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Del pesebre a la cruz. El Niño Jesús crucificado. · 2012-06-18 · de los instrumentos de la...

Date post: 12-Oct-2018
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Del pesebre a la cruz. El Niño Jesús crucificado. Ángel PEÑA MARTÍN Zamora
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Del pesebre a la cruz.

El Niño Jesús crucificado.

Ángel PEÑA MARTÍN Zamora

Tras el Concilio de Trento el pensamiento cristiano descubre que puede acercarse al Niño Jesús y sacar nuevas enseñanzas de su debilidad, dirigiendo su mirada hacia los episodios que mostraban la tierna inocencia de aquel que había nacido para morir en la cruz. Se trató de retrotraer a la infancia de Jesús las características del Jesús adulto, dando lugar a prefiguraciones pasionarias para crear una dialéctica entre la dulzura y ternura infantil con la tragedia del drama pasionario, dando lugar a las imágenes del Niño Jesús de Pasión. Así encontramos imágenes del Niño Jesús llevando la cruz a cuestas1, acompañado en algunas ocasiones de un cordero, como símbolo del alma piadosa, que puede llevar también algún instrumento de pasión como indicador de que ella también ha de sufrir2, portando además un cesto con los clavos, martillo y tenazas empleados en su crucifixión3. Aparece sosteniendo la cruz o abrazándola4, incluso dormido sobre ella5, mostrando la corona de espinas6 o con una espina clavada en una de sus manos7, con la columna de la flagelación8 o rodeado

1 Luisa ROLDÁN, Niño Jesús Nazareno, 1692-1706. Madera policromada, 70,5 cm. Granada, Convento de MM. Capuchinas de San Antón. ANÓNIMO, Niño Jesús Nazareno, Siglo XVIII. Óleo sobre lienzo. Madrid, Patrimonio Nacional. Real Monasterio de Santa Isabel.

2 ANÓNIMO, Niño pasionario. Madera policromada, 65 x 15 x 17 cm. Segovia, Monasterio de MM. Cistercienses de San Vicente el Real. Felipe GONZÁLEZ SANTISTEBAN, Niño Jesús Nazareno Pastor, Siglo XIX. Madera policromada. Granada, Convento de MM. Clarisas de Nuestra Señora de los Ángeles.

3 Diego DÍEZ FERRERAS, atribución, Niño Jesús de Pasión, hacia 1680. Óleo sobre lienzo, 100 x 80 cm. Zamora, Iglesia parroquial de San Frontis. ANÓNIMO, Niño Jesús de Pasión, Siglo XVIII. Madera policromada. Valladolid, Convento de Santa Clara.

4 ANÓNIMO, Niño Pasionario. Madera policromada. Toledo, Convento Agustino de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, Las Gaitanas. ANÓNIMO, Menino Jesus abraçado à cruz, Siglo XVIII. Lisboa (Portugal), Palácio Nacional da Ajuda.

5 ANÓNIMO, Niño Jesús dormido sobre la Cruz, primer tercio del siglo XVII. Óleo sobre lienzo, 86 x 158 x 6,5 cm. Madrid, Patrimonio Nacional. Real Monasterio de la Encarnación. Juan MARTÍNEZ MONTAÑÉS, taller de, Niño Jesús de Pasión, finales del siglo XVII. Peltre policromado, 42 x 19 x 13 cm. Castellón, Real Convento de MM. Capuchinas de la Purísima Sangre de Cristo y del Glorioso San José.

6 ANÓNIMO, Niño Pasionario. Madera policromada, 85 x 35 x 35 cm. Segovia, PP. Misioneros. 7 ANÓNIMO, Niño Jesús de Pasión, Siglo XVIII. Madera policromada, 40,5 x 26 x 26

cm. Zamora, Monasterio de MM. Dominicas de Santa María la Real de las Dueñas. Anónimo. Niño Jesús de la espina, Siglo XVII. Óleo sobre lienzo. Madrid, Patrimonio

Nacional. Monasterio de las Descalzas Reales. 8 Ignacio VERGARA XIMENO, círculo de, Niño Jesús de Pasión, último tercio del siglo

XVIII. Madera policromada, 36 x 40 cm. Benicássim (Castellón), Monasterio de Carmelitas

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de los instrumentos de la pasión9, triunfante de la muerte y del pecado10, culminando el suplicio de la pasión en su muerte y resurrección11. Es en este contexto, donde surge la imagen del Niño Jesús crucificado, cuyo estudio y análisis debería contextualizarse asimismo en el culto al Divino Infante tan generalizado durante el Barroco, sobre todo en las clausuras femeninas, que, sin embargo, por razones de extensión aquí no podemos afrontar.

Las imágenes del Niño Jesús crucificado llevan al extremo la vinculación entre el nacimiento y la muerte del redentor, crucificando al niño recién nacido, al identificar las maderas de la cuna de Belén con la cruz, y los pañales con el sudario que acogió su cuerpo muerto. En un primer momento, esta estrecha relación entre el nacimiento y la muerte se representa mediante la unión en un mismo espacio de los dos acontecimientos, como sucede en La Adoración de los Reyes, y Cristo en la cruz12, atribuida Benedetto Bonfigli, en la que los Reyes Magos aparecen adorando al Niño Jesús, en la derecha de la tabla, y Cristo crucificado adulto en la izquierda. O el Niño Jesús recostado sobre el Calvario de la Iglesia de los Santos Justo y Pastor (Granada)13, que sirve de base a un crucifijo y el Corazón de Jesús del extinto Convento de Nuestra Señora de la Laura (Valladolid)14, crucifijo en cuya peana se disponía un corazón que al abrirse mostraba una imagen del Niño Jesús.

Son muy pocas las imágenes que se conservan del Niño Jesús crucificado, quizás, porque resultaban demasiado escalofriantes al espectador15, por lo impactante que resultaban, rozando incluso lo desagradable, además de haber sido

Descalzos del Desierto de las Palmas. Francisco SALZILLO, atribución, Niño Jesús, Siglo XVIII. Madera policromada, 29 x 14 x 15,5 cm. Colección particular.

9 ANÓNIMO, Niño Jesús con atributos de Pasión, Siglo XVIII. Madera policromada, 32 x 24 x 25 cm. Granada, Museo Casa de los Pisa. Domingo MARTÍNEZ, Niño Jesús pasionario, Siglo XVIII. Óleo sobre lienzo, 101,5 x 71,5 cm. Soria, Iglesia de San Francisco. Procedente de Soria, Iglesia de San Nicolás.

10 Luis Salvador CARMONA, Vencedor del pecado, Siglo XVIII. Madera policromada, 60 cm. San Ildefonso (Segovia), Parroquia de Nuestra Señora del Rosario. Francisco SALZILLO, Niño de la bola, Siglo XVIII. Madera policromada. Cieza (Murcia), Monasterio de HH. Clarisas de la Inmaculada Concepción.

11 ANÓNIMO, Niño Jesús con los estigmas de la Pasión, Siglo XVIII. Madera policromada. Madrid, Patrimonio Nacional. Real Monasterio de las Descalzas Reales. Roque LÓPEZ, Niño Jesús Resucitado, 1804. Madera policromada, 70 cm. Ayna (Albacete), Iglesia de Nuestra Señora de lo Alto. Desaparecido.

12 Benedetto BONFIGLI, atribuido, La Adoración de los Reyes, y Cristo en la cruz, Siglo XV. Pintura sobre tabla, 37,5 x 49,5 cm. Londres, National Gallery.

13 ANÓNIMO, Niño Jesús recostado sobre el Calvario. Madera policromada. Granada, Iglesia de los Santos Justo y Pastor.

14 ANÓNIMO, Corazón de Jesús, primer cuarto del siglo XVIII. Madera policromada, cruz 54 cm. y corazón 20 cm. Valladolid, extinto Convento de Nuestra Señora de la Laura.

15 VEGA, p. 43.

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censuradas desde la propia Iglesia16. Aroca Lara, al estudiar la iconografía de la imagen exenta del niño Jesús en la escultura barroca andaluza, indicaba que no tenía noticia de que estas imágenes existieran en Andalucía, y dudaba mucho de que los imagineros andaluces las hubieran hecho posibles17.

Una de las primeras representaciones del Niño Jesús crucificado se debe a la visión de la Madre Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa (1563-1635), religiosa Concepcionista de origen español fundadora del Monasterio Real de la Limpia Concepción de la ciudad de San Francisco de Quito, a la que en 1628 se le apareció Nuestra Señora de El Buen Suceso diciéndole:

Levanta ahora la vista y mira hacia el cerro de Pichincha, donde será crucificado este Divino Infante que traigo en mis brazos. Lo entrego a la Cruz a fin de que Él dé siempre buenos sucesos a esta República […].

Tras esta revelación, la Madre Mariana vio a los Arcángeles San Miguel, San

Gabriel y San Rafael que tomaron al Niño Jesús de los brazos de la Virgen y lo condujeron a la cima del cerro de Pichincha. Allí, el Niño Jesús, vestido con túnica blanca salpicada de estrellas y manto de color rosado, encontró una cruz de la que pendía una corona de espinas. Aproximándose a ésta, se postró con sus brazos en cruz fijándose a ella, quedando por tanto crucificado. Por sus mejillas cayeron gruesas lágrimas que fueron recogidas por los tres Arcángeles y esparcidas por toda la nueva nación ecuatoriana. De su frente, manos y pies brotaba sangre mientras decía: No puedo hacer más por ti, para demostrarte mi Amor.

Seis años más tarde, en 1634, la Madre Mariana recibió el mandato de

Nuestra Señora de reproducir en estampas su visión del Niño Divino:

[…] queremos que, valiéndote del Obispo, reproduzcas en estampas esta visión que tuviste de mi Amadísimo Niño Crucificado, escribiendo en ellas las palabras que oíste de sus labios.

La Virgen María le ordenó difundir dichas estampas por todo el mundo. Al

día siguiente, el Obispo de Quito, Don Pedro de Oviedo, acudió al monasterio para saludar a la Madre Mariana de Jesús y a la Madre Francisca de los Ángeles, las dos únicas supervivientes de la fundación del monasterio, diciéndoles:

Queridas Madres, en sueños me pareció ver a mi Madre Santísima, que llena de amor y ternura maternal, me indicaba la visión del Niño Crucificado en el cerro del Pichincha, pidiéndome también,

16 HENARES, “La iconografía […]”, sin paginar. 17 AROCA, pp. 59 y 60.

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mandarla a grabar en unas estampas, añadiéndole las palabras mencionadas por el Divino Niño en dicha colina.

La Virgen indicaba al Obispo lo mismo que había revelado a la Madre

Mariana acerca de la difusión de la devoción al Niño Jesús Crucificado por todo el mundo, por lo que ordenó a ésta elaborar un dibujo que plasmase la aparición del Niño en la cruz para enviarlo a España, donde serían editadas las estampas. Don Pedro de Oviedo adjuntó al dibujo una carta dirigida al Rey, pidiéndole especial prontitud en la impresión, prometiendo a las Madres encargarse personalmente de distribuirlas a todas las religiosas del Convento. Actualmente, se venera una imagen del Divino Niño de la Cruz del Pichincha en la Iglesia del Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito, que, vestido como se apareció en la visión de la Madre Mariana y coronado de espinas, muestra las llagas de la Pasión en sus pies y manos.

La Venerable Sor María Jesús de Ágreda (1602-1665), en la Mística ciudad de Dios (1670), señalaba como el Niño Jesús, en el vientre virginal de María, oraba ya en forma de cruz:

Y tal vez el Niño Dios en aquella fagrada Caberna fe ponia de rodillas, para orar al Padre; otras en forma de Cruz, como enfayandofe para ella18, como le había dicho la propia Virgen: defde el primer inftante, que fue concebido en mi Vientre, no defcansò, ni cefsò de clamar al Padre, y pedir por la falvacion de los hombres. Y defde alli comenzò à abrazar la Cruz, no folo con el afecto, fino tambien con efecto en el modo que era pofsible, ufando de la poftura de crucificado en fu niñez; y eftos exercicios continuò por toda la vida19. Como ya había recogido fray Iñigo de Mendoza (1425-1507) en la Exclamacion al niño que traya la cruz, copla 206 de la Vita Christi (1467-1468): ¡O paso muy dolorido / mas, por cierto, verdadero!: / no solo rezien nasçido, / mas en siendo concebido / te dio pena este madero / que en el vientre do yazias / en la tu diuinal luz / manifiestamente veyas / el triste fin de tus dias / auer de ser la cruz. Postura que seguiría empleando en la oración a lo largo de su niñez, mientras pedía recibir la cruz: La poftura con que oraba nueftro Bien, y Maeftro, era algunas veces arrodillado, otras poftrado, y en forma de Cruz, otras en el ayre en la mifma poftura, que amaba mucho. Solìa decir orando, y en preferencia de fu Madre: “O Cruz dichofifsima, quando me hallarè en tus brazos, y tu recibiràs los mios, para que en ti clavados, eftèn patentes, para recibir à todos los pecadores!20.

18 SOR MARÍA JESÚS DE ÁGREDA, Libro IV. Capítulo VII. 444, pp. 246 y 247. 19 Idem, Libro IV. Capítulo XXIX. 700, p. 398 20 Ibídem, Libro V, Capítulo XII, 849, pp. 489.

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Cruz que le sería constantemente presentada por los ángeles a lo largo de su infancia21, desde el preciso momento de su nacimiento, estando recostado en el pesebre22, y que serviría a Dios Padre para manifestar a la Virgen y San José la futura pasión y muerte de su Hijo23.

No hay que olvidar que desde el momento en que Jesús viene al mundo,

empieza su obra de Redentor, inundando todo Belén con el espíritu de la Cruz24. El ejemplo más claro es el debido a Domingo Martínez25, que presenta al Niño Jesús sentado en un sillar junto al pesebre, coronado de espinas y con el rostro vuelto hacia lo alto, donde dos ángeles le muestran la cruz en la que morirá al final de su Pasión. Rodeado de varios símbolos de la Pasión, como la soga, la columna, el martillo, los clavos, el INRI, el sudario y el sepulcro en que sería enterrado, a sus pies aparece la calavera, como símbolo de su triunfo sobre la muerte, y la serpiente con la manzana en la boca, como alegoría de la redención del pecado original en que incurrieron Adán y Eva, como nos recuerda también la cuna del Niño Jesús de las Clarisas de Ávila26.

El místico Benedictus Van Haeften (1588-1648) en la Regia Via Crucis o Camino Real de la Cruz, publicada en Amberes en 1635 y traducida al castellano en 1721 por fray Martín de Herce, cuyo argumento parte de las palabras de Cristo: Si alguno quiere venir en pos de mí niéguese a sí mismo, lleve su cruz cada día, y sígame (Lc. 9, 22), establece un diálogo entre Cristo, que se muestra como divino conductor indicando el camino de la vida eterna, y Staurofila, la amante de la Cruz. La obra incluye breves composiciones poéticas y 37 estampas grabadas, en las que Cristo aparece representado como niño. En el libro segundo, dedicado al mejor modo de llevar la cruz, Staurofila debe cargar con la cruz como se aconseja en el capítulo primero. Por el camino de la vía purgativa, ésta se ha ido acercando cada vez más a Cristo hasta crucificar su propia carne, según muestra el emblema decimosexto, que tiene el lema paulino:

21 Joaquín CAMPOS LÓPEZ, San Juanito y el Niño Jesús, Principios del siglo XIX. Óleo

sobre lienzo, 98 x 69 cm. Murcia, Museo de Bellas Artes. 22 Bartolomé ROMÁN, La Virgen y San José adorando al Niño, 1639. Óleo sobre lienzo,

172 x 138 cm. Béjar (Salamanca), Iglesia de San Juan. 23 Juan de SEVILLA, La Sagrada Familia, hacia 1680. Óleo sobre lienzo, 205 x 155 cm.

Valladolid, Museo Nacional Colegio de San Gregorio. 24 Editor desconocido. Estampa troquelada. Texto: Desde el momento en que / Jesús viene

al mundo, empieza / su obra de Redentor. / El espíritu de la Cruz llena todo / Belén. Siglo XX. Zamora (España), Colección Peña Martín.

25 Domingo MARTÍNEZ, Niño Jesús Pasionario, hacia 1735-1740. Óleo sobre lienzo, 100 x 81 cm. Pontevedra, Colección particular.

26 ANÓNIMO, Niño Jesús, Siglo XVII. Ávila, Convento de MM. Clarisas de Santa María de Jesús. Las Gordillas.

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Los que son de Cristo crucificaron su carne con los vicios y concupiscencias27, así se proclama en el epigrama: Crucifica mi rebelde / pecadora carne Christo, / no sea que por malsana, / cayga infeliz en el vicio.

El grabado muestra hasta qué grado Staurofila sigue a Cristo, siendo

crucificada como Él. La semejanza de Staurofila con Cristo cada vez es mayor y crucificada, será levantada en la cruz quedando colocada junto al Niño Jesús crucificado, como muestra el emblema decimoséptimo, que también tiene un mote paulino:

El mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo28. Dice el epigrama: El mundo es cruz para mí / y yo cruz al mundo soy: / porque muerta vivo a aquél, / que por mí la vida dio. Finalmente, un paso en esta fusión de los amantes de la cruz es que ambos sean crucificados en la misma cruz, como muestra el emblema decimoctavo, según otro mote paulino: Estoy clavado con Cristo en la cruz29. No sólo es la misma cruz sino también los mismos clavos: Dulces clavos pues tenéis / crucificado a mi Amor, / fixadme en la cruz con él / porque con él muera yo.

En cuanto a la autoría de estos grabados, el único que aparece firmado en

la primera edición española, la de 1721, es el de la página 6, por J. Tauló en 1700. En el caso de la edición madrileña impresa en 1755 por Eugenio Bieco, se atribuyen a Juan Bernabé Palomino30. Inspirados en estos emblemas, el Museu Nacional do Azulejo de Lisboa (Portugal) conserva una serie de 30 paneles de azulejos, procedentes del claustro de algún convento portugués31.

Pocas son las tallas barrocas que nos han llegado del Niño Jesús crucificado, sin duda, la más conocida es la de la Colección Castillo32. Imagen obra de un taller guatemalteco, que, siguiendo los patrones iconográficos de Cristo crucificado adulto, muestra al Niño Jesús clavado en la cruz, con la lanzada en el costado y coronado de espinas. Erróneamente, en numerosas ocasiones, se han tomado como imágenes del Niño Jesús crucificado las representaciones de los santos niños mártires crucificados durante la Edad Media por los judíos, y, por el contrario,

27 Gál., 5, 24. 28 Gál., 6,14. 29 Gál., 2, 19. 30 VARIOS, Estampas…, p. 78. 31 ANÓNIMO portugués. Regia Via Crucis, Siglo XVIII. Azulejo. Lisboa (Portugal),

Museu Nacional do Azulejo. 32 Taller guatemalteco. Niño Jesús crucificado, Siglo XVIII. Madera policromada, 100 x

56 x 25 cm. Antigua (Guatemala), Colección Castillo.

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algunas imágenes del Niño Jesús se han interpretado como representación de estos santos. Estas imágenes, son resultado de la creencia entre los cristianos de que el Viernes Santo los judíos, en remembranza de la muerte que dieron a Jesús, sacrificaban

a niños o jóvenes cristianos, poniéndoles en cruz y bebiendo de su sangre. Acusaciones confirmadas por Alfonso X en las Partidas: Por que oyemos decir que en algunos lugares los judíos fiçieron et façen el dia de Viernes Sancto remembranza de la pasión de Nuestro Señor Jesu-cristo en manera de escarnio, furtando los niños et poniéndolos en la cruz, e faciendo imágines de cera, et crucificándolas, quando los niños no pueden aver […]33. Hechos que ya había recogido Gonzalo de Berceo en los Milagros de Nuestra Señora: Fallaron en una casa del Rabí más honrado, / Un grant cuerpo de cera, como ome formado; / Como don Xripsto s’ovo, sedíe crucificado, / Con grandes clavos preso, é grant plaga al costado34.

Uno de estos niños fue Santo Domingo del Val, quién, según recoge la

tradición, fue crucificado por los judíos en Zaragoza el día 31 de agosto de 1250. Domingo de Val había nacido en Zaragoza en 1243, destinado ya desde su nacimiento al martirio en la cruz, por tener feñalada la cabeça con una Corona, fino también por tener dibuxada vna cruz en la efpalda derecha35. Su muerte obedeció a una pragmática de los judíos por la que se liberaba de impuestos, pechas y alcabalas a quien entregase a un niño cristiano para renovar en él la Pasión de Cristo. Clavado en una pared con tres clavos, le abrieron su costado con una lanza mientras moría cantando gozos y motetes: renovando la fangre de Iefu Chrifto impiamente vertida, crucificaron al Niño en la pared, i le abrieron gravemente el pecho cõ una lança36. Iconográficamente, Santo Dominguito de Val se representa como un niño de siete años crucificado, con tres clavos, sobre una cruz de madera, mostrando, a semejanza de Cristo, la lanzada en su costado derecho. Aparece vestido con la indumentaria de los niños de coro de la catedral de La Seo, al que pertenecía y del que a su muerte se convirtió en santo patrón, consistente en una sotana roja y roquete blanco, y como toque de gala un lazo rojo de raso que cubre la parte superior y central del roquete. En algunas ocasiones cubre su cabeza con un bonete rojo de cuatro picos y borla roja, que también puede aparecer en el suelo junto a él. Andrés de Uztárroz hace unas curiosas disquisiciones sobre si el santo estaría vestido o no en el momento de su crucifixión:

33 ALFONSO X EL SABIO, Partidas, VII, XXIV, ley 2. 34 GONZALO DE BERCEO, Milagros de Nuestra Señora, Milagro XVIII. 35 ANDRÉS, pp. 21 y 22. 36 Idem, p. 53.

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Ya que le huvieron açotado cruelifsimamete, pareceme que no le bolveriã a poner fu veftidura, ocafiona efta conjectura el filencio de los Hiftoriadores de fu Vida, ni fer neceffario tampoco bolverfela a poner, porque no llevò fobre fus hombros Cruz alguna […]37.

Así podemos verlo en la Catedral de Palma (Mallorca)38 o en la Iglesia de

San Nicolás de Bari de Sevilla39.

Lo que nos lleva a dudar, una vez vistos los ejemplares que del santo presenta Rincón García en su estudio, de que la escultura conservada en la Iglesia de Santa Cecilia de Ronda40, identificada como Santo Dominguito de Val represente al santo, y no se trate en realidad de un Niño Jesús crucificado, ya que éste aparece en la cruz cubierto únicamente por el perizonio. Además, la talla muestra a un niño menor de siete años, edad a la que murió Santo Dominguito. Aunque, bien podría representar también al Santo Niño de la Guardia, Cristóbal Pasamonte, víctima asimismo de la crucifixión. Niño, de tres a cuatro años, que en 1489 varios judíos raptaron en Toledo, trasladándolo a una cueva del término de La Guardia, donde amparados en el secreto de la noche de Viernes Santo sufrió los mismos tormentos que Cristo en su Pasión. Extendieron sus brazos y piernas en dos palos puestos a manera de cruz, le azotaron, escupieron y abofetearon, poniéndole una corona de hierbas espinosas en la cabeza. Finalmente, le vaciaron toda la sangre del cuerpo, y, abriéndole el pecho, le sacaron el corazón guardándolo en salmuera, como recoge la Historia del inocente trinitario el Santo Niño de La Guardia41:

Aviendo llegado el Santo Niño, con la Cruz fobre fus benditos hombros, à la Cueva […] le defnudaron de las veftiduras que llevaba […] y luego fixaron de nuevo la Corona de efpinas, que le avian quitado quando le defnudaron de la tunica. Defpues hecharon fuertes fobre las veftiduras del Santo Inocente, porque efte fimil no faltaffe à las de Chrifto […].

37 Ibidem, p. 31. 38 ANÓNIMO, Santo Dominguito de Val, 1682. Madera policromada. Palma (Mallorca),

Santa Iglesia Catedral. Capilla de la Piedad, Retablo de Nuestra Señora de la Piedad. 39 ANÓNIMO, Santo Domingo del Val, 1815. Madera policromada. Sevilla, Iglesia de

San Nicolás de Bari. Retablo de Santo Domingo del Val. 40 ANÓNIMO, ¿Niño Jesús crucificado?, Siglo XVII. Madera policromada. Ronda

(Málaga), Iglesia de Santa Cecilia. 41 GUZMÁN, Capítulo XXII. De cómo le desnudaron los jvdios, y como fortearon entre

sì las vestiduras, y le dieron à beber vino, mezclado con hiel. Le clavan en la Cruz; ruega por fus enemigos; le abren las venas; rasgan el coftado; fu madre recibe vifta; y le facan el corazon, y le hechan fal; y baxa Christo, acompañado de fu Santifsima Madre, con toda la Corte Celestial, por el Alma del Santo Niño, pp. 79-88.

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Dieronle à beber vino, mezclado con hiel, para que no faltaffe efta circunfancia à fu Pafsion, y para que le acrecentaffe el tormento, y no quedaffe en aquel benditifsimo Cuerpo miembro, ni fentido fin algun agravio. Luego le hecharon vna foga al cuello, le pufieron en la Cruz, boca arriba, le ataron piernas, y brazos con vna foga de esparto, le enclavaron los pies, y manos con puntas de agudos clavos […]. Defpues enarbolaron aquel Leño Sagrado, y puefto en alto, le dexaron caer en tierra de golpe […] Benito Garcia de las Mesuras, […] le hiriò con vn cuchillo Bohemo el coftado derecho, penfando hallar en èl el corazon, que tanto defeaba; pero turbado de accion tan fiera (ò como zurdo, por hazerlo peor) errò el golpe, y acertò la imitacion; pues hiriò el mifmo lado que Longinos rompiò à Chrifto, permitiendolo afsi la Divina Majestad, para que el Santo Niño fueffe mas viva eftampa fuya. Dada la herida, y abiertas con ella las entrañas de Chriftoval, el perfido Judio fe las facaba à pedazos con fu mano excomulgada, bufcando en ellas el dulze, y fazonado corazon, que Dios tenia para regalo, y comida fuya. El Santo Niño, fin defmayo, y affombros, viendo al Sayon tan rabiosamente sangriento, le preguntò, què bufcaba? Y refpondiendole, que el corazon; entendida del Martyr la intencion judaica, le dixo manfamente: En effotro lado eftà. Entonces el perfido Mesuras, dandole otra herida, con prifa, menos turbada, y mas derecha, le facò el corazon; y el Santo Niño Chriftoval, diziendo: En tus manos, Señor, encomiendo mi efpiritu, diò fu bendita alma à fu Criador […]. Luego llegò aquel à quien avia tocado el oficio de Longinos, que fue Alonfo de las Mefuras […] llegando al Santo Niño, temblando, mas de miedo, que de piedad, con vn cuchillo (que fuera mas piadofo en fer mas agudo) le rompiò todas las venas de fu laftimado cuerpo, recogiendo en vn caldero toda la rofeada fangre, que del Santo Cuerpo corria […].

El sufrimiento de los mismos tormentos que padeció Cristo en su pasión,

ha hecho que se confunda con sus imágenes. Entre las representaciones que conservamos del santo, podemos encontrarlo de dos maneras, crucificado desnudo42, como recoge el relato de su pasión, o vestido con el hábito trinitario43,

42 Francisco BAYEU, Martirio del Santo Niño de La Guardia, Siglo XVIII. Toledo, Santa

Iglesia Catedral. Acceso al claustro por la puerta del Mollete. Juan RUIZ LUENGO, El Santo Niño de La Guardia, 1721. Estampa al aguafuerte, 17,6 x 11,6 cm. Madrid, Biblioteca Nacional. Andrés de la MUELA, Vº Rº. del Santo Inocente de la Guardia. 1776. Grabado calcográfico, 47,5 x 33,5 cm. Madrid, Biblioteca Nacional.

43 ANÓNIMO, Santo Niño de La Guardia. Madera policromada. Cádiz, Santa Iglesia Catedral. Capilla de la Asunción. Cuando Pérez del Campo publicó en 1988 su obra sobre las Catedrales de Cádiz, la imagen se encontraba en la Capilla de Santo Tomás de Villanueva. PÉREZ, p. 40. ANÓNIMO, Santo Niño de La Guardia, Siglo XIX. Madera policromada, 48 cm. Barcelona, Comercio del Arte. San Cristobalito de la Guardia. Estampa Colección Trinitaria 269. Siglo XX. Colección particular.

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ya que su madre lo había encomendado a la Santísima Trinidad, vistiendo los domingos y grandes festividades el hábito de la orden trinitaria.

En el siglo XIX asistimos a un nuevo desarrollo de la piedad, en el que

cobra gran importancia la estampa como medio de difusión de iconografías y sobre todo de advocaciones. El tema del Niño Jesús crucificado también estuvo muy presente, sobre todo en las estampas editadas en Francia e Italia. Muy repetida fue la imagen del Niño Jesús acostado sobre la cruz en el pesebre, sin mostrar los estigmas de la Pasión44. También fueron frecuentes las estampas en forma de cruz, en las que aparecía el Niño Jesús sentado sobre una masa nubosa en el pesebre45. Menos habituales fueron las estampas en las que sentado en el pesebre, coronado de espinas, mostraba sus llagas y la herida sangrante del costado46. Encontramos estampas en las que el Niño Jesús aparece crucificado con la cruz alzada, mostrando los estigmas de la Pasión y portando en algunos casos la corona de espinas47, aunque también se presenta sobre la cruz sin señal de los clavos48. Asimismo se representaba veladamente al Niño Jesús crucificado, como en las estampas que mostraban sus primeros pasos, al aparecer su sombra como una cruz49. Quizás, las estampas con más atractivo visual sean las realizadas por los talleres conventuales de la población italiana de Lucca, a lo largo de la segunda mitad del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. Imágenes del Divino Infante, denominadas Niños Jesús vestidos, hechas siguiendo la técnica del collage. Así encontramos al Niño Jesús dispuesto sobre una especie de rico pesebre decorado con parte de las arma christi, tendido sobre la cruz mostrando los estigmas de la Pasión en sus manos y pies, sujetando con su mano derecha un cáliz50.

44 Destacamos, entre otras muchas, las siguientes: Bouasse-Lebel, París (Francia).

Cromolitografía. Texto: En naissant dans cette Crèche / j’apporte la Croix por sauver vos âmes. Zamora (España), Colección Peña Martín. Dopter, París (Francia). Canivet. Texto: Vous qui étes dans l’affliction et la souffrance, / jetez les yeux sur cet aimable enfant, / et imitez sa patience. Italia, Colección Piero Stradella.

45 Editor desconocido. Estampa troquelada, finales siglo XIX-comienzos siglo XX. Zamora (España), Colección Peña Martín.

46 Editor desconocido, Italia. Cromolitografía, comienzos del siglo XX. Texto: GESÙ, MIO SALVATORE, VI DONO IL CUORE. Colección particular.

47 Turgis, París (Francia). Canivet. Texto: Doux Jésus qui nous avez tant aimés / acordes-nous le repenur de nos fautes. Italia, Colección Piero Stradella.

Editor desconocido, Alemania. Cromolitografía. Texto: Liebes Jesuskind!. Alemania, Comercio del Arte.

48 Félix, París (Francia). Canivet. Texto: JÉSUS SAUVEUR / DOUCEUR INNEFFABLE. Colección particular.

49 Charles Letaille, editada por Boumard, París (Francia). Texto: Le 1er pas du st Enfant Jesus. Francia, Comercio del Arte.

50 Taller conventual, Lucca (Italia). Santino vestito, Siglo XIX. Lucca (Italia), Colección particular.

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Además, en el siglo XIX se abrió campo en el mercado devocional a otro modelo de Niño Jesús crucificado, en el que éste se presenta de pie, vestido con túnica, extendiendo sus brazos horizontalmente sobre una cruz de su mismo tamaño. El éxito de esta imagen se debió a que no mostraba ninguna señal o estigma de la pasión, constituyendo una versión muy dulcificada del crucificado, al ser una mera alegoría de la crucifixión. En España, este tipo de imágenes salieron de los talleres de imaginería religiosa de la población gerundense de Olot, donde se producían de manera seriada en pasta de cartón madera. La mayoría de estos talleres contaban con una imagen del Niño Jesús sobre cruz en sus catálogos, de características muy similares, presentando sólo ligeras variantes entre ellos. Por señalar algunos, podríamos citar los salidos de la Casa El Santo Cristo, de los Talleres El Sagrado Corazón o de El Arte Cristiano. Vayreda, Bassols, Casabó y cia. S.L., taller este último que sigue manteniendo esta imagen en su catálogo. La mayoría de estas imágenes fueron destinadas a la devoción particular, encontrándose en muchos hogares españoles hasta hace bien pocos años. Imágenes que también se encontraban en la clausura de numerosos conventos, donde además eran aderezadas con flores de papel e incluso revestidas, todo ello labor conventual51.

Modelo que ha llegado vigente hasta la actualidad, como vemos en Murcia, donde la familia Blázquez, continuadora de la tradición artesanal ligada al mundo del Belén, entre la gran cantidad de imágenes del Niño Jesús que realiza, se halla la del Niño Jesús sobre la cruz52, inspirada sin duda en el modelo olotino.

En la actualidad, algunas de estas imágenes del Niño Jesús sobre la cruz, procedentes de los talleres de imaginería religiosa de Olot, procesionan durante la Semana Santa, ligadas, en la mayoría de los casos, a secciones infantiles de Cofradías. Como el caso de los Morabetinos de La Dolorosa de la Cofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores de Oviedo, que desde el año 2004 procesionan el Viernes Santo por la tarde una de estas imágenes, como también sucede en Cehegín (Murcia), donde desde 2005 la Sección Infantil de la Cofradía de la Pasión de Cristo procesiona el Martes Santo la imagen del Divino Niño Jesús de la cruz. En Lugán (León), pese a su iconografía, protagoniza la procesión del Encuentro del Domingo de Resurrección.

51 Taller olotino, Niño Jesús sobre cruz, finales siglo XIX-comienzos siglo XX. Pasta de

cartón madera policromada. Sevilla, Convento de MM. Mercedarias de San José. 52 María del Mar BLÁZQUEZ, Niño Jesús sobre cruz. Siglo XXI. Barro policromado.

Castellón (España), Colección Villalobos Beltrán. Quiero dejar constancia del agradecimiento a D. Ignacio Villalobos Beltrán, quién me ha facilitado el conocimiento de esta imagen, así como las fotografías de la misma.

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Heredero de los modelos barrocos, es el Niño Jesús crucificado denominado Expiración53, realizado en 1999 por el escultor Francisco Fernández Enrique, aunque es una alegoría, ya que en realidad no está clavado en la cruz, sino que aparece con los brazos extendidos sobre ella, sujetando en la mano izquierda unas cuerdas y en la derecha los clavos. En esta misma línea estaría el Niño Jesús dormido sobre cruz54, en la que Manuel Hernández León alejándose de los modelos tradicionales de esta particular iconografía55, muestra al niño sobre la cruz esperando ser crucificado.

Concluimos este rápido recorrido por el estudio de una de las tipologías más impactantes de las imágenes del Niño Jesús, esperando haber clarificado ciertos aspectos iconográficos del Niño Jesús crucificado, de aquél que, parafraseando a Lope de Vega, las pajas de su pesebre tan pronto se convirtieron, de flores y rosas, en hiel. BIBLIOGRAFÍA - AMADOR DE LOS RÍOS, J., Historia social, política y religiosa de los judíos de España y Portugal. Tomo I, Madrid 1875. - AMADOR DE LOS RÍOS, J., Historia social, política y religiosa de los judíos de España y Portugal. Tomo III, Madrid 1876. - ANDRÉS DE UZTÁRROZ, J. F., Historia de Santo Domingo de Val, Martyr Cesar-Avgvstano, Infante de la Santa Iglesia Metropolitana. De Zaragoza, Zaragoza 1643. -ARBETETA MIRA, L., Navidad Oculta II. Los Niños Jesús de las Clausuras Toledanas, cat. de la exp. Iglesia de El Salvador [Parroquia de Santo Tomé], Toledo 2002-2003. -AROCA LARA, A., “Iconografía de la imagen exenta del Niño Jesús en la escultura barroca andaluza”, en Boletín de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, 114 (1988) 43-66. - DOMER, D. J., Dissertación del Martyrio de Santo Domingo de Val, «Seyse o Infante de Coro de la Santa Iglesia Metropolitana de Zaragoça, en

53 Francisco FERNÁNDEZ ENRIQUE, Expiración. 1999. Colección Solís Carvajal. 54 Manuel HERNÁNDEZ LEÓN, Niño Jesús dormido sobre cruz, 2006. Terracota

policromada. Colección Solís Carvajal. 55 A este respecto, consultar PEÑA, pp. 28-31.

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Divino Niño de la Cruz del Pichincha

Quito (Ecuador), Monasterio de la Inmaculada Concepción. Iglesia.

Qui sunt Christi, carnem suam crucifixerunt cum vitiis et concupiscentiis

Emblema II-16 del Camino Real de la Cruz.

Mihi mundus crucifixus est, ego mundo

Emblema II-17 del Camino Real de la Cruz Christo confixus sum Cruci

Emblema II-18 del Camino Real de la Cruz

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Niño Jesús crucificado Antigua (Guatemala), Colección Castillo

Santo Domingo del ValSevilla, Iglesia de San Nicolás de Bari

Santo Niño de La Guardia Historia del inocente trinitario el Santo

Niño de La Guardia

Santo Niño de La Guardia Cádiz, Santa Iglesia Catedral. Capilla de

la Asunción

DEL PESEBRE A LA CRUZ. EL NIÑO JESÚS CRUCIFICADO 753

En naissant dans cette Crèche j’apporte la Croix por sauver vos âmes

Zamora, Colección Peña Martín

Niño Jesús Zamora, Colección Peña Martín

Santino vestito

Lucca (Italia), Colección particular.

Niño Jesús sobre la cruz Madrid, Colección particular.


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