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Los movimientos sociales
Transformaciones poliricas
y cambio cultural
Edici6n de Pedro Ibarra
y Benjamin Tejerina
r,
8/18/2019 Clase 7. Tilly
2/11
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COLECCION
ESTRUCTURAS Y
PROCESOS
Serie
Cienc io .
Socioles
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T.
15
g s 1
e i t \ I I 0 7 ~ : . - .. ~
© Editoriol Trotto. SA, 1998
Sogoslo, 33. 28004
Modrid
Telelono: 91 5939040
Fox:91
5939111
E·mail: Irolla@inforneles
h ~ p : / / w w w . l r o l l a . e s
©
Pedro Ibarro
Guell y
Benjamin
Tejerino
Montano,
1998
Disefro
Joaquin Gallego
ISBN 84,8164282·7
Deposito Legol: VA8 11/98
lrnpresion
Simoncas Ediciones, SA.
Pol. Ind. Son Cristobol
C/
Eslano, porcela
152
47012 Vohcdohd
CONTENIDO
lntroduccion: Hacia
unas
nuevas
formas de accion colectiva
'
9
I.
PRpCESOS, CO NTEXTOS Y TRANSFORMACIONES POLlTICAS
1.
Conflicto politico y
cambio
social:
Charles Tilly
. 25
2. Movimientos sociales y democracia en Euskadi. Insurnision y
ecologismo:
liiaki Bdrcena, Pedro Ibarra, Mario Zubiaga
. . 43
3. La evolucion de los nuevos movimientos sociales en el Estado
espafiol:
Jaime Pastor
, , , , . 69
4. Origenes conceptuales,
problemas
acruales y direcciones fu-
turas:
Doug
Mc dam
, .
89 v
II. DIMENSI6N
CO l
TURAL Y ASPECTOS
SIMB6uCOS
1.
Los movimientos sociales y la accion colectiva. De la produc-
111 , /
cion sirnbolica al
cambio
de valores:
Benjamin Tejerina . . . .
2. La
praxis cultural
de los
movimientos
sociales:
Ron
Eyerman 139
3. Los movimientos sociales y la creacion de un sentido cornun
alternativo: Jose Manuel Sabucedo, Javier Grossi, Concepcion
Fernandez
. 165
4. EI analisis de marcos: una rnetodologia para el estudio de los
movimientos
sociales: ntonio Rivas .
181
v
III. PARTICIPACI6N INDIVIDUAL Y
MOVlLIZACl6N
SOCIAL
1. Las
motivaciones
individuales en las
organizaciones
politicas
clandesrinas:
Donatella della Porta
2 9 ~ ;
2. Las redes de los movimi entos: una perspecti va de analisis:
Ma·
rio Diani
243
3. La
necesidad
de un
estudio longitudinal
de la
participacion
en
movimientos
sociales: Bert Klandermans . . . . . . . . . . . . . 271
7
.:
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1
CONFLICTO pOLfTICO Y CAMBIO SOCIAL
harles
Tilly
FLACSO ibliofeca
Desde 933 los intelectuales occidentales, contrarios tanto al comunis-
mo como al fascismo, se han preocupado a menudo por el surgimiento
de las sociedades de masas en
eI
mundo
occidental. A su juicio, estas
sociedades de masas parecian mas vulnerables que las sociedades pre-
cedentes a los rnovimientos politicos peligrosos, tanto en
momentos
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CH RLES TILLY
mentos causales tradicionales propios del siglo XIX. He aqui
una
de sus
propuest as mas Ilamativas:
A traves de esta teorfa de la sociedad de masas se pueden aunar lin buen nurnero
de
observaciones
acerca de los fenornenos politicos en
organizaciones,
clases, co-
munidades particulares,
y
sociedades
en general,
para
formar una
imagen
cohe-
rente
de las
condiciones
que favorecen las conductas de
masas
en polftica. Los
grupos
especialmente vulnerables
a los
movimientos
de maSJS rnanifiesran
gran
des
discontinuidades
en su
estructura durante
period
OS
de
cambio.
Asi, el
comu
nismo
y el fascismo ganaron fuerza en
sistemas
sociales que estaban
sufriendo
cam bios repenrinos y arnplios en la estrucrura de autoridad y de la comunidad.
Graves
rupturas
causadas en el tejido social por el extenso desempleo 0 por una
irnportante derrota rnilitar son muy Iavorables a la accion politica de masas. Las
clases sociales que proporcionanun. tpoyd·i: esproporcionado a los
movimientos
sociales son aquellas que poseen menores lazos sociales entre sus miembros, es
decir,
sobre
todo las clascs sociales mas ba jas. Sin embargo, puesro que hay gru
pos de
todas
las clases sociales que rienden a
estar
socialrnenre
arornizados, tam
bien se encuentran
miembros
de rodas las clases sociales entre los
participantes
en la accion politica de rnasas: intelectuales sin ataduras (especialrnenre autono
rnos),
hombres
de negocios y
granjeros marginales
(especial
mente
los pequeiios),
as como trabajadores
aislados,
se han
dedicado
a la rnovilizacion polirica de ma-
sas en tiempos de crisis (Kornhauser,
1959,228-229).
Dos teorias diferentes del cambia confluyen en este pasaje. La pri-
mera sostiene que el
cambio
estructural amplio y o abrupto destruye
los coercitivos y protectores lazos sociales. La segunda afirma que tal
disolucion de coacciones facilita las alianzas ent re los indiv iduos ato-
mizados y los lideres extremistas.
Ninguna
de las teorias deja claros cuales son sus mecanismos cau-
sales, pero en el primer caso parece estar actuando algo parecido al
desmantelamiento de los refuerzos sociales producidos par normas in-
ternalizadas, mientras que en la segunda parecen actuar deseos com-
plementarios de
poder (por parte
de los lideres) y de estabilidad (par
parte de los seguidores) en la direccion del sistema. Los procesos psico-
16gicos juegan un papel central, generalmente irnplicito, en el
drama
de
la sociedad de masas y sus resultados tragicos, En su famosa formula
Kornhauser codifica los modelos teoricos tradicionales refiriendolos a
las consecuencias politicas del cambio social rapido y a gran escala.
Criticos, teoricos e investigadores posteriores cuestionaron los ar-
gumentos de Kornhauser, no
tanto
refutando sus supuestas causas sino
prestando atencion preferente a los efectos, generalmente negativos, de
la atomizaci6n y la marginalizaci6n de la participacion
popular
en la
polftica, asi como en la significaci6n de la integraci6n en redes que po-
sibilita el reclutamiento para el movimiento social (Halebsky, 1976;
McAdam, 1982; McPhail, 1991; Morris, 1984). Tarnbien recalcaron la
importancia
de creencias relevantes, intereses y compromisos cultura-
les que existian anteriorrnente en lugar de la mera disponibilidad 0
vulnerabilidad
psiquica-
a la
hora
de encauzar a los grupos sociales
hacia diferentes tipos de accion politica colectiva. Aunque pocos criti-
26
CONFLICTO pOLiTICO
Y
C MBIO
SOCI L
cos han desarrollado alguna vez serias investigaciones sobre los meca-
nismos psiquicos que menciona la teoria, en los analisis que se hacen
hoy en dia de los movimientos sociales y de los conflictos politicos
queda
poco de la teoria de la sociedad de masas.
Puede parecer, por tanto, que este texto no es sino la exhumaci6n
del cadaver de una teoria que lieva largo tiempo rnuerta, sornetiendola
a una ejecuci6n ritual para volverla a enterrar posteriormente. En ab-
soluto. Aunque la formulaci6n de Kornhauser sobre los rasgos de la
socie dad de masas ha perd ido el atractivo que tuvo en su dia, la vision
tradicional que subyace detras de ella reaparece bajo un aspecto acade-
mico cada vez que una nueva serie de terribles fen6menos politicos lIe-
gan
a la opinion publica. A la
hora
de explicar el genocidio, la limpieza
etnica, la guerra civil, el terrorismo 0 la corrupci6n todavia se destacan
regularmente la disolucion de los lazos sociales integradores, sacudidos
par el cambio social, asi
como
el carisma que demagogos sin escrupu-
los provocan en individuos desarraigados.
Hasta
entre reoricos mas so-
fisticados de la transici6n politica, la sociedad civil a
menudo
figura
como un baluarte
contra
amenazas muy parecidas a aquellas censura-
das
por
Kornhauser. Estos hechos cruciales todavia tienen lugar en
mentes angustiadas yen toda una generacion de trabajo acadernico que,
en desacuerdo con tales explicaciones, han hecho bastant e poco
por
al-
terar el curso de este discurso publico.
Es importante
sefialar
que al rechazar las explicaciones de Korn-
hauser acerca de los movimientos de masas par inadecuadas, los pos-
teriores estudiosos han abandonado indebidamente una serie de
preguntas que se presentaban como urgentes desde la investigaci6n de
Kornhauser. (Que relaciones sisternaticas existen, si es que existe algu-
na, entre el cambio social a gran escala y los cambios en la moviliza-
cion politica popular? (Que impacto, si es que tiene alguno, tienen las
variadas forrnas de acci6n politica
popular
sobre el curso del cambio
social a gran escala?
Centrados
en refutar las medrosas explicaciones
que desacreditan la acci6n popular, los especialistas en movimientos
sociales, rebeliones y
otras
formas de conflicto social, han empleado
poco esfuerzo en
encontrar
las consecuencias de estas acciones para la
organizaci6n social existente. Estos analistas han hecho menos, inclu-
so, para descubrir las cadenas causales precisas entre la acci6n colecti-
va y la transforrnacion social.
Este capitulo no
reparara todo
el dana dejado por tres decadas de
abandono, pero al menos esbozara un programa de rehabilitaci6n. Pre-
tende: 1 especificar que entend emos par cambio social, conflictos poli-
ticos y sus relaciones; 2) identificar algunas regularidades dentro del
conflicto politico, y 3) identificar algunos procesos causales que conec-
tan las politicas conflictivas can el cambio social. Debido a las dificul-
tades conceptuales del es tudio del conflicto politico, este apartado sera
dense en la utilizacion de definiciones y dedicaremos bastante tiempo a
los esquemas conceptuales; y sin
embargo
reduciremos los aspectos
empiricos de la cuesti6n, en mayor medida de 1 que cualquier lector
27
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5/11
CHARlE
STI l l Y
exigeme -incluyendome
a rni
mismo-
estimarfa
adecuado.
Espere-
mos que el texto compense su abstracci6n con la identificaci6n de nue
vas Oportunidades para investigaciones empfricas, incluyendo mis pro
pios estudios hist6ricos
sobre
los
cambios
en los conflictos
populares
europeos.
1. C MBIa SOCIAL
2Que
queremos
decir
con
cambio social?
Puesto que
el mundo
nunca
esta quieto, cambio social a veces parece significar todo 10 que sucede
a las personas para definir al gran rio en el que
todos
los humanos na-
dan. Desde Vico hasta Sorokin, los analistas sociales han intentado -
petidamente captar esa comprehension On las teorias generales del
progreso,
la
evolucion
social, los ciclos 0 la decadencia.
Una
teoria de
este tipo
que
tuviese
exito
serfa
una Teoria
del Todo.
Aunque podemos
aprender mucho acerca de las conexiones del mundo social desde estas
teorias,
todas
elias fallan
porque
asurnen un
proceso unitario
dominan
te
que determina rodos
los
cambios
en la experiencia social, es decir,
todas asurnen la existencia de
una
sola corriente.
Existe
2 una corrienre
unitaria? cambio
social discurre en general
como un rio?
~ o d e m o s
trazar su direcci6n, medir su profundidad,
identificar sus contenidos y estimar su impacto? Un rio tiene un
curso
bien
marcado, una
direccion
clara
de flujo y sus
propias
reglas. Las re-
glas del rio dependen adernas de los climas por los que discurre el rio, el
terreno por el que discurre y las criaruras
que
viven en sus
profundida
des. Una persona que vaya en kayak puede
conocer
sus rapidos, un pes-
cador
con mosca los
rnejores
puntos de pesca, un hidr610go su ffsica,
un ecologista sus sistemas de vida, un
capitan
de barco su
curso
entero,
EI cambio social en general no se parece al cauce de un rio. La ex-
i presion carnbio social simplemente etiqueta cierros aspectos de multi
\ tud de diferentes procesos sociales,
cada
uno de los cuales sigue su pro
i pia logica individual. Es cierto
que
los procesos sociales, al contrario
que el cambio social, a veces se parecen a los rios y funcionan de mane
ra unitaria. Podemos aprender cierros cam bios sociales concretos, por
ejemplo, las recientes alteraciones en los procesos nacionalistas de los
BaIcanes, 0 la globalizaci6n de los mercados financieros, de igual rna-
nera a
como
conocemos un riachuelo cercano. Pero no
podemos
aprender el cambio social como un todo.
La nocion de
cambio
social en general se parece
mas
a la idea abs-
tracta de una corrienre, Las corrientes incluyen rodo tipo de perrnanen- <
tes movimientos de fluid os
que corren
hacia
delante.
Por
supuesto que
pod
emos
cartografiar
las
corrientes
de un
rio
en
concreto, pero
la idea
general de
una
corriente es el terrnino medio de una gran
variedad
de
torbellinos, remolinos y remansos. De hecho podernos aplicar la misma
idea a cualquier cuerpo f1uido, buscar las direcciones dominantes del
movirnienm e identificarlas como
sus corrientes. Sin embargo, aun en
28
CONfl lCTO pOLiTICO Y CAMBIO
SOCIAL
esos
casos
la idea no se
ajusta correctarnente
a todos los
supuestos:
al-
gunos cuerpos f1uidos permanecen
tan
quietos que no podemos derec-
tar
ninguna corrienre, rnientras que otros sufren tal turbulencia que la
propia idea de
direccionalidad pierde
su
sentido. Tan solo como
un
terrnino medio,
la idea
amplia
y abstracta de
corriente nos
ayuda a
or
denar
nuestras observaciones.
La
analogla funciona razonablemente
bien
para
el
cambio
social.
Exarninando cualquier grupo concreto de cambios sociales podemos,
logicarnenre, preguntarnos por las relaciones de
estes con
la
variable
tiempo. Entre otras cosas
podemos
preguntarnos acerca de la
variacion
sirnulranea, la direccionalidad y la recurrencia:
1 Simultaneidad:
mueven
juntos
los
cambios
en el tiempo de
la
misma manera
en
que
sue len
hacerlo
las huelgas reivindicativas
(aquellas que los trabajadores plantean para la mejora de salarios y
condiciones de
trabajo)
en relaci6n con los ciclos econornicos? Si es asi,
tenernos ya una cierta garantia para investigar esras conexion-s C: usa-
les entre sf
0
con algun otro proceso subyacente.
2 Direccionalidad: 2Se dirigen los
cambios
sociales en una direc-
cion
durante
largos periodos,
tal y
como
hacen
los
procesos acumulati
vos
como, por ejemplo, la difusi6n de innovaciones operarivas en la es-
trategia
militar? Si es asi,
nos enfrenrarnos
a la
posibilidad
de
oescubrir
mecanismos que fornentan la dependencia de
cambios trazados,
I"
auto
reproduccion
y/o efeetos multiplicadores.
3 Recurrencia: 250n ciclicos los
cambios
sociales,
volviendo
re-
gularmente a sus puntas de parrida, como en el caso de aconrecimien
tos programados (por ejemplo las carnpaiias electorales)? Si es asi, po
demos
razonablemenre buscar ritmos institucionalmente
irnpuestos,
procesos que
se agotan en sf
mismos,
y
mecanismos equilibradores.
Igual
que
la palabra «corriente» implica preguntarse acerca de
as
direcciones del movimiento en f1uidos encauzados, las paJabras «c.un-
bio
sirnultaneo», «direccionalidad»
y
«recurrencia» planrean pregun
tas abstractas sobre procesos concretos de cambio. A tan altos niveles
de absrraccion,
parecidas pregunras
son aplicables al
proceso
de
urba
nizacion
europea,
a los
cambios
en la
composici6n
de la familia
india,
a cambios en la politica islamica, 0 a la difusion
mundial
de la rnusica
rock.
Podemos
hacer pregunras generales acerca de muchos
cambios
so-
ciales
concretos
sin suponer
que
las
respuestas siempre seran
las
rnis-
mas, sin
asumir que
todas las
pregunras
tienen respuestas significativas
en cada caso, y sin imaginar que existe un fenorneno general y auten
tico lIamado carnbio social del que los carnbios particulares son sirn-
plemente casos especiales. En este caso, nuestro conocimiento general
acerca del cambio social consistira no en
acumular
respuestas, sino en
hacer preguntas
urgentes.
Tarnbien
podemos
invertir
el
angulo
de
ob
servacion,
aportando
diferentes sistemas de
conocimiento para
refe-
29
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6/11
CHARlES i l lY
rirnos a un tinico caso. A[ igual
que
los hidrologos, ecologistas, nave
gantes, especialistas en
salud
publica y geologos tienen
importantes
y
diferentes cosas
que
decir acerca de cualquier rio
concreto,
las distintas
ramas
del
ana
[isis social presentan, de hecho, diferentes enfoques en el
analisis de
cualquier
dimension
concreta
del
cambio
social.
2. CONFLICTO POLITICO
Para reconocer
el espacio de los conflictos politicos necesitamos dos
definiciones cruciales:
1. Las reiuindicaciones
consisten en declara r determinadas prefe
rencias respecto al
comportamiento
de
otros
actores: incluyen deman
das,
ataques,
peticiones, suplicas,
muestras
de apoyo u oposicion, y de
claraciones de
compromiso.
2. Un gobierno es una
organizacion
que
controla
el principal me
dio
concentrado
de coerci6n dentro de un
territorio importante.
El go
bierno es un Estado si claramente no cae
bajo
la jurisdiccion de
otro
gobierno
y recibe
reconocimiento
de
otros gobiernos
relativamente au
tonomos
El conflicto politico incluye
todas
las ocasiones 1) en las que algiin
grupo
de
personas
realiza reivindicaciones colectivas publicas visibles
sobre
otros actores (reivindicaciones que si se cumpliesen afectarian los
intereses de estos ultimos) y 2) en las
que
al
menos
una de las partes
afectadas
por
reivindicaciones, incluyendo terceras partes, es un go
bierno.
Por
[0
tanto,
el conflicto politico
abarca
revoluciones, rebe
liones,
guerras,
conflictos etnicos, movimientos sociales, genocidio,
carnpafias electorates, [a
mayoria
de [as huelgas y cierres patronales,
parodias
publicas, incautaciones colectivas de mercancias, y muchas
otras
formas de interaccion. (Me concentrate aqui en el conflicto den
tro
de un solo
ambito
politico
u n
Estado
y sus r elaciones
con
actores
bajo su jurisdiccion-e-,
pero
en principio las regularidades
dentro
del
conflicto politico se
pueden aplicar
mutatis mutandis tarnbien al con
f1icto interestatal y transnacional). El
plantear
reivindicaciones
dentro
de la familia,
grupos
de parientes, vecindarios y redes de amigos/as
solo se p.ueden
catalogar
de conflicto politico en la medida en que los
gobiernos se convierten en
parte
de las reivindicaciones.
Por
que tiene lugar el conflicto politico?
Cuatro
tipos de explica
ciones disponibles se
corresponden con
las
cuatro
principales
ontolo
gias de la ciencia social: [as teorias de sistemas, el individuali smo
meta
dologico, el individualismo fenornenologico y los
modelos
relacionales:
1. En [a teoria de sistemas tal y
como
ha sido ejernplificado en el
analisis de la sociedad de masas de
Kornhauser,
cl conflicto politico se
explica
como
una
interrupcion
de los procesos de equilibrio,
1
que ge
30
CONFLICTO POliT ICO
Y
CAMBIO SOCIAL.
nera la
aparicion
de reivindicaciones conflictivas, mas a
menu
do deno
minadas como
«protestas»
0
«disturbios».
2. En el indiuidualismo metodol6gico (el
modo dominante dentro
del estudio del conflicto politico), el conflicto politico se explica
como
el
choque
entre los intereses de los individuos
0
las colectividades, im
pulsando
la competencia
dentro
de los lirnites impuestos
par
la estruc
tura
de
oportunidad
politica y la
capacidad
organizativa.
3.
En
el
indiuidualismo [enomenologico
(una orientacion
cada
vez mas
popular),
el
cambio
de [as definiciones
compartidas
de la si
tuacion
politica promueve y regula [as tendencias a la competencia.
4. En el
andlisis relacional
(Ia
menos conocida
pero mas promete
dora ontoiogia,
no solo para
el
conflicto politico sino
para todos
los
procesos sociales), los cambios en las conexiones entre actores poten
ciales
conforman
las identidades sociales, las definiciones
compartidas i i .
de
1
que es posible y deseable, los costes y beneficios colectivos de la
aceion
conjunta,
y los
compromisos
rnutuos; en definitiva, los actores
moldean
la
confrontaci6n.
En el analisis relacional,
por
tanto, la
pregunta
sobre por que [as
personas estan en c onflicto
puede
tener un
gran
sentido
0
ninguno en
absoluto.
Es
1
mismo
que
preguntar
el
por
que la gente
habla,
crea la
zos sociales
y
protege
del
dafio
a sus semejantes. Aunque algun impul
so, gen
0 capacidad
social universal
pudiera subyacer
muy en el fondo
de
todas
esas interacciones, estas, en la practica, surgen a
partir
de
una
amplia variedad
de motivaciones y actividades
humanas.
De momento
i
es
mejor preguntarse
p Q . r q t l H < l i _ p e r s Q n a § . _ ~ n t r a n . ~ n
conflictodedistin-
j
maneras . con diferentes intensidades,
que
buscar modelos universales
I
de conflicto.
Creo que
mi insistencia en
subrayar
la
mutua_Y_< }A-
l i } l t ~
cl2.ns_gucci6n
g . u _ e i v i n d i c ~ s i ~
en vez de fijarme en distur
bios, calcUlos inCffi.iduales
0
actitudes generalizadas,
1
deja
bastante
claro: soy
partida
rio de hacer un analisis relacional de las variaciones
sisternaticas que se
dan
en los conflictos politicos.
No tenemos a
mana ninguna
teoria general fuerte, relacional
0
de
cualquier
otro
tipo.
Aunque cada
cierto tiempo alguien
prop
one una
sintesis del conflicto social
0
de la accion colcctiva en general (p.c. Boul
ding,
1962;
Garrison,
1968;
Hardin,
1983;
Marwell y Oliver,
1993;
0[
son,
1965;
Schellenberg,
1982;
Schelling,
1960;
Smelser,
1963),
los es
tudiosos del 'conflicto politico se e specializan genera lmente 'en una
0
dos de sus variantes: conflicto industrial, revoluciones, movimientos
sociales
0
alguna otra cosa parecida. Esta especializacion tiene la ven
taja de que hace
controlable
las investigaciones y reduce las dificulta
des al
sacar
del
estudio
la institucionalizacion historicarnente condicio
nada
de las relaciones causales recurrentes.
Cuanto
de la diferencia
entre huelgas y manifestaciones proviene del desarrollo de tradiciones
culturales y legales diferentes en
cada
una de elias,
cuanto
se debe a la
presencia de secuencias causales diferentes
para cada
una de elias, y
,
como interacnian
las tradiciones legales-culturales
can
las causas gene-
31
8/18/2019 Clase 7. Tilly
7/11
CHARlES TillY
rales? Sin
embargo,
la especializacion tiene sus costes,
sobre
todo en la
duplicacion de e sfuerzos y las
oportunidades perdidas
para la
analogia.
Doug McAdam,
Sidney Tarraw y yo mismo estarnos en la actuali-
dad intenrando reducir las barreras que impiden hacer la sinresis en el
analisis del
conflicto
politico
(McAdam, Tarraw
y TilIy,
1996). Nues
tra cautelosa esrrategia es la de impulsar ideas relativamente bien esta-
blecidas,
sacadas principalmente
del
estudio
comparativo
de los movi-
mientos sociales en las democracias occidentales a zonas adyacentes de
conflicto para ver
que
tal se sostienen
determinadas
prapuestas, 0 si
por el contrario estos conflictos se
sustentan
en
otros
principios dife-
rentes. Por ejemplo,
creemos
que existen paralelismos entre los ciclos
1
del
movimiento
social y las situaciones revolucionarias (Cartacin y
Passy,
1993;
Fillieule,
1993; Goodwin, 1994b; Hoerder, 1977;
]oppke,
1991; Koopmans, 1993;
Traugott,
1995).
En ambos
aparecen
simulta-
neamente
una
serie de condiciones
para que
un actor previa mente des-
favorecido pueda
lograr
el exiro en su desafio reivindicativo: 1) publi
citar la vulnerabilidad de las
autoridades;
2) proporcionar un modelo
para un
planteamiento operativo
de las reivindicaciones; 3 j identificar
posibJes aliados y 4) poner en
peligra
los intereses de otros
actores
po
liticos que tienen interes en el statu quo y
conseguir
asi tarnbien su ac-
tivacion,
Una
situacion tan
abierta
se convierte en un ciclo si
alguno
de los
grupos
en lucha
contra
el poder logra alcanzarlo. Entonces se alian
para fortificar sus posiciones
contra otros
nuevos
contrincantes,
y asf
al final e
praceso
divide a los
actores
colectivos moviJizados
entre
gru-
pos
en el poder y
grupos
fuera de el,
alguna
de cuya gente es desmovili-
zada. Luego mueve a los restantes hacia acciones cada vez
mas
arries-
gadas
hasta
que la represion, la
cooptacion
y la fragmenracion acaban
con e ciclo, Tales cicIos se repiten tanto en los movimientos sociales
como
en las revoluciones. Sin lugar a
dudas
rarnbien
podemos
identifi-
car
secuencias equivalentes en Ja
guerra,
conflictos industriales, y
otras
formas de politica conflicriva (Botz, 1976, 1987; Cohn, 1993; Cruz,
1992-1993; Franzosi, 1995; Kriesi et at. 1981; Most y Starr, 1983;
Porter,
1994; Shorter
y TilIy,
1974; Starr, 1994;
Stevenson,
1992).
Trabajando
simultaneamente con
dos 0 tres formas bien
documen
tadas de conflicto, McAdam, Tarrow y yo mismo estarnos intentando
localizar analogias
dentro
de los
ambitos
de estrategias de
enmarque
discursivo, identidades poliricas, pracesos de rnovilizacion, repertorios
de accion y redes sociales. Este
capitulo
se cenrra en mi
parte
de nues-
tra empresa cormin,
pero por supuesto
se hace eco de la
continua con
versacion que
mantenemos entre todos nosotros.
3. IDENTIDADES EN CONFLICTO
A traves de este dialogo con
McAdam,
Tarraw y otros investigadores,
espera poder definir
las
condiciones bajo
las cuales el
conflicto
pone
32
~ ~ \ S O
. ib\io\eCa
CONFLICTO pOliTICO Y CAMBIO SOCIAl
en juego diferentes tipos de
identidad.
Quizas
finalrnente podamos
abandonar el viejo conflicto entre «inreres» 0 «identidad», reconocien-
do que todQ_
8/18/2019 Clase 7. Tilly
8/11
CHARLES Til lY
f
ques
individuales,
sino que coloca
las relaciones entre los
actores
en
el
centro
de los
procesos
sociales.
Que
significa «relacional y colectivo»?
Una
identid d politic es la
experiencia
que
tiene un actor de una relacion social compartida en la
.' fj
que
al
menos una
de las partes, incluyendo las terceras partes, es un in
dividuo
u organizacion que controla
medias
de coercion
concentrados.
Generalmente
las identidades politicas se sola
pan
can
represent ciones
publicas
compartidas tanto
de la relacion
como
de la experiencia. En
diferentes
momentos
las mismas personas se representan a sf mismas
como trabajadores,
vecinos, minorias etnicas, mujeres, ciudadanos, ho
mosexuales, revolucionarios, y
otras
categorias que les distinguen de
otros
segrnentos de la poblacion, En
cada
casa se implican en
actuacio-
nes que
confirman
el
merito,
la
unidad
y el compromiso,
par
ejemplo
desfilando
juntos,
llevando insignias,
cantando
canticos de
solidaridad
a
gritando
esloganes,
Baja condiciones sociales
determinadas,
las identidades colectivas
que la gente utiliza en los conflictos se
corresponden can
«identidades
colectivas,
~ i J . ~ 1 9 2 ? . 9 _ < J . s ~ n t a d a s J ) ,
aquellas que
forman
..
pane
..de las
r ~ t i n a s . g e ~ J J . Y ~ Q . a d i a r l g , raza, genero, clase, etnicidad,localidad, rela
ciones de parentesco, etc. Los analistas sociales
tienden
a
etiquetar
como
«espontaneas»
a «tradicionales» las acciones colectivas de ven
ganza,
ridicule,
obstruccion
y
manipulacion mutua
que surgen de las
identidades asentadas. Los
observadores tambien imaginan
que los me
canismos
causales centrales de la movilizacion derivan de
transforma-
ciones de la conciencia individual,
cuando
de hecho 10
que
impulsa
ta -
les movilizaciones es el
reforzamiento
selectivo de ciertos lazos sociales
a costa de
otros. Aunque
generalmente
operen
a pequeiia escala,
cuan-
do
son presionadas par
los
detentadores
del
poder
a sus enemigos, las
identidades colectivas as
entad
as,
como
las de base religiosa a etnica,
pueden
provocar duros
y extensos conflictos. La
Reforma protestante
y la
quiebra
de la
Union
Sovietica se
enmarcan
en la activacion de este
tipo
de
identidades
colectivas asentadas.
Baja
otras
condiciones sociales, la gente puede organizarse en
« i ~ s
coLectivas
s ' : ; W ~ E _ t ? Q . e § » ,
las cuales .
. . Q . . n u r J . ~ j ~ ~
tan p r e s ~ n t e s - _ 1 l 1 ~ s
•
: r e l e C i 0 1 2 e . L . S Q . f j ' J . ~ s . _ c o t i d @ E j § . ,
Las identidades
colectivas segmenta3as a
menudo
incluyen asociaciones
voluntarias,
grupos nacionales y
categorias
legales
como «rninoria » «rribu»
a
«personas discapacitadas». En estos
casas,
las pers
8/18/2019 Clase 7. Tilly
9/11
CH RLES
T LLY
politica de los movimientos sociales nacionales en la
Europa
de princi
pios del siglo
XIX, cuando
un
cambio
importante
dirigido a
plantear
los conflictos en la
arena
nacional
estaba
transformando la politica po
pular Tarrow, 1994; Traugott,
1995). En formas de inreraccion rei
vindicativa como ceremonias burlescas (p.e.
parodias,
tamborradas),
apropiacion del grano y
quema
de efigies, la gente generalmente expre
saba identidades colectivas que se
correspondian
casi completarnente
con
las
dominantes
en las
rutinas
de la vida social: inquilino, carpinte
ro, vecino, etc.
Podemos llamar
a estas
farmas
de interaccion parro-
quiales y particularistas,
puesto
que generalmente tertian lugar dentro
de entramados de relaciones sociales locales,
incorporando
las
practi-
cas y la cornprension caracterfsticas de esos
entrarnados
locales. A me
nudo
tarnbien
tomaban
una forma clientelisra,
confiando
en la inter
vencion de intermediarios privilegiados ante las autoridades mas
lejanas.
POI
otro
lado, en manifestaciones, carnpafias electorales y reunio
nes publicas, los
participantes
a
menudo
se
presentaban como
seguido
res de un partido,
miembros
de asociaciones,
ciudadanos
y parecidas
identidades colectivas segmentadas. EI
caracter
nacional, flexible y
au-
tonorno de estas reivindicaciones definia su frecuente fijacion en los te
mas y objetos nacionales, su
estandarizacion
de un
asunro
u
otro,
y la
frecuencia
con
la
que
los participantes se dirigian directamente a los
detentadores del
poder, con
los que no tenian ningun
conracto
social
cotidiano. La diferencia
marcaba
grandes
contrastes
en las relaciones
sociales
entre
los parricipantes, en las pautas de movilizacion y en la
propia
organizacion de la accion, EI
cambio
de las formas de accion
parroquiales y particularistas, frecuenrernente formas clientelares de
reivindicacion, a
otras autonomas,
nacionales y flexibles se
articulo
con
profundos cambios
en la estructura social.
Estas modificaciones en las formas
predominantes
de plantear rei
vindicaciones en
Europa
aparecieron, de distinto
modo,
en diferentes
mementos y
con
diversas trayectorias de una region a
otra.
En
conjun-
to consrituyeron una impresionante alteracion de los repertorios de ac
cion colectiva. Los repertorios se asemejan a convenciones linguisticas
que enlazan entre sf grupos concretos de interlocutores: mucho mas que
pOI
las capacidades tecnicas de los actores,
0
par las exigencias de los
inrereses en juego, los repertorios se forman y cambian par medio de la
mutua interaccion de las propias reivindicaciones. Al igual que las institu
ciones economicas evolucionan a rraves de la interrelacion entre las orga
nizaciones, restringiendo de manera significativa las formas de relacion
econ6mica en un
momenta
concreto del tiempo, tambien las reivindica
ciones limitan las posibilidades de la accion colectiva (Nelson, 1995).
La evolucion de la manifestacion
como medio
de
plantear
reivindi
caciones presenta a activistas, policfas, espectadores, rivales y funcio
narios publicos ante formas perfectamente definidas de
organizar,
anti
cipar y responder a las
demandas
realizadas a traves de este medio, y
en marcada distincion con medios
como
la colocacion de
bombas 0
el
36
CONfLICTO pOLiTICO Y
C MBIO
SOCI L
soborno
(Favre, 1990). Las huelgas,
sentadas,
reuniones de masas, y
otras formas de exigir
cambios,
enlazan
entre
si identidades bien pre
definidas y
producen
incesantes innovaciones
hasta
el
punto
de cam
bial', a la larga, su configuracion, ya que
acumulan
sus
propias
histo
rias, memorias, tradiciones, leyes y pracricas rutinarias. En resumen,
los
repertorios
son productos culturales que aunque evolucionan histo
rica mente tienden a ser fuertement e restrictivos a los cambios.
5. CONFLICTO Y CAMBIO
Pregu ntarse pOI' que tiene lugar un giro de un tipo de
repertorio
a
otro
nos
plantea
la cuest,ion de las relaciones generales
entre
e conflict o y el \
carnbio social. En
d
caso de la Europa de los siglos
XVIII y XIX,
las cau- :
sas posibles de
cambio
de repertorio incluyen las
transformaciones
en
la organizacion de los gobiernos nacionales, el
incremento
de las rela
ciones de
propiedad capitalista, los movimientos de
poblacion
desde
areas rurales a
urbanas,
el pape
cada
vez
mas irnportante
de dirigentes
profesionales en los movimientos sociales y la difusion de modelos
para
plantear
reivindicaciones
claramente
efectivas en estas circuns
tancias cambiantes.
Todas
estas supuestas causas
promueven cambios
dentro
del conflicto politico. Pero si
miramos
el as unto desde el
otro
lado, tambien
podemos
observar como la propagacion de rnanifesta
ciones afecta a la practica policial, como las hue gas repetidas
provo-
can cambios
en los niveles de los sueldos, en que casos la
coordinacion
de demandas
conduce
a la extension del sufragio, en resumen, como el
conflicto politico provoca el
cambio
social. EI conflicto y el cambio so
cial se influyen
mutuamente.
Las presuposiciones politicas y Ia desigual observacion de los aeon
recimientos han producido una
gran desproporcion.
Si bien todas las
proposiciones referentes al conflicto politico son conflictivas,
sabemos
mucho mas acerca de
como
el cambio social
produce
el conflicto que
como
el conflicto
produce
e
cambio
social.
Cuanto
mas nos alejemos
de los efecros evidentes del conflicto, tales como las
perdidas
y
ganan-
cias de una huelga,
menos
informacion sistematica rendrernos acerca
de las consecuencias de la
contienda
en los
participantes,
sus objetivos
reivindicativos, las terceras
partes
y sus
contextos
sociales.
Sin
embargo,
los analistas del conflicto politico suelen re acionar
can frecuencia los efecros incluidos dentro de estas categorias super
puestas:
1. Reorganizaci6n: EI esfuerzo del conflicto transforma las rela
ciones sociales internas y
extern
as de los aetores implicados, incluyen
do auroridades, terceras
partes
y el
objeto
de sus reivindicaciones.
2 Realineamiento:
Mas
concretamente,
la lucha, la defensa y la
cooptacion alteran
las alianzas, rivalidades y enemistades
entre
gober
nantes, otros contendientes y los
grupos
reivindicativos.
37
II.
c)'
8/18/2019 Clase 7. Tilly
10/11
CH RLES Til lY
3. Represi6n: Los esfuerzos de las autoridades en la represi6n
0
consentimiento
de los
que
los desafian
producen cambios
directos
l a
declaracion
de
poderes
de emergencia- e indirectos -efectos en los
gastos de vigilancia,
actividad
policial y fuerzas militares- en el ejerci
cio del poder
4. Realizaci6n: Los
demandantes
exigen
cambios
especificos, ne
gocian
con exito con los detentadores del poder y hasta los desplazan.
No
es
ninguna coincidencia
que las categorfas se
correspond
an
aproximadamente con
los elementos de la
estructura
de
oportunidad
politica (EOP), tal y como la entienden la mayorfa de los
analistas
de
los
movimientos
sociales:
organizaci6n
de instituciones politicas, ali
neamientos entre
las elites, represion-facilitacion, y
apertura
del siste
ma
politico
(Fillieule,
1993;
Giugni,
1995;
Kitschelt,
1986;
Kriesi,
1993; della Porta, 1995; Tarrow, 1994). Desde el punto de vista de
los
que desafian
al poder, la
EOP
es
mas favorable
alii donde las insti
tuciones politicas proporcionen multiples espacios
para plantear
rei
vindicaciones, las elites
estan
divididas, la
represion
es debil y existen
f
canales
solidarnente
establecidos por donde encauzar
eficazmente las
reivindicaciones.
A su vez estas
condiciones
se corresponden con
cuatro
ejes que nos
jerarquizan
los diferentes regimenes desde los
autoritarios hasta
los de
rnocraticos:
1.
Extension
de los derechos ciudadanos (0 a 1).
2. Igualdad
entre los
ciudadanos
(0 a 1).
3.
Proteccion
de los ciudadanos frente a la acci6n arbitraria del
i
obierno
(0 a 1).
f
4.
Consulta
vinculante a los
ciudadanos
respecto al
personal
del
gobierno
y a las poliricas (0 a 1).
De este modo,
0000
implica un regimen puramente
desp6tico,
0010 una autocracia
benevolente,
1100
un
autoritarismo participativo
y
1111
una
democracia
ideal
(actualmente
inexistente). Los casos rea
les
ocupan
lugares intermedios:
por
ejernplo,
.20, .50, .75,
.8,
para una
fuerte
oligarquia
como la de Venecia del siglo
XIV.
El marco analitico
de la
EOP
implica
que
los niveles de conflicto siguen un
patron
curvili
neo: aumenta continuamente con el movimiento desde el
0000
hacia el
1111, pero
decae con niveles de
democracia muy
altos
(alrededor
de
.80,
.75,
.85, .90). En este punto, el
razonamiento
es que
para
la movi
lizacion de los acto res es menor el
costa
de acceder a determinados
centros de poder
que
lIevar a cabo un conflicto colectivo.
,
Cuanto mayor
sea la
capacidad
del
Estado para proporcionar
bie
nes colectivos, inferior sera
el
nivel de
democracia
en el que se
produce
el punto de inflexion descendente del conflicto, puesto que un
estado
de
alta capacidad
dernocratica
integra
mas reivindicaciones en respues
ta a menos presi6n que un
estado
de baja
capacidad. Una
de las pre-
f
ON f l l TO
pOliTICO
Y
C MBIO
SOCI L
guntas
mas conflictivas en el
estudio
de los conflictos politicos se cen
tra
en
saber
si los niveles de conflicto se
comportan
de esta
manera
sec
torial y
longitudinalmente
(y si es asi,
por
que).
La pregunta merece que se le preste gran atencion porque, si la in
vertirnos, se convierte en
una
de los mayores
interrogantes
respecto a
la propia democracia: a
partir
de un cierto grado de democracia, los
regimenes dernocraticos cinevitablemente se autodevoran en la gesti6n
de
agendas
conflictivas?
Quizas
resulte
satisfactorio
descubrir que las
investigaciones
sobre
el conflicro politico, lejos de
constituir
un
campo
analitico separado, nos lIevan directarnente a problemas profundos de
la teoria dernocratica.
cProporcionan estas reflexiones una alternativa comprensiva a la
teoria de Kornhauser de la sociedad de masas y el razonarniento po pu
lar que subyace implicito
detras
de ello? cLogran lIenar los huecos ge
nerados
por
el olvido del estudio de las relaciones entre cambio social
y conflicto politico? Existen
numerosos
espacios vacfos en este
ambito,
pero cabren
nuevas direcciones a la reflexi6n teorica? Si, dirigen la in
vestigacion a perspectivas relacionales de los procesos politicos, a tra
tar de especificar
mecanismos
causales socialrnenre efectivos, en vez de
procesos psiquicos patologicos,
hacia una cornprension
mas clara de
las interdependencias
en
ambas direcciones- entre el conflicto poli
tico y las diferentes
variedades
del
cambio
social.
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