200
201
202
Claudio Antônio de Mauro, en el debate
“Democracia, Educación y Participación
Cultural”
203
204
(...) cuando uno habla de socioambientalismo, hablamos
principalmente de una vertiente del ambientalismo que se
consolidó principalmente a partir de la segunda mitad de los
años ochenta. Inicialmente muy en función de la movilización
de los caucheros de Amazonia, que reivindicaban la creación
de reserva extrativista, donde se pudiese realizar un nuevo
paradigma de desarrollo. Es decir, una alternativa para aquel
paradigma de desarrollo predatorio, socialmente excluyente,
representado por la apertura de carreteras, la
Transamazonica, por grandes proyectos de infraestructura,
agropecuario que preveían no sólo una gran devastación
ambiental, sino una gran desagregación y desestructuración
social.
(…) Y fue desde entonces que nació el propio concepto, la
propia idea por detrás de la reserva extrativista, que es una
unidad de conservación que ella procura justamente
conservar no solo la biodiversidad, sino también la
sociodiversidad que está asociada a ella. Considerando
también no solo el componente tangible, es decir, los
recursos naturales, los territorios, sino también lo que uno
llama de componente intangible, es decir, los conocimientos,
las innovaciones, las prácticas sociales que están asociadas
a ese recurso. (...)
(…) Y, lo interesante es que esos conceptos, esos
paradigmas del socioambientalismo, es decir, no solo de
sostenibilidad ambiental – ahí entendida sostenibilidad de
especies, ecosistemas, strictu sensu – sino también de
sostenibilidad social, sostenibilidad política, partiendo siempre
de la concepción de que es fundamental que promuevas
mecanismos de participación social en la gestión ambiental,
es decir, promocionando una estrecha relación entre medio
ambiente y democracia, con procesos participatorios de
decisión. Podríamos decir que hay un trípode: la sostenibilidad
ambiental, la sostenibilidad social o cultural y la sostenibilidad
política. Porque se hizo cada vez más claro que el modelo
importado que no llevase en consideración la sostenibilidad
social de las unidades de conservación, de los espacios
ambientalmente protegidos de que él, no tenía sostenibilidad
política. Él acaba haciendo con que los parques, las reservas
biológicas, las estaciones ecológicas – que fueron creados
colocando para fuera las poblaciones tradicionales que allí
vivían hacía muchas generaciones – no conseguían agregar
cualquier tipo de apoyo de las comunidades locales. Éstas
pasaban a ver aquellas unidades como instrumentos de
promoción de desigualdades sociales, engendradoras de
discriminación social. Ellas se sentían excluidas de esos
procesos y por tanto se volvían grandes enemigas de las
unidades de conservación y acababan inviabilizando su
implantación, su gestión. (…)
Juliana Santili, en el debate Confluencia de
la Cultura y de la Naturaleza
“(...)se hizo cada vez más claro que el modelo importado que no
llevase en consideración la sostenibilidad social de las unidades
de conservación, de los espacios ambientalmente protegidos (...)
no tenía sostenibilidad política”
205
Cencerro de Cascabel sirve para que nosotros
curemos la enfermedad que se llama hernia
Uno le quita el cencerro a la cascabel y lo pone en el
fuego para torrar, bien torradito. Después de torrado,
se le retira el polvo que se pone en un baso de agua.
Se va tomando esa agua hasta que uno se cure de la
hernia. Ese polvo sirve también para heridas con
machete. Es sólo colocarlo en el lugar del corte que
la herida se seca en dos o tres días.
Obs.: cuando se encuentra una serpiente cascabel,
nosotros la matamos y retiramos el cencerro que
guardamos en casa para usar cuando tenemos
necesidad. Su cuerpo lo enterramos en un agujero
para evitar que se pise en sus
espinas.
Receta medicinal de la tribu indígena Xerente
206
Regina Moura Tavares, en el debate
Diversidad Cultural, Globalización y
Pluralismo
207
208
Un territorio, un proyecto compartido e integrado, un contrato
entre colaboradores, fundamental, una marca, un sello de
calidad y un espacio institucional para integrar las acciones.
Eso también es una cosa muy importante y fundamental
porque además de haber la posibilidad de utilizar la marca
para valorar los productos y los saberes locales, tú tienes
también el apoyo del Estado concentrando las acciones de
los diferentes ministerios para intentar sumar, en lugar de
hacer acciones en el territorio y entonces esa noción de
espacio de integración es fundamental porque sólo en un
espacio natural consigues integrar, de manera vertical, las
acciones de los diferentes actores institucionales; y, de una
“La elaboración del proyecto no es sencillamente un diagnóstico
físico, sino la construcción de una visión de los actores, lo que
está ocurriendo hoy y lo que nosotros queremos que ocurra
mañana.”
manera horizontal, los diferentes actores del propio territorio.
Entonces esa noción de integración cuanto más cerca del
campo y de la acción, mientras se implementa un trabajo,
más se necesita de esa capacidad de integración.
(...) La elaboración del proyecto no es sencillamente un
diagnóstico físico, sino la construcción de una visión de los
actores, lo que está ocurriendo hoy y lo que nosotros
queremos que ocurra mañana. No es una cosa enciclopédica,
es más una construcción de la verdad, una socialización de
diferentes visiones intentando definir un norte para el
territorio, para la acción de las personas.
Jean Philippe Delorme, en la actividad
asociada Confluencia de la Cultura y de la
Naturaleza
209
210
211
212
213
214
Es de conocimiento público, que en 1500, cuando de la
llegada de los primeros portugueses, la población indígena
en Brasil era de por lo menos cinco millones de personas.
Datos oficiales del gobierno (Funai) al inicio de la década de
los 80 del último siglo, daban cuenta de 250.000 indios.
Datos más recientes de IBGE indican en torno de 700 mil
indios en Brasil, aunque Funai todavía esté trabajando con
datos de 350 mil indios. La reducción poblacional drástica
es resultado de siglos de una política colonial de limpieza
étnica. Pueblos indígenas enteros fueron literalmente
diezmados, física y culturalmente.
El segundo presupuesto básico para la elaboración de una
política cultural es llevar en cuenta la enorme diversidad
propia a las culturas indígenas, habida cuenta que se trata
de 220 pueblos, con cerca de 180 lenguas, con historias
distintas, insertadas en diferentes ecosistemas y en
contextos económicos y políticos regionales fuertemente
contrastantes, localizadas dentro de un país con dimensiones
continentales. Además de la importancia cualitativa de esa
diversidad cultural, en términos cuantitativos sus territorios
son aún más relevantes para las políticas públicas del país.
Los pueblos indígenas de Brasil detienen el 11% de todo el
territorio nacional. En Amazonas ese porcentaje sube para
el 21% de toda la región. Además de eso, la mayoría absoluta
de esas tierras está preservada, en muchos casos, las tierras
indígenas forman verdaderas islas de florestas rodeadas de
pastos, monoculturas de soja, arroz y otras formas de
destrucción de recursos naturales de valores incalculables
desde el punto de vista ambiental y económico.
El tercer presupuesto es la noción de identidad. No se trata
aquí de conceptuar, sino presentar cómo nosotros vemos,
consideramos y vivimos la cuestión de la identidad.
Entendemos que la identidad personal y de grupo es de
naturaleza multifacetada y cambiante. Se puede perder,
reconstruir y reinventar enfrentando otras identidades
igualmente complejas. La identidad tiene que ver con todo
lo que el grupo es o posee en términos de valores y
conocimientos, materiales y no materiales para sí mismo y
ante otras identidades o grupos sociales. Siendo así, muchas
identidades indígenas brasileñas actuales fueron construidas
a lo largo de 500 años, por tanto, resultantes de tensiones e
imposiciones del colonialismo y hoy empiezan a ganar el
derecho de definir ellos mismos sus estatutos como
indígenas o pueblos indígenas. El desarrollo de contenidos
y expresiones culturales y artísticas son canales para el
enriquecimiento de las identidades, no necesariamente o
exclusivamente sobre formas materiales de vida, sino por
medio de diversos símbolos y la memoria colectiva. En este
sentido la historia, el sentido de pertenecimiento, la identidad
personal o colectiva, la cultura, las relaciones interétnicas
deben ser llevadas en cuenta para la concepción, formulación
e implementación de las políticas de Estado.
La identidad cultural y el territorio son los principales pilares
de un pueblo indígena, pues juntos cargan toda imaginación
histórica por medio de mitos, rituales, identificando lugares
sagrados – referencias importantes de la identidad indígena.
La dicotomía entre desarrollo nacional y el respeto a las
culturas indígenas y a sus territorios es una discusión, sobre
todo, ética y política, y no puede ser exclusivamente
económica, aunque también involucre ese aspecto. La nueva
conciencia étnica de los pueblos indígenas puede ser un
factor facilitador de una relación con la memoria que propicia
también una nueva relación con la historia en la perspectiva
de un futuro capaz de superar las secuelas del pasado y
“(...) presupuesto básico para la elaboración de una política
cultural es llevar en cuenta la enorme diversidad propia a las
culturas indígenas (...)”
215
garantizar un futuro digno para todos. En lo que toca a los
indios es necesario darse a conocer y respetar con
dignidades, crear y desarrollar fuentes para el fortalecimiento
de la propia identidad cultural, producir conocimientos sobre
sí mismos, con recursos propios, de la academia y de las
políticas públicas. La garantía efectiva de la tierra, es, por
tanto, una condición para la garantía de protección, promoción
y fomento de la diversidad cultural de los pueblos indígenas.
La formación de docentes indígenas, por ejemplo, es
“En lo que toca a los indios es necesario darse a conocer y
respetar con dignidades, crear y desarrollar fuentes para el
fortalecimiento de la propia identidad cultural”
fundamental para colocar la escuela en sintonía con los
proyectos de vida de las comunidades y pueblos indígenas.
La escuela debe recontar la saga de la diversidad interna del
pueblo y de la comunidad, de modo a rescatar las
perspectivas y las visiones de mundo de los grupos diversos.
En este sentido, la cultura es creadora de nuevos parámetros
educacionales en el cultivo de la diversidad – fuentes de
auto reconocimiento y auto estima de los diferentes pueblos.
Protección y fomento de la diversidad
cultural y los debates internacionales – la
óptica de los pueblos indígenas, por
Gersem Luciano Baniwa.
216
¿Podrán los mercados y los gobiernos
respetar los derechos culturales?
¿Podremos fomentar nuevas estrategias
de inclusión económica desarrollando
industrias creativas limpias?
¿Será posible el compartir de
experiencias y conocimiento?
217
(...) Y yo diría que existen cuatro principios que me son
bastante claros. Yo ya quería colocar eso para que nosotros
empecemos a discutir a partir de ese punto. Creo que el
primero, es de la necesidad del Estado de fortalecer las
manifestaciones culturales indígenas. Es decir, significa que
esas culturas fueron dilapidadas, destruidas, afectadas,
reprimidas durante mucho tiempo y sufrieron un proceso
de silenciamiento, de pérdida de su potencia. Y la función
actual del estado es reverter eso y recuperar, dentro de la
dimensión de una deuda histórica que efectivamente existe,
esas manifestaciones en su plenitud. Intentar trabajar con
amplio respeto en relación con esas actividades. Creo que
ese es el primer punto.
Ahora reitero que también no puede ser alguna cosa pensada
de modo purista, idealista. La historia existe, ella construyó
también caminos para la liberación y para el fortalecimiento
de esas poblaciones. Entonces, creo que no hay que
reivindicar que los indios atesten ante los blancos su pureza.
Nosotros no tenemos que hacer eso. Tenemos que acatar
las manifestaciones indígenas como importantes y trabajar
a partir de ellas. Y no probar eso dentro de un modelo que
es necesariamente prejuicioso, producto de una historia de
colonización, de mucho equivoco incluso de las teorías
intelectuales también y científicas sobre esas poblaciones.
Creo que un segundo punto seria la cuestión de romper la
marginalidad cara a los bienes culturales. Creo que los
pueblos indígenas son, quizá, una de las partes de la
población brasileña que más sufre con la escasez de acceso
a los bienes culturales. Creo que eso va desde elementos
de los bienes culturales imaginados en el sentido de la gran
cultura, es decir, en esa cultura que se expresa en los teatros
municipales, orquestras sinfónicas, en la pintura hasta los
elementos de la cultura popular y hasta incluso a los de la
vida moderna, el acceso a la Internet, por ejemplo. Entonces
los indios también hacen parte de esa situación de
subalternidad, ellos viven dentro de la sociedad nacional el
hecho de que estén desproveídos de acceso a esos bienes,
de tener la posibilidad de pensar a partir de esos elementos.
El tercer elemento que dentro de una política cultural también
debería ser fundamental es la lucha contra el prejuicio. Creo
que el prejuicio no es apenas la cuestión también de la
diversidad. Él se manifiesta de formas muy variadas y creo
que una de las funciones del Estado es la de actuar
directamente en las varias fajas de la población intentando
acabar con eso y mostrar la cultura indígena en su plenitud,
en su belleza, en su pujanza y no realmente simplemente
suponer que los indios hacen parte de la deuda histórica
brasileña. Creo que ellos hacen parte de la deuda histórica
brasileña, pero los indios tienen la capacidad de encantar
las personas con sus manifestaciones culturales y deben,
en ese sentido, ser conocidos también por lo que ellos tienen
de mejor. Por sus sueños, sus prácticas, sus acciones más
concretas, entonces el Estado no tiene que presentar a los
indios como demandantes, reivindicantes de derechos. Una
población excluida que, en cierta medida, demanda
derechos. El Estado también necesita presentar a los indios
de su mejor forma.
João Pacheco, en el debate Raíces de la
Tradición (Presencia Indígena en el Fórum)
“Políticas de valorización de la cultura de los pueblos indígenas
deben estar naturalmente basadas en la concepción clara de la
naturaleza multiétnica y pluricultural del país.”
218
Políticas de valorización de la cultura de los pueblos indígenas
deben estar naturalmente basadas en la concepción clara
de la naturaleza multiétnica y pluricultural del país. Por tanto,
de irrestricto respeto a las diferencias culturales para que se
evite prácticas folclorizantes a la manipulación y a la
comercialización de las manifestaciones culturales de esos
pueblos. Para que esas políticas logren su función tendrán
que ser discutidas, formuladas e implementadas con la
amplia participación de liderazgos y de estancias
representativas de los pueblos indígenas.
Agnelo Xavante, en el debate Raíces de la
Tradición (Presencia Indígena en el Fórum)
Hay una serie de correlaciones entre agro biodiversidad y
diversidad cultural. Lo que puede ocurrir con el paisaje cuando
uno incluye los componentes de biodiversidad y diversidad
cultural. Los principales desafíos son la degradación ambiental
acelerada, erosión de la biodiversidad, erosión de la diversidad
cultural, la promoción del uso sostenible en escala nacional
es un gran desafío, promocionar el uso sostenible en tierras
indígenas es una gestión que tiene que ser compartida con
la FUNAI, tiene que estar en común acuerdo con los pueblos
indígenas es un desafío también, y promoción de la
repartición de los beneficios.
André Stella, en el debate Raíces de la
Tradición (Presencia Indígena en el Fórum)
(...) muchas veces se piensa en el desarrollo de una
comunidad, pero cuando se busca saber qué estás
pensando, estás contraponiendo la realidad de una
comunidad, hieres directamente la cultura porque los valores
que son pasados muchas veces, desde el punto de vista de
quien está pensando como el gobierno, estás
desestructurando una comunidad.
Creo que ese es el momento en el que uno puede estar
mostrando que no es una cosa imposible mantener un pueblo
a partir de sus conocimientos y de su tradición. Creo que es
posible sí, dependerá mucho de cada uno de nosotros,
respetando la región donde está, el proceso todo y construir
a partir de ahí. Nosotros estamos corriendo un riesgo muy
grande, la población indígena como un todo. Esa es mi
evaluación. Porque todos los programas que vienen de fuera
comprometen de alguna forma nuestra estructura social,
entonces tenemos que tener mucho cuidado en el sentido
de llevar la atención, el apoyo a una de esas comunidades.
Francisco Pianko, en el debate Raíces de
la Tradición (Presencia Indígena en el
Fórum)
“(...) no es una cosa imposible mantener un pueblo a partir de sus
conocimientos y de su tradición”
219