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Claudia Lars
(Carmen Margarita Brannon Vega; Armenia, 1899 - San
Salvador, 1974) Poetisa salvadoreña, una de las voces más
sobresalientes de la lírica centroamericana del siglo XX.
Hija de Peter Patrick Brannon, ingeniero norteamericano, y de
la salvadoreña Carmen Vega Zelayandía, estudió en el colegio
La Asunción de la ciudad de Santa Ana, donde la joven Claudia
se decantó por los estudios humanísticos. Religión y poesía se
vincularon en su hogar para acrecentar su sensibilidad natural. Desde muy pronto recibió
la influencia de los clásicos antiguos y españoles (Góngora, Quevedo, Fray Luis de León),
así como la de los románticos ingleses y de Rubén Darío. También coincidió con algunos
de sus contemporáneos, como el cuentista salvadoreño Salarrué.
Poetisa precoz, con diecisiete años publicó un breve poemario que pasó
inadvertido: Tristes mirajes, que vio la luz gracias al mecenazgo del general y poeta Juan
José Cañas, uno de sus primeros mentores. Por esa época Claudia Lars mantenía
relaciones sentimentales con el poeta Salomón de la Selva. Pero en 1919, cuando habían
ya formalizado su compromiso de matrimonio, el padre de Claudia decidió romper el
vínculo y enviar a su hija a los Estados Unidos, a casa de unos familiares afincados en
Pennsylvania. Allí conoció a Le Roy Beers, con quien contrajo matrimonio tras un breve
período de noviazgo.
Sin abandonar el país norteamericano, la poetisa se instaló en compañía de su nuevo
esposo en el barrio de Brooklyn de Nueva York, donde ejerció como profesora de lengua
castellana en la Escuela Berlitz. En 1927 tuvo ocasión de regresar a su país junto con su
cónyuge, que acababa de ser nombrado cónsul de los Estados Unidos en El Salvador.
Aposentados en la capital salvadoreña, a finales de 1927 nació su primer hijo, Le Roy
Beers Brannon, que sería el único vástago de Claudia Lars.
Claudia Lars volvió a frecuentar los cenáculos literarios, en especial el congregado
alrededor del poeta Alberto Guerra Trigueros, compuesto por escritores como Alberto
Masferrer, Salarrué y Serafín Quiteño. En ese nuevo ambiente la poesía de Claudia Lars
fluyó de nuevo con espontaneidad y soltura, lo que se tradujo en 1934 en una nueva
entrega lírica: Estrellas en el pozo, publicada en las famosas Ediciones Convivio por
voluntad expresa de su director, el intelectual costarricense Joaquín García Monge.
Alfredo Espino
(Edgardo Alfredo Espino Najarro; Ahuachapán, 1900 - San Salvador, 1928) Poeta
salvadoreño que a partir de la publicación de su único libro, Jícaras Tristes, ha sido uno de
los líricos más leídos en su país y está considerado como uno de los autores clásicos de la
literatura centroamericana.
Nacido en el seno de una familia numerosa (segundo de
ocho hermanos), era hijo del también poeta Alfredo
Espino, miembro de una destacada dinastía de
profesores, médicos y escritores. El joven Alfredo recibió
una esmerada formación académica que finalizó en
1927, cuando se doctoró en la Facultad de
Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El
Salvador con una tesis sobre Sociología estética.
A muy temprana edad comenzó a publicar colaboraciones literarias en las revistas Lumen
y Opinión estudiantil y en los periódicos La Prensa y Diario de El Salvador. Llevó una vida
bohemia y disipada que le condujo a caer en frecuentes crisis alcohólicas, en una de las
cuales se quitó la vida cuando contaba poco más de veintiocho años de edad. Sus restos
mortales, sepultados en primera instancia en el Cementerio General de San Salvador,
fueron después trasladados a la llamada Cripta de los Poetas, en el camposanto de los
Jardines del Recuerdo.
Sus composiciones, diseminadas en papeles sueltos y en distintas publicaciones, fueron
recopiladas por su padre con el fin de llevarlas a la imprenta. Una parte de esta
recopilación, prologada por un texto esclarecedor del poeta Alberto Masferrer, fue
publicada en 1932 en el diario Reforma social. A causa de su repercusión, en 1936 vio la
luz en forma de libro una compilación más completa y representativa de su obra que se
tituló Jícaras tristes.
La poesía de Alfredo Espino es un equilibrio de romanticismo y expresión mesurada, que
canta al paisaje con imágenes de gran poder descriptivo y plasticidad, siempre desde una
percepción tierna de los seres y las cosas de su tierra. Buena parte de su obra es un canto
a la región de Cuzcatlán. Prefirió la sencillez y la métrica tradicional para sus modestas
pretensiones líricas y escribió romances y sonetos, aunque no desechó el verso libre. Sus
poemas evocan los árboles, los frutos, el aroma de la noche, los colores, los niños y lo
maternal.
Desde su publicación, sus poemas fueron acogidos y difundidos con entusiasmo por los
lectores salvadoreños, que enseguida se identificaron con su líricas descripciones
paisajísticas. Así, Jícaras tristes se convirtió en una de las lecturas obligadas en los
programas educativos salvadoreños, y desde instancias gubernamentales se promovió su
edición y difusión.
Rubén Darío
(Metapa, 1867 - León, 1916) Seudónimo del gran poeta
nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento, iniciador y máximo
representante del Modernismo hispanoamericano. Su familia era
conocida por el apellido de un abuelo, "la familia de los Darío", y
el joven poeta, en busca de eufonía, adoptó la fórmula "Rubén
Darío" como nombre literario de batalla.
Con una dichosa facilidad para el ritmo y la rima creció Rubén
Darío en medio de turbulentas desavenencias familiares, tutelado por solícitos parientes y
dibujando con palabras en su fuero interno sueños exóticos, memorables heroísmos y
tempestades sublimes. Pero ya en su época toda esa parafernalia de prestigiosos tópicos
románticos comenzaba a desgastarse y se ofrecía a la imaginación de los poetas como las
armas inútiles que se conservan en una panoplia de terciopelo ajado. Rubén Darío estaba
llamado a revolucionar rítmicamente el verso castellano, pero también a poblar el mundo
literario de nuevas fantasías, de ilusorios cisnes, de inevitables celajes, de canguros y
tigres de bengala conviviendo en el mismo paisaje imposible.
Casi por azar nació Rubén en una pequeña ciudad nicaragüense llamada Metapa, pero al
mes de su alumbramiento pasó a residir a León, donde su madre, Rosa Sarmiento, y su
padre, Manuel García, habían fundado un matrimonio teóricamente de conveniencias
pero próspero sólo en disgustos. Para hacer más llevadera la mutua incomprensión, el
incansable Manuel se entregaba inmoderadamente a las farras y ahogaba sus penas en los
lupanares, mientras la pobre Rosa huía de vez en cuando de su cónyuge para refugiarse en
casa de alguno de sus parientes. No tardaría ésta en dar a luz una segunda hija, Cándida
Rosa, que se malogró enseguida, ni en enamorarse de un tal Juan Benito Soriano, con el
que se fue a vivir arrastrando a su primogénito a "una casa primitiva, pobre y sin ladrillos,
en pleno campo", situada en la localidad hondureña de San Marcos de Colón.
No obstante, el pequeño Rubén volvió pronto a León y pasó a residir con los tíos de su
madre, Bernarda Sarmiento y su marido, el coronel Félix Ramírez, los cuales habían
perdido recientemente una niña y lo acogieron como sus verdaderos padres. Muy de
tarde en tarde vio Rubén a Rosa Sarmiento, a quien desconocía, y poco más o menos a
Manuel, por quien siempre sintió desapego, hasta el punto de que el incipiente poeta
firmaba sus primeros trabajos escolares como Félix Rubén Ramírez.
Durante su primeros años estudió con los jesuitas, a los que dedicó algún poema cargado
de invectivas, aludiendo a sus "sotanas carcomidas" y motejándolos de "endriagos"; pero
en esa etapa de juventud no sólo cultivó la ironía: tan temprana como su poesía influida
por Bécquer y por Victor Hugo fue su vocación de eterno enamorado. Según propia
confesión en la Autobiografía, una maestra de las primeras letras le impuso un severo
castigo cuando lo sorprendió "en compañía de una precoz chicuela, iniciando indoctos e
imposibles Dafnis y Cloe, y según el verso de Góngora, las bellaquerías detrás de la
puerta".
Antes de cumplir quince años, cuando los designios de su corazón se orientaron
irresistiblemente hacia la esbelta muchacha de ojos verdes llamada Rosario Emelina
Murillo, en el catálogo de sus pasiones había anotado a una "lejana prima, rubia, bastante
bella", tal vez Isabel Swan, y a la trapecista Hortensia Buislay. Ninguna de ellas, sin
embargo, le procuraría tantos quebraderos de cabeza como Rosario; y como manifestara
enseguida a la musa de su mediocre novela sentimental Emelina sus deseos de contraer
inmediato matrimonio, sus amigos y parientes conspiraron para que abandonara la ciudad
y terminara de crecer sin incurrir en irreflexivas precipitaciones.
En agosto de 1882 se encontraba en El Salvador, y allí fue recibido por el presidente
Zaldívar, sobre el cual anota halagado en su Autobiografía: "El presidente fue gentilísimo y
me habló de mis versos y me ofreció su protección; mas cuando me preguntó qué es lo
que yo deseaba, contesté con estas exactas e inolvidables palabras que hicieron sonreír al
varón de poder: "Quiero tener una buena posición social"."
En este elocuente episodio, Rubén expresa sin tapujos sus ambiciones burguesas, que aún
vería más dolorosamente frustradas y por cuya causa habría de sufrir todavía más
insidiosamente en su ulterior etapa chilena. En Chile conoció también al presidente
suicida Balmaceda y trabó amistad con su hijo, Pedro Balmaceda Toro, así como con el
aristocrático círculo de allegados de éste; sin embargo, para poder vestir decentemente,
se alimentaba en secreto de "arenques y cerveza", y a sus opulentos contertulios no se les
ocultaba su mísera condición. Publica en Chile, a partir de octubre de 1886, Abrojos,
poemas que dan cuenta de su triste estado de poeta pobre e incomprendido, y ni siquiera
un fugaz amor vivido con una tal Domitila consigue enjugar su dolor.
Para un concurso literario convocado por el millonario Federico Varela escribe Otoñales,
que obtiene un modestísimo octavo lugar entre los cuarenta y siete originales
presentados, y Canto épico a las glorias de Chile, por el que se le otorga el primer premio,
compartido con Pedro Nolasco Préndez, y que le reporta la módica suma de trescientos
pesos.
Pero es en 1888 cuando la auténtica valía de Rubén Darío se da a conocer con la
publicación de Azul, libro encomiado desde España por el a la sazón prestigioso novelista
Juan Valera, cuya importancia como puente entre las culturas española e
hispanoamericana ha sido brillantemente estudiada por María Beneyto. Las cartas de Juan
Valera sirvieron de prólogo a la nueva reedición ampliada de 1890, pero para entonces ya
se había convertido en obsesiva la voluntad del poeta de escapar de aquellos estrechos
ambientes intelectuales, donde no hallaba ni el suficiente reconocimiento como artista ni
la anhelada prosperidad económica, para conocer por fin su legendario París.
Pablo Neruda
(Seudónimo de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto; Parral,
Chile, 1904-Santiago de Chile, 1973) Poeta chileno.
Comenzó muy pronto a escribir poesía, y en 1921
publicó La canción de la fiesta, su primer poema, con el
seudónimo de Pablo Neruda, en homenaje al poeta checo
Jan Neruda, nombre que mantuvo a partir de entonces y
que legalizó en 1946.
Su madre murió sólo un mes más tarde de que naciera él,
momento en que su padre, un empleado ferroviario, se instaló en Temuco, donde el joven
Pablo Neruda cursó sus primeros estudios y conoció a Gabriela Mistral. Allí también
comenzó a trabajar en un periódico, hasta que a los dieciséis años se trasladó a Santiago,
donde publicó sus primeros poemas en la revista Claridad.
Tras publicar algunos libros de poesía, en 1924 alcanzó fama internacional con Veinte
poemas de amor y una canción desesperada, obra que, junto conTentativa del hombre
infinito, distingue la primera etapa de su producción poética, señalada por la transición del
modernismo a formas vanguardistas influidas por el creacionismo de Vicente Huidobro.
Los problemas económicos indujeron a Pablo Neruda a emprender, en 1926, la carrera
consular que lo llevó a residir en Birmania, Ceilán, Java, Singapur y, entre 1934 y 1938, en
España, donde se relacionó con García Lorca, Aleixandre, Gerardo Diego y otros
componentes de la llamada Generación del 27, y fundó la revista Caballo Verde para la
Poesía. Desde su primer manifiesto tomó partido por una «poesía sin pureza» y próxima a
la realidad inmediata, en consonancia con su toma de conciencia social.
Pablo Neruda
En tal sentido, Neruda apoyó a los republicanos al estallar la guerra civil y escribió España
en el corazón. Progresivamente sus poemas experimentaron una transición hacia formas
herméticas y un tono más sombrío al percibir el paso del tiempo, el caos y la muerte en la
realidad cotidiana.
De regreso en Chile, en 1939 Neruda ingresó en el Partido Comunista y su obra
experimentó un giro hacia la militancia política que culminó con la exaltación de los mitos
americanos de su Canto general. En 1945 fue el primer poeta en ser galardonado con el
Premio Nacional de Literatura de Chile. Al mismo tiempo, desde su escaño de senador
utilizó su oratoria para denunciar los abusos y las desigualdades del sistema. Tal actitud
provocó la persecución gubernamental y su posterior exilio en Argentina.
Gabriela Mistral
(Seudónimo literario de Lucilia Godoy; Vicuña, Chile,
1889 - Nueva York, 1957) Poetisa y educadora chilena.
Hija de un maestro de escuela, con dieciséis años
Gabriela Mistral decidió dedicarse ella también a la
enseñanza; trabajó como profesora de secundaria en
su país y como directora de escuela.
Gabriela Mistral se dio a conocer en los Juegos Florales
de Chile en 1914 con el libro de poemas Los sonetos de
la muerte, nacidos del dolor causado por el suicidio de
su prometido, el empleado ferroviario Romelio Ureta, a quien había conocido en 1906.
Estos sonetos fueron incorporados en 1922 a una colección más amplia de sus versos
realizada por el Instituto Hispánico de Nueva York bajo el título de Desolación.
Gabriela Mistral
Ese mismo año dejó Chile para trasladarse a México, a petición del gobierno de este país,
con el fin de que colaborara en la reforma de la educación iniciada por Vasconcelos. En
México, Gabriela Mistral fundó la escuela que lleva su nombre y colaboró en la
organización de varias bibliotecas públicas, además de componer poemas para niños
(Rondas de niños, 1923) por encargo del ministro de Instrucción Pública mexicano, y
textos didácticos como Lecturas para mujeres (1924).
Terminada su estancia en México, viajó a Europa y a Estados Unidos, y en 1926 fue
nombrada secretaria del Instituto de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones.
Paralelamente, fue redactora de una revista de Bogotá, El Tiempo (sus artículos fueron
recogidos póstumamente en Recados contando a Chile, en 1957), representó a Chile en un
congreso universitario en Madrid y pronunció en Estados Unidos una serie de
conferencias sobre el desarrollo cultural estadounidense (1930). En 1945 Gabriela Mistral
recibió el Premio Nobel de Literatura.
La poesía de Gabriela Mistral
De tendencia modernista en sus inicios, su poesía derivó hacia un estilo personal, con un
lenguaje coloquial y simple, de gran musicalidad, y un simbolismo que conecta con una
imaginería de tradición folclórica. En sus obras expresó temas como el sufrimiento o la
maternidad frustrada, así como inquietudes religiosas y sociales que responden a su
ideología cristiana y socialista.
La obra de Mistral, en efecto, pasó por distintas etapas relacionadas con la temática y el
estilo literario. En un primer momento, con la publicación deDesolación, existe un fuerte
predomino del sentimiento sobre el pensamiento a la vez que una cercanía muy estrecha
con lo religioso. En este libro aborda el tema del amor desde su propia experiencia trágica:
la muerte de su amante.
José Martí
(La Habana, 1853 - Dos Ríos, Cuba, 1895) Político y escritor
cubano. Nacido en el seno de una familia española con pocos
recursos económicos, a la edad de doce años José Martí
empezó a estudiar en el colegio municipal que dirigía el poeta
Rafael María de Mendive, quien se fijó en las cualidades
intelectuales del muchacho y decidió dedicarse
personalmente a su educación.
El joven Martí pronto se sintió atraído por las ideas revolucionarias de muchos cubanos, y
tras el inicio de la guerra de los Diez Años y el encarcelamiento de su mentor, inició su
actividad revolucionaria: publicó una gacetilla El Diablo Cojuelo, y poco después una
revista, La Patria Libre, que contenía su poema «Abdalá».
A los diecisiete años José Martí fue condenado a seis de cárcel por su pertenencia a
grupos independentistas. Realizó trabajos forzados en el penal hasta que su mal estado de
salud le valió el indulto. Deportado a España, en este país publicó su primera obra de
importancia, el drama Adúltera. Inició en Madrid estudios de derecho y se licenció en
derecho y filosofía y letras por la Universidad de Zaragoza.
Durante sus años en España surgió en él un profundo afecto por el país, aunque nunca
perdonó su política colonial. En su obra La República Española ante la Revolución
Cubana reclamaba a la metrópoli que hiciera un acto de contrición y reconociese los
errores cometidos en Cuba. Tras viajar durante tres años por Europa y América, José Martí
acabó por instalarse en México.
Allí se casó con la cubana Carmen Sayes Bazán y, poco después, gracias a la paz de Zanjón,
que daba por concluida la guerra de los Diez Años, se trasladó a Cuba. Deportado de
nuevo por las autoridades cubanas, temerosas ante su pasado revolucionario, se afincó en
Nueva York y se dedicó por completo a la actividad política y literaria.
Desde su residencia en el exilio, José Martí se afanó en la organización de un nuevo
proceso revolucionario en Cuba, y en 1892 fundó el Partido Revolucionario Cubano y la
revista Patria. Se convirtió entonces en el máximo adalid de la lucha por la independencia
de su país.
Dos años más tarde, tras entrevistarse con el generalísimo Máximo Gómez, logró poner en
marcha un proceso de independencia. Pese al embargo de sus barcos por parte de las
autoridades estadounidenses, pudo partir al frente de un pequeño contingente hacia
Cuba. Fue abatido por las tropas realistas cuando contaba cuarenta y dos años. Martí es,
junto a Bolívar y San Martín, uno de los principales protagonistas del proceso de
emancipación de Hispanoamérica.
La obra literaria de José Martí
Además de destacado ideólogo y político, José Martí fue uno de los más grandes poetas
hispanoamericanos y la figura más destacada de la etapa de transición al modernismo,
que en América supuso la llegada de nuevos ideales artísticos.
Gustavo Adolfo Bécquer
(Gustavo Adolfo Domínguez Bastida; Sevilla, 1836-
Madrid, 1870) Poeta español. Hijo y hermano de
pintores, quedó huérfano a los diez años y vivió su
infancia y su adolescencia en Sevilla, donde estudió
humanidades y pintura.
En 1854 se trasladó a Madrid, con la intención de hacer
carrera literaria. Sin embargo, el éxito no le sonrió; su
ambicioso proyecto de escribir una Historia de los templos de España fue un fracaso, y
sólo consiguió publicar un tomo, años más tarde. Para poder vivir hubo de dedicarse al
periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero, principalmente del
francés, en colaboración con su amigo Luis García Luna, adoptando ambos el seudónimo
de «Adolfo García».
Durante una estancia en Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en cama a causa de una
enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis, aunque algunos biográfos se
decantan por la sífilis. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado por su hermano
Valeriano, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos rojas, y conoció a Julia
Espín, según ciertos críticos la musa de algunas de susRimas, aunque durante mucho
tiempo se creyó erróneamente que se trataba de Elisa Guillén, con quien el poeta habría
mantenido relaciones hasta que ella lo abandonó en 1860, y que habría inspirado las
composiciones más amargas del poeta.
En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, hija de un médico, con la que tuvo tres
hijos. El matrimonio nunca fue feliz, y el poeta se refugió en su trabajo o en la compañía
de su hermano Valeriano en las escapadas de éste a Toledo para pintar.
La etapa más fructífera de su carrera fue de 1861 a 1865, años en los que compuso la
mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas literarias
a una mujer, donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor. Una temporada que
pasó en el monasterio de Veruela en 1864 le inspiró Cartas desde mi celda, un conjunto de
hermosas descripciones paisajísticas.
Económicamente las cosas mejoraron para el poeta a partir de 1866, en que obtuvo el
empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas y
concentrarse en sus Leyendasy sus Rimas, publicadas en parte en El museo universal. Pero
con la revolución de 1868, el poeta perdió su trabajo, y su esposa lo abandonó ese mismo
año.
Se trasladó entonces a Toledo con su hermano Valeriano, y allí acabó de reconstruir el
manuscrito de las Rimas, cuyo primer original había desaparecido cuando su casa fue
saqueada durante la revolución septembrina. De nuevo en Madrid, fue nombrado director
de la revista La Ilustración de Madrid, en la que también trabajó su hermano como
dibujante.
El fallecimiento de éste, en septiembre de 1870, deprimió extraordinariamente al poeta,
quien, presintiendo su propia muerte, entregó a su amigo Narciso Campillo sus originales
para que se hiciese cargo de ellos tras su óbito, que ocurriría tres meses después del de
Valeriano.
La obra de Gustavo Adolfo Bécquer
La inmensa fama literaria de Bécquer se basa en susRimas, que iniciaron la corriente
romántica de poesía intimista inspirada en Heine y opuesta a la retórica y la ampulosidad
de los poetas románticos anteriores. La crítica literaria del momento, sin embargo, no
acogió bien sus poemas, aunque su fama no dejaría de crecer en los años siguientes.
Las Rimas, tal y como han llegado hasta nosotros, suman un total de ochenta y seis
composiciones. De ellas, setenta y seis se publicaron por vez primera en 1871 a cargo de
los amigos del poeta, que introdujeron algunas correcciones en el texto, suprimieron
algunos poemas y alteraron el orden del manuscrito original (el llamado Libro de los
gorriones, hoy custodiado en la Biblioteca Nacional de Madrid). El contenido de las rimas
ha sido dividido en cuatro grupos: el primero (rimas I a XI) es una reflexión sobre la poesía
y la creación literaria; el segundo (XII a XXIX), trata del amor y de sus efectos en el alma
del poeta; el tercero (XXX a LI) pasa a la decepción y el desengaño que el amor causa en el
alma del poeta; y el cuarto (LII a LXXXVI) muestra al poeta enfrentado a la muerte,
decepcionado del amor y del mundo. Las Rimas se presentan habitualmente precedidas
de la "Introducción sinfónica" que, probablemente, Bécquer preparó como prólogo a toda
su obra.
Antonio Machado
(Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español.
Aunque influido por el modernismo y el
simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario
de la Generación del 98. Hijo del folclorista Antonio
Machado y Álvarez y hermano menor del también
poeta Manuel Machado, pasó su infancia en Sevilla
y en 1883 se instaló con su familia en Madrid.
Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en
otros institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje a París, trabajó en la
editorial Garnier, y posteriormente regresó a la capital francesa, donde entabló amistad
con R. Darío. De vuelta a España frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a J. R.
Jiménez, R. del Valle-Inclán y M. de Unamuno.
En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, cuidad en la que dos años
después contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo. En 1910 le fue concedida una pensión
para estudiar filología en París durante un año, estancia que aprovechó para asistir a los
cursos de filosofía de H. Bergson y Bédier en el College de France. Tras la muerte de su
esposa, en 1912, pasó al instituto de Baeza.
Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó su cátedra en Segovia y en 1928 fue
elegido miembro de la Real Academia Española. Al comenzar la Guerra Civil se encontraba
en Madrid, desde donde se trasladó con su madre y otros familiares al pueblo valenciano
de Rocafort y luego a Barcelona. En enero de 1939 emprendió camino al exilio, pero la
muerte lo sorprendió en el pueblecito francés de Colliure.
Antonio Machado
Los textos iniciales de Machado, comentarios de sucesos y crónicas costumbristas escritos
en colaboración con su hermano y firmados con el seudónimo Tablante de Ricamonte,
aparecieron en La Caricatura en 1893. Sus primeros poemas se publicaron en Electra,
Helios y otras revistas modernistas, movimiento con el que Machado se sentía identificado
cuando comenzó su labor literaria.
No obstante, aunque las composiciones incluidas en Soledades (1903) revelaron la
influencia del modernismo, el autor se distanció de la imaginería decorativa de la escuela
rubeniana para profundizar en la expresión de emociones auténticas, a menudo
plasmadas a través de un sobrio simbolismo. En su siguiente libro, Soledades, galerías y
otros poemas (1907), reedición y ampliación del anterior, se hizo más evidente el tono
melancólico e intimista, el uso del humor como elemento distanciador y, sobre todo, la
intención de captar la fluidez del tiempo.
Al igual que Unamuno, Machado consideró que su misión era "eternizar lo momentáneo",
capturar la "onda fugitiva" y transformar el poema en "palabra en el tiempo". En los años
posteriores se acentuó su meditación sobre lo pasajero y lo eterno en Campos de Castilla
(1912), pero no por medio de la autocontemplación, sino que dirigió la mirada hacia el
exterior, y observó con ojos despiertos el paisaje castellano y los hombres que lo
habitaban. Una emoción austera y grave recorre los poemas de este libro, que evoca la
trágica España negra tan criticada por la Generación del 98 desde una perspectiva
regeneracionista, al tiempo que se describe con hondo patriotismo la decadencia y ruina
de las viejas ciudades castellanas.
Sor Juana Inés de la Cruz
(Juana Inés de Asbaje y Ramírez; San Miguel de Nepantla, actual México, 1651 - Ciudad de
México, id., 1695) Escritora mexicana. Fue la mayor figura de las letras hispanoamericanas
del siglo XVII. Niña prodigio, aprendió a leer y escribir a
los tres años, y a los ocho escribió su primera loa.
Admirada por su talento y precocidad, a los catorce fue
dama de honor de Leonor Carreto, esposa del virrey
Antonio Sebastián de Toledo. Apadrinada por los
marqueses de Mancera, brilló en la corte virreinal de
Nueva España por su erudición y habilidad versificadora.
Pese a la fama de que gozaba, en 1667 ingresó en un convento de las carmelitas descalzas
de México y permaneció en él cuatro meses, al cabo de los cuales lo abandonó por
problemas de salud. Dos años más tarde entró en un convento de la Orden de San
Jerónimo, esta vez definitivamente. Dada su escasa vocación religiosa, parece que sor
Juana Inés de la Cruz prefirió el convento al matrimonio para seguir gozando de sus
aficiones intelectuales: «Vivir sola... no tener ocupación alguna obligatoria que
embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado
silencio de mis libros», escribió.
Sor Juana Inés de la Cruz
Su celda se convirtió en punto de reunión de poetas e intelectuales, como Carlos de
Sigüenza y Góngora, pariente y admirador del poeta cordobés, cuya obra introdujo en el
virreinato, y también del nuevo virrey, Tomás Antonio de la Cerda, marqués de la Laguna,
y de su esposa, Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes, con quien le unió una
profunda amistad.
En su celda también llevó a cabo experimentos científicos, reunió una nutrida biblioteca,
compuso obras musicales y escribió una extensa obra que abarcó diferentes géneros,
desde la poesía y el teatro, en los que se aprecia la influencia de Góngora y Calderón,
hasta opúsculos filosóficos y estudios musicales.