+ All Categories

D_007

Date post: 05-Aug-2015
Category:
Upload: vanessa-villalobos
View: 102 times
Download: 6 times
Share this document with a friend
80
1 CONTRAPUNTO No. 7 enero-abril 2008 DOSSIER Editora de Gobierno del Estado de Veracruz Director: Félix Báez-Jorge Edición: Andrea López Monroy Alfonso Medellín Zenil (1925-1986): Su contribución a la arqueología mexicana Presentación En el marco de la conmemoración del XX aniversario del nuevo edificio del Museo de Antropología de Xalapa se llevó a cabo una serie de actividades, entre las que se contó una mesa redonda sobre la obra científica del arqueólogo Alfonso Medellín Zenil. El trabajo del maestro Medellín, destacado investigador veracruzano, fue fundamental para la creación hace cincuenta años (1957) del Museo, el Instituto y la Escuela de Antropología de la Universidad Veracruzana, instituciones que fundó y dirigió, cimentando una vigorosa tradición académica. Su trabajo de campo abarcó el reconocimiento, registro, recorrido, excavación, rescate y restauración de numerosos sitios a lo largo de la entidad veracruzana. Sus aportaciones más notables se enfocaron al centro del estado, donde logró definir algunas secuencias cronológicas y culturales basadas en tipologías cerámicas y en comparaciones estilísticas con otras áreas mesoamericanas. Uno de sus objetivos era caracterizar a la
Transcript

1

CONTRAPUNTO No. 7 enero-abril 2008

DOSSIEREditora de Gobierno del Estado de Veracruz

Director: Félix Báez-Jorge Edición: Andrea López Monroy•

Alfonso Medellín Zenil (1925-1986):Su contribución a la arqueología

mexicana

PresentaciónEn el marco de la conmemoración del XX

aniversario del nuevo edificio del Museo

de Antropología de Xalapa se llevó a cabo

una serie de actividades, entre las que se

contó una mesa redonda sobre la obra

científica del arqueólogo Alfonso Medellín

Zenil.

El trabajo del maestro Medellín,

destacado investigador veracruzano, fue

fundamental para la creación hace

cincuenta años (1957) del Museo, el

Instituto y la Escuela de Antropología de

la Universidad Veracruzana, instituciones

que fundó y dirigió, cimentando una vigorosa tradición académica.

Su trabajo de campo abarcó el reconocimiento, registro, recorrido, excavación,

rescate y restauración de numerosos sitios a lo largo de la entidad veracruzana. Sus

aportaciones más notables se enfocaron al centro del estado, donde logró definir algunas

secuencias cronológicas y culturales basadas en tipologías cerámicas y en comparaciones

estilísticas con otras áreas mesoamericanas. Uno de sus objetivos era caracterizar a la

2

Presentación

cultura totonaca, definiendo su distribución temporal y espacial. Como resultado de sus

exploraciones escribió varios libros y artículos, entre los que destacan: “Distribución

geográfica de la Cultura de Remojadas” (1952), La magia de la risa (en coautoría con

Octavio Paz y Francisco Beverido, 1971), Cerámicas del Totonacapan (1960), Exploraciones en

la Isla de Sacrificios (1955) y Nopiloa. Exploraciones arqueológicas (1989).

Su labor pionera en el antiguo museo no se redujo a la simple recuperación de

piezas prehispánicas, sino también al estudio y difusión de estas manifestaciones culturales,

como se advierte en la edición de Monolitos olmecas y otros en el Museo de la Universidad de

Veracruz (1971) y Obras maestras del Museo de Xalapa (con prólogo de Miguel León-Portilla,

1983). Sus aportes incidieron también en la formación de profesionales de esta disciplina:

no sólo implementó el primer plan de estudios para la Escuela de Antropología, sino

también insistió en el sentido social y humanista que aspiraba difundir, como puede

cotejarse en varios artículos, entre los cuales resaltan “La Escuela de Antropología” (1957),

“Las Ciencias Antropológicas en el estado de Veracruz, con relación a los problemas de

la Cultura Nacional” (1958) y “La cultura indígena del Veracruz Central” (1959).

En una entrevista publicada en 1986, afirmó: “la ciencia tiene que servir para

eso, precisamente, para que nos sintamos iguales, hermanos, y que no haya odiosas

discriminaciones, ni económicas, ni raciales, ni políticas, ni ideológicas, ni nada: que la

Antropología sirva para conocernos, para respetarnos y para servirnos los unos a los

otros y no para que nadie se sirva de nadie”.1

Entre sus trabajos más completos podemos mencionar la obra monográfica

Exploraciones en la región de Chicontepec o Huasteca meridional, donde recrea su territorio natal

desde un amplio enfoque enriquecido con datos etnográficos, arqueológicos, lingüísticos

y sociológicos.

El maestro Medellín Zenil falleció el 28 de septiembre de 1986, un par de meses

antes de la inauguración de las nuevas instalaciones del Museo. Pero buena parte de su

1 Álvaro Brizuela Absalón y Gladys Casimir, “Entrevista con el arqueólogo Alfonso Medellín Zenil” enAnales Antropológicos, t. I, (mayo de 1985), Xalapa: Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana,1986, p. 25.

3

Presentación

obra continúa vigente y en espera de ser evaluada ante los avances de los proyectos

desarrollados en las últimas dos décadas. Ése fue el propósito de la mesa redonda realizada

con motivo de su vigésimo aniversario luctuoso, cuyos resultados se presentan aquí.

Roberto Williams García, condiscípulo y amigo cercano de Medellín, preparó

una semblanza anecdótica sobre el investigador. En el mismo tono, Manuel Torres

Guzmán, colaborador y compañero durante numerosas temporadas de campo, hace una

remembranza del maestro en esta faceta del quehacer del arqueólogo. Ésta constituyó la

última participación en un evento académico del maestro Torres Guzmán. Sergio Vásquez

expone una propuesta de las divisiones geográficas-culturales del centro de Veracruz

partiendo de la obra de Medellín. Yamile Lira López muestra resultados recientes de sus

exploraciones en Maltrata, comparándolos con la información que Medellín recuperara

en dicho sitio.

Por otra parte, Barbara L. Stark y Annick Daneels reconocen la generosidad del

maestro, quien las recibió e incorporó a las temáticas de investigación que identificaba

como prioritarias. La primera presenta un

estudio analítico de sus trabajos en la

cuenca baja oeste del río Papaloapan, el

cual incluye una distribución de tipos

cerámicos asociada a una organización

sociopolítica regional. Por su parte,

Daneels presenta una tipología de “dioses

narigudos” asociada a la secuencia

estratigráfica de la Zona Semiárida Central,

así como los patrones de inhumación de

dichas figurillas.

Sara Ladrón de Guevara revisa

una forma decorativa en la cerámica que

da como resultado una iconografía

característica que documenta escenas

4

Presentación

rituales, pues aunque Medellín halló y registró algunos ejemplares, no hizo pública su

descripción.

Con la publicación de estos ensayos queremos contribuir a la difusión entre las

nuevas generaciones del trabajo del maestro Alfonso Medellín Zenil, insistir en su

trascendencia y propiciar nuevos marcos de discusión académica en la arqueología

veracruzana.

Sara Ladrón de Guevara y Sergio Vásquez Zárate

5

Presentación

CONTRAPUNTO No. 7 enero-abril 2008

Roberto Will iams García

Semblanza del arqueólogoAlfonso Medellín

El paisaje natal influye subrepticio en el ánimo individual. Es mi hipótesis. El paisaje que

circundaba al arqueólogo Medellín Zenil transmite grandeza. En esa comarca llana destacan

tres cerros aislados, uno de ellos el Postectitla, cerro quebrado por disposición divina

para que no continuara visitando al cielo un mortal juguetón. Cerro perceptible desde

distintos sitios a la redonda. En esa comarca, en 1925, en la ranchería El Tecomate, nació

Alfonso, cuyo segundo nombre, Leocadio, provenía del santoral del 9 de diciembre.

Huérfano a temprana edad, fue criado por su abuela materna, siempre reverenciada

como Mamá Nina. La casa materna rodeada por jacales de gente de habla autóctona le

permitió el aprendizaje de la lengua náhuatl, auxiliar valioso en su futura profesión. Con

primos y niños nahuas gozó los primeros juegos en su solar y luego fue a Chicontepec,

“el balcón de la Huasteca”, para cursar la instrucción primaria. Después de algunos años

en la ciudad de México, se mudó a la capital veracruzana.

Fuimos condiscípulos en la Escuela Normal Veracruzana, de donde se graduó

en l945. En ella amistó con José Luis Melgarejo Vivanco, maestro en Oratoria y

Declamación. En el año de 1943, cuando el Colegio Preparatorio acogió un Congreso

Nacional de Historia, el maestro Melgarejo participó con el libro Totonacapan, prologado

por el arqueólogo Enrique Juan Palacios quien habiendo negado en un principio la cultura

totonaca la reconoció al calificar dicha obra como trofeo para el Congreso, dando prueba

de su honradez científica. El texto de 250 páginas, sustentado en amplísima bibliografía,

tenía un apéndice de setenta láminas. La singular edición salió de los Talleres Gráficos del

Gobierno del Estado. Proeza intelectual lograda por el normalista a los 28 años de edad.

Quiero suponer que así como el paisaje natural pudo haber influido en Alfonso,

el paisaje cultural pudo haberlo hecho en Melgarejo Vivanco, talento surgido en la ranchería

de Palmas de Abajo en 1915. Aquel historiador en ciernes, en el trayecto de su rancho a

la capital veracruzana, transitaba por la antigua ciudad de Cempoala, hallada en l892 ante

6

Semblanza

el acicate de la celebración del Cuarto Centenario del Descubrimiento de América. Talados

los tupidos bosques costeños, mostraron los vestigios de la ciudad que los españoles, en

1519, creyeron de plata; urbe por donde pasaron los conquistadores rumbo a Quiahuiztlan

pueblo en fortaleza con cementerio mirando al mar, como en Tulum. Frente a ese poblado

totonaco se estableció la Villa Rica de la Vera Cruz en donde Cortés sentenció la suerte

de Moctezuma. Dentro de ese ámbito histórico se centra Palmas de Abajo, que visitamos

dos discípulos de Melgarejo invitados a pasar las vacaciones de semana santa en 1943.

Feliz ocasión en que el maestro nos llevó a la tumba grande de Quiahuiztlan, cuya vista

emocionó tanto a Medellín que se puede considerar ése el instante definitorio de su

vocación.

En 1946, el gobierno de Veracruz becó a tres egresados de la Normal para estudiar

arqueología, etnología y lingüística en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Medellín, al concluir sus estudios de arqueología, retornó a Xalapa para trabajar en el

Departamento de Antropología dependiente de la Dirección General de Educación del

Al centro, Alfonso Medellín Zenil acompañado de algunos amigos, entre ellos el escritor Sergio Galindo, enel primer edificio del Museo de Antropología de Xalapa, de la Universidad Veracruzana (ca. 1961).

7

Semblanza

Estado, comandado entonces por el profesor Melgarejo Vivanco. El ilustre totonaquista

renunció a su cargo en 1962 para ocupar en México la Dirección General de Asuntos

Indígenas, quedando Medellín como su sustituto.

La década de los cincuenta fue intensa, la de mayor ímpetu arqueológico para

Medellín al explorar diversas zonas habiendo obtenido piezas para el museo por venir,

proyecto bañado por el maná durante el gobierno del licenciado Antonio M. Quirasco,

del cual formaba parte el maestro Melgarejo como subsecretario de Gobierno. Este

gobierno nombró como rector de la Universidad Veracruzana al médico Gonzalo Aguirre

Beltrán, antropólogo de valía nacional quien, de inmediato, incorporó el supradicho

Departamento a la Universidad con la categoría de Instituto de Antropología, además de

promover la fundación de la Escuela correlativa, siendo Medellín designado director

tanto de la Escuela como del Instituto. Se acariciaba desde varios años atrás el proyecto

de creación del Museo como aparador de la potencia escultórica del antiguo veracruzano.

Melgarejo y Medellín proyectaron los edificios destinados al albergue y exhibición del

patrimonio arqueológico de Veracruz.

Un evento de resonancia internacional como fue la celebración del Festival Casals

en Xalapa, requería que se expusiesen testimonios de la categoría cultural de la sede.

Medellín se mostró activo en el traslado de varias piezas arqueológicas, entre ellas tres

magníficas cabezas colosales olmecas para ornamento frontal del majestuoso Instituto

de Antropología, cuyo segundo piso ocuparon la administración y los cubículos de los

investigadores, mientras la planta baja exhibía muestras de la cultura milenaria.

El cospe, césped regional, fue la alfombra del sueño tangible inaugurado en la

mañana soleada del l9 de abril de l959. Luego, en l962, el presidente Adolfo López Mateos

inauguró la primera sala redonda, a la que siguió una segunda estrenada en l964, mientras

que el patio trasero se sembraba con más esculturas en continuo enriquecimiento del

acervo cultural de Veracruz. La actividad de Medellín, aunada a la actividad política y

cultural de Melgarejo Vivanco, fructificó en recintos orgullo de las generaciones mexicanas.

El paisaje creado con las edificaciones se enmarcaba dentro del paisaje rotundo del Pico

de Orizaba y el Cofre de Perote. Visión latente durante un cuarto de siglo.

8

Semblanza

El gobernador Agustín Acosta

Lagunes decidió derrumbar aquellos

edificios mancomunados del Instituto y

del Museo de Antropología, a fin de le-

vantar el nuevo Museo exclusivamente; un

proyecto estadounidense, en forma de L,

con larga sala y nichos laterales, para guar-

dar y mostrar el tesoro de las colecciones

primarias que se acrecentó con piezas

compradas en el extranjero y entre colec-

cionistas nacionales. Institución soberbia

inaugurada el 30 de octubre de l986, que

no presenció el célebre arqueólogo porque

su deceso ocurrió el 26 de septiembre.

La riqueza bibliográfica del destacado arqueólogo que fuera director del Instituto

de Antropología de Veracruz durante treinta años, la ha resumido en veinte páginas el

reconocido escritor Raúl Hernández Viveros en el ensayo “Vida y Movimiento de Alfonso

Medellín Zenil”, inserto en la recopilación de 630 páginas del florilegio Antropología e

Historia en Veracruz, editado en 1999 por el Instituto correlativo. Raúl, ajeno a la actividad

arqueológica, repasó el material publicado en la revista La Palabra y el Hombre, emitiendo

apreciaciones teóricas hilvanadas con los trabajos resumidos, concluyendo ufano que:

“La experiencia de revisar cada colaboración de Alfonso Medellín Zenil culmina con la

expectación de haber sido asombrado por el espíritu de un precursor en la arqueología de

México, y por su lealtad y espíritu de servicio a un territorio que fue la visión de su

manera de ser mexicano y sentirse veracruzano”.1

1 Raúl Hernández Viveros, “Vida y Movimiento de Alfonso Medellín Zenil”, en Antropología e Historia enVeracruz, Xalapa: Gobierno del Estado de Veracruz, Instituto de Antropología de la U.V., 1999, p. 401.

9

Semblanza

Roberto Williams García. Profesor normalista y Etnólogo por la EscuelaNacional de Antropología e Historia. Autor de Yo nací con la Luna de Plata,Danzas y andanzas y Los Tepehuas. Se le considera uno de los pioneros delcine etnográfico indigenista en México, y ha recibido diversosreconocimientos y premios por su labor antropológica.

A la doctora Sara Ladrón de Guevara se le debe reconocer su admiración por el

arqueólogo demostrada en el año de l995 cuando, directora por primera vez del Museo,

acogió, de inmediato, la petición de la generación normalista a la que perteneció Alfonso

Medellín Zenil de que el nombre del distinguido arqueólogo lo ostentase el auditorio del

Museo de Antropología. Luego, el año pasado, en el acto de la entrega de la medalla

Gonzalo Aguirre Beltrán el galardonado, entre otras peticiones, demandó al gobernador

Herrera Beltrán que el arqueólogo epónimo fuese recordado al cumplirse veinte años de

su ausencia. La doctora Sara Ladrón de Guevara le dio seguimiento a lo solicitado, acción

que cabe reconocer, además de que, por mi parte, expreso mi halago de que me haya

designado para esbozar la semblanza de un amigo entrañable, siempre presente.

10

Primeras temporadas de campo

Manuel Torres Guzmán

Primeras temporadas de campocon Alfonso Medellín Zenil

En el año de 1945 llegué a esta ciudad e ingresé a la Escuela Normal Veracruzana. Ese

año conocí a Medellín, quien formó parte de la generación Halcones, donde había

distinguidos alumnos, como Roberto y Jorge Williams, Miguel Vásquez Landero, Joaquín

Murrieta, Ricardo Davis, “El Ciego” Velázquez, “El Chale” y Negrete, entre otros. Ese

año un grupo de alumnos dirigió un movimiento en contra del director. Triunfaron, pero

doce de ellos fueron expulsados.

Medellín y Roberto fueron a trabajar a la Escuela “Rafael Valenzuela” de

Chicontepec. Regresaron para presentar exámenes de ese último año y los aprobaron.

En 1946 el Gobierno del Estado otorgó beca a los dos para que estudiaran en la Escuela

Nacional de Antropología e Historia; en 1949 regresaron a Xalapa, Medellín como

arqueólogo y Roberto como etnólogo. En ese mismo año terminé mis estudios en la

Escuela Normal y en 1950 fui nombrado en la entonces Sección de Antropología,

dependiente del Gobierno del Estado, como Ayudante de Arqueólogo: desde luego de

Medellín, porque era el único. Estuve con él hasta 1952 en los siguientes trabajos: en

enero de 1950 tuve mi primera experiencia en un trabajo de campo realizado en la zona

arqueológica de Quauhtochco, perteneciente al ahora municipio de Felipe Carrillo Puerto,

casi en el corazón de la zona semiárida central.

La cabecera del viejo municipio de Huatusco estuvo asentada en la margen derecha

del río Atoyac, de la meseta se logra observar la comunidad; en ese año aún quedaban unas

cuantas casas, su iglesia del siglo XVI y la casa vacía de lo que fue el palacio municipal, donde

dormimos una noche. Después de atravesar el río subimos la cuesta para llegar a la zona.

El edificio principal es conocido en la región como El Fortín, conformado por 4 cuerpos

en talud, una escalera de 52 peldaños, en el último está el adoratorio de la planta rectangular

con tres pisos, eran visibles los cabezales de las vigas de cedro y el de la viga maestra que

sostenía el techo. Al explorar el interior apareció un hermoso brasero y cerámica. La cerámica

CONTRAPUNTO No. 7 enero-abril 2008

11

Primeras temporadas de campo

de esta zona, como la de Cotaxtla, que Medellín exploró en 1949, corresponde al Horizonte

Histórico de la cultura Pinome. Junto con Ahuilizapan, integraron las tres grandes ciudades

de esa cultura, que finalmente fueron conquistadas por la Triple Alianza. Por las fuentes

históricas del siglo XVI sabemos de las encarnizadas batallas que libraron los ejércitos de

Axayácatl para poder vencer a los aguerridos defensores de Cotaxtla.

Durante el siglo XVI se abrieron los caminos por la ruta de Córdoba-Orizaba, es

decir, por la margen derecha del río Atoyac o Cotaxtla. La población que existía era casi

la misma de la actualidad; había la leyenda de una joven princesa llamada Zacatzin, quien

no aceptó el cambio y que bajaba a la comunidad para hacer regalos a la gente. Todos los

días, después de los trabajos, íbamos a bañarnos al río, donde un anciano contó que

antes, después de la pesca comunal, el pescado lo cocían en calabazos, metiendo piedras

calientes casi al rojo vivo, dato etnográfico interesante porque se trata de un ejemplo

viviente de la época precerámica.

La zona arqueológica se ubica en el rancho del señor Dionisio Vásquez; a unos

500 metros de la zona había dos casas, una donde vivía don Nicho y la de su hermano

mayor. Como a unos 200 metros otra casita fue nuestro campamento. Era muy frecuente

que por las noches escucháramos los sorprendentes aullidos de los coyotes.

Afortunadamente Medellín y yo no éramos de origen citadino, aunque tampoco estábamos

acostumbrados a oír tanto coyote. La esposa de don Nicho nos daba de comer, guisaba

muy sabroso. Cuando se terminaron los trabajos Medellín le dijo a don Nicho que cuánto

se le debía por las comidas, sorprendido don Nicho contestó: “¡Pero cómo, aquí no

deben ni un solo centavo!” Los sorprendidos fuimos nosotros, porque después de tantas

atenciones no quisieron cobrarnos nada. Además, don Nicho le donó a Medellín una

preciosa cabecita de pato en amatista y unas cuentas de jade muy verde, nos dolió

despedirnos de esa familia que siempre recordamos con tanto afecto.

En marzo y abril de ese mismo año se trabajó en la zona arqueológica ubicada en

la congregación de Remojadas, perteneciente al municipio de Soledad de Doblado, en

plena zona semiárida central. Fue el primer sitio que se exploraba en esa área, el cual

aportó material de gran trascendencia para la arqueología veracruzana del Totonacapan

12

Primeras temporadas de campo

central, puesto que se evidenció una secuencia cultural desde el Horizonte Preclásico

hasta el siglo IX de nuestra era. La trinchera “A” resultó prolífica, sus ofrendas aportaron

materiales que se consideran diagnósticos y que sirven como referencia para comparaciones

con otros sitios. Son ejemplo de los tipos “baño negro”, “baño guinda”, “baño rojizo”,

“café pulido”, tanto en platos, cajetes, ollitas, vasijas con asa vertedera con representaciones

fitomorfas y antropomorfas. Las figuras “Ojos grano de café”, “Ojos con dos depresiones”,

“Muy aplanadas con base en U”, entre otras.

En el libro Cerámicas del Totonacapan –ojalá se reedite– se ve la foto de una serie

de figuras antropomorfas que seguramente integraban un grupo familiar; otro dato

interesante son las figuras con la posible representación del Sol, la Luna y Venus. Remojadas

en su cerámica posee datos verdaderamente interesantes, como la segura representación

de Ehécatl y Xipe-Tótec. En cuanto al Clásico, cerámicas que ahora son diagnósticas

para su fechamiento y coetaneidad con otras culturas.

En ese mismo año, pero en la segunda semana de octubre, se realizaron las

primeras excavaciones en la Isla de Sacrificios, porque luego se hicieron en la segunda y

tercera semana de junio de 1951. Aún recuerdo que sus amigos del INAH le insinuaban

a Medellín: “Pero Fonchito”, porque así le decían, “si Sacrificios ha sido muy explorado

y saqueado, qué vas a hacer allí”, pensando en que sería un futuro fracaso. Sin embargo,

los resultados fueron otros. Se contó con la amplia ayuda del Capitán de Altura Marcelino

Tuero Molina, director de la Escuela Náutica Mercante “Fernando Siliceo”. Entonces

conocí también al ingeniero Ernesto Domínguez, uno de los grandes meteorólogos que

ha tenido México, amigos del profesor Alfonso Valencia, compañero en la Normal del

maestro Melgarejo. También la valiosa colaboración de los estudiantes de la Náutica,

quienes nos trasladaron a la isla y nos surtieron de lo que nos hacía falta.

No olvido el regreso a Veracruz al finalizar los trabajos en el mes de junio; el mar

estaba “arbolado”, como dicen los marinos. A mí me tocó en el segundo viaje con los

trabajadores que eran de Palmas de Abajo, tierra de Melgarejo, la mayoría jóvenes, uno si

mal no recuerdo era mayor, el tío Toño, como buenos jarochos todos alegres. El mar

estaba “arbolado”, los estudiantes nos decían “no se preocupen, que no va a pasar nada”;

13

Primeras temporadas de campo

pero a media travesía, varios de los palmeños empezaron a marearse y a vomitar, los

lamentos eran variados, como “¡ay hijo de la...! ¡para qué comería tanto!” Para la mayoría

de los trabajadores y estudiantes, ya en tierra, en el atracadero de la escuela, fue un

motivo de risas y burlas.

En una de las temporadas estuvo el maestro José García Payón, quien conociendo

los antecedentes de la isla estaba un tanto preocupado. Después del tercer día todos

disfrutamos los hallazgos y la estancia; cuando sentíamos calor caminábamos unos metros

para mojarnos en las frescas aguas. Como es de todos conocido, porque se publicó el

trabajo, los resultados fueron satisfactorios. En el Pozo 1, a 2.80 m de profundidad, se

encontró material que corresponde al Horizonte Preclásico de Remojadas Inferior, lo

que permitió a Medellín afirmar que la presencia totonaca estuvo desde siglos antes de la

era. Por el material de otras trincheras, Medellín comprobó la constante presencia totonaca

hasta el siglo XVI. Las evidencias siguieron apareciendo, por ejemplo, el entierro secundario

Alfonso Medellín Zenil (al centro, arriba) acompañado por Eusebio García, Roberto Williams, Ana BerthaGarcía, Juan Sánchez, Hilario Medel, Fernando Winfield Capitaine, entre otros.

14

Primeras temporadas de campo

núm. 8 de la Trinchera 2 tuvo como ofrenda 35 piezas, entre ellas dos figuras sonrientes,

que corresponden a la fase final del Clásico Tardío, pero sin la belleza que caracteriza a

estas figuras, es decir, corresponden a tipos decadentes, semejantes a las que encontré,

casi superficialmente, en El Zapotal.

En cuanto a la Etapa Renacentista o Postclásico Temprano, que va de 900 a

1200, se encontraron hermosos vasos cilíndricos con soporte de pedestal de cerámica

anaranjada fina, los mismos vasos con decoración Isla de Sacrificios II; también preciosas

copas con soporte de pedestal. Muchas de estas piezas muestran un brillo metálico, típico

de las cerámicas plomizas. Las del Clásico Tardío cobran verdadera trascendencia porque

muestran elementos decorativos que datan del Preclásico Superior y siguen en el Clásico

Temprano, elementos de este horizonte se continúan en el siguiente y algunos del Clásico

Tardío son el antecedente de tipos cerámicos de la etapa Renacentista, como los que dan

origen a los tipos Tres Picos e Isla de Sacrificios.

En el año de 1951, inició Medellín los trabajos en la zona arqueológica de

Quiahuiztlan, fortaleza ubicada en las inclinaciones del lado oriental de ese hermoso

peñón. Nos instalamos en el lado sur del cementerio oriental. Nos protegíamos en una

casa de campaña de lona, desde luego de esa época. Sólo se entraba por una pequeña

puerta, en ella cabían tres catres de campaña; los trabajadores eran de Palmas de Abajo.

Después de parar los trabajos a la una de la tarde, todo mundo miraba hacia el camino

donde ahora pasa la carretera; daba gusto ver al tacualero montado en su caballo, pero

aún teníamos que esperar, todos con la tripa vacía, un poco más de media hora para que

llegara hasta arriba. La comida era además para la cena y el desayuno.

La esposa de Margarito, doña Chofi, guisaba muy sabroso, era la responsable de

mandarnos los alimentos. La comunidad más cercana era El Viejón, a cuyo río bajábamos

todos los días para bañarnos y donde Margarito Melgarejo, que era el aguador, llenaba las

ocho latas varias veces al día y las cargaba en dos burros, según la cantidad de agua que se

necesitara. Alimentos no nos faltaban. Dos o tres veces por semana comíamos carne de

monte: tejón, mapaches y chachalacas, a veces zorrillo. Los sábados en la noche bajábamos

a la Laguna del Llano y en menos de dos horas nos llenaban dos latas de jaibas.

15

Primeras temporadas de campo

En esa temporada se exploraron 78 tumbas, se consolidaron 3 y se restauraron

12. Desgraciadamente todas estaban violadas y destruidas, muy pocas conservaron intacta

su cámara funeraria; por su reducido espacio contenían generalmente vértebras, huesos

cortos y fragmentos de cerámica. En algunas tumbas se encontraron fragmentos de

cerámica del tipo Tres Picos usado en la mezcla.

Después de trabajar aquí nos bajábamos al Viejón, la comunidad actual casi tiene

la misma población que la de antes, asentada en la margen derecha del río. La zona se

ubica dentro de la propiedad de don Constancio Torres, persona muy apreciada, siempre

dispuesta a colaborar con nosotros. Los montículos son de tamaño pequeño, mediano y

grande, entre un hermoso y tupido ojital. El material correspondió al Preclásico y al

Clásico Tardío, por ejemplo, el entierro primario de la Trinchera I, o la ofrenda del entierro

secundario de la misma trinchera, con hacha votiva y un yugo liso.

Después del Viejón nos pasamos a la Villa Rica, otra vez en despoblado; pero

con bonita vista al mar. Instalamos el campamento junto a una higuera que todavía existe.

Los primeros trabajos que dispuso Medellín fueron desmontar el sitio donde está la

fortaleza y hacer un pozo cerca de la playa junto al paredón. Afortunadamente el agua no

salió tan salobre, servía para nuestras necesidades. Nuevamente disfrutamos la sabrosa

comida de doña Chofi, sólo que no veíamos llegar al tacualero. Aunque estábamos junto

al mar, nunca nos atrevimos a meternos, porque a todas horas andaban los tiburones

cerca de la orilla. Sin embargo, disfrutábamos ver saltar los cardúmenes de sábalos fuera

del agua, perseguidos por los tiburones dejaban ver el resplandor de sus plateadas escamas.

No hubo semana en que dos o tres veces las olas arrojaran a la playa a un sábalo muerto

de enorme mordisco, siempre aprovechado por los trabajadores, que sacaban de él enormes

postas, que después disfrutábamos asadas a las brasas.

Terminado el desmonte, se procedió a excavar la tierra para descubrir el arranque

de los cimientos, su profundidad no excedió del metro. Medellín inició el levantamiento

del plano. En la remoción de la tierra se encontró cerámica indígena como los tipos

Quiahuiztlan, Tres Picos, asociada con la española en colores azul, blanco y verde, y

muchos clavos. Del otro lado de la higuera, en un declive, era frecuente encontrar

16

Primeras temporadas de campo

Manuel Torres Guzmán. Profesor normalista y Maestro en CienciasAntropológicas por la Universidad Veracruzana. Junto con Alfonso Medellín,realizó excavaciones en la Zona Semiárida Central de Veracruz. Entre sus trabajosen la región de La Mixtequilla destaca el proyecto arqueológico que coordinóen El Zapotal, donde se encontró un extraordinario conjunto escultórico entorno a la representación del Mictlantecuhtli (“señor del lugar de muertos”).

fragmentos de cerámica indígena y española. Después se trabajó en Cacalotlan, cerca de

Palmas de Abajo.

En enero de 1952, arrancaron los trabajos en Alvarado, al principio estábamos

felices porque comíamos pescado y mariscos cuando queríamos, pero después de una semana

le dábamos vuelta a los restaurantes para huir de ese olor y buscar otro tipo de comida.

Creo que fue en el patio de una casa donde se iniciaron las excavaciones. Aquí los resultados

fueron buenos, se encontró cerámica de los horizontes Preclásico y Clásico Tardío; del

Preclásico figuras y cerámicas diagnósticas de ese horizonte, la cerámica del Clásico Tardío

también fue muy interesante, sobre todo en cerámicas diagnósticas como la Anaranjada sin

desgrasante. Terminamos en Alvarado y nos trasladamos a Cosamaloapan para seguir con

el plan de trabajo que tenía Medellín. En Cosamaloapan, los trabajos fueron en El Corte.

En marzo de 1952, se inició la segunda temporada de campo en Quiahuiztlan.

Ya no tuvimos tantas sorpresas como en la primera temporada, cuando, entre otras,

matamos varias serpientes de cascabel y nauyacas. Una noche uno de los trabajadores

escuchó un ruido, todos dijeron que era de una cascabel; se tuvo que sacar de la casa

todas las bolsas de cerámica para matar a la serpiente. En lo sucesivo no se guardaron

más bolsas adentro. Medellín y yo en las noches nunca dejamos de alumbrar debajo de

los catres.

Fue el último año que trabajé como Ayudante de Arqueólogo. Fueron tres años

de intensas exploraciones, recorriendo y conociendo comunidades y zonas arqueológicas

con Medellín, casi siempre a pie en compañía del maestro Melgarejo. Regresé a la ciudad

de México, volví a Xalapa y en 1957 ingresé a la Escuela de Antropología de la Universidad

Veracruzana, para incorporarme en 1961 como arqueólogo, hasta la fecha.

17

Primeras temporadas de campo

Sergio Vásquez Zárate

Las delimitaciones geográfico-culturales en la obra de AlfonsoMedellín Zenil

La obra intelectual del maestro Medellín ha sido analizada parcialmente en diversos

eventos.1 Sin duda, muchas de sus propuestas siguen siendo básicas para la enseñanza de

los futuros arqueólogos de la Escuela (hoy Facultad) de Antropología de la Universidad

Veracruzana, que él dirigió en su primera etapa. Otras han sido cuestionadas, a veces

injustamente, pues es necesario tomar en cuenta el contexto de su formulación. Por

ejemplo, cuando detectó cerámicas del Clásico en sus excavaciones practicadas bajo algunos

monolitos olmecas que serían trasladados al Museo de Antropología de la ciudad de

Xalapa, de donde derivó por asociación una cronología que hoy es casi inaceptable por

ser demasiado tardía. No obstante, es innegable que la arqueología moderna de la costa

del Golfo tiene una de sus bases más vigorosas en la aportación de este investigador

nacido en tierras veracruzanas.

Luego de concluir su carrera de profesor normalista, el maestro Medellín Zenil

fue becado por el gobierno del estado, gracias a la intervención del profesor José Luis

Melgarejo Vivanco, para estudiar la carrera de Arqueología en la Escuela Nacional de

Antropología e Historia. Allí recibió una formación sólida y, por supuesto, se instruyó

con los paradigmas teóricos que prevalecían en esos años. Si bien los modelos historicistas

y culturalistas estaban dando paso a un enfoque funcionalista de la cultura, se consideraba

claro que entre las metas cognitivas del investigador debía procurarse un proceso

clasificatorio del artefacto en términos de su grupo cultural, época de manufactura y

CONTRAPUNTO No. 7 enero-abril 2008

1 Véase, por ejemplo, Raúl Hernández Viveros, “Vida y Movimiento de Alfonso Medellín Zenil”, enAntropología e Historia en Veracruz, Xalapa: Gobierno del Estado de Veracruz/Instituto de Antropología de laUV, 1999, pp. 385-403; Sergio Vásquez Zárate, “Hacia una redefinición del concepto Totonacapan”, enAntropología e Historia en Veraruz, op. cit., pp. 323-336.

18

Las delimitaciones geográfico-culturales

funcionalidad, es decir, la aplicación del modelo de la Triple Base que Vere Gordon

Childe había formulado a principios de la década precedente.

Durante la primera mitad del siglo XX, la influencia de pensadores como Clark

Wissler y Alfred Kroeber impulsó la determinación de las áreas culturales como una base

para comprender las diferencias históricas en las antiguas poblaciones de América; a

partir de esa propuesta inicial, algunos actores intentaron definir la expansión geográfica

mediante la presencia de rasgos, elementos o complejos culturales. En 1943, cuando Paul

Kirchoff propuso su célebre ensayo “Mesoamérica, sus límites geográficos y culturales”,

la Smithsonian Institution, con Matthew Stirlig, Philip Drucker y Clarence Weiant,

publicaba las primeras secuencias estratigráficas sistemáticas para la costa del Golfo.

Pero prevalecieron los marcos taxonómicos tendientes a descubrir la extensión geográfica

de las antiguas culturas, entendidas en términos de grupos étnicos diferenciados por un

estilo peculiar en su repertorio de artefactos, principalmente cerámicos. En ese entonces,

ésta era la principal metodología para indagar sobre la cronología, la filiación cultural y la

funcionalidad, que se suponía eran datos inherentes en las evidencias materiales. Con esa

premisa se debía proceder a trazar los límites geográficos y temporales y afinar, dentro de

la superárea cultural mesoamericana, las especialidades formales, los estilos y complejos,

en unidades menores: áreas, subáreas y regiones.

Hacia 1960, la configuración cultural que el territorio veracruzano había tenido

en la época prehispánica parecía definida en una división tripartita: olmecas por el sur,

totonacos en el centro y huastecos en el norte. Sin embargo, la heterogeneidad étnica que

aún es visible en la entidad, sugiere una configuración mucho más plural en el tiempo y el

espacio, como también se observa en la diversidad de los acervos arqueológicos. ¿Cómo

sostener la presencia de tres culturas en el extenso territorio que hoy ocupa Veracruz,

cuando aún encontramos al menos 13 grupos indígenas con identidades étnicas y

lingüísticas claramente definidas?

En el sur del estado, aún tenemos grandes problemas para identificar a la población

del Horizonte Postclásico, lo que sin duda constituye un problema de muestreo y de

tipología en la investigación arqueológica; sin embargo, debe reconocerse que durante

19

Las delimitaciones geográfico-culturales

los últimos 20 años ha habido un interés constante para documentar múltiples aspectos

de la cultura olmeca y ha habido enormes avances en la comprensión de los patrones de

asentamiento y su configuración política, en estudios sobre la escultórica y la actividad

ritual. En contraste, el vasto territorio llamado huasteco sigue siendo sin duda la porción

del estado menos conocida. Estudios indican que no existe una uniformidad “huasteca”

y que en el futuro será posible encontrar complejos diferenciados con posibles

implicaciones pluriétnicas.

En cuanto al centro de Veracruz, existen contrastes en la profundidad y temáticas

de investigación. La edición de Cerámicas del Totonacapan, de Medellín, publicada en 1960,

auguraba la articulación de un modelo cognitivo propicio para entender las diferencias

en el repertorio arqueológico y explicar los procesos culturales intrínsecos. Sin embargo,

el avance de las investigaciones, los datos y las evidencias recuperadas en el centro de

Veracruz han mostrado claras disociaciones cronológicas, estilísticas y espaciales, lo que

lleva a dudar del carácter cultural homogéneo.

Como es sabido, la vinculación entre evidencias materiales e identidades

cronológicas suele ser endeble, porque esta vía inductiva puede proporcionar una falsa

idea diagnosis.

El problema de clasificar los materiales arqueológicos como base para determinar

una filiación étnica se ha acentuado ante la variedad de estilos y tipos cerámicos. Por ello,

convendría revisar la distribución de los complejos presumiblemente distintos de la cultura

totonaca prehispánica:

• Yugos, palmas y hachas votivas

• Complejos de figurillas llamadas “dioses narigudos”

• Complejo de figurillas sonrientes

• Estilo arquitectónico y escultórico de El Tajín

• Cerámicas de pasta fina, crema, naranja o marfil, de buena cochura y acabado,

entre los cuales sobresalen los tipos Tres Picos, Quiahuiztlan e Isla de

Sacrificios, con sus variantes.

20

Las delimitaciones geográfico-culturales

En primera instancia debemos recordar que estas manifestaciones no necesariamente

son sincrónicas, por lo que también debe considerarse las variantes temporales. El mismo

Medellín descubrió estas disociaciones en lo que para él era territorio totonaco, y con

prudencia anotó: “aún no se tienen los datos suficientes que permitan elaborar un mapa

arqueológico en el cual se muestre la ocupación del Totonacapan en sus diversas etapas

culturales”.2 Afortunadamente, en sitios como El Tajín, Plaza de Toros, Colonia Ejidal, o

en algunos centros de La Mixtequilla, se ha avanzado en la seriación cronológica gracias

a fechamientos absolutos, para reafirmar o modificar las secuencias culturales y las

clasificaciones tipológicas. Por otra parte, la identificación de zonas geográficas al interior

del centro de Veracruz, que realizaron Sanders, el mismo Medellín, Coe, Payón, Torres y

más recientemente, Daneels, León y Stark, proporciona un marco espacial donde es

posible representar variaciones más sutiles en la presencia, ausencia y frecuencia de

diagnósticos arqueológicos.

Por ejemplo, en el complejo de “yugos, palmas y hachas”, esculturas votivas

asociadas al juego de pelota, es evidente que no mantienen patrones similares en sus tres

versiones. Esto ya había sido notado por Tatiana Proskouriakoff, quien subrayó la

disociación en tiempo y espacio. Un ensayo estilístico sobre las palmas, de Luis Sánchez

Olvera, sugiere que las diferencias temáticas de estas esculturas tienen patrones específicos

de distribución. Es interesante notar que la Sierra de Chiconquiaco parece jugar un papel

importante para distinguir la presencia o ausencia de dos estilos, aunque ambos suelen

ser fechados para la fase tardía del Horizonte Clásico y, por lo tanto, son coexistentes con

una parte del auge de El Tajín.

Al igual que el maestro Medellín, otros arqueólogos han optado por una alternativa

que recurre al mismo modelo de taxonomía espacial, pero que precisa mayor detalle en

cuanto a las zonas de distribución de tipos cerámicos, artefactos o estilos específicos. Por

ejemplo, se ha tratado de precisar las áreas de expansión de la llamada cultura de Remojadas,

los límites de La Mixtequilla, los patrones de dispersión de la escultura menor, como las

2 Alfonso Medellín Zenil, Cerámicas del Totonacapan. Exploraciones arqueológicas en el centro de Veracruz, Xalapa:UV, 1960, p. 3.

21

Las delimitaciones geográfico-culturales

llamadas “palmas” o la distribución de

sitios con arquitectura comparable a El

Tajín. En cada caso, es evidente que los

elementos que se ha considerado

diagnósticos no comparten patrones

simultáneos ni coetáneos, de manera que

en el heterogéneo escenario geográfico del

centro de Veracruz, también existe una

diversidad cultural y procesual que, en

efecto, debe afinarse sistemáticamente.

Las diferencias más conspicuas

son evidentes a partir de la etapa

Protoclásica, como es visible en la

cerámica negativa y en los tipos tardíos de

colección diferencial. De la misma manera, es claro que al norte de la Sierra de

Chiconquiaco la frecuencia de los llamados dioses narigudos disminuye drásticamente en

contraste con el centro-sur de Veracruz, y particularmente con la Zona Semiárida, donde

este tipo de figurillas se ha recuperado con abundancia. En cambio, al norte de la Sierra

de Chiconquiaco, como en El Cuajilote y El Pital, se ha encontrado figurillas fálicas que

García Payón incluyó en su complejo Acateno, y que son poco frecuentes al sur del

contrafuerte montañoso.

Para el Clásico Tardío, también existen otros patrones diferenciados, como la

abundante presencia de la cerámica de bandas ásperas en el centro-norte, hasta el río

Cazones. Es en esta área donde existen ejemplos de arquitectura con nichos y cornisa

volada, al estilo de El Tajín, elementos que abundan hasta el Horizonte Postclásico

Temprano. Esto es visible en Yohaulichan, Xiuhtetelco, Corralillos, Tuzapan, Pompeya y

Zacate Colorado, y otros sitios comprendidos entre el río Cazones y la Sierra de

Chiconquiaco. Los diseños con escenas relacionadas con el juego de pelota, como el

sacrificio por decapitación, alcanzan un alto grado de maestría en los bajorrelieves de

22

Las delimitaciones geográfico-culturales

El Tajín, y esta temática tiene equivalentes en la escultórica de Aparicio o en la pintura

mural de Las Higueras, pero aún no se ha documentado casos comparables al sur de la

Sierra de Chiconquiaco, ámbito donde hay sitios relevantes como Mozomboa, Quiahuiztlan

o Zempoala. Cabe mencionar que recientemente hemos detectado una línea de sitios con

canchas de juego de pelota a lo largo del río Los Pescados-La Antigua, incluyendo sitios

como Jalcomulco, Apazapan, Agua Caliente, El Pueblito y El Crucero, pero la arquitectura

difiere con El Tajín y además no se ha recuperado elementos escultóricos, ni se ha

descubierto en ellos pintura mural.

En el centro-sur destaca la presencia del complejo de caritas sonrientes, y en

algunos sitios, figurillas mayoides de pasta fina. Para el Epiclásico, este tipo de material

cobra auge y se difunde durante el Postclásico. Sin embargo, en La Mixtequilla es escasa

la presencia de cerámicas de llamado “complejo costero de pastas finas”, abundante en

torno a la cuenca de Actopan e Isla de Sacrificios y otros sitios posclásicos. En contraste,

la escultura monumental en terracota, que distingue a El Zapotal, El Cocuite y otros

sitios de La Mixtequilla, es poco frecuente en las otras zonas que Medellín definió dentro

del Totonacapan, con algunas excepciones en la cuenca de Jamapa, donde también se

han detectado cihuateteo elaboradas en barro.

Finalmente, quisiera destacar el rango de dispersión de estelas y otros monumentos

pétreos con inscripciones, que se extiende en un área comprendida desde Cerro de las

Mesas, en La Mixtequilla, hasta los flancos de la Sierra de Los Tuxtlas. Varios casos de

esta escultórica despliegan fechamientos en serie inicial o cuenta larga, notable invención

que no se ha detectado en la Zona Semiárida ni en otros sitios Protoclásicos o Clásicos

del centro de Veracruz, pese a la importancia calendárica como sistema complejo de

registro.

Para concluir, la supuesta homogeneidad de la división tripartita es claramente

insostenible, pero la caracterización espacial de los complejos ha dejado de ser una prioridad

en los objetivos de los proyectos contemporáneos. Sin embargo, la base empírica ahora

disponible permitiría esbozar, como apuntaba Medellín, “las fluctuantes demarcaciones”,

que no son necesariamente retracciones o expansiones de la cultura totonaca, pero sí

23

Las delimitaciones geográfico-culturales

tiene implicaciones culturales. Por su

parte, Cerámicas del Totonacapan. Exploraciones

en el centro de Veracruz es una obra extraor-

dinaria para su época y actualmente

mantiene su valor como texto de referen-

cia, fuente básica para entender la

construcción de las primeras cronologías

sistemáticas en la porción central de la

entidad. Ciertamente existen fases donde

es necesario brindar mayor precisión:

como es el caso de la transición del

Formativo al Clásico Temprano, la trans-

formación Epiclásica y la imbricación del

llamado Complejo Mixteca-Puebla sobre

el Complejo de pastas finas del Golfo, es decir, el lapso comprendido entre los periodos

Renacentista e Histórico del maestro Medellín. Además, es innegable que el libro caracteriza

y define un amplio repertorio tipológico que, en términos generales mantiene una

cronología relativa correcta. Esperamos que la Universidad Veracruzana auspicie una

nueva edición, en justo homenaje al fundador y baluarte del Museo, Instituto y Facultad

de Antropología de Veracruz, entidades hermanas que celebran medio siglo de fructífera

existencia.

Sergio Vásquez Zárate. Antropólogo por la Universidad Veracruzana yMaestro en Arqueología por la ENAH, candidato a Doctor por laUniversidad del País Vasco. Ha trabajado en varios sitios del país, enfocándoseen el centro del estado de Veracruz y publicado artículos sobre asentamientosprehispánicos y coloniales; con Sara Ladrón de Guevara coordinó la ediciónde los libros Arqueología del Centro y Sur de Veracruz y Dualidad.

24

Los trabajos de Medellín Zenil en la región de Maltrata

Yamile Lira López

Los trabajos de Medellín Zenilen la región de Maltrata: nuevosavances

En 1854 se dio a conocer nacional e internacionalmente el primer vestigio cultural de la

época prehispánica de Maltrata: “el Monolito de Maltrata”, publicado por Manuel de

Segura. Esta descripción motivó a que numerosos estudiosos de la historia antigua llegaran

a la región movidos por el interés para conocer y estudiar, en principio, el monolito.

Sin embargo, al arqueólogo Alfonso Medellín Zenil le correspondió rescatarlo

del deterioro natural y humano de los solares de Maltrata en 1961 y colocarlo en una de

las salas del recién creado Museo de Antropología de la ciudad de Xalapa, para su

conservación y difusión, y sigue expuesto en el actual Museo. Con el conocimiento de

este descubrimiento se establece que Maltrata tiene una historia muy antigua remontándose

a la época prehispánica.

Antecedentes

Revisando los antecedentes se encontró que la noticia más antigua sobre el monolito de

Maltrata la da Manuel de Segura en sus Apuntes estadísticos del distrito de Orizaba, escritos en

1839 y publicados hasta 1854. Dice Segura que en un solar estaban “unos peñascos

grandes” con las figuras grabadas que a los lugareños les parecían soldados por sus botas

de campaña, casaca larga y fusil. Según la explicación popular, eran “los primeros soldados

conquistadores”; comenta también que los grabados eran bien cuidados por los habitantes.1

CONTRAPUNTO No. 7 enero-abril 2008

1 Manuel de Segura, “Apuntes estadísticos del distrito de Orizaba de 1839”, en Boletín de la Sociedad Mexicanade Geografía y Estadística, t. IV, Orizaba, 1854, p. 37.

25

Los trabajos de Medellín Zenil en la región de Maltrata

Años después, en 1867, Joaquín Arróniz publica Ensayo de una historia de Orizaba

donde presenta el dibujo de dos rocas con grabados,2 de las cuales hasta el momento sólo

se conoce una: la que trasladó Medellín al Museo de Xalapa. En 1905 Leopoldo Batres

recorre la región de Orizaba, rescata la estela de Orizaba que ahora se encuentra en el

Museo Nacional de Antropología y nos dice que las rocas de Maltrata son de pizarra gris,

y que en una de ellas está representado Quetzalcóatl, agrega que fue esculpida por la

misma gente que construyó Xochicalco y menciona además la existencia de una zona

arqueológica con pirámides y plataformas.3

Herbert Spinden en 1913 estudia el arte de los mayas y encuentra una influencia

maya en las estelas de Tepatlaxco, Huilocintla y Alvarado, y el uso de barras y puntos en

los monolitos de Maltrata le hacen suponer que pertenecen a esa influencia maya.4

Krickeberg menciona que fue hecho por pueblos mayoides, intermediarios entre los mayas

y los grupos del altiplano central, encontrando similitud con Xochicalco.5

Cayetano Rodríguez Beltrán en 1927 describe, con más detalle que los anteriores

visitantes, algunos montículos y los dos monolitos que estaban a unos ochocientos metros

al norte del pueblo. Sobre el estado de conservación agrega que uno de los relieves estaba

ya muy erosionado por la lluvia y el sol pero en el otro se observaban bien los grabados

aunque con impactos de piedras, por lo que propuso cercarla con alambre o trasladarla al

Museo Nacional.

También había una explicación popular del significado de los grabados. Se decía

que cuando los tlaxcaltecas ocupaban la región, fueron sometidos por los aztecas durante

el reinado de Moctezuma I, éste había mandado a quemar el pueblo porque la gente se

negó a pagar tributo alguno; este suceso quedó grabado en la piedra, pues el guerrero que

2 Joaquín Arróniz, Ensayo de una historia de Orizaba, dos tomos, estudio preliminar de Leonardo Pasquel,México: Citlaltépetl, 1959, pp 1-61.3 Leopoldo Batres, La lápida arqueológica de Tepatlaxco-Orizaba, tipografía de Fidencio Soria, México, 1905,pp. 13-14.4 Herbert Spinden, A study of Maya Art. Its subject, mater and Historical Development, vol. III, Cambridge: HarvardUniversity, Memoirs of the Peabody Museum of American Archaeology and Ethnology, 1913, p. 231.5 Walter Krickeberg, Los totonaca. Contribución a la etnografía histórica de la América Central, México: SEP, 1933,p. 150.

26

Los trabajos de Medellín Zenil en la región de Maltrata

se ve de pie con una especie de antorcha humeante en la mano parece apoyar esa

interpretación. Quizá los habitantes quisieron dejar impreso el momento en que el pueblo

fue mandado a incendiar.6 Por eso el nombre original de Matlatlan significaría “pueblo

que arde”.7

Rodríguez hace además una descripción de los teteles de Maltrata y menciona la

existencia de un mapa de la zona arqueológica levantado por el inspector Carlos Betancourt,

valioso documento existente en el archivo técnico del Instituto Nacional de Antropología

e Historia, pues se ubica con gran exactitud la presencia de montículos y de las dos

piedras con relieves.

Ellen Spinden visita también Maltrata y publica sus observaciones en 1933.

Noguera realiza una inspección en 1930 y hace notar que nadie ha tenido la intención de

6 José Manuel Ramírez Loeza, Monografía de Maltrata, Ver., mecanoescrito, 1989.7 Cayetano Rodríguez Beltrán, Informe de la visita de inspección llevada a cabo en la zona de Maltrata, informemecanoescrito, Archivo técnico del INAH, México, 1927, p. 2.

27

Los trabajos de Medellín Zenil en la región de Maltrata

realizar excavaciones para determinar a qué clase de cultura pertenece. Menciona que hay

dos monolitos al norte del pueblo, en el barrio de San Juan:

Estas esculturas representan un guerrero con lanza y escudo delante de otro sujeto encuclillas con el signo del habla y un objeto que tiene en la diestra. Entre ambos personajesaparece una fecha de aparente carácter nahua, pero cuyo numeral muestra el sistema denumeración zapoteca y de Xochicalco. La otra piedra, que tiene la vista hacia los vientosdominantes ha sufrido tanto que apenas hoy son perceptibles algunas de sus figuras, perosu descripción completa se hace muy difícil.8

Noguera interpreta una escena como parte del culto a Quetzalcóatl y la otra como una

escena civil donde el guerrero de pie muestra sumisión abanicando al personaje arrodillado

que está hablando.9

Medellín Zenil en Maltrata

La intervención de Medellín en Maltrata en 1961 fue muy importante pues primero rescató

el monolito de su inminente deterioro y segundo porque fue el primero que realizó

excavaciones, aunque a manera de rescate; sin embargo, encontró materiales culturales

que le permitieron establecer parámetros para ubicar a Maltrata temporal y culturalmente

en el contexto de las culturas mesoamericanas. Esto se encuentra en un informe y una

publicación, aunque es de notarse que su trabajo publicado en La Palabra y el Hombre

tiene el carácter de informe. Por lo que escribe, Medellín realizó “repetidas visitas” al

valle de Maltrata que condujeron a planear el traslado del monolito al museo. De esas

visitas se tiene el reporte de 1952 donde escribe que con base en el sistema de numeración

de barras y puntos ubica los grabados en el periodo Clásico, del 100 a. C. al 900 d. C.10

8 Eduardo Noguera, Informe de la expedición a las ruinas del sur de Yucatán y las de Maltrata, Ver., Yucatán, Archivotécnico del INAH, t. CXLIII, 1930, p. 8.9 Eduardo Noguera, “Riquezas arqueológicas. Los petroglifos de Maltrata”, en Mapa, núm. 26, México:Mercurio, 1936.10 Alfonso Medellín Zenil, Distribución geográfica de la cultura de Remojadas, México: Archivo técnico del INAH,1952, p. 110.

28

Los trabajos de Medellín Zenil en la región de Maltrata

Medellín comisionó al licenciado Jorge Williams García, subdirector del Instituto,

para traer al museo el monolito en los primeros días de abril de 1961. Al iniciar una

excavación para acomodar la plataforma del vehículo al nivel de la base del monolito,

Williams vio fragmentos de huesos humanos y suspendió el trabajo. Fue así que en ese

año Medellín volvió a Maltrata. Aparentemente estos trabajos y su llegada causaron una

gran agitación entre la gente porque se juntaron muchos llamados por la campana porque

no querían que se llevaran “la piedra de la fundación”. Le costó tres días convencer a la

gente para que se lo llevaran. Actualmente todavía algunos pobladores de Maltrata

recuerdan el momento en que retiraba el monolito para ser trasladado a Xalapa. Muchos

de ellos platican historias comentando que se habían encontrado piezas de oro.

En cuanto a los relieves comenta: “hay en total 7 inscripciones calendáricas, de

las cuales tres son ilegibles… Esta manera de fechar es conocida en El Tajín, Cerro de las

Mesas, Xochicalco, etc., pertenecen pues al Horizonte Clásico Tardío de Mesoamérica.

Además del detalle arquitectónico de los nichos… el estilo escultórico es típicamente

totonaco de la época Clásica (Tajín) y como lo dejó señalado Batres hay semejanzas con

Xochicalco […]”.11

La segunda parte importante fueron las excavaciones pues descubrió restos de

tres individuos y diversos materiales de cerámica, obsidiana y cobre, del Posclásico Tardío

(1200-1519 d. C.). Cuando fue removida la roca estaba un fragmento de cerámica

“totonaca”, esto, junto con el estilo Tajín de la pirámide, le hicieron pensar que fueron

los totonaca del Clásico Tardío 600-900 d. C. quienes esculpieron el monolito. Como

Batres, Krickeberg y Noguera, dice que hay semejanza con Xochicalco, aunque también

con Tajín. Cree que está representando a Quetzalcóatl y el nombre calendárico 4

movimiento de Xolotl. Sin duda el reporte de Medellín es el mejor en cuanto a datos,

dibujos y fotografías que proporciona, y el más conocido entre los informes existentes.

11 Alfonso Medellín Zenil, “El monolito de Maltrata”, en La Palabra y el Hombre, núm. 24, Xalapa: UV, 1962,pp. 560-561.

29

Los trabajos de Medellín Zenil en la región de Maltrata

En las excavaciones se encontró, además, un par de figuras de cerámica aisladas que

fueron fechadas en el Preclásico 1500 a. C. -100 d. C.12

Al retirar el monolito encontraron dos entierros primarios con elementos culturales

muy interesantes: “Alrededor del cráneo y sobre el pecho había 52 puntas de flecha, un

fragmento pequeño de otra y dos navajitas de obsidiana. Dos cascabelitos de cobre y una

cuenta de piedra como pulsera en el brazo derecho. Sobre las piernas y pies una copa del

tipo laca Cholulteca […] abajo y entre la parte lumbar un cajete semiglobular del tipo

baño gris México […]13 un fragmento de figurilla de terracota, representando un cuerpo

femenino del tipo Arcaico o Preclásico que no pertenecía naturalmente al entierro”.14

Por los materiales ubica el

entierro en la fase tardía del horizonte

posclásico. “Los popolucas u olmecas

históricos, autores de este entierro de

eminente sentido cronológico deben

haber escogido el sitio frente al

monumento por tener conciencia de su

significado cronológico, aunque tal

calendario y modo de escritura estuviesen

fuera de uso y les fuere ininteligible.15

En la superficie donde descansaba

el monolito se encontró “[…]un

fragmento de cerámica del tipo “Bandas

ásperas” de la cultura totonaca clásica

tardía […]” y una figurilla del tipo E del preclásico superior de la Cuenca de México.16

Ahora el fragmento de bandas ásperas lo induce a pensar “[…] está indicando la época

12 Ibid.13 Medellín Zenil, op. cit., p. 557.14 Op. cit. p. 558.15 Ibid.16 Medellín Zenil, op. cit., p. 559.

30

Los trabajos de Medellín Zenil en la región de Maltrata

en que la roca se desprendió del cerro y se detuvo en el suburbio sur de la población que

en ese momento estaba ocupada por gente totonaca de la época Clásica Tardía, misma

que esculpió las dos caras más útiles de la roca”.17

De acuerdo con sus conocimientos de la arqueología veracruzana propone que

según “[…] la cerámica arqueológica del sitio inducen a creer que en Maltrata hay habitantes

con cultura agrícola avanzada, desde el Horizonte Preclásico […] hasta la actualidad”. El

pueblo que dejó los vestigios de la última etapa constructiva en las pirámides aludidas

debe haber pertenecido al grupo Olmeca Histórico o popoluca (autor del complejo

mixteco-Puebla) que bajó de los valles Puebla-Tlaxcala para fundar poblaciones como

Cotaxtla, Quauhtochco, Cerro de las Mesas, Piedras Negras, etc. Mismo que fue

conquistado por los chichimecas en 1176, y posteriormente sometido a la Triple Alianza,

cuando Moctezuma Ilhuicamina conquistó Orizaba-(Ahuilizapan), Cotaxtla-(Cuetlaxtlan),

etc., en el año 1450 […].18 Los comentarios posteriores sobre el monolito se basan en la

publicación de Medellín de 1962.

García Payón en 1971 dice que: “En Maltrata hay un monolito con un interesante

bajo relieve, con numerales de barras y puntos y la representación de una pirámide con

nichos y tableros. Éstos se parecen a los numerales y la arquitectura que aparece en el

monumento 1 del Tajín. La pirámide tenía una techumbre de paja”.19 En 1995 Rosa

María Reyna Robles publica un artículo donde presenta un bosquejo de los antecedentes

y describe numerosas estructuras de una visita que realizó al valle en 1985, agregando

comentarios interpretativos.

Existe la propuesta de que es una ceremonia relacionada con la toma de poder

de algún personaje o un evento astronómico.20 El aspecto astronómico está presente en

la serpiente emplumada que representa a Quetzalcóatl con una media estrella bajo su

lomo y el símbolo 4 movimiento, todo esto relacionado con Venus. Es posible que el

17 Ibid.18 Medellín Zenil, “El monolito de Maltrata”... p. 556.19 José García Payón, Archaeology of Nothern Mesoamerica, edited by R. Wauchope, G. Ekholm, and I. Bernal,University of Texas, 1971, p. 529.20 Agustín García Márquez, “El Monolito I de Maltrata”, México: mecanoescrito, 1995.

31

Los trabajos de Medellín Zenil en la región de Maltrata

monolito de Maltrata sea un “macroestilo” creado por los olmeca xicalanca, tomando

elementos de varias tradiciones culturales como Xochicalco, El Tajín, Teotihuacan y los

mayas.21

Otros elementos culturales en Maltrata observados por Medellín

Aunque lo “llamativo” era el monolito Medellín no deja de lado su observación y formación

antropológica, pues en su trabajo hace referencia al significado nahua de Matlatlan que

significa “lugar de redes”; y agrega una breve descripción de los vestigios arqueológicos:

“[…]cuenta con una docena de pirámides de sencillos cuerpos en talud, de las cuales la

mayor alcanza unos 10 metros de altura[...] no se conservan los estucos[...] los antiguos

pobladores usaron los someros declives para ubicar su centro ceremonial y sus chozas

habitables, reservándose el valle para los cultivos”.22

Después habla de un sitio vecino a 4 km al norte de Maltrata y en la cúspide de

un pequeño cerro existe La Laguna, que es un pequeño lago-cráter. Dice que hay varias

rocas andesíticas y las más grandes fueron utilizadas para esculpirlas toscamente y

aprovechadas para acondicionar un altar. Cerca del altar hay la cabeza de un felino de 3 m

de altura y a 3 m de distancia hay otra que tiene grabado la palabra “león”.

Este lugar había sido reportado por Arroyo en 1931 mencionando “[…] al este

los terrenos eriales de Tepeyacatitla o del “Malpaís”, en donde se advierten tres montículos

de tierra aún no registrados, que indican otro centro de civilización antigua, pues entre

los peñascales de este lugar se observan algunas figuras zoomórficas representando leones

y esculpidas burdamente en grandes piedras graníticas.23 Medellín dice que la visita a ese

lugar fue muy corta y puede ser un sitio de culto mágico popular, como brujerías. Por lo

interesante de este sitio y de las ruinas de Matlatlan el Instituto ha proyectado una

investigación a fondo.

21 García Márquez, op. cit.22 Medellín Zenil, “El monolito de Maltrata”... 24, p. 555.23 Miguel Arroyo Cabrera, “Informando sobre el descubrimiento de unas ruinas arqueológicas”,Departamento de monumentos artísticos, arqueológicos e históricos, México: mecanoescrito, 1931.

32

Los trabajos de Medellín Zenil en la región de Maltrata

Como buen antropólogo no dejó de observar la forma de vida en el tiempo que

él estuvo en Maltrata: “[…]la mayoría de las casas es de adobe y teja con piso de tierra[…]

con un patio o solar para el cultivo. el idioma oficial se habla con acento nahua aún por

mestizos que ignoran el idioma nativo”.24

Observa la extremada pobreza en la que vive la gente en el tiempo que retiró el

monolito: “El Ferrocarril Mexicano da ocupación y seguridad a numerosos jefes de familia,

pero también es muy importante la oportunidad que ofrece a los humildes para que en

las ventanillas de los trenes de pasajeros vendan alguna parte del producto de sus hortalizas

y comestibles que ofrecen con aguda algarabía, mientras el tren permanece frente a la

estación”.25

Hallazgos posteriores a 1961

Nuevos avances: el contexto del monolito

Después de que se traslada el monolito al Museo de Antropología, las visitas a Maltrata

por parte de investigadores son menos frecuentes, se reanudan oficialmente en 1995 por

parte del Centro-INAH-Veracruz más bien para evitar que se continúe con la remoción y

extracción de materiales (tierra y piedra) de las estructuras provocando con ello su

destrucción.26

A finales de 1989 se planteó un proyecto arqueológico formal titulado

“Arqueología del valle de Maltrata, Veracruz” aprobado por el INAH, a cargo de la autora

en representación del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana, el cual

inició en febrero de 1999 con un recorrido de superficie intensivo, con temporadas de

campo y laboratorio, continuando en el 2007. Durante estos años se ha obtenido una

gran cantidad de datos que ubican al valle en una ruta de comunicación importante a lo

largo de por lo menos tres mil años, donde confluyeron diversos grupos culturales,

24 Ibid.25 Ibid.26 Fernando Miranda, Informe de comisión en Maltrata, Ver., México: Archivo Técnico del INAH, 1996.

33

Los trabajos de Medellín Zenil en la región de Maltrata

constituyendo un lugar importante en el contexto mesoamericano. Este proyecto

arqueológico formó parte, en sus inicios, de un proyecto multidisciplinario designado

“Entre la costa y el altiplano. Tres mil años de sociedad y cultura en el valle de Maltrata”,

coordinado por el doctor Carlos Serrano Sánchez del Instituto de Investigaciones

Antropológicas de la UNAM quien continúa trabajando en proyectos interdisciplinarios en

la región con la finalidad común de contribuir al avance en los estudios antropológicos

regionales.

Durante los trabajos arqueológicos se logró definir claramente el contexto espacial,

el paisaje, en el cual se encontraba el monolito. Al noroeste y cercano al lugar donde

estaba el monolito existe un cerro, en cuya cima se encuentra una serie de edificios de

piedra, éstos fueron mencionados por primera vez por Miguel Arroyo Cabrera en 1931,

quien le llama la ciudadela al conjunto de estructuras formadas por dos pirámides, un

montículo y tres plazoletas, y al cerro “Tonantzin” o la Mesita. “El lugar que ocupa esta

Ciudadela en la montaña es verdaderamente estratégico, pues desde allí se domina

perfectamente el hermoso y risueño valle de Maltrata”.27

Este cerro tiene una altura de 1 920 metros sobre el nivel del mar. Durante el

recorrido de la temporada 2001 se identificaron cuatro estructuras en la parte superior,

siete muros de contención a lo largo de la pendiente, tres terrazas y varias cuevas pequeñas.

Los edificios se construyeron en un espacio muy angosto lo que hace también que el

acceso hacia ellos y entre ellos sea muy estrecho y escarpado,28 por lo mismo no podía

estar mucha gente en este espacio, de manera que su uso fue restringido y posiblemente

haya sido un lugar de culto. Si se asocia este lugar con el monolito es posible que

corresponda cronológicamente con el periodo Epiclásico y Posclásico.

Por otro lado, el monolito se hallaba en el área que hemos identificado como el

sitio de Rincón Brujo o Rincón Tlaictic, que ocupa principalmente terrenos de cultivo y

una parte de la zona urbana. En esa superficie se localizó un conjunto formado por tres

27 Arroyo, op. cit.28 Yamile Lira López, Arqueología del valle de Maltrata. Resultados preliminares, México: UNAM-UV, 2004, p. 69.

34

Los trabajos de Medellín Zenil en la región de Maltrata

Yamile Lira López. Arqueóloga por la Universidad Veracruzana, obtuvoel Doctorado en lka, Universidad de Berlín. Investigadora del Instituto deAntropología de la UV y directora de un Proyecto Arqueológico en la Regiónde Maltrata. Ha publicado Prácticas Funerarias en la Costa del Golfo de México(en coordinación con Carlos Serrano Sánchez), Arqueología del Valle de Maltratay La cerámica de El Tajín (norte de Veracruz, México).

montículos que delimitan una plaza, además de otros tres montículos dispersos, 10

montículos pequeños entre terrazas, 11 muros verticales de contención recubiertos de

estuco, algunos rematados con piso de estuco y 52 terrazas.29 En la mayoría de los terrenos

encontramos abundante material cerámico del periodo Posclásico Tardío. Esto nos lleva

a pensar que el monolito se encontraba en un lugar asociado a materiales (generalizando)

del periodo Posclásico.

Comentarios finales

Alfonso Medellín Zenil dejó una huella importante en Maltrata al contribuir con sus

interpretaciones a la reconstrucción de la memoria histórica del lugar, además de rescatar

de la probable pérdida natural y/o humana un enorme bloque de piedra con relieves, que

expresan de alguna manera un suceso importante en la vida de un pueblo y del cual

numerosos estudiosos del pasado prehispánico han planteado interpretaciones diversas.

A pesar del poco tiempo que permaneció en Maltrata no dejó de expresar su

interpretación del lugar basada en los vestigios culturales que observó y rescató, de manera

que, tanto logró asignar a Maltrata (en el contexto mesoamericano) a una cultura, como

ubicarla en espacio y tiempo. Todo esto se plasma en su contribución más importante

para la divulgación del conocimiento que todos sabemos hoy en día no siempre es fácil o

rápida: la publicación en 1962 de “El Monolito de Maltrata, Veracruz”, un año después

de haber realizado el rescate, y que es un punto de partida básico e importante para todos

los interesados en continuar estudiando la historia prehispánica del valle de Maltrata.

29 Lira, op. cit., p. 71.

35

Los trabajos de Medellín Zenil en la región de Maltrata

Barbara L. Stark

Patrones espaciales cerámicos enla cuenca baja oeste del ríoPapaloapan

Antes que nada, quiero reconocer la bondad del maestro Alfonso Medellín Zenil por

ayudarme cuando apenas empezaba mi carrera en arqueología. Cuando llegué al estado

de Veracruz para mi primera investigación de campo, el maestro me prestó un mapa

viejo que tenía marcados muchos nombres de rancherías en el bajo Papaloapan. Esta

información fue útil para orientarme. En aquel entonces no había mapas buenos del área

ni fotos aéreas como después fueron elaboradas por la otrora Compañía Mexicana de

Aerofoto. Él me prestó su mapa, sin duda copia única, durante todo un año hasta que

pude regresar a Veracruz. ¿Quién entre nosotros tendría esta generosidad con una

estudiante recién conocida, además extranjera, empezando en arqueología? También me

recomendó el restaurante La Flecha Roja en Tlacotalpan, ¡buena sugerencia! Así reconozco

una deuda por su confianza, algo importante para fortalecer a una persona en sus primeras

tentativas de investigación en una disciplina. Es un honor participar con este ensayo para

avanzar en la arqueología de la región del centro de Veracruz, siempre una fascinación

personal y profesional del maestro Medellín.

La obra del arqueólogo Medellín Zenil es clave para la arqueología sur-central de

Veracruz. En particular, su libro Cerámicas del Totonacapan ha sido una base para entender

la secuencia cultural en la región del centro del estado. En un sentido, el título de la obra

no es idóneo, ya que el libro abarca mucho más que la cerámica. Ahora podemos preguntar

cuáles son las etapas siguientes necesarias para entender mejor la secuencia cerámica, y

cuáles son los conceptos que necesitamos para analizar la cerámica y su contexto.

En su obra, el arqueólogo Medellín tomó una perspectiva amplia, incluyendo

información tanto de las figurillas y esculturas, como de la arquitectura. Esta perspectiva

sintética es siempre importante. Sin embargo, en la época en la que el maestro investigó,

CONTRAPUNTO No. 7 enero-abril 2008

36

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

casi no fueron desarrollados estudios de patrones de asentamiento, por lo que no incluyó

este tipo de información que ahora sí podemos agregar, inclusive los patrones

arquitectónicos de los centros cuidadosamente mapeados.

Por supuesto, Medellín reconoció la variación cultural, pero la describió en una

escala tan amplia que, en efecto, la cultura regional del Totonacapan en el Clásico fue

interpretada como uniforme. En la historia intelectual arqueológica reconocemos que

desde los años sesenta hubo un cambio de perspectiva muy difundida. La profesión

renunció a la idea de las culturas normativas y puso más énfasis en la variación cultural.

El arqueólogo Alfonso Medellín reconoció variantes culturales durante el Preclásico,

uno en la cuenca baja oeste del río Papaloapan, incluyendo el área denominada La

Mixtequilla.1 También para el Posclásico Tardío reconoció diferencias entre el sur-central

y lo demás del centro de Veracruz.2 Muestro que sus observaciones simplificaron la

cultura Clásica hacia un modelo uniforme, lo cual presenta problemas para entender las

sociedades antiguas.

Hay que pensar en las diferencias en la distribución de ciertos tipos de cerámica

según su área de producción y el sistema de distribución, y los efectos de los dominios

políticos en su distribución y en su rol simbólico. En cuanto a la arquitectura y el patrón

de asentamiento, también es necesario reconocer variación simbólica y comunicativa,

ligada a los poderes políticos.

En este ensayo discuto la distribución de la cerámica de alto valor, principalmente

cuencos decorados en la cuenca oeste del bajo Papaloapan (fig. 1). Primero, considero los

patrones arquitectónicos como una indicación del contexto político para la cerámica. Me

enfoco en el Clásico Tardío porque este periodo es apto para el tema. En éste, la cuenca

oeste del bajo Papaloapan parece haber tenido una división política, la cual contrasta con

el Clásico Temprano en el que Cerro de las Mesas parece haber sido el único centro

rector.

1 Alfonso Medellín Zenil, Cerámicas del Totonacapan. Exploraciones arqueológicas en el centro de Veracruz, Xalapa:UV, 1960, p. 8.2 Alfonso Medellín Zenil, op. cit., p. 138.

37

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

Patrones arquitectónicos del Clásico Tardío y la división del área

En la cuenca oeste del río Papaloapan, Cerro de las Mesas perdió control sobre toda la

región aunque no estuvo completamente abandonado. El nuevo centro rector en el delta

del río Blanco es Los Azuzules (fig. 2), el cual también al parecer controló el Blanco río

arriba y posiblemente nuestra área de prospección en Los Tuzales, municipio de

Tlalixcoyan. Desconocemos la relación exacta entre Los Azuzules y El Zapotal dentro

del delta, pero la aparente ausencia de una cancha de juego de pelota en El Zapotal

sugiere un conjunto subsidiario, aunque de un tamaño físico destacado. Cerro de las

Mesas sigue con una ocupación y probablemente construcción en algunas plataformas.

Ciertas esculturas, las cuales están fechadas estilística e iconográficamente dentro del

Clásico Tardío,3 no son lo suficiente clasificadas para clarificar con exactitud cuándo

Cerro de las Mesas perdió su papel como centro rector. Como he sugerido, el delta del

3 Mary E. Miller, “Rethinking the Classic Sculptures of Cerro de las Mesas, Veracruz, Mexico”, en BarbaraL. Stark (ed.), Settlement Archaeology of Cerro de las Mesas, Veracruz, Mexico, Los Ángeles: University of California-Institute of Archaeology, Monograph 34, 1991, pp. 26-38.

Figura 1. La cuenca oeste del bajo Papaloapan, con las áreas de prospección en gris, con una línea rodeandocada conjunto arquitectónico y los nombres de los centros rectores del Clásico Tardío.

38

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

río Blanco parece haber sido una “zona rectora” en donde la acumulación de arquitectura

monumental en una sucesión de grupos es el punto importante, sin implicar un rechazo

necesario de los conjuntos anteriores.4

Otros centros rectores se colocaron por el río Guerengo al sur del río Blanco y

en las paleodunas hacia el norte –Nopiloa y Los Ajitos-Los Pitos, respectivamente–.

Carecemos de prospección suficiente por las riberas del río Tlalixcoyan para evaluar bien

esta área intermedia del río Blanco y las paleodunas, pero desconocemos algún centro

4 Barbara L. Stark, “Formal Architectural Complexes in South-central Veracruz, Mexico: A Capital Zone?”,Journal of Field Archaeology, num. 26, 1999.

Figura 2. Mapa de Los Azuzules.

39

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

rector equivalente a los otros mencionados. Quizá una parte de esta área fue fértil bajo el

dominio de Los Ajitos-Los Pitos en las paleodunas, dado que las dunas no tienen suelos

buenos de aluvión.

Posiblemente debemos reconocer un centro rector más, Nacastle-Patarata en el

manglar (el área monumental se llama Tío Perciliano). Esta comunidad es contemporánea

pero carece de un volumen de construcción monumental similar a los otros. Sin embargo,

Nacastle-Patarata contiene el centro más grande en el manglar durante el Clásico Tardío

que conocemos hasta ahora. Dado que hay ciertas diferencias cerámicas en comparación

con las áreas hacia el oeste del bajo Papaloapan, considero Nacastle-Patarata muy probablemente

un cuarto centro independiente, pero faltando los mismos recursos de terreno y mano de

obra para una inversión equivalente en la arquitectura monumental. No obstante, dejando

a un lado Nacastle-Patarata para restringir mi discusión, presento algunas observaciones

en cuanto a las diferencias arquitectónicas entre Los Ajitos-Los Pitos, Los Azuzules y Nopiloa.

En parte estos tres centros derivan su arreglo de manera histórica de patrones

anteriores. Annick Daneels5 ha nombrado el Plano Estándar del Clásico para describir la

repetición de un arreglo alrededor de una plaza, rodeado por un montículo cónico, uno o

dos montículos laterales, y una cancha de juego de pelota en línea con el cónico, con una

plataforma rectangular cercana. Hay más variación durante el Clásico Tardío. Al parecer,

algunas innovaciones fueron hechas independientemente por los gobernantes y sus

“arquitectos” en cada centro. Los Azuzules es el más fiel al Plano Estándar, con su

montículo cónico alto hacia el oeste, sus dos montículos laterales, y la cancha del juego

de pelota hacia el este –pero en este caso atrás de un montículo que parcialmente cierra

la plaza–. A diferencia de cualquier otro centro en la región, Los Azuzules presentan una

extensión elevada hacia el sur (casi un “sacbé”) para dar acceso a una plataforma casi

doscientos metros distante. El núcleo del centro está rodeado por un bajo profundo, que

en el pasado se mantenía tal vez lleno de agua durante todo el año.

5 Annick Daneels, El patrón de asentamiento del periodo Clásico en la cuenca baja del río Cotaxtla, centro de Veracruz.Un estudio de caso de desarrollo de sociedades complejas en tierras bajas tropicales, tesis de Doctorado en Antropología,México: Instituto de Investigaciones Antropológicas-UNAM, 2002.

40

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

Nopiloa tiene los mismos ingredientes, pero colocados de manera distinta,

divergiendo del Plano Estándar y de Los Azuzules (fig. 3). Igual como en Los Azuzules,

el arreglo de Nopiloa aprovecha el agua para rodear el centro y controlar el acceso. En

Nopiloa el montículo cónico dominante se encuentra ubicado frente a una plaza con un

lateral (una variante del Plano Estándar). Distinto del Plano Estándar, la cancha de juego

de pelota está a un lado de la plaza central y paralelo a la plaza. Este arreglo no es común

con otro ejemplo en el río Cotaxtla en Colonia Ejidal.6 Una plataforma monumental hacia

el sur cierra la plaza, la cual tiene encima varios montículos no muy altos que parecen,

entre otras, tener funciones palaciegas. El montículo cónico dominante tiene dos

proyecciones bajas cerrando parcialmente la plaza central ubicada inmediatamente abajo

del montículo. Estas proyecciones aparecen en un conjunto subordinado en Los Pinchones

y son quizá características del área del río Guerengo. Otra innovación en Nopiloa es una

banqueta alrededor de una plaza ubicada inmediatamente hacia el sur del montículo

dominante. Sólo Los Ajitos, en su extremo sur, presentan una banqueta o pared baja.

En Los Ajitos-Los Pitos es aún diferente. Los interpreto como grupos gemelos

toda vez que los veo como complementarios y formando un “supergrupo”. Pudimos

mapear Los Ajitos con cotas de nivel, pero Los Pitos estaba envuelto en monte y sólo

logramos apuntar las posiciones de los montículos. Es posible que una parte de Los

Ajitos fuera construida antes del Clásico Tardío, pero no hubo ninguna indicación obvia

con base en nuestras colecciones de la superficie.

En la parte norte de Los Ajitos, hay un montículo cónico con dos laterales cortos,

pero este grupo y el centro carece de cancha de juego de pelota, salvo que el arado haya

destruido la evidencia y lo haya convertido en un montículo bajo ubicado de frente a la

plaza al lado sur. Más bien, Los Ajitos es una serie de montículos cónicos, con una

plataforma probablemente palaciega al norte, éste, como otros conjuntos monumentales

en la cima de las paleodunas, aprovecha la cumbre de una duna para obtener un

6 Annick Daneels, La cerámica de Plaza de Toros y Colonia Ejidal, Informe sobre las excavaciones realizadas en1984 en el marco del proyecto Exploraciones en el Centro de Veracruz, Archivo técnico del INAH, núm. decatálogo 29-83, México, 1988, mapa 11.

41

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

promontorio, modificado por la construcción artificial. Como el agua superficial no existe

en las paleodunas, es típico que los conjuntos monumentales tengan un aljibe a un lado,

el cual aprovecha la vertiente del terreno arriba para colectar agua superficial de origen

pluvial. Los Ajitos, según la superficie visible hoy en día, carece de un aljibe grande

adyacente. El arroyo todavía visible en el lado oriental es de erosión. Sin embargo, hay

una complementariedad con Los Pitos. El aljibe ubicado al lado sureste de Los Pitos se

Figura 3. Mapa de Nopiloa.

42

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

encuentra en una posición intermedia de los dos grupos. Además, Los Pitos tiene tres

juegos de pelota.

Otro aspecto complementario relaciona a los arreglos arquitectónicos. Los Pitos

tiene un énfasis arquitectónico en grupos de plataformas bajas alargadas rodeando una

plaza, tal vez con funciones administrativas. Aunque hay montículos cónicos, la mayor

parte de la construcción consiste en grupos de plataformas formando plazas cuadradas.

Los Ajitos presenta el reverso, con su preponderancia de montículos cónicos.

Para resumir, he tratado de indicar que para el Clásico Tardío la cuenca oeste del

bajo Papaloapan está dividida en tres o más entidades políticas, al parecer independientes,

dado que cada uno presenta innovaciones arquitectónicas individuales. Esta observación

es la base para comparar la frecuencia de tipos cerámicos en las colecciones de superficie

entre localidades, éstas son las paleodunas, el río Blanco, el río Guerengo y el manglar.

Dos áreas pequeñas, Canal 2 y La Loma, no son evaluadas debido a la escasez de cerámica

diagnóstica del Clásico y a su conexión política incierta con Azuzules o con Nopiloa.

Dentro de la localidad del río Blanco, podemos subdividir según el delta, las

riberas río arriba y el área de Tuzales, municipio de Tlalixcoyan. Aunque el área de Tuzales

se ubica en un tributario al río Tlalixcoyan, se encuentra muy cercana al río Blanco en un

área continua de aluvión. También, con base en las frecuencias cerámicas, es más su

afiliación con el río Blanco que las otras localidades. Por el río Blanco, estas subdivisiones

permiten considerar variación cerámica dentro de lo que probablemente fue el territorio

de Los Azuzules, pero esta variación no es mi enfoque. Concentro mi análisis en las

comparaciones entre las localidades principales.

Expectativas

La selección de tipos de cerámica decorada que fechan al Clásico Tardío se basa en

seriaciones y en asociaciones de materiales excavados.7 Como hay bastante continuidad

7 Kevin Johns, Courting Power : The Role of the Ballgame in the Western Lower Papaloapan Basin, Veracruz, Mexico,tesis de maestría, Department of Anthropology, Arizona State University, 2003; Barbara L. Stark y L. Antonio

43

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

en la cerámica entre el Clásico Temprano y Tardío, hay algunos tipos de cuencos decorados

que traslapan los dos períodos, como el caso de la cerámica negativa (código 36, Caliapan

Resist ).8 Este análisis considera solamente tipos que son características del Clásico Tardío.

Por razones de espacio, no describo aquí detalladamente los tipos, y cuando es

posible, indico publicaciones donde hay más información. Tipos con cuencos decorados

son: anaranjado fino (código 43 y 34e, Mojarra Orange-gray, variantes no especificados),9

gris fino (código 38a, b, c, d, e, f, Prieto Gray-black, variantes no especificados),10 Falso

Negativo con baño anaranjado (54c, d, e, f, g),11 Blanco White (código 44),12 metálico

(código 25),13 Falso Negativo reversado (33b, c),14 Falso Negativo con baño anaranjado

cafetoso (código 54a, b),15 Policromo Tuxtlas (código 45b, l),16 Estrella Orange (código

33ª),17 y bajo-relieve de molde, varios tipos (código X17). Tipos utilitarios son Patarata

Coarse, variante 16m con baño más rosa o pálido con vetas grises,18 y comal café (Brown

Comal, código 1m, n).

Curet, “The Development of Classic-Period Mixtequilla in South-Central Veracruz, Mexico”, AncientMesoamerica, num. 5, Cambridge University Press, 1994; Barbara L. Stark (ed.), Classic Period Mixtequilla,Veracruz, Mexico. Diachronic Inferences from Residential Investigations, Monograph 12, New York: Institute forMesoamerican Studies-University at Albany, 2001.8 Barbara L. Stark, Patarata Pottery: Classic Period Ceramics of the South-central Gulf Coast, Veracruz, Mexico,Anthropological Papers of the University of Arizona, num. 51, Tucson: University of Arizona Press, 1989,pp. 12-27.9 Barbara L. Stark, op. cit., pp. 52-63.10 Ibid., pp. 47-52.11 Barbara L. Stark (ed.), Classic Period Mixtequilla, Veracruz, Mexico. Diachronic Inferences from ResidentialInvestigations, op. cit., p. 117.12 Ibid., pp. 109-110.13 Ibid., p. 112.14 Ibid., p. 117.15 Idem.16 Ibid., p. 114.17 Ibid., p. 118.18 Ibid., p. 119.

44

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

Hay varias expectativas en cuanto a las proporciones relativas de tipos cerámicos,

calculadas con base en el total de cerámica diagnóstica del Clásico Tardío (cuadro 1).

Cuadro 1Cantidades de cerámica analizada según las localidades

45

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

Si encontramos una homogeneidad de frecuencias cerámicas en el Clásico Tardío, entonces

los datos apoyarán la interpretación cultural del maestro Medellín. Si encontramos

variación, tenemos que interpretar los patrones relacionados con las diferencias económicas

o sociales. Hay varias expectativas en cuanto a variación para los cuencos decorados.

Si hay producción de un tipo de cuencos en una localidad y su distribución a las

otras, entonces encontraremos una frecuencia elevada en la zona de producción debido

a los desechos en algunas colecciones y la ventaja de proximidad a los productores para

abastecer a las familias consumidoras. No necesitamos precisar el mecanismo de

distribución para los objetivos de comparación de este trabajo.

Si hay producción de un tipo cerámica en una localidad, cuyo uso es restringido

o cuyo estilo no tiene demanda en otras localidades, su presencia sería limitada a su

propio territorio. Como a veces los gobernantes de cacicazgos o estados controlan el

acceso a sus mercados o su economía, podemos imaginar una situación en que uno o

más tipos de cuencos decorados no circulan a otras entidades políticas de la vecindad.

Si hay diferencias en las alianzas políticas y económicas entre las entidades políticas

podemos ver una restricción en la circulación de cerámica foránea importada o imitada

en vez de un acceso equivalente en todas las localidades.

Finalmente, si hay tipos decorados que fueron producidos en todas las localidades

(o importadas a todas), encontraremos una homogeneidad de frecuencias cerámicas para

ciertos tipos pero no para otros. Tal vez esta homogeneidad parcial refleja que las élites

compartieron un sistema de estilos e interactuaron.

En el siguiente análisis, propongo ejemplares de cada propuesta, con excepción

de los cuencos decorados, ya que la descripción original que realizara Medellín no

concuerda con la evidencia. La implicación es que no hay una cronología cerámica, sino

varias, según las entidades políticas. Claro que esta observación depende de concentrar

nuestra atención en la cerámica más fina en vez de la utilitaria.

La cerámica utilitaria no presenta mucha variación, aunque puede revelar

distinciones según las localidades. Después de presentar los datos para los cuencos

46

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

decorados, incluyo dos ejemplos con cerámica utilitaria que apoyan la idea de variación

importante en este aspecto de la cultura también.

Colecciones sistemáticas

La base de información consiste en colecciones de superficie sistemáticas obtenidas durante

la prospección. Para los fines de este análisis, no es necesario describir detalles de la

prospección, pero sí indicar que fue intensiva, buscando elementos culturales al nivel de

los montículos residenciales o concentraciones de cerámica y otros artefactos.19

Recolectamos cada elemento cultural en tanto fue posible. Lo sistemático refiere a que

todos los bordes y ciertos tiestos (decorados o con forma especial, como soporte) fueron

colectados en un área medida o, si no, donde fuera posible. De esta manera pudimos

minimizar distorsiones en la representación de cada tipo cerámico. Para este análisis

combino los bordes y otros tiestos para reflejar los tipos decorados escasos aunque así

éstos están mejor representados que los tiestos utilitarios. Agrupo las colecciones

individuales en este análisis para comparar localidades. El cuadro 1 presenta las frecuencias

de los tipos analizados en este trabajo. Sin embargo, las cantidades de cerámica del manglar

y de las paleodunas para el Clásico Tardío son pequeñas y hay que interpretar sus patrones

cautelosamente, fijándonos solamente en los patrones más fuertes. En la consideración

de los patrones, debemos tener en mente que la ausencia de un tipo en una localidad no

necesariamente indica su ausencia total, sino una frecuencia suficientemente baja que no

aparece en las colecciones de superficie. El énfasis debe ponerse en los patrones relativos.

19 Barbara L. Stark, “Systematic Regional Survey in the Gulf Lowlands in a Comparative Perspective”, enJeffrey L. Hantman y Rachel Most (eds.), Managing Archaeological Data: Essays in Honor of Sylvia W. Gaines,Anthropological Research Paper 57, Tempe, Arizona State University, 2006, pp. 155-167.

47

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

Frecuencias Relativas Cerámicas

Evidencia de producción. Con base tanto en las excavaciones en Patarata 52 como en las

recolecciones de superficie, la comunidad de Nacastle-Patarata incluyó familias fabricando

alfarería de anaranjado fino. Según las frecuencias, el anaranjado fino tiene una frecuencia

relativa bastante elevada en el manglar (principalmente consiste en Nacastle-Patarata) en

comparación con las otras localidades, alcanzando casi el doble. Quizá esta cerámica fue

exportada hacia el oeste, algo que hay que verificar con análisis químico o petrográfico.

En general, la cerámica producida en el manglar tiene un perfil químico distinto al de las

localidades ubicadas hacia el oeste, según análisis por activación neutrónica.20

El gris fino, cuya producción por la gente en el manglar queda incierta, no tiene

un porcentaje tan elevado como el anaranjado fino. Entonces, las frecuencias sugieren

que o se produjo en cada localidad o fue importado de alguna localidad no estudiada por

la prospección. Los porcentajes no apoyan la idea de que gente en el manglar fabricara

esta cerámica de manera especializada.

Otros dos tipos también sugieren producción en ciertas localidades, con el doble

de frecuencias de cualquier otra área, similar al caso del anaranjado fino. El Blanco White

presenta una frecuencia relativa muy elevada en el área del río Guerengo, dominada por

Nopiloa. Existe la posibilidad de que se haya distribuido a gente en otras localidades

donde se encuentra en porcentajes reducidos.

El Falso Negativo con baño anaranjado, en cambio, tiene un porcentaje elevado

en la localidad del río Blanco, con mucho menos representación en el área del río Guerengo

tanto como en las paleodunas y el manglar Es probable que este tipo cerámico se haya

distribuido a otros sitios, encontrados en porcentaje menor.

Tipos restringidos en su distribución. Tres tipos decorados son casi totalmente

restringidos a las áreas de prospección por el río Blanco. El variante del False Negative

20 Barbara L. Stark, Robert J. Speakman y Michael D. Glascock, “Inter-Regional and Intra-regional ScaleCompositional Variability in Pottery from South-central Veracruz, Mexico”, en Latin American Antiquity, enprensa.

48

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

que tiene un baño anaranjado-cafetoso, el Falso Negativo reverso, y el tipo con baño con

brillo metálico son casi ausentes aparte del Blanco. Aunque no podemos precisar las

razones que no fueron ni exportados ni imitados, su distribución indica alguna forma de

restricción social o política según la localidad. Como estos tipos no son descritos por

arqueólogos investigando regiones adyacentes, es probable que fueran de fabricación

local. Sin embargo, Annick Daneels21 comenta encontrar ejemplos de Falso Negativo en

el bajo Cotaxtla.

Tipo ajeno restringido en su distribución. El Policromo Tuxtlas es característico en Los

Tuxtlas durante el Clásico, inclusive el Clásico Tardío (Plates 10, 11).22 Aunque no he

tenido oportunidad de estudiar ni tiestos ni dibujos diversos de este tipo polícromo,

algunos miembros de mi equipo sí se familiarizaron con este tipo durante su participación

en el proyecto en Matacapan dirigido por el Dr. Robert Santley. Nos parece que los

diseños de los ejemplares provenientes de la cuenca oeste del bajo Papaloapan son muy

semejantes a los de Los Tuxtlas. Así pueden ser de importación o, si no, de una imitación

de algunos originales. Como estos tiestos se encuentran casi exclusivamente por el río

Blanco, se ve un contraste en las afiliaciones externas o las alianzas y patrones de

intercambio con otras regiones del Golfo. Hay una falta de uniformidad en la distribución

de este tipo cerámico.

Tipos con una distribución no muy variable. Algunos tipos son compartidos entre

todas las localidades, sin que ninguna de ellas se destaque en su porcentaje. La cerámica

de molde en relieve y el tipo Estrella Orange presenta este patrón. Entonces pudo haber

sido fabricada en cada localidad. Las cantidades reducidas en el manglar y en las paleodunas

son difíciles de interpretar, ya que en estas localidades escasea la cerámica del Clásico

Tardío. Como el Estrella Orange no es descrito en regiones adyacentes, probablemente

21 2006, comunicación personal.22 Philip Drucker, Ceramic sequences at Tres Zapotes, Veracruz, Mexico, Bulletin 140, Smithsonian Institution,Bureau of American Ethnology, U. S. Government Printing Office, Washington, 1943; Juan Valenzuela,“Las exploraciones efectuadas en los Tuxtlas, Veracruz”, en Anales del Museo Nacional de Antropología, Historia,y Etnografía, t. 3, México, 1945, pp. 82-109, fig. 50, 72, láms. II, III.

49

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

es un producto de la cuenca oeste del bajo Papaloapan. Medellín23 ilustra una vasija

semejante de Nopiloa, descrita como compuesta por pasta de anaranjado fino, lo que no

es igual al Estrella Orange, que tiene una pasta fina pero con un desgrasante fino.

La cerámica en relieve, en contraste, es conocida como un tipo élite característica

del Clásico Tardío en varias partes de la costa del Golfo, por ejemplo, El Tajín (véase el

artículo de Ladrón de Guevara). Aunque por su iconografía con información ritual e

histórica representa una cerámica de alto valor, posiblemente fue producida en varias

regiones; también, algunos cuencos pudieron haber sido intercambiados como regalos

entre élites.

Tipos no decorados. Los patrones diferenciales en la distribución de cuencos

decorados también se presentan en algunos casos en la cerámica utilitaria. Un variante

escaso (código 16m) de Patarata Coarse, Red-orange variante, encontrado en la prospección

presenta el baño con un color rosa con vetas grises. Se registró principalmente en las

paleodunas y en dos áreas por el río Blanco.

Otro tipo utilitario es un comal café (no el comal bayo del Posclásico). Tiene una

forma distinta por su reborde a diferencia con los comales muy reconocidos del Posclásico.

Se encuentra solamente en el delta del río Blanco. Como el comal representa un cambio

básico en la preparación del maíz, esta distribución nos lleva a preguntar qué sucede en el

delta. Estos comales no presentan una concentración espacial en el delta que puede

señalar a un grupo intrusivo externo, pero no podemos descartar la posibilidad de que se

incorporó gente ajena con otras costumbres en la preparación de la comida. Es algo que

merece más investigación.

Discusión

Para resumir, demostré varias líneas de evidencia apoyando la interpretación de poca

homogeneidad en la cerámica dentro de la cuenca oeste del bajo Papaloapan durante el

23 Alfonso Medellín Zenil, Cerámicas del Totonacapan, op. cit., p. 63.

50

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

24 Elizabeth M. Brumfiel, “Opting in and Opting Out: Tula, Cholula, and Xaltocan”, en Richard E. Blanton(ed.), Settlement, Subsistence, and Social Complexity: Essays Honoring the Legacy of Jeffrey R. Parsons, Los Angeles:Cotsen Institute of Archaeology-University of California, 2005; Mary G. Hodge, “Aztec Market Systems:The Geographical Structure of Aztec Imperial-period Market Systems”, en National Geographic Research andExploration, Washington, 1992; Mary G. Hodge y Leah D. Minc, “The Spatial Patterning of Aztec Ceramics:Implications for Prehispanic Exchange Systems in the Valley of Mexico”, in Journal of Field Archaeology,num. 17, Boston: Boston University, 1990; Mary G. Hodge, Hector Neff, M. James Blackman, Leah D.Minc. “A Compositional Perspective on Ceramic Production in the Aztec Empire”, in Hector Neff (ed.),Chemical Characterization of Ceramic Pastes in Archaeology, Prehistory Press, Madison, Wisconsin, 1992; Mary G.Hodge, “Black-on-Orange Ceramic Production in the Aztec Empire’s Heartland”, in Latin American Antiquity,num. 4, 1993; Leah D. Minc, Mary G. Hodge y M. James Blackman, “Stylistic and Spatial Variability in EarlyAztec Ceramics: Insights into Pre-Imperial Exchange Systems”, in Mary G. Hodge and Michael E. Smith(eds.), Economies and Polities in the Aztec Realm, Austin: University of Texas Press, 1994, pp. 133-175; CharlesS. Spencer and Elsa M. Redmond, “Resistance Strategies and Early State Formation in Oaxaca, Mexico”, inChristina M. Elson and R. Alan Covey, Intermediate Elites in Pre-Columbian States and Empires, Tucson: Universityof Arizona Press, 2006, pp. 21-43; Barbara L. Stark, “Gulf Lowland Styles and Political Geography inAncient Veracruz”, in Barbara L. Stark and Philip J. Arnold III, Olmec to Aztec: Settlement Pattern Research in theAncient Gulf Lowlands, Tucson: University of Arizona Press, 1997, pp. 278-309; Barbara L. Stark, “FinelyCrafted Ceramics and Distant Lands: Classic Mixtequilla”, in James M. Skibo y Gary M. Feinman, Potteryand People: A Dynamic Interaction, University of Utah Press, Salt Lake City, 1999, pp. 137-156.

Clásico Tardío. Se debe probablemente a una gama de factores –los patrones de

producción, diferencias en la distribución por razón de límites de jurisdicción política, y

diferencias en las alianzas políticas y económicas–. En sentido de metodología, hay ventajas

en la información regional sistemática basada en la prospección, mapeo, y recolección de

superficie. Aun la cerámica utilitaria tiene información útil, no solamente los cuencos

decorados.

Entonces podemos avanzar en el proceso iniciado por el maestro Medellín de

entender los patrones culturales del centro de Veracruz. Podemos advertir que no es

confiable generalizar los patrones cerámicos ni arquitectónicos con base en unos pocos

sitios debido a la complejidad de las sociedades que estudiamos.

Otros investigadores consideran la variación cerámica de cuencos decorados

dentro de una región como en el Valle de México y en el Valle de Oaxaca. Para el Golfo,

he discutido patrones cerámicos de decoraciones inter-regionales. En estos casos, se

basan en parte en prospecciones sistemáticas, en algunos aumentados por excavaciones.

En todos ellos, son las comparaciones en frecuencias y patrones espaciales de la cerámica

decorada los que juegan un papel especial al revelar los patrones económicos y políticos.24

51

Patrones espaciales cerámicos en la cuenca baja oeste

Su presencia es sensitiva a las decisiones y acciones de las élites en algunos casos, y, en

otros, a las redes mercantiles.

Agradecimientos

Agradezco a la directora del Museo de Antropología de Xalapa, la doctora Sara Ladrón

de Guevara, y al arqueólogo Sergio Vásquez la invitación para participar en el simposio y

sus esfuerzos en organizar el evento para reconocer la importancia de los trabajos del

arqueólogo Alfonso Medellín Zenil. El Proyecto Arqueológico La Mixtequilla fue

patrocinado por el National Science Foundation (BNS 85-19167, BNS 87-41867, y SBR

98-04738) y el National Geographic Society. También tuvimos apoyo de la Universidad

Estatal de Arizona. El Instituto Nacional de Antropología e Historia otorgó el permiso

para la investigación. El Director del Centro INAH Veracruz, ingeniero Daniel Goeritz, y

personal del Centro que apoyaron el proyecto muchas veces. Cualquier éxito del proyecto

se debe al excelente trabajo de campo realizado por varios estudiantes y arqueólogos a

través de varias temporadas. Agradecemos a las comunidades del área su amable

recibimiento y cooperación.

Barbara L. Stark. Doctora en Antropología por la Universidad de Yale.Ha dirigido estudios regionales en la Cuenca baja del Papaloapan y en laregión de La Mixtequilla. Autora de diversos artículos y libros, entre los quedestacan Olmec to Aztec, Archaeological settlement patterns in Cerro de las Mesas,Settlement patterns in the Ancient Gulf Lowlands, Classic Period Mixtequilla, Veracruz,Mexico.

52

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

CONTRAPUNTO No. 7 enero-abril 2008

Annick Daneels Verriest

Medellín Zenil y los Diosesnarigudos

Introducción

Cuando don Alfonso Medellín Zenil realizara sus excavaciones en 1950 en el sitio de

Remojadas, a partir de las cuales estableciera la secuencia maestra del centro de Veracruz,

reporta el hallazgo de unas figurillas a las que llama “dioses narigudos”: dioses por

encontrarse como ofrenda en adoratorios, y narigudos, por tener prominente el apéndice

nasal. Si bien el tamaño de la nariz no es prerrogativa única de tales figurillas, asentó el

nombre como referente tipológico en su obra clásica Cerámicas del Totonacapan de 1960.

Originalmente Medellín los definió como personajes sedentes con un tocado

representando de manera esquemática un ave descendente con cola y alas desplegadas,

que consideraba aludía a la divinidad solar. Su relevancia yacía no tanto en su belleza sino

en su notable frecuencia en el centro de Veracruz durante el Horizonte Clásico, el llamado

periodo Remojadas Superior, para el cual servían como diagnóstico.

Sin embargo, hacia finales de los años 70, Medellín observó que estas figuras

venían siempre en asociación con otros dos tipos de figuras, unas masculinas y otras

femeninas, a las que por extensión también llamara dioses narigudos, y que se encontraban

sólo en una pequeña área del centro de Veracruz. Intrigado por estas figuras tan abundantes

y al mismo tiempo tan regionalmente circunscritas, Medellín deseó seguir con la

investigación, pero por estar para entonces ya pobre de salud, propuso su estudio a

varios alumnos o pasantes, entre ellos Sergio Vásquez Zárate (UV), Ignacio León Pérez

(ENAH) y a mí, la autora del presente (Universidad de Gante).

El presente artículo propone resumir la información que Medellín me

proporcionara el verano de 1979, tanto de sus publicaciones, archivos inéditos y reflexiones,

como del estudio de las colecciones de los museos de Xalapa, Berlín y Bruselas, así como

de los datos que a partir de allí reuní en el proyecto de investigación “Exploraciones en el

53

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

Centro de Veracruz”. Este proyecto, que desde 1981 llevo a cabo en la planicie costera

central del Sotavento, tiene como propósito original la investigación de la cultura que

produjera los dioses narigudos. Como el lector podrá ver, es mucho lo que se logró

entender pero aún es mucho lo que falta por investigar para comprender la función que

estas figuras jugaron en la sociedad del Clásico en el centro de Veracruz. Considero

apropiado que este trabajo se publique en el presente homenaje al Maestro, ya que el

tema era de su interés y su invitación orientó mi carrera hacia la investigación del centro

de Veracruz, con sus culturas tan originales e influyentes en el mundo mesoamericano, y

sin embargo tan misteriosas aún en muchos aspectos. Siento por lo tanto una deuda

personal con él, a quien espero honrar con el presente trabajo.

Antecedentes

Cuando Medellín asienta el tipo “dios narigudo” en su obra Cerámicas del Totonacapan,1 lo

define como un personaje masculino, sentado con las piernas cruzadas y los brazos

descansando en las rodillas. La técnica de manufactura es mixta, con la forma de la

cabeza obtenida por molde, y el resto por modelado. El tocado característico representa

un ave descendente, con las alas desplegadas a los lados, la cola abierta hacia arriba y la

cabeza del pájaro irguiéndose justo arriba de la frente del personaje. Considera que se

trata de una divinidad solar. En cuanto a contexto el tipo ocurre como ofrenda, a veces

dispuesto de manera simétrica el fondo de un cajete, en templos (pirámide) o adoratorios,

razón por la cual se trataría de divinidades.2 Es un tipo abundante y estereotipado, hallado

a veces por cientos en un mismo depósito, con una serie de variantes desde muy elaboradas

y acabadas a ejemplares francamente burdos. Diagnóstico para el Horizonte Clásico o

1 Alfonso Medellín Zenil, Cerámicas del Totonacapan. Exploraciones arqueológicas en el centro de Veracruz, Xalapa:UV, 1960, p. 68 y fig. 4.2 A. Medellín Zenil, Primera exploración en Cotaxtla, Cueva Pintada y Mictlancuauhtla, Xalapa: Archivo Técnicodel Instituto de Antropología/UV, 1949, p. 59, para el caso de Infiernillo; A. Medellín, Arqueología de Remojadas,Xalapa: Archivo Técnico del Instituto de Antropología/UV, 1950, pp. 65-66, para Remojadas y Loma delReparo.

54

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

Remojadas Superior3 en la faja costanera central,4 tiene su origen en piezas del ámbito de

Remojadas Inferior, ahora identificado como Protoclásico.5 En 1976 menciona brevemente

que entre los dioses narigudos hay variantes no solamente masculinas sino también

femeninas, aunque no añade descripción ni ilustración de las mismas.

Era el verano de 1979, cuando Medellín me invitó a estudiar la colección de los

dioses narigudos del Museo de Antropología de la Universidad Veracruzana, del que

fuera el primer director. Allí me explicó su propuesta de incluir como dioses narigudos a

otros dos tipos, trípodes, uno masculino, con tocado de aleros, y uno femenino, de tocado

de aleros y de banda. Estos dos tipos, a pesar de ser tipológicamente distintos, se

relacionaban con el tipo original por su asociación recurrente en ofrendas y depósitos.

Por otra parte, la distribución de los dioses narigudos era mucho más restringida que

sospechada, ya que parecían ocurrir sólo en un triángulo entre Carrizal, La Antigua y

Alvarado. Por lo tanto, con estas informaciones, Medellín se distanciaba considerablemente

de su formulación original, y abría la puerta para una investigación contextual más

profundizada que evaluara la función de tales figuras en la Cultura de Remojadas, entendida

como Cultura del centro de Veracruz durante el Protoclásico (Remojadas Inferior) y el

Clásico (Remojadas Superior).

Este trabajo consiste en tres partes: la primera es la presentación de los tres tipos

de dioses narigudos, con sus variantes, elaborado a partir del estudio de las colecciones

del Museo de Antropología de Xalapa (624 piezas), del Museo de Etnología de Berlín

(598 piezas) y del Museo de Arte e Historia de Bruselas (134 piezas), para un total de

1356 piezas catalogadas, y de una gran cantidad de piezas de recorridos y excavaciones

más recientes (de los cuales 1185 del proyecto propio). La segunda parte analiza los

atributos iconográficos, llegando a la conclusión de que estos atributos son comunes a

3 A. Medellín Zenil, op. cit., 1960, p. 68.4 A. Medellín Zenil, op. cit., 1949, p. 60.5 Michael Coe, Handbook of Middle American Indians, vol. 3, ed. de Robert Wauchope, Austin; University ofTexas Press, 1965; Annick Daneels, “El Protoclásico en el centro de Veracruz. Una perspectiva desde lacuenca baja del Cotaxtla”, en Arqueología Mexicana. IV Coloquio Pedro Bosch Gimpera, vol. II Veracruz, Oaxacay mayas, México: Ernesto Vargas Pacheco, Instituto de Investigaciones Antropológicas/UNAM, 2005.

55

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

una variedad de tipos de figurillas en la Cultura de Remojadas, por lo que no son pertinentes

de por sí para alcanzar una interpretación. La tercera parte analiza los contextos de hallazgo,

donde el significado de las figurillas se perfila de manera más explícita, confirmando la

validez de la propuesta de Medellín de reunir los tres tipos en una sola categoría de dios

narigudo y su función en rituales populares en oposición a rituales institucionales.

La tipología

La mayor parte de los dioses narigudos, cuando menos todos aquellos mejor elaborados,

corresponden al grupo genérico de “ojos excavados elípticos sin incisión” descrito por

Medellín:6 se trata de piezas hechas usando una técnica mixta, con la forma triangular de

la cabeza obtenida por un molde (por lo tanto, hueca atrás), mientras el cuerpo y el

atuendo están añadidos por modelado y pastillaje, y los detalles de ojos, boca y adornos

añadidos por incisión en barro húmedo. Esta técnica surge al principio del Clásico y

continúa hasta finales del mismo periodo, al lado de las figurillas hechas en molde completo

que surgen a partir del Clásico Tardío. La técnica mixta, junto con la tradición de forma

triangular del molde, se encuentra en el mismo momento en Teotihuacan, y es una de las

razones por las que se hallaron desde antaño similitudes estilísticas entre piezas del centro

de Veracruz y de Teotihuacan.7

Tipo I de tocado triple

Éste es el tipo definido originalmente por Medellín. Se trata de una figura sedente, con

los brazos estirados apoyados en las rodillas de las piernas cruzadas. Los ojos son incisiones

horizontales y la boca una pastilla en appliqué, con dos depresiones horizontales formando

una arista en medio de la boca reminiscente de mutilación dental. El tocado consiste en

6 A. Medellín Zenil, op. cit., 1960, pp. 66-67.7 Eduard Seler, Die Teotihuacan-Kultur des Hochlands von Mexiko. Gesammelte Abhandlungen zur AmerikanischenSprach-und Altertumskunde, Band V: Berlin, 1915, pp. 461 y 474.

56

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

tres aleros trapezoidales: dos aleros laterales, con incisiones horizontales, y uno central

con dos pastillas circulares en las esquinas superiores, así como una cresta en la frente; el

conjunto se interpreta como una versión esquemática de un pájaro que desciende. El

prototipo es de dimensiones considerables (18-50 cm de alto) y lleva una banda en la

frente, orejeras circulares y líneas horizontales incisas en lo alto del brazo

(¿escarificaciones?).

57

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

Éste es el tipo más frecuente, ya que en las colecciones museográficas y en los

materiales de recorrido y excavación conforma entre el 45 al 65% de la categoría de dios

narigudo; también es el más difundido (plano 1). Se ha encontrado en la cuenca baja de

los ríos Jamapa (cuando menos desde el poblado de Soledad de Doblado) y del Cotaxtla

(desde el poblado de Colonia Ejidal),8 y de los ríos San Juan y Paso de Ovejas, afluentes

del río Antigua, cuando menos a partir de Paso de Ovejas.9 Strebel (1889) reporta

colecciones de piezas que son evidentemente dioses narigudos de tipo I, que

presumiblemente proceden de Carrizal y Sollacuauhtla, así como unos ejemplares de

Agostadero, cerca de Zempoala. Estos sitios se encuentran sobre las márgenes del río

Actopan, mucho más al norte de los anteriores. En vista de que Strebel obtenía las piezas

por compra y que reconoce que a veces el lugar de origen no es seguro, hay que considerar

estas localizaciones con cautela, ya que trabajos arqueológicos más recientes en la cuenca

del Actopan y del Chachalacas no han recuperado tales figuras.10 Tampoco se ha reportado

8 Herman Strebel, Alt-Mexiko, Archäelogische-Beträge zur Kulturgeschichte Seine Bewohner, Zweiter Teil, Verlag vonLeopold Voss, Hamburgo, 1889; A. Medellín Zenil, op. cit., 1960; Jürgen Kurt Brüggemann, El sur del centrode Veracruz: un área de transición, tesis de Maestría, México: UNAM/ENAH, 1969; Annick Daneels, Exploracionesen superficie en el centro de Veracruz, Informe General presentado ante el Consejo de Arqueología, México:Archivo Técnico INAH, exp. C/311.42 (D)/5-18, legajo 1,1981; Ignacio León Pérez, Los Dioses narigudoscomo indicadores de regionalidad cultural, manuscrito inédito proporcionado por el autor, Veracruz, 1993; JoelJiménez Pérez y Alicia Bracamontes Cruz, Estudio arqueológico del montículo de La Campana del Clásico Temprano,con arquitectura de barro cocido y hallazgos asociados, en Jamapa en el estado de Veracruz, México, tesis de Licenciaturaen Arqueología, México: ENAH, 2000; María Eugenia Maldonado Vite, “Las excavaciones extensivas enlas unidades habitacionales del sitio Ixcoalco”, en Proyecto de Salvamento Arqueológico “Cadereyta-Estado deVeracruz”, t. IV: fase II, Excavaciones Extensivas, tramo II, dirigido por Patricia Castillo Peña: 699-717,Veracruz Archivo Técnico, Centro INAH, 2001; Martín Alberto Guerrero Andrade, Sitio arqueológico LasPuertas: excavación en arquitectura de tierra: un edificio construido en terracota, tesis de Licenciatura en Arqueología,México: ENAH, 2003.9 Waltraud Hangert, “Informe sobre el edificio no. 1 de El Faisán”, en La Palabra y el Hombre, 7 (julio-septiembre), 1958a; Manuel Torres Guzmán y Ana Bertha Cuevas de Álvarez, Buena Vista, Xalapa: ArchivoTécnico, Instituto de Antropología de la UV, 1960; Gladys Casimir: Proyecto Loma Iguana, La Antigua, Veracruz,Boletín del Consejo de Arqueología 1989, México: INAH, 1990; Proyecto Loma Iguana, La Antigua, Veracruz,Boletín del Consejo de Arqueología 1990, México: INAH, 1991; Proyecto Arqueológico Loma Iguana, La Antigua,Veracruz, Informe de VIII Temporada de Campo, México: UV, Archivo Técnico INAH, 1992; La cerámica deLoma Iguana, Veracruz, Arqueología, Segunda Época, núm. 13-14 (enero diciembre), 1995, pp. 89-91; PatriciaKimiyo Teramoto Ornelas, Las figurillas cerámicas de Loma Iguana, Veracruz, tesis de Licenciatura en Arqueología,Xalapa: Facultad de Antropología-UV, 2000; Lenin Ojeda Sánchez, Catálogo de las piezas de la Casa de laCultura de Paso de Ovejas. Registro Nacional de Colecciones, México: INAH, 2000.10 José García Payón, Breves apuntes sobre la arqueología de Chachalacas, Xalapa: UV, 1951; Eloy Antonio EspíndolaSoler, Informe preliminar sobre la arqueología de la cuenca del río Actopan, Veracruz. XIII Mesa Redonda de la SociedadMexicana de Antropología. Balance y perspectivas de la antropología de Mesoamérica y Norte de México, t. I, Xalapa, 9-15

58

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

de las cuencas medias de los ríos Paso de la Milpa y El Aguaje, afluentes meridionales del

Actopan,11 ni de la cuenca media del Antigua y Jamapa, al oeste de Rinconada y Soledad,12

ni de la Mixtequilla.13 León14 reporta piezas de Tlalixcoyan, Tierra Blanca, Joachín y Tuzales,

pero también de Zapotal y de Napatecuhtlan (en el Cofre de Perote), donde nadie más

indica su existencia; por lo tanto, hasta no confirmar el contexto de estos últimos hallazgos,

consideraría que el área de distribución confirmada de los narigudos se restringe al área

costera de las cuencas del Paso de Ovejas, San Juan, Jamapa y Cotaxtla, a no más de 35

km tierra adentro.

Hasta el momento los prototipos Protoclásicos y las piezas con características

más arcaicas (cabeza modelada en vez de en molde) proceden de Remojadas y Loma de

los Carmona (colección MAX) y Buzón y Soledad (colección Berlín). En la medida que

estos sitios se encuentran cercanos unos a otros y céntricos en el área de distribución

general, consideramos que es probable que el tipo se origine en esta región (plano 1).

Hay grupos de figurillas, generalmente hechas de manera más esquemática, que

parecen ser estilos regionales.

• Estilo Medellín

El Tejar (sitios La Joya y Rancho del Padre) col. MAX.15

septiembre 1973, Arqueología, 1975, pp. 331-337; Eloy Antonio Espíndola Soler, Relaciones cerámicas entreTeotihuacan y Ranchito de las Ánimas, Veracruz, México, en Los procesos de cambio (en mesoamérica y áreas circunvecinas),XV Mesa Redonda, t. II, Guanajuato: Sociedad Mexicana de Antropología y Universidad de Guanajuato,julio 31 a 6 de agosto de 1977, pp. 385-389; Yamile Lira López, Informe técnico de la recolección de superficierealizado en el sitio arqueológico de Chalahuite, Ver. Análisis del material arqueológico y manejo estadístico, México:Archivo Técnico INAH, 1984; Jürgen Kurt Brüggemann, Armando Pereyra Quinto y Jaime CortésHernández, “La cuenca del Actopan Inferior: el análisis estadístico de un área”, en Anales de AntropologíaXXVI (1989), México: IIA UNAM, 1991, pp. 15-97.11 Jorge Fausto Ceja Tenorio, “Reconocimiento de superficie en la cuenca media de los ríos Paso de la Milpay El Aguaje”, en Antropología e Historia en Veracruz, Xalapa: Gobierno del estado de Veracruz-Llave/Institutode Antropología e Historia de la UV, 1999.12 Luis Heredia Barrera, Informe técnico final del Proyecto Nácar 3, Archivo Técnico, Veracruz centro, Veracruz:INAH, 2006.13 Manuel Torres Guzmán, Exploraciones en la Mixtequilla, tesis de maestría, Xalapa: Universidad Veracruzana,1970; Barbara L. Stark (ed.), Classic Period Mixtequilla, Veracruz, Mexico. Diachronic Inferences from ResidentialInvestigations, Monograph 12, New York: Institute for Mesoamerican Studies, University at Albany, 2001.14 Ignacio León Pérez, op. cit., 1993, manuscrito inédito proporcionado por el autor, Veracruz, 1993.15 Alberto Escalona Ramos, Ruinas de “El Tejar”, informe rendido a Luis Rosado Vega, Director Jefe de laExpedición Científica Mexicana, acerca de diversos trabajos de exploración en las Ruinas arqueológicas de

59

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

Tamaño mediano (9 a 12 cm de alto), cabeza moldeada, tocado sin banda

frontal, alero central con pastillas circulares, aleros laterales incisos.

• Estilo Remojadas

Loma de los Carmona (MAX), Loma del Reparo (MAX)

Tamaño mediano (16 cm de alto), cabeza maciza (no moldeada), tocado

con banda, aleros rectangulares lisos.

• Estilo Tolome

Faisán,16 Carrizal,17 Buenavista18

Tamaño grande (20-25 cm de alto), cabeza hueca pero por modelado, ojos

incisos muy inclinados, boca por depresión horizontal sencilla, alero central

muy grande, de forma trapezoidal con esquinas redondeadas sin pastillas

circulares, aleros laterales rectangulares angostos y lisos, orejeras indicadas

por impresión de pulgar. Base formada por anillo de barro.

• Estilo Sollacuauhtla

(Originalmente reportado como de Vega de Alatorre, pero luego reatribuido

a Sollacuauhtla, “cerca de Villa Rica”)19 Tamaño mediano (16 cm de alto),

cabeza con rostro moldeado, indicando mutilación dental, alero central

trapezoidal grande con pastillas circulares en esquinas, aleros laterales

rectangulares angostos y lisos; orejeras son pastillas circulares, base anillo

de barro.

El Tejar, Ver., archivo técnico, estado de Veracruz, t. CXIX, vol. II, México: INAH, 1937; A. Daneels, op.cit., 1981; Brüggemann, op. cit., 1969; Ignacio León Pérez, Tipología arquitectónica espacial, uso y función, tesis deLicenciatura en Arqueología, México: ENAH, 1989.16 Waltraud Hangert, op. cit., 1958a.17 Hermann Strebel, op. cit., pp. 132-133, lámina XXXI: 1-21, 24.18 Torres y Cuevas, op. cit.19 Hermann Strebel, op. cit., pp. 16-22, lámina XI, en particular núms. 43-46 y 49.

60

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

Otros grupos de figurillas de este tipo tienen una mayor distribución espacial

pero parecen corresponder a contextos (y por ende a usos) particulares,

por lo que los llamaremos variantes, siguiendo en este respecto la propuesta

de Medellín.

• Variante rudimentaria

Tamaño pequeño (5-8 cm), completamente modelado, tocado trapezoidal

que carece de aleros laterales, pastillas circulares y banda frontal, base de

anillo de barro. Se hallaron en Ixcoalco,20 Las Puertas,21 La Joya,22

Remojadas.23

• Variante fálica

Tamaño mediano (10-13 cm), completamente modelado, tocado trapezoidal

redondeado que carece de aleros laterales, pastillas circulares y banda frontal,

base de anillo de barro cuando sedente,24 base trípode cuando fálica (MAX).

Tipo II de tocado doble

Este tipo consiste en figuras masculinas trípodes (por el soporte cilíndrico que parte en

diagonal desde la parte baja de la espalda) que tienen un tocado con aleros laterales y

cresta que aún lleva cierta reminiscencia a un pájaro que desciende. Su tamaño, entre 12

y 18 cm de alto, es menor al tipo I. Los brazos pueden estar en tres posiciones: brazos

extendidos a los lados, apoyados en las rodillas o brazo derecho estirado y brazo izquierdo

en la rodilla. Los ejemplares mejor terminados tienen una banda en la frente, un collar y

20 M. E. Maldonado, op. cit.21 Martín Alberto Guerrero Andrade, Sitio arqueológico Las Puertas: excavación en arquitectura de tierra: un edificioconstruido en terracota, tesis de Licenciatura en Arqueología, México: ENAH, 2003.22 A. Daneels, op. cit, 1981.23 A. Medellín Zenil, op. cit., 1960, fig. 4g.24 Ibid., fig. 4f.

61

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

un taparrabo en appliqué; un tercio de éstos también tiene el cuerpo hueco de silbato, con

la boquilla en el soporte trasero y presenta perforaciones en el tocado que permite llevarlas

colgados. Este tipo es menos frecuente que el tipo I, y conforma entre el 25 y 30 % de la

categoría. Su área de distribución corresponde al del tipo I, coincidiendo en los mismos

sitios. Hay dos subtipos claros, que se distinguen por la técnica de manufactura, la forma

de los aleros y la decoración pintada.

Subtipo IIA de aleros trapezoidales

Este tipo se caracteriza por el rostro triangular hecho en molde, de forma y acabado

idéntico al tipo I; tiene aleros laterales trapezoidales con incisiones horizontales y dos

pastillas circulares en la cumbre de la cabeza, y orejeras. Los ejemplares mejor terminados

tienen una banda en la frente. La mayoría tiene los brazos en las rodillas. El 33% de los

casos lleva pintura de chapopote, generalmente una mancha circular u ovalada que cubre

ojos, nariz y boca, a veces acompañada de pintura en lo alto de los brazos.

Subtipo IIB de aleros triangulares de punta redondeada

Este tipo tiene un rostro ovalado hecho en molde muy profundo, generando una frente

muy abultada, sobre la que se aplica una cresta vertical de una o dos ondulaciones (a

veces tres); el rostro (nariz, ojos y boca) está hecho de la misma manera que en el tipo I

y IIA, los aleros se yerguen a 45° y tienen forma triangular con el vértice redondeado. La

alusión al pájaro está todavía notoria en la cresta, aun si los aleros ya sólo de lejos recuerdan

a alas. Todas las piezas tienen orejeras, ya sea en forma de anillo, pastilla o por presión del

pulgar. En este tipo, la mayoría tiene la posición de brazos abiertos o la de brazo derecho

extendido e izquierdo en la rodilla, aunque hay escasos ejemplares con ambos brazos en

las rodillas. En más del 50% de los casos, estas figurillas tienen pintura de chapopote:

generalmente son manchas ovaladas alrededor de uno o ambos ojos, a veces con pintura

también en la parte alta de los brazos.

62

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

Tipo III de tocado de banda

Este tipo corresponde a figuras femeninas trípodes, con un soporte idéntico al del tipo

II, y del mismo tamaño (12-18 cm). Los rostros son triangulares, generalmente hechos

en molde y de acabado igual a los del tipo I y IIA. En este tipo, los brazos siempre están

extendidos con las palmas abiertas (en la posición más común de IIB). Todas llevan

falda, so forma de una placa de barro triangular que les cubre las piernas, y orejeras de

anillo o pastilla. Las piezas mejor acabadas pueden tener excepcionalmente collar,

quexquémitl y cinturón. Es el tipo menos frecuente de dioses narigudos, representando

sólo del 10 al 15% de la categoría; su distribución, al igual que la del tipo II, coincide con

los sitios del tipo I. Hay dos subtipos del tipo III claramente definidos por diferencias en

el tocado y los motivos pintados de chapopote.

Subtipo IIIA

Sobre la frente lleva una banda, generalmente decorada de incisiones horizontales, con

dos aleros laterales triangulares con el vértice apuntando hacia abajo y hacia fuera.

Normalmente (en 75% de los casos) hay pintura de chapopote en el tocado y dentro de

la incisión de los ojos. Un tercio de los ejemplares de este subtipo son silbatos y presentan

perforación en el tocado para colgarse.

Subtipo IIIB

El tocado puede consistir en una banda simple o doble, adornada con tres pastillas circulares,

una en el centro y dos en los extremos. Las de banda doble pueden tener la banda inferior

pintada de chapopote (estas piezas pueden también tener un collar con pendiente ovalado).

Casi la mitad de las piezas tendrá chapopote dentro de la incisión del ojo.

En el caso de los tipos II y III también ocurren estilos regionales, así como

variantes rudimentarias, con los mismos cambios estilísticos, esquematización morfológica

63

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

y reducción decorativa como en el tipo I (tamaño menor, ausencia de pintura, ausencia

de vestimenta y de adornos en appliqué o por incisión, desaparición de ejemplares

musicales).

Interpretación formal

Medellín consideraba que el dios narigudo era una divinidad por haberlas encontrado

como ofrendas en adoratorio.25 Particularmente, considera que se trata de una divinidad

solar.26 Aunque no lo explicitó, se entiende que deriva la interpretación por analogía con

el simbolismo del ave descendente que durante el Postclásico en el Altiplano central se

refería al Sol. Esta opinión está retomada por León27 y por Torres,28 con el argumento del

simbolismo azteca y, en el caso de Torres, por un pajarito de La Mixtequilla, llamado

“solecito”, que se avista a mediodía. Sin embargo, es preciso hacer las siguientes

consideraciones. El tocado de ave con cola y alas desplegadas y cabeza erguida no es

exclusivo de los narigudos: hay ejemplares mucho más elaborados e inequívocos por

ejemplo en figuras femeninas de El Faisán.29

Por otra parte, en las figurillas del Protoclásico hay ejemplares tanto con tocado

de ave como con tocado de tres aleros, con el alero central decorado por pastillas circulares

en las esquinas y a veces bandas diagonales cruzadas: estos últimos podrían ser un prototipo

cuando menos tan viable que los primeros. Además, si puede aceptarse cierta alusión a

las alas de un pájaro en los tipos I, II y (ya con cierta dificultad) subtipo IIIA, no es

posible hacerlo en el caso del subtipo IIIB. Así, como la interpretación del tocado como

ave descendente no me parece inequívoca y no se puede extender al conjunto de los tipos

25 A. Medellín Zenil, op. cit., 1950, p. 65.26 A. Medellín Zenil, op. cit., 1960, p. 68.27 Ignacio León Pérez, Remojadas, una regionalidad cultural, Veracruz: IVEC/INAH-Veracruz, 1995.28 Manuel Torres Guzmán, “Antecedentes en La Mixtequilla de los Dioses narigudos y de algunas cerámicasdel Postclásico Temprano”, en Antropología e Historia en Veracruz, 311-321, Xalapa: Gobierno del Estado deVeracruz-Llave/Instituto de Antropología de la UV, 1999.29 Ixchel Fuentes Reyes, Las figurillas femeninas de El Faisán, tesis de Maestría en Arqueología, México:ENAH, 2007.

64

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

de la categoría de los dioses narigudos, resulta insatisfactorio dejar que el significado de

las figurillas dependa de un simbolismo vigente en otro lugar y otro tiempo.

Dejando de lado un momento el tocado, si se busca paralelos en el estilo y la

técnica, se observará que figurillas de tamaño mediano con caras triangulares y ojos

incisos son legión en el centro-sur de Veracruz (desde la cuenca del Actopan a la cuenca

baja del Blanco), y sirven para representar figuras tanto masculinas como femeninas con

una gran variedad de tocados, vestimenta y demás atributos.30

En relación con la actitud, se observará que la posición sedente con manos en

las rodillas es muy frecuente en el centro de Veracruz durante el Protoclásico31 y continúa

todo el Clásico;32 por su lado, la posición trípode (asociada o no a un instrumento musical)

inicia a partir del Clásico Temprano y es muy usual.33 La posición de brazos abiertos es

una de las más comunes en la plástica de barro del centro-sur de Veracruz a partir del

periodo Clásico, incluyendo las famosas figuras sonrientes;34 no así la de manos en las

rodillas o de brazo derecho extendido, que parecen ser más propias del tipo II.

En cuanto a la pintura facial y corporal con chapopote, es igualmente frecuente

en las figurillas del Protoclásico y Clásico del centro de Veracruz (en particular en los

estilos que tienen su origen en el Clásico Temprano). El tocado de banda para figuras

femeninas con mechones parecidos a los aleros del tipo IIIA es popular, por ejemplo, en

las figuras de El Faisán.35 Por último, la nariz que debiera ser característica particular de

estas figurillas (considerando el nombre que llevan) no es para nada extraordinaria: es la

nariz estándar de las figuras de cara triangular y ojos incisos,36 y hay piezas (entre los

Xipes y Xipe-Tlasolteotls del Museo Nacional), con narices mucho más prominentes que

los narigudos.

30 A. Medellín Zenil, op. cit., 1960, pp. 66-67; Nopiloa. Exploraciones Arqueológicas, Serie Biblioteca, Xalapa: UV,1987: fig. 111 y 112.31 A. Medellín Zenil, op. cit., 1960, lám. 20, 22, 24, 28.32 Ibid., lám. 61.33 Ibid., p. 66, lám. 40 bis; A. Medellín Zenil, op. cit., 1987, figs. 111 y 112.34 A. Medellín, op. cit., 1987: figs. 33, 39, 40, 46, 57, 60, 111, 112, 121, 122; Hangert, op. cit., 1958b, p. 269.35 Ixchel Fuentes Reyes, op. cit.36 A. Medellín Zenil, op. cit., 1960, lám. 37.

65

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

Este repaso permite apreciar que los atributos de los dioses narigudos no son

exclusivos de esta categoría de figurillas, sino que reflejan una tradición más amplia propia

del centro-sur de Veracruz, y por sí mismos no permiten una interpretación que les sea

específica. Sin embargo, es innegable que por su gran número, su estandarización y su

reducida área de distribución, estas piezas hayan tenido un significado importante y

particular para las sociedades que las produjeron. En particular, el rasgo de estandarización

que permite identificar los tipos y subtipos a pesar de variaciones estilísticas regionales y

fuertes esquematizaciones es un argumento fuerte para sugerir que se trata de divinidades.

Un símil contemporáneo sería la representación por millares de la Virgen de

Guadalupe, que puede venir de modelo chico a grande, de plástico a piedra, en imagen o

tridimensional, pero que siempre retoma los atributos fundamentales que permite a

cualquiera reconocer la figura a partir del modelo establecido desde el siglo XVI. Es en

este aspecto que los dioses narigudos se diferencian de los otros tipos. Hasta las figurillas

sonrientes, que son uno de los tipos de figuras de barro más populares y difundidos del

periodo Clásico en el centro-sur de Veracruz e incluso en el sur de Veracruz,37 tienen

mayor variedad de tocados con áreas de distribución más restringidas; en sus estudios, el

mismo Medellín encuentra dificultades para atribuirles un carácter netamente divino.38

Para entender en qué reside la especificidad de los dioses narigudos, es necesario acercarse

a los contextos en los que fueron hallados.

Los contextos de hallazgo

Para 1950 Medellín ya había observado lo que desde entonces resultaron ser los contextos

típicos de los dioses narigudos: ofrendas votivas asociadas a etapas constructivas, que

pueden ser bajo piso y entonces generalmente con las figurillas colocadas en un cajete, o

37 Ibid., pp. 78-84; C. W. Weiant, An Introduction to the Ceramics of Tres Zapotes, Veracruz, Mexico, bulletin 139,Washington: Bureau of American Ethnology, Smithsonian Institution, 1943.38 A. Medellín Zenil, “El monolito de Maltrata, Veracruz”, en La Palabra y el Hombre, núm. 24, Xalapa: UV,1962.

66

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

colocadas sobre piso, como amontonamiento. En Infiernillo las halló bajo piso de la

cumbre de la pirámide principal, como parte de una ofrenda de 7 cajetes de los cuales dos

llevaban tres narigudos dispuestos de manera simétrica.39 En Loma del Reparo, estaban

amontonados en el empedrado de un pequeño adoratorio, contexto que se repite en un

montículo de la ladera oriental de Remojadas.40

El contexto de narigudos como ofrendas-dedicatorias bajo piso se verificó en

varias instancias bien documentadas, en una variedad de edificios: pirámides principales

(Infiernillo),41 plataformas monumentales (Las Puertas,42 La Joya),43 pirámides pequeñas

sobre plataforma (La Campana,44 Conchal Norte),45 y unidades habitacionales (Plaza de

Toros,46 Ixcoalco).47 Desde el caso de Plaza de Toros, y a raíz de éste en Conchal Norte,

Ixcoalco y La Joya, se empezó a observar

que cuando los narigudos están colocados

simétricamente en un cajete, es de acuerdo

con reglas precisas: siempre hay cuando

menos un ejemplar de tipo I, aunque éste

puede combinarse con otros tipos de

dioses narigudos: entonces el ejemplar de

tipo I estará de preferencia hacia el norte

o el este, con generalmente dos o tres

figuras colocadas formando una cruz;

pueden ser de uno a tres ejemplares de

39 A. Medellín Zenil, op. cit., 1949, p. 59.40 A. Medellín Zenil, op. cit., 1950, pp. 64-64.41 A. Medellín Zenil, op. cit., 1949.42 Guerrero, op. cit., 2003.43 Brüggemann, op. cit., 1969, pp. 136-143; A. Daneels, “Earthen Architecture in Classic Period Central”,Veracruz: en prensa, 2006.44 Joel Jiménez Pérez y Alicia Bracamontes Cruz, op. cit.45 Delfino Pérez Blas, Conchal Norte: representación singular del desarrollo regional en la cuenca baja del río Cotaxtla afines del periodo Clásico, tesis de Licenciatura en Arqueología, México: ENAH, 2002.46 A. Daneels, La cerámica de Plaza de Toros y Colonia Ejidal, informe sobre las excavaciones realizadas en 1984en el marco del proyecto “Exploraciones en el Centro de Veracruz”, Archivo Técnico, México: INAH,núm. Catálogo 29-83, 1988.47 M. E. Maldonado Vite, op. cit.

67

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

tipo II, o uno o dos de tipo II y uno de tipo III (aunque hay casos de hasta 7 figuras en un

cajete, de tipo I, IIA, IIB y IIIB, asociados con un entierro.

Las figuras están orientadas hacia los puntos cardinales o intercardinales (NE,

SE, SW o NW). Este tipo de ofrenda ocurre en todo el periodo Clásico, desde el Clásico

Temprano (100 d. C., p. ej. en el caso de la primera etapa constructiva de la Plataforma

Este de La Joya), hasta el final del Clásico, hacia 1000 d. C. (p. ej. en Conchal Norte).

Las mismas reglas aplican al parecer en todos los tipos de edificios, con la diferencia que

entre más importante el edificio será más numerosa la ofrenda: en unidades habitacionales

habrá uno o dos cajetes con figurillas, en edificios mayores habrá hasta varias decenas de

cajetes. Casi siempre son el mismo tipo de cajete, de fondo plano con paredes recta o

curva divergentes, recubiertas de engobe

naranja (que en nuestra tipología

llamamos tipo Potrerillo Naranja). Hay

otros casos en que los narigudos pueden

ocurrir sin cajete, pero ordenados en cruz

y combinando tipos, como el caso de la

segunda etapa constructiva de la

Plataforma Este en La Joya: un dios

narigudo de tipo 1, muy grande, orientado

oeste-este, con tres pequeñas figuras femeninas de tipo IIIB en el regazo, enfrentado por

una línea de tres narigudos tipo I en línea y orientados este-oeste, y otro sur-norte.

Un contexto al parecer similar es el que Hangert48 halló en El Faisán, donde

narigudos forman parte de las ofrendas de sólo dos de los cuando menos 66 entierros

encontrados en una pequeña pirámide de 27 m de diámetro y 8 m de alto. Ambos entierros

se hallaron en el eje oriente (sección I) y cerca del desplante del edificio ya que estaban a

7,65 y 7,70 m de profundidad desde la cumbre.49 El entierro 3, un posible entierro primario

48 Waltraud Hangert, Die Ausgrabungen in “El Faisán”, Archivo personal, Xalapa, 1958b.49 Waltraud Hangert, op. cit., 1958a, pp. 11-12, 17-20, 21-22.

68

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

sedente, tenía 24 figuras de tipo I, una figurilla masculina y dos figurillas femeninas (que

no son narigudos, por lo que observamos en la colección del MAX), tres figuras rojo

sobre crema, 2 figuras monumentales sentadas y 17 vasijas. El entierro 5, secundario,

contenía 4 “Narigudos” de tipo I, dos flautas, 5 vasijas y dos placas de laja de esquisto

(schiefer), una de ellas grabadas. Hangert supuso que se trataba de entierros con sus ofrendas

funerarias, pero indicó muy claramente que no pudo hallar evidencia de estratigrafía,

sino que el relleno era perfectamente homogéneo. Por esta razón, es viable interpretar el

conjunto de los hallazgos como un gran depósito consagratorio colocado en el momento

de la construcción del edificio, en cuyo centro y desplante están ubicados los narigudos.

El otro tipo de contexto es la ofrenda de terminación, caracterizada por lo que

Medellín ya había descrito como amontonamiento. Ocurre al sellar una etapa constructiva,

dejando la ofrenda encima del piso (Loma del Reparo, Remojadas) o en el relleno que

recubre el edificio. Un caso impresionante está aún siendo excavado en La Joya, fechado

hacia 700 d. C.: el último edificio de la tercera etapa constructiva se fue sepultando bajo

una capa de relleno, dentro del cual se fue colocando una serie de depósitos votivos:

69

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

donde estaban las escalinatas colocaron un eje de ofrendas: al norte un entierro de perro,

luego más al sur tres cajetes superpuestos, cada uno con 4 dioses narigudos en posición

intercardinal, luego un entierro de mujer (?) y finalmente un entierro de hombre; por la

parte de atrás del edificio, colocaron en el relleno una serie de entierros primarios (cuando

menos 10 en posición sedente y 2 decúbito lateral, 14 desmembrados, ya sea brazos,

piernas o cráneos con vértebras) y 6 entierros secundarios, asociados a vasijas (cajetes y

apaztles). Es importante indicar que todos los entierros fueron colocados en un mismo

momento, en un mismo relleno constructivo, sin evidencia de fosas o perturbaciones

posteriores, lo que hace improbable que se trate de inhumaciones de personas fallecidas

por muerte natural, sino de víctimas de sacrificio humano; además, en 8 casos donde se

pudo identificar, se trata siempre de hombres adultos jóvenes. Luego toda el área se recubrió

de una capa casi continua de narigudos rudimentarios de tipo I y II (más de 800 ejemplares)

y escudillas hemisféricas; todas estas piezas están muy rudimentarias pero muy

estandarizadas, de muy mal cocimiento, sugiriendo que fueron hechos adrede para este

evento, tal vez para una ceremonia en la que se usaron las figurillas y las escudillas, estas

últimas tal vez para consumir bebidas. Al terminarse la ceremonia, los cacharros se regaron

sobre el área de entierros y se recubrieron con el mismo relleno, quedando esta área de la

Plataforma Este como un área nivelada sobre la que no se volvió a construir nunca (aunque

en el resto de la Plataforma se siguieron construyendo tres etapas constructivas más).

Interpretación contextual

¿Qué sabemos hasta este punto de los dioses narigudos? Son figuras que ocupan un área

de distribución restringida pero en grandes números, con atributos estandarizados y en

combinaciones de tipos recurrentes; se encuentran no sólo en distinto tipo de edificio,

sino también en todos los rangos de asentamientos,50 desde capitales, como La Joya, a

50 A. Daneels, El patrón de asentamiento del periodo Clásico en la cuenca baja del río Cotaxtla, centro de Veracruz.Un estudio de caso de desarrollo de sociedades complejas en tierras bajas tropicales, tesis de Doctorado en Antropología,México: Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM, 2002.

70

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

centros de segundo rango, como Plaza de Toros o Remojadas, centros de tercer rango

como La Campana, Conchal Norte, Loma Iguana o Faisán, o zonas habitacionales

(pueblos) como Ixcoalco. Por lo tanto, dentro de esta zona restringida del centro de

Veracruz, no están restringidos a un segmento de la población o un nivel social. El arreglo

en cajete, como fenómeno recurrente, es relevante: generalmente incluye un ejemplar de

tipo I, de tamaño mayor y posición sedente interpretada como de poder;51 los otros son

masculinos pero de tamaño menor y posición erguida (tipo II) y a veces están acompañados

de un ejemplar femenino (tipo III), también de tamaño menor. Como ya se había

especulado en el caso de las ofrendas Protoclásicas 1 y 4 de Remojadas Inferior,52 recuerdan

a grupos familiares, con un hombre dominante con sus hijos y consorte. Su presencia en

un recipiente circular dentro del cual están colocados hacia los puntos cardinales (o

intercardinales), y la estandarización de sus componentes, indica que no son familias

particulares sino un grupo primordial, o el mundo (la vasija) y su comunidad (gobernante

y pueblo), a similitud de un cosmograma. Dado que se asocian a eventos de construcción,

ya sea como ofrenda de dedicación o terminación para los que al parecer están hechos ex

profeso, se infiere que tienen un valor consagratorio. Por lo tanto serían ellos mismos

sagrados y/o divinos.

Sin embargo, los dioses narigudos pertenecen a una esfera distinta a lo que he

querido identificar como “la religión de estado en el centro de Veracruz en el Clásico”.53

Esta religión gira en torno al ritual del juego de pelota, con su sacrificio por decapitación,

su parafernalia de yugos, hachas y palmas realizados por artistas especializados en piedras

finas importadas, decoradas en los estilos de volutas propios de la región. La iconografía

de esta religión se restringe a ámbitos de élite: edificios ceremoniales como templos o

51 Joyce Marcus, “Woman’s Ritual” In Formative Oaxaca: Figurine-making, Divination, Death and the Ancestors.Prehistory and Human Ecology of the Valley of Oaxaca, vol. II, Ed. Kent V. Flannery and Joyce Marcus, Memoirsof the Museum of Anthropology, num. 33, University of Michigan, Ann Arbor, 1998.52 A. Medellín Zenil, op. cit., 1960, pp. 33-34, 42-43.53 A. Daneels, “Ballcourts and Politics in the Lower Cotaxtla Valley: A Model to Understand Classic CentralVeracruz”, ponencia presentada en Dumbarton Oaks 2003 Pre-Columbian Symposium: Classic Veracruz: CulturalCurrents in the Ancient Gulf Lowlands, organizado por Richard A. Diehl, Philip J. Arnold III y Christopher A.Pool, Washington, 2003.

71

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

canchas, medios de élite como relieves, pinturas murales y cerámica de relieve; el juego se

practica en los conjuntos arquitectónicos principales de los sitios de alta jerarquía (centros

de primer y segundo rango). Esta religión caracteriza al conjunto de la cultura del centro

de Veracruz durante el Clásico, desde el Cazones hasta el Papaloapan hasta la vertiente

occidental de la Sierra Madre, como Medellín bien definió su extensión geográfica.54

Los dioses narigudos son de un material común, el barro, nunca de materiales

“caros” (no hay narigudos de jade); ocurren no solamente en ámbitos de élite sino a

todos los niveles de la sociedad y en todos los rangos de sitios: desde casas modestas en

pueblos a casas grandes en sitios mayores, en palacios y en templos chicos y grandes,

pero solo en una región circunscrita. A diferencia del juego de pelota y su ritual asociado,

que se practica en público, junto a la plaza principal de los sitios, los dioses narigudos

quedan ocultos cuando ofrendados (aunque no se descarta que hayan tenido un uso

previo en altares, sobre todo en el caso de las piezas de mayor tamaño y mejor acabado,

pero también en este caso pueden haber sido más del ámbito privado o doméstico que

del ámbito público o de estado). Sin embargo, a semejanza del ritual del juego de pelota,

los dioses narigudos están ocasionalmente también asociados a sacrificios humanos,

incluyendo, aunque no sistemáticamente, la decapitación, como se vio en la gran ofrenda

de terminación de La Joya.

Por estas razones consideramos que los dioses narigudos representan una

religiosidad popular, en el sentido usado por Redfield cuando contrasta la religión Folk

con la religión institucional. En el caso de las cuencas bajas de Paso de Ovejas, San Juan,

Jamapa y Cotaxtla, esta religión sería expresada por los narigudos. Hay indicios de que un

papel similar pudo haber sido jugado por otros tipos de figurillas en otras regiones del

centro de Veracruz durante el periodo Clásico, como las llamadas figurillas San José

Acateno en el centro-norte, entre la Sierra de Chiconquiaco y la región de El Tajín, las

sonrientes en el centro-sur o los coyotes en la cuenca del Antigua y del Actopan.55 Su

papel en las ofrendas de construcción habla de la importancia de la participación popular

54 A. Medellín Zenil, op. cit., 1960, p. 3.55 A. Daneels, op. cit., 2006a, y op. cit., 2003.

72

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

en la toma de decisiones hasta de alto nivel, en los casos de pirámides mayores y plataformas

palaciegas. En este aspecto la cultura del centro de Veracruz se distingue de sus

contemporáneas teotihuacanas, zapotecas y mayas, donde las figuras de barro no forman

parte de las ofrendas de construcciones mayores. Así, otra vez se confirma la originalidad

de la cultura del centro de Veracruz.

Conclusiones

Partiendo en 1979 de los datos proporcionados por Medellín Zenil, se propone aquí por

primera vez una tipología de dioses narigudos que tiene en cuenta el conjunto de los

tipos que esta denominación agrupa, a partir de un catálogo de casi 1400 piezas de

colecciones museográficas, aunada a más de 1000 piezas de recolección y excavación del

proyecto propio. Esta tipología se podrá enriquecer a futuro con la identificación de los

estilos regionales, la definición de su distribución espacial y la evaluación más precisa de

las proporciones relativas de los tipos y subtipos principales, información que permitirá

entender aún mejor el papel que estas figuras jugaron en una pequeña área del centro-sur

de Veracruz. Sin embargo, el catálogo alcanzó para demostrar que los distintos tipos de

Narigudos están perfectamente estandarizados en cuanto a atributos, y jerarquizados en

cuanto a tamaño y frecuencia: el tipo I, masculino, es dominante por su tamaño y posición

sedente (de poder), y por conformar hasta el 60% de la categoría; los dos tipos

subordinados, uno masculino (tipo II), otro femenino (tipo III), ambos trípodes y de

tamaño menor, conforman respectivamente sólo el 25% y el 15 %.

Al revisar los atributos morfológicos, se pone en duda la interpretación hasta

ahora bastante difundida de que se trate de una divinidad solar, prefiriendo analizar los

contextos de hallazgo. Los “Narigudos” ocurren como depósitos votivos en

construcciones, tanto como ofrendas de dedicación o consagración como de terminación.

Esta circunstancia, aunada a la estandarización y jerarquización de los tipos y su

ordenamiento de acuerdo con rumbos cardinales, confirma que se les atribuyeron poderes

de sacralización de espacios, indicando su naturaleza divina en la sociedad que los produjo;

73

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

se infiere que pueden ser la representación del mundo como espacio ordenado. Sin

embargo, Dioses narigudos no pertenecen al ámbito de la religión de estado como

expresada en el rito del juego de pelota. Éste está restringido al ámbito de élite por la

parafernalia (esculturas finas), iconografía en medios de élite (arquitectura, escultura en

piedra, pintura mural, vasijas de relieve), asociado a centros de poder (sitios de primer y

segundo rango), donde se practica en la cancha que está asociada a la plaza principal.

Los narigudos se relacionan con una religiosidad popular o doméstica, por ser

de barro, ocurrir a todos los niveles sociales y en todos los rangos de sitios, por su

carácter oculto o privado, y por estar ausente del ámbito de élite. Sin embargo, esta

religión popular tiene injerencia en las tomas de decisión de alto nivel, al ser parte de las

ofrendas votivas de construcciones mayores, lo que sugiere una rivalidad con la religión

de estado. El caso de los narigudos indica que esto sucede a un nivel regional reducido,

mas hay indicios de que otros tipos de figurillas del centro de Veracruz en el Clásico

funcionaron de la misma manera en su esfera regional. Esto podría llegar a explicar la

importancia y gran diversidad de figurillas de barro que siempre ha caracterizado esta

cultura mesoamericana y que ha llamado la atención tanto de arqueólogos como

historiadores del arte.

Créditos

Deseo agradecer a las siguientes personas e instituciones que hicieron posible la

investigación cuyos resultados aquí se presentan:

Al Mtro. Alfonso Medellín Zenil del Museo de Antropología de la Universidad

Veracruzana, quien en 1979 permitió el estudio de la colección de Dioses narigudos y el

acceso al archivo técnico.

Al Dr. Dieter Eisleb del Museum für Völkerkunde de Berlín, Dahlem, que permitió en

1981 y en 1987 el estudio de los materiales y archivos del centro de Veracruz, provenientes

principalmente de las colecciones de Strebel.

74

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

Annick Daneels Verriest. Doctora en Antropología por la UNAM,actualmente labora como investigadora en el Instituto de InvestigacionesAntropológicas de dicha institución. Ha dirigido varios proyectos dereconocimiento en el Centro de Veracruz y es autora de numerosos artículossobre historia prehispánica de los asentamientos, sobre todo en la cuencade los ríos Jamapa y San Juan.

Al Consejo de Arqueología del Instituto

Nacional de Antropología e Historia, por

los permisos otorgados desde 1981 al

proyecto “Exploraciones en el centro de

Veracruz”.

A la Secretaría de Relaciones Exteriores

de México, la cual con el Comisariado

Flamenco para Cooperación de Desarrollo

de Bélgica me otorgó una beca de

intercambio de 1981-1986 para realizar la

investigación.

Al Fondo Nacional para la Investigación

Científica de Bélgica, por el apoyo a las

investigaciones en 1981-1984 y 1988-1990.

A la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto de Investigaciones

Antropológicas, donde laboro como investigadora desde 1998, y a la Dirección General

de Asuntos del Personal Académico, con presupuesto PAPIIT IN 305503 (2004-206) Al

Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología, con el proyecto individual 27793 H

(1999-2000).

75

Medellín Zenil y los Dioses narigudos

Sara Ladrón de Guevara

Lacerámicaconbajorrelieve,unaomisión de Medellín Zenil

En el centro de Veracruz, durante la época precolombina, se utilizó la técnica del

bajorrelieve con magníficos logros. En la escultura pétrea son ampliamente conocidos

los tableros y las columnas de El Tajín, realizados sobre piedra arenisca. Hay muchos

otros ejemplos de esta técnica sobre piedra. Pero el bajorrelieve se utilizó también en

vasijas cerámicas en dicha área y en una temporalidad más o menos contemporánea al

sitio mencionado. Desde luego, es muy diferente esculpir en piedra que hacerlo en cerámica

y es diferente también trabajar una superficie plana que la forma redondeada de una

vasija: sobre la superficie pétrea se esculpe, se retira materia hasta dejar sólo la forma

deseada, mientras que la cerámica se modela, se quita o se agrega o se moldea.

Las vasijas de las que nos ocuparemos a continuación parecen ser producto de

moldes, aunque posterior a dicho tratamiento eran refinadas y se les daba un acabado

que hoy nos permite identificar productos individuales generados del mismo molde.

El tipo cerámico, es decir, la pasta, el acabado y la forma de la vasija es variable.

Esto es interesante, pues los arqueólogos ponemos mucha atención a los tipos cerámicos

y distinguimos diferencialmente las vasijas por su pasta y acabado, en cambio, reconocemos

que los que manufacturaron vasijas con bajorrelieve no se restringieron a un solo tipo. Si

bien siempre ocuparon pastas finas, éstas pueden ser de diversos colores y pueden o no

presentar engobe. En cuanto a las formas, se trata siempre de cajetes, pero pueden presentar

paredes más o menos convergentes o divergentes y pueden o no tener soportes trípodes.

Sin duda, el trabajo más acucioso sobre estas vasijas es de la autoría de Hasso

von Winning y Nelly Gutiérrez Solana, y en él se denomina a la cerámica de vasijas

decoradas en relieve como complejo “Río Blanco”; sin embargo, hay que destacar que

vasijas de este complejo aparecen no solamente en La Mixtequilla en el espacio entre el

Río Blanco y el Papaloapan, como se expresa en dicho trabajo, sino que en sitios al norte

de dicha región, específicamente en El Tajín, han aparecido fragmentos de vasijas con

CONTRAPUNTO No. 7 enero-abril 2008

76

La cerámica con bajorrelieve

estas características, si bien reconocemos una mayor incidencia de tiestos afines en el

área de Río Blanco-Papaloapan.

Las primeras noticias publicadas que tenemos de estos ejemplares aparecen en

los años cuarenta. Drucker llamó a esta cerámica “Carved ware” (vajilla labrada) y describió

el tipo como “poco común en Tres Zapotes”.1 Encontró algunos tepalcates en excavación

y los consideró no locales, indicadores de contactos culturales con otras regiones.

Por su parte, Weiant la denominó “Sculptured Pottery”2 (cerámica esculpida).

Este autor reconoció la semejanza de su decoración con los bajorrelieves de El Tajín. A

diferencia de Drucker, considera que los tepalcates hallados en Tres Zapotes eran de

manufactura local, en vista de que hay miles de tiestos con la misma pasta y cocimiento

que éstos. Weiant3 menciona también que Juan Valenzuela encontró muchos de estos

especímenes en varios sitios del área.

Reconocemos ya en estos dos autores una polémica en cuanto a la procedencia

de tales ejemplares. Nos inclinamos por la propuesta de Weiant en el sentido de que estas

vasijas son de manufactura local.

Poco después, Du Solier4 habría de consignar algunos tiestos con bajorrelieve

procedentes de El Tajín. Muchos años más tarde, en los noventa, Yamile Lira encontraría

aún más ejemplares durante la exploración del Edificio de las Columnas, dentro del

proyecto Tajín dirigido por Jürgen Brüggemann, pero lamentablemente no se ha hallado

una vasija completa.

Llama la atención el hecho de que Alfonso Medellín Zenil no hubiese mencionado

este tipo de vasijas en su obra clásica Cerámicas del Totonacapan (1960) a pesar de haber

hallado él mismo un ejemplar en las excavaciones realizadas en Remojadas y es por ello

que he titulado a esta ponencia como “una omisión de Medellín Zenil”, siendo él uno de

1 Philip Drucker, Ceramic sequences at Tres Zapotes, Veracruz, Mexico, Washington: Smithsonian Institution,Bureau of American Ethnology Bulletin 140, US Government Printing Office, 1943, p. 75.2 C. W. Weiant, An Introduction to the Ceramics of Tres Zapotes, Veracruz, Mexico, Bulletin 139, Washington:Bureau of American Ethnology, Smithsonian Institution, 1943.3 C. W. Weiant, op. cit., p. 113.4 Wilfrido Du Solier, “La cerámica arqueológica de El Tajín”, en Anales del Museo Nacional de Arqueología,Historia y Etnografía, t. III, Quinta Época, México: SEP, 1945, pp. 147-191.

77

La cerámica con bajorrelieve

los pocos arqueólogos que encontrara una de estas vasijas en contexto arqueológico y

siendo a él a quien debemos precisamente la obra más importante sobre la cerámica del

centro de Veracruz. Llama la atención la ausencia de descripción de este tipo en su obra.

Arqueólogos contemporáneos que realizan sus investigaciones en la región

conocida como “La Mixtequilla” siguen hallando ejemplares de este tipo. Barbara Stark,

por ejemplo, consigna numerosos ejemplares.5 Uno de ellos, con silueta que muestra la

forma de la vasija como vaso cilíndrico, le permite ubicarlo temporalmente en el Clásico

Temprano.6 Pero los tiestos recuperados en excavación le sugieren fuertemente que las

escenas moldeadas son del Clásico Tardío, aunque en raros casos puede ocurrir en el

Clásico Temprano. En su opinión los casos moldeados del Clásico Temprano tienen

motivos más grandes y pasta más burda en comparación con las escenas moldeadas más

delicadas y complicadas del Clásico Tardío.7

En la colección del Museo de Antropología de Xalapa se encuentran cinco

ejemplares de vasijas con bajorrelieve. Tres de éstas son de procedencia conocida y de

proyectos arqueológicos, mientras que dos vasijas más son de procedencia desconocida.

Las tres primeras proceden de El Zapotal, El Faisán y Remojadas. Esta última es la que

halló Alfonso Medellín Zenil.

La vasija de Remojadas

La vasija con bajorrelieve encontrada por Alfonso Medellín Zenil en Remojadas tiene

una altura de 7.2 cm y un diámetro de 10.5 cm. Su registro señala que procede de la

Sección S, 2ª capa. Lamentablemente presenta grandes faltantes.

5, Barbara L. Stark (ed.), Classic Period Mixtequilla, Veracruz, Mexico. Diachronic Inferences from ResidentialInvestigations, Monograph 12, New York: Institute for Mesoamerican Studies/University at Albany, 2001.6 Barbara L. Stark (ed.), op. cit., p. 129.7 Ibid.

78

La cerámica con bajorrelieve

Llama la atención que Medellín

no haya hecho mención especial de esta

vasija a pesar de su extraordinario

bajorrelieve y de la escasez de este tipo

de materiales.

En su obra clásica, Cerámicas del

Totonacapan, Medellín describe en el

apéndice la excavación realizada en la

sección S8 y afirma que los materiales de las dos primeras capas, en una de las cuales halló

esta vasija, corresponden todos al Horizonte Clásico Temprano: “Sección S”. Esta

excavación sólo dio 3 capas de materiales arqueológicos, de 0.20 m cada una. Entre sus

3901 fragmentos cerámicos, sólo 5 pertenecen a la época “Remojadas Inferior”, mismos

que fueron localizados en lo más profundo de la tercera capa. Los materiales situados

estratigráficamente más arriba son todos del Horizonte Clásico Temprano”.9

En la parte del bajorrelieve que se conserva se observa a dos personajes humanos

enteros y parte de un tercero que se hallan en posición sedente y son vistos de perfil.

Todos están ornados con tocados de plumas, con orejeras y collar. En el dibujo se observa

a dos personajes mirando a la misma dirección y el tercero en dirección opuesta. Uno de

ellos trae una especie de abanico y frente a él hay una red. El personaje en dirección

opuesta porta un manojo de plumas. Este objeto nos recuerda un bajorrelieve sobre las

columnas de El Tajín, donde un personaje ofrece un atado de plumas al gobernante en su

entronización.10 Entre los dos personajes que se dan la espalda y en medio de volutas se

halla un ave.

8 Alfonso Medellín Zenil, Cerámicas del Totonacapan. Exploraciones arqueológicas en el Centro de Veracruz, Xalapa:UV, 1960, p. 181.9 Idem.10 Sara Ladrón de Guevara, Imagen y pensamiento en El Tajín, Xalapa: UV/INAH, 2005, p. 130.

79

La cerámica con bajorrelieve

Reconocemos así que la parafernalia asociada con el poder se comparte en estos

sitios correspondientes a espacios y temporalidades lejanos.

Asimismo, reconocemos que existen corrientes de influencia en la costa del Golfo

que van de sur a norte de tal forma que en El Tajín se recuperó una tradición propia del

centro-sur de Veracruz, independientemente de modificaciones estilísticas. Esto es así

para un tipo cerámico, pero lo fue también en otros ámbitos de la cultura material y no

material en la costa del Golfo. La evidencia iconográfica aquí mostrada indica que los

símbolos de poder y la parafernalia de los Señores se reitera en medios y tiempos distintos:

ya no moldeados en sus cuencos sino esculpidos en bajorrelieves sobre las columnas,

precisamente en el edificio donde cuencos con bajorrelieve fueron utilizados como objeto

de prestigio de uso para las élites, siguiendo cánones estilísticos propios.

Sara Ladrón de Guevara. Arqueóloga por la Universidad Veracruzana,Maestría en la Sorbona (París) y Doctora en Antropología por la UNAM.Especialista en Iconografía y Religiones Mesoamericanas, ha trabajado enel occidente de México, en El Tajín y Puente Nacional, entre otros sitios.Autora de Hombres y dioses de El Tajín (Premio Nacional 2007) e Imagen yPensamiento en El Tajín, además de otras publicaciones.

Doss ier

Sara Ladrón de Guevara y 1 PresentaciónSergio Vásquez Zárate

Roberto Williams García 5 Semblanza del arqueólogoAlfonso Medellín

Manuel Torres Guzmán 10 Primeras temporadas de campocon Alfonso Medellín Zenil

Sergio Vásquez Zárate 17 Las delimitaciones geográfico-culturales en la obra de AlfonsoMedellín Zenil

Yamile Lira López 24 Los trabajos de Medellín Zenil enla región de Maltrata: nuevosavances

Barbara L. Stark 35 Patrones espaciales cerámicos enla cuenca baja oeste del ríoPapaloapan

Annick Daneels Verriest 52 Medellín Zenil y los Diosesnarigudos

Sara Ladrón de Guevara 75 La cerámica con bajorrelieve, unaomisión de Medellín Zenil