Comprensión epistemológica sobre las intencionalidades de prácticas letradas entre papel y
pantalla en el entramado universitario*
María del Rosario Piñeros Botero1
Resumen
En este artículo se hace una aproximación epistemológica que permite enmarcar las
construcciones de la práctica pedagógica del docente que orienta las formas de leer y escribir entre
papel y pantalla de los estudiantes de primer semestre. Para lo cual se aborda el comprender la PP
y sus intencionalidades en la enseñanza que contienen las representaciones sociales y culturales del
docente, las dimensiones y las características de su PP que orienta las prácticas letradas entre papel
y pantalla.
Lo anterior se soporta desde la pedagogía hermenéutica planteada por Barragán (2015) que
aborda la comprensión de la PP desde el planteamiento del saber práctico de Gadamer (1998) y su
relación con la educación desde Carr (1996) y Kemmis (1993). Así mismo, es indispensable tener
en cuenta el análisis de la PP de Zuluaga, et al, (2003) y Dewey (1989) con respecto al
conocimiento teórico y práctico con el fin de establecer la PP y los propósitos de las prácticas
letradas entre papel y pantalla que Gimeno (1998) y Cassany (2006) plantean.
1Profesional en Psicología, Magister en Lingüística y Candidata a Doctor en Educación. Docente universitaria en el área de humanidades y Competencias Comunicativas. Docente para el área de Humanidades y Competencias Comunicativas para el Programa académico de Ingeniería Electrónica UPTC sede Sogamoso. Línea de investigación: Educación para las Ingenierías. Proyecto en proceso “Orientaciones didácticas desde la alfabetización académica y multimodal para docentes de la facultad de Sogamoso”. [email protected]. Calle 4 Sur No. 15-134 – Sogamoso. PBX 7701693. *Avance de tesis doctoral intitulada “Comprensión de la Práctica pedagógica del docente que orienta las formas de leer y escribir entre papel y pantalla del estudiante en iniciación universitaria”. Doctorado en educación. V Cohorte Universidad Santo Tomás. Línea de investigación Pedagogía.
Palabras Clave: Alfabetización académica, Alfabetización digital, Práctica pedagógica, Lectura
entre papel y pantalla, Epistemología de la práctica pedagógica.
Abstract
In this paper an epistemological approach is proposed to frame the constructions of the pedagogic
practice (PP) of the teacher to orient the forms of reading and writing between paper and screen of
the first semester students. In order to understand the PP and its intentionalities in teaching which
contain the social and cultural teachers ‘representations, the dimensions and characteristics of his
PP that guides literate practices between paper and screen.
This is supported by the hermeneutic pedagogy proposed by Barragan (2015), which addresses the
understanding of PP based on Gadamer’s approach that discusses the practical knowledge and its
relationship with education from Carr (1996), Kemmis (1993). It is also necessary to take into
account the analysis of the PP by Zuluaga and Dewey (1989) with respect to theoretical and
practical knowledge in order to establish the PP and the purposes of literary practices between
papers and screen that Gimeno (1998) And Cassany (2006) propose.
Keyword
Academic Alphabetization, Digital literacy, Pedagogical practice, reading between screen and
paper, Epistemology of pedagogic practice.
Introducción
La problemática de las prácticas letradas entre papel y pantalla presenta una vasta
producción investigativa centrada en responder los interrogantes qué, cómo, para qué y qué medios
emplea el estudiante para la comprensión lectora entre papel y pantalla. Sin embargo, no se plantean
interrogantes entorno a ¿Cuál es la construcción de la Práctica Pedagógica (PP) que hace el docente
para orientar las formas de leer y escribir entre papel y pantalla de los estudiantes de primer
semestre desde sus disciplinas y espacios curriculares? por cuanto los diferentes enfoques que
analizan la problemática, indican transformaciones de la PP con respecto a las concepciones del
docente que deben ser abordadas como prácticas letradas académicas y disciplinares, tal y como
indica la Alfabetización Académica (AA).
En cuanto a la lectura en pantalla y el uso masivo del internet, se plantea el diseño y
planeación de rutas para acceder a la información, argumentado por la Alfabetización Digital (AD)
y la lectura y escritura en pantalla presenta diferentes modos caracterizados por la imagen, el
movimiento y el sonido entre otros, lo cual constituye el planteamiento de la Alfabetización
Multimodal (AM).
Dichos planteamientos convergen en varios aspectos: en primer lugar que el docente debe
necesariamente modificar su PP para orientar su proceso de enseñanza y así evitar las prácticas
tradicionales en una cultura que se encuentra atravesada por el uso de TIC. En segundo lugar el
docente debe diseñar, planear y establecer los mecanismos para integrar las posturas académicas
disciplinares, informacionales y multimodales en las prácticas letradas.
Por tanto se presenta una aproximación epistemológica desde la pedagogía hermenéutica
para dar cuenta de la comprensión de las intencionalidades de las prácticas letradas entre papel y
pantalla en el entramado universitario a partir de los principales factores que constituyen la PP del
docente.
La práctica pedagógica: su comprensión desde en una pedagogía hermenéutica para
un saber práctico y reflexivo.
La PP se aborda para su comprensión desde la hermenéutica que derivada su término desde
Hermeneutike techné para ser definida como el arte de interpretar de acuerdo con la mitología
griega, designa la actividad de llevar los mensajes de los dioses a los seres humanos, y se puede
relacionar con un ángel que trae noticias, o a los poetas que crean formas de comprender el mundo
(Ferraris, 2001). También en el sentido clásico la hermenéutica se define como el arte de interpretar
textos.
En ese sentido Gadamer (1988), toma a Nietzsche para indicar que no existen hechos sino
interpretaciones, sin duda la realidad es susceptible de ser interpretada pero ¿acaso se es consciente
de las implicaciones y las consecuencias que tienen el hacer interpretaciones?, pues a partir de la
interpretación se designan caminos que conducen a guías de actuación.
La pedagogía hermenéutica entendida como un constructo emergente con la intención de
establecer un diálogo entre la filosofía hermenéutica y la educación en el contexto de entornos
digitales (Barragán 2015) pues permite comprender y reflexionar sobre la PP del docente y los
cambios suscitados por las TIC.
La PP va integrando su praxis como una acción con un horizonte reflexivo que se ha dado
a lo largo de los años gracias a los saberes prácticos que han desarrollado conceptos y teorías
incorporadas mediante la experiencia. Sin embargo la ciencia moderna al dominar la producción
de conocimiento legitimiza y niega dichos saberes, desdibujando así las visiones del mundo y sus
comprensiones para constituir el conocimiento científico en donde sus criterios de validez se
convierten en el rasero de la medida para lo dicho y lo que está por decir por cuanto establece las
condiciones metodológicas y su éxito obedece a que su abstracción bloquea otras posibilidades
interrogativas. (Gadamer, 1998).
Al respecto Dilthey (1978), plantea las ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu que
“tienen por objeto la realidad histórico-social” (Dilthey, 1966, p. 39) y sostiene que mientras las
primera pretenden explicar el mundo para dominarlo, las segundas pretenden comprender su
objeto, identificando la diferencia entre explicación y comprensión frente a dos modos de concebir
la ciencia según su objeto de estudio que es predecible para las ciencias de la naturaleza e
impredecible para las ciencias del espíritu que se refieren al ser humano.
De lo anterior se plantea una metodología cuantitativa en el caso de las ciencias de la
naturaleza y cualitativa para el de las ciencias humanas o las ciencias del espíritu, ésta última
permite la comprensión de la realidad educativa de la cual se desprende la PP del docente y por
ende su reflexión sobre las intencionalidades en sus orientaciones para las prácticas letradas entre
papel y pantalla que destaca una realidad acompaña por el uso de TIC.
Dicha realidad según Gadamer (2001) es planteada por los griegos como episteme, que se
sustituye progresivamente por la técnica (tejne) entendida como la habilidad para hacer algo con
destreza, permitiendo tomar lo natural y convertirlo en artificial, pero al mismo tiempo implica una
destreza suficiente que posibilite configurar propiamente un oficio concreto. Sin embargo, en la
actualidad, la comprensión de la técnica parece estar imbuida en la tecnología (tectainomai) que
comprende el hacer, el construir que en esencia es la ejecución de la acción en contraposición con
la tejne en donde el domino del oficio y la creación material constituyen un momento de la
racionalidad humana. Por tanto el concepto de la técnica ha desplazado al de la praxis, es decir “la
competencia del experto ha desplazado a la razón política”. (Gadamer, 2001, p. 647).
La ciencia concebida por los griegos es admisible en la medida en que el ser humano puede
conocer mediante un saber metodológicamente sistemático a fin de comprender el orden del mundo
(cosmos). Sin embargo desde la modernidad se propone el cogito cartesiano, es decir la razón como
fuente de compresión de los fenómenos. De tal modo que la racionalidad humana produce de
manera radical procedimientos metodológicamente rigurosos que posibilitan entender y controlar
de manera racional los fenómenos del mundo, incluyendo explicaciones, tanto para fenómenos
naturales como sociales. (Barragán 2013).
La comprensión de la PP según Carr (1990) se sitúa desde la práctica como phronésis
(razonamiento práctico), filosofía práctica que se entiende como un saber hacer en búsqueda de un
bien común que existe solamente para quien realiza la acción bajo la tejne (razonamiento técnico),
caracterizada por integrar el conocimiento humano, bajo los planteamientos de la filosofía práctica
de Aristóteles
Desde la fundamentación anterior, Kemis (2012) plantea que la PP no se reduce a la
situación de la suficiencia de un conocimiento disciplinar en particular sino que también recoge y
conjuga todo el ser del docente para dar el sentido phronético de su actuar. Por tanto la práctica es
un espacio privilegiado para la construcción de conceptos y teorías que conjugan la reflexión sobre
el hacer para lo cual indica que el sentido y la significación de la PP se construye sobre el plano
social, histórico y político, lo cual solo puede entenderse de forma interpretativa crítica. Por tanto
el docente configura sus intencionalidades desde la reflexión de sus propias prácticas y sobre
aquello que ha construido racionalmente entre teoría y práctica.
Al respecto la PP en el contexto de las Instituciones de Educación Superior (IES) establece
la enseñanza como un medio de acción y práctica, a la cual como parte del campo aplicado, no solo
le corresponden los conceptos operativos, pues la experimentación debe reconfigurar dichos
conceptos en torno a la reflexión con el fin de articular y relacionar la teoría y la práctica. Es así
que se considera la práctica por su pedagogía como “la disciplina que conceptualiza, aplica y
experimenta los conocimientos referentes a la enseñanza de los saberes específicos en las diferentes
culturas”. (Zuluaga et al., 2003.p99).
Es decir, que la PP se compone tanto de los saberes propios de las ciencias sociales como
el ejercicio del conocimiento en la interioridad de una cultura. En ese sentido Dewey establece la
relación intrínseca entre práctica y teoría cuando el niño llega al aula “ya es intensamente activo y
el cometido de la educación consiste en tomar a su cargo esta actividad y orientarla” (Dewey, 1989,
p. 25). Para lo cual considera cuatro principios que determinan la iniciación escolar del niño como
“impulsos innatos –el de comunicar, el de construir, el de indagar y el de expresarse de forma más
precisa” - que constituyen “los recursos naturales, el capital para invertir, de cuyo ejercicio depende
el crecimiento activo del niño” (Dewey, 1989, p. 30) a través de factores sociales como los
intereses, costumbre y hábitos que acompañan al estudiante y que son la materia prima, base de la
orientación en la PP. Es así que la dinámica cultural tiene significación y sentido para el docente
en sus intencionalidades en su praxis para orientar sus prácticas letradas entre papel y pantalla, en
tanto permite al estudiante vincularse en su entorno con el propósito de mejorarlo y transformarlo.
Al respecto, Dewey plantea que tanto los estudiantes como los adultos son seres activos que
aprenden con la interacción de problemas abstraídos de su propia realidad, es decir, aquellas
situaciones que son de interés para el sujeto. Por tanto, establece que el pensamiento es para todos
un instrumento destinado a resolver los problemas de la experiencia y a su vez es el conocimiento
conformado por la acumulación de sabiduría que genera esta resolución de dichos problemas.
Por tanto, es claro que enseñar no es hacer el seguimiento de los contenidos de un texto
escolar, Zuluaga, Molina, Velásquez, y Osorio (1994), enseñar para Dewey es transformar los
contenidos para la vida, la experiencia y la acción. Es decir, las concepciones desde lo disciplinar,
lo curricular y lo didáctico reflejan las intencionalidades del docente en su PP para orientar los
contenidos sobre la realidad que compone las necesidades sociales, políticas y económicas del
estudiante a través de diferentes formas de leerla y expresarla en la escritura.
La PP concebida como “la experiencia o vivencia de los eventos intencionados y
espontáneos entre maestros y estudiantes en los que se realiza la educabilidad de los seres humanos
a través de la enseñabilidad de los distintos saberes. Son esos encuentros, dialógicos, éticos e
intersubjetivos por excelencia, que los agentes educativos suelen llamar procesos de enseñanza-
aprendizaje”. (Baracaldo, 2007).
Entre los principales elementos que componen la PP del docente en la universidad: primero
las creencias y concepciones que en general componen la experiencia, los contenidos disciplinares,
transformados desde los entornos familiares, sociales y políticos para la vida, la experiencia y la
acción. Segundo compone la cultura institucional desde lo disciplinar, las dimensiones de la PP,
lo curricular y lo normativo instituido por propósitos misionales que comprenden el estado, la
Institución Educativa Superior (IES), los programas académicos, lo curricular y las asignaturas, lo
cual se enmarca en las intencionalidades de la PP del docente.
Intencionalidades sobre la orientación de las prácticas letradas entre papel y
pantalla en el entramado universitario.
La enseñanza según Blanco (1994) se concibe como una actividad intencional que consiste
en el ejercicio deliberado de influir sobre aquellos a los que se enseña, tal influencia representa el
proponer (no imponer) significados sobre la realidad, a través del conocimiento disciplinar y las
formas en que éste se hace accesible a los estudiantes a través de las dimensiones conceptuales de
la PP.
La intencionalidad en la comprensión en la PP indica ese conjunto de acciones y saberes
que permean al docente dentro del horizonte de sus actuaciones concretas y determinadas hacia un
bien común, en clave con la hermenéutica resuelve indirectamente el obstáculo de la objetividad,
pues si ésta no existiera por parte del docente se interpretaría sobre la existencia de una objetividad
pura y éste no se dejaría empapar por lo que se presentara como evidente en el resultado de sus
experiencias y representaciones sociales y culturales. Es así que la intencionalidad es en cierta
forma un sentido de confianza para aceptar la cultura inmersa en las relaciones con el otro.
(Barragán 2013).
La enseñanza como actividad intencional implica su comprensión como acción del docente
a través de su PP que conlleva una significación, supone las representaciones sociales y culturales
del docente sus conocimientos disciplinares, experiencias y ejes misionales que soportan los
propósitos de su enseñanza. Es decir la comprensión que alcanza al mundo actual desde lo social e
histórico que permite el integrar las significaciones en comunidades que comparten un modo de
vida y sus fenómenos. Para lo cual Gadamer plantea la existencia humana, como la manera del ser
del hombre que precisa la comprensión dando sentido de unidad al que comprende con aquello que
se está comprendiendo.
Para dar sentido a lo anterior se plantean elementos que demarcan la PP del docente,
entendidos como:
Las representaciones sociales del docente.
Las representaciones se constituyen a partir de elementos subjetivos, construidos a lo largo
del tiempo, definida como imagen-mental, que se permea mediante la interacción con el lenguaje
–hablado, escrito y/o gestual, se determina por su permanencia en comunidad. Según Oliveira
(2011) “constituye una creencia –o es elemento de una creencia- y es la base del significado que
adquiere sentido a partir de la interacción de nuevos estímulos relacionado con una cosa, evento,
acción o proceso.” (p. 29).
Dichas creencias dan sustento a las representaciones de los sujetos resultan de vital
importancia y es a través de la interacción con los otros en la que se develan. Las representaciones
del docente deben ser entendidas en función del momento y del lugar de donde se conciben, desde
el imaginario de una comunidad. Estas se transforman en función de su trayecto, de vida, en cuanto
hicieron familiar lo desconocido.
Al reconocer los procesos de construcción de imaginarios y creencias posibilita comprender
las representaciones que inciden en la construcción de la PP del docente para orientar las prácticas
letradas entre papel y pantalla del estudiante.
Las representaciones sociales según Moscovici (1979), se refieren a:
“(...) un modo particular de entender y de comunicarse, propio de una sociedad o de un grupo social
determinado, mediante el cual se construye la realidad y el conocimiento de la vida cotidiana, y explica: Las
representaciones, por su funcionamiento como marco de interpretación de los mismos fenómenos, se
convierten en uno de los factores constitutivos de la realidad y de las representaciones sociales. “ (Moscovici,
1979, p 54).
Tales representaciones sociales se entienden como una manera de interpretar y comprender
la construcción que hace el docente para su PP a partir de su realidad y la forma de apropiar su
entorno desde lo familiar y social hasta lo disciplinar e institucional.
Por otra parte, la comprensión de las representaciones sociales también hace parte el
entramado universitario entendido como un espacio social y cultural complejo en el que
convergen, entre otros, intereses cognitivos, intelectuales, sociales, investigativos, formativos,
pedagógicos y didácticos, imaginarios, problemas y paradigmas teóricos (Abril & Manzano, 2013).
Las representaciones culturales del docente y el entramado universitario.
El entramado universitario se forma a partir de la interacción de los ejes misionales
académicos, investigativos y de la interrelación social o la extensión, los cuales conforman las
intencionalidades en perspectiva con la enseñanza y su PP a través de la praxis en donde la
prudencia (Phrónesis) es fundamental para el docente en pensar en la ética, la moral y la política
con lo cual se hace imprescindible pensar la PP con una mirada que sobre pase los límites de las
técnicas y los conocimientos en función del mejoramiento y la transformación social y cultural y
la formación de sujetos autónomos y críticos. (MANE, 2013).
Dicho entramado está conformado por los siguientes ejes misionales:
La docencia comprende los procesos de enseñanza-aprendizaje regulados por la PP del
docente quien orienta en forma sistemática y crítica la construcción, apropiación y difusión del
conocimiento y los saberes, quien promueve la formación profesional y el desarrollo de
competencias mediante el diseño de entornos de aprendizaje en función de la relación dialógica
permanente entre docentes y estudiantes a través del ejercicio pedagógico. La docencia se
encuentra íntimamente relacionada con la investigación y la interrelación social. La investigación
se refiere al proceso sistemático y crítico de construcción y generación de conocimiento a través
de la innovación y renovación en los campos de la ciencia, la técnica, la tecnología, las artes, la
filosofía, las humanidades y los saberes propios. Además, se encuentra en relación íntima con la
gestión del conocimiento y el desarrollo de competencias informacionales acordes con las IES en
todas sus tipologías. Los resultados de la investigación se entenderán como un bien común de la
sociedad y la comunidad educativa. Y la interrelación social (extensión) se forma por la relación
directa y recíproca que tienen las IES con la sociedad. Por tanto, ésta es una relación de integración
que establecen las IES con el entorno y los actores sociales del contexto en el que se desenvuelven.
Se establecen las representaciones de la PP de los docentes cuanto las sociales se definen
por sus creencias y concepciones y las culturales se definen por el entramado universitario en el
cual se encuentra inmerso y que se encuentra en coherencia con los ejes misionales a nivel
institucional implicados por las tecnologías de la información.
Tales representaciones hacen parte de la construcción que hace el docente de su PP y del
conocimiento que en forma gradual y progresiva se gestan mediante sus concepciones. (Porlán y
Rivero 1998). En ese sentido el docente posee significados adquiridos explícitamente durante su
formación disciplinar y de experiencias continuas sobre aspectos que se distinguen en el currículo
como: contenidos, destrezas, orientaciones metodológicas, pautas de evaluación” (Gimeno
Sacristán, 1997).
Según Machiarola (1998) el conocimiento del docente procede de sus creencias, disciplinas
y representaciones a través de la experiencia y validadas a través del saber científico, en donde
encuentra razones que le permiten justificar sus creencias y transformarlas en conocimientos.
De esta manera, las intencionalidades del docente universitario se integran dinámicamente entre
el conocimiento experiencial y el conocimiento teórico organizado del que se apropia durante
su formación continua y las condiciones socio-históricas e institucionales en las que sus PP se
desarrollan.
Las dimensiones conceptuales de la PP.
La PP del docente la componen su características sociales, institucionales y comunicativas que
develan las intencionalidades enmarcadas en dimensiones conceptuales que según Moreno,
Rodríguez, Torres, Mendoza, y Vélez (2006) corresponden al campo o contexto que posibilita la
configuración del saber pedagógico determinado por su situacionalidad histórica. Tales
dimensiones se plantean como:
- Dimensión Disciplinar: es la concepción que tiene el docente acerca de su disciplina, de
sus procedimientos, de su historia y la epistemología de los conceptos básicos. De igual
manera el docente comprende el conocimiento acerca de cómo los estudiantes desarrollan
ese conocimiento.
- Dimensión procedimental: se refiere a los mecanismos más apropiados y eficaces para
organizar el proceso didáctico y el conocimiento curricular. Es decir, comprende el diseño,
producción y organización del trabajo en el aula en relación con los aspectos propios de la
disciplina, destaca el cómo y cuándo se enseña, los momentos y mediaciones para el
aprendizaje.
- Dimensión estratégica: integra la comprensión que tiene el docente de las PP desde su
anticipación (planificación) su reflexión y discusión frente a los temas tratados y sus
diferentes vías de acceso para crear significados en el estudiante después de una clase.
- Dimensión ética política: hace énfasis en el desarrollo de la conciencia en el docente
alrededor de varios aspectos fundamentales: primero, evidencia las intencionalidades
explicitas o implícitas que orientan el desarrollo de sus acciones y sus propósitos políticos
frente a la sociedad que lo circunda. Segundo, destaca el pensamiento crítico y su
responsabilidad social frente a su práctica con respecto a lo público y al derecho. Tiene
como finalidad orientar al estudiante hacia la comprensión crítica de su propio mundo para
abordar el conocimiento y aplicarlo para transformar su entorno con el fin de construir un
nuevo orden social.
Las dimensiones descritas develan las intencionalidades para orientar las formas de leer y
escribir entre papel y pantalla pues desde lo disciplinar se entrevén las tendencias y enfoques
disciplinares mediante los cuales precisa como concibe los conocimientos disciplinares en su
discurso y actividades académicas. Desde lo procedimental destaca el cómo y cuándo acerca los
conocimientos disciplinarios al estudiante con el desarrollo de asignaturas previamente planteadas
en el currículo mediante las actividades académicas que contienen lecturas con propósitos
previamente planeados para resolver problemas, tomar decisiones, a través de talleres,
laboratorios, consultas, lecturas previamente asignadas en papel o en pantalla y ejercicios de clase,
entre otros, En lo estratégico se develan acciones para determinar de qué forma concibe e
implementa las lecturas orientadas para complementar o para mediar la enseñanza que permiten
cumplir con los propósitos de enseñanza. Frente a lo ético y político, se observa la preponderancia
en el discurso y el uso de herramientas tecnológicas y la red que requieren ser planeadas con rutas
pedagógicas para identificar, seleccionar, evaluar y vincular la información que de igual forma
permite bordar otras culturas que acercan los conocimientos disciplinares hacia la realidad social
para su mejoramiento y transformación.
Para la comprensión de las dimensiones conceptuales descritas se requiere precisar las
prácticas letradas entre papel y pantalla en el entramado universitario.
Desde el entramado universitario las prácticas de lectura y escritura entre papel y pantalla,
se caracterizan según Pérez & Barrios, (2007) por encontrarse inmersas en los ámbitos de la praxis
humana de las sociedades letradas por lo cual son una condición básica para el desarrollo de dichas
sociedades. Un entorno en donde lo que prevalece es la universidad como institución puesto que
en ella se reflexiona de modo escrito sobre el conocimiento científico y académico.
La tradición de la escritura académica se refiere al conjunto de publicaciones científicas
que producen las distintas disciplinas o ámbitos de conocimiento. A pesar de que todas estas
publicaciones comparten algunos rasgos comunes, cada disciplina contiene particularidades
culturales, socio-cognitivas, discursivas y lingüísticas que se tienen en cuenta para la comprensión
de las formas de leer y escribir en la práctica profesional y científica. (Morales y Cassany, 2009).
Carlino (2005) señala que la lectura y la escritura académica corresponden al conjunto de
nociones y estrategias requeridas para participar en la cultura discursiva de las disciplinas que de
igual forma se convierten en actividades de producción y análisis de los textos requeridos para
aprender en la universidad. Leer y escribir en la universidad implica para los estudiantes enfrentarse
a nuevas prácticas discursivas diferentes a las acostumbradas en contextos académicos previos,
como el colegio.
Es así que cada disciplina está formada por una comunidad discursiva que contiene el uso
de unas prácticas lectoras y escritoras particulares, con unos géneros discursivos propios
desarrollados por el conjunto de sus miembros a lo largo de la historia de cada disciplina. De tal
modo que se interrelaciona con el entorno físico, la cultura y la lengua. La Ingeniería, la
Odontología, la Biología y la Economía, entre otros son ejemplos de comunidades discursivas.
La enseñanza en la comprensión y producción de los géneros científicos propios de cada
comunidad discursiva es la universidad. En las cátedras universitarias se enseña a procesar los
textos que se usan en cada especialidad, al mismo tiempo que se aprenden los fundamentos de la
disciplina, sus objetivos, métodos y procedimientos.(Cassany & Morales, 2008).
Cada comunidad discursiva construye y usa discursos con diferentes fines, pues la
comunicación no se limita a transmitir saberes disciplinares, también se refiere a un conjunto de
significados lingüísticos, pragmáticos, retóricos, contextuales y sociocognitivos que los
interlocutores comparten en función de la comprensión del discurso, se refiere también a actualizar
el contenido y negociar la incorporación a dicha comunidad junto con los contenidos conceptuales.
Desde el enfoque social cultural la lectura y la escritura corresponden a prácticas sociales
que se encuentran implicadas en aprender las convenciones culturales propias de cada entorno,
pues argumentan que en la comunidad universitaria existen muchas diferencias, por ejemplo al
elaborar un diagrama de flujo que describe un proceso de ingeniería y presentar una demanda
judicial o redactar una crónica periodística, existen grandes diferencias en los saberes,
conocimientos y propósitos comunicativos. Es así que los textos escritos son diferentes en cada
contexto, al igual que los procedimientos para leerlos o escribirlos. Cada género discursivo y cada
ámbito presentan nuevos retos al lector. (Valery, 2000; Vygotski, 1977)
En consecuencia, los estudiantes que inician una carrera universitaria se enfrentan al
aprendizaje de las prácticas letradas nuevas, las propias de la disciplina que empiezan a estudiar,
sea ingeniería, derecho, periodismo o cualquier otra. Estas prácticas son complejas, utilizan
discursos altamente especializados y exigen saber construir significados de modo específico, de
acuerdo con una tradición preestablecida.
En ese sentido Alvarez (2010), plantea la lectura, como práctica sociocultural para hacer
referencia al conjunto de hechos y situaciones relacionadas con los efectos socializantes y
simbólicos (funciones, finalidades, valoraciones, usos sociales, culturales y políticos que tiene),
referidos a por qué y para qué se lee.
Gruzinski (1999) establece la cultura como un proceso de luchas y tensiones entre
significados y sentidos circulantes socialmente, por lo cual la lectura y escritura es una práctica
emergente histórica, cambiante y en permanente configuración de significados. Se caracteriza
según sus diferentes formas que en papel tiende a ser continua, lineal, secuencial y lenta que implica
concentración y creatividad y en pantalla es rápida fragmentada, parcial, simultanea e hipertextual.
La PP y su orientación de las formas de leer y escribir entre papel y pantalla en el
entramado universitario.
La construcción de la PP como se viene comprendiendo contiene la phrónesis del docente
en representaciones sociales, culturales y las dimensiones conceptuales de la PP que develan las
intencionalidades para orientar las prácticas letradas entre papel y pantalla. Al igual el uso de
tecnologías en el entramado universitario se comprende por la conjugación de la teoría y praxis
desde el sentido de las acciones educativas frente a sus fines ético, morales y políticos para
responder preguntas pedagógicas que plantea Carr ¿por qué lo hago así?, ¿de dónde proviene ese
método?, ¿cuál es su finalidad?, ¿qué utilidad tiene? y ¿por qué es tan difícil hacer las cosas de otra
forma?, entre otras. (Candela y Toscano 1991).
Desde el entramado universitario emerge un modelo de enseñanza presencial con apoyo de
internet considera el uso de TIC como herramienta auxiliar que soporta el proceso de enseñanza y
caracteriza la orientación de la PP del docente como facilitador y orientador de procesos de
enseñanza centrados en el aprendizaje en correspondencia con el estudiante activo, participativo,
cooperativo, solucionador crítico de problemas en su entorno social y cultural para conformar
integralmente personas y profesionales cogestores de su propio aprendizaje.
Al respecto Cassany (2011), indica como el desarrollo de dispositivos tecnológicos y la
conexión a Internet replantea las formas de leer y de acercarse a la cultura académica escrita. Por
tanto se ubican nuevas y tradicionales maneras de organizar la información en coexistencias con
los soportes impresos y digitales, diferentes formas de comprender y representar el conocimiento,
así como híbridos en los géneros discursivos y tipologías textuales.
Al plantear la inclusión de nuevas formas de leer y escribir entre papel y pantalla se suma
nuevas culturas en la lectura y escritura universitaria a la cual Carlino (2005) indica se encuentran
inscritas en las propias disciplinas que deben enfrentar los estudiantes al ingresar a la universidad.
Sumado a lo anterior, se hacen lecturas impresas al igual que en red en donde los
estudiantes encuentran gran cantidad de información que tiene procedencia, contextos e incluso
lenguas distintas. Los estudiantes enfrentan textos con estructuras menos lineales y con acceso
inmediato a otras fuentes. Así mismo, los jóvenes tienen más posibilidades de realizar actividades
paralelas a la lectura (Cassany, 2011). Lo cual requiere del desarrollo de rutas pedagógicas que
guíen al estudiante para evitar la infoxicación y lectura superficial.
La lectura digital desde enfoques socioculturales tiene implicaciones en su orientación pues
se plantea como un proceso interactivo, social y discursivo, constituida como una práctica letrada
que conduce al desarrollo de habilidades para el procesamiento de la información, así como la
ubicación en una situación comunicativa específica (Cassany y Ayala, 2008; Cassany, 2011).
Entre las principales características que presentan las prácticas lectoras entre papel y
pantalla se presentan:
- Cambio en los modos de acceder y relacionarse con los textos (Chartier, 1996; Scolari,
2004).
-Los textos digitales poseen características hipertextuales del hipertexto según Nelson
(1965), indica un tipo de texto no secuencial, bifurcado, que permite que el lector elija los caminos
a seguir. Al inicio esta palabra se relacionó con la posibilidad de conectar varios bloques de
información a través de enlaces.
-La lectura en pantalla incluye características multimedia que hacen referencia a los
distintos medios de presentación de información: visual, sonora, audiovisual y textual; e
hipermedia, que puede considerarse como la integración de la hipertextualidad y la
multimedialidad (Cunliffe, 2000; Albarello, 2011).
-Las estructuras hipertextuales dan cuenta de cómo se interconectan los nodos en la
arquitectura en función de la estratificación y la complejidad de la conexión: lineales, jerárquicas
y en redes. (McEneaney, 2000).
-La lectura hipertextual presenta distintos géneros discursivos: las páginas web, los blogs,
las redes sociales, las wikis, los correos electrónicos, entre otros, que no tienen una correspondencia
con los géneros del soporte analógico.
-Los textos digitales exigen al lector un papel más protagónico, activo y dinámico en el
proceso de lectura (Landow, 1995; Prensky, 2001; Jenkins, 2008; Díaz, 2009; Piscitelli, 2011).
Landow (1995) plantean que el formato electrónico se caracteriza por pasar de una visión del texto
unitario al texto disperso. Lo cual implica que el texto se compone de diversas secuencias, con
múltiples inicios y finales, que exigen del lector la toma de decisiones constantes, ajustadas a una
carta de navegación determinada por sus propósitos, por el uso diferentes medios y dispositivos,
estableciendo un consumo que produzca información para transformar en conocimiento de forma
cooperativa.
Tales características indican un nuevo horizonte para el docente en su PP caracterizado por
que requiere de su comprensión por cuanto las prácticas letradas presentan transformaciones que
dan cuenta tanto del manejo como el uso de la información que requiere de planteamientos claros
frente a los propósitos de la enseñanza que reconfiguran características en la PP como lo indica
Barragán (2013), así: el dominio crítico sobre las concepciones de la humanidad en donde el
docente asume críticamente las relaciones culturales, políticas, éticas y axiológicas que determinan
su quehacer. El dominio de acciones que lo identifican como docente, corresponde al conocimiento
de lo que hace y cómo lo hace en función de prácticas autorreflexionadas. Dominio de sus
horizontes práxicos y técnicos, para este sentido la praxis compone el conjunto de acciones
técnicas reflexionadas para enfrentar la realidad en conjunción con el dominio de las técnicas
propias de su saber pedagógico que tiende a fines individuales y sociales, develando las
intencionalidades en el currículo, la didáctica y la evaluación. Dominio de la teoría que sustenta
sus acciones educativas, el docente se encuentra motivado por el horizonte teórico, es decir
comprendiendo y orientando desde los fundamentos discursivos (teoría y práctica) y el Dominio
de conocimientos disciplinares, contiene la enseñanza del conocimiento y experiencia que proviene
de la disciplina pero con un fin social que brinda un horizonte general de las disciplinas en relación
con lo humano.
Conclusiones
La comprensión epistemológica sobre las intencionalidades de prácticas letradas entre papel
y pantalla en el entramado universitario permiten hacer una mirada desde la pedagogía
hermenéutica para entender lo siguiente:
-La enseñanza es una acción intencionada que influye en la construcción de la PP del
docente, por tanto la problemática de las prácticas letradas entre papel y pantalla de los estudiantes
de primer semestre debe cuestionar dicha construcción pues se la comprende por su orientación
teórica como phronésis por un saber hacer que busca un bien que existe solamente para quien
realiza la acción bajo el razonamiento técnico que integrar el conocimiento humano, fin último de
la enseñanza con el uso de TIC que se destaca como un medio de acción y práctica, para conducir
tanto los saberes propios de las ciencias sociales como el ejercicio del conocimiento en la
interioridad de una cultura.
- La PP no se encuentra limitada por la suficiencia de un conocimiento disciplinar en
particular, también recoge y conjuga todo el ser docente, es así que da forma y sentido a la
phronésis, interpretada por hallar un espacio privilegiado para la construcción de conceptos y
teorías que se conjugan por la reflexión sobre el hacer y sus intencionalidades sobre la construcción
desde el plano social, histórico y político.
-La PP se construye alrededor de varios factores que influyen en las intencionalidades del
docente, así: las representaciones sociales (creencias y concepciones), representaciones culturales
de las IES (normatividad, políticas institucionales, ejes misionales, propósitos institucionales,
curriculares, de los programas académicos y de las asignaturas, dimensiones conceptuales de la PP
(disciplinar, procedimental, estratégico y ético político). Tales factores constituyen el marco de
referencia del docente que desde la pedagogía hermenéutica busca transformar su PP en el actuar
colectivo, es decir tiene que ver con el cuidado propio pero también con el cuidado del otro. En ese
sentido dicha transformación se sitúa en el actuar pedagógico en donde es necesaria la experiencia
del docente para interpretar su aquí y ahora, su ahí hermenéutico dentro de su propia historicidad
que para intervenir desde su PP se determina por aquella situación.
- Las intencionalidades del docente influyen en las orientaciones de las prácticas letradas
entre papel y pantalla, destacada por los enfoques investigativos tales como la AA, AD y la AM
como una PP tradicional que requiere ser transformada por la introducción de TIC tanto para el
contexto social y cultural que afectan las formas de leer que se caracterizan por ser académicas,
hipertextuales, informacionales y multimodales. Al respecto Carr y Kemis plantean dicha
transformación a través de la reflexión sistemática sobre la acción, de tal forma que configuran una
visión propia de la PP que al indagar sobre la misma logran encaminar una guía sobre la pedagogía
hermenéutica
-La trasformación de la PP del docente se centra sobre la phronésis para pensar en la ética,
la moral y la política, que implique ir más allá de la mirada de técnicas y conocimientos a través
de los dominios crítico de sus concepciones sobre la humanidad, acciones que lo identifican como
profesor, de sus horizontes práxicos y técnicos, la teoría que sustenta sus acciones, de
conocimientos disciplinares.
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