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Chiejaus.pdf

Date post: 02-Jun-2018
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  • 8/11/2019 Chiejaus.pdf

    1/11

    apitulo

    2

    s

    S

    Al sur de la Isla de Tierra del Fuego, separado de ella por

    el Canal Beagle, se extiende en el Ocano Pacfico el Archipi-

    lago del Cabo de Hornos, pas de los

    ymana.

    Desde la tortuosa pennsula Brecknock, por el oeste, donde

    el mar golpea con estruendo, las costas isleas ventosas y fras

    prolongan

    sus

    roqueros emergiendo cada vez ms imponentes

    hasta el corazn de la gran isla Hoste

    (Usin);

    hacia la isla

    Nueva

    (Shzinushu),

    al extremo este del archipilago, las altu-

    ras bajan progresivamente en suaves lomajes y los litorales re-

    dondean

    sus

    orillas. All, las aguas, aunque siempre expuestas

    a fuertes ventoleras, son ms tranquilas. Las islas Wollaston

    (Ykusin),

    albas y negras de hielos y peones, continan ms

    al sur su lucha de siglos con la bravura austral del Pacfico. La

    Cordillera de Los Andes, al norte del Can al Beagle

    (Onashaga),

    tras domear el paisaje cae al estrecho Le Maire para luego

    emerger airosa en la Isla d e los Estados.

    Es

    bellsimo este archipilago chileno. Arboles aislados

    que alargan sus brazos en la direccin de los vientos. Bos-

    ques de canelos y robles donde el chilco puntea de campanitas

    rojas la espesura. Prados d e coirn, turbales ocres y verdes, ria-

    chuelos transparentes que culebrean desde los sillares de gra-

    nito donde la nieve y el glaciar derriten su blancura. El sol,

    entre nubarrones y tempestades, muy esquivo al oeste, entrega

    con frecuencia

    su

    luz y

    su

    calor en el otro extremo. Vuelan

    las aves marinas y terrestres por millares, desde el majestuoso

    cayelij,

    albatros (Diomedea exulans), hasta el minsculo

    t u t z t

    chercn (Troglodytes aedon chilensis)

    ,

    Zorros, guanacos, chun-

    gungos, son los principales mamferos terrestres. En las aguas

    la inmensa ballena

    (wapsa),

    la orca voraz, delfines, lobos ma-

    rinos,

    (wala),

    sierras, rbalos, sard inas y rayas; centollas, erizos,

    cholgas y mauchos, entre muchas otras especies, pueblan

    los

    canales, bahas, roqueros y fondos marinos.

    El hombre domin, con los medios ms primitivos y desde

    milenios, esta naturaleza moldeada con fro, viento, nieve y sol.

    No fue siempre el mismo. Muchos pueblos se sucedieron. En

    los yacimientos, las capas ms profundas nos indican que los

    ms antiguos eran diferentes a los habitantes recientes. Estos

    ltimos se autodenominaban

    ymana.

    Presentes en todas las

    riberas del archipilago, an hoy, ya casi extinguidos, ntanse

    las huellas de sus

    z urj

    -pequeas viviendas rodeadas de con-

    chales- desde y hacia donde, en cont inua bsqueda de comida,

    navegaban prodigiosamente en sus livianos

    anan.

    E n estos vastos litorales vivan cinco grupos m arcadam ente

    independientes, diferenciables no slo por el propio mbito geo-

    grfico, sino tambin por dialectos diferentes y algunas pecu-

    liaridades determinadas por la alimentacin. Los habitantes de

    las islas occidentales constituan el grupo

    lnalumala,

    dedicado

    de preferencia a la caza de lobos marinos (Otaria flevescens y

    Aretocephalus austral is) , y del chungungo (Lutra fel ina). En

    las islas situadas al sur de la isla Hoste,

    Usin

    en lengua primi-

    tiva, estaban los

    Ilalumala,

    y en la regin del Canal Murray

    (Yagashaga),

    los

    Wakimala,

    el grupo central. En el extremo

    oriental de la isla Navarino

    (Vrala),

    vivan

    10s Nalumala,

    de mayor estatura y agilsimos en el

    uso

    de la flecha. Por fin,

    en las solitarias Wollaston

    (Ykusin,

    grupo de numeroras islas),

    moraban

    los

    feroces

    Yekusinzala,

    temidos por el resto de los

    ymana.

    Al Canal Beagle, lmite natural de su territorio, lo

    l lamaban

    Onashaga,

    canal d e los

    ona

    (gente del norte).

    Ambos pueblos eran enemigos.

    Los ymana

    se desplazaban

    libremente por las islas del Canal, pero a su costa norte,

    Qnai-

    ,sin

    (tierra de la gente del norte), atracaban slo en invierno

    y comienzos de primavera, pocas en que la Cordillera de los

    Andes, cubierta por hielo y nieve, impeda a los nmadas

    haush

    y

    selknain

    (ambos

    ona)

    deambular por la costa. En

    los

    en-

    cuentros los ymana llevaban la peor parte, pues sus contendo-

    res, gigantescos flecheros, eran ms diestros y veloces en tierra.

    Por otra parte, a los

    selknanz

    les apeteca comer productos ma-

    rinos, mas eran torpes en su bsqueda, por lo cual la presencia

    en su t r ibu de una mujer

    ymana

    solucionaba el problema. La

    conseguan mediante el ataque imprevisto y el rapto, a menudo

    compaado del asesinato de los varones.

    Para estos seres humanos la canoa,

    anan,

    constitua la vi-

    vienda durante la mayor parte de su vida, Eternos navegantes,

    magnficos marinos,

    sus

    pequeas mujeres de 1.49 m. de al tura

    media, eran quienes preferentemente bogaban.

    El

    hombre, 1.58

    m. como promedio de estatura, al acecho en la proa del

    anan,

    provisto de arpones, flechas y honda, cumpla su papel de pro-

    veedor de carne a la familia: aves, peces, elefantes

    y

    lobos

    marinos. Confeccionaban a veces con piel de chungungo, un

    pequeo taparrabos para los adultos y una capita que cubra

    1 5

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    2/11

    P

    .

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    Lmina 111

    Familia ~ m a n a abitante del Archipilago del

    Cabo de Hornos, al sur del Canal Beagle.

    Vi-

    va gran parte de su vida navegando en livianas

    canoas de corteza, llamadas a m n

    U k u t j , cabaa ydmana Dibujo esquemtico.

    poco ms de la espalda. Acurrucados dentro del

    unan ,

    no ne-

    cesitaban mayor proteccin. La lluvia, la nieve o el viento he-

    lado no atormentaban sus cuerpos desnudos de ancho busto,

    vigorosos brazos

    y

    cortas piernas.

    Pueblo de leyendas

    y

    tradiciones, de pedagogos

    y

    sabias, de

    sencillos artfices, arriesgados cazadores y recolectores incansa-

    bles, tena una visin de s mismo, de las relaciones entre los

    hombres

    y

    frente a

    su

    mundo, centrada en la presencia

    de

    Dios,

    Wa t a u i n e i w n , de quien se saban sus hijos. Cada familia teja

    su vida independientemente con el continuo navegar, recalan-

    do en alguna de las mil caletas donde la abundancia, la tem-

    pestad

    o

    la noche se hicieran presentes. Los contactos entre di-

    ferentes familias estaban condicionados por una regla bsica

    :

    Nosotros, hombres y mujeres, ante todo debemos ser buenos

    y

    tiles a la comunidad. Desde la infancia hasta la muerte,

    acompaaba al

    yman a

    este principio aprendido de los mayores

    en el hogar y perfeccionado en el chi ejus. Esto ltimo era el

    perodo de iniciacin de la pubertad, verdadera escuela de for-

    macin del carcter y las costumbres, camo asimismo aprendi-

    zaje de todas las tcnicas para enfrentar a la Naturaleza. Esta

    institucin fundamental es el centro de la cultura ynzana. Su

    realizacin ceremonial configuraba un gran acontecimiento en

    la vida personal

    y

    comunitaria. Alegremente acudan

    los

    par-

    ticipantes, algunos tras varias jornadas de viaje, a un sitio pre-

    fijado tras meses de contactos y acuerdos entre los ms cono-

    cidos jefes de familia. Gua l a i u parece haber sido el sitio pre-

    ferido por el grupo central de los

    W aki rnala .

    Cada tres a cinco

    aos se efectuaba un chi ejus.

    Arriba la familia, el hombre sentado en la proa de la

    canoa, entre vtores de quienes los han precedido. Si no

    hay un buen sit io para atracar, la esposa, despus de haber re-

    mado incansablemente durante el trayecto, se echa al agua

    para aproximar el unan ;

    los

    perros la acompaan nadand o; luego

    transporta a t ierra a su marido, a los nios pequeos,

    y

    al

    fuego cuidado por los menores durante el viaje, sobre arena y

    champas, en el centro de la embarcacin. Har

    lo

    mismo con

    las pieles, alimentos y utensilios. Todo el hogar ha llegado en

    la canoa. Cuando sta no puede ser varada una vez descarga-

    da, la mujer la conduce al rompeolas de algas, howash, muy

    abundantes en toda la oril la. Terminado el desembarco, la fa-

    milia elige un lugar apropiado, prximo a las dems cabaas,

    para construir el

    ukurj .

    El marido se interna en el bosque en

    busca de lea y ella corta varas ad ecuadas para la construccin.

    El u k u r j consiste en un cono de palos de roble clavados

    en un lugar parejo

    y

    apoyados unos con otros en la cspide.

    Esta armazn se cubre con pieles de oca, ramas y champas de

    pasto, dejando el vrtice sin obstruir para que pueda escurrir

    el humo del fogn. Los carbones encendidos, tan cuidadosa-

    mente transportados, se colocan al centro de la habitacin. Que-

    da sin tapar un orificio entre dos palos a modo de puerta, a ras

    del suelo, de no ms de

    80

    centmetros de altura y otros tan-

    tos de ancho. Los nios ayudan en el acarreo de

    los

    elementos,

    pero es la madre la que lleva la responsabilidad

    y

    el peso de

    la construccin. Rpidamente el

    u k u r j

    est terminado. Habr

    entonces tiempo para visitas, ayudas

    y

    para enterarse de los

    acontecimientos y preparativos.

    Mientras tanto los mayores se han puesto de acuerdo

    so-

    bre una serie de decisiones importantes relativas al encuen-

    tro, que sin tener una fecha fija de trmino, podra prolon-

    garse hasta por cinco meses: quin ser el maestro de cere-

    monia,

    sus

    ayudantes, los candidatos de ambos sexos a la ini-

    ciacin y sus padrinos, y el lugar donde se levantar la gran

    cabaa

    ma r n a .

    La magni tud de s ta depender del nmero

    de personas que deba cobijar: maestros, padrinos

    y

    discpulos.

    La base ser un valo alargado de por lo menos ocho metros

    de largo

    y

    tres de ancho; la altura bordear el metro setenta.

    Los

    palos, vigorosamente clavados en tierra, se en trecruz an fo r-

    mando una bveda muy resistente, abierta en sus dos extre-

    mos por sendos accesos que permiten ingresar a gatas.

    Todo, salvo las entradas, se cubre de abundante ramale

    Mientras dura la construccin, el vigilante elegido para

    el efecto, tocado con un cerquillo de plumas blancas, pintado

    su

    rostro

    y

    cuerpo de blanco

    y

    bermelln, se encarga de ahu-

    yentar con fortsimos gritos, aspavientos

    y

    amenazas, a los ni-

    os y a las personas que no ingresarn al vzarna . En esta

    forma va crendose un cIima de expectacin, sobre todo en

    los que por primera vez participarn en la ceremonia.

    Uno

    a uno los padrinos elegidos por

    los

    padres de los can-

    didatos con la anuencia del director. silenciosos

    y

    en actitud

    recogida ingresan al marna ; sentados, sin dirigirse la palabra ni

    17

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    4/11

    ..

    : :

    distraerse, se concentran durante horas esperando estoicamente

    el momento decidido por el maestro, en el que los jvenes po-

    drn ingresar al recinto.

    Los traen amarrados, tirndolos. Algunos alumnos tratan

    de huir, entonces los ayudantes del vigilante los transportan en

    vilo a pesar de sus protestas

    y

    llantos. Los padres, deseosos de

    que

    sus

    hijos se formen rectamente, jams se oponen a los rigo-

    res de la enseanza. Nadie podr casarse si antes, por lo menos

    una vez, no ha pasado por las pruebas de la iniciacin.

    A medida que van ingresando al

    in rn

    una gritera re-

    cibe a cada postulante, Hay que ahuyentar al espritu maligno

    que aherroja a cada joven. Este por su parte, aterrorizado,

    transpira de miedo.

    lo largo de

    los

    muros, los padrinos reciben a sus res-

    pectivos ahijados, quienes se encuclillan dndoles la espalda.

    El mismo sitio asignado deber ser ocupado por el postulante

    mientras dure la ceremonia.

    A

    un l ado

    los

    jvenes asesorados

    por un hombre y una mujer; al frente las jovencitas asesora-

    das por dos mujeres. Al centro y

    a lo

    largo, se encienden

    fo-

    gones que ya no se apagarn. Toda la comunidad permanece

    en funcin del chiejhus Toda la comunidad se beneficia cuan-

    do sus miembros son alumno s aprovechados.

    Quienes no se desempean como padrinos y alumnos es-

    tn prontos a cualquier ayuda. Mientras tanto, cuidarn a los

    nios pequeos en el distante grupo d e cabaas familiares.

    Se aquietan los gritos. Ingresa, solemne, el maestro tocado

    con

    u n

    cintillo de albo plumn, pintado todo su cuerpo de

    blanco con algunas rayas coloradas transversales en el rostro,

    pecho y piernas. Del techo cuelgan tablil las pulidas de madera,

    punteadas de rojo; los palos del armazn estn decorados tam-

    bin con puntos

    y

    rayas negros, blancos y rojos. Todos los pre-

    sentes han ornamentado rostros

    y

    cuerpos con finos lunares

    y

    lneas d e colores.

    Por primera vez para algunos, se escucha con tanta auto-

    ridad y solemnidad la vieja mxima de conducta oda desde la

    infancia: Nosotros, hombres y mujeres, ante todo debemos ser

    buenos

    y

    tiles a la comunidad.

    El

    maestro se encuclilla sobre

    el pso recubierto con una alfombra de ramas de canelo

    y

    ire,

    ubicndose a un costado del centro del

    ma r n a .

    Todos estn pen-

    dientes de su boca. Ha comenzado l a iniciacin de la pubertad.

    18

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    Su mira da acalla las ltimas voces e imp one , hasta en los ms inquietos y atemoriza-

    dos, una profunda y reverencia1 expectacin. Ha sido elegido por su sabidura, pru-

    dencia

    y

    conocim iento de las artes de la navegacin, la caza y las relaciones humanas.

    Debe conocer profundamente las tradiciones

    y

    costumbres

    y

    adems sobresalir por

    su

    agilidad y actividad.

    El ltimo

    m a m a

    se construy en A s s i f , Puerto Mejillones, en la isla Navari-

    no, en abril de 1923 All se celebr, poco antes de la extincin casi total de la ra-

    za, el ltimo

    chi ejus. Su

    director se llam

    M asi k en sh ,

    el postrer maestro en

    la historia ynana. Martn Gusinde, nico iniciado sh ip in (extranjero) que haya

    participado en las ceremonias de este pueblo primitivo, nos ha transmitido

    sus

    ma-

    ravillosos secretos

    :

    Cada cual debe tener autoridad sobre su cuerpo

    y

    sobre cada uno de sus

    miembros. Si aprende s bien esto, has sido u n buen alumno.

    Ahora ests en las ceremonias de iniciacin como un aspirante. Debes quedar-

    te aqu hasta que todo haya concluido. T no debes actuar ni moverte l ibremente

    como los que estn ah afuera. Aqu tienes que obedecer a todas las personas ma-

    yores. Sigue ntegra, fielmente y con buena voluntad todos los consejos que vamos

    darte.

    El fuego chisporrotea. Mientras tanto, los padrinos han comenzado sus fun-

    ciones. Obligan al aspirante a mantenerse todo el tiempo en cuclillas, los brazos

    cruzados sobre el pecho, el tronco erguido, la cabeza inclinada hacia abajo. Al

    menor descuido vendr la reprimenda.

    Tras las plticas del maestro, continan horas de silencio sin moverse del si-

    tio asignado. Se debe reflexionar sobre los consejos recibidos. El cam pam ento

    se

    impregna de un espritu de meditacin y recogimiento.

    Llega la hora de la comida. La traen las mujeres encargadas de la cocina

    ceremonial. Abundantsima. Pero slo para los mayores. Los alumnos deben con-

    tentarse con una cholga o un erizo y un poco de agua.

    Los

    padrinos pueden con-

    tinuar comiendo en sus viviendas si as

    lo

    desean; los postulantes, inmviles, es-

    peran.

    Todo est previsto, todo el tiempo distribuido. La tarde se va oscureciendo.

    Aseo personal. Despus, reunidos en un prado vecino, escuchan al inspector, un

    anciano de aspecto agradable y que cuen ta con el respeto general. Amonesta, corrige

    suavem ente, vigila que todo se cum pla d e acuerdo a lo planeado.

    Entrada la noche, siempre en silencio, para los jvenes llega la hora de dor-

    mir. Debern hacerlo en la misma postura encuclillada y bajo severa vigilancia.

    De madrugada, tras cinco horas de escurridizo sueo, comienza la actividad

    febril

    y

    el duro aprendizaje. Un puetazo del padrino despierta de sbito al ahi-

    jado. Lavarse, peinarse, arreglar su sitio en el

    m am a .

    Los aspirantes se adornan el

    ;ostro con trazos blancos queparten radialmente de los prpados inferiores. Luego,

    Yacush, puntas de flecha y de lanza ymana

    tamao natural):

    1

    2 8

    o Douglas

    Asalaiacu).

    3 Puerto Toro A f l u r u w a i a ).

    4 7 Puerto Meiillones A s s i f ) . Isla Navarin

    H u a l a ) .

    5 , 6 Estrecho Murray Yagashaga).

    9

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    6/11

    Piedra horadada de

    uso

    desconocido

    tamao

    natural). Puerto Eugenia Am h u a i a ) .

    nuevas horas de inmovilidad, la vista en el suelo, recordando las

    palabras del maestro el da anterior. Un padrino cuenta un chis-

    te. Los mayores lo celebran ruidosamente. A la menor sonrisa

    del alumno, no habr comida para l ese da. Alguien coloca un

    coleptero en una de las espaldas desnudas; un solo movimiento,

    aun que sea el arqueo de una ceja, significar la privacin de ali-

    mento al da siguiente. Los padrinos obligan a sus ahijados a ca-

    minar erguidos con dignidad, la cabeza inclinada, la vista en tie-

    rra. H oras de inmovilidad. Das sin pronunciar palabra. Semanas

    sin sonrer. Meses sin ver a la m adre, al amigo, a la her ma na. Los

    iniciados avanzan trabajosamente hasta que una primera etapa de

    dominio personal quede afianzada. Cualquier reincidencia en

    una falta trae castigos cada vez mayores. Se introducen varia-

    ciones en las actividades. D as enteros, del alba al crepsculo, los

    presentes cantan a coro. Danzan imitando

    a

    la gaviota,

    quevacu ,

    al martn pescador, ahemakaia, al zorro, a la centolla,

    ush ta -

    ca lush . A veces las voces no se interrumpen ni siquiera du-

    rante la noche.

    A

    las horas establecidas, vuelve el maeitro.

    Lo que aqu pasa a nte tus ojos, mantenlo slo para ti ; no

    lo cuentes a nadie de afuera. La prohibicin se dirige en pri-

    mer lugar contra toda divulgacin a los nios, cuyo respeto

    y

    temor al

    m a m a

    deben permanecer hasta la edad conveniente.

    Aqu se te dice: s aplicado en tus trabajos; ejecuta r-

    pida

    y

    gustosamente tus deberes. Levntate temprano todas la?

    maanas, pues entonces estars siempre dispuesto para todas las

    necesidades.

    Mustrate respetuoso con las personas mayores. Ayuda

    a los hurfanos. Lleva algo de comer a aquellos enfermos que

    no se puedan levantar y contina hacindolo as en

    lo

    que res-

    te de tu vida.

    Si encuentras en tu camino a un hombre ciego, acr-

    cate a l y pregntale: (Dnde vas? El te lo dir. Quizs

    comprendas que se ha equivocado. Entonces dile inmediata-

    mente: Has errado

    el

    camino. Agradecido te contestar: Pues

    me he perdido. Entonces pregntale : (Dnde quieres ir para

    llevarte? El te responder: Quiero ir a mi cabaa Cgelo

    enseguida de la mano

    y

    llvalo all.

    No

    lo dejes seguir cami-

    nando si estaba equivocado. No te burles de l; si tartamudea

    y est torpe, no te sonras ni pienses: El no me ve. Cgelo

    amablemente de la mano

    y

    llvalo a su cabaa. Los dems te

    alabarn al hablar de ti y dirn: Aquel que est all e5 bueno.

    Atiende mucho a tus parientes y s alguno viene de lejos,

    acgelo enseguida en tu cabaa. Entrgale lo que necesite.

    Puede ser que vayas de visita a una cabaa

    y

    un hombre

    se encuentre enfermo en el lecho. Seguramente necesitar al-

    guna cosa

    y

    por ello te dir de inmediato: Yo quisiera aquello

    que est colgado en la pared. Levntate al momento y alchn-

    zale lo que desea. El no te quera mandar, por eso te lo h a e x

    presado

    as,

    en ese delicado gesto. Pero ese hombre lo referir

    por todas partes y dir de ti : Aqul es un hombre bueno.

    Dondequiera que vayas despus, la gente hab lar elogiosamente

    de ti , diciendo: Este es bueno. Te acogern y atendern con

    Para poner en prctica

    los

    consejos y aprender efectiva-

    mente a servir a la comunidad y a las familias o personas ms

    necesitadas, de continuo mandan a los aspirantes a buscar le-

    a, asear las cabaas, recolectar alimentos y repartirlos sin de-

    jar nada para s, siempre bajo el ojo atento de sus tutores.

    N O

    un a sino mltiples veces.

    A medida que pasan los das aumentan los ejercicios y

    aprendizajes.

    Los

    ms diestros artfices ensean a los varones la

    confeccin de instrumentos de caza: el arpn aserrado, ana ia ,

    para la obtencin de peces; el gran arpn,

    shushw ai a,

    para

    abatir a

    los

    lobos marinos y a los grandes cetceos. El ms pe-

    queo, para la nutria

    y

    el delfn. La enseanza se imparte con

    gus o.

    20

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    7/11

    Arpones yma na de hueso de ballena tamao

    natural):

    1

    3 4

    Arpones aserrados, Shushw ai a. Puer-

    to Willians

    Uspashun ) .

    3

    Puerto Eugenia

    Amashuaia).

    4

    Caleta las Casas, Isla Nueva

    S hnushu).

    2 6 Arpones de una barba, Ana i a . Caleta Pie-

    dras, Isla Picton Shu k a k u ) .

    Arpn de doble barba. Puerto Eugenia

    A

    ma

    shua ia ) .

    .

    :

    2

    21

  • 8/11/2019 Chiejaus.pdf

    8/11

    Form n de hueso tam ao natural). Puerto

    Amashuuiu).

    Lezna de hueso de ave marina tamao na-

    Shnushu).

    Arpn de hueso de doble corrida de dientes

    A fZ u r uw u i u ) .

    prolijidad: cmo pulir las astillas de hueso de ballena; cmo hacer las muescas con

    filudas conchas; cmo unirlas al asta de roble que deb e estar canteada con precisin,

    mediante hilillos de tripas. Una

    y

    otra vez se repasan los ejercicios. Cul piedra per-

    mite confeccionar las mejores punta s d e flecha,

    yacush.

    Los arcos de madera,

    las

    hondas de cuero de foca, las diversas trampas para cazar el kimoa, caiqun,

    o

    al

    alucush. Dato auetro: las Diedras. redes v Drtigas Dara los Deces y las centollas;

    lente. Cada hombre

    n diestro en su

    uso.

    cicio prolongado.

    n

    pirita

    y

    plumillas

    tcnicas de navega-

    in cualquier oleaje.

    %rigen a

    sus

    alum-

    la impermeabilidad

    enfrentarn solos,

    l a meditacin. El

    ientaciones se gra-

    agua. Auxliala en

    ts

    y mujeres

    de

    ti.

    haces, tambin cu-

    origen a murmura-

    ara obsequiar a to-

    no te lances ense-

    Iespus habla a so -

    mas cruzadas. Mira

    no vuelvas a nadie

    ipedidos. Si te falta

    mientos humanos y

    da que hablen mal

    2jos.

    Todas las ma-

    mes .

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    9/11

    Lminas IV ,

    V

    Hombre y mujer ymuna ilustraciones incon-

    clusas).

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    10/11

    ..

    : i

    .

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    11/11

    Lmina VI

    Mujeres ymuna giles buceadoras, durante la

    recoleccin de mariscos. Provistas de un cesto

    y

    esptulas de madera

    o

    hueso permanecan

    largo rato bajo las heladas

    aguas.

    Punta tica tamao natural). Puerto Eugenia

    Amashuaia).

    2

    Cuchillo de piedra tamao natural). Caleta

    las Casas, Isla Nueva

    Shnushu).

    Transcurren los das; varan los horarios; se modifican los

    programas; se repasan las lecciones. Los oportunos cambios man-

    tienen siempre atentos y renovados a los alumnos. Al crepsculo

    se recuerda a los antepasados. Otro da se narran las antiguas

    leyendas, el origen de ciertas costumbres, la curacin de las en-

    fermedades. Llega el momento en que se habla con mayor pro-

    fundidad sobre Wa t a u i n e i w a , Dios, Principio de todas las co-

    sas, constante com paero de triunfos y penurias durante toda la

    vida.

    H id bua n ,

    mi Padre, el gran Espritu puro, siempre pre-

    sente como nico poder. Hay ms de doscientas formas de lla-

    marlo.

    Todo lo que en estas ceremonias pasa ante ti , no ha sido

    invencin de los

    ynana ;

    todo proviene de

    W a t a u i n ei w a .

    El ha

    enseado a nuestros predecesores cmo debemos celebrar las ce-

    remonias de iniciacin a la pubertad. Nosotros nos ajustamos

    lo ms posible a ello, pues est siem pre vigilando.

    La vida diaria del ynana , desde pequea, est referida a

    Dios Todopoderoso, y ante c ualquier necesidad o aun sin ella, el

    ynana se dirige con palabras sencillas a Wa t a u i n e i w a Gra-

    cias, Snos propicio.

    La tradicin se hace hbito en los educandos. Transcurren

    los meses. La comunidad cuenta con nuevos miembros tiles.

    Comienzan a manifestarse los naturales deseos de continuar la

    vida nmada independiente de cada familia. Se prepara un gran

    banquete de carne de lobos marinos, delfines, pescados, cent6-

    llas y mariscos. Regocijo general. A cada alumno, aliviado de

    tanta tensin, el maestro le regala u n tubito de hueso de ave para

    sorber el agua y una varita puntiaguda de hueso de ballena para

    rasc ar las picadur as de los piojos. Ambas cu elgan de l cuello.

    Canciones suaves

    y

    colectivas imprime n a la despedida una

    alegre nostalgia. Cada familia con algo de tristeza se aleja en

    su

    unan .

    Al trmino de la ceremonia pueden quedar concer-

    tados algunos matrimonios. Con fumarolas se indicar en su

    oportunidad la fecha del acontecimiento. Permitir una nueva

    reunin, aunque ms reducida.

    Hombres y mujeres enfrentarn, renovados, la soledad y

    las aventurera s caceras y bsqueda de alimento, acompaados

    por Wa t a u i n e i w a y el poderoso respaldo del ltimo chi ejus.

    Esto es algo de aquel maravilloso pueblo, representante

    de los ms primitivos seres human os q ue ha n poblado la T ierra.

    (Por qu desaparecieron?

    Loberos, nutrieros y balleneros de todas las nacionalidades

    llegaron a sus caletas y, al mismo tiempo que arrasaban con las

    loberas, los chungungos y las ballenas, algunos, de paso, se

    apoderaron de sus mujeres. Otro tanto hicieron ciertos buscado-

    res de oro. La obra comenzada con las balas, continu con la

    sfilis, el sar ampi n y la tuberculosis. El alcohol finaliz la tarea.

    No bast que los bondadosos misioneros anglicanos trataran de

    detener el mal. Un pueblo tan puro y tan primitivo, no tuvo de-

    fensas para enfre ntar la civilizacin.