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Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi...

Date post: 20-Jan-2015
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Casos Clínicos Casos Clínicos de Luis de Luis Allegro Allegro
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Page 1: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Casos Clínicos Casos Clínicos de Luis Allegrode Luis AllegroCasos Clínicos Casos Clínicos de Luis Allegrode Luis Allegro

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Esther… 80 añosEsther… 80 años

Esther tenía 80 años cuandoEsther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario (Santa En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario (Santa Fe). La acompañaban su hijo y un sobrino, quienes la Fe). La acompañaban su hijo y un sobrino, quienes la trajeron directamente desde el sanatorio psiquiátrico trajeron directamente desde el sanatorio psiquiátrico

donde había estado internada durante dos meses.donde había estado internada durante dos meses.

E

Esther tenía 80 años cuandoEsther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario (Santa En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario (Santa Fe). La acompañaban su hijo y un sobrino, quienes la Fe). La acompañaban su hijo y un sobrino, quienes la trajeron directamente desde el sanatorio psiquiátrico trajeron directamente desde el sanatorio psiquiátrico

donde había estado internada durante dos meses.donde había estado internada durante dos meses.

E

Page 3: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Su hijo, que ocupaba un alto cargo en la Universidad, me informó que Esther venía

padeciendo de un cuadro depresivo desde hacía aproximadamente un año.

.

Su hijo, que ocupaba un alto cargo en la Universidad, me informó que Esther venía

padeciendo de un cuadro depresivo desde hacía aproximadamente un año.

.

Page 4: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Había comenzado con un desgano general y una gradual lentificación de sus actividades

habituales, como así también de su locuacidad, que había sido su signo distintivo.

Había comenzado con un desgano general y una gradual lentificación de sus actividades

habituales, como así también de su locuacidad, que había sido su signo distintivo.

Page 5: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Lo que era su ágil conversación se había ido apagando paulatinamente para

encerrarse cada, vez más en un mutismo desalentador.

Lo que era su ágil conversación se había ido apagando paulatinamente para

encerrarse cada, vez más en un mutismo desalentador.

Page 6: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Había llegado al punto de desatender sus necesidades alimenticias y hasta su

cuidado personal.

Había llegado al punto de desatender sus necesidades alimenticias y hasta su

cuidado personal.

Page 7: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Últimamente se pasaba todo el día en su cama cumpliendo una vida casi

vegetativa.

Últimamente se pasaba todo el día en su cama cumpliendo una vida casi

vegetativa.

Page 8: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

En varías oportunidades había insinuado que ya había vivido demasiado y que lo mejor que podría ocurrirle era morirse.

En varías oportunidades había insinuado que ya había vivido demasiado y que lo mejor que podría ocurrirle era morirse.

Page 9: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Desde Santa Fe -ciudad en donde vivía junto con su hijo, su nuera y sus dos

nietas- había sido traída a un prestigioso psiquiatra de Rosario,

quién había optado por internarla bajo el diagnóstico de "melancolía

involutiva", sometiéndola a una serie de electroshocks.

Desde Santa Fe -ciudad en donde vivía junto con su hijo, su nuera y sus dos

nietas- había sido traída a un prestigioso psiquiatra de Rosario,

quién había optado por internarla bajo el diagnóstico de "melancolía

involutiva", sometiéndola a una serie de electroshocks.

Page 10: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Este tratamiento resultó un completo fracaso provocando un

empeoramiento del cuadro: Esther no quería alimentarse y su peso

disminuía en forma alarmante.

Este tratamiento resultó un completo fracaso provocando un

empeoramiento del cuadro: Esther no quería alimentarse y su peso

disminuía en forma alarmante.

Page 11: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Cuando la vi -habían transcurrido dos meses de internación- me fue imposible

comunicarme con ella.

Se mantenía encerrada en su mutismo: la actitud encorvada, la cabeza gacha, la

mirada fija en el suelo y con una expresión de melancólica ausencia aprisionada en su

ceño adusto.

Cuando la vi -habían transcurrido dos meses de internación- me fue imposible

comunicarme con ella.

Se mantenía encerrada en su mutismo: la actitud encorvada, la cabeza gacha, la

mirada fija en el suelo y con una expresión de melancólica ausencia aprisionada en su

ceño adusto.

Page 12: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

No tardé en darme cuenta de que me hallaba frente a un cuadro complicado: a la depresión propia del proceso patológico se había agregado la amnesia provocada por

la electroshock terapia.

No tardé en darme cuenta de que me hallaba frente a un cuadro complicado: a la depresión propia del proceso patológico se había agregado la amnesia provocada por

la electroshock terapia.

Page 13: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Esther no podía comunicarse por esa suerte de combinación que se daba, en parte, por el negativismo de quién no

quiere vivir y, en parte, por el bombardeo eléctrico al que había sido sometida.

Esther no podía comunicarse por esa suerte de combinación que se daba, en parte, por el negativismo de quién no

quiere vivir y, en parte, por el bombardeo eléctrico al que había sido sometida.

Page 14: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Lo que era su ágil conversación se había ido apagando paulatinamente para

encerrarse cada, vez más en un mutismo desalentador.

Lo que era su ágil conversación se había ido apagando paulatinamente para

encerrarse cada, vez más en un mutismo desalentador.

Page 15: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Había llegado al punto de desatender sus necesidades alimenticias y hasta su

cuidado personal.

Últimamente se pasaba todo el día en su cama cumpliendo una vida casi

vegetativa.

Había llegado al punto de desatender sus necesidades alimenticias y hasta su

cuidado personal.

Últimamente se pasaba todo el día en su cama cumpliendo una vida casi

vegetativa.

Page 16: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

También percibí su desconfianza porque, seguramente, me estaba

comparando con el colega anterior.

También percibí su desconfianza porque, seguramente, me estaba

comparando con el colega anterior.

Page 17: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Elaboré una estrategia: pensé que lo único que podría modificar el cuadro

sería operar con una técnica diametralmente opuesta al

tratamiento anterior y contraindiqué la internación.

Elaboré una estrategia: pensé que lo único que podría modificar el cuadro

sería operar con una técnica diametralmente opuesta al

tratamiento anterior y contraindiqué la internación.

Page 18: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

.

Me puse de acuerdo con los familiares que ella se quedaría viviendo temporariamente en

Rosario, en casa de sus sobrinos, y que ellos la traerían diariamente a mi

consultorio para efectuar su tratamiento.

.

Me puse de acuerdo con los familiares que ella se quedaría viviendo temporariamente en

Rosario, en casa de sus sobrinos, y que ellos la traerían diariamente a mi

consultorio para efectuar su tratamiento.

Page 19: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Esther comenzó a concurrir a sus sesiones de psicoterapia.

Dificultosamente subía hasta el primer piso donde se hallaba mi consultorio.

Esther comenzó a concurrir a sus sesiones de psicoterapia.

Dificultosamente subía hasta el primer piso donde se hallaba mi consultorio.

Page 20: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Entraba, se sentaba con la actitud encorvada, la cabeza gacha, la mirada

fija en el suelo y su expresión de melancólica ausencia.

Encerrada en su mutismo, lo único que hacía era algún disimulado movimiento para cambiar su casi total inmovilidad.

Entraba, se sentaba con la actitud encorvada, la cabeza gacha, la mirada

fija en el suelo y su expresión de melancólica ausencia.

Encerrada en su mutismo, lo único que hacía era algún disimulado movimiento para cambiar su casi total inmovilidad.

Page 21: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Por mi parte, poco podía hacer más que mantener una actitud de benévola y complaciente espera.

Muda ella y mudo yo.

Cuando llegaba al final del tiempo estipulado para cada sesión, la despedía hasta la siguiente.

Page 22: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Un buen día, en medio de aquel pesado silencio sonó estentóreamente el teléfono que

me comunicaba con mi secretaria.

Quedé sorprendido por aquella brusca e inesperada irrupción.

Yo había recomendado muy especialmente que durante mis sesiones, no se me interrumpiese,

por ningún motivo. Pero había ocurrido un imprevisto.

Un buen día, en medio de aquel pesado silencio sonó estentóreamente el teléfono que

me comunicaba con mi secretaria.

Quedé sorprendido por aquella brusca e inesperada irrupción.

Yo había recomendado muy especialmente que durante mis sesiones, no se me interrumpiese,

por ningún motivo. Pero había ocurrido un imprevisto.

Page 23: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Me sobrepuse de la sorpresa y opté por decirle a mi paciente:

-¿Me permite una interrupción? ¿Puedo atender el llamado?

Me sobrepuse de la sorpresa y opté por decirle a mi paciente:

-¿Me permite una interrupción? ¿Puedo atender el llamado?

Page 24: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Esther levantó su rostro, me clavó su mirada y también con sorpresa me

respondió:

-¡Por supuesto, Doctor!

Parcamente evacué la llamada y volví a mi actitud. También ella volvió a la

suya, pero la tensión comenzó a distenderse y tuve la sensación de que

los dos estábamos más cómodos.

Page 25: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

. Cuando volvió al día siguiente, Esther estaba totalmente desconocida.

. Cuando volvió al día siguiente, Esther estaba totalmente desconocida.

Page 26: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

La actitud encorvada había dado lugar a un porte bien plantado: testigo actual de lo que en otra época había sido una figura esbelta.

Entró con paso firme, se sentó con cierto donaire y su melancólica ausencia se tornó

en viva presencia.

La actitud encorvada había dado lugar a un porte bien plantado: testigo actual de lo que en otra época había sido una figura esbelta.

Entró con paso firme, se sentó con cierto donaire y su melancólica ausencia se tornó

en viva presencia.

Page 27: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

. Con mirada escrutadora me estudió como si buscara en mí a otra persona. Tuve la impresión de que trataba duramente de

disimular la intriga y la curiosidad que yo le despertaba. Después de un silencio comenzó

diciendo:

. Con mirada escrutadora me estudió como si buscara en mí a otra persona. Tuve la impresión de que trataba duramente de

disimular la intriga y la curiosidad que yo le despertaba. Después de un silencio comenzó

diciendo:

Page 28: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

-Ayer me impactó su gesto.

¿Necesitaba Ud. mi permiso para atender la

llamada?. . .

Yo no soy más que una paciente y todo paciente

debe saber tolerar...

Sin embargo le confieso que su gesto me hizo bien.

. . me hizo sentir respetada.

La gentileza de alguien importante me hace bien...

-Ayer me impactó su gesto.

¿Necesitaba Ud. mi permiso para atender la

llamada?. . .

Yo no soy más que una paciente y todo paciente

debe saber tolerar...

Sin embargo le confieso que su gesto me hizo bien.

. . me hizo sentir respetada.

La gentileza de alguien importante me hace bien...

Page 29: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Luego continuó:

-Mi hijo también es una persona importante...

Ocupa un alto cargo en la Universidad. . . y está

permanentemente ocupado.

Luego continuó:

-Mi hijo también es una persona importante...

Ocupa un alto cargo en la Universidad. . . y está

permanentemente ocupado.

Page 30: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Desde que es tan importante ya no habla conmigo como lo hacía

antes.

Casi podría decir que hemos cortado toda

comunicación a pesar de que estamos viviendo en la

misma casa. . .

Desde que es tan importante ya no habla conmigo como lo hacía

antes.

Casi podría decir que hemos cortado toda

comunicación a pesar de que estamos viviendo en la

misma casa. . .

Page 31: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Pero no siempre fue tan importante. . . Cuando lo tenía en mis brazos era

importante para mí... y yo lo era para él...

Pero no siempre fue tan importante. . . Cuando lo tenía en mis brazos era

importante para mí... y yo lo era para él...

Page 32: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Entonces entró a hablarme ampliamente de cómo habían sido las relaciones entre ella y el hijo.

Inmediatamente me di cuenta de que Es1her estaba inconscientemente reviviendo conmigo, las mismas características del vínculo con su hijo: de algún modo, yo estaba representando al hijo que

le prestaba la atención que ella estaba necesitando desde hacía mucho tiempo".

Entonces entró a hablarme ampliamente de cómo habían sido las relaciones entre ella y el hijo.

Inmediatamente me di cuenta de que Es1her estaba inconscientemente reviviendo conmigo, las mismas características del vínculo con su hijo: de algún modo, yo estaba representando al hijo que

le prestaba la atención que ella estaba necesitando desde hacía mucho tiempo".

Page 33: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Esther se había criado en el seno de una familia del interior que ocupaba una posición social

destacada. Su padre había sabido imprimir al núcleo familiar los - caracteres propios de una

moral victoriana.

Ella fue su preferida, y la más mimada de las tres hermanas que constituían toda la prole.

Esther se había criado en el seno de una familia del interior que ocupaba una posición social

destacada. Su padre había sabido imprimir al núcleo familiar los - caracteres propios de una

moral victoriana.

Ella fue su preferida, y la más mimada de las tres hermanas que constituían toda la prole.

Page 34: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Siendo muy joven encontró el hombre de su vida con quién llegó a conocer las vibraciones de un

amor apasionado -siempre dentro del marco victoriano- Su esposo fue bastante mayor que ella y le traía fuertes reminiscencias de su padre por la

similaridad de su forma de pensar.

Este código de valores signó toda su existencia.

Siendo muy joven encontró el hombre de su vida con quién llegó a conocer las vibraciones de un

amor apasionado -siempre dentro del marco victoriano- Su esposo fue bastante mayor que ella y le traía fuertes reminiscencias de su padre por la

similaridad de su forma de pensar.

Este código de valores signó toda su existencia.

Page 35: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

.Aquel romance se cristalizó en dos hijos que fueron la alegría de esos primeros años del

matrimonio; especialmente el varón que vino a constituir la viva imagen de su esposo -y por

ende, de su padre-.

.Aquel romance se cristalizó en dos hijos que fueron la alegría de esos primeros años del

matrimonio; especialmente el varón que vino a constituir la viva imagen de su esposo -y por

ende, de su padre-.

Page 36: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Pero esta felicidad estuvo limitada.

La muerte prematura del marido tendió un negro nubarrón en su vida al traerle aparejada

una precoz viudez, cuando aún estaba en la plenitud de su juventud.

Pero esta felicidad estuvo limitada.

La muerte prematura del marido tendió un negro nubarrón en su vida al traerle aparejada

una precoz viudez, cuando aún estaba en la plenitud de su juventud.

Page 37: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Por supuesto, aquel código de valores victorianos le imposibilitó toda idea acerca de

una nueva relación amorosa.

Sólo halló consuelo en la viva imagen que, de su esposo, encontró en su hijo. Y de algún modo

éste lo vino a sustituir.

Por supuesto, aquel código de valores victorianos le imposibilitó toda idea acerca de

una nueva relación amorosa.

Sólo halló consuelo en la viva imagen que, de su esposo, encontró en su hijo. Y de algún modo

éste lo vino a sustituir.

Page 38: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

De aquí en más la vida no fue nada fácil para Esther. Tuvo que efectuar ingentes sacrificios para solventar el desequilibrio económico que

sobrevino, para lo cual necesitó recurrir al concurso de sus hermanas.

Estas, la ayudaron en la medida de sus también limitadas posibilidades. Los esfuerzos se

concentraron en Charlie -el hijo- quién, a medida que creció comenzó a demostrar una

inteligencia excepcional.

De aquí en más la vida no fue nada fácil para Esther. Tuvo que efectuar ingentes sacrificios para solventar el desequilibrio económico que

sobrevino, para lo cual necesitó recurrir al concurso de sus hermanas.

Estas, la ayudaron en la medida de sus también limitadas posibilidades. Los esfuerzos se

concentraron en Charlie -el hijo- quién, a medida que creció comenzó a demostrar una

inteligencia excepcional.

Page 39: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Por su parte, Charlie no defraudó en nada las esperanzas que se depositaron en él, pues se

fue destacando brillantemente en sus estudios.

Cuando llegó a los dieciocho años surgió la necesidad de encarar una carrera universitaria y

esto demandó nuevos esfuerzos, tanto de Esther como de la constelación familiar..

Por su parte, Charlie no defraudó en nada las esperanzas que se depositaron en él, pues se

fue destacando brillantemente en sus estudios.

Cuando llegó a los dieciocho años surgió la necesidad de encarar una carrera universitaria y

esto demandó nuevos esfuerzos, tanto de Esther como de la constelación familiar..

Page 40: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Las sesiones que se sucedieron durante varios meses fueron una permanente demostración por

parte de Esther de lo que su hijo significaba para ella y de los sacrificios que éste le había importado; incluso la renuncia de un nuevo

amor.

Las sesiones que se sucedieron durante varios meses fueron una permanente demostración por

parte de Esther de lo que su hijo significaba para ella y de los sacrificios que éste le había importado; incluso la renuncia de un nuevo

amor.

Page 41: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Pero ella se sentía satisfecha de su labor al ver los progresos que Charlie realizaba año tras año y se conformaba con saberse importante para él. Eso la compensaba ampliamente de todos

sus esfuerzos y de todas sus renuncias. La permanente solicitud de él la gratificaba.

De algún modo los éxitos del hijo eran también sus propios éxitos.

Pero ella se sentía satisfecha de su labor al ver los progresos que Charlie realizaba año tras año y se conformaba con saberse importante para él. Eso la compensaba ampliamente de todos

sus esfuerzos y de todas sus renuncias. La permanente solicitud de él la gratificaba.

De algún modo los éxitos del hijo eran también sus propios éxitos.

Page 42: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Llegó el momento del casamiento de Charlie y, naturalmente, la presencia de su nuera -y luego,

la de sus dos nietas- vinieron a interponerse entre madre e hijo.

Surgieron sentimientos de celos y rivalidad que acusaron serios impactos en el ánimo de Esther.

Pero pudo absorberlos bastante bien dado que acaecieron en momentos de su vida, todavía

joven, en que sus resortes psíquicos contaban con una buena capacidad de amortiguación.

Llegó el momento del casamiento de Charlie y, naturalmente, la presencia de su nuera -y luego,

la de sus dos nietas- vinieron a interponerse entre madre e hijo.

Surgieron sentimientos de celos y rivalidad que acusaron serios impactos en el ánimo de Esther.

Pero pudo absorberlos bastante bien dado que acaecieron en momentos de su vida, todavía

joven, en que sus resortes psíquicos contaban con una buena capacidad de amortiguación.

Page 43: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Pero el tiempo fue pasando, y los mismos años que abonaron la evolución del hijo, esos mismos años fueron marcando la involución de Esther.

Cuando los 80 años la sorprendieron, el hijo ocupaba un lugar realmente importante en la comunidad. La profesión, la Universidad y la

cátedra habían ido desalojando lenta y despiadadamente el lugar que Esther había

ocupado antes.

La herida que se había insinuado en ella hacia muchos años, ahora comenzaba a sangrar.

Pero el tiempo fue pasando, y los mismos años que abonaron la evolución del hijo, esos mismos años fueron marcando la involución de Esther.

Cuando los 80 años la sorprendieron, el hijo ocupaba un lugar realmente importante en la comunidad. La profesión, la Universidad y la

cátedra habían ido desalojando lenta y despiadadamente el lugar que Esther había

ocupado antes.

La herida que se había insinuado en ella hacia muchos años, ahora comenzaba a sangrar.

Page 44: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

-Mi hijo se fue alejando cada vez más de mí. . . Ya casi ni hablamos. Es inútil que lo espere cuando vuelve a casa. . . Cada vez vuelve más tarde, y a veces no vuelve. . . ¡Así se fue terminando mi mejor medicina!

Entonces comprendí su mutismo inicial: era el mutismo que se había instalado entre ella y su

hijo.

También comprendí su mejoría: era su respuesta hacia alguien que volvía a atenderla, a escucharla, a hacerla sentir importante. Esther volvía a ser útil

nuevamente.

Ella, que tanto había contribuido a los éxitos de su hijo, colaboraba otra vez con un nuevo éxito: el de

su propio tratamiento.

-Mi hijo se fue alejando cada vez más de mí. . . Ya casi ni hablamos. Es inútil que lo espere cuando vuelve a casa. . . Cada vez vuelve más tarde, y a veces no vuelve. . . ¡Así se fue terminando mi mejor medicina!

Entonces comprendí su mutismo inicial: era el mutismo que se había instalado entre ella y su

hijo.

También comprendí su mejoría: era su respuesta hacia alguien que volvía a atenderla, a escucharla, a hacerla sentir importante. Esther volvía a ser útil

nuevamente.

Ella, que tanto había contribuido a los éxitos de su hijo, colaboraba otra vez con un nuevo éxito: el de

su propio tratamiento.

Page 45: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Esther evolucionó positivamente. La depresión fue cediendo paulatinamente y entonces apareció una

personalidad notablemente rica.

Me mostró su amor a la poesía, a las artes, a la música, al teatro, a la lectura.

Simone de Beauvoir era su predilecta, le tocaba muy hondo el romance de ésta con Jean Paul

Sartre.

Alfonsina Storni, Juana de Ibarborou y Gabriela Mistral fueron nombres que frecuentemente

aparecieron en sus relatos como muestras de sus propias idealizaciones.

Esther evolucionó positivamente. La depresión fue cediendo paulatinamente y entonces apareció una

personalidad notablemente rica.

Me mostró su amor a la poesía, a las artes, a la música, al teatro, a la lectura.

Simone de Beauvoir era su predilecta, le tocaba muy hondo el romance de ésta con Jean Paul

Sartre.

Alfonsina Storni, Juana de Ibarborou y Gabriela Mistral fueron nombres que frecuentemente

aparecieron en sus relatos como muestras de sus propias idealizaciones.

Page 46: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

En la medida que el proceso terapeútico fue progresando, Esther pudo concurrir sola a mi

consultorio.

Así llegó el momento de regresar a su ciudad; entonces decidió viajar semanalmente desde

Santa Fe para continuar su tratamiento. Y así lo hizo.

En la medida que el proceso terapeútico fue progresando, Esther pudo concurrir sola a mi

consultorio.

Así llegó el momento de regresar a su ciudad; entonces decidió viajar semanalmente desde

Santa Fe para continuar su tratamiento. Y así lo hizo.

Page 47: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

La mejoría se fue acentuando. Al integrarse nuevamente al medio familiar comenzó a

participar activamente de los avatares de la misma.

Entonces se interesó intensamente por sus dos nietas, quienes estaban cruzando los umbrales de

la adolescencia.

Así fue como, al internarse en las vicisitudes propias de dicha edad, tuvo que revisar su propio

código de valores.

.

La mejoría se fue acentuando. Al integrarse nuevamente al medio familiar comenzó a

participar activamente de los avatares de la misma.

Entonces se interesó intensamente por sus dos nietas, quienes estaban cruzando los umbrales de

la adolescencia.

Así fue como, al internarse en las vicisitudes propias de dicha edad, tuvo que revisar su propio

código de valores.

.

Page 48: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Aquí fue estimulante ver cómo, identificándose con ellas, logró adquirir una visión actualizada -y

una nueva comprensión- de la problemática sexual y del amor en la nueva generación.

Nuevamente encontraba que la vida le brindaba la posibilidad de ser útil.

Y así se fue curando.

Aquí fue estimulante ver cómo, identificándose con ellas, logró adquirir una visión actualizada -y

una nueva comprensión- de la problemática sexual y del amor en la nueva generación.

Nuevamente encontraba que la vida le brindaba la posibilidad de ser útil.

Y así se fue curando.

Page 49: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Un día ocurrió un hecho singular. Esther me refirió que sus nietas habían comenzado a

aprender música y guitarra. Ella estaba muy entusiasmada y para acompañarlas se dispuso

a estudiar… ¡Mandolina!

Inmediatamente asocié la itálica mandolina con mi apellido.

Así, con esta alusión tan indirecta, Esther había encontrado una forma sutil de hacerme

partícipe de su afecto y de expresarme su gratitud.

Un día ocurrió un hecho singular. Esther me refirió que sus nietas habían comenzado a

aprender música y guitarra. Ella estaba muy entusiasmada y para acompañarlas se dispuso

a estudiar… ¡Mandolina!

Inmediatamente asocié la itálica mandolina con mi apellido.

Así, con esta alusión tan indirecta, Esther había encontrado una forma sutil de hacerme

partícipe de su afecto y de expresarme su gratitud.

Page 50: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

La paciente se recuperó totalmente.

Le di el alta. Dejé de verla. Pasó el tiempo.

Me trasladé a Buenos Aires. Esther me escribía periódicamente relatándome sobre su vida.

En sus últimas cartas me hablaba de una dolencia en su corazón.

La paciente se recuperó totalmente.

Le di el alta. Dejé de verla. Pasó el tiempo.

Me trasladé a Buenos Aires. Esther me escribía periódicamente relatándome sobre su vida.

En sus últimas cartas me hablaba de una dolencia en su corazón.

Page 51: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Cinco años después de aquel, nuestro primer encuentro, me escribió

pidiéndome una consulta en Buenos Aires.

La paciente que había sido incapaz de ir sola a su tratamiento, recorrió una distancia de 500 kilómetros en avión para venir a verme, sola, sin ninguna

ayuda, por sus propios medios.

Estaba muy enferma: su corazón claudicaba.

Page 52: Casos Clínicos de Luis Allegro Esther… 80 años Esther tenía 80 años cuando la trajeron a mi consulta. En esa época yo ejercía mi profesión en Rosario.

Necesitaba decirme que había cumplido su misión y que estaba

satisfecha.

Ahora podía morir tranquila. Los dos intuimos secretamente que esa, era su

"última sesión".

Había venido a despedirse... Fue la última vez que la vi.

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FIN

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