciencia que subjetivamente las forma, se puede llegar pronto a estar convencido de que las pasividades y actividades internas, en las cuales [38] son subjetivamente formadas y llegan a ser dadas evidentemente pueden llegar a ser intuitivamente reveladas mediante la reflexin metdica y el anlisis fenomenolgico que no son contingencias empricas del acto de la vivencia humana ni facticidades contingentes que pueden ser tambin diferentemente pensadas. Ms bien, es evidente que, siempre que en general algo as como nmeros, multiplicidades matemticas, proposiciones, teoras, etc., a ser dadas subjetivamente en vivencias subjetivas conscientes, estas vivencias necesarias deben tener su estructura esencialmente necesaria y dondequiera idntica. Con otras palabras, si tomamos a los hombres como sujetos pensantes o imaginamos ngeles, diablos o dioses, etc., algunos seres que podemos contar, calcular, matematizar el contar, el hacer y vivir el matematizar interno, si la lgica-matemtica resulta de ello, es necesidad apririca esencialmente siempre de la misma forma. Para lo Apriori* de la lgica pura y de la misma matemtica pura, a este reino de verdades incondicionalmente necesarias y universales corresponde correlativamente un modo Apriori psquico, a saber, un reino de verdades incondicionalmente necesarias y universales referentes al vivenciar matemtico, presentar, pensar, conectar matemtico, etc., o sea, como una multiplicidad de la vida psquica de cualquier sujeto, se debe llegar a pensar en tanto que en la idealidad pura un sujeto conoce en s lo matemtico. Si tomamos la objetividad lgico matemtica como tal, que puede llegar a ser intersubjetivamente comprensiva, entonces tendramos que aplicarle al sujeto singular la subjetividad comunicativa y su vida comunitaria.

Lo mismo rige para todas las investigaciones de correlaciones psquicas referentes a objetos de toda regin y categora, y se sostiene, no meramente en la universalidad vaca, en la opinin y la afirmacin distante de la materia sujeto, sino en una particularidad determinada correspondiente a los objetos determinados y en relacin con las intuiciones reveladoras pertenecientes a ellos. Pero, precisamente con esto se presenta una idea novedosa de psicologa, novedosa no slo por su tema entendido concreto y universal, la conciencia-objeto, sino tambin por el hecho de que no es una psicologa emprica, sino una psicologa apririca. Ella era una psicologa apririca en el mismo sobrio sentido en el que la matemtica [39] es una ciencia apririca o una ciencia no emprica como tambin decimos, una ciencia de esencia, y que muestra una peculiaridad que tiene su evidencia antes de toda teora de un conocimiento apririco, esto es, antes de toda interpretacin terica cognoscitiva. En lugar del hecho de los sujetos humanos de esta tierra y de este mundo, sta psicologa trata, as, con esencias ideales de cualquier subjetividad matematizante y, en general, de cualquier subjetividad del todo cognoscente, una que puede ser fenomenolgica ejemplar revelada, pero que es idealmente posible, concebible de una incondicionada universalidad. En cambio, no se ha dicho que Lotze ya haba notado lo Apriori en el armazn de las cualidades inmanentes de la sensacin y que la lgica pasaba como una disciplina apririca por la falta de claridad de su interpretacin notico-noemtica. Por esto, no se tena un efectivo comienzo singular de una psicologa apririca fenomenolgica y no haba nocin siquiera de su posibilidad. Esto se sostiene tambin para Brentano.

En los viejos tiempos, hay que admitirlo, la psicologa apririca fue bastante discutida, es decir, en la escuela leibniziana wolffiana del siglo XVIII. La crtica de Kant puso un final a esto. Pero esta psicologa fue metafsica - ontolgica. No fue una psicologa, como la nueva psicologa, pura, intuitiva y descriptiva y al mismo tiempo, apriori, que, de este modo, de concreciones intuitivas ascendi a necesidades y universalidades intuitivas. Esta nueva peculiaridad encontrar todava una genuina clarificacin hasta la plena autocomprensin de las exposiciones sistemticas y concretas sobre las cuales podemos pronto pasar por alto. Esta psicologa (eidtica-intuitiva) apririca fue primero posible luego del peculiar anlisis intencional, fue concretamente establecida y realizada en fragmentos de implicaciones intencionales; pero de hecho, en primer lugar, en la intuitividad ingenua y ante toda pregunta por su significado emprico o apririco. Pero ya notaran Ustedes que es precisamente ella, la que dio al anlisis psicolgico descriptivo de las Investigaciones lgicas un carcter esencialmente diferente del de la psicologa descriptiva y analtica, la cual Dilthey haba demandado en inters de las ciencias histrico y sistemticas del espritu y diferente tambin de la psicognosis de Brentano. [40] Ciertamente, tambin las Investigaciones lgicas presentan una psicologa descriptiva-analtica en inters de la psicologa misma, pero tambin, asimismo con Dilthey, de su parte, a la fundacin de una teora de la razn. Pero esta psicologa tena un semblante esencialmente diferente segn los novedosos puntos de partida y finalidades que condujeron a ella. Desde un principio, el objetivo no fue, claro est, el prever una nueva fundacin de la psicologa. El objetivo fue una psicologa puramente terica del conocimiento. Frente a la lgica formal, como una ciencia apririca de las formas esenciales y leyes esenciales de ciertas objetividades ideales, se requera una ciencia que le incumbiera la clarificacin sistemtica de las actividades subjetivas del pensar, en las cuales estos pensamientos llegan a formarse subjetivamente, y, en particular, de las actividades peculiares de la razn en las cuales tales pensamientos apropian la forma normativa de la verdad evidente como validez tras-subjetiva.

Pero, slo es una expresin diferente cuando digo que hubo un primer intento limitado concretamente a la teora del conocimiento, el cual, si bien, restringido a su tema circunscrito a la esfera de la razn lgico-formal, fue naturalmente extendido a la esfera de la razn formal-matemtica. Por primera vez, fue evidente aqu, que una teora de la razn como un sistema de efectuaciones de la razn, como ocurre en la subjetividad pensante, no se puede jams realizar mediante discusiones vagas y distantes sobre lo apririco y lo emprico, como usualmente lo fue hasta ahora, ni como una psicologa meramente emprica descriptiva sobre la base de la experiencia interna; se hizo evidente, ms bien, que en lugar de la psicologa emprica, tuvo que aparecer una novedosa ciencia apririca pura de lo psquico y, al mismo tiempo, descriptiva, a saber, una ciencia que hace inteligible la necesidad incondicional e intuida (directamente vista), cmo vida psquica y, especialmente, la vida cognoscitiva en s misma, y en concordancia con su modo esencial apririco, ejecuta efectuaciones intencionales y, en particular, la efectuacin de este tipo de validez ideal, que es aqu llamada el verdadero ser y la verdad.

Por esto, si bien al principio no se pens en una reforma de la psicologa existente, despus lleg a ser visible, sin ms para m, que el comienzo de una novedosa psicologa [41] est situado aqu, es decir, una nueva configuracin de la idea antigua de una psicologa apririca; de la vieja idea de una ontologa apririca similar como en los Prolegmenos y en la III y IV Investigacin, haba experienciado un despertar en una nueva forma no metafsica.

Con esto, fue anunciada una modificacin maravillosa en la relacin histrica entre psicologa y teora del conocimiento. Por una parte, hubo, desde hace siglos, una psicologa emprica en formas muy variables (finalmente en la muy exitosa forma de una psicologa experimental), una psicologa que siempre suscit la pretensin de constituir la teora del conocimiento, o al menos, de proveerla de sus fundamentos. Por otro lado, desde Kant, una teora trascendental del conocimiento haba logrado una poderosa influencia y aceptacin; una teora que agudamente rechaz toda fundamentacin emprica-psicolgica que combati como psicologismo, pero, de otra parte, no reconoci ninguna otra en contra de la psicologa psicofsica y hasta distingui la psicologa apririca que pudiera valer como fundamento necesario. Con todo eso, la psicologa, como toda ciencia objetiva, mantuvo el derecho a su propia existencia independiente.

Ms ahora, fue histricamente nuevo que una investigacin teortica del conocimiento lgico-matemtico comenz y se ejecut con completa independencia de la tradicional psicologa emprica, empujada hacia una reforma metdica de la psicologa, estructur de nuevo el problema de la relacin entre la teora del conocimiento y la psicologa. Estas investigaciones lgico - teorticas del conocimiento concretamente realizadas, pero de reciente curso, tuvieron que servirse sin falta de un anlisis psicolgico apriori. Una ciencia apririca de lo psquico, sacada de una intuicin pura internamente ligera, como se presenta aqu en efectivos fragmentos iniciales, pudo ser imposible e insignificante para una psicologa emprica rigurosamente cientfica; slo como una ciencia apririca del espacio y de la idea formal de una naturaleza en general pudo ser insignificante para un conocimiento de la experiencia de la naturaleza.

Ya Brentano y tambin Dilthey haban visto en el empirismo tradicional y el psicologismo crtico del conocimiento un ncleo del derecho inviolable, [42] a saber, que una teora del conocimiento del todo tiene que ser fundada en un anlisis intuitivo del conocimiento y que una doctrina de la razn tica, del mismo modo, en un anlisis intuitivo de la vida de la conciencia tica, y as en una psicologa descriptiva. Pero, en tanto que la objecin de los antipsicologistas no lleg a encontrar cmo este anlisis fue pensado como emprico, cmo una teora del conocimiento, una ciencia de los principios apriricos, debe hacer inteligible la posibilidad de las realizaciones objetivas de la razn y pudiera ser fundada en la psicologa, en una ciencia emprica. Sumado a esto estaba el hecho de que las investigaciones de cimentacin descriptiva o psicogenticas quedaron necesariamente sin resultados, esto es, fueron incapaces de una comprensin de lo lgico y de lo tico porque no fueron capaces de abrirse paso con ningn anlisis intencional genuino. Si ellas hubieran sido capaces de ello, de lo Apriori psicolgico genuino, para el cual justamente la referencia retrospectiva autocomprensiva a lo constitutivo ofreci un estimulo, lo hubieran impuesto tambin fcilmente.

Por cierto, los horizontes abiertos para una nueva teora del conocimiento y una teora de todos los otros modos de la razn, y, por otra parte, para una psicologa apririca, necesaria como primer paso antes de una plena claridad, hicieron posible las tareas futuras de investigacin en la teora de la razn y en la psicologa. El ms alto nivel de claridad respecto a los principios no se logr de ningn modo en las Investigaciones lgicas. Slo con el progreso de las indagaciones ms all de la limitada esfera problemtica de las Investigaciones lgicas, en consecuente ampliacin a una problemtica que abarco la totalidad de los objetos posibles en general y la totalidad [43] posible de la conciencia en general o subjetividad posible en general, se pudo llegar a la clarificacin ltima de los principios. Con la urgente necesidad de una extensin ms universal de las Investigaciones lgicas, despertada por la universalidad formal de la mathesis universales, lo que debi ofrecerse fue la ampliacin de la lgica formal apririca y la matemtica a la idea de un completo sistema de ciencias apriricas para cada categora concebible de objetos objetivos, por tanto, en el punto* ms alto, la investigacin de un Apriori universal de mundos posibles en general junto al Apriori de la matemtica formal; pero, por otro lado, y correlativamente la extensin de la reflexin pura apririca de la conciencia, considerando slo las generalidades formales cognoscitivas relacionadas en la conciencia en cuanto al contenido determinado reconocido en cada categora particular de las objetividades en general; y, finalmente, de all tuvo que surgir una doctrina de la conciencia apririca pura de plena universalidad, la cual abarc tambin cada tipo del valorar, esforzarse, desear y as cualquier tipo de conciencia en general, por tanto, una que comprendi toda la vida subjetiva concreta en todas las formas de su intencionalidad y abri la totalidad de los problemas de la constitucin del mundo y de la unidad de la conciencia de la subjetividad, de la personal individual y mancomunada.

Aunque, ms adelante, la consecuencia forz a la consideraci


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