Tema 1. La criminología clásica y la revolución positivista. III de XX
Escuela clásica de criminología: Los principios de la criminología clásica se basan en las teorías
del contrato social de Hobbes, Montesquieu y Rousseau.
Los orígenes de la escuela clásica de la criminología se encuentran en la filosofía del
Iluminismo. El primero en formular los principios de la criminología clásica fue Cesare Beccaria
basándose en las Teorías del conflicto social. Su posición postula que las leyes emanan del
contrato para salvaguardar la libertad de cada individuo perteneciente al Estado soberano. Las
leyes como un remedio que contrarreste el efecto de las pasiones. Las penas que impone la ley
aseguran la persistencia de la sociedad civil. Una pena proporcional al delito. La teoría clásica se
resume en siete puntos:
1. Todos los hombres siendo por naturaleza egoístas, pueden cometer delitos.
2. Hay un consenso en la sociedad acerca de la conveniencia de proteger la propiedad
privada y el bienestar personal.
3. A fin de impedir una «guerra de todos contra todos», los hombres celebran libremente
un contrato con el Estado para preservar la paz de conformidad con las estipulaciones
establecidas por ese consenso.
4. La pena debe utilizarse para disuadir al individuo de violar los intereses de los demás.
Tomar medidas en contra de esas violaciones es prerrogativa del Estado, prerrogativa
que le han concedido las personas que celebran el contrato social.
5. Las penas han de ser proporcionales a los intereses violados por el delito. No deben ser
excesivas respecto de él ni empleadas para reformar al delincuente, porque esto
afectaría los derechos del individuo y quebrantaría el contrato social.
6. Debe haber la menor cantidad posible de leyes y su aplicación debe quedar
perfectamente delimitada mediante las garantías del debido proceso
7. Cada persona es responsable de sus acciones, y todas, cualquiera que sea su rango, son
iguales ante la ley. Por lo tanto, son inadmisibles las circunstancias atenuantes y las
excusas.
Teoría que fija la forma en que el estado debe reaccionar ante el delincuente; fija las
condiciones que califican al delincuente; y fija la base social del derecho penal. Una teoría de la
ideología burguesa por el hecho de recompensar la actividad provechosa y castigar la
perjudicial siguiendo el principio de utilidad que implica que las recompensas deben ser
proporcionales al trabajo efectuado. Una teoría del conflicto o utilitarismo que se basa:
En un consenso sobre la moralidad e inmutabilidad de la actual distribución de bienes.
Que todo comportamiento que se aparte del contrato es patológico e irracional además
de ilegal.
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El criterio de utilidad marca la racionalidad o irracionalidad.
Una contradicción del utilitarismo señalada por Radzinowicz, es que a pesar de que todos los
hombres se consideren iguales por el hecho de tener igual capacidad de raciocinio, no eran
iguales en los demás sentidos. La sociedad civil no permite que todos sean iguales para de esta
manera conservar la autoridad y la subordinación. Otra contradicción que se presentaba en el
utilitarismo era la contraposición entre la racionalidad del hombre y sus pasiones. Pasiones
que se veían reducidas a la imposición de penas evitando caer en el delito.
La escuela clásica se centra más en cuestiones del ordenamiento legal que en los motivos que
llevan a la delincuencia, de ahí su caracterización de “criminología administrativa y legal”.
Ante el problema de la desigualdad, la respuesta de la teoría del contrato social es una evasiva.
Revisionismo neoclásico
Aplicar las premisas de la criminología clásica plantea dificultades por sus contradicciones que
quedaron de manifiesto al intentar aplicar medidas penales universales para la práctica
corriente. No se puede omitir lo que determina la acción humana. El clasicismo despertó dudas
sobre la eficacia de la ley de ahí que se modificaran sus principios. Lo que resulta es un
esquema neoclásico que constituye la base de la mayoría de los regímenes jurídicos. El anterior
no atendía a las diferencias individuales entre los delincuentes. Rossi, Garaud y Joly
introdujeron reformas referentes a esta cuestión. En primer lugar, se atendió a las
circunstancias atenuantes, se consideraron los antecedentes de la persona y además el jurista
atendía a factores de demencia o conducta compulsiva. Las características de la concepción del
nuevo mundo social, tiene por características:
En el centro, hay individuos adultos y mentalmente sanos considerados responsables
de sus actos. Se diferencia del actor de la teoría clásica pura en el hecho de que se
tienen en cuenta sus circunstancias particulares. Lo que es pertinente sólo para la
atenuación no para eximirle de responsabilidad. Como antes, todos son considerados
capaces de cometer delitos sin reconocer pautas especiales de motivación.
Se entiende que los niños y (a menudo) los ancianos son menos capaces de tomar
decisiones con responsabilidad.
Las acciones de los hombres pertenecientes al grupo de los dementes, se explican
exclusivamente en función de factores condicionantes. Las acciones están determinadas
y no hay ninguna posibilidad de que las personas sean responsables de lo que hacen (ni,
por consiguiente, de lo que les sucede).
Ante esta nueva situación se abre paso el psiquiatra y el trabajador social, como expertos no
jurídicos, encargados de explicar el comportamiento.
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La consecuencia fundamental del revisionismo de los principios clásicos fue el valor
rehabilitador de la pena. Aunque no se niega que el hombre tiene posibilidad de elegir, no se
niega que determinadas estructuras facilitan más que otras esa libre elección.
La revolución positivista.
Para Enrico Ferri, la escuela positivista significa una transformación del concepto de delito y
naturaleza del hombre. Con la finalidad de disminuir los delitos (no solo las penas) reemplaza el
libre albedrío de la escuela clásica por una ciencia de la sociedad. El modelo neoclásico y el
positivista entran en conflicto. Conviene distinguir el positivismo que se emplea en criminología
del que se usa en teoría social y psicológica, pero ambos coinciden en la unidad del método
científico y que lo que es eficaz para el mundo físico tambien lo es para el estudio de la
sociedad, de ahí que propongan métodos para cuantificar el comportamiento afirmando que la
acción humana tiene una naturaleza definida.
Cuantificación del comportamiento.
La criminología positivista, siguiendo las ciencias naturales, trata de desarrollar unidades
precisas de delitos y conductas desviadas para formular generalidades. Para ello es preciso
distinguir el delito y la conducta desviada del comportamiento normal sobre una base
cuantificable. Ante la insuficiencia de datos que favoreciese tal estudio, los problemas se
solucionaron por dos vías: el positivismo liberal y el radical.
Positivismo liberal.
Define el delito como un caso de desviación extrema. Leslie Wilkins se refiere a desviado como
lo que se aparta del comportamiento común y ordinario. Sobre las estadísticas disponibles, el
estudio de Sellin y Wolfgang, tenia como propósito construir un índice de delincuencia, sin
embargo, las estadísticas oficiales eran imperfectas y no valían para tal propósito. Se
examinaron los registros policiales para ampliar los datos disponibles, se eligieron los tipos de
delito que fueran constantes en el tiempo. Sin embargo, los autores se negaron a aceptar que la
clasificación legal reflejase el consenso social sobre el perjuicio social de un delito y vieron
necesario determinar el acuerdo de la comunidad sobre la gravedad de diferentes faltas. Sobre
esta base se podría calcular un índice real de delincuencia. Los delitos se clasificaron por un
jurado comunitario para asignar una ponderación a cada delito. Se parte del supuesto de que
hay un consenso sobre la naturaleza de la moralidad.
Positivismo radical.
Se divide en dos versiones:
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La versión que entiende que las normas
representan un consenso y procede a reunir
estadísticas
La versión más fuerte cuyas estadísticas se
basan en un consenso que difiere del que se
consagra en las definiciones legales.
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Es la sociedad global la que evalúa si un acto se considera delito o no, basándose en un patrón
moral aproximado proporcionado por la ley. Lo que importa es la gravedad de infringir la ley
que adjudica el órgano de control social. Concebir así el delito, desde esta versión moderada,
hace que esté presente en todas partes, frente a la versión más radical que considera que la
eficacia del control social no es como se pensaba y se interesa en operacionalizar el consenso
moral incorporado en la legislación penal.
Hay positivistas que se oponen a criterios legales para examinar la conducta desviada (donde
delito es lo opuesto a la ley) y van mas allá buscando males que sean absolutos y eternos,
donde la ley es un obstáculo para un sistema científico de hipótesis con validez universal. Según
esto, se hace necesaria una definición del delito natural. Respecto a esto, el radical parte de
tres puntos:
Existen algunos sentimientos humanos cuya violación indica un delito real.
Se puede sostener un consenso que sea distinto a las normas del régimen legal.
Recurriendo a ciertas necesidades reales del sistema se pueden determinar actos que
realmente son disfuncionales.
La primera definición del delito natural la ofrece Garofalo, que resulta del sentido moral de la
comunidad. Se considera un acto criminal el acto que atente contra los sentimiento morales de
piedad (hacer sufrir al prójimo) y probidad (derecho de propiedad ajeno). Por ser estos,
sentimientos que mantienen el consenso social, están protegidos por la ley.
Clasicismo.
El orden social es querido.
La naturaleza humana además de ser una
constante, está determinada.
Garofalo
Los sentimientos morales por
desempeñar la función de consenso social
son constantes básicas.
Lo que determina el sentimiento moral es
lo que limita la acción del hombre.
Según los positivistas, la naturaleza humana sigue unas tendencias fundamentales, que permite
descubrir un consenso de principios morales. Hay normas de conducta donde hay grupos
sociales, porque es el grupo el que formula los valores sociales de los que dependen las
normas. Por lo que, estudiar las normas de conducta podría sentar una base para desarrollar
categorías científicas sobre el delito, lo que implica clasificar las normas en categorías
universales.
Cuando no se emplean criterios legales se recurre a las necesidades de la sociedad donde el
desviado es un individuo insuficientemente socializado que no ha internalizado la moral
adecuada.
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Neutralidad científica.
El pensamiento positivista exige objetividad. Tambien aquí se distinguen dos versiones: la
liberal que niega que las cuestiones valorativas sean de interés para el científico; y el científico
radical que queda al margen de intereses sectarios y preferencias valorativas, cuyo objetivo es
descubrir el verdadero consenso. En cualquier caso, ambos en la medida en que se interesan
por las causas de la conducta desviada y el delito, tambien lo hacen por los motivos
ambientales y psicológicos que impiden que una persona interiorice las normas que se entiende
son aceptadas por la mayoría. Lo que prima para el positivista es el delincuente y no el derecho
penal. Para entender el delito hay que atender a los sistemas motivacionales y de
comportamiento de los delincuentes, donde la ley aquí desempeña un papel secundario.
Determinismo del comportamiento.
Los positivistas rechazan la noción clásica de hombre racional capaz de ejercer su libre albedrío
(significa decir que el delito es inevitable). Para el positivista el delincuente no es, el que es
contrario a los principios morales del contrato social, sino el que se revela en sus acciones y se
impulsa por fuerzas de las que ni él es consciente. De lo que se trata es de averiguar lo que
motiva al delincuente.
Aceptar el positivismo socava el sistema judicial porque el positivista ataca el sistema de penas
que es proporcional a las consecuencias del acto y solicita penas indeterminadas que
permitiesen la curación del delincuente y defiende la abolición de medidas penales.
Una ley positivista es la “saturación del criminal”: “en un medio social determinado, en que el
individuo se halla en condiciones físicas definidas, se observa la comisión de una cantidad
definida de crímenes”. Aquí se piensa la acción social con las mismas cualidades que las cosas,
lo que le resta a la acción elección moral y creatividad. El enfoque de la ciencia del delito del
positivista equipara el mundo humano con el no humano.
Los postulados del método científico son: una visión consensual del mundo, concentración en el
delincuente y no en el delito, cosificación del mundo social, falta de responsabilidad por los
actos, inaplicabilidad del castigo y fe en la capacidad cognitiva del experto. Postulados que
plantean una serie de problemas insalvables:
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Problema del nihilismo terapéutico: si consideran que el delito es
inevitable, la terapia en ese caso sería imposible. El positivismo lo rectifica o
matiza diciendo que el hecho de que la conducta esté determinada permite
estudiar los mecanismos que la determinan y así elaborar métodos para
modificarla. Los modernos descubrimientos de la teoría genética, que
descubre criminales de nacimiento, pesan sobre el éxito de las medidas
sobre los delitos.
El problema de excesiva cantidad de delitos: para la criminología positiva la
cantidad de delitos es muy elevada. Si los delincuentes se diferencian del
resto en que su conducta está determinada por la compulsión, entonces el
comportamiento delictivo sería más permanente y más estable de lo es en
realidad. La respuesta de la criminología positiva es que se ha hecho una
diferencia entre personas corrientes y normales radicalizada, precisamente
para diferenciarse claramente del clasicismo. Realmente, como aclara
Eysenck, no existen criminales y no criminales sino una estimación de
grados de criminalidad y no criminalidad.
El problema del aislamiento: un problema que se le plantea es la
objetividad. Imposible porque los hechos no hablan por si mismos, resultan
de los que los definen y de la disposición de aceptar esas definiciones.
El problema de las realidades múltiples: hay diferentes realidades, y eso
choca con la pretensión de objetividad absoluta.
La naturaleza no problemática de la reacción social: un logro para los
positivistas fue desvincular el estudio del delito del funcionamiento y la
teoría del Estado. El no tener en cuenta el papel de la autoridad
institucionalizada, la teoría de la desviación carece de alcance porque omite
los motivos de la reacción, desconoce los motivos por los que el desviado
actúa de esa manera y carece de simetría porque divide el mundo social en
dos teorías divergentes. Lo que condiciona la reacción social contra la
desviación queda relegado.
El problema de la creatividad: al considerar que el hombre es una cosa que
simplemente se adapta y reacciona se está infravalorando la creatividad.
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Tema 2. Atracción del positivismo. 0 de 20
La pregunta sería: cómo es posible que el positivismo, a pesar de sus carencias, no sólo
sobreviva sino que además florezca?
Visión consensual del mundo. Se afirma una realidad donde la conducta desviada es la
consecuencia de una socialización insuficiente, y donde el positivista tiene la tarea de
reintegrarlo a la sociedad.
Determinismo del comportamiento. Al estar el comportamiento determinado, solo hay una
situación que es absoluta. El hombre normal solo tiene la posibilidad de conformarse, no tiene
opciones fuera del consenso, como tampoco las tiene el desviado que se mueve por factores
que escapan a su control.
La ciencia de la sociedad. El positivista se ampara en el método de la ciencia natural
confiriéndole objetividad y verdad a lo que propone.
La confluencia de intereses. El consenso, determinismo y cientificismo conforman la retórica
positivista. El positivista defiende la realidad de su propio mundo, ve lo que es compatible con
su visión del mundo. El conocimiento que así se obtiene, desde la perspectiva de su disciplina
está fragmentado y debe compartimentalizarse. Según Eysenck, lo que se requiere es un
método general de inculcar hábitos adecuados de conducta socializada. Por a noción
determinista de la acción humana del positivismo, para el político y el planificador, esta
corriente ofrece la posibilidad de un control racional. Según Douglas, los científicos sociales no
ponen en marcha las medidas encaminadas a resolver los problemas solo se limitan a ser
llamadas para participar por quienes trabajan en el mundo de lo práctico. Los que actúan en la
práctica, se valen del conocimiento científico para alcanzar las metas que ellos fijan y con los
medios que ellos imponen.
Respecto a la evolución del positivismo hay que señalar la transición entre el clasicismo y el
positivismo.
Fueron Quetelet y Guerry, a partir del estudio de las estadísticas criminales nacionales quienes
extrajeron que el total de delitos registrado era constante y que el tipo de delito prácticamente
no fluctuaba, lo que implica que el delito era un rasgo ordinario de la actividad social. La labor
de estos dio lugar a la publicación de estadísticas sociales. En los siguientes 50 años el estudio
del delito era de estilo sociológico, hasta que con la publicación de Lombroso lo social quedó
relegado por lo individual. Finalmente las teorías sociológicas fueron eclipsadas por las
genéticas y psicológicas.
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Lombroso supuso un cambio de personas en el estudio. Con su teoría genética que coincidía
con el auge del origen de las especies de Darwin, los médicos y psiquiatras, fueron desplazando
a jueces, autoridades penitenciarias, abogados, etc.
El positivismo biológico llegó a la cima por no aceptar que el delito era producto de la sociedad.
En cuanto a la eficacia ideológica del positivismo biológico, Radzinowicz dice que considerar a
las clases peligrosas, que se encontraban en el nivel mas bajo de la sociedad, como una
categoría independiente ajena a las condiciones sociales, era una forma de aliviar a los que
ocupaban las posiciones más privilegiadas. De ahí la posición del determinismo biológico, por
rechazar la idea de que el delito era resultado de la desigualdad social, como esencial del
delincuente y no del mal funcionamiento de la sociedad. Además así se acaba con la idea de
que haya realidades distintas. Hay solo una donde el delincuente representa una sombra. El
más destacado es Eysenck, al que le sucede Lombroso.
Lombroso
Es conocido por su concepto de criminal atávico (recurrente/familiar), considerados
regresiones a períodos evolutivos anteriores y a niveles inferiores de desarrollo orgánico, del
que ya habló en primer lugar Darwin. En el examen del cráneo creyó Lombroso descubrir el
secreto de la delincuencia.
Al hombre atávico se le reconocía por una serie de rasgos físicos como dentinción anormal,
asimetría del rostro, tetillas y dedos de pies y manos supernumerarios, orejas grandes, etc.
Frente a las críticas recibidas dejó de insistir en la naturaleza atávica de los tipos de
delincuencia y a este tipo se le añadieron otros:
Delincuente epiléptico
Delincuente demente.
Delincuentes ocasionales.
Ante más críticas, aludió al número de influencias ambientales. Los defectos de la teoría
lombrosiana era: las inadecuadas técnicas estadísticas; las características atávicas pueden ser
consecuencia del medio social no sólo genético, como una mala nutrición; la exclusión por
parte de la teoría genética de que se pueda retroceder evolutivamente hacia especies
primitivas; las personas que presentan esa clase de estigmas físicos pueden ser evaluadas por
los demás de manera diferente de quienes no las tienen; la variación biológica no es suficiente
para explicar las tasas de delincuencia.
Tipos somáticos en el positivismo biológico.
Lombroso relacionó delincuencia y forma del cuerpo. Pero fueron Ernst Kretschmer y William
Sheldon los precursores en esta materia. Sheldon distingue tres tipos somáticos a los que les
correspondía un tipo de personalidad:
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Endomorfo (suave y grueso). Lentos, amantes de la comodidad y extravertidos.
Mesomorfo (sólido y grueso). Agresivos y activos.
Ectomorfo (frágil y delgado). Moderados e introvertidos.
A partir de los estudios de Sheldon, Conrad estudió los cambios de la configuración corporal a
medida que el niño crece. Relacionando la cabeza con la longitud del cuerpo observó que los
niños son mas mesomorfos (sólidos y gruesos) y los adultos más ectomorfos (frágiles y
delgados), y de ahí que los adultos mesomorfos se parecían más a niños de 8 años.
Concluyendo que los mesomorfos alcanzaban un nivel inferior de desarrollo ontogénico que los
ectomorfos, y que los mesomorfos eran más inmaduros psicológicamente.
El problema viene al explicar un determinado tipo somático, que puede que resulte del estilo
de vida. Además de que puede que ingresar en subculturas delincuentes dependa del aspecto
físico, por lo que se descartaría que se debiese a una pauta de comportamiento biológicamente
determinado, y sí a un proceso social.
La teoría de la combinación cromosómica XYY.
La teoría genética vincula el cromosoma XYY y delincuencia. Aunque son raras las veces, existen
casos en los que en la combinación falte un cromosoma y exista otro adicional.
La primera anormalidad cromosómica investigada fue la de XXY denominada síndrome de
Klinefelter asociada con la degeneración de los testículos en la adolescencia y con una escasa
inteligencia, encontrada en proporción elevada en personas internas en instituciones para
débiles mentales. Similares son tambien los casos de XXYY y XYY. Court Brown descubrió que la
tasa de delincuencia en pacientes con anormalidades cromosómicas era muy elevada. A partir
de ahí, Casey y otros buscaron anormalidades en los cromosomas en pacientes mentalmente
anormales considerados potencialmente criminales. Lo más importante era que una gran
proporción tenía la combinación XXYY, de lo que se extrajo que estos pacientes tendían a ser
delincuentes, además de ser muy altos. La altura y la delincuencia se atribuían al cromosoma
adicional Y.
En otra investigación el equipo de Price vio que los pacientes con cromosoma Y adicional
tendían a ser psicópatas graves; recibir condenas a una edad más temprana; cometer delitos
contra la propiedad más que contra las personas y a proceder de medios en los que no había
evidencias reales de delito. Tambien en este caso, el cromosoma Y se relacionaba con una
estatura y psicopatía mayores.
La teoría de la combinación XXY sostiene poder establecer la base genética precisa de una
predisposición delictiva concreta. Por lo demás, junto con la teoría de los tipos somáticos, es
muy limitada. Teoría la cromosómica que no puede distinguir entre las causas eficientes del
delito (los antecedentes) y la causa formal (los motivos), según Sarbin y Miller, los cuales se
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centran en los procesos de selección y clasificación de los que resultan que sólo una pequeña
proporción de infractores sean aprendidos. Si no se puede especificar que las anormalidades de
los cromosomas son parte de las causas eficientes o formales del delito, no se puede saber si
los varones con combinaciones XYY cometen más actos ilegales que los que tienen XY. Puede
ocurrir que entre la clase trabajadora haya un elevado numero de varones con XYY. El hecho de
que las cárceles estén representadas por varones XYY puede ser una consecuencia de la
tendencia de la policía a detener a varones de la clase trabajadora.
Puede ser que el que los varones con combinaciones XYY estén estigmatizados socialmente les
induzca a verse atraídos por opciones ilegales. Es decir, que la interpretación de anormalidad
biológica puede hacer que la persona estigmatizada reaccione de manera desviada ante
quienes interpretan que es anormal. Los factores biológicos entonces inciden indirectamente.
La interpretación biológica más minuciosa se debe a Hans Eysenck por analizar los mecanismos
por los que las posibilidades genéticas se traducen en comportamiento delictivo y por
reconocer la influencia de factores ambientales.
La concepción de la naturaleza humana.
Coincide con los clásicos en que la motivación del hombre es buscar el placer y evitar el dolor.
Demuestra la ineficacia de la pena mediante el principio de la inmediatez, que viene a constatar
que los efectos negativos de la pena se verán atenuados por el largo período entre el delito y el
castigo. La alternativa entonces para controlar el delito es la conciencia moral, que se apoya en
el principio de condicionamiento que si se administra de forma eficaz cumplirá el papel de
policía interior: ante un acto prohibido se administra un castigo que es inmediato que sea
mayor que el placer de cometer ese acto prohibido. El acto prohibido o malo es estímulo
condicionado (coartado), que produce una respuesta condicionada (debido al castigo).
Concebida así la conciencia moral se entienden dos maneras de adquirir el comportamiento:
Aprendizaje: se basa en refuerzos, es decir, lo que produce placer recibe un refuerzo
positivo, y lo que provoca dolor, uno negativo. Se corresponde con el condicionamiento
instrumental u operante. Interviene el sistema nervioso central.
Condicionamiento: no interviene un refuerzo directo sino uno de contigüidad
(inmediación), por las que las actividades placenteras se asocian con la experiencia
autónoma desagradable. Interviene el sistema nervioso autónomo.
La satisfacción de los deseos entonces, se aprende por ensayo y error, la ley del efecto.
Mientras la razón busca el placer, máxima satisfacción y mínimo dolor, la conciencia moral
como reflejo pasivo controla esos impulsos mediante la angustia autónoma. Mientras lo
placentero es un elemento biológico del organismo, las restricciones derivan del orden
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normativo. El hombre que plantea este modelo es un ser activo que trata de reducir sus
tensiones del dolor y sus deseos de satisfacción, vive según un aprendizaje racional donde las
actividades antisociales son resultado de una falta de condicionamiento.
Un condicionamiento que depende de dos variables:
La sensibilidad del sistema nervioso que ha heredado.
La calidad del condicionamiento que ha recibido.
Así, a las posibilidades genéticas se le añade la variable ambiental y sitúa los orígenes de la
desviación en la historia pasada de la persona o grupo.
Según el sistema nervioso autónomo de cada persona propiciará un mejor o peor
condicionamiento. En esto interviene la dimensión de la personalidad que va desde la
introversión a la extraversión. Aunque el sistema nervioso central y autónomo, intervienen en
el proceso de aprendizaje, al final el significado de las respuestas autónomas de carácter
condicionado dependerá de la conciencia de la persona. Donde la conciencia en este sentido no
es solo el medio para castigar por incumplir un hábito adquirido impuesto con autoridad.
El orden social.
No hay que confundir lo que es natural con lo que es habitual en una determinada sociedad. El
problema que se le plantea a la teoría individualista utilitaria es responder a la pregunta de
quién decide lo que se debe reforzar. Según Eysenck parece hacer consenso general en la
sociedad y una élite capaz de entender la naturaleza humana y critica el laisse faire por buscar
satisfacciones inmediatas y ni una solución científicamente planificada. Según este, el hombre
siempre buscará el placer inmediato a menos que esté condicionado para hacer otra cosa.
Desde el conductismo la creatividad se explica por el refuerzo positivo. Revisar luego
La conducta desviada.
Niega que el comportamiento desviado sea intrínseco a la naturaleza biológica de la persona. El
delito solo tiene significado en relación con la sociedad. Aunque lo hereditario tiene especial
importancia por actuar como factor de predisposición fuerte, no se puede dejar de lado los
factores ambientales. El problema de Eysenck viene de la interacción que establece entre
sociedad y posibilidades individuales de actuar de forma desviada, que es aditiva. Considera
que el comportamiento desviado carece de significado, una manifestación patológica de un
individuo aislado. Otros autores aclaran que se trata no de una falta total de valores sino de
una socialización insuficiente respecto a ciertos valores. Los juicios sociales de valor que
establece Eysenck aparecen en las descripciones que hace de la persona extravertida e
introvertida similar a la distinción de Matza y Sykes sobre valores formales y subterráneos:
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Valores formales: gratificación diferida, planificación, aceptación de reglas burocráticas,
rutina, predecibilidad, no agresión, centrado en si mismo.
Valores subterráneos: hedonismo a corto plazo, espontaneidad, expresividad personal,
nuevas experiencias, excitación, papel masculino agresivo centrado en sus pares. Se
encuentran en todos los planos de la sociedad.
Según Young, la acentuación de los valores subterráneos se vincula con la posición estructural
que ocupan determinados grupos y los problemas que enfrentan. Que existan valores que se
oponen a los de la cultura general Eysenck lo interpreta como una manifestación de
propensiones psicológicas (una gran extraversión). El intento de medir los valores mediante una
escala de extraversión-introversión fracasa porque el delito sólo se vincula con los valores
subterráneos en algunos casos.
El método científico.
La correlación entre delito y extraversión siguiendo a Eysenck es efectiva en pocos
delincuentes. La crítica viene de que aunque se encontrara alguna correlación esta se basaría
en una causalidad social y no en una teoría fundada en el sistema nervioso autónomo. El
concepto de reduccionismo de Eysenck se basa en que el comportamiento social se explica por
leyes psicológicas y fisiológicas y relaciona estos estados (psicológicos y fisiológicos) con
comportamientos objetivos. El psicólogo dice Eysenck se ocupa de conductas que son palpables
y se puede obtener información de estudios sobre animales, por existir analogías de
condicionamiento y aprendizaje entre animales y humanos, por lo que no se puede negar una
base biológica parecida. Para este, explica la base física de una conducta es lo mismo que
explicarla como fenómeno social. En este sentido, MacIntyre señala que la causalidad de las
ciencias naturales es diferente de la de las ciencias sociales, en el sentido de que el nexo entre
el comportamiento y la acción se encuentra en las creencias, es decir, que para explicar un
fenómeno social se requiere tener en cuenta el significado que ese comportamiento tiene para
el actor. El hecho de que la acción humana implique un movimiento físico no significa que
explicando ese movimiento se pueda explicar la acción como pretende Eysenck.
Para el caso de las explicaciones sociales las causas son internas y conceptuales, es decir, lo que
vincula el movimiento físico y el mundo exterior es una creencia, y el análisis conductista y
positivista no se ocupa de los fines, creencias y contextos.
Gordon Trasler.
Aunque su teoría deriva de la Eysenck cambia el énfasis y tiene un punto de vista más
equilibrado entre lo ambiental y lo genético. Sus nueve proposiciones resumen su teoría de
aprendizaje social (que aunque parezca que le resta importancia a los factores genéticos de
Eysenck lo que hace es añadir los defectos del positivismo sobre a crianza de los niños):
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1. La adquisición de valores y actitudes de respeto hacia los bienes y la persona de los
demás se lleva a cabo por medio de reacciones condicionantes de carácter autónomo
(ansiedad).
2. La reacción de ansiedad, así condicionada, actúa como impulso aprendido y tiene el
efecto de inhibir o motivar ciertos tipos de conducta. Corolario: La inhibición aprendida
de determinados tipos de conducta (robo, violencia), al deberse a una reacción de
ansiedad condicionada, será de muy difícil extinción porque es reforzada
constantemente por la reducción de la ansiedad.
3. Los extravertidos son resistentes al condicionamiento mientras que los introvertidos se
condicionan fácilmente. Conclusión de 1 y 3: En una configuración dada de
circunstancias sociales, los introvertidos tenderán a adquirir valores y actitudes más
firmes de respeto hacia los bienes y la persona de los demás (es decir, se *socializarán»
más) que los extravertidos.
4. La posición que una persona ocupa en el continuo, introversión- extraversión obedece
en parte a factores genéticos.
5. La eficacia del condicionamiento social dependerá de la fuerza de la reacción no
condicionada (ansiedad) con la que se halle vinculada.
6. Cuando existe una fuerte relación de dependencia entre un niño y sus padres, la sanción
que supone no aprobar su conducta provocará una ansiedad intensa.
7. Es probable que la relación entre un niño y sus padres sea de dependencia si es: a)
exclusiva, b) afectuosa y c) confiable.
8. El condicionamiento social será más eficaz cuando las sanciones se apliquen en forma
congruente y confiable.
9. El condicionamiento social será más eficaz cuando se presente en términos de unos
pocos principios bien definidos.
Utiliza dos variables: capacidad y calidad del condicionamiento.
En las clases bajas predomina el delito por debido a una crianza tolerante, inconstante,
correctiva y carente de principios a diferencia de la clase media que basa la crianza en
sanciones afectivas y una disciplina moral que se basa en principios bien definidos. Debido a
que la extraversión se distribuye por igual en la población, las diferentes tasas de delincuencia
atienden a la socialización como variable explicativa.
Trasler pone el énfasis en principios morales de socialización. Entre los defectos de su obra
destacan:
La noción estática del potencial biológico: el sistema nervioso autónomo representa un caudal
estático de predisposición biológica a la conformidad o desviación. Una predisposición que no
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cambia. Si se supone que hay una base celular en el sistema autónomo para las respuestas
aprendidas, entonces se puede esperar que la estructura del sistema nervioso autónomo
cambiase a lo largo del tiempo mediante lo adquirido en el proceso de interacción social.
La desorganización de la clase trabajadora baja: según Trasler las técnicas de los padres de
clase baja son menos eficaces. En algunos estudios se muestra que en tales distritos lo que
existe es un carácter desviado de los valores. La alta tasa de delincuencia entre la clase
trabajadora puede explicarse:
Como producto de privaciones padecidas en la vida diaria.
Como una función de que sus integrantes son más vulnerables a ser detenidos.
Combinación de ambas influencias.
Los principios morales: se puede decir que el comportamiento del hombre está orientado por
principios morales, aunque los de Trasler parecen surgir de la nada.
Con Eysenck y Trasler se tienen en cuenta los factores sociales, se examina el relativismo moral
y se postulan con precisión la manifestación de las influencias genéticas en el comportamiento.
Sólo se examinan las causas eficientes no las causas formales del delito (motivos) y aunque el
comportamiento humano reciba influencia de las respuestas autónomas, no se debe dejar de
lado el contexto de la creatividad de hombre.
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Tema 3. Durkheim y el rechazo del individualismo analítico. 86-107 IV de 20
El individualismo recoge la filosofía política y ética, la ciencia de la economía política y las
escuelas positivas. Un individualismo que se manifestaba en la tradicional filosofía del
liberalismo basado en un contrato celebrado entre individuos que renuncian a cierto grado de
libertad por protección en la sociedad, nada que ver, según Durkheim con la sociedad industrial
basada en la desigualdad.
Su crítica hacia la filosofía política utilitaria iba tambien dirigido a la visión económica de la obra
de Spencer y los teóricos del laisse faire. Negaba que en su época prevaleciesen las condiciones
que suponen la igualdad individual de intereses. Según él, los utilitaristas sólo han dicho la
forma de proceder del hombre para promover sus intereses sin demostrar el vínculo entre los
hechos, más bien exponen la forma en que convendría que estuviesen vinculados.
Su concepto de hecho social es una manifestación de su rechazo al individualismo analítico.
Entiende que la sociedad no es un reflejo de las características de sus miembros, por el hecho
de que las personas no siempre pueden elegir. Las formas de manifestarse del hombre, además
de externas eran coactivas (formales e informales). Hechos sociales que no pueden concebirse
como cosas.
Ruptura con el positivismo.
Lo que se pretende refutar es el método mecanicista y el modelo orgánico simple de sociedad
de Durkheim. Si bien su concepción de la sociedad como un organismo se basó en modelos
derivados de las ciencias naturales, al tratar las condiciones sociales de la salud y enfermedad
de la sociedad se basó en una comprensión dialéctica entre las necesidades de los hombres y
los ordenamientos de la estructura social. Su visión mecanicista y biologista de la división del
trabajo ha sido asimilada por la sociología del delito y control social, conocida como teorías de
los sistemas o funcionalismo. Una traducción esta que fue influida por Talcott Parsons por un
lado, y Robert Merton (sociología aplicada de Chicago).
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Lo que se sostiene erróneamente de Durkheim se puede aplicar más a Comte. La crisis de su
época, Comte la achacaba a la separación de los hombres en diferentes grupos ocupacionales
en beneficio de los intereses de la producción industrial; fue esto lo que socavó la autoridad
moral de una sociedad que estaba unida, donde el comportamiento delictivo se explica por la
falta de una autoridad superior. Autoridad cuya creación es obra de la ciencia positiva. Finalidad
calificada por Durkheim como metafísico. Ambos se diferencian en su forma de concebir lo
social y en su imagen del hombre. Para Comte el orden social se asegura mediante una
autoridad moral que incite a la humanidad en su progreso natural. Y su idea sobre el hombre es
aquel que tiene un deseo natural de perfeccionarse. Idea esta, sobre la perfectibilidad humana
que rechaza Durkheim que pone el énfasis en la interrelación dialéctica entre la naturaleza
humana y la sociedad. Así, rompe con el utilitarismo, que consideraba la sociedad solo como la
suma de sus partes, y con el positivismo, con su visión estática de la relación entre hombres y
sociedad.
Durkheim y su concepción de la naturaleza humana.
Su concepción dualista de la naturaleza humana era lo que le llevaba a pensar como utópico la
idea de Comte de pensar en una autoridad moral universal que se pueda imponer a la
naturaleza absoluta del hombre en todas las épocas. Dualidad que reconocía el cuerpo y sus
necesidades por un lado y el alma, por otro. Por un lado, la individualidad basada en el cuerpo y
todo lo que en nosotros expresa lo que es distinto de nosotros mismos, y cada parte con su
respectiva conciencia y opuestos.
Respecto a la sociedad, el hombre tiene que hacer permanentemente sacrificios, un constante
sometimiento a la reglamentación moral impuestas por la conciencia colectiva en nombre del
progreso. El hombre tiene que ser reprimido porque tiene ciertas necesidades biológicas y
porque de no hacerlo puede producirse una situación de falta de normas, que es la anomia, en
la que cuerpo y alma no estarían en armonía.
Anomia y división del trabajo.
Su idea sobre la anomia es que los hombres viven bajo una división del trabajo impuesta no
bajo condiciones de elección y libertad. Siguiendo el socialismo de Saint-Simon, los hombres
aceptan la autoridad moral en la medida en que se relacione con su situación material real. En
la medida en que los hombres no desempeñaran ocupaciones compatibles con su talento
natural, la autoridad moral carecía de eficacia. Su sociología se ocupa de lo que produce el
cambio social y de la destrucción de la división forzada del trabajo. Durkheim no busca, como
aclara Giddens, la sociedad tradicional y la nueva tiranía que amenaza al hombre no es ahora la
de la tiranía del grupo, sino sus propios deseos inagotables.
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La sociedad tradicional se caracteriza por relaciones de solidaridad mecánica donde la
estructura social la conforman grupos o segmentos muy parecidos entre si, donde hay un
acuerdo sobre los sistemas de control social. Hay un acuerdo moral general sobre la naturaleza
de lo que se considera delito; se trata de un derecho represivo. La existencia de una fuerte
consciencia colectiva especifica las obligaciones de todos; la personalidad individual queda
absorbida por la personalidad colectiva. En el momento en que se requiere que las leyes se
pongan por escrito y se codifiquen significa que las relaciones de solidaridad mecánica se han
debilitado por el desarrollo de las funciones especiales de la división del trabajo. La división de
tares por la división del trabajo alienta el auge de la individualidad de intereses, funciones e
identidades en perjuicio de la consciencia colectiva. Es bajo estas condiciones de solidaridad
orgánica en que se desarrolla la anomia resultado de la tensión entre los intereses de la
consciencia colectiva y los de los hombres con intereses individuales.
La anomia puede expresarse de dos maneras: o la conciencia colectiva no es capaz de regular
los apetitos del hombre y surge la anomia o el culto del individuo se fomenta más de lo
necesario, caso en el que aparecen normas que fomentan las aspiraciones incontroladas y
surge el egoísmo.
La alternativa que plantea Durkheim frente a la situación anómico-egoísta es la formación de
asociaciones profesionales y la abolición de la herencia, como resultado del progreso de la
división del trabajo; es decir, una división del trabajo espontanea en lugar de impuesta.
Espontanea significa que no se dificulte el desarrollo de la fuerza social que cada uno lleva en si.
Espontaneidad que reflejaría la igualdad absoluta en las condiciones externas de lucha. Una
sociedad donde las desigualdades sociales expresen exactamente las desigualdades naturales.
Lo normal y lo patológico.
Que el delito para Durkheim constituya un hecho social viene a decir que lo considera algo
normal en el sentido de desempeñar una determinada función social. Para identificar lo que se
considera delictivo hay que identificar las formas adecuadas de comportamiento, en lo que
tiene mucho que ver la conciencia colectiva como la encargada de señalar los limites de la
moral. Una moral pública que resulta de los cambios en las relaciones sociales y profesionales.
Para que el idealista goce de libertad dentro de las normas morales se necesita que los
sentimientos colectivos en los que se basa la moral no se opongan al cambio. En este contexto
el delito deja abierto el camino de los cambios necesarios. En este sentido se admite el carácter
intencional de la actividad ilegítima y el delito carácter funcional. Que exista delito significa que
hay incongruencias entre los sistemas y las ideas sobre el contrato social.
Durkheim como meritócrata biológico.
La herencia aunque puede transmitir facultades muy generales no transmite una aptitud
particular hacia una u otra ciencia. Y lo mismo ocurre con la propensión al mal, que aunque a
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menudo es hereditaria pero nada dice sobre las formas concretas del crimen y el delito. Con
esto se entiende que Durkheim rechaza el determinismo biológico empleado por Lombroso. Y
lo mismo sucede con el suicidio: ningún estado psicopático guarda relación regular con el
suicidio, aunque el degenerado tiene mayor probabilidad de suicidarse que el hombre sano, no
lo hace necesariamente por su estado. Si bien puede actuar como causa, esta no es suficiente,
por lo que se deben tener en cuenta otros factores sociales.
Eysenck
Determinismo psicológico y biológico.
Hace hincapié en la necesidad de que los
individuos sean convenientemente
socializados para desempeñar sus
respectivos roles en una división del
trabajo orgánica. La amenaza de la
sociedad especializada es que no todas
las personas tienen la misma posibilidad
de ser socializadas.
Durkheim
Predisposición hereditaria al mal.
La relativa importancia de la herencia y la
constitución orgánica disminuye con el
adelanto de la división del trabajo. Si la
sociedad mecánica sólo exige poner en
juego las aptitudes heredadas, la orgánica
requiere la adquisición de una capacidad
social específica.
El descontento con el orden social actual
surge del carácter impuesto de la división
del trabajo. En tal situación, un grado
anormal de imposición se ve necesario e
inevitable.
Solo las imposiciones que se corresponden con alguna superioridad social se consideran
normales. El descontento se produce cuando a causa de los cambios que se producen en la
sociedad, unos llegan a desempeñar funciones que no estaban a su alcance en un primer
momento mientras que otros pierden su superioridad original. Según Durkheim en una
sociedad en que los roles se distribuyan según el mérito biológico no habría descontento. Visión
que contrasta con la de Merton para quien la privación social no tiene fundamento biológico.
En sus escritos aparecen tres tipos distintos de individuo desviado:
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Desviado biológico: la herencia genética junto con factores situacionales provocaría
comportamiento desviados incluso en una sociedad con una división espontánea del trabajo.
Desviación que sería tambien funcional en el sentido de que sirve para definir los límites de la
conducta adecuada.
Rebelde funcional: es el que se rebela contra la división del trabajo impuesta. Una rebelión que
es funcional en cuanto que permite ver la falta de correspondencia entre la asignación de roles
sociales y la distribución de las facultades biológicas. Aunque no es propiamente desviado se le
califica como tal por las instituciones que existen que no representan la conciencia colectiva
adecuada.
Desviado distorsionado: se trata de una persona mal socializada en una sociedad enferma.
Aparece a causa de la anomia (falta de regulación de la conciencia colectiva) y el egoísmo (culto
institucionalizado del individuo). La primera omite los apetitos del individuo y el segundo los
favorece.
Los tres tipos se pueden clasificar según cómo se conceptualice la sociedad en la que aparece:
Desviado psicológico o biológico (división normal del trabajo)
Desviado distorsionado (división patológica del trabajo).
Solo en condiciones de una sociedad orgánica perfectamente regulada pueda Durkheim
explicar la conducta desviada según el positivismo biológico. Aunque incluso en esas
condiciones fuese necesario tambien una explicación social.
Las explicaciones sociales de Durkheim tienen varios niveles de análisis:
Nivel psicológico: los individuos varían en su recelo a ser regulados.
Nivel societal: las sociedades varían en su capacidad de imponer la regulación.
Nivel de valores: los valores sociales varían para alcanzar la integración social.
Anomia
Significa falta de
regulación social y
descontrol de los apetitos
absolutos de la conciencia
individual.
Egoísmo
Situación en la que se le da
valor a la satisfacción
absoluta de los deseos
individuales.
Individualismo.
Implica la libertad de
asumir roles diferentes en
la división del trabajo.
Durkheim y una teoría social de la conducta desviada.
No se puede entender la obra de Durkheim si se la despolitiza. La existencia de riquezas
heredadas que daban lugar a contratos injustos, basados en el poder y la riqueza y no en las
aptitudes y capacidades naturales era la raíz del problema. Una de sus conclusiones políticas
era la abolición de la herencia y de las limitaciones externas.
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La sociedad ideal de Durkheim deriva de la concepción dual que tenia del hombre. Una
naturaleza humana constituida por elementos biológicos dados (aptitud y mérito) y procesos
sociales.
La desviación la describe como una expresión de impulsos biológicos, lo que le hace caer en una
visión estática de su concepción dual del hombre, prisionero de los imperativos del apetito
individual y la necesidad social. Resuelve tal contradicción diciendo que la desviación racional
del rebelde funcional es obra de la razón que está enfrentada a las tendencias libidinosas de su
naturaleza. La desviación en general se ve como una expresión de un impulso carente de
sentido.
Tema 4. Las primeras sociologías del delito: Merton y la escuela de Chicago. IV de 20
Merton distingue dos elementos de la estructura cultural: los objetivos culturalmente definidos
y los medios institucionales para alcanzarlos. Ambos se integran armónicamente en una
sociedad bien integrada, y una integración deficiente cuando se asigna más importancia a uno
de los dos. En la primera, el individuo obtiene satisfacciones de aceptar medios y objetivos. En
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la sociedad perfecta todos se sienten alentados de obedecer las reglas a cambio de premios
que estiman adecuados. Una sociedad perfecta es la que inculca a sus miembros el goce de la
competencia, la justicia del sacrificio y el valor de la recompensa.
La sociedad norteamericana es un ejemplo de mala integración pues tienen más importancia
los objetivos y se descuida la necesidad de poner los medios a disposición de todos, y todo en
un contexto de ideología social de índole igualitaria. Es la propia sociedad la que crea el
desajuste entre los objetivos (obtención de dinero) y los medios (desigualdad de
oportunidades). Puesto que todos deben buscar los mismos objetivos monetarios y ser
ambiciosos (a pesar de que la misma sociedad genera el esfuerzo para los que están bien
ubicados para conseguir el éxito), el fracaso se achaca a lo individual y no a lo social, evitando
así una crítica a los ordenamientos estructurales.
Es importante señalar la relación entre Merton y Durkheim sobre la desviación y el orden. La
diferencia radica en que Merton se identifica con los grupos que Durkheim consideraba la
fuente de anomia en las sociedades industriales. Para Durkheim la anomia era endémica por
convertirse el interés propio en un fin social; con su institucionalización se legitima la
amoralidad.
Según Merton la anomia entre los desfavorecidos surge de la limitación de sus aspiraciones por
las pautas sociales que son las que rigen el acceso a las oportunidades. Y la anomia entre los
favorecidos surge de la búsqueda, cada vez más elevada, de aspiraciones impuestas por las
personas con las que interactúan.
La sociedad ideal según Merton es aquella en que hay acuerdo entre el mérito y sus
consecuencias. Se respetarían los medios para alcanzar el éxito y las oportunidades estarían al
alcance de todo aquel que tuviese suficiente mérito. De esta manera la motivación para
competir y la oportunidad para triunfar son proporcionales al grado de estratificación
individual. Lo que era la meritocracia de Durkheim, Merton la sustituye por estructuras de
oportunidad y motivaciones que genera la propia sociedad. Otra diferencia es que el mérito en
Merton no tiene una concepción durkheimiana, es decir, una base biológica, e intenta analizar
lo que se deriva socialmente del egoísmo.
Tipología de las adaptaciones.
Merton hace una tipología de adaptación del individuo en una sociedad en la que existe
disparidad entre los fines considerados convenientes para todos y los medios para su
consecución. Rechaza la idea de que la conducta desviada resulta de una sociedad que es
incapaz de inculcar sus valores. Las cuatro adaptaciones que se consideran desviadas son
(cuatro formas de adaptación menos comunes):
Innovación: consiste en adoptar medios ilegítimos para buscar y alcanzar el éxito,
teniendo en cuenta que lo que prima es el éxito y los medios para alzarlos es
irrelevante. Típica sobre todo de la clase trabajadora.
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Ritualismo: significa el abandono de los altos objetivos culturales de éxito pecuniario y
de la movilidad social. Participa en el juego sin esperar recompensa.
Retraimiento: esta persona no comparte el consenso de valores societales. Rechaza
igualmente las metas y los medios. Se trata de una persona que ha interiorizado los
medios innovadores (ilegítimos) pero carece de oportunidades para emplear los medios
legítimos. No renuncia al valor supremo de la meta-éxito. El conflicto se resuelve
abandonando metas y medios por lo que de esa manera queda asocializado. Se
encuentra en determinadas situaciones sociales a causa de defectos personales.
Rebelión: esta forma de adaptación busca introducir nuevas normas en la estructura
social, donde exista una correspondencia más estrecha entre mérito, esfuerzo y
recompensa.
La crítica que aparece en estos cuatro modelos es que las aspiraciones y las oportunidades no
son compatibles entre si.
El ideal de sociedad al que aspira el rebelde es de corte utilitarista pero no en su versión
individualista. La estructura social de Merton es la que integra los valores de la individualización
con las exigencias del orden social. Para ello sigue una aproximación del rebelde funcional de
Durkheim que conoce las necesidades del sistema. El que desafía las creencias de su sociedad
hoy puede suponer un cambio social que se aproxime a los valores de los miembros para
mañana. La pregunta que se plantea entones es cuáles son las necesidades reales del sistema?.
En principio, son aquellas que mejoren el funcionamiento del sistema social. El problema es que
el hecho de ocupar diferentes posiciones en la estructura no conduce a un consenso uniforme,
con lo que la misma pauta social puede ser disfuncional para algunas partes del sistema social y
funcional para otras.
Merton el rebelde cauteloso.
Las necesidades reales del sistema las deja para los funcionalistas por ser los que determinan
de manera objetiva. En ultima instancia la sociedad aparece como algo inmutable donde parece
que lo único que cambia es la secuencia de los ganadores.
La contradicción que se encuentra en Merton (las normas que imperan y la situación de
desigualdad de oportunidades) se evidencia en la realidad en una distribución no equitativa de
los bienes y el poder. En una sociedad de este tipo las recompensas se distribuyen según un
criterio de adscripción. En la competencia por el éxito las posiciones al nacer no son iguales.
Cabe esperar que las personas no interioricen las metas socialmente predominantes. La
diversidad cultural que postula Merton la admite con la intención de corregirla.
El tipo de sociedad de Merton pretende ubicar a los hombres en posiciones que sean
compatibles con sus aptitudes. Para procurar que todos participen en la competencia y así
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encontrar el nivel natural de cada uno en el orden social, las metas del éxito se definen como al
alcance de todos, dejando a un lado la distinta posición que ocupe en el orden social. Este tipo
de sociedad permite acelerar el proceso de la división del trabajo y la individualización de las
funciones.
La anomia la resuelve mediante dos estrategias: basar el éxito en el mérito y para ello ampliar
las oportunidades. De esta manera la norma fundamental es la del mérito y no la de la
necesidad, amparándose en que hay pruebas objetivas que miden el mérito, sin especificar que
esa clase de pruebas objetivas tienen una base social y no equitativa.
Una sociedad pluralista.
Lo que se propone es que la configuración de normas de la sociedad capitalista consiste en una
heterogeneidad de valores, que no se eliminan sino que coexisten en un segundo plano junto
con la ideología meritocrática. Los valores sociales dominantes son orientaciones para la acción.
En una sociedad donde existe divergencia de intereses no se puede entender la desviación de
índole individual de Merton. El hecho de que los problemas culturales sean similares hace que
los grupos desarrollen adaptaciones subculturales que permitan resolver los problemas. En este
sentido, las adaptaciones son formas colectivas de solución.
Puede ocurrir que el consenso valorativo de la sociedad esté facilitado por la búsqueda
fetichista del dinero; pero por decir que todos los hombres necesitan dinero no significa admitir
que todos los hombres persigan las mismas metas culturales.
La teoría de la anomia en Merton y una teoría social de la conducta desviada.
Merton investiga las adaptaciones individuales como adaptaciones subculturales. Teoría que se
ve influida por el énfasis antropológico en las respuestas de los hombres frente a una cultura
que asigna una importancia fundamental a determinados valores; y por la tradición ecológica
que se interesa por la estructuración de las respuestas culturales ante situaciones
problemáticas.
Entre algunos problemas que no resuelve la teoría de la anomia de Merton:
Merton no puede especificar las causas de tensión que dan origen a las disparidades.
Para él son resultado de una distribución deficiente de oportunidades dentro de un
sistema ideológicamente igualitario. Lo que esto significa es que la conducta desviada
se concentra en los sectores cuyas oportunidades son más limitadas. Sin embargo, la
conducta desviada se distribuye más ampliamente de lo que Merton puede pensar,
incluso entre los ricos, donde llega a ser incluso persistente. De hecho, la delincuencia
entre los individuos de clase baja, aunque bien es cierto que pueden experimentar la
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anomia entendida por Merton como una manifestación psíquica de la tensión
estructural, puede obedecer a la forma en que se organiza la práctica policial, a
prejuicios clasistas, a las dificultades de esta clase de delincuentes para encontrar un
buen abogado que los defienda y los rótulos que se producen en una sociedad dividida
desigualmente en clases. El problema de Merton es pensar que solo delinquen las
personas que experimentan tensión estructural.
Merton no vincula clases de tensión con clases de resultados. No hay una explicación
causal de las consecuencias de la tensión de cada caso particular.
La teoría de la anomia confunde causa con efecto.
La teoría de la anomia presta poca atención a la teoría de los roles. Según Merton el
desviado se ve como alguien que no logra triunfar y por eso se encierra cada vez mas
en roles desviados. Exponiéndolo así se resta importancia a la manera en que los roles
se adquieren o dejan de adquirir de forma automática.
Parece que Merton no plantea soluciones, al sostener que el que vive en una situación
de tensión estructural determina así su comportamiento. Los teóricos de las
subculturas en cambio ven necesario explicar cómo reaccionan los individuos de forma
diferente y colectiva ante la tensión.
La teoría de la anomia basada especialmente en sociedades capitalistas, encuentra problemas
en las sociedades que rechazar las metas culturales capitalistas. La influencia de esta teoría
sobre las sociologías de los problemas sociales se debe a la importancia que se le da en esta
época a los supuestos ideológicos del funcionalismo y positivismo.
La Escuela de Chicago y el legado del positivismo.
La sociología de Chicago con Park a la cabeza, dio a conocer la llamada ecología social: un
estudio de la distribución de las zonas de trabajo y residencia, magnitud de las enfermedades y
salud, lugares de recogimiento privado. Esta es el mejor ejemplo de investigación social
empírica. Y a ella se le atribuyen el predominio de los supuestos positivistas en la sociología
norteamericana.
Se sostiene que esta escuela está influida por la corriente interaccionista, y aunque de ella
tomó sus métodos no fue la única fuente.
Como ya hicieran en su día Quetelet y Guerry, algunos destacados de la Escuela de Chicago se
sorprenden de la regularidad de ciertas actividades humanas dentro de ciertas fronteras
naturales, entendiendo por fronteras naturales los vecindarios urbanos y concretamente las
zonas de residencia de grupos étnicos. Aunque había diferentes opiniones sobre los orígenes
inmediatos de las zonas naturales, ambas concepciones compartían la idea biológica de las
causas de los agrupamientos humanos. Los argumentos se basaban en lo que observaban en
Chicago basándose en analogías que tomaban de la ecología de la vida vegetal y el lenguaje
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empleado lo tomaron de Ernst Haeckel. El término más importante es el de la simbiosis y la
simbiosis perfecta es el equilibrio biótico que se produce cuando todos los procesos están en
estado de equilibrio. Park trata de descubrir ese equilibrio biótico pero aplicado a la vida social.
Además supone que las personas que viven en zonas naturales del mismo tipo y se someten a
las mismas condiciones sociales tendrán las mismas características. Las zonas naturales las
conciben con carácter orgánico lo que les posibilita considerar el ambiente como un todo. Lo
que en biología aplican a animales o formas de vida vegetal, estos sociólogos lo aplican a
cualquier cosa, donde todo está influido por el ambiente no humano. Se trata de un
determinismo ambiental moderada ya que suponen el libre albedrío del hombre.
Las influencias que preocupan a los ecólogos son las de las nuevas tendencias culturales que
inciden sobre la ciudad y originan zonas de transición y socialmente problemáticas.
La ciudad, los problemas sociales y la sociedad capitalista.
La lucha por el espacio se puede concebir en términos económicos o biológicos. La
consecuencia de esta lucha es el surgimiento de cierta clase de vecindarios. La lucha por el
espacio es la base de las investigaciones sobre la vida en la ciudad, en las que se identifican tres
tendencias y cada una con un enfoque diferente sobre la conducta desviada.
a. Las críticas de la sociología urbana implícita en la ecología social.
b. Las teorías sobre el espacio social y relaciones entre las limitaciones espaciales
c. La teoría de la desorganización social, la asociación diferencial y las subculturas.
La lucha por el espacio y una sociología de la ciudad.
La sociología urbana depende de la analogía biológica por la idea de que los habitantes de
zonas de viviendas en la ciudad viven ahí como resultado de alguna característica personal de
selección humana. John Rex y Robert Moore en un estudio sobre la estructura de la ciudad de
Birmimgham en el que aparece una zona intermedia de aglomeración de inmigrantes, sostienen
que el rasgo fundamental de la ciudad es la lucha de clases por la vivienda. Mas interesados por
las características de las relaciones sociales sostienen que el partido laborista es responsable de
alentar el desarrollo de suburbios públicos. Según estos los procesos que explican la
concentración de inmigrantes en zonas de transición tambien provoca la asociación de raza y
delito. Puede decirse que mientras los inmigrantes se vean obligados a vivir en zonas de alta
delincuencia, su tasa de delincuencia aumentará hasta equiparar a la de la población general de
la zona. Demuestran que la criminalidad que caracteriza a la zona delictiva es función de la
disponibilidad de oportunidades y gratificaciones en determinados contextos, y no, resultado
de la desmoralización de los menos aptos.
El peligro de la explicación de la lucha por el espacio y la vivienda dentro de una ciudad es el de
la cosificación de la ciudad.
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La lucha por el espacio y la fenomenología de la estructura ecológica.
El hecho de fomentar cada vez menos en las sociedades industriales las relaciones afectivas,
lleva a la tendencia de estereotipar a los demás miembros de la sociedad. Otra consecuencia es
la interpenetración de zonas de espacio público y privado. Con el surgimiento de la sociedad el
límite entre lo público y lo privado desapareció. Un nuevo mundo en que los individuos están
sometidos al capitalismo del consumo y la ética del individualismo. Un nuevo espacio que se
refleja en las nuevas ideologías referentes al espacio territorial. Una ideología que define el
comportamiento territorial correcto y desviado. Lyman y Scott cuatro tipos de territorios y
normas asociadas a ellos:
Territorios
públicos: son los
espacios públicos
tradicionales
donde la gente
tiene libertad para
entrar pero no la
misma para actuar.
Territorios
propios: los
participantes
habituales gozan
de una relativa
libertad de
comportamiento,
intimidad y control
sobre esa zona.
Territorios de
interacción:
cualquier zona
destinada a una
reunión social
durante un tiempo
determinado.
Territorios
corporales: es el
espacio abarcado
por el cuerpo
humano
Las tres amenazas a la integridad de un territorio son la violación, la invasión o la
contaminación. La primera reivindica la posesión o el dominio, la invasión altera el significado
social del territorio y los contaminadores crean ambigüedad sobre la integridad del territorio.
Dimensiones del espacio estas que están enraizadas en la ideología individualista.
Un aspecto importante del control social del territorio es su protección oficial. Su invasión y
violación está protegido por la policía y los organismos del Estado. En una sociedad privatizada
cualquiera que pase demasiado tiempo en un espacio público es blanco de sospecha, porque
significa que no se está integrado en la trama cultural de la sociedad.
La sociedad como organismo.
Según la escuela ecológica las relaciones dentro de una comunidad son de cooperación (porque
mediante la interacción los organismos ayudan a crear un estado de equilibrio en el que el
conflicto es mínimo) y competencia (porque cada organismo lucha contra los demás por
obtener recursos). La conducta desviada aparece cuando la competencia es tan dura que altera
el equilibrio biótico resultado de la migración hacia las zonas delictivas. La desorganización se
define por oposición a la organización que caracteriza a la sociedad dominante.
La diversidad, que atenta contra la sociedad como todo orgánico, la resuelven sosteniendo que
la desorganización social producía un comportamiento desviado en el sentido de que los
patrones de comportamiento normal no llegaban a todos lo niveles del cuerpo social.
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Se asoció las zonas de desorganización social con valores que poyaban la delincuencia.
Teoría insatisfactoria en dos sentidos: por ser esencialmente descriptiva y tautológica en cuanto
a su metodología; y por su teoría: la idea de desorganización social no conciliaba concepciones
como patología y diversidad. La idea de que los desorganizados carecían de un conjunto
coherente de normas amenazaba el énfasis puesto en a diversidad. La solución fue descartar la
noción de sociedad como consenso y reemplazarla por pluralidad normativa.
Tema 5. La reacción social, aceptación de la propia desviación y la carrera desviada. III de 20
Según Becker el carácter desviado de un acto está en la forma en que lo define la mentalidad
pública. Un acto se convierte en desviado cuando se hace de forma que públicamente es
indebida. Para Lemert que la desviación provoca control social es tan defendible como que el
control provoca desviación. A pesar de las críticas, el enfoque de la reacción social representa
un avance hacia una teoría social de la desviación.
El enfoque de la reacción social o la rotulación rechaza las explicaciones genéticas, psicológicas
o multifactoriales del delito. Se centra en la naturaleza de las normas sociales y los rótulos que
se aplican a quienes contravienen las normas. Se trata de relativistas, pues lo que es desviado
para una persona no tiene por qué serlo para otra.
En un principio formula que el intento de prevenir la desviación es lo que provoca la desviación
misma, que es el control el que crea la desviación. Lo que puede significar tres cosas:
Que las infracciones no se consideran tales hasta que un grupo las rotule como
pertenecientes a esa categoría.
Puede referirse a la posibilidad de que un actor se convierta en desviado por haber
experimentado la reacción social ante una primera infracción de las normas.
Puede significar que las agencias de control social producen tasas de desviación. De esta
cuestión se ocupan los etnometodólogos.
El realismo cínico de esta teoría dificulta su comprensión. Lo que interesa es el modo en que
una rotulación de desviado puede cambiar la percepción que tiene la persona de si misma y
desembocar en una conducta desviada a pesar de no contar con ninguna predisposición inicial.
Becker trata de distinguir la infracción de normas y la desviación. Dice que un acto se considere
desviado o no depende de la naturaleza del acto y de lo que hace la gente al respecto. Cree
conveniente distinguir entre un comportamiento infractor de normas y desviado para aquellos
a quienes un sector de la sociedad rotula de tales. El problema viene que al distinguir como dos
categorías diferentes equivale a decir que los que infringen las normas y los que reciben el
rótulo de desviado son diferentes en las percepciones que tienen de si mismos.
Siguiendo la tradición de George Herbert Mead sobre el yo social y que la forma en que
actuamos en parte es consecuencia de la forma en que otras personas actúan con respecto a
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nosotros, sirve a los autores de esta corriente para intentar demostrar que ser rotulado como
desviado es una etapa de un proceso más amplio. Viene a significar que si nos definimos a
nosotros mismos como incapaces a causa de las distinciones de los demás comenzamos a
actuar como si lo fuéramos realmente. Se deduce del principio de W. I. Thomas: una situación
es real si es real en sus consecuencias.
Albert Cohen señala la distinción entre cometer un acto desviado y ser calificado de desviado
(tener asignado un rol), y que el hecho de asignar un rótulo hace pensar en alguien de quien se
espera se comporte de esa forma.
Sin embargo las meras definiciones de la realidad no son siempre reales en sus consecuencias:
que una persona defina una situación como real no significa que siempre se actúe de acuerdo
con su definición.
Según Becker se trata a alguien en base al rótulo que recibe. La atención se dirige hacia las
instituciones de control porque el control del delito y la conducta desviada suele producir en el
delincuente percepciones de si mismo que pueden facilitar en inicio de una carrera de
desviación.
Los teóricos de la reacción social basan su obra en una psicología derivada de Mead
Desviación, comportamiento y acción.
Este enfoque desmitifica el estructural por perder de vista el control social como variable
independiente en la creación de la conducta desviada. En una sociedad sin reglas no puede
haber desviación porque todo se acepta. La sociedad que está libre de términos peyorativos
(despectivos) está libre de reacciones sociales. Para estos teóricos la delincuencia no debe
considerarse una propiedad inherente al acto, un acto es desviado cuando la sociedad lo rotula
como tal.
Entender el comportamiento desviado como resultado de una interacción entre un grupo social
y la persona a la que el grupo considera infractora de normas, en cierto sentido es verdadero y
en otro, falsa. Verdadera en el sentido de que cuando se introducen sanciones legales contra
formas de comportamiento que antes eran legales, el resultado es un aumento de la conducta
desviada. De ahí que la misma acción física pueda considerarse desviada o no según el rótulo
que se le aplique, o más bien según el contexto en el que ocurra. Sin embargo aunque es cierto
que la definición es algo que se añade a la acción independientemente de esa acción, hay que
dar por supuesto que hay un contexto, porque si bien matar puede resultar un acto patriótico,
en otro contexto puede significar un asesinato.
Los significados sociales de los actos no son tan variables como los teóricos afirman dado que
determinados significados sociales son solo aceptables dentro de ciertos contextos sociales.
Según Becker desviado es aquel a quien se le ha aplicado el rótulo y comportamiento desviado
el que la gente rotula como tal. Desde este punto de vista la desviación no es una cualidad del
29
acto sino una consecuencia de la aplicación que otros hacen de las normas. Esta definición solo
se puede aplicar a la acción que todavía no tiene significado social. Los teóricos de la reacción
social pueden sostener que una acción es desviada cuando así la definen los demás, sólo
cuando oponen acción física de acción social. Sin embargo, la mayoría de los actos desviados
son actos físicos que tienen significados sociales claros, a excepción quizá de actos que sean
totalmente nuevos.
Por oposición a estos teóricos se considera que la conducta desviada es una cualidad del acto.
La confusión proviene del uso indiscriminado que hacen del término reacción social o rótulo. En
resumen, estos teóricos definen la desviación según a reacción que provoca la acción. Conviene
distinguir esta concepción de la otra, que es la conducta desviada como acto infractor de reglas.
La coexistencia de estos dos enfoques se manifiesta en el tipo de desviado secreto de Becker.
Pero por otro lado, si la desviación depende de la reacción pública cómo se explica la existencia
de un desviado secreto.
Según Edwin Schur lo que marca la posición de los teóricos de la reacción social es su rechazo al
absolutismo.
Desviación primaria, secundaria y la noción de secuencia o carrera.
En la aceptación de la conducta desviada Lemert señala dos problemas en el estudio de la
desviación:
Cómo se origina el comportamiento desviado.
Cómo se atribuyen actos desviados a las personas y las consecuencias que tiene esa
atribución en la posterior conducta desviada de la persona.
Distingue entre desviación primaria, como la que surge en variedad de contextos y sus
repercusiones solo son marginales para la estructura psíquica del individuo; y la secundaria,
como el comportamiento desviado que se convierte en un medio de defensa ante los
problemas creados por la reacción de la sociedad frente a la desviación primaria. Las causas de
la primera son variadas.
La fijación de un rótulo basta para aceptar de manera progresiva una forma desviada de vida.
Se trata de un recurso defensivo frente a la exclusión y estigmatización.
Distinguir entre uno y otro tipo de desviación (primaria y secundaria) es fundamental para
Lemert a la hora de comprender la desviación en la sociedad pluralista.
Según los teóricos de la reacción social el desviado secundario acepta su desviación por motivos
diferentes a los de su acción original.
Para Lemert la desviación secundaria se refiere a una clase especial de respuestas (socialmente
definidas) frente a los problemas que plantean las reacciones de la sociedad a su desviación y
es adoptada por las personas que se organizan en torno a los hechos de la desviación. Criticado
por la dificultad que tiene verificarlo en la práctica. No parece que haya evidencia de que, a
30
excepción de los desviados políticos y los del delito organizado, de que haya muchos desviados
que organicen su identidad en torno a los hechos de la desviación. Puede haber desviados que
no hayan experimentado la reacción social de Lemert y Becker y que constantemente
comentan actos desviados. En este caso se pondría en evidencia el impacto psicológico de la
reacción social.
Para estos teóricos la desviación secundaria es más importante para aceptar la propia
desviación que la desviación inicial, pero no explican por qué. Negar que la aceptación de la
desviación (secundaria) se deba a la desviación inicial (causas de la infracción inicial) impide
cualquier explicación totalmente social. Enfoque que no tiene en cuenta que el
comportamiento desviado puede persistir aunque tenga las oportunidades necesarias para
volver a ocupar el estatus de no desviado.
La primaria se trata de cometer un acto desviado y la secundaria en la permanencia de los actos
desviados, en la que no necesariamente interviene la reacción social. De hecho según Akers, el
rótulo no crea el comportamiento, y que se pueden cometer actos desviados por
acontecimientos o circunstancias particulares, al margen de los rótulos que los demás pongan.
Se aconseja un estudio general de la sociedad con lo que eso supone: estudiar los conflictos
sociales, el poder e intereses y la forma en que los procesos sociales determinan las
características de la ley. Esto implica, que en última instancia la desviación está causada por las
desigualdades sociales de poder y autoridad. Así es más fácil pensar en la desviación como acto
que le hace frente a los problemas generados por la sociedad y donde las soluciones desviadas
tengan significado real para el individuo y no como resultado de impulsos fortuitos que no
reconocen causas primarias como proponen los teóricos de la reacción.
Según la ley del efecto de Lemert, las personas afectadas por los problemas que le plantea la
sociedad elegirán líneas de acción que según esperan satisfacerán esos problemas. Si las
consecuencias son las esperadas aumentará la probabilidad de que esos actos se repitan.
Según Lemert los desviados evalúan los fines y propósitos de manera distinta a los no
desviados. Sin embargo para otros, aunque es evidente que la condición de desviado significa
que los propósitos del actor se oponen a los de los demás grupos, eligen y evalúan como
cualquier persona. La distinción entre desviación primaria y secundaria de Lemert es
insostenible y al criticar el concepto de carrera de desviación, contradice sus propios supuestos,
que son aceptar que la desviación se explica en función de la reacción social, al admitir que
delinear las etapas por las que se pasa de una desviación menos grave a otra más grave es difícil
conciliar con una teoría basada en la interacción.
Lemert llega a reconocer que aunque los desviados hayan sido plenamente afectados por la
reacción social pueden eludir entra en una carrera predeterminada.
Reacción social: teoría o perspectiva?
31
No se considera una teoría como tal. Lemert afirmó que la interacción no es en absoluto una
teoría ni una explicación, que desemboca en una investigación carente de propósito.
El enfoque de la reacción social se puede considerar una descripción de conceptos de la
realidad social, donde el término proceso se establece como alternativa al análisis estático.
Mankoff examina las limitaciones del modelo de la reacción social para explicar las carreras
desviadas. Plantea tres preguntas a las que trata de responder:
Para una carrera de desviación es la reacción social una condición necesaria y
suficiente?
La reacción social determina una carrera desviada cualquiera que sea el tipo de
infracción o se aplica mejor a una cantidad limitada de infracciones?
Cuáles son los obstáculos para evaluar adecuadamente la teoría?
Según Mankoff estos teóricos no distinguen dos tipos de infracciones: la adscrita (caracterizada
por un particular defecto físico) y la adquirida (supone cierta actividad por parte del infractor).
Los efectos de la reacción sobre los que son físicamente disminuidos es una condición necesaria
para una carrera de desviación. Pero en este caso aunque necesaria no es una condición
suficiente, como señala Mankoff. Afirmar que una reacción social aguda lleva inevitablemente a
los infractores adscritos a una carrera desviación no encuentra comprobación a menos que se
especifiquen los diferentes efectos que tienen los distintos grados de gravedad de la reacción
social. Si no se logra explicar las condiciones necesarias y suficientes de esta forma de
desviación sus limitaciones serán mayores ante formas más complejas, como los casos de
desviación adquirida. Las mismas investigaciones se pueden emplear para determinar si la
reacción social es una condición necesaria para el caso de la infracción adquirida. Un estudio de
Becker sobre fumadores de marihuana evidencia la poca influencia que ejerce el grupo social. El
infractor no se ve empujado a una carrera de desviación por el carácter de la reacción social.
Por lo que en este último caso, tampoco constituye una condición suficiente.
Una mitología de la reacción social es que la infracción necesariamente amplía la naturaleza y
características del acto desviado. Es énfasis se pone en que los desviados ajusten su
comportamiento al rótulo. Sin embargo en la realidad puede ocurrir que los infractores
adquiridos se vean disuadidos por la posibilidad del control social y los adscritos se puedan
organizar para modificar los valores de la sociedad y librarse del estigma que se adjudica a su
defecto. Si se acepta la distinción de Mankoff entre infracciones adscritas y adquiridas, la
ampliación de la conducta desviada no es resultado inevitable de la comisión de infracciones y
que la reacción social no es ni condición necesaria ni suficiente de la carrera desviada.
Más que una teoría se trata de una perspectiva que corrige algunos errores de las anteriores
sociologías positivistas del delito y conducta desviada. El modelo formal al que debería
responder convendría que tuviera los siguientes elementos:
32
Los orígenes mediatos: los determinantes básicos de la conducta desviada.
Los orígenes inmediatos: los antecedentes pertinentes de la acción desviada.
El acto en si mismo
Los orígenes inmediatos de la reacción social
Los orígenes mediatos de la reacción social.
La influencia de la reacción social sobre la conducta ulterior del desviado.
La persistencia y el cambio de comportamiento.
El enfoque de la reacción social se centra en la influencia que tiene la reacción social sobre el
comportamiento del desviado y no trata los orígenes de la desviación y evita discutir las causas
de la reacción social.
Poder y política.
Tema 6. El naturalismo y la fenomenología norteamericanos. I de 20
Los etnometodólogos se preocupan por cómo se constituyen los significados sociales. Estudian
la creación y destrucción del significado en el nivel microsocial.
La obra de David Matza.
El naturalismo es el tema principal de la obra de Matza. La crítica que hace a otros teóricos es
que distorsionan la realidad desviada. Su obra intenta reorientar hacia la cuestión fundamental
de la relación entre creencias y actos. Según este, la delincuencia es la traducción de las
creencias en actos. Mediante el proceso de elaboración de significado se vinculan las creencias
y los actos. Los autores, aunque reconocen la necesidad de contar con una teoría de la
desviación que se esfuerce por ser fiel a los fenómenos que se estudian, no coinciden con la
explicación de Matza de cómo surgen esos fenómenos. Una de las finalidades primordiales de
Matza es combatir las concepciones deterministas de la acción desviada e insistir en que los
desviados realmente eligen. Aunque supone un adelanto respecto de los teóricos de la reacción
social, evita examinar las cuestiones más generales que han llevado a un enfoque radical de la
criminología.
33
La discrepancia viene sobre cuál es la naturaleza real del fenómeno, y puede llevar sin cautela,
a que la única explicación cierta de cómo se producen los fenómenos desviados es la que
puedan dar los desviados mismos. Aunque la motivación de las acciones de los desviados son
sus creencias, puede ocurrir que lo que ellos creen sea falso.
El teórico puede cuestionar la validez de las creencias desviadas al evaluar la situación social del
actor.
Frente a la perspectiva correccional (explicar los fenómenos para corregirlos o erradicarlos),
Matza sugiere que entender la conducta desviada equivale a negarse el derecho de disentir. A
los desviados según esto, o se los comprende o se los condena, pero no ambas a la vez.
Yuxtaposición esta que puede caer en falsas dicotomías, por la diferencia entre corregir a los
individuos y corregir las creencias que son falsas.
Valores subterráneos, neutralización y deriva.
Sus primeras obras son una crítica a las teorías de las subculturas (los delincuentes tienen un
sistema de valores inversos a los aceptados por la sociedad respetable), por marcar diferencias
exageradas entre los valores delictivos y los de la sociedad general. Según él, los delincuentes
parecen aceptar los valores de la sociedad, el adolescente no rechaza la moral tradicional sino
que neutraliza las ataduras normativas del orden jurídico de la sociedad ampliando las
justificaciones de la desviación. Las técnicas de neutralización como los “vocabularios de
motivos” de Wright Mills son expresiones lingüísticas del desviado para justificar su acción.
Pero no solo son excusas una vez se ha realizado el acto, sino que motivan el cometer actos
desviados al neutralizar la preexistencia de una limitación normativa. Aunque el argumento
sirva para delinquir, en última instancia sabe que lo que hace no es correcto, por lo que su
moral no es opuesta a la de la sociedad.
Cinco técnicas de neutralización de Sykes y Matza son:
Negación de la responsabilidad.
Negación del perjuicio.
Negación de la víctima.
Condenación de los que condenan.
El recurso a una lealtad superior.
Muestran cómo la neutralización del vínculo moral puede ser motivo de gran parte de la
conducta desviada. Luego sustituyen la noción de subcultura delictiva por la idea de subcultura
de la delincuencia que existe en forma subterránea en la sociedad normal. Sostienen que las
diferencias de la teoría de la subcultura entre valores delictivos y no delictivos proviene de un
sistema valorativo erróneo de la clase media y que si se examina de cerca se verá que las
actividades de esparcimiento de los que dominan la sociedad no son tan diferentes de las
actividades de los delincuentes que forman los bajos fondos de la sociedad, en términos
valorativos.
34
En el intento de establecer un patrón de medir la desviación, el sistema valorativo de la
sociedad se ha reducido al de la clase media. Los valores subterráneos conviven con el resto,
como algo que debe mantenerse latente hasta que el momento y las circunstancias sean
propicios para expresarlos. Lo que hace el delincuente es destacar una parte de valores
subterráneos que coexisten con los que públicamente son aceptados. Con esto se desprende
que la motivación de la conducta desviada procede de una acentuación de los valores
dominantes a lo que se le unen las técnicas de neutralización que liberan al individuo del
control social. Para Matza las creencias desviadas surgen de las creencias de la sociedad más
amplia y como oposición a estas. Lo ejemplifica con los valores de la juventud de la sociedad
norteamericana. Jóvenes sometidos a tres pautas de desviación: delincuencia, radicalismo y
espíritu bohemio, y sin embargo la mayoría eran bastante tradicionalistas. La conclusion de
Matza es que noción de subterráneo implica que constantemente existe una dialéctica entre lo
tradicional y lo desviado y que en ese proceso de intercambio ambos se modifican.
El ataque a la teoría de las subculturas no responde a la pregunta de si las diferencias entre
delincuentes y no delincuentes son tan grandes como para impedir la integración con
tradiciones más convencionales. Al representar las técnicas de neutralización motivos opuestos
a los de la sociedad puede decirse que lo que representan este tipo de técnicas es una crítica
implícita de la sociedad.
En la obra de Matza hay tres niveles de análisis:
Motivacional
Cultural
Estructural.
Las causas de la delincuencia las explica con su concepto de deriva, a medio camino entre la
libertad y el control, se oscila a la deriva entre el comportamiento delictivo y el tradicional. La
deriva se sitúa en algún lugar entre el determinismo y la libertad. Se trata de una posición de
determinismo atenuado donde se puede practicar el libre albedrío. La deriva hacia la
delincuencia se ve impulsada por circunstancias accidentales. Niega que los que están a la
deriva sean capaces de percibir los procesos en los que están inmersos; por eso recurre a la
idea de delincuente transitorio diferente del delincuente irredimible y ejemplar por personificar
al actor delincuente. Lo que hace es describir las condiciones que posibilitan la delincuencia
transitoria. No tiene en cuenta lo que implica la motivación. El concepto de motivación se
puede discutir por dos razones: porque los motivos que emplea el actor pueden ser una forma
de falsa conciencia; y porque al negar Matza que haya sistemas alternativos y cualitativamente
diferentes de motivación, lo sitúa en una peculiar concepción de lo que sería una elaboración
motivacional diferente.
La explicación de la persistencia de la delincuencia la basa en la preparación de las técnicas
adecuadas. Las técnicas de neutralización hacen el delito viable desde el punto de vista moral y
35
la adquisición de conocimientos completa el proceso de preparación. Un requisito para que la
deriva culmine en una nueva infracción es que se reciba una activación masiva que puede
provenir de la desesperación. Los motivos que le asigna al delincuente a la deriva tienen forma
idealista, porque se puede desear algo sin tener que estar activado por la desesperación. Por
eso, en última instancia la delincuencia se fomenta por un intento de superar un sentimiento
de fatalismo. Las pruebas de muchachos de clase obrera apoyan esta idea fatalista, pero no hay
motivos válidos de que el fatalismo sea una consecuencia del sentimiento de desesperación.
Que la delincuencia sea en parte resultado de una situación externa de desigualdad, pobreza y
falta de poder no es lo mismo que decir, como hace Matza, que el delincuente es movido por
fuerzas existenciales que escapan a su control, en el que el delincuente es movido por la
desesperación de buscar un sentimiento de humanidad.
Añade que la persona actúa porque quiere obtener resultados, al margen de que el
comportamiento delictivo tenga éxito o no.
Para adherirse a subculturas son necesarios tres elementos:
La neutralización moral de la ley.
El aprendizaje de técnicas delictivas en compañía de otros.
La voluntad de cometer una infracción motivada por la desesperación y deseo de
restablecer un sentimiento de humanidad.
Travis Hirschi trata de refutar la afirmación de Matza, de que la mayor parte de la delincuencia
es producto de la deriva, mediante la teoría del control, por la que considera que cuanto más
fuerte sea el vínculo con el orden tradicional, como la familia, habrá menos posibilidades de
emplear técnicas de neutralización. Pero tampoco esta idea es convincente teniendo en cuenta
que la influencia de la familia nuclear es cada vez más débil. En cualquier caso, apenas hay
pruebas de la neutralización del vínculo moral de la ley. Sí se acepta la otra idea de Hirschi de
que muchos delincuentes tienen un vocabulario limitado. El que esos códigos limitados solo
permitan una respuesta inarticulada, no significa que no conlleven una crítica implícita, y sí,
como opina Matza, sólo una neutralización. Contrariamente a Matza se opina que las
motivaciones desviadas van desde la aceptación total de la moral social, hasta la total oposición
a la moral tradicional. En definitiva, lo que puede significar una simple crítica social por la
relación con las estructuras de poder y autoridad, para Matza es una neutralización. No logra
explicar cómo la gente llega a ser desviada.
Pluralismo.
La idea de Matza de valores subterráneos niega la posibilidad de que hubiera valores
genuinamente desviados.
La última obra de Matza.
Su última obra se aparta de la posición que se ha criticado de Matza. La primera parte se ocupa
de desarrollar la perspectiva del naturalismo y desarrolla el concepto de desviación a través de
36
la escuela de Chicago, los funcionalistas y el enfoque de la nueva escuela de Chicago
oponiéndose a estigmatizar los fenómenos desviados como algo patológico. Pasa de considerar
la desviación como un hecho patológico a ver en ella una diversidad compleja que debe
entenderse. En la segunda parte del libro el desviado se hace tal por una serie de elecciones. Es
clave el hecho de ser desviado como resultado de una serie de circunstancias de la persona. El
hecho de elegir cometer una infracción, noción de afinidad, se explica mediante el contexto de
la afiliación y la significación.
Para Matza la afiliación significa dos cosas: contagio y conversión. Utilizando esta última dice
que la consecuencia de la afinidad es querer hacer una cosa, y que cuando el actor experimenta
la afinidad está al borde de cometer un acto desviado. Como dice (muy bien) estar expuesto a
las causas de los fenómenos desviados tiene como consecuencia verse a si mismo como el tipo
de persona que podría cometer el acto desviado. A través del adepto a la marihuana de Becker
trata de ejemplificar las etapas que se dan en el proceso de desviación.
En el análisis sobre filiación y significación aparece la noción de prohibición, que modifica la
naturaleza de la actividad que se practica. Prohibición marcada por el Estado que determina la
filiación a la desviación a menos que el sujeto reconsidere toda la cuestión. La prohibición no
hace que aceptar el camino desviado sea inevitable, pero sí asegura que se oculte la desviación.
Cometer un acto desviado que tambien se considere delictivo obliga a caer en el secreto. La
etapa final del proceso de la desviación es la significación, que es simbolizar. No es hasta que el
sujeto recibe n significado cuando comprende la naturaleza del Estado y la autoridad
organizada.
Toda su obra es fenomenológica eludiendo la cuestión etiológica (causal-motivacional). Sobre el
efecto que pueda tener la prohibición, puesto que el sujeto sabe que las diferentes
posibilidades de ser aprehendido (detenido) dependen de la naturaleza estructura de la
actividad estatal, se tiene en cuenta el papel de la conciencia en el proceso de la desviación.
La fenomenología norteamericana y el estudio de la desviación: la etnometodología.
Etnometodología y proyecto fenomenológico.
Una orientación fenomenológica supone: ofrecer una representación correcta de los
fenómenos estudiados (imperativo descriptivo); mostrar cómo los fenómenos se conforman
(imperativo constitutivo). Propone que la actividad se ha de estudiar examinando la
intencionalidad del sujeto, de ahí el desplazamiento de la investigación hacia la acción
intencional. El supuesto que subyace en la etnometodología (variedad norteamericana de la
fenomenología) es que las explicaciones generales son imposibles, de ahí que en el caso del
estudio de la desviación se eluda todo problema causal; de lo que se ocupa es del aspecto
constitutivo de la actividad humana. El hombre se concibe como participante en la producción y
construcción de la estructura social. El punto de partida es la crítica de Schutz a Weber respecto
37
a la comprensión subjetiva de los motivos del actor para emprender una actividad. Lo que
practica Schutz es una fenomenología intersubjetiva: que se analice la reciprocidad de
perspectivas, investigar el mundo de sentido común de la vida demostrando cómo la realidad
social es experimentada y construida por sujetos que interactúan. Se parte del supuesto de
intercambiabilidad de puntos de vista, lo que supone experimentar los fenómenos cómo lo
hacen otros. Supuesto que se basa en otro: la congruencia de las significatividades, lo que
implica que las personas con las que participamos en alguna actividad práctica comparten una
situación común dada. Para ello hay que demostrar que determinados actores han construido
las mismas reglas presupuestas.
Un problema básico de la sociología fenomenológica es que no se tiene la certeza de poder
articular teorías compatibles con todos los aspectos activos de la subjetividad humana. Toda
interpretación del sociólogo es una interpretación tipificada. Schutz lo resuelve diciendo que
todo lo que se puede hacer es demostrar que nuestras interpretaciones son compatibles con
las de los miembros en el nivel de la intencionalidad.
La otra cuestión que se plantea es la de los paréntesis fenomenológicos. Todo lo que se refiere
a la realidad de las cosas, la fenomenología las pone entre paréntesis, se limita a interpretar las
intenciones. Entonces, si se pone entre paréntesis la realidad cabe plantearse la pregunta de si
es verdaderamente real lo que descubre la intuición fenomenológica.
Suponer que la experiencia y percepción son primarias significa que las interpretaciones y
acciones de los actores se han de explicar en términos que sean fenomenológicamente
reducibles a los significados e intenciones de los actores. El problema entonces es que los
objetivos al estudiar la desviación no son los mismos que los de los miembros cuyos actos
constituyen al desviación. Sin embargo el único criterio que valida una explicación
fenomenológica es que la interpretación del investigador comparta la misma intencionalidad de
sentido común con las explicaciones de los miembros.
La crítica etnometodológica.
Se critica que conceptos abreviadores como alienación, estatus, etc., o carecen de significado o
en el caso de que lo tengan no lo tienen en mayor medida que las generalizaciones hechas por
los miembros, por lo que no supone una extensión de la sociología a la vida diaria. Según
Garfinkel, los estudios etnometodológicos analizan las actividades cotidianas para hacerlas
explicables como actividades cotidianas ordinarias, para lo que se necesita un análisis de las
condiciones explícitas e implícitas del orden en la vida cotidiana, que permita comprender el
orden producido rutinariamente. Según Garfinkel la objetividad en ciencias humanas sólo se
consigue para fines prácticos y que las explicaciones deben evaluarse en función con la
adecuación de las explicaciones mismas, es decir, son sensatas o no, de acuerdo con lo que
todos saben sobre el problema del caso.
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Tema 7. El delito y el control social en Marx, Engels y Borger. III de 20
La atención de Marx sobre el delito se debe al hecho de que forme parte del comportamiento
humano. Más detenimiento hace Engels, que lo considera una forma de desmoralización y una
forma de decadencia de la humanidad. Una desmoralización consecuencia de la
industrialización capitalista que hace surgir el desorden sobre todo entre la clase obrera. Para
Marx el delito es funcional para mantener las relaciones sociales capitalistas. El hecho de que el
delito genera nuevas técnicas de investigación, vigilancia y control no se puede negar, pero sí se
puede dudar de que sea fundamental para el perfeccionamiento de nuevos dispositivos. El
texto de Marx es un intento por ridiculizar la división de justos por un lado y depravados por
otro, en el sentido de que los justos dependen, para su sustento, de las clases delictivas,
además de resaltar la naturaleza delictiva del capitalismo como sistema. Marx considera que
puede haber una sociedad libre de delito demostrando la interdependencia normal entre las
relaciones sociales de producción capitalista y el delito. Si se considera que toda actividad es
productiva, un criminal que produce delitos entraría en la rama de la producción y entonces el
delito debería considerarse funcional. El delito se considera una característica necesaria de la
sociedad, si las actividades se enfocan en términos funcionales.
Para Marx el hombre es determinado y determinante y demuestra que la concepción burguesa
vulgar sobre el delito se relaciona con la idea de que el derecho se basa en un consenso general
de voluntades. Unos consideraban la base del derecho el poder y otros la voluntad. No se tiene
en cuenta las bases materiales del poder en la idea de que los individuos libremente celebran
contratos con el Estado que son los que constituyen el derecho. Cuando las condiciones
materiales se expresan como relaciones de desigualdad ya no se considera el derecho como
creación de la voluntad individual, sino como creación de las condiciones materiales. El derecho
será manifestación de la voluntad cuando las fuerzas materiales se desarrollen hasta el punto
en que puedan abolir la dominación de clase y el imperio del Estado. Y sólo en esas condiciones
se puede considerar una sociedad libre de delitos. Si se abole el sistema de dominación y
control se abole el delito.
Al margen de la forma que tenga la división del trabajo, el delito se manifiesta como una lucha
del individuo aislado contra las condiciones dominantes a la vez que es una lucha condicionada
por esas condiciones.
Marx ataca al libre albedrío y al hacerlo ataca la filosofía de la pena de Hegel. Mientras este
considera que la pena forma parte de los derechos del individuo libre, Marx entiende que el
que recibe una pena es esclavo de la justicia (de clase). De los datos estadísticos de Quetelet se
desprende que las condiciones de la moderna sociedad burguesa producen un cierto promedio
de delitos en una determinada fracción nacional y de acuerdo con los positivos, Marx estima
que el delito es una expresión de las condiciones materiales, lo que le ha llevado a la crítica de
39
practicar el determinismo económico. Sin embargo no se le puede considerar un determinista
económico y conocía las formas en que el control social podía provocar la desviación.
Como el resto de sus contemporáneos concentraba el delito y la infracción de las normas en las
clases peligrosas, que era el lumpen-proletariado, integrado por trabajadores no organizados y
eran improductivos: no contribuían a la producción de bienes y se sustentaban por lo que
producían los trabajadores productivos.
Marx presenta al delincuente como un hombre desmoralizado y embrutecido (hombre vuelto
contra si mismo de Gouldner) por la experiencia cotidiana del empleo bajo el capitalismo
industrial. La acción delictiva se interpreta como un ajuste a la sociedad según las exigencias de
la estructura de la economía política y no como una forma inarticulada de tratar de superarla.
Marx y Engels tambien ponen en relación las condiciones económicas y la cantidad de delitos.
Delito como resultado de las relaciones económicas no equitativas.
Sea como fuere toda la validez del marxismo depende de algunos supuestos de la naturaleza
del hombre. Tomando como punto de partida la antropología filosófica trata de demostrar las
diferencias fundamentales del hombre con los miembros del mundo animal. Lo siguiente es
mostrar cómo la naturaleza del hombre se ha ido distorsionando por los ordenamientos
sociales que resultan de la lucha del hombre por superar las condiciones de escasez material. La
sociedad en el marxismo presenta a grupos sociales en competencia inmersos en una red de
ordenamientos sociales temporales. El capitalismo como conjunto de ordenamientos sociales
constituye la forma más desarrollada de explotación social al tiempo que incluye elementos
que pueden dar al hombre una conciencia liberadora. Según esto, una teoría de la desviación
basada en el marxismo trataría de explicar cómo determinados períodos históricos producen
intentos por parte de los que tienen el poder económico y político de ordenar la sociedad de
determinada manera. Y tendría una noción de hombre basada en el supuesto de que tiene
conciencia que dependería de su ubicación dentro de la estructura social de intercambio,
producción y dominación, donde la reacción de los hombres ante el rótulo se vincularía con la
conciencia que tienen de la dominación. De esta manera, la consecuencia podría ser la
vinculación entre la teoría de la interacción y la de la estructura social. Pero no es ocupación del
marxismo resolver estos problemas.
Willem Bonger y el marxismo formal.
Se puede considerar que representa el marxismo ortodoxo. Para evaluarlo se debe considerar si
aplica los conceptos del marxismo válidamente en su estudio sobre las tasas de delincuencia
propias del capitalismo. Su análisis del delito es diferente del de Marx: se interesa más por la
causalidad que vincula el delito con las condiciones económicas y sociales precipitantes; y no se
limita sólo al delito de la clase obrera. En común, atribuye la actividad delictiva a individuos
desmoralizados a causa del capitalismo.
40
El pensamiento delictivo en Bonger resulta de la tendencia de egoísmo creada por el
capitalismo industrial. Egoísmo que tambien asume un carácter independiente como cualidad
intrínseca y de comportamiento de determinados individuos.
Según Borger el pensamiento delictivo se debe a la falta de formación moral de la población,
negada al trabajador porque no es algo imprescindible para el trabajo que desempeña en la
sociedad en el proceso de industrialización. A través del carácter determinante de las relaciones
sociales de producción ilustra la tendencia a fomentar el egoísmo por los diferentes
ordenamientos sociales. La aparición del capitalismo irrumpió según Borger en un proceso de
establecer relaciones sociales más civilizadas. El capitalismo transformó el trabajo basado en su
valor de uso por el trabajo basado en su valor de intercambio, responsable de generar codicia y
ambición. El capitalismo es acusado de generar el egoísmo: frente a la uniformidad de intereses
de personas que se ayudaban mutuamente, en el momento en que el productor producía más
de lo que necesitaba y la división del trabajo le permitía intercambiar el excedente por otras
cosas que no podía producir surgió en el hombre la idea de no dar más a otros lo que
necesitaban. Y todos los tipos de delito, los explica Borger, causalmente vinculados con un
medio que promueve la acción egoísta.
La mayor parte de la obra de Bonger incluye elementos interdisciplinarios y utiliza elementos
de otras teorías, como la de la imitación de Tarde. En definitiva, utiliza otras consideraciones
secundarias para hacer prevalecer una ambientalismo unicausal y en todas las relaciones que
trata de demostrar tiene como objetivo demostrar que la motivación básica se vincula con un
egoísmo inducido por el capitalismo. No sólo asocia el egoísmo con la pobreza, para así
justificar los delitos entre la burguesía. Delitos, en este caso, que tienen su motivación en la
necesidad o en la codicia. Siempre a expensas de un clima generado por el capitalismo.
Algunas de las observaciones que hace sobre la naturaleza de las privaciones que se viven en el
capitalismo son muy esclarecedoras para su época, como es el caso de los efectos de la
subordinación de las mujeres. Su posición sobre el control social puede decirse que es
ambivalente. Y su idea es que aunque la ley sea una creación de la clase dominante, representa
un sentimiento social y moral universal. Lo que puede pensarse que lo hace sobre la base de
creer en el orden como valor en sí mismo (compartido por la burguesía). La solución a los
problemas de la delincuencia la sitúa en una reforma de la estructura social divisionista. A los
delitos políticos no les acuña el rótulo de delincuente, quizá por empatía con el actor. Tiene una
visión idealista de que el socialismo contribuye a controlar el mal. Cae en la perspectiva
correccional que consiste en comprender el fenómeno en la medida en que se pueda librar de
él a la sociedad, sin ir más alla y limitándose a una distinción simplista entre fenómenos
desviados y tradicionales, que no destaca la complejidad de los hechos. En pocos casos
reconoce Bonger motivaciones complejas a los actores desviados (en el caso de los delitos
económicos).
41
El delincuente de Bonger se aproxima más al Durkheim en el sentido de que necesita control
social que al de Marx por el hecho de resultar de relaciones sociales desiguales e intenta
resolver las desigualdades de riqueza, poder y oportunidades. Recurre al socialismo como
idealista que pretende sustituir el clima moral egoísta por uno en que se fomente la
cooperación. Socialismo donde el egoísta no desaparece pero sí que su actividad egoísta no se
ve recompensada.
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