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CAPÍTULO 2
LA UNIVERSIDAD DE SONORA Y EL RECURSO DE LA ENERGÍA
ELÉCTRICA.
2. 1 Uso de la energía eléctrica en la Universidad de Sonora.
En el Estado de Sonora, han aumentado de manera constante los costos de la
energía eléctrica como en toda la República, evento que ha preocupado y despertado
interés en buscar alternativas de ahorro que tiendan a disminuir los impactos sociales,
políticos y sobre todo los económicos. Las tarifas en este último año, no han sido la
excepción.
Los precios aplicados a la Universidad de Sonora en la Unidad Regional Centro,
específicamente dentro de las instalaciones del campus, están catalogados por CFE en
una tarifa horaria por servicio general de media tensión, con una demanda de 100
kilowatts hora o más, denominada HM (Horaria Media tensión). No así los edificios que
se encuentran fuera del campus, como es el caso de estudio del edificio de la Maestría en
Administración, del Departamento de Administración, el cuál tiene una tarifa OM
(Ordinaria Media tensión), que se aplica a empresas que utilizan el servicio en media
tensión con una demanda menor a 100 kilo watts (ver anexo 1).
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El aumento continuo de costo de la energía eléctrica se muestra en el cuadro
2.1.1.y la figura 2.1.1, en donde se puede apreciar cómo ha aumentado el costo por el
kilo-watt hora de demanda facturada, en la tarifa HM, aplicada a la Universidad de
Sonora dentro del campus universitario durante el año 2004.
Cuadro 2.1.1 Resumen de cargos por demanda de energía eléctrica6
Tarifa horaria H-M 2003-2004
6 www.cfe.gob.mx/www2/ClientesCFE/tarifas.htm?seccion=otros&tarifa=%
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Figura 2.1.1 Incremento mensual por kilowatt hora de demanda facturada.
Se han observado que ciertos hábitos en el usuario universitario: autoridades,
alumnos, docentes, trabajadores administrativos y de servicios, como el mantener puertas
y ventanas abiertas, cuando el equipo de aire acondicionado está funcionando, o el de
tener lámparas encendidas, equipos eléctricos, de aire acondicionado, electrónicos, y
otros consumidores de energía, funcionando en horas que no son necesarios, obedecen a
una actitud generalizada. Se incrementa desde luego en época de extremo calor o frío
intenso, la tragedia es del tamaño del descuido, al tenerlos trabajando durante la noche y
gran parte del día, aún cuando no están ocupados dichos espacios.
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Se genera un alto consumo de energía, y como consecuencia de esta actitud
resultan costos de energía eléctrica y de operación muy elevados. Es de interés investigar
las razones de esa forma de actuar del usuario. Sin lugar a dudas en su hábitat familiar o
personal, se le restringe el uso de esta energía, encendiendo y apagando equipos,
luminarias, y aparatos, de acuerdo a las necesidades.
Iluminar, ambientar o mantener confortable los espacios cuando están en uso
conduce a una actitud diferente cuando no lo están. Si no lo hace personalmente,
recomienda a la familia mantener cerradas puertas y ventanas para el buen
funcionamiento del equipo de aire acondicionado o apagar luces o aparatos cuando no se
usan limitadamente. En ello va implícito el uso racional y cuidado de la energía eléctrica,
ya que si no se hace bien, se sabrá que habrá un costo excesivo, incluso a veces fuera de
su alcance.
La conducta observada en el usuario de las instalaciones de la Universidad de
Sonora, salvo contados casos y circunstancias, es en sentido contrario, impera el
descuido, la indolencia e incluso el cinismo, al no mantener una actitud prudente y
tendiente al cuidado de esta forma de energía. Sin preocupación para generar una cultura
del ahorro, el desperdicio en el consumo de energía eléctrica es el resultado y representa
como gasto, un alto porcentaje de lo que eroga la institución universitaria.
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Por otro lado, si bien es cierto que no se cuenta con los equipos de medición del
consumo eléctrico en cada uno de los edificios, razón por la cual no es posible precisar el
consumo de cada uno de ellos, es necesario contar con un inventario referente a la energía
eléctrica, tales como tipos y capacidades de cada lámpara, gabinetes, centros de carga; su
localización, su capacidad, entre otros, y señalarlos e indicarlos sobre planos actualizados
de las edificaciones.
Los niveles de iluminación requeridos en cada una de estas áreas, que deben de
ser diferentes por las actividades, y horarios diversos establecidos en la normatividad
eléctrica, no se tienen, el realizarlas permitirá elaborar un diagnóstico en cuanto al uso
racional de la energía eléctrica.
Ahora bien, en la Universidad de Sonora, generalmente cuando se construye, sea
que se amplíe un espacio o se realice una nueva edificación, en el diseño y ejecución de
las instalaciones eléctricas y de aire acondicionado, es común instalar luminarias con
luminarias incandescentes, gabinetes de mala calidad con lámparas fluorescentes,
balastros de tecnología obsoleta, y unidades de acondicionamiento ambiental de baja
eficiencia. Se trata de dar una explicación basada en una política encaminada a reducir
costos, sin considerar los altos gastos de operación que esto genera.
Es necesario hacer mención que en estos últimos años, se han seleccionado para
las nuevas ampliaciones y edificaciones dentro del campus universitario, equipos de aire
acondicionado de alta eficiencia. Sin embargo, en la presente administración como en
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cualquier otra, debe de considerarse, que para que éstos resulten efectivos, hay otros
aspectos que deberán ser evaluados.
Una simple ventana orientada erróneamente, será capaz de hacer trabajar el
equipo de aire acondicionado más eficiente, un mayor tiempo para mantener el recinto en
los límites de temperaturas de confort, y por consiguiente un mayor consumo de energía.
Construir proyectos eficientes, ahorradores de energía y llevar a cabo otras acciones
encaminadas hacia la generación de una cultura del ahorro, no sólo en el concepto de la
electricidad sino también en otros rubros, habrán de hacer sentir satisfechos a todos, ya
que la operación y la administración de todos los espacios que conforman la Universidad,
serán más confortables, y esto debe de verse como una oportunidad de desarrollo
institucional.
Con respecto a la administración de este recurso por parte de la Universidad de
Sonora, ésta no puede ser eficiente, desde el momento que ignora los consumos de cada
una de las Divisiones, Departamentos, y de otros espacios complementarios, no porque
no se desee, sino porque no existe la infraestructura para contar con esta información. De
no contar con la misma, resulta inoperante hacer recomendaciones de ahorro de energía
eléctrica. Menos si no se conocen sus consumos e historial.
Aparte de lo anterior, es importante mencionar que es necesario que la
administración, para que esté en facultades de tomar decisiones para el ahorro de energía
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eléctrica, debe de contar con la información de equipo, lámparas, motores, equipos de
aire acondicionado, es decir, de todo un inventario físico de los equipos y artefactos que
requieren de energía eléctrica para su funcionamiento, además, de conocer las
condiciones en que se encuentra cada uno de ellos y sus consumos.
Los materiales utilizados en la construcción o ampliación de los espacios físicos
así como las especificaciones constructivas de los inmuebles, deben de integrarse dentro
del concepto de la eficiencia energética tanto en la construcción misma como en su
operación, acción que hoy en día se ha ignorado por completo.
Es prioritario y necesario disponer de la información señalada anteriormente,
misma que servirá como plataforma para ejercer una administración eficiente del recurso
energético, y es al mismo tiempo fundamental saber qué y cuánto se ha de administrar.
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2.1.1 Problemática cultural del uso de la energía eléctrica.
El uso de la energía eléctrica en la Universidad de Sonora y en otros ámbitos,
aparte de las consideraciones físico – mecánicas y técnicas puede ubicarse bajo una
problemática cultural.
El ser humano por naturaleza se ha adaptado perfectamente a su medio ambiente a
través de los años, ha tomado del mismo, todo lo que él le brinda para satisfacer sus
necesidades. Sin embargo, mientras estas necesidades son satisfechas, surgen otras. A
éstas le siguen otras más, al grado que se puede deducir que mientras se tiene la
capacidad para obtener ciertos satisfactores, se buscan otros más y así sucesivamente,
incluso, a pesar del deterioro ambiental que esto puede ocasionar o está ocasionando.
Basta reflexionar que precisamente por la falta de servicios como la energía
eléctrica, el agua y otros que provienen del entorno, se están agotando. De ahí parte la
crisis que hoy en día se viene enfrentando. Ante ello, poco hacemos para remediarlo. Si
lo que se realiza, se cubre con pagar por cada uno de estos servicios para contar con ellos,
la sociedad, o el individuo siente que cumple y se cree con derecho a exigirlas
Si el costo está a nuestro alcance o no, será un problema que debemos de
enfrentar y lo hacemos, incluso trabajando dos turnos, o laborando más miembros de la
familia. Sin embargo, el pago por estos servicios nos hace responsables del cuidado,
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distribución y ahorro, propiciado por el buen o mal uso y manejo de la energía eléctrica.
Se exacerba el mal uso y manejo, si el espacio lo sentimos ajeno a nosotros.
En el ámbito familiar, se observa un comportamiento totalmente distinto. Se
tienen excepciones, pero la generalidad es, que en el trabajo, o realizando alguna otra
actividad, poco se hace por cuidar de estos recursos. En la Universidad de Sonora, se
observa un comportamiento diferente hacia el cuidado del entorno: hay descuido,
dispendio y una actitud irresponsable. En más de una ocasión los cuestionamientos se
quedan sin respuesta, a la par que resulta difícil entender frases como… “no está dentro
de mis funciones apagar lámparas o equipos de aire acondicionado”, o “…no es mi área,
por lo tanto no me corresponde apagar esas lámparas…”. Esas u otras frases parecidas se
escuchan continuamente.
Es cierto que para desempeñar eficientemente el trabajo requerido, debe de
contarse con un medio ambiente adecuado, y con condiciones para poder efectuar el
mismo. Sin embargo, deben de cuidarse estos recursos como parte fundamental del
trabajo de todos y de los demás. Las actitudes cotidianas tienen atrapados a todos en una
orgía por consumir energía. Las figuras 2.1.1. y 2.1.2 son muy elocuentes.
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Figura 2.1.1.1 Centro de las Artes, acceso a las Figura 2.1.1.2 Pasillo del edificio 5I, laboratorios oficinas administrativas, agosto del 2004. de Ingeniería Química y Metalurgia, agosto 2004.
En las imágenes puede observarse cómo aún teniendo luz del día, se tienen las
luminarias prendidas. Además, las puertas abiertas cuando ambos espacios son de sólo
tránsito, se tiene el equipo de aire acondicionado funcionando, sin estar ocupados éstos
por los usuarios.
Seria conveniente sumar esfuerzos en la búsqueda de un cambio de actitud,
involucrando a las autoridades, a los académicos, a los trabajadores, y sobre todo a los
estudiantes. Es recomendable trabajar en un marco de eficiencia operativa en el uso
racional de la energía eléctrica, ya que la actitud cultural mostrada actualmente hacia la
Universidad de Sonora, conduce a un consumo irracional. Los tiempos que se viven hoy,
exigen de todos un cambio de actitud individual y colectivo.
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2.1.2 Los materiales y sistemas constructivos utilizados en la
construcción.
La Arquitectura, a mediados del siglo pasado y lo que transcurre de éste, se ha
caracterizado por el uso exagerado de la tecnología. Esta tendencia se manifiesta hoy en
día en los sistemas constructivos, incluso en los materiales empleados, tales como
plásticos y sintéticos, incluso de tecnología aplicada en la fabricación de ladrillo, block,
muros prefabricados, poliuretanos, poliestirenos, concreto, a avanzado de forma
significativa en los últimos años.
Existe una dependencia total con respecto al control mecánico del ambiente
interior, con preferencia a un uso indiscriminado del clima y de otros procesos naturales o
artificiales, para satisfacer los requisitos mínimos de bienestar. Hoy es de darse cuenta
que se es prisionero de complicados sistemas mecánicos, hasta el punto de prohibirse
abrir ventanas y puertas, que deben permanecer cerradas para el correcto funcionamiento
de las instalaciones de aire acondicionado; aún más, se presta poca atención a la
diversidad y particularidad de los climas regionales, así como a los materiales de
construcción locales.
Actualmente la calefacción y el enfriamiento por medios naturales, aparecen con
nuevo interés; se tiende a simplificar la manera de vivir. En vez de ser creativos, para
complicarse menos y adecuarse al mismo, con un uso más racional de lo que nos rodea,
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se toma el camino de la tecnología actual…”la que todo lo puede…”, en boca ya de una
sociedad cada vez menos crítica y conciente de su medio.
Hoy, puede verse que un mismo sistema constructivo sirve indiscriminadamente
para un lugar y para cualquier construcción, sea que se refiera a lo nuevo o reciclado,
desde una modesta ampliación, hasta la conservación de edificios.
Los sistemas de climatización pasivos en los edificios son sencillos de concepto y
uso, necesitan pocos elementos, son parte de la propia edificación y su mantenimiento es
mínimo. Aunado a lo anterior, estos sistemas no producen contaminación, puesto que no
exigen la entrada de otras energías que produzcan residuos ni desperdicios, y como esta
energía se caracteriza por su difusión uniforme sobre la tierra, no es necesaria una costosa
red de distribución de la misma, puesto que la misma edificación o alguno de sus
componentes arquitectónicos, integran la instalación solar pasiva.
El aumento acelerado y creciente de las necesidades energéticas entre otras, ha
ocasionado el renovado y profundo interés sobre “nuevas fuentes productoras de energía
renovable”, aunque cabe hacer una aclaración, ya que estas fuentes de energía como la
del sol, viento, agua, calor, etcétera, no son desde luego nuevas. La energía solar ha sido
conocida y usada por la humanidad, aunque primitivamente, pero no menos eficiente,
desde épocas remotas.
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En el diseño arquitectónico, se da hoy una transformación, ocasionada por el
incremento demográfico de los centros urbanos, y esto propicia la construcción masiva de
edificios de todo tipo, entre otros; de servicios, de educación, así como de conjuntos
habitacionales para satisfacer la demanda de vivienda y de otros satisfactores que
demanda la sociedad.
La ejecución de dichos proyectos requiere de técnicas de construcción más
rápidas, así como de materiales que permitan la manufactura de estos espacios en
términos de programación y calendarización. Así a finales del siglo XIX y a principios
del siglo XX, empiezan a surgir cambios radicales en los conceptos espaciales y técnicas
constructivas, con la aparición de nuevos materiales, como el cemento, acero, vidrio y
plásticos entre otros, dando origen más tarde a grandes conjuntos habitacionales, con
extensas áreas de cristal, estructuras simples de concreto o acero de forma caprichosa,
que buscan la concepción plástica como resultado de la función.
El desarrollo efectivo de la calefacción, ventilación y acondicionamiento de aire
(HVAC, iniciales de las palabras Heating, Ventilation and Air Conditioning) se inicia
hace apenas cien años. Los sistemas de calefacción central se desarrollan en el siglo XIX,
y el acondicionamiento de aire mediante refrigeración mecánica ha progresado sólo
durante los últimos cincuenta años (Pita E, 1998).
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Aparece la climatización artificial de los espacios y se olvidan todas las
consideraciones que deben de tenerse para la climatización natural.
La industria de materiales sofisticados aparece produciendo variedades con altos
índices de resistencia, duración y belleza, que obviamente mejoran en mucho los
procedimientos constructivos, logrando con esto reducir los tiempos y costos de
construcción, sin tener en cuenta los costos de operación. El confort natural se olvida en
función de la aparición de medios mecánicos que lo suplen.
Es evidente que si pretendemos sobrevivir no podemos mantener los sistemas
constructivos regionales. El retorno a un estado primitivo no es nada sugestivo; de tal
manera que es nuestra obligación como responsables del diseño del entorno urbano,
trabajar en el desarrollo de nuevos modelos basados en el concepto de ahorro de energía,
con responsabilidad y dentro de un código ético, para ocuparnos de nuestra sociedad y de
sus recursos energéticos.
La zona noroeste de la República Mexicana, se caracteriza por tener un clima
semidesértico en gran parte de esta región. Con temperaturas superiores a los cuarenta y
ocho grados centígrados en el período de verano; en el invierno se tienen temperaturas de
tres grados centígrados o menos. Por otro lado, la humedad relativa en verano tiene un
porcentaje promedio de alrededor del veinticinco por ciento y en invierno es superior al
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sesenta por ciento. El lapso en el cual se desarrolla la estación veraniega inicia en el mes
de mayo y concluye en el mes de septiembre u octubre (Mercado López, 2002).
Es importante mencionar que dentro de esta área se localizan un gran número de
microclimas. Sin embargo la finalidad de esta investigación está enfocada a la región
centro de esta zona, caracterizada por tener un clima extremoso.
Los materiales utilizados en las construcciones a nivel nacional hoy en día, se
limitan al ladrillo en todas sus variedades, al bloc, vidrio y a la utilización de paneles de
poliestireno armados; estos últimos se introducen en el mercado por sus propiedades
físicas y por ser uno de los materiales que ofrecen una alta resistencia y retardan la
velocidad de flujo de calor entre los espacios expuestos a un diferencial de temperatura.
Sin embargo, se debe mencionar que esa es una idea errónea, ya que el armado de estos
paneles son puentes térmicos, eliminando así las propiedades del poliestireno como
material aislante. Los materiales mencionados anteriormente son utilizados generalmente
en muros.
El concreto armado y acero, entre otros, se utilizan en la fabricación de entrepisos
y cubiertas. Así observamos prácticamente un sistema constructivo en todo el país con
sus mínimas variantes. Por ejemplo, la utilización del bloc en muros, y losas tanto de
entrepiso como en azoteas de vigueta y bovedilla, o el ladrillo con sus diferentes
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variables en muros y la utilización del concreto armado en losas. Podemos observar así
casi el mismo sistema constructivo a todo lo largo y ancho de la República Mexicana.
Sonora no es la excepción en cuanto el uso de los sistemas constructivos
utilizados en las edificaciones. Cabe mencionar que la construcción se ha estereotipado
por toda la zona noroeste, adoptando los sistemas que han prevalecido en toda la Nación,
y poco hemos hecho por cambiar tales métodos. Lo anterior prevalece por la cultura y
tradición en el uso de estos materiales, sobre todo cuando edificamos nuestros propios
espacios. Son construidos para vivir toda una vida; son espacios que no son transitorios,
son parte del mismo usuario, y como tal, los ampliamos cotidianamente, de acuerdo a
cubrir las necesidades, y no importa si se tiene un conocimiento mínimo o nada de
construcción, ni del clima. Más aún se desconoce el comportamiento mecánico o físico
de los materiales.
Los maestros de obra, o los albañiles, toman la decisión de seleccionar los
materiales que se emplearán en la construcción. Sólo unos cuantos usuarios solicitan los
servicios de un ingeniero o arquitecto. Sin temor a equivocarse, más de uno de estos
profesionales, ha cometido errores constructivos que hacen inhabitables los espacios
construidos: sin luz natural, sin una ventilación adecuada y mal orientados entre otras
cosas. Como resultado se tienen altos consumos de energía para mantenerlos dentro de
los límites de confort. El usuario tiene que hacer un fuerte gasto por el consumo de
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energía eléctrica, al no mejorar el proyecto teniendo en cuenta los imperativos y
determinantes que el medio demanda.
Así, el uso racional de la energía eléctrica constituye una fuente sustancial de
ahorro, pero tiene una fuerte vinculación con una tecnología determinada, con un proceso
particular de cambio estructural y con la misma administración. En otras palabras es
proporcionar más con menos, utilizando la inteligencia y el conocimiento.
Por otro lado el 21 de septiembre del año 2001 el Fideicomiso para el ahorro de
Energía Eléctrica (FIDE) y la Comisión Nacional para el Ahorro de la Energía Eléctrica,
(CONAE) firman un convenio de colaboración para realizar acciones específicas que
conlleven en una primera etapa, a la implantación, difusión y aplicación de la norma
oficial mexicana NOM-008-ENER-20017.
La eficiencia del uso de la energía eléctrica debe de ser una actividad inseparable
de la productividad, de la calidad de servicio y de proporcionar espacios confortables
donde se desarrollen las actividades propias de la universidad.
Lo señalado anteriormente se considera de importancia, sin embargo, se continúa
construyendo o ampliando dentro del campus universitario, y muchos de los responsables
7 NOM-008-ENER-2001 Norma de Eficiencia Energética en Edificaciones Envolventes de Edificios No Residenciales.
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del diseño y construcción de estas edificaciones, ni siquiera tienen el conocimiento de la
existencia de esta norma, y si la tienen no la aplican.
La Universidad de Sonora, continúa con la tradición constructiva. Como
organismo público, requiere crecer de acuerdo a la demanda social. Siendo la institución
de educación superior en el estado, que recibe el mayor número de estudiantes que
aspiran a obtener un grado de licenciatura o postgrado, es incluyente y comprometida con
la sociedad; no está ajena a la utilización de los materiales y sistemas constructivos que
se utilizan hoy en día, incluso dentro del campus de la Unidad Regional Centro, existen
construcciones proyectadas y construidas por el desaparecido Comité Administrador del
Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE), con especificaciones y
proyectos ejecutados por este organismo desde el centro de la Republica, mismos que
enviaban para ejecutar dicha obra, bajo su propia normatividad. Proyectos que en ningún
momento contemplaban las condiciones del entorno que vive esta zona geográfica, ni el
costo de operación para su buen funcionamiento, lo que significaría otorgar un servicio
cómodo, confortable y eficiente para la educación en este clima y en este medio.
Hoy podemos constatar cómo la construcción de espacios dentro del campus de la
Unidad Centro, se ha desarrollado de forma creciente. Este aumento en el número de
inmuebles conlleva a la universidad a enfrentar una serie de enigmas entre los cuales, se
encuentra la administración y operación eficiente, no sólo de los nuevos edificios sino
también de las edificaciones existentes, los que juntos conforman el espacio urbano
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universitario. Uno de los principales problemas que se detectan, junto a los antes
mencionados, lo constituye el uso irracional de la energía eléctrica, ideado y realizado
para servir a las instalaciones de esta institución.
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2.1.3 Administración global de la energía eléctrica en la Unidad
Regional Centro.
La Unidad Regional Centro de la Universidad de Sonora, se ubica en el centro
urbano de la ciudad de Hermosillo, capital del Estado de Sonora. Espacio que está
delimitado por las calles Rosales, Luis Donaldo Colosio y Reforma, además de los
bulevares Transversal y Navarrete. Actualmente constituido por setenta y siete edificios,
todos ubicados dentro del campus universitario, que definen y dan vida a la Unidad
Regional Centro. En él, se distribuyen aulas, talleres, laboratorios, servicios y oficinas
administrativas, junto a las instalaciones deportivas, espacios verdes y abiertos (Dirección
de Conservación y Mantenimiento, 2004).
La energía eléctrica proporcionada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE)
es a través de dos acometidas, las cuales distribuyen el servicio eléctrico a los espacios
según sus necesidades.
La primera, una red de alta tensión que se interna a las instalaciones desde una
acometida conectada a la línea de alta tensión de CFE, por la calle Luis Donaldo Colosio.
Esta primera estructura en donde se recibe la energía eléctrica cuenta con un equipo de
medición en alta tensión, el cual registra el consumo general de más de los cincuenta
equipos de transformación, que se distribuyen dentro del campus universitario.
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La segunda acometida, es a través de una línea eléctrica de alta tensión que se
localiza por el Boulevard Luis Encinas a la altura del edificio 11B, ocupado por la
imprenta universitaria.
En los últimos cinco años, la Unidad Regional Centro ha transformado sus
espacios e instalaciones, aproximadamente en un cuarenta por ciento. Ello ha generado
un aumento considerable en la cantidad de subestaciones eléctricas, y no ha presentado
fallas de suministro de consideración, gracias al grupo de profesionales, técnicos y
trabajadores de la Dirección de Conservación y Mantenimiento, que constantemente
están al pendiente de las instalaciones de la Universidad, o gracias a que los equipos
estaban sobre diseñados. Sin embargo, un gran porcentaje de las edificaciones no cuentan
con la manera de medir separadamente el consumo de energía. De muchos de los
departamentos no se tienen datos particulares de sus consumos. Igualmente otros
edificios o conjuntos del campus.
En los inmuebles que se localizan fuera del campus, como es el caso del Centro
de Desarrollo Infantil (CDI), Medicina, edificio de postgrado, Maestría en
Administración, Departamento de Lenguas Extranjeras y el propio campo experimental,
se cuenta con el equipo de medición. Para realizar esta investigación, se seleccionó el
edificio que ocupa la Maestría en Administración.
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A pesar del esfuerzo que realiza la institución para administrar sus recursos dentro
del campus, no existe propiamente una administración de la energía eléctrica, como ya se
señaló anteriormente. La institución se limita a liquidar el recibo que la Comisión Federal
de Electricidad le hace llegar. Se concreta a llevar un registro del gasto, demanda y costos
si bien son elementos de administración no llegan a cubrir el total de la misma. La
planeación y el crecimiento de la Universidad de Sonora exigen efectuarse bajo un marco
de operación eficiente y de calidad, de otra manera se reduce a ser un organismo ejecutor
de la acción de mantener, reparar y pagar, estando ausente el acto administrativo.
Si fuese posible que dentro de la planeación participara personal de la Dirección
de Conservación y Mantenimiento con propuestas fundamentadas sobre el ahorro en los
servicios, y en especial del energético que nos ocupa, el conocimiento de la problemática
del consumo y gasto de estos servicios entre los cuales se encuentra la energía eléctrica,
permitiría tener una opinión sobre cómo la Administración Central pudiera obtener
ahorros significativos en función de recorrer unos días la salida de vacaciones, y regresar
a la institución esos mismos días antes, o el de cuidar el consumo en las horas pico, que
son por las que más recursos económicos se eroga.
Es imprescindible que la Universidad de Sonora tome la decisión de llevar a cabo
una administración y operación de los recursos de forma inmediata. De continuar como
hasta ahora se ha hecho, a pesar de los esfuerzos que se realizan, no convencerá a la
comunidad universitaria que se ha tomado el camino hacia el cambio en el uso y ahorro
59
de energía, lógico, racional y económico que permita a la Universidad atender otras
prioridades.
60
2.1.4. Demanda y costos de energía en la Unidad Regional Centro de la
Universidad de Sonora.
Las figuras 2.1.4.1, 2.1.4.2 y 2.1.4.3, muestran el consumo, la demanda, el factor
de potencia, el importe, el costo promedio y otros datos del consumo mensual de energía
eléctrica, dentro del Campus Universitario; mensualmente y por año. Es importante
mencionar que no se cuentan con algunos datos, sin una razón aparente (ver anexo 2).
En la figura 2.1.4.1 puede observarse cómo el gasto se mantiene constante
mientras se tienen temperaturas dentro del rango de confort, no así cuando es necesaria la
utilización de los equipos de aire acondicionado.
Figura no. 2.1.4.1 Comportamiento mensual del costo de la energía eléctrica en la
Unidad Regional Centro, 2000 - 2004
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Los costos de la energía eléctrica dentro del campus universitario en los últimos
cinco años, muestran un crecimiento constante. CFE ha mantenido un aumento del
energético de forma continua, debido a la alza del combustoleo y a una política nacional.
En la figura 2.1.4.2, se mantiene la demanda de forma constante. Cabe
hacer la aclaración que esta demanda se refiere únicamente a los edificios que se
encuentran dentro del campus universitario. En la misma se puede observar cómo crece
dicha demanda en los meses en los cuales es necesario climatizar las edificaciones
universitarias.
Figura no. 2.1.4.2, Demanda mensual kilowatt h de energía eléctrica en la
Unidad Regional Centro. 2000 - 2004
62
El consumo de energía eléctrica dentro del Campus universitario, está en relación
al costo. En la gráfica 2.1.4.3 se puede apreciar cómo a partir del mes de mayo se
empieza a tener un mayor consumo, restableciéndose en los meses de noviembre y
diciembre, cuando las temperaturas están dentro de los límites de la zona de confort.
Figura no. 2.1.4.3 Consumo en kilowatt h mensual en la Unidad Regional Centro,
2000 - 20048.
8 Los datos e información para obtener las gráficas fueron proporcionados por la Dirección de Conservación y Mantenimiento, 2004
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2.1.5 Sondeo de percepción y entrevistas dirigidas sobre el uso de la
energía eléctrica aplicadas a la población de la Universidad de
Sonora.
Objetivo del sondeo y de las entrevistas.
Es importante determinar si los usuarios universitarios tienen conocimiento sobre
la existencia de un programa institucional, relacionado con la administración de la
energía eléctrica dentro del Campus universitario. Igualmente, definir la percepción si
realmente le interesa integrarse a un programa similar y lo que piensa sobre la necesidad
de cuidar este recurso.
El sondeo aplicado a una muestra poblacional permitió detectar qué tan
importante o no, y qué tan necesaria es la puesta en marcha de una propuesta como la
que se presenta en este trabajo de investigación.
El sondeo, se realizó con la finalidad única de conocer si los usuarios
universitarios eran sensibles y conocen el entorno en donde se preparan o trabajan
académicamente (ver anexo 3).
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Resultados del sondeo
Con respecto a los alumnos que utilizan las instalaciones del Campus
universitario se presentan las siguientes figuras las cuales se refieren a la Universidad de
Sonora.
En la figura 2.1.5.1, el 91 por ciento de los que participaron en el sondeo,
mencionan que no conocen el monto que paga la administración por el consumo de
energía eléctrica. Mientras que en la figura 2.1.5.2, el 72 por ciento, consideran que el
mal uso de la energía eléctrica es un problema para la Universidad de Sonora. El 57 por
ciento, considera importante conocer los montos que eroga la universidad para participar
en un programa de ahorro de energía eléctrica.
Figura 2.1.5.1. Conocimiento del usuario del Figura 2.1.5.2. El mal uso de la energía gasto por consumo de energía eléctrica. eléctrica es considerado un problema.
El 77 por ciento de los alumnos, considera importante que en sus escuelas se
instalen los equipos de medición, acción que permitiría tener el conocimiento de los
consumos de energía eléctrica particulares, tal como lo muestra la figura. 2.1.5.3.
65
En lo que respecta a la eficiencia del servicio que se otorga por la institución,
tanto para la iluminación, como para la climatización, el 49 por ciento de los participantes
coincide que éste es bueno; el mismo porcentaje indica que este servicio es regular, y el 2
por ciento restante considera que este servicio es deficiente. Así lo muestra la figura
2.1.5.4
Figura 2.1.5.3. Considera importante que la Figura 2.1.5.4. Como es considerado el uso escuela cuente con un sistema de medición de la energía eléctrica en las aulas.
Los alumnos señalan en un porcentaje muy similar al de los maestros, y en menor
escala los trabajadores administrativos, que en conjunto, son los responsables del uso de
esta energía tal y como se muestra en la figura 2.1.5.5. Es importante señalar, que en el
sondeo practicado, los alumnos indicaron igual responsabilidad en el mal uso de la
energía eléctrica dentro del campus.
La utilización de las aulas por los alumnos, es ocupada para la cátedra. Sin
embargo, es común utilizarlas para otras actividades que en más de los casos son
inherentes a la academia. Un 64 por ciento de los alumnos utilizan las aulas para hacer
tareas; el 22, las utilizan para hacer juntas de trabajo y, un 11 por ciento para realizar
66
trabajos en equipo, como puede observarse en la figura 2.1.5.6. Su uso, implica la
utilización de energía eléctrica en tales espacios.
Figura 2.1.5.5 A quien se considera responsable Figura 2.1.5.6 Uso de las aulas en horario del uso y manejo de la energía eléctrica. fuera de clase utilizando el servicio eléctrico.
El 64 por ciento de los alumnos, que participaron en el sondeo de opinión, figura
2.1.5.7, con respecto a su colaboración en un grupo de trabajo, apoyado
institucionalmente, expresa, “no tengo tiempo”…, incluso de ésta se derivan los
comentarios siguientes: “la mayor parte del tiempo los alumnos lo dedican a su
preparación académica, así como a las tareas e investigaciones, actividades solicitados
por sus maestros, luego entonces, la falta de tiempo no les permitiría participar en un
programa como el propuesto en este documento”. El 36 por ciento restante opinó que sí
les gustaría participar, que tienen pleno conocimiento que este alto consumo de energía
eléctrica representa un fuerte gasto a la institución y que mediante la aplicación de un
programa de ahorro, los recursos por este concepto, podrían ser utilizados en mejoras
hacia el propio Departamento. Porcentaje que idealmente permite pensar en un cambio de
cultura hacia el ahorro de energía eléctrica.
67
El 65 por ciento de los usuarios del campus universitario consideran que dentro de
la Universidad de Sonora, existen los recursos humanos, científicos y tecnológicos, para
diseñar e implementar las políticas de ahorro de energía eléctrica, enfocados hacia la
eficiencia en el uso de este energético como puede observarse en la figura. 2.1.5.8.
Figura 2.1.5.7 Usuarios que participarían en un Figura 2.1.5.8 La universidad cuenta con los recursos grupo de trabajo para desarrollar programas de humanos, tecnológicos y científicos para ahorro de energía. instrumentar un programa de ahorro de energía.
Referente a la pregunta que versa sobre su participación de acuerdo a la disciplina
de estudio, las opiniones fueron diversas: desde la participación activa en comunicación
aportando y comprometiéndose a difundir el programa de ahorro de energía eléctrica a la
comunidad universitaria, hasta la de recomendar a los estudiantes apagar luces y equipo
al desocupar el aula.
Es evidente que se recibieron los comentarios del diseño bioclimático, así como la
necesidad de aplicar un material aislante en las edificaciones, o lo mencionado por los
alumnos de ingeniería industrial, en donde comentan que en su escuela existen sensores
68
que apagan las lámparas cuando las aulas no están en uso (sensores de presencia),
desconociéndose el resto del ámbito universitario.
Los resultados del sondeo aplicado a los trabajadores de la Universidad de
Sonora, merecen analizarse y reflexionarse. Es necesario iniciar estrategias y acciones
que incentiven los recursos humanos, bajo el enfoque de ofrecer un servicio eficiente.
El 87.8 por ciento de los entrevistados desconocen lo que consume y cuesta a la
Universidad, por el concepto de energía eléctrica. Porcentaje similar 86.7 por ciento
considera que este gasto es un problema para la institución, tal como se muestra en la
figura 2.1.5.9.
Figura 2.1.5.9 Conocimiento sobre el Figura 2.1.5.10 El mal uso de la energía de la energía costo de la eléctrica. es considerado un problema para la institución
Del total del personal, el 43 por ciento considera que para participar en un
programa de ahorro de energía eléctrica, es importante conocer los montos que se pagan
por este concepto; sin embargo, el 57 por ciento no lo considera necesario, ver figura
2.1.5.11. En este cuestionamiento se les solicitó su opinión del porqué consideraban
69
importante o no, el tener el conocimiento de este gasto o consumo. Las respuestas fueron,
por un lado, el que la mayoría de los participantes opina que es necesario generar una
conciencia de responsabilidad en el buen uso de la energía eléctrica, mientras que otros
piensan que el conocer estos montos justificaría el aumento, tanto en cuotas como en
otros servicios que se ofrecen. Las opiniones relevantes fueron, las de participar en los
programas de ahorro, independientemente del costo del mismo, así como la necesidad de
conocer este costo para hacer un buen uso de la energía eléctrica.
Figura 2.1.5.11. Considera importante conocer lo que la UNISON paga por este rubro para participar en un programa de ahorro de energía eléctrica.
El 57 por ciento de los trabajadores universitarios, consideran que el consumo de
la energía eléctrica, utilizado en iluminación y en el equipo de aire acondicionado,
necesario para conservar un ambiente de confort, dentro de los espacios universitarios, es
bueno. El 32 por ciento considera que este servicio es regular y un 11 por ciento lo
consideran deficiente. Ver figura 2.1.5.12.
70
Figura 2.1.5.12. Como son consideradas las instalaciones en cuanto al uso de la electricidad.
Del 100 por ciento de los participantes en el sondeo, el 40 por ciento de los
trabajadores universitarios, se consideran responsables de apagar lámparas y equipos de
aire acondicionado, el 25 por ciento opina que deben de ser los involucrados en esta
acción y el 23 por ciento es de los alumnos. Algunos trabajadores fueron muy puntuales y
señalaron que todos debemos ser responsables del uso de este energético; el 12 por
ciento, aceptó que la responsabilidad del uso de las instalaciones eléctricas es de ellos ver
figura 2.1.5.13.
Figura 2.1.5.13 A quien se considera responsable del uso de la energía eléctrica.
71
Una de las preguntas, hacía referencia a si ellos consideraban la necesidad
de crear una nueva plaza, para ser ocupada con el propósito del cuidado de la energía
eléctrica. El 64 por ciento respondió que no se requiere la contratación de personal; el 36
por ciento considera que sí es necesario.
Por otro lado, se les solicitó si había la disposición de su parte para participar en
un programa de ahorro de energía eléctrica, los resultados son sorprendentes: el 57 por
ciento de los encuestados tuvo una respuesta negativa, argumentando la mayoría de ellos
que ¡no tienen tiempo!.
El 43 por ciento mencionó aparte, que es necesario participar en algún programa
para generar una conciencia hacia el ahorro de la energía eléctrica, y la mayoría coincidió
en la aplicación de los recursos generados por el ahorro, al apoyo de los programas
académicos de los Departamentos o de las Divisiones o dependencias administrativas.
Gráfica 2.1.5.14. Participación en un grupo de trabajo para el ahorro de energía eléctrica.
72
Para conocer la opinión de los trabajadores universitarios, sobre si esta institución
cuenta con los recursos humanos, científicos y tecnológicos para instrumentar y diseñar
las políticas de ahorro de energía eléctrica, las respuestas reflejan que el 64 por ciento
considera que la Universidad de Sonora cuenta con éstos; el 36 por ciento no piensa
igual.
Para finalizar el sondeo de percepción, se les preguntó sobre cómo podrían
participar desde sus oficios en un programa institucional sobre el ahorro de energía
eléctrica. Las respuestas versaron sobre los siguientes rubros que van desde la puesta en
marcha o fomento al programa, hasta la mención de cambiar todas las ventanas por unas
de doble vidrio, sin faltar los comentarios sobre la necesidad de aplicar materiales
aislantes en las aulas.
Relativo a la participación solicitada a los académicos, sus respuestas varían
mucho. Se encuentra que la mayoría de los maestros, no mostraron interés argumentando
falta de tiempo, señalaron que no era su trabajo.
Lo anterior manifiesta, (y se actúa en consecuencia) que las pocas respuestas no
constituyen un soporte que nos permita la emisión ni de resultados ni de análisis y menos
sirva de plataforma para de ahí derivar conclusiones que sirvan al proyecto presente.
73
Entrevistas dirigidas
Aunado al sondeo de percepción, se llevaron a cabo entrevistas dirigidas con los
usuarios universitarios, con la finalidad de obtener información y analizar ésta. Se
entrevistó a maestros, alumnos, personal administrativo, y trabajadores tanto en el
campus, como en las instalaciones de la Maestría en Administración.
En la entrevista a académicos, se fue muy puntual con las preguntas, enfocadas al
interés de conocer los consumos y costos de la energía eléctrica.
En términos generales, opinaron que sería muy interesante conocer estos montos,
porque hoy en día se habla mucho sobre la transparencia administrativa. Como usuarios
de las instalaciones consideran importante conocer los montos de cuánto se gasta. Cierto
es que no pagan por este rubro, sin embargo, el conocimiento de esta información,
permitiría hacer un mejor uso de la energía eléctrica.
Otra de las preguntas estuvo dirigida a conocer su opinión, sobre la necesidad de
desarrollar y poner en marcha algún programa de ahorro de energía eléctrica dentro de la
institución, y si les gustaría participar en éste. Los entrevistados indicaron que muchos de
los programas que se han puesto en marcha no tienen éxito por la falta de claridad y
objetivos cuantitativos. Que era necesario realizar un programa basado en resultados.
La mayoría de los maestros opinaron que es imprescindible planear y diseñar las
acciones del programa, hacia la mejora del entorno del área de trabajo. Opinan que se ha
realizado en estos últimos años construcciones de espacios dentro del campus, sin
74
embargo existe un déficit de cubículos y otros espacios en donde los maestros puedan
prepararse para cumplir con su tarea. Si el programa propuesto ahorra recursos y éstos se
destinan a la edificación de los mismos, sería una de las formas de comprometer a los
académicos en su participación.
Entre los estudiantes, un gran porcentaje, es ajeno a este problema. Poco importa
si se paga, cuánto y quién haga el pago. Dicho por algunos de ellos, “se concretan a
asistir a sus clases de forma regular”, y “a realizar las tareas encomendadas por sus
maestros”, muy pocos leen el reglamento o la información que se publica en los medios
utilizados en sus escuelas o en los sitios que se destinan dentro de la universidad para dar
a conocer algún evento que esta institución promociona.
En relación a su participación en un programa sobre el ahorro de la energía
eléctrica, la mayoría opinó que no participarían ya que es mucho el tiempo que le dedican
a realizar actividades inherentes a su formación; las tareas que sus maestros les asignan
diariamente requieren gran parte de su tiempo. Sin embargo, se tiene conciencia de que la
participación estudiantil es importante y necesaria para cambiar la actitud y, aunque no
fue la mayoría, existe disposición a participar en un proyecto de esta naturaleza.
Con respecto a los trabajadores, se entrevistó a diferente personal dentro de una
gama de puestos existentes en la Universidad. Los cuestionamientos se realizaron en
función de conocer la forma de actuar de éstos con respecto al uso de la energía eléctrica
en su ámbito de trabajo. La gran diversidad cultural que existe dentro de este contexto,
dio un resultado que debe preocupar. Existe el trabajador que se presenta a cumplir con
75
sus labores (así lo manifestaron en la entrevista, aunque no cumplen con esta función,
dicho lo anterior por sus propios compañeros), y que sí se preocupa por este problema, en
el momento de la entrevista, se observó que las lámparas de los pasillos estaban aún
encendidas. Al preguntársele porqué no las apagaba, su respuesta fue “que esa no era su
función”. Aún así señalan que están dispuestos a participar en un programa sobre el
ahorro de energía eléctrica.
Algunas secretarias manifestaron que, entre ellas existe la necesidad de auxiliarse
del aire acondicionado pues desde marzo tienen calor y recurren a utilizar el equipo, ya
que no pueden trabajar así, además que la institución debe de proveer las condiciones
óptimas para realizar su trabajo. Entre ellas algunas indican que su constitución física les
demanda el uso del sistema de aire acondicionado para generar las condiciones de
confort.
Trabajadores sensibles a esta problemática, son los que laboran en la Dirección
de Conservación y Mantenimiento. Ellos directamente programan los gastos que debe de
erogar la institución y realizan los trámites correspondientes para su pago. Se les hacen
llegar los recibos de energía eléctrica, y de una u otra forma, al recibir esta información,
se enteran de los altos consumos que existen dentro de cada una de las instalaciones que
conforman la Unidad Regional Centro de la Universidad de Sonora. Por supuesto, aunque
a ellos no les cuesta les preocupa que se paguen cifras estratosféricas, sobre todo teniendo
el conocimiento que no se está consumiendo este energético de forma eficiente.
76
Manifestaron su preocupación pero se encuentran impedidos de actuar, por la gran carga
de trabajo cotidiano.
Haber realizado estas entrevistas, permitió reafirmar lo expuesto en este trabajo de
investigación, sin embargo, se percibió que los usuarios universitarios, no están ajenos a
la problemática del despilfarro energético. Sólo esperan que las autoridades les digan
cómo y cuándo hacer o llevar a cabo alguna acción o programa de mejoramiento. Una
mayoría coincidió que se deben dar a conocer los resultados de lo que esta sucediendo, de
está forma se estará en condiciones de colaborar y ser parte de estas acciones, mismas
que servirán de estímulo para iniciar y continuar en una administración eficiente de este
recurso.
Análisis del sondeo de percepción.
Se obtuvieron datos relevantes del sondeo de percepción sobre el uso de la
energía eléctrica en la Universidad de Sonora. Participaron como usuarios de los
espacios educativos: trabajadores y alumnos de licenciatura y de postgrado. La escasa
participación de los trabajadores, docentes, no permite la inferencia de datos. De los
restantes sí se pueden hacer deducciones útiles para el propósito de este estudio.
Se consideró de importancia conocer si el usuario universitario está consciente del
uso de la energía eléctrica y sus consecuencias. Primero se detecto que es perceptivo y
con conciencia de lo que implican los consumos y gastos que realiza la institución por el
consumo energético. Lo considera de antemano un problema, aún sin conocer los montos
77
que la Universidad de Sonora eroga por este rubro. Segundo, al analizar los resultados, se
observó que lo que piensa el trabajador y el alumno, no corresponde a su actuación con
respecto a la problemática del buen o mal uso de este energético. La cultura de “usos y
costumbres” está muy arraigada en los universitarios.
Un alto porcentaje coincidió en la necesidad de la instalación de los equipos de
medición, acción que les permitiría conocer los montos, así como los consumos que de
forma particular se darían en cada uno de los espacios medidos.
Sin embargo, y ligada a la información recabada anteriormente, sobre la
disposición de participar en un grupo apoyado institucionalmente, se encontró un
rotundo no, justificado presuntamente por la falta de tiempo, un porcentaje del 43 por
ciento está dispuesto a participar en un programa que beneficiaría a la institución. En los
alumnos es comprensible, más no así en los trabajadores.
Con respecto a la eficiencia de los espacios en cuanto a las instalaciones de
iluminación y de confort, los encuestados indicaron que es buena. En ambos casos el
porcentaje fue del 49 por ciento por lo que respecta a los alumnos y 57 por ciento a los
trabajadores. Desconocen el costo que implica para la institución en generar condiciones
de comodidad para el estudio y el trabajo.
Tanto los alumnos como los trabajadores, muestran disposición en la
participación. Consideran importante un programa de ahorro de energía eléctrica, sin
78
embargo, un alto porcentaje se excusó argumentando falta de tiempo para poder sumarse
al proyecto.
Conocidos y analizados los resultados, se toman como base y punto de partida
para realizar la propuesta, enfocada hacia el cambio de cultura, la que deberá referirse
al cuidado de los recursos universitarios. Los alumnos y los trabajadores deberán ser
motivados e informados por los medios de comunicación para que se involucren de
manera constante y consistente. El que le llegue el mensaje de forma efectiva y afectiva
resulta fundamental para su permanencia y creación de buenos hábitos.
Análisis y propuestas de las entrevistas dirigidas.
Como se ha mencionado anteriormente, los participantes seleccionados, nos
proporcionan un sinnúmero de opiniones derivadas de las entrevistas aplicadas sobre el
tema de la energía eléctrica y su uso.
Al inicio, se percibió una falta de interés, sobre todo en los académicos, no así
con los trabajadores incluyendo los administrativos y al igual los alumnos. Los pocos
académicos que concedieron la entrevista, opinaron que sería interesante conocer lo que
la institución eroga por el concepto de energía eléctrica, sobre todo en estos tiempos en
los cuales se habla de transparencia administrativa.
Con relación a la participación en un programa de ahorro de energía eléctrica
cuestionaron la falta de objetivos y metas de los programas. Señalan que propuestas en
79
este sentido no han funcionado en su operación. Consideran de relevancia para que un
programa basado en la comunicación dé resultados. Ello, siempre y cuando sean claras
las metas y que las mismas estén perfectamente delineadas y planeadas, sin olvidar la
asignación de recursos, fórmula única para sumarse a un programa de esta índole.
Entre el alumnado, un gran porcentaje es ajeno al problema. La falta de
sensibilidad para poder valorar económica y socialmente los servicios que requieren y
que la Universidad les brinda dentro de los espacios destinados a usos diferentes, es
alarmante. No alcanzan a ver lo que sucede en su entorno; poco importa si existe un
problema o no. Sin embargo, alcanzan a detectar, que sí existe un problema por el uso
descuidado de este energético.
Si bien es cierto que el alumno en general se presenta a la institución a recibir su
formación profesional, motivo por el cuál no dispone del tiempo suficiente para participar
en un programa como el presentado en este documento, una minoría sí está dispuesta a
participar en un proyecto que ayude a su institución.
La gran variedad de opiniones y pensamientos que existen en el ámbito
universitario, nos permite constatar de forma general que se tiene conciencia del
problema y que existe una disposición en todos por cuidar los recursos que se le asignan
como propiedad a la Universidad de Sonora, sin embargo se verificó que su actuar es
totalmente contradictorio, e incluso lesivo para su casa de estudios.
80
La mayoría del personal entrevistado coincide en que la institución debe de
proporcionarle y generarle las condiciones óptimas para realizar su trabajo. Cree tener el
derecho de exigir y aún en períodos fuera de calendario utiliza el equipo de aire
acondicionado, argumentando que tiene que seguir trabajando y que no lo puede hacer en
casa; ello requiere del uso de energía en exceso.
Los trabajadores que pertenecen a la Dirección de Conservación y Mantenimiento
así como las autoridades, por ser los que directamente se involucran en los gastos y
operación de los inmuebles universitarios, son sensibles al problema y requieren de
apoyo de toda la comunidad universitaria para reducir y utilizar de forma racional este
energético.
Todo lo anterior nos permitió tener información cuantitativa y cualitativa,
evaluarla y poder deducir elementos útiles para la propuesta.
81
2.1.6 Diseño del programa integral de administración del recurso
energético.
Para estar en condiciones de diseñar un Programa de Ahorro de Energía Eléctrica
para la Universidad de Sonora (PAEEUS), se deben realizar una serie de diagnósticos en
todas las instalaciones universitarias ubicadas en el Estado. Como primer paso es
necesario conocer, de forma exacta el total de edificios que conforman las instalaciones
universitarias, por lo tanto es de importancia investigar en cada uno de los edificios:
1. Ubicación exacta de cada uno de los edificios.
2. Número de aulas, cubículos, oficinas, laboratorios, talleres y área de servicios, de los
espacios que conforman la Universidad de Sonora.
3. Usos y horario de todos los espacios.
4. Localización y levantamiento de las instalaciones eléctricas, diagramas,
especificaciones, consumos y tipos de lámparas, tipos de dispositivos utilizados, entre
otros.
5. Carga eléctrica por edificio.
Con la información recabada, se tendría como resultado el diagnóstico del sistema
eléctrico, además de la carga conectada en forma particular o segmentada.
82
Es importante determinar cuánto representa la iluminación y cuánto los sistemas
de fuerza o los equipos de aire acondicionado especificando las de mayor uso, o en qué
condiciones de operación y mantenimiento se encuentran todos los equipos (aire
acondicionado, computadoras, cafeteras, lámparas o cualquier otro aparato que requiere
de energía eléctrica).
De manera pronta, es indispensable la instalación de medidores en cada uno de los
edificios, pudiéndose atender de forma programada y consistente, hasta hacerlo en toda la
Universidad.
Es necesario un monitoreo sistemático en las acometidas instaladas, para dar
inicio a una serie de mediciones en cada uno de los edificios, y así construir un escenario
sobre las medidas que deberán de tomarse.
Al señalar que las actividades de un Departamento a otro varían ampliamente, da
como resultado desarrollar lineamientos generales de las medidas administrativas y
técnicas a seguir para el ahorro de energía eléctrica, con la finalidad de que cada una de
las instancias las considere, y decidan cuáles pueden aplicar en su ámbito, quitar o
agregar dependerá de la eficiencia de éstas, en función de resultados sobre el ahorro de
energía eléctrica.
83
1. Iniciar el contacto con la población universitaria y transmitir la filosofía del
ahorro de energía eléctrica.
2. Iniciar y difundir una cultura de ahorro de energía eléctrica entre los usuarios de
las instalaciones universitarias.
3. Mantener una comunicación y un sistema de información permanente y continua
con la población universitaria.
4. Aplicar estrategias administrativas y técnicas de ahorro energético, que permitan
el desarrollo institucional.
5. Optimizar los recursos económicos y administrativos para una operación eficiente
en las edificaciones universitarias.
6. Evaluación continua de los resultados obtenidos, antes y después de la aplicación
de estos lineamientos generales e informar sobre éstos.
Habrá que señalar insistentemente, que de este trabajo, deben derivarse otras
propuestas en los demás Departamentos, basados en la aplicación de la propuesta hecha
en el capítulo 5, y aprovechar la experiencia que esta investigación ya puesta en práctica
deje, para fortalecer la misma y hacer los cambios pertinentes.
El no contar con información, no debe ser una limitación, ya que existen acciones
administrativas que no requieren una inversión de capital. Sin embargo, sí una
disposición participativa por parte de los usuarios universitarios.
84
2.2. Uso de la energía en el edificio de la Maestría en Administración de
la Universidad de Sonora.
La distribución de la carga eléctrica en el edificio que ocupa la Maestría en
Administración, muestra que el 16.19 por ciento, lo consume la iluminación, el 71.57 los
equipos de aire acondicionado, y el 12.24 se utiliza para otros equipos. Sin embargo, no
puede ser tomado como un modelo ante el resto de los edificios ya que el personal
académico, administrativo y los mismos estudiantes del postgrado, poseen ciertas
características que lo hacen diferente en actitud, en horario académico y en su
administración, entre otras cosas, condiciones que lo hacen más susceptible de lograr
importantes porcentajes de ahorro de energía eléctrica.
Cuadro 2.2.1 Distribución de las cargas de energía eléctrica en el edificio que ocupa la Maestría en Administración.
85
Esta investigación puede ser la base que sustente la aplicación de programas
similares en otros departamentos, si existe una convicción de cooperación de todos los
actores para alcanzar metas comunes.
Cotidianamente se pueden detectar cantidad de anomalías, como por ejemplo en
el baño, donde toda la mañana está prendida la luz, sin que en un lapso de tiempo
considerable lo utilicen. Lo mismo suele suceder en las aulas, aula de cómputo y en otros
espacios como puede verse en las figuras 2.2.2 y 2.2.3
Figura 2.2.2. Baño de hombres Figura 2.2.3. Cubículo de Maestros del en el edificio de la Maestría en Administración. Edificio de la Maestría en Administración.
86
2.2.1. Problemática cultural del uso de la energía eléctrica.
En el Departamento Administración, a pesar de la diversidad del alumnado que la
compone, se muestra la cultura del uso irracional de esta energía. Aulas abiertas durante
los recesos entre cátedras, tiempo en que los alumnos salen aproximadamente de 10 a 20
minutos, donde las puertas permanecen abiertas, aún cuando el equipo de aire
acondicionado esté funcionando. Lámparas encendidas en horas del día, un descuido
manifiesto por parte de los mismos trabajadores, rechazo al control y mantenimiento de
las lámparas y equipos de aire acondicionado, que con frecuencia se quedan funcionando
durante la noche, lámparas encendidas en espacios solos no utilizados, muestran que la
actitud obedece a una inercia que se ha desarrollado en toda la comunidad universitaria.
Lo elevado de los costos de la energía eléctrica y con pleno conocimiento de que
este servicio es pagado con recursos ordinarios, cuotas de infraestructura o con recursos
propios, asignados, que bien pudieran ser destinados a otros rubros como por ejemplo al
apoyo estudiantil, o mayor equipamiento, entre otros, hace incomprensible que no se
haga nada al respecto.
87
2.2.2. Sistemas constructivos utilizados en la edificación de espacios.
El edificio que actualmente ocupa la Maestría en Administración, está compuesto
por dos niveles o plantas arquitectónicas, con un patio central de forma irregular y que
funciona como distribuidor hacia los espacios localizados alrededor de éste (ver figura
2.2.2.1). En la planta baja, se localizan las oficinas administrativas, el centro de cómputo,
los servicios sanitarios, auditorio y los cubículos de los maestros. En la planta alta se
localizan las aulas en donde se imparten los cursos del postrado y cubículos de maestros.
Con una geometría en su planta de forma irregular (rectangular alargada en
sentido norte-sur); en este cuerpo ubicado en el oeste (están las oficinas administrativas,
los cubículos y los servicios sanitarios), y dos semicircunferencias de radios desiguales
localizados hacia el noreste (en donde esta el centro de cómputo), y la otra
semicircunferencia de mayor diámetro situado hacia el sureste (este cuerpo está
conformado por la biblioteca9 y el auditorio) del postgrado.
La eficiencia con respecto a la orientación, puede decirse que los espacios de
mayor uso durante el tiempo de operación, es la envolvente más castigada por tener
mayor área expuesta a la incidencia solar, ya que se localiza al oeste. Si a lo anterior le
agregamos orientación de las ventanas de esta superficie, encontramos que tenemos una
mayor cantidad de ganancia de energía calorífica, pues éstos funcionan como captadores
de energía solar. Esto, sin contar la sumatoria que aporta la losa de azotea, misma que
9 En el periodo que se realizo la investigación para esta tesis, la biblioteca se encontraba ubicada contigua al auditorio, actualmente se ubica en el edificio de postgrado.
88
está expuesta durante todo el día, recibiendo una carga calorífica importante, dando como
resultado una transferencia de calor que aumenta la carga de refrigeración. Por otro lado,
se tiene que el horario de clases es precisamente cuando dicho espacio está expuesto a la
radiación solar de la tarde de verano.
Los materiales y sistemas constructivos empleados en la construcción de este
edificio son en base a muros de ladrillo rojo recocido, revestidos con enjarre grueso y
pintura vinílica aplicada en el exterior. En el interior tiene un aplanado de yeso, mismo
que recibe una pintura vinílica; en el entrepiso y azotea se utiliza el sistema de losa
nervada (sistema que permite salvar grandes claros) con concreto y acero de refuerzo, y
aunque este sistema lo complementa el uso de casetones, que en más de las ocasiones
están conformados con poliestireno (casetones) considerado un material aislante, en este
sistema no es así, ya que las nervaduras son elementos estructurales rígidos que
funcionan como puentes térmicos, conduciendo a mayor velocidad el flujo de
temperatura, hacia el interior que es donde se desea menor temperatura.
La iluminación y ventilación de todos y cada uno de estos espacios, se efectúa a
través de una ventanería situada hacia el exterior, así como hacia el patio interior.
Además, en una cantidad considerable, este sistema de iluminación que proporcionan las
ventanas, es fija, lo que no permite una circulación o movimiento del aire. La situada al
oeste, que son las que proporcionan iluminación y ventilación natural a las aulas, éstas
funcionan en un período corto como colectores solares, pues los partesoles que deben de
89
impedir el paso de luz directa en una fecha determinada no fueron calculados
apropiadamente, lo anterior aumenta la carga calorífica (ver figura 2.2.2.2).
Como consecuencia, es necesario hacer un análisis o simulación del
comportamiento del edificio para estar en condiciones de hacer las propuestas
constructivas para mejorar y disminuir la carga térmica en el edificio.
Figura 2.2.2.1 Fachada interior del patio central. Figura 2.2.2.2 Fachada expuesta al oeste. Del del edificio de la Maestría en Administración edificio de la Maestría en Administración.
90
2.2.3. Administración de la energía eléctrica en el Departamento de
Administración.
El edificio de Maestría en Administración de la Universidad de Sonora, localizado
fuera del campus, cuenta con una acometida eléctrica y su equipo de medición, a
diferencia de alrededor de 77 edificios que conforman el campus, conectados únicamente
a dos equipos de medición.
La administración, preocupada por los consumos de energía que requiere para su
operación durante el periodo de labores académicas y administrativas, ha realizado
acciones en busca del ahorro de energía eléctrica. En los últimos años se hacen esfuerzos
solicitando presupuestos, estudios y propuestas para hacer los cambios necesarios tanto
técnicos como administrativos que se requieren. Han dedicado a ello esfuerzos que lo
hagan posible. Sin embargo, estas acciones son ineficientes, al carecer de un programa de
mantenimiento y reemplazo del equipo así como de recursos económicos.
Las acciones que se deban de realizar por los responsables dentro del
Departamento de Administración, deben de estar encaminadas, entre otras cosas, hacia la
eficiencia del consumo de energía eléctrica.
91
2.2.4. Demanda y costos de energía eléctrica en el edificio de la Maestría
en Administración.
El servicio de energía eléctrica para el edificio donde físicamente están las
instalaciones del programa de la Maestría en Administración, es dado a través de un solo
punto de entrega bajo tarifa OM, misma que se aplica a empresas que utilizan servicios
en media tensión, con una demanda menor a 100 kilowatts. Las características de estos
servicios en un período de tiempo del año 2001 al 2004, se muestran en el cuadro 2.2.4.1
El consumo y la demanda de energía eléctrica en el edificio de la Maestría en
Administración tienen un comportamiento cíclico, de acuerdo al clima que impera en
nuestra ciudad; es decir, presenta un incremento de demanda en Kw. y de consumo en
Kwh., en los meses de mayo a octubre, aumento esperado, debido a la utilización de los
equipos de aire acondicionado. El factor de potencia promedio anual es del 90.5%,
ligeramente mayor al porcentaje permitido por Comisión Federal de Electricidad, más en
algunos periodos como puede verse en el cuadro 2.2.4.2 está por debajo del 90 por ciento,
porcentaje que es penalizado por CFE10
10 La información numérica de consumos y gastos fue proporcionada por la Dirección de Conservación y Mantenimiento, misma que sirvió de base para obtener las gráficas.
92
Cuadro 2.2.4.1 Costo de la energía eléctrica en base al consumo durante el período 2001-2004. En el Programa de Maestría en Administración, de la Universidad de Sonora.
Figura no 2.2.4.1 Consumo de la energía eléctrica durante el período 2001- 2004.
Puede observarse cómo el incremento de los precios por el consumo de energía
eléctrica, aumentaron en el año de operación del 2002 con respecto al año 2001. Sin
embargo, puede observarse cómo en la misma, en el año 2003, el costo por el consumo
93
disminuyó de marzo a agosto, incrementándose a partir del mes de septiembre del
presente año con relación a los años anteriores.
Cuadro 2.2.4.2 Consumo de energía eléctrica en kilowatt hora, período 2001-
2004. Programa de Maestría en Administración.
Figura no. 2.2.4.2 Consumo de energía eléctrica; costos por kilowatt h. en el edificio de la Maestría en Administración. Período 2001 – 2004.
94
Como puede observarse, tanto en el cuadro como en la figura, el comportamiento
del consumo de energía eléctrica durante el período 2001-2004 inicia un incremento a
partir del mes de mayo, en donde se acentúa la utilización de los equipos de aire
acondicionado. En el mes de julio baja dicho consumo por el período vacacional.
Cuadro 2.2.4.3 demanda y consumo de energía eléctrica en el edificio de la Maestría en Administración.
Nótese cómo debe de cuidarse el factor de potencia. Recordar como se indicó anteriormente, el estar por debajo del 90%, es sancionado con un aumento en el costo por Kwh.
95
Para tener una idea más clara sobre los términos y la comprensión en el
comportamiento y sus resultados, es conveniente definir algunos términos que ayudan a
clarificar a lo qué se refiere la energía eléctrica en sus procesos de producción,
distribución y consumo así como los costos derivados de ello.
Demanda.
En términos generales, el controlar la demanda, es la acción de interrumpir por
intervalos de tiempo la operación de ciertas cargas eléctricas (iluminación, motores, etc.)
que inciden directamente sobre la demanda máxima facturable, a fin de reducir o limitar
los niveles de consumo en razón de los precios tarifarios.
El control de la demanda eléctrica puede ser una oportunidad de ahorro
económico muy rentable ya que actualmente el cargo por demanda representa, entre un
20 a un 30 por ciento de la facturación eléctrica, además el ahorro no será tan sólo por la
reducción en el cargo en la demanda, sino que también en los cargos por consumo en el
horario punta.
No obstante, es importante señalar que el control de demanda es una de las
oportunidades de ahorro económico que más atención, tiempo y comprensión de la
operación de cargas eléctricas requiere, dado que para que esta oportunidad sea factible,
es indispensable que no afecte las necesidades básicas de los usuarios del inmueble,
96
requiriendo para esto adecuar las rutinas de operación e identificar los usos inadecuados
de los equipos.
Consumo.
La potencia eléctrica consumida durante un determinado período se conoce como
la energía eléctrica y se expresa con las unidades watts-hora o kilowatts-hora, la fórmula
para su cálculo es:
P = E x I x t
Siendo t, el tiempo expresado en horas.
E = Voltaje,
I = Corriente
El kilowatt-hora, es la base para el pago del consumo de energía eléctrica.
Factor de potencia.
Potencia activa
Los diferentes dispositivos eléctricos convierten la energía eléctrica en otras
formas de energía tales como: mecánica, lumínica, térmica, quimica, etc. A la energía
consumida por dichos dispositivos, que es capaz de producir trabajo útil, se le conoce
como potencia activa y es similar a la energía consumida por una resistencia eléctrica; su
símbolo es P y sus unidades son los Watts (W).
97
Potencia reactiva.
Además de utilizar potencia activa para producir un trabajo, los motores,
transformadores y demás equipos similares requieren un suministro de potencia reactiva
para generar el campo magnético necesario para su funcionamiento. La potencia reactiva
no produce por si misma ningún trabajo; se simboliza con la letra Q y sus unidades son
los volts-ampers reactivos (VAR).
Potencia aparente
La potencia total o aparente es la suma geométrica de las potencias activa y
reactiva, o bien, el producto de la corriente y el voltaje; su símbolo es S y sus unidades se
expresan en volts-ampers (VA).
Triángulo de potencias.
La siguiente figura 2.2.4.3 puede ser usada para ilustrar las diferentes formas de potencia eléctrica.
figura 2.2.4.3 Forma gráfica de la potencia total o aparente, resultado de la suma geométrica de las potencia activas y reactivas.
98
De la figura anterior se observa:
22 QPS +=
además:
SPCos =φ y
PQTan =φ
Factor de potencia (FP)
El factor de potencia (cos φ) es la relación entre la potencia activa (en kilowatts,
kW), y la potencia aparente (en kilovolts-ampers, kVA) y describe la relación entre la
potencia de trabajo o real y la potencia total consumida.
El FP está definido por la siguiente ecuación:
φCosSPFP ==
El factor de potencia expresa en términos generales, el desfasamiento o no de la
corriente con relación al voltaje y es utilizado como indicador del correcto
aprovechamiento de la energía eléctrica, el cual puede tomar valores entre 0 y 1.0 siendo
la unidad (1.0) el valor máximo de FP y por tanto el mejor aprovechamiento de la
energía11.
11 Internet. www.monografias.com