1
2
Congregación Internacional Hebreo
Mesiánica Hijos de Jacob.
Ministerio De Enseñanzas:
Luz Del Mundo.
Entendiendo a Pablo
Comentario de la epístola a los Gálatas
Por
Leo Ben Jacob
3
Introducción
En nuestra opinión, la epístola a los gálatas es uno de los escritos paulinos más
controversiales del Nuevo Testamento. La idea central de la epístola a los gálatas
es la refutación, por parte del apóstol Pablo, de las influencias judaicas y
mandamientos de hombres, añadidos a la Ley de Moisés. También podemos
encontrar una ferviente lucha teológica, dirigida a todos aquellos que negaban la fe
en el Mesías de Israel como elemento necesario para la salvación.
Para la correcta comprensión de la epístola a los gálatas es importante tener en
cuenta el momento histórico y el contexto sociopolítico de ese territorio. Con este
manual solo emprenderemos la misión de hacer llegar al lector el entendimiento,
conforme al pensamiento hebreo, de la epístola a los gálatas. Para ello
profundizaremos en temas doctrinales y teológicos, consintiendo en que el apóstol
Pablo, además de ser un siervo fiel de YESHÚA, nunca negó la Ley de Moisés.
Recomendamos al lector que, antes de escudriñar en este manual, realice un
pequeño bosquejo del Libro de los Hechos. Hacemos esta recomendación porque
en el Libro de los Hechos encontramos la narración de eventos que también están
plasmados en la epístola a los gálatas.
A partir de la compilación narrativa del Libro de los Hechos y de la epístola a los
gálatas, podemos tener alguna noción del contexto histórico y sociopolítico de ese
lugar. Específicamente, nos referimos a los textos de Hechos 15, en concordancia
con Gálatas 2 y Hechos 18:23.
La epístola a los gálatas fue una necesidad inminente para la congregación de
Galaxia. Es importante tener en cuenta que en la actualidad, los escenarios y las
necesidades de las congregaciones mesiánicas difieren mucho de los de aquella
época encontrados en Galaxia. Con esto queremos decir que el lector debe estar
consciente de que la epístola a los gálatas fue confeccionada con propósitos
específicos, según la necesidad de esa congregación.
En ningún momento afirmamos que la epístola a los gálatas no sirva de material
instructivo para los actuales tiempos. Estamos convencidos de que la epístola a los
gálatas derrama un caudal inagotable de información, muy necesaria en la
actualidad. Solo nos proponemos lograr que el lector analice cada versículo
minuciosamente y de forma imparcial.
4
Si el apóstol Pedro difícilmente entendía a Pablo, como lo anuncia 2Pedro 3:15-16,
¿qué quedará para nosotros? Oremos y pidamos al ELOHÍM de Israel toda la
sabiduría y el entendimiento antes de examinar este manual.
Que ELOHÍM los bendiga. Amen.
5
Capítulo 1
Gálatas 1:1-3 - “Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por YESHÚA
HaMashíaj y por Elohím el Padre que lo resucitó de los muertos), y todos los
hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia: Gracia y paz sean a
vosotros, de ELOHÍM el Padre y de nuestro Señor YESHÚA HaMashíaj…”.
El apóstol Pablo estaba consciente de que su ministerio apostólico había sido
ordenado por YESHÚA y ELOHÍM Padre. Es muy importante entender que cualquier
ministerio de servicio a ELOHÍM que emprendamos tiene que estar alineado con la
voluntad del Todopoderoso.
Recordemos que el Creador es quien, por medio de su Espíritu, pone dones
espirituales en cada uno de nosotros, según el propósito. Aseguramos que todo acto
o evento que se aparte de los designios de ELOHÍM es una manera de desagradar al
Creador, y que este hecho se cuenta como pecado.
Fundamental es también percatarnos de que el apóstol Pablo fue obediente al
propósito divino. Pablo asumió eficientemente el legado apostólico encomendado
por YESHÚA HaMashíaj y ELOHÍM Padre. Citemos una porción sobre este particular:
“Mas yendo por el camino, aconteció que, al llegar cerca de Damasco, repentinamente le
rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo,
Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy YESHÚA, a
quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso,
dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad,
y se te dirá lo que debes hacer”. Hechos 9:3-6
Es evidente que cuando YESHÚA aparece ante Pablo, no fue el momento en que le
declara el rol ministerial que cumpliría, al menos el Libro de los Hechos no lo narra.
Posteriormente, en revelaciones divinas, el Mesías le confirma a Pablo su posición
y función en la congragación de YAHWEH.
Esta ilustración es una fehaciente muestra de la obediencia del apóstol hacia el
Todopoderoso y a su hijo YESHÚA. Asimismo, es un ejemplo de las buenas obras
que todos los creyentes en YAHWEH deben seguir. El apóstol Pablo es un paradigma
positivo de sujeción a la voluntad de ELOHÍM. Por otro lado, en estos versículos se
aprecia el tradicional saludo del apóstol Pablo a otras congregaciones:
6
“… el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo,
conforme a la voluntad de nuestro ELOHÍM y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de
los siglos. Amén”. Gálatas 1:4-5
YESHÚA, como cordero expiatorio, era el tema principal expuesto por los apóstoles
a través de las Sagradas Escrituras. Ellos les predicaban a todas las comunidades
hebreas el mensaje de salvación. En épocas de los apóstoles, no era fácil demostrar
que por medio de la sangre de un hombre serían expiados todos los pecados del
pueblo. Recordemos que en esos tiempos aún existía el templo de Jerusalén, por
ende, estaba en pleno vigor toda la estructura sacerdotal levítica y, al mismo tiempo,
se ponían en práctica todos los ritos expiatorios.
Cuando hablamos de ritos expiatorios, es menester recordar que estos fueron
instituidos por el Todopoderoso en la Ley de Moisés. Además, debemos valorar,
desde el punto de vista histórico, que el pueblo hebreo llevaba más de dos mil años
sacrificando un cordero en el tabernáculo o templo para poder recibir perdón de
pecados.
Estos elementos muestran que no resultaba nada fácil, en épocas paulinas,
demostrar la redención de pecado por medio de la sangre de un hombre. Veamos
un texto interesante:
“Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su
carne? YESHÚA les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del
Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi
sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es
verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida”. Juan 6:52-55
¿Cómo entender las palabras de YESHÚA en el contexto histórico en que se inserta
la narración del apóstol Juan? ¿Pudiéramos nosotros entender correctamente las
palabras de YESHÚA?
Estamos convencidos de que solo por permisión de ELOHÍM Padre y a través de su
Espíritu alcanzaríamos claridad en el asunto. Tal vez algunos lectores no vean el
tema tan abrumador. Era inconcebible, en época de YESHÚA, decirle a un hebreo
que comer carne y beber sangre humana era algo bueno, pues los dos actos los
prohíbe la Ley de Moisés. Esto se le atribuye a que no aparece un sacrificio humano
en la Ley de Moisés que expíe los pecados. Veamos ejemplos donde aparece la
prohibición de comer carne inmunda y beber sangre:
7
“Si cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos,
comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la
cortaré de entre su pueblo”. Levítico 17:10
“De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comeréis”.
Levítico 11:3
Gálatas 1:6 - “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os
llamó por la gracia de Mashíaj, para seguir un evangelio diferente”.
En otras oportunidades, ya hemos mencionado que la gracia es un favor otorgado
por ELOHÍM Padre a la humanidad. YESHÚA es el intermediario de la gracia, no es
el autor o diseñador de ella. Comprobemos en Juan 1:17 lo antes enunciado:
“Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio
de YESHÚA HaMashíaj”. Juan 1:17
Del mismo modo que la ley fue dada por medio de Moisés, la gracia es dada por
medio de YESHÚA. Debemos saber que el diseñador de la ley y de la gracia es
YAHWEH nuestro único ELOHÍM.
Para entender correctamente el versículo 6 de Gálatas, recordemos que la gracia es
la única forma de alcanzar redención y, por ende, de alcanzar justificación ante
ELOHÍM. También podemos decir que la gracia es la oportunidad inmerecida de
volver a los mandamientos dados a Moisés en el monte Sinaí.
¿Qué significa que los gálatas se habían apartado a un evangelio diferente?
Pablo está anunciando, específicamente, que ellos se habían alejado de la
justificación redentora que se alcanza por la gracia. No creemos necesario
profundizar en el tema de la gracia, ya que en el análisis de la epístola a los romanos
examinamos dicho tema. El seguir un evangelio diferente también significa que los
gálatas pretendían alcanzar justificación ante YAHWEH, añadiendo otras prácticas
espirituales no aprobadas por la Ley de Moisés.
Otra opción sería que los gálatas priorizaran algunos aspectos aprobados por la Ley
para alcanzar justificación, colocando en un plano menos importante la justificación
por la fe en YESHÚA. A lo largo del análisis de la epístola a los gálatas, nos
encontraremos con otros fenómenos específicos que el apóstol Pablo tuvo que
enfrentar. Puntualmente, haremos el intento de adecuar el entendimiento correcto
de cada versículo.
8
Antes de proseguir comentando sobre los versículos venideros, es esencial recordar
que la idea central de la epístola a los gálatas es la justificación por medio de la
gracia.
Gálatas 1:7 - “No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren
pervertir el evangelio de Mashíaj”.
Es evidente que los apóstoles predicaban un solo sistema de adoración a
ELOHÍM Padre. Ellos estaban conscientes de que existiría un grupo, no pequeño, de
personas que trastocarían el concepto de evangelio. Hoy en día asistimos a un
escenario similar al de la época del apóstol Pablo, en el que muchos tuercen el
concepto de evangelio. Por supuesto, estos herejes son un instrumento de Satanás,
y tienen el propósito de apartar a los fieles de la verdad.
Es importante que todo creyente en YAHWEH sepa discernir, a través de los Escritos
Sagrados, la forma correcta de adorar al Todopoderoso. De la correcta forma de
adoración a ELOHÍM depende la salvación del alma. No existe un término medio de
adoración que podamos practicar, solo debemos hacerlo conforme la Escritura lo
demanda.
Podemos citar una porción en la que el apóstol Pedro reprende a los que perturban
el evangelio. Veamos:
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos
maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor
que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus
disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por
avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo
tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme”. 2Pedro 2:1-3
9
Gálatas 1:8-9 - “Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro
evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos
dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que
habéis recibido, sea anatema”).
Aunque no lo parezca, la porción de Gálatas 1:8-9 está directamente relacionada
con el texto de Deuteronomio13:1-4. Veamos:
“Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o
prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos
de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal
profeta, ni al tal soñador de sueños; porque YAHWEH vuestro ELOHÍM os está probando,
para saber si amáis a YAHWEH vuestro ELOHÍM con todo vuestro corazón, y con toda
vuestra alma. En pos de YAHWEH vuestro ELOHÍM andaréis; a él temeréis, guardaréis sus
mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis”. Deuteronomio13:1-4
Observemos que Deuteronomio13:1-4 nos alerta sobre cómo proceder frente a un
evento similar al que nos habla el apóstol Pablo en Gálatas 1:8-9.
Pablo nos dice que ni aun un ángel del cielo nos puede apartar del verdadero
evangelio. Deuteronomio13:1-4 nos anuncia que ningún profeta, incluso haciendo
milagros y prodigios, nos puede persuadir de practicar una forma de adoración
diferente a la que nos enseña la Ley de Moisés.
Hay un detalle muy importante que debemos analizar, y es que un ángel del cielo o
un profeta, acompañado de señales milagrosas, no pueden contradecir las palabras
de ELOHÍM.
En el caso de Deuteronomio 13:1-4 observemos que se nos anuncia la prohibición
de servir a dioses ajenos, veamos la frase: “diciendo: Vamos en pos de dioses
ajenos, que no conociste, y sirvámosles”.
El mandamiento de no servir a dioses ajenos lo podemos encontrar en
Deuteronomio 6:13:
“A YAHWEH tu ELOHÍM temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás”.
Deuteronomio 6:13
El caso de Gálatas 1:8-9 es similar al anterior. El concepto de evangelio es una
definición establecida por el Todopoderoso mediante el profeta Isaías. En el análisis
de la epístola a los romanos hacemos mención de dicha definición. Veamos:
10
“¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que
anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación H3444, del que dice
a Sion: ¡Tu ELOHÍM reina! ¡Voz de tus atalayas! Alzarán la voz, juntamente darán voces
de júbilo; porque ojo a ojo verán que YAHWEH vuelve a traer a Sion. Cantad alabanzas,
alegraos juntamente, soledades de Jerusalén; porque YAHWEH ha consolado a su pueblo,
a Jerusalén ha redimido”. Isaías 52:7-9
Recordemos que la palabra evangelio proviene del vocablo griego εὐανγέλιον
(euanguélion). Evangelio quiere decir buenas nuevas o buen mensaje.
Isaías 52:7-9 nos habla del buen mensaje o evangelio. También constatamos que en
Isaías 52:7-9 la palabra hebrea traducida como salvación es ְיׁשּוָעה (YESHÚA),
marcada con el H3444, en el diccionario Strong. Definiendo el concepto de
evangelio, tenemos que es el regreso de las doce tribus de Israel a tierra santa por
medio de nuestro salvador y redentor YESHÚA.
Con ánimo de resumir el mensaje dado por Pablo en Gálatas 1:8-9, decimos que
ninguna persona o ángel del cielo puede predicar un evangelio diferente al
anunciado por Isaías 52:7-9.
Gálatas 1:10 - “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de ELOHÍM? ¿O
trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería
siervo de Mashíaj”.
Existen diversos motivos por los cuales muchos predican un evangelio diferente.
Al parecer, en el contexto de los gálatas, el móvil que los estimulaba era agradar a
los hombres y no a ELOHÍM.
En nuestros tiempos, podemos identificar al desconocimiento bíblico como la causa
de la falsa predicación. Existen muchos programas teológicos que han sido los
encargados de establecer doctrinas no adecuadas. Estos programas tienen el
propósito, en su inmensa mayoría, de crear dominio sobre el hombre,
entronizándoles falsas teorías religiosas.
Citaremos a continuación algunos textos que corroboran las palabras de Pablo en
Gálatas 1:8-9. Comprobaremos que en tiempo de los apóstoles, muchos preferían
agradar al hombre antes que a ELOHÍM. Veamos:
“Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó,
diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora
11
habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre
de ese hombre. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a
ELOHÍM antes que a los hombres”.
Hechos 5:27-29
“Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, sino
que según fuimos aprobados por ELOHÍM para que se nos confiase el evangelio, así
hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a ELOHÍM, que prueba nuestros
corazones. Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos
avaricia; ELOHÍM es testigo; ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros,
aunque podíamos seros carga como apóstoles de Mashíaj”. 1Tesalonicenses 2:3-6
Gálatas 1:11-12 - “Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado
por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno,
sino por revelación de YESHÚA HaMashíaj”.
Anteriormente, vimos que Isaías 52:7-9 anuncia el concepto de evangelio. En los
versículos de Gálatas1:11-12, apreciamos cómo el mismo YESHÚA es quien le
anuncia el evangelio al apóstol Pablo. Sobre la base de esta información, nos
haremos varias preguntas:
¿Habrá YESHÚA predicado un evangelio diferente al que se encuentra en Isaías
52:7-9? ¿Cómo Pablo sabía que YESHÚA le hablaba palabras verdaderas?
Estamos convencidos de que nuestro Mashíaj solo habló las palabras anunciadas
por ELOHÍM, entre las cuales se encuentra Isaías 52:7-9. En Juan 12:49-50 podemos
corroborar lo antes anunciado:
“Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio
mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es
vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho”. Juan 12:49-
50
Para responder a la segunda pregunta, meditemos acerca de las palabras del mismo
Pablo que aparecen en Gálatas 1:8: “Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os
anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema”.
Cuando YESHÚA le predicó el evangelio a Pablo, este identifico fácilmente que el
mensaje era verdadero. Todas las palabras anunciadas por Mashíaj estaban
respaldadas y anunciadas por ELOHÍM mediante de los profetas.
Podemos estar seguros de que el apóstol Pablo, al recibir dicho encargo de parte de
YESHÚA, confrontó y corroboró el mensaje en los Escritos Sagrados. De no
12
concordar, lo hubiera rechazado, de la misma forma que el apóstol lo ordena en
Gálatas 1:8.
Gálatas 1:13-14 - “Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo
en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de ELOHÍM, y la asolaba;
y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación,
siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres”.
Es importante identificar que el judaísmo era la tendencia religiosa a la cual
pertenecía el apóstol Pablo. Recordemos que Pablo, antes de convertirse al
evangelio, perseguía y asolaba la grey de YESHÚA. Esto nos indica que el judaísmo
es una institución totalmente apartada de las enseñanzas del Mashíaj, y que su
práctica religiosa representa un cúmulo de ritos y ordenanzas impuestas por
diferentes rabinos. Los rabinos, en su mayoría, fundamentan su credo en
mandamientos de hombres y no de ELOHÍM.
Es interesante detenernos en una frase del versículo 14, con la que Pablo anuncia
que el judaísmo es un sistema de adoración a ELOHÍM fundamentado en ritos y
tradiciones de hombres.
Observemos que nos dice: “… siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis
padres”. Gálatas 1:14; no nos dice: siendo mucho más celoso de los mandamientos
de YAHWEH encontrados en la ley.
Otro detalle muy importante se encuentra en el versículo 13, en el cual el apóstol
Pablo nos aclara que él abandonó el judaísmo por seguir a YESHÚA. Veamos:
“… habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo…”. Gálatas 1:13
No nos dice que él aún pertenecía a la religión judaica, sino que estuvo en otro
tiempo en el judaísmo.
Lamentablemente, hoy en día muchas personas niegan a Mashíaj y se convierten al
judaísmo, lo cual representa una actitud diferente a la que asumió el apóstol Pablo.
De todos modos, más adelante profundizaremos en la definición correcta de
judaísmo.
13
Gálatas 1:15-17 - “Pero cuando agradó a ELOHÍM, que me apartó desde el vientre
de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le
predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre, ni subí a
Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de
nuevo a Damasco”.
La elección es una realidad absoluta que no debemos negar. Podemos ver en Gálatas
1:15 que, ciertamente, el apóstol Pablo tenía la elección como un hecho real y
tangible. Veamos en la frase:
“Pero cuando agradó a ELOHÍM, que me apartó desde el vientre de mi madre…”. Gálatas
1:15
Podríamos mencionar disímiles textos en los que puede corroborar que la elección
es un dogma seguido por todos en la nación de Israel, incluyendo YESHÚA. Citemos
algunos de ellos:
“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes
a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que
predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que
justificó, a éstos también glorificó”. Romanos 8:29-30
“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén
conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de
la fundación del mundo”. Juan 17:24
“… según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y
sin mancha delante de él…”. Efesios1:4
“… ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros
tiempos por amor de vosotros…”. 1Pedro 1:20
No creemos procedente profundizar ahora en el tema de los elegidos, pues nos
estaríamos apartando de la idea central del estudio. Prosigamos.
La revelación de YESHÚA no es un hecho que corresponda a todos, es necesario que
un grupo de personas niegue a Mashíaj para que se cumplan varias profecías.
Citemos Deuteronomio 32:15 y Deuteronomio 32:21:
“Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa); Entonces
abandonó al ELOHÍM que lo hizo, Y menospreció la Roca de su salvación H3444”.
Deuteronomio 32:15
14
El vocablo hebreo traducido como salvación es ְיׁשּוָעה (YESHÚA), marcado con el
H3444 en el diccionario Strong.
Deuteronomio 32:15 es la evidencia de que parte de la nación de Israel negaría a
YESHÚA. Todos conocemos que existió y existe un grupo fiel que no lo haría,
ejemplo de ello son los apóstoles. Pasemos a la otra porción:
“Ellos me movieron a celos con lo que no es ELOHÍM; Me provocaron a ira con sus ídolos;
Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, Los provocaré a ira con
una nación insensata”. Deuteronomio 32:21
En Deuteronomio 32:15-21 nos damos cuenta de que, como consecuencia de que
Israel negara a YESHÚA, vendría la oportunidad de otro pueblo de entrar al nuevo
pacto. A partir de este entendimiento, comprendemos correctamente la siguiente
frase de Pablo en Gálatas 1:16:
“… para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y
sangre…”.
Gálatas 1:16
Recordemos que según Deuteronomio 32:21, el pueblo que pondría a celos a los de
Israel serían los gentiles. Por ende, el apóstol Pablo, no consultó con carne y sangre
para predicarles el evangelio a ellos, pues esto era parte del propósito divino.
En el análisis de la epístola a los romanos demostramos que los gentiles que volvían
al pacto eran parte de la nación de Israel que se habían gentilizado y entremezclado
con los demás pueblos.
Gálatas 1:18-19 - “Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro,
y permanecí con él quince días; pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a
Jacobo el hermano del Señor”.
El apóstol Pablo fue a Jerusalén con el propósito de coordinar un programa
ministerial organizado a favor del evangelio. No cabe duda de que Pablo estaba
absolutamente sujeto a la estructura jerárquica existente dentro del cuerpo de
YESHÚA.
Estamos plenamente convencidos de que había diferentes rangos de liderazgo que
dirigían todas las acciones que las congregaciones mesiánicas llevaban a cabo. En
15
el Libro de los Hechos podemos encontramos evidencias de que Jacobo, el hermano
de YESHÚA, era uno de los dirigentes principales de la grey del Señor. Veamos:
“Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo. Y al día siguiente
Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos; a los
cuales, después de haberles saludado, les contó una por una las cosas que ELOHÍM había
hecho entre los gentiles por su ministerio”. Hechos 21:17-19
En Gálatas 2:9 encontramos otro texto que corrobora la existencia de una estructura
jerárquica organizada. Veamos:
“y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran
considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de
compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión”.
Gálatas 2:9
Gálatas 2:9 menciona a Pedro y a Juan como líderes activos de la obra mesiánica.
Gálatas 1:20-24 - “En esto que os escribo, he aquí delante de ELOHÍM que no
miento. Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia, y no era conocido de vista
a las iglesias de Judea, que eran en Mashíaj; solamente oían decir: Aquel que en
otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba. Y
glorificaban a ELOHÍM en mí”.
Las congregaciones de Judea, sabiendo que Pablo era perseguidor de la grey del
Señor, se maravillaban al escuchar que el apóstol Pablo predicara el mensaje de
salvación. Los de Judea no habían tenido ningún contacto directo con Pablo, pero
sí escuchaban de sus proezas al ejecutar su ministerio apostólico entre los gentiles
y por ello glorificaban al Todopoderoso.
Recordemos que el ministerio apostólico de Pablo estaba enfocado mayormente a
las congregaciones hebreas que estaban fuera de Jerusalén. Citemos varios textos
que apoyan ese criterio:
“Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Mashíaj, no miento), y
maestro de los gentiles en fe y verdad”. 1Timoteo 2:7
“… del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles”.
2Timoteo1:11
16
“… nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros
fuésemos a los gentiles…”. Gálatas 2:9
17
Capítulo 2
Gálatas 2:1-2 - “Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con
Bernabé, llevando también conmigo a Tito. Pero subí según una revelación, y
para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta
reputación el evangelio que predico entre los gentiles”.
Muchos argumentan que los catorce años que Pablo esperó para subir a Jerusalén
se debieron a que el apóstol estaba escudriñando las Escrituras. Existen criterios
que exponen que Pablo estudiaba con la finalidad de aprender la doctrina mesiánica,
para después poder impartirla a los gentiles.
Este criterio se desvanece cuando nos damos cuenta de que Pablo y Bernabé
hicieron un largo viaje misionero antes de ir a Jerusalén. Este hecho es narrado en
Gálatas 1:1. Analicemos cronológicamente los textos siguientes.
Comencemos por Hechos 13:
“Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y
a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les
impusieron las manos y los despidieron”. Hechos 13:2-3
En este pasaje se narra el momento en que Pablo y Bernabé comienzan su viaje
misionero. Al paso de los capítulos 13 y 14 del Libro de los Hechos, vemos cómo
ambos apóstoles insisten en su obra misionera, llevando el mensaje de salvación a
diferentes ciudades.
Después de los capítulos 13 y 14 del Libro de los Hechos, el capítulo 15 narra que
Pablo y Bernabé subieron a Jerusalén con el objetivo de conciliar con los líderes de
las congregaciones mesiánicas. El asunto a tratar era el método de evangelización
que utilizarían con los gentiles que volvían a la fe hebrea.
Evangelizar a algunos gentiles era extremadamente difícil. Era incorrecto que los
apóstoles utilizaran diferentes sistemas de enseñanza sin antes ponerse de acuerdo
entre sí. Recordemos que, erradamente, muchos querían imponer la circuncisión
como requisito primario para alcanzar justicia. Citemos el Libro de los Hechos:
“Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis
conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. Como Pablo y Bernabé tuviesen una
18
discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a
Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta
cuestión. Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y
Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los
hermanos. Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los
ancianos, y refirieron todas las cosas que ELOHÍM había hecho con ellos”. Hechos 15:1-
4
Pablo, en Gálatas 2:1, menciona el mismo evento que se narra en Hechos 15:1-4,
donde, junto a Bernabé y Tito, subió a Jerusalén. Otro ejemplo que demuestra que
Gálatas 2:1 y Hechos 15:1-4 hacen alusión al mismo evento, es que en el mismo
capítulo de Hechos 15, Pablo y Bernabé se separan y no se vuelven a encontrar. Las
Escrituras no demuestran otro encuentro ministerial entre Pablo y Bernabé después
de lo ocurrido en Hechos 15: 37-40. Veamos:
“Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos;
pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde
Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se
separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, y Pablo,
escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor…”. Hechos
15:37-40
Creemos necesario aclarar la frase: “… expuse en privado a los que tenían cierta
reputación el evangelio que predico entre los gentiles”.
Esto no significa que el evangelio predicado por Pablo a los gentiles era un sistema
de adoración diferente al evangelio de los hebreos.
En capítulos anteriores, observamos que el evangelio es uno, y que es único su
concepto. No existen diferentes definiciones o sistemas de adoración que
identifiquen la esencia del buen mensaje de salvación.
Entendamos que la diferencia consistía en el método de enseñanza y en las
prioridades doctrinales que cada grupo debía aprender. La finalidad de todo este
sistema de evangelización tenía el propósito de llevar a los gentiles y a los judíos a
una misma práctica espiritual.
19
Gálatas 2:3-5 - “Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue
obligado a circuncidarse; y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a
escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Mashíaj
YESHÚA, para reducirnos a esclavitud, a los cuales ni por un momento accedimos
a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros”.
Enfaticemos en la frase: “Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser
griego, fue obligado a circuncidarse…”.
Esta es una de las porciones bíblicas más manipuladas por muchos. Un grupo no
pequeño de personas la usa para contradecir el innegable mandamiento de la
circuncisión. Es sumamente importante darnos cuenta de que la circuncisión es un
mandamiento más en el momento que hemos creído en YAHWEH y en su palabra.
Quizás, algunos lectores digan que, ciertamente, la circuncisión es para Israel y no
para los gentiles. Nosotros le damos la razón a todo aquel que defiende esa postura.
Recordemos que los mandamientos que se encuentran en el Libro de Éxodo, hasta
Deuteronomio, están dirigidos a Israel y no a los gentiles. También recordemos que
YESHÚA solo vino a Israel y no a los gentiles. De la misma manera sucede con el
mandamiento de la circuncisión, indudablemente es para Israel y no para los
gentiles.
Con esto queremos decir que si no obedecen el mandamiento de la circuncisión,
con la simple excusa de que este está dirigido a Israel, entonces tampoco están
comprometidos a obedecer ningún otro mandamiento como: no matarás, no robarás,
ama a tu padre y madre, no adulterarás, no fornicarás, entre otros, ya que todos estos
le fueron dados solo a Israel.
¿Cuál es la forma correcta de entender la frase que nos anuncia que Tito no fue
obligado a circuncidarse?
Recordemos que Tito iba a participar en el concilio en Jerusalén, donde se
encontraban los ancianos y apóstoles. En este concilio determinarían el método para
las enseñanzas que recibirían los gentiles. Observemos un detalle de Hechos 15:2:
“Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se
dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles
y a los ancianos, para tratar esta cuestión”. Hechos 15:2
Analicemos la frase “y algunos otros de ellos”.
20
Es evidente que además de Pablo y Bernabé, subieron otros hermanos con ellos a
Jerusalén. Se infiere que en este otro grupo que subió a Jerusalén se encontraba
Tito.
¿Sería admitido un incircunciso en un concilio israelí?
Por supuesto que a partir del momento narrado por Hechos 15 y Gálatas 2:1-5, lo
importante para pertenecer a la grey del Señor era que aceptaran a YESHÚA como
Mashíaj y salvador, no la circuncisión.
Que en un momento de necesidad histórica un incircunciso participara en un
concilio hebreo no quiere decir que esta misma persona se quedara en esa condición
para siempre o no aceptara la circuncisión como mandamiento de YAHWEH.
Debemos tener en cuenta que la circuncisión, en épocas de los apóstoles, era un
proceso quirúrgico mucho más gravoso y complicado que en nuestros tiempos. Las
condiciones y los procedimientos médicos no eran tan avanzados como lo son hoy;
de manera que sería totalmente injusto no aceptar en la grey de Mashíaj a personas
que estuvieren esperando por el proceso de la circuncisión. Es evidente que este fue
el motivo por el cual Tito no fue obligado a circuncidarse.
Tito había aceptado todos los mandamientos del Todopoderoso, la fe en su hijo
YESHÚA y también la circuncisión. Estos elementos son suficientes para que Tito
pudiera pertenecer al pueblo santo, aun cuando en ese momento era incircunciso.
De todos modos, sigamos indagando en el tema.
En los versículos de Gálatas 2:4-5, vemos cómo muchos falsos hermanos espiaban
la libertad que brinda el Mashíaj con el fin de reducirlos a esclavitud.
¿Qué libertad brinda el Mashíaj?
El Mashíaj solo enseñó a obedecer la Ley de Moisés, negando así todo dogma
impuesto por los hombres que nos lleve a la esclavitud. No existe en las Sagradas
Escrituras un mandamiento que anuncie que un incircunciso no pueda morar junto
a un israelí, mucho menos si ha aceptado la fe hebrea y está en el proceso de
aprendizaje. Veamos:
“Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren
en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a YAHWEH vuestro ELOHÍM, y cuiden
de cumplir todas las palabras de esta ley…”. Deuteronomio 31:12
21
Los extranjeros que anuncia Deuteronomio 31:12 son aquellos que habían aceptado
al ELOHÍM de Israel y estaban aprendiendo y organizando sus vidas para,
finalmente, circuncidarse. Vemos cómo la Ley de Moisés admite a estas personas
dentro del pueblo de Israel. Hablamos de ser admitidos solo para que fueran
partícipes de las fiestas de los tabernáculos.
Si la Ley de Moisés acepta a estas personas, ¿qué impediría a Tito a participar en el
concilio de Jerusalén? ¿Por qué habría de obligar a Tito a circuncidarse?
No existe un punto de la Ley que prohibiera a Tito estar en el concilio de Jerusalén.
Sobre la base del correcto entendimiento de la Ley, nos damos cuenta de que la
libertad en el Mashíaj es guiarnos siempre por los mandamientos divinos y no por
falsas conjeturas elaboradas por los hombres.
Claro, solo nos estamos refiriendo a todos aquellos que han aceptado los
mandamientos de YAHWEH y a su hijo YESHÚA. Es decir, aunque aceptemos al
ELOHÍM de Israel, todos debemos restaurar paulatinamente nuestras vidas,
incorporando poco a poco las ordenanzas que demandada la Ley de Moisés.
Analicemos la frase “más ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego,
fue obligado a circuncidarse” desde otra perspectiva.
Comenzaremos el análisis a partir del mandamiento de la circuncisión que se
encuentra en la Ley de Moisés. Veamos Levíticos 12:1-3:
“Habló YAHWEH a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando
conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación
será inmunda. Y al octavo día se circuncidará al niño”. Levíticos 12:1-3
Como bien observamos, el mandamiento de la circuncisión solo aplica, según la
Ley de Moisés, al octavo día de nacido; por consiguiente, a Tito no aplicaba el
mandamiento de Levíticos 12:1-3, pues este no tenía ocho días de nacido en el
momento de su conversión a la fe hebrea.
Es importante tener en cuenta que el Israel de Mashíaj se somete a las normas que
dicta la Ley de Moisés. De este tema hablaremos más adelante. De todos modos,
haremos un bosquejo del pacto que hizo el Todopoderoso con Abraham, cuya señal
es la circuncisión. Veamos:
22
“Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció YAHWEH y le dijo: Yo
soy el ELOHÍM Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre
mí y ti, y te multiplicaré en gran manera”. Génesis 17:1-2
En Génesis 17:1-2 vemos el requisito que debía cumplir Abraham y su
descendencia para entrar en el pacto propuesto por ELOHÍM. Por supuesto, el
requisito se encuentra en la frase: “… anda delante de mí y sé perfecto”.
También podemos encontrar, de parte del Creador, lo prometido a Abraham y a su
descendencia. Nos referimos a la frase: “… te multiplicaré en gran manera”.
Sabemos que el compromiso que ambas partes debían cumplir, corresponde a un
pacto, nos referimos a la frase: “Y pondré mi pacto entre mí y ti…”.
¿Qué requisitos debía cumplir la descendencia de Abraham para andar delante de
YAHWEH y ser perfecto?
A Israel, después que salió de Egipto, se le dio una ley. La ley fue anunciada por
Moisés en el monte de Sinaí. No cabe duda de que a partir de ese instante, el
cumplimiento de la Ley hacía perfecto al hombre. En la epístola a Timoteo, el
apóstol Pablo corrobora el argumento anterior. Veamos:
“Toda la Escritura es inspirada por ELOHÍM, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de ELOHÍM sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra”. 2Timoteo 3:16-17
En 2Timoteo 3:16-17, el apóstol Pablo se refiere, cuando habla de toda Escritura,
al Antiguo Testamento. Recordemos que en épocas de Timoteo el Nuevo
Testamento no existía. Podemos citar textos que corroboran que el cumplimiento
de la Ley de Moisés hace perfecto al hombre. Citemos dos de ellos:
“Sea, pues, perfecto vuestro corazón para con YAHWEH nuestro ELOHÍM, andando en sus
estatutos y guardando sus mandamientos, como en el día de hoy”. 1Reyes 8:61
“La ley de YAHWEH es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de YAHWEH es fiel,
que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de YAHWEH son rectos, que alegran el
corazón; El precepto de YAHWEH es puro, que alumbra los ojos”. Salmos 19:7-8
Teniendo en cuenta que la celebración de Pesaj, al ser un elemento de la Ley, es
una fiesta que los hijos de Israel deben cumplir, hagámonos dos preguntas:
¿Acaso Tito no celebró la festividad de Pesaj? ¿Acaso Tito no cumplió el
mandamiento de la circuncisión para poder celebrar Pesaj?
23
Antes de responder estas preguntas, no perdamos de vista que la circuncisión es un
requisito que los gentiles, conversos a la fe hebrea, deben cumplir para poder
celebrar Pesaj. Veamos:
“Y YAHWEH dijo a Moisés y a Aarón: Esta es la ordenanza de la pascua; ningún extraño
comerá de ella. Mas todo siervo humano comprado por dinero comerá de ella, después
que lo hubieres circuncidado. El extranjero y el jornalero no comerán de ella. Se comerá
en una casa, y no llevarás de aquella carne fuera de ella, ni quebraréis hueso suyo. Toda
la congregación de Israel lo hará. Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere
celebrar la pascua para YAHWEH, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará,
y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella. La misma
ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros”. Éxodo 12:43-
49
Prestemos atención a la frase: “Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere
celebrar la pascua para YAHWEH, séale circuncidado todo varón, y entonces la
celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de
ella”.
A partir de lo anterior, podemos asegurar que Tito sí celebró la festividad de Pesaj.
De otro modo Tito sería cortado de la nación de Israel. Que Tito haya celebrado
Pesaj también implica que se circuncidó.
En el Libro de Números comprobaremos que la celebridad de Pesaj es un
mandamiento obligatorio para los hijos de Israel y para los gentiles que se insertan
en la nación. Veamos:
“Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera de vosotros o de vuestros descendientes,
que estuviere inmundo por causa de muerto o estuviere de viaje lejos, celebrará la pascua
a YAHWEH. En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, la
celebrarán; con panes sin levadura y hierbas amargas la comerán. No dejarán del animal
sacrificado para la mañana, ni quebrarán hueso de él; conforme a todos los ritos de la
pascua la celebrarán. Mas el que estuviere limpio, y no estuviere de viaje, si dejare de
celebrar la pascua, la tal persona será cortada de entre su pueblo; por cuanto no ofreció
a su tiempo la ofrenda de YAHWEH, el tal hombre llevará su pecado”. Números 9:10-13
En Números 9:10-13, observemos la frase: “Mas el que estuviere limpio, y no
estuviere de viaje, si dejare de celebrar la pascua, la tal persona será cortada de
entre su pueblo…”.
24
Nos podemos percatar de que continúa vigente la incógnita: ¿por qué Pablo anunció
que ni aun Tito fue obligado a circuncidarse?
Es evidente que a Tito no aplicaba el mandamiento de la circuncisión hasta el
momento de celebrar la festividad de Pesaj. Nadie tenía la potestad, conforme con
la Ley de Moisés, para obligar a Tito a circuncidarse, a menos que fuera antes del
Pesaj. De otro modo, aquellos que obligaren a Tito a circuncidarse estarían
imponiendo sus propios designios y no los de la Ley de Moisés (nos referimos a la
circuncisión sin motivo de celebrar la fiesta de Pesaj).
No quiere decir que si una persona se circuncida por su propia voluntad, antes de la
celebridad de Pesaj, le sea contado por pecado. Pongamos un ejemplo que se
encuentra en el Libro de los Hechos.
“Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo,
hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego; y daban buen testimonio de él los
hermanos que estaban en Listra y en Iconio. Quiso Pablo que éste fuese con él; y
tomándole, le circuncidó por causa de los judíos que había en aquellos lugares; porque
todos sabían que su padre era griego”. Hechos 16:1-3
En Hechos 16:1-3 observamos que Pablo circuncida a Timoteo a causa de los
judíos, no de la celebración de Pesaj. El caso de Timoteo es semejante al de Tito.
Timoteo fue circuncidado por su propia voluntad, es decir, no fue obligado. Tito
tampoco fue obligado, él solo esperó el momento adecuado, la celebración de Pesaj,
para hacerlo.
Por último, citaremos el libro de Josué:
“En aquel tiempo YAHWEH dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar
la segunda vez a los hijos de Israel. Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los
hijos de Israel en el collado de Aralot. Esta es la causa por la cual Josué los circuncidó:
Todo el pueblo que había salido de Egipto, los varones, todos los hombres de guerra,
habían muerto en el desierto, por el camino, después que salieron de Egipto. Pues todos
los del pueblo que habían salido, estaban circuncidados; mas todo el pueblo que había
nacido en el desierto, por el camino, después que hubieron salido de Egipto, no estaba
circuncidado. Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta
que todos los hombres de guerra que habían salido de Egipto fueron consumidos, por
cuanto no obedecieron a la voz de YAHWEH; por lo cual YAHWEH les juró que no les dejaría
ver la tierra de la cual YAHWEH había jurado a sus padres que nos la daría, tierra que fluye
leche y miel. A los hijos de ellos, que él había hecho suceder en su lugar, Josué los
circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el camino.
Y cuando acabaron de circuncidar a toda la gente, se quedaron en el mismo lugar en el
25
campamento, hasta que sanaron. Y YAHWEH dijo a Josué: Hoy he quitado de vosotros el
oprobio de Egipto; por lo cual el nombre de aquel lugar fue llamado Gilgal, hasta hoy. Y
los hijos de Israel acamparon en Gilgal, y celebraron la pascua a los catorce días del mes,
por la tarde, en los llanos de Jericó”. Josué 5:2-10
En Josué 5:2-10 apreciamos que los hijos de Israel que no se habían circuncidado
lo hicieron en el momento de celebrar las pascuas. Queda implícito, en Josué 5:2-
10, que las ultimas pascuas que se celebraron fueron las narradas en Números 9:1-
11. Veamos:
“Habló YAHWEH a Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año de su salida de la
tierra de Egipto, en el mes primero, diciendo: Los hijos de Israel celebrarán la pascua a
su tiempo. El decimocuarto día de este mes, entre las dos tardes, la celebraréis a su tiempo;
conforme a todos sus ritos y conforme a todas sus leyes la celebraréis. Y habló Moisés a
los hijos de Israel para que celebrasen la pascua. Celebraron la pascua en el mes primero,
a los catorce días del mes, entre las dos tardes, en el desierto de Sinaí; conforme a todas
las cosas que mandó YAHWEH a Moisés, así hicieron los hijos de Israel. Pero hubo algunos
que estaban inmundos a causa de muerto, y no pudieron celebrar la pascua aquel día; y
vinieron delante de Moisés y delante de Aarón aquel día, y le dijeron aquellos hombres:
Nosotros estamos inmundos por causa de muerto; ¿por qué seremos impedidos de ofrecer
ofrenda a YAHWEH a su tiempo entre los hijos de Israel? Y Moisés les respondió: Esperad,
y oiré lo que ordena YAHWEH acerca de vosotros. Y YAHWEH habló a Moisés, diciendo:
Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera de vosotros o de vuestros descendientes,
que estuviere inmundo por causa de muerto o estuviere de viaje lejos, celebrará la pascua
a YAHWEH. En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, la
celebrarán; con panes sin levadura y hierbas amargas la comerán”. Números 9:1-11
Del mismo modo que a los hombres que andaban con Josué, le ocurrió a Tito. Nadie
obligó a los valientes de Josué a circuncidarse, al no ser por motivo de celebrar la
pascua. Aspiramos a que este análisis haya sido suficiente para entender
correctamente la frase: “Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser
griego, fue obligado a circuncidarse…”. Gálatas 2:3
Gálatas 2:6 - “Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido
en otro tiempo nada me importa; ELOHÍM no hace acepción de personas), a mí,
pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron”.
El apóstol Pablo solo se regía por los requisitos que demandan las Sagradas
Escrituras para llevar a cabo cualquier acto. Él no ponía la mira en ningún hombre,
aunque fuera una personalidad de renombre entre los hebreos. No podemos valorar
la actitud de Pablo como un acto de rebeldía; ante todo, tengamos presente que solo
debemos agradar a nuestro Señor, no a los hombres.
26
Detengámonos en la frase: “a mí, pues, los de reputación nada nuevo me
comunicaron”.
¿Por qué Pablo dice que los de reputación, nada nuevo le enseñaron?
La palabra del Todopoderoso, referente a la fe hebrea, es la única fuente de la que
emanan verdades absolutas. Ellas son el caudal de conocimiento y sabiduría donde
encontramos la respuesta satisfactoria a muchos fenómenos. Era imposible que los
hombres de reputación enseñaran algo nuevo a Pablo, ya que el apóstol, por medio
de la lectura de las Escrituras, recibía todo conocimiento divino.
Gálatas 2:7-9 - “Antes por el contrario, como vieron que me había sido
encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la
circuncisión (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión,
actuó también en mí para con los gentiles), y reconociendo la gracia que me había
sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos
dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros
fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión”.
No cabe duda de que Pablo presentó un buen argumento en el concilio de Jerusalén
al referirse al procedimiento de enseñanzas que utilizarían con los gentiles. De
haber sido de otra manera, los miembros del concilio no hubiesen encomendado al
apóstol Pablo evangelizar a los gentiles. Las siguientes frases, de los versículos siete
y nueve, corroboran dicho argumento:
“… como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión…”.
Gálatas 2:7
“… nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros
fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión”. Gálatas 2:9
Es de bendición recordar las palabras anunciadas por Pablo en Gálatas 1:1:
“Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por JesuMashíaj y por ELOHÍM el
Padre que lo resucitó de los muertos)”. Gálatas 1:1
Estas nos anuncian que Pablo fue constituido apóstol por llamamiento de YESHÚA
y no por nombramiento de hombres. Podemos apreciar que estas palabras son muy
similares a las que hallamos en Gálatas 2:8. Veamos:
27
“… pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí
para con los gentiles…”. Gálatas 2:8
Todos sabemos que el mismo YESHÚA fue quien escogió a Pedro para ejercer el
ministerio apostólico. Del mismo modo se le encomendó a Pablo el apostolado de
los gentiles, como a Pedro el de la circuncisión.
Recordemos que en análisis de la epístola a los romanos, demostramos que los
gentiles eran aquellos que conocían la fe hebrea y vivían en lugares fuera de la
nación de Israel. También entraba en la categoría de gentiles un grupo de personas
que no tenían ningún conocimiento previo de las Sagradas Escrituras y se
convertían en ese instante al ELOHÍM de Israel.
Gálatas 2:10 - “Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo
cual también procuré con diligencia hacer”.
La atención a los pobres es un mandamiento de la Ley de Moisés. Que Jacobo,
Cefas y Juan hayan encomendado con diligencia a Pablo y Bernabé este
mandamiento, no quiere decir que sea un estatuto de mayor grado. Parece ser que
en ese momento de la historia había muchos pobres entre los gentiles que volvían
al pacto de ELOHÍM. Por esta razón, los de Jerusalén les encargaron a Pablo y a
Bernabé que atendieran diligentemente a los pobres.
Otro aspecto de suma importancia, en cuanto a la ordenanza de atender a los pobres,
es que este mandamiento le concernía a todo Israel. Es un error pensar que la
atención a los pobres solo era tarea de los encargados de predicar, de los pastores o
de los que presidían un ministerio apostólico. Para mejor comprensión citemos un
mandamiento que se encuentra en el Libro de Deuteronomio.
“Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus
ciudades, en la tierra que YAHWEH tu ELOHÍM te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás
tu mano contra tu hermano pobre, sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le
prestarás lo que necesite”. Deuteronomio 15:7-8
En Deuteronomio 15:7-8 vemos que la atención a los pobres debe ser llevada a cabo
por todos y no solo por un grupo de personas. Otro aspecto de vital importancia es
que a los pobres se les presta, no se les regala. Aunque el préstamo a los pobres les
sea perdonado en el año de la redención, no es lícito cambiar el concepto de
préstamo por el de regalo.
28
Otra postura que podemos dar por cierta es que la encomienda de Jacobo, Cefas y
Juan en cuanto a los pobres, además de encargar directamente a Pablo y Bernabé
en este asunto, es que enseñaran diligentemente a los gentiles la importancia de esta
ordenanza, así como la forma en que la llevarían a cabo.
Gálatas 2:11-13 - “Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara,
porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo,
comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque
tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también
los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la
hipocresía de ellos”.
Cuando analizamos los versículos 2:11-13 de Gálatas, nos damos cuenta de que son
muy controversiales. Lo primero que podemos apreciar es el celo que sentía el
apóstol Pablo al ejercer su ministerio a favor de los gentiles. Otro aspecto que
podemos identificar es que Pablo no era tolerante ante actos inadecuados. Aun
siendo Pedro un apóstol elegido por el mismo YESHÚA, Pablo lo reprende sin límite
alguno.
¿Por qué Pablo tuvo esa actitud hacia Pedro?
El apóstol Pablo estaba consciente que la guarda entre los hermanos es un
mandamiento del Todopoderoso. Podemos citar varios textos que demuestran la
necesidad de reprensión entre los hermanos con el fin de edificar la grey del Señor.
Veamos:
“No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás H3198 con tu prójimo, para que
no participes de su pecado”. Levítico 19:17
La palabra hebrea traducida como razonarás es: ָיַכח (yakákj), marcada con el
H3198 en el diccionario Strong; significa: tener razón, recíprocamente discutir,
decidir, justificar, alegar, árbitro, castigar, censurar, condenar, contienda, corregir,
demandar, destinar, disputar, juzgar, razonar, reconvenir, redargüir, reprender,
reprochar, vindicar.
Nos damos cuenta de que el mandamiento que se encuentra en Levítico 19:17 tiene
como legado reprender a cualquier hermano cuando sea necesario. Es bueno aclarar
que tal reprensión tiene el propósito de apartar al hermano de su mal camino, no de
humillarlo. No reprenderlo nos sería contado por pecado. Citemos otro ejemplo:
29
“Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para
que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su
maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se
convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás
librado tu alma. Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo
delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias
que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si
al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue
amonestado; y tú habrás librado tu alma”. Ezequiel 3:18-21
Los judíos habían asumido, como parte de su práctica espiritual, diferentes ritos y
mandamientos que habían heredado de sus padres. Estos ritos y mandamientos eran
parte de una tradición de hombres y no de una ordenanza divina. Recordemos que
los apóstoles también fueron contaminados con los ritos y tradiciones emanados del
judaísmo.
Parte de las enseñanzas de nuestro señor YESHÚA consistía en erradicar toda
añadidura a la Ley de Moisés, tal como lo son las tradiciones judaicas adquiridas
por los antepasados. Citemos algunos textos.
“Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a
ELOHÍM todo aquello con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su
madre. Así habéis invalidado el mandamiento de ELOHÍM por vuestra tradición.
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas,
mandamientos de hombres”. Mateo 15:5-9
“… invalidando la palabra de ELOHÍM con vuestra tradición que habéis transmitido. Y
muchas cosas hacéis semejantes a esta”. Marcos7:13
Queda implícito, en Gálatas 2:12-13, que Pedro, junto a Bernabé y otros judíos,
prefirieron agradar a los enviados de Jacobo antes que a ELOHÍM. Pedro y Bernabé
fueron arrastrados por el error, al participar de las tradiciones judaicas y no de las
enseñanzas de YESHÚA. Podemos darnos cuenta de que los enviados de Jacobo
tenían que superar dichos ritos y costumbres para así alinear sus prácticas, conforme
con lo enseñado por Mashíaj.
No es un secreto que en la nación de Israel abundaban diferentes sincretismos
doctrinales, los cuales apartaban al pueblo de la verdadera adoración. Este dato nos
reafirma que tanto los judíos como los gentiles debían ser restaurados e instruidos
en los caminos de YAHWEH.
30
Gálatas 2:14 - “Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad
del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los
gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?”.
El versículo de Gálatas 2:14 es muy importante para entender apropiadamente los
capítulos restantes. La correcta definición de la palabra judaizar es la piedra angular
que sostiene parte de las enseñanzas que quiere transmitir el apóstol Pablo.
Durante mucho tiempo, un grupo no pequeño de personas han definido el acto de
judaizar como un sinónimo de enseñar y guardar la Ley de Moisés.
¿Será correcta esta definición?
Por supuesto que esta errada conceptualización proviene de entidades que
desconocen totalmente la doctrina teológica que demandan las Sagradas Escrituras.
Para contestar correctamente la pregunta anterior analizaremos el origen de la
palabra judaizar. Teniendo como referencia la traducción bíblica Reina-Valera,
vemos que esta palabra solo se usa en el texto de Gálatas 2:14. Veamos:
“Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a
Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por
qué obligas a los gentiles a judaizar G2450?”. Gálatas 2:14
No vendría mal, con ayuda del diccionario Strong, indagar sobre la palabra griega
traducida al español como judaizar. La palabra griega traducida como judaizar es:
Ἰουδαἶζω (Ioudaízo), marcada con el G2450; significa convertirse en judío,
judaizar, judío.
Judaizar es tratar de convertir a alguna persona a la religión judaica o al judaísmo.
¿Acaso la Ley de Moisés enseña a las personas a convertirse al judaísmo?
Recordemos que la Ley de Moisés fue dada a todo Israel, es decir, a las doce tribus
de Israel, no solo a la tribu de Judá. Por ende, podemos entender que guardar la Ley
de Moisés significa convertirse a la nación de Israel, no al judaísmo, y mucho menos
judaizar. Estamos convencidos de que el lector podría inquietarse ante preguntas
como:
¿Qué es el judaísmo? ¿Qué práctica espiritual demanda la religión judaica?
31
Para dar respuesta a estas interrogantes creemos necesario acudir a la historia
bíblica. De todos modos, podemos asegurar que el judaísmo es un sistema religioso
que se aparta en gran medida de la voluntad de ELOHÍM. En la voluntad de ELOHÍM
incluimos los mandamientos dados a Moisés en el monte de Sinaí.
Comencemos recordando que la nación de Israel fue dividida en dos reinos: la casa
de Israel, al norte, y el reino de Judá, al sur.
“Pero quitaré el reino de la mano de su hijo, y lo daré a ti, las diez tribus. Y a su hijo daré
una tribu, para que mi siervo David tenga lámpara todos los días delante de mí en
Jerusalén, ciudad que yo me elegí para poner en ella mi nombre”. 1Reyes 11:35-36
La casa de Israel, o Efraím, estaba conformada por diez tribus: Zabulón, Isacar,
Aser, Neftalí, Dan, Manasés, Efraín, Rubén, Simeón y Gad. Esta fue llevada cautiva
por Asiria aproximadamente sobre el año 721 a.n.e.
Años más tarde, el reino de Judá sufrió la misma desdicha que la casa de Israel,
siendo el imperio babilónico el protagonista de su deportación, aproximadamente
sobre el año 597 a.n.e.
La cautividad del reino de Judá se divide en tres deportaciones, pero dos de ellas
están registradas como las más importantes. La primera afectó a las clases altas
laicas y otras; la segunda tiene como fecha aproximada en 586 a.n.e, a raíz de la
destrucción de Jerusalén.
Es importante en estos momentos hacer énfasis en el destino que enfrentó el reino
de Judá, al ser Judá la tribu perteneciente a los judíos. Veamos varios designios
proféticos anunciados para el reino de Judá o los judíos. Empecemos por Jeremías
3:6-10:
“Me dijo YAHWEH en días del rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho la rebelde Israel?
Ella se va sobre todo monte alto y debajo de todo árbol frondoso, y allí fornica. Y dije:
Después de hacer todo esto, se volverá a mí; pero no se volvió, y lo vio su hermana la
rebelde Judá. Ella vio que, por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había despedido y
dado carta de repudio; pero no tuvo temor la rebelde Judá su hermana, sino que también
fue ella y fornicó. Y sucedió que por juzgar ella cosa liviana su fornicación, la tierra fue
contaminada, y adulteró con la piedra y con el leño. Con todo esto, su hermana la rebelde
Judá no se volvió a mí de todo corazón, sino fingidamente, dice YAHWEH”. Jeremías 3:6-
10
32
En Jeremías 3:6-10 existen tres frases que marcan momentos históricos diferentes
para la casa de Israel y el reino de Judá. Veamos:
- Primera frase:
“Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había despedido y dado
carta de repudio…”. Jeremías 3:8
Esta primera frase hace referencia al cautiverio de la casa de Israel por el imperio
asirio, donde el Todopoderoso da carta de repudio a las diez tribus del norte y
establece que no regresarían por tiempo indefinido en aquel entonces.
- Segunda frase:
“… pero no tuvo temor la rebelde Judá su hermana, sino que también fue ella y
fornicó”. Jeremías 3:8
Los judíos, o reino de Judá, presenciaron la invasión de los asirios contra la casa de
Israel. Ellos estaban conscientes de que las diez tribus del norte habían perecido a
causa del juicio de ELOHÍM. Dicho juicio fue emitido por los muchos pecados
cometidos por la casa de Israel. Lo ocurrido a la casa de Israel no les sirvió de
escarmiento a los judíos y continuaron en sus malos caminos. Por rebeldía, ELOHÍM
envía a una nación de lengua extraña y hombres fieros a invadir el reino de Judá.
La nación que cumpliría dicho encargo fue Babilonia.
Después de setenta largos años de deportación en Babilonia, el pueblo judío regresa
a la tierra de Israel, restaurando el templo y el muro de Jerusalén. La narración de
los sucesos ocurridos en este periodo la podemos encontrar en los Libros de Esdras
y Nehemías.
Tras el regreso de Babilonia, en ese preciso momento, cobra vida la frase número
tres profetizada por Jeremías, y que se encuentra en Jeremías 3:10. Veamos:
-Tercera frase:
“Con todo esto, su hermana la rebelde Judá no se volvió a mí de todo corazón, sino
fingidamente, dice YAHWEH”. Jeremías 3:10
33
Aun regresando a tierra santa en el periodo de posdeportación en Babilonia, los
judíos continuaron desobedeciendo los mandamientos del Todopoderoso. Ellos se
habían vuelto fingidamente al ELOHÍM de Israel, como anuncia el profeta Jeremías.
Recordemos que en ese momento histórico, las diez tribus del norte estaban
dispersas en muchas naciones, dando cumplimiento a lo anunciado por el profeta
Amós. Citemos Amós 9:9:
“Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las
naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra”. Amós
9:9
¿Qué ocurrió en el pueblo judío durante ese periodo?
Analicemos cuidadosamente la profecía que se encuentra en Sofonías 3:1-4.
“¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada y opresora! No escuchó la voz, ni recibió la
corrección; no confió en YAHWEH, no se acercó a su ELOHÍM. Sus príncipes en medio de
ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana.
Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el
santuario, falsearon la ley”. Sofonías 3:1-4
Es fundamental hacer énfasis en la frase: “… sus sacerdotes contaminaron el
santuario, falsearon la ley”.
Indiscutiblemente, la Ley de Moisés sufrió disímiles cambios, cuyos autores fueron
los sacerdotes. Estos cambios consistían mayormente en añadirles ritos y
mandamientos a la Ley de Moisés. Es en ese momento que nace en la tribu de Judá
o pueblo judío un sistema de adoración al Creador totalmente diferente al
demandado originariamente en el monte de Sinaí por medio de Moisés.
Sofonías 3:1-4 no es el único texto que advierte que los judíos transformarían la
Ley de Moisés con diversas añadiduras, en ese sentido también podemos citar
Jeremías 8:8, Isaías 56:10-11, Isaías 29:13. Veamos:
“Cómo decís: ¿Nosotros somos sabios, y la ley de YAHWEH está con nosotros? Ciertamente
la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas”. Jeremías 8:8
“Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden
ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir. Y esos perros comilones son insaciables; y
los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, cada uno
busca su propio provecho, cada uno por su lado”. Isaías 56:10-11
34
“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me
honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento
de hombres que les ha sido enseñado…”. Isaías 29:13
¿Qué nombre recibía este errado sistema de adoración basado en prácticas
relacionadas con la sabiduría de hombres y no de ELOHÍM? Finalmente, podemos
dar respuesta a la pregunta que a muchos concierne: el nombre dado a este errado
sistema de adoración es Judaísmo.
Después de todo este recorrido histórico, podemos afirmar que judaizar es tratar de
convertir o cambiar a alguna persona a la forma de culto o práctica religiosa
impuesta por los judíos.
Recordemos que los judíos han regresado, fingiendo, a los mandamientos de
ELOHÍM. Nunca hay que asumir que judaizar es acatar la Ley de Moisés como la
verdadera adoración al Padre.
Con el propósito de evitar cualquier mácula, recordemos esta porción que se
encuentra en Gálatas 1:13-14:
“Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que
perseguía sobremanera a la congregación de ELOHÍM, y la asolaba; y en el judaísmo
aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de
las tradiciones de mis padres”. Gálatas1:13-14
En esta porción encontramos dos detalles muy interesantes:
1- Pablo admite que él practicaba el judaísmo antes de abrazar la fe en YESHÚA.
También se infiere que ciertamente judaísmo es el nombre adquirido por aquella
doctrina fundamentada en tradiciones y añadiduras de hombres, incorporadas a la
Ley de Moisés.
2- El segundo aspecto se basa en la frase: “… siendo mucho más celoso de las
tradiciones de mis padres…”.
Esto corrobora, una vez más, que el judaísmo se fundamenta en ceremonias y
tradiciones heredadas de los padres y no en un sistema de leyes y ordenanzas
divinas, como lo es la Ley de Moisés.
35
Judaizar nunca se refiere a llevar a cabo un tipo de proselitismo a través del cual
encaucemos a las personas a la observancia de la Ley de Moisés. De todos modos,
podemos poner varios ejemplos que demuestran que nuestro único rabí, YESHÚA, y
nuestro amado apóstol Pablo siempre trataron de llevarnos cautivos a la obediencia
de la ley:
“Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre
Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham
le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, aunque alguno se
levantare de los muertos”. Lucas 16:29-31
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar,
sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una
jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”. Mateo 5:17-18
“Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al ELOHÍM
de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas…”.
Hechos 24:14
Sería bueno no pasar por alto una frase de Gálatas 2:14, que nos dice: “Si tú, siendo
judío, vives como los gentiles y no como judío…”.
Pareciera que el apóstol Pablo estuviera indicando que los judíos tenían que
abandonar su errada manera de adoración y convertirse a la forma de adoración de
los gentiles.
Todos estamos de acuerdo con que los judíos debían reformar sus prácticas
espirituales y ajustarlas exclusivamente a lo establecido en la Ley de Moisés.
Recordemos que añadir o quitar a las palabras del Todopoderoso constituye una
transgresión a la Ley:
“Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás”.
Deuteronomio 12:32
El acto de restauración de los judíos dista mucho de lo que muchos piensan o
entienden del versículo 14. Hay que saber que los gentiles de los que habla Pablo
en esta frase son aquellos que se convertían a la fe hebrea por medio de YESHÚA.
No existía la necesidad de contaminarse con las incorrectas prácticas que demanda
el judaísmo. Anteriormente, anunciamos que convertirse a la fe hebrea era asumir
todos los puntos que contiene la Ley de Moisés.
36
Para ahondar un poco más en el tema, citaremos textos de 1Corintios 12 y Hechos
15. Ambas porciones demuestran que los no judíos debían de dejar de ser gentiles
para convertirse a la fe hebrea. Es decir, tanto judíos como gentiles tenían que
equilibrar exclusivamente su fe de acuerdo con la Ley de Moisés. Veamos:
“Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los
ídolos mudos”. 1Corintios 12:2
Observemos la frase: “… erais gentiles…”.
¿Si los gentiles dejaban de ser gentiles, que pasarían a ser?
“Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la congragación, pasaron por Fenicia y
Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los
hermanos”. Hechos 15:3
En esta porción observemos la frase: “…la conversión de los gentiles…”.
¿A qué se convertían los gentiles?
No cabe duda de que la única forma de alcanzar salvación por parte de los gentiles
era pasar por el proceso de conversión al pueblo hebreo para, de esta manera, dejar
de ser gentiles e insertarse en la nación de Israel. Pongamos un ejemplo:
“Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne,
erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En
aquel tiempo estabais sin Mashíaj, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos
de la promesa, sin esperanza y sin ELOHÍM en el mundo”. Efesios 2:11-12
En Gálatas 2:14 es imposible que Pablo le dijera a Pedro que se convirtiera a los
gentiles que no habían pasado por el proceso de conversión a la fe hebrea.
Gálatas 2:15 - “Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los
gentiles…”.
El versículo 15 es un texto clave para lograr entender con profundidad el versículo
anterior. En este nos damos cuenta de que la Ley de Moisés es la que concilia toda
forma de adoración existente entre los gentiles y judíos, siendo la única opción para
alcanzar salvación.
37
Recordemos que la fe en el Mashíaj también es una ordenanza incluida en la Ley
(Deuteronomio18:18-19). Además, este texto corrobora que Pedro nunca vivió de
la forma que lo hacían los gentiles. Veamos:
El detalle a analizar se encuentra en la frase: “…y no pecadores de entre los
gentiles…”. Gálatas 2:15.
La definición exacta de pecado la encontramos en 1Juan 3:4:
“Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de
la ley”. 1Juan 3:4
Sustentados en 1Juan 3:4, opinamos que Pablo anunció que eran judíos y no
pecadores, porque ellos no transgredían la Ley de Moisés. Por supuesto, no ser
pecador implica cumplir todos los mandamientos encontrados en la Ley.
Gálatas 2:16 - “… sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la
ley, sino por la fe de YESHÚA HaMashíaj, nosotros también hemos creído en
YESHÚA HaMashíaj, para ser justificados por la fe de Mashíaj y no por las obras
de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado”.
La justificación ante ELOHÍM ha exigido diferentes requisitos en distintos periodos
históricos. En el momento que le fue dada la Ley a Israel, el pueblo era justificado
solo con cumplir con todo lo establecido en ella.
Una vez que el pueblo transgredió los mandamientos divinos, incurriendo en
pecados de muerte, solo quedaba la opción de ser expiados por medio del Mashíaj.
En este momento es que se manifiesta el requisito de la fe en YESHÚA para alcanzar
justificación.
Ello consiste en que en la Ley de Moisés no existe un sacrificio que redima los
pecados de muerte, siendo los pecados que no son de muerte los únicos que podían
ser redimidos. Recordemos el texto de Romanos 3:21-25:
“Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Elohím, testificada por la
ley y por los profetas; la justicia de Elohím por medio de la fe en YESHÚA HaMashíaj, para
todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Elohím, siendo justificados gratuitamente por su gracia,
mediante la redención que es en YESHÚA HaMashíaj, a quien Elohím puso como
propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber
pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados…”. Romanos 3:21-25
38
Tras entender el significado de la justificación por medio del Mashíaj, podemos
hacer un pequeño comentario sobre las obras de la Ley.
Sabemos que las obras de la Ley son los mandamientos de hombres añadidos a la
Ley de Moisés. En el análisis de la epístola a los romanos, fuimos puntuales al
explicar el tema. También en los versículos anteriores dimos una pequeña
panorámica sobre el origen de las añadiduras a la Ley de Moisés.
De todos modos, podemos asegurar que tanto el mundo farisaico antiguo como el
mundo farisaico moderno tienen, y han tenido, como requisito para la justificación
todas las leyes impuestas por sus sabios. Los fariseos han desechado y desechan, de
acuerdo con el momento histórico, el método que demanda ELOHÍM para ser
justificado, la fe en YESHÚA.
Citemos varios textos referentes al tema:
“Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a ELOHÍM por Israel, es
para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de ELOHÍM, pero no
conforme a conocimiento. Porque ignorando la justicia de ELOHÍM, y procurando
establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de ELOHÍM…”. Romanos 10:1-
3
En Romanos 10:1-3 observemos la frase: “Porque ignorando la justicia de ELOHÍM,
y procurando establecer la suya propia”.
¿Qué método utilizarían los de Israel para establecer su propia justicia?
Ciertamente, Romanos habla de los mandamientos añadidos por los sabios a la Ley
de Moisés, llamados obras de la ley. También vemos que el apóstol Pablo, en
muchas de sus epístolas, hace énfasis en que las obras de la Ley no justifican al
hombre ante ELOHÍM. Pasemos a otra porción.
“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me
honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento
de hombres que les ha sido enseñado; por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la
admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la
sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos”. Isaías 29:13-
14
39
Este texto fue citado en versículos anteriores. Ahora queremos que el lector se fije
en la frase: “porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la
inteligencia de sus entendidos”.
¿Por qué perecerá la sabiduría de sus sabios y la inteligencia de sus entendidos?
Nuestro único rabí, YESHÚA HaMashíaj, demostró por medio de sus palabras y
enseñanzas que el método de justificación utilizado por los sabios de Israel era
erróneo.
“Y YESHÚA les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi
Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Elohím es aquel que descendió
del cielo y da vida al mundo. Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. YESHÚA les dijo:
Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no
tendrá sed jamás”. Juan 6:32-34
Parece ilógico que un grupo de personas, sin apoyarse en las Sagradas Escrituras,
sigan los métodos errados de justificación establecidos por los sabios. Es bueno
recordar que el texto de Deuteronomio 17:11 ha sido mal entendido y utilizado para
justificar la autoridad de los sabios al momento de anunciar cualquier sistema de
adoración. Veamos el texto:
“Según la ley H8451 que te enseñen, y según el juicio que te digan, harás; no te apartarás
ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te declaren”. Deuteronomio 17:11
No es menos cierto que la palabra hebrea traducida como ley es: הּתֹוָר (torá),
marcada con el H8451 en el diccionario Strong, significa: derecho, dirección,
enseñanza legal, ley.
El hecho de que se utilice el termino Torá en Deuteronomio 17:11 no puede llevar
a pensar que los sabios o jueces de Israel están autorizados para dictar prácticas
espirituales diferentes a la Ley de Moisés.
Notemos que en los versículos anteriores a Deuteronomio 17:11 se nos aclara cuál
es la Torá o instrucción que ELOHÍM autoriza que los jueces pongan. Debemos
percatarnos de que solo es en cuanto a juicio, sanción o veredicto, no en cuanto a
sistema de adoración para alcanzar justificación. Citemos Deuteronomio 17:9-10:
“… y vendrás a los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y
preguntarás; y ellos te enseñarán la sentencia del juicio H4941. Y harás según la sentencia
que te indiquen los del lugar que YAHWEH escogiere, y cuidarás de hacer según todo lo que
te manifiesten”. Deuteronomio 17