Cómo hacer una insoladora UV para serigrafía
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¿Quieres hacer tu propia insoladora de luz ultravioleta para serigrafía? ¿Con
unos resultados profesionales, pero por mucho menos dinero? Te explicamos
cómo hacerla paso a paso.
A lo largo de este tutorial iremos comentando detalladamente cada punto para
que cualquier persona sea capaz de elaborar su propia insoladora. Se trata de
algo sencillo y accesible. No importa si no sabes nada de electricidad o si no has
tocado un martillo en tu vida. Sólo se necesitan unas cuantas tardes libres,
paciencia y ganas.
Antes de empezar, nos gustaría hacer mención al tutorial publicado por la
Vostok, Un tutorial esperado: construir una caja de luz UV, ya que nos resultó de
gran ayuda durante el proceso de fabricación de nuestra insoladora, así como a
los genios de LANEVERA Ediciones, que nos echaron una mano en todo
momento.
Por último, a lo largo del tutorial verás recomendaciones y enlaces a ciertos
productos. Nuestra intención no es publicitar nada, sino facilitarte el trabajo
recomendándote aquello que sabemos que funciona y dónde puedes
conseguirlo. Seguramente haya materiales mejores y, quizá, más baratos.
Índice
1. Presupuesto
2. Materiales
3. Qué debes saber sobre la luz ultravioleta
4. La importancia del vacío
5. Manos a la obra
6. Resultado
1. Presupuesto
Dependiendo de los materiales que decidas emplear, el coste final se sitúa
entre 150 y 240 € aproximadamente. Como te decíamos, puedes adaptar la
insoladora a tus necesidades y, por ejemplo, prescindir del husillo, elegir un vidrio
no templado, construir tú mismo la estructura de madera, etc.
Desglosamos a continuación los productos necesarios y su precio aproximado:
- Estructura de madera: 10 € listones cortados / 29,99 € mueble montado
- Vidrio templado: 70 € / 40 € sin templar
- 4 fluorescentes superactínicos: 16 € (4 €/unidad)
- 4 reactancias electrónicas: 48 € (12 €/unidad)
- Bombilla de luz amarilla: 13 €
- 2 interruptores simples: 5 €.
- 2 clavijas, cable, clemas, portatubos, portalámparas y regleta: 15 €.
- Gomaespuma fina: 3 €.
- Husillo (opcional): 39 €.
2. Materiales
Qué necesitas y dónde puedes encontrarlo:
2.1. Estructura de madera
Planteamos dos opciones: construir la estructura tú mismo, que sale algo más
barato, o, como ha sido nuestro caso, adaptar un cajón de almacenaje tipo el
modelo VARDÖ de IKEA, cuyas medidas (70 x 65 x 18 cm) se adecúan
perfectamente a nuestras necesidades.
2.2. Vidrio
En cualquier cristalería se puede encargar a medida. Servirá tanto un vidrio
templado, que soporta más presión pero es más caro, como el cristal común sin
templar. El vidrio templado también es conocido como vidrio de seguridad
porque, en el improbable caso de que se rompiese, lo haría en forma de malla
evitando que ningún cristal salte por los aires. Es el que se utiliza para las lunas
de los automóviles.
Merece la pena invertir en un vidrio templado: tras varios usos, la fuerza del
husillo acabó rompiendo nuestro cristal común de 0,5 cm de grosor y hubo que
sustituirlo por un vidrio templado de 1 cm. Este aguanta perfectamente y no se
curva con la presión.
2.3. Fluorescentes superactínicos
Como se explicará más adelante, se necesitan lámparas emisoras de luz UV-A,
es decir, con una longitud de onda comprendida entre los 350 y los 450
nanómetros. Nosotros proponemos los fluorescentes Philips Actinic BL TL TL-
DK 36W/10 1SL/25.
Es, quizá, el producto más difícil de conseguir. Ármate de paciencia y pregunta
en tiendas locales especializadas en iluminación para que los encarguen.
También es posible encontrarlos por Internet, pero probablemente te obliguen a
solicitar un pedido mínimo demasiado alto, con muchos más tubos fluorescentes
de los que necesitas. Lo dicho, paciencia.
¿Te preguntas por qué nuestra insoladora cuenta con 10 parejas de
portatubos si sólo usamos 4 fluorescentes? Se debe a que hemos
experimentado con varias combinaciones y, al final, la que más nos convence es
la de 4 tubos: el tiempo de insolado se sitúa en poco más del medio minuto, lo
que nos ofrece un margen de error más amplio y práctico que los escasos 15
segundos producidos por la suma de los 10 fluorescentes. Aunque pueda
parecer insignificante, no es lo mismo una variación de 1 o 2 segundos sobre un
tiempo total de 15 segundos que ese mismo valor respecto a 40 segundos.
2.4. Reactancias electrónicas / Balastro electrónico
Es muy importante que sean electrónicas, las reactancias convencionales
(electromagnéticas) tardan más tiempo en encender y generan un parpadeo
inicial contraproducente si tenemos en cuenta que el tiempo de insolado será
mínimo.
Disponibles tanto en tiendas locales de electricidad e iluminación como a la venta
en Internet. Para el modelo de fluorescente anterior necesitarás una reactancia
electrónica de 36W. Y, si quieres ahorrar espacio, existen reactancias dobles
que permiten conectar dos tubos fluorescentes simultáneamente.
2.5. Bombilla de luz amarilla
Suele venderse en cualquier tienda de iluminación o ferretería como lámpara
antimosquitos. La clásica bombilla roja para revelado fotográfico también es una
buena opción.
2.6. Interruptor simple / Conmutador simple
Para evitar complicaciones haremos dos circuitos eléctricos independientes, por
lo que sólo serán necesarios dos interruptores simples. Por supuesto, si sabes
cómo, podrás integrarlo todo en un único circuito de dos interruptores.
2.7. Regleta doble, cable, clemas, clavijas, portatubos y portalámparas.
Además de una regleta doble, hará falta un poco de cable, unas cuantas clemas
adecuadas a su grosor, un par de clavijas, dos soportes T8-G13 por cada
fluorescente y un portalámparas para la bombilla amarilla.
2.8. Gomaespuma / Espuma de poliuretano
En las tiendas de tapicería se venden planchas de espuma de poliuretano que
son utilizadas para rellenar sofás, cojines, etc. Es fundamental que compres una
no demasiado gruesa o producirá un mal contacto entre el fotolito y la pantalla.
Te recomendamos que sea de 1 cm aproximadamente.
2.9. Husillo
Las insoladoras profesionales emplean un sistema de vacío que sella a la
perfección la pantalla contra el cristal y, por tanto, asegura una reproducción
exacta del fotolito. Como alternativa sencilla y práctica a la succión, te
proponemos instalar un husillo que ejerza la presión necesaria sobre la pantalla.
Garantizamos que cumple estupendamente su cometido: hemos realizado todos
nuestros trabajos con esta insoladora.
No obstante, si no tienes intención de insolar tramas muy finas y detalladas,
podrás sustituir el husillo por el peso de algo como libros, garrafas de agua, etc.
3. Qué debes saber sobre la luz ultravioleta
La emulsión serigráfica es sensible a la luz ultravioleta y, dentro de esta,
reacciona especialmente con aquella cuya longitud de onda se encuentra entre
320 y 400 nanómetros, lo que se conoce como rayos UV-A. Por lo tanto, las
lámparas más eficientes serán las que emitan una mayor cantidad de luz UV-A.
Fíjate en el porcentaje de luz UV-A generado por los fluorescentes súper
actínicos que te recomendamos, según su propia ficha técnica:
La ficha de la emulsión que nosotros empleamos (Azocol Z1), al igual que la gran
mayoría de emulsiones fotosensibles, recomienda el uso de una fuente de “luz
azul-actínica de una longitud de onda entre 350-420 nm”. Aplicando ese tipo de
luz conseguimos un insolado perfecto en menos de un minuto.
La luz amarilla y roja no afectan a la emulsión porque, como se puede ver en el
gráfico, su longitud de onda se sitúa muy lejos de los valores fotosensibles. Esto
nos permite utilizarla para manipular la emulsión sin riesgo de que reaccione.
4. La importancia del vacío
Si lo que buscas es una insoladora de calidad profesional que te permita insolar
tramas muy finas, un buen contacto entre el fotolito y la pantalla es fundamental.
Se trata de evitar cualquier tipo de distorsión durante su reproducción: moirée,
bordes defectuosos, etc. Como comentábamos al hablar del husillo, las
insoladoras profesionales emplean un sistema de vacío que succiona el aire y
sella la pantalla contra el cristal, embutiendo a la perfección el fotolito entre
ambos.
Como alternativa al vacío por succión, que puede resultar más complicado y
caro, te proponemos una sencilla prensa de husillo. Sólo hace falta combinarla
con una plancha de gomaespuma y un tablón de madera para repartir la presión
de forma homogénea. La madera debe ser lo suficientemente gruesa para que
no se curve con la fuerza del husillo o, al menos, no demasiado, mientras que la
gomaespuma medirá en torno a un centímetro. Ten en cuenta que una plancha
de gomaespuma demasiado gruesa absorbería la presión ejercida y no
conseguiría sellar adecuadamente la pantalla y el cristal, produciendo así un
insolado defectuoso.
Aprieta el husillo sin miedo y, una vez que encuentres el punto de presión ideal,
haz una marca en él. Así tendrás un punto de referencia al que acudir. Los
fluorescentes, al ser una fuente de luz difusa, necesitan un sellado impecable
entre fotolito y pantalla. Son más exigentes que otras fuentes de luz directa,
como el foco halógeno de 500W que probablemente hayas empleado en alguna
ocasión, pero producen mejores resultados y lo hacen en menos tiempo.
5. Manos a la obra
Empezamos la construcción de la insoladora. Vamos paso por paso:
1- Ensamblamos las distintas partes del cajón de madera VARDÖ excepto
las ruedas y los remaches superiores para anclar la tela de cierre, que no
vamos a utilizar. Además, uno de sus laterales deberá permanecer abierto
para incorporar la base posteriormente.
2- Marcamos sobre la base el lugar que ocuparán los fluorescentes, la
bombilla amarilla y el espacio para las reactancias.
La distancia entre fluorescentes y de estos al cristal no tiene por qué
mantener una relación específica. Tras experimentar con varias medidas,
hemos comprobado que su variación sólo afecta al tiempo de insolado, no
a la calidad del resultado. Esta regla funciona siempre y cuando se
cumplan unos requisitos mínimos: que la distancia entre fluorescentes sea
siempre la misma para generar una luz homogénea en cualquier punto, y
que esa distancia, así como la de los fluorescentes al cristal, no sea tan
pequeña como para producir sombras entre tubos. En nuestro caso, la
separación entre fluorescentes es de 14 cm, mientras que la distancia
entre estos y la parte superior del cristal (donde colocamos el fotolito) es
de 11,5 cm.
3- Vamos a ocultar el cableado bajo la base para que no esté a la vista. Para
ello, taladraremos los orificios por los que saldrán los cables de los
portatubos y abriremos cuatro espacios en la zona de las reactancias que
nos permitan conectarlas. Por último, habrá que perforar el hueco del
portalámparas destinado a la bombilla amarilla.
Si prefieres prescindir de taladro, brocas y sierras puedes sustituir la base
de madera por cartón pluma blanco, que se manipula con facilidad y es
más ligero. Una vez que hayas realizado todos los agujeros, incorpora la
base al cajón de madera y ciérralo con el lateral que faltaba.
4- Empezamos con las conexiones eléctricas, que deberán seguir el
siguiente esquema:
5- Lo primero será cortar el cable necesario, pasarlo por los agujeros
perforados en la base y conectar los portatubos y las reactancias.
Recuerda pelar el cable, es decir, cortar con unas tijeras o unos alicates
un par de milímetros del plástico que lo envuelve para dejar los hilos de
cobre al aire. Pela el mínimo cable necesario para mantener la conexión
aislada y evitar que sobresalga cobre fuera esta. Las reactancias
electrónicas suelen especificar la longitud requerida.
Los portatubos reciben el cable a presión, mientras que las reactancias
incluyen una pestaña a presionar para introducir el cable y las clemas lo
fijan con un tornillo. Asegúrate de que el cable queda siempre bien
anclado.
6- Fijamos con cola de contacto los portatubos, el portalámparas, las clemas
y las reactancias (una sobre otra en dos grupos) a la base. Al instalar los
fluorescentes es posible que la unión entre los portatubos y la base se
resienta. Para reforzarla puedes añadir una pequeña lámina de cartón
pluma o madera que ejerza como tope y ancle el portatubos en su
posición.
7- Con el mismo material del tope haremos la caja que oculta las reactancias
y el cableado. El punto medio de esta caja lo ocupa la bombilla amarilla,
para la que vamos a reservar una zona específica en forma de medio
cilindro. Un tubo de envío postal, el interior de un rollo de papel de
cocina… cualquier cartón cilíndrico servirá.
Lo seccionamos a la mitad y hacemos un corte a una altura de 12,5
centímetros. Tras pintarlo de blanco se añaden las dos piezas de 31 x 5
centímetros que conforman el resto de la caja. Pueden ser pegadas con
cola o, simplemente, unidas con cinta en su parte interior. Por último, tras
acoplar la caja a la base de la misma manera, sólo falta añadir una última
pieza de 66 x 5 centímetros como tapa superior.
8- Instalamos los fluorescentes girándolos en los portatubos, acoplamos la
bombilla amarilla, posamos el cristal y nuestra insoladora ya estará lista
para ser utilizada.
¿No funciona? Revisa las conexiones detenidamente y verifica que son
correctas. Un buscapolo puede ser un gran aliado para detectar dónde
está el problema.
9- Si finalmente decides instalar un husillo, será necesaria una estructura
sólida que soporte su fuerza. En nuestro caso hemos utilizado listones de
madera de 6 x 3 centímetros anclados a un secadero de pantallas
construido bajo la insoladora.
Serramos los listones y perforamos con una broca todos los anclajes, así
como el agujero que será atravesado por el husillo. Añadimos cola para
madera y clavamos cuatro tornillos largos (6 cm) en las dos uniones entre
listones. Atornillamos igualmente los anclajes e instalamos el husillo.
6. Resultado
Este es el aspecto final de tu insoladora ultravioleta, preparada para darte
resultados profesionales en menos de un minuto. Si tienes dudas o te has
quedado atascado en algún punto, estaremos encantados de ayudarte. Puedes
escribirnos a [email protected].
¿Te ha servido de ayuda el tutorial? Pues compártelo libremente. Y es que
mucho de lo poco que sabemos es gracias a la ayuda desinteresada de otros.
Ya hemos mencionado a LANEVERA Ediciones y la Vostok, pero la lista es
bastante más larga (somos unos pesados) e incluye a Estudio Chirrikenstein,
Pulpo en su tinta o Jan Barceló, entre otros. ¡Gracias!