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Corresponsal de guerra

Date post: 20-Jul-2015
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DEFINICIÓN

Corresponsal es la persona que,

desde un país extranjero, se encarga

de enviar información de actualidad

a un medio de comunicación.

Ya sea un cámara, periodista o un

fotógrafo; y gracias a ellos el mundo

puede ver las atrocidades que traen

consigo una revuelta social o un

conflicto entre países, regiones y/o

religiones.

HISTORIA

El primer corresponsal de guerra del que

tenemos conocimiento, Tucídides, quien

hubiera podido tomar partido por el bando

ateniense, en la Guerra del Peloponeso,

siendo él mismo ateniense.

En su lugar, hizo de la objetividad su meta

y procuró cubrir la historia desde ambos

puntos de vista, presentando la posición

espartana tanto como la de la alianza

ateniense, y esforzándose en mantener el

equilibrio por encima del sentimiento

patriótico. Esta tradición fue mantenida por

sus sucesores, historiadores como

Jenofonte, el cual hizo hincapié en la

observación y la descripción.

DEL REPORTAJE A LA PROPAGANDA

Sin embargo, la era de las grandes guerras

patrióticas, comenzando al final del siglo XIX,

vivió un cambio en la manera en que las

corporaciones de los medios de comunicación

masiva esperaban que sus corresponsales

informasen sobre los conflictos. Estos cambios

fueron en gran parte el resultado de avances

estructurales en los medios, especialmente el

ascenso de la prensa popular. Un ejemplo

notorio es la forma en que William Randolph

Hearst aplicó la subjetividad a la guerra de

independencia de Cuba en favor de la ideología

estadounidense de "destino manifiesto",

preparando al público americano para las

intenciones militares norteamericanas en Cuba.

La Primera Guerra Mundial aceleró este proceso

de transformar el reportaje de guerra en

propaganda. Los corresponsales de guerra ya no se

consideraban observadores objetivos,

independientes del conflicto, sino como parte del

esfuerzo bélico de su nación. Su primera

responsabilidad era reforzar la moral pública y

apoyar la acción bélica, mas no reportar lo que

realmente sucedía en los campos de batalla.

James Francis Hurley

En 1917 se une al ejercito australiano AIF

(Australian Imperial Force) con el rango

honorario de Capitán. En plena tercera

Batalla de Ypres y a costa de su integridad

física(se le conoció con el sobrenombre de

“the mad photographer”) comenzó a

realizar sus curiosas instantáneas digo

curiosas porque las fotos de Hurley solían

ser composiciones de varias fotos a su

vez, dando lugar a ello a que en una

misma fotografía se contemplase, por

ejemplo, un combate aéreo y otro en tierra.

Ya, para el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, los corresponsales

se identificaron más con los ejércitos que seguían, que con las

corporaciones de los medios para las cuales reportaban. Sus reportajes

fueron cuidadosamente monitoreados (y a menudo censurados) por

oficiales militares, y sus movimientos estrictamente controlados. Algunos

de los más valientes (y también desafortunados) alcanzaron el nivel de

guerreros, arriesgando y perdiendo sus vidas en pro de su deber. Su

papel se enmarcó en el contexto de la lucha nacional por la victoria.

Redujeron la guerra a una batalla entre el bien y el mal; el lado suyo

representaba el bien enfrentándose al mal. Esta reducción simplista, de

lo que en esencia constituía un choque de imperios, continuó hasta

entrada la guerra fría, cuando un nuevo enemigo fue identificado, un

nuevo demonio creado.

El primer desafío a ese paradigma dominante del periodismo occidental

apareció en las etapas postreras de la guerra de Vietnam, cuando los

reporteros norteamericanos comenzaron a objetivar su cobertura,

describiendo la guerra desde el punto de vista de los fracasos de su

propio lado. Su esfuerzo de contar la historia, tal como en realidad

ocurría, incluía descripciones de las atrocidades horripilantes cometidas

por su propio lado. Algunos comandantes norteamericanos, incluso,

culpan a los medios de comunicación por la derrota americana en

aquella guerra, aseverando que la cobertura negativa del conflicto

socavó la voluntad del pueblo norteamericano de continuar en apoyo

del esfuerzo bélico, y que obligó a los políticos a hacer caso omiso de

las fuerzas armadas (las cuales aún creían que la guerra se podía

ganar), ordenando la retirada.

Nic Ut – la niña de Vietnam

Eddie Adams – Saigon Vietnam

MALCOLM W – protesta budista

Tom Stoddart – Sudán

campamento de refugiados de Ajiep

CHARLIE COLE – Protestante gobierno Chino

Oded Balilty – Judía enfrentándose al poder

DONALD MCCOLLIN – guerra civil Gracoturca

Robert Capa – 1936 / Guerra civil española

James Nachtwey – inanición Sudán

James Nachtwey – Hombre mutilado

Roger Fenton ( 1819-1869)

James Nachtwey (Siracusa, Nueva York, 1948)Robert Capa (Budapest, 1913 - Vietnam, 1954)

Roger Fenton llevó la fotografía hasta el campo de batalla. Robert Capa colocó a la fotografía en

primera línea de tiro. Y por fín, con James Nachtwey, se consigue llevar la fotografía hacia

aquellos a quienes debe mirar el periodismo de principios: las víctimas de la injusticia humana.

Dar voz a quienes no se les oye.

Alberto Peláez Su amplia experiencia como comunicador comenzó

en 1991 como Corresponsal Jefe en España del

corporativo mexicano de comunicación TELEVISA-

ECO. Durante la década de los 90 cubrió la mayoría

de los conflictos internacionales, como la Guerra del

Pérsico, el problema de Kurdistán, la crisis de

Corea del Norte y del Sur o las negociaciones de

paz entre Palestina e Israel.

Ha sido testigo, desde septiembre de 2001 hasta

febrero de 2002, de la Guerra contra Afganistán y

un año más tarde de la Guerra de Irak. Asimismo ha

asistido a las diferentes cumbres que la Unión

Europea ha tenido durante esta última década y ha

realizado la cobertura de algunos de los

acontecimientos más importantes a nivel social,

como la erupción del volcán Etna (Sicilia) en 1992 o

el fallecimiento de D. Juan de Borbón.

http://tvolucion.esmas.com/noticieros/primero-noticias/099003/alberto-pelaez-entrevisto-gadafi-1991/

Debido a que tanto los corresponsales de guerra como los periodistas en misión profesional

peligrosa son considerados civiles (articulo 50 del Protocolo Adicional I), y en caso de duda

se presume la condición de civil, conviene hacer mención a la protección genérica del

Protocolo Adicional I. La regulación tiene como piedra angular al artículo 50 (2), por el que

un civil no podrá ser, bajo ninguna circunstancia, objeto de un ataque militar.

Respecto de la inmunidad que gozan los civiles a los ataques militares directos, conviene

agregar que la muerte de los corresponsales que se encuentran entre militares (objetivos

legítimos de los ataques) serán legitimas siempre que la fuerza atacante cumplimente con el

resto de principios del DIH. En este punto cabe preguntarse si existen sistemas neutrales de

verificación que lleven a establecer con toda certeza el cumplimiento o no del derecho. La

esfera de intereses y confidencialidades políticas que flota paralelamente al marco jurídico

complica a menudo dichas labores.

No obstante, la presencia de los corresponsales entre las fuerzas militares genera una zona

gris de riesgo en la que el derecho no puede adentrarse ilimitadamente. La muerte

incidental, o común (y en nuestra opinión, erróneamente) denominada colateral, de los

corresponsales de guerra situados entre las fuerzas militares que están siendo lícitamente

atacadas, es un riego inherente a la situación fáctica, que ni la ley más concreta y mejor

redactada puede evitar.

PROTECCIÓN

José Couso Permuy

Fue un cámara y reportero gráfico

español que murió durante la invasión

de Irak de 2003 a causa de los

disparos de un carro de combate

estadounidense contra el Hotel

Palestine de la capital iraquí en el que

se encontraba.

CASO HOTEL PALESTINA

El 8 de abril de 2003 José Couso se encontraba en el Hotel Palestine de Bagdad, lugar donde

se hospedaban numerosos periodistas extranjeros. En ese momento, una compañía de la 3ª

División de Infantería del Ejército estadounidense se encontraba luchando al otro lado del río

Tigris, donde recibían fuego de mortero y granadas propulsadas. Según el informe posterior

realizado por el Mando Central de los Estados Unidos (CENTCOM), el fuego enemigo era

dirigido por un observador que se encontraba junto al río Tigris, en la misma orilla que el hotel

Palestine. Tras la búsqueda del presunto observador, un tanque M1 Abrams disparó su cañón

de 120mm contra el hotel.

El proyectil del tanque impactó en el piso 15, en el cual se alojaba el equipo de la agencia

Reuters, resultando muerto en el acto el periodista ucraniano Taras Protsyuk. José Couso se

encontraba filmando en el piso inferior, siendo herido gravemente. Couso fue trasladado al

Hospital San Rafael de Bagdad, donde falleció mientras era operado.

José Couso estaba casado y tenía dos hijos.

REACCIONES TRAS LA MUERTE DE COUSO

El Pentágono reconoció la autoría del ataque alegando que los soldados que dispararon contra el

hotel, al mando del sargento Thomas Gibson, estaban respondiendo a fuego enemigo.

A la muerte del cámara se sucedieron varias manifestaciones de repulsa ante las sedes

diplomáticas de los Estados Unidos en España y diferentes acciones civiles y judiciales

encaminadas a resolver la culpabilidad de los implicados. A día de hoy se siguen realizando

concentraciones para pedir justicia por su muerte los días 8 de cada mes, frente a la embajada

estadounidense en Madrid.

• El 19 de octubre de 2005 la Audiencia Nacional abrió diligencias previas con una orden

internacional de detención contra tres de los militares estadounidenses imputados. En su

investigación llamó a declarar a los periodistas Olga Rodriguez, Jon Sistiaga y Carlos

Hernández.

• El 10 de marzo de 2006, la Sala Segunda sala de lo penal de la Audiencia Nacional archivó las

diligencias alegando que el suceso fue "un acto de guerra", decisión recurrida por la familia del

fallecido ante el Tribunal Supremo.

• El 5 de diciembre de 2006 el Tribunal Supremo estimó por unanimidad el recurso interpuesto

por la familia del cámara de Telecinco (*) José Couso contra la decisión de la Audiencia

Nacional de archivar la investigación.

• El 16 de enero de 2007, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz reactivó la

orden de 2005 de detención internacional contra los tres estadounidenses imputados

en la muerte de Couso, tras ganar a la fiscalía en una dura batalla legal. Pedraz acusa

a los militares de asesinato y de un delito contra la comunidad internacional.

• El 27 de abril de 2007, el juez Santiago Pedraz procesa a los tres militares de EEUU

por el asesinato de Couso. También les acusa de un delito contra la comunidad

internacional por atacar a periodistas. El magistrado dictó el procesamiento del

sargento Thomas Gibson, el capitán Philip Woldrford y el teniente coronel Philip de

Camp por un delito de asesinato (de 15 a 20 años de prisión) y otro contra la

comunidad internacional (de 10 a 15 años) aunque la Sala de lo Penal de este tribunal

revocó su decisión un año después (el 13 de mayo de 2008) respaldando la postura

de la Fiscalía, que pidió el archivo de la causa.

• El 21 de mayo de 2009, el juez Pedraz vuelve a procesar a los tres militares de

EEUU.5

• El 29 de julio de 2010, el mismo juez, Santiago Pedraz, lanza una orden de busca y

captura contra los tres militares estadounidenses imputados en el caso Couso. Se trata de

los tres militares que ocupaban el tanque que disparó contra el Hotel Palestine. La orden

implicaría su ingreso en prisión y llega después de que el Tribunal Supremo reabriera el

caso a principios de julio. Pedraz ha decidido estimar el recurso de las familias al entender

que los hechos podrían ser constitutivos de crímenes de guerra. Asimismo, ha solicitado

autorización al Consejo General del Poder Judicial para desplazarse a Irak entre octubre y

noviembre y realizar un análisis ocular de la zona del asesinato.


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